Poemas de Federico García Lorca
con orientaciones para el comentario
LIBRO DE POEMAS
(1921)
Cada canción El poema es un ejemplo del neopopularismo de la primera etapa del
27, así como del gusto por el folclore y la literatura de raíz popular
Cada canción del que Lorca es uno de los mejores representantes en su
es un remanso generación. Aun así, hay ciertos rasgos de estilo que hacen la poesía
del amor.
del granadino muy genuina. En este poema, el uso de la metáfora
Cada lucero, como instrumento clave de su poesía. Además, como bien sabes, a
un remanso Lorca le apasionaba el arte en todas sus manifestaciones, y una de
del tiempo. ellas, la música, está a menudo presente en sus textos, no solo en el
Un nudo ritmo de la composición, sino como tema. Este es el caso.
del tiempo.
MÉTRICA:
Y cada suspiro
un remanso
Influencia tradicional: verso de arte menor, entre tetrasílabos y
del grito.
hexasílabos; asonancia.
Influencia de la vanguardia: en menor medida, quizá la polimetría,
pero también puede provenir de la irregularidad métrica de la poesía
popular.
ESTILO
Sencillo, esencial, estilo nominal (gracias al zeugma). El paralelismo
anafórico le confiere al poema un ritmo popular, de canción.
Influencia de la vanguardia: la originalidad de las metáforas (cuatro,
en total). No olvidemos que el 27 puso su “empeño” literario en
encontrar un lenguaje propio, original, siguiendo el ejemplo de
Góngora. Podemos percibir también la influencia de Gómez de la
Serna (sus greguerías anticipan las novedosas metáforas del grupo).
TEMAS
Universales: el sentimiento amoroso (vv. 2-4), el tiempo y la
naturaleza (vv. 5 -9) y la angustia existencial (vv.10-12). Son temas
heredados de la tradición literaria, tanto clásica como popular, de la
que ni Lorca ni el 27 se apartan. Recordemos que, a diferencia del
novecentismo o la vanguardia, cuya vocación renovadora les llevó a
renegar por igual del impulso romántico y del estilo realista, los
poetas del 27 recogieron en sus obras influencias muy variadas, tanto
españolas como extranjeras, tanto cultas como populares.
POEMA DEL CANTE JONDO
La guitarra
(1921)
Empieza el llanto Este poema también es ejemplo de la primera
de la guitarra. etapa del grupo y del autor. Puedes apreciar
Se rompen las copas características muy similares a las del texto
de la madrugada. anterior.
Empieza el llanto
de la guitarra. Fíjate, además, en los símbolos de Lorca,
Es inútil callarla. unos tradicionales, como el agua, y otros más
Es imposible peculiares, como el propio cante jondo
callarla. (hondo) que revela la profunda pena del
Llora monótona hombre, una pena ancestral, que va más allá
como llora el agua, del individuo y, en textos posteriores (Poeta en
como llora el viento Nueva York) se convertirá en una pena
sobre la nevada “social”. La monotonía de los recursos
Es imposible sintácticos (anáfora, paralelismo) y del
callarla, estribillo (Es inútil callarla. Es imposible
Llora por cosas callarla) no solo intensifica el sentimiento,
lejanas. sino que nos recuerda poderosamente el
Arena del Sur caliente “quejío” flamenco del que Lorca se confiesa
que pide camelias blancas. deudor.
Llora flecha sin blanco,
la tarde sin mañana, Algunas metáforas de Lorca podrían llevar la
y el primer pájaro muerto firma de Gómez de la Serna: “¡Oh, guitarra” /
sobre la rama Corazón malherido/ por cinco espadas, por lo
¡Oh guitarra! que no solo es un texto de raíz popular, sino
Corazón malherido que a esta se le incorporan recursos
por cinco espadas probablemente tomados de la vanguardia.
¿Y el tema? La música, el folclore, la
naturaleza presente en los símiles, se
encuentran también en Gerardo Diego o en
Alberti, por ejemplo. Pero el tema de fondo no
es otro que esa pena profunda del deseo
insatisfecho: más lorquiano, imposible.
ROMANCERO GITANO
Romance de la luna, luna
La luna vino a la fragua RASGOS DEL 27
con su polisón de nardos.
El niño la mira, mira. Pervivencia de la tradición:
El niño la está mirando.
En el aire conmovido Se cuentan entre sus preferencias literarias
mueve la luna sus brazos autores y obras de muy distinto estilo,
y enseña, lúbrica y pura, procedencia y época. Aquí se aprecia en el
sus senos de duro estaño. cultivo del romance tradicional, de octosílabos
– Huye luna, luna, luna. en asonante y de carácter narrativo: se trata
Si vinieran los gitanos, de un texto épico-lírico: la historia de un niño
harían con tu corazón al que la luna se lleva, donde encontramos
collares y anillos blancos. todos los elementos de la narración
– Niño, déjame que baile. (personajes, espacio, tiempo, trama), pero el
Cuando vengan los gitanos, poema rezuma sentimientos y el lenguaje
te encontrarán sobre el yunque aspira a una belleza que trasciende la
con los ojillos cerrados. historia, de ahí su lirismo.
– Huye luna, luna, luna,
que ya siento sus caballos. En el romancero viejo muchos poemas tenían
– Niño déjame, no pises cierto aire de misterio (la aparición fantasmal
mi blancor almidonado. de la luna); la variación en los tiempos
El jinete se acercaba verbales se atribuía al deseo de imprimir
tocando el tambor del llano. agilidad al relato oral (así era en sus orígenes)
Dentro de la fragua el niño o a la improvisación del juglar (vino, mira, en
tiene los ojos cerrados. el mismo contexto). Los recursos de repetición
Por el olivar venían, son muy característicos también de este tipo
bronce y sueño, los gitanos. de composición, como podemos apreciar en el
Las cabezas levantadas empleo del paralelismo anafórico (vv. 3-4, 17
y los ojos entornados. por ejemplo), la reduplicación, en esos
Cómo canta la zumaya, mismos versos 3 y 4, y, por supuesto, el
¡ay, cómo canta en el árbol! diálogo, como el que se da aquí entre el niño y
Por el cielo va la luna la luna que se lo va a llevar. Dichos recursos,
con un niño de la mano. que en su origen permitían la memorización y
Dentro de la fragua lloran, el ritmo en su recitado oral, le sirven a Lorca
dando gritos, los gitanos. para acentuar el dramatismo, otro rasgo que
El aire la vela, vela. hereda de la tradición y del que el niño, que
El aire la está velando. muestra su miedo amenazando a la luna, es
un buen ejemplo.
Importancia de la metáfora: son numerosas y
muy hábiles las que emplea Lorca en este
famosísimo romance, algunas de ellas, puras:
polisón de nardos, el tambor del llano, bronce y
sueño. En la misma línea está la hipérbole:
senos de duro estaño, harían con tu corazón
collares y anillos blancos…
RASGOS DE LORCA
A los ya mencionados, si se pregunta por
LORCA, podemos añadir:
La influencia del folclore popular de su tierra
natal: el arte menor, la asonancia, los
estribillos…Cabe señalar que, si bien se suele
afirmar que no le mueve a Lorca un interés
costumbrista cuando describe a los gitanos,
tanto su figura como su hábitat son producto
de la observación, se ajustan al tópico: gentes
nómadas, libres, de piel cetrina (¿bronce?),
que viven de la compraventa (harían con tu
corazón / collares y anillos blancos), que viven
en Andalucía (por el olivar venían)
Los símbolos tan personales que poblaron sus
versos: en este caso, los gitanos como
arquetipo de personaje libre, que no se
somete a normas, orgulloso y altivo (las
cabezas levantadas y los ojos entornados), un
personaje de raíz romántica que Federico
enfrenta en otros poemas a la Guardia Civil.
La luna suele simbolizar la muerte, aunque
también el erotismo (enseña, lúbrica y pura,
sus senos de duro estaño; es una luna que
despliega sus encantos y baila delante del
niño).
Un tema recurrente en Lorca y en su
generación es la pérdida de la inocencia, de la
felicidad infantil. En este famoso poema, el
niño se va con la luna, esto es, suponemos –
aunque no se llega a hacer explícito- que
muere, pese a querer aferrarse a la vida y
buscar la protección de los adultos (si vinieran
los gitanos…).
Muerte de Antoñito el Camborio
A José Antonio Rubio Sacristán
Voces de muerte sonaron Romance también, en este caso destacamos
cerca del Guadalquivir. el comienzo abrupto, in media res, algo muy
Voces antiguas que cercan típico del romancero viejo.
voz de clavel varonil.
Les clavó sobre las botas Fíjate en lo POPULAR: ritmo del romance
mordiscos de jabalí. tradicional octosilábico y asonante, carácter
En la lucha daba saltos épico (narrativo), diálogo entre un narrador y
jabonados de delfín. el personaje, ambiente misterioso, comienzo
Bañó con sangre enemiga in media res, recursos sintácticos de
su corbata carmesí, repetición (anáfora, paralelismo…), todos
pero eran cuatro puñales ellos rasgos característicos del romancero
y tuvo que sucumbir. viejo que demuestran que Lorca y el 27
Cuando las estrella clavan heredaron muy orgullosamente la tradición
rejones al agua gris, de la poesía de transmisión oral y la
cuando los erales sueñan incorporaron a sus versos. Pon ejemplos.
verónicas de alhelí,
voces de muerte sonaron Pero compaginada esa tradición con LA
cerca del Guadalquivir. METÁFORA ORIGINAL, deudora tanto de
Góngora como de la vanguardia (“En la
Antonio Torres Heredia. lucha daba saltos jabonados de delfín”). En
Camborio de dura crin, el texto puedes encontrar más ejemplos muy
moreno de verde luna, significativos; además, es característico de la
voz de clavel varonil: poesía lorquiana un lenguaje poético
¿Quién te ha quitado la vida original, donde diferentes recursos se dan
cerca del Guadalquivir? cita, desde la sinestesia a la hipálage, como
Mis cuatro primos Heredias en el veso mencionado.
Hijos de Benamejí.
Lo que en otros no envidiaban, Los TEMAS de Lorca están presentes: la
ya lo envidiaban en mí. muerte, siempre amenazante, se cierne
sobre los hombres que aspiran a ser felices,
Zapatos color corinto, a ser libres (aquí representados por los
medallones de marfil, gitanos); la naturaleza, que se involucra en
y este cutis amasado el relato, una naturaleza mítica y, a la vez,
con aceituna y jazmín. reconocible (el Guadalquivir, el color de las
¡Ay, Antoñito el Camborio, aceitunas de los campos andaluces…), de
digno de una Emperatriz! modo que lo que algunos consideraron solo
Acuérdate de la Virgen costumbrismo es un instrumento para una
porque te vas a morir. ambientación trágica.
¡Ay Federico García,
llama a la guardia civil! En relación con los temas y el estilo es
Ya mi talle se ha quebrado imprescindible mencionar los SÍMBOLOS. El
como caña de maíz. gitano (la libertad, el deseo de realización
Tres golpes de sangre tuvo personal, de alcanzar la felicidad) frente a la
y se murió de perfil. guardia civil (que representa las costumbres,
Viva moneda que nunca la represión, la rutina, la pérdida de
se volverá a repetir. ilusiones, la frustración; la realidad, en
Un ángel marchoso pone suma).
su cabeza en un cojín.
Otros de rubor cansado
encendieron un candil.
Y cuando los cuatro primos
llegan a Benamejí,
voces de muerte cesaron
cerca del Guadalquivir.
POETA EN NUEVA YORK
La aurora
La aurora de Nueva York tiene
cuatro columnas de cieno
y un huracán de negras palomas
que chapotean las aguas podridas.
La aurora de Nueva York gime
por las inmensas escaleras
buscando entre las aristas
nardos de angustia dibujada.
La aurora llega y nadie la recibe en su boca
porque allí no hay mañana ni esperanza posible:
a veces las monedas en enjambres furiosos
taladran y devoran abandonados niños.
Los primeros que salen comprenden con sus huesos
que no habrá paraísos ni amores deshojados;
saben que van al cieno de números y leyes,
a los juegos sin arte, a sudores sin fruto.
La luz es sepultada por cadenas y ruidos
en impúdico reto de ciencia sin raíces.
por los barrios hay gentes que vacilan insomnes
como recién salidas de un naufragio de sangre.
Poema de la segunda etapa de Lorca, donde se percibe la influencia del
surrealismo tanto en las imágenes (columnas de cieno, nardos de angustia entre
las aristas, enjambres de monedas que taladran a los niños…) como en la
concepción de la poesía, que reniega de la “pureza” deshumanizada que les
inspiraron los versos de Juan Ramón. El poeta sufre, siente la ciudad
impactante y opresora, inmensa y alienante, una ciudad donde el hombre y la
naturaleza se ven aplastados por un materialismo atroz. Algo hermoso y que
invita a la esperanza, el amanecer, aquí forma parte de un paisaje con figuras
deshumanizado, por eso los versos que lo describen son muy, muy humanos.
Tengamos presente que, para estos años, Pablo Neruda también había dejado su
huella en el grupo.
El surrealismo dota a los textos del 27 de una mirada poética nueva, basada en
imágenes oníricas, de pesadilla (esas palomas negras, llenas de cieno; las
monedas que asesinan a la infancia, etc.). La insistencia, paralelística y
anafórica (vv. 1, 5 y 9), en la referencia al amanecer es la de quien se empeña en
mantener una esperanza imposible: amanece en una ciudad sucia, moralmente
sucia, que no respeta la inocencia, que maltrata a los ciudadanos, despojados de
su identidad, de su ilusión. Aun así, no se trata de la famosa “escritura
automática” que preconizaron Breton y sus seguidores. Cierta coherencia, la que
imprime la lógica interna de los enunciados, nos permite interpretar el texto
como lo que es: la descripción del amanecer de una urbe inmensa que se
muestra inmisericorde con sus pobladores, que les niega absolutamente la
esperanza de un nuevo día.
Si nos fijamos, es, de nuevo, un tema recurrente en Lorca (y también en otros
poetas del grupo, como es el caso de Cernuda): el deseo insatisfecho, la
infelicidad, la frustración. Los podemos ver en las dos últimas “estrofas”. Pero
también se trata de un tema “nuevo” en estos años: para el 27 la ciudad (Nueva
York, Moscú) es motivo de asombro, de admiración y de rechazo. A Lorca Nueva
York le produjo una sensación paradójica, de asombro y dolor, y este último es el
que subyace en estos versos.
En la métrica hay una mezcla de tradición y novedad. Los ocho primeros versos,
donde todavía no hay seres que pueblen la ciudad, son heterométricos, aunque
oscilan entre las ocho y las once sílabas. Sin embargo, los doce siguientes se
agrupan en tres “estrofas” que se asemejan a serventesios en alejandrinos, si
bien se trata de versos blancos. Lo dicho, perfecta simbiosis de tradición y
modernidad.
Oda a Salvador Dalí (fragmento)
Publicada en la Revista de Occidente, en 1926
(…)
¡Oh Salvador Dalí de voz aceitunada!
Digo lo que me dicen tu persona y tus cuadros.
No alabo tu imperfecto pincel adolescente,
pero canto la firme dirección de tus flechas.
Canto tu bello esfuerzo de luces catalanas,
tu amor a lo que tiene explicación posible.
Canto tu corazón astronómico y tierno,
de baraja francesa y sin ninguna herida.
Canto el ansia de estatua que persigues sin tregua
el miedo a la emoción que te aguarda en la calle.
Canto la sirenita de la mar que te canta
montada en bicicleta de corales y conchas.
Pero ante todo canto un común pensamiento
que nos une en las horas oscuras y doradas.
No es el Arte la luz que nos ciega los ojos.
Es primero el amor, la amistad o la esgrima.
Es primero que el cuadro que paciente dibujas
el seno de Teresa, la de cutis insomne,
el apretado bucle de Matilde la ingrata,
nuestra amistad pintada como un juego de oca.
Huellas dactilográficas de sangre sobre el oro
rayen el corazón de Cataluña eterna.
Estrellas como puños sin halcón te relumbren,
mientras que tu pintura y tu vida florecen.
No mires la clepsidra con alas membranosas,
ni la dura guadaña de las alegorías.
Viste y desnuda siempre tu pincel en el aire,
frente a la mar poblada con barcos y marinos.
Es un texto de transición a la segunda etapa del poeta, donde ya se perciben
algunos rasgos vanguardistas. Solo te daré algunas pistas para el comentario:
Los versos son alejandrinos blancos: tradición + renovación (poesía de origen
medieval + romanticismo inglés +Juan Ramón + vanguardia)
El vocabulario, a veces, nos remite al léxico modernista (clepsidra), como también
lo hace la sinestesia, fruto del desplazamiento calificativo: la primera, típica del
simbolismo y el Modernismo; el segundo, también llamado “hipálage”, muy
habitual en la poesía lorquiana: luces catalanas (v. 5)
Muy “vanguardista” es también el léxico en otros momentos de la composición:
astronómico, explicación, dactilográficas.
Y, además de un panegírico que ensalza y, a la vez, humaniza, la figura del pintor
amigo (un dato biográfico que aquí sí interesa mencionar), el poema es un ejemplo
de cómo la incipiente influencia del surrealismo, movimiento artístico que Dalí
quiso enseñar a disfrutar a su amigo Federico, se aprecia en la elección de las
imágenes, que trascienden la metáfora tradicional:
Huellas dactilográficas de sangre sobre el oro
rayen el corazón de Cataluña entera
No mires la clepsidra con alas membranosas,
ni la dura guadaña de las alegorías…
Por último, no olvidemos la referencia biográfica: Lorca, dicen, se enamoró
perdidamente de Salvador Dalí, de ahí esta dedicatoria tan sentida. Que hubiera o
no una relación entre ambos ha sido objeto de debates que ahora no vienen al
caso. Amor compartido o amistad son sentimientos que inspiran, ambos, poemas
como el que nos ocupa.
A continuación tienes unos ejemplos de los SONETOS de Lorca.
Para empezar, el “amor oscuro” es ese deseo a menudo irrealizable
que quizá tenga su origen en la condición sexual de su autor. Pero
es, sobre todo, un amor sensual, carnal, que arrasa y emociona,
que lleva al poeta de la pasión a los celos o al desengaño. Tema
universal, sí, desde que el mundo es mundo y la literatura existe,
pero tratado con originalidad. Ya lo dijo Shakespeare: “hacer nuevo
lo viejo”.
En ellos, os vuelvo a recordar ese rasgo fundamental del 27 y de
Lorca, se combinan magistralmente una fórmula literaria heredada
de la lírica renacentista, el soneto clásico en endecasílabos (con
representantes como Garcilaso, Góngora, Quevedo o Lope, en el
siglo de oro español, y Petrarca o Shakespeare, por citar los más
famosos, todos ellos conocidos y admirados por Federico), con un
manejo de los recursos, en particular de la metáfora, que debe
tanto a los maestros del barroco (el conceptismo de Quevedo, por la
densidad del pensamiento; la brillantez en el lenguaje y el recurso a
la mitología clásica, del poeta cordobés que les sirvió de modelo,
Góngora) como a la vanguardia, ya pulida y asimilada. De esa
mezcla entre tradición y modernidad surgen estos poemas, tan
genuinos que es fácil olvidar sus fuentes literarias.
SONETOS DEL AMOR OSCURO
Yo sé que mi perfil será tranquilo
Yo sé que mi perfil será tranquilo
en el norte de un cielo sin reflejo:
Mercurio de vigilia, casto espejo
donde se quiebre el pulso de mi estilo.
Que si la yedra y el frescor del hilo
fue la norma del cuerpo que yo dejo,
mi perfil en la arena será un viejo
silencio sin rubor de cocodrilo.
Y aunque nunca tendrá sabor de llama
mi lengua de palomas ateridas
sino desierto gusto de retama,
libre signo de normas oprimidas
seré, en el cuello de la yerta rama
y en el sinfín de dalias doloridas.
(1930)
SONETOS DEL AMOR OSCURO
Tengo miedo a perder la maravilla
Tengo miedo a perder la maravilla
de tus ojos de estatua y el acento
que de noche me pone en la mejilla
la solitaria rosa de tu aliento.
Tengo pena de ser en esta orilla
tronco sin ramas; y lo que más siento
es no tener la flor, pulpa o arcilla,
para el gusano de mi sufrimiento.
Si tú eres el tesoro oculto mío,
si eres mi cruz y mi dolor mojado,
si soy el perro de tu señorío,
no me dejes perder lo que he ganado
y decora las aguas de tu río
con hojas de mi otoño enajenado.
(1936)
El poeta pide a su amor que le escriba
Amor de mis entrañas, viva muerte,
en vano espero tu palabra escrita
y pienso, con la flor que se marchita,
que si vivo sin mí quiero perderte.
El aire es inmortal. La piedra inerte
Ni conoce la sombra ni la evita.
Corazón interior no necesita
la miel helada que la luna vierte.
Pero yo te sufrí. Rasgué mis venas,
tigre y paloma, sobre tu cintura
en duelo de mordiscos y azucenas.
Llena, pues, de palabras mi locura
o déjame vivir en mi serena
noche del alma para siempre oscura.
A continuación una de las elegías más famosas de la literatura
española, junto con las Coplas, de Manrique, y la Elegía a Ramón
Sijé, de Miguel Hernández. Otra vez tradición (un subgénero
renacentista) y modernidad.
Tenéis el poema entero, sus cuatro partes, bien distintas todas, en
la página del Departamento (en Libros digitales).
LLANTO POR IGNACIO SÁNCHEZ MEJÍAS
LA COGIDA Y LA MUERTE
A las cinco de la tarde.
Eran las cinco en punto de la tarde.
Un niño trajo la blanca sábana
a las cinco de la tarde.
Una espuerta de cal ya prevenida
a las cinco de la tarde.
Lo demás era muerte y sólo muerte
a las cinco de la tarde.
El viento se llevó los algodones
a las cinco de la tarde.
Y el óxido sembró cristal y níquel
a las cinco de la tarde.
Ya luchan la paloma y el leopardo
a las cinco de la tarde.
Y un muslo con un asta desolada
a las cinco de la tarde.
Comenzaron los sones de bordón
a las cinco de la tarde.
Las campanas de arsénico y el humo
a las cinco de la tarde.
En las esquinas grupos de silencio
a las cinco de la tarde.
¡Y el toro solo corazón arriba!
a las cinco de la tarde.
Cuando el sudor de nieve fue llegando
a las cinco de la tarde
cuando la plaza se cubrió de yodo
a las cinco de la tarde,
la muerte puso huevos en la herida
a las cinco de la tarde.
A las cinco de la tarde.
A las cinco en Punto de la tarde.
Un ataúd con ruedas es la cama
a las cinco de la tarde.
Huesos y flautas suenan en su oído
a las cinco de la tarde.
El toro ya mugía por su frente
a las cinco de la tarde.
El cuarto se irisaba de agonía
a las cinco de la tarde.
A lo lejos ya viene la gangrena
a las cinco de la tarde.
Trompa de lirio por las verdes ingles
a las cinco de la tarde.
Las heridas quemaban como soles
a las cinco de la tarde,
y el gentío rompía las ventanas
a las cinco de la tarde.
A las cinco de la tarde.
¡Ay, qué terribles cinco de la tarde!
¡Eran las cinco en todos los relojes!
¡Eran las cinco en sombra de la tarde!
(1935)