APUNTES SOBRE HISTORIA DE LA MEDICINA
DECIMOQUINTA CLASE
LA MEDICINA DEL POSITIVISMO
EL POSITIVISMO
Esta escuela fisolosófica, nacida del empirismo, fue fundada por Augusto Compte
(1789-1857) en la época de la revolución industrial: en un mundo en que se valoraron
por sobre todo la ciencia y la técnica. Partiendo de la tesis del empirismo de que la
fuente del conocimiento es la percepción sensorial, el positivismo amplía la validez de
dicha percepción tanto a la inmediata como a la mediata, esta última, a través de
registros y medidas instrumentales. Se afirma que no es posible conocer los principios y
primeras causas de los fenómenos y que el intelecto humano en el campo de la ciencia
ha de centrarse en establecer relaciones de causa-efecto, en lo posible, cuantitativas que
permitan enunciar leyes científicas. Así, el positivismo elimina de su horizonte la
metafísica.
Del estudio histórico de la humanidad Compte formula su tesis de los tres estadios por
los que pasa toda sociedad:
1. el estadio teológico, en que los fenómenos naturales se explican por la
acción de la divinidad;
2. el estadio metafísico, en que la fe es substituida por la especulación
intelectual,
3. el estadio positivo, en que el hombre admite la incapacidad del intelecto
de conocer las causas primeras de los fenómenos y se circunscribe a
investigar racionalmente la naturaleza.
Las normas de la metodología del conocimiento positivo fueron enunciadas por Stuart
Mill.
En la concepción comptiana, la ciencia y la idea de la humanidad creadora se alzan a la
altura de una religión. A pesar de algunas reacciones en contra de esta visión del
hombre, el positivismo dominó el desarrollo de las ciencias de esa época, en medicina,
la era de la bacteriología y de las especialidades.
LA TEORIA DE LA EVOLUCION
En 1809, año del nacimiento de Charles Darwin, aparecía la Philosophie zoologique de
Jean Baptiste Pierre Antoine de Monet, Chevalier de Lamarck (1744-1929), iniciador de
la teoría de la evolución, fundada en la tesis de la transmisión hereditaria de los
caracteres adquiridos por el uso y desuso de los órganos como respuesta a estímulos
externos. Lamarck estudió medicina, pero la abandonó por la botánica y luego dejó ésta
por la zoología.
Charles Darwin (1809-1882) no parecía un joven de grandes promesas. Abandonó los
estudios de medicina, le aburría el latín y la anatomía y no soportaba ver sangre en las
operaciones, que todavía se practicaban sin anestesia. Cuando, a pesar de su
escepticismo en cuanto a la religión, estaba considerando el deseo de su padre de
hacerse sacerdote, se le ofreció tomar parte en el viaje de el Beagle como naturalista sin
paga. Este viaje, que duró casi 5 años, desde diciembre de1831 hasta octubre de 1836,
fue el suceso más decisivo de su vida.
Refería su hijo Francis que su padre había heredado la suavidad de carácter de su
abuela, Susannah Wedgewood, y el talento, de su abuelo Erasmus. Charles tenía
conciencia de su formación incompleta, era hombre muy honesto, llano a reconocer
errores, empirista dotado de gran capacidad de observación; fue un escéptico en lo
tocante a la religión.
La primera edición de El origen de las especies se agotó el día en que se dio a luz. Un
mes después apareció la segunda edición y a fines de ese año, la tercera. En la teoría que
enunciaba en esa obra pueden distinguirse cuatro elementos fundamentales:
1. variación casi continua de caracteres intraespecíficos e interespecíficos
con límites imprecisos entre las especies;
2. transmisión hereditaria de caracteres;
3. lucha por la vida y
4. selección natural.
La variación de caracteres se refería no sólo a la existente en el espacio en un tiempo
dado, cosa que Darwin pudo fundamentar con numerosísimas observaciones, sino que
también a la que supuestamente se producía de modo muy lento y continuo a lo largo
del tiempo a través de generaciones. Parte de estos cambios son resultados, según
Darwin, de la mejor o peor adaptación al medio ambiente, particularmente del uso y
desuso de los órganos (cambios lamarckianos); otros, de la acción directa del medio
externo (cambios adquiridos no lamarckianos) y unos pocos eran calificados de
espontáneos, según Darwin, porque se ignoraban sus causas. Darwin suponía la
transmisión hereditaria de todos estos caracteres, admitía, por lo tanto, el lamarckismo.
La lucha por la vida corresponde a un mecanismo hipotético de cómo se produce la
selección natural por eliminación de los menos aptos y la supervivencia de los más
aptos. En esta conjetura influjó la idea de la sobrepoblación expuesta por Robert
Malthus en su Essay on Population. En fin, la evolución es el resultado de la selección
natural.
Hasta aquí, la doctrina original de la evolución: el darwinismo. Una primera
modificación substancial experimentó la teoría gracias al botánico holandés Hugo De
Vries (1848-1935), que no sólo redescubrió las leyes de Mendel en la última década de
ese siglo, sino que en los primeros años de éste introdujo el concepto de mutación. No
se trataba de los cambios darwinianos -paulatinos y graduales- sino de saltos bruscos,
repentinos y espontáneos incorporados al genotipo. La selección natural operaba, por
tanto, sobre las mutaciones. La teoría así modificada es el neodarwinismo. En este siglo
se introdujo otra modificación: el concepto de lucha por la vida es reemplazado por uno
más amplio, que incluye aspectos positivos en la organización de los animales, como
alianzas y solidaridad. El neodarwinismo contemporáneo, en que el acento está en las
mutaciones y la selección natural, es la llamada teoría sintética de la evolución.
Darwin es considerado un hombre genial en el campo de las ciencias naturales, por
haber dado un fundamento sólido a la tesis evolucionista y haber elaborado el concepto
de selección natural. Su concepción revolucionaria penetró virtualmente en todos los
dominios del pensamiento. Darwin murió de una larga enfermedad cuya naturaleza no
ha podido ser precisada. Algunos piensan que se trataba de una enfermedad de Chagas.
LA GENETICA
Punto de partida de la genética moderna son los descubrimientos de Gregor Mendel: las
leyes conocidas bajo su nombre.
Johann Mendel nació en 1822 en Heinzendorf, en ese entonces parte de Austria-hoy
perteneciente a la República Checa, en el mismo año que Pasteur. Vivió 62 años. De
humilde familia, pudo estudiar gracias a que una hermana renunció a su dote
matrimonial en favor de él. Estudiaba ciencias naturales, pero el dinero se le terminó.
Entonces, a los 21 años, decidió tomar el hábito y lo hizo en la orden de San Agustín en
el convento de Brün. Fue enviado a la Universidad de Viena para estudiar ciencias
naturales; en física tuvo clases con Doppler.
El convento poseía a un hombre que estimulaba el estudio de los jóvenes: el padre
Napp, gran filólogo; además tenía una buena biblioteca y un jardín, donde Gregor,
nombre que al ingresar a la orden había tomado en lugar de Johann, pronto haría sus
experimentos. Los realizó entre 1856 y 1863.
Mendel se había estado dedicando a la botánica para obtener nuevas plantas
ornamentales. Ya se sabía que al cruzar plantas híbridas ciertas formas aparecían con
regularidad. Pero nadie había formulado leyes al respecto, y para eso a Gregor le
sirvieron las matemáticas.
Así, estudiando la transmisión de los caracteres de las semillas del Pisum sativum,
arveja común, a saber: forma de la semilla (redonda o rugosa), color (verde o amarillo)
y longitud del tallo (gigante o enano), estableció: primero, cuáles caracteres eran
dominantes y cuáles, recesivos y la proporción de homocigotos y heterocigotos en
distintas generaciones; segundo, la existencia de unidades hereditarias inmiscibles, y
tercero, dedujo las dos reglas que llevan su nombre: la de la segregación de los alelos y
la de la combinación independiente de los alelos de cada locus. Esta segunda ley, como
se sabe hoy, tiene restricciones.
Mendel, antes de publicar los resultados, envió su trabajó al botánico suizo Karl von
Naegeli, pero éste los devolvió con un juicio desfavorable. A comienzos de 1865
Mendel expuso sus resultados en dos conferencias y después, en 1866, los publicó en
los Anales de la Sociedad de Historia Natural de Brün. Pero sus descubrimientos no se
conocieron hasta 1900, 16 años después de su muerte, cuando Hugo De Vries encontró
la publicación de Mendel y la dio a conocer. Las leyes mendelianas fueron
redescubiertas en 1900 por Hugo De Vries en Holanda, Carl Correns en Alemania y Eric
von Tschermak en Austria.
Los cromosomas habían sido descritos por Walter Flemming, profesor de la Universidad
de Kiel, pero el término cromosoma fue usado por primera en 1888 vez por Wilhelm
Waldeyer, discípulo del gran histólogo Henle. Waldeyer introdujo el uso de la
hematoxilina en la técnica histológica. Aquellas unidades genéticas deducidas por
Mendel serían llamadas genes en 1909 por el botánico danés Wilhelm Johannsen.
Paralelamente August Weismann publicaba en 1893 su teoría del plasma germinal y del
plasma somático para explicar la herencia. El primero, inmutable, inmortal y continuo
de generación en generación; el segundo, caduco. Weismann predijo la división
reduccional de la meiosis.
LA PATOLOGIA CELULAR
Hacia fines del siglo XVIII había decaído la clínica vienesa fundada por van Swieten,
en la primera mitad del siglo XIX florecía la escuela anátomo-clínica francesa y luego,
en la segunda mitad, resurgía la medicina en Viena, representada en la clínica por
Skoda, en cirugía por Billroth -desde 1867 cuando de Berlín se fue a Viena- y en
anatomía patológica por el barón Carl von Rokitansky (1804-1878). Skoda fue un
clínico eminente, que estableció las bases físicas de la percusión y auscultación. Billroth
ha sido uno de los cirujanos más ilustres de todos los tiempos. Fue el creador de las
técnicas de gastrectomía.
Tres son los mayores méritos de Rokitansky: el desarrollo de la anatomía patológica
como disciplina independiente de la clínica, la creación de métodos de examen de
autopsias y la caracterización cabal de numerosísimas lesiones. Hasta poco antes, en la
escuela parisina eran los mismos clínicos, Laennec entre ellos, que practicaban las
autopsias. Rokitansky inaugura, en cambio, la anatomía patológica como especialidad,
realizada en un instituto de patología, en que él mismo practicó con impresionante rigor
y detalle 20.000 autopsias. En 1846 terminó de aparecer su Lehrbuch der
pathologischen Anatomie en tres tomos, del que Virchow, entre otros elogios, dijo: Se lo
puede comparar con los productos cumbres de las ciencias naturales descriptivas, y
hasta hoy día no ha sido igualado. En 1875 apareció su obra sobre los defectos septales
del corazón, la mejor monografía hasta entonces sobre este tema. Pero Rokitansky, en
patología general, fue un humoralista, creador de la idea de discrasia en la explicación
de la enfermedad. Esta concepción fue rebatida duramente por Rudolf Virchow con
argumentos tan demoledores que Rokitansky suprimió en la segunda edición lo que
Virchow había criticado.
Al inicio de la segunda mitad del siglo XIX, en 1858, aparició la obra en que se funda la
patología moderna: la Cellularpathologie in ihrer Begründung auf physiologische und
pathologische Gewebelehre de Rudolf Virchow.
Virchow era oriundo de Pomerania, nació en Schievelbein en 1821. Murió en Berlín en
1902, donde se había graduado en 1843. Era un hombre de mente rápida, generoso,
sarcástico, ágil en el anfiteatro, de baja estatura y vivos ojos negros. En su larga y activa
vida pueden distinguirse tres períodos: hasta 1849: época de actividad social y política y
en la que forjó su camino en la ciencia. Al final de esta etapa fundó el Archiv für
pathologische Anatomie und Physiologie und klinische Medizin, que ha aparecido hasta
hoy. Virchow, de ideas socialistas, participó apasionadamente en política,
particularmente en 1848 y fue destituido de su puesto de prosector de la Charité en
Berlín por el gobierno prusiano. La segunda etapa, la de Würzburg, se extiende sólo
hasta 1956, período de gran producción científica. La última etapa, hasta su muerte,
acontece en Berlín a la cabeza del primer instituto autónomo de patología y como
maestro de muchos discípulos. El último gran discípulo fue Max Westenhoefer,
fundador de la anatomía patológica chilena. Las principales investigaciones de entonces
fueron sobre antropología, un campo en que era reconocido experto.
Las contribuciones aisladas de Virchow al desarrollo de la anatomía patológica son
numerosísimas: la correcta interpretación de la leucocitosis y de la leucemia, de la
trombosis y embolia -lo que iba a servir de idea a otros para entender las metástasis
tumorales-, la descripción del amiloide, de la neuroglia, de la mielina, la distinción entre
hipertrofia e hiperplasia, la idea de metaplasia, entre muchas otras más.
La idea central de la Cellularpathologie era la célula como unidad biológica no sólo de
la normalidad sino también de la enfermedad: ésta no es sino vida en condiciones
anormales. En Morgagni la unidad había sido el órgano; en Bichat, el tejido, y en
Virchow es la célula. Virchow añadía otra idea: omnis cellula a cellula -Leydig cambió
la preposición a a e para guardar paralelo con Omne vivum e vivo de Harvey. Y una
tercera idea: el organismo como república de células ordenadas recíprocamente.
La primera idea, que ha producido un impulso formidable al desarrollo de la patología
morfológica, lleva implícita la hipótesis reduccionista de que la enfermedad puede
explicarse por alteraciones celulares sin considerar niveles intermedios de organización.
Hasta ahora no se ha podido prescindir de estos últimos. La segunda idea, a diferencia
del reduccionismo físico y químico de Schwann, colocaba un límite, un salto, entre lo
biológico y lo carente de vida. Y la tercera noción significaba cambiar la noción
platónica del organismo como totalidad rectora de sus partes, por la aristotélica de
construcción del todo a partir de sus unidades.
Virchow no sólo fue el patólogo más eminente de su epoca sino también el médico más
respetado. Hoy es considerado el patólogo más grande de todos los tiempos. En su
época Virchow fue el papa de la medicina. Sus juicios tenían mucha gravitación. Y
naturalmente Virchow no era infalible. Tuvo importantes errores. Según él sólo las
productivas correspondían a la tuberculosis en contra de la idea de Laennec de que
también lo era la lesión caseosa, cosa que mostraban los Études sur la tuberculose
(1868) de Jean Antoine Villemin; fue un opositor de la teoría de la evolución; negó la
migración leucocitaria durante la inflamación, que demostraría después su discípulo
Conheim; interpretó equivocadamente las metástasis tumorales -la interpretación
correcta la daría Wilhelm Waldeyer, discípulo de Henle; restó importancia patogenética
a la substancia fundamental; desconoció al comienzo la importancia de los resultados de
la bacteriología.
LA ANATOMIA Y LA HISTOLOGIA
Estas dos disciplinas alcanzaron entonces el nivel en que hoy, en lo descriptivo, se las
enseña. Entre los muchos descubrimientos de esa época en estos campos, destacan los
de neuroanatomía: el del centro del lenguaje por Broca, el fascículo rubro-espinal de
von Monakow, el haz espino-cerebeloso de Gowers, el espino-talámico de Goll, las
radiaciones de Gratiolet, los nódulos de Ranvier, la degeneración de Waller.
Los dos grandes histólogos de la época fueron Jacob Henle (1809-1885) y Albert von
Kölliker (1817-1905).
Henle, discípulo de Johannes Müller, de vastos conocimientos, recordado por el asa de
los túbulos renales, fue el microscopista sin igual en su época. Se lo considera el
fundador de la anatomía microscópica. En este campo su obra ha sido equiparada a la de
Vesalio. Ya en 1840 publicó sus Investigaciones de patología, en cuyo primer capítulo,
adelantándose a la era bacteriológica, sostenía la tesis del contagium animatum, esto es,
de que la materia infecciosa tenía que consistir en seres animados.
Kölliker hizo importantes contribuciones en histología de la musculatura y del sistema
nervioso. Demostró la naturaleza celular de los espermatozoides, lo que fue una
contribución decisiva para comprender la fecundación. En Alemania fue el anfitión de
Ramón y Cajal, cuyos trabajos supo valorar desde un comienzo.
En 1893 Wilhelm His (jr) (1863-1934) descubrió el haz de musculatura específica que
lleva su nombre y seis años después, documentó anatómicamente el primer caso de
bloqueo de Adams-Stokes. His era un hombre de nivel cultural superior, buen violinista
y pintor, de penentrante juicio en el arte, la literatura e historia.
LA EMBRIOLOGIA
Para las mentes orientadas en el positivismo la explicación evolucionista de la
ontogénesis no era satisfactoria, había que buscar en la ontogénesis misma las leyes que
la determinaban. Nació así la mecánica del desarrollo o embriología experimental.
Destacaron en este campo dos embriólogos: Wilhelm Roux (1850-1924) y Hans Driesch
(1867-1944), ambos, discípulos de Haeckel. Driesch tenía amplios intereses, así: en
filosofía, matemáticas y física. Fue el fundador del neovitalismo reintroduciendo la idea
aristotélica de entelechia como principio intrínsico rector de lo viviente y portador de la
finalidad.
Revivió entonces la discusión sobre el preformismo, sustentado en el huevo en mosaico
de Roux, y la epigénesis, en el huevo de regulación de Driesch. La visión actual del
problema no es excluyente: en el programa genético puede verse, a manera de una
noción platónica de plan general, el preformismo; en su despliegue desencadenado por
factores peristáticos -en una especia de construcción aristotélica, la epigénesis.
LA PSICOLOGIA DE LA FORMA
En 1890 el barón Christian von Ehrenfels (1859-1932) formuló la teoría de la Gestalt,
según ella la mente tiene la propiedad de percibir el todo por encima de sus
componentes corroborando el aforismo de que el todo es más que la suma de las partes.
Así, en la música puede distinguirse la percepción de notas aisladas y la percepción de
una melodía -el todo- cuando las mismas notas ocurren en determinadas relaciones, y a
su vez, la falta de percepción de la melodía cuando las notas dejan de estar dentro de
esas relaciones.
La teoría de la Gestalt, nacida en la psicología, ha marcado su influencia en muchos
campos de la ciencia, particularmente en biología, en que en este siglo fue un punto de
partida para el desarrollo de la concepción organicista de Ludwig von Bertalanffy: el
organismo concebido como un sistema jerarquizado de distintos niveles de
organización, cada uno de ellos con algunas propiedades nuevas con respecto a las
existentes en niveles inferiores.