Unidad de aprendizaje 3
Tema 3
TIPICIDAD
1. Tipo y tipicidad.
Establecida la existencia de una conducta, se debe pasar a ver si ésta es una conducta
típica, es decir si está establecida en la ley como posible delito. El poder penal solo
alcanzará a las acciones y omisiones típicas.
En la sociedad, se dan una serie de comportamientos antijurídicos, de los cuales, el
legislador selecciona los más lesivos como penalmente relevantes, describiéndolos en una
disposición legal y amenazando con una pena. Esas descripciones son los tipos penales (o
fórmulas legales). Cada tipo penal pasa a ser un tipo de delito.
Por el principio de legalidad, solo los hechos tipificados en la ley penal como delitos pueden
ser considerados como tales. Ningún hecho, por muy lesivo que sea, puede ser considerado
delito si no está descrito en la ley penal (función garantizadora). Ello no significa que se
tengan que describir los comportamientos humanos en sus mínimos detalles, lo que se hace
es buscar una imagen conceptual que englobe los comportamientos cuyas características
esenciales sean comunes.
Por otra parte “La tipicidad es la adecuación de un hecho cometido a la descripción que de
ese hecho se hace en la ley penal” (Muñoz Conde”), es decir el comportamiento que
coincide con el supuesto de hecho legalmente establecido en algún tipo.
2.- Funciones del tipo.
Se pueden mencionar tres funciones del tipo penal:
1) Función seleccionadora de los comportamientos penalmente relevantes.
2) Función de garantía o limitadora, en la medida de que solamente los
comportamientos que se subsuman a su descripción pueden ser sancionados
penalmente.
3) Función motivadora general, pues a partir de esa descripción que conmina con una
pena se espera que los ciudadanos se abstengan de realizar la conducta prohibida.
3.- Estructura del tipo penal
De manera general en el tipo penal se puede identificar un tipo objetivo y un tipo subjetivo.
El tipo objetivo referido a la acción u omisión, el resultado, el nexo causal, etc. y el tipo
subjetivo referido al dolo o a la culpa.
Tipo objetivo:
a) Conducta típica. Puede consistir en una acción o en una omisión.
b) Resultado. Se refiere a la consecuencia de la acción. Se deberá establecer si es un tipo
penal de simple actividad (delitos de simple o mera actividad) o uno de resultado o material
(delitos de resultado).
c) Objeto jurídico (Bien jurídico protegido). Es el valor, interés, ideal del orden social que se
busca proteger. Ej. La vida. Se lo identifica en la mención del título o capítulo dentro de la
parte especial en el Código Penal.
d) Objeto material, denominado también objeto de la acción. Es la persona o cosa sobre la
que recae la acción del verbo nuclear. Ej en un homicidio “la persona”
e) Sujeto activo. La persona que realiza la acción. Se identificará si es común o en su caso
especial o cualificado (tipo penal general); en otros casos el legislador señala
específicamente la calidad, ejemplo: el médico (tipo penal especial). También se puede
identificar si es individual o colectivo.
f) Sujeto pasivo: Se refiere al titular del derecho afectado. Se identificará si es un sujeto
común o cualificado. Ej. En el hurto: cualquier persona; en el feminicidio la mujer.
g) Verbo rector del tipo. (O verbo nuclear): Es la conducta descrita en el tipo penal
expresada gramaticalmente. Ej. Matar.
h) Presupuestos objetivos. Elementos que complementan la descripción del tipo,
complementos de la acción. Determinadas circunstancias o modalidades de la conducta
como tiempo, lugares, modo, medios, ocasiones, instrumentos, etc. No siempre están
presentes en el tipo penal.
k) Elementos valorativos, que pueden ser normativos o no normativos, se refieren a
elementos o términos que requieren valoración jurídica. Si son normativos remiten para su
comprensión a disposiciones de otras ramas jurídicas o del mismo Derecho Penal. Si son no
normativos remiten a otros ámbitos del saber.
Además de estos elementos, cuando se va a establecer la tipicidad, en delitos de resultado
y de peligro concreto se exige verificar un nexo entre acción y resultado, es decir el nexo
causal o relación de causalidad. A través del tiempo se plantearon diversas teorías al
respecto, como: Teoría de la Equivalencia de Condiciones o “Condictio sine qua non”,
Teoría de la Condición más Eficaz, Teoría de la Causa Adecuada, Teoría de la Causa
Típica, Teoría de la Imputación Objetiva.
Actualmente para establecer el nexo causal cobra mucha importancia la Teoría de la
imputación objetiva, que establece 3 criterios:
- La generación del riesgo no permitido (GRNP). ¿La acción ha creado un riesgo
jurídicamente desaprobado, o ha incrementado el riesgo más allá de lo permitido?
- La plasmación o concreción del riesgo creado en un resultado. ¿El resultado es la
concreción del riesgo que se creó con la acción?
- Cobertura de la norma. ¿El resultado está dentro del ámbito de protección de la
norma?
Tipo subjetivo.
El tipo subjetivo se refiere a elementos subjetivos, es decir al dolo o a la culpa, o en su caso
a elementos específicos adicionales del dolo.
a) El dolo consiste en el conocimiento y la voluntad de realizar el hecho tipificado
objetivamente en la figura delictiva (tipo objetivo). Tiene dos momentos: El cognitivo que
comprende el conocimiento de los hechos concretos que se realizan, la concurrencia de los
elementos del tipo objetivo. Y el volitivo que se refiere al querer, no es suficiente conocer la
magnitud del hecho, sino es necesario que sea querido.
En el tipo penal se debe identificar si se encuentra establecido el dolo genérico o el
específico. Genérico cuando la figura no está cualificada por un ánimo determinado que
pueda mover a la persona. Específico cuando en la figura típica se pide un especial ánimo
del agente (“con el ánimo de..”, “con el fin de..”, “con alevosía”, etc.). En este último caso se
habla de elementos adicionales específicos del dolo
Por otra parte en la comisión de hechos delictivos se pueden identificar tres clases de dolo:
Dolo directo: cuando el autor se propone un resultado y lo obtiene. Lo querido es lo
perseguido. Dolo eventual o indirecto, cuando el autor no desea directamente un resultado,
pero se lo representa como posible y lo asume. Así lo querido es lo asumido. Dolo de
consecuencia necesaria, cuando surgirá la lesión de otro bien jurídico como consecuencia
de su acción y el autor asume el resultado.
b) La culpa o imprudencia es otra forma del tipo de injusto, se da por el incumplimiento de
una norma de cuidado, constituye una lesión al deber objetivo de cuidado, posee dos
elementos: el deber de prever el resultado y el deber de evitar el resultado. Cuando un
resultado no era previsible era imposible evitarlo, por tanto no exigible. El resultado para la
imprudencia es lo que se debía haber evitado y lo que se debía haber previsto.
Puede revestir dos formas: Consciente, cuando la persona conoce, se representa la norma
de cuidado y la incumple confiando (pensando y deseando) en que no se producirá el
resultado (por su pericia, circunstancias, etc); si bien hay un querer de violar la norma no
hay un querer de resultado. Inconsciente, cuando se debía prever la norma de cuidado (se
tenía que conocer lo peligroso de su conducta) y se viola inconscientemente la norma,.
Entre el dolo eventual y la imprudencia consciente existe una línea divisoria, que está en el
querer, que es propio del dolo, en la culpa no hay querer.
Otra visión en la estructura del tipo: Partes descriptiva y normativa.
Desde otro punto de vista, general, además se pueden identificar dos partes en el tipo penal:
una parte descriptiva que se considera esencial en el tipo, referida a los elementos
objetivos o descriptivos, es decir que se pueden percibir por los sentidos, comprensible para
el común de la gente, y una parte normativa, referida a elementos normativos o valorativos,
que requieren una interpretación jurídica, valoración judicial (Ej. Seguro)
4.- Estructuras típicas fundamentales (Clases).
Según sea una acción o una omisión y esté presente el dolo o la culpa, surgirán las
estructuras típicas fundamentales siguientes:
- Tipos dolosos activos, aquellos que establecen una conducta activa o acción y dolo.
- Tipos dolosos omisivos, los que establecen una conducta omisiva u omisión y dolo.
- Tipos culposos activos, los que establecen acción y culpa.
- Tipos culposos omisivos, aquellos que establecen omisión y culpa.
También es pertinente mencionar otra clasificación de los tipos penales, en cerrados y
abiertos. Los tipos penales cerrados son los que respetan el principio de taxatividad,
describen la conducta de manera clara y precisa, en cambio los abiertos no tiene claridad,
son ambiguos o indeterminados, permitiendo a veces el arbitrio del juzgador.
5.- Atipicidad. Error de tipo.
Cuando la acción no presenta alguna de las características requeridas por el tipo, nos
encontramos ante un caso negativo que desplaza la conducta como presupuesto para una
pena. Si no existe descripción de una conducta como prohibida en la ley (tipo), por muy
reprochable que parezca un hecho, no constituye delito y por tanto no merece pena una
acción. Habrá atipicidad.
Puede excluirse la tipicidad también cuando se presente el error de tipo, que es aquél que
recae sobre el conocimiento de cualquiera de los elementos del tipo objetivo. Si el error
recae sobre elementos ajenos al tipo, no tiene relevancia a efectos de la tipicidad.
Desde el punto de vista de la exigibilidad al autor de que actúe sin error, éste puede ser
vencible o invencible. Vencible cuando el individuo lo pudo evitar empleando la diligencia
normal que estaba a su alcance en las concretas circunstancias del hecho. Invencible
cuando el autor no pudo en el caso concreto evitarlo empleando una diligencia normal. Si el
error es vencible borra el dolo y deja la culpa, no obstante si el tipo no admite la forma
culposa también borra la culpa. Si es invencible borra el dolo y la culpa.
Por otra parte se pueden identificar diferentes clases de errores: sobre el objeto de la
acción, sobre la relación de causalidad, en el golpe, dolus generalis, o aún sobre los
elementos accidentales.
Unidad de aprendizaje 3
Tema4
ANTIJURIDICIDAD Y CAUSAS DE JUSTIFICACIÓN
1.- Concepto de antijuridicidad.
La antijuridicidad es la contradicción entre el hecho y el derecho. Infringir lo establecido por
el ordenamiento jurídico, hacer lo prohibido o no hacer lo impuesto por ese ordenamiento
jurídico. “...expresa la contradicción entre la acción realizada y las exigencias del
ordenamiento jurídico”. (Muñoz Conde).
La antijuridicidad no es una categoría específica del D. Penal, sino un concepto válido para
todo el ordenamiento jurídico aunque según cada rama tendrá consecuencias distintas. Por
el principio de intervención mínima, el D. Penal selecciona por medio de la tipicidad los
comportamientos antijurídicos generalmente más graves, conminándolos con una pena. En
ese sentido, cuando una conducta sea contraria a las normas penales, se hablará de un
comportamiento penalmente antijurídico sin embargo, no basta que la conducta sea típica
sino además que no se presenten circunstancias que la justifiquen (causas de justificación).
2.- Contenido y función de la antijuridicidad.
La antijuridicidad tiene un doble contenido: formal y material.
La antijuridicidad formal se refiere a la contradicción entre una acción y el ordenamiento
jurídico, una oposición entre acción y norma. La antijuridicidad material se refiere a la
ofensa al bien jurídico que la norma quiere proteger, ofensa que puede consistir en una
lesión o simplemente en una puesta en peligro de dicho bien jurídico. Ambos contenidos
no pueden darse aisladamente, será necesaria la presencia de ambos, si formalmente
existe solo contradicción entre una acción y una norma, o se lesiona un bien que no está
protegido jurídicamente, no existe antijuridicidad.
La antijuridicidad cumple una función de valoración, es un juicio de valor al hecho, no se
valora a la persona. Es decir, para establecer la antijuridicidad de una conducta, se ha de
hacer una valoración del hecho, solo así se podrá saber si la acción es valiosa o
desvalorada para el Derecho. La valoración deberá ser del resultado pero también de la
acción, y si en ésta hubo dolo existirá mayor desvalor que si hubo culpa. Esa valoración
deberá incluir todos los datos relativos al modo de cometer el hecho. Puede presentarse
también el caso en que exista desvalor de resultado mas no exista desvalor de acción, ese
hecho no constituirá injusto penal. Por último, debe establecerse una estrecha relación
entre desvalores de acción y de resultado, el último debe ser consecuencia del primero,
deberá existir correlación entre la generación de riesgo no permitido y la plasmación de ese
riesgo en la ofensa al interés protegido.
3.- Causas de justificación. Elemento objetivo y subjetivo.
La realización de un hecho típico genera una primera sospecha de que ese hecho es
también antijurídico, ya que el tipo describe el hecho prohibido, el hecho que el legislador
busca que los ciudadanos no realicen. Sin embargo, en algunos casos, por razones
sociales, políticas o jurídicas, esos hechos típicos son permitidos, el ordenamiento jurídico
autoriza la realización de un hecho que en principio se encuentra prohibido. En esa
circunstancia, el indicio de antijuridicidad que surge de la tipicidad, queda desvirtuado por la
presencia de una causa de justificación, que convierte un hecho en sí típico en un hecho
totalmente lícito, en un hecho aprobado por el ordenamiento jurídico.
“Decir que un comportamiento está justificado, equivale a afirmar que el autor de la acción
típica dispuso de un permiso del ordenamiento jurídico para obrar como obró...Una acción
típica, por tanto, será también antijurídica si no interviene a favor del autor una causa o
fundamento de justificación” (Bacigalupo).
Las causas de justificación además de convertir un hecho en lícito, impiden cualquier
sanción al autor, al que no se le podrá imponer ni siquiera una medida de seguridad,
tampoco será necesario probar su culpabilidad ya que ésta debe tener como presupuesto la
antijuridicidad.
Más, para que exista una causa de justificación, debe concurrir un elemento objetivo y otro
subjetivo. No basta que se dé objetivamente la situación justificante, sino que además el
autor debe conocer la situación y querer actuar de la manera autorizada por el ordenamiento
jurídico.
Como causas de justificación se pueden citar:
a) Legítima defensa.
Consiste en la respuesta proporcionada a una agresión injusta y actual.
La legítima defensa debe cumplir determinados requisitos:
1) Agresión ilegítima y actual.
Agresión significa la acción dolosa de puesta en peligro de un bien jurídico (que puede ser
acción propiamente u omisión), es decir el ataque al bien jurídico de manera intencional,
ilegítima, es decir antijurídica, presentarse una efectiva puesta en peligro de bienes jurídicos
defendibles, que con tal agresión se encuentren en riesgo inminente de ser lesionados.
Actual, porque deberá estar en curso, estarse desarrollando o por lo menos ser inminente,
existir decisión irrevocable que equivale a actualidad, cuando el peligro de la agresión es
suficientemente próximo como para que el agente se vea obligado a actuar para
neutralizarla.
2) Necesidad racional del medio empleado para impedir o repeler la agresión.
La necesidad tiene estricta relación con la actualidad de la agresión, es decir será necesaria
la defensa cuando la agresión sea contemporánea, actual y mientras esta dure, además de
ser la única vía posible para repelerla o impedirla. De otro lado, la racionalidad del medio
empleado implica proporcionalidad, tanto en la especie como en la medida de los medios
para repeler la agresión, debe existir una adecuación (agresión-medios de defensa).
3) Falta de provocación suficiente por parte del que se defiende.
El ataque constitutivo de la agresión ilegítima, no tiene que haber sido provocado por el que
se defiende, es decir que voluntariamente no se haya colocado en peligro de que se
produjera la agresión. Y se habla de provocación suficiente en el entendido de que una
simple broma o un silencio no pueden constituir provocación suficiente para una agresión.
b) Estado de necesidad.
Actúa en estado necesidad el que ocasiona un mal por evitar otro mayor inminente. Como
causa de justificación la ley aprueba el sacrificio del bien de menor valor.
Como presupuestos se deben considerar:
- Que exista una situación de necesidad, es decir el conflicto entre dos bienes jurídicos, en
el que la salvación de uno de ellos exige el sacrificio del otro. Ello supone que el bien
jurídico que se trata de salvar esté en inminente peligro de ser destruido, peligro que ha de
ser real y objetivo, con más o menos fundamento por el que trata de evitarlo, no puede ser
meramente supuesto.
-Que la lesión del bien jurídico o la infracción del deber jurídico sea necesaria. Que el evitar
el mal que amenaza al bien jurídico solo pueda ser conseguido realizando otro mal, que ése
sea el único camino posible. La necesidad también debe ser valorada de un modo objetivo,
aunque lógicamente teniendo en cuenta la situación concreta en la que se encuentra el
sujeto y las circunstancias y medios de que dispone.
Deben concurrir los siguientes requisitos:
1) Que el bien jurídico atacado sea de menor jerarquía que el que se pretende defender. Es
decir el mal que se procura evitar será más grave que el que se causa para salvar el
primero, aunque con las excepciones legales correspondientes.
2) El mal previsto debe además ser inminente, es decir que el sujeto tenga que actuar
inmediatamente con la finalidad salvadora que exista proximidad del peligro, en un lapso
muy breve, en cualquier momento.
3) Que el mal que se trata de evitar no debe haber sido provocado por él, ni debe estar
obligado a soportar el mal que lo amenaza. Existen oficios o cargos que importan funciones
de riesgo.
c) El cumplimiento de un deber y el ejercicio legítimo de un derecho, oficio o
cargo.
En este caso, se trata de la colisión del deber general de no realizar una acción típica, con el
deber especial de realizarla o con la autorización especial para ejecutarla. Se vulnera un
bien jurídico cumpliendo un deber o ejerciendo un derecho, cargo u oficio.
Para constituir causa de justificación, la acción deberá realizarse dentro de los límites
legales y conforme a derecho, lo cual se determinará mediante otras ramas y regulaciones
del ordenamiento jurídico. Ej. Para saber cuándo un policía actúa dentro de su competencia
o atribuciones, será necesario conocer las regulaciones correspondientes.
Cumplimiento de un deber. En este supuesto el Derecho “impone” el ataque. El
cumplimiento de un deber solo entrará como causa de justificación cuando colisione con otro
deber. Es necesario que el deber se encuentre taxativamente consagrado por la norma
imperativa.
A decir de Bacigalupo, en este caso se daría un estado de necesidad, pero no por colisión
de bienes, sino de deberes.
El cumplimiento del deber que se justifica es el que se realiza dentro de los límites legales,
sin embargo, particularmente tratándose de autoridades, muchas veces puede ocurrir que
determinados preceptos que regulan sus atribuciones o competencia dejen espacios a la
discrecionalidad en su actuación; por ello, a fin de evitar excesos o desviaciones, deberá
tenerse en cuenta que por encima de cualquier reglamento, están principios generales de
las causas de justificación como la necesidad racional de la violencia y su adecuación
proporcional al hecho.
Ejercicio legítimo de un derecho. Esta disposición se refiere no a cualquier derecho, sino al
ejercicio del derecho que importa un ataque a bienes jurídicos de terceros. Importa la
realización de un acto no prohibido. Ej. Rechazar violentamente el ataque contra la
propiedad. Al respecto surge el tema de los procedimientos en las defensas mecánicas
predispuestas y las ofendículas que suelen emplearse para la defensa de aquélla, si se
encuentran dentro de los límites del ejercicio de un derecho.
Ejercicio de un oficio o cargo. Solo tiene efecto justificante en la medida en que impone un
deber específico al que lo desempeña: efectuar un ataque autorizado.
El ejercicio de un cargo se puede ver como un caso específico de cumplimiento de deber
(Ej. policía). O el caso de ejercicio de un oficio o profesión: ciertas profesiones obligan al
cumplimiento de deberes o realización de actos que fuera del ámbito profesional no estarían
justificados; también la práctica de algunos deportes, que en algunos casos puede justificar
lesiones siempre que se observen reglas que disciplinan el deporte concreto.
d) Obediencia debida.-
El caso supone la existencia de una persona subordinada que está jurídicamente obligada a
cumplir la orden ilegítima de un superior (y que a veces esa orden puede constituir un
delito). Para considerarse causa de justificación, se tratará del cumplimiento de una orden
antijurídica, ilegítima, en virtud de obediencia debida, porque si se tratara del cumplimiento
de órdenes lícitas se estaría dentro del cumplimiento del deber como causa de justificación.
La actuación administrativa, se rige por un principio de subordinación y jerarquía y el
cumplimiento de órdenes conlleva a veces obligatoriedad a pesar de su contenido
antijurídico, empero, para que el caso de obediencia debida pueda invocarse como causa de
justificación, tendrán que darse ciertos presupuestos respecto a la orden:
1) Relación jerárquica, que se basa en la subordinación y sometimiento del inferior al
superior.
2) Competencia abstracta del que da la orden para dictarla dentro de sus facultades.
3) Competencia del subordinado para ejecutar el acto ordenado por el superior.
4) Orden expresa y revestida de las formalidades legales.
5) Antijurídica.
El subordinado, tiene un deber de examinar la orden recibida, aunque este deber es
limitado, ya que existe la presunción de legalidad respecto a la orden del superior.
Sin embargo de lo anterior, no existe uniformidad en la doctrina respecto a este caso como
causa de justificación. Así Creus, señala que el hecho que el subordinado esté obligado a
cumplir, no le quita el carácter de ilegitimidad a la acción que realiza, es decir sería un hecho
justificado para el que obedeció, mas no para el que ordenó, seguiría siendo un hecho
ilegítimo por lo que se trataría de una situación de inculpabilidad.
El Código Penal boliviano, prevé en los Arts. 11 y 12 las causas de justificación.
El caso de obediencia jerárquica lo contemplaba como causa de inculpabilidad hasta la
reforma de 1997, reforma que excluye esta causa.
Unidad de aprendizaje 3
Tema 5
CULPABILIDAD Y PUNIBILIDAD
1.- Concepto de culpabilidad. Evolución dogmática. Función.
La culpabilidad cumple diferente función: puede concebirse como un elemento del delito o
como un principio limitador del Derecho Penal (porque sujeta la consecuencia jurídica penal
a ella: no puede haber pena si no hay culpabilidad).
La culpabilidad no ha existido siempre, nace de la evolución del Derecho Penal. Primero
existía sólo una responsabilidad objetiva, es decir una responsabilidad sin culpabilidad, con
el Derecho Penal romano se subjetiviza, nace la responsabilidad subjetiva o culpabilidad,
en la época del feudalismo nuevamente desaparece, (solo hay responsabilidad objetiva),
con la llegada del iluminismo al Derecho Penal reaparece la culpabilidad como principio, no
se puede sancionar si no hay relación anímica. Luego pasa a ser una categoría dentro de la
teoría del delito.
La culpabilidad es un juicio de valoración del que nace la responsabilidad penal, un juicio
de atribución personal del delito, de atribución subjetiva de un hecho antijurídico a su autor
(por incumplimiento de una norma de deber). Se valora a la persona, no al hecho. El sujeto
responde porque se le puede “reprochar” por haber actuado con voluntad de desconocer la
norma. En suma, es un juicio de reproche que se formula sobre la relación anímica del
autor con referencia a su hecho.
2.- Elementos de la culpabilidad.
a) Imputabilidad o capacidad de culpabilidad.
Bajo este elemento se incluyen los supuestos de madurez psíquica y capacidad del sujeto
para motivarse. Es decir la edad que cada Estado establece y la salud mental.
Es la capacidad intelectual que tiene una persona de conocer y valorar la licitud o ilicitud de
sus actos, y guiar voluntariamente su conducta, es decir pasa por dos momentos: uno
cognitivo, o sea conocer o entender el acto y, otro volitivo: dominar la conducta
voluntariamente, es decir conducirse conforme a aquél conocimiento. Si falta uno de ellos
no hay capacidad de culpabilidad, se estará frente a la inimputabilidad. Si se encuentra
disminuida la capacidad de conducirse conforme a aquél conocimiento se podrá ingresar a
la semi-imputabilidad.
Las causas de inimputabilidad o de exclusión de la capacidad de culpabilidad, son:
- Falta de madurez de la personalidad debido a la edad. El hombre normal no nace
con toda la capacidad, la desarrolla en el transcurso de su vida, en la que forma y
madura su personalidad. La capacidad ha de ser de acción y de entendimiento, es decir
que la persona logre dominar su conducta pero además pueda realizar una correcta
valoración de sus actos, es necesaria la presencia de ambos elementos (cognitivo y
volitivo). No todas las personas maduran en igual período de tiempo, de ahí que cada
país de acuerdo a sus condiciones objetivas definirá a partir de qué edad existe esa
capacidad.
- Enfermedad mental permanente o transitoria. Es la incapacidad de culpabilidad y la
capacidad disminuida. Normalmente al llegar a la mayoría de edad la persona es capaz,
sin embargo a veces no lo es porque no posee la facultad de comprender el alcance de
su acción o de dirigir su conducta. Lo que interesa al Derecho Penal para que se pueda
excluir la culpabilidad por esta causa, es que en el momento de la comisión del acto
delictivo (desde la toma de voluntad hasta la realización de la acción) la persona no sea
capaz. Puede darse el caso de que una persona se embriague o coloque en otro estado
de enajenación voluntariamente y ya en ese estado cometa el delito, ahí no hay un
querer previo para la realización del delito, la decisión surge en estado de enajenación
mental, o de similar manera si en aquel momento el autor no previó la posibilidad de
realización del delito.
Las características señaladas para la imputabilidad o capacidad de culpabilidad deben estar
presentes como se dijo en el momento en que se realiza la acción. Una excepción a ese
principio es la “actio libera in causa”, que consiste en poner en marcha el proceso causal
cuando todavía se es imputable, es colocarse dolosa o culposamente en situación de
inimputabilidad.
Puede darse de diversas formas: que esté en sus planes el colocarse en situación de
incapacidad para cometer el delito, que por motivos de romper su inhibición a la realización
del acto se coloque en incapacidad, o que conociendo que puede cometer el delito se
coloque en ese estado. En los dos primeros casos se está frente a un delito intencional, en
el último ante un delito imprudente (incumplimiento del deber de previsión).
El Código Penal boliviano establece las previsiones en los Arts. 17, 18 y 19.
b) Conocimiento de la antijuridicidad del hecho cometido.
Constituye un principio de Derecho: “el desconocimiento de la norma no exime su
cumplimiento”. No es que sepa concretamente la norma, qué Art. tipifica el hecho o el
contenido exacto del precepto penal, sino el conocimiento lego de desvaloración por el
Derecho, qué es lo bueno y qué es lo malo para el Derecho, saber que el hecho cometido
está jurídicamente prohibido, que es contrario a las normas más elementales de convivencia
social. Una norma penal puede motivar a la persona sólo si ésta conoce a grandes rasgos
su contenido o por lo menos prevé su existencia, sabe que su hacer está prohibido.
1) El error como causa de exculpación. Es exculpable el agente cuando incurre en un
error de prohibición o de derecho (que recae sobre el conocimiento de la antijuridicidad
de la conducta):
- Error directo de prohibición. Es decir en cuanto a la norma, desconoce la existencia
de la norma. Se dijo que en general se presume el conocimiento de la norma, empero
en determinados casos evidentemente la persona desconoce la norma por lo que se le
exculpa. En ese caso la norma sigue estando en vigor, el evento sigue siendo
antijurídico pero no se le puede inculpar.
- Error indirecto de prohibición. La persona sabe que su hacer está prohibido de
manera general, pero en el caso concreto cree que está actuando bajo una causa de
justificación (permisividad).
Ahora bien, desde el punto de vista de la exigibilidad al autor de que actúe sin error, éste
puede ser: Invencible o vencible, que podrá generar la exculpación o la atenuación en la
sanción.
c) Exigibilidad de otra conducta.
El ordenamiento jurídico establece niveles de exigencia mínimos que pueden ser
cumplidos por cualquier persona, a veces difíciles más no imposibles. El Derecho no puede
exigir comportamientos heroicos. Toda norma tiene un ámbito de exigencia, pero además
deberá determinarse los límites de exigibilidad individualmente, es decir según el autor
concreto y el caso concreto. Fuera de esos límites faltará el elemento de exigibilidad y por
tanto no podrá configurarse la culpabilidad.
En consecuencia, antes de formular el juicio completo de culpabilidad, se debe comprobar
que el autor con capacidad de culpabilidad y con conocimiento de la antijuridicidad de su
hacer, se encontraba en una situación en la que se le podía exigir una determinada
conducta. Establecida esa relación anímica del autor con su hecho se emite el juicio de
reproche que constituye la culpabilidad.
1) No exigibilidad de la conducta adecuada a la norma Constituye causa de
exculpación o inculpabilidad. Comprende circunstancias que rodean el hecho que
inhiben en el cumplimiento de la norma, imposibilitan poderla cumplir.
- Estado de necesidad exculpante. Resuelve el conflicto de bienes de igual jerarquía:
el náufrago que impide que otro náufrago se agarre al madero que se hundiría con el
peso de dos. (La acción realizada para salvar la vida no puede estar justificada por el
principio de ponderación de bienes, porque el derecho protege por igual la vida de todas
las personas). La condición subjetiva en que el autor se ve colocando ante la situación
de hecho que vive es la que deviene en su irreprochabilidad.
- Miedo insuperable. Se refiere a aquel miedo superior a la exigencia media de soportar
males o peligros y que afectando psíquicamente a la persona le deja una posibilidad aún
de actuación. Circunstancialmente le teme a algo y actúa desobedeciendo la norma.
3.- Punibilidad.
Como señala Muñoz Conde, con la constatación de tipicidad, antijuridicidad y culpabilidad se
puede decir que existe un delito completo en todos sus elementos, sin embargo en algunos
casos se exigen elementos adicionales para sancionar un hecho.
Desde ese punto de vista la punibilidad constituiría una última categoría del delito, que no
siempre tiene que existir, pero que muchas veces el legislador por razones utilitarias puede
exigir para fundamentar o excluir la imposición de una pena. Las causas que la
fundamentan son las llamadas condiciones objetivas de punibilidad. Las condiciones
objetivas de punibilidad son circunstancias que condicionan en algún delito concreto la
imposición de una pena. Si no se dan las condiciones objetivas de punibilidad requeridas en
el tipo, el D. Penal niega la aplicación de la pena en los casos concretos.
También el D. Penal niega la aplicación de una pena, pese a la existencia de una conducta
típicamente antijurídica y culpable, cuando existen causas de exclusión de la punibilidad o
excusas absolutorias. Según las legislaciones, a veces se hallan referidas a la calidad del
autor o a circunstancias relacionadas con su persona (Ej. relación de parentesco,
encubrimiento entre parientes). Otras veces se establecen con relación a la actividad del
autor, posterior al comienzo o aún a la consumación del delito (cuando el agente contrae
matrimonio con la víctima (rapto), injurias retractadas). En otras ocasiones depende de la
actividad de terceros (injurias recíprocas).