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ARTICULO CIENTÍFICO:
CASO ANA ESTRADA -
EUTANASIA
FACULTAD:
DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS
AUTORES:
BURGA MONTOYA, LUIS ENRIQUE
CACERES CABANILLAS, MARIA CELESTE
CAMPOS CHAVEZ, ORLANDO
CASOS IDRUGO, KEVIN ADRIAN
CASTAÑEDA OSCCO, ITZEL DARIANA
CERQUIN QUISPE, MAYHEW YAHIR
CERQUIN QUISPE, BRIGIT ALEXANDRA
DOCENTE:
Dr. Juan Vargas Carrera
06 de julio del 2022
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RESUMEN
Para la presente investigación se ha realizado un análisis de diferentes definiciones
relacionada al derecho a la vida y si este está relacionado al llamado derecho a una
muerte digna, asimismo se ha estudiado la normativa utilizando la exégesis de la
normativa interna correspondiente y la legislación comparada. Se pretende investigar la
Eutanasia en el Perú y su Regulación Jurídica como alternativa a una muerte digna;
identificaremos las causas de cada parte del problema teniendo en cuenta el dolor
interno y externo del paciente e indagaremos sobre el caso Ana Estrada, su desarrollo y
decisión final.
PALABRAS CLAVE: Derecho a la vida, Dignidad humana, Eutanasia en el Perú, Ana
Estrada
ABSTRACT
For the present investigation, an analysis of different definitions related to the right to
defense has been carried out, and the regulations have also been studied using the
exegesis of the corresponding internal regulations and comparative legislation. It is
intended to investigate Euthanasia in Peru and its Legal Regulation as an alternative to a
dignified death; We will identify the causes of each part of the problem, taking into
account the patient's internal and external pain, and we will inquire about the Ana
Estrada case, its development and final decision.
KEY WORDS: Right to life, Human dignity, Euthanasia in Peru, Ana Estrada
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Introducción
Desde hace unos años ha saltado a los periódicos, a los medios de comunicación,
casos relacionados con la eutanasia, en países como Holanda, Estados Unidos, Reino
Unido, Italia, España, y Chile, entre otros.
Como bien sabemos, la Constitución peruana protege el derecho a la vida y a la
integridad física y moral, pero no a una “muerte digna” que de alguna u otra manera se
relacionan. El homicidio piadoso, o eutanasia, en el Perú es una práctica punible (art.
112 del Código penal). De igual manera la instigación o ayuda al suicidio (art. 113 del
Código penal). El Estado peruano está constitucionalmente obligado a castigar siempre
la eutanasia activa.
Del mismo modo conoceremos un poco más sobre el caso de Ana Estrada el cual
fue la única excepción en el Perú, llegando llamarla “Símbolo de la Eutanasia en Perú”,
en este artículo de investigación haremos un repaso a esos factores que hicieron que esta
mujer practicara dicha actividad en nuestro país y lo relacionaremos con un punto de
vista ético.
Planteamiento Del Problema
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¿Cuál es la posición ética ante el caso de Ana Estrada respecto a la Eutanasia?
Hipótesis
El derecho a la muerte se enmarca en la perspectiva del derecho fundamental a la
Dignidad Humana.
El derecho a la muerte constituye una manifestación del derecho a la dignidad del
individuo.
Constitucionalmente no está regulado el derecho a la muerte como tal.
El derecho a la muerte constituye un derecho implícito del ser humano.
Objetivos
Objetivo general:
Identificar una posición ética ante el caso de Ana Estrada – Eutanasia
Objetivos específicos:
Determinar el significado de eutanasia y la relación con la muerte digna
Conocer y profundizar en caso de Ana
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Marco Teórico
I. La eutanasia
La palabra eutanasia proviene de las voces griegas eu = bueno y thanatos = muerte,
“buena muerte”. Es la acción u omisión que acelera la muerte de un paciente
desahuciado, con o sin su conocimiento, con la intención de evitar sufrimiento y
dolor. (ORTEGA CAMPA, J. C. 2007) por otro lado morir con dignidad significa
vivir dignamente hasta el último momento, ser tratado como ser humano hasta el
final, con respeto a creencias y valores. Sin sufrimiento, en un entorno amable, con
tu gente. Por lo que muerte digna y eutanasia no son sinónimos. (Ibarra Tamez, A.
2011)
Dentro de la concepción de eutanasia, es conveniente diferenciar primeramente lo
concerniente a:
1. Eutanasia voluntaria activa: es sinónimo de matar. Esto implica que un médico
realice acciones orientadas a terminar con la vida del paciente, inyectándole
algún producto en su organismo. En nuestro país es sancionado con tres años de
cárcel. (Romy Chang. 2021)
2. Eutanasia voluntaria pasiva: es el dejar morir. Es cuando el médico responde al
pedido de un paciente competente de no aceptar un tratamiento a sabiendas que,
al hacerlo, el enfermo morirá más rápido que si el médico no hubiera aceptado
la solicitud y hubiera iniciado continúa dicho tratamiento. A esta forma de
eutanasia se le describe como rechazo o interrupción de medidas de apoyo vital.
No es sancionada penalmente porque los médicos no pueden obligar a una
persona a que siga determinado tratamiento. (Romy Chang. 2021)
3. Suicidio asistido (por el médico): el médico provee de Medicina u otras
intenciones a solicitud implícita de un paciente competente, comprendiendo que
este intentará usarlas para cometer suicidio. La muerte no es el resultado directo
de la acción médica, pues su participación es un componente necesario, pero no
suficiente "El que instiga a otro al suicidio o lo ayuda a cometerlo, será
reprimido, si el suicidio se ha consumado o intentado, con pena privativa de
libertad no menor de uno ni mayor de cuatro años" (Artículo 113 del Estatuto
penal peruano).
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4. La legislación de Perú no contempla el derecho a la muerte digna, pero un
juzgado constitucional de primera instancia ha autorizado la eutanasia para la
psicóloga Ana Estrada a partir de una interpretación de los derechos
fundamentales. (Jacqueline Fowks. 2021, febrero 25)
II. Antecedentes del caso
1. Demanda:
Ana tiene polimiositis desde hace 30 años, una enfermedad incurable, progresiva y
degenerativa que le hace ser dependiente. Por los “intolerables dolores de la enfermedad
que padece y a las condiciones de deterioro de su salud que derivan de ésta, y porque
prolongar su existencia es incompatible con su dignidad”, es que la Defensoría del
Pueblo, en enero del 2020, interpuso una demanda de amparo contra una norma legal,
en concreto, el artículo 112 del Código penal, solicitando se reconozca su derecho a una
muerte digna, “por considerar que los efectos desplegados por dicha norma constituyen
una lesión al derecho fundamental de la Sra. Ana Estrada Ugarte a la muerte en
condiciones dignas, así como a sus derechos fundamentales a la dignidad, a la vida
digna, al libre desarrollo de la personalidad y, una amenaza cierta e inminente a no
sufrir tratos crueles e inhumanos”. Ana pide la eutanasia y no el suicidio asistido porque
considera que es una mejor opción para ejercer su derecho a la muerte digna.
El día 4 de enero de 2021, el Colegio Médico emitió un comunicado donde “reafirma su
posición en defensa de la vida y reconoce a la muerte como un proceso natural que debe
ser atendido acompañado a las personas en este trance final de vida con el debido
respeto a su dignidad”. Alfredo Celis, miembro del Comité indicó que el Colegio
Médico del Perú contemplaría la figura de la ortotanasia, no la eutanasia, un proceso
que podría ser aplicado en el caso de Ana Estrada. Indica el comunicado que “la
ortotanasia es el proceso de acompañamiento a una persona que, en situación
irrecuperable, que tiene muchos dolores y que está sufriendo, a acompañarla a través del
uso de los cuidados paliativos. Si tiene mucho dolor se le alivia el dolor, si hay ansiedad
se le tranquiliza a través de la medicación y de los cuidados que requiere este paciente,
apoyo psicológico, apoyo familiar”.
III. Sentencia de primera instancia.
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El Decimo Primer Juzgado Constitucional de la Corte de Justicia de
Lima sostiene el juez que con el petitorio de la demandante no se busca la
derogación de la Norma y tampoco su declaración de inconstitucionalidad, sino que
su pretensión es de carácter individual razón por la cual los efectos de la sentencia
es interpartes (Peña López, K. M. (2021).
Con relación al primer petitorio, el juez precisa que el Tribunal
Constitucional en reiterada jurisprudencia ya ha reconocido la existencia de
derechos innominados, derechos nuevos o derechos derivados de aquellos
expresamente reconocidos por la Constitución (Expediente 2488 2002 HC/TC). Por
tanto, se puede determinar la protección de un nuevo derecho siempre y cuando se
cumplan con los requisitos que advierte el Tribunal Constitucional (Peña López, K.
M. (2021). Del mismo modo el juez ha identificado que el principio de
inexcusabilidad obliga al operador de justicia resolver un conflicto aún no hay un
texto normativo que puede subsumirse a la pretensión propuesta.
De otro lado respecto a los derechos invocados, el Juzgado
Constitucional advierte que la demandante para la sociedad y el sistema jurídico
goza de derecho a la dignidad, sostiene que seguirá siendo digna si luego no puede
expresar su voluntad y lo seguirá haciendo si, pierde el uso de su razón. Sin
embargo, sostiene que la autopercepción de Ana Estrada sin dignidad y sin
autonomía debe estar reconocida por el ordenamiento jurídico como un derecho ya
que la medida de su propia percepción de su dignidad es aquella que expresa en el
momento de lucidez y razonabilidad. (Peña López, K. M. (2021).
Se señala en la sentencia que existe el derecho a una vida digna, que
tiene como base la libertad y la autonomía, sin embargo, la misma validez de este
concepto, implica que existe al derecho a proyectar su vida en ese proyecto pensar
en su final, lo que la demandante considera una muerte. Algunos podrían
entenderla, como una muerte natural una muerte heroica, una muerte trascendente,
tal vez sólo una muerte sin sufrimiento de cualquier tipo; es decir libre, como la
queremos la mayoría de los mortales. El mismo derecho que sostiene la libertad de
vivir o de vivir con libertad sostiene el derecho a concluirlo, si la vida carece de
dignidad de morir cuando aún la vida es digna o de no pasado una situación de
indignidad que arrastre a la muerte.
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Respecto al segundo extremo del petitorio, el juez ha señalado que más
que catalogarlo como homicidio piadoso, como lo denomina el tipo penal, en lo que
la demandante pretende es permitir que la naturaleza humana concluya con su
trabajo. Ello en razón de que si no se le hubiera aplicado tratamiento, tal vez, ya
habría fallecido. Si bien estos tratamientos fueron aceptados, ha llegado un
momento en que ofende su propia dignidad y le impide morir morir dignamente.
En la sentencia también se pone de manifiesto que en razon del análisis
del principio de doble efecto, el juez advierte que la prohibición absoluta del
suicidio asistido anula derechos como la dignidad, la autonomía y la libertad, los
mismos que deben incluirse en la mensura de la proporcionalidad, considerando
además que no existe como ya se ha señalado derechos absolutos y que el derecho a
la vida igualmente tiene límites y situaciones de excepción.
Refiere la sentencia, que sujeto activo del delito del homicidio piadoso,
es cualquier persona, pero el juez señala que este tipo penal se debe desagregar,
porque no es lo mismo que lo haga un familiar que un tercero ajeno. En ese sentid,o
se debe considerar que el acto realizado por cualquier persona es ilegal, debido a
que no se garantiza la autenticidad y firmeza del pedido de la paciente. Sin embargo
si se acredita de manera previa y mediante un mecanismo protocolo el permiso es
correcto.
Sobre los siguientes extremos del petitorio, el 10° Juzgado
Constitucional señala que en virtud de que el procedimiento de muerte digna es un
derecho que genera excepción a la aplicación del artículo 112 del Código Penal, es
razonable que se estime la tercera pretensión. Refirió que los médicos que acepten
realizar este procedimiento no deben ser obligados y los nombres de estos serán
reservados.
De otro lado sobre el siguiente extremo, el juzgado refirió que al no
contar con una norma emanada del Congreso la República el Ministerio de Salud
no puede elaborar Planes, Directivas u otros documentos; sin embargo precisa que
de ser necesario elaborar dichas pautas para someter a Ana este procedimiento se
debe llevar lo acabó.
En consecuencia el juez resolvió declarar fundada en parte la demanda
disponiendo:
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a. la inaplicación del artículo 112 del Código Penal vigente para el caso doña Ana
Estrada Ugarte.
b. Se ordene al Ministerio de Salud y ESSALUD respetar la decisión de Ana
Estrada Ugarte de poner fin a su vida tras el procedimiento técnico de la
eutanasia.
c. La Comisión Médica Interdisciplinaria de EsSalud, que labora el plan y el
Protocolo deberá presentar su informe en el plazo de 30 días después de su
formalización ante la comisión médica el Ministerio de Salud la que procederá
a su aprobación en el plazo de 15 días.
De otro lado, declaró improcedente la pretensión de que se hacen el
Ministerio de Salud que cumpla con emitir una directiva que regula el
procedimiento médico para la aplicación de la eutanasia para situaciones similares a
la de la señora Estrada Ugarte, del derecho fundamental a la muerte en condiciones
dignas y derechos conexos.
IV. Audiencia:
El 7 de enero de 2021 se llevó a cabo la audiencia de Informe Oral sobre la
demanda de amparo presentado por la Defensoría del Pueblo a favor de Ana
Estrada.
Demandante: El Defensor del Pueblo, Dr. Walter Gutiérrez, sustenta su demanda
de amparo:
Que se inaplique el artículo 112 del Código penal, porque limita el derecho de
Ana Estrada, porque lesiona el derecho fundamental a una muerte en
condiciones dignas, así como su derecho a la dignidad, a la vida digna, a la
autonomía de la voluntad y al libre desarrollo de la personalidad.
El pedido no es dejarla morir, sino que ella decida cuándo morir.
Que se reconozca el derecho a la muerte, en condiciones dignas. Es un derecho
que ya existe, alojado en el artículo 3 de la Constitución. Pedimos que se
declare este derecho, que se compagina con el derecho a la dignidad y la
autonomía de la voluntad. Ana tiene muchas ganas de vivir, lo que quiere es
tener la libertad de decidir cuándo morir, y reitera que el Estado no sea omiso a
este requerimiento.
Que Essalud establezca una Junta médica para que pueda realizarse.
Que, para este caso concreto, el Juez admita la demanda.
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Que se declare fundada la demanda en todos los extremos
Ana Estrada: Se presenta e indica cómo se ha preparado para poder acudir a la
audiencia. Se encuentra feliz de ser escuchada. Agradece la posibilidad de presentar
la demanda, a los medios de comunicación peruanos y extranjeros. Explica cómo es
su enfermedad y que, a pesar de todos los tratamientos, no se ha logrado detenerla.
La peruana, psicóloga de profesión, sufre desde los 12 años poliomistiosis
incurable. La enfermedad provoca una debilidad muscular progresiva, por lo que
usa silla de ruedas desde los 20 años. Su enfermedad se complicó a partir de 2015 y
permanece ahora en cama 20 horas al día. Con el esfuerzo de su familia, hizo la
carrera de Psicología, y logró ser independiente. Desarrolla otra etapa de su vida, en
el 2015, cuando le hicieron la traqueotomía. En enero de 2016 regresa a su casa, y
necesita enfermeras las 24 horas del día. Actualmente depende totalmente de sus
padres. Cree que hay que evaluar su situación y reconoce que ha tardado en hacer
pública su situación.
Manifiesta que está lúcida. Sabe y conoce la depresión, dice que no la
tiene. Revela que tiene mucha alegría y energía, no se ha derrumbado, ni ha querido
poner fin a su vida de manera clandestina. Acota que “la razón de mi demanda es
tener la libertad de poder elegir mi muerte”.
Demandados:
El Ministerio de Justicia: Hace observaciones no de fondo sino de
temas procesales. Que el Juez no sea boca de ley, el Juez constitucional debe ser
interpretador, pero con el límite del principio de la corrección funcional, reconocido
en diversas sentencias del Tribunal constitucional. El Juez debe realizar el debate
de la presente controversia. ¿El camino del control difuso es suficiente para que se
pueda implementar la petición de la demanda? Señala que no. La ausencia de una
ley de eutanasia es importante porque hay otros bienes jurídicos en conflicto, por
ejemplo, el de la objeción de conciencia del médico. Son partidarios de que debe
haber una regulación legislativa. Critica las sentencias que menciona el Defensor
del pueblo de la Corte Interamericana, porque no tienen relación con el caso en
concreto. El Tribunal europeo de Derechos humanos, no reconoce un derecho a
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morir. No consideran que el Amparo sea el camino, sino que el Congreso de la
República, con el debate necesario sea el que legisle sobre el caso.
Que la demanda sea desestimada en todos los extremos.
El Ministerio de Salud: Discrepa con la posición del Defensor del
Pueblo. No se podrían generar protocolos para atender la postura de Ana Estrada.
La ponderación la encontramos entre el derecho a la vida y el derecho a la dignidad.
El primero de ellos es el fundamental. La muerte digna que se plantea, es un tema
que no es posible se desarrolle a través de un Amparo. El Decreto Legislativo 1161,
art. 5 a) es clave para la función rectora del Ministerio de Salud, y no podría
realizar un protocolo para un caso concreto. Su función es la de desarrollar planes y
atención en temas de salud a nivel nacional. En este caso concreto, se le pide al juez
que determine medidas para que se le aplique la eutanasia a una persona singular.
Debiera haber una regulación, a través de la iniciativa parlamentaria. Que se declare
infundada la demanda.
Essalud: Se solidarizan con la situación de Ana Estrada. Y de entrada
indica que la demanda sea infundada en todos sus extremos, porque la considera
como un proceso legislativo en sede judicial, que no resulta procedente. Da tres
razones:
1. Vulneración del principio de legalidad. Se necesitan protocolos médicos que
no existen y no sería suficiente que se inaplique el artículo 112 del Código
penal.
2. No existen criterios técnicos en cuanto a qué tipos de enfermedades se debe
aplicar la eutanasia, o qué tipo de medicamentos debieran utilizarse.
3. La transgresión al principio de separación de poderes.
Tanto el abogado del Ministerio de Justicia como el de Essalud argumentan que
ante un proceso de amparo contra norma legal, el control difuso es para un efecto
inter partes y no erga omnes, como es la pretensión de la Defensoría del Pueblo. El
abogado del Ministerio de Salud, alega por su parte que el proceso constitucional de
amparo no es el camino para la resolución de este problema. El Juez del 11 Juzgado
constitucional de la Corte Superior de Lima, anunció que va a esperar a los alegatos
y dará la sentencia en un plazo razonable.
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V. Decisión final
El juez Jorge Luis Ramírez, del undécimo Juzgado Constitucional de la Corte
Superior de Justicia de Lima ordenó el 25 de febrero del 2021 despenalizar la
eutanasia para el caso de Ana Estrada Ugarte, la primera persona en el país en
pedir públicamente el derecho a morir dignamente.
El inédito fallo ordena al Ministerio de Salud y al Seguro Social de Salud
(EsSalud) respetar y atender la solicitud de Estrada, -que sufre polimiositis, una
enfermedad degenerativa e incurable que debilita sus músculos-, "de poner fin a
su vida a través del procedimiento técnico de la eutanasia".
Ahora, con esta nueva sentencia, los médicos que apliquen la eutanasia a Estrada,
en el momento que ella lo decida, quedarán eximidos de castigo.
Durante la audiencia, Estrada ya dejó claro que tiene ganas de vivir,y que lo que
pretende es tener la libertad de poder elegir el momento en el que quiera morir
con dignidad. "No se trata de querer morir o de hacer una apología a la muerte,
sino, más bien, al contrario: seguir hasta el último capítulo de mi vida con mi
forma de pensar y con mi forma de desarrollarme, tomando mis propias
decisiones".
Esta sentencia supone un paso hacia la legalización de la eutanasia en todo el país.
Sin embargo, también puede generar una gran controversia en Perú, un país
mayoritariamente católico.
VI. Amicus Curiae. Proponen Cuidados paliativos.
Los cuidados paliativos han tenido un reconocimiento importante en el
marco de la Unión Europea. La recomendación 1418/1999 de la Asamblea
Parlamentaria sobre Protección de los Derechos Humanos y la Dignidad de los
Enfermos Terminales y Moribundos instaba a los Estados miembros del Consejo de
Europa a respetar y proteger la dignidad de los enfermos terminales y en la
resolución adoptada el 29 de Enero de 2009 por el Consejo de Europa, se considera
los cuidados paliativos como un componente esencial de la atención sanitaria basada
en un concepto humano de dignidad, autonomía, derechos humanos, derechos de los
pacientes y una percepción generalmente reconocida de solidaridad y cohesión
social. (Dr Murcia, R. (2007))
La Sociedad Peruana de Cuidados Paliativos, propone que, en efecto, la
muerte digna es un derecho, pero que, no debe confundirse la muerte digna con la
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eutanasia, pues a criterio de esta entidad, afecta el derecho fundamental, vida. Que,
lo que en realidad es muerte digna, es aquella en la que no interviene un tercero,
menos un médico en calidad de ejecutante, sino aquella en la que solo se procura
evitar el sufrimiento de la persona en la última etapa de su vida. (Peña López, K. M.
(2021))
Sobre este extremo debe tenerse presente que, acoger la propuesta de
esta entidad, implicaría solo desestimar la demanda, pues la demandante ya cuenta
con cuidados paliativos, con el Programa Clínica en tu casa de Essalud. Empero,
debe considerarse que, siempre será una alternativa para la demandante. En efecto, la
muerte digna. No es sinónimo de la eutanasia, pero, no puede considerarse que sea
excluyente, conforme señalamos en otra parte, al señalar que no existen bienes
jurídicos absolutos.
Otro elemento significativo del aporte de esta entidad es el debate ético
de los médicos, tanto por el juramento hipocrático y el texto actual del Código de
Ética y deontología del Colegio Médico del Perú, como por una eventual objeción de
conciencia de algún médico y finalmente el debate jurídico, a cerca de la posible
distorsión de la voluntad del solicitante, en relación a la enfermedad como
condicionante. Respeto de la objeción de conciencia podemos decir, únicamente que,
es una decisión respetable de toda persona, especialmente de un profesional, con
base a sus criterios éticos, religiosos, ideológicos o de cualquier índole, por lo que,
en caso de disponerse un cuerpo médico ejecutante, éste no podría ser obligatorio.
En cuanto a la distorsión o condicionamiento de la voluntad de la
persona enferma, en efecto, todo entorno o situación personal influye necesariamente
en la persona, en menor o mayor grado. Una persona saludable, tendrá una
perspectiva distinta de la eutanasia, pues probablemente no se pondrá en la situación
de ser la persona pasiva del hecho y aun cuando racionalmente lo hiciere, no tendrá
la carga subjetiva que tiene una persona con enfermedad terminal, del mismo modo
que, una persona cuyo familiar está en situación de ser pasible de una decisión de ese
tipo. Sin embargo, son condicionantes también la ideología, la religión, la cultura,
entre otros xciv elementos aparentemente externos que se internalizan tanto en la
persona que determinan sus decisiones (Córdova García, M. Á. (2021)). La
regulación del homicidio piadoso y su incompatibilidad con el ejercicio de los
derechos fundamentales de la persona. De hecho, en el caso de Sociedad Peruana de
Cuidados Paliativos, se observa una posición inspirada en sus ideas religiosas. Ello
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es legítimo. Todas las personas que profesamos una religión posiblemente tomemos
decisiones bajo influencia de nuestras creencias. Sin embargo, las personas en
general, tenemos que tomar decisiones de todo tipo y en todas las circunstancias, por
lo que no puede discutirse la validez de un derecho ni la licitud de un acto, bajo la
subjetividad de que las ideas externas o las circunstancias propias puedan
condicionarlas. Presumir una suerte de incapacidad de hecho a todas las personas en
esas situaciones, sí sería una afectación de sus derechos. En el derecho peruano se
presume la capacidad, incluso de las personas con discapacidad. Así, una situación
de distorsión debe probarse. Lo que sí puede hacerse es asegurar de que la expresión
de voluntad sea genuina y se sostenga en el tiempo. En el Caso de Ana Estrada, viene
acompañando esta causa y en un último escrito ha adjuntado una Escritura Pública
con su declaración de voluntad, en relación de apoyos y salvaguardias y en relación a
su decisión de ser asistida en caso que lícitamente le sea permitido. Esa decisión
puede ser revocada en cualquier momento, mientras pueda expresar su voluntad.
VII. Punto de vista ético
Si hablamos de un punto de vista ético, empecemos por conocer la ética
profesional que tenemos como abogados, “el Código de Ética del Abogado” y
su Reglamento bajo la presidencia de Raúl Chanamé Orbe Por tanto es bajo
estos principios y orientaciones que se promulga el CÓDIGO DE ÉTICA DEL
ABOGADO, como un instrumento único a nivel nacional, con el firme propósito
de que sea una norma eficaz para el mejor ejercicio profesional de los
abogados del país. Dentro de este código de ética encontramos La misión
general, deberes y las prohibiciones que tenemos como abogados:
Artículo 3°.- Misión de la profesión La abogacía tiene como fin la defensa de los
derechos de las personas y la consolidación del Estado de Derecho, la justicia y
el orden social. La probidad e integridad de la conducta del abogado,
cualquiera fuere el ámbito en el que se desempeñe, con la excepción de su
vida privada, es esencial para el adecuado funcionamiento del sistema de
justicia, la vigencia del Estado de Derecho y la vida en sociedad. La
transgresión de los principios éticos agravia a la Orden.
Artículo 7°.- Obediencia de la ley El abogado debe obedecer la ley, no debe
inducir a otros a que la infrinjan, ni aconsejar actos ilegales. Debe promover la
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confianza del público en que la justicia puede alcanzarse con el cumplimiento
de las reglas del Estado de Derecho.
Conociendo esto podemos ver que como ética principal de un abogado seria el
hacer caso a las leyes de nuestra constitución, pero que pasa si nos encontramos
con un caso similar a la de Ana Estrada, pues aún con el permiso del juez seria el
abogado o abogada libre de elegir qué decisión tomar, pero siempre respetando y
respaldando su defensa con las leyes ya puestas en nuestra constitución
Del mismo modo también tenemos que conocer la ética Médica puesto que esta está
muy relacionada con la eutanasia:
Ética médica: 145. El Código de Ética y Deontología del Colegio Médico del
Perú, establece:
Art. 72° El médico no debe propiciar el encarnizamiento terapéutico. Ha de
entenderse por tal, la adopción de medidas terapéuticas desproporcionadas a la
naturaleza del caso.
El médico debe propiciar el respeto a las directivas anticipadas del paciente en
lo referente al cuidado de su vida. El médico no debe realizar acciones cuyo
objetivo directo sea la muerte de la persona.
Art. 69° El médico debe rechazar toda solicitud u orden para actuar en contra
de la dignidad, autonomía e integridad del paciente, sea que provenga de una
persona natural o de una persona jurídica.
No son normas exactamente análogas al artículo 112 del Código Penal.
Sin embargo, un médico que incurre en un acto contrario a las normas éticas,
podría ser sancionado de acuerdo a su Estatuto. Asimismo, un médico por sus
propios criterios éticos, podría negarse a participar de una petición como la de
Ana Estrada, aun cuando lo ordenase un Juez e inclusive una ley dictada por el
Congreso. Granda Delgado, R. J. (2018).
Hablando ya de ética podemos ver que en Derecho y Ética suelen darse
casos de derechos conflictivos. El derecho de una persona, cómo y cuándo
morir (autonomía) parece entrar con colisión con otros valores significativos,
como la salvación y la prolongación de la vida humana. (Carrasco AM)
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En este trabajo intentamos dar una visión sobre algunas controversias y problemas
éticos acerca de la eutanasia, sobre todo en el caso de Ana Estrada, por supuesto
no es nuestra intención llegar a conclusiones de problemática; en pocas palabras
daremos un punto de vista personal al respecto.
Es por ello que para nosotros desde un punto de vista ético, la eutanasia activa estaría
permitida si se hace con el consentimiento pleno y claro del paciente, el cual es
autónomo y por ende dueño de su vida como en el caso de Ana Estrada que decidió
tener una muerte digna con libertad individual, hablando ya de autonomía a desplazado
a la beneficencia, como primer principio de la ética médica. Esto ha sido la
reorientación más radical ocurrida en la larga historia de la tradición hipocrática. Como
resultado de ello la relación entre el médico y el paciente es ahora más franca y abierta,
y en ella se respeta más la dignidad de los pacientes (Llanos R.).
Pero esto a su vez, significa que cuando todos los seres humanos que componen un
grupo social viven de forma adulta y autónoma, hay mucha probabilidad, de que no
solo en el mundo de la política, sino también en el de la moral y el de la religión,
mantengan posiciones diferentes. De aquí derivaban dos consecuencias: La
primera, que una sociedad basada en la libertad y la autonomía de todos sus
miembros ha de ser por necesidad plural y pluralista, es decir que sus miembros no
sólo tendrán opiniones políticas religiosas, morales, etc. distintas, sino que además
se comprometerán a respetar las de todos los demás, a condición de que también
éstos respeten las suyas. La segunda consecuencia es que además de plural esa
sociedad deberá de ser secularizada, ya que resultará prácticamente imposible
lograr la uniformidad en materia religiosa (Emanuel E). Relacionando esto con el
caso de Ana Estrada podemos ver que llega un momento en que una persona que ha
sobrellevado una enfermedad difícil por muchos años se agota por tantas
intervenciones quirúrgicas, permanencias largas en el hospital, porque ya no puede
decidir por sí misma.
La eutanasia es un acto individual, es la libre decisión de una persona que siente no
tiene un futuro en este mundo. No es la decisión de un médico, la función del
médico es diagnosticar y facilitar esa decisión una vez un paciente la haya tomado,
puede también surgir el hecho de que los principios éticos y morales de un médico
pueden impedir que realice esa colaboración, lo cual es respetable y aceptable, pero
también puede haber médicos que no tengan estos principios, asi que ellos pueden
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contribuir y colaborar con los pacientes una vez hayan tomado su decisión. Por ello,
tanto el médico como el paciente están obligados a respetar la integridad de la otra
persona y ninguno puede imponer sus valores al otro.
¿Entonces cuál es el punto ético en este caso?
Fácil, al final el médico debe distinguir claramente entre prolongar la vida y prolongar
la muerte, si lo primero tiene sentido lo segundo no. El médico necesita de mucha
responsabilidad para tomar la decisión, buscando siempre el bien del paciente, puesto
que el médico bueno, no es el que "hace hasta lo último" por el paciente; en medicina
hay que saber hacer y no hacer, siempre viendo el bienestar del paciente y su integridad.
VIII. Discusión de los resultados:
Respecto de la sentencia materia de estudio (caso: Ana Estrada Ugarte)
consideramos que de manera efectiva resuelve lo relacionado con el derecho a una
muerte digna, el haberse precisado que no existen derechos absolutos, como el
derecho a la vida y especialmente haberse hecho referencia a pena de muerte
como un límite al derecho a la vida.
La sentencia reconoce que el derecho a la muerte digna constituye
elemento del contenido esencial del derecho a la vida y sobre todo como debe
entenderse el vivir con dignidad, pues en consideración con muchas de las
personas que soportan tratos inhumanos y crueles en el transcurso de una
enfermedad terminal, pero que se encuentra garantizado por la existencia de la
ciencia médica y la tecnología lo que pone de manifiesto la vulneración a sus
derechos como: a morir dignamente, a su dignidad, autonomía y al libre desarrollo
de su personalidad. Conforme señalan AGUILERA y GONZALES (2012) en el
universo la tecnología proporciona de alguna manera ausencia de libertad en el ser
humano demostrando la imposibilidad técnica de la realización de la autonomía,
de la capacidad de decisión sobre la propia vida. Esta ausencia de libertad no se
advierte ni racional ni política sino como un sometimiento a un aparato técnico
que hace más cómoda la vida.
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La manifestación del paciente abarca la posibilidad de rechazar
tratamientos médicos desproporcionados o alternativas terapéuticas de dudoso
éxito para su curación y conforme lo señala dicha declaración, la voluntad del
paciente debe ser respetada y no puede confundirse con una conducta suicida
(MEDICINA PALITIVA 2002).
En muchos Estados léase Holanda, Bélgica, Colombia y Canadá entre
otros, han legalizado la Eutanasia como un mecanismo para darle fin a la vida de
las personas. Lo que debería también ser incorporado en nuestro país, claro este
bajo determinados parámetros legales que cuenten con un respaldo no solamente
médico sino también en el cual prime la voluntad del propio paciente,
reconociéndose de esta manera el principio de autonomía de la voluntad. Cuando
se externa la voluntad nos encontramos ente la presencia de un acto jurídico sea
para una muerte digna o terminar con su propia vida de sufrimientos, causado por
enfermedad terminal.
Recomendaciones
Resulta necesario contar con una normatividad más explícita en la que se
desarrolle el Derecho a morir dignamente, a fin de que los jueces puedan amparar
pretensiones como la demandada por Ana Estrada sean que sea deducido este derecho
de manera implícita.
Se recomienda que el Congreso de la República de Perú, proyecte una ley con
todos los parámetros necesarios para que se determine en que caso se procederá a
realizarse la Eutanasia y que los médicos queden exonerados de la aplicación del
Artículo 112º del Código Penal. Así mismo derogar el Artículo 112º del Código Penal,
o establecer los parámetros para su aplicación de acuerdo con la Ley de Eutanasia.
Se recomienda que el Estado peruano reconozca el derecho a morir dignamente,
como un derecho fundamental de la persona, para lo cual debe legislase positivamente
esta circunstancia.
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Conclusiones
La Eutanasia es la provocación intencionada de la muerte hacia una persona.
Existe dos tipos, la pasiva y la activa, mientras que la primera no es sancionada, la
segunda si y es sancionado con tres años de cárcel.
Ana sufre de polimiositis desde los 12 años. Sus intolerables dolores por la
enfermedad que padece, la hicieron interponer una demanda de amparo contra el
artículo 112 del código penal, reconociendo su derecho a una muerte digna.
El artículo 112 del código penal, limita el derecho de Ana porque lesiona su
derecho a una muerte en condiciones dignas. Ana quiere seguir viviendo, solo quiere
tener la libertad de tomar la decisión de cuando morir.
El Artículo 112º del Código Penal vulnera los derechos fundamentales de la
persona el cual debería ser derogado y dar paso a establecer parámetros legales para
establecer límites en la aplicación del homicidio piadoso.
Punto de vista ético: Deberíamos ponernos en los zapatos de Ana Estrada y
entender las dificultades por las que ha tenido que pasar para tomar esta decisión. No es
fácil sobrellevar una enfermedad como la polimiositis durante tantos años, ella quiere
seguir viviendo, pero también quiere tomar la decisión de cuándo será su último día de
vida y tenemos que respetarlo.
El morir dignamente, constituye un derecho fundamental de la persona, y está
ligado en el Derecho a la Vida, por ello resulta necesario un reconocimiento expreso en
la norma fundamental. De tal forma que constitucionalmente no está regulado
expresamente el derecho a la muerte como tal.
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