Fotografía: conceptos y procedimientos
Una propuesta metodológica
Joan Fontcuberta
GG
21
1. Sobre la naturaleza de la fotografía
La fotografía es un procedimiento de fija «fotográfica»?), y por el otro, un criterio de
ción de trazos luminosos sobre una superfi funcionalidad (¿para qué han servido históri
cie preparada a tal efecto. El estatuto ¡cóni camente y sirven aún las imágenes que lla
co de la imagen fotográfica se fundamenta mamos «fotográficas»?).
en esta naturaleza fotoquímica: la luz incide
sobre una sustancia o emulsión fotosensible
provocando una reacción que altera alguna 1.1 Límites tecnológicos
de sus propiedades. Lo más común -aun-
que más adelante veamos otras posibilida En cualquiera de los dos casos no nos
des- consiste en que la acción de la luz en libramos de amplias zonas de ambigüedad.
negrece unas sales de plata. Tomemos como punto de partida el célebre
Especificar el alcance de un concepto am ensayo Ontología de la imagen fotográfica
plio como el de fotografía, en cierto modo (1945) del crítico cinematográfico André
implica su limitación. Ernst H. Gombrich, Bazin; en él se sugería que el factor esencial
preguntado directamente, opina que «exis en la fotografía no debía buscarse en el re
ten numerosos accidentes marginales a pro sultado, sino en la forma de obtenerlo, en la
pósito de los cuales es posible debatir si una génesis técnica tipificada por una «objetivi
cierta imagen es más o menos fotográfica; si dad esencial» y un «determinismo riguroso».
tienen, por ejemplo, un soporte técnico y Si nos atenemos exclusivamente a un crite
una función social y artística, que se pueden rio técnico como éste -de innegables frutos
describir más que definir como fotográfi para otras esferas de la investigación-, una
cas».1 eventual clasificación de las imágenes pre
De esta forma aparecen dos principales senta enormes dificultades en los períme
líneas de acercamientos —que no de absolu tros de cada categoría. Por ejemplo, hemos
ta delimitación— al hecho fotográfico: por un dicho que una fotografía es un registro de
lado un criterio de génesis tecnológica (¿qué luz; la luz es una energía electromagnética
instrumentos y qué materiales se han em que se propaga por ondas cuyos valores de
pleado para llegar a la imagen que llamamos longitud y amplitud configuran sus caracte-
1. ANGELO SCHWARZ, Trenta voci sulla fotografia,
Gruppo Editoriale Forma, Turin, 1983.
22
rísticas y las diferencian de otras energías sin ningún pudor de «fotografías», indica
electromagnéticas similares, como el calor o hasta qué punto solemos mezclar de forma
los rayos X. Cuando decimos «luz» no nos sistemática el criterio tecnológico con el cri
referimos solamente a aquella gama del es terio funcional. Indica también hasta qué
pectro visible para el ojo humano; así, aun punto la aparición de la fotografía complicó
que no alcancemos a percibir las radiaciones la misma noción de «original» y de «repro
infrarrojas o ultravioletas, mediante unas ducción». Walter Benjamin, por ejemplo, de
emulsiones especiales podemos llegar a fi duciría que si «de una placa fotográfica son
jarlas y al tipo de imagen resultante no tene posibles muchas copias, preguntarse por la
mos ningún reparo en llamarla «fotográfica». copia auténtica no tendría sentido algu
En cambio, no sucede lo mismo con las ter- no».2 Pero esta idea resulta poco convincen
mografías o las radiografías. O con las foto te al intentar afinar. El tema de la «autentici
copias, hologramas y tantos otros produc dad» o el «aura» que emanan de un supuesto
tos de los avances tecnológicos en el campo original nos remiten a la búsqueda de un
de la comunicación visual. Paradójicamente, criterio para diferenciar entre original y co
la extensión de lo fotográfico oscila con la pia. Esta diferencia ya no depende tanto de
simple riqueza del léxico que usemos. las fases del proceso técnico como de una
Pero incluso sin la intersección con proce decisión de autor. El problema es que la mis
dimientos sofisticados recientes el proble ma noción de autor resulta cada vez más
ma persiste. La cuestión ontològica alrede controvertida (sobre todo en la perspectiva
dor del soporte técnico puede extenderse a histórica que inició John Heartfield y prosi
otro aspecto de interés. Originariamente la guen artistas pop, conceptuales o posmo
fotografía queda definida por su constitu dernos). A pesar, pues, de esa autoría en
ción sobre una superficie fotosensible. No crisis, al fotógrafo mismo le compite decidir
obstante, con frecuencia la fotografía no se qué considera original, qué considera «ma
difunde en este estado original, sino impre terial intermedio» o «material de trabajo» y
sa, es decir, traducida a otro medio y trans qué considera copias o reproducciones.
portada a otro soporte. Las «fotografías»
que aparecen en periódicos o libros -como
en éste mismo- no son tales, sino sólo su 1.2 El estatuto ¡cónico
reproducción, y aunque sigan transmitiendo de la fotografía
todo o buena parte de su contenido semánti
co, se han perdido o modificado muchas de Pero dejando provisionalmente la seria
sus cualidades iniciales: su formato, su ción, de tanta trascendencia para el consu
gama tonal, su estructura de tonos conti mo masivo de imágenes y decisivo a la pos
nuos substituida por una discontinua (trama tre en muchos aspectos de la fotografía,
fotomecánica), su color, su textura o la cali podemos detenernos a analizar su aparien
dad de su superficie. cia. ¿Qué características visuales ofrece una
Que los grabados, litografías, serigrafías, imagen fotográfica que por mero sentido co
etcétera de origen fotográfico que aparecen mún nos permiten discriminarla del resto de
\
en los medios de comunicación los tratemos las imágenes?
2. WALTER BENJAMIN, La obra de arte en la era de la
reproductibilidad técnica, en Discursos interrumpidos I,
Taurus Ediciones, S.A., Madrid, 1973; versión catala
na: L'obra d'art a l'època de la seva reproductibilitat
tècnica. Tres estudis de sociologia de Tart, Edicions 62,
S.A. Diputado de Barcelona, Barcelona, 1983.
23
Los fotógrafos a través de sus propios La pintura hiperrealista (o «fotorrealista»)
escritos y los estudiosos de la estética foto de principios de los años setenta parecería
gráfica han insistido en señalar una serie de contestar esta afirmación, pero en el fondo
cualidades que sentarían las bases para un el origen fotográfico de ese tipo de produc
análisis crítico de la estructura de la imagen tos pictóricos (a menudo realizados por cal
fotográfica: «exactitud de transcripción»; co sobre el lienzo de la proyección de una
«extraordinaria minuciosidad en el detalle»; diapositiva) no hace sino confirmarla. No
«claridad de definición»; «delineación per debe extrañar, pues, que se la haya conside
fecta»; «riqueza de textura»; «sutilidad en la rado como «fotografía hecha a mano».
gradación tonal»... Estas características, Semajente situación descubre una faceta
desde luego, son alcanzables mediante el nueva de la cuestión: la sensación de reali
dibujo o la pintura, pero la fotografía añade dad con que se impone la fotografía consti
una ventaja a este proceso de configuración: tuye una prerrogativa de los frutos de una
la rapidez (o economía de tiempo) y la facili cámara; más bien pertenece a cierta ideolo
dad operativa (o economía de esfuerzo y de gía «fotográfica» que repercute en los distin
destreza). tos dominios de nuestra vida (así hablamos
Además, podría destacarse el grado de de memoria «fotográfica», de fidelidad «fo
perfección en la obtención de esas cualida tográfica», de exactitud «fotográfica», etc.).
des. En su obsesión por una descripción lite Los últimos avances tecnológicos en el
ral del mundo físico, la representación realis campo de la informática y de su aplicación a
ta no tolera el vacío: el vacío no existe en el la imagen digitalizada (infografismo según
mundo sensible. En la imagen el vacío de un neologismo más o menos afortunado)
pende de su respectivo sistema gráfico y de nos hacen vislumbrar cambios revoluciona
la finura perceptiva del operador. Como la rios. Hoy día, softwares no excesivamente
percepción del operador constituye un de potentes de paleta gráfica permiten fabricar
nominador común a la hora de calibrar esta imágenes de apariencia ciento por ciento fo
densidad de vacío (en términos fotográficos tográfica, capaces de confundir al más ex
hablaríamos de poder de resolución) en los perto, sin partir de un referente, es decir, sin
diferentes tipos de imagen, lo que verdade partir de un modelo real. Nos encontramos
ramente debe tenerse en cuenta es la es tal vez en ciernes de una nueva era en que
tructura gráfica final. En este sentido, cierta los sencillos y rápidos mecanismos del pro
mente, el rendimiento de detalle de la ceso fotográfico sean sustituidos por los co
fotografía sólo depende de la definición ópti mandos de un programa, aún más sencillos
ca proporcionada por la lente y de la nitidez y rápidos. La divulgación entre el gran públi
aceptada por la emulsión, que en su límite co de esas posibilidades puede acarrear a la
hipotético llegaría a las moléculas de la sus fotografía la pérdida de su principal pedi-
tancia fotosensible. Por lo tanto, la fotogra grée\ su valor testimonial. Afrontamos así
fía superaría siempre al sistema de trazos un nuevo hito en la esfera de la cultura y de la
sucesivos, es decir, de configuración trazo a comunicación visual: de la misma forma que
trazo que caracteriza cualquier procedimien el dibujo o el grabado perdieron el prestigio
to quirográfico. de la verosimilitud informativa con el adveni
24
modalidad de escritura icònica que estructu
ralmente ya no se caracterizaba por la adi
ción sucesiva de trazos, propio de todas las
técnicas quirográficas anteriores: la fotogra
fía era la plasmación de toda una superficie a
la vez. Una escena no era traducida pincela
da a pincelada, sino que era regenerada en
tera, de un modo automático, que podría
mos llamar «autografístico». Según William
M. Ivins, Jr., este automatismo gráfico daba
carta de naturaleza al primero y único medio
de configuración gráfica cuyas imágenes ca
recían de cualquiera de los elementos sintác
ticos implícitos en todas las imágenes he
chas a mano. Las fotografías constituían
«enunciados visuales sin sintaxis». No se
trataba de una transformación de lo real,
sino de una transferencia. En este contexto,
el concepto de «sintaxis visual» debía enten
derse en el sentido de procurar o no una
«estructura transposicional»: un sistema de
signos gráficos combinables entre sí según
ciertas leyes en función de una voluntad ex
presiva. La carencia de este sistema reducía
el papel del fotógrafo al de «mero» regulador
de ese automatismo.
Si bien hablar de «sintaxis» no resulta ex
cesivamente claro, Ivins anticipa el trasfon
do teórico que plantea el advenimiento de la
fotografía a la reflexión sobre la naturaleza
de los signos ¡cónicos. Roland Barthes, por
ejemplo, en un texto tan clásico como El
miento de la fotografía, la fotografía se en mensaje fotográfico (1961), concluiría que
cuentra con la horma de su zapato con la la fotografía es un mensaje sin código.
irrupción de los nuevos medios. «Para pasar de lo real a su fotografía, no es
Pero mientras esas posibilidades no se necesario segmentar esa realidad en unida
popularicen y sean de dominio común, la des en signos sustancialmente diferentes
fotografía viene lastrada por los usos realis del objeto cuya lectura proponen. Entre ese
tas que la historia le asignó y que derivaban objeto y su imagen no es necesario disponer
tanto de su aspecto resultante como de su de un relevo, es decir, de un código. Si bien
génesis. La fotografía inauguró una nueva es cierto que la imagen no es lo real, es por lo
Fig. 1. Pere Formiguera, sin título, 1977 (colección del
autor). Imagen conseguida por deterioro térmico y raya
do manual de una emulsión Polaroid. La imagen resul
tante es atacada sucesivamente por un baño de virado
sepia y otro azul. La fotografía resultante es una pura
abstracción: no cabe reconocimiento del modelo
25
mensaje. En la clasificación ya clásica plantea Fig. 2. Imagen de síntesis informática
da por Charles W. Morris, los signos podían (colección del autor). El objeto que ve
mos, a pesar de su apariencia fotográfi
ser ¡cónicos o no ¡cónicos, asentándose la ca, no existe. El «realismo fotográfico»
¡conicidad en la relación de semejanza que el ha dejado de ser patrimonio de la foto
signo establece con el objeto o concepto al grafía. La pintura hiperrealista ya lo de
que se refiere. La semejanza, por extensión, mostró, pero con las imágenes digitali
zadas el proceso de creación gráfica
podría corresponder a diferentes acepciones:
puede ser tan rápido y tan automático
coincidencia (entre algunas características del -o más- que la fotografía misma
objeto con algunas características del signo);
similitud o parecido; mimesis o imitación; ana
logía, y sustitutibilidad.
Otros desarrollos semióticos han ahonda
do en la naturaleza del signo icónico. Así,
Charles Sanders Pierce distinguía entre ico
no, índice y símbolo según el tipo de relación
entre el signo y su objeto. El icono represen
ta al objeto mediante la semejanza (por
ejemplo, un dibujo naturalista); el índice, me
diante una relación de efecto, de huella, o de
rastro o contigüidad física (por ejemplo,
unas pisadas, que indicarían el paso de al
guien, o unas sombras); el símbolo, final
mente, por pura arbitrariedad o convención
(por ejemplo, un pictograma). Dilucidar si la
imagen fotográfica debe ser tratada de ico
no, índice o símbolo, y las consecuencias
menos su analogon perfecto, y es precisa que de tal opción deriven, ha centrado la
mente esa perfección analógica lo que para investigación de numerosos estudios re
el sentido común define a la fotografía. Apa cientes. La posición que a priori parece me
rece así la característica particular de la ima jor defendible atendiendo a las característi
gen fotográfica: es un mensaje sin código.» cas procesuales y formativas es la de la
fotografía como índice. Según esta concep
ción, puede darse o no semejanza en la foto
1.3 La fotografía como signo grafía (puede, por lo tanto, existir fotografía
abstracta); ésa no constituye la peculiaridad
Para abordar la cuestión en otra perspecti esencial. Lo realmente específico, en cam
va, podríamos preguntarnos sobre la natura bio, es la presencia del objeto, cuya energía
leza del «signo» fotográfico. Según la lingüís luminosa deja unos trazos sobre la emulsión
tica saussuriana, los signos serían definidos fotosensible.
como unas unidades de lenguaje o descom De todas formas, si bien la noción de foto
posiciones mínimas en que se estructura un grafía como índice se ajusta al contenido neu-
26
rálgico de la fotografía y salva el escollo de la dos verbales, presenta problemas de ajuste
semejanza, sigue mostrándose inadecuada cuando lo aplicamos a enunciados ¡cónicos.
en los casos marginales, de los que depen Si por lenguaje entendemos un sistema de
den los límites de todo concepto. Por ejem signos, que pueden combinarse entre sí me
plo, los luminogramas (que trataremos más diante unas determinadas normas (código),
adelante), o fotografías obtenidas por aplica para permitir la expresión de cierta parcela
ción de un foco de luz puntual sobre la pelícu de la realidad, otro debate que nos interesa
la. En este caso la luz no tiene otra misión que es si la fotografía pertenece o no a esa cate
la del grafito del lápiz de un dibujante. Y cier goría.
tamente, no consideramos como índice al El hecho es que hasta los más fervorosos
dibujo por el hecho de que los trazos plasma defensores de la objetividad fotográfica re
dos resultan la huella de la fricción del grafito conocen unos ciertos márgenes de control
sobre el papel. El problema, claro está, es por parte del operador que le permiten reac
que se obvia la cuestión del significado, o de cionar de forma distinta a cómo lo harían
la interpretación, o de la «lectura». El esque otros operadores y así interpretar de una
ma funciona en las versiones más triviales de forma «personal» una determinada escena.
lo que entendemos por fotografía, pero falla Este repertorio de opciones introduce la po
en las ocasiones en las que el fotógrafo impi sibilidad de expresión y para ello se requiere
de que el objeto se represente a sí mismo un lenguaje.
(otro ejemplo donde esto sucede: los foto Joan Costa, al igual que otros investigado
montajes). Esto nos deja sumidos en una res, ha centrado algunas de sus obras en
enorme relatividad: la naturaleza del signo fo especular sobre la existencia de un lenguaje
tográfico es variable, tal vez porque en el específicamente fotográfico y a revelar en
fondo participa de esa triple esencia. No de tonces su vocabulario expresivo. Costa
beríamos interpretar así la clasificación de aconseja un triple enfoque de acercamiento,
Pierce como formada por categorías que se ya que la fotografía nos habla de la realidad,
excluyen, sino con intersección o bien con nos habla del fotógrafo y nos habla de sí
escalonamiento. El tema quedaría reformula- misma. Así como encontramos elementos
do diciendo que las fotografías son índices en la imagen fotográfica que pueden consi
(huellas de luz) que pueden llegar a devenir derarse signos de una realidad exterior (ca
iconos (si el operador decide mantener una racteres analógicos o reproductivos) o sig
relación de semejanza) y/o símbolos (cuando nos de una realidad interior (caracteres
adquieren sentido mediante el uso de ciertas psicológico-interpretativos o estilísticos),
convenciones). ¿existen signos genuinamente fotográficos?
O sea, ¿existen en la imagen signos que no
se hallaban en el objeto ni en el sujeto, sino
1.4 La fotografía como lenguaje que los ha introducido el propio medio? La
respuesta, como puede intuirse, es afirmati
El concepto de «lenguaje», como otros va. La génesis tecnológica de la imagen fo
términos propios de la lingüística originaria tográfica hace emerger determinados «pará
mente dedicada al estudio de los enuncia sitos» o «ruidos» -en el sentido cibernético
\
27
de que entorpecen la comunicación- (por En los albores del nuevo invento incluso
ejemplo, los efectos de granulación, de con intelectuales progresistas sospecharon que
traste, de desenfoque, etc.), que serían a la el procedimiento mecánico de la fotografía
postre lo que en una utilización intencionada representaba un intento de la industria para
posibilitaría la expresión creativa. reemplazar el trabajo manual del artista con
Estos «parásitos» son inherentes a la pro la producción masiva de imágenes baratas.
pia configuración gráfica de la imagen foto La proliferación de imágenes fáciles de obte
gráfica. Con mayor o menor magnitud, están ner iba a mistificar la sensibilidad artística
siempre presentes. Cuando el operador se originando el kitsch: un arte popular en con
esfuerza en disimularlos para acercarse a flicto con el arte noble. Benjamín, clarividen
una representación que parezca «natural», te, desplazó la cuestión correctamente al se
decanta su trabajo hacia una fotografía de ñalar que no se trataba de debatir si la
corte documental (a pesar del carácter arbi fotografía era o no un arte, sino cómo la
trario y altamente elaborado de un resultado fotografía había modificado sustancialmen
según esas premisas). Pero puede suceder te la misma noción de arte. Dicho de otro
lo contrario: que el fotógrafo acentúe esos
elementos lingüísticos para supeditarlos a
un discurso personal (informativo, interpre
tativo o poético) o incluso para erigirlos en
protagonista central del acto fotográfico
(discursos experimentales, conceptualistas,
metalingüísticos, etc.).
1.5 La fotografía como arte
En estas modalidades discursivas subya-
ce la voluntad de alejar la fotografía de su
supuesta predestinación reproductiva. El si
guiente paso sería argumentar cómo las
emulsiones y las cámaras conducen a obras
de arte. La controversia alrededor de la artis
ticidad de la fotografía nació con la divulga
ción del daguerrotipo, y no quedaría saldada
hasta la época de las vanguardias históricas.
La mecanicidad del procedimiento fotográfi
co y su automatismo configurador chocaba
con unas teorías estéticas que se basaban
aún en el ideal de genio romántico. ¿Podría
una máquina dejar patente la personalidad
del artista?
Fig. 3. Robert Demachy, sin título, ca. 1910. Goma
bicromatada (colección Pere Formiguera). La aparición
de los llamados «procedimientos pigmentarios» pues
tos en boga por los fotógrafos pictorialistas acercó la
fotografía a los efectos de las técnicas de estampación
tradicionales
Fig. 4. Ildefonso Schmidt de las Heras, Bajo el Acue
ducto, Madrid, ca. 1945, Bromóleo (colección del au
tor)
placer estético (función artística). Cabía así
una doble articulación gnoseológica: por un
lado, un uso orientado a potenciar nuestra
capacidad mnemotécnica y de transmisión
de información (la fotografía documental); y
por el otro, un uso orientado a potenciar
nuestra experiencia sensible intensificando
la visión (la fotografía experimental o artísti
ca). Sin embargo, parecía que ambos aspec
tos eran irreconciliables.
No obstante, en los años veinte los conteni
dos ideológicos que sentarían las bases de las
vanguardias daban un giro a este plantea
miento. László Moholy-Nagy, autor de La nue
va visión (1928), apuntaba que «el desarrollo
de los medios técnicos surgidos de la Revolu
ción Industrial ha contribuido enormemente a
la génesis de nuevas formas de la creación
industrial». El tecnicismo considerado hasta
entonces como un impedimento se trocaba
en estigma de la Modernidad. La Neue Sach-
lichkeit [Nueva Objetividad], en concreto, na
ció como un movimiento que propugnaba la
descripción aséptica de la realidad y de la so
ciedad en contra del sentimentalismo del «arte
modo: no tenía sentido juzgar a la fotografía burgués». El artista, en consecuencia, debía
por los patrones por los que hasta ese mo trabajar para restituir de forma clara y precisa
mento se había regido la pintura. las cosas, la gente y la naturaleza. A un mundo
Hasta principios del siglo XX las apologías nuevo, singularizado por la asunción del pro
de la fotografía como medio artístico habían greso técnico y científico, debía correspon-
incurrido en el desacierto metodológico de derle un arte igualmente tecnológico. Bajo es
justificar que la fotografía, como las artes tos parámetros, el fotógrafo y el cineasta
tradicionales, capacitaba también la mani habían de aparecer como los artistas por ex
festación y el desarrollo de una personalidad celencia.
creadora. Parecía que el nuevo medio podía Históricamente, esta euforia por identifi
suministrar productos «objetivos» o «subje car el medio fotográfico como un exponente
tivos» según el albedrío del fotógrafo. En avanzado de las propuestas estéticas no se
1889, Peter Henry Emerson razonaba que, ha repetido hasta finales de los años setenta
como cualquier otro tipo de imagen, la foto y principios de los ochenta, en este caso con
grafía puede servir para suministrar informa la hegemonía de los críticos posmodernos.
ción (función científica) o para suministrar Del mismo modo que Clement Greenberg,
29
Fig. 6. Albert Renger-Patzsch, Engranaje mecánico,
Fig. 5. László Moholy-Nagy, Berlin, 1929 ca. 1930 (colección Hendrik Berinson)
ideólogo del Expresionismo Abstracto, ha concede la historia. Por el otro, tomando
bía sostenido que la música era el arte más prestadas ideas que Román Jakobson brin
característico de la Modernidad, por su ca da en su teoría de las funciones del lenguaje,
pacidad de vehiculizar las emociones más la acción artística correspondería a un uso
puras y abstractas, para Rosalind Krauss, poético del lenguaje (concentrando la aten
directora de la revista October, la fotografía ción en la forma en que son producidos los
ocuparía hoy esa situación, cuando precisa enunciados) y/o a un uso metalingüístico (la
mente no se persigue la pureza, sino el mes utilización del lenguaje para referirse a sí mis
tizaje y la inexpresividad. mo o para hablar de otros lenguajes).
Pero al margen de los avatares de la doc
trina estética en el curso del tiempo, cual
quier consideración moderna sobre el hecho 1.6 La fotografía como medio
artístico debe asimilar las múltiples perspec
tivas teóricas de que hoy disponemos, con La consideración de la fotografía como
templando no sólo la evolución de las ideas arte concede al fotógrafo el más vasto terre
estéticas mismas, sino también su dimen no de libertad, pero restringe todavía algu
sión social e histórica. Por un lado, artistici nos ámbitos de sus usos sociales. Entendida
dad, se podría aducir, es un atributo que en su sentido sin duda más alto, como me-
30
dio de comunicación, la fotografía es defini rico donde inciden. Es este contexto lo que
da con estas palabras por Román Gubern: atribuye un determinado carisma a cada
«Fijación fotoquímica, mediante un mosai medio.
co irregular de granos de plata y sobre una Esta corriente de pensamiento, profunda
superficie-soporte, de signos ¡cónicos está mente implantada en la opinión general, ha
ticos que reproducen en escala, perspectiva prevalecido aunque con ligeros matices has
y gama cromática variables las apariencias ta la fecha, legitimando el valor documental
ópticas contenidas en los espacios encua de la fotografía. La estabilidad funcional de la
drados por el objetivo de la cámara, y desde fotografía se ha basado en el realismo, es
el punto de vista de tal objetivo, durante el decir, en una ideología de representación
tiempo que dura la apertura del obturador.» que pretende captar la realidad sin interfe
En un enfoque que privilegia la sociología rencias. De ahíla mayoría de los espacios de
de la comunicación (un tanto excepcional lo fotográfico: desde la fotografía de prensa
mente en la producción teórica de este au al álbum familiar, desde la tarjeta postal a la
tor), Rudolf Arnheim ha intercalado como valla publicitaria.
elemento determinante la conciencia de ese Desarrollemos ahora de nuevo estas ideas
proceso por parte del espectador. No basta, en terminología propia de la Teoría de la In
como ya hemos visto que decía Bazin, ate formación. Partimos de un fragmento de la
nernos no a la imagen fotográfica, sino a la realidad visual que un artista (codificador pri
génesis con que se produce. «La fotografía mario) desea comunicar con un mensaje icò
-dice Arnheim- adquiere sus propiedades nico a un espectador (receptor). Este men
únicas no sólo merced a su técnica de regis saje debe ser codificado en unidades de
tro mecánico, sino al hecho de que suminis mensaje para adecuarlo a los canales de co
tra al espectador una clase específica de ex municación seleccionados, y este proceso
periencia, que depende de la asunción de su ordinariamente involucra un codificador se
origen mecánico.» 3 La paradoja, así, es que cundario -un técnico-, a no ser que el canal
la principal característica de la naturaleza fo permita directamente la autogeneración de
tográfica no reside en ella misma, sino en mensajes. La fotografía y más tarde sus tec
algo externo como es la actitud o disposi nologías aliadas tendían a obviar los códigos
ción del espectador. En efecto, éste tiende a de transmisión, ya que el mensaje, como se
interpretar la fotografía como un producto ha ido repitiendo, se derivaba por génesis
directo de la realidad. Ya que las cosas im automática y directa de la realidad visual, sin
primen su propia imagen mediante las pro manipulaciones intermedias.
piedades ópticas y químicas de la luz, parece Recordemos ahora el pertinente y provo
lógico que, como Barthes, consideremos las cador eslogan de Herbert Marshall McLuhan,
fotografías como «un absoluto y perfecto «el medio es el mensaje», y situémoslo para
análogo de lo real». Según este criterio, las nuestro contexto en una dimensión política.
imágenes no difieren sólo por rasgos objeti Cuando queremos recibir información co
vos en su génesis o apariencia, sino sobre rrecta sobre la realidad y sus sucesos, quizá
todo en las condiciones de recepción. Dicho por el urgente propósito de tomar decisio
de otra forma: en el contexto cultural e histó nes, necesitamos presumiblemente recibir
3. RUDOLF ARNHEIM, On the Nature of Photography.
Critical Inquiry I, The University of Chicago Press, Chica
go (Illinois), 1974.
31
información sin ser manipulados por las ca
racterísticas del medio. Ya no podemos re
cibir información de algo sin la mediatización Aunque muchos aspectos de estos temas
de un canal y de un código. Por lo tanto vuelvan a tocarse tangencialmente en capí
quedamos inevitablemente a merced de las tulos posteriores, una reflexión inicial sobre
características de los medios. Si nuestras qué es la fotografía parece conveniente tan
expectativas referentes a «verdad» y «reali to para futuros productores de imágenes fo
dad» se han condicionado por haber acepta tográficas como para actuales consumido
do las características de un medio específico res de las mismas. Por un lado, porque en
como modelo de pensamiento, tenderemos buena lógica primero debemos saber qué
a reducir nuestra habilidad general para dife queremos hacer antes de aprender a hacer
renciar entre «realidad» y «código de comu lo. Por el otro, porque esta reflexión ha de
nicación». Así podemos perder la habilidad resultar igualmente útil para entender y res
de responder directamente a los sucesos, ponder más conscientemente al magma fo
porque no los experimentaremos sino a tra tográfico que nos rodea.
vés del filtraje de un código. Y a la inversa,
estaremos cada vez más propensos a espe
rar que ciertas características de medios de
comunicación «ocurran» de verdad en la rea
lidad.