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Conflictos y Problemas de Conducta

Este documento presenta tres modelos principales de mediación: 1) el Modelo Tradicional Lineal (Escuela de Harvard) tiene como objetivo principal alcanzar un acuerdo; 2) el Modelo Circular Narrativo considera que la comunicación es el elemento principal para el éxito del proceso y cree en la multicausalidad de los conflictos; 3) el Modelo Transformativo Narrativo apuesta por mejorar la relación entre las partes como objetivo prioritario. Cada modelo se basa en diferentes principios, objetivos y técnicas.
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Conflictos y Problemas de Conducta

Este documento presenta tres modelos principales de mediación: 1) el Modelo Tradicional Lineal (Escuela de Harvard) tiene como objetivo principal alcanzar un acuerdo; 2) el Modelo Circular Narrativo considera que la comunicación es el elemento principal para el éxito del proceso y cree en la multicausalidad de los conflictos; 3) el Modelo Transformativo Narrativo apuesta por mejorar la relación entre las partes como objetivo prioritario. Cada modelo se basa en diferentes principios, objetivos y técnicas.
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PRINCIPALES MODELOS DE MEDIACIÓN

Introducción y objetivos
Antes de iniciar un proceso de mediación, el mediador o equipo que lo va a llevar a cabo debe plantearse numerosas
cuestiones para adaptarlo a las circunstancias y necesidades concretas de cada caso. Uno de los aspectos fundamentales
sobre el que habrá que reflexionar es qué método se va a utilizar durante el proceso. Existen varias corrientes
metodológicas indicadas para intervenir en la resolución de conflictos a través de la mediación que cuentan con unos
principios, objetivos y técnicas diferentes entre ellas.
En este tema se presentan tres de estos modelos que surgieron en Estados Unidos entre las décadas de los años 80 y 90
del siglo pasado, y que están reconocidos como los tres modelos principales de mediación. Se trata del Método
Tradicional Lineal (Escuela de Harvard), el Método Circular Narrativo de Sara Cobb y el Método Transformativo Narrativo
de Bush y Folger. Se va a explicar en qué consiste cada uno de ellos, quiénes los crearon, los objetivos, las técnicas y los
conceptos fundamentales que los sustentan y qué puede aportar cada uno a la mediación en entornos educativos con
niños y adolescentes.
A modo introductorio se puede adelantar que el Modelo Tradicional Lineal tiene como objetivo principal alcanzar un
acuerdo entre las partes, el Modelo Circular Narrativo considera la comunicación como el elemento principal para
conseguir el éxito del proceso mediador y el Modelo Transformativo Narrativo apuesta por la mejora de la relación entre
las partes como objetivo prioritario.
Modelo Tradicional Lineal (Escuela de Harvard)
Se trata del modelo más extendido, y se lo debemos a Roger Fisher y William Ury, ambos miembros del HARVARD
NEGOTIATION PROJECT. Los dos desarrollaron este modelo, conocido también como de negociación basada en
principios, que se aplica tanto a procesos de mediación, como de negociación.
El método se basa en cinco premisas:
«Separar a las personas del problema.»
«Centrarse en intereses, no en posiciones.»
«Inventar opciones para ganar-ganar (ganar ambos).»
«Insistencia en el manejo de criterios objetivos.»
«Conoce tu BATNA (Best Alternative To Negotiated Agreement), o mejor alternativa a un acuerdo negociado»
Obviamente, es un modelo eminentemente práctico: está completamente orientado a la obtención de un acuerdo. Para
ello, fomenta una comunicación lineal entre los mediados, mediante la utilización de preguntas abiertas. En esa misma
medida, hay una cierta restricción de uso de preguntas cerradas, en tanto en cuanto éstas no dan lugar a respuestas
flexibles; centra la mirada en el futuro, técnica ampliamente utilizada en procesos de mediación de todo tipo; intenta
manejar las emociones negativas de manera resolutiva, mediante apoyo en técnicas de legitimación y reformulación tan
pronto como es posible, pero da mucha más importancia a la obtención de un acuerdo. Evita «enredarse» en bloqueos
que puedan derivarse de una alta intensidad emocional, ya que intenta no perder de vista el fin del proceso, que, como
hemos dicho, es la obtención de un acuerdo. Prima la comunicación verbal sobre la que no lo es, y entiende el
desacuerdo como la causa del conflicto, sin dotar de excesiva importancia a las causas u orígenes de aquél. Por ello, a
diferencia de la mediación transformativa, acerca de la que hablábamos la semana pasada, no se realiza (al menos de
manera intencionada) un trabajo sobre la relación entre las partes. La expresión de los mediados tiene lugar de manera
ordenada, ya que el modelo se caracteriza por una búsqueda de equilibrio a lo largo de todo el proceso.
Modelo Circular Narrativo
El Modelo Circular Narrativo se basa en la multicausalidad de los conflictos y en la importancia de la comunicación.
Hernández-Ramos (2014) explica que en este modelo el conflicto no se concibe como agresión o postura antagónica
hacia el otro, sino como una circunstancia interna y casi continua del ser humano. Cree que el conflicto se da en el plano
de la comunicación porque no solo es importante lo que se dice, también cómo se dice y cómo es percibido por el otro.
Además, no es debido a una sola causa que lo provoque, sino a varias que se relacionan entre sí, de ahí el concepto de
causalidad circular.
De forma paralela, hace hincapié en todos los aspectos de carácter lingüístico, como pueden ser: el acceso a la
información, cuidando que la lengua que se utiliza sea comprensible por todas las partes, la adecuación del recurso a
cada caso en horario y características, el derecho a conocer el recurso, para qué sirve y cómo funciona, la experiencia del
mediador en la gestión de actitudes, emociones, etc. Todos estos aspectos necesitan la comunicación (verbal y no
verbal) para ser resueltos y llevar a cabo el proceso de mediación. En palabras de Hernández-Ramos (2014): «La
comunicación es concebida como un todo en el que se integran tanto los interlocutores como el mensaje. Se tiene en
cuenta tanto la comunicación verbal como la no verbal o relacional. El concepto de “causalidad circular” es muy
probablemente el que mejor refleja la compleja realidad del conflicto y la múltiple varianza funcional que interviene en
el mismo» (p. 75).
Figura 4. Sara Cobb. Fuente: elaboración propia.
Objetivos del Modelo Circular Narrativo
Suárez (2017) presenta tres objetivos fundamentales para este modelo:
Fomentar el caos narrativo para dejar salir las debilidades del discurso de cada parte. Así se encontrarán más
posibilidades para construir una nueva narrativa.
Dar facilidades a las partes para que exterioricen sus emociones.
Favorecer la comunicación circular entre todas las partes, para que haya más posibilidades de entendimiento.
Principios del Modelo Circular Narrativo
El modelo se basa en tres principios fundamentales (Suárez, 2017):
La coherencia. En la exposición que hacen las partes debe haber una relación entre los hechos ocurridos y la narración
que se hace de estos. Es frecuente que las personas en conflicto comiencen exponiendo los hechos de manera
«atropellada» y poco meditada. Por eso, es necesario reorganizar las ideas y la forma de expresarlas para encontrar la
coherencia narrativa que permita el entendimiento y los futuros acuerdos.
El cierre narrativo. En una situación de conflicto las partes suelen atribuir el problema a una tercera persona o al
contexto en que ha tenido lugar, no asumen su parte de responsabilidad. El hecho de conseguir que lo hagan y estén
dispuestos a construir una nueva narración de los hechos depende en gran parte de cómo se consiga hacer el cierre
narrativo de la historia. Es decir, de los cambios en el discurso que se produzcan entre el principio y el final del proceso,
como puede verse en el siguiente ejemplo:
Fregar en el campamento
A dos chicos que participan en un campamento de verano les toca fregar los utensilios de comida de todo su grupo
durante unos días. El método de fregado es más «rústico» que el que ellos acostumbran porque tienen que fregar en el
río. Les cuesta coordinarse, rompen varios vasos de cristal y algunos platos se los lleva la corriente. Empiezan a discutir
echándose la culpa el uno al otro, y los dos acuden a sus educadores diciendo que no pueden cumplir con esa labor
porque su compañero no hace las cosas bien.
El proceso de mediación pertinente en este caso para conseguir un buen cierre narrativo consistiría en ayudarles a
reconocer su parte de responsabilidad. Cambiar el discurso para pasar de culpar a reflexionar sobre qué puede aportar
uno mismo para que la actividad acabe con más éxito. Pasar de frases como: «tú dejaste que el río se llevara el plato» a
«yo tampoco pude sujetar el plato que se fue». Así será más fácil llegar a conclusiones como: «tú puedes echar jabón a
los platos, y después yo los aclaro cuidando de que no se los lleve el río».
La interdependencia narrativa. Este concepto quiere decir que las aportaciones que hagan las partes para construir el
nuevo relato tendrán efecto no solo en la solución final, sino en la relación que se establezca entre las partes. En el
ejemplo anterior, una vez que los dos chicos cambien su narrativa y alcancen un acuerdo para la actividad de fregado, es
más fácil que puedan participar en más actividades colaborativas con éxito en el campamento. También es más probable
que mejore su relación porque habrán aprendido códigos de comunicación que les hacen sentirse a gusto el uno con el
otro.
Técnicas de comunicación del Modelo Circular Narrativo
Este modelo utiliza técnicas que favorecen la comunicación circular con el objetivo de construir una nueva narrativa
común. Giménez-Romero (2001) enumera y explica estas técnicas:
Figura 5. Técnicas de comunicación Modelo Circular Narrativo. Fuente: elaboración propia.
Aumento de las diferencias. Se permite y se busca que las diferencias se manifiesten y aumenten hasta un determinado
grado. Al contrario de lo que ocurría en el Modelo de Harvard, aquí no se trata de borrar ni disminuir las diferencias
entre las partes. Se piensa que las partes llegan a la intervención con las ideas muy claras, lo cual hace que su posición
sea rígida y no permita la entrada de nuevas ideas. Por eso, se pretende provocar una dinámica que haga dudar a las
partes sobre sus propias ideas, para crear nuevas alternativas.
Legitimación a las personas. Cada persona debe contar con un espacio dentro del proceso que pueda sentir como suyo y
le ayude a saber que está en igualdad de condiciones con respecto a la otra parte. Encontrar este lugar legítimo es un
principio de todos los modelos de mediación, pero en el Método Circular Narrativo, es uno de los aspectos más
valorados. Este concepto es muy importante en el trabajo con niños y adolescentes, ya que —por los constantes
cambios en su momento evolutivo— es frecuente que no encuentren en su familia, escuela o sociedad un espacio que
consideren legítimo. Frases destinadas de adultos a adolescentes como «tú no sabes lo que son problemas, niño» hacen
que estos acaben sintiendo que sus sentimientos y situaciones son menos importantes y legítimas. El Método Circular
Narrativo da especial importancia a que la comunicación se lleve a cabo de tal manera que esto no ocurra en los
procesos de mediación.
Cambios de significado. Para ello, necesitamos cambiar la historia que han construido las partes y han traído a las
sesiones de mediación. Hay que tener en cuenta que, para cada persona, su historia es la verdadera. El trabajo del
mediador es ayudarles a construir una nueva historia que permita ver el conflicto desde un nuevo ángulo que incluya a
las dos partes. Para ello, el mediador utilizará herramientas de comunicación como la paráfrasis y la reformulación.
Creación de contextos. Los contextos en los que se lleva a cabo la mediación deben ir cambiando a medida que se va
desarrollando el proceso. Lo fundamental es que sea un contexto que transmita confianza a las partes, tanto en el lugar
elegido como en el tipo de comunicación verbal y no verbal que se transmita y en otros factores específicos que
acompañen a cada proceso mediador. Por ejemplo, en un entorno educativo en el que se medie con dos chicos de
distinta nacionalidad, habrá que asegurar que los dos comprenden las palabras que se están diciendo, responden a los
códigos de comunicación que se proponen y tanto el lugar como el mediador no les producen miedo o rechazo por
razones étnicas o culturales.
«El mediador tiene que ser consciente de que la consecución de un buen acuerdo, satisfactorio y duradero va a
depender en gran medida del contexto en que se desarrolla el proceso de mediación» (Vázquez, 2016, párr. 1).
Fases en el Modelo Circular Narrativo
A continuación, se presentan las cuatro fases —más una preliminar— establecidas por Sara Cobb para llevar a cabo el
proceso de mediación:
Tabla 1. Fases en el Modelo de Mediación Circular Narrativo. Fuente: Hernández-Ramos (2014).
¿Cómo actúa el mediador en este modelo?
Suárez (2017) presenta al mediador como un profesional que tiene muy en cuenta el factor emocional y la comunicación
circular, tanto verbal como no verbal. Intenta que el emisor y el receptor se comuniquen de forma continua en tres
direcciones: mediado-mediado, mediador-mediados, mediados-mediador. Esto ayuda al proceso de legitimación de las
partes mejorando la relación entre ellos al crear un nuevo espacio para reflexionar y crear la nueva historia. Utiliza
mensajes parecidos, pero con diferente contenido para crear algunas dudas y abrir la comunicación que permitirá crear
esa nueva historia.
Modelo Transformativo Narrativo
Este modelo surge en el año 1994 con una publicación de Bush y Folger en la que defienden que el objetivo de la
mediación debe ser mejorar la relación entre las partes enfrentadas. El objetivo sigue siendo alcanzar un acuerdo
común, pero ya no se pone tanto énfasis en el producto final, sino en que las partes puedan entenderse y modificar su
relación. Este modelo ve el conflicto como una oportunidad de crecimiento personal y la mediación como el vehículo
para aprovechar esa oportunidad (Hernández-Ramos, 2014).
Figura 6. Joseph Folger. Fuente: elaboración propia.
Figura 7. Robert Barush Bush. Fuente: elaboración propia.
Objetivos del Modelo Transformativo Narrativo
Suárez (2017) presenta estos tres objetivos fundamentales para el Modelo Transformativo Narrativo:
Mejorar la relación entre las partes partiendo de sus intereses individuales para crear otros nuevos y comunes.
Fomentar el pensamiento analítico y crítico de las partes y hacerles sentir que son los protagonistas absolutos del
proceso.
Facilitar a las partes mecanismos para la revalorización de la autoestima y el conocimiento mutuo.
Elementos centrales del Modelo Transformativo Narrativo
Se distinguen dos elementos fundamentales dentro de este modelo que se deben analizar y contextualizar para su
aprovechamiento en entornos educativos con niños y adolescentes (Giménez-Romero, 2001):
Revalorización de la autoestima(empowerment). Las personas que participan en la mediación deben ser consecuentes y
responsables de sus propias acciones. Aquí, el término empowerment no se refiere a un empoderamiento individual,
sino al poder de las relaciones. No se trata de tener poder sobre el otro, sino con el otro. Es la equidistancia entre las
partes lo que les da poder, la fortaleza de la relación que sean capaces de construir.
Reconocimiento de las responsabilidades mutuas. Consiste en reconocer las diferencias y singularidades de la otra
persona como un aporte positivo a la relación que se puede construir o mejorar. Reconocer la posición de la otra parte
implica un grado de empatía que hasta ese momento no existía y que puede ayudar a que el conflicto se vea desde otra
perspectiva, desde una posición en la que se empieza a valorar la relación y las cualidades del otro. El reconocimiento de
las cualidades mutuas será más fácil de lograr si se ha conseguido previamente un buen grado de empowerment
relacional.
Bush y Folger (2013) afirman que se consigue el reconocimiento entre las partes cuando se comprenden, aceptan y
admiten los siguientes elementos:
Figura 8. Elementos centrales del Modelo Transformativo Narrativo. Fuente: elaboración propia.
¿Hay fases en el Modelo Transformativo Narrativo?
Folger (2008) argumenta que, a diferencia de lo que ocurre en otros modelos, el Modelo Transformativo Narrativo no
sigue unas fases cerradas de actuación a lo largo del proceso. Se considera que estas fases no ayudan al mediador a
estar concentrado en todo momento en las interacciones de las partes. Tener que pasar de una fase a otra en un
determinado período de tiempo puede impedir a las partes expresar sus puntos de vista o escucharse mutuamente
(Folger, 2008).
En otros modelos las fases ayudan al mediador a guiar a las partes a través de un proceso. Pero el Modelo
Transformativo busca que sean precisamente estas quienes marquen los tiempos de este proceso creando unos
patrones de interacción que van cambiando a lo largo de la sesión mientras se relacionan. El mediador trabaja con esos
patrones al ritmo que marcan los mediados, para ayudarles mientras ellos plantean problemas, discuten y modifican
puntos de vista y proponen posibles soluciones.
¿Cómo actúa el mediador en este modelo?
Bush y Folger (2013) describen cómo debe ser la aportación del mediador en el Modelo Transformador Narrativo y qué
pautas debe aplicar para conseguir el objetivo deseado:
Debe estar atento a todas las aportaciones que hagan cada una de las partes: preguntas, comentarios, propuestas de
alternativas, soluciones y valoración de la posición del otro. La prioridad del proceso es la mejora de la relación, no
conseguir el acuerdo como única finalidad.
Debe crear el ambiente propicio para que las partes deliberen y tomen decisiones consensuadas aprovechando todas las
oportunidades posibles de aportación y deliberación.
En palabras de Folger (2008):
En la práctica transformativa el énfasis está en el apoyo a los cambios en la interacción de las partes en conflicto. Por
consiguiente, los mediadores tienen cuidado de no impedir o de interponerse en el camino de la interacción mutua de
las partes. El mediador no está presente para asegurarse que entiende los problemas o perspectivas de las partes, sino
más bien para ayudarles a clarificar lo que por sí mismas se están tratando de decir (p. 12).
Se recomienda visualizar el recurso Entrevista a Joseph Folger, propuesto en el A fondo.
Entornos de aplicación del Modelo Transformador Narrativo
Folger (2008) asegura que la mediación transformativa es una herramienta muy útil en multitud de sectores en los que
se produce un conflicto. Algunos de estos sectores son: casos de mediación familiar y divorcio, disputas laborales,
desacuerdos entre un casero y su inquilino, conflictos entre vecinos, programas judiciales de mediación comunitaria, etc.
(Folger, 2008). En definitiva, se trata de un modelo de mediación idóneo en las disputas en las que las partes tienen
algún tipo de relación, pero también puede ser una experiencia de éxito en los casos en los que las partes no tengan una
relación previa. El motivo es que para solucionar cualquier conflicto las personas implicadas tienen que interactuar entre
ellas. Y la calidad de esta interacción es fundamental para alcanzar o no un acuerdo beneficioso para ambas partes.
En entornos educativos con niños y adolescentes el componente relacional es fundamental e imprescindible. Los
menores aprenden y se desarrollan a través de su relación con todos los microsistemas de los que forman parte: familia,
escuela, amigos y compañeros, lugares de ocio, etc. Es en estos microsistemas a través de los que, de manera formal o
informal, aprenden e integran los elementos necesarios para encontrar y solucionar conflictos. Por lo tanto, parece
imposible separar a los menores e incluso a los jóvenes del componente relacional a la hora de resolver conflictos entre
ellos y/o con los adultos. En este sentido Abal et al. (2013) como miembros del Equipo de Mediación de IRSE-Álava,
explican cuáles son sus objetivos principales en los procesos de mediación cuando hay menores implicados: «Nos
importan los acuerdos concretos, pero más el recuperar la comunicación entre progenitores e hijos/as; reestablecer el
diálogo, ayudar a que se escuchen, ayudar a que aprendan a negociar y a mantener los compromisos, a dar importancia
al respeto entre todos» (p. 30).
Caso práctico
Para finalizar el tema y afianzar conceptos, se analizará qué métodos de mediación se podrían aplicar en el siguiente
caso y de qué manera. Hay que tener en cuenta que cada situación no tiene por qué seguir un solo modelo como
respuesta única y válida. Pueden existir —y de hecho existen— varios caminos para conseguir un acuerdo satisfactorio
para todas las partes.
<paragraph>Las botas</paragraph><paragraph>Marta y Rosa tienen quince años. Son amigas desde la infancia, van
juntas a clase y comparten el mismo grupo de amigas. Una tarde quedan para ir a mirar tiendas de ropa, como han
hecho tantas veces. En una de ellas ve unas botas que le gustan mucho. El problema es que les gustan a las dos, tienen el
mismo número de pie, y solo queda un par de ese número. Marta y Rosa se miran esperando a que la otra ceda, pero
esto no sucede, y se van de la tienda sin comprar las botas, pero entre reproches del estilo: «yo las vi primero, pero tú
siempre quieres lo que tengo yo», «estoy cansada de salir perdiendo contigo porque no cedes nunca», «tu peor
problema es la envidia que me tienes»… Pasan los días, y ninguna de las dos ha comprado las botas, pero han dejado de
hablarse e, incluso, buscan el apoyo de sus otras amigas intentando que elijan entre una de las dos.</paragraph>
Tratar el conflicto desde el Modelo Tradicional Lineal implica situar la discusión por las botas como el epicentro del
conflicto y el problema a solucionar. En el proceso el mediador intentaría llegar a acuerdos como: una cede y la otra se
compra las botas, las dos deciden que su amistad está por encima de todo, y no merecen reñir por un objeto, o incluso
podrían decidir comprar las botas a medias y llevarlas una semana cada una. Todas estas soluciones, y alguna más,
serían válidas. No habría más disputas por el tema que ha causado el conflicto, por lo tanto, se lograría el acuerdo y éxito
de la mediación. Pero cabe plantearse preguntas como: ¿qué pasa con las descalificaciones mutuas que se han hecho?
¿Qué instrumentos tienen para rebajar el grado de hostilidad con el que se han comunicado? ¿Deberían plantearse que
hay más causas, aparte de las botas, que las han llevado a la situación de conflicto?
El Modelo Circular Narrativo basaría su intervención en responder a las preguntas indicadas en el párrafo anterior.
Aplicaría sus técnicas para intentar modificar el discurso de Marta y Rosa cambiando frases como: «tú siempre quieres lo
que yo tengo» por «nos gustan las mismas cosas”», haciendo ver la parte de responsabilidad que tiene cada una y
rebajando el grado de hostilidad en sus intervenciones. Les ayudaría a reflexionar sobre las causas que las han llevado a
esta situación, ya que, seguramente, no sea solo la cuestión de los zapatos, como se puede deducir por su narrativa al
usar términos absolutos como «siempre quieres» o «nunca cedes». En definitiva, les ayudaría a construir un nuevo
discurso que no se centrara tanto en las botas, sino en la agresividad con la que se relacionan ante un conflicto y en las
posibles causas que las han llevado a esta situación. Intentaría proporcionarles herramientas basadas en la
comunicación para cambiar su discurso y tener más capacidad para decidir cómo solucionar el problema de las botas.
El Modelo Transformativo Narrativo ante este caso se preguntaría: ¿cómo es la relación de estas dos chicas? ¿De qué
manera podría mejorar? ¿Qué capacidad tendrán de superar otro conflicto cuando surja? Este modelo crearía un
ambiente propicio para que Rosa y Marta pudieran interaccionar, les ayudaría a ponerse en la posición de la otra amiga
y a asumir su parte de responsabilidad en el conflicto. Les haría preguntas como: ¿por qué crees que tu amiga ha
reaccionado así contigo? ¿Qué diferencias ves entre su reacción y la tuya? Les invitaría a pensar en el poder de su
relación con preguntas como ¿Qué experiencias habéis vivido juntas hasta ahora? ¿Qué actividades creéis que os
quedan por hacer juntas? ¿Qué aspectos de vuestra amistad valoráis más? No daría demasiada importancia a si se
compran o no las botas, sino a que los fundamentos de su relación mejoraran y fueran capaces de superar este tipo de
situaciones siendo consecuentes con sus propias interacciones y sin llegar al conflicto.
Tabla 2. Modelos de Mediación. Fuente: Montosa y Prats (2015)

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