Alegorías de La Muerte
Alegorías de La Muerte
Literatura 6º año
Actividades
El poeta dedica los siguientes versos a su padre, el Maestre don Rodrigo Manrique, con motivo de su
fallecimiento en 1476, recreando los tópicos medievales acerca de la muerte y llevándolos a un máximo
nivel artístico. Las coplas plantean un fuerte sentido didáctico y moral que nos advierte sobre la fugacidad
de la vida y la importancia de trascender el tiempo a través de los actos.
1.- Recuerde el alma dormida y llegados1, son iguales para andar esta jornada
avive el seso e despierte los que viven por sus manos sin errar.
contemplando y los ricos. Partimos cuando nascemos,
cómo se pasa la vida, andamos mientras vivimos,
cómo se viene la muerte Invocación y llegamos
tan callando, al tiempo que fenecemos;
cuán presto se va el placer 4.- Dejo las invocaciones así que, cuando morimos,
cómo, después de acordado, de los famosos poetas descansamos.
da dolor; y oradores;
cómo, a nuestro parecer , no curo2 de sus ficciones, 6.- Este mundo bueno fue
cualquiera tiempo pasado que traen yerbas secretas si bien usásemos de él
fue mejor. sus sabores. como debemos,
(…) A aquél sólo me encomiendo, porque, según nuestra fe,
aquél sólo invoco yo es para ganarse aquél
3.- Nuestras vidas son los ríos de verdad, que atendemos.
que van a dar en la mar, que en este mundo viviendo, Aun aquel hijo de Dios,
que es el morir; el mundo no conoció para subirnos al cielo,
allí van los señoríos su deidad. descendió
derechos a se acabar a nacer acá entre nos,
y consumir; 5.- Este mundo es el camino y a vivir en este suelo
allí los ríos caudales, para el otro, que es morada donde murió.
allí los otros medianos sin pesar;
y más chicos; mas cumple tener buen tino 7.- Ved de cuán poco valor
1
son las cosas tras que por casos tristes, llorosos, no cumple que de él se hable,
andamos fueron sus buenas venturas sino sólo cómo lo vimos
y corremos, trastornadas ; degollado.
que en este mundo traidor, así que no hay cosa fuerte, Sus infinitos tesoros,
aun primero que muramos que a papas y emperadores sus villas y sus lugares,
las perdemos; y prelados, su mandar,
de ellas deshace la edad, así los trata la muerte ¿qué le fueron sino lloros?
de ellas casos desastrados3 como a pobres pastores ¿qué fueron sino pesares
que acaecen, de ganados. al dejar?
de ellas, por su calidad, (…) (…)
en los más altos estados
desfallecen. 17.- ¿Qué se hicieron las 23.- Tantos duques
damas, excelentes,
8.- Decidme: la hermosura, sus tocados e vestidos, tantos marqueses y condes
y gentil frescura y tez sus olores? y varones
de la cara, ¿Qué se hicieron las llamas como vimos tan potentes,
el color y la blancura, de los fuegos encendidos, di, muerte, ¿dó los escondes
cuando viene la vejez, de amadores? y traspones?
¿cuál se para? 4 ¿Qué se hizo aquel trovar, Y las sus claras hazañas
Las mañas y ligereza las músicas acordadas que hicieron en las guerras
y la fuerza corporal que tañían? y en las paces,
de juventud, ¿Qué se hizo aquel danzar, cuando tú, cruda, te ensañas,
todo se torna graveza aquellas ropas chapadas con tu fuerza las atierras
cuando llega al arrabal que traían? y deshaces.
de senectud5. (…)
(…) 24.- Las huestes
19.- Las dádivas desmedidas, innumerables,
10.- Los estados y riqueza, los edificios reales los pendones, estandartes
que nos dejan a deshora, llenos de oro, y banderas,
¿quién lo duda? las vajillas tan fabridas; los castillos impugnables,
non les pidamos firmeza, los enriques y reales9 los muros y baluartes
pues que son de una señora del tesoro. y barreras,
que se muda, los jaeces10, los caballos la cava honda, chapada,
que bienes son de Fortuna6 de sus gentes y atavíos o cualquier otro reparo,
que revuelve con su rueda tan sobrados, ¿qué aprovecha?
presurosa, ¿dónde iremos a buscallos? que si tú vienes airada,
la cual no puede ser una ¿Qué fueron sino rocíos todo lo pasas de claro
ni estar estable ni queda de los prados? con tu flecha.
en una cosa.
(…) 20.- Pues su hermano el 25.- Aquél de buenos abrigo,
inocente amado, por virtuoso,
13.- Si fuese en nuestro poder que en su vida sucesor de la gente,
hacer la cara hermosa se llamó, el maestre don Rodrigo
corporal, ¡qué corte tan excelente Manrique, tanto famoso
como podemos hacer tuvo y cuánto gran señor y tan valiente;
el alma tan gloriosa, le siguió! sus hechos grandes y claros
angelical, Mas, como fuese mortal, no cumple que los alabe,
¡qué diligencia tan viva metiole la muerte luego pues los vieron,
tuviéramos toda hora en su fragua. ni los quiero hacer caros
y tan presta7, ¡Oh juicio divinal, pues que el mundo todo sabe,
en componer la cativa, cuando más ardía el fuego, cuáles fueron.
dejándonos la señora8 echaste agua! (…)
descompuesta!
21.- Pues aquel gran 29.- No dejó grandes tesoros,
14.- Esos reyes poderosos Condestable, ni alcanzó muchas riquezas
que vemos por escrituras maestre que conocimos ni vajillas;
ya pasadas, tan privado, mas hizo guerra a los moros,
2
ganando sus fortalezas partid con buena esperanza,
y sus villas; 34.- diciendo: -«Buen que esta otra vida tercera
y en las lides que venció, caballero, ganaréis.”
cuántos moros y caballos dejad al mundo engañoso
se perdieron; y su halago; Responde el Maestre
y en este oficio ganó vuestro corazón de acero
las rentas y los vasallos muestre su esfuerzo famoso 38.- “No tengamos tiempo ya
que le dieron. en este trago; en esta vida mezquina
y pues de vida y salud por tal modo,
30.- Pues en su honra y hicisteis tan poca cuenta que mi voluntad está
estado, por la fama, conforme con la divina
en otros tiempos pasados, esfuércese la virtud para todo;
¿cómo se hubo? para sufrir esta afrenta e consiento en mi morir
Quedando desamparado, que os llama. con voluntad placentera.
con hermanos y criados clara y pura,
se sostuvo. 35.- “No se os haga tan que querer hombre vivir
Después que hechos famosos amarga cuando Dios quiere que muera
hizo en esta misma guerra la batalla temerosa es locura.
que hacía, que esperáis,
hizo tratos tan honrosos pues otra vida más larga. Oración
que le dieron aún más tierra de la fama gloriosa
que tenía. acá dejáis. 39.- “Tú, que, por nuestra
Aunque esta vida de honor maldad,
31.- Estas sus viejas historias tampoco no es eternal tomaste forma civil
que con su brazo pintó ni verdadera, y bajo nombre;
en juventud, más, con todo, es muy mejor Tú, que a tu divinidad
con otras nuevas victorias que la otra temporal juntaste cosa tan vil
ahora las renovó perecedera. como es el hombre ;
en senectud. Tú, que tan grandes tormentos
Por su gran habilidad, 36.- “El vivir que es perdurable sufriste sin resistencia
por méritos y ancianía no se gana con estados en tu persona,
bien gastada, mundanales, no por mis merecimientos,
alcanzó la dignidad ni con vida deleitable mas por tu sola clemencia
de la gran Caballería donde moran los pecados me perdona.»
de la Espada. infernales;
(…) mas los buenos religiosos Fin
gánanlo con oraciones
33.- Después de puesta la vida y con lloros; 40.- Así, con tal entender,
tantas veces por su ley los caballeros famosos, todos sentidos humanos
al tablero; con trabajos y aflicciones conservados,
después de tan bien servida contra moros. cercado de su mujer
la corona de su rey y de sus hijos e hermanos
verdadero; 37.- “Y pues vos, claro varón, y criados,
después de tanta hazaña tanta sangre derramaste dio el alma a quien se la dio
a que no pudo bastar de paganos, (el cual la dio en el cielo,
cuenta cierta, esperad el galardón en su gloria),
en la su villa de Ocaña que en este mundo ganasteis que aunque la vida perdió,
vino la muerte a llamar por las manos; dejonos harto consuelo
a su puerta. y con esta confianza su memoria.
y con la fe tan entera
Habla la muerte que tenéis,
Actividades
1. El tema central de las coplas de Manrique es la muerte. Sin embargo, también trata una serie de subtemas como la
idea pesimista del mundo, la fugacidad de la vida y de los placeres, el tiempo que pasa, la fortuna, etcétera.
a. Localicen las coplas en las que se tratan estos tópicos. Señálenlas y escriban el tema.
b. Busquen dos citas que sirvan para ejemplificar cada uno de los conceptos.
2. Este extenso poema se suele dividir en dos gran des partes: estrofas 1-24 y estrofas 25-40
a. ¿Por qué les parece que es así?
b. ¿Se les ocurre alguna otra separación?
3. En las estrofas finales la Muerte establece un diálogo con el poeta.
3
a. Expliquen con sus palabras qué cosas le aconseja.
b. ¿Qué importancia le otorga la Muerte a la fama?
La elegía
Empezó a gestarse, entonces, un género literario mortuorio que se anticipaba a la muerte y buscaba extraer una
enseñanza para la vida terrenal con miras a la vida eterna, el único bien que la muerte no podía arrebatar.
La obra de Manrique pertenece al género literario de la elegía: una composición poética que consiste en lamentar
la muerte de alguien reflexionando sobre la vida, la fama y la fortuna. Se escribían para elogiar la figura del fallecido. En
este caso, el homenajeado es su padre, el Maestre de Santiago don Rodrigo Manrique, fallecido el 11 de noviembre de
1476. Las coplas retoman una extensa tradición funeraria originada en Grecia y Roma. Los romanos le agregaron a la
elegía consideraciones más graves, como reflexiones acerca de la muerte o del tiempo. Una versión épica de la elegía
grecolatina es el planto, composición en la que se elogia a un guerrero y sus virtudes, al tiempo que se manifiesta
concretamente el dolor por la ausencia del muerto.
Tópicos de la muerte
Dentro de la literatura mortuoria que tuvo un gran esplendor durante la Edad Media, podemos encontrar una serie
de tópicos medievales (expresados en latín) de los que Manrique se sirve para articular sus coplas.
Memento mori (recuerda que has de morir). Se interpela al lector para que no olvide su finitud como ser humano.
Palida mors (la pálida muerte). Se refiere a la condición igualadora de la muerte. El poeta latino Horacio dice
en una de sus Odas: “La pálida muerte hiere con pie igual las chozas de los pobres y los palacios de los reyes”.
Tempus fugit (el tiempo huye). Habla de la brevedad de la vida y de lo importante que es aprovechar el
momento, porque el tiempo pasa muy rápido y no se puede detener.
Contemptus mundi (desprecio del mundo). Habla del menosprecio del mundo y de la vanidad de las cosas
terrenales.
Ubi sunt (¿Dónde están?). Son interrogaciones retóricas sobre dónde fueron a parar los antiguos personajes de
la historia que han muerto, como así también su fama, su gloria, etcétera.
Sic transit gloria mundi (así pasa la gloria mundana). Se refiere al carácter pasajero de la fortuna o de la
reputación humana, que se acaban inevitablemente con la muerte.
Con retórica
La retórica nació en la antigua Grecia como un conjunto de estrategias de lenguaje para persuadir al destinatario.
Se configuró como un sistema de reglas y recursos para la construcción de un discurso eficaz. Esta modalidad discursiva
fue teorizada por Aristóteles en su obra Retórica (siglo V a.C). Dentro de los recursos, la pregunta retórica es una
interrogación que se formula sin esperar respuesta para involucrar al receptor. Tal es el caso de la pregunta retórica ubi
sunt (¿dónde están?). El primer poeta en utilizarla fue el romano Virgilio en su poema Geórgicas (29 a.C.), en referencia
a los elementos del mundo terrenal y sensorial que desaparecen rápidamente. Esta pregunta se convirtió en un tópico
literario.
Jorge Manrique la utiliza para hacer tomar conciencia al lector de que el poder, la fama y el dinero no protegen
a los seres humanos de la enfermedad y de la muerte.
4
Actividad
El séptimo sello
Director: Ingmar Actividades
Bergman
Estreno: 1957
Género: drama 1. La muerte ha sido representada muchas veces de
diversas formas.
En épocas de peste, un
caballero cruzado a. Respondan. ¿Qué diferencias encuentran
desafía a la Muerte a entre la Muerte de la danza y la presentada por
una partida de ajedrez Manrique? ¿Tienen similitudes? ¿Cuáles?
para ganar tiempo de b. Justifiquen la siguiente afirmación
vida y esperanza.
considerando si les parece o no correcta. “Manrique
humaniza a la Muerte”.
2. Busquen en el texto ejemplos de los tópicos medievales mencionados.
3. Busquen otros ej. del procedimiento alegórico operado en la copla 3: vida / río muerte / mar
4. Inventen dos alegorías relacionadas con la vida y la muerte tomando como base los tópicos mortuorios vistos.
Jorge Manrique (1440 - 1479) vivió durante et período de transición entre la Edad Media y el Renacimiento. Sus
días transcurrieron en Castilla, en los tiempos turbulentos del rey Enrique IV, cargados de luchas por el poder.
5
Siguiendo el camino de su padre, tomó posición por los Reyes Católicos. Justamente en combate contra el marqués
de Villena, enemigo de los Reyes, fue herido
de gravedad y murió a los pocos días.
Su vida se aproximó al prototipo de
caballero ideal de la época: soldado y
cortesano al mismo tiempo, diestro tanto para
las armas como para las letras.
Durante el siglo xv, se produjeron
cambios importantes en España. En el campo
social, la consolidación del poder real (con
los Reyes Católicos) trajo consigo la
constitución de una nobleza cortesana, más
educada, que no solo se interesó en la política
sino también en el cultivo de las letras, como
es el caso de los poetas Jorge Manrique y el
Marqués de Santillana. En lo económico, el
declive del feudalismo dio lugar al
surgimiento de la burguesía y a la
idealización del dinero, tema criticado La danza macabra, Guy Marchant (1486)
duramente por Manrique en sus Coplas.
La muerte, un esqueleto con una guadaña, conduce al Papa y a un cortesano a su
En el campo cultural, se intensificó la destino final
impresión y comercialización de libros y las
obras literarias comenzaron a llegar a un público lector más amplio. Al mismo tiempo, los escritores empezaron a tener
una mayor conciencia de la autoría artística de sus textos y a distanciarse del predominio de la obra anónima de los siglos
anteriores. Se valorizó la visión del hombre como individuo y un incipiente antropocentrismo (el hombre como centro)
dio origen al Humanismo. Esta corriente filosófica y artística fue desprendiéndose de la visión cristiana medieval y de
su recelo por la cultura pagana grecolatina. Los filósofos y artistas humanistas fueron abandonando la percepción
medieval de la vida terrenal como “un valle de lágrimas”, un tiempo de sufrimiento necesario para acceder a la felicidad
después de la muerte, para valorizar el modo propio del hombre de estar en el mundo y relacionarse con sus semejantes.
Representaciones y
personificaciones de
la muerte en la
historia del arte Las tres vidas según Manrique
En Europa, las representaciones de Las Coplas se pueden dividir en tres partes:
la muerte personificada se La primera parte (coplas I-XIV) desarrolla el tema de la vida terrenal y la
remontan al siglo XIII. En ese condición pasajera de la existencia del hombre y de los bienes materiales.
momento, la muerte empieza a ser Siguiendo a San Agustín, filósofo y teólogo cristiano, Manrique sostiene que esta
asociada con la figura del vida es un medio para alcanzar otra vida, la verdadera, después de la muerte:
esqueleto. Esta imagen se va a “Este mundo es el camino para el otro, que es morada sin pesar...”. El mundo
reforzar en el siglo XIV como terrenal como “camino” pone en evidencia que solo se trata de un tránsito hacia
consecuencia de las vivencias de la otro lugar, que es la verdadera “morada”.
peste negra (entre los años 1348 y La segunda parte (coplas XV-XXIV) se refiere a la vida y la fama y se la
1361). A través de pinturas y ejemplifica con una serie de personajes ilustres que ya han muerto, para
grabados sobre madera y metal, se evidenciar la futilidad de la existencia y la ineludible condición mortal. Por
buscaba concientizar a la población ejemplo: “...que a papas y emperadores e perlados, asilos trata la Muerte como a
(en su mayoría, analfabeta) acerca pobres pastores de ganados”.
de la fugacidad de la vida y los La tercera parte (coplas XXV-XL) reflexiona acerca de la vida eterna. Es la
placeres terrenales. En ocasiones elegía propiamente dicha, donde ensalza las virtudes del padre y le cede la voz
iban acompañadas por un texto en poética para que converse con la Muerte, quien también toma la palabra.
verso o una leyenda. Se cree que Finalmente, el Maestre se entrega con calma a su destino divino: “...me consiento
las danzas de la muerte pueden en mi morir, con voluntad placentera, clara e pura, que querer el hombre vivir
haber sido practicadas en iglesias y cuando Dios quiere que muera es locura.”
cementerios.
6
Junto a la muerte, la obra de
El triunfo de la muerte, Pieter Manrique incluye las grandes
Brueghel el viejo (1552)
preocupaciones sociales del
La obra es una alegoría de los momento que le tocó vivir. La
horrores de la guerra. Se cree que
reflexiona sobre la peste negra que
muerte de su padre sirve como
azotó a Europa en el siglo XIV base para desarrollar algunos
de los temas propios de
comienzos del Renacimiento.
Entre ellos, podemos
distinguir:
La fama. La
transitoriedad de la vida
empuja a los hombres a dejar
memoria de su paso en la tierra
a través de sus acciones. Es
necesario distinguir la «mala
fama», que nos aleja de la
eternidad por orientarnos a
cuestiones mundanas, de la
«buena fama», es decir, aquella
que se basa en nuestros actos
para alcanzar el cielo y
trasciende la muerte otorgándonos una «nueva vida». Por ejemplo: “Por su grande habilidad, por méritos y
ancianía bien gastada, alcanzó la dignidad de la gran Caballería dell’Espada”.
La fortuna. Siguiendo la mentalidad medieval. Manrique representaba a la fortuna mediante tres ruedas que
indicaban el pasado, el presente y el futuro para significar que en la vida no hay garantías y que cualquier estado
terrenal es inestable. La rueda gira azarosamente y cualquier pretensión humana evidencia su inconstancia. Por
ejemplo: “Los estados e riqueza (...) non les pidamos firmeza, pues son de una señora que se muda: que bienes
son de Fortuna que revuelve con su rueda presurosa...».
El tiempo. El poeta alude constantemente a la fugacidad de las cosas terrenales (a lo que fue y ya no es). Para
eso utiliza el tópico del ubi sunt. El hombre se obsesiona en atesorar fantasías mundanas, como riquezas, gloria
y poder, pero todo tiene fecha de vencimiento: la muerte es inevitable y nada se puede hacer para impedirlo. Por
ejemplo: “Pues si vemos lo presente, cómo en un punto se es ido e acabado».
Actividades
7
Mediante una carta violeta, la muerte avisa a los habitantes de un país que morirán en una semana. Pero una, enviada a un
violonchelista, vuelve rechazada. La muerte, con frustración y desconcierto, decide tomar la forma de una bella mujer, ir al concierto
y entregar la carta personalmente. Pero las cosas no salen como esperaba.
Con su vestido nuevo comprado ayer en una tienda al hotel donde me hospedo, usted, su pongo que a su
del centro, la muerte asiste al concierto. Está sentada, casa, Se aproximaba un taxi libre. La mujer hizo una
sola, en el paico de primera, y, como hizo durante el señal para pararlo y se volvió hacia el violonchelista, Lo
ensayo, mira al violonchelista. Antes de que las luces de llevo a casa, No, la llevo yo al hotel y luego sigo a casa,
la sala hubieran sido reducidas, mientras la orquesta Será como yo he dicho, o entonces toma otro taxi, Está
esperaba la entrada del maestro, él se fijó en aquella habituada a salirse con la suya, Sí, siempre, Alguna vez
mujer (...) La muerte, que tanto y tan peligrosamente habrá fallado, Dios es Dios y casi no ha hecho otra cosa,
habla sonreído desde que salió de su helado subterráneo, Ahora mismo podría demostrarle que no fallo, Estoy
no sonreía ahora. Del público, los hombres la habían dispuesto para la demostración, No sea estúpido, dijo de
observado con indecisa curiosidad, las mujeres con repente la muerte, y había en su voz una amenaza
celosa inquietud, pero ella, como un águila bajando soterrada, oscura, terrible. (...) Cuando el taxi paró en el
rápida sobre el cordero, sólo tiene ojos para el primer destino, el violonchelista dijo antes de salir, No
violonchelista. (...) La orquesta se ha callado. El con sigo entender qué pasa entre nosotros, creo que lo
violonchelista comienza a tocar su solo como si sólo mejor será que no volvamos a vernos, Nadie lo podrá
para eso hubiera nacido. No sabe que la mujer del palco impedir, Ni siquiera usted, que siempre se sale con la
guarda en su recién estrenado bolso de mano una carta suya, preguntó el músico, esforzándose por ser irónico,
de color violeta de la que él es destinatario, no lo sabe, Ni siquiera yo, respondió la mujer, Eso significa que
no podría saberlo, a pesar de eso toca como si estuviera fallará, Eso significa que no fallaré. (...)
despidiéndose del mundo, diciendo por fin todo cuanto El violonchelista entró en casa murmurando
había callado, los sueños truncados, las ansias irritado, Está loca, loca (...). Recordaba frases que la
frustradas, la vida, en fin. (...) Cuando el concierto mujer había dicho, la alusión a las ambigüedades que
terminó y el público rompió en exclamaciones, (...) la siempre se pagan, y descubría que todas las palabras que
muerte, de pie en el palco, por fin sonriendo, cruzó las ella había pronunciado, si bien pertinentes en el
manos sobre el pecho, en silencio, y miró, nada más (...), contexto, parecían contener otro sentido, algo que no se
ella sólo miraba. Cuando el violonchelista se volvió dejaba captar, algo tantalizante (...).
hacia el palco, ella, la mujer, ya no estaba. Así es la vida, El músico afinaba su violonchelo con su
murmuró. diapasón. Sin embargo, no lograba olvidarse de las
Se equivocaba, la vida no es así siempre, la mujer manos cruzadas en el pecho de la mujer durante su
está esperándolo en la puerta de artistas. Entonces, solo.
apareció el violonchelista. Al verla, se detuvo, incluso El diapasón había regresado al silencio, el
llegó a esbozar un movimiento de retroceso, como si, violonchelo ya estaba afinado y el teléfono sonó. El
vista de cerca, la mujer fuera otra cosa que mujer, algo músico se sobresaltó, miró el reloj, casi la una y medía
de otra esfera, de otro mundo, de la cara oculta de la Quién demonios será a estas horas, pensó. Levantó el
luna. (...) La mujer estaba ante él, le decía, No me huya, auricular (...) No se enfade, le llamo para que me
he venido para agradecerle la emoción y el placer de perdone, nuestra conversación enseguida tomó un
haberlo oído, Muchas gracias, pero soy un músico de la rumbo peligroso, y ya se ha visto el resultado, un
orquesta, nada más, no un concertista famoso (...) desastre, Alguien la desvié, pero no fui yo, La culpa fue
aunque me sienta halagado por su atención, no creo ser toda mía, en general soy una persona equilibrada,
merecedor de ella, El público no parece haber sido de la serena, No me ha parecido ni una cosa ni otra, Tal vez
misma opinión, Son días, Exactamente, son días, y, por sufra de doble personalidad, (...) Ignoro cómo se llama,
casualidad, es éste el día en que yo le aparezco, No qué hace, qué es, Lo sabrá a su tiempo (...), tengo una
querría que viera en mí a una persona ingrata, carta para entregarle y no se la he entregado, podía
maleducada, pero lo más probable es que mañana se le haberlo hecho a la salida del teatro o en el taxi, Qué carta
haya pasado el resto de la emoción de hoy (...). No me es, A su tiempo lo sabrá, Por qué no me la entregó, si
conoce, soy muy firme en mis propósitos. Y cuáles son, tuvo oportunidad para ello, Dos oportunidades, Insisto,
Uno sólo, conocerlo, Ya me ha conocido, ahora por qué no me la entregó, Eso es lo que espero llegar a
podemos decirnos adiós, Tiene miedo de mí, pregunto saber, tal vez se la entregue el sábado, después del
La muerte, Me inquieta, nada más. Y es poca cosa concierto, el lunes ya no estaré en la ciudad, No vive
sentirse inquieto en mi presencia, Inquietarse no aquí, Vivir aquí, lo que se llama vivir, no vivo, No
significa forzosamente tener miedo, puede ser apenas entiendo nada, hablar con usted es lo mismo que haber
una alerta de la prudencia, La prudencia sirve nada más caído en un laberinto sin puertas, Ésa sí que es una
que para retrasar lo inevitable, más pronto o más tarde excelente definición de la vida, Usted no es la vida, Soy
acaba rindiéndose, Espero que no sea mi caso, Yo tengo mucho menos complicada que ella (...).
la seguridad de que lo será. (...) La mujer dio unos pasos Saramago, José. Las intermitencias de la muerte,
y dijo, Vamos, Adonde, preguntó el violonchelista, Yo, Madrid. Alfaguara. 2005.
8
Actividades
La novela Las intermitencias de la muerte es una novela que presenta un argumento extraño y peculiar: en un
país cuyo nombre se omite y en una fecha desconocida, la muerte Interrumpe sus funciones por un tiempo indeterminado
y la gente deja de fallecer. Al principio, la idea genera mucho entusiasmo porque, al no poder morir, todos se vuelven
inmortales.
Poco a poco, sin embargo, se observan una serie de problemas que resultan de la interrupción del orden natural
de la vida: los asilos y los hospitales colapsan de enfermos o ancianos que no pueden morir: demográficamente el país
corre el riesgo de superpoblarse y los dueños de las funerarias, ante la ausencia de trabajo, organizan entierros para
animales. Al mismo tiempo, un grupo que se hace llamar la «maphia» se erige como la solución llevando a los moribundos
al otro lado de la frontera dcl país, donde mueren inmediatamente.
En la ficción novelesca creada por Saramago, a cada país le corresponde su propia Muerte. Asimismo, la muerte
abandona su ancestral figura esquelética y aterradora y se produce la metamorfosis en una mujer de carne y hueso que,
a través de una carta dirigida a los medios de comunicación, informa que continuará su misión con la siguiente modalidad:
dará aviso a la víctima con un sobre color violeta, una semana antes del fallecimiento, para que pueda preparase y disfrutar
sus últimos momentos. El caos social y la angustia reinan porque, una vez recibido el sobre, la persona sabe que su destino
es inevitable. Como la carta enviada a un músico regresa en tres ocasiones, la muerte advierte que algo fuera de lo normal
está sucediendo y decide llevar el mensaje personalmente.
Actividad
1- En el texto de Saramago, marquen dos momentos en los que se utilice cada uno de los estilos y expliquen por qué el
autor los eligió para esa situación en particular.
9
Las voces narrativas
El narrador (la voz narrativa creada por el autor) tiene dos formas de reproducir lo que piensan o dicen los
personajes: el estilo directo y el indirecto. En el estilo directo las voces se reproducen tal como son dichas o
pensadas y se introducen con guiones o rayas de diálogo. Por ejemplo: “-Y la mujer respondió: —No, me quedare
contigo...” En el estilo indirecto, el narrador con sus propias palabras reproduce lo pensado o dicho por el
personaje en tercera persona, por ejemplo: “-La mujer respondió que se quedaría con él”. El estilo indirecto puede
asumir una forma intermedia llamada estilo indirecto libre en la que el narrador reproduce la voz del personaje
sin distinguirla de la propia y sin los signos de puntuación necesarios para el estilo directo. Por ejemplo: “-y la
mujer respondió, No, me quedare contigo, y le ofreció la boca…”
Actividades
“Hubo una nueva pausa, que el primer ministro interrumpió, Estoy casi llegando a casa, eminencia, pero,
si me lo permite, todavía me gustaría exponerle una breve cuestión, Dígame, Qué hará la iglesia si nunca
más muere nadie, Nunca más es demasiado tiempo, incluso tratándose de la muerte, señor primer
ministro, Creo que no me ha respondido, eminencia, Le devuelvo la pregunta, qué hará el estado si no
muere nadie nunca más, El estado tratará de sobrevivir, aunque dudo mucho que lo consiga, pero la
iglesia, La iglesia, señor primer ministro, está de tal manera habituada a las respuestas eternas que no
puedo imaginarla dando otras, Aunque la realidad las contradiga, Desde el principio no hemos hecho otra
cosa que contradecir la realidad, y aquí estamos (…)”
10
Entre Eros y Thanatos
Según la mitología griega, Eros era el dios del Amor, el sexo y la atracción física y, por su parte, Thanatos era la
divinidad que personificaba a la muerte no violenta. Luego el psicoanálisis tomó estas figuras para interpretar e intentar
comprender la psiquis humana: Freud Consideró que Thanatos es la pulsión de muerte, que se opone a Eros, la pulsión
de vida.
Saramago se apropia de esta tensión para configurar una representación contradictoria de la muerte con dos caras:
la del fin de la vida y la del comienzo del amor. La pulsión vital que la muerte siente por el músico dificulta y termina
imposibilitando su objetivo de entregar la carta y anunciarle que le queda una semana. La muerte se siente atraída
físicamente por él cuando lo mira tocar su instrumento, cuando experimenta un instinto sexual humano y tiene relaciones
con él varias veces en su cama.
La novela opera la subversión de la premisa primordial de la muerte como un Balada del diablo y la muerte
inevitable fin de la vida al proponer, desde el terreno de lo ficcional, que la vida se La renga
impone sobre la muerte.
Estaba el diablo mal parado
Saramago también juega con el tópico literario medieval morir de amor, que
en la esquina de mi barrio
retrataba a dos formas de relación entre el amor y la muerte. Por una parte, a los
ahí donde dobla el viento
amantes que por indiferencia de su amada buscaban consuelo en la muerte; y, a la
y se cruzan los atajos,
vez, representaba a aquellos que, habiendo perdido la vida su enamorada, ansiaban al lado de él estaba la muerte
morir para encontrarse con ella en el más allá. En la novela de Saramago, valga la con una botella en la mano;
redundancia, no podemos decir que la muerte muere por amor, puesto que no tiene me miraban de reojo
vida, pero si podemos afirmar que, al destruir la carta, mata todo lo que la caracteriza y se reían por lo bajo
en tanto entidad inmortal y el final es la prueba: “ella que nunca dormía, sintió que
el sueño le bajaba suavemente los párpados”. y yo que esperaba no sé a quién,
al otro lado de la calle del otoño,
La resignificación de la muerte una noche de bufanda
que me encontró desvelado,
Como dijimos anteriormente, una alegoría busca representar una idea o un entre dientes oí a la muerte que
decía así:
concepto a través de otro más concreto. En Las intermitencias de la muerte,
Saramago se sirve de la muerte para articular una doble alegoría. En un primer
-"cuántas veces se habrá
momento, la ausencia de ella le sirve para plantear la alegoría de la inconsciencia
escapado
humana expresada en un estado de júbilo nunca antes visto en ese país. La eternidad
como laucha por tirante,
se erige como un regalo divino y nadie asimila las consecuencias de este retiro y esta noche que no cuesta nada
voluntario. ni siquiera fatigarme,
Sin embargo, en un segundo momento, el país siente la necesidad de muerte, podemos llevarnos un cordero
porque alterar el orden natural de las cosas implica circunstancias muy negativas. con sólo cruzar la calle".
Entonces surge la alegoría del exceso de soberbia, que supone un orden en el que el
hombre busca volver a ese estado al que estaba acostumbrado. Esta actitud demuestra yo me escondí tras la niebla
soberbia de parte de los hombres, que creen que lo pueden todo, incluso vencer a la y miré al infinito,
muerte. a ver si llegaba ese
Mientras que en la época de Manrique la muerte era necesaria porque conducía que nunca iba a venir.
a la vida eterna. Saramago propone una contraposición de conceptos al plantear la
vida eterna en la Y temblando como una hoja
tierra. En me crucé para encararlos,
Saramago no hay y les dije, me parece que esta vez
alegoría me dejaron bien plantado.
trascendental. La
muerte según el autor portugués (configurada desde su
visión atea) carece de toda la significación religiosa y
cristiana que aparecía en las Coplas: no existe otra vida
después de esta y el regreso de la muerte en ese país
anónimo se vuelve un deseo por una mera cuestión de
practicidad.
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Memento mori. La novela no tiene una intención didáctica ni contiene un mensaje contra los bienes terrenales
o la fama. No sirve de nada tener una buena reputación en la tierra puesto que no hay una vida divina y celestial,
posterior a la vida en la tierra, en la que seamos reconocidos por nuestras virtudes o castigados por nuestros
defectos. Sin embargo, todavía podemos encontrar alguna semejanza entre esta forma de representación y la
concepción tradicional de la muerte, como veremos en el siguiente tópico.
Palida mors. La muerte en la novela puede asociarse con la representación medieval puesto que, sin importar la
condición económica, el estatus social o el grado de poder que tenga la persona, su carácter igualador emparenta
a todos. Nadie escapa al sobre violeta.
Tempus fugit. Puede asociarse curiosamente a la muerte en la escena final: consciente de la finitud del artista,
ella decide aprovechar el momento, dejar de perder tiempo y dormir en sus brazos.
La falta de solemnidad de Las intermitencias de la muerte evita las preguntas acerca del destino de los grandes
protagonistas de la historia (es decir que no se retoma el tópico latino ubi sunt?) y en ningún momento se interpela
al lector diciéndole que va a morir.
Actividades
1. Extraigan dos pasajes del fragmento leído de Las intermitencias de la muerte en los
que se pueda advertir las condiciones “humana” y “moderna” de la muerte.
2.
3. Reflexionen sobre la ausencia de la muerte en la novela y respondan.
a. ¿Cuál es la “doble alegoría” que puede extraerse del texto?
b. Además de los nombrados (ancianos, moribundos, la “maphia”, los
sepultureros), ¿quiénes creen que pudieron beneficiarse y perjudicarse con
esa intermitencia?
4. Establezcan una relación entre el estilo del escritor portugués y las “pistas” para
comprenderlo.
a. ¿De qué manera se puede asociar su ideal de libertad con la ausencia de
una gramática académica?
b. ¿Creen que su formación pudo influir en la estructura y en la temática
de la obra? ¿Por qué?
5. Expliquen la asociación entre los conceptos de Eros y Thanatos en la novela.
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Manrique y Saramago son dos autores lejanos en el tiempo y en el espacio; uno vivió en el siglo XV,
mientras que el otro murió hace solo unos años. Cada uno adscribe a un determinado sistema de valores propio
de su momento existencial donde la visión del hombre de la vida y de Dios es diferente. Un abismo parece
separarlos; sin embargo, un elemento importante los asocia: ambos repararon en la figura de la muerte y crearon
una obra a partir de ella. Ambos buscaron, desde su cosmovisión, acercarse a este misterio universal y dejar, a
través del arte, una reflexión para acercarnos a la verdad.
Actividades
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b. Compartan con sus compañeros los textos producidos y debatan para intentar llegar a un acuerdo.
11. Si bien ambos textos tienen como elemento principal a la muerte y sus dominios, cada
uno a su modo nos habla de la vida y sus misterios. Señalen qué planteos sobre la vida
realizan las Coplas de Manrique y la novela de Saramago. Seleccionen citas para
justificar
José Saramago
Nació en Azinhaga (Portugal) en 1922. Proveniente de una familia de extracción humilde, abandonó los estudios a los
quince años por falta de medios y consiguió trabajo de cerrajero Sin embargo, su madre inculcó en él la pasión por el saber.
Su carácter autodidacta le sirvió para entrar, años más tarde, como oficinista en la Administración de seguridad Social.
Su primera novela pasó inadvertida. Mientras tanto, colaboró con diarios y revistas escribiendo notas y artículos. Portugal
sufría la dictadura de Salazar y, por sus ideas de izquierda, Saramago tuvo inconvenientes con la censura al momento de
publicar.
Afiliado al Partido Comunista, se sumó a la revolución que acabó con la dictadura. A partir de ese momento conocerla
el éxito gracias a sus novelas y ensayos: El año de la muerte de Ricardo Reis (1984), El evangelio según Jesucristo (1991).
Ensayo sobre la ceguera (1995) y otros trabajos que le valieron en 2008 el Premio Nobel de Literatura.
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del mismo material y tonalidad. Pero en esta cámara el seguridad de que no lo estaba. El príncipe se había
color de las ventanas no correspondía a la decoración. ocupado personalmente de gran parte de la decoración
Los cristales eran escarlata, tenían un color de sangre. de las siete salas destinadas a la gran fiesta, su gusto
A pesar de la profusión de ornamentos de oro había guiado la elección de los disfraces.
que aparecían aquí y allá o colgaban de los techos, en Grotescos eran éstos, a no dudarlo. Reinaba en
aquellas siete estancias no había lámparas ni ellos el brillo, el esplendor, lo picante y lo
candelabros. Las cámaras no estaban iluminadas con fantasmagórico. Veíanse figuras de arabesco, con
bujías o arañas. Pero en los corredores paralelos a la siluetas y atuendos incongruentes, veíanse fantasías
galería, y opuestos a cada ventana, se alzaban pesados delirantes, como las que aman los locos. En verdad, en
trípodes que sostenían un ígneo brasero cuyos rayos se aquellas siete cámaras se movía, de un lado a otro, una
proyectaban a través de los cristales teñidos e multitud de sueños. Y aquellos sueños se
iluminaban brillantemente cada estancia. Producían en contorsionaban en todas partes, cambiando de color al
esa forma multitud de resplandores tan pasar por los aposentos, y haciendo
vivos como fantásticos. Pero en la que la extraña música de la orquesta
cámara del poniente, la cámara negra, pareciera el eco de sus pasos.
el fuego que a través de los cristales de Mas otra vez tañe el reloj que
color de sangre se derramaba sobre las se alza en el aposento de terciopelo.
sombrías colgaduras, producía un Por un momento todo queda
efecto terriblemente siniestro, y daba inmóvil; todo es silencio, salvo la voz
una coloración tan extraña a los rostros del reloj. Los sueños están helados,
de quienes penetraban en ella, que rígidos en sus posturas. Pero los ecos
pocos eran lo bastante audaces para del tañido se pierden -apenas han
poner allí los pies. En este aposento, durado un instante- y una risa ligera,
contra la pared del poniente, se a medias sofocada, flota tras ellos en
apoyaba un gigantesco reloj de ébano. su fuga. Otra vez crece la música,
Su péndulo se balanceaba con un viven los sueños, contorsionándose
resonar sordo, pesado, monótono; y al pasar por las ventanas, por las
cuando el minutero había completado cuales irrumpen los rayos de los
su circuito y la hora iba a sonar, de las trípodes. Mas en la cámara que da al
entrañas de bronce del mecanismo oeste ninguna máscara se aventura,
nacía un tañido claro y resonante, lleno pues la noche avanza y una luz más
de música; mas su tono y su énfasis eran roja se filtra por los cristales de color
tales que, a cada hora, los músicos de la de sangre; aterradora es la tiniebla
orquesta se veían obligados a de las colgaduras negras; y, para
interrumpir momentáneamente su aquél cuyo pie se pose en la sombría
ejecución para escuchar el sonido, y las alfombra, brota del reloj de ébano
parejas danzantes cesaban por fuerza sus evoluciones; un ahogado resonar mucho más solemne que los que
durante un momento, en aquella alegre sociedad alcanzan a oír las máscaras entregadas a la lejana
reinaba el desconcierto; y, mientras aún resonaban los alegría de las otras estancias.
tañidos del reloj, era posible observar que los más Congregábase densa multitud en estas últimas,
atolondrados palidecían y los de más edad y reflexión donde afiebradamente latía el corazón de la vida.
se pasaban la mano por la frente, como si se entregaran Continuaba la fiesta en su torbellino hasta el momento
a una confusa meditación o a un ensueño. Pero apenas en que comenzaron a oírse los tañidos del reloj
los ecos cesaban del todo, livianas risas nacían en la anunciando la medianoche. Calló entonces la música,
asamblea; los músicos se miraban entre sí, como como ya he dicho, y las evoluciones de los que bailaban
sonriendo de su insensata nerviosidad, mientras se se interrumpieron; y como antes, se produjo en todo
prometían en voz baja que el siguiente tañido del reloj una cesación angustiosa. Mas esta vez el reloj debía
no provocaría en ellos una emoción semejante. Mas, al tañer doce campanadas, y quizá por eso ocurrió que los
cabo de sesenta y tres mil seiscientos segundos del pensamientos invadieron en mayor número las
Tiempo que huye, el reloj daba otra vez la hora, y otra meditaciones de aquellos que reflexionaban entre la
vez nacían el desconcierto, el temblor y la meditación. multitud entregada a la fiesta. Y quizá también por eso
Pese a ello, la fiesta era alegre y magnífica. El ocurrió que, antes de que los últimos ecos del carrillón
príncipe tenía gustos singulares. Sus ojos se mostraban se hubieran hundido en el silencio, muchos de los
especialmente sensibles a los colores y sus efectos. concurrentes tuvieron tiempo para advertir la
Desdeñaba los caprichos de la mera moda. Sus planes presencia de una figura enmascarada que hasta
eran audaces y ardientes, sus concepciones brillaban entonces no había llamado la atención de nadie. Y,
con bárbaro esplendor. Algunos podrían haber creído habiendo corrido en un susurro la noticia de aquella
que estaba loco. Sus cortesanos sentían que no era así. nueva presencia, alzóse al final un rumor que expresaba
Era necesario oírlo, verlo y tocarlo para tener la desaprobación, sorpresa y, finalmente, espanto, horror
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y repugnancia. En una asamblea de fantasmas como la hablado, los presentes hicieron un movimiento en
que acabo de describir es de imaginar que una dirección al intruso, quien, en ese instante, se hallaba a
aparición ordinaria no hubiera provocado semejante su alcance y se acercaba al príncipe con paso sereno y
conmoción. El desenfreno de aquella mascarada no cuidadoso. Mas la indecible aprensión que la insana
tenía límites, pero la figura en cuestión lo ultrapasaba e apariencia de enmascarado había producido en los
iba incluso más allá de lo que el liberal criterio del cortesanos impidió que nadie alzara la mano para
príncipe toleraba. En el corazón de los más temerarios detenerlo; y así, sin impedimentos, pasó éste a un
hay cuerdas que no pueden tocarse sin emoción. Aún el metro del príncipe, y, mientras la vasta concurrencia
más relajado de los seres, para quien la vida y la muerte retrocedía en un solo impulso hasta pegarse a las
son igualmente un juego, sabe que hay cosas con las paredes, siguió andando ininterrumpidamente pero
cuales no se puede jugar. Los concurrentes parecían con el mismo y solemne paso que desde el principio lo
sentir en lo más hondo que el traje y la apariencia del había distinguido. Y de la cámara azul pasó la púrpura,
desconocido no revelaban ni ingenio ni decoro. Su de la púrpura a la verde, de la verde a la anaranjada,
figura, alta y flaca, estaba envuelta de la cabeza a los desde ésta a la blanca y de allí, a la violeta antes de que
pies en una mortaja. La máscara que ocultaba el rostro nadie se hubiera decidido a detenerlo. Mas entonces el
se parecía de tal manera al semblante de un cadáver ya príncipe Próspero, enloquecido por la ira y la vergüenza
rígido, que el escrutinio más detallado se habría visto de su momentánea cobardía, se lanzó a la carrera a
en dificultades para descubrir el engaño. Cierto, aquella través de los seis aposentos, sin que nadie lo siguiera
frenética concurrencia podía tolerar, si no aprobar, por el mortal terror que a todos paralizaba. Puñal en
semejante disfraz. Pero el enmascarado se había mano, acercóse impetuosamente hasta llegar a tres o
atrevido a asumir las apariencias de la Muerte Roja. Su cuatro pasos de la figura, que seguía alejándose,
mortaja estaba salpicada de sangre, y su amplia frente, cuando ésta, al alcanzar el extremo del aposento de
así como el rostro, aparecían manchados por el horror terciopelo, se volvió de golpe y enfrentó a su
escarlata. perseguidor. Oyóse un agudo grito, mientras el puñal
Cuando los ojos del príncipe Próspero cayeron caía resplandeciente sobre la negra alfombra, y el
sobre la espectral imagen (que ahora, con un príncipe Próspero se desplomaba muerto. Poseídos por
movimiento lento y solemne como para dar relieve a su el terrible coraje de la desesperación, numerosas
papel, se paseaba entre los bailarines), convulsionóse máscaras se lanzaron al aposento negro; pero, al
en el primer momento con un estremecimiento de apoderarse del desconocido, cuya alta figura
terror o de disgusto; pero inmediatamente su frente permanecía erecta e inmóvil a la sombra del reloj de
enrojeció de rabia. ébano, retrocedieron con inexpresable horror al
-¿Quién se atreve -preguntó, con voz ronca, a los descubrir que el sudario y la máscara cadavérica que
cortesanos que lo rodeaban-, quién se atreve a con tanta rudeza habían aferrado no contenían ninguna
insultarnos con esta burla blasfematoria? ¡Apodérense figura tangible.
de él y desenmascárenlo, para que sepamos a quién Y entonces reconocieron la presencia de la
vamos a ahorcar al alba en las almenas! Muerte Roja. Había venido como un ladrón en la noche.
Al pronunciar estas palabras, el príncipe Y uno por uno cayeron los convidados en las salas de
Próspero se hallaba en el aposento del este, el orgía manchadas de sangre y cada uno murió en la
aposento azul. Sus acentos resonaron alta y claramente desesperada actitud de su caída. Y la vida del reloj de
en las siete estancias, pues el príncipe era hombre ébano se apagó con la del último de aquellos alegres
temerario y robusto, y la música acababa de cesar a una seres. Y las llamas de los trípodes expiraron. Y las
señal de su mano. tinieblas, y la corrupción, y la Muerte Roja lo dominaron
Con un grupo de pálidos cortesanos a su lado todo.
hallábase el príncipe en el aposento azul. Apenas hubo
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(...). Muchas personas mueren porque estiman que la vida no vale la pena vivirla. Veo a
otras que, paradójicamente, se hacen matar por las ideas o las ilusiones que les dan una
razón para vivir (lo que se llama una razón para vivir es, al mismo tiempo, una excelente
razón para morir). Opino, en consecuencia, que el sentido de la vida es la pregunta más
apremiante (…)
Muchas son las causas para un suicidio y. de una manera general, las más aparentes
no han sido las más eficaces. La gente se suicida rara vez (sin embargo, no se excluye la
hipótesis) por reflexión. Lo que desencadena la crisis es casi siempre incontrolable. Los
diarios hablan con frecuencia de “penas íntimas” o de “enfermedad incurable”. Pero sí es
difícil fijar el instante preciso, el paso sutil en que el espíritu ha apostado a favor de la
muerte: es más fácil extraer de acto mismo las consecuencias que supone. Matarse, en
cierto sentido, y como en el melodrama, es confesar. Es confesar que se ha sido
sobrepasado por la vida o que no se la comprende (…).
Vivir, naturalmente, nunca es fácil. Uno sigue haciendo los gestos que ordena la
existencia por muchas razones, la primera de las cuales es la costumbre. Morir
voluntariamente supone que se ha reconocido, aunque sea instintivamente‚ el carácter
irrisorio de esa costumbre, la ausencia de toda razón profunda para vivir, el carácter
insensato de esa agitación cotidiana y la inutilidad del sufrimiento (…)
¿Cuál es, pues, ese sentimiento incalculable que priva al espíritu del sueño necesario
a la vida? Un mundo que se puede explicar incluso con malas razones es un mundo
familiar. Pero, por li contrario, en un universo privado repentinamente de ilusiones y de
luces, el hombre se siente extraño. Es un exilio sin recurso, pues está privado de los
recuerdos de una patria perdida o de la esperanza de una tierra prometida, tal divorcio
entre el hombre y su vida entre el actor y su decorado, es propiamente el sentimiento de lo
absurdo. Como todos los hombres sanos han pensado en su propio suicidio, se podrá
reconocer, sin más explicaciones, que hay un vínculo directo entre este sentimiento y la
aspiración a la nada.
Camus, Albert. “Lo absurdo y el suicidio”
en El mito de Sísifo, Buenos Aires, Losada, 1953
Actividades
El crítico y su obra
Albert Camus (1913-1960)
Nació en Argelia pero vivió en Francia. Fue novelista, ensayista, dramaturgo y filósofo. Su obra
despliega una profunda reflexión sobre el absurdo de la condición humana. En 1942, con su novela
corta El extranjero y el ensayo El mito de Sísifo, Camus empezó a ser reconocido como escritor.
Se opuso simultáneamente al cristianismo, al marxismo y al existencialismo. Fue miembro activo
de la Resistencia francesa contra los nazis. En 1957 recibió el Premio Nobel de Literatura.
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La muerte y el humor
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“La muerte”, Enrique Anderson Imbert
La automovilista (negro el vestido, negro el pelo, negros los ojos pero con la cara tan pálida que a pesar del mediodía parecía
que en su tez se hubiese detenido un relámpago) la automovilista vio en el camino a una muchacha que hacía señas para
que parara. Paró.
-¿Me llevas? Hasta el pueblo no más -dijo la muchacha.
-Sube -dijo la automovilista. Y el auto arrancó a toda velocidad por el camino que bordeaba la montaña.
-Muchas gracias -dijo la muchacha con un gracioso mohín- pero ¿no tienes miedo de levantar por el camino a personas
desconocidas? Podrían hacerte daño. ¡Esto está tan desierto!
-No, no tengo miedo.
-¿Y si levantaras a alguien que te atraca?
-No tengo miedo.
-¿Y si te matan?
-No tengo miedo.
-¿No? Permíteme presentarme -dijo entonces la muchacha, que tenía los ojos grandes, límpidos, imaginativos y enseguida,
conteniendo la risa, fingió una voz cavernosa-. Soy la Muerte, la M-u-e-r-t-e.
La automovilista sonrió misteriosamente.
En la próxima curva el auto se desbarrancó. La muchacha quedó muerta entre las piedras. La automovilista siguió a pie y al llegar a
un cactus desapareció.
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La obra de Jorge Manrique, ubicada en el Prerrenacimiento, aborda la Muerte con una perspectiva religiosa y moralizante, destacando la inevitabilidad del destino humano y la preparación para la vida eterna como un camino espiritual dictado por Dios . Las coplas reflejan la mentalidad medieval sobre la vida como tránsito hacia una existencia superior y la igualdad ante la muerte . En cambio, José Saramago, en 'Las intermitencias de la muerte', representa la Muerte como un elemento más intimista y moderno, capaz de encarnarse en una mujer, lo cual permite explorar el impacto personal y social de su ausencia . Este enfoque refleja una cultura contemporánea más secular y humanista, enfocándose en la relación personal con la Muerte y su interrupción inesperada .
En la literatura medieval y renacentista, la figura de la Muerte es simbolizada frecuentemente como un esqueleto con una guadaña, destacando su ineludible presencia y el destino final que comparte igualitariamente a todos los seres humanos, desde papas y emperadores hasta pastores . Esta representación busca concienciar sobre la fugacidad de la vida y los placeres terrenales . En contraste, en la obra de José Saramago, 'Las intermitencias de la muerte', la Muerte toma forma humana como una mujer, reflejando una alegórica evolución que pone de manifiesto la modernidad y personalización de la muerte . Este enfoque permite explorar temas más íntimos y humanos, como la relación personal entre la muerte y los individuos .
La obra 'Coplas por la muerte de su padre' de Jorge Manrique se estructura en tres partes. La primera parte (coplas I-XIV) trata sobre la vida terrenal describiéndola como transitoria, siguiendo la perspectiva de que la vida terrena es un camino hacia la verdadera vida tras la muerte . La segunda parte (coplas XV-XXIV) aborda la vida y la fama utilizando a personajes ilustres para demostrar la futilidad de la existencia y la inevitabilidad de la muerte . La tercera parte (coplas XXV-XL) es una reflexión sobre la vida eterna, ensalzando las virtudes del padre del poeta y su aceptación de la muerte con serenidad . Estas partes reflejan la visión de Manrique sobre la vida como un tránsito hacia una verdad eterna, donde la fama debe estar orientada al bien para alcanzar la eternidad .
Jorge Manrique critica la inestabilidad y transitoriedad de la riqueza material, presentándola como algo que no debe ser fuente de seguridad o valor permanente. En sus coplas, emplea la metáfora de la Rueda de la Fortuna para representar la inconstancia de las riquezas y los estados terrenales, argumentando que los bienes son de la Fortuna, la cual la revuelve con rapidez e incertidumbre . Manrique utiliza esta temática para enfatizar la futilidad de buscar seguridad en cosas materiales, sugiriendo en cambio encontrar el sentido de la vida en la espiritualidad y en la preparación para la vida eterna .
La filosofía de San Agustín influye significativamente en la organización temática de las coplas de Manrique, especialmente en su concepción de la vida como un medio efímero hacia una existencia eterna. Manrique adopta la idea de que la vida terrenal es un mero 'camino' hacia la verdadera vida en el más allá, un ideal agustiniano que establece que los bienes temporales son simplemente transitorios y secundarios en la búsqueda de una morada eterna sin pesar . Este enfoque filosófico está presente en la primera parte de las coplas, donde se describe la vida terrenal como transitoria, una etapa hacia el destino último de la vida eterna .
La visión del tiempo en las coplas de Manrique refleja preocupaciones espirituales y sociales del Renacimiento al enfatizar la fugacidad de la existencia terrenal. Manrique utiliza el tema común de 'ubi sunt' para destacar la naturaleza transitoria de la fama, las riquezas y el poder, cuestiones de gran relevancia en el Renacimiento . Este enfoque invita a la reflexión sobre la importancia de las acciones en la vida para lograr una reputación que trascienda la muerte, alineándose con las creencias espirituales de transitar a una vida eterna más plena. En este sentido, Manrique conecta con el pensamiento renacentista que resalta la piedad y las virtudes personales sobre los logros materiales efímeros .
Durante los siglos XIII y XIV, las representaciones artísticas de la Muerte, especialmente como esqueletos, jugaron un papel crucial en la conciencia social. La figura se popularizó como resultado de las vivencias de la peste negra, que diezmó a la población europea . Estas imágenes, difundidas a través de pinturas, grabados y danzas de la muerte, pretendían recordarle a la gente la fugacidad de la vida y la omnímoda presencia de la muerte . Al tratarse de una época mayoritariamente analfabeta, estas representaciones visuales servían para educar y prevenir sobre la impermanencia de los placeres terrenales, reforzando una cultura de preparación espiritual y reflexión sobre el destino más allá de la vida .
La Danza de la Muerte tuvo un notable impacto cultural en las prácticas religiosas y sociales del periodo medieval, sirviendo como un recordatorio constante de la inevitabilidad de la muerte y la igualdad de todos los seres humanos ante ella. Este fenómeno cultural se propagó a través de representaciones artísticas en iglesias y cementerios, donde su puesta en escena representaba a la Muerte conduciendo a personas de todas las clases sociales a su destino final . Esto promovía una conciencia de la transitoriedad y futilidad de las riquezas y el poder terrenal, impulsando una reflexión colectiva sobre la vida más allá de la muerte y motivando a la piedad y preparación para la vida eterna, en línea con las creencias religiosas de la época .
En la obra de Jorge Manrique, la 'buena fama' es conseguida a través de acciones nobles que trascienden la muerte y conducen al cielo, representando una 'nueva vida' tras la muerte . En contraste, la 'mala fama' ocurre cuando las acciones de una persona se orientan hacia asuntos mundanos, impidiendo la trascendencia y alineándola con valores terrenales que son efímeros. Estas concepciones de fama influyen en cómo un personaje es recordado y si sus actos mortales logran la eternidad en el cielo . En la obra, Manrique ilustra esta distinción con la reputación de caballeros y su relevancia en el más allá .
En 'Las intermitencias de la muerte', la encarnación de la Muerte en forma humana se utiliza para explorar temas profundamente humanos y conceptuales. Saramago convierte la Muerte en una mujer que intenta entregar una carta personalmente, lo que lleva a una antropomorfización que permite al lector reflexionar sobre la condición humana y la moralidad cuando la muerte interrumpe su función . Este enfoque ofrece una doble alegoría que permite cuestionar la necesidad de la muerte para dar sentido a la vida y la cultura, destacando la importancia de aceptar lo inevitable mientras explora las paradojas de la ausencia de la muerte en la sociedad moderna .