Černý Jiří Historia de La Lingüística Universidad de Extremadura 1998 Introducción
Černý Jiří Historia de La Lingüística Universidad de Extremadura 1998 Introducción
DE LA LINGÜISTICA
JIkÍ CERNÝ
ISBN 84-7723-334
UNIVERSIDAD DE EXTREMADURA
JIkí CERNÝ
HISTORIA DE LA LINGÜÍSTICA
UNIVERSIDAD DE EXTREMADURA
1998
Cerny, Jirí
Título de la versión original checa: Dãjiny lingvistiky, Editorial Votobia, Olomouc 1996
© 1996, Jifí Cerný
© 1996, Votobia, Olomouc, República Checa
Diseño de Cubierta: J. Vaclová. Cedida por Editorial Votobia.
Historia de la Lingüística
CONTENIDO
CAPÍTULO I : PERÍODO
PREHISTÓRICO
45
1. Rasgos
fundamentales
47
2. Mesopotamia 48
3. Egipto 50
4. China .... 51
5. Creta 53
6. Arabia, Fenicia y 54
Judea
CAPÍTULO 2:
ANTIGÜEDAD
59
1. Rasgos
fundamentales
61
2. India 61
3. Grecia
7. América precolombina 56
4. Roma 68
[7]
CONTENIDO
6. Neolingüística .. 126
7. La escuela lingüística de Kazan ..... .. . 128
8. Filip F. Fortunatov y la escuela de Moscú 129
9. Un «americano solitario»: W. D. Whitney 130
CAPÍTULO 6: FERDINAND DE SAUSSURE Y EL ORIGEN DE LA LINGÜÍSTICA ESTRUCTURAL 133
1. Orígenes de la lingüística estructural 135
2. La vida y obra de Ferdinand de Saussure 137
3. El «Curso de lingüística general» 139
4. Sincronía y diacronía 140
5. «Langue» y «parole» 142
6. La lengua como sistema . 144
7. La semiología y el carácter social de la lengua . 146
8. La teoría del signo lingüístico 146
7. Competencia y actuación
261
293
295
CAPÍTULO 13: LINGtjísT1cA CUANTITATIVA Y TEORÍA DE NFORMACIÓN .....
296
1. Lingüística y matemáticas .
2. Comienzos de lingüística cuantitativa y el concepto de frecuencia .
3. El «proceso de Markov» y la teoría de probabilidad
5. Diccionarios de frecuencia
7. Glotocronología
9. Entropia, redundancia, bit y «rumor» ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ...
l . Origen y contenido de la lingüística algebraica ..... ..... ..... ..... ..... ..... ...............
2. Lógica formal moderna
3. Modelos matemáticos y la
lingüística . 298
4. La gramática categorial de Bar-Hillel301
5. Teoría de los modelos analíticos 305
311
315
Esta es la versión española del original checo publicado hace dos años. Lo cierto es
que el lector español, a diferencia del checo, desde hace algún tiempo ya dispone de
varias «Historias de la Lingüística», algunas de ellas incluso en versión española. A pesar
de ello, creemos que puede encontrar en el presente volumen informaciones interesantes
para quien se dedica al estudio de cualquier lengua o de cualquier disciplina lingüística.
Primero, porque la complicada y emocionante evolución de las opiniones relativas a la
lengua —un fenómeno tan corriente por una parte y tan complejo por otra— se presta
indudablemente a interpretaciones muy variadas. Y segundo, porque nuestra «Historia»
difiere de las demás concretamente en dos puntos importantes:
1. Al lado de la lingüística occidental, dedica una atención considerable también a
los destinos de esta disciplina en la Europa Central y del Este.
2. La mayoría de las obras en cuestión termina sus exposiciones en los años sesenta,
mientras que nosotros hemos dedicado una atención especial a la segunda mitad del siglo
xx; la mitad del libro —los capítulos 11-20— trata de las corrientes relativamente nuevas
que tantos cambios han aportado después de la Segunda Gran Guerra y tantas
concepciones nuevas siguen aportando hasta nuestros días.
A los capítulos que tratan de la historia de la lingüística propiamente dicha les hemos
antepuesto uno dedicado a temas generales, tales como son la clasificación de las
disciplinas lingüísticas, los rasgos y las funciones principales del lenguaje, la
comunicación en los animales, las llamadas lenguas primitivas, el origen de la lengua y el
de la escritura, las lenguas naturales y las artificiales, etc., todo esto para facilitar a los
principiantes la lectura de los capítulos siguientes, en donde dichos temas generales ya no
se repiten.
La obra está destinada a los estudiantes de las distintas Filologías y su objetivo
principal consiste en caracterizar clararamente las escuelas, corrientes y tendencias que
han tenido lugar en la evolución de la lingüística, así como buscar sus
interdependencias.
Estoy agradecido a mis amigos y colegas españoles que han juzgado útil publicar
esta versión española. Son ante todo Hernán Urrutia Cárdenas, de la Universidad de
Deusto, quien ha sido el primero en manifestar su interés, José Polo, de la Universidad
Autónoma de Madrid, quien ha organizado la edición, así como José Manuel González
[13]
16
LENGUA, LINGÜÍSTICA E
HISTORIA DE LA LINGÜÍSTICA
estudio de las lenguas particulares o de sus grupos, trata de formular las leyes que
rigen una lengua o su evolución, busca los fenómenos que sean comunes a todas las
lenguas (los llamados universales) y estudia los métodos de su disciplina, así como su
evolución.
[17]
18 LENGUA, LINGÜÍSTICA...
ser muy desarrollados y son dignos de atención; b) sin embargo, la diferencia que existe
entre la lengua humana y cualquier otro medio de comunicación es fundamental.
Dentro del reino de los animales se encuentran exclusivamente las señales
relacionadas de alguna manera con las situaciones de vital importancia, tales como, ante
todo, la comida, el peligro, la selección del medio ambiente, así como la necesidad de
mantener la especie. Estas señales pueden ser muy variadas, pero es posible clasificarlas
en tres grupos: ópticas, de olor, y acústicas.
Un buen ejemplo de señalización óptica ha sido observado en las abejas. Al volver a
la colmena con el polen, la abeja, inmediatamente antes de entrar, realiza una «danza»
especial (+ fig. 1). Al analizarla, se ha verificado que la danza sirve para comunicar a las
demás abejas —con mucha precisión— la distancia y la dirección en que se encuentra el
alimento, así como su cantidad aproximada. Se han construido abejas artificiales y, con
varias «figuras de la danza» imitadas, era posible mandar las abejas a distintos lugares.
Fig. 1: Comunicación sobre la alimentación en las abejas (según Frisch). La «danza» enforma de
círculo significa que el alimento está cerca, la enforma del ocho, que está lejos, es decir, a más de 50
metros, aproximadamente; la velocidad de la «danza» especifica la distancia.
En los insectos y otros animales es común ante todo la señalización mediante el olor.
Vamos a mencionar un ejemplo ilustrativo. Unos dos millones de hormigas blancas
africanas viven en una construcción de grandes dimensiones, en la cual mantienen la
temperatura constante de unos 300 centígrados, cualquiera que sea la época del año o parte
del día. Para lograrlo, además del calor producido por su movimiento, les sirve sobre todo
un sistema de canales de ventilación que están colocados cerca de la superficie de la
construcción. En ellos se mueven constantemente las hormigas especializadas en cerrar o
abrir dichos canales, regulando la temperatura de manera que en la cámara de la abeja
reina se mantenga la temperatura constante, a pesar de sus grandes oscilaciones en el
medio ambiente. La única explicación de este fenómeno, hasta ahora, es que reciben las
instrucciones correspondientes a través del olor segregado por la reina.
Jilí
CERNÝ 21
Algunos animales combinan varios tipos de comunicación. Así, p. ej., algunas
especies de peces, que habitan aguas profundas, disponen de señales luminosas, pudiendo,
a través de la fluorescencia, atraer a su pareja o intimidar al enemigo. En muchas especies
de peces ha sido descrita la señalización mediante el olor; al ser lesionado un miembro de
la especie, p. ej los demás miembros son informados automáticamente sobre el peligro,
huyendo del lugar respectivo. Ha sido comprobado que los peces se sirven también de la
señalización acústica. Los sonidos emitidos por ellos son de baja frecuencia, pero se
encuentran en la zona de audibilidad humana; no los oímos, porque nuestro oído no está
adaptado al ambiente acuático, pero han sido grabados con ayuda del hidrófono.
Para la comparación con la lengua del hombre, desde luego, es interesante ante todo
la comunicación acústica de los animales. Es notorio que el perro ladra de otra manera al
anunciar un peligro, al dar la bienvenida a su amo, al perseguir una presa, etc. En el tiempo
de brama de ciervos, es posible registrar unos «diálogos» completos de los rivales; hay
especialistas que saben interpretar con bastante exactitud el significado de las señales
particulares. Hasta el análisis del canto de los pájaros ha demostrado que contiene ciertas
informaciones, aunque faltan todavía datos exactos. Tal vez la mayor atención se haya
dedicado a los simios, los vecinos más próximos del hombre en la evolución de las
especies. Darwin ya había descrito un mono de Paraguay que, excitado, emitía seis señales
diferentes, a las cuales los demás miembros de la especie reaccionaban de una manera
correspondiente. El «lenguaje» más complicado, dentro de los animales, es probablemente
el de los chimpancés; además de las señales de movimiento disponen de unas 25 a 30
señales acústicas con las cuales, indudablemente, se comunican entre sí.
A pesar de que cierta señalización exista en todas las especies de animales, y aunque
en algunas la señalización acústica haya alcanzado un nivel relativamente alto, hay una
diferencia fundamental entre todos los medios de comunicación animal por una parte y,
por otra, el lenguaje humano. No se trata en absoluto de una diferencia puramente
cuantitativa, sino de distintos niveles cualitativos. La lengua, ante todo, está relacionada
estrechamente con el pensamiento, que existe sólo en el hombre. En los animales se trata
siempre de simples instintos innatos o de una simple reacción a la percepción realizada a
través de los sentidos. Con ello está relacionado el hecho de que los animales nunca son
capaces de «pensar» en el pasado o el porvenir, ya que sus señales se refieren
exclusivamente a la situación momentánea en que se encuentran.
Además, desde el punto de vista puramente lingüístico, es posible considerar como un
fenómeno único sobre todo el carácter articulado del lenguaje humano. André Martinet,
lingüista francés, lo ha formulado perfectamente en su teoría de la doble articulación de la
lengua, en la cual se puede distinguir, por una parte, su articulación (o segmentación) en
una cantidad considerable de unidades mayores (palabras) y, por otra parte, la articulación
de estas unidades mayores en una cantidad reducida —y bien definida en cada lengua— de
otras unidades fundamentales, o sea en sonidos (o fonemas) particulares. Semejante
posibilidad no existe en ninguno de los sistemas de comunicación animal.
En algunos experimentos se verificaba si un animal podía aprender la lengua del
hombre. Es cierto que el perro, p. ej., es capaz de reaccionar correctamente a varias
órdenes
22 LENGUA, LINGÜÍSTICA...
u otros enunciados. Sin embargo, esto no quiere decir que sea capaz de analizar el
lenguaje; lo que pasa es que, a través de una frecuente repetición, se está formando en él
un reflejo condicionado, igual que aquél que I. P. Pavlov verificó en sus experimentos con
perros, encendiendo la luz a la hora de la comida. Además, las reacciones del perro están
relacionadas más bien con el componente emotivo del enunciado o con los gestos
respectivos, y no con los elementos puramente lingüísticos del enunciado.
En algunos animales, sin embargo, está desarrollada considerablemente su habilidad
de imitación, de manera que son capaces, después de cierto adiestramiento, de imitar los
sonidos de la lengua de hombre. Algunos chimpancés y orangutanes eran capaces de
aprender unas cuantas palabras y hasta emplearlas en las situaciones adecuadas. También
los papagayos y otros pájaros están dotados de una sorprendente habilidad de imitación, al
igual que los delfines, que supuestamente pueden imitar el lenguaje humano, aunque en
forma muy acelerada. No obstante, en todos estos casos se trata de una simple imitación y
nunca de una capacidad de analizar la lengua. Tras numerosos experimentos, p. ej., el
papagayo aprende a «pronunciar» cierta oración y hasta a emplearla en la situación
correspondiente. Sin embargo, nunca se trata, en su caso, de pensamiento. En este sentido,
su sistema nervioso central no tiene comparación con el de hombre.
La comparación de la lengua con los medios de comunicación de los animales
demuestra que la lengua del hombre difiere fundamentalmente de todos los demás
«lenguajes»: no sólo por disponer de una cantidad incomparablemente mayor de unidades,
sino ante todo por su estrecha relación con el pensamiento y por su carácter articulado.
Las lenguas bantúes carecían de una escritura original; por eso, muchas de ellas
adoptaron la escritura de los colonizadores, p. ej. de los portugueses, en algunos casos ya
en los comienzos del siglo XVI, o sea en el comienzo de la colonización. Fueron,
naturalmente, los colonizadores quienes introdujeron su escritura en las lenguas indígenas,
para poder difundir su propia ideología. Primero se editaban exclusivamente los textos que
tenían como objetivo difundir el cristianismo. En el siglo XIX ya se publicaban, en algunas
lenguas indígenas, p. ej. periódicos.
Sin embargo, en muchas tribus bantúes, antes de la llegada de los europeos, se
dibujaban ciertos ideogramas, o sea dibujos estilizados, de una línea que circunscribía
varios puntos. Recuerdan —por su forma y su sentido simbólico— la transición entre la
escritura llamada pictográfica y la ideográfica 0.9), aunque parece que carecían de
cualquier sentido práctico, siendo creados sólo dentro de la actividad cultural o de
descanso fig. 3).
El significado simbólico de muchos objetos —y, por consiguiente, de las palabras y
dibujos correspondientes— es habitual en muchas tribus africanas y se aprovechaba con
frecuencia para transmitir informaciones, p. ej. en forma de unas cartas «cifradas»-
dibujos. También algunos instrumentos de música sirvieron a veces para transmitir
noticias. Algunas tribus, p. ej., usaban silbatos para comunicarse, de noche, a través de un
gran río, de una orilla a otra. Imitando el canto de algunos pájaros de noche, con los cuales
estaban relacionados en el folklore de la tribu ciertos relatos, leyendas o mitos, muchas
veces en las construcciones oracionales petrificadas, eran capaces de transmitir entre sí
unos informes bastante largos. El que no conocía su sentido —por ejemplo un enemigo—
fácilmente podía tomarlos por sonidos de la naturaleza.
Los instrumentos más usados para comunicarse a larga distancia fueron los tambores.
En Angola, p. ej., hasta hoy se ha conservado un gran número de tales tambores (llamados
26 LENGUA, LINGÜÍSTICA...
5 6 7
mondu), lo que significa que se empleaban para transmitir los informes todavía en los
tiempos relativamente recientes. A finales del siglo XIX, estos tambores aún se utilizaban
diariamente en un barrio de la capital Luanda para tocar la diana y la retreta, o también
para convocar a los miembros de la tribu Kabinda. En algunas tribus se aprovechaban los
«tambores hablantes» para transmitir largos informes y el destinatario, en caso de
necesidad, contestaba inmediatamente de igual manera. El alcance de la transmisión
dependía de las condiciones geográficas (tereno más o menos accidentado) y
meteorológicas (dirección e intensidad del viento), pero era normal una transmisión a diez
kilómetros, y mucho mayor en condiciones favorables.
No fue por casualidad que los instrumentos en cuestión se llamaran «tambores
hablantes», ya que las informaciones transmitidas estaban relacionadas directamente con
la lengua respectiva. El toque de los tambores imitaba con precisión los tonos y la
claridad de las vocales y, ante todo, el ritmo de las palabras y oraciones transmitidas. Al
aprender a tamborilear las construcciones oracionales, los jóvenes movían los labios,
pronunciando mentalmente las palabras particulares que, al mismo tiempo, trataban de
imitar lo mejor posible.
La manera de transmitir los textos con ayuda de los tambores nació y estaba en uso
sólo en las tribus africanas; es probable que haya sido facilitada por la estructura de las
lenguas respectivas, por el sentido del ritmo extraordinariamente desarrollado en los
africanos, así como por una larga tradición. Fue, sin duda, una técnica difícil y ni siquiera
todos los miembros de la tribu la dominaban.
El estudio de las lenguas primitivas ha aportado algunos datos interesantes que pueden
aclarar sobre todo la evolución de la lengua. Sin embargo, ha fallado el esfuerzo
JINí CERNÝ 27
de aclarar el origen de la lengua con semejantes estudios. Es que, por más primitiva que
fuera una lengua, siempre tiene todas las características de una lengua humana; la
diferencia entre ella y las lenguas más avanzadas es cuantitativa, limitándose a la cantidad
del vocabulario, de las reglas gramaticales, etc. Pero por más pobre que sea, no tiene
comparación con el «lenguaje» de los animales, ya que está basada en el principio de la
doble articulación (+ 0.3, 9.4) y estrechamente ligada al pensamiento. La hipótesis de que
podría descubrirse una tribu que no tuviera ninguna lengua o estuviera en el estadio
llamado prelingüístico ha fallado por completo. Es cierto que p. ej. los pigmeos africanos
hablan una lengua deformada de las tribus vecinas, pero es evidente también que con ella
habían sustituido su propia lengua original. La conclusión: no hay hombres sin lengua, ya
que justamente la lengua constituye una de sus características indispensables.
trata generalmente de expresiones que está creando en cooperación con sus padres; éstos,
en la medida posible, corrigen sus ensayos.
A la edad de un año, el niño domina unas diez palabras aproximadamente, y poco
después comienza a pronunciar oraciones, primero de una sola palabra, acompañada de
gestos. Solo en la segunda mitad o al fin del segundo año de edad es capaz de construir
oraciones de dos palabras. En realidad, sólo en este momento se convierte en un ser
humano pensante, ya que toda su evolución anterior puede alcanzarse con relativa
facilidad en los monos. En un experimento, cuando una cría de mono vivía durante cierto
tiempo en una familia junto con un recién nacido —y en condiciones más o menos iguales
— alcanzaba en el comienzo hasta mejores resultados en el dominio de las palabras, pero
al final del segundo año de edad, se quedó atrás sin perspectiva.
Un niño de dos años ya puede dominar unas 300 palabras, a la edad de tres años unas
1000 y, a la edad de cuatro años unas 2000 palabras. Sin embargo, para la edad de dos a
cinco años es característico ante todo el proceso de una dominación sucesiva de la
morfología (forma de las palabras) y sintaxis (estructura de las oraciones), es decir, una
dominación gradual de la gramática. Se repite así, indudablemente, el proceso de la
evolución original de la lengua. El niño se sirve, durante un período bastante largo
solamente de oraciones simples. Al dominar, más tarde, la conjunción y, aprovecha cual
quier ocasión para expresarse a través de oraciones coordinadas copulativas. Al fin aprende
las oraciones subordinadas, con una relativa facilidad las introducidas por la conjunción
porque y mucho más tarde las introducidas por a pesar de que, por ejemplo; todo esto
depende, desde luego, del grado de dificultad de las relaciones correspondientes. Los niños
abordan la lengua sin escrúpulos, creando con facilidad neologismos que muchas veces no
carecen de lógica. Cuando viven en un ambiente bilingüe, mezclan sin prejuicios las dos
lenguas respectivas.
A la edad de dos a cinco años, el niño se está incorporando poco a poco también a la
sociedad, formando sus concepciones fundamentales sobre la vida y sobre el mundo que lo
rodea; empieza a darse cuenta también de sí mismo. Es un proceso bastante complicado,
reservado exclusivamente al hombre. El carácter complejo de dicho proceso puede
demostrarse con el hecho de que el niño no es capaz, durante mucho tiempo, de emplear
correctamente el pronombre yo, confundiendo muchas veces también los posesivos mío y
tuyo. Es fácil de comprender: sus padres y otras personas emplean yo hablando de sí
mismos, pero ¿de qué manera pueden explicar al pequeño José que incluso él, a veces,
puede ser yo, aunque no siempre, ya que otra vez puede ser él, o también simplemente
Pepe? Es por eso que a veces dice Pepe va en vez de yo voy, etc. Hasta los niños de cuatro
años, que ya dominan el pronombre yo, emplean de vez en cuando otras construcciones.
Después de todo, hemos visto que incluso algunas lenguas primitivas desconocen dicho
pronombre. A la edad de cinco años, el niño supera todas las dificultades —que, hace unos
dos años, podían provocar incluso un tartamudeo pasajero— y a partir de esa edad su
lengua evoluciona sólo cuantitativamente.
También el estudio del lenguaje infantil ha podido aclarar toda una serie de
problemas relacionados con la evolución lingüística, eventualmente plantear algunos
nuevos No ha podido, sin embargo, solucionar el problema del origen de la lengua.
JINí CERNÝ 29
esperanto -a -e de al la kaj
ido -a -e - di e/ed
dad le
interlingua mente de
occidental -men de ad li e
-s a
Fig. 4: Algunas de las reglas gramaticales de cuatro lenguas artificiales.
Todas estas lenguas se caracterizan por su gramática muy simple, tomando como
base de su vocabulario generalmente los vocablos usados en las lenguas de Europa
Occidental. La principal ventaja de las lenguas artificiales consiste en que pueden
aprenderse en un período de tiempo incomparablemente más corto que cualquier lengua
30 LENGUA, LINGÜÍSTICA...
natural. En lo que se refiere a su vocabulario, por el contrario, hay que darse cuenta de que
la mayor parte de estas lenguas es fácilmente comprensible p. ej. a los italianos, un poco
menos a los daneses, mucho menos a los checos, sin hablar de los chinos o de los
habitantes de las islas del Pacífico. El asegurar que se trata de lenguas internacionales
exige una considerable dosis de eurocentrismo; lo comprenderíamos mejor si tuviéramos
que aprender las lenguas creadas a base del chino y otras lenguas de Asia. Con esta
reserva, y suponiendo que una lengua artificial llegue a ser usada por una comunidad
relativamente grande, como es el caso del esperanto, puede servir bien para los contactos
(ante todo por escrito) entre los miembros de varias nacionalidades, sobre todo entre los
coleccionistas que buscan el intercambio de informaciones fundamentales. El esperanto,
otra vez, forma cierta excepción, si tomamos en consideración p. ej. el número de
periódicos y otras obras en él publicadas.
Sin embargo, ninguna de las lenguas artificiales es capaz de sustituir las lenguas
naturales, tanto en la diplomacia como en el comercio etc., pero sobre todo en la vida
común y corriente de la sociedad. Es que cada una de las lenguas artificiales tiene también
toda una serie de desventajas, en comparación con las lenguas naturales. Ante todo,
gracias a su sencillez, es capaz de transmitir solamente informaciones relativamente
simples. Además, lo que es decisivo, es que le falta una comunidad lingüística homogénea
que la utililice como lengua viva sistemáticamente en todas las situaciones.
volapük: Te kö tel kimifals pakopladoms, pladonöd balna kimefali, samöd po «tidön», dat no -i s tu
mödiks okumomsok!
esperanto: Mi intencis doni la verkon kun porteto de la poeto kaj kun ilustrajhoj de Andriolli. ido:
Quante plu la tempo pasis tante plu bone la malyuna gespozi su sentis. interlingua: Al etate de
vinti annos io faceva un belle viage in Africa. occidental: Yo questiona me ca li present regime va
posser mantener se.
IALA: IALA crede que un dictionario del vocabulario international in forma general es esencial por .
Fig. 5: Ejemplos de textos de algunas lenguas artificiales (según Giliarevski, Grivnin y Morávek).
Cada una de las lenguas naturales debe satisfacer en cualquier circunstancia y bajo
cualquier condición las necesidades comunicativas de la comunidad respectiva. Las
condiciones de vida están cambiando constantemente y el conocimiento humano está
creciendo sin cesar. Y las lenguas naturales necesariamente reflejan todos estos cambios;
justamente por esta razón están evolucionando. En cambio, todas las lenguas artificiales
son no solamente simples, sino también incapaces de satisfacer plenamente las
necesidades de comunicación. Además, las lenguas naturales están estrechamente ligadas a
la herencia cultural de su comunidad, y es muy difícil de imaginar que un día cierta nación
renuncie voluntariamente a su lengua nacional, adoptando una lengua creada
artificialmente.
Por lo demás, aun suponiendo que todo el mundo renunciara un día a las lenguas
naturales, adoptando una lengua artificial común —ihay que tener mucha fantasía para
JINí CERNÝ 31
poder imaginarlo!— no quedarían eliminadas las dificultades existentes. Tan pronto que la
lengua artificial se convirtiera en una lengua empleada diariamente y en todas las
situaciones, adoptaría todas las características de una lengua natural, es decir, ante todo,
comenzaría a evolucionar; en todas las partes del mundo empezarían a manifestarse en ella
las tendencias de diferenciación motivadas por diferentes condiciones de vida, por
diferente grado de cognición, así como por la influencia de las lenguas anteriormente
habladas, de manera que, dentro de poco, la humanidad hablaría otra vez lenguas dife
rentes. La idea de que las academias u otras instituciones puedan dirigir la evolución
lingüística es ingenua y completamente falsa, aunque bastante divulgada. El único creador
de la lengua es la comunidad respectiva. Las instituciones sólo pueden seguir y legalizar
los cambios ya realizados, eventualmente predecir los futuros; la influencia de sus
pronósticos sobre la evolución futura de la lengua, sin embargo, es igual a la que tienen los
pronósticos de los meteorólogos sobre la evolución futura del tiempo. Por todas estas
razones, las lenguas artificiales constituyen más bien un experimento interesante o, en el
caso del esperanto, un medio de comunicación de un alcance relativamente limitado.
Por otra parte, la intensificación extraordinaria de las relaciones internacionales
exige que los obstáculos lingüísticos sean superados o, por lo menos, atenuados de alguna
manera. Parece que en el futuro próximo seguirá creciendo la importancia de algunas
lenguas naturales llamadas «universales». Son las lenguas muy divulgadas, con ayuda de
las cuales es posible hacerse entender en grandes zonas del mundo, concretamente ante
todo: el chino (lo mencionamos en primer lugar, porque lo habla una quinta parte de la
humanidad; sin embargo, en vista de varias razones, tales como su dificultad, su
complicada escritura poco económica 1.4), así como el aislamiento político y cultural de
China, se habla prácticamente sólo en la misma China, repartido, además, en dialectos
bastante diferenciados; por consiguiente, su función de lengua internacional está bastante
limitada, en comparación con las lenguas que siguen); el inglés (Gran Bretaña, Estados
Unidos, las antiguas colonias británicas, transporte marítimo y aéreo, etc.; en relación con
la posición actual de los EE. UU. y Gran Bretaña, una lengua siempre más universal); el
ruso (los países de la antigua Unión Soviética, la mayor parte de los antiguos países
socialistas); el español (España y unos 20 países de la América del Sur y Central); el
francés (Francia, sus antiguas colonias, la diplomacia) y el árabe (Africa del Norte, Oriente
Próximo). Son también lenguas oficiales de la O.N.U.
Se supone que con el crecimiento continuo de las relaciones internacionales será
siempre más normal, común y coriente, que cada hombre domine, al lado de su lengua
materna, por lo menos una de estas lenguas universales o internacionales. Dada la actual
situación internacional, está creciendo sobre todo el empleo del inglés, lengua en que se
publica la mayor parte de las informaciones científicas. Además, con su conocimiento es
posible hacerse entender en una gran parte del mundo.
A pesar de la importancia siempre creciente de las lenguas universales, la
construcción de las lenguas artificiales no pertenece al pasado. Actualmente se construyen
lenguas destinadas al análisis lógico del lenguaje 14.2), las llamadas lenguas de
programación que sirven para confiar las tareas a los ordenadores (+ 15.7), las lenguas
especiales destinadas a la traducción automática (+ 15.8), y no faltan hasta ensayos de
construir una lengua artificial con la cual sea posible —si acontece el caso— entenderse
32 LENGUA, LINGÜÍSTICA...
con los seres vivos de otros planetas. Todas estas lenguas artificiales son creadas con
ayuda de métodos elaborados dentro de las matemáticas y dentro de la lógica formal, de
manera que por su forma se parecen más bien a un sistema de ecuaciones y símbolos
matemáticos o lógicos, y no a una lengua natural. Con ello difieren de las lenguas
artificiales antiguas —tales como el esperanto—, que son, a primera vista, indiscernibles
de las lenguas naturales.
Fuera de las características ya mencionadas, todas las lenguas artificiales se destacan
por surgir de una sola vez y por su carácter estable (no evolucionan). A continuación nos
dedicaremos solamente a las lenguas naturales.
ninguna de ellas es capaz de explicar de una manera detallada y convincente el largo proceso
de formación de la lengua.
La opinión más antigua al respecto, probablemente, es la que se encuentra en varias
doctrinas religiosas. Según la cristiana, p. ej., Dios creó al hombre, dotándolo de vida y de la
capacidad de hablar. Otras religiones resuelven esta cuestión de una manera parecida.
Semejantes opiniones prevalecían durante la Antigüedad y la Edad Media, aunque aparecían
también teorías diferentes; los griegos, p. ej., reflexionaban sobre si la lengua era un obsequio
de los dioses, si la había inventado un hombre inteligente, o también si había surgido por vía
natural; no faltaban hasta soluciones puramente materialistas.
En la misma categoría de opiniones, junto con las religiosas, pueden clasificarse las
diversas teorías que explican el origen del hombre y de la lengua como un fenómeno
sobrenatural. El escritor suizo Däniken, p. ej., «demuestra» que el hombre debe su existencia a
los visitantes de otro planeta que lo ennoblecieron y lo enseñaron a hablar. Dejando aparte el
que semejantes reflexiones carecen de cualquir argumento serio, hay que hacer constar que no
resuelven el problema del origen del hombre ni tampoco el de la lengua, desplazándolos
solamente al espacio extraterrestre. Todas las teorías de este género están en contradicción
tanto con la teoría de Darwin sobre la evolución de las especies, como con la de Engels sobre
el papel del trabajo en el proceso de la humanización y, sobre todo, con los conocimientos
actuales de la paleontología, arqueología, historia, y de otras ciencias sociales.
Varias teorías tratan de derivar el origen de la lengua analizando las lenguas vivas y
muertas, las tendencias de la evolución lingüística, las lenguas primitivas, el lenguaje infantil
o los medios de comunicación de los animales. Como hemos visto en las partes anteriores de
este capítulo, no existe un método infalible en este sentido, aunque dichas investigaciones han
podido suministrar algunos resultados positivos.
Así, p. ej., Trombetti opinaba que la lengua había aparecido en un solo lugar, de donde se
había divulgado a todo el mundo, diferenciándose más tarde en muchas lenguas actuales (es la
llamada teoría monogenética). Por el contrario, Marr propagaba la idea de que la lengua se
originó en varias partes del mundo independientemente (la llamada teoría poligenética). Pero
no se contentó con esta idea general, al determinar hasta los cuatro elementos fundamentales
sal, ber, jon, roš, con los cuales supuestamente se designaban en el comienzo los miembros de
cuatro tribus primitivas; a través de los contactos, dichos elementos empezaron a combinarse
y mezclarse entre sí; de ellos Marr deriva todas las palabras de todas las lenguas existentes.
Hoy se supone que la lengua pudo aparecer en varios lugares del mundo, pero la teoría de
Marr, desde luego, es inaceptable. Las dos teorías contradictorias, sin embargo, tienen sus
partidarios, ya que en las lenguas ciertamente existen tanto las tendencias de diferenciación
(ver p. ej. la evolución de las lenguas románicas, que vienen todas del latín), como las
tendencias de integración (vea p. ej. la progresiva desaparición de los dialectos en los tiempos
modernos). Lo cierto es que las dos teorías apenas aportan algo nuevo sobre el origen de la
lengua, refiriéndose más bien a su evolución.
Toda una serie de teorías supone que en el comienzo de la lengua había sonidos con los
cuales el hombre expresaba sus emociones, o sea los sentimientos de sorpresa, susto, dolor,
alegría, etc. Pueden denominarse como las teorías de la interjección (ingl. poohpooh theory),
porque llegan a la conclusión de que fueron las interjecciones las que primero aparecieron en
34 LENGUA, LINGÜÍSTICA...
la lengua; con ellas, más tarde, empezaron a designarse los objetos o fenómenos que estaban
relacionados de alguna manera con las emociones respectivas. Estas teorías se apoyan en el
hecho de que en las lenguas primitivas hay una cantidad considerable de palabras semejantes.
Otro grupo de opiniones supone que el hombre primero imitaba los sonidos que le
rodeaban, tales como los de los animales o, en general, los sonidos de la naturaleza (viento,
agua, etc.). A base de tales sonidos aparecían las palabras onomatopéyicas, con las cuales se
designaban los objetos y fenómenos respectivos (la llamada teoría onomatopéyica, ingl. bow-
bow theory). Sus partidarios encuentran cierto apoyo en el lenguaje infantil.
Con frecuencia se subraya también el papel sumamente importante que tenían, en la
lengua primitiva, los gestos. Ginneken hasta llega a asegurar que el hombre primitivo
empleaba, en el comienzo, exclusivamente los gestos, más tarde la escritura (o sea los signos
primitivos que representaban los gestos) y sólo al final la lengua hablada, sirviéndose primero
de sonidos roncos y chasquidos, para pasar más tarde a las consonantes y, por último, a las
vocales. Lo cierto es que en muchas tribus primitivas la gesticulación juega un papel muy
importante; por otra parte, sin embargo, no hay ninguna tribu que se sirviera solamente de este
medio de comunicación; los gestos más bien completan la lengua primitiva, sirviendo para
precisar mejor las informaciones transmitidas. En lo que se refiere a la escritura, las tribus
primitivas, por lo general, no emplean ni siquiera los más simples signos que pudieran
considerarse como escritura.
Finalmente, Révész aplicó el punto de vista psicológico y sociológico, al opinar que
fueron los llamamientos (u órdenes) los que primero aparecieron en la lengua, siendo usados
durante la caza en grupo. También esta idea tiene sus ventajas, pero su autor —que no era
lingüista—, basándose en ella, llegó a la conclusión difícil de comprobar de que fue el
imperativo el primero en aparecer en la lengua.
Es muy probable que tanto las interjecciones como las onomatopeyas, gestos y
llamamientos hayan jugado un papel importante en los comienzos de la lengua. No obstante,
ninguna de las teorías mencionadas es capaz de explicar de una manera satisfactoria el
complejo proceso del origen de la lengua. Una idea aproximada puede obtenerse al combinar
la teoría biológica sobre la evolución de las especies —de Darwin— con la teoría de Engels
sobre el proceso de la hominización de los monos y, ante todo, con la de Hockett que se
refiere a la fase inicial de la lengua, y que nos parece —entre todas las teorías lingüísticas—
como la más sostenible. En los párrafos que siguen vamos a repetir las ideas fundamentales de
estas tres teorías. Sin embargo, hay que advertir otra vez que se trata solamente de una
evolución probable, y no probada.
Hace unos cinco millones de años, los antecesores comunes del hombre y de los
antropoides vivían en los árboles. Se alimentaban con comida vegetal, raras veces bajaban de
los árboles, y eran capaces de manejar la comida y, de vez en cuando, algún instrumento muy
primitivo. A fines del período terciario, se han registrado p. ej. en Africa Oriental cambios
climáticos que tuvieron como consecuencia la disminuición sucesiva de la selva tropical. En
los restos de la selva sólo podían mantenerse los individuos fuertes; de ellos evolucionaron los
antropoides actuales. Los demás tenían que adaptarse a la vida en la tierra, pues de otra
manera perecían.
JIkÍ CERNÝ 35
La vida fuera de la selva fue motivo de varios cambios, si se compara con la vida en los
árboles. Ante todo comenzó a prevalecer el desplazamiento sobre las extremidades
posteriores, o sea la manera de andar erguido. (Algunos aseguran que fue la influencia de la
estepa africana; se sabe que hoy día, cuando los antropoides se ven obligados a moverse fuera
de la selva, lo hacen erguidos, para poder observar, desde la maleza, los alrededores y evitar
un peligro eventual.). A consecuencia de ello se liberaron las extremidades anteriores, que se
podían aprovechar para transportar comida, armas o instrumentos primitivos, o sea para las
formas primitivas de trabajo. Al mismo tiempo se liberó la boca que antes, en los árboles,
servía para transportar las cosas, sobre todo los alimentos. De esta manera se crearon las
condiciones necesarias para le evolución de la mano y para emplear la boca en mayor medida
durante el acto comunicativo.
Las duras condiciones de la nueva vida exigieron que los antecesores del hombre se
defendieran juntos contra numerosos enemigos nuevos y que buscaran los alimentos a través
de la caza en grupo. Ya entonces fue necesario disponer de algunos medios de comunicación
fundamentales, los cuales, sin embargo, eran siempre más parecidos al «lenguaje» de los
animales que a la lengua del hombre. La evolución sucesiva de las habilidades primitivas de
trabajo y, más tarde, hasta la división del trabajo exigían el empleo de tales medios de
comunicación que ya pueden considerarse como una forma primitiva de la lengua. Según
Hockett, el origen y la formación de este estadio prelingüístico puede describirse de la manera
siguiente.
Supongamos que los antecesores del hombre empleaban varios sonidos que servían para
señalar las situaciones de vital importancia 0.3). Para señalar la comida, p. ej., podían emplear
el sonido que designaremos como ABCD, para señalar el peligro otro sonido que
designaremos como EFGH; hay que subrayar que no importa por ahora de cuántos sonidos
elementales estaban compuestas dichas señales, ni tampoco cuál fue su forma concreta. A
menudo, sin duda, aconteció una situación en que fue necesario señalar al mismo tiempo tanto
la comida como el peligro; en semejantes circunstancias probablemente surgió una señal
compuesta con la cual nuestros antecesores comenzaron a informarse sobre los dos fenómenos
a la vez. Las consecuencias podían ser de singular importancia; la señal ABCD significaría
desde aquel entonces que «hay comida, pero/y no hay peligro», etc. De esta manera, las
señales originales se diferenciaron en componentes parciales que podían combinarse (+ fig.
6).
Semejante combinación de los significados y de los sonidos correspondientes podía aparecer
también en otras situaciones. De esta manera surgió un sistema articulado, cuyos componentes
podían combinarse entre sí. Su rasgo característico consistía en su produc-
Nuevo significado comida Nuevos significados
Sonido compuesto peligro parciales
ABGH AB = hay comida
ABCD CD = no hay peligro GH
EFGH = hay peligro
(EFCD) EF = no hay comida
Fig. 6: El origen del estadio prelingüístico concebido por Hockett (+ = hay; - = no hay).
36 LENGUA, LINGÜÍSTICA...
Fig. 7: Evolución de la escñtura desde los dibujos primitivos hacia los signos estilizados (según
Schmockel y Ekschnitt).
Tan pronto como cierto dibujo estilizado comenzó a designar un grupo de sonidos
(primeramente todo el morfema), ya fue posible emplearlo en todas las palabras que contenían
dicho grupo (como si en español aprovecháramos el dibujo de un pez para señalar las partes
respectivas de las palabras pezón, empezar, torpeza, etc.). De esta manera aconteció que cierta
palabra, p. ej., podía designarse con varios dibujos, a pesar de no estar vinculada concreta o
lógicamente con ninguno de ellos (como si se aprovecharan los dibujos de un toro y de un pez
para designar la palabra torpeza, aproximadamente); es justamente el caso de los más antiguos
jeroglíficos egipcios. La alteración de la relación directa que había existido anteriormente
entre el dibujo y el objeto correspondiente fue motivo de una estilización y simplificación de
los dibujos-signos, de manera que unos siglos más tarde ya era difícil reconocer en un signo el
objeto originalmente dibujado. Este es el caso de la escritura china, de la cuneiforme de
Mesopotamia, así como de la hierática (eclesiástica) y demótica (popular) que evolucionaron
basadas en los jeroglíficos egipcios.
JIkÍ CERNÝ 39
Más tarde, los signos respectivos dejaron de ser vinculados con los morfemas completos,
relacionándose sólo con las sílabas. De esta manera surgió, otra vez en varios lugares del
mundo, la escritura silábica. Tanto los jeroglíficos egipcios como la escritura cuneiforme
babilónica adquirieron en su tiempo algunos rasgos de la escritura silábica y, en los períodos
tardíos, hasta de la fonética. En China se consolidó la escritura —denominada con frecuencia
incorrectamente como pictográfica— cuyos caracteres se componen de dos partes, una
fundamental asociada al significado, y otra auxiliar relacionada con la pronunciación. A través
de su simplificación fue creada p. ej. la escritura silábica japonesa.
Actualmente la mayor parte de las lenguas —aunque no siempre las más habladas— se
sirven de la escritura fonética. Algunos de sus caracteres ya se empleaban en los jeroglíficos
egipcios y en la escritura cuneiforme babilónica. No obstante, fueron los fenicios quienes, en el
siglo XIII a. C., dieron un paso decisivo, al crear, aprovechando algunos jeroglíficos, el
alfabeto fonético de 22 caracteres. Para esta transición desde la escritura silábica hacia la
fonética es característico que los signos o caracteres que designaban las sílabas comenzaron a
emplearse para designar sólo la consonante respectiva, mientras que la vocal simplemente dejó
de señalarse. Este modo de escribir fue adoptado después por otras naciones semíticas, p. ej.
por los árabes y, a través del árabe, por otros pueblos. También la actual escritura árabe emplea
sólo los caracteres que designan las consonantes; las vocales no se escriben y el lector las
sobrentiende del contexto.
El segundo paso importante hacia el alfabeto fonético actual —corriente en la mayoría de
las lenguas— fue realizado por los griegos, que completaron el alfabeto fenicio con las letras
que designaban las vocales, sirviéndose, por una parte, de los signos fenicios en el caso en que
los sonidos respectivos no existían en el griego y, por otra parte, creando signos nuevos en el
resto de los casos. Su alfabeto estaba compuesto de 24 letras y de él se derivaron más tarde
dos variantes: la occidental, que comprende la escritura latina y todas las que de ella se
derivaron (incluida la española), y la oriental, en que está basada la escritura del eslavo
antiguo del siglo IX, así como las que la siguieron (incluida la rusa).
Hemos podido esbozar aquí sólo un esquema general de la evolución de la escritura.
Desde luego, se trataba de un proceso complejo que no se realizó sin rodeos y con tanta
facilidad como se podría imaginar. Muchas veces, además, los tipos particulares se
combinaban entre sí, dando lugar a una escritura combinada, en la que coexistían p. ej. los
elementos de la escritura silábica con restos de la ideográfica e indicios de la fonética. Los
detalles pueden encontrarse en varios manuales especializados, de los cuales mencionamos
por lo menos el libro ya clásico de Diringer: The Alphabet (Londres 1949).
Es interesante también comparar la forma escrita de la lengua con la hablada. Hasta hace
poco, los lingüistas se dedicaban ante todo a la forma escrita; después de todo, por haberse
interesado casi exclusivamente por los períodos antiguos, no tenían otra alternativa: se
conservaban sólo los textos escritos. Hoy día, por el contrario, la mayor parte de los lingüistas
se dedica ante todo a la forma hablada; hay algunos que hasta proponen excluir el estudio de
la forma escrita de la lingüística. No obstante, las dos formas de la lengua merecen ser
estudiadas, ya que, a pesar de todas sus profundas diferencias, se trata de dos lados del mismo
fenómeno, es decir, de la lengua.
40 LENGUA, LINGÜÍSTICA...
Semejantes diferencias pueden solucionarse con las reformas de ortografía, aunque hay
muchos obstáculos que generalmente las impiden. Dejando aparte el espíritu conservador de
las instituciones respectivas, hay que reconocer que en la práctica apenas puede alcanzarse el
estado en que una palabra escrita corresponda exactamente a la cadena de fonemas
respectivos. Suelen imponerse con frecuencia los puntos de vista morfológicos y otros, de
manera que la reforma de la ortografía, por lo general, ofrece una solución llena de
compromisos, sin poder liquidar por completo todas las diferencias que hay entre la forma
hablada y la escrita de la lengua. Por lo demás, aunque fuera capaz de hacerlo, se trataría de
una solución temporal, ya que la forma hablada —que evoluciona constantemente— dentro de
poco se diferenciaría de la forma escrita, petrificada justamente por la última reforma.
CERNÝ 41
JINí
La lingüística debe estudiar las dos formas de la lengua. La forma hablada, desde
luego, es primaria y, por lo tanto, los lingüistas le dedican con razón mayor atención. No
obstante, la invención de la escritura —ante todo de la silábica y la fonética— por sí sola
supone un análisis lingüístico bastante profundo. Por consiguiente, también la forma escrita
de la lengua indudablemente forma parte de la evolución lingüística.
estado de ciencia de aquel entonces, aunque en este caso tanto las denominaciones de los
períodos como los límites que los dividen perderían su justificación 3.8).
A pesar de sus deficiencias, la periodización mencionada tiene sus ventajas, ya que
hace posible clasificar de alguna manera, aunque poco correcta, la historia de la lingüística.
tica moderna» (Geschichte der neueren Sprachwissenschaft, Leipzig 1973), dedicada sobre
todo a la gramática del siglo XX. Más tarde el mismo autor publicó la «Evolución de la
lingüística después de 1970» (Entwicklung der Sprachwissenschaft seit 1970, Leipzig
1986), en que trata de evaluar varias concepciones de la lengua y de la gramática desde el
punto de vista de la llamada vuelta comunicativo pragmática. Finalmente, el lingüista
polaco Adam Heinz publicó, bajo una denominación modesta, «Historia de la lingüística en
esbozo» (Dzieje jqzykoznawstwa w zarysie, Varsovia 1978), un resumen bastante detallado
de la evolución de la lingüística desde la prehistoria hasta nuestros tiempos.
En los años setenta y ochenta aparecieron también algunas obras dedicadas al
desarrollo de esta disciplina en países concretos, p. ej. en Polonia, la URSS y Bulgaria:
«Guía de la lingüística polaca» (K. Handke - E. Rzetelska-Feleszko, Przewodnik po
jçzykoznawstwie polskim, Wroclaw-Warszawa-Kraków-Gdafisk 1977); «Historia de las
teorías lingüísticas rusas» (V. V. Vinogradov, klcropll£ pyccl<nx JIIIHTBMCTII£CKVIX
yqeH11ñ, Moscú 1978); «Tratado sobre la lingüística búlgara» (K. P. Popov, Hay t1H0T0
zeuo Ha "urapcl<ll e311KOBe4Y1, Sofía 1982).
En la antigua Checoslovaquia fue publicada, con ciertas dificultades, sucesivamente en
cuatro tomos, y en forma de textos universitarios, nuestra «Historia de la lingüística»
(Dùjiny lingvistiky, Praga 1975-89), cuya versión reelaborada y aumentada apareció en
1996. Desgraciadamente no existe hasta ahora monografía alguna sobre la lingüística checa
ni eslovaca y, a diferencia de algunos otros países, hasta no disponemos de una «Historia de
la Escuela de Praga». Este estado poco satisfactorio de nuestra historiografía está en gran
contraste con la situación de algunos países avanzados, lingüísticamente hablando, donde al
lado de varias obras historiográficas apareció ya la metahistoriografía, es decir una
disciplina que se ocupa de cómo escribir la historia de la lingüística p. ej.: Geschichte der
Sprâchtheorie I. Zur Theorie und Methode der Geschichtsschreibung der Linguistik, ed. P.
Schmitter, Tübingen 1987).