Asignatura: Psicoanálisis y Psicopatología
Prof. Adjunta Claudia V. González
Seminario - Martes de 8:00 a 10:00 horas
Cuarta Clase - La neurosis como negativo de la perversión
12/05/2020
Damos comienzo a la clase de hoy retomando algunas puntualizaciones
de la clase anterior. Recordemos que Freud sostiene en Tres ensayos de teoría
sexual (1905) que la mayoría de las perversiones son un ingrediente de la vida
sexual que raramente falta en las personas sanas, en ninguna persona sana
faltará algún complemento de la meta sexual que podría llamarse perversa y
que el carácter patológico en la perversión se encuentra no en el contenido de
la nueva meta sexual sino en su proporción respecto a ella, es así que
exclusividad y fijación serán los ejes para considerarla en letra de Freud como
síntoma patológico.
Freud al ubicar la pulsión sexual nos dice que la misma debe luchar
contra ciertos poderes anímicos en calidad de resistencias: la vergüenza, el
asco y la moral; los que circunscriben la pulsión dentro de las fronteras
normales. En una nota agregada en 1920 a los Tres ensayos de teoría sexual
sostiene “La perversión es el saldo de un desarrollo hacia el complejo de Edipo,
tras cuya represión reaparecen los componentes de la pulsión sexual que en la
disposición del individuo eran los más fuertes” (p. 148). Reservemos esta cita
para trabajarla la semana próxima a la luz de los desarrollos de esos años.
Freud pasa a abordar la vida sexual de los psiconeuróticos (histeria,
neurosis obsesiva, fobia) y la exploración psicoanalítica, asevera allí que las
psiconeurosis descansan en fuerzas pulsionales de carácter sexual y que los
síntomas son la práctica sexual de los enfermos. Recordemos que Freud y
Breuer en su Comunicación preliminar estudian el síntoma en tanto fenómeno
patológico y su nexo con el proceso ocasionador –trauma-.Sin embargo es
nodal como Freud sitúa el síntoma en Sobre la psicoterapia de la histeria, y la
lectura clínica a la que nos invita. Recordemos que en la etiología ubicaremos
más adelante ya no el trauma, sino no las fantasías.
Afirma en Tres ensayos de una teoría sexual (1905) que los síntomas
son un sustituto de aspiraciones que toman su fuerza de una fuente de la
pulsión sexual. Según el maestro el carácter histérico permite individualizar una
cuota de represión sexual que rebasa la medida de lo normal, un aumento de
las resistencias a la pulsión sexual y una especie de huida instintiva frente a
todo examen intelectual del problema sexual. En la histeria Freud lee un par de
opuestos: una necesidad sexual hipertrófica y una desautorización de lo sexual
llevada demasiado lejos. Es entonces que la ocasión de enfermar se sitúa
cuando el reclamo sexual objetivo se torna serio, es el componente sexual del
conflicto el que posibilito la contracción de la enfermedad sustrayendo los
poderes anímicos a la tramitación normal.
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Freud se ve obligado a introducir estos desarrollos para mostrar que los
síntomas en modo alguno nacen a expensas de la pulsión llamada normal, sino
que constituyen la expresión convertida de pulsiones que se designarían
perversas si pudieran exteriorizarse directamente en designios de la fantasía y
en acciones. Subraya los síntomas se forman a expensas de una
sexualidad anormal, la neurosis es por así decir, el negativo de
perversión. ¿Cómo lee Freud el síntoma y la fantasía en este momento de su
producción teórica? Algunos recortes de Fragmento de análisis de un caso de
histeria (Dora) nos acompañaran en este trabajo de lectura y análisis.
Freud se pregunta: ¿Son los síntomas de la histeria de origen psíquico o
somático?, ¿Tienen todos una intencionalidad psíquica? Afirma que todo
síntoma requiere de la contribución de las dos partes.
Así mismo agrega:
Las perversiones no son bestialidades ni degeneraciones en el sentido patético
de la palabra. Son desarrollos de gérmenes, contenidos todos ellos en la
disposición sexual indiferente del niño, cuya sofocación o cuya vuelta hacia
metas más elevadas, asexuales –su sublimación- están destinadas a
proporcionar la fuerza motriz de un buen número de nuestros logros culturales.
Por tanto, toda vez, que alguien de manera grosera y manifiesta ha devenido
perverso, puede decirse, más correctamente, que ha permanecido tal:
ejemplifica un estadio de una inhibición del desarrollo. Todos los
psiconeuróticos son personas con inclinaciones perversas muy marcadas, pero
reprimidas y devenidas inconscientes en el curso del desarrollo. Por eso sus
fantasías inconscientes exhiben idéntico contenido que las acciones que se
han documentado en los perversos…. Las psiconeurosis son, por así decir, el
negativo de las perversiones. La constitución sexual, en la que va contenida
también la expresión de la herencia, coopera en los neuróticos con influencias
accidentales que sufrieron en su vida y perturbaron el despliegue de la
sexualidad normal… Las fuerzas impulsoras para la formación de síntomas
no provienen solo de la sexualidad normal reprimida sino también de las
mociones perversas inconscientes. (1905, p. 45).
Es interesante el trabajo al que Freud nos introduce al abordar la tos de
Dora y su significado referido al padre, lo que lo lleva a formular que un
síntoma significa la figuración de una fantasía de contenido sexual, de una
situación sexual, por lo menos uno de los significados de un síntoma
corresponde a la figuración de una situación sexual fantaseada. Como se sabe
un síntoma tiene más de un significado y sirve para la figuración de varias ila-
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ciones inconscientes de pensamiento. Freud avanza en la interpretación de la
tos nerviosa en relación a una situación sexual fantaseada. Los invito a seguir
la letra de Freud en las páginas 42-48 del Caso Dora.
Lo que Freud estaría planteando es que la perversión es a la neurosis
como el positivo al negativo de una fotografía, la perversión funcionaría como lo
positivo y la neurosis como lo negativo, es decir, lo que en la perversión
aparece de manera manifiesta, en la neurosis aparece como reprimido, esas
pulsiones que el neurótico reprime retornan deformadamente en sus síntomas.
Será tarea insoslayable detenernos a lo largo de este cuatrimestre en
algunos capítulos del Seminario 4 La relación de objeto y del Seminario 5 Las
formaciones del inconsciente para ocuparnos de aquello que quedo situado en
Freud, a las perversiones no las podemos pensar por fuera del Edipo, la lógica
falo-castración está en el núcleo tanto de la neurosis como de la perversión.
En el seminario 4 en el capítulo VII Pegan a un niño y la joven
homosexual Lacan se pregunta qué es la perversión, aborda las voces
disonantes en el interior de un mismo grupo de psicoanalistas y nos dice:
No crean que Freud no procuro dejarnos a este respecto alguna noción para
elaborar. Aún diría más –tenemos en el propio Freud, un ejemplo que
demuestra que su fórmula de la perversión como el negativo de la neurosis no
debe tomarse como se ha tomado durante mucho tiempo, como si simplemente
todo aquello que está escondido cuando estamos ante un neurótico se
encontrará, en la perversión, a cielo abierto y, de algún modo, en estado libre.
Primero intentaremos seguir a Freud, intentaremos ver como concibe el
mecanismo de un fenómeno que puede calificarse de perverso, incluso el de
una perversión categórica y finalmente, podremos entender qué quiere decir
cuando afirma que la perversión es el negativo de la neurosis (p. 116)
En la próxima clase examinaremos el texto Pegan a un niño, seguiremos
a Freud en análisis de la fantasía de paliza y a Lacan en sus desarrollos en el
Seminario IV y V para avanzar en consideraciones sobre fantasma, fantasma
perverso y perversión.
Antes de finalizar la clase ¿En qué párrafos de Tres ensayos de teoría
sexual (1905) podríamos leer el giro de la perversión como patología de la
sexualidad a como característica estructural de la sexualidad humana?, ¿Cómo
lee Freud en 1905 la problemática de la perversión?
Freud sitúa que la pulsión sexual de los psiconeuróticos permite discernir
las aberraciones que se han considerado como variaciones respecto de la vida
sexual normal y como manifestaciones de lo patológico, sin embargo nos dice
que no se ha investigado todavía si la disposición perversa guarda particular
correspondencia con la elección de esta forma de enfermedad.
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Retomemos la letra de Freud:
Es discutible, según dijimos, que las perversiones se remonten a condiciones
innatas, o nazcan…en virtud de vivencias contingentes…en la base de las
perversiones hay algo que es innato, pero algo que es innato en todos los
hombres.. Se trata de las raíces innatas de la pulsión sexual, dadas en la
constitución misma, que en una serie de casos (perversiones) se desarrollan
hasta convertirse en los portadores reales de la actividad sexual; otras veces
experimentan una sofocación (represión) insuficiente, a raíz de lo cual pueden
atraer a sí mediante un rodeo en calidad de síntomas patológicos, una parte
considerable de la energía sexual, mientras que en los casos más favorables,
situados entre ambos extremos, permiten, gracias a una restricción eficaz y a
ningún otro procedimiento, la génesis de la vida sexual llamada normal.
Freud habla de perversión, neurosis y vida sexual normal, dirige su
interés a la vida sexual del niño, a estudiar el juego de influencias en virtud del
cual el proceso de desarrollo de la sexualidad infantil desemboca en la
perversión, en la neurosis o en la vida sexual normal. Luego de escribir La
Sexualidad infantil y Las metamorfosis de la pubertad sostiene que no puede
sustentarse el punto de vista de que la conformación de la vida sexual quedaría
determinada unívocamente por el planteo inicial de los diversos componentes
en la constitución sexual, es así que el proceso de condicionamiento sigue y
las posibilidades ulteriores dependen del destino que experimenten los
tributarios de la sexualidad que dimanan de cada una de las fuentes. Este
procesamiento ulterior decide en definitiva; en efecto, una constitución idéntica
en términos descriptivos que puede ser llevada por aquella a tres diversos
desenlaces finales:
1) Vida sexual perversa: cuando las disposiciones se mantienen en su
proporción relativa, considerada anormal, y se refuerzan con la
maduración.
2) Represión: otro es el desenlace cuando algunos componentes, que en la
disposición eran hipertensos, sufren el proceso de la represión. La vida
sexual de estas personas se ha iniciado como la de los perversos; todo
un sector de su infancia está colmado de una actividad sexual perversa,
que en ocasiones continúa hasta más allá de la madurez. Más tarde, por
causas internas, se produce un vuelco represivo, y en adelante, sin que
las viejas mociones se extingan, la neurosis reemplaza a la perversión.
3) Sublimación: A las excitaciones hipertensas que vienen de las diversas
fuentes de la sexualidad se les procura drenaje y empleo en otros
campos de suerte que el resultado de la disposición en sí peligrosa es
un incremento no desdeñable de la capacidad de rendimiento psíquico.
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Podría decirse entonces, que lo que resulta freudiano es el
deslizamiento que se produce en Tres ensayos de teoría sexual hasta forjar un
concepto de perversión diferente del de Krafft-Ebing, la perversión no es una
patología de la sexualidad, sino una característica esencial de la sexualidad
humana. Freud sitúa en su segundo ensayo el concepto de sexualidad infantil
arribando a la formula “el niño como perverso polimorfo”. Como se sabe no
existe una forma natural de sexualidad, sino que esta está sujeta a un proceso
que atraviesa diversas vicisitudes desde el niño al adulto. Esas vicisitudes
están en relación al Edipo, según como se lo atraviese y como se concluya
hablaremos de una forma de sexualidad y de una identidad sexual.
Freud nos indica en muchos artículos que la perversión es concebible
articulada por, con y en el complejo de Edipo. Para ello tomaremos a Lacan en
su lectura de Freud, en su investigación en y más allá de sus Tres ensayos
para una teoría sexual deteniéndonos a trabajar Pegan a un niño (Contribución
al conocimiento de la génesis de las perversiones sexuales).
Bibliografía
Freud, S. (1905). Tres ensayos para una teoría sexual. En Obras Completas, T.
VII. Buenos Aires. Amorrortu Editores.
Freud, S. (1905 [1901]). Fragmento de análisis de un caso de histeria. En
Obras Completas, T. VII. Buenos Aires. Amorrortu Editores.
Lacan, J. ([1956-1957] 2013). Cap. VII Pegan un niño y la joven homosexual.
En El Seminario IV La relación de objeto. Buenos Aires. Paidós.