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Guia de Comprensión de Lectura La Casa de Asterión

Este documento presenta un análisis de comprensión de lectura del cuento "La casa de Asterión" de Jorge Luis Borges. El objetivo es analizar la ambigüedad de sentido en el cuento y formular hipótesis sobre su carácter de verosimilitud. El documento incluye preguntas sobre el cuento para que los estudiantes respondan en su cuaderno.
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Este documento presenta un análisis de comprensión de lectura del cuento "La casa de Asterión" de Jorge Luis Borges. El objetivo es analizar la ambigüedad de sentido en el cuento y formular hipótesis sobre su carácter de verosimilitud. El documento incluye preguntas sobre el cuento para que los estudiantes respondan en su cuaderno.
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Liceo Polivalente Pdte.

José Manuel Balmaceda


Depto de Lengua y Letras
Profesora María Teresa Orchard
3eros medios

COMPRENSIÓN DE LECTURA:
LA CASA DE ASTERIÓN, JORGE LUIS BORGES

Nombre: ___________________________________________________________ Curso: __________

Objetivos:
-Analizar la ambigüedad de sentido en un cuento moderno, en cuanto:
al valor y comportamiento de personaje,
multiplicidad de valoraciones éticas de los acontecimientos,
diversidad de interpretaciones de la obra.

-Formular hipótesis acerca del carácter de verosimilitud de un cuento.

A continuación, lee el siguiente cuento “la Casa de Asterión” de Jorge Luis Borges y que forma parte del libro El
Aleph y responde las preguntas en tu cuaderno.

Y la reina dio a luz un hijo que se llamó Asterión.


Apolodoro: Biblioteca, iii, I.

Sé que me acusan de soberbia, y tal vez de misantropía, y tal vez de locura. Tales acusaciones (que yo
castigaré a su debido tiempo) son irrisorias. Es verdad que no salgo de mi casa, pero también es verdad que sus
puertas (cuyo número es infinito) [1] están abiertas día y noche a los hombres y también a los animales. Que
entre el que quiera. No hallará pompas mujeriles aquí ni el bizarro aparato de los palacios pero si la quietud y la
soledad. Asimismo hallará una casa como no hay otra en la faz de la tierra. (Mienten los que declaran que en
Egipto hay una parecida). Hasta mis detractores admiten que no hay un solo mueble en la casa. Otra especie
ridícula es que yo, Asterión, soy un prisionero. ¿Repetiré que no hay una puerta cerrada, añadiré que no hay una
cerradura? Por lo demás, algún atardecer he pisado la calle; si antes de la noche volví, lo hice por el temor que
me infundieron las caras de la plebe, caras descoloridas y aplanadas, como la mano abierta. Ya se había puesto
el sol, pero el desvalido llanto de un niño y las toscas plegarias de la grey dijeron que me habían reconocido. La
gente oraba, huía, se posternaba; unos se encaramaban al estilóbato del templo de las Hachas, otros juntaban
piedras. Alguno, creo, se ocultó en el mar. no en vano fue una reina mi madre; no puedo confundirme con el
vulgo, aunque mi modestia lo quiera.
El hecho es que soy único. No me interesa lo que un hombre pueda trasmitir a otros hombres; como el
filósofo, pienso que nada es comunicable por el arte de la escritura. Las enojosas y triviales minucias no tienen
cabida en mi espíritu, que está capacitado para lo grande; jamás he retenido la diferencia entre una letra y otra.
Cierta impaciencia generosa no ha consentido que yo aprendiera a leer. A veces lo deploro, porque las noches y
los días son largos.
Claro que no me faltan distracciones. Semejante al carnero que va a embestir, corro por las galerías de piedra
hasta rodar al suelo, mareado. Me agazapo a la sombra de un aljibe o a la vuelta de un corredor y juego a que
me buscan. Hay azoteas desde las que me dejo caer, hasta ensangrentarme. A cualquier hora puedo jugar a
estar dormido, con los ojos cerrados y la respiración poderosa. (A veces me duermo realmente, a veces ha
cambiado el color del día cuando he abierto los ojos). Pero de tantos juegos el que prefiero es el de otro
Asterión. Finjo que viene a visitarme y que yo le muestro la casa. Con grandes reverencias le digo: Ahora
volvemos a la encrucijada anterior o Ahora desembocaremos en otro patio o bien decía yo que te gustaría la
canaleta o Ahora verás una cisterna que se llenó de arena o Ya verás como el sótano se bifurca. A veces me
equivoco y nos reímos buenamente los dos.
No sólo he imaginado esos juegos; también he meditado sobre la casa. todas las partes de la casa están
muchas veces, cualquier lugar es otro lugar. No hay un aljibe, un patio, un abrevadero, un pesebre; son catorce
[son infinitos] los pesebres, abrevaderos, patios, aljibes. La casa es del tamaño del mundo; mejor dicho, es el
mundo. Sin embargo, a fuerza de fatigar patios con un aljibe y polvorientas galerías de piedra gris he alcanzado
la calle y he visto el templo de las Hachas y el mar. Eso no lo entendí hasta que una visión de la noche me reveló
que también son catorce [son infinitos] los mares y los templos. Todo está muchas veces, catorce veces, pero
dos cosas hay en el mundo que parecen estar una sola vez: arriba, el intrincado sol; abajo, Asterión. quizá yo he
creado las estrellas y el sol la enorme casa, pero ya no me acuerdo.
Cada nueve años entran en la casa nueve hombres para que yo los libere de todo mal. Oigo sus pasos o su
voz en el fondo de las galerías de piedra y corro alegremente a buscarlos. La ceremonia dura pocos minutos. uno
tras otro caen sin que yo me ensangreente las manos. Donde cayeron, quedan, y los cadáveres ayudan a
distinguir una galería de las otras. Ignoro quiénes son, pero sé que uno de ellos profetizó, en la hora de su
muerte, que alguna vez llegaría mi redentor. desde entonces no me duele la soledad, porque sé que vive mi
redentor y al fin se levantará sobre el polvo. Si mi oído alcanza todos los rumores del mundo, yo percibiría sus
pasos. Ojalá me lleve a un lugar con menos galerías y menos puertas. ¿Cómo será mi redentor?, me pregunto.
¿Será un toro o un hombre? ¿Será tal vez un toro con cara de hombre? ¿O será como yo?

El sol de la mañana reverberó en la espada de bronce. Ya no quedaba ni un vestigio de sangre.


—¿Lo creerás, Ariadna? —dijo Teseo—. El minotauro apenas se defendió.
A Marta Mosquera Eastman

[1] El original dice catorce, pero sobran motivos para creer inferir que, en boca de Asterión, el número catorce
vale por infinitos.
RESPONDA LAS SIGUIENTES PREGUNTAS EN SU CUADERNO:
Analizar la ambigüedad de sentidos
1- ¿Qué tipo de narrador relata este cuento? ¿en qué persona escribe?
2- ¿Qué sabe de su origen el protagonista y cómo se siente al respecto?
3- ¿Cómo es el lugar que habita el protagonista, a qué lo asocia, qué sentimientos despierta en él?
4- Según esa descripción, ¿logras darte cuenta del lugar en el que está Asterión? ¿cuál sería?
5- ¿Cómo reaccionan las personas cuando ven al protagonista? ¿Qué piensa de ello Asterión?
6- ¿Cuáles son los pasatiempos del personaje principal? ¿Cuál es su favorito? ¿Por qué?
7- En el texto se habla de un redentor, ¿quién sería ese personaje, qué sensaciones tiene Asterión, respecto de éste?
8- ¿Por qué al final del relato Teseo dice: “¿Lo creerás, Ariadna?, el minotauro apenas se defendió”?

Formular una hipótesis acerca del carácter verosímil o posible de un texto narrativo literario

1- ¿En qué sentido el anterior cuento leído es posible que sea semejante a la realidad y en qué sentido, no es posible
asemejarlo? Dé ejemplos del texto para fundamentar su respuesta.
2- ¿Cuál crees que es la intención del autor de este cuento, cuál crees que es el mensaje, qué otro sentido le das tú al
cuento?

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