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Las Imagenes Mental Escap 5

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Una de las cuestiones generales mas polémicas, dificiles e interesantes de la psicologia Nuestra experiencia intuitiva nos revela que ene EREEEENB En este capitulo recogeremos las aportaciones de Ia psicologia cognitiva que asumen la validez de TS Oro grupo de psi- célogos, que trataremos en el proximo capitulo, consideran, en cambio, que la duali- dad de representaciones caracteristicas de nuestra experiencia fenomenoldgica es irre- levante para una teoria cognitiva. En su lugar proponen que existe un tinico formato representacional abstracto, semantico y proposicional que subyace como sustrato co- mun a las palabras ¢ imagenes. | a ee La mayoria de las personas manifiestan (es |. Se trata pues de un hecho experiencial frecuente cuya «realidad» fenomenoldgica nadie pone en duda. Sin embargo, no resulta tan ob- vio el que la imagen mental pueda alcanzar el rango de constructo cientifico, y sobre este punto precisamente gravitan parte de los debates actuales. 4Podemos considerar las imagenes como una forma de representacién mental con propicdades funcionales especificas?, 0, por el contrario ;las imagenes son epifend- menos 0 subproductos de la «conciencia» que no tienen valor funcional alguno? ;Son 213 214 Representaciones meniales las imagenes representaciones analdgicas con una similitud estructural con lo que re- presentan, o bien la imagen es solo una experiencia subjetiva cuyo sustrato correpon- de a un cédigo abstracto e inaccesible a la conciencia? Estas y otras cuestiones seran tratadas a lo largo de este capitulo, ofreciéndose datos experimentales y modelos te- Gricos extraordinariamente sugestivos. Pero antes de entrar de Ileno en las aportaciones mas actuales y rigurosas, vamos a intentar una aproximacién al tema desde una doble perspectiva intuitiva e histdrica. Para ello consideraremos sucesivamente: las representaciones en los sujetos mnemé- nistas, un andlisis intuitivo de la funcionalidad de las imagenes y las aportaciones y polémicas historicas en torno a las imagenes. Aunque el objeto fundamental de este capitulo es determinar las propiedades ge- nerales de las imagenes mentales en Ja mayoria de los individuos humanos normales, resulta ilustrativo considerar algunos informes psicalégicos correspondientes a sujetos mnemonistas. Dichos informes en algunos casos tienen un valor mas bien anecdotico, ya que se basan en entrevistas clinicas 0, en el mejor de los casos, en algunos tests psicométricos. No obstante, tienen interés por cuanto nos permiten comprender intui- tivamente las caracteristicas de las representaciones mentales en individuos en que és- tas tienen especial nitidez y persistencia. « ERREREENEND recogido en la literatura psicologica fue cuya QQ. fue descrita por Luria (1968). La memoria de dicho sujeto era practicamente ilimitada. Baste como ilustracién el hecho de que podia recordar con precision matrices de decenas de digitos siguiendo cualquier ordenacién (horizontal, vertical, diagonal), e incluso transcurridos varios meses o afos del aprendizaje. En el presente contexto, resulta especialmente notable el que esta sorprendente ca- pacidad mnémica parecia basarse exclusivamente en imagenes eidéticas muy nitidas. Asi, para recordar una matriz de letras escritas sobre una pizarra, el sujeto «veia» la pizarra en su imaginacién, cual si se tratase de una percepcidn objetiva, y asi solo te- nia que «leerla», Por otra parte, la informacién que recibia verbalmente, estaba sujeta a una rapida recodificacion visual. Las sinestesias eran tan extremas que las palabras no sdlo gene- raban imagenes visuales relativas a su contenido, sino que las cualidades aciisticas del sonido producian sus propias imagenes visuales, tactiles, gustativas, etc. EI sujeto de Luria fue un mnemonista profesional. No obstante, su memoria ba- sada en representaciones analdgicas se trataba mas bien de una aberracion del sistema cognitivo que obstaculizaba en lugar de facilitar los procesos de pensamicnto qjggaamam® Las imagenes mentales 215 Hay descripciones mas recientes de otros dos individuos de memoria excepcional que merece la pena contrastar con el sujeto de Luria. Asi HUNT y Love (1972) des- criben a un mnemonista al que denominan VP, cuyas destrezas son comparables a las de Shereshevskii. Por su parte HUNTER (1977) estudia la memoria del matematico y musico Aitken. Aunque ambos sujetos eran también excepcionales, las representacio- nes mentales subyacentes a su memoria contrastan abiertamente con las del sujeto de Ag bn bigar de ello Ambos sujetos elabo- raban activamente cédigos mentales de multiples propiedades no convencionales de la informacién. La QE ANNED se basaba, pues, mds en sui El contraste que hemos establecido entre dos tipos de mnemonistas tiene la ventaja de ofrecernos una versién estilizada de otros tantos formatos representacionales. (ig nt : que era igualmente eficaz con cualquier tipo de informacion, independientemente del significado 4 LS TD 7 era: ¥ ms astra eS Posiblemente el formato represen- facional mas conveniente para explicar las destrezas mentales de estos sujetos seria de tipo proposicional, como los que veremos en el proximo capitulo Las imagenes mentales constituyen un concepto muy arraigado en la tradicién men- talista de la cultura occidental. Pero al margen de las sutilezas académicas de filésofos y psicdlogos, lo cierto es que las imagenes se han empleado con fines practicos en re- petidas ocasiones. /, En primer lugar, es destacable el uso que se ha hecho de las imagenes mentales co- mo ayuda mneménica. La primera evidencia histérica de ello se sittia hace unos 2500 afios, época en que SIMONIDES desarrollé una técnica dirigida a la memorizacion de discursos por los oradores (YATES, 1966; PAIVIO, 1971). El procedimiento consistia en claborar una imagen de un escenario familiar, y generar imagenes especificas de los objetos o eventos que se pretende recordar, situdndolas en determinados «lugares» del escenario. Asi, el lector GREED podrial (NNT e casa al trabajo o a la universidad. Pos TOOT, SER OO La técnica de SIMONIDES es muy eficaz y basta sdlo un breve entrenamiento para eee ee emplearla adecuadamente. Durante varios siglos se usd con diversas variantes disefta- das durante la Edad Media y el Renacimiento (YATES, 1966). En la actualidad los artificios mnémicos basados en imagenes han perdido vigen- cia. Quizds el empleo masivo del papel, el lapiz o la maquina de escribir ha liberado a los oradores modernos de la necesidad de una memorizacién perfecta. Un esquema © guion escrito constituyen una «memoria externa»que desempefia eficazmente el mis- mo papel que las técnicas mneménicas tradicionales. Estas han quedado relegadas hoy en dia a los mnemonistas profesionales. } ED Las@0T no constituyen inicamente un tipo de cédigo destinado a favorecer el recuerdo. Parecen desempefiar Un qqyggaR Sant Aun cuando en el mnemonista descrito por LuRIA las imagenes obstaculizaban los procesos de razonamiento y extraccién del significado, esta no pa- rece la norma. Existen informes introspectivos de cientificos, literatos 0 musicos que coinciden en enfatizar el valor de las imagenes en sus procesos creativos. Las QD 2 GALILEO 0 a EINSTEIN : (GQ ue Nes proporcionaron los fundamentos conceptuales de sus respectivas teorias fisicas (HOLTON, 1972; SHEPARD, 1978). Por ejemplo, el famoso experimento de EINSTEIN que origin6 la teoria de la relatividad consistié en imaginarse a si mismo viajando a la velocidad de la luz y «observar» mentalmente el comportamiento de un rayo de luz. La elaboracién matematica de la teoria fue «a posteriori», tras el proceso de comprensi6n visual. El propio EINSTEIN asegura: «mi capacidad, mi destreza par- ticular, reside en visualizar los efectos, consecuencias y posibilidades...» (HOLTON, 1972, pg. 110). SHEPARD (1978) recoge muchos otros ejemplos de informes introspectivos. Asi, el quimico KEKULE descubrié la estructura del benceno gracias a las imagenes experi- mentadas en su suefio. Mas reciente, WATSON, cl descubridor de la estructura helicoi- dal del ADN, manifiesta igualmente haber empleado imagenes mentales y procesos de rotacion para formular su modelo. Podemos concluir provisionalmente, a la espera de una investigacién cientifica ri- gurosa, que las imagenes son un formato representacional decisivo para algunos pro- cesos de resolucion de problemas. E iggy. Titi TiN 12 s hace 1 a a oD uc puccdan dar lugar a auténticos descubrimientos. La labor teérica del cientifico no consiste, al menos ex- clusivamente, en un proceso deductivo basado en un lenguaje altamente formalizado y abstracto como las matematicas o la légica. Gran parte de su pensamiento es analdgico. I] En otro orden de cosas, lasggg088 han mostrado ser un cficcli Asi, la desensibiliza- (i cién sistematica ideada por WOLPE (1958) ugar Las imagenes mentales 217 iene (GGuEREREEE Igualmente, muchas técnicas de terapia cognitiva desarrolladas reciente- mente se basan en la manipulacidn de imagenes mentales (MEICHENBAUM, 1977; Fo- REYT y RATHJEN, 1978). Hemos ilustrado en esta Seccién la funcionalidad aparente de las imagenes men- tales. Sin embargo, todas estas «aplicaciones» de las imagenes tienen un valor mas bien anecdético desde un punto de vista tedrico. Lo unico que parece desprenderse de los fendmenos sefialados es que Pero hay que reconocer que los informes intros pectivos no constituyen la mejor herramienta para desvelar las propiedades de la ima~ gen. Podria darse el caso de que las operaciones cognitivas que son realmente eficaces no fuesen representaciones analdgicas, sino otras inaccesibles a la conciencia. Las ima- genes podrian ser simples epifendmenos. TT. ) oD ‘Avancemos un paso més y tratemos algunas de las aportaciones iniciales de la Psi- cologia cientifica al estudio de las imagenes. Estas se desarrollaron de modo bastante tardio, ya que existia un fuerte prejuicio tedrico sobre el escaso interés de las imagenes. En el : comnet aun grupo de universitarios y cientificos ium La mayoria de los suje- tos fracasaba en la tarea y GALTON concluy6 que la imaginacion era una simple in- vencién de los poetas (WOODWORTH, 1938) El mismo escepticismo hacia las imagenes mentales lo encontramos en WATSON, que considera a éstas como simples supersticiones de «nuestro fondo salvaje». Esta actitud, junto a la dificultad inherente del tema han sido la causa del considerable aban- dono de la investigacién de las imagenes hasta época muy reciente. No obstante, hay algunos trabajos esporadicos que tienen cierto interés (ver WOOD- WORTH, 1938). Por ejemplo gman, realizO Un gumaai ‘al tiempo qui Los sujetos confundian sus imagenes con la proyeccion real de la banana. Ello sugiere sin duda que |aqququameenigneeenseeeememinninminimmmimaniy 12512 cI punto de z ), En plena vigencia del neoconductismo, TOLMAN (1948) escribio un articulo titula- <0 a nenriaeaney TOLMAN se enfrenta a las inter- 218 Represeniaciones mentalos pretaciones conexionistas del aprendizaje de laberintos. En lugar de éstas propone un tipo de| (ios a ian) duc murigzlemendetenict : Asi, empleando una terminologia sorprendentemente actual, asegura: «Los estimulos entrantes no se conectan simplemente mediante clavijas unidireccionales a las respuestas salientes. Mas bieng i semen. constituyendo Ung visional, que indica rutas y trayectos y relaciones ambientales, cl quo \TOLMAN, 1948, pag. 192; el subra- Y esuaa ero: yado es nuestro). En apoyo de sus hipotesis, TOLMAN realiz6 una serie de ingeniosos experimentos. Por ejemplo, en un muimip Se sometié a un grupo de See uy ae representado en la Figura 5.1. (A). Elgiisiiei@mera Coa cada ensayo en la Después de cierto numero de en- say esiinmmnt sin vacilaciénl Cuando se habial (B), con varios trayectos adiales, pero} ne Las ratas en esta nueva situacion| panndidgs °° Opipemmmmnnnl El resultado de interés es la prefe- rencia que mostraron muchos animales (el 36%) por el trayecto n° 6, que en efecto conducia casi directamente hacia la antigua situacion de la meta. TOLMAN considera estos datos y muchos otros como evidencia de representaciones analdgicas en el cerebro de la rata. Con ello se adelanta dos décadas a las investiga- ciones actuales sobre mapas cognitivos que trataremos al final de este capitulo. figura 5. c Una aportacién mucho mas reciente, que preludia | la etapa moderna en la investi- gacién de las imagenes, es la del qqyiguntin ama (1968). Este realiza un anélisis especulativo pero ciertamente interesante sobre lay HEBB asegura que gam : a Lag (a) ung ~ LOY y (una un con la percepcién umm | Es un proceso analogo al fenémeno alucinatorio del «dolor del miembro fantasma» que pueden sufrir las personas que han padecido una amputacién. Como evidencia empirica de la comunalidad de procesos en lagi Bla we Hess senala lq Las investigaciones e interpretaciones histéricas de la imagen son un tanto espora- dicas y modestas. El inicio de una etapa de verdadera investigacién sistematica tiene Las imagenes mentales 219 “” META ENTRADA @) 10 9 Nn 8 12 7 6 anes 4 3 4 3 1s "SSS a Ss 1 ENTRADA Ficuea$.1. Luberinios empleados en un experimento de orientacin espacial que susiere (a presencia de 1943) ‘mapas cognitivos en las ratas (TOLMAN, 220 Representaciones meniales lugar cuandogi publica en su obragy . A partir de este momento cristalizan una serie de estrategias de andlisis muy diferentes que tra- taremos a lo largo de este capitulo. Veremos sucesivamente: — Lag ‘i ep asi como el i 8 : a J que pretenden @& el g — Loss que pretenden é =e 8 de las jm ue intentan — Equi fi jelaborado por KOSSLYN y SCHWARTZ (1978). — El z OB en — Mas especificamen- te, el tang! (la ciudad, el pais, etc.) 5.2. (Renee iz l elaborada poi BBE cs cl marco de referencia con- ceptual empleado en la ultima década para enfrentarse al estudio de las imagenes. PAIVIO sostiene laggugi i . Fel y lal co Ambos sistemas estan estrechamente ggg 2 eros aaa — oo“ acttia en paralelo, esta y de modo analégico last (tamajio, forma, localizacién, orientacion, movimiento, etc. que BOWER (1972) denominagy Elqipameiebiesha) 0 contraste, of immer, puede tantogig 2 como abstracta y tiene unt ED pero 3 es decir, lo Como puede apreciarse, la hipotesis dual es perfectamente congruente con nuestra experiencia fenomenologica del pensamiento. En efecto gle ue A. 2 mat a Veamos con mayor detalle los @ HR ig Esta pre- teride POR erences ren que permitirian § i: 3. Mas explicitamente, lo que in- tenta| es lay = §. ya que en torno a las representa- ciones verbales no gravita el mismo grado de escepticismo. Las imagenes mentalos 221 | CEE guarda a (QQNB En primer lugar, tanto las imagenes como los perceptos (GEREN (n0 fotografica sino esquematica y fun- cional) ‘Aparte de esta semejanza formal en los contenidos procesados, la mayoria de los autores admiten que ambos sistemas comparten algunos mecanismos comunes. Este presupuesto ya lo hemos visto en HEBB (1968), y lo volveremos a encontrar en los trabajos més recientes (PAIVIO, 1971; KOSSLYN y POMERANTZ, 1977; SHEPARD, 1978; FINKE, 1979, 1980). En realidad, una de las lineas de investigacién mas actuales pre- tende descubrir empiricamente estos mecanismos y procesos comunes de la precepcién y la imagen. wee fale de Dc ae. per Parvio (1971) sugiere otra importante caracteristica diferencial. mientras quef Esto iiltimo resulta obvio, pues ENGMEM sea en su expresion fonética observable, sea co- Mo representacion mental, TTT pues sus componentes se dis- ponen linealmente. PAIViO‘rgumenta (USAT cone |: TT spon vn TTT Ei Sin embargo, hemos de adelantar que ésto no es hoy acepiado plenamente, ni siquiera por los propios partidarios de la hipstesis dual. Asi, KOssYN y sus colaboradores, scfalan que 2. z jsino que 11c1t2 AD rec uiere w |. SED ice ETc odo ou: CD ste dinamismo ha sido ampliamente estudiado en alguna de sus facetas por los investigadores actuales (vg. rotacidn de ima- genes por COOPER y SHEPARD, 1973). Elgigggagammmmiammmen cambio, es mas qgigigijpor CGE cn opinion de PAtvio. El i es particularmente GD Mientras que la es mas aun cuando puede también procesar material concreto. Para PAIviO, son los (amie una dimensién continua, Laggan Se ig medida simismo, |: 222 Representaciones meniales 1 TTT ‘ Patvio, YUILLE y MADIGAN (1968) realizaron un extenso estudio normativo sobre la concrecién, la imagen y el significado de 925 nombres. Los sujetos debian en una escala de 7 > reee a — SD En cuanto ol aD también se escald, definiéndose ésta en funcion del GED La correlacion obtenida entre ¢ e I fue de 83. Estos resultados sugieren, en efecto, que Desgraciadamente se observa una circularidad poco afortunada en la nocién de concrecion y de imagen. La primera est relacionada con la facilidad con que un estimulo evoca una imagen. A su vez, las imagenes se consi- deran especializadas en el procesamiento de material concreto. Existen estrechas qqguiempesieeieion entre lagiquemertes y los gma la TES so icc ae aes A su Vez 10s qT (ve.: di- ujos, objetos) también pueden QENAEEEEBde modo redundante [ean De hecho, la interconexién entre ambos sistemas representacionales resulta un se- rio obstaculo para el investigador, que le obliga a refinar los procedimientos empi cos para obtener datos significativos. El experimentador, al disefar la tarea experi- mental, intentara activar selectivamente uno de los sistemas (vg.: las imagenes) para aislar sus propiedades funcionales. Sin embargo, ésto es extraordinariamente dificil. Generalmente existird una actividad residual del sistema que se pretende «congelar», de modo que oscurecera los resultados. Quiza la «cooperacion» de los dos formatos representacionales es lo que ha Ileva- do a algunos autores a considerarlos funcionalmente idénticos y optar por la alterna- tiva reduccionista propia de las teorias proposicionales. }. Las primeras investigaciones derivadas de la hipétesis dual estuvieron orientadas en gran parle a Mostrar 1a quella tantra GAD En cierto modo se trata de verificar en el laboratorio lo que in- tuitivamente cra conocido desde antaito por los artifices de las técnicas mneménicas. Desde el punto de vista téenico, el grupo de investigaciones que vamos a conside- rar emplean muchos de los paradigmas experimentales de la vieja escuela del apren- dizaje verbal. 0. a cS El s el siguiente: se cmp!¢a 1a a los es (listas de Las imagenes meniales 223 pares asociados). Se manipula experimentalmente el tipo de instrucciones de aprendi- zaje, de odo (uc aay sugiriéndose una (RENEE (ve.: repeticidn o asociacién intraverbal), : Quis [I le sujcto SIE cr Nas gue se sugiere la a Psorlormente eee Ql aD Por ejemplo, BOWER (1970, 1972) utilizo varias listas de pares asociados verbales. Cada lista contenia 20 pares de nombres concretos no relacionados, como PERRO- BICICLETA. La mitad de los sujetos recibieron instrucciones que les indicaban que formasen imagenes mentales de los dos objetos de cada par, interactuando de algun modo (vg.: podrian imaginarse «un perro montado en una bicicleta»). El resto de los sujetos recibieron instrucciones convencionales de aprendizaje de pares asociados. En ambos grupos la composicién de las listas y el tiempo de exposicién de cada item (5 segundos) fueron idénticos. Posteriormente, en la fase de prueba, los sujetos recibian como indices de recuer- do un miembro de cada par y debian recordar el otro. La superioridad del grupo ex- perimental sobre el grupo de control fue muy acusada tanto en una prueba de memo- tia inmediata como aplazada. Las investigaciones que emplean este paradigma mues- tran de modo consistente un: in cuando en ambos casi el material de aprendizaje y otras variables de la situacidn experimental se mantengan constantes (vg.: SCHNORR y ATKINSON, 1969; BUGELSKY, 1974). Generalmente este hecho se interpreté en el contexto de la hipdotesis dual como una prueba de la existencia de dos codigos. Concretamente, hay qjgqqasstitiiais [issn one 2), A 5 nea » os ahi la eficacia de las instrucciones de formar imagenes. b). El incremento del recuerdo en las instrucciones de imagenes e: mientras quegiay (Patvio, 1971). En cualquier caso se habria demostrado identidad 2.000 ms. Sdlo orientacion Identidad y orientacion (por separado) © OOOO@ 2.000 ms. variable Identidad y orientacion S > > combinadas 2.000 ms. 1.000 ms. ESTIMULO INFORMACION PREVIA DE PRUEBA Fioura 5.3. Mustracicin esquemdtica de 5 tipas de condiciones experimentales segtin el tipo de informa- cin previa en un experimento de rotacién de innigenes (Coover y SHEPARD, 1973) Las imagenes mentales 229 cién previa de identidad y de orientacién por separado (8); en cada ensayo de este ti- po se presentaba un campo del taquistoscopio con la letra (identidad), seguido de un campo que indicaba la orientacién, y por ultimo, el estimulo de prueba; 5) Informa- cién de orientacién e identidad combinadas (C), en que se presentaba al sujeto una pauta andloga al estimulo de prueba, y tras un intervalo de un segundo se presentaba éste. En la figura 5.3 se muestran de modo esquematico ejemplos de cada tipo de en- sayo, con los tiempos de exposicién de los indices previos. Los resultados se pueden apreciar en la figura 5.4. Comentaremos en primer lugar la condicién N, es decir, aquellos ensayos en que no se ofrecia al sujeto ninguna in- formacién previa sobre la identidad u orientacién del estimulo. Tal como puede apre- ciarse, el tiempo de reaccién medio se incrementa, aunque no de modo lineal, a me- dida que la orientacién del estimulo se aleja de la orientacion convencional. Obsérve- se, por otra parte, que el incremento de la latencia de respuesta alcanza el maximo cuando el estimulo tiene una orientacién de 180 grados. A partir de este punto, los subsiguientes incrementos angulares producen una disminuci6n del tiempo de reaccién. Este resultado por si solo permite concluir que los sujetos deben realizar una ro- tacion de una imagen mental para acomodarla a la orientacion del estimulo de prueba y poder decidir si éste es una version normal o invertida. Naturalmente, el tiempo de la rotacién mental guarda relacion con la distancia angular recorrida. La inflexién que se produce a partir de 180 grados tiene facil interpretacion. Hasta dicha orientacién, la rotacion se produce en sentido inverso a las agujas del reloj, pero a partir de 240 grados, la rotacion se realiza en el mismo sentido, ya que el trayecto angular recorrido asi sera menor. Otros resultados de interés corresponden a las condiciones de informacién previa. Obsérvese que cuando al sujeto se le anticipa la identidad de la letra (1) o bien su orien- tacion (O), se produce una disminucién de los tiempos de reaccién. No obstante, la forma de las curvas permanece invariable. Esto nos indica: 1) que la elaboracion pre- via de una imagen mental de la letra critica no es suficiente para realizar una compa- raci6n directa entre dicha imagen y el estimulo de prueba; se requerira de todos mo- dos una rotacién mental que genera la misma pauta puntiaguda de TR en funci6n de la orientacion. 2) Que el simple conocimiento previo de la orientacién del estimulo es también insuficiente, lo cual indica que la rotacién no afecta a un marco de referencia general sino a una imagen analoga bastante detallada. Los anteriores resultados contrastan abiertamente con los obtenidos en aquellos items en que se ofrece a los sujetos informacién previa de la identidad y orientacién de la letra. En este caso el tiempo de reaccidn es practicamente constante, indepen- dientemente de la orientacién del estimulo. El resultado es congruente con la hipétesis de rotacién. La informacién previa posibilita al sujeto la elaboracion de una imagen del estimulo, la cual rota hasta la orientacion que se le indica. Cuando por fin recibe el estimulo de prueba, puede contrastarlo directamente con la imagen mental cuya orientaci6n es coincidente. La rotacién mental ha existido, pero previamente gracias ala informacion anticipada. La curva es muy similar a aquella que resulta cuando al sujeto se le presenta previamente la identidad y orientacién del estimulo combinados en una tinica pauta, como puede apreciarse en la figura. Hay varias cuestiones que se pueden derivar del estudio de COOPER y SHEPARD, tales como: 230 Representaciones mentales 1100 Datos grupales (N = 8) © Sin informacion previa (N) WW Solo identidad (1) A Sélo orientacién (0) @ 1.000 milisegundos (5) ‘a Combinadas rast ao orientacién ¢ identidad (C) ° / * 7 A ~ TIEMPO REACCION (tilisegundos) 500 B-1000 e a : a A es Sues ss * as 0 60 120 180. 240-300-360 ORIENTACION DE ESTIMULOS (GRADOS) Ficurs $4. Tiempos de reacciin medios en funcién del éngulo de orientacién de los estimulos de prueba 1 det tipo de informacién previa (Corer y SHevaRD, 1973) — {Por qué motivo no existe una relacién lineal entre el Angulo de orientacin y el tiempo de reaccién? En otros términos, {por qué la velocidad de rotacién no es constante sino que disminuye cuanto més se aleja la orientacién del estimulo de la estindar? — {Es el fendmeno de rotacién mental un proceso general que ocurre con estimu- los no familiares? — La rotacién de imagenes s6lo ocurre en un espacio bidimensional, 0 hay ro- taciones en profundidad? Las imagenes mentales 231 Estas cuestiones han recibido algunas respuestas empiricas. La ausencia de linea- lidad en los datos de Cooper y SHEPARD parece relacionarse con la familiaridad de la orientacidn de los caracteres alfanuméricos. Cuando éstos tienen una pequefia des- viacién angular respecto a la orientacion normal resultan mas familiares, y la veloci- dad de rotacién es mayor que en orientaciones muy alejadas de la posicién estandar. Una confirmacion indirecta se deriva de un experimento de COOPER (1975). Al em- plearse en éste figuras sin sentido, se observa que el tiempo de reacci6n es una funcion lineal casi perfecta de la orientacién. Las formas son igualmente no familiares en cual- quier orientaci6n, y por tanto, la velocidad de rotacidn es constante. Por otra parte, la velocidad de rotacién no parece verse afectada por la compleji- dad de la figura (CooPER; 1975, COOPER y PODGORNY, 1976). Por ultimo, SHEPARD y METZLER (1971) hallaron evidencia experimental de que los sujetos pueden rotar ima- genes de objetos tridimensionales. En suma, se puede concluir a partir de estas investigaciones (faerie esulta ex- traordinario este caracter transformacional de las imagenes, totalmente ausente en la QE. En ésta Gi. ¢s deci Guna Sin cmbare0, aaigiiaaianaate (5 CT a ‘Sto nos revela una importante cualidad funcional de las . Se trata de ung 7 i: C, i TD Otra linea de estudios cronométricos de las imagenes mentales fue desarrollada por KossLyN y sus colaboradores. Dichas investigaciones se basan en el siguiente argu- cnt: eS orton cc is SS a co) SccUC CMCC Eg eR Sane . . SS as Incialmente los sujetos estudiaban el mapa de una isla ficticia que se muestra en la figura 5.5. Dicho mapa incluye 7 localizaciones como puede apreciarse (vg.: un po- 20, una choza, ete.). El aprendizaje del mapa se realizaba contrastando el sujeto su imagen mental con el mapa repetidas veces hasta que su imagen era subjetivamente precisa. Posteriormente el sujeto dibujaba sobre un papel en blanco la posicién de los 7 puntos y se contrastaba con el mapa real. Cuando la reproduccién alcanzaba cierto criterio de precision se daba por concluida esta primera fase de aprendizaje. Posteriormente se pedia al sujeto que imaginase el mapa y se situase mentalmente en un determinado punto. A continuacién se le proporcionaba una palabra que en al- gunos ensayos designaba otro punto del mapa y en otros no se referia a éste. En el primer tipo de ensayo los sujetos debian imaginarse una motita negra moviéndose lo mas deprisa posible desde el punto de partida hacia el punto critico. Una vez alcan- 232 Representaciones mentales zada esta meta en el «paseo mental» del sujeto, éste debia apretar el interruptor de un cronoscopio, mientras que en los items «falsos» (en los que el nombre no se referia a un objeto del mapa) apretaba otro botdn. Ficura 5.5. Mapa de una isla ficticia empleado en un experimento de desplazamiento en las imdgenes mentates (segiin KosstvN, Bau» ReIseR, 1978). Los resultados correspondientes a los ensayos verdaderos son los que aportan in- formaci6n de interés. Como se aprecia en la figura 5.6, el tiempo que dura el despla- zamiento mental mantiene una relacion lineal con la distancia en centimetros entre los puntos. La correlacién existente entre ambos pardmetros es casi perfecta (r= .97) Estos hechos sugicren qUctiqggnaeggg TE | sino que eS 9: Que. (0c1us0 eee Algu- nos experimentos de desplazamiento mental (vg.: PINKER y KOSSLYN, 1978; PINKER, 1980) son sugestivos en este sentido. Asi, un grupo de sujetos aprendié inicialmente aclaborar una imagen mental nitida y precisa a partir de una caja que contenia varios pequenos juguetes (un sombrero, un platano, etc.), suspendidos del techo a varias al- Las imagenes mentales 233 turas y en varios planos de profundidad. Posteriormente, al igual que en el experi- mento del «mapa ficticion, los sujetos realizaban varios ensayos en los que se crono- metraba el tiempo de diversos desplazamientos entre pares de objetos. Una vez mas TR fue una funcién de la distancia en la tercera dimensién (PINKER, 1980). TIEMPO, REACCION : (se) 2 4 6 8 10 12 14 16 18 DISTANCIA (cm) Ficura 5.6. Resultados del experimento de desplazamiento de imdgenes (KOSSLYS, BALL y Reisex, 1978). Recientemente se ha planteado una polémica en torno a la validez interna de los estudios de desplazamiento mental (RICHMAN ef al., 1979; versus KOSSLYN et al., 1979). Las criticas se apoyan en la denuncia de ORNE (1962) a la investigacion psicolég ca, frecuentemente sujeta a lo que él denomina : oe Para RICHMAN y sus colaboradores, los datos de KOSSLYN, BALL y REISER (1978), y en general los estudios de desplazamiento de imagenes estarian afectados por las ca- racteristicas de la demanda. Dicho de otro modo, los sujetos en el experimento de la isla ficticia «saben» por su experiencia perceptiva previa que recorrer visualmente una distancia mayor lleva mas tiempo que recorrer una distancia corta. Consecuentemen- te, en el experimento de desplazamiento mental tratan de acomodar sus latencias de respuesta a este conocimiento implicito. RICHMAN et a/. (1979) llegan a realizar algunos experimentos de interés. En uno de ellos, los sujetos aprendian el mapa ficticio empleado por KOSSLYN y sus colabo- radores y recibian las mismas instrucciones de desplazamiento mental. Unicamente se 234 Representaciones mentales introducia una modificacién: entre los puntos de referencia del mapa habia «carteles de sefalizaci6n» que indicaban la distancia en millas. Los resultados muestran que los tiempos de reaccién se ven afectados por la informacién verbal de los indicadores de distancias, y no s6lo por la distancia métrica real. Asi, el tiempo de reaccién era ma- yor para una distancia etiquetada como «80 millas» que para una de «20 millas», aun cuando ambas distancias fuesen idénticas en el mapa original y cl que dibujaba el pro- pio sujeto. Las aportaciones criticas de RICHMAN e7 al. (1979) no invalidan en nuestra opi- nién el hecho basico del desplazamiento mental, pero ponen de manifiesto que este fenémeno puede verse modulado por el conocimiento conceptual o proposicional del sujeto. Esta permeabilidad de las imagenes a la informacién semantica es algo que vol- veremos a tratar detalladamente cuando estudiemos los «mapas cognitivos». De todos modos la impresionante relacién lineal obtenida por KOSSLYN y sus colaboradores en- tre TR y distancia (figura 5.6), resulta dificil de interpretar como un mero efecto de las expectativas del sujeto. D. Geta Ee Dado cl Quuieiieeesennsighnonigesiomimmm™, éstas ademas de preservar las distancias relativas (_qyiigaimenimmmmetnenes in leepentetstte nT Un RRs ening 2 1210 ce 20077. Una consecuencia empirica del tamaio de las imagenes mentales es Cd Par aT ee ontnomeno paralelo al que sucede en la percep- cién visual (resulta muy dificil ver un detalle de un objeto pequefio). KOssLyN (1975, 1976) desarroll6 algunos experimentos apoyados en la anterior ar- gumentacion. En todos ellos z a i @iip Se evito pedirles a los sujetos directamente que modificasen el tamano subjetivo de sus imagenes, pues ello podria darles una pista muy clara de la finalidad del experimento. El qummmatiomiamms fue el siguiente. En cada ensayo los sujetos escuchaban los gagay ES GmmeME de los cuales @gpinvariablemenicqg Gaiam Se instruia a los sujetos para que elaborasen unag Ez A continua cién los sujetos escuchaban el nombre de una, (nun- ca la mosca o el elefante), Como estaba previsto, se cometieron mas errores y la latencia de respuesta fue ma- yor cuando se juzgaban propiedades de los animales criticos en el contexto del elefan- te que en el de la mosca. Sin duda qgigpemsemmenineeenisesiementemeesteneininninnesis t@nimebetiting Asi la imagen de un conejo en el contexto de un elefante debe ser muy pequena para mantener la proporcién correcta, y teniendo en cuenta que el «espacio» cognitivo en que se desarrollan las imagenes es limitado. El conejo sera una imagen de tamajio considerable, en cambio, en el contexto de una mosca Las imagenes mentales 235 Una explicacién alternativa de los resultados podria ser quqia a. KOSSLYN, en un segundo experimento, trato de desechar la hipétesis al exigir a los sujetos una ima- gen de una mosca gigante y un elefante diminuto como elementos contextuales. En esta situacién los tiempos de inspeccién de imagenes criticas se invierten, como puede apreciarse en la figura 5.7. Este tipo de investigaciones sugieren que, cn c{cct RIRInaRnARSaTIninRNRSeND (Queenie Elo conribuye a afianzar gg | {eerste i 3100 FALSO. © TAMANOS 2900 INVERTIDOS = (EXPERIMENTO 2) ¥ 2700 & VERDADERO & 2500 \ 5 2 oe FALSO es / B 2100 pee te £ © TAMANOS 2 1900 NORMALES e (EXPERIMENTO 1) 1700 ELEFANTE MOSCA CONTEXTO DE LA IMAGEN FicuRA 5.7, Resultados de los experimentos cronométricos de inspeccion de imdgenes (Kossiyn, 1975). sae |e? oy polars (ian ennenceenagneaniy 221010. tardamos mas tiempo en decidir qué animal es «mas grande» cuando se nos presenta el par «gato-rata» que cuando recibimos los términos «gato-elefante». 236 Representaciones mentales Este fendmeno ha sido denominadoggigugmmpiemmliogsessiomeiaedeition (MOYER y BA- YER, 1976; PAIVIO, 1980). Parece tener un caracter general, ya que se ha observado en estudios de comparacién mental de todo tipo de dimensiones. Asi, se ha puesto de manifiesto en los juicios de angularidad-redondez (gqué es mas redondo, un libro o un reloj?), de precio (zqué cuesta mas, un coche o una casa?), de ferocidad (zqué es mas fiero, un oso 0 un Ie6n?), etc. En todos los casos Gqapiasigeeemmememmmnienieetones QUEM MovER y BAYER, 1976), de modo que qigtinep gedaan mean : El efecto de distancia es congruente con la nocién de imagen mental. Una inter- pretacién plausible del fenémeno es que (_ggaaiaanmtitininbiieinogeatiemees [es LS {sangre nner acc i: en dicha dimension qquyatiannnaintiommmnieetiqmmm de modo comparable a lo que ocurre en la percepcién. No obstante, la interpretacion teorica esta sujeta a polémi- cas, ya que también es posible elaborar modelos verbales y semanticos que s¢ acomo- den a los datos (vg.: BANKS, 1977). Por otra parte, la misma generalidad del fenéme- no resulta desconcertante. No sélo se produce el efecto de distancia simbolica con di- mensiones claramente sensoriales (tamaiio, forma, etc.), sino con otras que tienen un caracter mucho mas abstracto y por tanto no susceptibles de una representacién ana- logica (vg.: precio, fiereza, inteligencia, etc.). En cualquier caso, los datos proporcionados por estos estudios tienen un induda- ble interés, aun cuando no resultan muy concluyentes desde la perspectiva teorica de las imagenes mentales 1 Ee nnn En esta seccin vamos a tratar ciertas lineas de investigacién que intentan deter- TT ES ya Quegagy Por otra parte, la relaci6n lineal observada en la figura 5.8 permite obtener una estimacién del angulo visual de las imagenes que oscila entre 19 y 22 grados en este experimento. Otras investigaciones recientes pretenden aportar mas detalles sobre el campo vi- sual de las imagenes intentando delimitar su forma y su resolucion o agudeza visual (FINKE y KOSSLYN, 1980; FINKE y KURTZMAN, 1981), y contrastando ambas propie- dades con las del campo visual perceptivo. FINKE y KURTZMAN (1981) estudiaron la forma y agudeza del campo visual en la percepcion y en la imagen, iS consist} QOS, como la que se ilustra en la parte superior de la figurd 5) SS (cn el circulo menor Las imagenes mentales 239 (atimmmlenmenation due se observan en la parte inferior de la figura. La SE 2 (cD respectivamente eT De ete modo se puede realizar una ee la QED Se Siguio exactamente ell cién de que : Gammiggian después de haberlos aprendido previamente. Por lo demas, los sujetos tam- bien se situaban ante la pantalla y movian los ojos en una determinada direccién has- ta que no pudiesen distinguir las dos mitades en la pauta imaginada, Los resultados mas notables fueron los siguientes. En primer lugar, Qs Esta es una confirmacién de un En con la excep- hecho bien conocido del sistema visual humano: = CAAA Fo) oO EER ulos Pantalla y estimulos empleados en un experimento sobre el campo visual perceptivo e imagi- Ficura 5.9) nativo (segtin FINKE KURTZMAN, 1981). 240 Representaciones mentales de alta frecuencia) notable es que Mam 2 |. En segundo lugar, j } Pero lo mas } siendo su ip Una vez mas se obtiene una sorprendente identidad en la for- ma y dimensiones del campo en las condiciones perceptiva y de imagenes. FINKE y KURTZMAN consideran estos resultados como una evidencia de quegigmpe bncargados de procesar la frecuencia espacial de una escena visual, y que deter- minan la forma y tamafio del campo. Los datos son tan espectaculares que con un poco de audacia se podria especular acerca de las bases psicofisiologicas que las ima- genes compartiran con el sistema visual, cuya anatomia funcional es suficientemente conocida (HUBEL y WIESEL, 1979; MARR, 1976). Sin embargo, siempre queda la sospecha, en ésta como en otras investigaciones so- bre imagenes, de que los sujetos generan las pautas de respuestas en funcién de su co- nocimiento implicito de su propio sistema visual (PYLYSHYN, 1981; RICHMAN ef al., 1979). De todos modos, este tipo de argumentacion critica no resulta muy satisfac- toria. Habria que explicar a su vez los mecanismos de metacognicion que permiten a los sujetos una simulacién tan precisa de funciones del sistema visual que no resultan obvias al hombre de la calle y cuyo descubrimiento requiere sofisticadas inves- tigaciones. Una qo j interesante del = es que a veces se producen ciertos| . Por ejemplo, si observamos du- rante algtin tiempo un objeto que gira en el sentido de las agujas del reloj, cuando éste se pare repentinamente, nos parecerd que gira en sentido contrario MCCOLLOUGH (1965) descubrié un) lemeniy asociado al dere ). En una primera fase, se presenta al sujeto una gigas } eons iD 0113 EES i @ Posteriormente, en lagi : se muestra unay m csta vez con| 2 im ane Pues bien ggg en el estimulo de prueba. El @ es en definitiva un am a i diedemiimanty |! fendmeno tiene gran interés ¥ Qggaieiadin Recientemente, se ha intentado comprobar si el efecto de McCoLLoucH tiene lu- gar también con pautas imaginadas, con el fin de establecer una KFINKE y SCHMIDT, 1977; FINKE, 1980). Los emcomo en el estudio convencional de McCo- En una sujetos pasaban por una LLOUGH. Sin embargo, Blos Sujetosy respectivamente, Las imagenes mentales 241 SOSSEn |, se presentaban las ae tes. debiendo los sujctosg Muy activado: Parcialmente activado TRANSFORMACIONES > Desactivado IMAGINAR i (aca ‘ci Imagen coch! Proposiciones coche Be e Ry 2 Tienen una rueda de atrés. Archivoi- 5 —J Ry, Oy magen imag. coche, Tienen una rue- Ry da de delante. Resolucion optima z 88.1. S 1» Prop. rueda de delante acne | Ry Ry by Definicion 6 Ry, 95 28510613 : Prop. rueda de atras definicion 6 49611513 Archivoimagen imag. rueda localiza- Archivoimagen imag. cion bajo hueco delantero de rueda rueda localizacién ba- jo hueco de rueda I } Prop. hueco delant. de rueda Definicion 5.2 8 5106 Prop. hueco tras. rue~ Resolucién Gptima da 88.1 Definicion 5 4915 Resolucién Sptima 88.1 Ficuna 5.10, Representacién esquemdtica del modeto de simulacién de imagenes (KOSSLYN y SHWARTZ 1977). 246 Represeniaciones mentales Tar» nuestras imagenes, para descubrir alguna relacién espacial determinada. Supon- gamos que nos plantean un problema «tomando como unidad la anchura de la base de la torre Eiffel: gcuantas veces aproximadamente habra que tomar la base para me- dir la altura? Para intentar una respuesta se requiere elaborar una imagen mental de la torre e «inspeccionar» sus partes. SMA(buscar) es la principal : h que Se activa cuando - (vg.: gel coche tiene volante?). LOOKFOR emplea una rutina, llamada para ¢ z (una imagen muy pequeia exhibe muy pocos detalles, y una imagen muy grande desborda lateralment2 el cam- po). I , se activa un proceso de transforma- cién § (expandir la imagen) o (contraccion). (Qammaiom eu BB acude a } que! ee 1 if (quiza por -encontrarse en una zona lateral de escasa activacién) que (ii tet delet tat Si todavia no aparece la parte critica, se pone en funcionamien- to BEB, que como se ha visto afiade nuevos detalles a la imagen. El modelo (ami and para acomodarse al ca- racter dinamico que éstas han manifestado en los experimentos cronométricos. Las ru- tinas de transformacién son las siguientes: GN 4 quel as aa =: I que iE Ly uc Gea r de modo que diferentes partes o detalles atraviesan alternativamente el area central de maxima resolucién. Algunas transformaciones| Gees). z i Otras| y se conocen como, D. a El modelo de KOSSLYN y SCHWARTZ constituye el final de un riguroso proceso de investigacion empirica y elaboracién teérica. dispersa en multitud de investigaciones sobre las i imdgenes | mentalest a e Pos- teriormente, que trata de mimetizar muchos comportamientos empiricos del sistema de imagenes. Ademas, ese programaggumml La simulacion, jb s man aL seep Asi, emula con especial acierto la estructura temporal de las imagenes, que se manifiesta en su caracter generativo y secuencial, asi como en su transitoriedad. Por otra parte, las transformaciones mentales confirmadas en miltiples investigaciones (ta- les como la rotaci6n y el desplazamiento) se incorporan en el modelo como otras tan- tas Tutinas operativas a por otra parteg ME ya que a Ello le proporciona una gran flexibilidad al per- mitir responder a preguntas sobre las imagenes generadas.

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