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Meditaciones de Don Bosco

Meditaciones de don bosco

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Consideraciones para cada dia de la semana Deseando, ‘hijos .mios, que tengais diariamente un rato de meditacién,. os. ofrezco una corta consideracion para cada dia de la semana, y espero que la leeréis atentamente; esto, en el supuesto de que no tengadis otro libro mas a propésito para ello. Después de haberos arrodillado, decid: Dios mio, me arrepiento de todo corazén de haberos ofen- dido; os pido la gracia de comprender las verdades que voy a meditar y de inflamarme de amor por Vos. Virgen Santisima, Madre de Jestis, rogad por mi. Dominco Fin del hombre 1° Considera, hijo mio, que Dios te ha creado a su ima- agen, que te ha dado un alma y un cuerpo, sin que de tu parte hubiese para ello ningtin mérito. Ademas, por el bautismo te ha hecho suyo, te ha amado siempre y te ama atin como tier- no padre, y el tnico fin por el cual te cred.es para que le ames . le sirvas en este mundo, y de este modo puedas merecer un dia ser eternamente feliz en el paraiso. No pienses que vives en este mundo para divertirte, enriquecerte, comer, beber y dor- mir, como los animales, privados de razon; pues el fin para que ALCANCE DE TODOS 686 ASCHTICA AL has sido creado es infinitamente mas noble y més eee ee es, para amar y servir a Dios en esta vida, y a var asi tu alma. Si tienes siempre presente este pensamlento, iaué on suelo experimentards en la hora de la muertel... ero sl, a ‘en Dios, jqué remordimientos contrario, no piensas seriamente I : no experimentaras en aquel instante, en que debes peconaees claramente que las riquezas y los placeres que hayas gozado en la tierra no han hecho sino Hlenat de amarguras tu corazon, haciéndote ver el dafio que ellos han causado en tu alma! Por eso, hijo mio, guardate bien de ser de aquellos que slo piensan en placeres y diversiones, porque al fin de la vida se encontraran en gran peligro de perderse eternamente. EI secretario de un rey de Inglaterra murid exclamando: jDes- graciado de mi! jHe gastado tanto papel en escribir las cartas de mi sefior, y no he empleado siquiera una hoja de papel para anotar mis pecados y hacer una buena confesion! 2° Veras mejor la importancia de tu fin si consideras que tu salvacion eterna o tu eterna condenacion depende de ti. Si salvas tu alnia, serds feliz para siempre; pero si la pierdes, lo pierdes todo: alma, cuerpo, cielo, Dios, que es tu fin..., y esto por toda una eternidad. No imites la locura de los desgraciados que dicen: “Come- to este pecado, pero después me confesaré”. No te dejes en- gafiar con tales palabras, porque el Sefior maldice al que peca con la esperanza de obtener el perdén: Maledictus homo qui peccat in spe. Acuérdate de que todos los condenados tenian intencién de convertirse mas tarde, y, a pesar de eso, se han perdido por toda una eternidad. {Estas seguro de que Dios te ha de conceder tiempo para confesarte? ;Quién te garantiza que no morirds después de pecar y que tu alma no sera pre- cipitada en el infierno? ;No seria una locura que te hirieses gravemente con la esperanza de que habrias de encontrar un médico que te curase? Renuncia, pues, al pensamiento falaz de entregarte mas tarde a la virtud y al servicio de Dios; hoy mis- mo detesta y abandona el pecado, que es el mayor de todos los males, y que, desvidndote de tu salvacién, te priva de todos los bienes. 3° Quiero que conozcas un terrible lazo de que se sirve el demonio para perder a gran ntimero de cristianos, y es dejar que se instruyan en la religién, pero que después no la practi- quen. Estos tales saben perfectamente que Dios los ha creado para amarle y servirle; ;y emplean el tiempo en labrar su eter- na perdicion! En efecto, jcuéntas personas vemos en el mundo que piensan en todo menos en su salvacion! Si se le dice a un Sse conte fg apron, gee Hinge en poco dome haces he ‘4 i oe esta al momento: Tengo otras cosas que ao tienes ss i ajar, tengo que divertirme...” ;Oh infeliz! ,Y alma que salvar? En cuanto a ti, joven cristiano, INSTRUCCIONES A LA “SCCIONES ALA JUVENTUD __ 687 que lees esta consideracion, no te de jo; promete a Dios que tod, hes 5 res y riquezas de este mundo, pero renuncio a ellos diciendo: “qe qué me sirven estas cosas para la vida eterna?” Quid haec ad aeternitatem? Concluye ta también con esta consideracion: “Tengo un alma; si la pierdo, lo pierdo todo. Aun cuando ganara el mundo entero a costa de mi alma, yde qué me aprovecharia? Quid enim prodest homini si mundum universum lucretur, animae vero suae detrimentum patiatur? Si llego a ser rico y sabio hasta poseer todas las’ ciencias y todas las artes del mundo y pierdo mi alma, jde qué me serviran? La misma sabiduria de Salo- mon no me valdria de nada si me condenase. Dios me ha crea- do para salvar mi alma, y quiero salvarla a todo trance; esta alma sera, pues, de hoy en adelante el tinico objeto de todos mis cuidados. Se trata de ser eternamente feliz o eternamente desgraciado; debo estar resuelto a perderlo todo por salvarme. Dios mio, perdonadme mis pecados y no permitais que tenga jams la desgracia de ofenderos de nuevo; ayudadme con vues- tra santa gracia a fin de que pueda amatos y serviros fielmen- te en lo-venidero. Maria, esperanza mia, rogad por m’. LUNES El pecado mortal 12 {Si supieras, hijo mio, lo que haces cometiendo un pe- cado mortal! Vuelves la espalda a Dios, que te ha colmado de beneficios; desprecias su gracia y su amistad. Le dices con los hechos: ““Alejaos de mi, Sefior} no quiero ya obedeceros, serviros ni reconoceros por mi Dios: Non serviam! a que mi Dios sea ese placer, esa venganza, esa colera, esa er con- Versacién, esa blasfemia...” {Puede imaginarse aera dae monstruosa? Sin embargo, esto es lo que haces ofendiendo a ios. 8 2° ito mas negra esta ‘ cone ane fairves de low mismos bienes or ad ae do ojos, ben paw, re pans, ane one J ios, empleado para ale. el Sen: bine mio, te he creado a mi ee aac cehaien e dado cuanto tienes; has nacido en la, verdadera religion: te he concedido la gracia del bautismo; podia haberte dejado mo- tir cuando estabas en pecado, y te Sei ee icin Renate eet No te condenes; y ta, olvidando tantos beneficios, iq ingratitud, cuanto que para 688 ASCETICA AL ALCANCE DE TODOS __ = ; medios, que yo te he dado, para ofenderme?” eae no meres de dolor date una injuria tan enorme contra i ‘an Bueno! aoe Camis ademas, que este Dios de bondad no ‘deja de estar justamente irritado con tus ofensas, Y gue, cuanto mas continites viviendo en pecado, tanto mas excitas contra ti su célera; por lo cual debes temer que el Sefior te abandone si multiplicas tus faltas: In plenitudine peccatorum puniet. No porgue te falte su misericordia, sino porque no tendras tiempo de implorarla. El que abusa de las gracias de Dios, no merece gue El se las conceda, Grande es el numero de los pecadores gue vivieron en pecado con la esperanza de convertirse; pero la muerte llego cuando menos la esperaban. Dios no les dié tiempo para reconciliarse con El, y ahora se hallan perdidos para siempre. {No tiemblas al pensar que puede sucederte lo mismo? Después de tantas culpas como Dios te ha perdonado, jno podria castigarte al primer pecado mortal que cometieras y precipitarte en el infierno? Dale gracias por haberte esperado hasta ahora y toma una firme resolucién, diciéndole: “jOh Dios mio, cuanto os he ofen- dido hasta el presente! jBasta ya! Quiero emplear la vida que me resta en amaros, en llorar mis pecados, arrepintiéndome de ellos de todo corazén; Jestis mio, quiero amaros; dadme fuer- zas. Virgen Santisima, Madre de Dios, ayudadme. Asi sca.” un MARTES La muerte 1° La muerte consiste en la separacién del alma y del cuerpo, abandonando en absoluto las cosas de este mundo. Considera, joh hijo mio!, que tu alma debe necesariamente se- pararse de tu cuerpo; pero no sabes cuando, ni dénde, ni cémo te sorprendera esta separacion. No sabes si sera en la cama, en el trabajo o en otro sitio. La ruptura de una vena, un cata- tro, una fiebre, una caida, una herida, un terremoto, un Tayo y otros mil accidentes son suficientes para quitarte la vida. Y esto puede sucederte dentro de un afio, de un mes, de una se- mana, de una hora, o quizés mientras lees u oyes leer estas paginas. |Cuantos se han acostado por la noche y han sido encontrados muertos al dia siguiente! Otros, atacados de apo- pica, shan muerto rapidamente. {Qué habra sido de su alma? Si on ban en gtacia, jdichosos de ellos, son eternamente felices! ents eu seen, atotaientados para siempre jamas. Y ta, Deigincida te ance ica S fe momento, qué seria de tu alma? pronto A'mene Va stds Preparado, porque el que no esti r bien hoy, corre gran riesgo de morir mal. _INSTRUCCIONES ALA juveNTup 689 ° Aunque el Hios es muy eietts oe tote, Se muerte no te sean co. nocidos, y que ésta vendra. Y, au: i da w 7 » aun suponiendo que no te sorpren hy na muerte repentina, sin embargo, la ultima hora de tu vida ha de llegar, y en esa hora, tendide en tu leche : junto a ti la: iones de los agonizantes, rodeado de tu familia afligida, conic cifijo a un lado y una vela encendida al otro, te encontrarie a la puerta de la eternidad. Tu cabeza dolorida no encontrara reposo, tus ojos no tardaran en oscurecerse, tu lengua estara ardiendo; tu pecho, oprimido; la sangre se helara en las venas, tu cuerpo sera consumido por la enfermedad, y tu coraz6n, tras- pasado por mil dolores. En cuanto el alma haya abandonacc el cuerpo, éste, cubierto con una mortaja, serd arrojado a la fosa, donde se convertira en podredumbre; los gusanos pronto lo devorarén, no quedando ya de ti sino algunos huesos des- carnados y tun poco de polvo infecto. Abre una tumba y obser- va lo que queda de un joven rico, de un hombre poderoso en el mundo: polvo y podre... Lo mismo te sucedera a ti. [Oh hijo mio!, que estos pensamientos te hagan tomar la resolucion eficaz de ser siempre bueno. Ahora el demonio, para inducirte a pecar, se esfuerza en distraerte de este pensamiento, en en- cubrir y excusar la culpa, diciéndote que no hay gran mal en tal placer, en tal desobediencia, en faltar a misa los dias fes- tivos; pero en el momento, de la muerte, te hard conocer la gtavedad de tus faltas y te las representara todas vivamente. tQué le responderas en aquel terrible instante? jDesgraciado del que entonces se halle en pecado mortal! 3 Considera también que del momento de la muerte de- pende tu dicha o ‘desdicha eterna. Estando para dar el ultimo suspiro y a la luz de aquella ultima antorcha, jcudntas cosas veremos! La Iglesia enciende dos velas por nosotros: una en nuestro bautismo, para mostrarnos los preceptos de la ley de Dios, y otra en el trance de nuestra muerte, para que exami- nemos si los hemos observado. : i : : A la claridad de aquella iltima luz, verds, hijo inio, si has amado a Dios durante tu vida o si le has vuelto la espalda; si has respetado su santo nombre o le has ofendido con blaste- mias; verds las fiestas que has profanado, las misas que no has dido, las desobediencias a tus superiores, los escdndalos qu as dado a tus compafieros; verés aquella soberbia y eae ox gullo que te engafiaron; veras... Pero, joh Dios miol, to: e eave: lo lo vers en el momento en que se abre delante de ti d cat no de la eternidad: Momentum a quo pendet ne s = es aquel instante depende una eternidad de gloria o de tormen| a . igo? De aquel momento depende ‘Comprendes bien lo que te digo? quer Sc Para ti el paraiso o el infierno; ser para ae Ne ie Gtaciado, para siempre hijo de Dios o ese a aan 5 mele Para siempre gozar con los santos y los angeles LCANCE DE TODOS r 7 co ICA AL — oo = d : y arder para siempre jamas con los condenados en ¢ o gemir ae mucho por tu alma, y piensa que de una vida fants b - depende una buena muerte y wna eterna gloria, Sin fs ida de tiempo, arregla tu conciencia con una buena con_ pér , fi tus enemigos, repara; 16 ometiendo al Sefior perdonar a : i csion: Fidalos, ser mas obediente, abstenerte de comer carne 2 los dias prohibidos, no perder el tiempo, santificar los dias consagrados ‘a Dios y cumplir los deberes de tu estado. Y desde Shora, arrojandote a los pies de Jesés, dile: : “Sefior y Dios mio, desde este momento me convierto a Vos; os amo, quiero serviros y amaros hasta la muerte. Virgen Santisima, Madre mia, ayudadme en aquel instante terrible Jesas, José y Maria, expire en vuestros brazos en paz el alma met MIERCOLES El.juicio 1” Por juicio se entiende el examen estricto de toda nues- tra vida ante el tribunal de Dios, seguido de la sentencia que decidira nuestra suerte por toda la eternidad. Apenas haya salido del cuerpo, el alma comparecera inme- diatamente delante del divino Juez. Este encuentro es terrible, porque el alma se presenta sola ante Dios, a quien ha despre- ciado y ofendido y que conoce hasta el iiltimo pensamiento del corazén. {Quiénes te acompafiaran en aquel momento, hijo mio? Nada te Ilevards de este mundo, sino el bien o el mal que hayas hecho. Ut referat unusquisque propria corporis, grout gessit, sive bonum sive malum. No habra excusas ni pretextos, San Agustin, hablando de aguel terrible instante, se expresa asi: “jOh mortal! Cuando comparezcas ante el Creador pa‘@ ser juzgado, te encontraras ante un Juez Ileno de indignacién. con tus pecados, que te acusan, y con los demonios, prontos @ ejecutar la sentencia; dentro de ti mismo tendras la conciencia que te atormenta y a tus pies habré un infierno abierto paf@ ee En semejante angustia, jadénde iras, adénde ane eee de ti, hijo mio, si has obrado bien durante 2. Después el divino Juez abre el libro de las conciencias ¥ comlenza el examen: ludicium sedit, et libri aperti sunt 2° —1Quién eres ti?, te preguntara—Soy un cristiano tismo Por las que renunciaste al mundo, al demonio y a carne; te repres ; mentos que peenntara las gracias que te concedio, los saci? jos de ta conecbiste, las platicas, las instrucciones, los COP ‘or, las correcciones de tus padres...; todo est? RCCIONES A LA Juve 1 seta colocado ante la vista, “ pe 2 ee ae tenaedohes ae eae dir el divino Juez, a ndido a la fe que profesaste! Tan ee mal has co: Fs de razon, me ofendiste con mentiras, con falty a en la iglesia, con desobediencias a tus | adr ee otras transgresiones de tus deberes. Si a ser eee hail ses portado bien...; pero no has hecho mas aes “ hab j Iey. Misas perdidas, profanaciones de los dias festivos, blas- femias, malas conversaciones, comuniones tal vez sacrilegas he ahi lo que has hecho en vez de servirme.” Y al escandaloso se dirigira leno de indignacion y le dir4 “Ves aguella alma que camina por la senda del pecado? Ta le insinuaste la maldad con tus palabras y ejemplos; a fuer de buen cristiano, debiste haber ensefiado a tus compafieros el ca- mino del cielo; pero hiciste todo lo contrario, ensefiandole el de la perdicion. ;Ves aquella alma que esta en el infierno? Ta me la arrebataste con tus pérfidos consejos y se la entregaste al demonio, siendo causa de su eterna perdicién. Ahora tu alma pagar la perfidia de aquel escandalo. Sanguinem eius de manu tua requiram... tQué te parece de este examen, hijo mio? ;Qué te dira tu conciencia?... Adin tienes tiempo; pide perdén de tus pecados al Sefior, prometiendo sinceramente no ofenderle mas, y co- mienza desde hoy una vida cristiana, a fin de adquirir un teso- te de buenas obras para cuando tengas que comparecer ante el tribunal de Jesucristo. 3° En vista de un examen tan riguroso como hard el di- vino Juez, el pecador tratara de excusarse, diciendo que no creia ser juzgado con tanta severidad; pero Dios le contestara. “No oiste en aquel sermén, no leiste en aquel libro que yo te iba a pedir cuenta de todo?” El alma acudiré entonces a la miseri- cordia divina; pero ya no la habra para quien por tanto tiem- Po abusé de ella, concluyendo con la muerte el tiempo de las divinas misericordias. Se dirigira a los santos, a los any eles, a Maria Santisima; pero ella, en nombre de todos, dira: “;Pi- des ahora mi proteccion? No me quisiste por Madre durante

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