CLASE VIRTUAL O Donnell
CLASE VIRTUAL O Donnell
O´DONNELL, GUILLERMO (1985) Apuntes para una teoría del Estado. En Oszlak,
Oscar (comp) Teoría de la burocracia estatal. Ed. Paidós, Bs. As.
Una sugerencia preliminar: desde el minuto cero de lectura del texto, tengan en cuenta que
el concepto de Estado que introduce O´Donnell es analizado desde dos aspectos (como
relación social y aparato institucional), y uno de ellos es “invisible”. Es decir, que una de
las dimensiones del Estado (la primera de ellas) no podemos observarla y palparla como si
fuese una oficina pública o un organismo estatal (un ministerio, el hospital público, una
oficina de ANSES o AFIP, tribunales), sino que hace referencia a la “presencia” del Estado
en la sociedad mediante otros modalidades como el derecho, la ideología y los recursos de
poder.
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ámbitos puede pensarse en forma separada del otro (a diferencia de lo que pensaba el
pluralismo, en cuanto a que la sociedad se autorregulaba y requería del Estado en ciertas
ocasiones y siempre con funciones mínimas).
La sociedad capitalista
O´Donnell parte su teoría del Estado a partir de caracterizar la sociedad capitalista, la cual
es entendida como conformada por clases sociales1: clase burguesa (dueños de los medios
de producción) y clase obrera/proletariado (dueño y libre de vender su fuerza de trabajo),
tal cual la concibe el marxismo y el neomarxismo. En esta sociedad capitalista, hay
explotación y dominación con el fin de extraer y apropiarse de la plusvalía. Como es de
explotación (por la apropiación de la plusvalía por parte de la burguesía), la relación es
inherentemente conflictiva y contradictoria, independientemente de su reconocimiento por
los actores y también porque se encubre ideológicamente.
En tanto, la dominación, en general, es la capacidad actual y potencial de imponer
regularmente la voluntad sobre otros, incluso contra su resistencia. Es relacional porque hay
una vinculación asimétrica entre sujetos sociales, constituidos como clases. Es asimétrica
debido al control diferencial de recursos básicos de la dominación: económicos (por
ejemplo, quien tiene el torno), información (cómo puede funcionar mejor el torno,
conocimiento científico), coerción física (de última ratio o último recurso, es más costosa
porque “desnuda” la dominación), ideológicos (el torno tiene soberanía nacional,
consentimiento de la desigualdad).
Cuando alguien tiene poder, pensemos en estos recursos: ¿qué tipo de recursos
(económicos, de información, ideológicos, coercitivos) tiene alguien para poder serlo?
La clase social es la condición de acceso a los recursos de la dominación, es decir,
probabilidades desiguales de lograr prestigio social, educación, disponibilidad de recursos
para volcarlos en el plano político, ser oído socialmente, etc. La sociedad en su conjunto
produce recursos de dominación, no solamente los sectores dominantes, aunque los sectores
subalternos no tienen posibilidad de lograr hegemonía debido a sus recursos escasos.
El autor hace mención a una relación social que constituye a capitalistas y trabajadores en
clase social. La relación social es entre estos sujetos sociales que son lo que son en virtud
de ese vínculo y cuya articulación expresa un sistema de dominación social que crea el
capital y permite reproducirlo como un proceso de acumulación.
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explotación y dominación) que no podría mantenerse sin la intervención del Estado. En este
marco, el Estado es garante de las relaciones sociales, pero no de los sujetos sociales que
mediante ellas se constituyen. Es una diferencia fundamental con la perspectiva
instrumentalista que señalaba que el Estado produce políticas en beneficio de la clase
burguesa porque quienes forman parte del gobierno, son miembros de esa clase.
Para el enfoque estructuralista de O´Donnell, el Estado es expresión de un interés más
general que el de los sujetos sociales que se constituyen por las relaciones capitalistas y de
cuya particular relación emana; sin embargo ello no quiere decir que ese interés sea neutral.
Es una generalidad (respecto de los sujetos y sus intereses) parcializada (por sesgo
estructural de la modalidad de articulación entre aquellos sujetos). El interés es de
reproducir la sociedad y no a los sujetos, es decir, reproducir una relación social que
articula desigual y contradictoriamente a la sociedad.
Pero, ¿cuál es el origen de esta relación entre los sujetos sociales y el Estado?
Recordemos que el capitalismo es el primer caso histórico de un sistema socioeconómico
de separación de la coerción económica (modos de producción) y extraeconómica (modos
de coerción) en manos del mismo sujeto social (por ejemplo, el señor feudal).
La sociedad que describe O´Donnell es capitalista. El estado también. Y lo es, en primer
lugar, por su génesis: Estado es capitalista por “de dónde viene” y viene de la mano del
capitalismo cuando el trabajador es desposeído de los medios de producción (libre de
vender su fuerza de trabajo/condición de igualdad formal ante la ley) y el capitalista es
desposeído de los medios de coerción. Este es el origen del Estado, allí emergen un tercer
sujeto social que son las instituciones estatales cuya especificidad es el ejercicio de la
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supremacía de la coacción con el fin de garantizar las relaciones de dominación. Así, lo
político (como plano del Estado) es una parte analítica del fenómeno más general de la
dominación, aquella que se haya respaldada en el control de los medios de coerción física
(que hacen que el Estado sea capitalista) en un territorio excluyentemente delimitado.
El Estado es primariamente coactivo porque la coerción es su última ratio (último recurso)
y porque la separación del capitalista de los medios de coerción es su origen. El
surgimiento del Estado implicó la separación del sector privado y los capitalistas del
manejo de los asuntos públicos. Ello es análogo a la primacía (analítica, no histórica) de lo
económico en las relaciones capitalistas de producción, lo cual no significa ni que las
relaciones sean puramente económicas (un intercambio entre iguales mediado por el
dinero) ni el Estado sólo coacción sino una mediación que articula a los sujetos sociales
mediante la búsqueda de consenso.
O´Donnell sostiene que las relaciones sociales son privadas sólo en apariencia porque
tienen en última instancia el respaldo del Estado para garantizar que se cumplan los
contratos entre privados (laboral, arrendatario, matrimonial). Una garantía que no es
externa ni a posteriori, sino que es co-constitutiva e intrínseca de esa relación, al existir la
posibilidad de invocar al Estado. Esto marca desde el origen los límites de lo que las partes
pueden convenir o incumplir. Por ello se afirma que el poder económico necesita del poder
político.
Por un lado, en el caso de las formalizaciones y especialmente del dinero, sabemos que
todo sujeto es igual ante el dinero porque 1$ tiene el mismo valor para cualquier individuo
al momento de querer comprar una mercancía. Incluso la fuerza de trabajo es una
mercancía que puede comprarse y venderse, libremente en el caso del sistema capitalista.
El derecho es una institución, una regla de juego para la sociedad que reduce la
intervención coactiva del Estado. La dominación y su respaldo coactivo se esfuman tanto
de la sociedad como del Estado. Lo que queda es el orden jurídico o un orden jurídicamente
cristalizado al que pueden apelar todos los sujetos, libres e iguales, y expuestos a coerción
sólo cuando intentan violarlo. Todos los sujetos (pertenezcan a la clase social que sea)
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tienen los mismos derechos y obligaciones, por lo cual, el derecho constituye un tejido
organizador de la sociedad y de la dominación que la articula porque la explotación quedó
oculta por una doble apariencia: la igualdad formal entre las partes y la de la libre voluntad
con que pueden o no entrar en la relación.
El derecho tiene ambigüedades que expresan su contradictorio enlazamiento con la
sociedad: por un lado, el derecho hace del trabajador asalariado (diferente del esclavo o
siervo) un sujeto que en algunos planos, tiene igualdad de derechos garantizados por el
Estado; y por otro lado, codifica formalmente la dominación al garantizar la propiedad
privada (medios de producción apropiados).
Por otro lado, las objetivaciones son instituciones que se expresan en organizaciones
burocráticas concretas. Al ser objetivaciones del Estado, las instituciones actúan un sesgo
sistemático hacia la garantía y reproducción de la sociedad capitalista, pero no son ni
actúan como capitalistas concretos. En este sentido, el fundamento real del poder que
ejercen las instituciones estatales les es externo porque emana de las relaciones capitalistas
de producción como garantía de las mismas.
En realidad, tanto las instituciones como el Estado con fetiches, a los cuales se les asignan
propiedades que no tienen, como un amuleto. El Estado capitalista es un fetiche porque
aparece subsumido en sus objetivaciones y, por lo tanto, desligado de su primordial
imbricación o enraizamiento en la sociedad; mientras que las instituciones lo son (como el
dinero o la mercancía) de la escisión entre sociedad y Estado.
Además de esta escisión, el surgimiento del Estado como un tercer sujeto también entraña
una separación (o escisión) entre privado y público, economía y política.
Al respecto, al presentarse como escisión -aparente- entre Estado y sociedad queda abierto
el espacio para una escisión paralela, aquélla entre lo público y lo privado -consagrada por
el derecho, una de las denominadas objetivaciones del Estado- en la que los sujetos sociales
aparecen como partes privadas frente a la parte pública, aquélla en la que actúan las
instituciones estatales.
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Otra consecuencia de la presencia de este “tercero” en la sociedad es que lo económico y lo
político aparecen como aspectos disociados, lo que favorece el que la relación capitalista-
trabajador sea vista como solamente económica, y el Estado interviniendo “desde afuera”
en esa relación. Esta escisión entre, en definitiva, la sociedad y el Estado, es el fundamento
principal del encubrimiento del Estado como garante de la dominación en la sociedad, la
cual debe ser encubierta.
Pero es fundamental no confundir al Estado con sus instituciones, sino la relación social
entre burguesía y proletariado aparece sólo como económica y el Estado aparece como un
actor externo a esa relación y no como co-constituyente, como realmente es.
Las dos dimensiones del Estado: como relación social y como aparato institucional
Hay un punto que es MUY importante en la teoría del Estado de O´Donnell y se basa en
considerar que el Estado tiene dos dimensiones: como relación social y como aparato
institucional, de manera que el Estado es un conjunto de instituciones y de relaciones
sociales (la mayor parte de ellas sancionadas y respaldadas por el sistema legal).
Como veíamos en las objetivaciones, las relaciones capitalistas de producción suponen que
la clase dominante no posea los medios de coerción, lo que implica la emergencia de un
tercer actor, que no es ni capitalista ni asalariado: las instituciones estatales. Pero en tanto
producto de determinadas relaciones sociales, subsumir el fenómeno del estado en sus
instituciones es limitarse a su parte objetivada, perdiendo de vista su dimensión/aspecto
analítico, a través del cual es posible comprender su relación con aquéllas. Las instituciones
estatales no es todo el Estado sino la parte que se objetiva o cristaliza en instituciones.
Entonces, ¿qué más es el Estado? Es una relación social.
Como relación social, el Estado es una dimensión analítica de la sociedad civil y es lo que
hace que sea capitalista. En esta dimensión, el Estado no aparece en la sociedad en la forma
de sus organizaciones públicas (hospital/escuela pública, oficinas públicas como
ministerios, AFIP), sino como un aspecto de la sociedad, se expresa como:
Derecho en tanto cristalización codificada de la propiedad privada y de la igualdad
formal referida a sujetos jurídicos iguales. Refiere a la estructura normativa/jurídica
que organiza la vida social. Ej. normas de tránsito.
Presencia de recursos de poder (económicos, presupuestarios) que se movilizan
cuando, por diversas causas, la relación de dominación falla.
Existencia de aparatos ideológicos: funcionan masivamente con la ideología como
forma predominante, que se difunde generalmente a través de la religión, la familia,
la escuela o los medios de comunicación.
Como aparato institucional (en tanto instrumento por el cual el Estado interviene en la
sociedad), consiste en un conjunto de objetivaciones o cristalizaciones, es decir,
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organizaciones de tipo burocráticas. Ej. Oficinas públicas (ministerios, secretarías),
hospital/escuela pública, tribunales, comisarías, etc. Es lo que denominamos
Administración Pública, la cual se ocupa de funciones de administración rutinaria y
actuación frente a situaciones de crisis.
En el plano de la administración burocrática, el aparato estatal cumple tareas rutinizadas
vinculadas a procesos de gestión de provisión de diversos bienes y servicios (ej. pago de
jubilaciones y pensiones). Las decisiones y actividades diarias que se realizan deben
ajustarse a las disposiciones jurídicas.
Otro plano en el que actúan las instituciones es como reacción a las crisis que se definen
como obstáculos interpuestos a la acumulación del capital (presuponiendo que existe una
“normalidad” de reproducción del capital). Señala el autor que las crisis son de la sociedad
capitalista porque aparecen políticamente como rupturas del orden capitalista. Las crisis son
definidas por algún grupo con recurso de poder y su definición presupone un cierto orden
que expresa una relación de dominación. Un ejemplo de ello es la emergencia sanitaria por
Covid19, siempre que afecte la acumulación capitalista (quiebre de empresas, etc.)
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reproducción. Esta función le proporciona al Estado una imagen de una racionalidad más
general y no capitalista.
Tanto su rol en el acondicionamiento del contexto social como su acción dirigida a poner
límites negativos a las consecuencias socialmente disruptivas de la reproducción capitalista,
dan cuenta de un Estado actuando a favor de la reproducción social en su conjunto y de una
tendencia estructural hacia la reproducción del capital.
Así el Estado garantiza la reproducción de la sociedad capitalista mediante la coacción y la
organización y articulación social. Es decir que: “al ser garante de la sociedad capitalista,
es Estado es articulador y organizador de la sociedad, más allá de sus condiciones de
respaldo coactivo de la vigencia de ciertas relaciones de dominación”. En función de ello,
el Estado facilita la organización de los sectores sociales, orienta los conflictos hacia su
pacífica resolución, provee bienes públicos, y resuelve o ayuda a resolver numerosos
problemas de acción colectiva.
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objetivos pero a muy alto costo). El Estado no puede buscar ni hallar soluciones óptimas
debido a:
La contradicción que tiene el Estado es heredada de la contradicción de la sociedad
(relación social de dominación y explotación). Ej. el salario mínimo satisface
intereses de la clase obrera, pero en ciertas condiciones, dispara críticas del sector
empresario.
Pocos recursos (presupuestarios, técnicos, de información, de personal) y
demasiados temas en agenda. El Estado tiene una capacidad de atención limitada y
la información es costosa de conseguir en su totalidad, por ejemplo, para elaborar
una determinada política pública.
Para desarrollar estas funciones, el autor recupera un concepto ya acuñado por Poultanzas,
el de autonomía relativa, el concepto -desde mi punto de vista- más relevante de la
materia.
Justamente a partir de Poulantzas, las teorías neomarxistas superaron el reduccionismo de
considerar el Estado como expresión o epifenómeno de la clase dominante, para discutir el
tema de su autonomía en relación con diversas clases sociales.
La autonomía es un concepto relacional porque se es autónomo “respecto de algo o
alguien”; y relativa porque el Estado no puede ser totalmente autónomo de los intereses de
las clases de la sociedad, con la cual tiene una complicidad estructural.
En términos del autor neomaxista, James O´Connor que desarrolló su teoría de la crisis
fiscal -vista en la Unidad 2-, la autonomía relativa puede concebirse en términos de la
relación entre las dos funciones fundamentales del Estado capitalista: la acumulación y la
legitimación. La cuestión reside en hasta donde el Estado puede “atacar” la acumulación
(por ejemplo mediante mayor cobro de impuestos a los sectores más acomodados) para
legitimar la sociedad capitalista.
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