¿Qué Es Un Paradigma?
Análisis Teórico, Conceptual Y
Psicolingüístico Del Término
Fredy González
(UPEL-IPMAR) [email protected]
RESUMEN
Este trabajo constituye un ensayo en el cual se intenta aclarar la polisemia del
vocablo Paradigma. Para ello se utiliza una estrategia metodológica dual que
procura, primero, hacer un análisis del tránsito histórico que el término ha recorrido
en el seno del discurso científico y, simultáneamente, realiza un abordaje desde
una perspectiva lingüística a través del cual dilucida las dimensiones literal,
holística, contextual y subliminal del término. Con base en una indagación
bibliográfica, se identifica un importante número de definiciones de paradigma,
luego se tabulan y comparan con el fin de establecer sus diferencias y semejanzas
en relación con sus dimensiones ontológica, epistemológica, sociológica, axiológica,
teleológica y metodológica. Se destaca la contribución de Thomas Kuhn al
desarrollo fecundo del concepto durante su edad de recurrencia. Las definiciones
revisadas constituyen variaciones sobre un mismo tema; siguen la línea metódica,
con la excepción de Moreno, quien propone la noción de episteme como un
concepto más abarcador que el de paradigma propuesto por T. S. Kuhn; y de Fritjoj
Capra quien prefiere hablar de paradigma social en lugar del paradigma científico
Kuhnniano. La clarificación semántica de este vocablo es una necesidad cuya
superación se justifica en virtud de la forma como recurrentemente esta palabra
aparece en el discurso académico, específicamente en los cursos de "Introducción a
la Investigación" y de "Investigación Educativa", los cuales se caracterizan, en
general, por una superficialidad analítica que conlleva el riesgo de que los
participantes de dichos cursos adopten de manera repetitiva vocablos como el que
aquí se analiza sin tomar conciencia de sus connotaciones, denotaciones,
acepciones y concepciones implícitas.
Palabras clave: paradigma; epistemología; ontología; sociología; episteme.
What Is A Paradigm? Theoretical,Conceptual And
Psycholinguistic Analysis Of The Term
Summary
This article attempts to clarify the multiple uses of the term Paradigm. The
methodology applied is twofold: first, a historical recount of the term within the
scientific discourse; second, a linguistic approach that examines its holistic,
contextual and subliminal dimensions. Several bibliographical definitions of
Paradigm are identified and compared in order to establish a chart noting
similarities and differences in six categories: ontological, epistemological,
sociological, axiological, teleological and methodological. The contribution of
Thomas Kuhn is highlighted due to its importance during the period in which the
word took root. The revised definitions are variations of the same theme; they
follow a methodological line, except that of Moreno who proposes the notion of
episteme as a more inclusive term than Kuhn's concept; and, that of Fritjol Capra
who prefers the idea of social paradigm instead of Khun's scientific paradigm. The
semantic clarification of Paradigm is a necessity given its recurrent misuse in
academic circles. Especially in introductory courses like "Introduction to research
methods" and "Educational research". Such analytical superficiality often results on
repetitive adoptions of the term by the students without the appropriate awareness
of its connotations, denotations, meanings and implicit conceptions.
Key words: paradigm, epistemology, ontology, sociology, episteme
Recibido: 04/05/2004 Aprobado: 10/10/2004
Introducción
No es sorprendente que la mayoría de las personas a quienes se les pida que
definan el término paradigma sean incapaces de ofrecer una expresión clara de su
significado. El propio Thomas Kuhn, la persona más responsable de introducir ese
concepto en nuestra conciencia colectiva, usó el término en no menos de 21
maneras diferentes E. G. Guba
La intención de este trabajo es desarrollar un conjunto de consideraciones teóricas
y conceptuales acerca del término paradigma para intentar aclarar las dimensiones
epistemológica, axiológica, sociológica, teleológica, ontológica y metodológica de
este vocablo que, durante las tres últimas décadas, ha predominado tanto en el
universo discursivo de la investigación (Ciencias Naturales), como en el de aquellas
disciplinas que abordan el ámbito de lo social. Específicamente en los ambientes
académicos y, en particular, en las instituciones encargadas de formar
profesionales, entre cuyos planes de estudio se incluyen cursos de "Introducción a
la Investigación", "Metodología de la Investigación" y otros similares, se observa el
uso reiterado y, muchas veces inapropiado del término paradigma, lo que ha
conducido a una vulgarización del mismo; por ello, parecen ser adecuados los
estudios que se orienten hacia la recuperación de su sentido y significado
auténticos.
En la dirección antes indicada, en este trabajo se exponen, en primer lugar, las
distintas etapas en las que puede organizarse la evolución histórica del vocablo
paradigma, destacándose el rol fundamental desempeñado por Thomas Kuhn en la
delimitación de la edad actual del término, a raíz de la publicación de su obra, ya
clásica, intitulada La Estructura de las Revoluciones Científicas. Seguidamente, se
procede a la realización de un análisis teórico y conceptual del término paradigma,
el cual tiene el propósito de clarificar el sentido y significado y reducir su polisemia.
Dicho análisis es realizado a partir de la revisión de un conjunto de definiciones
aportadas por diferentes autores. Con base en las definiciones revisadas, se logra
establecer una serie de dimensiones conceptualizadoras que deben ser
consideradas en la delimitación de un paradigma, ofreciendo para cada una de ellas
una breve caracterización descriptiva. Igualmente, se presenta un análisis
psicolingüístico del término paradigma, tales como el Triángulo de Referencia de
Schmidt (citado por Lizt, 1997) y el Esquema Epistémico Cognitivo de la Palabra
propuesto por Becerra (1998); el primero hace énfasis en las ideas sugeridas por el
término, mientras que el segundo enfatiza la subjetividad de su significado.
El trabajo culmina con un ejercicio de aplicación del Esquema Epistémico sugerido
por Becerra, lo cual da lugar a caracterizaciones de la palabra paradigma, desde los
puntos de vista literal, holístico, contextual y subliminal.
Evolución del término Paradigma
Dado el carácter histórico y social del lenguaje, las palabras, y por ende todos los
elementos que componen el acervo léxico de una cultura, son depositarias del
dinamismo y adaptabilidad que refleja el progreso de los hablantes y demás usurios
de una lengua. Por ello, es muy poco probable que hoy en día un determinado
término esté sometido a las restricciones que predominaron durante el período en
que fue usado por vez primera. Tal es el caso del vocablo paradigma, el cual ha
alcanzado un grado tal de madurez que lo ha convertido en una de las palabras de
mayor trascendencia en el habla de los cultivadores del hacer científico. En esta
parte del trabajo se hará referencia a la evolución histórica que ha tenido esta
palabra, desde que fue usada primigeniamente por los griegos hasta la época actual
cuando, gracias a la obra del físico y filósofo norteamericano de la ciencia Thomas
S. Kuhn, adquiere una notable relevancia en el ámbito de la epistemología y la
sociología del quehacer científico.
Para la revisión del proceso de evolución histórica del término paradigma y su
posicionamiento actual en el vocabulario de quienes se interesan por los asuntos
propios de la ciencia y su filosofía y por las prácticas de sus protagonistas, es decir,
los científicos, se hará la transposición del esquema que Michel Serres* (1968,
citado por Li Carrillo, 1981, p. 78) ha propuesto para el estudio de los conceptos
matemáticos. Serres afirma que en la evolución de dichos conceptos es posible
identificar tres edades:
La edad de aparición, la edad de reactivación y la edad de recurrencia. La edad de
aparición corresponde a la época de nacimiento del concepto, a su génesis en el
tiempo histórico; la edad de ractivación, al momento de inserción del concepto
dentro de un sistema "que le da un nuevo sentido"; y la edad de recurrencia, a la
etapa actual donde se revela "la potencia de fecundidad" del concepto, su valor y
su eficacia en el trabajo científico efectivo. "Con respecto de la historia ordinaria,
cronológica, es la primera edad la que cuenta; con respecto de la verdad de la
sincronía del sistema, es la segunda; y con respecto de la diacronía completa de las
matemáticas, es evidentemente la tercera" (Li Carrillo, 1981, pp. 78-79) (Las
comillas fueron introducidas por Li Carrillo para distinguir lo tomado textualmente
por él a partir de la obra de Serres).
Para la aplicación del Esquema de Serres en el estudio del vocablo paradigma que
se propone: (a) asociar la edad de aparición con el uso primigenio que Platón hace
de este término; (b) vincular la edad de reactivación con su inserción en la
Sociología por parte de Merton y Parsons; y, (c) considerar como edad de
recurrencia, el período que se inicia a partir de la relevancia que alcanza el vocablo
como consecuencia de la publicación del libro de T. S. Kuhn, La Estructura de las
Revoluciones Científicas, en 1962.
La Edad de Aparición del vocablo podría ubicarse rastreando su etimología.
Paradigma proviene del griego paradima (que significa ejemplo o, mejor aún,
modelo o patrón); originalmente, Platón utilizó esta expresión para designar un
instrumento de mediación entre la realidad y su ideación. En efecto, como lo
expone Vassallo (1977), uno de los problemas que transita toda la obra de Platón
es el que se refiere a la relación entre el Mundo Inteligible o Mundo de las Ideas y
el Mundo Sensible o Mundo de las Cosas; sostiene Vassallo que:
Estas ideas, estas formas o esencias reales constituyen un mundo "inteligible", es
decir, sólo accesible a la razón, al "logos"; mundo inteligible que no sólo es exterior
al sujeto cognoscente, sino que existe "separado" también del mundo de las cosas
sensibles, trascendente a ellas y por sí subsistente. Inmateriales, permanentes y
eternas, ellas son el principio de las cualidades de las cosas sometidas al flujo del
devenir, del mundo de lo sensible e impermanente (Vassallo, 1977; XVIII-XIX).
El reto platónico consiste en exhibir el vínculo entre ese mundo inteligible,
conceptual, ideativo y el sensible, el material. Platón ofrece tres posibles
soluciones: (a) participación, la Idea como propiedad intrínseca de la cosa: todo lo
bello participa de la Idea de Belleza; (b) presencia, como cualidad circunstancial de
la cosa: la Sabrosura de la fruta se extingue cuando ésta es definitivamente
consumida; (c) imitación, entre las Ideas y las cosas en que resplandecen sus
cualidades se da una relación análoga a la existente entre el modelo y su imagen
"las cosas sensibles tienden a ser ´como´ lo inteligible, ´semejantes´ a lo
inteligible (Vassallo, 1977, p. XXV). Es en esta solución por imitación, con la cual
aspira explicar el asunto de la relación entre el Mundo de las Ideas y el Mundo
Sensible, donde Platón hace uso del término.
En la versión platónica, un paradigma constituye no un simple modelo, a modo de
"copia", "patrón" o "muestra" de algo que es real, sino, mucho más que eso: un
paradigma es un modelo ejemplar, es decir, perfecto de tal modo que se ha de
considerar digno de ser seguido e imitado (ver Ferrater, 1994, pp. 2691-2693)
(Cursivas añadidas).
Este último es el mismo significado que se le atribuye en el contexto de la
gramática; en este caso, con la expresión paradigma se alude a un Conjunto de
formas flexivas que toma una unidad léxica, o conjunto de unidades léxicas que
pueden aparecer y ser intercambiables entre sí en un determinado contexto; en la
gramática tradicional se utiliza este término para designar al conjunto de formas
flexivas que toman las palabras que presentan flexión, es decir, variaciones o
cambios en su forma que indican tanto sus relaciones con las demás palabras,
como sus diferentes significaciones; como ejemplificaciones de esto se pueden
mencionar: a) la conjugación en el verbo; b) la declinación en sustantivos,
pronombres y adjetivos en las lenguas que presentan la categoría de caso. Así: -ré,
-rás, -rá, -remos, -réis, -rán constituyen el paradigma del futuro de indicativo de
cualquier conjugación (Enciclopedia Microsoft® Encarta® 98 © 1993-1997) Por
ello, en este ámbito, se pueden considerar como paradigmas a los ejemplares que
se utilizan como modelos en la conjugación de los verbos, como lo es el caso del
verbo amar cuya conjugación en todos los modos y tiempos sirve como modelo
ejemplarizante para conjugar todos los otros verbos que integran la familia de los
verbos regulares de la primera conjugación (ar).
La Edad de la Reactivación del vocablo paradigma podría ubicarse a partir del
momento cuando, desde estos contextos filosófico y lingüístico, el término pasa a
ser utilizado en el ámbito sociológico. Robert Merton y Talcott Parsons (Strimska,
1981) son quienes comienzan a utilizarlo para referirse a sus teorías acerca de los
mecanismos de la acción social y los principios organizativos que subyacen en las
estructuras sociales. En este caso, al vocablo le son incorporadas otras
connotaciones que contribuyen a ampliar su significado original.
La Edad de Recurrencia, tercera etapa en la evolución histórica del término, podría
ser ubicada al comienzo de la década de los años sesenta, gracias a la obra de T. S.
Kuhn 1. Quien reconoce la influencia que en su obra tuvieron los trabajos de
muchos pensadores dedicados a áreas muy disímiles que "aparentemente carecían
de relación con la historia de las ciencias" (p. 10) y entre los cuales destacan:
1. Alexandre Koyré, Émile Mayerson, Hélène Mitxger, Anneliese Maier: Historia de
las ideas científicas.
2. Epistemología Genética (Jean Piaget, quien distinguió las etapa del desarrollo
intelectual del niño).
3. Psicología de la Percepción (principalmente los trabajos de los investigadores
alemanes Max Wertheimer, Wolfgang Köhler y Kurt Koffka, quienes plantearon que
la percepción estaba muy influida por el contexto y la configuración de los
elementos percibidos; las partes derivan a menudo su naturaleza y su sentido
global, y no pueden entenderse separadas de éste. Más aún, la mera suma de las
partes no equivale al todo).
4. Efectos del lenguaje sobre la visión del mundo (B. L. Whort).
5. Problemas de Filosofía (W. V. O. Quine, conocido por su afirmación de que el
modo como el individuo usa el lenguaje determina qué clase de cosas está
comprometido a decir que existen
6. Además de las anteriores, una influencia crucial, aunque no suficientemente
reconocida por Kuhn, fue la que recibió del médico judío polaco Ludwik Fleck quien,
al padecer los rigores de la crueldad nazista en el Campo de Concentración de
Auschwitz, tomó conciencia de que las teorías científicas no son inocentes (Mires,
1996).
En el Prefacio de su libro La Estructura de las Revoluciones Científicas, Kuhn (1986,
p. 11) escribe que durante su pasantía como Junior Fellow de la Society of Fellows
de la Universidad de Harvard, descubrió:
La monografía casi desconocida de Ludwik Fleck, Entstehung und Entwicklung einer
wissenschaftlichen Tatsache (Basilea, 1935), un ensayo que anticipaba muchas de
mis propias ideas... la obra de Fleck me hizo comprender que esas ideas podían
necesitar ser establecidas en la sociología de la comunidad científica. (Kuhn, 1986,
pp. 11-12).
En opinión de Mires (1996), Ludwik Fleck, como antecesor de Kuhn, ha sido
"injustamente olvidado" (p. 157), de allí que, por considerar que resulta pertinente,
seguidamente se expondrán algunos de los planteamientos de este autor que, en
algunos casos, contrastan con conceptos kuhnnianos y en otros han sido recogidos
por Kuhn (1986) "aunque (como él mismo dice) los lectores descubrieran pocas
referencias en el texto a esas obras o conversaciones, estoy en deuda con ellas en
muchos más aspectos de los que puedo recordar o evaluar hoy [esto último
refiriéndose no sólo al trabajo de Fleck, sino también al de los otros autores, Koyré,
Piaget, Whort, Quine, etc] (Kuhn, 1986, pp. 11-12).
1. El comportamiento de las comunidades científicas se asemeja al de las de otros
ámbitos (v. g. religiosas o políticas) en cuanto: relaciones de poder, ceremonias de
iniciación y protocolo, papel que juegan las tradiciones, restricciones a la libertad de
expresión, etc.
2. Una idea clave en Fleck que quizás constituye el germen del concepto kuhnniano
de paradigma es la de "estilo de pensar" (Mires, 1996, p. 157) el cual se constituye
no sólo en virtud del accionar interno de una comunidad especializada específica,
sino, además, con el concurso de la denominada opinión pública, es decir, los
colectivos, profesionales o no, que se hallan en el exterior de dicha comunidad.
3. La forma constitutiva de un estilo de pensar es el lenguaje, "sobre todo su forma
gráfica, pues la grafía es el modo de fijar una idea para que no se esfume en el
tiempo" (Mires, 1996, p. 158).
4. En el esquema propuesto por Fleck para considerar la historia de una idea,
también puede vislumbrarse el germen del carácter revolucionario que tiene el
progreso de las ciencias según Kuhn. En efecto, de acuerdo con Fleck, toda idea:
Surge inicialmente en la forma de pre-idea, en un contexto al cual generalmente no
pertenece. Ahí puede quedar anidada, como un fósil, durante largo tiempo, hasta
que alguien la encuentra, la transforma y combinándola con otras, da origen a una
teoría que si cuenta con el beneplácito de algún grupo intelectual, puede erosionar
las bases del estilo de pensar constituido, dando origen a lo que Kuhn llamaría
después, "la revolución paradigmática" (Mires, 1996: 158) (Comillas en el original).
Todo este cúmulo de influencias alcanza su climax cuando, entre 1958 y 1959,
Kuhn realiza una pasantía en el Centro de Estudios Avanzados sobre las Ciencias de
la Conducta de la Universidad de Harvard; durante este año, afirma:
Estuve en condiciones de prestar una indivisa atención a los problemas presentados
más adelante (se refiere a los diferentes capítulos de su libro). Lo más importante
es que, el pasar un año en una comunidad compuesta, principalmente, de
científicos sociales, hizo que me enfrentara a problemas imprevistos sobre las
diferencias entre tales comunidades y las de los científicos naturales entre quienes
había recibido mi preparación. Principalmente, me asombré ante el número y el
alcance de los desacuerdos patentes entre los científicos sociales, sobre la
naturaleza de problemas y métodos científicos aceptados. Tanto la historia como
mis conocimientos me hicieron dudar de que quienes practicaban las ciencias
naturales poseyeran respuestas más firmes o permanentes para esas preguntas
que sus colegas en las ciencias sociales. Sin embargo, hasta cierto punto, la
práctica de la astronomía, de la física, de la química o de la biología, no evoca,
normalmente, las controversias sobre fundamentos que, en la actualidad, parecen a
menudo endémicas, por ejemplo, entre los psicológos o los sociólogos. Al tratar de
descubrir el origen de esta diferencia, llegué a reconocer el papel desempeñado en
la investigación científica por lo que, desde entonces llamo "paradigmas" (Kuhn,
1986, p. 13).
Sostiene Shulman (1989) que T. S. Kuhn, durante su estadía en el mencionado
centro de estudios, pudo compartir prolongadamente con profesionales integrantes
de una comunidad de científicos sociales, lo cual le permitió observar que éstos,
aún cuando fueran practicantes de la misma disciplina, tendían a debatir, discutir y
reflexionar acerca de cuestiones básicas de las teorías y los métodos que
manejaban. Kuhn se dio cuenta de que este comportamiento contrastaba con el de
los físicos, quienes tendían a dar por sentadas estas mismas cuestiones en su
respectivo campo. Con base en esta observación, Kuhn conjeturó que sus
compañeros de las ciencias sociales no compartían una concepción común en sus
campos, cuestión ésta que, según él, sí ocurre en las disciplinas consideradas por
Kuhn como "más maduras" (Shulman, 1989; p. 13); fue entonces cuando Kuhn
propuso utilizar el término paradigma para referirse a "realizaciones científicas
universalmente reconocidas que, durante cierto tiempo, proporcionan modelos de
problemas y soluciones a una comunidad científica" (Kuhn, 1986; p. 13), siendo
éste el primer significado que el autor atribuye al vocablo.
Las reflexiones anteriores fueron consignadas por Kuhn en el Prefacio de su célebre
texto La Estructura de las Revoluciones Científicas (a partir de aquí se utilizarán las
siglas ERC para hacer referencia a este texto), con el cual el término paradigma
alcanza su máximo impacto en el campo de las Ciencias Sociales (Kuhn, 1981;
Farfán, 1988). Las repercusiones teóricas de la obra de Kuhn, las discusiones que
se han generado desde entonces, y las precisiones, aclaratorias y desarrollos que
se han elaborado en relación con el concepto de paradigma, es lo que permite
afirmar que hoy se está en presencia del apogeo de la Edad de Recurrencia de
dicho término.
De acuerdo con Moreno (1993), T. S. Kuhn propone en su libro ERC un enfoque que
permite la comprensión, en una perspectiva histórica, de los cambios que se han
producido en la ciencia a través de los tiempos. Esto, según afirma Grinspun
(1974), lo hace a partir de la descripción esquemática del desarrollo científico, con
lo cual logró identificar una estructura básica en la continua evolución de la ciencia.
Kuhn concibe entonces este desarrollo como una contínua sucesión de las
soluciones a la tensión esencial que se da entre fuerzas conservadoras, orientadas
hacia la permanencia, y fuerzas innovadoras, dirigidas hacia el cambio, en el
contexto de las denominadas tradiciones científicas, es decir, los sistemas
"complejos de teorías, conceptos, problemas, normas, criterios, valores y
metodologías" (Velazco, 1997, p. 162) compartidos por los miembros de una
comunidad científica; cuando las tensiones entre conservación y cambio se
resuelven a favor de éste último, se producen avances o progresos en la ciencia, los
cuales se presentan como "episodios extraordinarios en que tienen lugar cambios
de compromisos profesionales y se rompe la tradición a la que está ligada la
actividad de la ciencia normal" (Kuhn, 1986, p. 27), los cuales son asumidos como
rupturas revolucionarias no acumulativas.
El libro ERC de Kuhn provocó una discusión prolija y polémica en numerosas
disciplinas, que aún se mantiene vigente, con lo cual se le reconoce una enorme
influencia. En respuesta a las críticas, el propio autor corrigió y amplió su teoría, y
ya en su segunda edición le añadió un Postscritum, donde aportó nuevos
señalamientos en relación con las posiciones sustentadas en la primera edición. Tal
ha sido la trascendencia de este texto, que hay quienes consideran que desde su
aparición en 1962, la mayor parte de las discusiones relacionadas con la filosofía de
la ciencia han girado en torno a los planteamientos que Kuhn hace en esta obra.
Tentativas para aclarar el significado del término Paradigma
Desde que Kuhn publicara, en 1962, la primera edición de su célebre obra ERC,
varias han sido las tentativas para clarificar el sentido y significado del término
paradigma para reducir así su polisemia, ampliamente señalada y asumida por el
propio Kuhn en el Postscritum que hiciera para la segunda edición, el cual amplió
en su texto Mis Segundos Pensamientos sobre Paradigmas (Kuhn, 1981).
Tentativa de Margaret Masteman.
Esta autora (Masterman, 1975), en 1965 presentó, en el Coloquio Internacional
sobre Filosofía de la Ciencia que se celebró en Londres, la ponencia intitulada The
Nature of a Paradigm, la cual fue recogida en la publicación de Lakatos y Musgrave,
Criticism and the Growth of Knowledge, editada en 1970 por la Cambridge
University Press, y en la que se incluyen tanto las ponencias presentadas en el
mencionado Coloquio, como algunos trabajos elaborados con posterioridad al
mismo, que tuvo como asunto central el debate en torno a los planteamientos
contenidos en el libro ERC de Kuhn, aun cuando esto no haya sido admitido
formalmente. En la discusión generada en el coloquio, puntualmente o con
posterioridad, además de la ya mencionada Margaret Masterman, participaron,
entre otros: Sir Karl Popper, Stephen Toulmin, Paul Feyerabend, Imre Lakatos y el
propio Kuhn, quienes "constituían la flor y nata de la filosofía de la ciencia de ese
entonces" (Arcángel Becerra, Comunicación Personal) lo cual da una idea de la
trascendencia del término paradigma alcanzada desde ese momento (apenas tres
años después de haberse publicado ERC).
El interés de la ponencia de Masterman (1975) reside en que puso en evidencia la
polisemia con la que el propio Kuhn había utilizado el término paradigma.
Masterman dio cuenta de que en ERC este vocablo aparece utilizado con, por lo
menos, una veintena de significados diferentes, los cuales ella registró y analizó
cuidadosamente, llegando a la conclusión de que todos ellos pueden ser agrupados
en las siguientes tres categorías: (a) paradigmas metafísicos o metaparadigmas,
los cuales abordan cuestiones filosóficas fundamentales, tales como las siguientes:
¿Qué es la realidad? (ontología); ¿Cómo se produce el conocimiento?
(epistemología); ¿Qué es lo bueno o correcto? (ética); (b) paradigmas sociológicos,
que se refieren a los logros científicos o a las estructuras político/institucionales; (c)
paradigmas de constructos, que se refieren a las herramientas, modelos, lenguaje y
reglas de la investigación científica.
Tentativa de Maritza Montero (1992).
Esta autora parte del trabajo de Masterman indicando que los grupos de significado
que ella identificó, aluden a sendas maneras de concebir los paradigmas, los cuales
pueden ser interpretados como: (a) entidades metafísico-filosóficas, (b) entidades
sociológicas, y (c) artefactos o constructos concretos. De aquí deriva Montero otro
criterio para organizar las diferentes definiciones de paradigma, refiriéndolas a su
ámbito de aplicación; de este modo se obtienen los siguientes grupos de
definiciones: (a) aquellas que conciben el paradigma como un modelo filosófico o
epistemológico; (b) las que lo conceptualizan como un modelo metodológico del
cual se originan instrumentos, herramientas y modos de actuar para la solución de
los problemas; y (c) las que lo asumen como un modelo o ejemplar de logro
científico.
Tentativa de Egon Guba.
Otro de los autores que intenta clarificar el significado del término paradigma es
Guba (1990, p. 18) quien, como criterios para distinguir entre paradigmas, utiliza
las respuestas que se den a las siguientes tres preguntas fundamentales: (a)
Pregunta ontológica: se refiere a la forma y naturaleza de la realidad y, por tanto, a
lo que es posible conocer; (b) Pregunta epistemológica que se refiere a la
naturaleza de la relación entre el sujeto cognoscente y el objeto que puede ser
conocido y, en consecuencia, a la posición que debe asumir el investigador respecto
a su objeto de conocimiento y, (c) Pregunta metodológica que se refiere a la forma
como el investigador puede proceder para hallar el conocimiento de aquella realidad
que cree que puede ser conocida. Con base en las respuestas dadas a estas
interrogantes, Egon Guba logra definir los siguientes paradigmas de la investigación
social y, más específicamente, de la investigación educativa: (a) Paradigma
(Post)positivista; (b) Paradigma de la Teoría Crítica y, (c) Paradigma
Constructivista cuyas respuestas a las tres preguntas básicas se muestran en
la Cuadro 1.
Carácter de la Respuesta
Dimensión de Postpositivista Crítico Constructivista
la Pregunta
Ontología Realismo crítico, la Realista crítica. Relativista, la
realidad existe pero no realidad sólo
es completamente existe en la forma
aprehensible. Solo de múltiples
podemos aproximarnos construcciones
a la realidad. mentales y
sociales. La
realidad como
constructo social.
Epistemología Objetivismo débil, la Subjetivista, en el Subjetivista, no
objetividad como ideal sentido de que los hay diferenciación
regulativo. Sólo valores son entre sujeto y
podemos aproximarnos fundamentales para objeto del
a la verdad. la investigación. conocimiento.
Dimensión Ambos se funden
ideológica en una sola
entidad
epistemológica.
Metodología Experimental y Dialógica y Hermenéutica y
manipulativa. Persigue, transformativa. El dialéctica,
principalmente, tres ideal regulativo de refinamiento
ideales que interactúan estas metodologías hermenéutico y
en la metodología es la emancipación, contrastación
cientificista como además de manejar dialéctica. Estas
ideales regulativos una concepción metodologías
además de la evolutiva que están orientadas
objetividad: primacía podemos llamar por la fidelidad al
del método, la verdad progreso. Promueve objeto de estudio,
y el progreso. El las metodologías la
primado del método participativas. complementaridad
significa que el Introduce en la , en el sentido que
investigador busca los investigación el investigador
contextos donde el educativa la complementa la
método puede ser historia, la axiología investigación. Y a
aplicado, y donde no y la ética. La diferencia de las
puede ser aplicado se producción de metodologías
considera que la conocimiento es la cientificistas y
investigación no tiene producción de críticas, carece de
sentido. Método valores. ideal de progreso
hipotético- como criterio
deductivo(Popper). regulativo. El
Metodologías principal criterio
modeladas en la regulativo de la
investigación de investigación
laboratorio. constructivista es
la solidaridad.
Cuadro1: Paradigmas de la Investigación Educativa según Guba (1990)
Fuente: Guba, E. (1990). Criteria for Assesing the truthworthiness of naturalistic
inquires. En E. Guba (Ed.). The Paradigm Dialog. Newbury, Park, CA.: Sage
Publications, pp. 17-27)
Tentativa de José Ramón Ortiz (1998).
Basado en los tres significados generales que Masterman (1975) les atribuyó, Ortiz
(1998) alude a una categorización de los paradigmas en la Investigación en
Ciencias Sociales, e identifica tres paradigmas que se corresponden,
respectivamente con los que plantea Guba (1990): (a) paradigma cientificista
(postpositivista), (b) paradigma ideológico (teoría crítica), y (c) paradigama
hermenéutico (constructivista).
Tentativa de Morales y Moreno (1993).
Estos autores afirman que para caracterizar un paradigma se han de tener en
cuenta los siguientes cinco criterios: (a) la posición que adopta en torno al método
de las ciencias; (b) la respuesta que da a la relación entre sujeto y objeto; (c) el
modo de abordar el problema de la objetividad; (d) los objetivos que le atribuyen a
la investigación; y, (e) la noción de causalidad que sustenta.
Tentativa de Hernández Rojas (1998). De acuerdo con este autor, los componentes
definitorios de la estructura de un paradigma son los siguientes: (a) Problemática,
es decir, espacio de la realidad que los integrantes de la comunidad científica que lo
suscriben deciden abordar (considerar, asumir, establecer) como campo (ámbito)
de análisis, estudio e investigación; la tarea de los científicos consiste en generar
soluciones prototípicas (ejemplares, dignas de ser imitadas) para estos problemas;
dichas soluciones contribuyen a ampliar las coordenadas teórico-explicativas del
paradigma; (b) Fundamentos Epistemológicos, los cuales se refieren a las
concepciones acerca del conocimiento y sus procesos de producción; (c) Supuestos
Teóricos, constituidos por los conceptos, principios, proposiciones, enunciados,
postulados, hipótesis, explicaciones constituyentes de la matriz disciplinar
compartida por los miembros de la comunidad; (d) Prescripciones Metodológicas,
conformadas por el "conjunto de métodos, procedimientos, técnicas y reglas que
acepta la comunidad de profesionales y que utilizan para el trabajos de
construcción y refinamiento (investigación) del paradigma" (p. 68); (e)
Proyecciones de uso o aplicación, "planteamientos, propuestas, procedimientos y
técnicas de aplicación (derivados especialmente de los principios y supuestos
teóricos) que proponen los paradigmas para analizar y solucionar problemáticas
concretas de un espacio determinado de la realidad" (p. 68).
El espacio problema constituye la dimensión ontológica, alude al recorte de la
realidad en la que se tiene interés indagatorio; esta visión interesada de una parte
de la realidad alude implícitamente a una postura valórica por cuanto es dicho
espacio al que se considera valioso y, por tanto, digno de ser estudiado,
investigado; es decir, un ámbito en el que vale la pena invertir recursos de múltiple
tipo y esfuerzos humanos, tanto individuales (cada investigador visto como persona
única) como colectivos (los investigadores agrupados, congregados, vinculados,
como constituyentes de una comunidad). Vistas de esta forma, las dimensiones
ontológica y sociológica no son desvinculables de modo alguno, mucho menos si en
la delineación de la primera va implicíta otra dimensión clave (no mencionada por
Hernández Rojas, 1998) que es la axiológica que, a su vez, conecta con prácticas
sociales de los miembros de la comunidad científica, en tanto que como individuos
o grupo, tienen la posibilidad de asumir "posturas ideológicas y políticas; vincularse
con determinados acontecimientos históricos-sociales; proponer asociaciones entre
comunidades científicas, o propiciar alianzas políticas" (Hernández Rojas, 1998, p.
76).
Las tentativas antes referidas rinden cuenta de diferentes esfuerzos realizados con
el fin de atrapar, confinar, clarificar la elusiva significación del vocablo paradigma;
los criterios utilizados han sido diversos; es así como Masterman (1975) hace
énfasis en los referentes (cuestiones filosóficas, sociológicas, o metodológicas);
Montero (1992) destaca el ámbito de aplicación (epistemológico, metodológico, o
práctico); Guba (1990) asume la perspectiva de las interrogantes que ha de
formularse el investigador científico en cuanto a la concepción que asumen frente a
la realidad, a su relación con el objeto de estudio y al instrumental que está
dispuesto a utilizar para apropiarse de la porción de la realidad en la cual está
interesado; Ortiz (1998) dilucida entre opciones alternativas que plantean
diferentes compromisos epistemológicos: ciencia postpositivista, ideología crítica y
hermenéutica constructivista; Morales y Moreno (1993), adoptan una perspectiva
pentagonal que tiene los siguientes vértices: el método, la respuesta
epistemológica, el aspecto ontológico, la intencionalidad teleológica, y la vinculación
de causas con efectos y Hernández Rojas (1998) identifica componentes claves en
la estructura de un paradigma: problemática, base epistemológica, teoría
subyacente, métodología prescripta y potencial de aplicación en otros ámbitos.
Sin embargo, a pesar de los esfuerzos antes reportados, el término paradigma
sigue siendo usado polisémicamente y la claridad de su significado sigue siendo un
fértil territorio de indagación; en este sentido, a continuación se reporta otra
tentativa para establecer criterios de acuerdo con los cuales se pudiera disponer de
una herramienta analítico conceptual que permitiera distinguir entre paradigmas.
Las fases del procedimiento aplicado fueron las siguientes: (a) registro de las
expresiones utilizadas por diferentes autores para referirse al término paradigma;
(b) identificación de los aspectos relevantes de cada expresión; (c) establecimiento
de las dimensiones de acuerdo con las cuales se podrían caracterizar y delimitar
paradigmas.
En el Cuadro 2 se consignan las expresiones que textualmente utilizaron los
diferentes autores consultados para referirse al término paradigma; los aspectos
relevantes de cada una de ellas se consignaron en el Cuadro 3.
AUTOR DEFINICIÓN
Briones (citado por Un paradigma de investigación es una concepción del
Hurtado y Toro, objeto de estudio de una ciencia, de los problemas para
1997) estudiar, de la naturaleza de sus métodos y de la forma de
explicar, interpretar o comprender los resultados de la
investigación realizada.
Capra (1996). Paradigma científico es una constelación de alcances,
términos, valores, técnicas, etc. que tiene una comunidad
científica en común y que son aplicados por esa comunidad
para la definición de problemas y soluciones legítimas.
Paradigma Social sería una constelación de términos,
valores, percepciones y prácticas que tienen en común una
comunidad y que forma una determinada vista, percepción
de la realidad que es el substrato de la manera como esta
sociedad se auto-organiza.
Contreras (1996). De acuerdo con Kuhn, un paradigma es un sistema de
creencias, principios, valores y premisas que determinan la
visión que una determinada comunidad científica tiene de la
realidad, el tipo de preguntas y problemas que es legítimo
estudiar, así como los métodos y técnicas válidos para la
búsqueda de respuestas y soluciones. En consecuencia el
enfoque o paradigma en que se inscribe un estudio,
sustenta el método, propósito y objetivos de la
investigación.
Damiani (1997). "Un paradigma constituye un sistema de ideas que orientan
y organizan la investigación científica de una disciplina,
haciéndola comunicable y modificable al interior de una
comunidad científica que utiliza el mismo lenguaje" (p. 56).
García Guadilla El paradigma hace referencia a un consenso
(1987) institucionalizado, implícito, en cuyo marco se insertan los
criterios de acuerdo con los cuales se enjuicia la validez del
quehacer profesional de los miembros de la comunidad que
comparten el paradigma, el cual proporciona problemas de
investigación y modos de abordarlos, así como también
criterios para enjuiciar la validez de las soluciones
propuestas, vocabulario e instrumental, tanto conceptual
como práctico. En resumen, un paradigma proporciona a
los miembros de la comunidad científica que lo aceptan,
una visión global de su campo de trabajo, de las normas de
investigación y de los posibles problemas a resolver, tanto
como de los patrones y tipos de soluciones posibles,
aceptables; de modo que el paradigma organiza y define la
práctica profesional de los miembros de la comunidad que
lo aceptan.
Cuadro 2 (cont.)
AUTOR DEFINICION
González (1997) Un paradigma constituye un marco conceptual en el que se
inscriben, como supuestos básicos subyacentes, creencias y
valores a los cuales los integrantes del grupo que lo
comparten se adhieren fuertemente, sin que sean siempre
explícitos o conscientes.
Grinspun (1974). Paradigmas son realizaciones científicas universalmente
conocidas que durante un cierto período de tiempo nos
ofrecen, además de los problemas, las soluciones modelos
para la comunidad que está involucrada con la ciencia.
Cuando hablamos de paradigma, por lo regular, nos
estamos refiriendo a un patrón, a una descripción que nos
oriente y nos haga comprender algún hecho explícito.
Paradigma es un modelo o patrón aceptado por una
determinada comunidad.
Hurtado y Toro Los paradigmas nos muestran, entonces, la diversidad de
(1997). las formas de conocer de una época y cada uno de ellos
constituye un modo común fuera del cual no es posible
conocer.
Marquiegui (1997). Por paradigma se entiende un conjunto de pareceres,
intuiciones, modos de comprender la realidad. Su
característica fundamental es su coherencia y su supuesta
evidencia. Otra no menos importantes es que es
compartida por la sociedad, o por un segmento de ésta lo
que permite poder interactuar dentro de la misma en el
universo de un conjunto simbólico compartido. Viene a
constituir un idioma a través del cual se ve, se comprende
y se actúa en la sociedad.
Martínez (1989). Los paradigmas son "diferentes sistemas de reglas del
juego científico", son "estructuras de razonamiento o de la
racionalidad"; por ello, constituyen la lógica subyacente
que guía el corazón de la actividad científica y, en último
término, proporcionan la explicación de los sistemas de
explicación" (p. 18).
Martínez (1993, " un paradigma científico puede definirse como un principio
citando a Morin, de distinciones-relaciones-oposiciones fundamentales entre
1992) algunas nociones matrices que generan y controlan el
pensamiento, es decir, la constitución de teorías y la
producción de los discursos de los miembros de una
comunidad científica determinada (Morin, 1982). El
paradigma se convierte, así, en el principio rector del
conocimiento y de la existencia humana" (pp 62-63)
Cuadro 2 (Cont.)
AUTOR DEFINICIÓN
Montero (1992). Paradigma, un modelo de acción para la búsqueda del
conocimiento... ejemplo, o ejemplar que muestra cómo
hacer para hallar la respuesta a los problemas que la
ignorancia o el saber nos plantean (mayéutica socrática, la
deducción aristotélica, la lógica formal con sus relaciones
circulares entre premisas y conclusión y sus modos de
formular nuevas propuestas; la inducción originadora del
empirismo, el cartesianismo que dio lugar al
deductivismo...); un modo de conocer, una vía preferente
de producción de conocimiento...
Morales y Moreno El término paradigma fue acuñado por Kuhn para hacer
(1993). referencia a un conjunto de suposiciones interrelacionadas
que proporcionan un marco filosófico para el estudio
organizado de este mundo.
Moreno (1993) Un paradigma vendría a ser " una estructura coherente
constituida por una red de conceptos a través de los
cuales ven su campo los científicos, una red de creencias
teóricas y metodológicas entrelazadas que permiten la
selección, evaluación y crítica de temas, problemas y
métodos, y una red de compromisos entre los miembros
de una comunidad científica, todo lo cual implica una
definición específica del campo de la ciencia
correspondiente, y se expresa en una tradición orgánica
de investigación científica" (p. 53)
Planchart (1978) Los paradigmas constituyen realizaciones científicas
universalmente reconocidas que, durante cierto tiempo,
proporcionan modelos de problemas y de soluciones a una
comunidad científica.
Rivas Balboa "un paradigma es una síntesis de creencias, compromisos
(1996). grupales, maneras de ver, compartidas por una comunidad
científica" ... un paradigma se presenta como un principio
capaz de producir distinciones, relaciones, oposiciones
fundamentales entre nociones, las cuales generan y
controlan las teorías y discursos de una comunidad
científica.... los paradigmas funcionan a manera de
patrones, modelos mentales o reglas operativas que tiene
funciones específicas: a) establecen los límites de los
enfoques teóricos y prácticos; b) explican cómo resolver
problemas dentro de esos límites; c) determinan y guían
nuestras percepciones; d) actúan como filtros selectores de
información; e) pautan la acción más adecuada en cada
caso (pp 7-8). Para Rivas Balboa, un paradigma es una red
de creencias teóricas y metodológicas entrelazadas que
permiten la selección, evaluación y crítica de temas,
problemas y métodos, y establece una red de compromisos
entre los miembros de una comunidad ( p. 17).
Cuadro 2 (Cont.)
AUTOR DEFINICION
Ruiz Bolívar (1992). Un paradigma es entendido como el conjunto de
conceptos, valores, técnicas y procedimientos compartidos
por una comunidad científica, en un momento histórico
determinado, para definir problemas y buscar soluciones
(p. 178).
Ruiz Bolívar (1997). Kuhn introduce la noción de paradigma para denotar la
manera consensual como la comunidad científica de una
época determinada asume la producción de conocimientos.
Por lo tanto, un paradigma puede ser entendido como un
sistema de creencias, valores y técnicas que comparten los
miembros de una comunidad científica. Es decir, un
paradigma es una manera de hacer ciencia que supone
una forma de interpretar la realidad, una metodología para
abordarla y problemas típicos de investigación. (p. 11).
Shulman (1989). El concepto de paradigma comenzó a formar parte del
vocabulario de trabajo de los científicos sociales bajo la
influencia del Thomas Kuhn (La Estructura de las
Revoluciones Científicas). En el sentido que Kuhn le asigna
al término, un paradigma es un compromiso implícito, no
formulado ni difundido, de una comunidad de estudiosos
con determinado marco conceptual.
Cuadro 2: Expresiones usadas por diferentes autores para referirse al término
paradigma
Un análisis preliminar de las expresiones consignadas en el Cuadro 2, permitió
identificar los aspectos relevantes en cada una de ellas, los cuales se muestran en
el Cuadro 3.
Cuadro 3
AUTOR ASPECTOS RELEVANTES
Briones (citado por Concepciones acerca de: objeto de estudio de una ciencia,
Hurtado y Toro, problemas a estudiar, formas de explicar, comprender e
1997) interpretar los resultados de la investigacion
Capra (1996). Alcances, términos, valores y técnicas compartidos;
aplicados para: definir problemas y legitimar soluciones
Contreras (1996). Sistema de creencias, principios, valores y premisas; visión
de la realidad; tipos de problemas legítimos, métodos y
técnicas válidos para buscar respuestas y soluciones.
Damiani (1997). Sistema de ideas que orientan y organizan la investigación,
la hacen comunicable y modificable en el seno de la
comunidad; lenguaje compartido.
Cuadro 3 (Cont.)
AUTOR ASPECTOS RELEVANTES
García Guadilla Consenso institucionalizado implícito (compartido por
(1987) miembros de la comunidad científica); contexto
propiciatorio de acuerdos acerca de la validez del quehacer
profesional; proporciona: problemas de investigación a
resolver y modos de abordarlos; criterios para enjuiciar la
validez de las soluciones; vocabulario; instrumental
conceptual y práctico; visión global del campo de trabajo;
patrones y tipos de soluciones posibles y aceptables;
organiza y define la práctica profesional
González (1997) Marco conceptual: supuestos básicos subyacentes.
Creencias y valores a los cuales se adhieren los miembros
de la comunidad que los comparten.
Grinspun (1974). Realizaciones (logros) científicos universalmente
reconocidos (es decir, compartidos por todos los
integrantes de una comunidad científica determinada).
Historicidad: vigencia durante un cierto período de tiempo;
ofrece problemas y soluciones-modelo a los miembros de
la comunidad que los aceptan.
Hurtado y Toro Forma o modo común de conocer en una determinada
(1997). época.
Marquiegui (1997). Conjunto de pareceres, intuiciones, modos de comprender
la realidad; coherente; compartido por la sociedad o por
un segmento de ella; conjunto simbólico compartido;
idioma a través del cual se ve, se comprende y se actúa
en la sociedad.
Martínez (1989). Sistemas de reglas del juego científico; estructuras de
razonamiento; lógica subyacente que guía la actividad del
científico.
Martínez (1993, Nociones matrices que generan y controlan el pensamiento
citando a Morin, (constitución de teorías y producción de discursos) de los
1992) miembros de una comunidad científica; principio rector del
conocimiento.
Montero (1992). Modelo de acción para la búsqueda del conocimiento;
muestra cómo hacer para hallar respuestas (soluciones) a
los problemas; modo de conocer; vía preferente de
producción de conocimientos.
Morales y Moreno Marco filosófico (suposiciones interrelacionadas) para el
(1993). estudio organizado del mundo.
(Cont.)
AUTOR ASPECTOS RELEVANTES
Moreno (1993) Estructura coherente; proporciona definición específica del
campo; red de conceptos, creencias teóricas y
metodológicas entrelazadas, compromisos a través de la
cual los miembros de una comunidad científica: ven su
campo; seleccionan, evalúan y critican temas, problemas y
métodos.
Planchart (1978) Realizaciones científicas universalmente reconocidas
durante cierto tiempo; proporcionan modelos de
problemas y soluciones a los miembros de la comunidad.
Rivas Balboa (1996). Síntesis de creencias, compromisos grupales, modeos de
ver el mundo compartidas por miembros de una
comunidad científica; nociones que generan y controlan
sus teorías y discursos; funcionan como (dinámica):
patrones, modelos mentales, reglas operativas; Tienen
como funciones: delimitar ámbito teórico y práctico del
accionar investigativo de los miembros de la comunidad
científica que lo comparten; explicar cómo resolver
problemas dentro de ese ámbito; guiar percepciones de
los miembros de la comunidad científica; filtrar
selectivamente la información; establecer pautas de acción
adecuadas.; red de creencias teóricas y metodológicas
entrelazadas y de compromisos (de los miembros de una
comunidad científica) que sirven de base para seleccionar
(evaluar y criticar) temas (problemas y métodos).
Ruiz Bolívar (1992). Conceptos, valores, técnicas, procedimientos compartidos
por miembros de una comunidad científica en un momento
histórico determinado; base para definir problemas y
buscar soluciones
Ruiz Bolívar (1997). Manera consensual como los miembros de una comunidad
científica asumen la producción de conocimientos; sistema
de creencias valores, técnicas compartidos; una manera
de hacer ciencia; una forma de interpretar la realidad; una
metodología para abordarla; un conjunto de problemas
típicos (modelos ejemplares) de investigación.
Shulman (1989). Compromiso implícito de una comunidad de estudiosos con
un determinado marco conceptual.
Cuadro 3: Aspectos relevantes de las expresiones sobre Paradigma aportadas por
varios autores
Aspectos a considerar en la delimitación y caracterización de un Paradigma
La identificación de los elementos relevantes de las expresiones utilizadas por
diferentes autores para referirse al vocablo paradigma, y que fueron consignados
en el Cuadro 3, permitió develar aspectos que pueden ser utilizados para distinguir
paradigmas; en consecuencia, se ofrecen como dimensiones conceptualizadoras
que permiten delimitarlos; dichos elementos se muestran en la Tabla 1.
ASPECTO
1. Carácter sociológico
Nivel de consenso y aceptación en el seno de la comunidad.
Vigencia, actualidad y contemporaneidad de sus planteamientos.
Relacionabilidad estructural y sistémica de sus diferentes elementos.
Precisión en cuanto a alcance y límites del ámbito de la realidad que pretende
abarcar.
Estatuto metodológico.
Criterios de Legitimación de las afirmaciones que se hacen en su seno.
Lenguaje que suscribe.
Criterios organizacionales del quehacer profesional de los miembros de la
comunidad.
Modos de Producción de saberes que privilegia.
Prescripciones relacionadas con los modos de actuación de los miembros de la
comunidad.
Tabla 1: Elementos utilizables para distinguir paradigmas
Los aspectos incluidos en la Tabla 1 indican que, para delimitar y caracterizar un
paradigma, han de tenerse en cuenta los siguientes aspectos: (1) carácter
sociológico, es decir, la referencia a la comunidad científica que lo asume; (2)
exigencia consensual, lo cual alude a la necesidad de aceptación general y no
impuesta de modos básicos de actuación; (3) historicidad, reconocimiento de la
vigencia temporal; (4) naturaleza estructural y sistémica, referida a la presencia de
una organización armoniosa, integrada y completa de diferentes componentes; (5)
instrumentalidad demarcadora, delimitación de un ámbito de estudio; (6) estatuto
metodológico, convenios en cuanto a los medios para abordar la porción de la
realidad en la que se tiene interés; (7) contexto de legitimación, criterios para
evaluar las propuestas de solución a los problemas abordados; (8) lenguaje, modos
y medios de expresión y comunicación convencionalmente aceptados; (9) aspecto
organizacional, sistema de jerarquías y relaciones inter e intracomunitarias; (10)
naturaleza epistemológica, modos para producir saberes privilegiados en el seno de
la comunidad y, (11) carácter prescriptivo, normas de actuación convenidas.
Seguidamente, se expondrá en detalle el alcance de cada una de las dimensiones
paradigmáticas aludidas.
1. Carácter sociológico. Una de las primeras cuestiones que se puede constatar es
que un paradigma presupone la existencia de una comunidad de científicos,
investigadores y/o estudiosos profesionales. Sobre esta base se podría resaltar, en
primera instancia, la dimensión sociológica del término paradigma; es decir, sólo es
concebible la existencia de un paradigma cuando está orgánicamente vinculado y es
suscrito por los miembros de una comunidad de personas que, profesionalmente,
comparten un quehacer científico, investigativo y/o de estudio. Navarro (1997)
considera que esta sociologización de la ciencia es uno de los más grandes aportes
de Kuhn, quien consideró "a la comunidad científica (i.e. practicantes de una
especialidad científica) como el eje principal del desarrollo científico y no
únicamente a los individuos, como entes aislados, generadores de teorías,
encerrados dentro de las paredes de un laboratorio" (Navarro, 1997, p. 11);
reconociendo con esto que "aunque la ciencia es practicada por individuos, el
conocimiento científico es intrínsecamente un producto grupal y ni su peculiar
eficacia ni la manera en que se desarrolla será entendida sin referencia a la
naturaleza especial de los grupos que la producen" (Kuhn, citado por Navarro,
ibidem).
2. Exigencia consensual. Un paradigma constituye: (a) una constelación de
alcances, términos, valores y técnicas que los miembros de una comunidad
científica tienen en común (Capra, 1995); (b) un consenso institucionalizado
implícito (García Guadilla, 1987); (c) un modelo o patrón aceptado por una
comunidad (Grinspun, 1974); (d) un conjunto de pareceres, intuiciones, modos de
comprender la realidad compartido por la sociedad o un segmento de ella
(Marquiegui, 1997); (e) una síntesis de creencias, compromisos grupales, maneras
de ver, compartidas por una comunidad científica (Rivas Balboa, 1996); (f) una
manera consensual como los miembros de una comunidad científica asumen la
producción de conocimientos (Ruiz Bolívar, 1997) y (g) un compromiso implícito de
una comunidad de estudiosos (Shulman, 1989).
3. Historicidad. Esta dimensión refiere que un determinado paradigma tiene
vigencia durante y/o en un lapso temporal preciso, aun cuando esta temporalidad
no sea establecible a priori; desde este punto de vista, un paradigma: (a) ofrece,
durante cierto tiempo, además de los problemas, las soluciones modelo (Grinspun,
1997; Planchart, 1978); (b) muestra la forma de conocer de una época (Hurtado y
Toro, 1997) y (c) constituye un conjunto de conocimientos, valores, técnicas y
procedimientos compartidos por una comunidad científica en un momento histórico
determinado (Ruiz Bolívar, 1997).
4. Naturaleza estructural y sistémica. Las imágenes con las que los autores
consultados pretenden ofrecer una visualización gráfica de la noción de paradigma
son varias; se le presenta como: (a) constelación (Capra, 1995); (b) sistema
(Contreras, 1996; Damiani, 1997; Ruiz Bolívar, 1997); (c) marco conceptual
(González, 1997); (d) conjunto (Marquiegui, 1997; Morales y Moreno, 1993; Ruiz
Bolívar, 1992); (e) estructura (Moreno, 1993); (f) red (Martínez, 1993; Rivas
Balboa, 1996) y (g) marco filosófico (Morales y Moreno, 1993). Sin embargo, a
pesar de su aparente diversidad, en estas expresiones subyace la idea de que un
paradigma constituye una totalidad organizada. Efectivamente, las nociones de
sistema, constelación, marco, conjunto, estructura y red, de algún modo, sugieren
que los elementos, partes, componentes de un paradigma "no constituyen un
simple agregado, sino que se hallan ordenados y concertados en una determinada
forma" (Martínez, 1989, p. 60); es decir, conforman una estructura, "una red de
elementos que pierden su condición de tales al unirse entre sí en forma
interdependiente, y al relacionarse con ella mediante el desempeño de una función"
(ob. cit., pp. 184-185); la interrelación entre sus elementos componentes hace que
el comportamiento de cada uno de éstos altere y, a su vez, se vea alterado por el
de todos los demás; en esto consiste el carácter sistémico de un paradigma.
5. Función como instrumento demarcador del ámbito abarcado por el quehacer
profesional de los miembros de la comunidad que lo suscribe. En este sentido, el
paradigma contribuye a delimitar tanto el objeto de estudio como los modos como
éste debe ser abordado, estudiado, considerado, tratado, etc. El primero de estos
aspectos remite a la dimensión ontológica del paradigma, en tanto que el segundo
conlleva una connotación metodológica. Se tiene así que, un paradigma: (a) implica
una concepción del objeto de estudio (Briones, citado por Hurtado y Toro, 1997);
(b) determina la visión de la realidad (Contreras, 1996); (c) proporciona una visión
global del campo de trabajo (García Guadilla, 1987); (d) implica una definición
específica del campo de la ciencia correspondiente (Martínez, 1993). La dimensión
ontológica del paradigma, es decir, la visión de la realidad que soporta, se expresa
mediante la declaración, definición y delimitación de los problemas que son
legítimamente considerados como dignos de ser estudiados por los profesionales
que lo suscriben. De tal modo que, al suscribir un paradigma, los miembros de una
comunidad científica adquieren un repertorio de problemas para estudiar (Briones,
citado por Hurtado y Toro, 1997; Grinspun, 1974) o resolver (García Guadilla,
1987), junto con sus respectivas definiciones (Capra, 1995; Ruiz Bolívar, 1992),
tipos (Contreras, 1996) y modelos (Planchart, 1978).
6. Carácter de estatuto metodológico. En este sentido, el paradigma proporciona no
sólo los problemas considerados como dignos de estudio, sino también un régimen
de acuerdo con el cual se ha de llevar a cabo su abordaje; por ello, un paradigma:
(a) establece la naturaleza de los métodos utilizados en los esfuerzos que se
realicen para encontrar la solución a los problemas (Briones, citado por Hurtado y
Toro, 1997); (b) abarca las técnicas aplicables (Capra, 1995); (c) determina
métodos y técnicas válidas para la búsqueda de respuestas y soluciones (Contreras,
1996); (d) proporciona modos de abordar los problemas de investigación (García
Guadilla, 1987); (e) muestra cómo hacer para hallar la respuesta a los problemas
(Montero, 1992); (f) explica cómo resolver los problemas (Rivas Balboa, 1996); (g)
señala las técnicas y procedimientos (Ruiz Bolívar, 1992) y (h) proporciona una
manera de abordar la realidad (Ruiz Bolívar, 1997).
7. Constitución como Contexto de Legitimación. Desde este punto de vista, un
paradigma dota a quienes lo suscriben de un régimen según el cual se han de
evaluar las propuestas de solución a los problemas estudiados; así, el paradigma:
(a) proporciona criterios con los que se legitiman las soluciones encontradas, o sea,
se establece si una solución es legítima o no (Capra, 1995); (b) proporciona
criterios para enjuiciar la validez, tanto del quehacer profesional de los miembros
de la comunidad científica como de las soluciones por ellos propuestas; y,
simultáneamente, ofrece los patrones y tipos de soluciones posibles y aceptables
(García Guadilla, 1987); (c) aporta elementos que permiten seleccionar, evaluar y
criticar temas, problemas y métodos (Martínez, 1993), y (d) sustenta tanto el
método como los propósitos y objetivos de la investigación (Contreras, 1996).
8. Invocación como un Lenguaje. En efecto, las ideas integradoras de un paradigma
contribuyen a organizar el proceso de búsqueda de soluciones a los problemas (i. e.
la investigación) y denotan o designan sus productos o resultados; de este modo, el
paradigma contribuye a hacer comunicable y modificable la acción investigativa que
se lleva a cabo en el seno de la comunidad científica que comparte el mismo
lenguaje (Damiani, 1997). En este sentido, un paradigma constituye "un idioma a
través del cual se ve, se comprende y se actúa en la sociedad" (Marquiegui, 1997)
y dota a los miembros de la comunidad científica de "un vocabulario e instrumental,
tanto conceptual como práctico" (García Guadilla, 1987).
9. Aspecto organizacional. Desde este punto de vista, un paradigma remite a un
conjunto de criterios para disponer, arreglar y ordenar el quehacer investigativo y/o
el accionar laboral de los miembros de la comunidad científica que lo adopta; es
decir, organiza y define la práctica profesional de los miembros de la comunidad
que lo ha aceptado (García Guadilla, 1987). Además, (a) representa un universo
simbólico compartido en cuyo marco interactúan los profesionales que lo comparten
(Marquiegui, 1997); (b) constituye "la lógica subyacente que guía el corazón de la
actividad científica" (Martínez, 1989); (c) "es el principio rector de la existencia
humana" (Morin, citado por Martínez, 1993) y (d) pauta las acciones de los
científicos que se consideran adecuadas en cada uno de los casos que deben
afrontar (Rivas Balboa, 1996).
10. Naturaleza epistemológica. Éste es uno de los aspectos más relevantes de un
paradigma; alude a los modos de producción de saberes que los miembros de la
comunidad científica asumen como legítimos, los cuales se corresponden con "la
forma de explicar, interpretar o comprender los resultados de la investigación"
(Briones, citado por Hurtado y Toro, 1997) y representan las "normas de la
investigación" (García Guadilla, 1987). En relación con su aspecto epistemológico,
puede decirse que un paradigma: (a) representa la forma de conocer predominante
en una época histórica dada (Hurtado y Toro, 1997); (b) alude a un modo de
comprender la realidad (Marquiegui, 1997); (c) constituye una "estructura de la
racionalidad" (Martínez, 1989); (d) refiere a las "distinciones-relaciones-oposiciones
fundamentales entre algunas nociones matrices que generan y controlan el
pensamiento, es decir, la constitución de teorías y la producción de los discursos de
los miembros de una comunidad científica determinada" (Morin, citado por
Martínez, 1993), por ello, se convierte en "principio rector del conocimiento
(ibidem); (e) representa un "modelo de acción para la búsqueda del conocimiento,
un modo de conocer, una vía preferente de producción de conocimientos" (Montero,
1992); (f) proporciona "un marco filosófico para el estudio organizado del mundo"
(Morales y Moreno , 1978); (g) puede ser asumido como un principio generatriz y
controlador de las teorías y discursos de una comunidad científica (Rivas Balboa,
1996) y (h) remite al modo como "la comunidad científica de una época
determinada asume la producción de conocimientos" (Ruiz Bolívar, 1997).
11. Carácter prescriptivo. Éste es perceptible a través de los señalamientos,
ordenaciones y regulaciones mediante las cuales los miembros de la comunidad
científica que suscriben un determinado paradigma, se ven conminados a actuar de
conformidad con ciertas reglas operativas, no necesariamente explícitas ni
conscientes (González, 1997), pero que "(a) establecen los límites de los enfoques
teóricos y prácticos; (b) explican cómo resolver problemas dentro de esos límites;
(c) determinan y guían nuestras percepciones; (d) actúan como filtros selectores de
información y (e) pautan la acción más adecuada en cada caso" (Rivas Balboa,
1996, pp. 7-8); en definitiva, la prescriptividad, no como posibilidad inminente de
fenecer, sino como ordenamiento y regulación, asocia a un paradigma con "una
manera de hacer ciencia que supone una forma de interpretar la realidad, una
metodología para abordarla y problemas típicos de investigación" (Ruiz Bolívar,
1997, p. 11).
Análisis psicolingüístico del término Paradigma
En esta parte del trabajo, el vocablo paradigma será analizado tomando en
consideración recursos provenientes del campo de la Psicolingüística. Para ello se
utilizarán el Triángulo de Referencia de Schmidt (citado por Lizt, 1997) y el
Esquema Epistémico Cognitivo de la Palabra propuesto por Becerra (1998). Estos
dos autores abordan el estudio de procesos cognitivos de orden superior, tales
como el entendimiento y la comprensión, a través de los vínculos que pueden
establecerse entre las palabras y las ideas, ubicando éstas últimas en lugares y
contextos históricos determinados, con lo cual incorporan perspectivas tanto
psicológicas como sociológicas en la interpretación del significado de los términos
que se utilizan para designar prácticas sociales, como es el caso del quehacer
investigativo que llevan a cabo los científicos.
El triángulo de referencia: énfasis en las ideas sugeridas
De acuerdo con Lizt (1997), "la palabra es la unidad natural e intuitiva de la
investigación lingüística" (p. 40). Para el estudio del significado de las palabras,
este autor recurre al Triángulo de Referencia propuesto por Schmidt (Lizt, 1997, p.
43) en cuyos vértices coloca: (a) la palabra; (b) el objeto designado por la palabra
y, (c) el concepto, es decir, "las representaciones desencadenadas por los objetos"
(ibid); esto último da lugar a que la asignación de significado a una palabra, de
algún modo, tenga carácter subjetivo por cuanto constituye "el proceso de
interpretación del signo (palabra) por el usuario, es decir, su reacción al referente
(objeto) y a la señal (palabra)" (Lizt, 1997, p. 43) (paréntesis añadidos).
En un intento por aplicar el Triángulo de Referencia de Schmidt al análisis
psicolingüístico del vocablo paradigma, podría decirse lo siguiente: con el
término/vocablo paradigma -actuando como un operador sígnico o señal- se alude
a una colección de objetos/referentes constituida por la práctica investigativa que
llevan a cabo los miembros de una comunidad científica en un lugar y tiempo
histórico determinados.
La trama/enlace siguiente:
Actualiza en los usuarios del término paradigma, un conjunto de ideas tales como:
referencia a fructíferas prácticas de investigación compartidas; teorías que sirven
de modelo a la investigación científica; realizaciones que alguna comunidad
científica particular reconoce, durante cierto tiempo, como fundamento de su
práctica; concepción particular que establece cuál es el tipo de ideal científico, de
modelo a seguir en la investigación científica; criterios según los cuales, en un lugar
y momento histórico determinados, se considera científicamente aceptable una
investigación (Montes, 1995). El Gráfico 1 se propone como esquema visualizador
de la interpretación psicolingüística del vocablo paradigma que aquí se sugiere.
Fig. 1: Esquema para un análisis del vocablo paradigma
Es de hacer notar que en este caso, la significación de la palabra paradigma no está
dada solamente por el vínculo directo de ella con el proceso (objeto) al cual refiere,
es decir, la práctica investigativa, sino por una serie de condicionantes (sociales,
culturales, epistemológicos, psicológicos, políticos) que presenta este modo de
actuación social. Podría decirse que hay una especie de mediación de segundo
orden en la atribución del significado al término.
Por otro lado, en tanto se vincula con atributos caracterizadores y, por tanto,
diferenciadores de una cierta práctica social (la investigación), puede afirmarse que
paradigma adquiere de este modo un carácter conceptual, es decir, al hablar de
paradigma se hace referencia, no a un vocablo aislado, sino a una expresión que
connota y, al mismo tiempo, denota una estructura categórico conceptual de índole
social, sumamente amplia, que abarca una gran variedad de "asociaciones
mediadoras" (Lizt, 1997, p. 50), sobre cuya base un investigador, considerado
individualmente, fija posición frente a los objetos, sucesos o procesos propios de la
disciplina científica que él practica. Puede señalarse, además, que paradigma es
una "palabra -referente-representación, P-R-R" (Becerra, 1998, p. 7).
Así mismo, la raigambre sociológica y por tanto histórica, de la práctica a la cual se
alude con él, hace que el significado del vocablo paradigma esté sometido
permanentemente a "modificaciones dependientes de convenciones sociales
cambiantes, de contextos, situaciones e interpretaciones individuales" (Lizt, 1997,
p. 52). De hecho, Montes (1995) ha planteado un programa para el
enriquecimiento del concepto de paradigma que incorpore, a la perspectiva
kuhnniana, tanto la dimensión social del proceso de producción de conocimientos
como los factores psicológicos implicados en el mismo (Montes, 1995, p. 40).
Esquema epistémico cognitivo de la palabra: la subjetividad del significado
Becerra (1996) afirma que existen varias formas de aprehender el significado de las
palabras: (a) según como las usen o empleen los demás; (b) por las acciones y
reacciones tanto conductuales como actitudinales de las personas; (c) por las
acepciones que aparecen recogidas en los diccionarios del idioma; (d) mediante
definiciones explícitamente formuladas que fijan en el discurso lo que se quiere que
las palabras denoten de modo consistente" (p. 95). Para este autor, las palabras
son las "unidades fundamentales de significación y sentido del lenguaje"; ellas
constituyen "símbolos de las ideas". La aprehensión de su significado es una tarea
pluridisciplinaria, pues corresponde al filólogo estudiar su etimología y desentrañar
su significado primigenio y original; el filósofo se preocupa por establecer la esencia
del asunto al cual ellas se refieren; el poeta las enhebra tejiendo arpegios
metafóricos de profunda belleza; y el científico las convierte en los medios por los
cuales interpreta la realidad que constituye su objeto de estudio (Becerra, 1996;
pp. 90-91).
Para estudiar el significado de alguna palabra, Becerra (1998) propone un
instrumento [coincidente con el Triángulo de Referencia de Schmidt (referido en
Lizt, 1997)] que él denomina Esquema Epistémico Cognitivo de la Palabra y en el
cual vincula "(1) el nombre que adquiere la palabra, (2) referencia a la que alude,
(3) el tipo de relaciones que se establece entre ellos y (4) el significado que le
atribuye su productor: (p. 3) (ver Gráfico 2).
Gráfico 2. Esquema Epistémico Cognitivo de la Palabra Fuente: Becerra (1998)
Becerra (1998) destaca el carácter subjetivo del significado cuando afirma que éste
es el "efecto de un estado interior de relaciones y correlaciones que expresan una
sensación derivada de alguna forma de interacción con el entorno que nos circunda
así como con nuestro propio Yo" (p. 3). Es más, las palabras pueden llegar a
adquirir un "valor personal agregado" que hace posible convertirlas en patrones de
conducta física, afectiva y comunicativa.
De acuerdo con este mismo autor, las palabras cumplen, al menos, dos funciones,
(a) sustantivo-comunicativa: la palabra (vocablo) se convierte en un modelo
representacional de aquello a lo cual se alude con ella, es decir, profiriéndola; con
el uso oral o escrito se piensa, se designa y se denota al ente aludido por ella; (b)
pragmática: ella incita a la acción o la impide: "con las palabras no sólo se diseña y
organiza la acción, sino también se regula la ejecución de la actividad" (p. 91).
Además, sostiene que, si se desea aprehender el pleno significado de una palabra,
es preciso considerar todas sus dimensiones conceptualizadoras, las cuales
permiten, respectivamente: captar lo que ella denota; asimilar los diferentes
productos o procesos que con ella se aluden; establecer su espacio y/o alcance y
vincularla con el hacer o el no hacer de quienes la escuchan, ven o leen.
En concordancia con lo anterior, un análisis pleno de una palabra reclama una
ubicación en sus cuatro dimensiones de caracterización: literal, holística o global,
contextual y subliminal. El alcance de las cuatro dimensiones caracterizadoras de
una palabra que sugiere Becerra (1996), se muestran en el Cuadro 4
DIMENSIÓN ÁMBITO
1. Literal (entender) Acepción concreta, precisa y específica en el marco del
discurso técnico y/o científico.
Holística (comprender) Polisemia, diversidad semántica; variedad de
acepciones que provoca al ser usada en el lenguaje
cotidiano.
Contextual (ubicar) Repertorio de referentes implícitos asociados con ella;
vinculación con otras expresiones; potencialidad
productiva de significados.
Subliminal (motivar) Conjunto de experiencias sensoriales y psíquicas
(sensaciones y afectos) que puede desencadenar en las
personas.
Cuadro 4: Dimensiones caracterizadoras de una palabra Fuente: Basado en
Becerra (1996)
Al aplicar las cuatro dimensiones caracterizadoras de un palabra, expuestas por
Becerra (1996), con respecto al término paradigma puede señalarse que:
La Dimensión Literal se vincula con la relación directa que alude al carácter
ejemplar, en el sentido de ejemplo-modelo, que se le atribuye a un cierto modo de
ejercer el quehacer investigativo en determinada comunidad.
La Dimensión Global (Holística) toca el aspecto relacionado con los significados y
connotaciones que la palabra paradigma adquiere cuando se usa en estado copular
o en conjunto con otra palabra, dando lugar así a otra expresión cuyo significado es
producto de la sinergia significante que se logra con la conjunción de los
significados que aporta cada vocablo en particular; tal es el caso, por ejemplo, de la
expresión "paradigma científico". En este caso, se conjungan la dimensión literal de
paradigma con la connotación social de la actividad propia de quien se dedica a
hacer ciencia; de modo que con la expresión "paradigma científico" se hace
referencia a un modo ejemplar de llevar a cabo la actividad social de generar
conocimientos mediante la práctica de la actividad científica.
La Dimensión Contextual, refiere el carácter polisémico del vocablo paradigma, es
decir, el conjunto de significados que puede adquirir según el contexto en el cual
esté siendo utilizado; de este modo, se recogen en esta dimensión los significados
que, por uso, adquiere la palabra paradigma en diferentes contextos: lingüístico
(v.g. modelo de acuerdo con el cual se conjungan los verbos de una cierta clase),
psicolingüístico (v.g. las elaboraciones ideativas que se suscitan en una persona en
presencia, lectural o auditiva, del vocablo), científico (v.g. aceptabilidad de ciertas
prácticas investigativas), entre otros.
La Dimensión Subliminal incluye las actuaciones o conductas que, sin vinculación
directa aparente con el vocablo, llevan a cabo quienes comparten un paradigma
(científico, por ejemplo). Es en esta dimensión donde se genera la sensibilidad
necesaria para detectar a quienes no estén actuando de conformidad con los
postulados de un paradigma. Esta dimensión es, también, el territorio para la
detección de las anomalías no resueltas y que, eventualmente, darán lugar a lo que
Kuhn denomina "revoluciones científicas".