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Res JLGAC 0331 19

La Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación resolvió que el artículo 282 del Código Civil para el Distrito Federal, el cual otorga de manera automática la guarda y custodia provisional de los hijos de temprana edad a la madre, es inconstitucional porque vulnera los principios de interés superior del menor e igualdad sin discriminación. La Corte abandonó su criterio anterior de que dicho artículo era constitucional si se interpretaba a la luz de esos mismos principios.

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Res JLGAC 0331 19

La Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación resolvió que el artículo 282 del Código Civil para el Distrito Federal, el cual otorga de manera automática la guarda y custodia provisional de los hijos de temprana edad a la madre, es inconstitucional porque vulnera los principios de interés superior del menor e igualdad sin discriminación. La Corte abandonó su criterio anterior de que dicho artículo era constitucional si se interpretaba a la luz de esos mismos principios.

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RESEÑA DEL AMPARO EN REVISIÓN 331/2019

MINISTRO PONENTE: JUAN LUIS GONZÁLEZ ALCÁNTARA CARRANCÁ


SECRETARIO DE ESTUDIO Y CUENTA: FERNANDO SOSA PASTRANA
COLABORARON: GILBERTO NAVA HERNÁNDEZ Y ELENA LÓPEZ CUEVA

PRIMERA SALA DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN

“ES INCONSTITUCIONAL LA NORMA QUE OTORGA A LA MADRE DE MANERA AUTOMÁTICA


LA GUARDA Y CUSTODIA PROVISIONAL DE LOS HIJOS DE TEMPRANA EDAD”

Redacción: Ana Alejandra Nieto Gutiérrez ∗

En abril de 2018, el padre de una menor, por propio derecho y en representación de su hija, promovió
juicio de amparo en el que reclamó la inconstitucionalidad del artículo 282, apartado B, fracción II, párrafo
tercero, del Código Civil para el Distrito Federal (ahora Ciudad de México), 1 con base en el cual, una
Juez de lo Familiar de la Ciudad de México, en el marco de una controversia familiar, determinó conceder
a la madre de la niña la guarda y custodia provisional de ésta, dado que en términos de dicho precepto,
los menores de 12 años de edad deben quedar al cuidado de la madre, excepto en los casos de violencia
familiar cuando ella sea la generadora o exista peligro grave para el normal desarrollo de los hijos.

En esencia, la parte quejosa señaló que el precepto legal aludido resultaba inconstitucional, al ser
contrario a los derechos humanos de igualdad y libre determinación del número de hijos, así como al

∗ Funcionaria adscrita a la Dirección General de Casas de la Cultura Jurídica de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
1 ARTICULO 282.- Desde que se presenta la demanda, la controversia del orden familiar o la solicitud de divorcio y solo mientras

dure el juicio, se dictarán las medidas provisionales pertinentes; asimismo en los casos de divorcio en que no se llegue a concluir
mediante convenio, las medidas subsistirán hasta en tanto se dicte sentencia interlocutoria en el incidente que resuelva la
situación jurídica de hijos o bienes, según corresponda y de acuerdo a las disposiciones siguientes: (…)
B. Una vez contestada la solicitud: (…)
II. - Poner a los hijos al cuidado de la persona que de común acuerdo designen los cónyuges, pudiendo estos compartir la guarda
y custodia mediante convenio. (…)
Los menores de doce años deberán quedar al cuidado de la madre, excepto en los casos de violencia familiar cuando ella sea
la generadora o exista peligro grave para el normal desarrollo de los hijos. No será obstáculo para la preferencia maternal en la
custodia, el hecho de que la madre carezca de recursos económicos; (…)
principio de interés superior del menor; asimismo, se planteó la inconstitucionalidad de la determinación
de la Juez de lo Familiar, bajo el argumento de que resulta contraria al interés superior del menor. 2

El juicio de amparo se resolvió por una Juez de Distrito Auxiliar, quien determinó, entre otros aspectos,
negar el amparo solicitado en contra del artículo 282, apartado B, fracción II, párrafo tercero, del Código
Civil para el Distrito Federal (ahora Ciudad de México); y concederlo respecto del acuerdo dictado por la
Juez de lo Familiar de la Ciudad de México. 3

Inconforme con la sentencia de amparo, la parte quejosa interpuso recurso de revisión, 4 cuyo
conocimiento correspondió a un Tribunal Colegiado de Circuito en Materia Civil, el cual ordenó la remisión
del asunto a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), en virtud de que en el asunto subsistía
un problema de constitucionalidad respecto del precepto señalado.

Una vez registrado y admitido el asunto en cuestión, se ordenó que se turnara al señor Ministro Juan
Luis González Alcántara Carrancá, para la elaboración del proyecto de resolución correspondiente, el
cual se analizó y resolvió por la Primera Sala de la SCJN, en sesión del 21 de noviembre de 2019.

2 De manera más específica, la parte quejosa expuso que el artículo 282, apartado B, fracción II, párrafo tercero, del Código
Civil para el Distrito Federal (ahora Ciudad de México) establece una distinción basada en el sexo que no es acorde a la realidad
social, cultural y económica actual, en la cual la mujer ocupa un gran lugar en el ámbito laboral, y el hombre cobra mayor
presencia en el cuidado de los hijos; que si bien la SCJN ha sostenido la constitucionalidad de ese precepto, partiendo de una
interpretación conforme que toma como factor primordial el interés superior del menor para decidir sobre la guarda y custodia,
lo cierto es que ello manda el mensaje a los operadores jurídicos de que debe seguirse privilegiando en automático y sin
ponderación alguna la preferencia hacia la madre en materia de guarda y custodia de menores de temprana edad; que el
precepto aludido es contrario a la perspectiva de género, pues impone a la madre la carga y cuidado de los hijos de temprana
edad, neutraliza la posibilidad de que el padre se encargue de ello, y cosifica a los menores sin considerar su verdadero
bienestar; además de que la disposición legal vulnera el derecho a la libre determinación del número de hijos, pues este derecho
conlleva la posibilidad de que ambos progenitores, desde el nacimiento de sus hijos, puedan criarlos y protegerlos, de modo
que considerar lo contrario implicaría ver a los hombres como meros procreadores y proveedores de los hijos. En cuanto al acto
de aplicación del artículo aludido, la parte quejosa señaló que es inconstitucional, pues la Juez de lo Familiar se limitó a aplicarlo
de manera automática, sin analizar de manera adecuada las constancias del expediente, de las que se advertía la inaplicabilidad
del artículo impugnado en ese caso específico.
3 Al respecto, la Juez de Distrito consideró que la Primera Sala de la SCJN ha determinado que las normas como la impugnada

resultan constitucionales y convencionales, al interpretarse a la luz de los principios de interés superior del menor y de igualdad,
sin que ello implique un estereotipo en el sentido de que la mujer está mejor preparada para cuidar de los hijos; que el legislador
está facultado para otorgar este tipo de preferencias en favor de la madre; que por razones de índole biológico y de mayor
dependencia a la satisfacción de necesidades de elementales de los menores, la madre juega un papel determinante para el
desarrollo de la personalidad de sus hijos; que en el caso de los menores de edad se debe atender a aquellas circunstancias
que les deparen el mayor beneficio y no sólo el menor perjuicio; que es erróneo que el artículo señalado establezca literalmente
una preferencia por razón de género e idoneidad absoluta a favor de la madre para el cuidado de sus hijos menores de 12 años;
y que tal precepto no implica que no deban analizarse las particularidades de cada caso en particular. Respecto al acto de
aplicación, se concedió el amparo solicitado, al estimar que no estaba debidamente motivado, ya que la Juez de lo Familiar
omitió pronunciarse en torno a ciertos elementos que permitirían establecer qué tipo de guarda y custodia resultaría más benéfica
para la menor.
4 Los agravios expuestos por la parte quejosa en su recurso de revisión se encaminaron a demostrar que el artículo 282, apartado

B, fracción II, párrafo tercero, del Código Civil para el Distrito Federal (ahora Ciudad de México) es inconstitucional y que, por
ende, debe excluirse del sistema jurídico.

-2-
A fin de determinar si los argumentos expuestos en el recurso de revisión eran suficientes para desvirtuar
la conclusión a la que se arribó en la sentencia combatida, así como determinar si era el caso de
abandonar la tesis aislada 1a. XXXI/2014 (10a.), de la Primera Sala que lleva por rubro “GUARDA Y
CUSTODIA DE LOS MENORES DE EDAD. EL ARTÍCULO 282, APARTADO B, FRACCIÓN II, TERCER
PÁRRAFO, DEL CÓDIGO CIVIL PARA EL DISTRITO FEDERAL, INTERPRETADO A LA LUZ DEL
INTERÉS SUPERIOR DE LOS MENORES Y DEL PRINCIPIO DE IGUALDAD PREVISTOS EN LA
CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS, ES CONSTITUCIONAL.”, 5 la
Sala consideró conveniente estudiar el asunto en función de las siguientes interrogantes:

I. ¿El artículo 282, apartado B, fracción II, párrafo tercero, del Código Civil para el Distrito Federal
(hoy Ciudad de México) es inconstitucional por vulnerar el principio del interés superior del menor,
previsto en el artículo 4º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos?

II. ¿El artículo 282, apartado B, fracción II, párrafo tercero, del Código Civil para el Distrito Federal
(hoy Ciudad de México) es inconstitucional por vulnerar el principio de igualdad y no
discriminación, previsto en los artículos 1º y 4º de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos?; y

III. ¿Es el caso de abandonar el criterio sustentado por la Primera Sala en la tesis aislada 1a.
XXXI/2014 (10a.)?

Cabe señalar que la Primera Sala reasumió el conocimiento del asunto debido a que, si bien existía un
criterio aislado respecto del problema de constitucionalidad del artículo analizado, era necesario, con
motivo de la nueva integración de la Sala, verificar si el mismo debía reiterarse, o bien, abandonarse en
caso de que prosperaran los argumentos planteados en el recurso de revisión, específicamente el
consistente en que la constitucionalidad de dicho precepto no se podía sostener a la luz de una
interpretación conforme, dado que existen diversos criterios y precedentes de la SCJN en los que se ha
sostenido que las normas generales que establecen distinciones basadas en las categorías sospechosas
previstas en el artículo 1º constitucional, no admiten ese tipo de interpretación.

I. ¿El artículo 282, apartado B, fracción II, párrafo tercero, del Código Civil para el Distrito
Federal (hoy Ciudad de México) es inconstitucional por vulnerar el principio del interés
superior del menor, previsto en el artículo 4º de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos?

5 Tesis: 1a. XXXI/2014 (10a.), Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Décima Época, Libro 3, Febrero de 2014, Tomo
I, Página 656, Registro digital 2005454.

-3-
En el marco de este planteamiento, la Sala señaló que en ocasiones anteriores se ha pronunciado en
torno a la constitucionalidad del artículo en cuestión, 6 y a la evolución que este tipo de normas ha
presentado desde la Séptima Época, en la cual el género resultaba un factor determinante para definir
las funciones y actividades -tales como la relativa a la guarda y custodia de los hijos menores de cierta
edad que quedaba a cargo de la mujer como madre-ama de casa-, hasta la Novena Época, en la que se
estableció la posibilidad de que la guarda y custodia de los hijos correspondiera al padre, en atención al
interés superior del menor.

Se señaló que en esas ocasiones, la Sala estableció ciertas directrices que debían tomar en cuenta los
Tribunales en aras de dicho interés superior de la niñez, así como que el precepto legal cuestionado era
constitucional a la luz de una interpretación conforme, en el sentido de que, por un lado, para decidir
sobre la guarda y custodia, sólo se debía atender a dicho interés superior del menor, de acuerdo con las
particularidades de cada caso, y al mayor beneficio posible para el menor; y que, por otro lado, la
preferencia materna establecida en dicha norma no debía entenderse de manera literal y excluyente de
manera automática de la figura paterna, esto es, no podía verse como una presunción de idoneidad
absoluta en favor de alguno de los progenitores, dado que ambos son capaces de atender de modo
conveniente a sus hijos. 7

No obstante lo resuelto en dichos precedentes, la Sala precisó -luego de una nueva reflexión- que la
constitucionalidad de la norma impugnada no podía sostenerse a la luz de una interpretación conforme,
ya que, como se indicó, las normas generales que establecen distinciones basadas en las categorías
sospechosas enunciadas en el artículo 1º constitucional (entre éstas se encuentran el sexo y el género
de la persona), no admiten ese tipo de interpretación, máxime que tal disposición neutraliza la posibilidad
de que el padre pueda cuidar de sus hijos de temprana edad, dejando así de atender al interés superior
de estos últimos; aunado a que resulta incongruente, dado que su aplicación automática libera a los
juzgadores de realizar el ejercicio de ponderación respectivo para resolver sobre la guarda y custodia,
impidiendo así que lleven a cabo la valoración sistemática que por disposición jurisprudencial deben
realizar al respecto.

6 Ver el Amparo en Revisión 310/2013 y el Amparo Directo en Revisión 1958/2017, del índice de la Primera Sala, resueltos en
sesiones del 04 de diciembre de 2013 y 16 de agosto de 2017, respectivamente.
7 Con motivo de ese asunto, se emitió la tesis aislada 1a. XXXI/2014 (10a.), Gaceta del Semanario Judicial de la Federación,

Décima Época, Libro 3, Febrero de 2014, Tomo I, página 656, registro digital 2005454, de rubro: “GUARDA Y CUSTODIA DE
LOS MENORES DE EDAD. EL ARTÍCULO 282, APARTADO B, FRACCIÓN II, TERCER PÁRRAFO, DEL CÓDIGO CIVIL PARA
EL DISTRITO FEDERAL, INTERPRETADO A LA LUZ DEL INTERÉS SUPERIOR DE LOS MENORES Y DEL PRINCIPIO DE
IGUALDAD PREVISTOS EN LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS, ES
CONSTITUCIONAL.”

-4-
En ese orden de ideas, se indicó que el análisis de la norma debía efectuarse a partir de su racionalidad,
es decir, a luz del principio o derecho fundamental que pretende proteger o, en su caso, cuyo ejercicio
busca potencializar; la manera de protegerlo o potencializarlo; y el marco de conducta social e
institucional que pretende establecer.

Con base en lo anterior, se precisó que la disposición legislativa analizada se funda en el principio del
interés superior del menor, que busca asegurar la mayor protección posible para los menores, así como
el beneficio más amplio para sus derechos e intereses; que el legislador consideró que dicho principio se
garantiza y potencializa si la guarda y custodia de los menores de 12 años queda a cargo de la madre -
de ahí que se estableciera una regla general al respecto que sólo admite como excepciones los casos
de violencia familiar en que la madre es la generadora y cuando existe un grave peligro para el normal
desarrollo de los hijos-; y que a través de tal disposición se estableció que los juzgadores deben -en
todos los casos- otorgar a la madre la guarda y custodia de los hijos menores de 12 años, siempre y
cuando no se actualice alguna de las excepciones señaladas.

En esa tesitura, se señaló que la racionalidad de la norma sólo se acreditaría si su contenido


efectivamente se dirigiera a potencializar el principio del interés superior del menor.

Precisado lo anterior, la Sala expuso, entre otros aspectos, que el artículo 282, apartado B, fracción II,
párrafo tercero, del Código Civil para el Distrito Federal (hoy Ciudad de México) no satisfacía tal aspecto,
dado que se trataba de una regla tan absoluta que impedía al juzgador tomar decisiones encaminadas a
la protección de los menores, de acuerdo las circunstancias particulares de cada caso.

Se observó de la exposición de motivos de tal disposición, que el legislador partió de una suposición que
no toma en cuenta el interés superior del menor para efectos de la asignación de custodia; que el
legislador pasó por alto que el escenario más benéfico para el menor no siempre será el mismo; y, que
no es posible establecer una regla general al respecto, pues el interés superior del menor varía en función
de las circunstancias personales y familiares.

De igual manera, se advirtió que la norma en cuestión no satisface el estándar fijado por la Corte
Interamericana de Derechos Humanos, en el sentido de que cualquier acto de autoridad que involucre a
menores debe estar perfectamente motivado conforme a la ley, ser razonable y pertinente, y atender en
todo momento al interés superior del menor, 8 toda vez que no funda adecuadamente la afectación a los

8 Véase Opinión Consultiva OC-18/03 de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, de 17 de septiembre de 2003.
“Condición Jurídica y Derechos de los Migrantes Indocumentados”.

-5-
derechos del menor que genera otorgar automáticamente la guarda y custodia a la madre, sin ponderar
si esto es lo que le resulta más benéfico al infante.

Expuesto lo anterior, y una vez precisado el parámetro normativo internacional y nacional inherente al
principio del interés superior del menor, 9 la Primera Sala concluyó, por una parte, que el artículo
impugnado contraviene el principio del interés superior del menor; ignora la pluralidad de la realidad
social; y, además de reafirmar estereotipos de género tradicionales, profundiza el mandato y la
correspondiente culpa o doble carga de responsabilidad que ello genera, fundado en el binomio de mujer-
madre.

II. ¿El artículo 282, apartado B, fracción II, párrafo tercero, del Código Civil para el Distrito
Federal (hoy Ciudad de México) es inconstitucional por vulnerar el principio de igualdad y
no discriminación, previsto en los artículos 1º y 4º constitucional?

Al respecto, la Primera Sala concluyó que el artículo señalado es inconstitucional, ya que vulnera el
principio de igualdad y no discriminación, al establecer una distinción basada en una categoría
sospechosa y no superar un test de igualdad estricto.

Para apoyar dicha conclusión, la Sala expuso que los artículos 1º constitucional, 10 y 1º de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, 11 constituyen el parámetro bajo el cual debe analizarse el derecho
a la igualdad y la prohibición de discriminar con base en categorías sospechosas; que en términos de
este parámetro, el derecho a la igualdad y no discriminación trasciende a todo el orden jurídico; que la
igualdad es un principio y un derecho; y que, por ende, debe utilizarse como una guía hermenéutica en
la elaboración, interpretación y aplicación del derecho.

Se indicó que la Corte Americana, entre otros aspectos, ha sostenido que los Estados pueden establecer
restricciones al principio de igualdad y no discriminación, siempre y cuando sean objetivas y racionales,
es decir, que no se trate de distinciones ilegales o arbitrarias; 12 y que, en ese sentido, la Primera Sala ya

9 En cuanto al parámetro normativo internacional se aludió a la Convención Americana sobre Derechos Humanos, y a la
Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra de la Mujer. En lo que atañe al parámetro
normativo nacional se hizo referencia a la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes.
10 Artículo 1º. (…)

Queda prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o nacional, el género, la edad, las discapacidades, la condición
social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las preferencias sexuales, el estado civil o cualquier otra que atente
contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas.
11 Artículo 1º. Los Estados Partes en esta Convención se comprometen a respetar los derechos y libertades reconocidos en

ella y a garantizar su libre y pleno ejercicio a toda persona que esté sujeta a su jurisdicción, sin discriminación alguna por motivos
de raza, color, sexo, idioma, religión, opiniones políticas o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica,
nacimiento o cualquier otra condición social. (…)
12 Véase Opinión Consultiva OC-18/2003 de la Corte Interamericana de derechos Humanos.

-6-
se ha referido a la “igualdad formal”, como un medio de protección contra ese tipo de restricciones, que
a su vez se compone en “igualdad ante la ley” e “igualdad en la norma jurídica”, en la que la primera
alude a la uniformidad en la aplicación de la norma por parte de todas las autoridades, mientras que la
segunda se dirige a la autoridad legislativa y consiste en el control del contenido de las normas, a fin de
evitar que en éstas se establezcan distinciones injustificadas o violatorias del principio de
proporcionalidad en sentido amplio.

Se explicó que la violación a la “igualdad en la norma jurídica” da lugar a actos discriminatorios que
pueden ser catalogados como directos o indirectos, en la inteligencia que serán directos cuando la
distinción en la aplicación o en la norma obedece explícitamente a un factor prohibido o injustificado
constitucionalmente (categorías sospechosas); e indirectos cuando la norma o su contenido sean
aparentemente neutros, pero su efecto o resultado conlleve una distinción o exclusión desproporcionada
de cierto grupo social, sin que exista una justificación objetiva al respecto.

También se dijo que la doctrina ha sostenido que la prohibición de la discriminación y el deber de


promoción y protección son normativamente indeterminados, pues del texto constitucional no se advierte
cuándo un trato diferenciado es discriminatorio y cuándo no lo es, de ahí que la SCJN se ha constreñido
a determinar: a) los tipos de diferencias que existen entre los grupos destinatarios de la norma; b) cuándo
éstos merecen un protección especial, dada su categoría sospechosa; y c) cuándo se justifica un trato
diferenciado y cuándo no.

En ese contexto, se señaló que se ha optado por estudiar los distintos niveles de intensidad en los
escrutinios (débil, intermedio y estricto) o test de igualdad, a fin de determinar la aplicación del referido
principio de igualdad respecto de una norma o acto de autoridad.

Se hizo notar que para el caso analizado debía recurrirse a un escrutinio estricto, pues éste es el que
procede cuando se está en presencia de un trato diferenciado basado en una categoría sospechosa.

Para tal efecto, se precisó que un test estricto de igualdad se considerará superado siempre y cuando el
trato diferenciado basado en una categoría sospechosa: 1) cumpla con una finalidad constitucionalmente
imperiosa; 2) esté encaminada a cumplir esta finalidad de rango constitucional; y 3) sea la medida menos
restrictiva posible para conseguir dicha finalidad.

En ese orden de ideas, se advirtió que, si bien el trato diferenciado previsto en el artículo 282, apartado
B, fracción II, párrafo tercero, del Código Civil para el Distrito Federal (ahora Ciudad de México) cumple

-7-
con la primera exigencia señalada, dado que persigue la satisfacción del interés superior del menor, no
cumple con la segunda de las mismas, consistente en que debe estar totalmente encaminado a la
consecución de la finalidad constitucional, es decir, ser realmente útil para satisfacer de una mejor forma
el interés superior del menor.

Lo anterior, al considerarse que el trato diferenciado establecido en el precepto aludido no es idóneo para
satisfacer de mejor manera el interés superior del infante, sino que, por el contrario, lo contraviene, toda
vez que impide al juzgador cumplir con su obligación de evaluar, conforme a las particulares de cada
caso, qué es lo que le resulta más benéfico al menor, aunado a que al tratarse de una regla absoluta que
no impide excepciones, pasa por alto la realidad social actual y reafirma estereotipos de género
tradicionales, profundizando así el rol de la mujer-madre.

Por lo anterior, se indicó que lo conducente sería neutralizar la norma, a fin de garantizar a los menores
la presencia de un cuidador sensible y emocionalmente disponible para sus necesidades, con
independencia del género y la relación consanguínea de éste.

III. ¿Es el caso de abandonar el criterio sustentado por la Primera Sala en la tesis aislada 1a.
XXXI/2014 (10a.)?

En torno a este cuestionamiento y por las razones anotadas, la Sala determinó que la tesis aislada
aludida, de rubro: “GUARDA Y CUSTODIA DE LOS MENORES DE EDAD. EL ARTÍCULO 282,
APARTADO B, FRACCIÓN II, TERCER PÁRRAFO, DEL CÓDIGO CIVIL PARA EL DISTRITO
FEDERAL, INTERPRETADO A LA LUZ DEL INTERÉS SUPERIOR DE LOS MENORES Y DEL
PRINCIPIO DE IGUALDAD PREVISTOS EN LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS
UNIDOS MEXICANOS, ES CONSTITUCIONAL.”, debía ser abandonada.

Con base en lo anterior, la Sala decidió revocar la sentencia recurrida y conceder el amparo solicitado
por la parte quejosa, para el efecto de que se desincorporara de su esfera jurídica -en ese asunto y en
lo futuro- el artículo 282, apartado B, fracción II, párrafo tercero, del Código Civil para el Distrito Federal
(ahora Ciudad de México); así como para que la Juez de lo Familiar dejara insubsistente el acuerdo por
el que otorgó la guarda y custodia a la madre de la menor fundado en dicho precepto, y en su lugar emita
otro en el que, sin tomar en cuenta tal disposición, analice las circunstancias particulares del caso, a fin
de determinar de manera fundada y motivada qué progenitor debe ejercer la guarda y custodia provisional
de la menor atendido a su interés superior.

-8-
El asunto se resolvió en ese sentido por mayoría de tres votos de la señora y los señores Ministros
Norma Lucía Piña Hernández, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena y Juan Luis González Alcántara
Carrancá (Presidente y Ponente). El señor Ministro Jorge Mario Pardo Rebolledo votó en contra. 13 El
señor Ministro Luis María Aguilar Morales estuvo ausente.

Suprema Corte de Justicia de la Nación


Secretaría General de la Presidencia
Dirección General de Casas de la Cultura Jurídica

Dirección de Normatividad y Crónicas


Chimalpopoca 112, Piso 3, Col. Centro, Cuauhtémoc,
C. P. 06080, Ciudad de México, México

13 El señor Ministro Jorge Mario Pardo Rebolledo formuló votó particular en el que expuso los argumentos por los cuales se

manifestó en contra del criterio adoptado por la mayoría de los integrantes de la Primera Sala al resolver al asunto. En esencia,
el señor Ministro Pardo Rebolledo consideró que el precepto analizado no establece una presunción de idoneidad absoluta a
favor de la madre para detentar la guarda y custodia de los menores de 12 años, pues en todo caso el juzgador debe adoptar la
decisión más benéfica para el desarrollo integral del menor de acuerdo a las particularidades del caso concreto; que la norma
en cuestión tiene un fundamento medicamente probado, en el sentido de que la madres son un factor determinante en la
conformación de la personalidad de sus hijos durante la primera etapa de su vida y en el desarrollo de su conducta hacia el
futuro; y, que la interpretación conforme de la norma es suficiente para preservar el interés superior de los menores.

-9-

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