22 DE MAYO.
DIA OCTAVO
Iniciamos persignándonos
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro
en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Acto de contrición
Pedimos perdón a Dios por nuestros pecados y decimos:
Jesús, mi Señor y Redentor, yo me arrepiento de todos los pecados que he
cometido hasta hoy, y me pesa de todo corazón, porque con ellos ofendí a un Dios
tan bueno.
Propongo firmemente no volver a pecar y confío que por tu infinita misericordia me
has de conceder el perdón de mis culpas y me has de llevar a la vida eterna. Amén
Canto a la Virgen María:
Se puede cantar una alabanza a María Auxiliadora u otra alabanza a la Virgen
Santísima.
Se hace el ofrecimiento de la Novena o se dicen las intenciones de la Novena:
V.-Virgen santísima dígnate permitirme que te alabe.
R.- Dame fortaleza contra mis enemigos y la gracia de vivir sin pecado.
Oración de inicio para todos los días
Oh Dios Todopoderoso y Misericordioso, que en defensa del pueblo cristiano
estableciste admirablemente en la Beatísima Virgen María un perpetuo auxilio;
concédenos propicio, que fortalecidos con tal protección, luchando en esta vida
podamos en la muerte, conseguir victoria del enemigo maligno, por Jesucristo
nuestro Señor. Amén.
ORACION PARA EL DIA OCTAVO
Madre y Auxilio de los Cristianos, ilumina a los gobernantes de nuestro país y del
mundo entero, para que sean justos en sus decisiones y procuren el bien común
de los pueblos que les fueron confiados. Amén.
Se reza: un Padre Nuestro y tres Avemarías, Gloria y la jaculatoria:
María Auxiliadora de los cristianos, Ruega por nosotros
ORACION FINAL
¡Oh María Virgen poderosa!
Tú, la grande e ilustre defensora de la Iglesia;
Tú, Auxiliadora del pueblo cristiano;
Tú, terrible como un ejército en orden de batalla;
Tú, que sola destruyes los errores del mundo,
defiéndenos en nuestras angustias,
auxílianos en nuestras luchas,
socórrenos en nuestras necesidades,
y en la hora de la muerte,
recíbenos en el eterno gozo.
Amén
Oración para pedir la bendición
Bendíceme oh María Auxiliadora,
que tu bendición santísima permanezca en mí noche y día.
En la alegría y en la tristeza, en el trabajo y en el descanso,
en la salud y en la enfermedad, en la vida y en la muerte
y durante la eternidad.
¡Oh bendición de María Auxiliadora!
Dichoso quien te la pide, recibe y guarda,
después de obtenerla aquí en la tierra,
la lleve en su último suspiro como prenda de vida eterna,
para gozar contigo en el cielo. Amén
María Auxiliadora de los cristianos, ruega por nosotros.
Dulce Madre…
NOTA.- Antes o después de la Novena podemos rezar el Santo Rosario
