0% encontró este documento útil (0 votos)
33 vistas8 páginas

Tema 2 El Relieve

Este documento describe las características generales del territorio español. España está formada por la península ibérica, las ciudades de Ceuta y Melilla en el norte de África, y los archipiélagos Baleares y Canario. La península ibérica tiene una gran diversidad de suelos, climas y vegetación debido a su ubicación entre dos continentes y mares. El territorio español se formó a lo largo de millones de años por la tectónica de placas y la erosión, dando lugar a diferentes dominios
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
0% encontró este documento útil (0 votos)
33 vistas8 páginas

Tema 2 El Relieve

Este documento describe las características generales del territorio español. España está formada por la península ibérica, las ciudades de Ceuta y Melilla en el norte de África, y los archipiélagos Baleares y Canario. La península ibérica tiene una gran diversidad de suelos, climas y vegetación debido a su ubicación entre dos continentes y mares. El territorio español se formó a lo largo de millones de años por la tectónica de placas y la erosión, dando lugar a diferentes dominios
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
Está en la página 1/ 8

1.

CARACTERÍSTICAS GENERALES
1.1. Composición del territorio

España es un estado europeo de tamaño medio, que


mide aproximadamente 500 000 km² que está
formado por:
• La España peninsular: Ocupa la mayor parte
de la Península Ibérica. Se halla entre dos
masas de agua (el océano Atlántico al oeste y
el mar Mediterráneo al este) y es punto de
encuentro entre dos continentes: Europa y
África.
• Ceuta y Melilla: Dos ciudades situadas en la
costa norte de África.
• El archipiélago balear: Se encuentra en el mar Mediterráneo y lo forman cinco islas grandes
y más de 150 islotes.
• El archipiélago canario: Se halla en el océano Atlántico, a unos 100 km de la costa africana.
Lo componen siete grandes islas y algunas islas menores.
Al situarse entre dos continentes y dos masas de agua, el territorio español posee una gran diversidad
natural de suelos, climas, vegetación. Esto va a influir, a su vez, en la gran variedad de usos del suelo
(agricultura, industria, turismo, etc.) y provoca la existencia de paisajes humanos muy variados.
Además, también hay que tener en cuenta la diversidad de los archipiélagos, que es el conjunto de
islas e islotes que se agrupan relativamente cerca en una masa de agua.

1.2. Rasgos del relieve peninsular A


pesar de su gran variedad, la Península Ibérica posee tres características que la definen:
• Es una península maciza: Como todas las penínsulas, está rodeada de agua por todos sus
lados menos uno, por la que queda conectada al continente. Sin embargo, la Ibérica sobresale
por su gran anchura y por sus costas rectilíneas sin apenas accidentes.
• Su elevada altitud media: Es el segundo país de Europa más elevado, solo por detrás de
Suiza. Esto se debe a la existencia de altas cordilleras, es decir, una sucesión de montañas
enlazadas entre sí. Además, en el interior peninsular domina la meseta, es decir, un terreno
relativamente plano que se encuentra elevado por encima del área que la rodea.
• La disposición periférica del relieve montañoso: La meseta está prácticamente rodeada por
cordilleras, lo que junto a la gran anchura de la península frena la influencia del mar en el
interior, algo que se nota, por ejemplo, en la temperatura.
1. 3 . Los dominios litológicos
La litología es la rama de la geología que estudia las características de las rocas que forman la
superficie de un territorio. Por lo tanto, cuando hablamos de dominios litológicos nos referimos a los
materiales de los que está constituido el suelo español. En la Península Ibérica abundan tres suelos:
el área silícea, el área caliza y el área arcillosa, mientras que en el archipiélago canario encontramos
un cuarto, el área volcánica. Veamos sus características:

• Área silícea: Está compuesto sobre todo por el granito,


uno de los materiales más antiguos de la península (eras
Arcaica y Primaria). Por efecto del agua, las rocas pueden
adquirir una forma redondeada, y con el tiempo
descomponen el granito y lo convierten en una tierra de
textura arenosa con escasa materia orgánica, por lo que
posee una fertilidad moderada, resultando en zonas de
cultivo poco productivas.

• Área caliza: Está formada por rocas de composición


calcárea (era Terciaria) y se halla usualmente en zonas de
altura. Al ser una roca permeable, absorbe y almacena el
agua de lluvia, creando cuevas donde el agua se almacena
y fluye en forma de fuentes y manantiales a los pies de las
montañas, que tienen gran valor para el abastecimiento
humano. A la forma que da el desgaste del agua se la
conoce como morfología o relieve cárstica.
• Área arcillosa: Se formó en las depresiones por la
acumulación de materiales jóvenes (eras Terciaria y
Cuaternaria), que resultan permeables y poco resistentes.
Dan lugar a un relieve plano o levemente ondulado, que
ofrece excelentes condiciones para la agricultura.

• Área volcánica: Es el resultado de emisiones volcánicas


que se iniciaron en la era Terciaria y que continuaron hasta
el siglo XVIII. En estas áreas abundan rocas como el
basalto, de origen ígneo, que pueden dar lugar a suelos
fértiles si hay buenas condiciones de humedad.
2. 2. El proceso de formación de la Península Ibérica
2.1. La actividad orogénica
El relieve de la Península Ibérica no es fruto de la causalidad, sino que guarda una estrecha relación
con la tectónica de placas: la rotura de la corteza terrestre y el desplazamiento de los bloques
fracturados sobre la litosfera (lo que se conoce como fallas geológicas) provoca la transformación del
relieve. Estos movimientos se prolongan durante millones de años, provocando que sedimentos
depositados se alcen y formen nuevas cordilleras. Estos cambios sobre la corteza terrestre se conocen
como orogénia.
La Península Ibérica es, por lo tanto, el resultado de:
• La interacción entre dos placas tectónicas, la eurosiberiana y la africana.
• Dos procesos de orogenia, la herciniana (era Primaria) y la alpina (era Terciaria).
• La erosión provocada por la naturaleza a lo largo del tiempo, que destruye y nivela el relieve.

2.2. Las eras geológicas y la formación de la Península Ibérica


De las cuatro eras geológicas que existen, la Primaria y la Terciaria han sido las que más han influido
en la formación de la Península Ibérica:

• Era Primaria: Hace más de 250 millones de


años se produce la orogenia herciniana, que
da lugar al área silícea de la Península
Ibérica. Es un relieve en el que predominan
las formas suaves y redondeadas por ser
materiales muy antiguos y erosionados.
• Era Secundaria: Es un periodo sin grandes
cambios para la península, siendo su
principal protagonista la erosión.
• Era Terciaria: Hace unos 60 millones de
años tiene lugar la orogenia alpina. Da lugar
al área caliza y presenta formas abruptas de
gran altura, por ser formas más jóvenes. Los
ríos se orientaron principalmente hacia el oeste (o sea, hacia el Atlántico).
• Era Cuaternaria: Hace 1,5 millones de años se produjo el fenómeno del glaciarismo, es decir,
la acumulación de hielo en los picos más altos de la península (Pirineos, Cordillera Cantábrica,
Sistema Central, Sierra Nevada, etc.). La acción del hielo irá dando forma a las cordilleras y
en ocasiones creará lagos tras derretirse.
2.3. Las unidades morfoestructurales
El relieve de la Península Ibérica, moldeado por las orogenias herciniana y alpina, posee una serie de
elementos comunes que se conocen como unidades morfoestructurales:
• Macizos antiguos: Son montañas formadas en la era Primaria con materiales silíceos, que han
sufrido un gran desgaste debido a la erosión. Algunas de ellas se volvieron a elevar en la era
Terciaria, dando lugar a montañas de altura media, y otras formaron penillanuras, que son
superficies aplanadas por la erosión que se encuentran a 300-500 metros de altura. Los
macizos antiguos forman el zócalo del relieve peninsular, es decir, componen una base plana
y rígida sobre la que se levanta el relieve de la Península Ibérica.
• Cordilleras alpinas: Surgieron como resultado de la orogénesis alpina en la era Terciaria.
Poseen un relieve cárstico, es decir, que están formadas por materiales calizos y, debido a su
juventud, aún poseen fuertes pendientes.
• Depresiones: Son relieves casi horizontales que se hallan tanto en el interior como en los
bordes de los macizos antiguos. Los que se hallan en el interior se sitúan sobre el zócalo de la
era Primaria, como las depresiones de las Submesetas Norte y Sur. Los que se hallan en el
exterior son antiguos brazos de mar que se han convertido en cuencas sedimentarias, o lo que
es lo mismo, se han rellenado durante la era Terciaria con sedimentos, como las depresiones
del Ebro y Guadalquivir.

3. EL RELIEVE PENINSULAR

3 .1. La Meseta y sus unidades interiores


La meseta es la zona más antigua de la Península Ibérica, creada en la era Primaria y posee una altura
media superior a los 600 metros. La meseta se halla cortada por la mitad por el Sistema Central,
dividiéndose en la Submeseta Norte (que coge buena parte de Castilla y León) y la Submeseta Sur
(Extremadura y la parte más occidental de Castilla-La Mancha). El relieve está formado por
penillanuras que son rodeadas por diversas cordilleras. El agua de los ríos descienden desde la
cordillera hasta la meseta, que al estar levemente inclinada hacia el oeste dirige las aguas hacia el
océano Atlántico. A su paso, el agua ha formado con el tiempo profundas gargantas.
La mesta se divide en unidades interiores, principalmente cordilleras y depresiones:
• Las cordilleras son fruto del levantamiento de algunos bloques del zócalo de la Meseta
durante la orogénesis alpina. La más importante es el Sistema Central, que encadena distintas
sierras a lo largo de 400 km y con picos que llegan a alcanzar los 2,5 km de altura. Sin
embargo, el desgaste de las montañas permite que existan diversos puntos que permiten la
comunicación entre las submesetas. Los Montes de Toledo son de menor extensión y altura.
• Las depresiones son, por el contrario, fruto del hundimiento del zócalo de la Meseta durante
la orogénesis alpina. Están formadas por las zonas planas.
3 . 2 . Los rebordes montañosos de la
Meseta

La Meseta se halla rodeada por cadenas


montañosas por todas partes, salvo por el
oeste, donde se halla el océano Atlántico.
El barlovento de las montañas (es decir, la
ladera de una montaña que recibe los
vientos marinos) absorbe el aire húmedo
del mar, que posteriormente desciende como un viento
cálido.
Debido a esto, la Meseta no recibe influencia oceánica. Estas
cadenas montañosas son:
• El Macizo Galaico y los Montes de León: Cierran la Meseta por el noroeste, separándola de
Galicia. En las zonas más altas se nota la huella dejada por el glaciarismo, como la existencia
de lagos. La existencia de fallas ha dado lugar a la aparición de rías, que son tierras que han
sido ocupadas por agua marina, adentrándose en el interior del territorio, dando lugar a las
Rías Altas (en la costa más al norte) y las Rías Bajas (en la costa occidental).
• La cordillera Cantábrica: Es el borde septentrional de la Meseta, y se extiende desde Galicia
hasta el País Vasco, avanzando en paralelo a la costa, dificultando el paso a las regiones del
interior y evitando que las alcance la humedad marina.
• El Sistema Ibérico: Es el borde oriental de la Meseta, y su principal rasgo es que es el único
sistema montañoso español que se orienta del noreste al sudeste.

• Sierra Morena: Ocupa el borde meridional de la Meseta y está formado por materiales de la
era Primaria, que otorgan al suelo un color
oscuro del que deriva su nombre; entre los
componentes de su suelo se hallan importantes
reservas de metales que han sido explotadas
desde época antigua. Se extiende a lo largo de
400 km, y aunque no tiene excesiva altura (1,3
km en sus puntos más altos), sí hay un brusco
escalón que debe salvarse al pasar desde
Andalucía hasta la Meseta, lo que en el pasado
dificultó la comunicación.
3.3. Los sistemas y unidades exteriores
A las unidades del relieve que se sitúan fuera de la Meseta se las denomina sistemas exteriores. Son
cordilleras y depresiones cuya formación se inició con la orogenia alpina (era Terciaria). Se puede
distinguir dos grandes conjuntos, el septentrional (Pirineos, depresión del Ebro y cordillera
CosteroCatalana) y la meridional (Sistemas Béticos y depresión del Guadalquivir):
• Los Pirineos: Son una barrera montañosa robusta y compacta que separa a España de Francia.
La parte central del Pirineo alcanza grandes alturas (casi 3500 metros) y muestra la marca del
glaciarismo de la era Cuaternaria, pues existen numerosos lagos y valles (estos eran antiguas
lagunas glaciares).
• La depresión del Ebro: Está formada por las tierras bajas del noreste peninsular. En sus
orígenes fue un brazo de mar , pero en la era Terciara quedó reducido a un lago que acabó
tapado por los sedimentos de la erosión de las montañas que lo rodeaban, dando lugar a la
formación de muelas, que son mesetas que han quedado aisladas debido a la erosión,
presentando profundas gargantas.
• La cordillera Costero-Catalana: Esta cordillera conecta con los Pirineos y el Sistema
Ibérico, y cierra la depresión del Ebro.
• Los Sistemas Béticos: Son el mayor sistema montañoso de la Península, además de ser el más
reciente, pues surgió a mitad de la era Terciaria (y, por lo tanto, el más alto, pues se la erosión
lo ha afectado menos) debido a la presión ejercida por la placa africana contra el zócalo de la
Meseta. El núcleo del sistema lo forma la cordillera Penibética, que contiene las sierras de
mayor altura, que casi alcanzan rozan los 3500 metros. Hacia el norte, en contacto con la
depresión del Guadalquivir, se haya la cordillera Subbética, cuya altura es algo menor.
• La depresión del Guadalquivir: Es una amplia depresión que se extiende entre los Sistemas
Béticos y Sierra Morena, por la que desciende el río Guadalquivir hacia el océano Atlántico.
Al igual que la depresión del Ebro, esta zona fue un brazo de mar que se sedimentó con la
erosión de los sistemas montañosos que la rodean. La forma más característica de la depresión
del Guadalquivir es la campiña, que son tierras llanas suavemente onduladas, muy útiles para
labores agrícolas. Cerca de la costa, la poca altura con respecto al nivel del mar permite que
las tierras estén cubiertas de agua y se cree un ecosistema de plantas herbáceas, conocido
como marisma, cuyo mejor ejemplo es el Parque Nacional de Doñana (Huelva).

3.4. Las costas españolas


La costa es el territorio en el que la tierra se encuentra con el mar. Además de incluir la franja de
tierra que sobresale del mar, también incluye la plataforma continental, que es el fondo submarino
próximo a la cosa, cuya profundidad no alcanza los 200 metros. En la España peninsular podemos
distinguir cinco costas:
• Las costas gallegas: Se encuentran principalmente en el litoral atlántico y su elemento más
característico con las rías. Las rías hacen que costa y mar sean complementarios, y explica la
tradición marinera de la costa gallega.
• Las costas Cantábricas: Se extienden con un trazado rectilíneo en donde dominan los
acantilados y se encuentran escasas playas. Frente al mar es común encontrar terrazas elevadas
de superficie plana, fruto del golpeteo del mar.
• El litoral catalán: Destaca principalmente el delta del Ebro, una zona de desembocadura del
río en el que se han ido depositando sedimentos. En la zona norte, a la altura de Gerona, se
encuentra la Costa Brava, muy atractiva para el turismo por la belleza de su relieve.
• El golfo de Valencia: Se forma con el descenso del Sistema Ibérico, que va perdiendo altura
hasta hundirse en el mar Mediterráneo, dando lugar a una costa baja y arenosa, donde destacan
las marismas.
• La costa andaluza: Se divide en dos zonas bien diferenciadas:
◦ La costa atlántica, que llega desde Huelva hasta el Cabo de Trafalgar, en Cádiz. Se
corresponde con la salida al mar de la depresión del Guadalquivir, abundando las costas
bajas y arenosas, donde se hallan numerosas marismas.
◦ La costa mediterránea, que se extiende desde Tarifa, en Cádiz, hasta Almería, para luego
continuar hacia el norte peninsular. La costa es muy diversa, alternando zonas de
acantilados y llanuras.

4. LOS RELIEVES INSULARES

4.1. El archipiélago balear


El archipiélago balear guarda una estrecha relación con el relieve peninsular, pues es una
prolongación de las cordilleras béticas, salvo Menorca, que se vincula a las cordilleras
CosteroCatalanas.
De todas sus islas e islotes, Mallorca es la más
grande y está compuesta por dos sierras, entre las
que se encuentra una amplia llanura central, que
es el principal espacio agrícola de la isla.
La zona montañosa posee acantilados, pero la
llanura ofrece playas largas y arenosas con
numerosas calas, lo que le da un importante valor
turístico que la ha hecho muy popular tanto en
España como en Europa.

4.2. El archipiélago canario


El archipiélago canario es excepcional, puesto que su origen es volcánico, igual que otras islas
atlánticas como las Azores o Islandia.
Todas las islas comparten su carácter montañoso, estando allí localizada la montaña más alta de toda
España, el Teide (3700 m), A eso hay que sumar que, al no tener apenas industria, las islas poseen
una atmósfera limpia, lo que ha favorecido la instalación de grandes observatorios astronómicos.
El paisaje es espectacular debido a los grandes desniveles causados por las erupciones volcánicas, lo
que hace que en la costa predominen la mayoría de las veces los acantilados, y que las playas tengan
escaso desarrollo. Las mejores playas son las orientales, ya que los vientos permiten la acumulación
de arena, mientras que en las islas occidentales las playas están compuestas de un suelo de priedra.

También podría gustarte