CORPORACION TECNICA EMPRESARIAL
DIPLOMADO EN SEGURIDAD Y SALUD EN EL TRABAJO
IVON YINET GUZMAN CALLE
BOGOTA
2024
CORPORACION TECNICA EMPRESARIAL
DIPLOMADO EN SEGURIDAD Y SALUD EN EL TRABAJO
ACCIONES CONSTITUCIONALES POR NO PAGO DE SEGURIDAD SOCIAL
IVON YINET GUZMAN CALLE
BOGOTA
2024
Este trabajo fue realizado en base a sentencias reales sobre el no pago de
seguridad social por parte de un empleador, dando a entender la importancia que
se tiene como ciudadano, el conocer las distintas acciones constitucionales a las
que tenemos derecho, no solo como empleados si no como empleadores.
CASO 1
Acción de tutela instaurada por Claudia Elena Rojas González, actuando como
agente oficiosa de su hijo, Juan Camilo Leal Rojas, en contra del Fondo de
Pensiones y Cesantías Porvenir S.A.
La demandante acude a la acción de tutela para solicitar el amparo de los
derechos fundamentales al debido proceso, a la seguridad social, al mínimo vital y
a la vida digna de su hijo JCLR, los cuales, a su juicio, están siendo vulnerados
por Porvenir, como consecuencia de la decisión de negar a este último el
reconocimiento y pago de una pensión de invalidez.
HECHOS
La peticionaria indica que, como consecuencia de un accidente de tránsito sufrido
el 4 de diciembre de 2016 mientras conducía una motocicleta, su hijo quedó con
secuelas que dieron lugar al inicio de un proceso para definir el grado de
afectación en su capacidad laboral. Tal actuación concluyó con la fijación de una
pérdida del 86.14%, siendo calificada de origen común y con fecha de
estructuración del 31 de mayo de 2017, según dictamen expedido el 7 de
diciembre de dicho año por Seguros Vida Alfa S.A. A partir de ese momento,
según afirma, se han otorgado algunas incapacidades que han sido cubiertas por
Medimás EPS. A raíz de lo anterior, la accionante solicitó a Porvenir el
reconocimiento de la pensión de invalidez de su hijo. No obstante, alega que dicho
fondo “ha colocado innumerables trabas”, obligándola a recurrir a la acción de
tutela en múltiples oportunidades. De hecho, en una ocasión, exigió que JCLR
debía ser declarado interdicto, a lo cual un juez de tutela le ordenó a Porvenir no
exigir tal requisito por no estar previsto en la ley, con miras a iniciar el trámite de
reconocimiento de la pensión de invalidez.
Según relata la actora, el día 29 de noviembre de 2019 presentó una nueva
solicitud pensional ante Porvenir, al haber agotado todos los trámites exigidos para
el efecto. Sin embargo, en comunicación de fecha 14 de febrero de 2020, la
entidad accionada negó la solicitud, aduciendo que “no se encontró acreditado el
requisito de 50 semanas de cotización en los últimos tres años inmediatamente
anteriores a la fecha de estructuración de la invalidez. Para el fondo demandado,
JCLR solo cuenta con 33 semanas cotizadas en ese tiempo, pues “los pagos
realizados como extemporáneos, es decir, después de la fecha de estructuración,
no son tenidos en cuenta para la prestación de invalidez. Con posterioridad, el 24
de febrero de 2020, la accionante interpuso recurso de reposición y en subsidio de
apelación contra la referida comunicación]. Sin embargo, para el momento de
interposición de la acción de tutela no se había dado respuesta alguna.
Debido a lo anterior, el 29 de septiembre de 2020, la señora Rojas González
promovió la acción de tutela de la referencia, con el propósito de que se amparen
los derechos fundamentales al debido proceso, a la seguridad social, al mínimo
vital y vida digna de su hijo, y se ordene el reconocimiento de la pensión de
invalidez que se reclama, pues, en su criterio, si cumple con el requisito de 50
semanas cotizadas durante los tres años anteriores a la fecha de estructuración.
Al respecto, señala que deben contabilizarse todas las semanas cotizadas en su
historia laboral, teniendo en cuenta los aportes correspondientes a los doce meses
de 2016, los cuales fueron realizados por JCLR de forma extemporánea el día 3
de agosto de 2017 y fueron recibidos sin objeción por parte de la administradora.
Adicionalmente, se alega que JCLR se encuentra en una situación de extrema de
vulnerabilidad, dado que, desde el momento en que ocurrió el accidente,
prácticamente depende del ingreso que recibe la accionante, quien trabaja como
empleada doméstica. Por último, se destaca que, a partir del mes de agosto de
2018, JCLR no recibe el pago de incapacidades por parte de su empleador.
RESPUESTA A LA ACCION DE TUTELA
El primero de octubre el juzgado municipal de Bogota admitió la acción de tutela y
vinculo a MEDIMAS EPS y SEGUROS VIDA ALFA, para que se pronunciaran.
RESPUESTA DE PORVENIR
En escrito del 3 de octubre de 2020, Porvenir solicitó declarar improcedente la
acción de tutela, al considerar que JCLR no interpuso los recursos de ley para
controvertir la fecha de estructuración establecida en el dictamen de pérdida de
capacidad laboral. En esta medida, considera que la accionante debe acudir a la
Jurisdicción Ordinaria para ejercer la defensa de los derechos que reclama a favor
de su hijo, en virtud del principio de subsidiariedad.
RESPUESTA DE MEDIMAS EPS
En escrito remitido el 14 de octubre de 2020, Medimás EPS solicitó su
desvinculación del trámite judicial por falta de legitimación en la causa por pasiva.
Lo anterior, en atención a que el reconocimiento y pago del derecho a la pensión
de invalidez es competencia de Porvenir, y no de una Entidad Promotora de
Salud, la cual se limita a organizar, garantizar y prestar el plan de coberturas en
salud, para que sus afiliados pueden acceder a los servicios que sean requeridos.
RESPUESTA DE SEGUROS VIDA ALFA S.A
l apoderado general de Seguros Vida Alfa S.A. solicitó declarar su falta de
legitimación en la causa por pasiva, toda vez que las pretensiones invocadas
envuelven el reconocimiento y pago de una pensión de invalidez cuya
competencia es exclusiva de las administradoras de pensiones, y no de una
compañía aseguradora como lo es su representada. Por lo demás, la tutela no
cumple con el requisito de inmediatez, toda vez que el amparo fue presentado tres
años después de la ocurrencia del siniestro, lo que demuestra una falta de interés
por parte del accionante en ejercer la defensa de sus derechos.
DECISIONES JUDICIALES
En sentencia del 14 de octubre de 2020, el Juzgado 51 Civil Municipal de Bogotá
declaró la improcedencia del amparo, con el argumento de que no se cumple con
el requisito de subsidiariedad. En criterio de esta autoridad judicial, el transcurso
de más de tres años desde la fecha estructuración de la invalidez, sumado a la
ausencia de pruebas en el expediente que demuestren las necesidades
económicas de JCLR, permiten concluir que los otros mecanismos de defensa
judicial resultan idóneos para reclamar el reconocimiento y pago de la pensión de
invalidez.
IMPUGNACION
Inconforme con la decisión adoptada por el juez de primera instancia, la
accionante presentó escrito de impugnación en el que describió la situación de
vulnerabilidad en la que se encuentra JCLR. Con este propósito, por una parte,
explicó que el sustento de su núcleo familiar –compuesto por su hijo y los dos hijos
de él– depende exclusivamente de los ingresos devengados por ella como
empleada doméstica; y, por la otra, que no cuenta con un mínimo vital para
soportar el aislamiento derivado del COVID-19, ni para esperar la culminación de
un proceso ordinario laboral. Por lo tanto, afirmó que, al negar la pensión de
invalidez, Porvenir le está causando un grave perjuicio a JCLR.
CASO 2
En el proceso de revisión del fallo de tutela proferido el 15 de febrero de 2017 por
el juzgado primero del penal del circuito de Pereira que declaro improcedente la
acción de tutela instaurada por Carmen Tulia Chiquito Montoya contra Ana Lucy
Bedolla Casadiego.
HECHOS
La demandante Carmen Tulia Chiquito Montoya, por medio de apoderado,
promovió acción de tutela en procura de obtener la protección de los derechos
fundamentales al mínimo vital, a la igualdad, a la seguridad social, al trabajo, a la
vida en condiciones dignas, a la vida y a la especial protección al adulto mayor; los
cuales consideró vulnerados por Ana Lucy Bedoya Casadiego, debido a que esta
última presuntamente: no efectuó la afiliación y pago de aportes al Sistema
General de Seguridad Social de la accionante durante el tiempo en que la
accionante trabajó para ella como empleada doméstica; y tampoco realizó los
pagos correspondientes a las prestaciones sociales de la trabajadora.
La accionante manifestó, a través de apoderado judicial, lo siguiente: Prestó sus
servicios como empleada doméstica a la señora Ana Lucy Bedoya Casadiego,
desde el 15 de julio de 2002 hasta el 14 de octubre de 2016, fechaen la cual le fue
terminado su contrato laboral sin ninguna justificación. Realizó su labor de manera
ininterrumpida, bajo circunstancias de subordinación y dependencia, de lunes a
sábado en horario de 6:30 am hasta después de las 3 pm con una asignación
mensual de $320.000 para el año 2016.
El último salario cancelado a la accionante fue de $160.000 pesos,
correspondiente a la primera quincena de octubre de 2016. Durante la relación
laboral, la empleadora Ana Lucy Bedoya Casadiego no realizó los aportes
correspondientes al Sistema de Seguridad Social a favor de la accionante y
tampoco le reconoció ni canceló prestaciones sociales como primas, cesantías,
intereses de cesantías, vacaciones y transporte. El 17 de octubre asistió al servicio
de urgencias médicas donde, según señaló, “le diagnosticaron que había sufrido
un derrame (ECV enfermedad cerebro vascular)” y que, por tal motivo, estuvo
hospitalizada por varios días en el Hospital San Jorge de Pereira. Desde entonces
se encuentra incapacitada e imposibilitada para trabajar pues a raíz de este
episodio presenta problemas de movilidad en el hombro izquierdo. Como
consecuencia de su estado de salud, la demandada terminó la relación laboral. El
26 de octubre de 2016, el Inspector de Trabajo y Seguridad Social citó a las partes
a audiencia de conciliación la cual se celebró el 21 de noviembre de 2016 y fue
suspendida con reanudación el 2 de diciembre del mismo año sin que se lograra
llegar a un acuerdo.
La accionada le ofreció la suma de $8.166.234 de pesos por concepto de
prestaciones sociales, tomando como base medio salario mínimo bajo el supuesto
de que la trabajadora sólo laboraba medio tiempo. Es una persona de 73 años
(actualmente), analfabeta, vive sola en una pequeña vivienda alquilada, no cuenta
con familiares o amigos que le brinden ayuda. Su único ingreso provenía de su
labor como empleada doméstica en la casa de la accionada. A la fecha de
interposición de tutela, la accionante no estaba afiliada ni contaba con aportes al
régimen de seguridad social, pues su empleadora nunca canceló los respectivos
aportes y ahora no cuenta con posibilidades de recibir una pensión por vejez o
invalidez.
PRETENCIONES
Carmen Tulia Chiquito Montoya, por medio de apoderado, solicita que se le
amparen sus derechos al mínimo vital, a la igualdad, a la seguridad social, al
trabajo, a la vida en condiciones dignas, a la vida y a la especial protección al
adulto mayor y, en consecuencia, que se le ordene a Ana Lucy Bedoya: cancelar
mensualmente una suma equivalente a un salario mínimo mensual vigente a favor
de la accionante; y realizar el pago por concepto de prestaciones sociales
(cesantías, intereses de cesantías, vacaciones, prima de servicios y transporte)
correspondientes al periodo comprendido entre el 15 de julio de 2002 y el 15 de
octubre de 2016
RESPUESTA
El Juzgado Tercero Penal Municipal con Funciones de Control de Garantías de
Pereira (Risaralda), mediante providencia del veintitrés (23) de diciembre de 2016
admitió la acción de tutela y corrió traslado a la parte demandada para que
ejerciera su derecho a la defensa. El 29 de diciembre de 2016, Ana Lucy Bedoya
Casadiego, manifestó lo siguiente: Carmen Tulia Chiquito Montoya entró a prestar
sus servicios como empleada doméstica el 15 de julio de 2002 en jornada de
medio tiempo. La accionante renunció el 14 de octubre de 2016 de forma
voluntaria y sin apremio por parte de la demandada. Durante el tiempo que prestó
su servicio, la demandante se negó a que la afiliara al Régimen del Sistema de
Seguridad Social ya que se encontraba vinculada al SISBEN en nivel-estrato 0
“para tal efecto se registró como ‘AMA DE CASA’ y así ha figurado durante todos
estos años, condición que acredita y prueba con los documentos expedidos por la
EPS Café Salud Régimen Subsidiado, visible en la misma historia clínica que obra
en la acción de tutela”. La accionante se negó a ser afiliada a una EPS,
“aduciendo estar muy satisfecha con el Régimen Subsidiado del Sisben” y le
comunicó a la accionada “que no requería el pago de sus prestaciones Sociales
sino al final cuando se terminara su relación laboral, decisión que fue aceptada”.
Además, que, “le manifestó a la empleadora que todas sus prestaciones sociales
las dejaba acumuladas hasta cuando se retirara del trabajo o se terminara la
relación laboral, ya que era una persona sola que no requería la liquidación
permanente o parcial de sus prestaciones sociales.
DECISIONES EN PRIMERA INSTANCIA
El 10 de enero de 2017, el Juzgado Tercero Penal Municipal con Funciones de
Control de Garantías de Pereira (Risaralda) decidió declarar improcedente la
acción de tutela incoada, argumentando que la accionante debe acudir a la vía de
la justicia laboral y no a la vía constitucional en tanto que, considera que no existe
evidencia de que la demandante sea sujeto de especial protección constitucional.
Según el a quo “la señora CARMEN TULIA CHIQUITO MONTOYA no se
encuentra inmersa en ninguna de las situaciones que la harían sujeto de especial
protección constitucional conforme a lo dispuesto por la jurisprudencia de la H.
Corte Constitucional, pues si bien se trata de un adulto mayor, se entiende de lo
narrado que se encuentra vinculada al régimen subsidiado a través de Cafesalud,
y si bien se reclama la vulneración al mínimo vital, no entiende este despacho por
qué no fue aceptada la liquidación ofrecida por la accionada, más teniendo en
cuenta que las acreencias laborales son irrenunciables ” por lo que la demandante
debe acudir a la justicia laboral para que allí se determine la vulneración que haya
generado la accionada. En el trámite de la acción fueron vinculadas la EPS
Cafesalud y la Secretaría de Salud Departamental y en el fallo fueron
desvinculadas toda vez que no tenían responsabilidad sobre los hechos alegados
en el caso en cuestión.
IMPUGNACION
Oportunamente, la parte accionante impugnó el fallo reiterando que, dadas las
condiciones especiales de la demandante y el precedente judicial que presentó
como apoyo a sus peticiones, considera que debe revocarse el fallo de primera
instancia y, en su lugar, amparar los derechos incoados.
Por su parte, la accionada presentó escrito ante el juez de segunda instancia con
el fin de coadyuvar con la impugnación en el entendido de estar de acuerdo con la
decisión del a quo y reiterando lo dicho, respecto a que la demandante se retiró de
sus labores voluntariamente
CASO 3
En el trámite de revisión del fallo proferido, en segunda instancia, por la Sala de
Casación Civil de la Corte Suprema de Justicia, el 13 de mayo de 2021, que, a su
vez, confirmó la sentencia de la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de
Justicia, del 13 de octubre de 2020, en la cual se declaró improcedente el amparo
de los derechos al debido proceso y a la seguridad social.
El ciudadano Gerardo Elías Retamoso Rodríguez cuestiona que, pese a estar
vinculado por más de 20 años a la Comunidad Pía Sociedad Salesiana Inspectoría
San Luis Beltrán (en adelante, la “Comunidad Salesiana”), las instancias del
proceso ordinario laboral, así como el recurso extraordinario de casación resuelto
por la Sala Laboral de la Corte Suprema de Justicia, rechazaron su vinculación
laboral a dicha comunidad, lo cual le impidió acceder a su pensión de vejez. De
esta forma, el accionante interpuso acción de tutela contra providencia judicial
proferida por el órgano de cierre de la jurisdicción ordinaria laboral, por considerar
que fue vulnerado su derecho a la seguridad social.
HECHOS
Antecedentes del proceso ordinario laboral. Señaló el accionante que cuando
tenía 15 años se vinculó a la Comunidad Salesiana como religioso y, en
consecuencia, en tal contexto se hizo sacerdote[2]. Precisó que estuvo vinculado a
dicha comunidad desde 1961 hasta 1997, tanto como presbítero de esta
comunidad religiosa, como docente y/o Rector en diversas instituciones
educativas. El accionante acudió a un proceso ordinario laboral contra la
Comunidad Salesiana, con el fin de que se condenara a dicha comunidad al pago
de la pensión de vejez. La solicitud del tutelante indicó que durante el tiempo que
se vinculó con la mencionada comunidad, la misma no realizó cotizaciones al
Sistema de Seguridad Social en pensiones, lo cual, conllevó a que se frustrara su
derecho a obtener la pensión de vejez. Adujo que le asiste un derecho a obtener
su pensión, por cuanto cumple con los presupuestos exigidos en el Acuerdo 049
de 1990, expedido por el Consejo Nacional de Seguros Sociales Obligatorios,
“Por el cual se expide el Reglamento General del Seguro Social Obligatorio de
Invalidez, Vejez y Muerte”, y la pensión se debía reconocer, desde el 11 de
octubre de 2004, fecha en la que cumplió 60 años.
Asimismo, el accionante manifestó ser beneficiario del régimen de transición,
previsto en el artículo 36 de la Ley 100 de 1993 y el Acto Legislativo 01 de 2005.
Lo anterior, dado que al 1° de abril de 1994 tenía más de 40 años y había
prestado más de 15 años de servicio. Por ello, señaló en la demanda laboral que
en su caso concurrieron dos vínculos, a saber, uno religioso y otro laboral. De allí,
en opinión del accionante, pese a que dedicó su vida como presbítero cobijado
por los votos de obediencia, pobreza y castidad-, no puede desconocerse que
también existió un contrato de trabajo (art. 24 del Código Sustantivo de Trabajo) al
haber concurrido los tres elementos esenciales previstos en el artículo 23 del
Código Sustantivo del Trabajo. En este sentido, el accionante en el marco del
proceso ordinario laboral afirmó haber haber prestado sus servicios educativos de
forma personal, continua y permanente. Por disposición de sus superiores,
desarrolló las funciones propias que se le asignaron en cada una de las
instituciones de enseñanza; actuado en todo momento bajo la continuada
dependencia y subordinación de la Comunidad Salesiana, pues obedeció órdenes
sobre sus funciones docentes y los principios religiosos; y recibido las garantías
de subsistencia otorgadas por la comunidad, como contraprestación a los
servicios prestados.
DECISIONES JUDICIALES OBJETO DE REVISION
Indicó el juez de instancia que la acción de tutela cumple con los presupuestos
generales de procedencia de la acción de tutela contra providencias judiciales. En
efecto, el caso goza de relevancia constitucional, por cuanto el objeto de debate
es la posible afectación al derecho de seguridad social, con fundamento en la
negativa de la providencia cuestionada en acceder a ella; no existe otro medio
judicial para cuestionar esta providencia, en consideración a que tal se encuentra
en firme y contra ella no procede recurso alguno; se atisface el presupuesto de
inmediatez, en virtud de que la providencia cuestionada se profirió el 1 de julio de
2020, mientras que el amparo de la referencia se interpuso tan sólo un mes
después y; finalmente, se identificaron con suficiencia los fundamentos fácticos y
las pretensiones, así como los derechos que se consideran vulnerados, los cuales
fueron ventilados en el curso del procedimiento judicial. No obstante lo anterior,
advierte la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia que “aun
cuando la solicitud del accionante haya cumplido las condiciones generales de
procedencia, no se advierte alguna causal específica que habilite la protección
invocada”. En tal sentido, cuestiona que en el amparo se exponen los mismos
argumentos ventilados en el procedimiento ordinario, invocando la vulneración de
garantías de orden superior, con miras a imponer sus razones frente a la
interpretación efectuada por la autoridad judicial al asunto puesto a su
consideración, en donde, con argumentos claros y ajustados al ordenamiento
jurídico, se emitió la decisión pertinente. En particular, sobre la existencia de un
contrato de trabajo entre las partes precisó que, si bien este caso no existía duda
sobre la prestación personal del servicio como profesor y rector, no es menos
cierto que la labor ejercida por el accionante se realizó en su calidad de religioso y
en razón a sus votos sacerdotales. Así, concluyó el juez de instancia que los
cargos desempeñados en distintos entes educativos de la demandada hacían
“parte de su labor como miembro o socio de esa hermandad y de los requisitos
del sacerdocio, resultando claro entonces que no surgió a la vida jurídica una
doble relación entre los hoy contendientes, una de carácter religiosa y otra de
origen laboral, o que estas se dieron de forma paralela y de manera
independiente, como lo pretende hacer ver el recurrente.
En consecuencia, indicó que la Sala Laboral de la Corte Suprema de Justicia ya
se ha pronunciado en temas similares, con el fin de indicar que cuando se está
frente a una actividad misional o pastoral, en la que se presta un servicio orientado
fundamentalmente por la espiritualidad, la fraternidad y gratuidad, e inspirado en
los votos de obediencia y pobreza propios de su tarea sacerdotal, no puede
enmarcarse dentro de la presunción del artículo 24 del Código Sustantivo del
Trabajo, puesto que el móvil de dicha labor tiene un matiz netamente religioso, y
por ende, ajeno a cualquier vínculo de carácter laboral o contractual. Ahora bien,
frente a la obligación de la demandada en el trámite ordinario de vincular al actor
al Sistema de Seguridad Social en pensiones y de otorgar el derecho pensional
reclamado, adujo que si bien le correspondía al juzgador analizar si tal obligación
se extendía a esta relación no puede llevar a casar la sentencia, por cuanto pese
al deber general de afiliación de la Ley 100 de 1993, sólo hasta la expedición del
Decreto 3615 se concretó la obligación de afiliar a los miembros de las
congregaciones religiosas como trabajadores independientes. De manera que,
según se indica, “encuentra la Sala que los razonamientos planteados en el fallo
de casación cuestionado no solo no se muestran arbitrarios o caprichosos, sino
que además de estar debidamente fundamentados en los hechos probados y en la
normativa aplicable, abordaron todos los reproches que expone el accionante en
el libelo”. Por ende, declaró la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de
Justicia que el amparo era improcedente y que la accionada se refirió
explícitamente a los cuestionamientos propuestos, por lo cual, en respeto del
artículo 228 de la Constitución, no era posible inmiscuirse en tal decisión judicial
sólo porque el tutelante no la comparta o tenga una comprensión diversa a la
asumida en el pronunciamiento, cuando esta estuvo sustentada con criterio
razonable a partir de los hechos probados y la interpretación de la legislación
aplicable.
IMOPUGNACION POR GERARDO RETAMOSO
El actor cuestionó en su escrito de impugnación que hoy sí sea obligatorio
pagarles a los miembros de las comunidades religiosas cotizaciones a la
seguridad social pues, antes de ello, lo que sucedía era que dichas comunidades
debían responder por ellos hasta el momento de su muerte. Tal aplicación de la
ley puede ser contraria a la dignidad humana, la igualdad, la prohibición de
servidumbre y el libre desarrollo de la personalidad, en tanto dicha interpretación
puede obligar a las personas a seguir como religiosos para evitar una vejez en
abandono, pese a sentir otro tipo de inclinación para continuar el desarrollo de su
vida. En detalle en contra de la providencia impugnada, el actor manifestó que: sí
justificó la acción de tutela contra providencias en la causal por desconocimiento
del debido proceso y, en concreto, sustentó la presunta afectación de derechos
fundamentales; la Sala de Casación Laboral cambió la orientación de su
jurisprudencia en el asunto de fondo sin sustentar los motivos y volviendo a su
jurisprudencia anterior. En efecto, afirmó que se desconoció lo dispuesto en el
caso del Pastor Carlos Morales Gaitán contra la Iglesia Pentecostal Dios es Amor,
en Colombia, que ordenó a la iglesia demandada a asumir las obligaciones
pensionales en favor del Pastor. Finalmente,cuestionó que no se hubieren
analizado la totalidad de las pruebas aportadas y que, por ejemplo, no se hubiese
sintetizado la respuesta formulada por la apoderada de la accionante.
https://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2022/SU368-22.htm