Un matemático lee el periódico John Allen Paulos
Un matemático lee el periódico John Allen Paulos
11. Ciudadanos de a pie confirman noticia
Repetición en cadena
Las noticias sobre las reacciones del hombre de la calle son un ejemplo, primero
asombroso y después divertido, de la difundida tendencia a regalar verborrea y
llamarla noticia. La versión televisual suele comenzar diciendo: «Para comprobar las
reacciones de los ciudadanos ante estas medidas vayamos a…». A continuación
hacemos una breve visita a un bar, un colegio, una parada de autobús y unos
grandes almacenes, donde el periodista aborda a varias personas normales (sea
esto lo que fuere) y les dice que opinen sobre alguna importante noticia que acaba
de contárseles. La situación me recuerda siempre a esas personas que, veinticuatro
horas después de haber discutido con el marido o la mujer, dicen al cónyuge que
todas las personas con quienes han hablado sobre el contencioso están de acuerdo
con ellas. (El cónyuge debería responder: «Si hubiera oído únicamente lo que les
has dicho, también yo estaría de acuerdo contigo»). Si el proverbial ciudadano de a
pie no tiene un punto de vista independiente, una perspectiva opuesta o
información adicional, lo que piense me trae sin cuidado.
Viene al caso la anécdota que contaba Wittgenstein sobre el hombre que, para estar
seguro de la noticia que lee en la prensa, compra docenas de ejemplares del mismo
periódico. Henri Bergson habría dicho que la pauta repetitiva que articula las
noticias sobre las reacciones ciudadanas (entre otras modalidades) las vuelve
graciosas, ejemplos de su caracterización de lo cómico, «lo mecánico incrustado en
lo vivo». Incluso los acontecimientos trágicos que se reviven de manera reiterada
comienzan enseguida a parecer ridículos.
O se invierte más inteligencia para localizar y entrevistar a ciudadanos que
enfoquen la noticia de un modo distinto o estos reportajes deberían presentarse con
una introducción que dijera: «A continuación, una selección de variantes muy
menores de la noticia que acabamos de darles, en boca de unos cuantos vecinos
elegidos al azar».