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La Dificil Tarea de Construir Unidad Nacional. La Fuerza de Las Soberanias Locales en La Primera 1810-1815

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fede Pt “al de Sena 1810", Testo sin i "Cultura, pene opulazes en ef Inver Guerrero icra de Cob. 5 Congreso de "ee dada sid, Alana, nad 760.1808, ide Bogor Im. sdemia Colom- mint, Bogoes, americana Ea + Historadoray dctora en Historia América de la Uivesidad Pablo e Olavide Pofesora asocada et Departamento de Historia dela Universidad Nacional de Colombia, sede Medel Dirctra del grupo 6e investigacion “Historia, terri y poblamiento en Colombia’, clssieado en categorie por Cokiencias, Tomis La dificil sc de construir unidad nacional. La fuerza de las soberanias locales en la Primera Republica de la Nueva Granada. 1810-1815 Ana Catalina Reyes Cirdenast Introducci6n 6s mitos historiogrificos, construdos en el siglo xtx sobre el petiodo de transicién 1810-1816, han partido de la idea errénea de conside- sar que antes de la independencia frente a Espaiia el virreinato del Nuevo Reino de Granada era una unidad politica y territorial sélida que se resquebrajé debido a los errores y “envidias” de los criollos| durante ese lapso, calificado como la “patria boba”. Esta explicacién, ademas de simplista, compe uno de los elementos fundamentales para entender este period, a saber: la conexién entre el periodo tardio colonial, con sus complejidades y transformaciones, y la transicién hacia la modernidad, que se inauguré con la invencién de una nueva repiblica a partir de 1810, Bajo el epiteto de patria boba se esconde la realidad de lo que era clvirreinaio del Nuevo Reino de Granada antes de 1810 y la dificultad de los procesos que permitieron darle Forma al nuevo Estado republi- ano. El primer reto de la lite erioll en 1810 consisti6 en cohesionar la unidad politica y territorial de un mundo colonial estructurado en poderes locales, representados en ciudades, villas, parroquias y pue- blos, que emergieron como comunidades auténomas y soberanas en 1810. El vacio de poder y el derrumbe parcial de la monarquia, como consecuencia de la abdicacién del rey y de la invasi6n napolednica a Tas Somos Historia 210 Las élites debieron intentar construir naciones sin gue existieran nacionalismos previos ya partir de sociedades diferenciadas no s6lo socialmente sino también racial y étnicamente. la peninsula, permitieron la emer- ‘gencia de nuevas formas de poder politico. A partir del estableci- miento de las Juntas Auténomas de Gobierno en la diversas ciuda- des y villas de la Nueva Granada, las élteseriollas no solo debieron affontarlainconmensurable tarea de imaginar un nuevo Estado, de crear una nacién, sino también de ‘garantizar I unidad territorial. Sin embargo, al desaparecer la figura del rey la soberania se fragmenté cen miltiples poderes locales y se hicieron evidentes las tensiones entre estos poderes, el débil or- den provincial colonial y el orden nacional que apenas empezaba a construirse. En América Latina, el Es- tado precedié a la nacién, y la construccién de nacionalidad fue particularmente dificil, pues las élites criollas que lideraron el proyecto de independencia estaban inseritas en una cultura y unos valores espafioles de los cuales se sentian parte. Las élives debieron intentar construir nacio- nes sin que existieran nacionalismos previos y a partir de sociedades Asimist diferenciadas no sélo social sino también racial y tnicamente, Debie. periodo, pu ron intentar deponer sus prejuicios y valoraciones negativas frente a Con el Ane ‘mestizos, pardos, zambos,indigenas y afrodescendientes pata intentar Indios, los ¢ construir una comunidad moderna de ciudadanos. dl titulo de En la Nueva Granada, los numerosos conflictos entre ciudades bien permit y villas de una misma provincia —e incluso entre las mismas provin- también gen cias— fueron constantes yse han entendido como un enfrentamiento que en mucl entre dos proyectos divergentes de onganizacién del nuevo Estado, convirtieror uuno de corte federal y otro centralista; los primeros agtutinados en uunidad det r cl Congreso de las Provincias Unidas, y los segundos en el Congreso Lograr de Cundinamarca. Un acercamiento mis detenido a la época permite colonial. Ser distanciarnos de esta apreciaci6n y concluir que lo que estaba en jue- poblaciones .g0 era la defensa de un conjunto de soberanias locales, con diversos yeomar de u proyectos que aspiraban a conquistar libertad politica, ventajas econé- eee micas y reconocimientos, y que proclamaron autonomia no frente a havillaa lac tuna Espafia lena y debilitada por Napoleén sino, fundamentalmente, cual le dism frente al centro politico, Santafé, o frente a la ciudad capital que les meremrion limitara su accién politica una cétcel, A partir de 1810, mas que un grito de independencia fo que se y eclesistic. vivi6 fueron miltiples gritos de autonomia local. Las ciudades, ls villas e incluso las provincias definieron sus posiciones politicas y su adhesién al modelo centralsta o al federalista,o bien permanecieron ficles ala Corona, més que por principios politicos o ideol6gicos, por el bando que les garantizara sus autonomias y les permitira desarrollar sus propios proyectos ¢ intereses locales. portante de yestuvieran de cumplir largo y cost la significat Entre Detris de los numerosos conflictos internos que han llevado a mas adelan que se hable de patria bob, lo que subyacia era la fragmentaci6n del Bogotiy de Viereinato en multiples “patrias chicas”, que representaban el sentido patroquias: deidentidad, soberania yautonomia de las comunidades locales, al cual Diaz, Zipag ‘no estaban dispuestas a renunciar. La existencia de estas autonomias y soberanias locales se evidencia claramente en las acciones politicas que se sucedieron a partir de 1810. Entre 1810 y 1811 se crearon 21 Juntas de Gobierno auténomas que reclamaron ser las depositatias de Ia legitimidad y la autoridad del rey ausente. Las juntas se establecieron Chiquingui Barichara, $ y Matanza; provineia d y en la pros no slo en las ciudades capitales de las provincias sino también en Majagual ciudades y villas que se rebelaron contra latutela de la ciudad capital i y reclamaton el derecho a conformar sus propias Juntas de Gobier tas pan d no, Se instauraron juntas compuestas por los notables de las éltes locales en Cartagena, Pamplona, El Socorro, Santafé, Neiva, Santa Marta, Popayan, Quibdé, Santa Fe de Antioquia, Névita, Honda, Pore, Gisdn, Sogamoso, Timand, Purificacién, Mompox, Simiti, Villa de Leyva y Cali 1 Yaen Taglare Ja cone sociedades nte. Debi. vas frente a ara intentar re ciudades oas provin- entamiento vo Estado, itinados en 1 Congreso dea permite saba en jue on diversos ajas econd- no frente a entalmente, ital que les ialo que se iudades, las olitieas y su anecieron Sgicos, por vdesarrollar allevado a ntacién del ace sentido sales al cual autonomias| tes politcas| crearon 21 sositarias de atablecieron también en sdad capital dde Gobier Je las dlites, leva, Santa it, Honda, Simiti, Villa La dificil tarea de construr unidad nacional, La fuerza de las soberanias locales ‘Asimismo, el mapa del virreinato cambi6 notablemente en este periodo, pues se trastocaron las jerarquias terttoriales y politicas. Con el Animo de ganar el favor de parroquias, sitios y pueblos de indios, los dirigentes criollos de las distintas regiones concedieron dl tirulo de villas a numerosas localidades. Esta estrategia politica, i bien permitid consolidar el poder de las éltes de ciudades y de villas, también gener6 numerosos conflictos intraprovinciales y provincales, que en muchas ocasiones se resolvieron por medio de las armas y se convirtieron en un nuevo elemento que dificulté la busqueda de la uunidad del nuevo Estado. Logras el tialo de villa era una complicada maniobra en el mundo colonial. Ser villa era importante en la medida en que les permitia alas poblaciones tener sus propias autoridades, el cabildo, aplicarjusticia yy gozar de una relativa nutonomfa, Cuando una parroquia aspiraba a ‘este reconocimiento, generalmente debia sostener agrios pleitos con Ia villa a la que pertenecia y de la que buscaba desprenderse, con lo cual le disminuia poblacida y recursos. Asimismo, debia contar con un templo dotado con imagenes y objetos religiosos, asi como con una creel, tres cofradias y rentas para pagar los funcionarios civiles yeclesidsticos. Igualmente debia tener como vecinos tn niimero im- portante de blancos y criollos “nobles” que supieran leer y escribir y estuvieran en capacidad de ocupar los cargos del cabildo. Después de cumplir con estos requisitos, las parroquias debian enfrentar un largo y costoso proceso de intrigas ante el Consejo de Indias y pagar la significativa suma de diez mil pesos (as fue durante la Colonia). Entre 1810y 1813, siguiendo un proceso diferente, como se veri mis adelante, recibieron el titulo de villa los pueblos de indios de Bogota y de Tenza. Igualmente, fueron erigidas en villas las siguientes parroquias: del Estado de Cundinamarca: Guaduas, La Mesa de Juan Diaz, Zipaquira, Ubaté y Chocontés en Tanja: Tarmequé, Santa Rosa, Chiquinguira y Soatis en el corregimiento del Socorro: Puente Real, Barichara, San Laureano de Bucaramanga, San Carlos de Piedecuesta y Matanza; en la provincia de Mariquita: Ambalema y Chaparra;en la provincia de Neiva: Garzén (Nueva Timand), Yaguaré y Nepomuch, yen la provincia de Cartagena: Bl Carmen, Soledad, Barranquilla y Majagual Para explicar a dificultad que debieron enfrentar ls éltes crio- las para darle unidad y gobierno al territorio de la actual Colombia, y entender la dinimica de los conflictos locales y regionales desde una perspectiva distinta al enfrentamiento entre federaistas y centralistas, debemos empezar por conocer qué era el Nuevo Reino de Granada antes de 1810. Un virreinato joven y débil El virreinato del Nuevo Reino de Granada era en 1810 una unidad politica débil y poco cohesionada; su existencia se remontaba al aio de 1739 y, comparado con los tos de Nueva Espafia y de Peri, tenia poca trayectoria. Su establecimiento hizo parte de la politica de eficiencia y control de las colonias impulsadas por la monarquia borbénica. El desorden fiscal y politico de la Andiencia de Santafé, bastante lejana de Lima, la amenaza de piratas y la inminencia de una ‘nueva guerra europea, que expo- ‘nia alas colonias yen particular al puerto de Cartagena al ataque de los ingleses, hicieron que el Con- sejo de Indi de restablecer el virreinato, que tuvo una fugaz existencia entre 1719 y 1723. A Ia debilidad politica del viereinato en los albores del siglo xix deben agregarse los efectos aque para la configuracién tersito- tomara la decision, 1 Yaen 1719 se habia creado el viteinato del Nuevo Reino de Granada, en un intento de contol la presién eerida por Inglaterra en el Caribe El wrreinat, de core vida, Foe suprimido en 1723, cuando ls autoridades colonials legaron a 1a condlsién de que el tesosio era tan pobre que no aeanzaba a atosostenerse. Segunda parte 2 Toss Somos Historia 212 Fiohas regres, Ekin Usuga, 2006 “Teenica mixta, 39139 / 50386 on tial del reino implicé el proceso de recuperacién. demogrifica y el aumento masivo del mestizaje durante el siglo xvin, En la segunda mitad de este siglo los “libres de todos los colores” 0 castas* ‘término que incluia a mestizos, mulatos, pardos, zambos y miiltiples cruces, representaban mis del 40% de tafé, Estos habitantes libres, excluidos del espacio poblacidn de la Audiencia d colonial concebido en t minos de repuiblica de blancos en las ciudades, y de indios en pueblos y esguardos, se convittieron en un problema social para la Corona, De hecho, ran parte de os esfuer- +208 de los funcionatios reales se concentraron en ordenar y controlar esta poblacid discolay vot, cde manera que se sometieran al toque de eampana y’se convirticran en stibditos files al rey ya Dios. Al mismo tiempo, estos libres buscaban su lugar en una sociedad colonial que los excluia. Mu chos de ello, desprovistos de tierra, colonizaron nuevas zonas en los valles de los rios Magdalena, Cauca, Patia y San Jorge. Otros trabajaton como peones en las haciendas y formaron una capa de campesinos miserables. Otros huyeron del control de la Corona y se asentaron en los montes en “rochel vicio por las autoridades y la Iglesia. En un largo proceso, muchas veces los sitios fundados por cllos se transformaron en parzoquias, y después de calificadas como lugares de pecado y aiios y esfuerzos colectivos pidieron al Consejo de Indias que a su parroquia se le otorgata el honroso tieulo de villa La Corona percibié a los libres como una amenaza contra cl orden colonial. En las ciudades engrosaron el aiimero de vagos y mendigos y sees acus6 de introducir vicios y malos habitos en los pueblos de indios. Numerosas visitas y reordena- mientos de la poblacién, al igual que de sitios y parroquias, dan cuenta de los de la Corona por someterlos y controlatlos. La falta de tierras para ellos los hacia presionar sobre los resguardos indigenas, invadiendo o arrendando fundacién esfuuerzos las tiessas colectivas aun contra las prohibiciones de la Corona, Los pleites por tiesras con los in: di toda ra26n, la historiadora Marta Herrera defini6, €l siglo xv como el ocaso de los pueblos indios y el surgimiento de las parroquias). ‘nas aumentaron durante este periodo (con De igual manera, en el tltimo cuarto del siglo xvul se recrudecié la relacién colonial a través de las nuevas politicas de la Corona, mis conocidas como reformas borbinicas, Impuestos, monopolios sobre el tabaco y el aguardiente, confictos en los pueblos indigenas por el tributo, inconformi de los mestizos y rebeliones esclavas rompieron la paz colonial, y en consecuencia legaron afios catacterizados por revueltas, desérdenes, motines y rebeliones, no sélo en este reino sino en toda Hispancamética Tod: tencia de numerosos conflictos entre poblaciones cen los albores del siglo x1x, la exis ceraun indicador de los procesos de consteuccién y 2. ‘Téemnno uilizade por las autordades espaiolas para denominar a este ampli grupo. siglo xv. E durante el s antiguo ord parroquias, cen poblaci¢ civiles y ec Jonial yady les, ciudad su import: (1580-1641 ‘competent Lasur ron consol que cohes que hactan desintegra der comp, provincia la segund competia rroguias, aceptaran pues las 1 y no acey y eclesis Los re unidac Para ent el desme depende historiog Reino el result hablar ; na capa de delcontrol nontes en = pecado y un largo dados por despuésde Consejo de elhonroso ‘como una vs ciudades igos y eles tos en los reordena- fundacién sesfuerzos vlarlos. La ionar sobre urrendando ohibiciones con los i iodo (con vera defini6 bos indios sto del siglo através de + conocidas nonopolios| ietos en los vaformidad sompieron garon afios ses, motines no en toda xx, la exis: >oblaciones astruccién y 1a dificil trea de construir unidad nacional, La fuerza de las soberanias locales eorganizacién del teritorio, que se remontaban al siglo x1. El crecimiento demogrifico de ls castas durante el siglo xvnt transformé y recompuso ese antiguo ordenamiento, de modo que nuevos sitios, ppacroquias villas yciudades empezaron a competir ‘en poblacién, recursos y presencia de funcionarios civiles y eclesiésticos. Los nuevos asentamientos lucharon por mejorar su estatus en la jerarquia co- Jonialy adquirir mayor autonomia, mientras que,en. se mismo siglo, las antiguas fundaciones colonia- les, cudades prdsperas en los siglos xv" y xv1t, por su importancia durante un primer ciclo aurifero 580-1640), debieron enfrentar su decadencia yla competencia con nuevos centsos urbanos. Las unidades mayores, las provineias, no logra- ron consolidar una unidad terstoral, politica y fiscal que cohesionara las ciudades, villas y parroquias que hacian parte de ellas. Las provincias estaban desintegradas y, dentro de ellas, los centros de po- der competian entre si Las ciudades capitales de provincia en general habian heredado su rango del antiguo ordenamiento de a gobernacin; pero para Ja segunda mitad del siglo xvi, nuevas ciudades competian y rivalizaban con ella. La pujanza de esas nuevas ciudades y villas, e incluso de las pa- rroquias, hizo que varias capitales de provincia se aceptaran como tales con recelo y resentimiento, pues las nuevas poblaciones competian con ellas ¥y no aceptaban su supuesta preeminencia politica y eclesistca Los reinos huérfanos y la dificil unidad de la nueva repiblica Pata entender esos conflictos entre localidades y 1 desmoronamiento del proyecto patridtico ¢ in- dependentista durante la Primera Repiibliew, debe tenerse en cuenta que si bien tradicionalmente la historiografia sobre la independencia en el Nuevo Reino de Granada caracteriza este petiodo como, resultado de un proyecto federalista que fracas6, hablar de federalismo es poco apropiado, pues no. ‘existian provincias politica, territorial y administra- Las unidades mayores, las provincias, no lograron consolidar una unidad territorial, politica y fiscal que cohesionara las ciudades, villas y parroquias que hacian parte de ellas. tivamente cohesionadas. En los albores del siglo IK, en la Nueva Granada las provincias 0 “estados independientes”, como se les llamaria después, eran uunidades débiles, en las que coexistfan numerosos poderes locales y conflictos interns. Ademés, a diferencia de lo que ocurrié en Estados Unidos, en Hispanoamérica no existieron provincias con érganos de gobierno (cémaras provinciales) o consejos de provincia en los que las ciudades de una misma unidad politica pudic- tan representar sus necesidades ante el gobierno central (Chiaramonte, 2003: 100-104)..Los cabildos se comunicaban disectamente con la Audiencia, con el virrey y aun con el rey, sin mediaciones, en cocasiones desconociendo la autoridad del gober- nador, que aparecia a veces como un funcionasio autoritario y despético,o en otros casos como una figura débil e incapaz de enfrentar los conflictos con las autoridades de las ciudades y villas, en particular con corregidores, regidores y cabildos. Las dlites de las distintas localidades del vi- reinato reducfan su émbito de accién politica & su propio pais, que era su ciudad o villa se conforma- ban, la mayoria de las veces, con los privilegios y el manejo politico y de recursos econéimicos de su ‘propia localidad. Su accidn en estos aios se concent «en defender los privilegios de la ocalidad yen enfren- tarse con las élites de la ciudad o villa mas cercana, con la que competian, La construccién de proyectos « identidades que fueran mis alli de los limites de la comarca, que convocaran un sentido de regién 0 de naci6n, fue lentas para algunos autores, laidentidad Segunda parte 213 214 Todos Somos Historia én s6lo se constru y la representacién de na 1 partir de 1816, al fragor de los ejércitos y de la ‘guetta de independencia (Thibaud, 2003). Esta situaci6n Ia defini6 muy bien uno de los actores principales del periodo, Pedro Fermin Var- _gas:**Yo no llamo Patria el lugar de mi nacimiento, ni el departamento o Provincia a que pertenece”; en cambio, “el hijo de Cartagena, el del Socorro, el de Pamplona y tal vez el de Popayin, noha mirado como limites de su Patria los del Nuevo Reyno de Granada, sino que ha contraido sus miradas ala Provincia o acaso al lugar en que vio la luz” (Gutiérrez, 1810/2005: 101-123). En 1810, el sentimiento de nacién se reducia al eriollismo y a la defensa de los intereses politicos yy econémicos de las élites locales, que buscaban cestrategias de reactivacién econémica propias y el fortalecimiento de su poder politico. Las alianzas ‘con otras localidades se hacian en fancién de estas, cexpectativas, lo que, sin duda, ayudé a la atomi- zacin del viereinato. Como ya se anot6, a partir de 1810, y ante ef vacio de poder que produjo Ia ausencia de rey, la deslegitimacién del Consejo de Regencia y la expulsién de las autoridades coloniales; los cabildos, a través de la juntas de gobierno, asumicron la soberania en nombre del pueblo, reforzaron su poder y reclamaron una participacidn politica mas activa. Sin la autoridad del rey, del virrey ni de la Audiencia, el gobierno del virreinato quedé en manos de las éltes locales «que controlaron las juntas de gobierno, lo que sin duda contribuyé mas a la fragmentaci6n territorial y politica y a un periodo de confrontaciones civiles, y disputas por la soberanfa en el Nuevo Reino de Granada. En 1810, el virreinato operé como una confederacién de juntas de gobierno de ciudades y villas, Estas juntas asumieron no sélo el poder politico, sino también las funciones de jueces que antes desempeftaban las autoridades coloniales y los cabildos, lo cual les dio un enorme poder judicial, que les permitié someter a los vecinos ‘su poder y autoridad, Entraron a controlar no sblolitgios de tierras, sino ademas delitos de todo. orden, la moralidad y a vida privada. Esta situacién llevé, en muchos casos, a que utlizaran su poder como jueces de forma parcializada, Las primeras medidas Desde el 29 de julio de 1810, la Junta de Santafé, como primera tarea, y consciente del peligro que significaba para el virreinato la multiplicidad de soberanias en mis de veinte juntas de gobierno, invit6 a las demés provincias para nombrar dipu- tadosa un congreso que debia pronunciarse sobre Jos asuntos fundamentales que permitieran reor- ‘ganizar el reino, En la proclama, dejé expuestos los temores que albergaban las éltes santafere por la proliferacién de juntas que “amenazaban con la desmembracién y disolucién politica del cuerpo social” (“Proclama de la Junta de Santafé al Nuevo Reyno de Granada, Julio 29, 1810”, en: Gaceta de Caracas, 12 de octubre de 1810). Si el rey estaba preso, Espatia bajo el control de los franceses y se habjan removido las autoridades coloniales, el problema concreto que se planteaba cera si las juntas de gobierno de las ciudades y villas, que asumian la soberania en nombre del pucblo, permitirfan mantener el endeble armazén politico y territorial que le daba cohesi6n al reino; cs decis, ante la orfandad de la figura unificadora de la monarqquia catdlica, zera posible mantener las, jerarquias territoriales y Ia subordinacién entre la capital del reino y las provincias, y entre éstas y las ciudades y villa, finalmente, gera posible someter a las parroquias y pueblos de indios? En suiinvitaci6n a las otras provineias, si bien Santafé les reconocia libertad ¢ independencia, «lla se proponia como “centro comin de unién” ("Proclamia de la Junta de Santafé al Nuevo Reyno de Granada, 29 de julio de 1810”, en: Gace de Ca ‘acas, 12 de octubre de 1810), reclamaba su posicién jerirquica de capital del virteinato y el interés de conservar, desde el centro y capital virreinal, la unidad del reino. Sin embargo, ante la disoluciéa del orden colonial y la easuncién de la soberania Lo qu las p» ciudac era auto sujeci porlas dist cesta legititr poder se ¢ dicho. Las por las dis calidad de las ponia ¢ Santafé, D otras ciud derechos ‘como caf naci6n le por los s de resides vvirreinale depuesta Santafé e de las él 210)-Lo, vincias 1 el dered sujecion el peso g des y colonial las disti incomp! ‘cuerpo cuerpo a a situacién 1 su poder Lo que reclamaban las provincias, las ciudades y las villas era el derecho al autogobierno sin le Santa, cligro gue sujecién a la antigua licidad de capital. gobierno, brar dip ase sobre eran teor- expuestos ntafereias renaraban olitea del de Santafé porlas distintas ciudades y villas, esta legtimidad como centro de poder se encontraba en entre- dicho. Las soberanias asumidas por las distintas ciudades en su calidad de “pueblos del reino” 1810", en: las poaia en pie de igualdad con 810). Si el Santafé, De hecho, as juntas de rol de los otras ciudades cuestionaban los utoridades derechos aducidos por Santaté ‘como capital, pues esta desig- sido otorgada planteaba ciudades y acién le habi ombre dl por los soberanos como lugar e armazén de residencia de las autoridades imal reino; virreinales y, habiendo sido éstas mificadorn depuestas, el privilegio cesaba. Santafé era,a juicio de miembros de las élites de otras provincias, ‘una ciudad mas (Corrales, 1884: 210). Lo que reclamaban las pro- vincias, las ciudades y las villas era 1 derecho al autogobierno sin antenerlas Sn entre la éstas y las dlesometer “as, si bien vendencia, sujecin a la antigua capital. Por de unin” cl peso que ruvieron las localida- evo Reyno des y los cabildos en la tradicién ‘acta de Cor colonial, a las élites eriollas de suposiciéa las distintas localidades les era interés de incomprensible, sin la figura del rey, concebir el reino como un cuerpo politico tinico. La idea de cuczpo politico tinico s6lo hacia ‘ereinal, la disolucién « soberani Ladificiltarea de construit unidad nacional. La fuerza de las soberanis locales referencia a la pertenencia a la monarquia espafiola; de modo que, tuna vez desapatecida la representacién del rey como padre con poder para someter y cohesiona a sus stibltos, la naci6n estaba huérfana yala deriva, La convocatoria de Santafé ayudé a recrudecet la desconfianza y aviv las tradicionales rivalidades entre las éltes santaferedias y las {de otras provincias, Santafé, ademas, en su comunicacién les propuso alas provincias desconocer el Consejo de Regencia, sin que hubiera acuerdos previos frente a esta materia —y ‘pues la Provincia de Cartagena se habia negado a desconocer el Con- sejo— La Junta de Cartagena recibi6 con escepticismo esta invitacién, Su desconfianza frente a los miembros de la Junta de Santafé era cevidente, por las rencillas que habian mantenido en torno a intereses, comerciales y a la sede del consulado (McFarlane: 1971-1972), Por el contrario, el 5 de agosto de 1810, Ia villa de Mompox, que hacia parte de la Provincia de Cartagena, reasumié la soberania en nombre del pueblo, cred su propia junta, declaré su independencia frente a Espatia, desconocis el Consejo de Regenciay, al tiempo que criticaba Ja debilidad de Ia junta cartagenera, en un acto de desafio hacia la capital de la provincia, reconocia la autoridad sobre ella de la Junta Provisional de Santafé. A partir de este momento, las relaciones entre Cartagena y Santafé se deterioraron notablemente. ste era un tema espinoso, En septiembre de 1810, la Junta de Cartagena respondié la invitacién de Santafé con un manifiesto en el que hacia explicito su reconocimiento al Consejo de Regencia y pedia a las demés provin- cias que la decisién en cuanto a este delicado asunto sélo se tomara cuando el Congreso se reuniera. También solicitaba que, en lugar de tun diputado por cada una de las provincias, se eligieran diputados ‘por cada 50,000 habitantes (Corrales, 1884), y finalmente proponia la realizacién del Congreso, no en Santafé, sino en la villa de Medellin Para José Manuel Restrepo, la disputa entre Cartagena y Santafé: [Tajo] muchos mates ala Nueva Granada; impidié la formaciin de un ‘gobierno general en los primeros dias de larevolucdn;l cual se hubiera ‘establecido si Cartagena enva sus diputados: lifundi lsideas liber les que todavia no estaban extendidas, y que produjeron la division y la snarquias en fin, ech los fundamentos de lavaldad entre Cartagena y Santafé validad que fue origen Fanesto de dscordia (Restrepo, 1821: 206-207, Esta pugna entre las élites locales de los dos centros urbanos mis poderosos del virreinato ha sido interpretada por la historiogra- fia colombiana como el punto de ruptura de una supuesta cohesion preexistente durante el periodo colonial, debido a una lucha entre centralistas y federalistas. Pero esta interpretacién desconoce el he- ‘cho de que realmente los acontecimientos que sucedicron en estos ‘Segunda parte 215 “Todos Somos Historia primeros aiios se inscribieron en la logica de una representacion politica propia del antiguo régimen, cen a que los pueblos (ciudades, villas y posteriores, provineias) se asumieron como soberanos ¥, por tanto, auténomos. La pregunta adecuada es, mis bien, si los conflictos surgidos a partir de 1810 ‘no fueron una continuidad del antiguo régimen, cen que las ciudades y villas se enfrentaban por fueros y privilegios. Estas pugnas, ademas, ponian cn evidencia Ia dificultad de concebir el nuevo proyecto de un Estado republicano a parti de la multplicidad de soberanias poltias y territories en conflicto, La invencion del Estado de Cundinamarca (Otx0 hecho generador de miltiplesescollos y des- confianzas entre las éltes locales en el virreinato fue la intencién expansionista y centralizadora de las dlites de Santafé. Sus intentos de anexarse algunas poblaciones y de recomponer el mapa del Virreinato aumentaron los recelos de las otras pro- vincias, que las vieron como una potencial amenaza para su autonomia y sus propios proyectos. Santafé, en su calidad de ciudad capital del virreinato, con el dnimo de extenderse territo- rialmente y transformarse en provincia, inicié un proceso de incorporacién de nuevas poblaciones bajo su control para constituir el nuevo Estado de Cundinamarca. El primer paso fue tomar, en septiembre de 1810, la arriesgada decisién de erigir cn villas a diez parroquias, hecho que les creaba ri- validades con otras y trastocaba el orden jerirquico territorial colonial. Convertir de un solo plumazo parroquias y pueblos de indios en villas era de por sf impensable en el orden colonial, si tenemos en cuenta, como se explicd, que este proceso tomaba largos aos, exigia cumplir con unos requisitos, implicaba pagar a la Corona y por lo general se acompaiiaba de largos pleitos. A esta decisién se sumaba el hecho, atin mas grave, de que algunas de parroquias no estaban bajo la jurisdiccibn de esta Santafé, sino que pertenecian al corregimiento de ‘Tanja, lo que propicié graves conflictos, incluso armados, entre 1810 y 1816. Este precedente alenté a parroquias y villas de distintas partes del virreinato, ansiosas de mejorar su estatus y tener mayor autonomia frente a las ciudades de las que dependian, a solicitar que las anexaran al Estado de Cundinamarca y ponerse bajo la tutela de la Junta Suprema de Gobierno de Santafé. Y esta junta, para conseguir adeptos su proyecto de Estado centralista y ampliar su jurisdiccién, no tuvo problemas en otorgar el titulo de villa @ las parroquias, suprimiendo los requisitos exigidos por el régimen colonial para otorgatlo, en particular, el pago a la Corona de diez. mil pesos en oro. Esta estrategia de otorgar titulos de villas alas parroquias a cambio de apoyo politico se convertira en algo comiin a todas las juntas de gobierno del virreinato, lo cual agudiz6 las sivalidades ylos conflictos entre las poblaciones, de las provincias ‘También contribuyé a la divisién y polari zacién el hecho de que, a mediados de 1811, el presidente del nuevo Estado de Cundinamarca, el ctiollo ilustrado Jorge Tadeo Lozano, lanzara la propuesta de una nueva onganizacion territorial del virreinato, que rompia el ordenamiento colonial; esto generd fuertes resistencias en las provincias, «que no se vefan bien dibujadas en este nuevo mapa, ‘Mientras las provincias, aun las més pobres y débi les, ntentaban cada una consolidarse como centro de poder auténomo, las autoridades de Santafé insistian en conservar una estructura mis cohe- sionada, que garantizara,segtin ellos, a unidad del reino. La propuesta de Lozano partia de reconocer «que era necesario, para que la federacién no fuera ilusoria, ue los estados que la compusieran fueran independientes y tuvieran los medios de subsistir cn todos sus ramos. En consecuencia, proponia que la confederacién se dividiera en cuatro de- partamentos, a saber: Quito, Popayén, Calamasi (© Cartagena) y Cundinamarca; el primero debia componerse de todas las provincias que existan al sur del tio Provincia de Popayt provincia: de Panam, Santaté, I Riohacha, Politico de zano prop uno de lo dos rion “objeto de de recibir 16 de sep Not y Venezu gabaa An integrand quitaba j como Sar do: ereab que exter Esta para lan gobierno no tenia rnecia ah explicita juntas de elConge ia dee wlepenc Por des Cundina Santa M Mactin) Demod generar 216 riento de » incluso rvillas de mejorar ate a las eque las ponerse 3obierno adeptos npliar su torgar el endo los nial para orona de > otorgar de apoyo todas las covincia, svomapa. esy débi- a0 centro, = Santafé vis cohe- niklad del econocer ‘no fuera an fueran » subsistir proponia uatro de- Calamari ero debia existian al La diffi taea de construir unidad nacional. La fuerza de las soberanias locales sur del sio Carchi y que antes formaban la antigua Provincia de Quito; el segundo, de la gobernacién de Popayin y Provincia del Chocé; el tercero, de as, provincias de Cartagena y Antioguia y del Istmo de Panamé; el cuarto, de las provincias de Neiva, Santafé, Tunja, Socorro, Pamplona, Santa Marta, Riohacha, Llanos de Casanare y San Martin (Diario Paltco de Santafe, 16 de septiembre de 1810). Lo- zano proponia como condicién esencial que cada tuno de los nuevos departamentos tuviera “uno 0 dos rios navegables para el comercio interno, algu- sa costa y puertos de mar para el externo, con el objeto de que jamis se viese en la triste necesidad de recibie la ley de otro” (Diario Politico de Santa, 16 de septiembre de 1810) Notese emo este proyecto integraba a Quito y Venezuela, reconocia el poder de Popayin y casti- {gabaa Antioquia, al desaparecerla como provincia, integrindola a Cartagena, mientras que a ésta le ‘quitaba jurisdiccién sobre provincias cercanas ‘como Santa Marta y Riohacha. Y lo mis complica do: ereaba un inmenso Estado de Cundinamarca, ‘que extendia su jurisdiccién por todo el vireinato, Esta propuesta de conformacién territorial para la nueva nacién no se acept6; las juntas de gobierno contestaron al presidente Lozano que ‘no tenfan autoridad para hacer wna variacién tan sustancial en el sistema adoptado, la que perte- necia a los pueblos”. Como vemos, de nuevo se explicita Ia soberania de los pueblos, entendidos como ciudades o provincias representadas en sus juntas de gobierno, Otras pidieron que se Formara el Congreso, tinica autoridad a la cual le correspon- derfa decidir cudles provincias debian ser estados independientes y cules podian agregarse a otras. Por lo demi, ls provineias que Lozano recla- m6 como partes integrantes de la provincia lezal de Cundinamarca (Neiva, Socorro, Tunja, Pamplona, Santa Marta, Riohacha, Llanos de Casanare y San Martin) rechazaron rotundamente esta anexién. ‘Demodo que esta propuesta lo tinico que hizo fue generar mis desuni6n y recelo frente a la capital virteinal, Las élites locales reforzaron la defensa de sus poderes y la soberania que alegaban tener, al tiempo que las gentes sefalaron como ambicioso yy despético al gobierno de Santafé. Al decir de José Manuel Restrepo, “este fue el inicio de los partidos provincialstas y capitalistas 0 centralistas y federaistas” (1827, 251-253), La posicién del recién creado Estado de Cun- dinamarca sélo contribuyé a rear mis inestabili- dad politica, pues en ese momento muchas de las provincias enfrentaban problemas internos graves, de desmembracién de pueblos, parroquias, villas y ciudades,y atin estaban en el proceso de conformar juntas provinciales y colegios electoral. La debilidad de las provincias: conflictos y guerras internas ‘Nuevos y viejos conflictos en las provincias salie- on a flote con intensidad a partir de 1810. Muchas de estas tivalidades se convirtieron en verdaderos enfrentamientos civiles y armados entre villas y ciudades. Bjemplo de éstos son los que se dieron cn la provincia de Cartagena, que se enfrenté con la villa de Mompox y las poblaciones de Toli, San Benito Abad y Sincelejo; Tunja se enfrenté a Sogamoso, Villa de Leiva, Chiquinquiré y Muzo. En Santander, San Gil y Vélez se unieron contra Socorro, y Girén se enfrents a Pamplona. Las parroquias de Piedecuesta y Bucaramanga se opusieron a la vieja ciudad de Girén, Neiva se cenfrenté a Garz6n ya la Villa de Purificacién; San Martin y San Juan de los Llanos se enfrentaron a Santafé; finalmente, Novita y Ci contra Quibd6. En Antioquia, con menor intensi- dad, se dieron enfrentamientos entre la ciudad de Antioquia, eapital de la provincia, con Rionegro, Medellin y Marinilla. La parroquia de Nare y la antigua ciudad de Zaragoza se rebelaron contra la Junta Provincial. José Manuel Restrepo resumié los conflictos de la siguiente manera: [La anarquia lceraba las provincias haciendo rip dos progresos. No hubo cudad rival con su eabe cer, o.que uvies algunas razones para figuras, que ‘Segunda parte 217 218 Tados Samos Hittoria no pretenders hacerse independiente y soberana ‘para constitu la unin federativa 0 para agsegasse 2 ota provincia. La de Tunia fue despedazada por facciones, de ls evales unas qurian junta en su ca- pital, otras unise a Santa, y otras como Sogamoso, ceigise en provincia. Con la misma pretensin se separd Mompox de Cartagena y Jin de Pamplo na, estableciendo su Junta, a cujo frente puso al eclesiistico doctor Eloy Valenzuela, bajo el stalo ‘modesto de capellin: Amalema no quiso depender cde Mariquita, Névita del Citar; y otros lugares de sus tespectivas provincas. Donde quieea que hubo tun demagogo o arstérata ambicioso, que deseaba figura, se vieron aparecer juntas independents y soberanas aun en ciudadesy parroquias miserables ‘como las de Nate, ls que pretendian elevarse all rango de provineias, Podia temerejustamente que la disolucién social Megara hasta las familias. Se ‘nccesitaban actos vigorosos de parte de las juntas provincals para contener los progresos del mal, ‘no tardaron en ejecutatlos (1827: 208-208). Una de las provincias que enfrent6 numerosos conflictos internos que llevaron a enfrentamientos armados fue Cartagena. El intento de sus élites, pot monopolizar decisiones politicas hizo que ‘otras localidades de la provincia, que mantenian ‘ivalidades con ella, aprovecharan la coyuntura de 1810 para reclamar su soberania y autonomia e independizarse de su tutela, iste fue el caso de la importante y prospera villa comercial de Mompox, €l puerto mis importante sobre el rio Magdalena, que debia su riqueza a la habilidad para combinar 1a actividad comercial con el atractivo y lucrativo negocio del contrabando. Ademés de varios titalos nobiliarios, ya desde fines del siglo xvin existia en Mompox una élite influenciada por las ideas de {a Tlustracién. Junto a los hermanos Gutiérrez de Pifieres, en particular Vicente Celedonio, que vivia alli, Mompox contaba con una élite de criollos que conformaban un grupo de radicales seguidores de los postulados de la Revolucién Francesa. De este grupo también hacian parte Germén Pan- taledn Rib6n, rico comerciante, y el clérigo Juan Fernindez. de Sotomayor, hombres claves en los acontecimientos revolucionarios de la provincia de Cartagena EL de agosto de 1810, la Junta de Gobierno ela villa de Mompox siguié las instrucciones dela Junta Suprema de Santafé y desconocié el Consejo dde Regencia de Espafia, que Cartagena habia reco. nocido. Y, desafiando a Cartagena, envi diputados al Congreso propuesto por la capital del virrcinato, Esta confrontacién era el resultado de la tivalidad mantenida por las dos ciudades durante tun largo tiempo y se convertia en el primer frac- cionamiento de la endeble unidad provincial de Cartagena, Como muchos de los confictos que afloraron en la independencia, éste ten‘a su origen en las antiguas relaciones coloniales establecidas centre ambos centros urbanos; Mompox aceptaba de mala gana el sistema de privilegios del que go- zaba Cartagena como plaza fuerte, y ya en 1774 habia logrado independizarse legalmente de Carta- sgena, pues la Corona acept6 que se erigiera como. corregimiento independiente, aunque su duracién ‘como tal hubiera sido efimera, Su poblacién habia crecido de manera vertiginosa, al pasar de tres mil uinientos habitantes, en 1778, a dieciséis mil en 1810 (Pals Borda, 1980: 168). Igual que para todas las ciudades y provincias del virreinato, Carta- ‘gena resultaba una pesada carga para Mompox, ‘que era la que debia aportar mas situados para el sostenimiento de esa ciudad. En 1809 seguia con- ‘tribuyendo a Cartagena con la suma de quinientos ‘il pesos anuales, mucho més de lo que para ese ‘momento se recaudaba entre todas las provincias, del centro del pais (Helg, 2004: 38). E18 de octubre de 1810, Mompox ratifies, por ‘medio de votacién en el cabildo, la independencia frente a Espafiay su separacién de la jurisdiccién de Cartagena, y al tiempo se elevaba, ella misma, al estatuto de “nueva Provincia de Mompox”. Tal pretensidn exacerbs los dnimos de los miembros de la Junta de Cartagena, quienes consideraron “ilegales” las decisiones de Mompox, a la que se referian en términos despectivos, invalidando su pretensién de ser reconocida como provincia; Ia caracterizaban como “reducida, estéril einfecunda isla o anegadizo, carece de territorio y de la pobla- los partid gué,no la sélo por Loba, ins Restrepo, Ene Mompox bien arm llones de de Pantal dos, losb de Reger interes y fueron ¢ Tos fugiti fols. 563 Junta Pr dentro d destruia Rebel de Cz La pros te los! desafia yas sib de Cast nando enlas te Gobierno cciones dela Sel Consejo habia reco. ‘id diputados clvirreinata, altado de la ades durante primer frac- vrovineial de rnflctos que nia su origen establecidas >ox aceptaba s del que go- yyaen 1774 ante de Carta rigiera como esuduracién blacién habia ar de tres mil sciséis mil en ue para todas inato, Carta- ra Mompox, uados para el 9 seguin con- de quinientos aque para ese as provincias ve ratificd, pot adependencia 2 jusisdicei6n a, ella misma, fompox”. Tal los miembros consideraron vx, a la que se avalidando su » provincia; a cileinfecunda y de la pobla- La dificil tarea de construir unidad nacional. La fuerza de las soberanias locales cin correspondiente para ser provincia”. Resaltaban, ademés, c6mo Jos partidos mas prdsperos de Mompox, como Majagual o Magan- _goé, no la habian querido apoyar en sus absurdas pretensiones, y que sélo por la fuerza de la seduccién habia logrado el apoyo del sitio de ‘Lobs, insignificante por su “poca poblacién y miseria” (AGN, Archivo Resrepo . 4, fols. 463-468). En enero de 1811, la Junta de Cartagena declaré la guerra contra ‘Mompox y envié a Antonio José de Ayos con cuatrocientos veteranos; bien armados del Regimiento Fijo a enfrentar los recién creados bata- tlones de blancos y pardos de Mompox, que estaban bajo la direccién de Pantale6n Ribén. Bajo el lema “Dios e Independencia” y mal arma- 4os, los batallones momposinos resisticron inicialmente el ataque, pero después de tres dias fueron derrotados. Ayos nombr6 nuevas autori- dades, entre las cuales habia varios espafioles defensores del Consejo de Regencia. Algunos lideres, como Vicente Celedonio Gutiérrez de Pifieres y German Pantaledn Ribén, huyeron a otras provincias; otros, fueron capturados y encarcelados en Cartagena. Las propiedades de los fugitivos y presos fueron confiscadas (AGN, Archio Restepa,t. 4, fols. 563-574). Don Antonio de Narviez y La Torre, miembro de la Junta Provincial de Cartagena, informé al Consejo de Regencia sobre ‘este confficto en un relato que deja ver cémo las contiendas internas dentro de las provincias no s6lo alimentaban los localismos, sino que destruian las economias y cobraban vidas humanas: Ahora ambas poblaciones, ln ciudad de Cartagena y a vill de Mompox cstin empefadas en ss ruina porlos resentimientos parculares de ambas Junta y de algunos individuos que haa hecho esta querelatrascenden: ‘al, los unos por los prinipios de superioridad y os otros por hacerse independientes de esta ciudad, Ambos se han abandonado a la fuerza riente del ada. Desde :producto- 10 trataron, ciones con de unir las rarse de la Disolucién del corregimiento de Socorro y conflictos en Pamplona Desde el momento en que conformé su Junta de Gobierno, e110 de julio de 1810, el corregimiento de Socorro enfrent6 el reto de mantener unidas a Linterés era todas las ciudades, villas y parroquias de su jurisdic comercial cin, Bn su acta constitucional del 13 de agosto de de Céicuta 1810, la Junta de Socorro proclamé en nombre del Maracaibo, pueblo la division de poderes: el legislativo residiria incia e im- en la junta; el ejecutivo en los alcaldes ordinarios vacia tener yen los cabildos, y el judicial en estos iltimos, en ivas sobre ‘quienes se concentrarian las causas menores. La ovechar las junta debia nombrar un tribunal para las causas fiscal que mayores. Asimismo, se desconocia el Consejo de aCorona, Regencia por suilegtimidad (Quintero y Martinez, eto y plara 2008: 304-310). ‘ormacion Para constituir la junta como poder legislativo, Herne de con importantes tareas como onganizar el nuevo ode 1810, gobierno de la provincia, promulgar una nueva >s pujantes constitucién y definir las relaciones con Espatia, sisdicciéa, con la capital del virreinato y con las demas pro- o be del vincias, era necesario incorporar a ésta miembros pendencia, de las juntas de otras ciudades y villas, pues como. fu r y Pp ¢ reacia capital del corregimiento, esta junta debia asumir Jena s la representacién de la totalidad de la provincia, ane para evitar su fragmentacién en una multiplicidad pieielid de soberanias. La propuesta era entonces que los cia y a las cabildos de San Gil y Vélez enviaran sus diputidos voloniales. para conformar la Junta Suprema de Gobierno 1, autoriza- Provincial como organo legslativo que mantuviera Domingo la unidad e hiciera posible el nuevo proyecto pol: caibo, para tico, Pero los notables de San Gily Vélee sinticron Cortes de que Socorro vulneraba su autonomia y soberania 2 Capitania como pueblos del reino; rivalidades, antiguos 1a dificil trea de construir unided nacional, La fuerza de las soberanias locales enirentamientos y desconfianza frente a Socorro hicieron que esta convocatoria fracasara Con el animo de evitar adhesiones de parro- «quias de su jurisdicci6n ala Junta de Cundinamarca, y también como estrategia para fortalecerse, la provincia de Socorro les prometié concederles el titulo de villas a las parroquias de Barichara (que adelantaba solicitudes y pleitos con San Gil para Jogear este titulo) y Moniquira, que estaban bajo la jurisdiccién de San Gil y Vélez, respectivamente, si se ponian bajo su jurisdiccién, Con este hecho, se tornaron atin més dificiles las relaciones de San. Gil y Vélez con la capital de la provincia, la villa de Socorro. A finales de 1811, la convocatoria para insta- lar un Colegio Electoral Provincial recrudeci6 los enfrentamientos politicos entre Socorro, San Gill y Vélez. Fl presidente de la Junta de Gobierno de Socorro, José Lorenzo Plata, quiso desconocer a los representantes de San Gily Vélez, alegando que los habian elegido de manera fraudulenta. Entonces San Gil declaré su independencia y recibié el apoyo de la parroquia de Charalé, perteneciente a Socorro, En medio de mutuas acusaciones y recti- minaciones,y ante la falta de acuerdos, el conflicto involuet6 a los vecinos de Socorro y San Gil en tun enfrentamiento armado, Como parte de las hostilidades, os habitantes de San Gil, segtin una ‘erénica periodistica, atacaron por las armas a los habitantes de las parroquias de Pinchote y el Valle, “ejecutando en la primera la violacién del templo y el asesinato de un nilio y un anciano” (Gaceta Extraordinaria de Cundinamarca, sim, 25, Santafé de Bogota, 18 de enero de 1812); por su parte, los vecinos de la parroquia de Charaléatacaron a {os soldados de una patrulla armada (enviada por Socorro para defender sus partoquias), mientras tomaban desnudos un batio en el rio. San Gil, con el énimo de buscar respaldo politico y apoyo militar, se puso bajo la proteccién. de la Junta de Gobierno de Cundinamarca el 7 de diciembre 1811. En la justificacion de su decisin, los miembros del eabildo precisaron que habian Segunda parte 223 ———— Tos Somos Historia 224 sido humillados y maltratados por los miembros de la Junta de Gobierno del Socorro, quienes ademas habian “intentado asesinaslos en repetidas ocasiones”. Después de consultar “el bien de sus ciudadanos”, y seguros de que esto pondeia fin al estado de “anarquia” que reinaba, los miembros del cabildo tuvieron “a bien solicitar su unién con la Provincia de Cundinamarca como parte integrante de ella, jurar la Constitucién adoptada y sancionada por ella y en una palabra, reputarse como verda- deros cundinamarqueses” (Gaceia Extraordinaria de Cundinamarca, nism. 21, Santafé de Bogota, 4 de enero de 1812). El cabildo de San Gil aprovech6 su adhesi6n ‘a Cundinamarca para negociar un pacto de unién ‘que tenia explictas exigencias que le garantizaban cierto reconocimiento politico y el respeto de privilegios locales. Exigié el nombramiento de tun “subpresidente hijo de dicho eant6n”,? cuyo ‘cargo debia durar dos afios, y el mantenimiento de un estanco de aguardiente en dicha villa (Gaceta Extraordinaria de Cundinamarca, asim. 21, Santaté de Bogoti, 4 de enero de 1812). Esta tiltima soli- citud la justifieaba en la medida en que el estanco de aguardiente era el ramo mis productivo y el tinico que podia garantizar los “gastos piblicos”, Exigié ademis que la aleabala no aumentara, que permaneciera en el mismo dos por ciento, y que l Estado de Cundinamarca se comprometiera a defender la villa de San Gil de sus enemigos. San Gil, jgualmente, debia conservar la libertad para “ descubrir minas beneficiar salinas en su terttorio, abrir caminos y cualquier otro proyecto para la felicidad de dicho Cantén”, A principios de 1812, la ciudad de Vélez tam- bién elev6 una solicitud de proteccidn y adhesién a Ia Junta de Gobierno del Estado de Cundinamarca Los habitantes de Vélez denunciaron emo Soco- rro os habia forzado a involucrarse en una pugna y acusaron a esta provincia de realizar reclutamientos forzosos, sobornos econémicos y saqueos (ligicas de guerra y confrontacion que se fueron imponien- do), La Junta de Santafé, aunque veia con buenos ‘ojos estas adhesiones que fortalecian al Estado de Cundinamarca, era consciente de que éstas produ- cirian rechazo entre los enemigos de su proyecto centralizador y unitario, Especialmente temia las acusaciones dela Junta de Gobierno de Cartagena, que desde el periéico E/ Argos Americano atacaba las actuaciones de Cundinamarca y de don Antonio Narifio. Los articulos de prensa muestran cémo la construccién de legitimidad politica pas6 rapi mente del campo de la Ia guerra; las armas y bayonetas aparecieron como, tun recurso para resolver los contfiictos. Antonio Narifio expresé su preocupacién frente a la ads- cripeién de San Gil: confrontacién de ideas a Laaadmisién del Cabildo de San Gil y sos pucblos vaaserel objeto dela mordacidad de los enemigos de Santafé, Unos con tono injuriadorgritarin que aque trano imprudente que subyuga y esclivies Cundinamarca se ha quitado ya la miseara, y pprocura llevar adelante sus miras ambiciosas por ‘medios ta ilegtimos y violentos [..]. Otros de clamarin que ya a San Gil se le legs su turno de sumergirse en el abismo de la unin santafereia, «que se ha subrogado al proyecto del centralismo Yy que es idéaticamente el sistema continental {que Bonaparte propuso desde el ao 99 (Gate Exaraorinaria de Cundinamara, isn. 21, Santa de Bogoti, 14 de enero de 1812) Mas adelante, el periddico seftalaba que otras provincias podian ver en esta admisién de San Gil slo una estrategia de Cundinamarea para tender “el lazo a la bella Provincia del Socorro, cuyo gobierno tratara inmediatamente de castigat 1 Estado alos Tasurgentes de San Gil y entonces de Cundinamarca a pretexto de los derechos de 3 Bsa primer ver que aparece la denominaciéa de cantén, omada de la organizacin esta francesa y equivlente at ‘municipio espaol Sino, Gi (Grabado en tun pueblc aquellos (Gaceta 1 14 de ene Soco se refugin deValer« Socorro s Riachuele Chucuri, tine Gar Con con elen punto fi enero de Saleedo, mandad las tropa capi djgues | Anu impuse ¢ ~*~ La df trea de constrir nidad nacional La fuerza dea soberanias leaes Segunda parte daron bajo la jusisdiecién de Cun- ddinamarca, Para Socorro fue nom: brado el coronel Joaquin Ricaurte 1a pugna,y lutamientos £08 (6gicas ximponien. con buenos stad de tas produ. y Tortijos, y este corregimiento fue dividido en los cantones de Socorro, San Gil y Vélez. Pero en julio de 1812, Socorro se sublev6 y seindependia6 de Cundinamarca, ‘tras vencer militarmente en la ba- talla de Paloblanco a José Miguel Pey, jefe de las fuerzas cundina su proyecto te temia las Cartagena, “ano atacaba on Antonio smarquesas, Como nuevo goberna- dor, designaron Custodio Garcia Rovira. Desde julio de 1812, las provincias de Pamplona y Socorro hicieron parte de la Confederacién can c6mo la 86 ripida 1 de ideas a ieron como Sitio, Gladys Elena Betrén, 1988, Fao enreer, 2150/5070 cn de Provincias Unidas de la Nueva 1998: 2s. Antonio Granada (Martinez Garic 55-64), te ala ads. un pueblo que ya corre por suyo, hari llevar el fuego y el hiero a ‘los conlabayonctay eleaaén” Los pueblos menores (Gaeta Extreorinaria de Candinanars wm. 21, Santa de Bogor, 14 de enero de 1812) sus pueblos los enemigos aquellos paises, ytratari de cong rtarin que reclaman su soberania, hte Socorro, efectivamente, situé -a San Gil, depuso alos, la se refugiaron en la poblacién de Cepitd, y junto con los de la ciudad daban entre ciudades y villas se dbiciosas por J. Oreos de- 5 su rurno de alealdes yal eabildo y tomé control de la villa. Las antiguas autoridades Los enfrentamientos que se saneaferea, de Vélez enviaron sus representantes a Cundinamarca. Mientras tanto, —reproducian entre los niveles in- | centralise » continened Socorto suftié el desmembramiento de las parroquias de Ocamonte, _feriores de a jerarquia territorial 10 99 (Gace 21, Santaté Riachuelo, Cincelada, Valle de San José, Mogotes y San Vicente de La documentacién de este perio- CChucut, que pdieron en protesta su anesiGn a Cundinamarca (Mar- do muestra de forma fehaciente tinez Garnica, 1998). cémo las parroquias actuaron sa que otras como verdaderas comunidades Como lo habia predicho el editor de la Gaceta de Cundinamarca, ion de San con el envio de sus tropas la Junta Suprema de Cundinamarca puso Politieasy, en su condicién, en narea para punto final ala disputa en el antiguo corregimiento de Socorro. En Osiones exigieron ser sujetos de €l Socore, enero de 1812, una avanzada, bajo las Grdenes del capitin Ignacio “Presentacion politica y eercer dees Te Pikin Temsci0 4 propia soberania. Fundamen- gar Salcedo, y un batallén de caballeria, que salié posteriormente co- sel Estado z a tadas en el principio de reasun lado por Joaquin Ricaurte y Atanasio Girardot, derrotaron a ci6n de a soberana po el pueblo, exechos de as topas de Socorro en el sitio de Monte del Moro, Socorro firmd Galian pare sitio cle Monte del Moto, Socorro fi reclamaron su derecho a elegir a capitulaciones y acepté su anexidn al E driguez Plata, 1963: 178). tado de Cundinamarca (Ro- (Ro- Gué junta querian pertenccer. La decisin para tomar partide por Antonio Narifio, como presidente de la Junta de Cundinamarca, una u otra junta se de suivante a srmin6, n0 impuso gobernadores en cada una de las antiguas provincias que que- tanto las posiciones ideoldgicas, 225 226 Todos Somes Historia. sino, como en el caso de ciudades y villas, por la bisqueda de garantas ¥ privilegios o la preservacién o el mejoramiento del estatus. Un nuevo factor de conflicts fue que algunas parroquias pro- ‘movidas a villas por las juntas de gobierno, sobre todo las promovi- das en 1810 por la Junta de Santafé, para sostener su nuevo rango, y creyéndose poseedoras de autoridad y poder, intentaron a su vez ‘someter bajo su jurisdiccién a pueblos de indios y a otras parroquias yy viceparroquias. Para justificar su independencia respecto a una pparroquia o villa y para manifestar su voluntad de agregarse a otta, se entremezclaban, por un lado, argumentos que se apoyaban en cl ordenamiento propio del antiguo ségimen, y por otro, justificaciones ‘que apelaban al nuevo ideal republicano. En 1810, las provincias de Mariquita y Neiva formaron sus juntas y depusieron a las antiguas autoridades coloniales. Entonces, como ‘ocurrié en otras regiones, algunas villas y parroquias pertenecientes a sus jursdicciones procedieron a separase dela ciudad capital ya soici- tar su anexién a Cundinamarca, En julio de 1811, las villas de Timana 1 Purificacién, que pertenecian a la provincia de Neiva y mantuvieron rivalidades constantes con la villa de Neiva, cabeza de gobernacién, decidieron agregarse a Cundinamarca. Los habitantes de la villa de ‘Timand citaron un cabildo abierto para tomar tal decisién; sll, los ‘vecinos argumentaron que se vefan precisados a anexarse, dadas las ccontinuas transgresiones de la Junta de Neiva a los acuerdos hechos entre las dos localidades, y que pretendian ponerie fin a los abusos que cometia continuamente Neiva contra el vecindario de Timand, Por su parte, los habitantes de ‘Timané rechazaban la propuesta de integrar el Colegio Electoral de la Provincia de Neiva, pues, segin allos, no reconocfa la soberania del pueblo de Timand y estaba integrado por “personas ineptas ¢ incultas,incapaces de realizar una consttucién liberal”. Los vecinos de Timand afirmaban que, para salir de “su atraso econdmico”, sélo podian contar con el apoyo del Fstado de Cundina- ‘marca. Denunciaban, ademas, que sus pretensiones ls obstaculizaban por vecinos “sediciosos y desnaturalizados, propensos a intrigar y a desauto- sizar al Cabildo Abierto” (entre quienes estaban el “petulante cura de Paycol y el cua del Gigante”), y manifestaban que esperaban recibir reconocimicntos y cargos politicos del cuerpo provincial terminaban ta comunicacién anunclando que la vila estaba dispuesta 2 morir antes que “sujetarse a Neiva, siempre su enemiga y rival y ambiciosa de predominacién y despotismo a toda costa” (Gaeta Ministerial de Candinamarca, mien. 30, Santafé de Bogota, 20 de febrero de 1812), Por su parte, Chiquinquira, recién erigida en villa en agosto de 1810 por la Junta de Santafé, intent6 anexarse a los vecinos del Los enfrentamientos EM que se daban entre gobier ciudades y villas judicial se reproducian entre veeing los niveles inferiores a ju de la jerarquia ys mel maltrat territorial de del pueblo de Saboyé (Provincia de Socorro); pero los vecinos protes- En 181 taron contra el alealde ordinario de Chiguinguiré, quien pretendla desagregatlos del cabildo de la ciudad de Vélez para sujetarios a su jurisdiecién: “Ha pretendido alealde de ese pueblo, se nos agregue y sujete a ella, arranci ddonos con las mis inaudita tirania y mayor erueldad y contra toda cen la provir villa con la dencia que villa de Gus era més am con mayor que tenian templo sun arias, t. 20, sain y justia y contra su libre sus asuntos, voluntad para elegir como ya lo slo delega hha hecho su sujecin al Cabildo de tender at Vélez, de donde siempre ha sido” En ese (AGN, Quist. 1, fols. 394-398). ‘una parroqt Lego, invocando las relaciones parase del propia del antguo régimen,afr- tuna de las maban que la “novisima villa de ar CChiguinguirs” queria que “Saboya nose sea feudataria de Chiquinguiri, deat que le rinda vasallie” (AGN, incor Queias, t.1, fols. 394-398). Por lo bole dems, el hecho de que ls juntas ae de gobierno también ejercieran las y poder judicial facilis que muchas sore veces los vecinos que se esisteran pee aaceptar la jurisdiccién olos man- datos de la junta fueron puestos presos, maltratados, golpeados © inculpados de delitos que 90 hhabjan cometido. movida avi wincin de os protes- ordinario pretendia Ido de la ajetatlos a setendido lo, se nos lita trania sntra toda

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