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Final Americana

El documento resume las generalidades territoriales del continente americano. Explica que América se ubica principalmente en el hemisferio occidental y abarca el hemisferio norte y sur. Describe los límites, extensión y puntos extremos de América, así como las divisiones regionales desde los puntos de vista físico, histórico-cultural y político. También presenta una breve introducción sobre los primeros pobladores humanos de América.

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Final Americana

El documento resume las generalidades territoriales del continente americano. Explica que América se ubica principalmente en el hemisferio occidental y abarca el hemisferio norte y sur. Describe los límites, extensión y puntos extremos de América, así como las divisiones regionales desde los puntos de vista físico, histórico-cultural y político. También presenta una breve introducción sobre los primeros pobladores humanos de América.

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Eje 1 Generalidades Territoriales Del Continente

Americano
Las denominaciones “Nuevo Mundo” y “América”

No se discute a Colón, en la literatura científica, la gloria de haber llevado a cabo el


hallazgo capital en el conjunto de descubrimientos geográficos paralelos a la
eclosión del Renacimiento. A pesar de ello, sólo una de las Repúblicas americanas
Colombia ha perpetuado su nombre. La denominación de “Nuevo Mundo” o “Nuevo
Continente”, que se da al conjunto de tierras del Oeste del Atlántico, está justificada
por el orden cronológico respecto al conocimiento que tuvo de ellas la Sociedad
Cristiana Occidental después de las del “Antiguo Continente” (Europa, Asia, África).

En cuanto al nombre de “América”, la casi totalidad de autores afirma que deriva de


Américo Vespucio, piloto y cosmógrafo italiano, que verificó algunos descubrimientos
en la etapa de los “Viajes Menores” y primer europeo en proponer que esas tierras
eran en realidad un continente aparte y no las Indias como se pensaba
anteriormente en Europa. En 1507, el cosmógrafo Martín Waldseemüller, publicó su
Cosmographiae Introductio, en la cual, al referirse a las nuevas tierras descubiertas,
propuso la denominación de “América” o “tierra de Americus, su descubridor,
hombre de ingenio sagaz”. Esta iniciativa de Waldseemüller fue aceptada
ingenuamente por los humanistas del siglo XVI y con ella quedó perpetuado uno de
los mayores fraudes que registra la Historia. Las Indias Occidentales descubiertas
por Colón al amparo de las banderas de Castilla, debieron haberse llamado
“Colombia”, nunca América.

En tiempos de la colonia, así como en España se llamaba americano a todo aquel


que hubiera nacido en alguna parte de sus dominios en América; en el Reino Unido
se llamaba “Americans” a los colonos que vivieran en las porciones del continente
que este otro reino iba ocupando. En 1776, las trece colonias inglesas ubicadas en
la costa atlántica de la Norteamérica central se independizaron de su metrópoli,
constituyendo estados que se unieron en un único país. Nunca llegó a haber un
consenso en cuanto a un nombre para este nuevo estado federal y tras rechazarse
diversas propuestas, este país terminó adoptando de hecho la genérica
denominación de Estados Unidos de América para sí. A raíz de que sus tierras
habían conformado la base de la América británica, la falta de un nombre propio
generó el uso del nombre "América" para referirse a este país, hecho respaldado por
el gentilicio "American" que ya era usado para sus habitantes desde la época
colonial.

Posición geográfica Respecto al Meridiano de Greenwich,

América se emplaza, casi completamente, en el hemisferio occidental; salvo algunas


pequeñas islas del archipiélago de las Aleutianas que sobrepasan el antimeridiano y
se ubican en el Oriente.

En referencia al Ecuador, América se ubica en los hemisferios Norte y Sur. Puntos


extremos Se extiende desde el Océano Glacial Ártico por el Norte hasta las Islas
Diego Ramírez por el Sur, en la confluencia de los océanos Atlántico y Pacífico que
delimitan al continente por el Este y el Oeste, respectivamente, y el océano Austral
bañando las costas de Antártida.

Sus puntos extremos se localizan en:  Norte: Cabo Morris Jesup, 83º 39´ Latitud
Norte.  Este: Cabo Nordeste, 10º 30´ Longitud Oeste.  Sur: Islas Diego de
Ramírez, 56º27´Latitud Sur.  Oeste: Cabo Wrangell, Isla Attu, 167º50´ Longitud
Este.

Límites

América está limitada al Este por el Océano Atlántico y al Oeste por el Pacífico. El
primero la separa de Europa y África, y el segundo de Asia y Oceanía. Al Norte tiene
el Océano Glacial Ártico, y al Sur la zona de contacto entre el Atlántico y el Pacífico.
Dista de Europa unos 3.000 km.; de África, 2.000; de Asia, 4.500 (solo 82 km en el
estrecho de Bering); y de Oceanía, 2.000 (de San Francisco de California al
archipiélago de las Hawai).

Extensión

En conjunto, la masa continental americana, las islas y Groenlandia, alcanzan un


desarrollo de 42.186.998 km. 2 , de los que corresponden 24.244.574 a la América
del Norte y del Centro (incluyendo los 2.175.600 de Groenlandia) y 17.942.424 a la
América del Sur.

El límite geográfico y político entre ambas se halla en el valle bajo del río Atrato, al
Sur del istmo de Panamá. Las dos Américas presentan forma triangular, de amplio
desarrollo en el Norte y muy angostas en el Sur. La septentrional tiene la ventaja de
extenderse ampliamente en la zona templada y de ser menos compacta que la
meridional, pues mientras el litoral de la primera mide 74.560 km., el de la segunda
se reduce a 28.480.

División regional desde el punto de vista físico - estructural:

 América del Norte: Desde el Cabo Morris Jesup (Groenlandia), hasta el istmo de
Tehuantepec (México).

 América Central: Desde el istmo de Tehuantepec hasta los ríos Atrato y San Juan
(Colombia). Incluye la zona insular del Caribe, un arco de islas (Antillas Mayores y
Antillas Menores) que se encuentran entre la península de Florida (en América del
Norte) y la costa norte de América del Sur.

 América del Sur: Desde los ríos Atrato y San Juan, hasta las Islas Diego Ramírez
(Chile).

División regional desde el punto de vista histórico-cultural:

 América anglosajona: Está integrada por Canadá, Groenlandia y los Estados.


Estas sociedades recibieron la influencia de los pueblos europeos anglosajones
(británicos, alemanes, escandinavos, holandeses) y franceses. La religión que
prevalece es protestante y la lengua más hablada es el inglés. En Canadá un sector
de la sociedad ha mantenido la herencia de la colonización francesa, por eso la
población sigue hablando el francés y practica la religión católica. Las lenguas
oficiales son el inglés y el francés.

 América Latina: Está integrada por los países cuyo idioma oficial deriva del latín.
Esta expresión surgió en Europa, más precisamente en Francia, con la intención de
diferenciar esta parte de América de América Anglosajona, evidenciando el
enfrentamiento con el creciente poderío de los países angloamericanos (en
particular Estados Unidos). El nombre América Latina permite incluir la cultura
española, portuguesa y francesa (derivadas del latín). La denominación América
Latina tiende a incluir Iberoamérica y el Caribe.
 Caribe: Es la región formada por el Mar Caribe y el archipiélago de las islas
Antillas (Mayores y Menores) extendido desde la Península de Florida
(EEUU) hasta la costa norte de América del Sur. Algunos autores lo excluyen
de América Latina y lo consideran una unidad especial. Esta región fue
colonizada por españoles, ingleses, franceses y holandeses, se encuentran
países con diferentes lenguas e influencias culturales. En la región predomina
la población de origen africana y mestiza.
 Hispanoamérica: Está integrada por los países colonizados por España,
predominan la lengua española y la religión católica. La composición étnica
de la población es muy variada, en algunos países como Bolivia, México,
Colombia, Guatemala, Honduras, Nicaragua, conservan alta presencia de
población oriunda de pueblos originarios y población mestiza. En las costas
del Mar Caribe, litoral de Venezuela y Colombia, y en Perú se destacan los
mestizos y los descendientes de población africana introducida como
esclavos. En Argentina y Uruguay predomina la población descendiente de
europeos, debido al flujo migratorio europeo de los Siglos XIX y XX.
 Iberoamérica: Está formada por países colonizados por las potencias
europeas de la Península Ibérica (España y Portugal), por tanto comprende
Hispanoamérica y América Portuguesa (Brasil). En Brasil el idioma oficial es
el portugués, aproximadamente la mitad de la población es descendiente de
europeos, también existen otros grupos étnicos: en el litoral predomina
población de origen africano (introducida como esclavos) y mulatos, en
cambio en el interior predominan mestizos y descendientes de los pueblos
originarios.

División política

El continente americano está compuesto por 35 países, 15 dependencias y un


Estado libre y asociado con Estados Unidos. Los territorios que aún no lograron su
independencia total revisten distintos estatus jurídicos de acuerdo con la relación
que tienen con el otro país:

 Territorio no autónomo o colonia: son territorios gobernados y administrados por


otro país. Los habitantes no gozan del derecho de ciudadanía y dependen de las
decisiones del país colonizador. Ejemplos: Is. Vírgenes (EEUU).
 Departamento de ultramar: son territorios que anteriormente eran colonias y
cambiaron de categoría. Poseen una administración propia y sus habitantes tienen
los mismos derechos y deberes que los del país colonizador, que ejerce la
soberanía. Ejemplo: Guayana Francesa y Guadalupe (Francia), Groenlandia
(Dinamarca) , Is. Vírgenes Británicas e Is. Montserrat (Reino Unido).

 Estado libre asociado: son territorios que poseen autonomía interna (por ejemplo
eligen sus gobernantes), pero dependen del país colonizador en temas como
defensa y relaciones internacionales. Ejemplo: Puerto Rico.

Los primeros pobladores de América

Los primeros pobladores del continente americano eran Homo sapiens. Como hasta
el momento no se encontraron restos humanos de homínidos anteriores, los
investigadores afirman que los primeros habitantes de América migraron desde otro
continente.

Existen varias teorías respecto a desde dónde llegaron. Una de las más aceptadas
es la teoría del poblamiento asiático del continente americano. Esta teoría afirma
que los primeros pobladores llegaron desde Asia por el estrecho de Bering durante
la última glaciación que hubo en el planeta, hace unos 100.000 años. En aquel
período, grandes extensiones de hielo cubrían muchas regiones que actualmente
son costeras. El nivel de los océanos era mucho más bajo que el actual, y se podía
cruzar a pie por un puente natural que unía Asia y América. Ese paso pudo ser
utilizado hasta hace aproximadamente 12.000 años, y por allí ingresaron varios
grupos de pobladores asiáticos.

Se cree que esos primeros grupos humanos que llegaron al continente eran
cazadores-recolectores que seguían a sus presas. Se llegó a esa conclusión a partir
del hallazgo de huellas de ese período en la región del estrecho de Bering. En un
principio, fueron ocupando las zonas más septentrionales del continente, hoy Alaska
y Canadá, y al que aumentaba la temperatura y retrocedían los glaciares, avanzaron
lentamente hacia el sur.

El avance de los distintos grupos humanos dependió de varios factores, pero el más
importante fue la disponibilidad de alimentos. Cuando llegaban a una región con
abundancia de recursos se establecían un tiempo, y cuando estos comenzaban a
escasear, migraban hacia otras regiones.

Otros hallazgos, otras respuestas

Aunque la teoría del poblamiento americano a través del estrecho de Bering es la


más aceptada, se han propuesto otras rutas de acceso al continente basadas en los
nuevos descubrimientos de restos humanos. En 1928, el antropólogo portugués
Antonio Mendes Correia propuso su teoría, según la cual el proceso inmigratorio se
habría iniciado en el territorio actual de Australia, bordeando el continente antártico y
atravesando el mar de Drake, hasta su instalación en los territorios de la Patagonia.

Esta teoría no se basó en restos fósiles, sino en semejanzas físicas y culturales


entre los habitantes de Australia y los indígenas de la Patagonia. En 1943, el
antropólogo francés Paul Rivet formuló la teoría oceánica o multilateral, según la
cual los primeros pobladores de América no solo provenían de Asia, sino también de
Oceanía, Polinesia y Melanesia. Según él, los grupos pobladores polinesios y
melanesios habrían llegado atravesando el océano Pacífico en pequeñas balsas. A
diferencia de las teorías anteriores, que plantearon un origen racial único de los
primero pobladores de América, Paul Rivet propuso un origen multirracial.

Paleolítico

La etapa más antigua de presencia de seres humanos en América se denomina


período Paleoindio, y comenzó hace aproximadamente 13.000 años. El continente
americano tiene espacios muy diferentes y diversos ecosistemas. Además, al haber
sido ocupado en distintas etapas por distintos grupos humanos, esto generó
adaptaciones regionales particulares, y posteriormente, culturas muy diferentes entre
sí.

Durante este período, los primeros pobladores del continente americano se


organizaban en bandas de cazadores-recolectores nómadas. Algunos de los
grandes animales que cazaban se han extinguido, por ejemplo, el mamut y los
bisontes en América del Norte o los perezosos y los mastodontes en América del
Sur, donde también cazaban animales más pequeños, como guanacos, ciervos,
vizcachas, tapires y ñandúes, que formaban parte de su alimentación.

Su tecnología se basaba en la elaboración de puntas de piedra, que utilizaban para


la caza de grandes mamíferos. Sin embargo, no todos los habitantes de América
eran cazadores de grandes animales: en diversas regiones, como Teohuacán, en el
actual territorio de México, el modo de vida se basaba en la recolección de plantas y
la caza de pequeños animales.

Neolítico

Se denomina Revolución Neolítica a la primera transformación del modo de vida de


los seres humanos, que pasó de ser nómada a sedentario, y de una economía
recolectora basada en la caza, la pesca y la recolección, a una economía
productora, basada en la agricultura y la ganadería. En América, a medida que se
iba desarrollando la agricultura como forma de producción de alimentos, la caza y la
recolección fueron perdiendo importancia y algunos grupos humanos comenzaron a
hacerse sedentarios. La agricultura y la cría de animales adquirieron características
diferentes en las distintas regiones de América. Sin embargo, no todos los grupos se
hicieron sedentarios: coexistieron diferentes formas de vida, ya que algunas
comunidades continuaron desplazándose. Por ejemplo, las que se dedicaron a la
cría de ovinos, mantuvieron este modo de vida nómada que se conoce como
trashumante. En otros casos, continuaron existiendo formas de subsistencia
basadas en la caza y la recolección.

Neolítico en América del Norte

En América del Norte, las grandes diferencias ambientales generaron procesos


desiguales entre regiones. En el este del actual territorio de Estados Unidos
comenzó a cultivarse girasol a partir del año 2500 a. C., aproximadamente, y
también se registra el cultivo de quínoa. Estos cultivos locales, de un valor nutritivo
alto en proteínas, mejoraron la calidad de la alimentación, lo que permitió el
crecimiento de esta población.

Los primeros habitantes de América del Norte fueron nómadas y basaban su


subsistencia en la caza y la recolección de frutos, semillas y raíces. Con el tiempo, la
región fue ocupada por los primeros grupos sedentarios como los cupacá, que
desarrollaron formas simples de agricultura aprovechando las inundaciones del río
Colorado, pero mantuvieron las actividades de caza y recolección. Otros grupos,
como los kiliwa y los pai pai, que habitaron el actual territorio de California,
explotaron los recursos que le ofrecían las costas y las montañas, y desarrollaron la
artesanía. Esta forma de vida, basada en la caza de pequeños mamíferos y la
recolección de semillas, es conocida con el nombre de cultura del desierto. Hacia el
año 1 d. C., se difundieron hacia el sur de América del Norte los cultivos de
Mesoamérica que empezaron a desplazar a los cultivos originales. Hacia el año 900
d. C., el maíz procedente de Mesoamérica se había convertido en el cultivo principal.
Esta innovación se dio casi al mismo tiempo que la introducción del arco y la flecha.
Otra característica del Neolítico en América del Norte fue la utilización de la
cerámica, que apareció por primera vez hacia el año 300.

Neolítico en Mesoamérica

La agricultura en Mesoamérica comenzó hacia el año 3500 a. C. Anteriormente, la


región fue habitada por grupos cazadores y recolectores que progresivamente
comenzaron a cultivar maíz, calabaza, ajíes y porotos. Junto a estos alimentos,
cultivaron paltas y otros vegetales comestibles y de uso medicinal. El principal cultivo
fue el maíz y, debido a la ausencia de animales de carga que permitieran arar la
tierra, los campos se trabajaban mediante palos de excavación. Eso hizo que el tipo
de sembrado no se realizara esparciendo semillas al azar, como en Europa y en
Asia, sino que cada semilla fuera colocada una por una. Cada planta se sembraba
junto a una de porotos, que ayudaba a fijar nitrógeno a la tierra y hacerla más fértil.

En varias regiones de Mesoamérica se originaron asentamientos de agricultores que


no superaban las veinte viviendas. Aunque estas comunidades basaban su
economía en la agricultura y la domesticación de pequeños animales, hay indicios
arqueológicos de que en este período existía el intercambio de productos entre
distintas aldeas. Por ejemplo, se encontraron en algunas regiones restos de
cerámica con características de diseño o decoración propias de otros territorios. Es
posible que los grupos que se asentaron en mejores hábitats, cerca de ríos, arroyos
o del mar, crecieran más rápidamente.

Los Andes Centrales


Los Andes centrales albergan una región ecológica de altiplanicies muy secas. La
mayor parte de la costa peruana, pese a hallarse en el trópico, tiene características
subtropicales: no llueve y el suelo es árido. El desierto formado en la costa es
cruzado por diferentes cursos de agua que forma valles estrechos pero sumamente
fértiles. Los primeros centros agrícolas de la región andina se ubicaron en la costa,
regada por ríos pequeños que descendían de los Andes y desembocaban en el
océano Pacífico. Durante la época de lluvias, el caudal de estos ríos aumentaba y
provocaba la inundación de los valles cercanos. En estos valles comenzaron a
realizarse los primeros cultivos, que se desarrollaron a la par de las otras
actividades: la pesca y la recolección. Los contrastes geográficos de los Andes
centrales permitieron que las diversas sociedades andinas tuvieran acceso a una
gran variedad de productos agrícolas en espacios relativamente cercanos, donde
había condiciones ambientales diferentes. Ello fomentó el intercambio permanente
entre las regiones.

Las grandes civilizaciones: Los Mayas

A partir del Siglo II d. C. los Mayas construyeron imponentes centros urbanos y se


expandieron por las actuales regiones del sur de México, Guatemala, Belice y
Honduras. Utilizaron diversas técnicas agrícolas y desarrollaron significativos
conocimientos matemáticos y astronómicos, que sorprendieron a los primeros
europeos que llegaron al continente americano. Las ciudades mayas se dividían en
dos sectores: uno, urbano, en el que se encontraba el centro ceremonial habitado
por los sectores dirigentes, y otro, rural, en el que residían y trabajaban los
campesinos. La principal actividad económica de los mayas era la agricultura. Las
tierras cultivables pertenecían al Estado y eran distribuidas entre los campesinos y
los nobles. Las familias campesinas trabajaban las parcelas asignadas y, además,
sembraban y cosechaban las tierras de la nobleza. Los principales productos que
consumían eran maíz, calabazas, porotos, mandioca y cacao. Los mayas aplicaron
diversas técnicas de cultivo: la milpa o roza consistía en la quema de la maleza seca
para utilizar las cenizas como abono. El sistema de terrazas implicaba la
construcción de grandes andenes de cultivo en las laderas de los cerros que
permitía aprovechar el agua de lluvia y aumentarla superficie cultivable. El comercio
fue otra actividad importante. Los campesinos y artesanos intercambiaban sus
productos en los mercados locales a través del trueque, sin la Intervención del
dinero. Al mismo tiempo, grandes comerciantes, relacionados con la nobleza,
comercializaban el excedente en regiones distantes.

Los Aztecas

Los aztecas constituyeron su civilización en una época tardía de la historia de


Mesoamérica. Originalmente, eran un pueblo nómade y llegaron al valle de México a
mediados del siglo XIII, desde el Norte. Se llamaban a sí mismos mexicas y
fundaron su capital, Tenochtitlan (donde hoy se emplaza la ciudad de México), en
1325, en una pequeña isla del lago Texcoco. En poco más de un siglo, lograron
vencer a la mayoría de los pueblos de la región y fundaron el Imperio Azteca en
1428. Un gran número de civilizaciones anteriores a los aztecas (mayas, olmecas,
zapotecas, mixtecas, teotihuacanos) lograron diversos tipos de conocimientos (en
política, economía, astronomía, creencias religiosas, arquitectura, etc.) que los
aztecas heredaron y a los que les sumaron sus propios aportes. A la llegada de los
conquistadores españoles, los aztecas controlaban la mayor parte del territorio de
Mesoamérica; el resto de la región contaba con poblaciones más o menos aisladas
de campesinos o con ciudades-Estado de grupos que habían logrado mantenerse al
margen del dominio azteca. Al igual que las primeras civilizaciones que surgieron en
otras partes del mundo, la civilización azteca se basó en el desarrollo de la
agricultura. De acuerdo con las condiciones geográficas, contaban con diversos
sistemas para lograr el mejor aprovechamiento de la tierra.

Utilizaron el sistema de la roza y la quema, las terrazas de cultivo, los canales de


riego y, en las zonas lacustres (como Tenochtitlan), un sistema original denominado
chinampas, que consistía en una especie de balsas de madera rellenas de barro y
ramas, sujetadas al fondo del lago y atravesadas por canales.

Los Incas

Los Incas, que a sí mismos se llamaban "quechuas", fundaron la ciudad de Cusco (o


Cuzco), en el sur del actual Perú, hacia el año 1200. Desde allí, fueron adquiriendo
poder, hasta imponerse al resto de la región. En 1438, al mando del Inca
Pachacutec, iniciaron un período de expansión que daría lugar al Tawantinsuyu ('las
cuatro partes del mundo'), el Imperio Inca, que se extendió por la mayor parte de los
Andes centrales desde el sur de la actual Colombia hasta el noroeste de la Argentina
y el centro de Chile. Basaron su éxito en una firme estructura militar, pero lograron
perdurar gracias a una administración centralizada, que equilibraba el poder de la
capital con la autonomía de los territorios conquistados. Los Incas alcanzaron
conocimientos notables en técnicas agrícolas, arquitectura y astronomía. Fueron
expertos artesanos en alfarería, metalurgia y el arte textil. Sin embargo, estos logros
no fueron mérito exclusivamente propio. Supieron nutrirse de los saberes de culturas
que existieron previamente en la región andina. Basaban su producción en la
agricultura. La papa era el cultivo principal, complementado por otros vegetales,
como maíz, quinua, porotos, zapallo, batata, tomate y ají. El clima y la geografía de
la región presentaban dificultades para el cultivo. Los Incas, al igual que sus
antecesores, superaron estos inconvenientes mediante ingeniosas técnicas. En las
zonas montañosas, desarrollaron característicos andenes, distribuidos en terrazas.

La colonización española

La Corona española no solo ordenó la conquista de América por la fuerza, sino que
emprendió la ocupación de ese territorio de manera permanente. Con ese fin,
dispuso la fundación de ciudades a lo largo del territorio conquistado, donde
residieron los españoles recién llegados, junto con los antiguos habitantes de
América y los esclavos traídos de África. En 1573, el rey Felipe II confirmó la
intención colonizadora al dictar las "Ordenanzas sobre descubrimiento, nueva
población y pacificación de las Indias”. Entre otras cuestiones, estas ordenanzas
organizaban el poblamiento del espacio americano y confirmaban la autoridad
indiscutible de la Corona para decidir sobre los asuntos de gobierno y organización
de las tierras recientemente conquistadas. La fundación de ciudades Una
característica distintiva de la colonización española en América fue la fundación de
ciudades. Para la Corona española era primordial formar una red de centros urbanos
que conectara sus dominios americanos, obligara a la población blanca a asentarse
allí y sirviera para asegurar el control del territorio frente a las ambiciones de otros
reinos europeos.

Las ciudades americanas fueron fundadas por los propios conquistadores de una
región o por expediciones organizadas para tal fin.

El gobierno de las colonias

En 1524, los españoles crearon el Consejo de Indias, con sede en Madrid y


conformado por un presidente y varios consejeros. Este consejo estaba encargado
de redactar todas las leyes referidas a la administración de las colonias, nombrar a
sus funcionarios y autoridades eclesiásticas, y definir los impuestos. Sus decisiones
tenían que ser aprobadas por el rey. En Sevilla funcionaba la Casa de Contratación,
que regulaba el comercio con las colonias y las expediciones militares de conquista.
También controlaba quiénes podían ir hacia América, ya que estaba prohibida la
partida de extranjeros o personas que profesaran una fe que no fuera la católica.
Además, los españoles dividieron los territorios americanos en dos grandes
virreinatos, cada uno dirigido por un virrey: el de Nueva España, creado en 1535; y
el del Perú, en 1542. A su vez, existían las audiencias, encargadas de redactar leyes
y ejercer la justicia. Cada virreinato estaba subdividido en varias gobernaciones, a
cargo de los gobernadores que eran, a su vez, los presidentes de las distintas
audiencias. Las gobernaciones que estaban ubicadas en territorios más alejados,
donde había más conflictos con los pueblos originarios, recibían el nombre de
capitanías generales, y allí, no había audiencias.

El Tratado de Tordesillas

En 1494, el Tratado de Tordesillas, avalado por el Papa Alejandro VI, estableció una
línea imaginaria de norte a sur para dividir los territorios que podían ocupar España y
Portugal en América. Esta línea fue trazada a 370 leguas hacia el oeste de la isla de
Cabo Verde: los territorios que se hallaran al oeste serían para España, y los del
este, para Portugal.

Antecedentes del proceso revolucionario

En el siglo XVII, algunas ideas de la Ilustración sirvieron como fundamento teórico


de dos grandes revoluciones políticas que influirían, a su vez, en el proceso
revolucionario en América Latina: la Independencia de Estados Unidos (1776) y la
Revolución Francesa (1789). La Independencia de Estados Unidos A partir del siglo
XVII, diversas expediciones partieron desde Inglaterra hacia el norte del continente
americano y colonizaron el territorio cercano a la costa este de lo que hoy es
Estados Unidos. Allí se asentaron los colonos que fundaron trece colonias dedicadas
a la producción agrícola-ganadera. Sus habitantes se reconocían como súbditos de
la Corona inglesa, pero, a diferencia de lo que sucedía en Hispanoamérica, no
tenían una red de funcionarios reales, sino que las colonias mantenían una relativa
independencia para gobernarse. Del mismo modo que sucedió en los países
ibéricos, las guerras internacionales del siglo XVIII complicaron la economía
británica. Esto obligó a la monarquía inglesa a aumentar algunos impuestos e
imponer más controles al comercio de las colonias. Estas medidas generaron
protestas en las colonias americanas, cuyos pobladores convocaron en 1770 a un
Congreso, que solicitó a la monarquía la eliminación de las disposiciones que habían
generado descontento.

La Independencia de Estados Unidos fue un hecho novedoso en el continente, ya


que se trató del primer caso en que una colonia lograba rechazar el gobierno de su
metrópoli. El nuevo Estado se organizó bajo la forma de una república, un sistema
de gobierno también novedoso, que quedó establecido en su Constitución
sancionada en 1787. Se organizó un gobierno basado en la división de poderes: un
poder Ejecutivo, uno Legislativo y otro Judicial, cada uno independiente de los otros.
Además, la Constitución estableció un gobierno federal. Esto quiere decir que los
Eje 2 Aspectos Físicos Naturales De América
estados (las antiguas colonias) elegían su propio gobierno local, aunque existía un
poder central que gobernaba sobre toda la nación.

Evolución geológica

En 1915, el astrónomo y meteorólogo alemán Alfred Wegener publicó el libro "El


origen de los continentes y océanos", en donde hace la primera exposición general
de la teoría de la "Deriva Continental“.

Según Wegener, los continentes actuales estuvieron unidos hace unos 200 millones
de años en un único continente, que denominó Pangea. Para elaborar esta teoría,
Wegener tuvo en cuenta los siguientes datos:

• Geográficos: los contornos continentales encajan como piezas de un


rompecabezas, especialmente en las costas de África y América;

• Paleontológicos: se observa gran coincidencia de muchos fósiles anteriores a la


separación continental, mientras que tras la fragmentación de esta masa continental,
los fósiles descendientes muestran una evolución diversificada al quedar aislados en
continentes distintos;
• Tectónicos: los ejes de plegamiento de las cadenas montañosas antiguas
coinciden a ambos lados del Atlántico, indicando que, en el momento de su
formación, América del Norte y Europa estaban unidas. De forma similar, los
plegamientos del este de Australia se continúan en Sudáfrica y la Argentina.

Durante la era Paleozoica, hace más de 200 millones de años, la antigua Pangea
comenzó a desmembrarse en bloques, Laurasia al Norte y Gondwana al Sur. Estos
bloques o placas tectónicas son los núcleos de los actuales continentes.

A fines de la era Mesozoica y principios de la Cenozoica, las placas Norteamericana


y Sudamericana se desplazaron hacia el Oeste y las placas Pacífica, Nazca y
Antártida hacia el Este, produciendo la subducción de estas últimas debajo de las
placas Norteamericana y Sudamericana. Como resultado de ello, en la zona de
contacto de las placas los sedimentos acumulados en el borde occidental se
plegaron y se elevaron originando las montañas más altas del continente americano:
las Cordilleras del Oeste en América del Norte y la Cordillera de los Andes en
América del Sur.

Asimismo, las fuerzas que plegaron y elevaron los sedimentos, también generaron
fracturas en los macizos antiguos dando lugar a bloques que fueron sometidos a la
acción constante de agentes erosivos. Algunos de estos bloques ascendieron y
formaron las sierras y altiplanos, otros descendieron y generaron grandes cubetas
sedimentarias. Durante la era Cenozoica, la subducción de la placa Cocos formó la
cordillera en América Central, y la placa Caribe se desplazó hacia el Este, formando
el arco de las Antillas, que encerró el mar Caribe.

Grandes unidades estructurales

Se denominan unidades estructurales a las formaciones originadas en la misma era


geológica, constituidas por rocas semejantes y afectadas por los mismos agentes
transformadores del relieve, tanto internos como externos, y que en la actualidad se
presentan con grandes rasgos de unidad.
En América del Norte, una serie de mesetas se localizan entre la cadena de la Costa
y las Rocallosas, cubiertas en gran parte de lavas, productos del vulcanismo del
Cenozoico (como la meseta de las Lavas), y cortadas por ríos torrentosos que
forman cascadas, aprovechadas para la obtención de energía hidroeléctrica. En
América del Sur, además de las mesetas mencionadas, se encuentra el gran
Altiplano de Bolivia, continuado por la Puna de Atacama chilena y la Puna argentina.

Relieves de América del Norte

El desplazamiento del continente Laurentino o escudo canadiense-groenlandés


durante el Paleozoico, y la compresión a que se vio sometido en la aproximación a
otros bloques emergidos hasta constituir finalmente la Pangea, originaron la
emersión de una amplia banda montañosa en sus márgenes, desde los Apalaches y
hacia el oeste, posteriormente arrasada por la acción prolongada de los agentes
erosivos. La individualización continental que supuso la apertura del Atlántico Norte
durante del Mesozoico, inició un movimiento divergente en su flanco oriental,
contrarrestado por la compresión a que se vio sometido su frente occidental contra la
placa del Pacífico. El resultado fue la emersión de una serie de cordilleras
perioceánicas adosadas, desde el eje que forman los montes Brooks, Mackenzie y
las Rocosas hacia el oeste (Cenozoico), que aún constituyen un área dinámica de la
corteza afectada por sismicidad, particularmente en su sector suroccidental (falla de
San Andrés), al tiempo que se fracturaban intensamente los sectores orientales más
antiguos, individualizándose una serie de unidades según su comportamiento ante
los esfuerzos tectónicos.
El glaciarismo cuaternario, que en diversos episodios llegó a recubrir algo más de la
mitad septentrional del territorio, supuso un último elemento de importancia en la
evolución geomorfológica norteamericana. Como consecuencia de este proceso,
América del Norte queda dividida hoy en cinco grandes conjuntos
morfoestructurales, que orientan la distribución de unos dominios bioclimáticos en
los que, junto a la disposición meridiana del relieve, son la latitud la continentalidad y
las corrientes oceánicas (cálidas del Golfo y KuroShivo, frías del Labrador y
California), los factores determinantes, favoreciendo una gran variedad — desde
climas árticos a subtropicales áridos—y una clara disimetría de las fachadas
costeras.

• El Escudo canadiense Situado en la zona nororiental del continente americano es


el núcleo geológico más antiguo del continente. Se trata de un zócalo precámbrico
formado por rocas cristalinas y metamórficas paleozoicas, plegadas entre el
devónico y el pérmico y, con posterioridad, fuertemente erosionado. En la morfología
actual destaca un relieve de penillanura, que ocupa gran parte de los territorios del
noreste. Sobre la penillanura afloran bloques graníticos que facilitan la formación de
grandes cuencas lacustres localizadas sobre todo en el área occidental y meridional
del escudo, mientras que en la zona nororiental se registra un levantamiento de la
plataforma con alturas superiores a 1.500 m. La línea de costa está, al igual que en
Noruega, formada por multitud de fiordos.

Es rico en recursos como el oro, plata, plomo, uranio, zinc, cobre y yacimientos de
hierro superficiales, lo que favorece su extracción, en el área de los Grandes Lagos
y en la zona de Quebec y Ontario; y níquel sobre todo en el área canadiense. Las
grandes reservas del subsuelo y la riqueza en madera, así como la importancia que
cobra la energía hidráulica, son los principales factores que han contribuido al gran
desarrollo de la industria maderera y del papel.

• Montes Apalaches Se encuentran en el noreste de América del Norte, se extiende


desde Terranova en Canadá, hasta Alabama en EEUU, con una anchura máxima de
350 km. La dirección general es Nordeste-Suroeste y se ensancha hacia el Sur. Son
montañas antiguas de la era Paleozoica, plegadas durante los ciclos orogénicos
Caledónico (sector norte) y Varíscico (sector sur), levemente reascendidas durante
la era Cenozoica. En el norte fueron erosionados por los glaciares del Cuártico y la
erosión eólica, pluvial y fluvial continúa aún su acción sobre estos montes. Los
Apalaches se caracterizan, por formas redondeadas, desgastadas, de montañas
relativamente bajas y cortadas con frecuencia por ríos que discurren en sentido
inverso a la inclinación de los estratos. En el sector canadiense se encuentran sólo
unas ligeras alturas abombadas que apenas superan los 1.200 m. En el sector
correspondiente a EEUU, desde Vermont, al norte, hasta Alabama, en el sur, este
conjunto montañoso se extiende en forma de arco, culminando en los extremos, al
norte con el monte Washington, que alcanza 1.917 m., y al sur, con el macizo del
Great Smoky de 2.044 m. Los Apalaches parecen con más frecuencia un conjunto
de colinas que no una cadena montañosa. La altura máxima es el monte Mitchell de
2.045 m.

Las laderas orientales caen abruptamente hacia la llanura Atlántica por lo que los
ríos forman numerosos saltos que son aprovechados para producir energía. En
cambio, las laderas occidentales descienden suavemente hacia la llanura Central.
Los Apalaches están profundamente recortados y penetrados por una serie de ríos
transversales: el Hudson, el Delaware, el Susquehanna, y el James. Sus valles
penetran profundamente la cadena y facilitan las comunicaciones entre la costa y el
interior; han sido siempre, y son todavía, los pasos clásicos, seguidos primero por
los senderos indios, y después por las carreteras, los canales y el ferrocarril. En el
sector sur se encuentran importantes yacimientos de hierro, hulla y, en menor
cantidad, níquel, cromo y manganeso.

La abundancia de energía y los recursos minerales contribuyeron a la localización


industrial, especialmente de industrias siderúrgicas y metalúrgicas. Por ejemplo, la
ciudad de Pittsburg es llamada la "capital del acero".

• Cordilleras occidentales Se encuentran en el occidente de América del Norte


desde el estrecho de Bering hasta el istmo de Tehuantepec. Pasado el paralelo 60° ,
casi coincidente con el monte San Elías (5.489 m.), en la frontera canadiense,
aumentan sucesivamente su anchura (de 600 a 1.800 km.) y se disponen en
alineaciones casi paralelas: Cascadas, Sierra Nevada, Rocosas, Cadena Costera;
cortadas en sentido transversal por varios ríos (Columbia, Colorado), entre los
cuales se hallan varias meseta interiores. Se formaron durante el plegamiento
Andino en la era Cenozoica como consecuencia de la subducción de la placa
Pacífica por debajo de la placa Norteamericana.

La Cadena de la Costa forma parte del "Cinturón de fuego del Pacífico", con alta
sismicidad especialmente en la zona de la falla de San Andrés en California y con
volcanes activos como el Paricutín en la Cordillera Neovolcánica.

Cordillera de Las Rocosas o Rocallosas: Se extiende en forma paralela a la


Cadena de la Costa. Se denomina así por encontrarse parte de ella en un ámbito
semidesértico con gran amplitud térmica diaria que favorece la desagregación
mecánica de sus rocas. Esta cordillera es de menor altura que la Cadena de la
Costa, pero es divisoria de aguas entre las cuencas del océano Pacífico y las del
océano Glacial Ártico y océano Atlántico. Su punto culminante es el monte
Elbert/Alberta, en el estado de Colorado, con 4.399 m de altitud.

Estas montañas se ponen en contacto hacia el este con las grandes planicies
centrales y, por el oeste, descienden suavemente hacia las cuencas interiores. La
aridez es un rasgo distintivo en casi toda la región y se relaciona con la distancia al
mar (en especial al Océano Atlántico) , que reduce su influencia moderadora.
Además, las cadenas costeras constituyen una barrera climática que retienen
humedad de los vientos del oeste.

Si bien las Rocosas fueron un obstáculo para el poblamiento y la organización del


espacio, la abundancia de recursos minerales (uranio, plomo, cobre, hierro, uranio y
carbón) las convierte en la principal área de explotación minera.

Región intramontana: formada por acumulación de sedimentos, es una región de


altas mesetas y depresiones. Entre las mesetas destacan las húmedas de Columbia
y de Fraser, en el norte, constituidas por grandes acumulaciones de lavas; y la
meseta sedimentaria del Colorado, en el sur, en la cual, los movimientos
epirogénicos de ascenso determinaron que el río Colorado profundizase su cauce
originando el "Gran Cañón" con una longitud de 350 km y una profundidad que
oscila entre los 1.200 y 1.500 m.

El poblamiento actual de estas áreas es escaso y se circunscribe a centros urbanos


como Las Vegas, Salt Lake City (Lago Salado) o Phoenix, que constituyen enlaces
en la red de comunicaciones entre el este y el oeste.
• La falla de San Andrés En California se sitúa la muy estudia- da y famosa falla de
San Andrés, que constituye un auténtico límite entre placas tectónicas. Se trata del
lugar donde la placa del Pacífico roza violentamente con la placa norteamericana.
Los he- chos lo han demostrado dramáticamente: el 18 de abril de 1906, en tan sólo
un minuto, la placa del Pacífico avanzó seis metros hacia el norte a lo largo de la
falla. El terremoto, junto con los incendios que se produjeron, destruyó la ciudad de
San Francisco casi por completo.

En la llanura central de California se puede observar claramente el límite entre la


placa del Pacífico, al oeste, y la norteamericana, al este. La falla se inicia en el fondo
del mar, aproximadamente a la altura de la frontera de Estados Unidos con México,
luego penetra en tierra firme y divide California en dos a lo largo de 1.500 km. La
falla de San Andrés corre a lo largo de la península de San Francisco, sale al mar y
bordea luego la costa californiana, por una extensión de unos 500 kilómetros más.

• Las llanuras Componen un triángulo que se extiende desde la llanura atlántica y el


Golfo de México y asciende, en una banda que limita con el Escudo y las cordilleras
occidentales, hasta el océano Glacial Ártico. Drenadas al noroeste por el Mackenzie,
al noreste por el río San Lorenzo y al sur por el Mississippi, área aluvial que con sus
afluentes Ohio, Missouri, Arkansas y Rojo, riega las llanuras y actúa como
importante vía de comunicación y de penetración. La unión de estas llanuras con el
escudo Canadiense está marcada por la presencia de grandes lagos. Estas llanuras
pertenecen a una gran cuenca de sedimentación formada por materiales
paleozoicos fracturados y hundidos, que fueron cubiertos por sedimentos cenozoicos
de gran espesor.

Muchos de esos sedimentos contienen importantes recursos minerales (petróleo y


gas), originados por depósitos marinos que constituyen un cinturón casi continuo
desde Canadá hasta la plataforma continental del Golfo de México. Los ricos
yacimientos hulleros forman también una banda en el pie de monte de las Rocosas.
Sin embargo, las planicies centrales constituyen básicamente un área agrícola por
excelencia.

Están dominadas por un relieve de formas planas, aunque ligeramente basculado


desde sus sectores noroccidentales, donde se superan los 500 metros de altitud,
hacia el sureste, donde se sumergen suavemente bajo las aguas del Golfo,
originando una plataforma continental bastante amplia. Dentro de su variedad
tipológica podemos hacer una distinción entre las llanuras litorales y las llanuras
interiores, que ocupan casi la cuarta parte del territorio norteamericano.

El área de los Grandes Lagos: Hacia el este de los Grandes Llanos se encuentra
el ambiente de los Grandes Lagos. Está constituido por un conjunto de lagos de
origen glaciario: Superior, Hurón, Michigan, Erie y Ontario, entre los más grandes.
Estos lagos están intercomunicados mediante el Río San Lorenzo, que nace en el
lago Nipigón (al norte del Lago Superior) y representa, con sus 3.058 km. de
longitud, una de las vías fluviales más importantes de América.

El clima continental de la zona determina el congelamiento de sus aguas durante el


invierno, pero, por medio de rompehielos, se mantienen los canales abiertos pare
permitir la navegación. Entre los lagos Eire y Ontario este río se denomina Niágara,
que en lengua indígena significa “trueno de agua”. Allí el río salta un desnivel de 49
m. dando origen a las cataras del Niágara. En ellas se apoya el límite internacional.
El Río San Lorenzo desemboca en el Océano Atlántico formando un amplio estuario
en el cual se encuentra un grupo de islas como Anticosti, originadas por
desprendimientos litorales favorecidos por la acción del oleaje. Este sistema fluvial
se comunica por medio de canales y esclusas con las cuencas de los ríos
Mississippi y Hudson. En el ambiente de los Grandes Lagos se concentra una
importante cantidad de población, tanto en Canadá como en Estados Unidos, allí
existen importantes centros urbanos de ambos países. Constituye un área industrial
destacada, con puertos como Chicago, por donde sale además la producción
agropecuaria de la llanura del río Mississippi.

 La llanura del Mississippi: Se extiende por el centro de los Estados Unidos


hasta el delta del Río Mississippi en el Golfo de México. La llanura se formó
por materiales depositados por el río y sus afluentes, y por sedimentos eólicos
que provienen del desgaste de las montañas próximas. El Río Mississippi
nace en el Lago Itasca y es el tercero en el mundo por su longitud, incluyendo
a su afluente, el Río Missouri.

Es un típico río de llanura, lento y divagador debido a la escasa pendiente que existe
entre sus nacientes y su desembocadura; en su curso inferior presenta numerosos
meandros. Próximo a su desembocadura, el Río Mississippi se abre en varios
brazos y origina un extenso delta que avanza sobre el Golfo de México. El sistema
del Mississippi constituye una importante red de navegación para el transporte de
productos agrícolas y materias primas industriales.

Las Llanuras litorales del Atlántico y del Golfo de México: La llanura litoral del
Atlántico, situada entre los Apalaches y el Atlántico, se extiende a lo largo del litoral
desde el Cabo Cod (Boston) hasta el Golfo de México, donde se ensancha y entra
en contacto con las Grandes Llanuras interiores. La llanura atlántica es una franja
formada por sedimentos terciarios y cuaternarios y que está seccionada
transversalmente por multitud de ríos. La llanura del Golfo de México que se
extiende desde el río Missouri hasta la costa del Golfo de México y que continúa
hasta el istmo de Tehuantepec, es la continuación hacia occidente de la llanura del
Atlántico. Constituye una zona muy apta para el asentamiento humano tanto por su
clima favorable, como por su situación costera que facilita el desarrollo comercial.

México

En México, la Sierra Madre Oriental, en la que dominan los materiales calcáreos


cretácicos, prolonga el frente de las Rocosas, y la Sierra Madre Occidental, cubierta
de coladas basálticas, prolonga la Sierra Nevada. Entre ambas se desarrolla una
gran altiplanicie en la que el zócalo yace bajo materiales calcáreos y volcánicos,
denominada Meseta Central. Al oeste de la Sierra Madre Occidental queda la
península de Baja California, separada del resto por el golfo de California. La Sierra
Madre Oriental forma una verdadera muralla de unos 250 km. de longitud, que se
fragmenta sólo en algunos puntos permitiendo el tránsito. La Sierra Madre
Occidental es mucho más larga, con unos 1.200 km., y forma una barrera más
infranqueable que la anterior.

 La Meseta Central de México es un altiplano formada por sedimentos eólicos


y volcánicos. Con declive general del sudoeste al noreste, posee una altura
media de 2.000 m. y presenta divisiones que originan pequeñas cuencas.

En ellas se asienta la población de la Ciudad de México y Puebla, al pie de


importantes volcanes como el Popocatepetl y el Iztaccihualt. Los materiales
volcánicos han posibilitado la concentración de abundantes minerales explotables.
La zona norte de la meseta es muy árida y está cubierta por una estepa arbustiva de
cactáceas de escaso valor económico, en ella se encuentra el desierto de
Chihuahua.

Relieve de América Central América Central Ístmica

A partir del istmo de Tehuantepec se vuelven a diferenciar dos sistemas orográficos.


Uno de ellos forma el armazón del istmo centroamericano y está compuesto por
cordilleras volcánicas activas, flanqueadas por llanuras litorales mucho más amplias
en la costa del Atlántico que en la del Pacífico, que conectan con la cordillera
occidental de los Andes colombianos. Este sector se subdivide en dos ejes
tectónicos, con numerosos conos volcánicos; uno de ellos se extiende por el área de
Guatemala (Tacaná, Tajumulco, Santa María, Fuego, Agua), El Salvador (Izalco,
San Salvador, Conchagua), y de Honduras, mientras que el otro ocupa Nicaragua
(Cosigüina, Momotombo, Concepción), Costa Rica (cordilleras de Talamanca y
Guanacaste, con picos como el Chimpó Grande, de 3.820 metros) y Panamá
(cadenas de Veragua, Chiriquí, San Blas y Darién). El segundo sistema orográfico
toma dirección este, tras recorrer los territorios de Guatemala y Honduras, se
subdivide en dos ramales que se hunden en el mar Caribe para reaparecer en el sur
de Cuba, Jamaica, La Española y Puerto Rico, además de formar el rosario insular
de las Pequeñas Antillas. En Nicaragua se encuentra una falla tectónica ocupada
parcialmente por las aguas de los lagos Managua y Nicaragua, separados del
Océano Pacífico por la línea de volcanes. Como consecuencia de la actividad
volcánica se acumuló en gran parte del área una gruesa capa de cenizas volcánicas
que confieren a los suelos porosidad y gran fertilidad por el aporte de minerales.
Esto incluye notablemente en las actividades agrícolas, destacando cultivos de café,
caña de azúcar y plátanos.

En América Central las llanuras son escasas y con mayor desarrollo hacia el Océano
Atlántico. En general son bajas, pantanosas y presentan lagunas litorales y
manglares. Se encuentra en constante crecimiento por el aporte de sedimentos de
los ríos que las recorren. Hacia el interior están cubiertas por vegetación selvática
muy densa y la gran cantidad de insectos que las habitan, especialmente mosquitos
que transmiten paludismo, las convierten en zonas poco aptas para la instalación
humana.
• Los Escudos o Macizos En las regiones orientales podemos distinguir una serie
de mesetas y montañas erosionadas, constituidas por rocas metamórficas
precámbricas cristalinas y sedimentos paleozoicos: el Macizo de Brasilia y el Macizo
de las Guayanas, separados entre sí por la Gran Cuenca del Amazonas. Al sur se
encuentra la Meseta de Patagonia.

Macizo de Guayania: Se extiende en América del Sur, abarca parte del territorio
ocupado por Venezuela, las Guyanas y norte de Brasil. Este macizo de origen
precámbrico está constituido por rocas cristalinas y metamórficas. Fue fracturado
intensamente por el plegamiento Andino, a lo largo de estas fracturas o líneas de
falla corren importantes ríos, que profundizaron su cauce y presentan numerosos
saltos, algunos utilizados para producir energía. Entre los saltos se destaca Salto
Ángel (Venezuela) con casi 1.000 m. de caída, considerado el más alto del mundo.

El Macizo de Brasilia: ocupa la parte oriental de América del Sur. Está compuesto
fundamentalmente por rocas cristalinas arcaicas, aplanadas por una prolongada fase
de erosión en la Era Primaria. Durante el Mesozoico fue fracturado con dirección
predominante norte-sur, por el plegamiento Andino, por las fallas afloraron grandes
coladas de basalto con un alto contenido de minerales de hierro que al ponerse en
contacto con la atmósfera cálida y húmeda se alteraron, dando como resultado la
formación de suelos rojos denominados lateríticos, muy aptos para los cultivos
subtropicales

Por las fracturas corren los ríos de las cuencas del Plata y del Amazonas, por lo que
presentan saltos y cascadas como las cataratas del Iguazú y los saltos de Yaciretá
Apipé y Salto Grande, aprovechados estos últimos para obtener energía.

El descubrimiento de yacimientos de metales preciosos a finales del siglo XVII en


Minas Gerais, aceleró el proceso de poblamiento de esta región.

Macizo Patagónico: Está localizado en el sudeste de América del Sur; se extiende


a partir de una zona de transición que sigue a la Pampa, donde aparecen los ríos
Colorado y Negro. Esta región ocupa unos 800.000 km2 y los sectores más altos se
sitúan hacia el oeste, en las estribaciones andinas donde se llega a los 1.500
metros.
Existen importantes recursos minerales (carbón, hierro, petróleo) cuya explotación
ha contribuido, en parte al poblamiento de la región. En algunos valles fluviales,
como el del Río Negro, el agua se aprovecha para riego y se desarrolla una
importante agricultura frutícola intensiva, mientras que en las mesetas, las
condiciones son aptas para la cría extensiva de ovinos.

• Las cuencas sedimentarias: Las Cuencas sedimentarias son grandes


extensiones localizadas entre los macizos orientales y las cordilleras andinas
occidentales. Sobre una base precámbrica están colmatadas por sedimentos
Terciarios y Cuaternarios y constituyen las cuencas de grandes ríos. Entre las
llanuras interiores, se pueden citar de norte a sur: los llanos del Orinoco, la llanura
del Amazonas y las llanuras del Chaco y la Pampa, por donde discurren los ríos del
sistema del Plata (Paraná y Paraguay).

Los Llanos del Orinoco: Están localizados entre los Andes septentrionales y el
Escudo de las Guayanas, y forman parte del territorio de Colombia y Venezuela.
Abarca unos 300.000 km2 y llega hasta el Atlántico. De relieve plano, se inclinan
levemente desde la cordillera andina y del Caribe hacia el río y delta del Orinoco. La
sección occidental presenta un relieve tabular de grandes valles fluviales y forma un
paisaje de terrazas, mientras que el sector septentrional desciende suavemente
hacia el mar.

La Llanura del Amazonas: es una inmensa cubeta de 7 millones de km2 , que se


extiende entre el océano Atlántico y los Andes a lo largo de más de 3.200 km, a
través de los estados de Brasil, Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia. Se encuentra
limitada por el Macizo de las Guayanas, los Andes y el Macizo de Brasilia. En ella se
han depositado gran cantidad de sedimentos que alcanzan varios miles de metros
de espesor y han dado origen a un conjunto de relieves de escasa altitud (entre 100
y 350 metros), llamados «terra firme», que se alternan con las llanuras de
inundación fluvial. La llanura amazónica tiene un clima cálido y húmedo durante todo
el año.

Esto permite el desarrollo de una densa selva, la más extensa del mundo, que se
caracteriza por su extraordinaria biodiversidad. La vegetación estratificada según
sus necesidades de luz, presente un denso sotobosque, lianas y epífitas. Se
explotan numerosas especies arbóreas por sus maderas valiosas y la hevea
brasiliensis, productora del caucho. En los últimos años, la rápida disminución de la
selva se relaciona también con el trazado de caminos hacia el interior, como la ruta
transamazónica, y con la que quema o rozado para incorporar tierras de cultivo.

El río Amazonas, por su superficie (7.050.000 km2), su longitud (6.280 kilómetros) y


su enorme caudal (100.000 m3/seg, que en la desembocadura puede llegar a los
200.000) conforma la mayor cuenca hidrográfica del mundo. Nace en la laguna de
Lauricocha (Perú), donde se le conoce como Marañón, a 4.500 m de altitud y
desciende lentamente hasta su desembocadura donde se subdivide en varios
brazos. El régimen del río es irregular y está condicionado en gran medida por el
aporte de los numerosos afluentes y por las lluvias que recibe el curso principal. En
su mayoría todos los ríos del sistema son navegables, por lo que representan
importantes vías de penetración hacia el interior del continente.

La llanura platense: Es la más austral de las planicies americanas. Tiene como eje
principal el sistema hidrográfico del Paraná-De la Plata y por el sur llega hasta el Río
Colorado. Es una extensa cuenca de sedimentación formada por materiales
continentales y marinos acumulados sobre bloques hundidos pertenecientes al
macizo de Brasilia, el que en algunos sectores se encuentra a 4.000 m. de
profundidad.

El Gran Chaco se extiende a lo largo de 1.200 km. de norte a sur, y de 600 a 700
km. en el sentido de los paralelos. Agrupa un conjunto de tierras bajas en el centro
de América del Sur que, desde los contrafuertes de los Andes, desciende
paulatinamente hacia el eje fluvial Paraná- Paraguay. Al norte del río Pilcomayo se
sitúa la región conocida como Chaco Boreal; entre este río y el Bermejo, el Chaco
Central y, por último, el Chaco Austral ya en contacto con la Pampa. Ningún relieve
se destaca sobre esta gran llanura formada por sedimentos loésicos y margas
arcillosas. Hacia el este del Gran Chaco se extiende una depresión tectónica
longitudinal, situada entre 100 y 200 metros sobre el nivel del mar, que en Argentina
es conocida como Mesopotamia. Esta llanura, atravesada por el río Paraná,
constituye una zona de transición entre el Gran Chaco al oeste, las serranías
brasileñas en el este y norte, y la Pampa en el sur. La llanura de la Pampa alcanza
una extensión de 700.000 km2 , lo que supone la cuarta parte del territorio
continental argentino. Los límites generales de la región son: al norte, el Gran Chaco
y la zona de transición mesopotámica; al este, el litoral atlántico; al sur, las mesetas
patagónicas y, al oeste, las sierras Pampeanas.

Dentro de la llanura de la Pampa pueden llegar a distinguir cuatro zonas: la Pampa


ondulada, formada por colinas suaves, bajas y alargadas, que abarca el nordeste de
la provincia de Buenos Aires y el sur de la de Santa Fe; la Pampa deprimida, que
ocupa básicamente la depresión del río Salado, cuyos periódicos desbordamientos
originan numerosas lagunas intermitentes y bañados; la Pampa interserrana, que se
extiende entre las discretas serranías de Tandil y Ventana; y, por último, la Pampa
occidental, que es la más extensa y en la que por el norte aparecen rasgos de
transición con el Gran Chaco, y por el sur y el sudoeste con la Patagonia. Tal
diversidad de paisajes, fruto de la gran extensión del territorio, origina muy variados
hábitats y, al mismo tiempo, diferentes fuentes de recursos.

• La Cordillera de los Andes A lo largo de 8.500 kilómetros, cordillera de los Andes,


nombre que en lengua quechua significa «montaña con selva», bordea toda la costa
oeste d América del Sur, desde el istmo de Panamá hasta Tierra del Fuego, entre
los 11° de latitud Norte y los 55° de latitud Sur, dejando entre ella y el océano
Pacífico tan sólo una estrecha franja de planicies litorales.

Hacia el norte se abre en varios ramales y enlaza con el istmo centroamericano y


con las Pequeñas Antillas. En el sur hace una in- flexión hacia el este,
prolongándose en un arco de islas. Esta barrera continua sobrepasa como altitud
media, los 3.500 metros y más de una treintena de picos superan los 5.000 metros.
Las altitudes máximas se alcanzan en el centro de la cordillera (punto más alto el
Aconcagua con 6.961 m.), decreciendo algo hacia el norte y bastante en el sur en la
sección patagónica. Posee una anchura media de 300 km, aunque con grandes
desigualdades: en los sectores septentrional y meridional su amplitud no supera los
100 km y en el sector central sobrepasa los 800 km (amplitud máxima: 850 km en
Bolivia y mínima en Chile: 40 km).

Los Andes forman parte del cinturón de Fuego del Pacífico, con estrechas llanuras
litorales al oeste, mientras que en su parte oriental descienden, en formaciones de
terrazas y mesetas, hacia las cuencas aluviales más bajas. Poseen grandes
riquezas mineras: oro (Colombia, Venezuela, Perú y Ecuador), cobre (Andes
occidentales peruanos), estaño y bismuto (Bolivia), platino (cordillera occidental
colombiana), vanadio (Perú).

En la región de los Andes encontramos desde suelos lateríticos hasta esteparios y


de montaña, dependiendo de la altitud, latitud y características climáticas.

 Los Andes septentrionales se extienden desde la depresión de


Barquisimeto, en Venezuela, hasta el cerro de Pasco en Perú. Se
caracterizan por formar un conjunto de cordones montañosos paralelos
reunidos en nudos orográficos. Están separados por depresiones como la que
ocupa el lago Maracaibo o por profundos valles fluviales como los de los ríos
Cauca y Magdalena, en Colombia. También encierran altiplanicies llamadas
"mesetas, hoyas o cuencas", como en Ecuador.

Los Andes ecuatorianos se caracterizan por la actividad sísmica y volcánica, como


los volcanes Chimborazo que, con 6.310 m, es el volcán de mayor altura del mundo
y el Pichincha (4.794 m.). Por hallarse en un clima cálido y húmedo, están cubiertos
por densa vegetación y en ellos se originan numerosos ríos. Por ejemplo, los
afluentes de la margen izquierda del Orinoco y las nacientes del Amazonas. Con la
altura desciende la temperatura, favoreciendo el establecimiento de la población en
sus cuencas o mesetas. Es un sector que alberga importantes ciudades como
Bogotá, a 2.640 m. y Quito, a 2.879 m. Cuenta con numerosos recursos minerales:
carbón, sal gema, hierro, esmeraldas, y en la depresión del lago Maracaibo se
localiza una de las más importantes cuencas petrolíferas de América del Sur.

 Los Andes centrales comprenden a los Andes que se encuentran desde el


cerro de Pasco en Perú, hasta el cerro Tres Cruces en el límite argentino-
chileno. Este sector se caracteriza por la extrema aridez y porque adquiere su
ancho máximo debido a que encierra al altiplano boliviano donde se localizan
importantes ciudades como La Paz a 3.400 m y Sucre a 2.592 m

Hacia el sur, los Andes Patagónicos-Fueguinos se presentan en forma de cordones


aislados separados por valles. Descienden en altura por lo que los vientos húmedos
provenientes del océano Pacífico pueden transponerlos. Cuando se elevan
condensan su humedad precipitando sobre ellos. Por esta razón el clima es frío
húmedo y están cubiertos de bosques. Esta zona fue muy erosionada durante la
glaciación y aún se conserva un relicto del campo de hielo patagónico del que
descienden varios glaciares, como el Perito Moreno que llega al lago Argentino.
Además los glaciares profundizaron los valles y las áreas deprimidas fueron
ocupadas por las aguas, formando los actuales lagos.

El clima en América del Norte

La disposición meridiana del relieve limita las influencias oceánicas, tanto atlánticas
como pacíficas, y facilita la división climática en grandes zonas. Así, los sistemas
montañosos occidentales evitan la entrada de masas de aire húmedas hacia el
interior del continente, con lo que las influencias oceánicas del Pacífico se ven
reducidas a una estrecha franja. El mismo fenómeno ocurre, aunque en menor
medida, en la costa atlántica, con los Apalaches.
Sin embargo, la amplia abertura de las grandes llanuras centrales del territorio
norteamericano permite el desplazamiento de masas de aire polar, frías y secas,
procedentes del norte y que descienden hacia el sur en invierno; y de las masas de
aire tropical, cálidas y húmedas, procedentes del sur, y que ascienden hacia el norte
en verano.

Factores geográficos

La gran variedad climática está determinada por diferentes factores geográficos


como son:

a) La latitud, con un recorrido de más de 55° (entre los 25° del sur de Florida y los
70° del norte canadiense).

b) La gran extensión de la superficie (más de 19 millones de km2 ) y una longitud


que alcanza cerca de los 5.000 km de este a oeste, que modifica los efectos de la
latitud. c) La disposición meridiana del relieve, que favorece el paso de las masas de
aire procedentes del norte y del sur, y su elevada altitud que evita la entrada de
masas de aire oceánico, sobre todo en la costa pacífica, que refuerzan la
continentalidad del interior.

d) Las corrientes marinas juegan un papel también importante, aunque su influencia


es algo más débil.

Tipos de climas

Área del Pacífico: Las corrientes marinas cálidas dan lugar a un clima suave, cuyas
modificaciones están marcadas por la latitud. En la zona costera se registra una
fuerte precipitación debido a que el relieve impide que penetren los vientos
marítimos húmedos hacia el interior, precipitaciones que van disminuyendo hacia el
sur, a medida que se aproxima a la zona tropical. La corriente cálida de Alaska al
norte de los 40° de latitud y la corriente fría de California, al sur de ésta, moderan las
temperaturas y atenúan las diferencias térmicas que resultan de la distinta latitud,
pero, sin embargo siguen persistiendo los marcados contrastes climáticos entre
estas dos áreas, al norte y al sur de la bahía de San Francisco. Así, se puede
distinguir: el clima oceánico, mediterráneo, desértico y subdesértico y el clima de
montaña.
 En la franja occidental norte de las cordilleras costeras occidentales
predomina el clima frío húmedo, desde Alaska hasta el centro de Columbia
Británica (51° Norte), con precipitaciones que superan los 1000 mm/año y un
promedio de temperatura de 5°C. Siguiendo la costa hacia el Sur, hasta el
norte de California (41° Norte), se desarrolla el clima templado oceánico. Las
precipitaciones alcanzan los 2.000 mm/año. Estas áreas se caracterizan por
la escasa amplitud térmica, de inviernos suaves y veranos frescos, y
abundantes precipitaciones provocadas por la acción de las masas de aire
oceánico.
 En las cordilleras occidentales, con un clima frío de montaña, se observan
contrastes climáticos determinados por la altitud, con una disminución de las
temperaturas y un aumento de las precipitaciones a mayores altitudes y más
acusado en las vertientes occidentales, por su mayor exposición a los vientos
procedentes del océano.
 Propio de la costa de California es el clima cálido subtropical con estación
seca o mediterráneo, con inviernos suaves (temperaturas superiores a los
5°C) y veranos muy secos y calurosos (+20°C). Las precipitaciones se
registran durante la estación fría.

 El clima cálido árido y semiárido de degradación continental, se localiza al sur


de California y en algunas áreas de los estados de Arizona, Nevada y Nuevo
México, extendiéndose por el sector occidental de México, hasta los 100°
Oeste. Caracterizado por la gran amplitud térmica entre el día y la noche y las
escasas precipitaciones.
 Desde Alaska, atravesando Canadá hasta Terranova, la península del
Labrador y la región de los Grandes Lagos, dominan los climas frío nival o
polar y frío continental. La zona norte del Escudo, en latitudes superiores a
los 60°C, donde tienen su centro las masas de aire polar continental, está
dominada por el frío ártico de inviernos largos y rigurosos. La temperatura
media del mes más cálido es inferior a los 10° C (–10°C, –15°C en enero), las
precipitaciones son escasas y en forma de nieve y el suelo permanece helado
la mayor parte del año. En la zona de frío continental, a temperatura del mes
más cálido es superior a 15°C; el mes más frío –12°C; las precipitaciones
caen principalmente en la estación cálida (cerca de 500 mm)
 En el sur, atravesado por la corriente del Golfo y afectado por la masa de aire
tropical marítimo, predomina el clima cálido subtropical húmedo de las
costas orientales de los continentes (tipo chino o cantonés) cálido y húmedo
todo el año por la proximidad del Golfo de México. Con temperaturas de 26°C
en el mes más cálido y entre los 4°C y 13°C en los meses de invierno, las
precipitaciones son abundantes y se reparten regularmente a lo largo del año.
En el extremo meridional de Florida, domina el clima tropical, con inviernos
suaves y veranos calurosos y húmedos.

Características climáticas de América Central

Las características geográficas del istmo son fundamentales para explicar la


denominada anomalía climática de esta región. La estrechez y compartimentación
de las tierras emergidas, así como la importancia del relieve, favorecen tanto los
fenómenos ascendentes de las masas de aire, como los de condensación de la
humedad contenida en ellas. Estas condiciones hacen que América Central no tenga
el clima desértico, que por su latitud le correspondería. Por otra parte, los fenómenos
de confluencia atmosférica tienen una gran importancia, especialmente en invierno y
en verano. Durante la estación invernal destacan tres grandes centros de acción:

 El anticiclón subtropical del Atlántico Norte o de las Azores;

 El anticiclón continental americano,

 El anticiclón subtropical del Pacifico Norte o de las Hawái.


Tipo de clima: En América Central predomina el clima cálido tropical, las
temperaturas medias son elevadas y las precipitaciones se distribuyen en forma
desigual. En América Central predomina el clima cálido, pero en el relieve
montañoso la altura determina las variedades del mismo.

El clima en América del Sur

Es la gran extensión latitudinal y la disposición y altitud del relieve los factores que
explican la existencia de una gama de climas que van desde el ecuatorial, cálido y
húmedo de la Amazonia hasta el árido, cálido y seco, del desierto de Atacama. Así,
la latitud determina diferentes zonas climáticas. Situada en gran parte de su territorio
en latitudes tropicales, en América del Sur predomina el clima cálido.

Los climas cálidos

El área tropical ocupa gran parte de América del Sur. El régimen térmico tropical
está caracterizado por elevadas temperaturas medias y una escasa amplitud térmica
anual. Las variaciones térmicas están determinadas por factores como la mayor o
menor cercanía al litoral o la altitud, mientras que la distribución de las
precipitaciones es la que marca una cierta estacionalidad.

a) El dominio cálido ecuatorial húmedo, está caracterizado por unas altas y


constantes temperaturas (superiores a 25°C), que no varían más de 2°C, y un
volumen de precipitaciones muy elevado y regular (+ 2.500 mm anuales). Se
extiende a ambos lados del Ecuador, ocupando la Amazonia, la costa pacífica de
Colombia y Ecuador, así como una franja en el litoral sudoriental de Brasil. Áreas
donde se acusa la influencia húmeda procedente de la acción de los vientos alisios.

b) Al sur del área ecuatorial se pasa progresivamente al dominio del clima cálido
tropical. Con dos estaciones, una lluviosa y otra seca, está caracterizado por unas
elevadas temperaturas, pero con unas diferencias en el volumen de precipitaciones
que dan lugar a áreas con estación seca más marcada. Las precipitaciones
disminuyen (1500 mm anuales) y su concentración en una estación lo diferencia del
clima ecuatorial. Se localiza en una franja costera en Ecuador; la planicie atlántica
de Colombia, Venezuela y la región central y occidental de Brasil.
Por debajo del trópico de Capricornio se desarrollan los climas cálidos subtropicales
sin estación seca y con estación seca. La diferencia radica en la distribución de las
precipitaciones.

Los climas templados

Los climas templados ocupan en América Latina un espacio mucho más reducido al
sur del trópico de Capricornio. Se distinguen:

a) Un clima templado húmedo, Sur de Uruguay y región de las pampas en Argentina.


b) El área central de Chile está dominada por el clima templado oceánico o
mediterráneo, caracterizado por temperaturas moderadas y escasas precipitaciones

Los climas fríos

En el área meridional del litoral del Pacífico, desde el río Biobío hacia el Sur y en la
región andina de la Patagonia Argentino-Chilena, se extiende el clima frío oceánico,
con precipitaciones anuales superiores a los 1.000 mm y una temperatura media de
5°C (inviernos de 0°C y veranos de 10°C)

Zona árida Localizada a lo largo de una banda denominada diagonal árida de


América del Sur que se extiende desde la costa de Perú y Chile hasta la Patagonia,
domina un clima árido y subárido que atraviesa la mitad occidental de Bolivia y el
centro y noroeste de Argentina.

AGUAS CONTINENTALES Y MARINAS


Cuencas hidrográficas

América presenta extensas cuencas hidrográficas cuyos ríos se destacan por su


longitud y caudal. Las cuencas más importantes son: Mississippi, san Lorenzo,
amazonas, Orinoco y de la plata. Estos ríos constituyen amplias redes navegables y
representan elementos muy importantes para le economía de los distintos países, ya
que se aprovechan mediante obras de infraestructura, para la obtención de energía
hidroeléctrica, para riego y para el transporte de personas y productos. Los ríos
desempeñan un rol destacado en el proceso de poblamiento del continente, como
vías de penetración hacia el interior.

CUENCAS HIDROGRÁFICAS DE AMÉRICA DEL NORTE

Cuencas exorreicas las pendientes hidrográficas están determinadas por dos


divisorias de aguas:

 Las montañas rocosas o rocallosas

 Las morrenas glaciarias

Las montañas rocosas o rocallosas delimitan los ríos de la pendiente del océano
pacífico, de los de las pendientes del océano glaciar ártico y del océano atlántico.
Mientras que las morrenas glaciarias separan la pendiente del océano glaciar ártico
de las del océano atlántico. Los ríos que desembocan en el océano pacífico son en
general de corta longitud. Las aguas de algunos de ellos como el sacramento y el
san joaquín, son utilizadas para riego. Por descender de los cordones montañosos
deben salvar grandes desniveles, circunstancia por la cual no son navegables, pero
sí muy aprovechados para obtener energía

Los ríos que desembocan en el océano glacial ártico tienen régimen de deshielo;
enlazan los lagos y, a pesar de recorrer un territorio llano, no son navegables la
mayor parte del año por permanecer helados. De los ríos que desembocan
directamente en el océano atlántico el más importante es el san Lorenzo, por ser
una vía navegable que permite la comunicación entre los grandes lagos y el océano.

El obstáculo que constituían las cataratas del Niágara para su navegación se


superó mediante un sistema de exclusas. Otro inconveniente que presenta este río
es que permanece helado alrededor de cuatro meses, motivo por el cual los grandes
lagos debieron ser comunicados por canales a la cuenca del río Mississippi y a la del
río Hudson. Los ríos que descienden por la ladera oriental de los Apalaches no son
navegables pero se los utiliza para energía hidroeléctrica, pues salvan el piedemonte
formando saltos y cascadas. Desembocan en forma de estuario en cuyas orillas se
instalaron ciudades puerto de gran importancia, como nueva york, Baltimore y
Boston.

A la cuenca del océano atlántico también pertenece la del golfo de México donde
desemboca el río Mississippi, que recibe importantes afluentes de ambas márgenes;
los de la margen izquierda son los más caudalosos. Otro río importante es el grande
o bravo del norte, en el que se apoya el límite entre estados unidos y México.

Estos ríos atraviesan antes de llegar a su desembocadura una zona baja y


pantanosa con formación de albuferas. Por la aridez del clima y la disposición del
relieve, en las mesetas interiores del macizo plegado del oeste, especialmente en la
gran cuenca y en la meseta central mexicana, se encuentran numerosas
depresiones a la que llegan ríos y arroyos temporarios. Algunos por recorrer terrenos
salinos transportan gran cantidad de sales como los que desaguan en el gran lago
salado, otros de mayor caudal como el río Nazas son utilizados para riego.

La pendiente ártica

La cuenca hidrográfica de la bahía de Hudson es la mayor de Canadá. El sistema


del río Saskatchewan (1.900 km), el más importante de la zona, recorre las praderas
canadienses y el ártico oriental. Por su parte, el sistema del río Mackenzie está en
comunicación con las aguas que recorren las llanuras septentrionales.

De hecho, el Mackenzie nace en el gran lago de los esclavos, pero a través del río
Slave, que une a éste con el lago Athabasca, conecta con los ríos peace y
Athabasca. El curso alto del río se deshiela cuando el resto se halla aún inmovilizado
por los hielos, lo que provoca el desbordamiento de sus aguas. El río Mackenzie es
navegable, entre los meses de junio y octubre, desde el gran lago de los esclavos
hasta su desembocadura en el mar de beaufort, en el océano glacial ártico.

La pendiente pacífica

En el sector canadiense, la cuenca del pacífico está dominada por el río fraser
(1.200 kilómetros) que recorre gran parte de Columbia británica, región que cuenta
con numerosos ríos costeros. El fraser es, además de una importante vía para el
transporte de la madera y el mayor vivero de salmones de américa del norte. Sin
embargo, los dos ríos más largos y caudalosos del pacífico son el del sistema
columbia-snake, en el noroeste, y el del colorado, en el sudoeste.

El Columbia, con 1.953 kilómetros, que nace en las rocosas canadienses,


proporciona en sus tramos superiores un enorme potencial hidroeléctrico y es
navegable en sus tramos inferiores (portland, oregón). Su gran afluente, el snake,
tiene una longitud de 1.500 kilómetros y conforma una cuenca de 772.000 km² de
extensión. El colorado (2.250 km y una cuenca de 676.000 km²) desempeña un
papel no menos importante, pues proporciona agua para la irrigación del árido
sudoeste, además de un destacado potencial hidroeléctrico, antes de desembocar
en el golfo de california, ya en tierras mexicanas. Es el río más largo de los que
nacen en las rocosas, y en su recorrido excava la meseta del colorado formando el
gran cañón, que alcanza 300 km. De longitud, 1.800 m. De profundidad y entre 6 y
30 km. De amplitud.

Sus aguas son tan aprovechadas que se dice que antes de desembocar en el mar
han sido utilizadas cinco veces. También es importante el sistema del sacramento,
en california, que avena la sierra nevada y alimenta el fértil valle central, la tierra
agrícola más productiva del país. El sacramento, con 620 km., desemboca en la
bahía de san francisco. El régimen de estos ríos es irregular. Al norte de la ciudad de
san francisco, los ríos, más caudalosos, crecen de mayo a julio al fundirse las
nieves, mientras que en invierno tienen su estación de aguas bajas, aunque a veces
ésta se circunscribe sólo al otoño por efecto de las lluvias invernales.

Al sur, la sequía estival y el estiaje se acentúan progresivamente y se pasa a un


régimen francamente árido. Este régimen prevalece en todas las mesetas
intermontañas y se caracteriza por su acusada irregularidad y fuerte estiaje. Las
nieves de las montañas son la fuente más importante de alimentación, y en segundo
término las lluvias, especialmente las de verano, de carácter ocasional.
Empobrecidos progresivamente desde que abandonan las montañas, muchos ríos
desaparecen en las cuencas intermontañas sin llegar a desembocar en el mar.

La pendiente atlántica
El san Lorenzo (3.058 kilómetros) es emisario del lago Ontario, el más oriental de
los grandes lagos, y desemboca en el océano atlántico por un amplio estuario. Este
río desempeña un importante papel en el sistema de transporte canadiense, aspecto
que se ha visto fortalecido tras las importantes obras que acondicionaron su curso
entre Montreal y el lago Ontario, fruto de la colaboración entre los dos países
ribereños, Canadá y estados unidos. Al norte del cabo Hatteras, una serie de ríos
nacidos en los Apalaches, con un régimen regular, terminan en profundas y
recortadas bahías, accesibles a los navíos. Los dos más importantes son el
Connecticut y el Hudson, ambos con unos 580 km de longitud.

Los ríos de los Apalaches orientales facilitaron la instalación de las primeras


industrias estadounidenses gracias al aprovechamiento de la fuerza hidroeléctrica.
Al mismo tiempo, se constituyeron en línea de transporte hacia el interior y
permitieron el asentamiento de los puertos del atlántico. Al sur del cabo Hatteras, la
importancia de los ríos de la vertiente atlántica es menor. No constituyen vías
navegables, aunque sí, en cambio, una importante reserva hidráulica.

En México se destacan el Pánuco, con 600 kilómetros, navegable hasta Tampico, y,


sobre todo, el sistema Papaloapan (900 kilómetros). Ambos desembocan en el golfo
de México.

El sistema del Mississippi

El sistema fluvial más importante de américa del norte es, sin lugar a dudas, el del
rio Mississippi, que suele asociarse al de su afluente el Missouri. El curso de ambos
ríos supera los 5.900 km. De longitud, lo que sitúa el conjunto entre los cursos de
agua más largos del planeta, y al mismo tiempo, junto con todos sus afluentes,
constituye la mayor vía de navegación fluvial del mundo. Su cuenca cubre la tercera
parte de los estados unidos, con 3.328.000 km².

La unión con el Ohio abre una vía navegable de 1.500 km. Hacia el nordeste; desde
aquí el río corre por una llanura baja sujeta a terribles inundaciones, en la que traza
amplios meandros divagantes, muchos de ellos ya abandonados. El Ohio, además,
une el Mississippi con los grandes lagos, el río san Lorenzo y el atlántico. El
Mississippi desemboca en el golfo de México por un delta pantanoso de 30.000 km²
de superficie. Los componentes del sistema fluvial del Mississippi son de régimen
complejo. El Missouri, alto Mississippi y Ohio están sujetos al máximo primaveral,
producido por la fusión de las nieves, que prolonga el período de altas aguas de
invierno, y que, a su vez, es prolongado por el de verano, correspondiente a las
lluvias ciclonales. El período de aguas bajas se reduce así a los meses de octubre y
noviembre.

La superficie lacustre norteamericanA

La infinidad de lagos que salpican el escudo canádico tienen origen glaciario y


permanecen helados durante el invierno. Se destaca el conjunto de los grandes
lagos integrado por el superior, Michigan, Huron, Erie y Ontario de origen tectónico-
glaciar, con una superficie de 248.500 km². Su volumen de agua está sujeto a la
oscilación de las mareas, por lo que tienen características de mares interiores. Están
rodeados de miles de pequeños lagos. Todos ellos se hallan interconectados; el
superior comunica con el Michigan por los rápidos de sault saintemarie; el Michigan
y el hurón están al mismo nivel y en fácil comunicación: el hurón, a su vez, y el Erie
se comunican por el río y lago saint clair y el río Detroit; finalmente, este último y el
Ontario están relacionados a través de las grandiosas cataratas del Niágara.

Constituyen una magnífica vía navegable y un espléndido potencial de energía


eléctrica. Pero en sus orillas, así como en el alto san Lorenzo y los ríos que los
comunican, las aguas se hielan de diciembre a abril, interrumpiendo la navegación.
La primavera es, por consiguiente, la estación de la crecida y del máximo caudal. El
ventajoso medio natural de transporte que constituyen los grandes lagos para las
regiones del medio oeste y del nordeste, que se consolidó con la construcción del
canal Erie hacia el río Hudson y, finalmente, con la vía marítima del san Lorenzo
(canal hacia el río Ohio), permitió la explotación de minerales de la zona de los
grandes lagos (en especial el hierro).

Otros grandes lagos se sitúan en Canadá, como el gran lago de los osos (31.792
kilómetros cuadrados), el gran lago de los esclavos (28.438 248.500 km²) y el
Winnipeg (24.514 248.500 km²), todos ellos de origen glaciar, como el conjunto de
los grandes lagos.

Cuencas de américa central

En américa central debido a la angostura del continente, los ríos de la región son
más cortos, aunque caudalosos, que los de américa del norte y del sur. Se
distinguen dos vertientes: la del atlántico y la del pacífico. La del atlántico acoge los
ríos de mayor caudal y longitud de tramo navegable, y de menor estiaje y pendiente.
En la pendiente atlántica se destaca el Grijalva- Usumacinta (850 km.), el más
caudaloso de los ríos mexicanos, tiene un curso inferior muy divagante, con
abundantes meandros y brazos. Entre el golfo de honduras, en el atlántico, y el golfo
de Fonseca, en el pacífico, se desarrolla una depresión avenada por diversos ríos,
como el Ulúa y goas Corán.

En el nordeste de honduras se extiende la llanura aluvial de la mosquitia, formada


por los ríos patuca y coco, entre los cuales se encuentra la laguna caratasca. Ya en
territorio nicaragüense se distinguen el mencionado río coco (750 km), el grande de
Matagalpa (555 km.), y el san juan (200 km), todos ellos con desembocadura en el
atlántico.

En el oeste de Nicaragua se sitúa una fosa volcánica que aloja dos grandes lagos, el
de Nicaragua (8.430 km²) y el de Managua (1.042 km²). Por último, ya en territorio
panameño, hay que mencionar la cuenca del río Chagres (190 kilómetros), que se
aprovechó para la construcción del canal de panamá.

Cuencas de américa del sur

Cuencas exorreicas

La cordillera de los andes y las elevaciones de los macizos de Guayana y Brasilia


son los grandes centros dispersores de agua; pero la cordillera de los andes es la
divisoria de aguas entre las cuencas del océano pacífico y del océano atlántico. Los
ríos de la cuenca del pacifico son muy cortos e innavegables, algunos de ellos
utilizados para riego y producción energética. A la cuenca del mar caribe pertenecen
entre otros, los ríos Atrato y magdalena que descienden de la cordillera de los andes
y recorren fértiles valles. De los ríos con desembocadura en el océano atlántico se
destacan tres grandes sistemas hidrográficos del Orinoco, de las amazonas y del río
de la plata.

Los sistemas del Orinoco y del Amazonas, por estar unidos mediante el río
Casiquiare, forman una red navegable de considerable importancia, aún no
aprovechada en toda su magnitud. Además el río amazonas y sus afluentes
permiten la circulación por el ámbito selvático hasta las estribaciones andinas,
encontrándose en sus márgenes localidades portuarias como manaos.

La comunicación entre los sistemas hidrográficos del Orinoco y del amazonas se


produjo por la erosión retrocedente de las cabeceras del río Casiquiare, tributario del
río negro que es afluente del amazonas.

Este curioso fenómeno se debió a que el río Casiquiare tenía sus nacientes
cercanas a la margen izquierda del Orinoco y por dicha erosión las nacientes fueron
acercándose cada vez más al curso del Orinoco hasta que durante una gran
creciente, el Orinoco desbordó destruyendo la divisoria de aguas que existía entre
ambos ríos produciéndose el fenómeno del trasvasamiento de las aguas. Alrededor
del 20% del caudal del Orinoco pasa al Casiquiare.

La cuenca del plata abarca aproximadamente una superficie de 3.100.000 km2, de


los cuales algo más de 900.000 km corresponden a la argentina. Las precipitaciones
se reúnen en dos grandes colectores: los ríos Paraná y Uruguay. El río de la plata es
en realidad la continuidad hidrológica del Paraná, se ensancha progresivamente
hacia la desembocadura establecida entre la punta norte del cabo san Antonio, en la
provincia de buenos aires y punta del este en la república oriental del Uruguay.

La cuenca del Plata es una de las áreas de mayor riqueza potencial de la tierra,
derivada de la diversidad de recursos mineros, agropecuarios, posibilidades
energéticas y de comunicación. Los ríos patagónicos nacen en la zona andina,
atraviesan las mesetas; son utilizados para riego, energía y abastecimiento de agua
para la población. Los más aprovechados son los ríos colorado y negro; con las
aguas de este último se riega su oasis lineal especializado en la producción de
manzanas y peras.

Cuencas endorreicas

Se encuentran aguas con desagüe endorreico en el altiplano andino, donde se


localizan los lagos Titicaca y Poopó unidos por el río desaguadero. En el ámbito
cuyano se encuentra el sistema del desaguadero, formado por los ríos jáchal, san
juan, Mendoza, tunuyán, diamante y atuel, que se originan de los deshielos andinos,
y por recorrer una zona de extremada aridez se los utiliza para riego y energía.
Los ríos que descienden de las sierras pampeanas son cortos, se pierden a poco de
abandonar las sierras; se utilizan para energía y riego, aunque por la menor
magnitud de sus caudales, las áreas regadas se denominan "oasis pobres” por
contraposición a los ricos oasis cuyanos.

Las aguas oceánicas

El continente americano está rodeado por océanos con sus mares dependientes: al
norte, el océano glacial ártico; al este, el océano atlántico y al oeste, el océano
pacífico. Este continente tiene pocas articulaciones costeras, por lo que son escasos
los mares dependientes.

En el océano atlántico se destacan los mares del labrador, caribe o de las Antillas y
el mar argentino; en el océano pacífico, el mar de Bering, y en el océano ártico, los
mares de beaufort y el de Baffin. La profundidad de los mares está relacionada con
las formas del relieve que tienen las tierras emergidas cercanas a las costas. En las
cercanías del continente americano, en el océano pacifico, las profundidades son
mayores que en el atlántico porque el relieve submarino desciende abruptamente
por la proximidad a la línea de la costa de las cordilleras. Se destacan las fosas de
las aleutianas en el norte y la de atacama en el sur.

En cambio, en el océano atlántico ocurre lo contrario debido a que el relieve


emergido es de menor altura. Las llanuras y mesetas descienden suavemente hacia
las amplias plataformas continentales o submarinas como la del mar argentino.

 Mar de beaufort es un sector del océano ártico, situado en américa del norte,
entre Alaska y los territorios canadienses llamados territorios del noroeste y el
yukón. Su extensión es de alrededor de 450.000 km². Los límites de este mar
están marcados por la línea que va desde point barrow (noroeste de Alaska)
hasta la isla canadiense del príncipe Patrick. Por el sur baña las costas del
norte de Alaska y del territorio del noroeste en Canadá. Al oeste limita con el
mar de chukotka y por el este con las islas Banks.

La profundidad media del mar de beaufort es de 124 m., aunque en algunas fosas
oceánicas alcanza una profundidad de más de 4.600 m. Desembocan en él los ríos
kongakut y el firth en Alaska, además del Mackenzie, el río más largo de Canadá.
Sus aportaciones hídricas contribuyen a reducir el índice de salinidad en la costa.
Permanece congelado durante todo el año, excepto en los meses de agosto y
septiembre, cuando el hielo se rompe cerca de la costa.

 Mar de chukotka o chukchi es un cuerpo de agua que se ubica entre los


puntos noroeste de Norteamérica y el punto noreste del continente de Asia.
Es considerado como una extensión del océano glacial ártico. También se
conecta con el mar de Bering y a su vez con el océano pacífico. El mar
pertenece tanto a dominio tanto ruso como estadounidense. La superficie
aproximada del mar de chukotkam es de unos 595.000 km² y solo es
navegable aproximadamente cuatro meses del año.
 La bahía de baffin englobada dentro del océano glacial ártico, tiene una
extensión aproximada de 689.000 km². Su longitud máxima es de 1.700 km.,
de noroeste a sureste. Su anchura oscila entre 100 y 650 km. Sus aguas
bañan las costas occidentales de Groenlandia y las islas canadienses de
baffin, ellesmere y Devon, entre otras.

La bahía de baffin está conectada con el océano atlántico (mar de labrador) a través
del estrecho de Davis y con el ártico a través del estrecho de nares. La profundidad
media es de 261 m., aunque en su punto más profundo, llamado baffin hollow,
alcanza los 2.136 m. Los icebergs son abundantes incluso en agosto. A fines de
octubre, la banquisa ártica alcanza el estrecho de Hudson (entre la isla de baffin y el
continente), bloqueando el tráfico marítimo.

 Bahía de Hudson es una gran bahía localizada en el noreste de Canadá y


forma parte del océano ártico. Por su tamaño, es un auténtico mar interior del
país. Conecta por el este con el océano atlántico a través del estrecho
homónimo, y por el norte con el resto del ártico, a través de la cuenca foxe,
que no se considera parte de la bahía. Tiene una superficie de 1,23 millones
de km², con cerca de 1.000 km de anchura, en dirección e-o y casi 700 km n-
s. Su cuenca es poco profunda, siendo su profundidad media de 125 m, y en
general inferior a 80 m hasta unos 100 km de la costa, y la máxima alcanza
los 257 metros.
El fondo es poco accidentado con algunas depresiones y bancos poco profundos.
La razón es que se formó durante la última glaciación por el cepillado del escudo
canadiense durante el precámbrico por los glaciares.

 Mar de labrador perteneciente al atlántico norte, está bordeado por tierra en


todos sus bordes, por un lado la península del labrador (Canadá) y por otro
lado, Groenlandia. El mar está flanqueado por las plataformas continentales
hacia el suroeste, noroeste y noreste. Se conecta al norte con la bahía de
baffin a través del estrecho de Davis.

Se formó tras la separación de la placa de américa del norte y Groenlandia placa


que se inició hace unos 60 millones de años y se detuvo hace unos 40 millones de
años.

 Mar caribe es un mar abierto tropical del océano atlántico, situado al este de
américa central y al norte de américa del sur, cubriendo la superficie de la
placa del caribe. También es llamado mar de las Antillas por estar ubicado al
sur y oeste del arco antillano. Se trata de un cuerpo de agua adyacente al
océano atlántico, al sur del golfo de México. Es uno de los mares salados más
grandes del mundo y tiene un área de unos 2.763.800 km². El punto más
profundo del mar es la fosa de las islas caimán, ubicado entre cuba y Jamaica
a 7686 m bajo el nivel del mar. Se comunica con el océano pacífico a través
del canal de panamá.

Es un mar mediterráneo situado a lo largo de la placa del caribe. Se estima que tiene
una edad entre 160 a 180 millones de años y se formó por una fractura horizontal
que dividió al supe continente llamado pangea en la era mesozoica. La presión que
ejerce la placa sudamericana al oriente del caribe, hace que la región de las Antillas
menores tenga una alta actividad volcánica. El océano atlántico entra al caribe a
través del paso de anegada entre las Antillas menores y las islas vírgenes, y el paso
de los vientos localizado entre cuba y Haití, la cual es una importante ruta entre los
estados unidos y el canal de panamá. El canal de Yucatán comunica el mar caribe
con el golfo de México entre la península de Yucatán, en México y la isla de cuba.

 Golfo de México cuenca marítima contenida entre los litorales de México,


estados unidos y cuba. La isla de cuba ocupa en la parte oriental del golfo la
salida de este hacia el océano atlántico, en tanto que la península de
Yucatán, también al poniente, separa al golfo del mar caribe.

El golfo de México, como el vecino mar caribe, es una región marítima del océano
atlántico que se encuentra casi completamente rodeada por el continente americano
y por islas. Por este motivo, se le denomina a veces también como “el mediterráneo
americano”. El golfo de México posee extensas plataformas continentales que se
adentran en el mar y es geológicamente más estable que la zona del caribe.

En ella hay miles de plataformas de prospección petrolífera y refinerías, por lo que


es prácticamente inevitable que se produzcan vertidos accidentales e incendios en
las plataformas que son difíciles de controlar.

 Mar argentino con el nombre de mar argentino se conoce al sector del océano
atlántico sudoccidental que cubre la porción menos profunda del margen
continental argentino. Se trata de una denominación histórica y cultural, y no
implica, por tanto, una referencia a los espacios marítimos de soberanía o
jurisdicción de la república argentina.

Se extiende, en términos generales, desde la boca del estuario del río de la plata en
el norte, hasta el banco burdwood en el sur, y desde la costa argentina hasta el
comienzo del talud. Tiene una extensión de alrededor de un millón km². Es un mar
litoral y epicontinental, ya que cubre parte del margen continental argentino. Se trata
de la plataforma de suave pendiente que se extiende desde la costa hasta los 200
metros de profundidad, aproximadamente.

Al este del mar argentino, la profundidad comienza a aumentar de forma marcada a


medida que el terreno sumergido cae abruptamente por un talud, recortado en
ciertos puntos por profundos valles denominados cañones submarinos. El origen de
estos cañones, a menudo atribuido a la acción erosiva de los ríos durante las
glaciaciones cuando los océanos estaban más bajos, es todavía materia de
discusión científica. A continuación del talud se extiende la emersión continental,
conformada por gruesas capas de sedimentos depositados al pie del talud. Más allá
de la emersión, se extiende una inmensa llanura abisal conocida con el nombre de
“cuenca argentina”.
 Mar de Bering se encuentra en el norte del océano pacífico. Se extiende entre
el sur de las islas aleutianas y el estrecho de Bering, que lo conecta con el
océano glacial ártico, al norte. Al oeste se encuentran las penínsulas de
Kamchatka y Chukot, en el noreste de Asia, y al este se ubica Alaska.

El mar de Bering ocupa el cuarto lugar en la lista de los mares más grandes del
planeta. La superficie total es de 2.269.100 km2. Las aguas del río anádyr en Asia y
del río Yukón en Norteamérica, van a parar al mar de Bering. La niebla es aquí una
constante y en el invierno el hielo forma grande bloques. Con un clima muy frío y
altos oleajes, la navegación es riesgosa, además el norte del mar se congela
durante el invierno. El mar es rico en recursos pesqueros, principalmente centollas.

Eje 3 Geografía De América Latina

El espacio latinoamericano se extiende, a lo largo de más de 9.000 km, desde los


32° latitud norte en río Bravo o Grande del Norte, que actúa de frontera entre México
y Estados Unidos, hasta los 56° latitud Sur, en la Patagonia, próximo al Círculo
Austral. Engloba a los países de América Central, incluido México, y América del
Sur. Ocupa una superficie de 21.070.000 km2 y, aunque predomina el clima cálido,
tiene una gran diversidad regional desde el punto de vista natural y bioclimático:
desde las cordilleras andinas, hasta los desiertos costeros, pasando por las
regiones, tropicales de sabana, con una amplia variedad de hábitats naturales.
Posee una población de más de 600 millones de habitantes y se prevé que en el
2050 supere los 800 millones.

La distribución de la población es desigual: si las primeras civilizaciones


precolombinas estaban localizadas en las mesetas andinas, durante la colonización
se fundaron ciudades hacia donde se dirigían las riquezas, al tiempo que se
explotaron las minas de metales preciosos de los Andes (Potosí) y se formaron
grandes latifundios y plantaciones para la explotación de determinados cultivos
tropicales como la caña de azúcar, café, algodón o cacao, y que actuaron de foco de
atracción de la población. Actualmente, las mayores densidades se localizan, sobre
todo, en los márgenes costeros del continente, donde se encuentran las grandes
concentraciones urbanas.

MACRORREGIONES

Las cuatro macrorregiones en que se ha dividido América Latina según la


enciclopedia Gallach, agrupan los países por elementos unificadores que les
imprimen características especiales y diferenciadoras entre sí.

 En el subcontinente norte, se configura la región constituida por los países que


rodean el llamado Mediterráneo Americano, formado por el mar Caribe y el golfo de
México. Excepto México, los demás países integrantes de la región son pequeños
estados: los de América Central, de Guatemala a Panamá, los estados insulares
antillanos y los estados y dependencias de las Pequeñas Antillas.

 En el subcontinente sur, se han agrupado los estados en tres macrorregiones: la


América Andina, que abarca los países atravesados por la gran cordillera, de
Venezuela a Chile; los Estados
del Plata: Paraguay, Uruguay y
Argentina, vinculados
históricamente a la cuenca
rioplatense; y Sudamérica
Tropical, integrada por Brasil y
las Guayanas, países de
colonización no hispánica que se
desarrollan en territorios muy
cálidos u húmedos.

El Mediterráneo Americano se
caracteriza por su fragmentación política, a pesar del predominio de la colonización
hispana en la mayor parte de sus territorios, ya que las posesiones inglesas,
francesas y neerlandesas se limitaron a algunas islas antillanas a partir del siglo
XVII. La cultura inglesa ha dejado su sello en Belice, Jamaica, Trinidad y Tobago,
islas Caimán y una parte de las Pequeñas Antillas; la francesa en Haití, Martinica y
Guadalupe y la neerlandesa en las Antillas Holandesas. La influencia de los pueblos
nahuas, el centralismo mantenido por España durante la colonia y el desarrollo de
una economía nacional independiente han contribuido de forma especial a la
formación de la nación mexicana, la más grande de la región. El resto de los países
basan su economía en la producción y exportación de productos tropicales como la
caña de azúcar, el café, el cacao, las bananas y el tabaco y minerales como el
níquel y la bauxita.

La cordillera de los Andes es el elemento aglutinador y determinante de los países


de la América Andina; sus altiplanicies, sus valles y sus cuencas han sido el
escenario de las principales culturas precolombinas (incas, chibchas) y son hoy
también lugares propicios para el desarrollo de las principales capitales: Bogotá
(2.640 metros). Quito (2.888 metros), La Paz (3.632 metros). Otras en cambio han
crecido al amparo de la mole montañosa: Caracas, Lima, Santiago de Chile.

Estos países se caracterizan por la irregular distribución de la población y su baja


densidad media; la concentración urbana en las capitales hipertrofiadas, que llegan
a nuclear entre el 11 y el 39% de la población nacional, y el mantenimiento de
economías medianamente desarrolladas, que suelen depender de uno o dos
productos de exportación: petróleo en Venezuela y Ecuador, café en Colombia,
petróleo y metales en Perú, gas natural y estaño en Bolivia y cobre en Chile.

La Sudamérica Tropical está integra da por los únicos países sudamericanos que
no pertenecen a la colonización hispánica: Brasil, de origen portugués; Guyana,
colonizada por los ingleses; Surinam, por los neerlandeses; y la Guayana Francesa
que es un Territorio de Ultramar francés. Todos ellos se desarrollan en las franjas
ecuatorial y tropical con climas cálidos y húmedos. Destaca Brasil por su gran
extensión territorial: es el mayor país de Sudamérica (casi la mitad de su superficie)
y el quinto del Mundo después de Rusia, Canadá, China y Estados Unidos.

Con un relieve paralelo a la costa, redes fluviales poco favorables para la


penetración y selvas cerradas, los portugueses se limitaron a poblar la franja
costera, dejando el interior despoblado e inexplotado. Desde hace dos décadas
Brasil ha emprendido la integración de la selva amazónica en la economía del país.
A la voluminosa producción agropecuaria, que ocupa los primeros puestos
mundiales, se agrega su creciente industria.

Ocupación del territorio latinoamericano


Antes de la llegada de españoles y portugueses, el territorio de la actual América
Latina estaba muy desigualmente poblado. Los expertos concuerdan en suponer
que los grandes imperios centralizados tenían densidades de población
relativamente elevadas, gracias a un avanzado desarrollo técnico de la agricultura y
a un alto nivel de organización social.

El dominio del riego, la metalurgia, del bronce, hierro y oro, un sistema de


contabilidad y hasta de inscripción glífico muy cercano a la escritura, permitían una
fuerte estructura política en el imperio azteca, entre los incas y los mayas, y quizá
también, entre los chibchas de Colombia. Hay quienes han emitido la hipótesis de
que la meseta de Anáhuac, en México, alcanzaba en aquel entonces la densidad de
50 habitantes por km². Junto a esas concentraciones, se hallaba una gran dispersión
de pueblos cazadores o recolectores pero también de agricultores de técnicas
pobres, que practicaban cultivos en chamiceras sin irrigación y vivían en estado semi
nómada.

En 1650, según algunos cálculos, el conjunto del subcontinente incluidas todas las
etnias no tenía más de 12 millones de habitantes y 11 millones un siglo después. Y
según Humboldt, en 1810 no había más que 8 millones de indios. Esto habla de los
trastornos acarreados por la conquista. La brutal irrupción de los conquistadores
españoles, en particular, puso en entredicho la ocupación del espacio provocando la
desaparición de una parte de los habitantes originales (remplazados por esclavos
negros africanos), al desplazar las poblaciones hacia nuevos focos de producción, y
crear una serie de establecimientos portuarios que los enlazaban a las metrópolis y
facilitaban así la explotación del Nuevo Mundo.

Para las sociedades autóctonas, y sobre todo las más organizadas y centralizadas,
la llegada de los europeos y la caída de los imperios, con el sentido religioso que los
indígenas atribuyeron a esos acontecimientos, provocaron una verdadera
desintegración cultural. Todos los sistemas de valores que ceñían la vida cotidiana,
tanto en materia política como moral y religiosa, estallaron. La ruptura de los puntos
de referencias cronológicas tradicionales muy coercitivas y protectores, acarreó a
veces "libertades" fatales: el uso del alcohol fue una de ellas.

Las epidemias de gripe, viruela o sarampión causaron espantosos estragos en


pueblos sin inmunidad. Las transferencias de población, el ritmo de trabajo impuesto
por la codicia de los nuevos amos en las plantaciones y en las minas consumaron el
exterminio, por lo menos provocaron una mortalidad considerable. Conductas de
desesperación que llegaban.

Un mundo conquistado

Si bien "la población indígena se derritió como cera en un bracero al contacto con
sus conquistadores", según la frase de Marcel Bataillon, la catástrofe demográfica no
fue la única consecuencia de la conquista sobre la población y las modalidades de
ocupación del espacio, sus móviles mismos contribuyeron duraderamente a dar
forma a territorios y sociedades. En efecto, uno de los motores más poderosos de la
conquista, y no sólo española fue el enriquecimiento rápido por el descubrimiento de
metales preciosos, mediante el robo primero y luego la explotación intensiva de las
minas.

Es cierto que la propagación del cristianismo y la conversión de los indígenas


paganos figuraban en el primer lugar de las preocupaciones oficiales pero, en la
práctica, el oro, a pesar de los esfuerzos de la Iglesia, tenía prioridad sobre los
evangelios. De esta manera, a diferencia de la metódica colonización de la "frontera"
en el frente pionero de América del Norte, al sur del río Bravo prevaleció la
arriesgada aventura en busca de metales preciosos o de indios para reducirlos a
esclavos. A las cabalgadas hispánicas corresponden las bandeiras paulistas en
Brasil.

A partir de principios del siglo XVI, toda la organización de la vida colectiva de ese
Nuevo Mundo ya no se orienta hacia las necesidades de las poblaciones locales,
sino en función de los intereses de las élites europeas. Se organiza una extraversión
económica pero también social de la que el continente aún no sale. Dado que las
perspectivas de producciones eran dictadas por Europa, los "preponderantes"
ibéricos, y luego criollos, lo sacrifican todo a la especulación, al producto bien
cotizado en el mercado mundial, Se aniquila la vegetación y se agotan los suelos,
como se agota una mina de mineral, y luego se abandonan los lugares en busca de
otras tierras. La población estable que humaniza el paisaje no es la nota dominante
en semejante lógica productiva. Los ciclos de productos soberanos en Brasil, del
azúcar al café pasando por el oro, han hecho que se desplace el centro de gravedad
del país y hasta su capital.
Las inmigraciones: esclavos negros y trabajadores libres europeos

Para paliar la extinción de los trabajadores indígenas, los colonizadores se volvieron


hacia otras fuentes de mano de obra: la inmigración forzada de esclavos africanos
primero, luego, tras la abolición de la trata y la esclavitud, el reclutamiento de
trabajadores libres provenientes de Europa, pero también de Extremo Oriente.
Aunque, hasta principios del siglo XX, la dinámica demográfica del subcontinente se
basa esencialmente en la inmigración.

La de los esclavos negros africanos es la más antigua, de manera que a veces se


olvida que se trata de un fenómeno inmigratorio, aun si era un viaje sin retorno y se
realizaba en condiciones atroces. Esta deportación comenzó muy temprano. Se
calcula que en 1650 ya había 380.000 negros en América del Sur, o sea, casi la
misma cantidad de los blancos. En 1829, según las estimaciones de Humboldt,
había 6.433.000 negros en las dos Américas, o sea 4.483.000 para América Latina,
de los cuales 1.960.000 sólo en Brasil (excluyendo a los mulatos).

La inmigración masiva de origen europeo es un fenómeno de fines del siglo XIX. En


efecto, hasta entonces españoles y portugueses se habían establecido en las
Américas en flujos continuos, pero relativamente limitados. En 1810, de nuevo según
las estimaciones de Humboldt, no había más que 3.276.000 blancos en toda la
América española. La incorporación de los nuevos territorios al mercado mundial, y
la expansión de nuevos cultivos provocaron una fuerte demanda de mano de obra
que coincidió con una creciente facilidad para efectuar viajes transatlánticos, y con
excedentes de población en Europa. Esta inmigración se dirigió hacia las zonas
templadas del sur de Brasil, donde el progreso del cultivo de café se produjo al
mismo tiempo que la abolición de la esclavitud; hacia Argentina y Uruguay, tierras
vacías cuyo aprovechamiento agrícola requería una población acelerada

La frase del escritor argentino Alberdi: "gobernar es poblar", fue aplicada al pie de la
letra por los poderes públicos. Así, Argentina recibió entre 1857 y 1930, inmigrantes
de ellos decidieron establecerse en el país.

Ahora bien, el "desierto argentino" contaba apenas, durante su primer censo en


1869, con 1.700.000 habitantes, sobra mencionar la importancia de esos extranjeros
en la formación de una nación que sufrió la transfusión de población más intensa del
Nuevo Mundo (incluyendo a Estados Unidos). Gracias a esta enorme afluencia de
extranjeros, la población argentina se duplicaba cada veinte años hasta 1914, fecha
en la cual los extranjeros representaban el 30% de la población total.

Al término de la segunda guerra mundial, entre 1946 y 1954, Argentina, Brasil, y


también Venezuela, recién llegada a la prosperidad gracias al petróleo, reciben
aproximadamente 1 millón de inmigrantes, italianos (537.000) o españoles (295.000)
mayoritaria, pero no exclusivamente. Argentina sigue a la cabeza de los países que
reciben inmigrantes con 567.000 entradas. La reconstrucción europea y la
estabilización del Viejo Mundo agotan muy pronto esa corriente que habían
alimentado las convulsiones de la guerra.

La inmigración asiática, china y japonesa, jamás alcanzó el carácter masivo de la


aportación europea y sobre todo mediterránea. Sin embargo, en los países donde se
concentró, tuvo una influencia significativa en el terreno social y económico, pero
también cultural. La inmigración china fue relativamente densa en la costa del
Pacífico, sobre todo en Perú, pero no es significativa en Cuba, mientras los
japoneses ocupan un lugar importante en Brasil.

Los focos de población y sus características

La población de América Latina está mal repartida. La evocación de las modalidades


migratorias y voluntaristas de la población permite pensar que el medio natural sólo
es parcialmente responsable de ello. Cierto, podemos fácilmente imaginar las
razones por las cuales el “desierto verde" amazónico tiene una densidad inferior a 0
habitantes por km² (en realidad, 1 habitante por cada 3 km² aproximadamente): la
selva ecuatorial, los climas semiáridos donde las actividades que no propician la
población como la ganadería extensiva difícilmente permiten establecer la población.

Pero de hecho, si se lanza una mirada global al continente, es posible advertir que la
repartición de la población depende sobre todo de la historia y del papel que las
sociedades latinoamericanas estuvieron destinadas a desempeñar en la economía
mundial. Haciendo a un lado la movilidad característica de poblaciones siempre
dispuestas a sucumbir al atractivo de nuevas y precarias especulaciones, para no
examinar más que las zonas de estabilidad, se perciben claramente dos grandes
características: concentraciones de origen precolombino en el interior del continente,
y un cinturón de islotes de población en el perímetro, nacidos de la colonización
europea.

El interior del subcontinente, y sobre todo de América del Sur, está poco poblado,
estando el centro del continente sudamericano en Brasil casi totalmente vacío en
cuanto uno se aleja más de 100 a 200 km de la estrecha franja costera. Lo que los
brasileños llaman significativamente sertão, el "desierto" en el sentido del francés del
siglo XVII, designa regiones del "interior", de hábitat ralo, mal conocidas y
aparentemente lejanas, pero no desérticas. El Brasil costero constituye con el Río de
la Plata una de las zonas de población más grandes de América del Sur.

Las zonas de intenso poblamiento que se distinguen son:

 La meseta central de México, donde se localiza la ciudad homónima a 2.300


metros sobre el nivel del mar,

 Las islas de América Central, que ofrecen altísimas densidades demográficas


superiores a los 200 hab/km². Barbados posee el mayor valor con 631 hab/km²;

 El corredor industrial del Brasil, que se extiende desde Río de Janeiro a San
Pablo.

 El denominado frente industrial argentino, desde la localidad de San Lorenzo, en


la provincia de Santa Fe, hasta la ciudad de La Plata, en la provincia de Buenos
Aires.

Las áreas de densidades intermedias son áreas regularmente ocupadas, con


densidades demográficas moderadas que, en algunos casos, ofrecen la presencia
de ciudades millonarias. Por ejemplo:

• El valle central de Chile, donde se encuentra Santiago.

• El altiplano boliviano, con las ciudades de La Paz y Sucre.

• Los Andes septentrionales, donde se encuentran Quito y Bogotá.

Los vacíos demográficos están constituidos por núcleos débilmente poblados, que
se localizan en las tierras frías, en las tierras áridas y en las tierras cálidas y
húmedas de América. Entre ellas se pueden mencionar:
 La diagonal árida de América del Sur, donde la escasez de agua y los suelos
carentes de materia orgánica constituyen el mayor obstáculo para la ocupación
permanente. El desarrollo de la agricultura y la ganadería se ve disminuido,

 El Gran Pantanal de Xarayes, en la cuenca del río Paraguay, que es una zona
baja e inundable de alrededor de 80.000 km².

 La mayor parte de Amazonia, donde las altas temperaturas y la humedad


dificultan el establecimiento de la población.

La población

Según la revisión de las estimaciones y proyecciones de población realizada en


2023, al 15 de noviembre de 2022 la población mundial ascendía a 8.000 millones
de personas. En la región de América Latina y el Caribe, la población pasó de 168,3
millones de personas en 1950 a 660,3 millones en 2022, y se espera que empiece a
decrecer en aproximadamente 34 años. Por otro lado, está previsto que la población
mundial siga creciendo hasta 2086, cuando alcanzará la cifra máxima de 10.430
millones de personas.

El ritmo de crecimiento demográfico a nivel mundial y regional ya ha cambiado de


manera significativa en el pasado, y todavía se esperan cambios sustantivos en el
futuro. Entre otras cosas, se observa que la región pasó de un crecimiento medio
anual de 4,5 millones de personas entre 1950 y 1951, a un máximo de casi 8,3
millones de habitantes a inicios de los años noventa. A partir de 1991, el crecimiento
demográfico de la región empezó a desacelerarse y, actualmente, la población crece
a un ritmo inferior a 5 millones de personas al año.

El crecimiento cada vez menor de la población, ocasionado principalmente por la


disminución de la fecundidad, hará que la región alcance su población máxima en
2056, momento en que contará con un total de 751,9 millones de habitantes.

Los países de América Latina presentan un crecimiento positivo, mientras que los
países del Caribe registran un crecimiento nulo o negativo. Las estimaciones y
proyecciones relativas a América Latina muestran que, en un extremo, la población
de Cuba empezó a disminuir ya en 2016, mientras que, en el otro extremo, en
Panamá y el Estado Plurinacional de Bolivia la población no comenzará a decrecer
hasta 2086 y 2092, respectivamente. En el Brasil, el país con más habitantes de la
región, se espera que la población comience a disminuir a partir de 2046 y en
México, el segundo país más poblado, se prevé que eso ocurrirá a partir de 2052.

El proceso de transición demográfica da lugar a dos fenómenos importantes: el


envejecimiento poblacional y el fin del bono demográfico. El conjunto de la región se
encuentra en una etapa de envejecimiento relativamente acelerada y está previsto
que, para 2047, las personas de 60 años y más superen a las menores de 15 años.
Sin embargo, persiste la heterogeneidad regional y se observan distintos ritmos de
envejecimiento según el país.

Con respecto a la urbanización: América Latina tomada en su conjunto tiene una


tasa de urbanización (68%) muy cercana a la de la Europa desarrollada, el doble de
la de Asia y casi el triple de la de África, con un nivel de "metropolización" superior al
del Viejo Mundo. Argentina, Chile y Uruguay se hallan entre los quince países más
urbanizados del mundo, cualquiera que sea el criterio retenido (aglomeraciones de
más de 20.000 habitantes o de 100.000). Hoy, el 22% de la población
latinoamericana vive en ciudades de más de 4 millones de habitantes. En las
regiones templadas del sur, la emigración europea, ante las dificultades de acceso a
la propiedad de la tierra, se replegó a las zonas urbanas.

El éxodo rural, producto del latifundio y de diferentes factores de expulsión del


campo, hizo el resto, con ayuda de las luces de la ciudad. Hoy las grandes ciudades
del continente se caracterizan por el crecimiento de un sector terciario parasitario de
pequeños oficios y por la proliferación de viviendas improvisadas donde se
amontonan inmigrantes y desempleados. La amplitud del fenómeno urbano es en
América Latina, a diferencia de la Europa del siglo XIX, casi totalmente
independiente de la tasa de industrialización. Al grado de que ha podido hablarse de
un creciente desfase entre el desarrollo de las fuerzas productivas y la aceleración
de la concentración espacial de la población, sin embargo, esta urbanización refugio
carece igualmente de relación con la densidad de población.

El índice de urbanización no es uniformemente grande en todos los países del


continente y menos aún en todas las regiones de un mismo país. Las sociedades
esencialmente rurales predominan en América Central y en los países andinos. Así,
la proporción de población no urbanizada es superior al 60% en Guatemala,
Honduras, Bolivia y Paraguay; rebasa el 50% en El Salvador, Ecuador y Costa Rica.
Sin embargo, hasta en los grandes países de urbanización galopante, como Brasil o
México, es posible hallar zonas donde todavía predomina fuertemente la población
rural.

Eje 3 Geografía De América Anglosajona

América Anglosajona está formada por Estados Unidos y Canadá. En sus territorios
predominó la colonización del Reino Unido de Gran Bretaña. Estas sociedades
recibieron la influencia de los pueblos europeos anglosajones (británicos, alemanes,
escandinavos, holandeses) y franceses. La religión que prevalece es protestante y la
lengua más hablada es el inglés. En Canadá un sector de la sociedad ha mantenido
la herencia de la colonización francesa, por eso la población sigue hablando el
francés y practica la religión católica. Las lenguas oficiales son el inglés y el francés.

Se extiende desde la frontera del río Grande hasta las proximidades del Polo Norte,
comprendiendo una superficie total de 19,3 millones de kilómetros cuadrados
repartidos casi por mitad entre Canadá (9.976.000 km2) y Estados Unidos
(9.363.000km2), dos de los países más grandes del mundo y que se sitúan hoy en
lugares de privilegio por lo que se refiere a su potencial económico, o a los niveles
de renta y bienestar de que disfruta la mayoría de su población. La frontera
estadounidense-mexicana es, pues, más que un simple límite político, una divisoria
entre áreas con situaciones muy diversas en cuanto a su desarrollo, que se acusa
en una brusca transición, además de un límite entre dos culturas y dos modelos de
colonización históricamente contrastados.

Los primeros canadienses

No se sabe con certeza cuándo las antiguas razas de América del Norte dejaron
sus lugares de origen en el este de Asia y cruzaron el istmo situado sobre lo que hoy
es el estrecho de Bering. Esta emigración terminó hacia el año 10000 a.C., hacia el
final del último periodo glaciar. Al retirarse los glaciares, los cazadores persiguieron
a los animales hasta las llanuras de América del Norte.

Con las sucesivas oleadas de emigrantes, los grupos ya establecidos se trasladaron


más al sur. Los últimos en llegar fueron los inuit, que se extendieron por el Ártico
hasta Groenlandia hacia el año 2000 a.C. Las características físicas del continente
norteamericano propiciaron el desarrollo de diferentes formas de vida. Las antiguas
razas de Canadá se dividen en seis grupos culturales que se corresponden con las
zonas que habitan. En el Ártico, al norte de la línea de vegetación arbórea, viven los
inuit.

En los bosques subárticos habitan los pueblos denes y crees, principalmente


cazadores y tramperos. En los bosques del este los pueblos algonquinos, mohawk y
montañeses cultivaban leguminosas, calabazas y maíz establecieron asentamientos
semipermanentes.

Los pueblos del este fueron los primeros afectados por la llegada de los europeos en
los siglos XVII y XVIII. En cambio, la vida de los indios de las llanuras estaba
determinada por los desplazamientos de los búfalos. Los pies negros, asinibuanos y
los crees de las llanuras vivían una existencia principalmente nómada, y su vivienda
característica era el tipi, una cabaña de forma cónica. En las depresiones y mesetas
de las cordilleras, los indios de las mesetas crearon comunidades aldeanas y vivían
principalmente de la pesca del salmón y de las plantas silvestres. En la costa
occidental, tribus desarrolladas como los haidas, los nootkas, los kwa- kiutl y los
tlingit erigian tótems, vivían en grandes casas y construían enormes canoas de
troncos.
Los pueblos indígenas en la actualidad

En Canadá viven hoy unos 300.000 indios registrados y aproximadamente 200.000


metis (mestizos, mezcla de indios y franceses). Se hablan unos 50 idiomas y
dialectos indios. La población más numerosa de indios y metis se encuentra en
Manitoba. Los indios registrados -los que figuran en la lista de las tribus- están
exentos del pago de impuestos y cruzan libremente la frontera entre Canadá y
Estados Unidos. En 1867 comenzó la creación de reservas para los pueblos
indígenas al amparo de la Ley India. Para muchos esto equivalía a perder su
identidad. En la actualidad los indios de las reservas sufren a menudo los efectos del
alcohol, el desempleo y la crisis de la vida familiar. La cultura india parece en peligro,
mientras la población blanca es en apariencia indiferente a las necesidades
especiales de los pueblos indígenas.

Los cazadores del norte

Unos 100.000 inuit viven en los países que bordean el océano Glacial Ártico. El
50% viven en Groenlandia, el 25% en Alaska y sólo 3.000 en Siberia. Así pues, sólo
la cuarta parte de esta antigua raza, unas 24.000 personas, viven en Canadá. En su
lengua, inuit significa «la gente», aunque antes se empleaba el término «esquimal»,
que significa «comedor de carne». Los inuit siempre han vivido de la caza de los
mamíferos del Ártico (focas, caribúes, osos polares y ballenas), que proporcionan
pieles para el vestido, huesos para herramientas, grasa para calentarse y carne para
alimentarse. Las primeras fases del desarrollo cultural de este pueblo pueden
encontrarse en la cultura PreDorset (2500 a 800 a.C.). Esta, junto con la posterior
Dorset, fueron culturas de cazadores, de pueblos que vivían principalmente en
tiendas o en cabañas cubiertas de césped. El iglú (cabaña construida con bloques
de nieve), los trineos tirados por perros, los kayak (barcos recubiertos de piel) y las
lámparas de esteatita son manifestaciones de la cultura de Thule, basada en la caza
de la ballena. Esta cultura sufrió cambios significativos como consecuencia de los
primeros contactos con los europeos en el siglo XVIII, y la introducción de las armas
de fuego provocó un cambio profundo en su forma de vida.

Proceso de formación de la nación canadiense

Los vikingos llegaron a la costa oriental de América del Norte hacia el año 1000 y
dejaron una pequeña avanzadilla, en el extremo septentrional de Terranova, como
una de las escasas huellas de su presencia. Con el “descubrimiento” de América por
Cristóbal Colón, las potencias europeas comenzaron a competir por la supremacía
en los territorios recién descubiertos.

En 1497, John Cabot desembarcó en el cabo Bonavista, en la costa oriental de


Terranova, y reclamó su propiedad para el rey Enrique VII de Inglaterra. Sólo
cuarenta años después el marinero francés Jacques Cartier descubrió la ruta hacia
el interior del continente a través del río San Lorenzo. A comienzos del siglo XVII, los
franceses emprendieron la colonización de la nueva tierra, a la que dieron el nombre
de Nueva Francia. En 1608 Samuel de Champlain fundó la ciudad de Quebec. La
ciudad de Ville Marie (Montreal) fue fundada en 1642. La colonia creció lentamente
al principio, mientras las colonias inglesas de Nueva Inglaterra se expandían y
prosperaban

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