Modelo del Iceberg – LAS PARTES INVOLUCRADAS EN EL CONFLICTO
Lo llamamos modelo del iceberg porque la parte visible (posiciones que cada parte
defiende) no es la que suele, en definitiva, provocar el conflicto, sino la oculta (los
intereses, expectativas, deseos, prejuicios y sentimientos no expuestos y por lo tanto no
conocidos por la otra parte).
Los prejuicios son fruto de cosas que se han dicho o hecho que, interpretados
subjetivamente, generan actitudes y creencias que se manifiestan en forma de conflicto.
A su vez desencadena en una serie de sentimientos que con frecuencia son de injusticia,
desconfianza, falta de reconocimiento, etc., que resultan muy difícil hablar de ellos. Por
este motivo es que éstos se suelen mantener oculto hasta que estallan de mala manera:
“lo que no se habla hoy se dice a los gritos mañana”, nos decía un familiar que lo tenía
bien experimentado.
La solución está en mantener una conversación –por cierto difícil pero imprescindible-
en la que se expresen los prejuicios y sentimientos involucrados en el conflicto.
Si consideramos que los conflictos, además, están condicionados por la personalidad,
competencias profesionales, virtudes, defectos y los valores (o ausencia de ellos) –
representados debajo de la base del iceberg-, muestra lo complejo que resulta
resolverlos. La historia de relaciones en la familia, además, también aportará
información para comprender las causas del conflicto que es lo que menos atención se le
presta.
Cuando asumimos el rol de víctima, al sentirnos ofendidos, agraviados, aparecen
enseguida fantasías acerca de lo que uno y otro piensan y sienten, promoviendo más
desconfianza y prejuicios que suelen ser muy destructivos para la relación laboral y
familiar.
No podemos dejar de destacar que la confianza entre las personas se construye día a día
pero, lamentablemente, se puede destruir en un instante. Y los conflictos nos encaminan
en esa dirección, debilitando la relación, a ir perdiendo la confianza y, por ende, la
comunicación y la calidad de trabajo con la familia, en definitiva, la felicidad de los
familiares involucrados en el conflicto
El objetivo es promover la cultura de comprender los conflictos y de aprender a
administrarlos. Así se creará un círculo virtuoso porque se va logrando un aprendizaje
continuo sobre el manejo de los conflictos y sus modos de resolverlos.
Conversar sobre los temas tabú
Uno de los obstáculos comunes a la comunicación suelen ser los temas tabú: aquellos
temas de los que no se suele hablar por temor a que el otro lo tome mal y provoque un
conflicto o a que el otro llegue a pensar mal de uno mismo.
Cuando estas situaciones no se conversan a tiempo causan problemas de relación y los
familiares explotan en el momento menos esperado.
Caemos en la paradoja del mito de la armonía familiar, que se da con bastante
frecuencia, cuando alguien nos dice: “ni se te ocurra hablar de tal tema porque va a
provocar un gran problema con tu tío”, cuando es justamente lo contrario, es decir, que
por no conversarlo en su momento, el conflicto, con el tiempo, será mucho peor,
afectando gravemente la armonía y unidad familiar. El poder hablar sobre estos temas a
tiempo, forma parte de una actitud de protagonista y de prevención de futuros
conflictos.
Enero, 2011
Autor Santiago Dodero PhD – Director del Instituto de la Empresa Familiar – ADEN Business School [email protected]