TEMA 01: MODERNISMO & GENERACIÓN DEL 98
La crisis universal de las letras y el espíritu genera la angustia vital la preocupación por la muerte y el
paso del tiempo de los autores modernistas y noventayochistas así como la reivindicación del
irracionalismo y del idealismo característico de filósofos y artistas de la época (Schopenhauer y Freud).
Estos dos movimientos literarios reciben influencias del parnasianismo ("el arte por el arte") que
promueve la literatura basada en la estética, del simbolismo que pretende descifrar la verdad oculta de
la realidad y del decadentismo que reivindica el encanto de lo malsano y de lo escandaloso. Estos
movimientos anteriores producen una actitud existencialista y el inconformismo vital entre los autores.
Modernismo
Este movimiento literario abarca en España desde la publicación de Azul (1888) obra de Rubén Darío
qué surge debido a la decadencia política y cultural española a finales del siglo XlX (pérdida de las
colonias españolas en el 98) hasta la aparición de los novecentistas con el verso de Enrique González
Martínez: "Tuércele el cuello al cisne de dudoso plumaje" (1910).
Los temas más recurrentes fueron el amor, el erotismo, la angustia existencial, el cosmopolitismo y el
aristocratismo que se empleaban frecuentemente en silvas, sonetos y romances de versos
dodecasílabos y alejandrinos y el vocabulario exótico poco frecuente, así como la figura literaria de la
sinestesia y las alusiones a la mitología
Rubén Darío, el autor precursor del modernismo en Hispanoamérica escribe una obra poética
renovadora y revolucionaria entre las que destacan Rimas otoñales (de su primera etapa parnasianista),
Azul (de su segunda etapa modernista, Prosas profanas (de su tercera etapa simbolista y cosmopolita y
Cantos de vida y esperanza (de su cuarta etapa más reflexiva).
Valle-Inclán conocido dramaturgo que divide su obra narrativa en una primera etapa modernista (Las
Sonatas) pero evolucionará hacia la poesía expresionista del esperpento (Tirano Banderas).
Juan Ramón Jiménez comienza su trayectoria literaria con el modernismo (Nubes, Arias tristes,
Pastorales, Jardines lejanos, Estío y Patero y yo) y evoluciona hasta su etapa intelectual (Diario de un
poeta recién casado) y su última etapa verdadera (Dios deseado y deseante). Divide su obra en 3
antologías poéticas.
Generación del 98
Se denomina generación del 98 a un grupo de autores que comienzan a escribir en torno a la fecha del
desastre colonial español en cuyas obras se presentan preocupaciones comunes sobre la identidad
española y la necesidad de una regeneración nacional.
La etapa de juventud de los autores del 98 (1898-1900) se basa en el reflejo de la crisis plasmada
desde la actitud de rebeldía. En la segunda etapa de "Los Tres" (1900-1904) Azorín, Maeztu y Baroja
experimentan un periodo de activismo. La tercera etapa se caracteriza por el idealismo contemplativo
de los autores y durante la cuarta y última etapa se produce la disolución del del grupo a partir de
1910.
Este periodo se caracteriza por la ruptura con la narrativa realista y naturalista, por la influencia de
Schopenhauer y Nietzsche en el pesimismo y la angustia existencial que conducen a una literatura
reflexiva que se manifiesta mediante el tema de Castilla, el regeneracionismo de España y el lenguaje
tradicional.
Miguel de Unamuno, autor que destacó por crear el concepto de la intrahistoria (historia de los
personajes) y por crear las nivolas (Niebla y San Manuel Bueno Mártir), además de escribir obras
ensayísticas (La agonía del cristianismo o En torno al casticismo) y poesía de verso libre (El Cristo de
Velázquez).
Azorín que destaca por su detallismo y minuciosidad en las descripciones de sus novelas (La voluntad),
de sus ensayos (Los pueblos) y de sus obras teatrales (Lo invisible).
Pío Baroja que entendía la novela como un género abierto y multiforme y escribió numerosas triologías
como La Busca o La Raza y se caracterizaba por su pesimismo existencial, crítico y escéptico.
Antonio Machado que divide su obra poética en 3 etapas; una primera modernista (Soledades, galerías
y otros poemas), una segunda etapa noventayochista (Campos de Castilla) y una tercera etapa reflexiva
sobre el amor, la moralidad y la deshumanización de la poesía (Nuevas canciones).
TEMA 02: NOVECENTISMO Y VANGUARDIAS
Desde comienzos del siglo XX hasta la Guerra Civil (1936-1939), conviven en España la Generación del
98 y el novecentismo o Generación del 14.
La generación del 14
La generación del 14, influenciada por las nuevas estéticas europeas, supone una ruptura con la
narrativa realista y naturalista del siglo XlX y con el modernismo, a pesar de mantener ciertos autores
pesimistas y existencialistas como Miguel de Unamuno o Pío Baroja. Se desecha la perspectiva única y
omnisciente del realismo y se adopta un nuevo concepto de realidad (como la suma de perspectivas),
rechazando el sentimentalismo romántico.
El intelectual novecentista que surge a principios del siglo XX, influenciado por el liberalismo, entiende la
literatura como un arte dirigido a minorías que desde la reforma educativa, defiende el europeísmo y
trata el problema de España desde una perspectiva menos pesimista. Se cuida la forma de escritora y
con frecuencia se alude a la función poética del lenguaje en la prosa.
Novela novecentista:
Gabriel Miró que recuerda a las descripciones de Azorín por su capacidad de captar sensaciones,
escribe El obispo leproso.
Ramón Pérez de Ayala que escribe en su primera etapa (Troteras y danzaderas) desde el pesimismo
vital y la crítica hacia la soledad española y reflexiones filosóficas en su segunda etapa de madurez
(Tigre Juan y el curandero).
Ensayo novecentista:
José Ortega y Gasset que escribe influenciado por el surrealismo y el racionalismo La
deshumanización del arte e Ideas sobre la novela. Eugenio D'Ors escribe Glosario.
Poesía novecentista:
Juan Ramón Jiménez comienza su trayectoria literaria con el modernismo (Nubes, Arias tristes,
Pastorales, Jardines lejanos, Estío y Patero y yo) y evoluciona hasta su etapa intelectual (Diario de un
poeta recién casado) y su última etapa verdadera (Dios deseado y deseante). Divide su obra en 3
antologías poéticas.
Las Vanguardias
Las vanguardias se definen como movimientos artísticos radicales que surgieron vertiginosamente
después de la primera guerra mundial (WWI), y que desde la experimentación y el rechazo de la razón,
transforman la sociedad del siglo XX hasta la Guerra Civil (1936-1939).
Se caracterizan también por la incorporación del feísmo como elemento máximo del arte (a través de un
lenguaje que genera repugnancia exalta al lector y le produce sensaciones) y por nuevos métodos de
expresión audiovisual (cine y fotografía).
El futurismo promueve la rápida lectura a través de los verbos en infinitivo y la eliminación de adjetivos,
adverbios y conjunciones. Surge del italiano Marinetti.
El cubismo pretende fragmentar la realidad a través de líneas en la pintura. Se traduce a la literatura con
la invención de los caligramas. Surge con Pablo Picasso.
El expresionismo exalta la oscuridad y la fealdad de la realidad. Surge con Kandinsky, Pío Baroja y el
esperpento de Valle-Inclán.
El dadaísmo se basa en la búsqueda del arte anárquico e irracional.
El surrealismo se manifiesta en la literatura a través de la escritura automática y las metáforas. Supone
la rehumanización de las vanguardias y al mismo tiempo una revolución moral.
El creacionismo permite que el propio autor cree su propia realidad
El ultraísmo propone imágenes y metáforas como ejes de la poesía.
En España, destaca Ramón Pérez de la Serna como el precursor del creacionismo y del ultraísmo, dos
movimientos antisentimentalistas que, a diferencia del resto de vanguardias que influencian a Rafael
Alberti o a Federico García Lorca, influencian a Gerardo Diego y Juan Larrea.
TEMA 03: POESÍA DE LA GENERACIÓN DEL 27
La generación del 27 agrupa a varios escritores nacidos durante la dictadura de Primo de Rivera
(1923-1930) que tienen un espíritu de renovación literaria, comparten vivencias en la Residencia de
Estudiantes y escriben conjuntamente en revistas como Litoral, Índice o Ley.
Características:
Surgen de la conmemoración del centenario de la muerte de Góngora (Sevilla, 1927) y mantienen una
serie de características en común entre las que destacan; la influencia de la poesía pura de Juan
Ramón Jiménez, la influencia de las vanguardias, el neopopularismo y la admiración hacia el
culteranismo de Góngora.
Etapas:
La primera etapa de juventud (1920-1930) se caracteriza por la renovación estética a través de la
poesía pura, el neopopularismo y de vanguardias como el creacionismo y el ultraísmo. Durante la
segunda etapa (1929-1936) los autores promueven una poesía de mayor compromiso social y
político. Y en la tercera etapa (1936-1939) el desarrollo literario se ve interrumpido produciendo el exilio
exterior para autores como Pedro Salinas y el exilio interior para escritores como Dámaso Alonso.
Autores y autoras:
Jorge Guillén, autor representante de la poesía pura, se caracteriza por la elaboración minuciosa de los
versos. Recoge toda su obra en los 5 ciclos de Aire nuestro incluyendo Cántico, Clamor y Homenaje.
Gerardo Diego domina conjuntamente la tradición y las vanguardias. (Romancero de la novia y Manual
de espumas).
Dámaso Alonso evoluciona de la poesía desarraigada (Hijos de la ira) a una poesía existencial
(Hombre y Dios)
Vicente Aleixandre escribe influenciado por el modernismo y las vanguardias. Se caracteriza por el
verso libre y la búsqueda del ritmo. En su primera etapa anterior al estallido de la Guerra Civil (1936)
exalta a la naturaleza (La destrucción del amor), en su segunda etapa pierde el tono vitalista y trata el
tema de la nostalgia (Historia del corazón) y escribe en su tercera etapa con serenidad (Diálogos del
conocimiento)
Pedro Salinas, el poeta del amor destaca por la búsqueda de la estética y el verso corto en su primera
etapa (Presagios), el desarrollo del concepto de amor cómo plenitud en su segunda etapa (La voz a ti
debida) y la publicación de El contemplado durante su exilio.
Rafael Alberti es el autor de poesías populares en su primera etapa (Marinero en tierra), de obras
influenciadas por el vanguardismo (Sobre los ángeles), de poemas de temática social (Entre clavel y
espada) y de su etapa del exilio (Poemas del destierro y la espera).
Luis Cernuda recoge toda su obra poética anterior a la Guerra Civil en La realidad y el deseo (1936) en
la que expresa el conflicto que experimenta entre sus aspiraciones y las imposiciones de la sociedad.
Federico García Lorca cultiva tanto la tradición culta como las vanguardias y escribe en una primera
etapa Romancero gitano (obra de constantes alusiones a la mitología y de múltiples símbolos), en una
segunda etapa vanguardista Poeta en Nueva York y en su última etapa Sonetos del amor oscuro.
Emilio Prados. Tras sus comienzos populares y juanrramonianos, inicia una etapa
surrealista (La voz cautiva) y, tras ella, otra de poesía política (Llanto en la sangre). En
el exilio con Jardín cerrado se acerca a su intimidad y se centra en problemas
existenciales y metafísicos.
Manuel Altolaguirre. Su obra, de tonos románticos, se encuentra alejada de la
deshumanización y del Vanguardismo y se caracteriza por la musicalidad y el tono
cordial. Destacan Las islas invitadas y en el exilio Poemas de América.
También destacan otras poetisas como Emilio Prados (La voz cautiva y Jardín cerrado), Manuel
Altolaguirre (Las islas invitadas), Rosa Chacel o María Teresa León.
TEMA 04: EL TEATRO ANTERIOR A 1939
El teatro anterior al año 1939 se divide en 2 grandes corrientes; el teatro triunfador o comercial que
recoge 3 vertientes teatrales (teatro realista, teatro cómico y teatro poético) y se caracteriza por el
inmovilismo temático y estilístico (acorde a sus espectadores burgueses) y el teatro renovador que
recoge las obras con finalidad de renovación literaria publicadas por los autores de las generaciones
del 98 y del 27.
Jacinto Benavente es la figura más representativa del teatro realista. Este autor refleja desde la técnica
del realismo las costumbres sociales de la clase burguesa y escribe tanto en escenarios cosmopolitas
(La noche del sábado) como en escenarios rurales (La Malquerida). Destaca por su obra Los intereses
con la que realiza una fuerte crítica hacia los ideales burgueses.
El teatro poético (escrito en verso) surge de la nueva estética modernista y de la oposición a la corriente
ideológica noventayochista. Destaca por su carácter antirrealista y por las obras Las hijas del Cid de
Eduardo Marquina u el Alcázar de las perlas de Francisco Villaespesa.
El teatro cómico resaltaba por su influencia en ambientes castizos, tópicos y populares que
garantizaban su éxito en el espectador.
- Los hermanos Álvarez Quintero trasladaron su obra a la Andalucía tópica donde recreaban
escenas alejadas de los problemas (El genio alegre).
- Carlos Arniches escribe sainetes desde el ambiente madrileño (El Santo de la Isidra) además de
tragedias grotescas mediante las que muestra una actitud crítica ante las injusticias (Los
caciques).
- Pedro Muñoz Seca escribe obras humanísticas basadas en los juegos de palabras, las
deformaciones léxicas y las situaciones disparatadas (La venganza de don Mendo).
Por otro lado, autores de la generación del 98 tratan de ensayar nuevas formas alejadas del realismo.
Destacan:
- Miguel de Unamuno que trata de resolver su conflicto existencial en su obra Sombras de sueño,
- Azorín que con su obra Lo invisible proclama la necesidad de renovar el teatro y abrir nuevos
cauces expresivos
- y Valle-Inclán quien evoluciona desde una primera etapa modernista (Cenizas), pasando por
una segunda etapa de transición literaria en la que escribe comedias míticas (Romance de
lobos) hasta culminar en el esperpento, con el que expresa con total libertad la degradación
política y cultural que experimentaba España (Luces de Bohemia) y presenta lo estrafalario como
algo normal e inverosímil.
Finalmente, los autores de la generación del 27 destacan por la intención de acercar el teatro al pueblo,
incorporar las nuevas formas de vanguardia y depurar el teatro poético.
- Rafael Alberti (El hombre deshabitado, Fermín Galán),
- Miguel Hernández que influenciado por Lope de Vega, cultiva un teatro escrito en verso de
temática social (El labrador de más aire, Teatro de guerra),
- Alejandro Casona que se dedica al teatro puro y antirrealista (Una botella, Otra vez el diablo, La
dama del alba),
- Max Aub que influenciado por el surrealismo, escribe sobre la incapacidad del hombre para
comprender la realidad (Una botella) aunque tras el exilio se compromete con la situación
sociopolítica de posguerra (San Juan),
- Federico García Lorca aborda una temática profunda y variada y somete a sus personajes a
destinos trágicos, soledad, muerte, amores atormentados como se aprecia en sus obras El
maleficio de la mariposa (de su primera etapa de los años 20), El público (de su segunda etapa
vanguardista) y en los dramas rurales escritos en su última etapa (Yerma, Bodas de sangre, La
casa de Bernarda Alba).
TEMA 05: TEATRO DESDE 1939 HASTA LA ACTUALIDAD. TEATRO DE POSGUERRA
Tras la Guerra Civil (1936-1939) que suponía la pérdida de la innovación literaria de los autores de la
época anterior y a la par que se desarrollaba el teatro del absurdo en Europa (Madre Coraje y sus hijos
de Bertolt Brecht), aparece en España un teatro convencional dirigido a un público conservador.
Década de los 40 y primera década de los 50
Durante la década de los 40 y principios de los años 50, se desarrolla el teatro continuista de alta
comedia caracterizado por la temática de amor, la infidelidad y los conflictos entre padres e hijos y por
personajes de clase media que no experimentan problemas económicos. Posee un tono cómico sin
intención crítica y destacan los autores José María Pemán (Romeo y Julieta), Joaquín Calvo Sotelo y
Juan Ignacio Luca de Tena.
También en esa etapa y a la par que el teatro continuista de alta comedia, se da el teatro de humor
renovado que se basa en el humor disparatado y poético y en situaciones absurdas e inverosímiles.
Estas características se ven acompañadas por el lenguaje crítico contra las convenciones de la
burguesía y se refleja en las obras de Enrique Jardiel Poncela y Miguel Mihura.
- Enrique Jardiel Poncela elabora su obra desde el humor abstracto e intelectual, buscando la
atemporalidad del conflicto, los personajes y el escenario. Basa su obra en la inverosimilitud y en
lo fantástico y escribe una novela policiaca y folletinesca (Cuatro corazones con freno y marcha
atrás).
- Miguel Mihura escribe desde el inconformismo hacia las convenciones sociales, el humor
inverosímil y se anticipa al teatro del absurdo (Tres sombreros de copa).
Segunda década de los 50 y década de los 60
Durante la segunda década de los años 50 y los años 60, el teatro del realismo social surgió de un
público joven universitario que demandaba un nuevo teatro. Aparece un teatro de compromiso que
desde la actitud crítica y política pretende hacer reflexionar al lector, y que se caracteriza por una
temática basada en la alineación y en la denuncia de la injusticia social, la falta de libertad, la
discriminación, la violencia y la explotación del ser humano... Predomina la técnica realista y la
diversidad en el estilo de cada autor y destaca el simbolismo con el que los dramaturgos como Antonio
Gala (Los buenos días perdidos), José Martín Recuerda (Los salvajes en puente San Gil), Lauro Olmo
(La camisa) o Carlos Muñiz (El precio de los sueños) esconden los mensajes políticos e ideológicos,
evitando la censura.
- Antonio Buero Vallejo denuncia la injusticia y manifiesta inconformismo ante un mundo hostil
desde el compromiso político y social. Trata temas como la opresión, la tortura, la pérdida de los
valores morales, la deshumanización de la vida humana, la Guerra Civil, utiliza el simbolismo
para pasar desapercibido ante la censura y escribe en su primera etapa existencialista Historia
de una escalera, Hoy es fiesta en su segunda etapa social y La fundación en su tercera etapa de
renovación formal.
- Alfonso Sastre tuvo problemas con la censura y no conectó del todo con el público. Desarrolla
el teatro como arte social y aborda temas sociales y revolucionarios como la denuncia de la
dictadura (Escuadra hacia la muerte).
Década de los 70
Durante la década de los 70 el teatro español recibe influencia de las vanguardias y del teatro del
absurdo. Predomina el teatro experimentalista y renovador en el que se destruye la acción y se
introducen el simbolismo, la abstracción y elementos extraverbales (técnicas audiovisuales y
escenográficas) que buscan las sensaciones del espectador a través del espectáculo. De esta época
destacan autores coetáneos a los realistas como Francisco Nieva o Antonio Martínez Ballesteros y otros
más jóvenes como Alberto Millares, además de los grupos de teatro independiente (Els Joglars, Els
Comediants, Tábano...) que pretendían aunar lo experimental con lo popular y Fernando Arrabal el
creador del teatro del pánico con rasgos oníricos y críticos de Valle-Inclán que refleja en sus obras (El
cementerio de automóviles) su rebeldía ante lo absurdo y la sinrazón del mundo.
Las obras producidas tras la década de los setenta retoman la tradición y vuelven al neorrealismo como
se aprecia en Las bicicletas son para el verano (1977) de Fernando Fernán Gómez. Otras obras
abordan una temática variada dentro del costumbrismo (drogas, paro, delincuencia...) que enlaza con
con la tradición de la farsa y el sainete como Bajarse al moro de José Luis Alonso de Santos o Tú estás
loco de Fermín Cabal.
TEMA 07: NOVELA ESPAÑOLA DESDE 1939 HASTA 1974. NOVELA DE POSGUERRA
La Guerra Civil Española (1936-1939) supone una ruptura con la narrativa novecentista y la Generación
del 27. Los autores tendrán que hacer frente a la censura del régimen autoritario franquista y al exilio
que llegará para ambos, tanto a los escritores anteriores al conflicto de tendencia realista y social como
Ramón J. Sender (Réquiem por un campesino español) y de tendencia deshumanizadora o intelectual
como Max Aub (Juegos de Cartas) y Rosa Chacel (Sin Razón) como a los escritores exiliados fuera del
país que comenzarán a escribir tras el conflicto (Manuel Andújar y Segundo Serrano Poncela). .
Década de los años 40
De la década de los años cuarenta destaca la novela existencialista como amargo reflejo de la vida
cotidiana. Se caracteriza por una temática influida por la soledad, la inadaptación, la frustración y la
muerte que incluye personajes desarraigados o desorientados que traducen el malestar de la sociedad
a través de la técnica tremendista y el lenguaje coloquial. Las obras de esta época siguen la estructura
narrativa tradicional como se pone de manifiesto en:
- La familia de Pascual Duarte de Camilo José Cela, creador del tremendismo que se influencia
por el pesimismo existencial de Pío Baroja y evoluciona al realismo social (La Colmena) y hasta
la novela experimentalista (Oficio de tinieblas),
- Nada de Carmen Laforet, que en la decepción y desencanto de una joven que llega a Barcelona
para iniciar sus estudios universitarios y
- La sombra del ciprés es alargada de Miguel Delibes que sobrepasará el existencialismo y
escribirá novelas de mayor carga social (El Camino, Los Santos inocentes) hasta concluir en la
novela novedosa de los 70 (Cinco horas con Mario).
Década de los años 50
En los años cincuenta del siglo XX, se desarrolla paralelamente a la poesía social, la novela de
realismo social. Esta manifiesta la denuncia social y el compromiso ético de los escritores que tratan la
dura vida en el campo, las complicadas relaciones laborales, la miseria de las ciudades, la abulia y las
consecuencias de la guerra desde una estructura lineal en la que predomina el lenguaje directo y
sencillo, los personajes colectivos representativos de las distintas clases sociales y dos tendencias
literarias principales:
- Los autores objetivistas como Jesús Fernández Santos (Los bravos), Ignacio Aldecoa (El
fulgor y la sangre), Rafael Sánchez Ferlosio (El Jarama) y Carmen Martín Gaite ( El cuarto de
atrás) se alejan de la dimensión subjetiva para reflejar con la máxima de veracidad el estilo de
vida de la época.
- Mientras que los autores del realismo crítico como Juan Goytisolo (Duelos en el paraíso), Ana
Mª Matute (Primera memoria) y Juan Marsé (Encerrados con un solo juguete) emplean una
denuncia social más explícita, proyectando su ideología sobre los personajes.
Década de los 60
En la década de los años sesenta surge la novela experimentalista o estructural caracterizada por las
nuevas fórmulas de construcción narrativa; secuencias en lugar de capítulos, narrador omnisciente
tradicional, punto de vista múltiple, saltos temporales en la cronología de la obra, simbolismo, realismo
mágico, estilo indirecto libre, técnica de contrapunto, técnica caleidoscópica, final abrupto...
Autores importantes son Luis Martín Santos (Tiempo de silencio), Juan Benet (Región, Volverás a
Región) y Juan Marsé que supera la corriente objetivista aunque continúa con la denuncia social y la
crítica de la burguesía despreocupada (Últimas tardes con Teresa).
Década de los 70
Las obras que marcan el comienzo de la década de los setenta que experimenta la vuelta a la tradición
y la simplificación de las estructuras narrativas son La saga /fuga de JB de Gonzalo Torrente Ballester,
Escuela de mandarines de Miguel Espinosa y La verdad sobre el caso Savolta de Eduardo Mendoza.
Reaparece el existencialismo y el intimismo, se recupera la historia cerrada y continua y los autores de
la generación del 68 abandonan las intenciones ideológicas y políticas e idean diferentes tendencias
narrativas que se desarrollarán en las siguientes décadas:
- Experimentalismo (Luis Goytisolo, Esther Tusquets),
- Neorrealismo (Juan José Millás, Javier Marías, Lourdes Ortiz, Álvaro Pombo) y
- La novela histórica (Antonio Muñoz Molina, Manuel Vázquez Montalbán).