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Capítulo 3, Harto de Vera. Objeto de Estudio de La Ciencia Politica

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Capitulo 3 EL OBJETO DE ESTUDIO D SOBRE Polo DE LA REFLEXIg Lin : JON PODER, ESTADO, SISTEMA POLIIeg [...] la politica es un obj. i r eto esquivo, j i postre, inabarcable (Vallespin 195%, we finible, Polisémico y, ala [..] la posotia yla teologia puesta filos6ficamente valida a la pregunta nooner 0 Binguna res- En todos los Brandes Pensadores waned wee rei L] i uiérencia de rango entre sus filosofias politicas veers misma profundidad. La arseage L..] no han encontrad : 5) (Arendt 1997; [...] el sino de la politica es la perduracién de lo fugiti is re tivo, . mente porque la politica es perenne fugacidad. Nada hay de firme en ella y su consistencia radica en no tenerla [...] Nada absoluto ni definitivo hay en su seno. Lo tinico que permanece es su caducidad (Murillo 1997: 11). La Ciencia Politica es una disciplina que atin esté a la biisqueda de su objeto central (Monroe 1997: 2). La disciplina [de la Ciencia Politica] se caracteriza mas por la frag- mentacién de sus amplias perspectivas que por su unidad, coheren- cia o sentido de orientacién comin (Easton 1997: 18). exhaustivo; por el contrario, llenar casi més paginas de las Juirfa reconociendo un hecho EI anterior repertorio de citas no es podria haber seguido prolongandose hasta | que ocupa este texto. Al final, esta tarea conc! ys politdlogos es total: e el cual el consenso entre lo: B es (ot re or EID ‘niti ificado- que en este trabajo pretendamos dar una respuesta define) caries de taala pregunta équé es la politica? Dado que comparto ‘dic de Ia ciencia la extrema dificultad de definicién del objeto de estu ios Se rerende Politica, mis pretensiones son mas modestas. Sencillament dar cuenta del estado de la cuestion. 57 CIENCIA POLITICA Y TEORIA POLITICA CONTEMPORANEAs : 7 dio de la Ciencia Polft; Parece evidente que el objeto de ee ‘oman tica politica». Pero una repuesta de este tipo, lejos de solucionar la cuestige simplemente la pospone. En primer lugar, porque la definicién y aco sy cién de lo que puede y debe entenderse por «politica» es una tarea comple. . La multiplicidad de los significados del término se Petcibe mejor si examinamos los vocablos que en inglés se utilizan Para hacer referencia a la politica (Grosser 1984: 124-125) . En efecto, en el idioma inglés es posible distinguir entre: ; * Politics: La politica como actividad relacionada con el ejercicio del poder. En castellano podria ser traducido como «proceso politico» 0 «art. culacién politica»: los actores interactian entre ellos cuando tienen intere- ses conflictivos o visiones divergentes sobre temas sociales que no pueden resolver por si mismos. * Policy: Las politicas como las decisiones ordenadas hacia la conse- cuci6n de un fin politico. En castellano podria ser traducido como «politi- cas ptiblicas»: las opciones elegidas para resolver un problema. * Polity: La dimensi6n institucional de la politica. Lo politico como el universo formado por las acciones y los constructos humanos en los que la politica se desarrolla. En castellano podria traducirse por politeia o «insti- Una fuente adicional que afiade complejidad a la tarea de comprender, definir y acotar «la politica», En otros términos, la identidad de la politica ha ido transforman- dose a lo largo de la historia, de tal modo que lo que se ha entendido por «lo politico» varia en funcién de las coordenadas temporales en las que nos encontremos. El campo de la politica es un 4mbito producido y creado por la actividad humana. En este sentido, la tarea ientifico de la politica difiere de la del cientifico de la naturaleza. de estudio el que cambia, sino su manera de percibirlo. Asi se evidencia, por ejemplo, en las distintas perspectivas de la fisica tradicional newtonia- na y la fisica cudntica de comienzos del siglo xx. Sin embargo, para el Gientifico de la politica, cambian tanto los modos de percepcién del objeto de catudio como el propio objeto en si: basta comparar la polis griega, el Imperio Romano, la poliarquia feudal, el Estado liberal cldsico, el Estado 21 dembcratico (Wolin 1973: 14-15; 1974: 296). cionadac orn Pelticas Procede de una familia de palabras griegas rela- dadano) y pO lane s 0 ciudad-estado: politeia (constitucién), polites (ciu- alos asuntos iblig (estadista). Todas ellas denotan un significado relativo vados (idic Pudiicos en contraste con lo que se consideraban asuntos pri- tico ny fs Consideracién aristotélica del hombre como animal polf- su vida e ve que vivia en la polis, y ésta no era una dimensién de or el contrario, representaba 400n politikon, El ciudadano ‘pclites) es un ser total 58 gr OBJETO OE ESTUDIO DE LA REFLEXION Sonne ; ; LA POLITICA sien la politica constituye una activid pao de la ie (Dah 199227). clasicas P° lad social natural 7 NO sey lo griego dele °s eparable Una de! finicion de este tipo implicaba ut cei f el ncimero de individuos que posefan la calidad, decedent 0 de politica poseia una dimensién horizontal, dew — y manera en ro Bt interi i 7 oe obaba en su interior también Ia esfera de lo soci a ones, definici cc Sn embargo, esta definicion de lo politico en un sentid i (o. Sy ‘de cualquier manifestaci6n de fenémenos colectivos, ee Lenape ‘lizacion griega. A partir de entonces comenz6 un largo roa ico nel que el significado y el espacio de la politica se resingipro- iva pero inexorablemente (Sartori, 1992). En la época del Imperi gresiva Pee bien aumenté la comunidad politica con la inclusi nde los Romano, st campesinos naci Se trata de lar luccién de la politica a la politeia, en inglé ee de la politica exclusivamente con pall penne Apartir de la Edad Media la politica se teologiza, impregnandose de la yisin cristiana del mundo: el homo politicus es sustituido por el homo credens (Held 1991a: 53). La politica comienza a ser considerada, y por tanto a definirse, a través de categorias como el pecado y Ia gracia. El orden politico se ‘transforma en una doble direccién: 4) El espacio politico pasa a ser considerado en términos universales (la Cristiandad), frente a las unidades politicas propias de la antigiiedad clisica, como las ciudades-estado, las monarquias y los imperios. 6) La percepcién del tiempo pasa a ser providencialista y apocaliptica, en lugar de cfclica (Wolin 1974: 295). La concepcién helénica del hombre como ser concebido para vivir en una ciudad fue sustituida por la preocupaci6n por la forma en la que los humanos podfan vivir en comuni6n con Dios (Pocock 1975: 84). Los efec- tos de esta nueva concepcién de la politica, restringida y teologizada, fue- ron el enfrentamiento entre el Papado y el Imperio yy posteriormente, la Tuptura de la unidad religiosa de Occidente con el enfrentamiento entre catolicismo y protestantismo. Tomés de Aquino representa el primer intento de revi to medieval de la politica, al tratar de integrar ‘el pensamiento sriee ¥ CP parscilar la as de Aristételes, con la visa cristiana de la politica. Sin argo, habria que esperar hasta Maquiavelo para : 7 le una nueva fanees de concebir la politica. Mas arriba © hahecio hae de lo que significa la obra del autor florentino en el ee ae ahora ‘onomia de la politica frente a la ética y la religi6n. Interes onjunto de que no puede aislarse esta nueva concepcin de la politica de ea los acontecimientos que se producen en Europa en los albores dos ciudadanos y de los esclavos emancipados, evisi6n del concep 59 CIENCIA POLITICA ¥ TEORIA POLITICA CONTEMPOR ANEA s Moderna. Especialmente, el surgimiento de una nuey; cién politica: el Estado. La consolidacién de las mouarns de o Niza. Inglaterra, Francia y Espaiia, la fragmentacién politica en Teale Solutas en minio de la Iglesia son hechos que conforman el contexto ¢ y y el predg. situarse la obra de Maquiavelo. A partir de su obra, el prota 4 que debe mizacién de lo politico tiene como consecuencia la Progresiv: oon del objeto de estudio de la politica al fenémeno del Estado, Ba ACOtaci6n por no decir la totalidad de la reflexi6n sobre la politica conto: fers Pai auténomo en el periodo que hemos caracterizado como «artesan; fenomeng tual», tiene como objeto de estudio primordial el Estado. @ intelec. El Estado aparece como producto de las luchas contra el feudal la sobredeterminaci6n religiosa en la que éste se basaba, a lo lacgoldes y proceso caracterizado por la desaparicién de la unidad espiritual de comunidad cristiana medieval y el progresivo avance de la secularizacio, . El Renacimiento conduce a un cambio de mentalidad que acaba con ai fundamento religioso del orden «natural»: [...] las leyes naturales van a dejar de ser aquella parte integrante del orden de la creaci6n estructurado por la ley eterna, para convertirse en una pura construcci6n de la raz6n, a partir de la naturaleza instintiva e impulsiva del ser humano (Vallespin 1990a: 9). La Reforma rompe el universalismo cristiano representado por la au- toridad papal, lo cual supone, la pérdida de un orden politico y moral has- ta entonces considerado referente comtn. De este modo, la Reforma con- tribuye a definir definitivamente un espacio politico especifico, el del Estado emergente cuyas caracteristicas seran objeto de anilisis y justificacién en el seno de una nueva sociedad, la renacentista, construida en el transito del feudalismo al capitalismo (Garcia Pelayo 1983: 116-117). Con el Estado surge una idea vigorosa que constituye uno de los ejes sobre los que pivota buena parte del pensamiento politico moderno: el concepto de «raz6n de Estado», introducido en la reflexién acerca de la polftica por autores como Guicciardini y Botero'. ; ; Meinecke sefialaré las dos fuentes en las que puede situarse el origen de la «raz6n de Estado»: la necesidad de! pueblo que En la tendencia al poder del soberano y en : obedece, e| cual se deja dominar porque recibe a cambio contraprestar'™ nes, mientras que, a la vez, alimenta con los suyos propios los impuls™! vitales y de poder del soberano, Dominador y dominado se encuentran aqui por un vinculo comén, por la necesidad humana primar’ de vivir en comunidad. Fs de esencia al poder adquirido sobre un pueblo ¢ tener que ser cultivado si se le quiere conservar. Para que subsista tiene que 1, En 1509, Giovanni butero publicé su tratado Della ragion di J estudio del wn di stato. Para el es! 4 Estado como cavegorts central del pensamiento politico moderna véase Guicciardini (1988), Gil bert (1970) y Skinner (1965), 60 gruolo DE tA REFLEXION Some is LF voLities ete € et ado, ¥ tan pronte, como es organizado se get OF ents ypraindividual, que hay que cuidar, aque hon ne en algo indePere ene que servity ‘sobre todo, aquel que lo ha que servis y al ave A Micanzarlo- EI soberano se convierte en el servidor dete rest A gtado O° Fines de ste Agno comienzan a limitar el arbitrio serwncl f, prhors a [a que mace Ja razon de Estado (Meinecke 1983: 1 Peron Es. ia hor? | . . tado constituye el nervio de construccién y ¢: in i ¥ consolida- La rane P seracturas politicas modernas, el elemento definidor de las on 4 as oe configuran las relaciones entre Estado y sociedad, or regias Jiarse mediante Jas normas juridicas, y las relaciones cate salvo en aspectos marginales, la regulacié considerada como nicleo eden ‘0 admiten, P dos que ye derecho ¢é! der politico. . oma ‘Caminal (1996), el Estado es el objeto central en torno ‘el pensamiento politico moderno: 0 sujeto constituyente del Estado (Maquivelo). Lare ‘0 el recto gobierno con poder soberano (Bodino). : do instituido por convenio © pacto entre una multitud de 9 unidad de poder absoluto en representacion de la coleci- dentre el Estado, como unidad de poder, y la plura- lidad de jnstituciones de gobierno reunidas bajo la supremacia del poder legislativo (Locke). . ie omo unidad y equilibrio de poderes (Montes- * El Estado concebido c La creacion d (Tocqueville y los federalistas norteamericanos)- « El Derecho c iliacion entre Estado y sociedad (Kant). « El Estado como su de la sociedad dividida (Hegel). fa + El Estado como instrumento de dominacién de una clase soc a ‘de ante la fuerza, d (fcompatibilida quieu)- ae . le un Estado democratico rx). « El Estado como mecanismo capa? de asegurar un compromiso entre Ljlas clases sociales (Kelsen). et sstade apto para gobernar la emergencia (Schmitt). abjeto d polmanecion de este proceso que ha configura‘ Hedel mathe io se produce enel siglo XIX, con el suf percibida lo» como producto intelectual. La reflexién sobre largo de jy Practlenda como «Ciencia del Estado». rn aparicion oe eso ‘ha experimentado el concepto de politics como vimos, se pai a recia clasica hasta el siglo XIX merece ser record ie zontal y Vertical de un contexto, la polis, en donde las dimensiones" ertical se encontraban presentes €n el concepto de «politicar’ ¢ Por «dimensién hor en el sentido de rebar” tw tne hao cree oe 2. es de coy 61 2 —- es través de los siglos, el concepto de politica fue evolucionando Y despo dose progresivamente de la dimensién horizontal para designar e: “SPojdn, mente los aspectos relacionados con la dimensién vertical, A mene lUsiva. (ue | CIENCIA POLITICA Y TEORIA POLITICA CONTEMPORANE, s historicamente nos alejamos del formato de la polis helénica clase comunidades politicas que la suceden van adquiriendo una mayo Sica turacién vertical (Sartori 1992). El recorrido que lleva desde la ls Struc. feudal hasta el Estado liberal burgués decimonénico, pasando por {2% pas de las monarquias absolutas y el despotismo ilustrado, puede ser oe templado como un proceso en el cual la centralizacién del poder polit isa su concentracién proporciona al Estado moderno una creciente capa de dominio y control sobre los ciudadanos. La consecuencia de este mr a so ¢s la radical separacién entre lo social (dimensién horizontal) y lo mae tico (dimensién vertical). El proceso culmina con la separacién que Hen realiza en el siglo xix entre el Estado y la sociedad civil. De este modo-b politica queda circunscrita a la esfera del Estado. Es asi como el Estade convierte en el objeto privilegiado de la reflexién intelectual acerca de la politica, y la sociedad en el objeto de estudio de la Sociologia. Esta situacién se correspondia con las capacidades y caracterfsticas que posefa el Estado liberal burgués decimonénico, y con su capacidad para concentrar en su interior todas las manifestaciones de lo politico. Sin embargo, a medida que se va dejando atrés el siglo xx y nos adentramos en el siglo xx, esta situacién va a cambiar. Progresivamente, el Estado se va viendo impotente para agotar dentro de sus limites la politica. Este cambio tiene que ver con la democratizacién del Estado liberal y su transforma- cién en un Estado liberal-democratico, a través de fenémenos tales como (Caminal 1996): - 1) La ampliacion del derecho de participacién politica y el reconoci- miento del sufragio universal masculino, con independencia de la condi- cién social. - 2) El reconocimiento del pluralismo politico y de la posibilidad de impulsar, canalizar y organizar concepciones politicas distintas, con igual legitimidad para acceder al gobierno del Estado. 3) La integracién de las clases sociales en el sistema polftico, que pone fin a la exclusién politica de la clase obrera. 4) La configuracién del Estado como sistema politico cuyos actores fundamentales son los partidos politicos. . La irrupcién de las masas en la arena politica significa que lo politico empieza a desbordar los limites del Estado, el cual se revela como una institucién demasiado estrecha para aspirar, como en el pasado, a agotar dentro de sus limites todas las manifestaciones de la politica. Los Estados occidentales, conforme avanza el siglo xx, van conformandose en un sentido pluralista, de tal manera que el poder aparece repartido entre las relaciones de poder que se establecen en el ji roducen paler ebel retard en el seno de Ja polis y que, por lo tanto, intr 62 DE ESTUDIO DE LA REFLEXION SOBRE La PoLiTiCn 1 onset « astituciones estatales y sociales. La antigua divisién aistintas inna ‘como monopolio estatal las tareas de emativo. Por el contrario, los politélogos empiricos, cter aHiO dominante en la Ciencia Social de la segunda TE a proponer un tratamiento de los fenémenos del 0. XS rspectiva de neutralidad axiolégica. Lo que importa - desde pre ‘nsion cientifica del poder y no su moralidad o inmora- es ‘én la influencia del positivismo la que nos E diferencias metodolégicas con las que el poder es abordado en explica Jas “Asi, los autores clasicos abordaban el poder, como el resto Gno y otFo CASO. 1" bjeto de su reflexi6n, con una metodologia analiti- de los temas P 40 Sue andlisis sin contrastacién empirica. Por el contrario, ca, construye? oder que la Ciencia Politica contempordnea propone y estudio del Pocra en técnicas de investigacién inspiradas en el modelo realiza S€ ae ‘Naturales y, por lo tanto, de caracter empirico. La preten- de las Ciencias ro ologico, caracteristica de la Ciencia Politica contempo- sign de Splicada al estudio del poder. - Por ultimo, al abordar el estudio del poder, los autores clasicos necesi- lizarlo en alguna instituci6n. Asi, contemplandolo en un realizaron el andlisis sobre las distintas formas politicas en las que el poder se institucionaliza. Sin embargo, la propuesta de la Ciencia Politica contempordnea consiste en estudiar el poder en si como sustancia de la politica, y no en analizar sus manifestaciones fenomenoldgicas 0 su sustanciacién en formas politicas. ‘La Ciencia Politica contempordnea intenta abordar y comprender el poder sin emplear el recurso metodoldgico de objetivarlo en algun meca- nismo, dispositivo o forma institucional. Se intenta estudiar el poder desde lidad. | tercer lugar, €S tambi taron sustancial sentido estricto, el poder en sf. Por eso, el primer paso consistird en buscar una definicién del poder que permita su operacionalizaci6n, esto es, que sea valida para la investigacién empirica‘’. En esta busqueda de una definicién operativa, se abandonara la perspectiva clasica que definia al poder en un sentido esen- apartaig / 8uPtura consistente en el eambio de objeto de estudio se unis, como analizamos £0 dagado -La Ciencia Politica en los Estados Unidos, una segunda ruprura referida 3 la metodolo ‘ada en el auge de la investigacién empirica, segiin el modelo de las Ciencias ‘Naturales, 6S os” CIENCIA POLITICA Y TEORIA POLITICA CONTEMPORANE AS cialista (como algo que se posee) y se sustituira por un plant «relacional», es decir, como un fenédmeno que involucta la ingutienty entre al menos dos sujetos. tetaccign Uno de los primeros teéricos que propone una definicién del sentido relacional en la que después se inspirardn otros autores Poder en Weber. Weber definié el poder como «la probabilidad de im, © Ma propia voluntad, dentro de una relacién social, atin contra toda rele y cualquiera que sea el fundamento de esa probabilidad» (Weber 4 43). Pero ademas, el papel desempefiado por Weber en este prog 964, desplazamiento del objeto de estudio de la Ciencia Politica, desde an de do hacia el poder, no sélo se limita a la redefinicién del poder. Conyj ta. recordar que Weber da una definicién del Estado en la que la catactert iene fundamental del mismo es el monopolio de la violencia yla coereig’ legitima. Es decir, se trata de una definici6n que, en iltima instancig reduce el Estado a una forma particular y concreta de ejercer e] polis ejercicio legitimo de la violencia. De este modo, el Estado aparece come un fenémeno encuadrado como especie dentro del género del Poder, Por lo tanto, el estudio de lo politico en su sentido més general no es otra cosa que el estudio del poder. Junto con Weber, a caballo entre los siglos xix y xx, otros autores europeos se interesan por uno de los fendmenos relacionados con [3 presencia del poder en la vida politica, la existencia de élites. Gaetano Mosca, Wilfredo Pareto y Roberto Michels conformar4n una corriente de reflexién dentro de la Ciencia Politica que con el tiempo serd etiquetada de «teoria de las élites». El italiano Gaetano Mosca publica su obra més influyente en 1896, bajo el significativo titulo de La clase dirigente: Ele- mentos de Ciencia Politica, en donde plantea su tesis principal: la vida politica genera poder y éste cae siempre en manos de una clase dirigente. Roberto Michels, autor suizo-italiano, escribe en 1915 un texto que devi- no un clasico contempordneo de la ciencia politica: Los partidos politicos. La preocupacién central de este autor es el fundamento en el que radica el principio de la representacién politica, esto es, que las masas no pueden gobernarse por si mismas, y por lo tanto necesitan de una minorfa rectora que las represente y las dirija. Estas minorias inevitablemente tienden a suplantar a las masas a las que representan transform4ndose en una auto- cracia de cardcter conservador: es la ley de hierro de la oligarquta. Wilfre- do Pareto, nacido en Paris, da a la luz en 1916 su Tratado de Sociologia General. El interés por las Elites le lleva a un planteamiento dindmico del poder, por cuanto su preocupacién fundamental consistira en tratar de establecer cuales son las condiciones necesarias para que una élite se mantenga y conserve el poder que ha conquistado. Su conclusién es que Jas élites o tienen éxito a la hora de incorporar nuevas élites rivales © acabar4n perdiendo el poder. Aunque, como acabamos de ver, son autores europeos los que comien- zan a sentar las bases del enfoque moderno del fenémeno del poder, lo Oner Istencig 66 | onsete OF ESTUDIO DE LA REFLEXION SOBRE LA POLIT) cn de estos pioneros fueron importads i 8 i nd cist. norteamericaa Y Seite Petados Unidos donk ence pol tof tuvieron continuidad. Aparecié asf toda una serie de aay teamientt constituyeron una corriente perfectamente identificable en | I lela Politologfa empirica norteamericana. En los Estados Une ue los andlisis textos comicne on intentos de desarrollar teorias sistematicas y totalizador: dos surgicro” randose en las relaciones de poder, con ios trabajos pew ee Is (1939) y los textos de autores de la 7 930), Goldhamer y Shi mo Merriam (1934) y Laswell (1936). Los andlisis Esc sen el oder traspasaron las fronteras de Ia polftica nacional, apli- pasados * onocimiento ¥ entendimiento de la politica internacional; éste cindost *, de los andlisis de Morgenthau (1948). En el decenio posterior a fue el uerra mundial los planteamientos de la Escuela de Chicago se neon muy rapidamente £7 la Ciencia Politica norteamericana. partir de Weber € inspirandose en mayor 0 menor medida en su finicion del poder, los politélogos empiristas se lanzaron a la tarea de defin' ‘rar una definicién operativa que sirviera de guia en la investigaci6n. encon' muchas las definiciones propuestas pero, en un intento de sintesis, que los politélogos behavioristas definieron el poder la po tlin ( an de Chicago” 6° como sigue? __J el ejercicio del poder es und relacién en la que un actor C hace un [--] iro manifiesto de que ¢l actor R haga lo que C pretende que haga, que inten aria en otras circunstancias- Gi el «intento de poder de C logra su ‘objetivo, entonces ‘se supone que C tiene poder sobre R en el «area en oblerione en Ia que abiertamente discrepan’ (Miller 1989: 515). una definicién operacionalizable ue parecia. La propuesta su cardcter «unidi- Ja tarea de encontrai sin embargo, if velé mas dificil de lo q del poder, pronto se re’ e e pluralista anterior se hizo acreedora de criticas debido a mensional» (Lukes 1974): no contemplaba la cara coculta del poder. En de relieve que en algunas ocasiones el efecto, algunos teéricos pusieron poder se ejerce disimuladamente. Un ejemplo es la capacidad que tiene C de decidir cudles son Jos asuntos que integraran el orden del dia y de esa dt tera, limitar el debate y la roma de Necisiones sélo a los aspectos favorables a sus intereses. Este ejemplo revela que una aparente ausencia de actividad no implica necesariamente déficit de poder, sino que pu responder exactamente a lo contrario, es decir, a un ejercicio del poder de un modo incluso més efectivo, pero oculto. . No fue ésta la tinica dificultad con la que se tropez6 al convertir el poder en tinico objeto de estudio de la Ciencia Politica. Un segundo grupo de problemas derivé de las dificultades halladas a la hora de establecer at 5. En la mayoria de los estudios de poder behavioristas se utiliza €st2 nomenclarura que Sonar it econo (Ory Reply (R). Asi se contiene, Por emplo, en los ensayos cexoeides 67 eee CIENCIA POLITICA Y TEORIA POLITICA CONTEMPORANEAS te valores en una sociedad» (Easton 1965, racciones polfticas es la que confiere ay concepto su operatividad puesto que aan Ei practicamente la totalidad de los aspectos Y dimensiones je la vi t politica: el proceso tf roma de decisiones, los mecanismos Pa hacer ; fectivas estas decisiones (el poder, el Estado) y los nedios para legitimar las decisiones (ideologiag y valores hegeménicos). De nuevo, como ya vimos que sucedia con Pap. sons, Easton incorpora ‘el elemento «poder» en su concepcién, que hace del sistema politico el objeto de estudio central de la Ciencia Politica: ung de los componentes fundamentales en la definicién de sistema politico es la obligatoriedad de la asi ralores y su fuerza coercitiva, lo cual ignacion de v: remite en tltima instancia al poder. . Tras la definicién de Easton, la segunda aportacién que desde e| iza al concepto de sistema politico, fue campo de la Ciencia Politica se reali i , la formulada por Gabriel ‘Almond. Desde una perspectiva funcionalista en linea con los planteamientos de Talcott Parsons y Eduard Shils, la defini- de Almond integra el concepto de accién social, cién de sistema politico n c a Asi, el sistema politico es entendido como un conjunto de interacciones sociales orientadas hacia la formulacién y ejecucién de los objetivos colec- tivos de una sociedad o de los grupos dentro de ella (Almond 1956). El éxito de la propuesta de Easton fue enorme. Como tendremos oca- sién de explorar con mas detenimiento al contemplar el enfoque sistémi- co, durante la década de 1960 y los primeros afios de la década siguiente, parecié que sus planteamientos iban camino de convertirse en el paradig- ma hegemonico en la Ciencia Polftica. Sin embargo, junto a la aceptacién mayoritaria, también hicieron aparicién las criticas. La objecién mas gene- ralizada fue la referida al tratamiento que Easton da al Estado dentro de su modelo. En palabras del propio Easton «esa especie de sistema politico societario que convinimos en llamar Estado. En él, el uso legitimo de la fuerza esta en manos de quienes actiian en nombre de toda la sociedad» (Easton 1965a: 85). No queda, pues, delimitado con claridad cuales son las diferencias que existen entre los conceptos de «Estado» y de «sistema politico». Esta ser precisamente la critica formulada por Duverger (1962: B1; 1966: 29-30; 1976: 330-339): en la practica, la propuesta de Easton supone el retorno a la concepcién de la Ciencia Politica como Ciencia del Estado, en la medida que su objeto de estudio y anilisis, el sistema politico, no es mds que una denominacién diferente para referirse al Estado. Expre- sado de una forma atin més contundente: cual se asignan autorizadamen' 47-50). Este conjunto de inte! iEaston no tiene fenmenos! El «sistema politico» que tan aplicadamente disecciona no existe mas que en su cabeza; la mds cercana aproximaci6n oe ‘¢s probablemente el Estado nacional soberano (Meehan 1973: 9. No seria esta la nica critica. Otros as i i - spectos y dimensiones del modelo eastoniano tam- bien fueron objeto de reservas. Resumiendo, las criticas fundamentales se dirigieron hacia: 70 gL OBJETO DE ESTUDIO DE LA REFLEXION Sone La poisy toa obstante estas valoraciones criticas, y a pesar de qu Neonvertirse en el paradigma dominante en la discling pect vat e concretaron, la propuesta de Easton de convertir al sistema politi : no s ‘nidad de anilisis basico de la Ciencia Politica tuvo éxito En le ee idad, podemos afirmar que el concepto de sistema politico y oftor act ntOS del planteamiento eastoniano se han incorporado al acervo elemen y al discurso de la disciplina. Sin embargo, también es cierto que com eneralizacion del uso del concepto de sistema politico ha levado ee oda un alejamiento, m4s 0 menos pronunciado segiin los autores Pa Moncepcion original de Easton. Con frecuencia cuando se usa al cepto de sistema politico, se intenta poner de relieve la idea de con- a de elementos que interaccionan entre sf, pero es dificil reconocer el june’ de los atributos que definfan el sistema politico en su versién easto- ae Los motivos que explican esta generalizacién en el uso del concep- niana- Torerdo con Morlino (1989: 74), pueden sintetizarse en: iad a) El concepto de sistema politico proporciona autonomfa tanto a la politica como a la Ciencia Politica. | . b) Llama la atencién acerca de la importancia del estudio de las inte- racciones entre diferentes sistemas. . ¢) Proporciona una nocién general que ordena, integra y guia la inves- igacién empirica. tie en la presencia del concepto de sistema politico como objeto de estudio y andlisis, desde comienzos de los afios ochenta del siglo xx se observa en el panorama de la Ciencia Politica norteamericana una tenden- cia hacia la recuperaci6n del Estado como objeto de estudio. De hecho, el propio Easton en 1981 publics un trabajo con el significativo titulo de The Political System Beseiged by the State. Este asedio se venia preparando, como hemos tenido ocasién de ver, desde el momento en el que, con bastante frecuencia, el concepto de sistema politico se hacia indistinguible del concepto de Estado. Por lo demas, el retorno de la Ciencia Politica a su interés por la dimensién estatal de los fenémenos politicos recibié un espaldarazo cuando, en ese mismo afio de 1981, el Social Science Research Council adopté como lema de la reunién anual de la American Political Science Association (APSA) «Restoring the State to Political Science». Parecia que el ciclo inaugurado a mediados de la década de 1950 daba sintomas de agotamiento. Sin embargo, la revolucién behaviorista no ha- bfa pasado en balde: el nuevo énfasis sobre el Estado y la recuperacién del ‘in’ a escasa atencién prestada a las demandas que surgen del propio sistema politico (Sartori 6) La dificultad para explicar el cambio en los sistemas politicos (Morlino 1989); ) El exceso de abstraccién (Urbani 1989). Puesto que en esta seccién nos ocupamos del objeto de estudio de la Ciencia Politica, hemos optado por trarar solamente las criticas que tenfan que ver con este aspecto. Por razones de cobe- rencia en la natracién, el resto de las objeciones que no tienen que ver con el concepto de sistema Politico como unidad de andlisis se teatardn en la seccién dedicada al enfoque sistémico. 71 Ss CIENCIA POLITICA ¥ TEORIA POLITICA CONTENPORANE As interés por la dimensién institucional de la politica no significaba en th alguno un retorno hacia el enfoque legal-formal, frente al Cual se fae levantado la protesta behaviorista. . ia Lo que se planteaba ahora era la necesidad de una nuey; tedrica de los Estados en relacién con las estructuras social 2 comprensign empleo de una metodologia de investigacién de tipo com; es, mediante parado: "4 No necesitamos una gran teoria, nueva o restaurada, del «Estado» sin, interpretaciones sdlidamente fundamentadas y analiticamente Profunds. de las regularidades causales que subyacen en las historias de los Estado, las estructuras sociales y las relaciones transnacionales en el mundo moder. no (Skocpol 1985). El texto clave en este nuevo enfoque estado-céntrico approach) fue publicado en 1985 por P. Evans, D. Rueschemeyer yT. Skocpol con el titulo de Bringing the State Back in. Posteriormente se afiadirian a la lista de este enfoque las obras de autores como S. Hagard (1986) y A. Kohli (1987). Los elementos centrales de esta nueva propuesta estadocéntrica podrian sintetizarse en: a) Afirmacién del papel decisivo desempefiado por el Estado en la industrializaci6n y el desarrollo econémico, tanto en los pafses industrialj- zados como en aquellos con un menor grado de desarrollo. 5) Afirmacién del margen de autonom{a relativo del Estado actual frente a los distintos intereses societales. ¢) La burocracia posee un conjunto de intereses Propios que se enmas- caran bajo el argumento de la defensa del «interés nacional», d) El Estado se concibe como una entidad compleja, compuesta por una pluralidad de instituciones y de tareas cada una de las cuales est4 guiada por su propia légica, tiene sus Propios objetivos, y consta de unos intereses peculiares que difieren de cualquier grupo de interés societal. e) Interés por las politicas piblicas como tema de investigaci6n, tratan- do de desentrafiar la complejidad de factores que intervienen en su formu- laci6n, tales como las opciones ideol6gi icas en ellas implicitas o los conflic- tos que mantienen distintos grupos sociales por hacerse con los beneficios otorgados por el Estado. (state-centereg 72 > Capitulo 4 LOGIA DE LA REFLEXION SOBRE LA POLS gpisTEMOLOCONCEPCIONES DE LA CIENCIA TICs 0): p .stion acerca del objeto de estudio En t : ae Politica, vimos cémo una adecuada respuesta a ¢s4 cuestion de la necesidad de introducir una perspectiva diacrénica, puesto de Ia historia, «lo politico» ha tenido distintos signi existe una construccién histérica acerca del objeto ‘a Politica, también es necesario introducir la pers- do nos interrogamos sobre la epistemologia de la Como ya tuvimos ocasién de apuntar mas ‘do la identidad actual de or, al abordar la cue Jo largo odo que la Cienci ectiva diacronica cuand reflexion ‘sobre la politica. arriba, las distintas etapas que van construye! la Ciencia Politica suponen concepciones diferentes no sélo sobre qué es la politica, sino también acerca de cual es la mejor manera de aprehen- derla y cuales son Jas vias id6neas para la construcci6n de un conocimiento fiable sobre los fenédmenos politicos. Lo que se subraya aqui ¢s la exis- tencia de una relaci6n estrecha entre lo que se entiende por politica (el objeto de estudio de la Ciencia Politica) y como conocerlo (epistemologia y metodologfa). Los cambios en uno de los dos componentes de este binomio tendran necesariamente que afectar al otro. Tal como hicimos al ocuparnos del objeto de estudio de la Ciencia Politica, proponemos ahora rastrear en la historia de Ia disciplina para identificar cuales han sido los modelos de conocimiento que han guiado la reflexién intel acerca de la polftica a lo largo de la historia. El resultado de esta operacion nos proporciona una imagen de la evoluci6n historica de la disciplina que queda plasmada en el siguiente © uadro: CIENCIA POLITICA Y TEORIA POLITICA CONTEMPORANEAS Cuadro IV Modelos de conocimiento en la reflexion sobre la bolitica Erara MODELO DE CONocIMIENTO ‘Artesania intelectual Concepcién clasica de la ciencia Ciencia Politica Formal we Tradicional Positivismo clasico Behaviorista Racionalismo critico Post-behaviorista Post-positivismo Fuente: Elaboracién propia. 1. LA CONCEPCION CLASICA DE LA CIENCIA En la antigiiedad clasica Plat6n y Aristoteles se ocuparon de la ciencia, sy caracterizacion, su origen y fundamentos, su clasificacion y alcances!, Platén eligié el didlogo como género apropiado para expresar su pensa- miento y la figura de Sécrates como Protagonista que asumfa el peso de la discusién. En los Didlogos de Platén se conceptualiza el arte como cruce entre la racionalidad y la acci6n; su estilo, que solemniza lo cotidiano, combina metdforas y alegorias con la misma contundencia teérica con la que pasa de la ciencia al mito. A grandes rasgos, el pensamiento de Plat6n muestra una evolucién que arranca de la doctrina socratica y llega hasta la elaboracion de la teorfa de las ideas. Ya maduro, el filésofo se ocupé6 de los problemas metafisicos y teéricos derivados de las ideas. Su problema capital es el del ser de las cosas, que habia preocupado también a los filésofos presocraticos. Platén percibe que las cosas del mun- do sensible no alcanzan la maxima perfeccién posible. El ser en su absoluta plenitud remite a una realidad diferente de la del mundo sensible, captable a través de los sentidos. La idea es el ser verdadero, que se encuentra, pa- rad6jicamente, fuera de las cosas y es distinto de ellas. Para comprender el significado de la idea en Platon debemos despojar al concepto de su significado vulgar, que entiende «idea» como «represen- tacién de algo». En griego, la idea (eidos) tiene la misma rafz que el verbo ver (¢ido). Idea es «lo visto», el aspecto, «fachada» o semblante que se manifiesta a la vista. En Platén la idea no tiene que ver con lo sensible, sino 1. Para la teorfa de la ciencia y del conocimiento de la antigiedad puede consultarse 1a siguiente bibliografia: Jaeger (1957), Mondolfo (1942), Cordero et al. (1979), Cornford (1949). 74 > prisTEMOLOGIA DE LA REFLEXION SOBRE LA PoLitiCn (1) ible, el aspecto de la realidad que puede ser captado mediante nto inteli cor 0. si el inten, las ideas son 7 eal diferehts de Jas cosas sensibles, que as apariencias © reflejos de las primeras. Las ideas y las cosas in diferentes mundos: por ejemplo, mientras que la idea de contiene la belleza absoluta y eterna, las flores son bellas, pero no bellenas absoluto, ¥ lo son sélo durante algén tiempo. El orden del mundo * ideas que son realidades tinicas, intemporales, universales y perfec- distinto y esta separado del orden del mundo sensible que alberga la licidad de las cosas tangibles, consideradas por Platén fenémenos rales, particulares € imperfectos. Ahora bien, Platén afirma que fete una relaciOn de copia, imitacién o semejanza entre estos dos érde- diferenciados, lo cual requiere una explicaci6n. Para ello el filésofo nN ‘aun mito que aclara a la vez el origen del hombre y el modo por el recurre 2 ce las ideas. En el didlogo Fedro o de la belles, Patén cual ibe cémo el alma del hombre en un principio habité y conocié el bane de las ideas. Un carro conducfa al alma, pero en el forcejeo de los mvallos, el alma cay6 y se encarné en un cuerpo, no sin antes olvidar todo fo visto en el mundo de las ideas, Platon explica asi el origen del hombre como caida; el caracter inmortal del alma y del conocimiento como re- cuerdo. La Ciencia no es sino la reminiscencia del conocimiento primige- nio de las ideas: conocer es recordar. El hombre parte del conocimiento de Jas cosas sensibles, pero no se queda en ellas, sino que se retrotrae a lo visto por su alma y que después ha olvidado. Asi, el conocimiento esta vineula- do a las ideas, por cuanto éstas son el tinico ser, la tinica realidad. El conocimiento como ciencia (episteme) no radica tanto en ver la cosa externa cuanto en rememorar (por anammnesis) el recuerdo interno de la idea que la cosa externa refleja. Es el sibito despertar del alma que, gracias alos datos que le proporcionan los sentidos, se eleva hacia el recuerdo de aquello que tenfa olvidado, la idea. Sin embargo, el conocimiento del hombre corriente sera siempre imperfecto, puesto que, como ser imper- fecto que es, no tiene acceso a la revelacién de la perfeccién absoluta. Aristételes quiere superar la dualidad impuesta por la separacién de los mundos que establecié Platén. Para él, la realidad no puede estar en un mundo inasible (el mundo de las ideas), mas alla del alcance del conoci- miento humano. Segin Aristételes, la realidad estd compuesta de cosas sae sres,, sdlo éstas son reales. Aristételes se encuentra asi frente a una ade Sa marcats todo el pensamiento epistemoldgico posterior: la ane és la contradiccién existente entre el caracter limitado del cono- eee que sélo es capaz de aprehender lo individual, y la i. ae i que la ciencia consiste por definicién en el conocimiento obi te ae Qué significa esta contradiccién? La ciencia tiene por ents versa! pero lo universal no es real; s6lo lo sensible, lo singular, ctitica ari metaffsica es el esfuerzo por superar esta contradiccién. La istotélica a Platon estriba en que éste no explica el mecanismo por de las tas, eS multip 7s CIENCIA POLITICA Y TEORIA POLITICA CONTEMPORANE Ag el cual las cosas sensibles son copias que participan Parcialmente de | ideas; brinda a cambio sélo metéforas, 0 recoge argumentos anteriores, By en este punto donde Aristételes introduce la _ de causa, Si bien Aristoteles conserva el mismo concepto de ciencia que Sécrate y Platén (conocimiento cierto, fijo y permanente) al transformar e| con. cepto platénico de realidad, transforma también su concepto de Ciencia, Aristoteles hace descender la idea platénica (que para Platon era la tinigs realidad) del mundo supraterreno y suprasensible al mundo Particular sensible. De este modo, lo material, lo corp6reo, ya no es, como en Platé,” el «sepulcro del alma», sino una parte sustancial de los seres, Paralela. mente, el conocimiento humano tiene que recurrir insoslayablemente al terreno de lo sensible para, a partir de los sentidos y por medio de las sensaciones, aprehender las causas ¥ los principios que para Aristételes son alo supremo cognoscible». Siglos mas tarde, Tomas de Aquino, siguiendo la linea de pensamiento instaurada por Aristételes, hard hincapié en |g importancia del conocimiento de lo sensible, afirmando que nada hay en el intelecto que no haya pasado por los sentidos. En los célebres capitulos 1 y 2 del Libro I de la Metafisica de Aristéte- les, y en sus Tratados de Légica —sobre todo en los Primeros y Segundos ‘Analiticos— se encuentran algunos de los fragmentos que componen la epistemologia aristotélica. Hay dos érdenes de conocimiento: a) El orden sensible, en el que se basa el conocimiento, pero que es en si mismo particular y contingente. Puesto que est sujeto a la mutacién y el cambio, no es cientifico. Es el ambito de la opinién (doxa). b) El orden inteligible, que puede producir generalizaciones 0 concep- tos universales y que, por su caracter permanente y necesario, es cientifico. Es el ambito de la ciencia (episteme): El conocimiento cientifico y su objeto difieren de la opinion y del objeto de la opinion en que el conocimiento cientifico es conmensuradamente universal y procede por nexos necesarios, y lo que es necesario no puede ser de otra manera. Y asf aunque hay cosas que son verdaderas y reales, y que con todo pueden ser de otra manera, el conocimiento cientifico no puede evidentemente referirse a ellas [...] (Arist6teles, Analitica Posterior, Libro I, cap. 33). El conocimiento cientifico no puede provenir de la opinién (que es contingente, o no necesaria), ni de la percepci6n sensible, que s6lo capta el «cémor de una realidad siempre cambiante, puesto que la percepcién hu- mana es incapaz de aprehender la esencia de las cosas que yace bajo su as~ pecto mudable. E] conocimiento cientifico es, en primer lugar, aquel que atrapa la esencia de las cosas y la expresa por medio de definiciones (es decir, de textos que responden a la pregunta équé es?), En segundo lugar, el conocimiento cientifico consiste en e| descubrimiento de las causas que permanecen ocultas a los sentidos, ya que segin Aristoteles, el simple he- cho de ver un eclipse no significa conocer las causas que lo producen. En 76 EPISTEMOLOGIA DE LA Rerexigg SOene 4 Pority Cay 8A Sob tercer lugar, el conocimiento cientifico . ie tes sélo tio. Necesario no significa lo «Gtily o | Puede ver lovindispensaby pero también tiene que ver con la certeza 0 la sey ret a ; enc es, componente fundamental dela Ciencia segan Aristecles g itmacio- el conocimiento cientifico es el conocimiento - Finalmente, ‘or tal no tanto la acumulacién completa de los seres y las cogntendiendo bien aquello que es fijo, eterno e inmutable, que es ¥ No puede dein on era. a marl capitulo I del Libro I de la Metafisica es un texto clave en |. mologia aristotélica, que ha ocupado Interminables debates y prodecnn, volfimenes enteros de reflexiones y discusiones durante los filtimos hex siglos. Al principio del mismo, Arist6teles afirma: de lo universal Todo hombre, por naturaleza, apetece saber. Prueba de ello es el a que tenemos a nuestras percepciones sensitivas (...]. Estimamos las perc ciones de la vista antes que todas las de los demas semtdee 9 12 ee, ello est en que la vista, con ventajas sobre los demas sentidos, nos da a conocer los objetos y Nos revela los muchos rasgos diferenciales de las cosas. Todos los animales reciben de la misma naturaleza la facaltad cai conocimiento sensitivo (Aristételes, Metafisica, libro I, cap. D. Si bien Aristételes considera a la filosoffa el saber mis elevado, y por lo tanto, divino, reconoce la existencia de otros saberes, como la i o experiencia, la techne o arte y la episteme o ciencia. El impulso, deseo o apetito de saber que el hombre porta consigo desde que es tal, se satisface por varias vias. La experiencia, semejante a la ciencia y al arte, Procede de la memoria humana, pero no es Propia Gnicamente de los hombres. Algunos animales, como las abejas, tiene la facultad de retener lo que han vivido. Esta facultad (memoria) es la organizadora de las sensaciones vividas y conforma con ellas el saber empirico 0 experiencia. Gracias ala memoria se da en los hombres lo que llamamos experiencia. Hasta aqui, el conocimiento admite grados —sensacién, memoria, experiencia— que Se reconocen en la capacidad humana y animal. Pero hay otros grados que, apoyados en la experiencia, generan otros saberes que son exclusivos del conocimiento humano, como la techne, La techne, referida a la pro- ducci6n o la accién (del griego poiesis, crear), también apunta hacia un «saber hacer lo que se hace o produce». Los latinos tradujeron techne por 47s, arte o capacidad de producir una cosa. Esta traduccién se queda corta en su alcance significativo de techne, ya que el término griego no indica S6lo un «hacer», sino también un «saber cémo se hace lo que se hace». La clave de la honda diferencia entre conocimiento por experiencia y hee Cimiento por techne esta en que el saber ténico es superior al saber eauniiee, Porque demuestra un cierto conocimiento de lo general, de lo causal, 77 4 4 CIENCIA POLITICA Y TEORIA POLITICA CONTEMPORANEAS En su planteamiento, Aristételes afirma que algunas techtta; se multi plicaron por necesidad y utilidad —segiin la teorfa que explica el Origen i las disciplinas sobre la base de las necesidades humanas— y Otras simple: mente por placer. Después de que emergieran las técnicas 0 artes, sup, ie ron las ciencias, que no tenfan por objeto inmediato la necesidad ni dl placer. Sus cultivadores fueron hombres que se consagraron al ocig “i decir, no se dedicaron al trabajo manual— y al estudio. El objetivo nece, i rio de la ciencia es el conocimiento de lo universal. Por lo tanto, la tiene —episteme o sophia— tiene un objeto mas amplio que la techne ya que = orienta hacia el conocimiento de las primeras causas y de los Primeros principios. El conocimiento de lo universal implica, por reduccign, |, comprensién de los casos particulares que el universal engloba. Una cien. cia sera tanto més elevada y perfecta cuanto mAs cerca se encuentre del conocimiento de lo universal. Tl LA CONCEPCION MODERNA DE LA CIENCIA? La concepcién moderna de ciencia complejiza lo que se ha venido expo- niendo hasta aqui en dos sentidos diferentes: por un lado, critica el mode- lo de ciencia de la antigiiedad clasica y, por otro, sienta las bases de un nuevo estilo de proceder en la investigaci6n cientifica. La ruptura del modelo antiguo no se produce de forma drédstica, es un proceso que dura siglos y cuya reconstruccién no puede abordarse aqui, no s6lo por razones de espacio: el objetivo de estas paginas no es elaborar un anilisis hist6rico de la ciencia; nos limitamos a rescatar de la Historia de la Ciencia aquellos modelos y concepciones que han influido en el desarrollo de la Ciencia Polftica como disciplina. Por lo tanto, me voy a limitar a hacer una referencia muy sucinta de los hitos que jalonan el proceso que comienza en el Renacimiento y culmina con la codificacién del modelo cientifico moderno, representado por el positivismo del siglo xix. Me detendré en la descripcién de las caracterfsticas del positivismo puesto que, como veremos, es uno de los modelos epistemolégicos con mayor influencia en la Ciencia Politica contempordnea. La nocién de ciencia evolucioné desde la ciencia entendida como co- nocimiento de las causas (la concepcién aristotélica), hasta la ciencia en- tendida como dominio del hombre sobre la naturaleza. Los primeros pasos en esta direccién fueron establecidos por Kepler y Galileo en el siglo xvl. En este mismo periodo hist6rico, el Renacimiento, Francis Bacon lanzé su propuesta del método inductivo experimental. En su obra Novum Organum Scientarium (1620) aspiraba a criticar el organon aristotélico y proponer reformas al método clasico de la induccién, El siguiente paso en el proceso 2. Para la elaboracién dela sintesis de las propuestas del postivismo cldsico, el racionalismo critico y el post-positivismo me he basado en el texto de Hawkesworth (1992), 78 ~~ erisTenoLosiA DE LA REFLEXION SOBRE LA POLITICA (1) lel antiguo modelo epistemoldgico y paralela constituci de rupturtre el debate que enfrenté al empirismo y el tacionalonee is mode no autores en formular la critica al racionalismo de Descartes, Spi- primer e fpniz fueron Locke y Berkeley. Sin embargo, fue la obra del filé- Fora ¥ Lele Hume Ja que encarné mas decididamente y con mayor radica- foto & oe pirismO depurado de cualquier vestigio racionalista. jidad U? ona de Hume puede ser considerada como la primera formula- teeta desarrollada de forma coherente y global. La epistemolo- ion positive fue una de las fuentes primordiales del positivismo del xrx: la giade! ju como secuencia meramente regular, la unidad del método y la Biysacion etre valor Y hecho (Medina 1989: 1-6). La filosoffa del Siglo de gistincion el la culminacién del enfrentamiento entre racionalimo y empi- fas Luces € as bases para que John Stuart Mill y Auguste Comte (que jenta ens rismO> Salmente relevante para las Ciencias Sociales), formulasen en el espe ees itivi ; i So a Jos principios del positivismo como epistemologia. 1. El positivismo cldsico jrismo dej6 como legado al positivismo del xix la divisi6n del mun- Bl emp s Ambitos claramente diferenciados: el empirico y el no empirico. doen ‘do de los fendmenos empiricos, constituido por todo aquello per- B snble a través de los sentidos, era el tinico Ambito en el que se podia ee eat Ia investigaci6n cientifica. El resto de los fenémenos no percepti- bles or los sentidos, conformaban el mundo de lo no empirico. Se trata- ba se una categoria residual, en la que quedaban englobados la religién, la filosoffa, la ética, la estética, los mitos, los dogmas y las supersticiones. Su relevancia respecto al mundo empirico era considerada marginal, ya que Jos fenémenos no empiricos no podfan ser objeto de conocimiento cienti- fico. Sobre la base de esta asuncion, la reflexién acerca de los fenémenos politicos y sociales tenia dos caminos: o aceptaba ser relegada al ambito de lo no empirico y por lo tanto quedaba condenada a no alcanzar el esta- tus de conocimiento cientffico, o bien reformulaba la concepcién de lo que se entendfa por «lo politico» y «lo social» y adoptaba métodos y técni- cas de investigacién semejantes a los de las Ciencias Naturales. A través de este giro o ruptura epistemoldgica, los fendmenos politicos y sociales se convertirian en componentes del mundo empirico, lo cual harfa posible la existencia de la Politologia y la Sociologia como ciencias. Esta segunda opcién fue la defendida por el positivismo clasico decimonénico. Dado que el tinico conocimiento auténtico era el fundado en la ex- periencia observable, los positivistas adoptaron como criterio de validez a verificacién: una proposicién contingente tinicamente es valida y signi- rece puede ser empiricamente verificada. El papel que desempefiaba ae peacion, como criterio de validez dentro del discurso positivista es én lo n primer lugar, la validez se erigi6 como frontera delimitadora que era ciencia y lo que no lo era. Si tenemos en cuenta que el 79 CIENCIA POLITICA Y TEORIA POLITICA CONTEMPORAWE gg positivismo consideraba que todo lo que no era cientifico carec, do, era irrelevante, y no significativo, entonces la verificacién Se cor en el limite que separaba lo que tenfa sentido (lo cientifico) de lo Wettig Cualquier saber que no pudiera basarse ena observacién empftica (te No, gia, metafisica, estética) estaba desprovisto de validez. De esta man, Polo. concepto de ciencia se fue estrechando. La vision de la ciencia era el reflexidn sistemtica y no coincidente con el sentido comtin fue te, am da. La sustituy6 una nueva concepcién, segiin la cual la ciencia era "a : actividad cuyas herramientas exclusivas para la obtencién de conoa tila to debjan ser la observacién empfrica y la induccién, bases del ieee cientifico. Odo El método cientifico, tal y como fue definido por el Positivismo, . ? . foc » On. sistia en el empleo de la induccién para el descubrimiento de las regulari dades existentes en la naturaleza. La investigacién cientifica Procuré ae tematizar dichas regularidades, con el fin de facilitar la explicacién L prediccién. Para lograr este objetivo los positivistas crearon y utilizargs . . = : nm un vocabulario técnico, diferenciando claramente: a) Hechos: proposiciones empiricamente verificables, b) Hipotesis: proposiciones empiricamente verificables que afirman la existencia de alguna relacién entre fenémenos observados. c) Leyes: proposiciones empiricamente confirmadas que afirman una secuencia invariable o una asociacién entre fenémenos observados. 4) Teorias: sistemas interrelacionados de leyes que poseen potencia explicativa. Ademis, la légica positivista de la investigacién cientifica creo una secuencia especifica de actividades que definié como «método cientifico»: Paso I: Observacién cuidadosa y controlada de los fenémenos empi- ricos. El objetivo de una observacién de este tipo suficientemente prolon- gada en el tiempo era el descubrimiento de las regularidades y patrones de relacién en los fendmenos observados, lo cual proporcionaba materiales indispensables para la formulacién de hipétesis. Paso II: Formulacién de hipétesis y comprobacién empirica de las mismas. Aquellas hipotesis verificadas mediante un riguroso Proceso de contrastacién, basado en la realizacién de experimentos, podian ser eleva- das a la categoria de «leyes cientificas». Paso III: Explicaci6n de los fenémenos observados, Las leyes cientifi- cas proporcionan los fundamentos que permiten la construccién de teorfas © sistemas complejos de leyes relacionadas entre sf que nos explican los fenémenos bajo observacién. Paso IV: Prediccién de los fendmenos observados. Conocidas la leyes que rigen el comportamiento de los fenémenos que so! objeto de investi- gacion, es posible establecer qué comportamiento exhibirén en el futuro, pues éste depende de una combinacién entre ciertas condiciones iniciales y el funcionamiento descrito por las leyes generales, De este modo, explica- cién y prediccién siguen la misma légica, sdlo el factor tiempo difiere: la 8 de sen ti. 80 > Loin DE LA REFLEXION SOBRE LA pouiy, fea (1) grusten ertenece 4 los fenémenos pasados; la prediccién, ‘ 16n, a los fend- acl splint ytur , rasgos més relevantes del positivi ee tes yy Cohen (1980) sm: ae ol ve del fenomenalismo, que niega la diferencia entre esencia y 1 men: ominalismo, que niega la posibilidad de fen eel alo particular. . elo several a et aac gn de todo valor cognoscitivo a los juicios de valor y a los ) ativos. nwneiad® a nidad fundamental del método de la ciencia. La légica de 4) Fe non cientifica ¢s la misma para todos los campos del saber. pi vestiBa eto de estudio es un fenémeno natural como si se trata de un panto HO Ocjal, el método para la adquisici6n de conocimiento y los en omen ra a explicacion y la predicci6n son los mismos. requisitos {pio de demarcacion, que afirma que la diferencia entre meta- Princip! Zonsiste en que las proposiciones de la primera no pueden mediante la ‘observacién empfrica, mientras que las de la ser ver { pueden serlo. ‘a 7 ; segu El dogma de que las proposiciones metafisicas son necesariamente ) 0 pueden ser verificadas con la observacién. , s, dado que n° F ‘ disp estratagema ‘consistente en intentar crear un cAlculo de probabi- jdades que V4. ie en una escala el grado de corroboraci6n 0 verificacin d las proposiciones cientificas. le g) La creencia de que la ciencia descansa sobre una base de proposicio- sits empiricas, conocida como ‘enunciados protocolares», que recogen datos sensoriales ¢! mnceptos Y teorias. _. . | concent J incipio. del conductivismo, seein el cual la Psicologia y las Ciencias Sociales sélo deberfan preocuparse de describir y explicar la conducta observable, ° vitando referencias a los Ilamados «estados menta- fom. El estudio de estos iiltimos deberia ser enteramente abandonado, 0 les eberia traducirse en enunciados relativos a disposiciones de la con- dueta 0 a procesos fisicos. ped iOctentales y que son, en si mismos, independientes de 2. La revision popperiana del positivismo clasico: el racionalismo critico Los primeros postulados del positivismo —que aqui hemos denominado positivismo clasico— fueron sometidos a una critica demoledora por Pop- per (1967; 1967a; 1974). El punto de partida de su critica apuntaa las dos piedras angulares ‘del edificio positivista: el método inductive y la verifica- cin. Popper afirma que el objetivo positivista de lograr un conocimiento verdadero y fiable no puede alcanzarse a través de estas dos vias. Por lo que se refiere a la légica inductiva, Popper se hace eco de argumentos que ya habfa sostenido Hume (1980; 1981), al referirse al «problema de la 81 CIENCIA POLITICA Y TEORIA POLITICA CONTEMPOR ANE, 8 induccién». Los fendmenos empfticos son siempre Contingentes tanto, la capacidad que tiene el pasado para explicarnos el 2 Por hy limitada. Las generalizaciones basadas sobre observaciones limita cs necesariamente incompletas y altamente falibles. Por esta raz6n ie Son ralizaciones inductivas no pueden ser asumidas como verdades, n° ba mos tar tampoco que las referencias a nuevos casos analiza, Ode, prucbat de su validez universal. Puesto que la nocién de validen 3 flag como su propio nombre indica, hace referencia a todas las Posibiligg’ 4 Pasadas, presentes y futuras de que ocurra un fenémeno, el Que hall des, experiencias, tanto pasadas como presentes, que confirmen ese feng; ‘ No significa que su comportamiento futuro tenga que obedecer ineludin®? mente a las pautas observadas. Es decir, la posibilidad logica ible. futuro sea diferente de lo observado est siempre abierta. De este met el demostracién de la verdad de una generalizacién empirica debe fun, ph en la identificacién de una «conexién necesaria», que evidencie la rela at causal existente entre los fenémenos observados. Cibn Ahora bien, la nocién de «conexién necesaria» encierra también seri problemas, El concepto de necesidad puede entenderse en dos sentidos. como necesidad légica o como necesidad empirica. Si se entiende come necesidad Logica, se pone en cuestin la naturaleza empitica de a cco Si se apela a una demostracién empirica de la necesidad, nos hallamos ante un uso poco elegante del criterio de verificacién, puesto que no puede observarse empiricamente la «conexién necesatia» que subyace en un lazo causal y es prueba de su existencia. Como se encarg6 de sefialar Hume, la observacién empirica muestra una «conjuncién constante» una

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