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Conflictos Jurídicos en La Nueva Vizcaya, Durante La Administración Del Gobernador Francisco de Barrutia

Este documento describe la complejidad de las jurisdicciones y conflictos en la Nueva Vizcaya durante el periodo de 1728 a 1733 bajo el gobernador Francisco de Barrutia. La gobernación tenía límites imprecisos y competencias que se superponían con otras autoridades como la Audiencia de México y Guadalajara. Barrutia también tuvo disputas con autoridades locales como los alcaldes mayores y el cabildo de Durango que buscaban mantener su autonomía. El documento proporciona detalles sobre la población y jurisdiccion

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Conflictos Jurídicos en La Nueva Vizcaya, Durante La Administración Del Gobernador Francisco de Barrutia

Este documento describe la complejidad de las jurisdicciones y conflictos en la Nueva Vizcaya durante el periodo de 1728 a 1733 bajo el gobernador Francisco de Barrutia. La gobernación tenía límites imprecisos y competencias que se superponían con otras autoridades como la Audiencia de México y Guadalajara. Barrutia también tuvo disputas con autoridades locales como los alcaldes mayores y el cabildo de Durango que buscaban mantener su autonomía. El documento proporciona detalles sobre la población y jurisdiccion

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Conflictos jurisdiccionales en la Nueva Vizcaya, durante la administración del

gobernador Francisco de Barrutia, 1728-1733

Por José Enciso Contreras


Universidad Autónoma de Zacatecas

Para Aidita Huizar y


Abelardo Esparza, por el fallido
asalto a la Conasupo

1. Una gobernación inconmensurable y compleja

No obstante haber obtenido el estatus de gobernación desde el siglo XVI, y con la


concesión del título correspondiente, aparejado al de capitán general para Francisco
de lbarra, tanto la jurisdicción territorial, como las competencias judiciales y políticas
del cargo de gobernador de la Nueva Vizcaya, fueron objeto de controversia y
frecuentes alteraciones, debido ante todo a que el gobernador estuvo supeditado
desde un principio al virrey en asuntos militares de real hacienda.
I un en específico respecto a la Nueva Vizcaya ofrece grandes
dificultades para su comprensión y explicación, éste es el de las jurisdicciones, que se
muestran variables, traslapadas y objeto de constantes disputas. En el rubro de la
justicia, por ejemplo, las a elaciones debían interponerse ante la Audiencia de México,
hasta antes de 1573, y posteriormente, hasta e e periodo colonia , ante la
Audiencia ae Guadalajara.1
La misma sede de la capital de la gobernación también fue objeto de movilidad, \}\{(t'.lj .L\1.Já,ev,c (é",
pues durante el siglo xv1 se hallaba emplazada en San Sebasflan, en la costa--de
Chiametla, pasando más tarde � a Durango, en 1583. Entre 1632 y 1739, los � be CI\C<..c\O r
Cct�M�
gobernadores, como fue ·e1 caso de Ignacio Franclsco de Barrutia, permanecían la
mayor parte del tiempo en San José del Parral", aunque las inestabilidades militares y A \cal de L�1át·
políticas motivaban frecuentes desplazamientos de los titulares.
El gobernador solía nombrar un representante directo en cada una de las
pocas pob1ac1ones espar\olas importantes, con el título de alcalde mayor, -Gl:ly.... a---
s (.ov\_:flt e.·l-c¡
funciones eran bastante similares a las que desempeñaban estos func1onanos, así en h
.
la vecina Nueva G alicia como en la Nueva España. Empero, las excepciones a esta co,,
e_\c...¡o .
u
regla fueron muchas. Por ejemplo, San Felipe el Real de Chihuahua, donde gobernaba
y aplicaba justicia un corregidor al estilo de Zacatecas, es decir, nombrado
directamente por el rey, por lo que, al igual que su homólogo, gozaba de un amplio
margen de autonomía y era bastante proclive de entrar en contradicciones frecuentes
con el gobernador, que trataba por todos los medios de limitar su jurisdicción y cooptar
el cabildo de la villa, corno mecanismo de hacer contrapeso a sus atribué1ones. El"
ayuntamiento de Durango, por su parte, siempre fue celoso de mantener el gobierno y
la justicia en su término, mostrando a menudo actitudes contrarias a la autoridad de
los gobernadores.3 Estas peculiaridades determinaron gran parte de los conflictos del
gobernador con los grupos urbanos de su entorno jurisdiccional.

I
Peter Gerhard, La frontera norte de la Nueva España. México: Universidad Nacional Autónoma de
México, 1996. p. 209.
� Ídem.
3
Ídem.
Decíamos que los alcaldes mayores, nombrados por el gobernador, tenían las
radicionales funciones aparejadas a estos oficios en la Nueva España, con el añadido
de que podrían eveñtualmente ser designados como tenientes de capitán general, o
capitán a guerra. Esta función judicial en muchas ocasiones se mezclaba con cargos
milltaresasociados a otra institución de gran peso en la historia colonial de la zona: el
presidio. "Casi invariablemente, los comandantes de los presidios actuaron como
magistrados, ya hubieran sido nombrados o no alcaldes mayores. En la Nueva
Vizcaya hubo varios casos de traslapamiento de jurisdicciones, especialmente en
Sinaloa. Dentro del área aquí considerada, las colonias de Tlaxcaltecas tuvieron su
propio gobierno interno directamente sujeto al virrey y a la Audiencia de México (véase
Parras y Saltillo). Además de su autoridad suprema como capitán general de la Nueva
España, el virrey, a nivel local nombraba un capitán «protector de los indios» en el
distrito de Parras-Saltillo y un comandante el presidio de Cerro Gordo."
Se calcula que la población de la gobernación, hacia principios del siglo XVIII, y
los partidos más importantes de la �fóbernación, eran los siguientes:
Tabla 1
POBLACIÓN DE LA NUEVA VIZCAYA EN 1700

PARTIDO INDIOS OTROS TOTAL

Batopilas 14,000 500 14,500


Cerro Gordo 500 500
Ciénega de Olivos 13,500 500 14,000
Conchos 300 500 800
Cosihuiriáchic 40,000 1,000 41,000
I Cuencamé 200 200 400
I Chihuahua
Durango
5,000
3,000
500
1,000
5,500
4,000
Guanaceví 400 500 900
Guarisamey 500 500
Mapimí 100 500 600
Mezquital 3,000 100 3,100
Papasquiaro 500 500 1,000
Parral 100 600 700
Parras/Saltillo 2,500 1,000 3,500
Real del Oro 600 1,000 1,600
S. Andrés de la Sierra 500 200 700
S. Buenaventura 100 200 300
S. Juan del Río 1,000 3,000 4,000
Siánori 300 500 800
Vale S. Bartolomé 800 1, 100 1,900

TOTALES 86,400 13,900 100,300

FUENTE: Peter Gerhard. La frontera norte de la Nueva España. México: Universidad


Nacional
Autónoma de México, 1996, p.213-214.

Como puede apreciarse, más del 86% de la población de la demarcación era indígena
y el resto se repartía entre grupos españoles y castas, esparcidos eriel extenso
territorio septentrional. Gerhard registra hacia 1700 pronunciado descenso de la
población aborigen, suscitada en sus orígenes desde los mismos tiempos de la llegada
'
4 '
ldem.

2
de los españoles, y que tardaría aún cinco décadas en tocar fondo, para mostrar algún
síntoma de recuperación con la llegada del siglo XIX, periodo en el que las poblaciones
española, mestiza y demás castas mostró siempre tendencias a la alza.
Las estimaciones sobre la población indígena en torno a 1550 han sido fijadas
en alrededor de 344,000 almas, dato que puede servir como referente para formarse
una idea aproximada del comportamiento poblacional de este sector después de la
instauración del sistema colonial.

EN NORTE DE NUEVA ESPAÑA. PRIMERA MITAD DEL SIGLO XVIII

1 '

\,.
1 ' .,-, , ..
: ·¡ \ 1.
1
[ __ ........��-- -- . ·.,,.

(Tomado de Vito Alessio Robles (editor). Diario y derrotero de lo caminado, visto y


observado en la visita que hizo a los presidios de la Nueva España septenuione', el
brigadier Pedro de Rivera. México: Secretaría de la Defensa Nacional, 1946)

2. Ignacio Francisco de Barrutia

Ignacio Francisco de Barrutia y de Aeta Echenagucia5, era natural de Vergara,


Guipúzcoa, en las Provincias Vascongadas. Casó con doña Luisa Recaberen. Era
militar de carrera, la que inició siendo muy joven, en 1703, como soldado voluntario en
el Tercio de Guipúzcoa. Había servido en las guerras españolas sostenidas en Europa
entre 1704 y 1713, incorporado en las llamadas Guardias de Corps, como capitán de
caballos, bajo las órdenes del conde de Aguilar. Participó en la campaña de Portugal,
en 1704, y en el sitio de Gibraltar, un año más tarde; en 1707 combatió en la batalla de
Almanza y en la restauración de Lérida, entre otras campañas importantes. En 1717
pasó a La Habana y en 1719 tomó el hábito de Caballero de Santiago y sirvro
brevemente en el ejército de Navarra.6 Al año siguiente, siendo comandante de la

5

Tal parece que este era su nombre completo. según se tiene registrado en la Orden de Santiago. Cfr.
Javier Sánchez Ruiz. "Redes vasco-navarras de poder en el México virreinal. La Orden Militar de
Santiago". En Amaya Garritz. Los vascos en las regiones de México, siglos XVI a XX. Tomo 11. México:
Universidad Nacional Autónoma de México-Ministerio de Cultura del Gobierno Vasco-Instituto Vasco
Mexicano de Desarrollo, 1996, p. 205
6
José Garrnendia Aurrebarrena, Diccionario biográfico vasco. Méritos, servicios y bienes de los vascos
en el Archivo General de Indias. San Sebastián: Eusko lkaskuntza, 1992. p. 73.

3
compañía de caballos y lanceros del presidio de La Habana, solicitó sin éxito al rey el
grªE!o de_ coronel. -
En 1724, tras haber sido nombrado, sin que mediara solicitud alguna de su
parte, como gobérnador de la Nueva Vizcaya, tomó posesión del cargo el 2 de marzo
de ese áfio en la ciudad de Durango, donde el cabildo le recibió juramento. Se
desempeñó como gobernador hasta 1733,' y en Julio de ese mismo año estaba
solicitando nuevamente el ascenso a coronel". En su paso por La Habana debió haber
dejado relaciones suficientes como para desear regresar a aquella ciudad, pero en
calidad de gobernador, cargo para el que solicitó ser tomado en cuenta al virrey
Casafuerte en octubre de 1730. Al finalizar su periodo en el norte de la Nueva España,
tuvo éxito en sus peticiones y con el grado de general regresó a La Habana.ª
Pero las principales causas de la intención del guipuzcoano para regresar a la
) Habana sin duda residían principalmente en lo que él mismo llegó a designar como "la
, fatal coyuntura en que me ha tocado venir a este gobierno".9 La opinión que le merecía
I el estado de cosas en que encontró el reino era que estaban bastante ªpa_[t9das de lo
"racional". Esta apreciación del funcionario denva6a ele las coridlcíones adversas que
tuvoque enfrentar en el ejercicio del gobierno de un extenso horizonte de frontera, en
el norte de la Nueva España, que cubría los actuales territorios de los estados de
Durango, la mayor parte de Chihuahua, y la porción sur de Coahuila, sin contar con
que hasta antes de 1733, es decir, todavía en tiempos del gobierno Barrutia, su
circunscripción incluía la costa noroccidental de-México, es decir, Sonora y Sinaloa.'?
Acerca de su rimera é.p.ocaen (é_uba)que le sirvió para obtener el cargo de
gobernador(en elnbrte novohispano, sabemos que, en 1717, prácticamente recién
llegado a La Habana, Barrutia encontró la isla en estado de agitación, como reacción
social al decreto que establec1a e monopolio real aerla6aco, importante producto de
la isla 'poraquel os tiempos. y que imponía que los agentes de la Corona serían los
únicos autorizados para comprar el género. Los productores de tabaco, conocidos
como vegueros -todos ellos moradores de las cercanías de la Habana, y que habían
0 sido anteriormente organizados como milicianos por el propio gobierno colonial para
J
fines defensivos-. se .s1motinarotLe.ILcnnt�a-tlel estanco, llegando a d�s.tabilizar la
administración del gobernador en turno, don Vicente Raja, haciéndolo dimitir. Su
reemplazo fue don Gregario Guazo, quien llegó a la isla a fines del mismo año.
Los conflictos se agravaron conforme la imposición del estanco debilitaba la
posición económica de los vegueros, que vieron caer drásticamente el precio de su
producto. Nuevamente rebelados en 1723, concentrándose en número de hasta mil
hombres, muchos de ellos a caballo, marcharon hacia Santiago de las Vegas y
Bejucal, para destruir las plantaciones de tabaco. Jacobo de la Pezuela, en su Historia
de la Isla de Cuba, narra cómo "Resuelto Guazo a anonadar la sedición de un solo
golpe ( ... ) dispuso que a las nueve de la noche del día 20 de febrero de 1723, el
capitán de caballos D. Ignacio Barrutia, con su fuerza montada y dos compañías de
infantería marcharan sobre Santiago silenciosamente y por veredas desusadas,
debiendo caer al aclarar sobre los sublevados. Barrutia cumplió sus instrucciones con
vigor y diligencia. Al amanecer del 24, así que descubrió junto a Santiago a la chusma
que, sin ordenamiento ni concierto, se disponía a marchar sobre la Habana, se

7
Archivo de .losé Enciso Contreras, Carta de francisco de Barrutia al rey. El Parral, 8 de julio de 1724.
En Varias consultas hechas por el señor don Ignacio Francisco de Barrutia, en el tiempo que gobernó la
Nueva Vi:::caya, escrito en San Felipe el Real. afio de 1733. En adelante este documento se citará como
AJEC. Varias consultas ...
8
AJEC. Carta de Francisco de Barrutia al virrey marqués de Casafuerte, San Felipe el Real, 16 de octubre
de 1730. Varias consultas ... Véase también Ma. Luisa Rodríguez-Sala, et al. Los gobernadores de Nueva
Vi:::caya del siglo XVIII. Análisis histórico-social de fuentes primarias. Durango, México: Universidad
Juárez del Estado de Durango. 2000, p. 115 y ss.
9
AJEC. Carta de Francisco de Barrutia al virrey marqués de Casafuerte. Real de Chíhuahua, 27 de
noviembre de 1728. Varias consultas ...
10
Peter Gerhard, op. cit, p 203.

4
adelantó con algunos jinetes a intimidar a los sediciosos que en el acto y sin
condiciones regresaron a sus casas, entregando sus arcabuces y escopetas.
Contestáronle con una descarga a quemarropa que sólo le mató un caballo e hirió a un
hombre; y en el acto salieron de una emboscada los demás jinetes a caer espada en
mano sobre el paisanaje, mucho antes de que llegaran los infantes ... "11 Once
vegueros fueron hechos prisioneros a la sazón, y colgados luego en Jesús del
Monte.12
El nombramiento de gobernador dé la Nueva Vizcaya, recibido como ya dijimos
en 1724, parece ser consecuencia gratificatoria de estas exitosas escaramuzas
pacificadoras contra los vegueros. Pero en aquellos parajes lejanos y desolados de la
Nueva Vizcaya, las cosas serían muy diferentes.

3. Jurisdicción precaria

3. 1. Limitaciones de la autoridad del gobernador

No bien llegado el guipuzcoano a Durango, capital de la gobernación, se topaba de


bruces con que su labor no sería fácil en manera alguna, y cualquier expectativa de
enriquecimiento y promoción personal que pudiera albergar se vería obstaculizada
notablemente. Aquello no se parecía a Cuba. Nada más para comenzar, la enorme
extensión del territorio comprendida eA la gobernación planteaba un obstáculo de
natu-raleza objetiva para el ejercicio plenQ_Sie su autori_dad. Como bien lo ha señalado
Guillermo Porras Muñoz, ''en Nueva Vizcaya la dilatada extensión de la provincia es la
mayor complicación pues impid l:l-fla--Fel ción cercana y constante entre gobernador y
gobernados y requiere, . . . iversos tipos que lo representen en el
ejercicio de sus funciones."
Otro factor que debe tenerse en cuenta, a la hora de analizar la precariedad del
sistema de control de la gobernación, fue la poblqción tao rala,--esBasa--y--eispersae
toda ella, lo que se manifestaba asimismo en el exiguo número de municipalidades en
el extendido territorio neovizcaíno. Prácticamente ninguno de los grandes exploradores
y visitadores del Gran Norte, durante el periodo colonial deja de notar la desolación de
aquellos horizontes 14. Durango, Saltillo y Santa Bárbara fueron las tres villas por
excelencia durante la mayor parte del periodo colonial." El resto de municipalidades,
las menos, tuvieron un temprano y fallido origen, como lo fue La Victoria, en el siglo de
la Conquista 16, y las demás fueron francamente tardías, como la propia villa de San
Felipe el Real de Chihuahua, que adquirió ese rango en 1718, y otras poblaciones
posteriores, como fueron los casos de San José del Parral, Papasquiaro-y-Nueva
Bilbao, entre otras." . -· -- <, - ,
\.

El propio gobernador nos · · d 1 • s ma


ore0
usualmente es1 as en la gobernación al momento de su llegada al cargo-;-er-aA-1}l,
y conforme a la usanza y disposiciones legales, se propuso hacer los nombramientos
de rigor mediante el procedimiento consistente en publicar una convocatoria abierta, a
fin de que los interesados acudiesen ante él para hacer la solicitud respectiva y
promover información de sus méritos y servicios. Debe resaltarse el hecho de que el

11
Apud. Gustavo Eguren. Lafidelisima Habana La Habana: Letras cubanas, 1986, p. 143.
12
Julio Le Riverend. Breve historia de Cuba La habana: Editorial de Ciencias Sociales, 1981, p. 33-34.
13
Guillermo Porras Muñoz. Iglesia y estado en Nueva Vizcaya (! 562-1821). México: Universidad
Nacional Autónoma de México, 1980. p. 180.
14
María del Carmen Velázquez. Establecimiento y pérdida del Septentrion de Nueva España. México: El
Colegio de México, 1974, p. J 19.
15
Peter Gerhard, op. cit., p 209.
16
José Enciso Contreras. laca/ecos en el siglo XVI. Derecho y sociedad colonial. Zacatecas:
Ayuntamiento de Zacatecas-Universidad de Alicante, 2000, p. 71.
17
Peter Gerhard, op. cit, p 209.

5
mecanismo quería procurar, por lo menos formalmente -pero sólo formalmente, como
se verá más adelante-, cierto marco de imparcialidad al momento de hacer las
designaciones.
La respuesta al bando no tuvo el éxito que se esperaba, pues habiéndose
publicado en los primeros días de marzo de 1728, en Durango, hasta mediados de
junio del mismo año sólo se habían nombrado 6 de las 19 alcaldías mayores. Según
el guipuzcoano, la escasa demanda de estos oficios obedecía a varias causas, así
sociales como burocráticas: se destacaba la carencia de personal benemérito y
calificado en la gobernación y, por otro lado, "por lo que repugnan admitir estos
empleos con la calidad de que para su aprobación se haya de dar cuenta a la Real
Audiencia de Guadalajara, en conformidad de lo que vuestra majestad tiene mandado
en su real cédula, expedida a diez de junio del año de mil setecientos y veinte y
cinco ... "18 Desde luego que una de las primeras peticiones de Barrutja al rey, con
motivo de este trámite, fue en el sentido de eliminar el requisitote la aprobación, a
todas luces disuasorio para los posibles peticionarios def�tQ_al?!ªsdma 1yor::: en. virtu 1 g,
de las largas distancias por recorrer.en busca de lacon 1rm'\c1on e a.auoiencia, os
crecidd gas_!os--y·marnfie_s.to-pel1gro a qb� exporilan durant�viaJe. \__..,,..,..
t-
Un "mayor grado de flexibilidad fue solicitada también en lo que tocaba al
requisito de que los alcaldes mayores nombrados ño debían ser oriundos de la
jurisdicción neovjzcaína,pues resultaba poco menos que imposible encontrar sujetos
de 'tales características y dispuestos a desempeñar los cargos. Este obstáculo
propiciaba la ocasión a perjurios en las informaciones presentadas por los aspirantes.
Para obviar estos inconvenientes y la carencia de solicitantes, pedía se le autorizara
para poder nombrar como justicias a los vecinos de las cabeceras de las propias
demarcaciones, p�eLJuncionario se declaraba temero�o �e que JJ.Q__�e contara con
alc�.ct.e_s_. mayores para \todo� __ )'_._cada- uno ?e los distritos, lo cual..a su vez
ol¡l"stacul1�/senamente si:r-g·oo1erno.
<;

·-......_ _
Ante la carencia de prospectos, llegó a sugerir,,uA-� suerte de simplificación
administrativa extrema: "enviar; a uno-de 4�if.le&-€1--::n�ram1eota de justicia
mayor, con Ul)a carta�_�stra majestad s 1€mand> y de la del
gobernador, seYéruegue y encargue admitaTa comisión, administre justicia y dé parte
de todo lo que se ofreciere ... "19
Sobre este punto, sólo disponemos de información referente a los años de
1728 a 1731, pero de ella se desprende que, pese a todos los escollos enfrentados,
Barrutia recibió 12 solicitudes para los cargos y designó solamente 1 O alcaldes
rnayeFeS-du!:ai:ite._s_u_p.r:imeF-añude gobierno; estos fueron para las jurisdicciones de
Santa María de Parras/Saltillo, Santiago Papasquiaro, San José de Copala, San Juan
del Río, San Antonio de Cuencamé, Siánori, San Francisco del Mezquital, San Juan
Bautista de lndehé, Valle de San Bartolomé y Valle de Santa Rosa de
Cosihuariáchic. 20

18
AJEC. Carta de Francisco de Barrutia, al rey. El Parral, 16 de junio de 1728. Varias consultas fo, 11 v.
19
AJEC. Carta de Francisco de Barrutia, al rey. El Parral. 16 de junio de 1728. Varias consultas fo, 12v.
"Esta providencia que se ha practicado diferentes veces -explicaba el guipuzcoano- hoy está prohibida
con justo motivo por una real provisión de la Audiencia de Guadalajara, que haciéndose cargo de que los
así provistos no dan fianzas de residencia de recaudar el producto del papel sellado, ni de penas de cámara
y bienes de intestados, siguiéndose de aquí a la real hacienda el perjuicio que se deja considerar, y a las
partes agraviadas por los jueces, una total falta de recurso, tiene mandado no se den nombramientos de
justicia mayor."
20
Archivo Histórico Municipal de Hidalgo del Parral. Fondo colonial. Sección Gobierno y
administración. Subsección informaciones, Caja 2, expediente 55. Informaciones que han dado los
sujetos que se han nombrado para alcaldes mayores en no ser comprendidos en las leyes para que les
prive de no ejercer estos empleos. Desde el año de 1728 hasta el de 31. (En adelante este archivo será
citado por sus siglas AHMHP, seguido de los nombres del tondo, sección, subsección, caja y expediente,
en su caso.)

6
Al año siguiente, sólo extendió una designación para la demarcación de
Papasquiaro, y en 1730, expidió cuatro nombramientos, destinados a las alcaldías
mayores de Copala; Río Chico, en la provincia de Ostimuri; Valle de San Bartolomé e
lndehé. En 1731 efectuó nombramientos para San Juan del Río, Río Chico e lndehé.
En otras jurisdicciones que no aparecen en los registros de solicitudes de
cargos, también residían para ese tiempo alcaldes mayores, por ejemplo San
Buenaventura que lo tenía en 172921.

Tabla 2
ALCALDÍAS MAYORES SOLICITADAS Y ASIGNADAS POR IGNACIO FRANCISCO DE BARRUTIA,
1728-1731

Nombre procedencia año destino

D. Prudencia Basterra Vergara 1728 Sta. María de


Parras/Saltillo
Pedro de Zayas y Córdoba Granada 1728 Santiago
Papasquiaro
Joseph de la Maza Durango 1728 Real de Sn.
José de Copala
Gabriel Marañón y Zorrilla México 1728 Sn. Juan del Río
D. Domingo Sánchez de Dovalina Fresnillo 1728 Real Sn.
Antonio de Cuencamé

Stt;i) D. Félix Rosales de Figueroa


de Siánori
Alférez Marcos Ruiz Calderón Durango
Durango

1728
1728 Real

Sn. Francisco

f\ \eotC(Z) N , del Mezquital


D. Domingo González de la CabadaCastilla
Antonio de Cuencamé
1728 Real Sn.

D. Juan Antonio Rey Córdoba 1728 Real Sn. Juan


Bautista de lndehé
D. Joseph de Esparza* Cádiz 1728 Corregimiento Sn.
Felipe El Real
D. Joseph Ramón y Muñoz Castilla 1728 Valle de Sn.
Bartolomé
D. Bartolomé Fernández de Alcorta Vitoria 1728 Valle Sta. Rosa de
Cisihuiriachi

Nicolás de Echevarría 1729 Santiago


Papasquiaro

D. Melchor Antonio de Cuesta Hondal Castilla 1730 Real


de Sn. José de Copala
D. Miguel de Lucenilla y Valenzuela 1730 Río Chico, Prov.
Ostimuri
D. Joseph de Ydoiaga Lequeitio 1730 Valle de Sn.
Bartolomé
D. Nicolás del Villar Castro de Urdiales 1730 Real Sn. Juan
Bautista de lndehé

21
A.IEC. Carta de Francisco de Barrutia. al virrey. Presidio de El Gallo, 16 de julio de 1729. Varias
consultas ... fo, 12v.

7
D. Juan Fernández de Castro Cuencamé 1731 Sn. Juan del
Río
D. Joseph de Esparza Cádiz** 1731 Real Sn. Juan
Bautista de lndehé
D. Pedro Marra! Aragón 1731 Río Chico,
Prov. Ostimuri

*Corregimiento interino
Fuentes: Archivo Histórico Municipal de Hidalgo del Parral. Fondo colonial. Sección
Gobierno y administración. Subsección informaciones, Caja 2, expediente 55.
Informaciones que han dado los sujetos que se han nombrado para alcaldes mayores
en no ser comprendidos en las leyes para que les prive de no ejercer estos empleos.
Desde el año de 1728 hasta el de 31. Archivo de José Enciso Contreras. Carta de
Francisco de Barrutia al rey. El Parral, 8 de julio de 1724. En Varias consultas hechas
por el señor don Ignacio Francisco de Barrutia, en el tiempo que gobernó la Nueva
Vizcaya, escrito en San Felipe el Real, año de 1733.

Durante su administración, Barrutia designó alcaldes mayores y un corregidor para los


siguientes partidos:

Tabla 3
Cargos de justicia y gobierno designados por Ignacio de Barrutia

1. Santa María de Parras/Saltillo


2. Santiago Papasquiaro
3. Real de San. José de Copala
4. San Juan del Río
5. Real de San Antonio de Cuencamé
6. Real de Siánori
7. San Francisco del Mezquital
8. Real de San Juan Bautista de lndehé
9. Corregimiento San Felipe El Real
1 O. Valle de San Bartolomé
11. Valle Santa Rosa de Cisihuiriachi
12. Río Chico, provincia de Ostimuri

3.2. Los alcaldes de Barrutia: militares y paisanos

Las identidades de los solicitantes de los oficios de justicia, entre 1728 y 1731,
muestran que Barrutia llegó a la gobernación acompañado de varios de sus leales, la
mayoría jóvenes oficiales pero a la vez experimentados desde la adolescencia en las
lides militares; afines al guipuzcoano por tener un mismo origen vasco, o por haber
sido compañeros de armas -cuando no sus subordinados-. en Cuba, en los tiempos
del depuesto gobernador don Vicente Raja.
La emigración vasca a la Nueva Vizcaya era ya un asunto de larga data.
Recuérdese que la propia conquista y los incipientes procesos de colonización de la
zona estuvo liderada por vascos, cuya presencia en la gobernación sufrió notables
altibajos en el periodo colonial. De cualquier forma, el periodo de la administración de
Barrutia, coincide con lo que se ha llamado una primera fase migratoria de vascos a la
Nueva Vizcaya en el siglo xv111, procesos en los cuales las relaciones de paisanaje,
parentesco y políticas de enlaces matrimoniales, así como la asistencia mutua para la
promoción económica y política de sus miembros, jugaron un papel importante en el

8
interior de los grupos vascos que se fueron asentando en la zona durante esa
cent u ria. 22
No debe resultar extraño entonces que la mayoría de los aspirantes a cargos
de justicia de este grupo de recién llegados, compartían el hecho de ser españoles
peninsulares, muchos de ellos en las Provincias Vascongadas, es dtrclClIBTsanosaer--
obernador, contar con trayectoria militar. La intención del guipuzcoano era -no
obstante su aparente intención de efectuar un trámite de designación de alcaldes
aparentemente imparcial, mediante el sistema de convocatoria ya descrito-, ubicar a
sus allegados en aquellos sitios que consideraba de importancia para el ejercicio de su
autoridad civil y militar. Tal fue el caso de don Prudencia Basterra, solicitante de la
alcaldía mayor de Parras/Saltillo, que también natural de la villa de Vergara, y había
nacido al rededor de 1700; manifestó haber servido a la Corona en las reales guardias
de infantería durante cuatro años.23 O el de don Juan Antonio Rey, peninsular,
originario de Villa de la Puente de don Gonzalo, en Córdoba. Nació alrededor de 1693,
y había servido como carabinero durante 17 años en España, incorporado en el
regimiento de don Vicente Raja, y 1 O años más en el presidio de San Cristóbal de La
Habana, dedicado al resguardo de las costas, con el grado de cabo de escuadra en la
Compañía de Caballos de aquella plaza. Fue llevado a la Nueva Vizcaya por el propio
Barrutia, "por ser de mi satisfacción y considerarle capaz de desempeñar cualquier
confianza."24 Don Joseph de Ydoiaga, por su parte, también solicitó en 1730 la alcaldía
del Valle de San Bartolomé. Había nacido en la villa de Lequeitio, en el señorío de
Vizcaya, alrededor de 1700. Al llegar a la Nueva Vizcaya, el gobernador Barrutia lo
puso a cargo de la Compañía Volante de Campaña, y más tarde fungió.J;_o__rno.JeR-iente
de alcalde mayor y capitán a guerra de la villa de Santiago deÍSaltillo.
25

-S-Ooresalen asimismo aquellos aspirantes que, además de haber estado en


Cuba, eran veteranos en las guerras mantenidas por la Corona en los diversos frentes
europeos, y en la guerra de sucesión, como don Joseph Ramón y Muñoz; aunque
también se había desempeñado como carabinero y sargento durante 24 años, en los
regimientos de Caballería de Órdenes Viejo, de Vicente Raja, en España, y también,
en fechas más recientes, en la Compañía de Caballos de La habana. Su amplio
historial castrense dice que participó, al igual que Barrutia, en la célebre batalla de
Almansa, y en los sitios de Játiva, Denia, Morella, Tortosa y Alicante; así como en la
batalla de Zaragoza, en el sitio de Campo Mayor. Solicitó la alcaldía de Valle de San
Bartolomé.26 Situación parecida a la anterior era la de Pedro de Zayas y Córdoba,
aspirante a la alcaldía mayor de Papasquiaro, quien era natural de Granada y fue
cadete en el regimiento de los Dragones de Osuna, en la compañía de don Diego de

22
Sobre este tema puede consultarse Martín González de la Vara. "La formación y desarrollo de los
vascos en la élite del norte de la Nueva Vizcaya, 1740-1820'". En Amaya Garritz, op. cit., 139 y ss.
23
AHMHP, Colonial, Gobierno y administración, Informaciones, Caja 2, expediente 55. Informaciones
que han dado ... A.IEC. ··carta de Francisco de Barrutia, al virrey." El Gallo, 6 de julio de 1729. En
Varias consultas ... fo. 55v.
24
AA.IEC, Varias consultas. fo. 62v.y AHMHP. Colonial, Gobierno y administración, Informaciones,
Caja 2, expediente 55. Informaciones que han dado ...
25
AHMHP. Colonial, Gobierno y administración, Informaciones, Caja 2, expediente 55. Informaciones
que han dado ... Con similar perfil encontramos también a don Nicolás del Villar, nacido en la villa de
Castro de Urdiales, en las Encartaciones de Vizcaya, y tenía alrededor de 30 años en 1729, cuando
compareció ante el gobernador, ostentándose como capitán vitalicio del real presidio de Cerro Gordo.
Barrutia declaró que Vil lar había servido por nueve años a la Corona, de lo que se deduce que muy joven
se incorporó a la milicia en España, donde permaneció dos años. trasladándose más tarde a La Habana, en
la compañía de don Manuel Chacón, donde estuvo por un año. Después pasó a la Nueva Vizcaya, donde
había estado por 6 años sirviendo a los gobernadores. En 1729 permanecía incorporado a la Compañía
Volante de Campaña. Solicitó en 1730 la alcaldía mayor del Valle de San Bartolomé, cargo al que ya
había renunciado el titular don .luan Antonio Rey.
26
AHMHP, Colonial, Gobierno y administración, Informaciones, Caja 2, expediente 55. Informaciones
que han dado ...

9
Córdoba y Zayas, en los reinos de Castilla, donde sirvió por más de trece años, hasta
que don Diego de Alarcón, teniente de capitán general de los reales ejércitos, se lo
llevó como su secretario a las fronteras de Portugal, por más de tres años continuos.
Posteriormente se desempeñó como administrador principal de la renta de tabacos en
la ciudad rioj na de Arnedo · e Calahorra. En Castilla la Vieja, fungió en este
mismo cargo en evico de la Torre.27
Otros alcaldes mayores fueron reclutados entre las personas residentes en la
Nueva Vizcaya con anterioridad al gobierno del guipuzcoano. Varios de ellos también
eran vascos, y otros más ya habían prestado servicios militares en la zona o en otras
regiones de la Nueva España. Don Bartolomé de AI.QQ..[ta,-poi; ejemglo, era oriundo de
Vitoria, y por medio de st:1-a130EleFaElo-;-f=>ecrroaeDrzeta, vecino-deEl pañ-a[_geclaró en
so-solicitrn:rtrat5er estado en servicio en Le.r:esidio de Cádiz y haber tenido
anterforméñfé el cargo de justicia en las minas de Santa Eulalia, así como haberse
dedicado a cargos que tenían que ver con "mediada de tierras". Solicitó la alcaldía del
Valle de Santa Rosa de Cosiguariáchic. Este perfil también lo enconframos en uno-cte
Iosqtresertañ granaes aliados de Barrutia en sus pugnas contra los mineros de Santa
Eulalia, don Joseph de Esparza, nativo de Cádiz y residente en El Parral, quien
informó haber estado en la Armada del Mar Océano, por tres años consecutivos, bajo
las órdenes de don Francisco Laramendi, siendo general de la armada el conde de
Fernán Núñez. Solicitó por su parte el corregimiento de San Felipe El Real.
Otro personaje de similares características a estos últimos lo era don Nicolás
de Echevarría, quien dijo en 1729, haber prestado servicio en el desaparecido presidio
de Santa Catalina de Tepehuanes, particularmente en las expediciones militares
contra los indios alzados, y haber estado a las órdenes de varios gobernadores de la
Nueva Vizcaya, en varias comisiones que le habían sido conferidas. Solicitó a la sazón
la alcaldía de Santiago Papasquiaro.28
, Un �queño secterríe solici�t�estaba ,.compuest�p6r\iecinosae la
goi{elJJaéÍón cart�
y\ con bFev'e d�servicios� p�o/natur�o avecindados en las
dehíarcacioneS--d.e-"fos cargos para los que hac1an solicitud. Los aspirantes para la
alcaldía mayor de Cuencamé y su entorno en 1731, fueron Domingo Sánchez de
Dovalina, vecino de las minas del Fresnillo -en la jurisdicción de la vecina Nueva
Galicia-, y mediante un poder, solicitó la alcaldía del real de San Antonio de
Cuencamé. Se limitó a exponer que sus antepasados también habían servido cargos
de justicia. Don Juan Fernández de Castro era vecino de Cuencamé hacia 1731,
cuando mediante su apoderado, don Ignacio de Riaza, minero de San Felipe, solicitó
al gobernador la alcaldía mayor de San Juan del Río, cercana al propio real de
Cuencamé29.

27
AHMHP, Colonial. Gobierno y administración, Informaciones, Caja 2, expediente 55. lnformaciones
que han dado ... Otro caso parecido es el de don Melchor Antonio Cuesta y Hondal, natural de los reinos
de Castilla, había hecho carrera militar en la Península; solicitó en 1730 la alcaldía de San Joseph de
Copala.
28
AHMHP, Colonial, Gobierno y administración, Informaciones, Caja 2, expediente 55. Informaciones
que han dado ... También puede referirse a don Domingo González de la Cabada, natural de los reinos de
Castilla, quien sirvió en la Península adscrito al Regimiento de la Muerte, a cargo del coronel don
Antonio de Leyva. y tenía experiencia castrense en la Nueva Vizcaya, donde aseguró haber participado en
varias escaramuzas contra indios rebeldes . .loseph de la Maza, a su vez, era vecino de Durango y aspiraba
a la alcaldía mayor del real de minas de San Joseph de Copala. Su trayectoria se reducía a haber servido
en el presidio de Cerro Gordo. Gabriel Marañón. vecino de México, solicitante de la alcaldía de San Juan
del Río, estuvo sirviendo por cuatro años en el castillo de San .luan de Ulúa. Don Miguel de Lucenilla y
Valenzuela solicitó en 1730 la alcaldía mayor de Río Chico, en la provincia de Ostimuri. Alegó
simplemente ser de nobleza y haber mantenido hombres armados y a caballo para ir en servicio del rey.
29
AHMHP, Colonial, Gobierno y administración, Informaciones, Caja 2, expediente 55. informaciones
que han dado ... A.IEC. Carta de Francisco de Barrutia, al virrey. Parral, !5 de diciembre de 1729. En
Varias consultas ... fo, 59v.

10
Finalmente, don Pedro Marral, nativo del reino de Aragón, residente en la villa
de San Felipe, solicitó en 1731 la alcaldía mayor de San Francisco de Río Chico, e
informó haber servido a la Corona durante dos años como teniente general del alcalde
mayor de la villa de Córdoba, "y en varias expediciones del real servtclo.""

3. 3. Eficacia del sistema del gobierno


Pregunta obligada en este estudio sería en relación con I� eficacia delg_obierno de
Barrutia, es decir, acerca de la capacidad material de go�ierno que un funcionario
como él podía lograr, habida cuenta de que no partía de la nada, pues con sus
limitaciones y obstáculos, la maquinaria estatal colonial operaba ya desde mucho
tiempo atrás en la qobernación y creado añejas tradiciones institucionales. Sin
emoargo;-la-llegada-de-Gada nuevo titular suponía un proceso de adaptación a las
circunstancias, que en ocasiones manifestaba su propia dinámica. Hay que tener en
cuenta el ya referido factor de las grandes distancias, así como de los intereses
políticos en juego en cada una de las extensas regiones que debían permanecer bajo
el control del gobernador. Y algo similar puede decirse sobre el carácter de la
población, tan diversa étnicamente, distribuida en regiones en que la presencia de la
autoridad era realmente limitada y frágil, propiciando ambientes levantiscos y proclives
al desorden. ,.
Resulta francamente difícil proporcionar aquí una visión concluyente sobre el
asunto, pero pueden adelantarse algunas conjeturas para responder a la pregunta de
en qué medida, tanto los oficiales reales y los ayuntamientos, los alcaldes mayores y
jefes militares, por un lado, y los habitantes de la gobernación en general, por esotro,
se sujetaban y sometían a las disposiciones emanadas del gobierno de la Nueva
Vizcaya.
No se trataba en modo alguno de una cuestión sencilla, ya que en los reales de
minas, por ejemplo, -por excelencia sitios de mayor concentración poolacicm-a·1-, s·e--
sucedían . .muy
. a menudo desacatos e írrezareocias.a.Jas autoridades. Como el caso
mismo de El Parral, donde la mañana del 6 de marzo de 1728, justicia y moradores se
percataron de que alguien había quitado de la plaza pública, subrepticiamente, en la
madrugada, "el palo de la aldabilla que en ella ha estado y debe estar para punir los
delitos, el que es presumible se ha quitado por personas vagas y nada afectas a la
administración de la real justicia ... ". La anécdota es bastante significativa porque
áqTie-lla-travesura aparentemente trivial, atentaba en contra del emblema de la
autoridad y facultad punitiva del alcalde mayor y capitán a guerra de la localidad, que a
la sazón era Bernardo Hernández de Santa Cruz, quien, mohíno, ofreció recompensa
de 25 pesos a quien denunciara al culpable, amenazando con penas de 200 azotes y
4 años de mortero para los pardos, y a los españoles de 4 años de presidio en los de
Barlovento. El mismo día, el justicia ordenó quitar el edicto de la plaza en virtud de que
nadie acudió a denunciar y seguramente por no exponerse aun más al escarnio del
que ya de por sí era objeto.31
Sin embargo, hay que reconocer que el acatamiento que prestaban al
gobernador sus subordinados no siempre era la airada reacción mostrada por los muy
quisquillosos oficiales reales de la caja de Durango, al inicio de su gestión, y que
analizaremos poco más adelante. La presencia del gobernador imponía autoridad por
sí misma, y aunque en ocasiones era objeto de resistencias, en determinadas
circunstancias los problemas que alcanzaban grados de conflictividad extrema, y

30
AHMHP, Colonial. Gobierno y administración, Informaciones. Caja 2, expediente 55. Informaciones
que han dado ...
31
AHMHP, Colonial, Gobierno y administración, Mandatos y bandos. Caja 004, expediente 096. Por
Bernardo Hernánde: de Santa Cruz, justicia mayor de este real sobre que ha echado de menos de la
plaza pública el palo de la aldabilla, y que es presumible se ha quitado por personas vagas. El Parral, 6
de marzo de 1728.

11
normalmente buscaban resolverse con la mediación del funcionario, como se verá
igualmente en el caso de la huelga o alboroto de Santa Eulalia, suscitado en marzo de
1730.
Muy por aparte del inconveniente de las grandes distancias contenidas en su
jurisdicción, se advierte en la documentación que Barrutia logró de alguna forma
anotarse ciertos puntos a su favor en la l!!!Qosición de su autoridad, especialmeñte en
1<3€._zonas de baja densidad poblaciooal es decir, allí don..9-e.-110-1:lae-ía-esta-bteeioos-
cabildos o villas. Sólo disponemos aquí de espacio para referirnos a un ejemplo de
ello, que se· dio a finales de 1728, cuando, Joseph de Esparza, Joseph Ve larde Cosí o,
Pedro de Almoyna, Diego González de la Herrán y Eugenio Ramírez Calderón, a
nombre del ayuntamiento de San Felipe el Real de Chihuahua -a la sazón el núcleo
poblacional más importante de la gobernación-, le informaron de la severa sequía
acaecida en 1725, la que a su vez había ocasionado grave escasez de maíz y
bastimentas, y la correspondiente carestía de los productos procedentes de los valles
de San Bartolomé, San Buenaventura, San Juan del Río, lndehé y Durango. A
consecuencia de esta crisis, dijeron, se había suspendido el trabajo de muchas minas
de Santa Eulalia.
Los precios por fanega de maíz, expusieron, aumentaron de 18 a 20 reales por
fanega; "siendo como es hoy esta villa el mayor número de vecindad del reino, en
donde hay mayor consumo por los muchos operarios que en su real se ejercitan, y de
que se sigue el mayor aumento y beneficio al real haber. .. ". Pusieron como
antecedente el hecho de que había habido en el ciclo inmediato anterior una regular
producción de trigo, y que de las regiones nombradas, además de Santiago
Papasquiaro, "se sacan y extraen con exceso porciones de harina y maíz de dichos
partidos para la ciudad de Zacatecas y otras partes de la Nueva Galicia, habiendo en
dicho reino, como hay, crecidas labores ... ": pidieron que, para no volver a cerrar las
minas, se prohibiera el traslado de los granos y bastimentas para su venta en aquellas
regiones; también_se..-quejamn-de-la-carencia de los carneros, que aun cuando se
criaban en la-provincia, eran llevados a la ciudad de México, lo que implicaba que se
vendieran localmente los animales de menos de un año a dos pesos por cabeza, es
decir, al precio que se pagaba por ellos en capital del virreinato. Pidieron la
intervención de Barrutia para que también prohibiera el saqueo de este tipo de
ganado.32
El guip.uzc_o_ano decretó en Chihuahua, el 26 de noviembre, un bando en el que
ordenaba a �· moradores, estantes habitantes de las comarcas de
Du� Juan del Río, lnde é y los valles de Basúc I y - an Buenaventura, que
en un plazo de diez días acudieran ante sus respectivos alcaldes mayores, o sus
lugartenientes, a manifestar las cantidades de maí�,.JJlgo o harina que tuvieran,
señalando las proporciones que cada productor o mercader reservara para su
consumo o para la siembra, y las destinadas para la venta; en el entendido de que en
el caso de no realizar esta declaración, se darían por perdidos los productos que
escondieran. Se añadió la estricta prohibición de sacar de la Nueva Vizcaya tales
bienes, so pena de darse por perdidos, al igual que las recuas donde se transportaran.
Se dispuso igualmente que los justicias de las demarcaciones indicadas, remitieran a
la brevedad y por escrito las manifestaciones recibidas. Sobre los carneros prescribió
que hasta no constar el suficiente abastecimiento de Chihuahua, Durango y El Parral,
los criadores no podrían sacar animales del reino, autorizando a justicias y presidiales
impidieran el saqueo, so pena de 500 pesos. Las jurisdicciones destinatarias del
bando se ubicaban en una extensión que de sur a noroeste abarcaba una distancia de
de 130 leguas, es decir, alrededor de 500 kilómetros de un extremo a otro.

32
AHMHP. Colonial, Gobierno y administración, Mandatos y bandos, caja 003, expediente 092. Para
que el alcalde ordinario de primero voto de la ciudad de Durango haga publicar por bando que todos los
vecinos del distrito de dicha ciudad acudan a manifestar y a hacer registro del maiz, trigo o harina, y
prohíba la extracción de carneros del reino. San Felipe el Real, 6 de noviembre de 1728.

12
Hay constancias documentales de que el bando fue pregonado el 4 de
diciembre, en el valle de San Bartolomé, 40 leguas al sur de Chihuahua.33 En el Real
de San Juan Bautista de lndehé, distante más de 65 leguas de San Felipe, se dio
cabal cumplimiento al documento el 7 de diciembre, por don Juan Antonio Rey, alcalde
mayor y capitán a Guerra.34 En San Juan del Río, distante 85 leguas al sur, se hizo lo
propio el 13 de diciembre, por el capitán don Gabriel Marañón y Zorrilla, alcalde mayor
y capitán a guerra.35 En Durango, situado 100 leguas al sur, el 20 de diciembre de ese
año, el bando fue ejecutado por orden del alcalde ordinario don Domingo González de
la Guerra.36

30 1_
D tf'{\C.\..tlO'
. "'-· �
,'.V\l.:.lvl.CA
l.0->
0· Durango: pocos los que no bastardean
Si bien el sistema de gobierno parecía funcionar pese a las grandes distancias del
istrito, era la presencia misma del gobernador la que de alguna manera podía alterar
el equilibrio natural de los ru o , particularmente en los ámbitos municipales.
qu +and_ode. )
�\.\)í\\i,i.fctllu ·
I y mas cuan o en ellos residía cualquier otra autoridad real con cierto grado de ]);
jurisdicción. Tan es así que los primeros problemas para la autoridad de 'Barrutia
sóbreVtnieron en la capital formal de la qobernación.Duranqo, o Villa de Guadiana era
Ci0."'50

una municipalidad de suma importancia, con un ayuntamiento creado desde erlsiglo ·A_ \__lo (\� .
('°j Ct. 1-e. o-1
e
xvi: era asimismo se�la-eaj.a.�� piócesis, contando igualmente con varios
conventos, como -el ÓBWl Francisc0:e la Compañía de Jesús. San Agustín y el
hospital de San Juan de Dios.37 Hacia 1725, el visitador don Pedro de Rivera. describe
e{ Lo re_� 1 S-
a � población como bastante 'menor a la de Zacatecas. pero compuesta igualmente Ca '1 .s
por esR_añoles� mestizos Y. mulatos. lindando por al viento sur, a una distancia de un
cuarto de legua. con el-pmrt)lo de Analco; y por la parte suroeste. a dos leguas, con el
pueblo de El Tunal; y a tres leguas por la misma dirección, se ubicaba el pueblo de
Santiago, los tres poblados por indios tepehuanos.38
La situación de la gobernación en el siglo xv111 presentaba momentos de
inestabilidad debido a los constantes alzamientos y ataques de los grupos indígenas i!
en varios puntos del territorio. Conflictos en la sierra de Topia y más tarde en la ,,, �
provincia tepehuana, en eL-s.igJo XVII -ambas regiones relativamente próximas a ,·I s
Durango-. fueron confAtiados"'l,�oc después. ya_ en la siguiente centuria, con �j
alzamientos en áreas rri s septentrio ales, como fue-el caso de la zona tarahumara, lo 1 ,�
j '-.\
que condicionaba que I Parr¡al fuera un unto estraté ico aca la dirección de J
r�spuestas militares y acc1 �p ,vas y no Durango. El establecimiento de la sede /1
dél gooemadbTen SanJ<:rs"En:rerParral, se dio en demérito de la anti�ua preeminencia � .
--== - s: -r�0\acc de la..� de_ de �ofve.1v1..ctcbr
AI-IMI·IP. Colonial. Gobierno y administración. Mandatos y bandos, caja 003, expediente 008. En el
33
.
documento constan notificaciones y manifestaciones a las haciendas de La Cieneguilla, San .lulián, Santa
Ana. Rancho el Durazno. Los Corrales. Hacienda de Diego Guevara, San Lorenzo, San Antonio, don Juan
de Larralde. San Nicolás. San lldefonso. San Miguel, la Gomera. San Gregorio, San Juan, Rancho de
Górnez, Rancho de Nuestra Señora de Guadalupe, San José, entre otros productores.
34
AHMHP, Colonial, Gobierno y administración, Mandatos y bandos, caja 003, expediente 095. La
respuesta de la autoridad local al gobernador incluye notificaciones del bando a varios productores como
Joseph de Nájera. el capitán Antonio Rubio. labrador; .luan Manuel Díaz. mayordomo del capitán don
Joseph de Ugarte; el capitán Leonardo López. mayordomo del capitán José Fernández de Córdoba; el
capitán Nicolás de Oliva. vecino y labrador del Río Florido: el capitán Cristóbal de Acosta, administrador
1.0 de la labor de Nuestra Señora de Cortés. propiedad del capitán Nicolás Rubio; Julián de Esparza,
mayordomo de la hacienda de San .loseph de Ramos, propiedad ele don Joseph García Arrieta y, Nicolás
Ruiz de Avendaño, mayordomo de la Hacieda de San Antonio. en el partido de Río Florido, entre otros.
35
AI-IMI-IP, Colonial, Gobierno y administración. Mandatos y bandos. caja 003, expediente 094.
36
AI-IMI-IP, Colonial, Gobierno y administración, Mandatos y bandos, caja 003, expediente 092. Para
que el alcalde ordinario de primero voto
Everardo Gárniz, Historia del Estado de Durango. Durango: s. r. l. l 956, p. 117.
37

38
Vito Alessio Robles (editor). Diario y derrotero de /u caminado. visto y observado en la visita que hi::.o
a los presidios de la Nueva España septentrional. el brigadier Pedro de Rivera. México: Secretaría de la
Defensa Nacional, 1946. p. 36.

13
(VD �v\o r+. \
c\f:_0J\ 0,tCZ·

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de Durango, en donde solamente de dejaba un teniente de__.g.obema-. - . :_e grupos
económicos y políticos urbanos reaccionaban contra estétipo de ecisioñes: Este
'L):51> · traslado de; la ,sede del gobernador, dejando en rango un teniente,'> trajo

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é3 O 1
e)
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I consecuencias al desarrolloctet... comer� la 'in ustria� IQQ_ .
agregar las rélativa:s�immfnzas mmera_s en San Jo�e a� E:1 'f§añ-al, que�ercía-at��
. sobre los protagonistas de la economra de la. Nueva Vizcaya, pues los empresarios de /
. ay que
'J
ro
¡ ·1 � ,
lo l<E'LI tC.vl.
�e _co-, más peso económico de Durango, convirtieron aquel centro minero en el centro de sus
l,Qf\l ef\ ,. . . . . . .3 e b
39
actividades.
El ayuntamiento y vecinos de Durango habían tenido antecedentes de
alteracionesjiótlticas contra de au or" d aleS: en fechas recientes, previas al
perio o e a administración de Barrutia, como el incidente que cita Saravia, acaecido
en 1724, cuando el alcalde del primer voto, encabezó una movilización en contra de la
presen�i-ª-e.n.Ja_ciudacLdeLgobemadoqLcapitál'.l-9ei:1eral de Nayarit, don Juan Gómez
de San Pedro, que había llegado con tropas y alojádose en una casa de la localidad,
ante quien acudió. una comisión del cabildo a peguntarle las razones de su presencia y
de que mantuviera guardia armada afuera de sus aposentos. "Llegaron frente a la
casa en que se· alojaba el Gobernador, pero su guardia, que acababa de hacer la
campaña del Nayarit, seguramente no se sintió inclinada a respetar aquella comisión
de un pacífico Ayuntamiento, y requirió las armas para recibirla; pero entonces los
durangueños, que también estaban avezados a las luchas, ya que, como hemos dicho,
eran frecuentes las campañas contra los indios, empuñaron también las suyas e
inmediatamente se tfab.n'o un combate en el que resultaron algunos heridos."? Gómez
de San Pedro fue aprehendido por unos días por las autoridades locales y sujeto de un
proceso incoado· por el teniente de gobernador, don Pedro Ruiz de Guadiana, por
órdenes del entonces gobernador de la Nueva Vizcaya, don Sebastián López de
Carvajal, liberando a Gómez a los pocos días. .--- (01v\úl\tCQctz:>t1 -e,
Habiendo tomado recientemente posesión de su encargo, E?arrutia advirtió al, 1 .,,_fü rN'-e
.
...........__ �
- irrey Casafuerte que en la Nueva Vizcaya, sus antecesores habían topado con a). u 1 ..
�ificultades para imponer su autoridad, porque los habitantes del reino, refiriéndose v rc_y.
. particularmente a los durangueños, actuaban con desvergonzada desobediencia a sus
\'>. .�o mandatos y no cumplían más órdenes que las que les venía en gana.-
,.,:¡�' -�nsolencia, a decir del guipuzcoano, también se hacía extensiva a los
� ,c..Jo< c. o'ficiales' real�, que rehusaron participar en la on�_anización de las dos compañías que
0
� e ernador nada más al llegar a Durango, simplemente llevando las listas de
:/') las revistas a-los m1llcia11os41. Conforme-pasabalt los días, era evidente la msümls1011
(y de ·varios pobladores a la autoridad del gobernador, y daba debida cuenta de ello al
virr�' ... tenemos la fortuna de lidiar con unos hombres a cjUtffil-cciatqutera fo1111alidad
el primero día los escandaliza, el segundo quedan indiferentes, el tercero la aprueban
y el cuarto la celebran, excepto los que son movidos de algún interés privado; y esta
complexión no sólo se haya en los criollos, sino también en personas muy
condecoradas de la otra banda; observación que me ha dado motivo para acordarme
mucho de una sentencia de vuestra merced, y es que de los españoles que habitan
[ha] mucho en estos reinos son pocos los que no bastardean ... "42

39
Atanasio G. Saravia. =La ciudad de Durango", En Pastor Rouaix, Gerard Decorme y Atanasio G.
Saravia. Manual de Historia de Durango. Durango: Gobierno del Estado de Durango, 1952, p. 281. Este
proceso de despoblamiento ya ha sido advertido en Durango desde los siglos XVI y XVII, cuando los
descubrimientos mineros de la época. como Cuencarné, lndehé y Santa Bárbara. Cfr. Luis Carlos
Quiñones Hernández. Poblamiento y composición demográfica de Durango. Siglo XVII. Durango:
Universidad .Juárez del Estado de Durango, 2008, p. 251.
40
Atanasia G. Saravia, op. cit .. p. 291.
41
AJEC. Carta de Francisco de Barrutia a Francisco Fernández de Molinillo. Durango, 7 de abril de 1728.
Varias consultas ...
42
A.IEC. Carta de Francisco de Barrutia al virrey. O u rango, 9 de abri I de 1728. Varias consultas ...

14
5. Oficiales reales
e/

'\ El episodio de la confrontación del gobernador con los oficiales de la caja real de
Durango, nos ilustra respecto las relaciones entre una y otra autoridades. Los oficiafes
--9 )
9
reales de la Nueva Vizcaya, especialmente don Ramón Joseph de 19 Vega y
Sotomayor, y el factor don Luis Manuel
-
po," mantuvierOn abierta actitud
-.
(
ú 1 i e' uf
,,, ".
. ..__,,
</-.)
� contumaz ante las o s e goberna or desde los primeros días de su arribo a
b
L Durango. Sucede que el 2 abril de 1728, Barrutia remitió con un soldado a los oficiales
6-- --' I reales de Durango un billete y listas para la revista de las milicias recién conformadas
::J / por él en la villa, ordenándoles que en los libros a su cargo tomaran razón de las
j I
I

compañías, "y que las tengan prontas para cuando fueren· pediaas por mí, o quien me
\
d
J\
sustituyere, para pasar las revistas y lo demás ... ". Los ofi�les regresaron tal cu_al la Q..s,a:ou..{ 0


,J
(
1
documentación alegando no tocar a ellos lap1:áctica-de-semajar.ües1i11igencias.
LO-ilíteresan e de este caso no sólo es la simple confrontación de una y otra
·
0ytJ,,;.G\.do
� autoridades, sino también las arqurnentaciones jurídicas y políticas vertidas e) ·
principalmente por los funcionarios 'de la hacienda real para justificar su osición ...
1 Aprovecharon la oportunidad para reclamar un trato respetuoso hacia ellos apelan o a
razones de estilo, faltaba más: " ... y se le suplica que en el tratamiento de nuestras
1
personas se arregle a la ley ( ... ), pues sólo sabemos que semejante modo puede
tratarlo su majestad, que dios guarde, y sus excelentísírños señores virreyes, a
quienes prlvativameñte somos sujetos, y sin embargo nos honran con diverso estilo,
como consta de sus superiores despachos?". _ -\uf.0
Un curioso efugio de aquellos puntillosos funcionarios para justificar su- f\."D sQ..:>-'f e: '
renuencia lo encontraron en reglas de estilo y trato, pues adujeron que la expresiónqu·{�,cdc«1.. de.
mando, sólo podía usarse para con ellos por el virrey o por el propio monarca en etc b
persona.44 0
1 ·
. El g. u ipuzcoano in� �
is ió por segunda vez en mandar!es la toma de razón de la s 00 leiQCef+c, V\
listas de m·11ic1an?s, conminándolos est�ez�on pena de s;gcuenta pesos a cada un?:
y les amenazo con doblarla en casoae nueva ffiffin, lo cual ocumo a.Ju . ._,r .e, '-e
previsiblemente. El · gobernador procedió a la aplicación de las sanciones,
embar��:=¡,,.bjene�. �. el factor L.uis. Manuel del Campo, �eñaló "una capa_ d� su
ús'o, ae a cual se c5rro1rt10 en depositario". Don Joseph Ramon de la Vega senalo un
forlón de su propiedad, constituyéndose asimismo como depositario. Pero como el
vehículo no· era objeto de fácil venta en Durango, el gobernador decretó ampliar el
secuestro dé bienes sobre los de su colega del Campo, en garantía de ambos
funcionarios. Af ser requerido para ese efecto, el factor declaró no tener bienes, por lo
- � ·--·· ..
43
AHMHP, Colonial. Mandatos y bandos, Caja 003, expediente 090. Autos hechos de oficio por el señor
don Ignacio Francisco de Barrutia. caballero de la Orden de Santiago, capitán de caballos corazas,
gobernador y capitán general de este reino de la Nueva Vizcaya. sus provincias y fronteras, por el rey
nuestro señor. Sobre que los oficiales reales de las cajas reales de Durango cumplan el decreto de su
señoria, en que manda tomen razon de las listas de las compañias de milicias de dicha ciudad. Durango,
2 de abril de 1728. Fo. l. Sustentaron su renuencia en la ley 26, título 3, libro 8 de la "Nueva
Recopi lación" aunque seguramente se referían a la Recopilación de Indias de 1680.
44
AHMHP, Colonial, Mandatos y bandos, Caja 003. expediente 090. Autos hechos de oficio ... Fo. 5.
Transcribieron en su respuesta a la notificación de la orden del gobernador, un fragmento de una real
"p1:ovisión que establecía: «por la presente ordeno y mando al gobernador y alcaldes ordinarios de la dicha
In
� �uciudad y otros cualesquier mis jueces y justicias. no procedan cont.ra mis oficiales de mi real hacienda, ni
<..""v {' los manden en manera al&una. sin expresa orden ni cOñsuÍtadei dicho mi virrey, so pena de la mi
..::::,.. _ ..§ mercedii. Agregaron en el acto otra transcripción de un documento dirigido al virrey de Nueva España en
"-- , ,i-,. que se advierte prevenir a un gobernador antecesor de Barrutia que: " ... de no ejecutarlo así, se dará forma
'V ¡.v �C� para la ejecución, pues debe estar advertido que los referidos oficiales reales están privativamente sujetos
,,.-;::) a su superior gobierno de vuestra excelencia, que es quien sólo puede mandarles con autoridad y
.'J'. jurisdicción. y dicho[s I gobernador] es] si excedieren o faltaren al cumplimiento de sus cargos, advertirles
su irregularidad para que se contengan, y tomando testimonio de ello dar cuenta a vuestra excelencia».

15
que el gobernador decidió que al "ser público ser suya la tienda que está en la casa de
su morada, sin embargo de estar en cabeza de don Vicente del Campo, su hermano,
se saquen de ella· dos pedazos de pañuelo queretano, que ambos tuvieron.cincuenta
varas y una-resma, tresp¡ezas ·de escarlatas- e:- :) y seis piezas de bretaña angostas
45
( ... )que seconsideró ser equivalente a doscientos y cuarenta pesos ... "
Por fin, los obstinados oficiales reales accedieron astutamente a tomar la razón
de las listas que se les pedía, lo quéhicieron "compulsos a remiados", interponiendo
c,e_�e¿úY el recurso de suplicación ante el virrey, en con ra del decreto, solicitando copia de las
Co0 e__\ actuaciones, lo que no 1mp1d1ó que en pública subasta, el 5 de abril, en plena plaza
\)lrre_ pública de Durango, se remataran las capas, forlón y géneros embargados, por voz del
1 pregonero Francisco de Paula, en medio de la expectación de una multitud motivada
por el morbo. Habiendo llevado las cosas a ese extremo, la diligencia fue suspendida \ o ·.s
con la comparecencia de don Andrés Sál}_ch��-pe Tagle, alguacil mayor de la caja real, de+ e •"-ck �
quien ofreció pagar tanto las mu tas impuestas así como las costas y el traslado
solicitado, que representó la suma de 34 pesos y 2 tomines, como gastos adicionales.
Los oficiales no estuvieron muy de acuerdo con las costas, por lo que, el 9 de
abril, ya en tono bastante mesurado, exp_usieron "esperamos que en todo n�enda
vuestra señoría como a criados de vuestra majestad, ya que hasta aquí nos ha mirado
como a hombres ínfimos y delincuentes graves, que ademásffe- ser Justícialo que cS 12 o ·, .: toe.y,-"
pedirrros.Ioaqradeceremos, y en de5íclacorrespondencia ejecutaremos cuanto sea de
su mayor agrado con buena voluntad, la misma con que rogamos a nuestro señor
prospere la debida de vuestra señoría muchos años?"
Lo cierto es que el 3 de abril, un día después del primer requerimiento de
Barrutia, los oficiales pagaron de su bolsillo un pr,9.8l<;1JL_UELpartió raudo rumbo a la
capital del virrei�a.to, llevando carta dirigida áÍnÍism1simo �y. en la que se quejaba
del maltrato rec1b1do por parte del gobernad-;¡--rnvocaron en su favor una ley de la
Recopilación que según ellos establecía un halo de cortesanía en su derredor, que se
violaba con la actitud de Barrutia.47
El [email protected]ó esta petición tal cual, mediante una real provisión emitida en
la ciudad de México, el 19 de abril de 1728. Por la rapidez con que se resolvió este

45
AHMHP, Colonial, Mandatos y bandos. Caja 003, expediente 090. Autos hechos de oficio ... Fo. 7-7v
46
AHMHP. Colonial. Mandatos y bandos. Caja 003. expediente 090. A111os hechos de oficio ... Fo. 16 y
16v. Pretendiendo llevar la fiesta en paz. solicitaron a cambio de pagar costas depositar una fianza en
tanto se resolvía el recurso interpuesto. A la queja de los suplicantes, el gobernador fue enfático: fianza "y
por lo que mira a la queja del tratamiento que expresan. no me persuado a haberles dado justo motivo
para ella, pues el tratamiento de señores no dan los jueces superiores por escrito ni aun a títulos de
Castilla."
47
Invocaron la ley 26, título 3 del libro VIII de la Recopilación, que a la letra dice: "Para el buen ejercicio
y autoridad de nuestros Oficiales Reales conviene, que sean respetados, y estimados: Mandamos a los
Virreyes. Presidentes, Audiencias. y Gobernadores. que los favorezcan, y honren, conforme a la calidad
de sus personas. y oficios: y en lo demás. que se les ofreciere, pues son Ministros y criados nuestros, y
como tales deben ser respetados por todos." Bien vistas las cosas, la ley invocada sólo pedía trato
respetuoso para estos funcionarios, y no proporcionaba preeminencia ni privilegio alguno. También
impetraron las reales provisiones que los sustraían de la jurisdicción del gobernador. Se dio vista al fiscal
con el escrito, un tal licenciado Palacios. y en todo refrendó los argumentos de los oficiales de Durango,
pidiendo: "se sirva vuestra excelencia de mandar librar despacho para que el gobernador de El Parral se
arregle a las leyes y guarde el contenido de la real provisión y autos referidos, sin contravenir a él por
ningún pretexto ni manera alguna, debajo de las penas impuestas y de que se procederá a sacarlas sin
remisión, y a las demás que hubiere lugar por derecho, a la que usando de benignidad y por ser recién
entrado en dicho gobierno, por ahora no se le mandan sacar, y que vuelva los bienes embargados a dichos
oficiales reales, como también los costos y perjuicios que hubieren tenido en este ocurso, y se les
hubieren seguido de la contravención de dicho gobernador a lo dispuesto por derecho y ordenado por su
majestad, pena de mil pesos que retendrán de su sueldo oficiales reales, no cumpliendo con lo que se le
manda. sobre que vuestra excelencia resolverá lo que tuviera por de justicia." AHMHP, Colonial,
Mandatos y bandos. Caja 003, expediente 090. A111os hechos de oficio ... Fo. 21 v

16
asunto, dadas las distancias entre Durango y la capital virreinal, debemos entender la
prioridad que el marqués de Casafuerte conceció al negocio.
·�1
t\0 ?,-\¿;· El documento llegó a Durango, -a manos de los oficiales, con la misma
expedición, y con ello la acariciada oportunidad de desquite. Ordenaron su puntual �
notificación y cumplimiento a Barrutia que para ese entonces ya se encontraba en El ';) \
R..V\C.-...�
a.,(
Parral, conminándole a la devolución de las multas y costas que habían pagado, /Y(k,
advirtiéndole que "experimentando sobre ello alguna renuencia, pasarán a la efectiva 3° oe
exhibición de la multa impuesta, y no habiendo de donde percibirla, les darán cuanta a '( ':) ,_v\..o ( e
sus mercedes para que de su salario se retenga ... "48 De tal forma que si el gobernador .
solicitara testimonio de los documentos que se le notificabao.,.._'.'..saln....darán paganao ¿ q u :s �"1.. 4<..P
sus costas". ¡Qué bonita es la venganza cuando dios nos la concede! 0
El guipuzcoano, por su parte, se n�ó a cumplir ,S'?.!l e� requerimiento. El 4 de S -e 9. 0 � c. c<::>c-,
junio los oficiales de El Parral "que asisteñae turno éñesacaJa marca", le notificaron l. • ,.,,l,
el documento, y lo contestó por escrito diciendo haber enviado carta a Casafuerte, de C q-v 7
fecha 7 de abril, explicándole las razones que tenía para la creación de la milicia en
Durango, y al no haberla tomado en cuenta al momento de resolver en el sentido en
que lo hacía en la real provisión que se le notificaba, decidió no haber lugar para su
cumplimiento, solicitando al virre acum su carta a los autos re ·vos· refiere
además que la act\tu e los oficiales de Durango fue de a ierta provocacion. �
En su favor y como fundamento para poder dictar mandatos a los funcionarios ',
de la caja de Durango, Barrutia invocó algunas leyes de la Recopilación de Indias, �
especialmente la v111:4:3650, as1\;�mo vanas prov1s1ones existentes en el archivo de la ':¡j j
( gobernac1on. P1d10 a los ofici� mostraran los documentos en que según ellos S-- :j
. au orr ad, y st no lo hicieren, no reconocía motivo de e;
\J"
'b quedaba�p� ua os
,¡_;; --tirnto"escándaío:''r""·:.e _, C:ia , e-)�c('6. �
r:»: /'
J
48
AHMHP, Colonial, Mandatos y bandos. Caja 003, expediente 090. A111os hechos de oficio ... Fo. 22v. \, ' O
49 ]
AHMHP, Colonial. Mandatos y bandos, Caja 003, expediente 090. Autos hechos de oficio ... Fo. 25 y
25v. Sobre las alegaciones del fiscal de México, contenidas en la provisión y que sirvieron para su
fundamentación, Barrutia realizó una reflexión interesante: considera que el fiscal no se apoyó
suficientemente en la ley la postura de que el gobernador de Nueva Vizcaya no pudiera mandar a los
oficiales reales en asuntos tocantes a la capitanía general. lo que en sí mismo era tema diferente a los
asuntos de la superintendencia de real hacienda. en manos del virrey; tampoco se hacía cargo Barrutia de
haberles faltado de palabra o por escrito a los funcionarios de Durango. Confiesa extrañeza respecto al
fiscal Palacios, quien habiendo sido auditor de guerra y asesor del gobernador de La Habana, no recordara
que en la isla las compañías milicianas ascendían a nueve o a diez, y las listas de ellas las tenían los
oficiales reales, "en cuaderno aparte cada una, y que siempre que se ofrece pasar revista, no sólo se ponen
de manifiesto. sino que asiste a ella personalmente uno de los oficiales, y que a todos estos actos precede
mandato del gobernador, siendo así que ni aquellos oficiales reales son de menos carácter que los de
Durango, ni al gobierno y capitanía general del reino de la Nueva Vizcaya y el de La Habana se
diferencian en cuanto a las facultades. como se puede manifestar por los despachos de ambos, y el
contesto de diferentes reales cédulas, que se hayan en una y otra secretaría de gobernación y guerra; ni
tampoco se puede verificar que las providencias que miran a que los vecinos estén con la prevención
posible para su defensa. son más necesarias en La Habana que en la Nueva Vizcaya, por ser este reino el
más expuesto a invasiones de enemigos de cuantas provincias contiene la América, circunstancia que no
necesita de ponderación, por su notoriedad .. ."
50
Recopilación de leyes de los Reynos de las Indias. Consejo de la Hispanidad. Madrid. 1943. Libro VIII.
Título 4. Ley 36. (En adelante citaremos esta fuente abreviándola como Recopilación, seguida de las
referencias a los libros, en números romanos y a los títulos y leyes en arábigos; separando a todos con
puntos y seguido. Esta cita sería, por ejemplo, Recopilación., VIIJ:4:36.): "Ordenamos que si por
conveniencia de nuestro Real servicio proveyéremos factor en algún Puerto, el Gobernador le dé
instrucción en la mejor; y más conveniente fc5rtmrqae--pue a, paracfüecon mayor aprovechamiento de
nuestra Real hacienda prevenga. y atienda al buen recaudo de ella, usen, y ejerzan él, y sus sucesores este
oficio, proveyendo, que den fianzas Bastantes a satisfacción, conforme a lo que hubieren de tener a su
cargo, y exprese todo lo necesario a la seguridad de ello. y así se guarde, si por sus títulos, u orden
nuestras no mandáremos otra cosa ."
51
AHMHP, Colonial. Mandatos y bandos. Caja 003. expediente 090. A111os hechos de oficio ... Fo. 26.
Aludió en la contestación la pretendida benignidad que en virtud de su novatez. le concedió el virrey en

17
Los funcionarios de la caja de Durango, al enterarse de esta reacción,
externaron por escrito no haber querido· fáltár....el.respetoal....goberoador, sino haberse
--· ---�
limitado a cumplir las órdenes del virre . En cinco de junio, Barrutia ordenó a su
secre ano in errogar ante testigos a los oficiales reales para ver si los había tratado
con vilipendio, a lo que aquellos se negaron pretextando estar exentos de su
jurisdicción. Finalmente, integrando todo lo actuado, desde la petición de resguardo de
las listas de milicianos, hasta las actuaciones de esa misma fecha, ordenó consultar el
problema con el virrey, a fin de que se manifestara sobre si era justo "que para una
diligencia semejante u otra de menos entidad que se ofrezca-ocun el gobernador en
.\
, trescientas leguas de distancia a pedir un mandamie -�- :-"5 ,
\_ Los oficiale·s quedaron incluidos en varios ecretos inhibitorios, s · guramente
"'--por recaer en ellos e conocimiento de las eventuales eausas-en-contr prominentes

C.D &L<t,\ o� hombres de negocios de la provincia, que enco!:]traron en <tSe tipo de. dacl)mentosJ_a
<f'. estrategia ideal para _;sccipar a la au42._.r;lrtfilL-:�.eciép llegado_ gobernador. E_s de
1• b \ 'C)( �O� notarse � h . ho-de"-'
I E¡-1:Je�.f.a:�arnos propios oficiales quienes solicitaran y obtuvieran
53
, IA v\ '- '- estos�, achos virreinales -en'varias ocasiones.
L s decretos inhibitorios �roporcionaba� a los funcionarios reales y a ciertos
parti�u a �entajOsa situicíqp de gran autonom1a, -�º
exclusivamente en lo
relativo a sus atnbuc1ones<fe jueces pnvc1t1vos, sino tamb1en en lo referente a sus
funciones sustantivas de administración de las rentas reales. Políticamente Rcocuraban
escapeJ6a�q.µier control del gobernador54 y, como era bastante común en estos
casOs, se empeñaoaneff"ñacer caaavez más laxos los límites de la autonomía que
amparaba la inhibición, llegando a jactarse de su preeminencia, según el dicho del
propio gobernador. Durante esta primera guerra de papel en 1729, de muchas que
tendría en lo sucesivo, Barrutia realizó información judicial contra los renuentes
oficiales de la caja real de 'Durango por las dificultades ocasionadas en virtud del
decreto 1nh1b1tono que habían obtenido, tachando a uno de ignorante y al otro de
----· - --·-··

su provisión asentando: ·' ... lo que ingenuamente puedo asegurar es que si la natural disposición y el
talento correspondieran al deseo que me asiste de desempeñar la confianza que merecí al Real y Supremo
Consejo de las Indias cuando me propuso a su majestad para este empleo, con la apreciable expresión de
conviene (sic). se me reservara para otro caso la benignidad que agradezco, como es de mi obligación."
Igualmente solicitó que fueran tachadas y borradas las palabras conminatorias referentes a la exigencia de
la multa y pago de las costas en caso de renuencia y que se anotaran otras más respetuosas de acuerdo a
su investidura
52
AHMHP, Colonial, Mandatos y bandos. Caja 003, expediente 090. Autos hechos de oficio ... Fo. 27.
53
AJEC. Carta de Francisco de Barrutia al rey. El Parral, 28 de agosto de 1728. Varias consultas ...
Barrutia hace referencia a ello en una carta al rey. oponiéndose, y alegando que no obstante lo dispuesto
por la Recopilación para que el gobernador de Nueva Vizcaya: "vigile y atienda, dando las providencias
necesarias. para que a ciertos tiempos se revaliden las fianzas de oficiales reales, y para que éstos en la
administración de sus empleos y recaudación de la real hacienda no falten al cumplimiento de su
obligación, deponiéndolos en caso de dar justo motivo para ello, poniendo en su lugar personas de
inteligencia y fidelidad. que sirvan ínterin que vuestra majestad, informado de la causa, provea lo que
fuere justicia, me hallo imposibilitado de usar de ninguna de estas facultades que vuestra majestad me
confiere por haberme conminado con rigurosas penas el actual virrey de la Nueva España, marqués de
Casa Fuerte, previniéndome que por ningún acontecimiento me propase de ejercer acto de jurisdicción
con oficiales reales de Durango y de esta Caja Marca [ de El Parral], por ser privativo de su excelencia el
conocimiento de sus causas, y haber dimanado este despacho y otros semejantes que antecedentemente
han obtenido dichos oficiales reales a firmarse en el dictamen de que libremente y sin riesgo pueden dejar
de obedecer cualquiera cosa que yo les mande, como lo han ejecutado ya varias veces desde que estoy en
este gobierno"
54
"Siempre que éstos puedan conseguir una total inhibición del gobernador, no dejarán de hacerlo ni se
escasearán para ello ningunas diligencias ni dádivas. pues logran por este medio la libertad y utilidades
que se deducen de los autos que acompañan a esta representación, y he solicitado formarlos sólo a fin que
vuestra majestad llegue por su contexto a conocer los excesos que sin recelo de castigo han cometido de
mucho tiempo a esta parte, y se interesan en su continuación." AJEC Carta de Francisco de Barrutia al
virrey. El Parral, 26 de agosto de 1728. Varias consultas ...

18
0-\V-

\o s a;-». 'O
\

"escandalosamente torpe"; �s imRutó_s_eg�se j�ctando de no �noce�a.u.t_pridad


sobre ellos eo-300-Legl@S a_ la redonaé1_ aaemasae eJercer sas-00'!1�c10Affu--c6lt"' -
irresponsabilidad y a�cu1ao, abanaonandoEI Parral, sin permiso del gobernador,
incluso en plena época del envío de la plata recaudada a México. Remitió la
información a Casafuerte, en espera de que éste a su vez reconsiderara la medida
inhibitoria. 55
-r>:d
- · - --

\ -\ecM...c.-. - -b LR..:3 decr;e,tg§p(p;.e¡sales: en la opi�ión del gc_>l;:>�r.0a_dor, no eran lo


� suficientemente clarosal momento de fijar los límites de la inhibición de su Junsd1cclon, ;:)
por lo que solicitó dire-ctamente al monarca se aclarara toda confusión, "pareciéndome I ed1°
necesario que vuestra majestad se digne de declarar los casos en que deben tener ackaJ'(CY'\<2,.
privativo conocimientolos virreyes y los en que fuere de su real agrado dar facultad al
gob"érnador para que ordene y mande a ofiéiales reales a fin de que, de esta suerte
instruido cada uno de lo que es de su obligación, se ejecute lo que convenga al real
servicio, sin que la embaracen fines particulares ni empeños"56
Según el gobernador, la au.ton9rriill_je los titulares de la caja de Durango
atentaba contra la _s_e _uJida.d=1ie__La_ ueva Vizcaya, a la que calificaba como -1a--m=a=s=----
expuesta a rnvasicYnes e indios ár6aros e todo el orbe indiano.
A todas luces, la presencia del recién llegado ponía en riesgo el sistema de
influencia política de los funcionarios de la real hacienda sobre la ciudad de Durango,
lo que no estaban dispuestos a permitir. Barrutia acusaba a los oficiales reales de
obtener-el favor del virrey ·mediante dáa1vas, ya que Casafuerte siempre estaba
convaleciente y sus "cod1c1osos allegados" las recibían y resolvían a favor de los
[ solicitantes sin informar o mediatizando las cosas a su superior. Barrutia decidió
realizar informació'n sobre el asunto y solicitar al rey le concediera jurisdicción y
autoadad sobre los oficiales reales o, en su defecto, relevarlo de las obligaciones de
defensa que según el quedaban óbstaculizadas por el virrey marqués de Casafuerte.
Sin embargo, el gobernador, seguramente por su formación como militar, era
respetuoso de las jerarquías, las imputaciones al virrey nunca fueron directas y en
todo caso le convenía mantener buenas relaciones con él dado su manifiesto interés
por ocupar el cargo de gobernador de La Habana una vez cumplido su encargo en la
Nueva España. � . Oó&,-lc.c\.( \t
-n(,' �
\.."' V� ,. o..>, C'
X� 0� .
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61.),-
U
6. Presidia/es y presidios n
\j..,
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La política de administración de los �
presentaba serias an

Tabla 4
Presidios de la Nueva Vizcaya en 1725

Nombre No. de soldados

El Pasaje

55
A.IEC. Carta de Francisco de Barrutia al virrey. San Felipe el Real, 24 de febrero de 1729. Varias
consultas ...
56
A.IEC. Carta de Francisco de Barrutia al virrey. El Parral. 28 de agosto de 1728. Varias consultas ...
57
María del Carmen Velásquez, op. cit., p. 114.

19
El Gallo 39
Mapimí 33
Cerro Gordo 30
Valle de San Bartolomé 30
Conchos 45
Paso del Río del Norte 80
Jan os 50
Corodeguachi (Fronteras) 50
Si na loa 30
Fuente: Alessio Robles (editor). Diario y derrotero de lo caminado, visto y observado en la visita
que hizo a los presidios de la Nueva España septentrional, el brigadier Pedro de Rivera.
México: Secretaría de la Defensa Nacional, 1946, p. 148, 150, 151, 161, 190-192.

La poca disposición de ciertos habitantes, funcionarios provinciales y locales en Nueva


Vizcaya pa�a...a• 1tocidad del gobernaoor era aún más preocupante, cuando
se presentaba entre la misma hueste de presidiales, como la de El Pasaje, en donde la
oficialidad acarqo del establecimiento le parecieron tímidos y desconfiados, y como
consecuencia, la tropa era displicente y "osada para despreciar órdenes".58
Acerca de los soldadós, Barrutia explicó que no podrían comportarse de otra
manera ante la rebaja de sus haberes, lo costoso de las provisiones que se les
suministraban a ellos y sus cabalgaduras, y el incumplimiento de una serie de
peticiones .,..JQrmuladas__.--P@viamente a los visitadores. La falta de co91� y
,.acjm'i,Q!Jtr-áción'-SOJ)Fe'Íos presidia! Mapi ·, per it� cargo'
fuera persona a la ue le faltaba "cene cia. sa d y conducta", por lo que tropa y
caba· a sin armas ni alimentos. En El Pasaje El Gallo las cosas parecían ir
mejor, aunque el común denominador era la falta de recursos y la torpeza del
mecanismo de situados para hacerles llegar a tiempo .el dinero necesario para su
funcionamiento. 59 La notoria insuficiencia del sistema de presidios para el control del
�ter:iso...r..e.i.rJ.Q,_s_e�ó combatir con la-creación de mi'licias de espa.ñoles..,i..pardos,
por parte de Barrutia. �
Cabe en este momento traer a colación, el hecho evidente de que, en lo que
atañe a las primeras décadas del siglo xvnr el estamento militar se había hecho de
preeminencia económica en la Nueva Vizcaya, y-representaban otro de los sectores
que presionaban las decisiones militares del gobernador. Así como se incursionaba en
la minería, hay antecedentes que nos informan que la gran propiedad rural, es decir, la
agricultura y�-ª-!J9.d.ería, eran otras dvas...-ªctividades a las que e�taban_dedic�dos.
En lájurÍsdicción de San Juan Bautistá de lndehé, por ejem·plo,varias haciendas eran
propiedad de, personas que ostentaban grado militar, especialmente el de capitán,
como eran lo casosde Antonio Rubio, Joseph· de Ugarte, José Fernández de Córdoba
y Nicolás Rubio. Asimismo sus mayordomos también eran rnilitares'". No fueron pocos
los informes y quejas acerca del de§g_uido de las funciones,de..def.e..D§.ª-. or parte de los
milit�gnaaos-a-tal-efe-cttJ.En la�íasdelsiglo xvu, el virrey de Nueva
España encargó al maestre de campo don Francisco Marín una visita al Septentrión
con el fin de organizar el sistema defensivo de los presidios; recomendación especial

58
La situación de los presidios era bastante desigual, y los problemas descritos por Barrutia en El Pasaje,
no eran exclusivos de la Nueva Vizcaya. El visitador brigadier Pedro de Rivera, escribió sobre ciertos
presidios como el de Nayarit, que "Siendo evidente que estaban aquellos de lo ignorantes de lo que era el
servicio, que se hacían indignos de lo que por él gozaban. no mereciendo el nombre de soldados ... " En
cambio. el brigadier describe otros presidios con palabras elogiosas, como los de Sinaloa. Vid. Pedro de
Rivera. "Informe y proyecto mandado hacer por el excelentísimo señor marqués de Casafuerte, virrey,
gobernador y capitán general de esta Nueva España, presidente de la real auiencia de ella, deducido de la
visita hecha por el brigadier don Pedro de Rivera". En Vito Alessio Robles, op. cit., p. 1 OO.
59
AJEC. Carta de Francisco de Barrutia al virrey. El Parral, 12 de mayo de 1728. Varias consultas ...
60
AHMHP, Colonial, Gobierno y administración, Mandatos y bandos, caja 003, expediente 095.

20
fue la de que averiguara sobre la conducta de los oficiales y soldados de los
establecimientos, pues eran "sospechosos de no ocuparse en las tareas asignadas en
materia de defensa"?", y por lo visto las sospechas de su excelencia no andaban tan
perdidas.
Adicionalmente, el quipuzcoano hizo algunas pocas rnndificacicnes al esquema
defensivo en torno a DurarJ9D,llevándose la tropa d�stacada en las inmediaciones de
la ciudad, para actividades de reconocimiento y resguaf€1e� frontera tepehuana.
La justificación de esa medida era la notoria inactividad de aquella escuadra en
� Durango. La acción molestó tanto a la oficialidad de la tropa como a los titulares de la
caja real. Estas acciones fueron revertidas en mayo de 1728 por el virrey Casafuerte,
lo que limitaba la autonomía del gobernador para plantear estrategias defensivas
según su criterio.62 Comedidamente, el guipuzcoano parecía reprochar los obstáculos
burocráticos del virrey a su gestión, pues "a no poderla practicar sin que preceda
consulta a los señores virreyes y su superior mandato, como sus excelencias
regularmente están ocupados en negocios de mayor entidad, es natural suceda el que
primero se perfeccione la obra, se acabe el tiempo del gobernador que propuso; y que
el sucesor, desengañándose de disposiciones ajenas, no sea eficaz en su práctica,
siguiéndose de aquí el que jamás tenga efecto diligencia que tanto puede importar al
real servicio y seguridad de este reino. "63
Todavía en el primer cuarto del siglo XVIII, la docu.,Pentaci@ de la época causa
la impresión ge�niJ9�erzas--m.ill1ar.e-�j�eción del gooernador, y mucho
menos el-aparato administrativo español desplegado en el dilatado territorio de la
Nueva Vizcaya, resultaban suficientes para mantener el orden colonial deseado por la
Corona y que comenzaba por el control del territorio, seguid_o de oleadas de población.
No se explica de otra manera3 _oe.cesidacL.q�enía de asegu�laboración
�p_a� defensivo de la go6emactó� las limitaciones
estatales. Algunos ejemplos de este aspecto lo proporciona la correspondencia de
Barrutia, al referirse a don Manuel de Huges y a don Agustín de Vidasola, vecinos de
Sonora, que se encargaban por iniciativa propia de la defensa de su frontera, con
hombres y caballos a su costa. El gobernador tenía la intención de incentivar sus
actividades otorgándoles el grado de sargento mayor de milicias. 64 La escasez de
recursos llegaba a tal grado que, contra lo deseable, se utilizaban en las campañas
militares, junto a los presidiales y soldados más o menos regulares, numerosos indios
auxiliares y otro curioso sector de "aventureros" .65
Por otra parte, las adversidades políticas y geográficas de la gobernación, la
poca organización militar y la ·résisferrcta-c:te-atgurros-sectures de fun-eiooafios y grupos
urbanos, se oponían a la intención de Barrutia sobre la creación de una base armada
que sustentara su autoridad, aíspersa y difusa en tanto no contara con una fuerza
material que proporcionara mayor contundencia y eficacia a su cargo.
Impedido para to�_g�_cisio..Q�.§_-:�e_f.�o al respecto,' y revocada su decisión
de activar en su fav nf la escuadra de Duranqo, el gobernador _g�
dio a la tarea de
�la llamada o -· Volante de Campaña,'�tendiendo que era "el mmffi:ttate-.
�1' recurso c-J0s-gober:nadores-para·po -ér acudir oportunamente al reparo
de las incursiones que en el partido de lndehé y contornos de El Parral. con más
frecuencia que en otras partes, suelen intentar los enemigos, como también para

61
Sara Ortelli. Trama de una guerra conveniente. Nueva Vi:::caya y la sombra de los apaches (17 48-1790.
México: El Colegio de México. 2007, p. 33.
62
A.IEC. Carta de Francisco de Barrutia al virrey. San .losé de El Parral, 10 de agosto de 1728. Varias
consultas ...
63
AJEC. Carta de Francisco de Barrutia al virrey. San .losé de El Parral, 10 de agosto de 1728. Varias
consultas ...
64
A.IEC. Carta de Francisco de Barrutia al virrey. San Felipe el Real, 25 de noviembre de 1728. Varias
consul tas ...
65
AJEC. Carta de Francisco de Barrutia al virrey. San Felipe el Real de Chihuahua, 5 de enero de 1729.
Varias consultas ...

21
disponer, con la brevedad que muchas veces se necesita, un destacamento capaz de
internar en las tierras donde regularmente se retiran los indios enemigos con las
caballadas que suelen hurtar, sin haber sido sentidos hasta muchas horas después de
ejecutado el lance. Y siendo cierto que estas facciones no dejan de ser de alguna
importancia, no se ha atendido a ellas con la prontitud que se debiera, quizá porque no
ha bastado para ello el número de los treinta hombres de que se compone la
Compañía Volante, porque teniendo (sic) precisión de convoyar mensualmente a los
cordones que salen."66 Además de su función militar, el gobernador advierte que la
compañía tenía un cometido de apoyo político y hasta administrativo, "ocupados en
distribución de órdenes y otras diligencias": De tal suerte que propuso aumentar su
número, aunque fuera modestamente, hasta 45 elementos, tomados de la intocable
Escuadra de Durango, si no se querían debilitar los presidios.

7. Indios rebeldes

Por otra parte, la rebeldía de las naciones jndígeoaf;,, motivaba permanente estado de
� en los funcioñarios españoles de todas las Jerarquías. Tarahumaras,
'tepehuanes, los indios del Parral,_ indio_s__gueblo apaches jocomes, janos, sobaipuris,
conchos.isobas, ucu_itóas,Tu6utamas zuaques,_oconor.is-y-yaE¡üis, entre otras muchas
naciones del abigarrado mosaico cultural de naturales de la extensa frontera norte de
Nueva Vizcaya, se habían rebelado de manera intermitente, y con bastante frecuencia
a partir de la segunda mitad del sig_lo XVII; y las condiciones para el periodo que
estudiamos, según algunas opiniones como las del propio gobernador, no parecían ser
muy distintas en el siglo subsiguiente.67
Sin embargo, según algunos estudios recientes, Barrutia -y muchos otros
funcionarios antes y después de él-, realmente llegó a exagerar el tema de la
inestabilidad militar de su gobernación a causa de los-1nd1os. En prueba de lo anterior,
hacemos referencia a una misiva del gobernador, dirigida al obispo de Durango, don
Benito Crespo; en relación· a los presidios comenta:
"Por lo que en esta ocasión escribo al rey, verá vuestra ilustrísima lo que se me ofrece
decir en cuanto al ·estado de las tro¡;,as @.§Lse m-ª11ti�nen en loa.presidies-de esta
gobernación y capitamageneral, que su majestad se ha dignado de fiar al cuidado
mío, como tamb1en lo mucho que urge la necesidad de un establecimiento fijo y
regular que facilite la conservación de las referidas tropas y la seguridad y quietud de
este reino de la Nueva Vizcaya, que es en toda la América el más expuesto a
invasiones de enemigos que continuamente procuran hostilizarle."68
El guipuzcoano inclusive recelaba respecto de aquellos grupos que
aparentemente estaban pacificados, a los que seles habían entregado tierras de labor
y asignado curas doctrineros. El clima reinante, según él, era de gran desconfianza,
como lo describía en relación con la, nacion de babosorigames, asentados-en la nbéra
del río Nazas, entre los presidios de El Pasaje, El Gallo y Mapimí. La inestabilidad
�ilitar, se ún su testimonio _ s1ona1Ja·-Gq_nsecuencias de ravedad para el dominio
O �ñol y desde luego m . .teria hacen_9.?iria, pues el real de In e e permanecía
inactivo por las rebeliones ·Hdíg_e_nas.?Aoicionalmente llegño a informar que en el

66
AJEC. Carta de Francisco de Barrutia al virrey. San Felipe el Real. 30 de noviembre de 1728. Varias
consultas ...
67
Un estudio completo sobre los grupos indígenas de la Nueva Vizcaya ha sido realizado por Porras
Muñoz. Vid. Guillermo Porras Muíioz. La frontera con los indios de Nueva Vizcaya en el siglo XVII.
México: Fomento Cultural Banamex. 1980. También puede verse María Eugenia Galaviz de Capdeville.
Rebeliones indígenas en el norte del reino de la nueva España (siglos XVI y XVII}. México: Liga de
Comunidades Agrarias, 1967, p. 132 y ss.
68
AJEC. Carta de Francisco de Barrutia al obispo de Durango, Real del Parral, 8 de julio de 1728. Varias
consultas ...
69
AJEC. Carta de Francisco de Barrutia al virrey. El Parral. 12 de mayo de 1728. Varias consultas ...

22
verano de 1728, por ejemplo, las naciones de sicimbles, coyotes y coahuileños estaba
en abierta rebeldía."
Pero la opinión de otros observadores coetáneos era bastante diferente. El
brigadier Pedro de Rivera afirmaba que la Nueva Vizcaya permanecía en paz hacia
1728, una vez que fueron sofocadas las rebeliones de tepehuanes y tarahumaras.
Obviamente el visitador ponía en duda las opiniones de Barrutia71, e incluso explicaba
su actitud porque entreveía intereses particulares del guipuzcoano. No deben tenerse
en poco las afirmaciones e este brigadier, pues pocos como él lograron hacerse de
tanto conocimiento sobre el Septentrión, recuérdese que su inspección le fue
encomendada por el virrey Casafuerte, con el propósito de mejorar la administración
de los presidios, considerar las posibilidades de su eliminación o mejor ubicación,
combatir los abusos que encontrara y en todo mirar por el ahorro de la real hacienda.72
Las necesidades de Barrutia por asentar su esquema de jurisdicción y
gobierno, precisaba de justificar al mismo tiempo ante las autoridades metropolitanas y
virreinales su presencia en la región, es decir, que se le, éonsid�
necesario en cuanto conocedor de la situación de la gobernación e idóneo por su
experiencia militar. Por otra parte, el conseguir esa posición podía garantizarle más
recursos financieros y en consecuencia mayor capacidad de influencia política y
movilización militar. Este objetivo dependía en mucho de la posibilidad de representar
a los ojos de sus superiores, un ambiente social que reclamada su gestión política y
militar como indispensable para el mantenimiento del orden colonial en la región. A
esto hay que agregar el hecho de que, como resultado de los trabajos de Rivera en el
Septentrión, pudo reducirse el gasto de la Corona, mediante la reorganización del
sistema defensivo, de 444,883 pesos anuales, a sólo 283,930.73

8. La Audiencia de Guadalajara
Las numerosas atribuciones con que-fueron investidas las audiencias indianas también
podían distinguirse en la de Guadalajara, entre otras razones debido a la enormidad
de su jurisdicción, que incluyó entre otros al distrito entero de la Nueva Vizcaya,
judicialmente hablando, aunque conservó en los hechos poderosa influencia en
asuntos de gobierno. �
Las relaci nes la audiencia y los goberna rés neovizca1n�empre
fueroñc!eti, . cordiales. Uno de los casos más estridentes, que nos brinda una visión
de lo mal avenido que podrían llegar a ser estas relaciones, ha sido registrado por don
Atanasia G. Saravia, y ocurrió en el segundo cuarto del siglo XVII, cuando el �
Francisco García interpuso ante el alto tribuoaLu.r:ia-ser-ie-..d.e-eap.í.ktteS-�ra el
entonces gobern_adbr de la Nueva Vizcaya, don Luis de Monsalve, al parecer po�
típicos excesos y delitos cometidas en el ejercicio de su cargo. Como resultado d�
pr�ud1enc1a comisionó el 15 de noviembre de 1638, al oidor don Juan
González de Manjarrez, a realizar pesquisa en contra del gobernador, entonces
residente en San José de El Parral. En respuesta, una vez que el visitador estaba
instalado en una casa de El Parral, Monsalve, encabezando una turba de vecinos y
soldados, bien pertrechados de arcabuces, acudió a la po.§_a�a g letra ,:y,, no
obstante que éste estaba con la garnacha puesta ( ... ) lo (s�éf ar _ando cm:1·
violencia, y lo metió en una carroza rodeada de un sargento mayor, un Capitán y
soldados, y les dio orden a todos para que no se apartasen de la carroza ni del Oidor,

10
AJEC. Carta de Francisco de Barrutia al virrey. El Parral. 25 de agosto de 1728. Varias consultas ...
71
Sara Ortelli, op. cit .. p. 30-31. En oposición a las opiniones de Barrutia, Rivera citaba los casos de
Nuevo México y Coahuila, ambos también extensos, despoblados, poco protegidos con tropa y rodeados
de naciones indígenas hostiles, en mayor grado que la Nueva Vizcaya.
72
Alfredo Jirnénez. El Gran Norte de México. Unafrontera imperial en la Nueva España. (/540-1820).
Madrid: Tébar. 2006. p. 160.
73
Sara Ortelli. op. cit .. p. 33.

23
hasta ponerle fuera de su gobernación; y añade que así sucedido en efecto, pues se lo
llevaron hasta el pueblo de Santiago de la jurisdicción de la Nueva Galicia, que estaba
distante más de cincuenta leguas de Parral. .. "74
Consecuentemente, la audiencia emitió.ríecrete-saseendierrco-de-su oficio a
Monsalve y comisionando nuevamente al ultrajado Manjarrez para regresar a El
Parral, prender al insumiso Monsalve, secuestrar todos sus bienes y pregonar en la
gobernación que en lo sucesivo no se le obedecieran órdenes ni mandamientos,
notificación que incluía también a funcionarios reales y eclesiásticos. El desenlace de
este desaguisado, al parecer fue el cese del exaltado y pendenciero gobernador.75
Aunque sin llegar a semejantes extremos, tampoco Las relaciones de Barrutia
con la Audiencia de Guadalajara fueron muy halagüeñas, que digamos. Desde los
primeros días de su llegada a Durango, hizo uso de su facultad para el nombramiento
de teniente de gobernador para aquella ciudad, habiéndolo hecho en don J�nio
de Lizárraga, "persona capaz y bien admitida en aquella república", el tribunal
respondió negativamente a su designación, no objetando a la persona en quien recaía,
sino haciendo énfasis en el impedimento de ser vecino de la capital de la gobernación,
decisión ésta que fue motivo de impugnación del gobernador ante el rey.76
No poco inconveniente representaba igualmente la facultad concedida a la
audiencia en 1725 para confirmar los nombramientos de alcaldes mayores y cargos
militares, otrora propios del gobernador. Como se recordará, Barrutia no había podido
expedir tales designaciones en junio de 1728, en primer lugar por no encontrar
personal idóneo para los cargos, para lo cual convocó en un bando a los interesados
que, como ya vimos, fueron muy pocos. Adicionalmente a estos trámites, se establecía
la necesidad de comparecer ante la audiencia de Guadalajara en busca de las
respectivas confirmaciones, condición que disuadía aun más a los eventuales
interesados. A esa fecha, de 19 plazas por nominar, sólo se habían cubierto seis,
limitando consecuentemente la capacidad de gobierno de Barrutia. "Lo que de no
haber alcalde mayor ni justicia nombrado en la forma referida se sigue, es estar los
pueblos sin quien los gobierne, no poder saber el gobernador del reino lo que en él
pasa, por lo que dificultan las distancias, y no observarse en muchas partes otras
leyes que las que quiere imponer el más poderoso y osado, de que resultan las
desórdenes que se dejan considerar, siendo la menor la de propasarse algunos
pueblos, precisados de la necesidad, a nombrar persona que los gobierne y administre
justicia, sin tener facultad para ello, ni preceder otra formalidad que la de un simple
nombramiento in voce, como ha sucedido en el real y minas de Nuestra Señora de
Guanaceví" ".

9. El virrey Casafuerte
Reacio frente de resistencia limitante de la jurisdicción de la gobernación, éste más
poderoso que ninguno en la Nueva España, era el virrey don Juan Acuña, Marqués de
Casafuerte, cuyo periodo se extendido de 1722 a 1734. Cc5nefse advierte ya una
política de � hacia el norte novohispano, ri1crs-�ada
en-ei-cunuc1m1ento de causa, ausente en la mayoría de quienes'Ie precedieron en el
cargo.
Se preocupó en primera instancia por saber a ciencia cierta el número de
poblaciones, mi · · tentes en el Septentrión. Y para tener
-iflf on precisa de la extensa región, encargó para ello la referida visita efectuada

74
Atanasio G. Saravia, op. cit .. p. 263.
75
Ídem, p. 264-266, passim.
76
A.JEC. Carta de Francisco de Barrutia al rey. San .José de El Parral, 7 de junio de 1728. Varias
consultas ...
77
AJEC. Carta de Francisco de Barrutia al rey. San .losé de El Parral, 16 de junio de 1728. Varias
consultas ...

24
o
por el brigadier don Pedro de Rivera, la que se extendió por cuatro años, entre 1724 y 'j
1728. Fruto de esta inspección fue el Diario y el Informe, documentos en que se\7-- .:§
describen los presidios y misiones esparcidos en el Gran Norte.78 ;.;:¡
No obstante la opinión externada frecuentemente por Barrutia en sus cartas, no 0 c-,,J
puede decirse que Casafuerte estuviera desinteresado y mucho menos desinformado
de la situación del Septentrión, en esa época. Al contrario, precisamente deben
ubicarse las frecuentes reprensiones de que era objeto el Guipuzcoano, en el marco
de esta preocupación política y militar del virrey que en ocasiones encontraba en el
gobierno de la Nueva Vizcaya un obstáculo para sus intenciones de gobierno en la
zona. Acerca de las medidas de gobierno y milicia adoptadas por Barrutia, el virrey
solía evaluar su actividad como violenta, poco cautelosa y a satisfacción propia.
Fue precisamente a finales de 1728, ni aun cumplido el primer año de su
ejercicio, cuando el gobernador enfrentó la primera crisis en sus relaciones con
Casafuerte, al grado de solicitarle su remoción, pues, tras una serie de reprensiones
de que fue objeto, alegó que: "considerando esta empresa desproporcionada a mis
facultades y que realmente corresponde a otro más bien instruido, tengo suplicado a
su majestad se digne de relevarme del cargo que sin intervención de solicitud mía se
sirvió de conferirme."79 Al parecer el principal motivo de la discordia en aquella sazón
radicó en crear -"sin urgente necesidad", según Casafuerte- las compañías
milicianas de Durango, por lo que se denota la clara intervención de los oficiales reales
de aquella plaza, que se mostraron renuentes desde un inicio a tal medida. Al percibir
la atmósfera hostil que se le expresaba en la capital de la Nueva Vizcaya, Barrutia
decidió mudar su residencia a El Parral, advirtiéndole al virrey de su propósito de no
regresar a Durango en mucho tiempo.
Otro reclamo de Casafuerte para Barrutia se dio en relación con el estilo que
tuvo para nombrar fiscal en la Nueva Vizcaya, sobre que se dijo haber uno propio en
ese reino muy diferente al utilizado en Castilla. La imposibilidad de tomar decisiones
en lo militar con independencia, motivaron que Barrutia recordara al virrey que el rey le
daba el tratamiento de "mi gobernador y capitán general", cargo que al parecer no
importaba demasiado a Casafuerte.

10. La élite minera de San Felipe y Santa Eulalia, más una buena huelga

Otra ruidosa vertiente de confrontación política y jurisdiccional del gobernador, lo tenía


con el grupo de mineros .de San Felipe el Real y Santa Eulalia, así como con el
corregidor deaquella circunscripción. Tuvo formal comienzo a partir de la elección
como diputado de minería, del podero�magnate_y_ex_gobernador de la Nueva
Vizcaya -avecindado en San Felipe desde 1725-, don Manuel Sanjuán Santacruz,
el 26 de febrero de 1730, en sustitución del también minero don Domingo de Basoco80.

78
María del Carmen Velásquez. op. cit .. p. 1 14-1 15.
79
AJEC. Carta de Francisco de Barrutia al virrey marqués de Casafuerte. Real de Chihuahua, 27 de
noviembre de 1728. Varias consultas ...
80
Archivo General de Indias de Sevilla, sección Audiencia de Guadalajara, legajo 181. 'Testimonio de
los autos originales que el corregidor de Chihuahua, don Juan Sánchez Camacho, remitió a esta real
audiencia. quejándose de que el día 12 de Mayo de 1730 lo había suspendido del empleo el antecesor
gobernador, Barrutia, con cuyo motivo remitió dicho gobernador testimonio de las ordenanzas hechas por
la minería de Chihuahua. que ocasionaron la sublevación de los operarios, para cuya pacificación hizo el
corregidor las diligencias que constan, quien remitió juntamente una información de sus buenos
procedimientos, hecha ante el reverendo señor obispo; en cuya vista mandó la audiencia al gobernador
restituyese, y por no haberlo hecho dio la audiencia a cuenta al señor virrey, quien remitió despacho
auxiliatorio con carta de 8 de junio de 31, y por la audiencia se libró segunda real provisión para la
restitución. que tampoco se ha ejecutado. de que se quejó el corregidor en varias consultas". San Felipe,
26 de febrero de 1730. (En lo sucesivo, este archivo será referido por sus Siglas: AGI., seguido de la

25
Sanjuán había sido gobernador de la Nueva Vizcaya entre 1714 y 172081, y al
término de su gestión se había convertido en uno de los hombres más acaudalados de
la-9.Qh.ernac.ión.._ Tuvo fama de ser poseedor de un talante pacífico, y destacó por sus
estrategias para contrarrestar las .rebeliones .de los naturales, sustentadas en la
creación de colonias de indios mansos, fronterizos a los territoriosOe los nativos
hostiles.82 Poseía ·estancias ganaderas-y agrícolas, además de haciendas mineras, y
dedicaba parte de sus ganancias al agio. Su preeminencia social estaba fundada
adicionalmente en que en su estancia de Encinillas -situada a unas quince leguas al
norte de Chihuahua-, tenía hombres armados, y era "fortísimo presidio"83
Contaba además con relativa ascendencia sobre algunos grupos urbanos de
Nueva Vizcaya, particularmente en sectores del clero y élites locales. En 1719, como
gobernaaof,reformó el hospital de San Cosme y San Damián, de Durango,
consiguiendo recursos para acrecentar el número de religiosos encargados de su
gestión, aumentando dieciséis camas a las ocho ya existentes y designando boticario
y médico para el establecimiento.84
Apoyado_enJaJm.portancia económica de sus negocios, y como consecuencia
de sus disputas con el gobernador Barrutia, también había obtenido de parte del virrey,
en 1731, un decreto inhibitorio, mediante el cual sus propiedades y emp1e-ad6s
quedaban excluidos de la jurisdicción de las justicias ordinarias e incluso de la
autoridad judicial del gobernador, hecho que a todas luces debilitaba el poder e
influencia de Barrutia, en el último tramo de su gestión.85
Muchos de estos decretos de justicia privativa fueron otorgados a poderosos
hombres de la Nueva España durante el periodo -normalmente mineros-deudores-de
la r.e.aL.baeienda-, y en toaos los casos fueron causa de enconadas disputas-:,entre
empresarios y autoridades gubernativas y JUB!c1ales locales y provinciales. Por otra
parte, la producción de plata de la hacienda que Sanjuán tenía en Santa Eulalia, lo
posicionaba como uno de los principales contribuyentes a la real hacienda.
Al parecer, ��re Bamitia y Sanjuán tenía
principalmente.__ un origen político, pues la preponderancia económica del segundo
-obtenida a su tiempo al amparo de sus funciones como gobernador-, le concedían
un nivel de influencia con la que era sumamente difícil lidiar, y desde luego un fuerte
escollo para el ejercicio de la autoridad de sus sucesores. Disponer de una especie de
milicia particular formada por los trabajadores de s11 estancia de Encinillas, por
pequeñaque fuera, le confería al rico empresario la suficiente autonomía para

sección y número de legajo) También véase AGI. 1. Guadalajara 180. "Testimonio de la información que
con varios eclesiásticos dio el señor don Manuel Sanjuán Santacruz. caballero de Santiago, ante el señor
vicario y sus eclesiásticos de esta villa". San Felipe el Real, 24 de noviembre de 1733.
81
Ma. Luisa Rodríguez-Sala, el al. op. cit.. p. 93.
82
Carlos Hernández. Durango gráfico. Durango: Talleres de J. S. Rocha, 1903, p. 34.
83
AGI, Guadalajara 180. "Testimcnio de la información que con varios eclesiásticos dio el señor don
Manuel Sanjuán Santacruz. caballero de Santiago, ante el señor vicario y sus eclesiásticos de esta villa".
San Felipe el Real. 24 de noviembre de 1733. En 1730 afirmaba ser minero, propietario de grandes
extensiones de tierra y numerosos hatos de ganado, dando empleo a muchos hombres; que en su hacienda
de minas tenía instalados doce hornos para beneficio por azogue, así corno que era propietario de una
gran estancia de ganado mayor denominada San .luan de las Encinillas, a 12 o 13 leguas se San Felipe, y
que además se dedicaba a ser prestamista. Algunos testimonios de esa misma época lo ubican corno
fundador del presidio de Los Chinarras, nación indígena que habían sido hostil, y del Colegio de la
Compañia de Jesús, en San Felipe.
84
Atanasio G. Saravia, op. cit .. p. 284.
85
Cfr. José Enciso Contreras ... Decretos inhibitorios. justicia privativa provincial y local. El caso del
conde de Santa Rosa en Zacatecas (S. XVIII) .. en José de la Puente Brunke y Armando Guevara Gil
(Editores). Derecho. institnciones y procesos historicos. Tomo 11. Lima: Instituto Riva-Agüero/Pontificia
Universidad Católica del Perú, 2008, p. 377-396.

26
enfrentar la autoridad del gobernador. Un experimentado militar de los vuelos de
Barrutia sabía muy bien de este problema y sus implicaciones. 86
»:
La relación entre ambos personajes fue difícil desde el principio, de tal forma
/ que Sanjuáñ encontró una estrategia política y jurídica para anular la autoridad del
-............._/ corregidor sobre su persona y patrimonio. Logro obtener ael virrey, marqués de
[::::7Casaf11BTte,''frmíb1tona, excusandolo de conocer en todos mis negocios y los de mis
dependientes, para libertarme de las vejaciones que me amenazaba; las tropelías que
contra mí y mis bienes ya había empezado a usar"?
El decreto inhibitorio del marqués de Casafuerte fue otorgado a Sanjuán en
1731, en el que seguramente el propio virrey se declaraba como juez privativo para el
conocimiento de los asuntos, tanto civiles o criminales, en que se vieran involucrados
la persona de Sanjuán, como aquellos vinculados a sus propiedades y haciendas. No
hemos podido localizar aún ef documento virreinal, pero a juzgar por los decretos
antecedentes que solían usarse en la época, su contenido no debe haber variado
ostensiblemente. Al igual que en otros decretos inhibitorios de la época, la justicia
privativa decretada por el virrey podía delegarse en otras ay.tondades distintas a
justicias ordinarias. Para colmo, era bastante frecuente que esta delegación cayera en
manos de los oficiales reales de las provincias en que se ejecutaban los decretos, por
lo que no sería para nada extraño que los escamados funcionarios de hacienda de la
caja de Durango, actua�A-como i,u.E¿ces privativos en este caso.
Pero volvamos �. cfür'más candente que mostró la abierta confrontación
de Barrutia con el rico hacendado y el grupo minero de Chihuahua y Santa Eulalia. Se
suscitó cuandÓSanjuán promovió, a principios de 1730, la apf(IDación por_ palj� d€LV
diputación d� minería, de un regJamento q.illU1rivaba a los operarios de las minas déJ\
derecho tradicional a la pepena o partido, es decir del saco o sacos de mineral de alta
ley quere+propietarkrpermttta grac1osamenteot>tener del interior de la mina al operario
-una vez concluida su jornada normal- para el propio beneficio del trabajador, y con
la libertad para venderlo a quien quisiera comprarle".
Esta institución laboral, con sus peculiaridades regionales, tuvo inicio al parejo
de los orígenes de a.míoería.caícruat en la Nueva España, y fue tan importante para el
ingreso de 'los trabajadores, que en muchos casos el salario normal, o tequio, sólo
representaba una escasa proporción del mismo. Se le ha tenido como un medio de
vinculación de la fuerza laboral a la fuente de trabajo y surgió históricamente como
resultado de la limitada oferta de brazos para la actividad minera, lo que motivaba a
los patrones a permitir ese incentivo a fin de que los operarios permanecieran en la
mina_Qor ·periodos._pmloogados. La privación de este derééfió a los trabaJadores de
Santa Eulalia, en 1730, a través de un reglamento que los obligaba a obtener la
pepena del montón de mineral, llamado gruesa, extraído en la jornada normal de
tequio -no directamente de los socavones, a la usanza tradicional-, y que en los
hechos hacía nugatorio el partido, tuvo como consecuencia la abierta rebeldía de los
trabajadores y lo que aparenta ser, nada más ni nada menos, el primer antecedente de
las mo?�g.a-��a de México.

86
Rodríguez-Sala también concluye que la enemistad entre ambos personajes residía en la confrontación
de uno y otro por el predominio en la actividad minera. Cfr. María Luisa Rodríguez-Sala, op. cit., p. 97.
87
AGI. Guadalajara 180. "Testimonio de la información que con varios eclesiásticos dio el señor don
Manuel Sanjuán Santacruz, caballero de Santiago, ante el señor vicario y sus eclesiásticos de esta villa".
San Felipe el Real, 24 de noviembre de 1733.
88
El reglamento no sólo se refiere a la modificación de las condiciones de obtención del partido, sino que
hace alusión a otros problemas administrativos de carácter local en Santa Eulalia. Firmaron en
documento, a la sazón, Juan Sánchez Camacho, Manuel Sanjuán de Santacruz, Domingo de Basoco, Juan
Joseph de Urrutia . .loseph de Baraya, Domingo de Ugarte, .luan Felipe Orozco, Pedro Ruiz de Azura,
Diego González de la Herrán, Pedro Facundo, Francisco Campa, Pedro de Bolado Velarde, Ausencia de
Híjar, Santiago de lrungaray e Ignacio A I lonso de Riaza .. Vid. AGI. Guadalajara 181. "Testimonio de los
autos originales ..;". San Felipe. 26 de lebrero de 1730.

27
Una ve�ado_el-r-€l@lameA-ie;- los mineros. lo notificaron formalmente al
corregidor, dcr_Q Juan Sánchez Camacho, quren a su vez se comprometió a dictar Tas
medidas pertinentes, para su cumplimiento. Sin embargo, preventivamente, _gl
corregidor acordó los puntos que le presentaron, reservando para la Audiencia de la
Nueva Galicia, lo relativo a las penas, y suspendiendo la ejecución de las Ordenanzas
hasta entonces.
Pese a esto, al enterarse del propósito de escamoteárseles los partidos, los
operar�.c..clonaron org.anizadamef-l.te_de manera radical. A partir del 7 de marzo
fueron a�GR-aHde-f:)aulatinamente los trabajos de las minas, retirándose
masivamente hacia un paraje denominado El O}ilo- aeaonBenito, uni-cadcJ'a escasas
cinco leguas de distancia de Santa Eulalia. Muchos de ellos, incitados por los
operasies-más.mcvilizades, fueron suspendiendo el laboreo ante la simple amenaza de
supresión de la pepena.
Según opinaría más tarde el gobernador Barrutia, con aquella medida también
se contrariaban seriamente !os intereses de -los.-.+€scatadores, cendradilleros,
y
tendejoneros miembros del comercio, que se vieron afectados con la medida pues, a
la larga, privaba a los rescatadores de su materia de trabajo y reducía el poder de
compra de los peones, en menoscabo del comercio. El encono de la población se
dirigió en contra de los mineros, y en especial hacia don Manuel de Sanjuán, principal
impulsor de las ordenanzas, en complicidad con el corregidor de San Felipe89.
El 1J_da_marzo, el número de los trabajadores sublevados. concentrados en El
Ojito, há6Ta llegado a 400; al9.YD.OS de ellos armados. Aquel abigarrado grupo estaba
compuesto mayoritariamente por indios y mestizos, aunque no faltaron tampoco
operarios españoles". Desde el 7 de marzo, primer día de la su§.pensión de las
labores, los trabajadores suble'Jádos, redactaron una carta explicando las razoñes del
conflicto. Formularon una 3-er:i� de peticiones y la enviaron por conducto de un
trabaj.aGtaCdeno.rnhce Pedro Zam.ydie-e6Íchón, al gobernador, quien permanecía en
San José del Parral".
El contenido de la misiva es de fundªmental importancia para comprender la
posición de los operarios ante el conflicto, así como la perspectiva que tenían de las
reladones laborales. Está fechada a postrero de febrero de 173092, en Santa Eulalia.
En ella escribieron que habían abandonado las minas, por hab_erles suspendido sus
amos J�enas, las cuales estaban pactadas inicialmente con ellos· "siendo así que
es corriente en toda la minería el permitirlas a los operarios de minas, y trato lícito, con
permisión de los dichos nuestros amos, pues al tiempo y cuando nos acomodamos
nos ajustamos en eso, por cuya razón nos ajustamos en un salario tan moderado,
siendo el oficio tan riesgoso, que ponemos a peligro de nuestras vidas tan sólo por ese

89
AJEC. Varias consultas ...
90
AGI, Guudalajura 181. .. Testimonio del que remitió con la consulta de primero de agosto de 1730 el
antecesor gobernador Barrutia, sobre la sublevación que el día 26 de marzo de dicho año hicieron los
operarios ele las minas de Chihuahua. quienes escribieron a dicho gobernador para que viniese a mediar
en sus diferencias. en cuya virtud. y que cuando ya se habían sosegado, dicho operarios por medio de
carta del reverendo obispo y dirigencias del corregidor que era. hoy despojado, don Joseph Sánchez
Camacho. In que parece llevó a mal el gobierno como manifiestan los autos." San José de El Parral, 11 de
marzo de 1730. Por el testimonio ele un emisario de los sublevados. recibido en El Parral pocos días más
tarde, sabemos que los trabajadores "todos tenían anuas: algunos arcabuces, trabucos y pistolas, y otros
más, espadas y cuchillos; y los indios yaquis y cholornes que trabajaban en las minas de los herederos del
capitán Zubiate y don Pedro de Arzúa, tenían carcajes y flecheria ...
91
Ídem. Zamudio se reconocía como español y dijo más tarde ser sobresaliente de la mina de don Alonso
Escudero. Llegó a El Parral el once de marzo. presentándose de inmediato ante el gobernador
entregándole la carta que dijo haber recibido en Sama Eulalia. de manos de un fulano Tamis, también
español, sobresaliente a su vez de la mina de Juan de Errantia
92
Ídem. En el expediente original se consigna la techa de "postrero de lebrero de 1730", pero debe
tratarse forzosamente de un error del amanuense. habida cuenta ele la fecha del inicio de la suspensión de
trabajos, el 7 de marzo de ese mismo año.

28
interés de cuatro piedras que nos tocan, para con ellas poder mantener nuestras
personas y familias ... ". Solicitaron la intervención del gobernador para que se les
reivindicara el derecho a la pepena, pues el salario del tequio sólo les alcanzaba para
subsistir la mitad de una semana; argumentaron además en su favor haber servido a
sus amos por muchos años. Tal parece que en muchas ocasiones, al comenzar "a
hacer mina" los patrones les prometían que al encontrar metales se les daría pepena,
"y no que así que les ponemos en las manos los tesoros a costa de nuestras vidas y
salud, nos despidan con crueldad, quitándonos aquel corto percance (sic) que de su
voluntad nos ofrecen; y luego ya es faltar a lo contratado ... "93.
Cuando húoo leído la º_acta,@ar.ru.tiª_,_alar.r.nad0;--parti6--i�iat.filD_ente hacia
Santa Eulalia; 'acom¡Jafiadóae una exigua escolta de soldados, cabalgando las más
de 40 légüas que lo separaban de aquel real, para desarrollar allá intensa actividad de
mediación entre las partes en conflicto,r:1-0-exeflt-a-de-contratiemp-osycHficrrltades,
tanto con el corregidor Camacho, como con don Manuel de Sanjuán.
El gobernador llegó a las inmediaciones de El Ojito el 16 de marzo, topándose
previamente con 57 hombres desarmados, que no le presentaron actitud hostil ni
resistencia alguna, al contrario, le habían recibido bastante bien, y comunicado que "lo
querían llevar [a El Ojito] aunque fueseen brazos, para [lo] que le tenían dispuesto un
jacalito a donde se pudiese alojar, y que también había agua abundante y buena, así
para lá gente como paraTas-6esfras'�nformaron asimismo que los trabajadores
estaba�s_p_araj_es como medida de protección, pues ya para
esos días la actitud de autoridades locales y mineros se había endurecido, y "los
querían coger con gente armada e indios flecheros", y así se avisaban los unos a los
otros para prevenirse.
Mediante auto de 19 de marzo, después de practicar diligencias entre los
sublevad�y-et1t-erado-deia-sitt:Jc1eférr,-Bar,rutia quiso finalizar la rebelión y declaró que
pese a la gravedad del alboroto de los peones, "en nombre de su majestad los
perdonaba, con advertencia que de reincidir serían castigados sin admitírseles
disculpa". Les reclamó que an.tes--Ge--al3aflooR-aF--el-tfalclajo de las.minas debieron haber
recurrido por escrito ante la justicia, y dispuso que a partir del día 21 d�
prirnefdla de trabajo de la semana subsecuente, regresaran los trabajadores con sus
amos, y que cualquier petición que tuvieran que hacerle, se la formularan a través del
sobresaliente de cada cuadrilla, nulificando de esa forma las posibilidades de
mediación del problema que tuviera tanto el corregidor como los propios patrones.
Prometió que la pepena se les entregaría durante un mes, en lo que llegaran a un
acuerdo con los mineros, y que el gobernador no se retiraría del real hasta que no
regresaran a sus labores. Los trabajadores se comprometieron a obedecer y los
patrones se aprestaron a resistir.
Varios mineros se opusieron al restablecimiento del sistema de la pepena
mediante extensos escritos presentados ante el guipuzcoano, quien no obstante, el 14
/á'e abril dtt:to nuevo decreto en el que restituía el uso generaJ de la pepena a la
b �ane¡;a_t¡:adicional, en el sentido en que había sido reclamado por los
su carta petitoria94.
trabajad�

Barrutia inició desde su llegada a las minas una información contra Sanjuán,
acusándolo de ser el principal responsable del alboroto de El Ojito, citando varias
personas a declarar. De esto resultó aparentemente que Sanjuán ej.erc.�
opresión sobre la villa y su real de Santa Eulalia, cuyos moradores estaban "deseando
libertarsa'dé la opresión en que los tenía la cavilosidad y mal genio" del rico hombre;

93 '
ldern.
94
Íde111, -- ... en la forma que hubiera sido costumbre. legitirnamente introducida en cada mina. hasta el día
en que los enunciados operarios ejecutaron su retirada del trabajo; con las advertencias de que la tal
costumbre se debe entender que cada operario saque su pepena de ahajo de la mina, después de acabada la
tarea a que está obligado. sin escoger el metal desde por la mañana, como lo han practicado algunos ... ";
firmaron de conformidad el decreto algunos mineros y también se notificó a los operarios

29
este hecho parecía servir de justificación para permanencia de Barrutia en la
jurisdicción, de la que dijo "reprime en algo los excesos de Sanjuán, para cuya total
contención, ni yo puedo mantenerme siempre a su vista, ni bastan menos respetos
que los que infunde a la inmediación de una real audiencia." 95
Otras fuentes documentales nos informan cómo el gobernador había entrado
en conflictos de naturaleza mercantil con Sanjuán:' incluso antes del alboroto de los
operarios, y su presencia en Chihuahua permitiría ajustar cuentas con el acaudalado
minero, inclusive a costa de la estabilidad de la jurisdicción del corregidor Camacho.
Ventiló don Ignacio contra el propio Sanjuán, el pleito de don Pedro Domingo de
Lugo96, y otro más por un denuncio de cierta mina. Según el bachiller don Juan
Fernández Rincón, presbítero y vecino de esa villa, "repetidas veces se han
conspirado con otros algunos pocos, bien que muy conocidos, a hacer informaciones
ocultas y otras-c:fihgenc1as que se dan en perjuicio de dicho don Manuel". La causa
impulsada por Lugo desembocó inclusive en la ejecución de cierta plata propiedad que
Sanjuán, guardaba en un almacén, al que hubo que romper la cerradura para el
embargo. Aunque no se supo bien a bien en esa ocasión el origen de la diligencia
practicada por el alcalde ordinario don Domingo Pérez Escalante, era claro que al
d�..§Cfil[ajar el aímacén-de Sanjuán fue sustraída gran cantidad de plata sin que
supiera si el acto fue ordenado por Barrutia, la audiencia o el virrey, aunque todo
apuntaba, desde luego al primero. Y fue precisamente-este-episodio el qne-metivé-eee

r:·
Sanjuán obtuviera el decreto inhibitorio en su favor97, hecho que tuvo en lo inmediato
consecuencias funestas ara el bene · · · sionó la encendida furia de
Barrut-ia-;-qu , ux1 1ando al comisario Francisca de Espino, hizo salir de su casa a
SanJuan una noche muy fría, a deshoras, arrestándolo con "grande estruendo,
novedad y misterio ilizando soldados y llevándolo hasta el presidio de Conchos,
situado � as d distancia." Don Ignacio ordenaba mortificar a su prisionero
im[2idie��o que nadie le hablara-selve el te11ier1te que lo conaucía98.
- incidente narrado daría base para uno de los cargos interpuestos por
Sanjuán ante el gobernador Vértiz, como juez de residencia de Barrutia, a quien
recusó más tarde formulándole varios capítulos ante el virrey.

\Q,e,LvL-t \ev'\ -\-o �e><'


11. El corregidor de San Felipe el Real de Chihuahua �I\Lír\ A(.!) c/lA e_� cn·\-o ·
(\O
El tumulto de los trabajadores ty�� efecto, entre-otras cosas, el aumento de las
\
tensiones de Barrutia coJJ.:k>smineros y el E;!J.Ga�miento de aquellas que ya habta
tenido con el C-9Z!:egicfor Juan Sánchez Camacho, desde finales de 1729. Por la j
/inestabilidad que se,g__eHeFQ.__ co_rr:::sri:�r1::l"esencuentros, conviene detenerse a analizar ¡'

brevemente la situación. � �--


El mismo día que regresaron los operarios a las minas, el 21 de marzo de I
V\b 10t U e. 1530, Camacho -que había guardado una actitud en apariencia expectante, mientras
Barrutia se afanaba en arreglar las cosas-, acudió ante el gobernador a entregarle
1
I
"i<J
!
,e�,
I -� '6C<..("ru+1c, una serie de autos con los que quería demostrarle que desde el d1a cf� mismo
i
vº-1
'1.,1.-fo r e-<..
mes, él había dictado providencias ordenando a los operarios volver al trabajo y a los
1
os Ct.�ü,/\
v;�:::,�-San
95
�t)
5. A.IEC. Carta de francisco de Barrutia al Felipe, 20 de en-e·,:���· 1·7�;. En Varias consultas.:
96
·, El licenciado don .luan .losé Labandera, presbítero. vecino, comisario del Santo Oficio y abogado de la
villa de Chihuahua. declaró que Pedro Domingo de Lugo tenía animadversión contra Sanjuán por un
f\ teon{,\ el pleito que seguía contra éste ante el juez eclesiástico del juzgado del obispado de Valladolid. Informaba
)rre_l,\ l� í e0 - que la esposa de Sanjuán era doiia Claudia Valle y Paradinas. Cfr. AGI. Guadalajara 180. "Testimonio de
U la información que con varios eclesiásticos dio el seiior don Manuel Sanjuán Santacruz, caballero de
Ok6�e.d1.+c\.do, Santiago, ante el seiior vicario y sus eclesiásticos de esta villa". San Felipe el Real, 24 de noviembre de
1733.
�·
98 !dem.
t Q.r-n.Yhv\ l'\O rY\ t)
l
G-1. °'
ldem. .
do0;p h e\� éb. petrz._c..
30
.....>
t::I,
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¡_

C\J
-+ mineros a res@J:>lecer las peeenas. A los ojos de Barrutia, las diligencias habían sido
$�
hechas a toro pasado, sobre el escritorio del corregidor, con la intención de no
t::I, contrariarlo y para disimular su complicidad con los mineros -especialmente con
<) Sanjuán-, que en conjunto ya habían escrito al virrey una misiva quejándose de la
presencia de Barrutia. En consecuencia, el gobernador mandó a su secretario dar fe
\j°
� de la tardía fecha de entrega de los papeles de Camacho, a los que tachó de
+') espurios99.
Insistimos en que el conflicto entre ambos personajes tenía antecedentes
l: recientes, en una serie ·· de disputas que revelan, por otro lado, la actitud
s intervencionista del gobernador en la jurisdicción del corregimiento de Chihuahua.
� Cam3c_bo_ h_a_bia...sldQ�recompensado-en...Es.Qaña con el correqirñléñto" de San-Felipe,
() por once años de servicios a la Corona. Su nombramiento ue expedido el 8 deabril de
1724100, con tan mala suerte, que durante su viaje a América parte de la flota que lo
<\) transportaba había naufragado, ocasionando la pérdida de todos sus bienes en el área
·-t-
marítima de Santo Domingo; en el percance también había extraviado su


2
D...
] nombramiento original, por lo que su toma de posesión se demoró por cuatro largos
años, habiendo asumido el cargo hasta 1729, una vez recibido duplicado.
En el entretanto, obteniendo provecho de la mala suerte de Camacho, Barrutia
�--º- V)
nombró en l12JLa JoseQ]J__®.._Esp...fil.za como corregidor de la villa de San Felipe y su
jurisdicción, la que incluía al entonces pujante emporio minero de Santa Eulalia. En
(j' o otras palabras, Camacho, ninguneado, tuvo que aguardar a regañadientes la llegada
-�
()-)--\-':

""'.)
de su nombramiento, en tanto que Barrutia colocaba en su cargo a un hombre de sus
confianzas: a don Joseph de Esparza.
'.'..)
Por su parte, Esparza, natu_ral_g_�diz; antes de su nombramiento interino ya
� �
tenía algún tiempo operando en la zona, dedicado a actividades mercantiles, y según
-s el testimonio del corregidor, era "administrador y principal a ente del comercio y
� mercancías que dicho gobernadorba=.te_o aovlíerie en esta villa". En el entorno de
Esparza seinovíanolros-personajes locales que en la ventajosa coyuntura tuvieron la
oportunidad de p_I_sim"oj�rse� esta"b"lecie.ndotma relación política y m"ercañlil con el
recién llegado gobernador. La base de este pacto se encontraba principalmente en el
paisanaje, es decir, en que buena parte de ellos era peninsular, cuando no de origen
vasco. Lo demás vino por añadidura, pues los paisanos de Barrutia, a su vez, tenían
sus propias lealtades en la gobernación.
En ese sentido, don Manuel de Sanjuán llegó a señalar como_sus enemigos
-y debemos entender que To erañ···tam5ierfcfercorregTaor-, a on J;_¡:ao.cj_$_c_Q_ de
Espino, a""don Juan José de Arespacochaga, don Juan de lbabe, don José de Baraya,
doñ-PearoDomingo de Lugo, ríon Alejandro García-de Bustamante, don Diego
González de la Herrány a don .Antonio.de la Arrieta. Todos fueron etiquetados de ser
"parciales amigos.· comensales y paisanos" de Barrutia 1º1, quien con este esquema de
amistades no precisaba permanecer necesariamente en San Felipe y Santa Eulalia,
para ejercer determinante influencia. Este sistema intervencionista había sido utilizado
ya por otros gobernadores de la Nueva Vizcaya, y motivado agrias protestas por parte
de la villa y los mineros.
Volviendo a nuestro corregidor, debe decirse que, después �iante
espera, tras haber recibido la reposición de su nombramiento original, y habi�
sohc1tad'o Barrutia diferir en un mes su toma de posesión, le concedió una prórroga de
sólo tres semanas -ofrecimiento bastante generoso si tenemos en cuenta el tiempo

99
AHMP. Colonial. gobierno y administración, mandatos y bandos, caja 4, expediente 99. Año de 1730.
"Diligencias hechas sobre las pepenas que piden los operarios de las minas y notificaciones hechas a los
mineros para la observancia que han de tener por ahora", San Felipe el Real, 10 de mazo de 1730.
100
Vid. Ricardo Magdalena et al. Títulos de Indias. Valladolid: Archivo General de Sirnancas, 1954, p.
112.
101
AGI, Guadalajara 180. "Testimonio de la información que con varios eclesiásticos ... r- San Felipe el
Real, 24 de noviembre de 1733. Cfr. Martín González de la Vara, op. cit., p. 139.

31
que hubo de aguardar para ocupar su puesto-, por lo que aducía que desde entonces
el gobernador le había "tomado aberración"!".
Aparentemente, las razones de Barrutia para solicitar el aplazamiento de la
toma de posesión eran de naturaleza comercial, pues Esparza, había confiado, "sin
papeles", para su veñta.gran-·-cañlíaaa----ae mercancías que no podría realizar
personalmente -en virtud de su nombramiento interino-, a don Jcseph.de Oñeto.,
� mercader, vecino de México; éste bahía despilfarrado con singular entusiasmo el
c. dinero de.Jas_veJJ!as, utilizándolas en halagar a una mujer que era su habitual
manceba, a quien llenó de regalos, y más tarde cortejando a otra mujer, casada,
vecina de San Felipe. El adeudo rebasaba los ocho mil pesos en los que Barrutia tenía
interés directa o indirectamente, y fueron el motivo de una demanda en contra de
Oñeto--;-por-p-�·e-un-rep1ese11tame de Esparza. La d1hgenc1a del gobernador en
acelerar lostrámitesael cobro de aquel fraude, hacen suponer que algún interés
mercantil particular tenía en la causa, tal y como lo aseguraba el siempre prorrogado
corregidor de San Felipe.
El gobernador había comisionado a su "parcial" Diego González de la Herrán, a
.,.(la sazón alguacil mayor de an Felip_e_para secuestrar los bienes del enamoradizo
Voñeto 1-ea, esperando recobrar los ocho mil pesos adeudados. La pe 1c10n de
aplazamiento por un mes.realizaffaaun correg1dor -ansiosoae asumir su cargo, se
hacía con el afán de ganar tiempo y asegurar la cobranza de los adeudos mediante
hombres de su entera satisfacción, pero sólo fue concedida por tres semanas, motivo
por el cual, aseguraba Sánchez Camacho, Barrutia se había disgustado seriamente
con él.104
Esta animadversión entre los dos funcionarios encontró un punto insostenible
tras los sucesos de la sublevación de los trabajadores, pues tanto los mineros como el
propio Camacho, advirtieron que el conflicto abría una amplia puerta para la
intervención del gobernador en _a-suntos oca es e gran impoTtancia-par-a-ellGs., como
lo eralaposibilidad de coñtrolar el proceso de producción de plata y las relaciones de
trabajo de la mi� conveniencia. Se dispusieron a tomar sus próvicferrcias para
enfrentar'aBáirutía y alejarlo lo más posible de Santa Eulalia.
No puede interpretarse en otro sentido el hecho de que el corregidor, buscando
en su archivo armas legales y argumentos, había enviado desde el 17 de marzo -es
decir, tan sólo un día después de la inesperada llegada de Barrutia al distrito minero-,
una consulta a la audiencia de Guadála}aráenre�a-citm··a--un-d·e-sp-acho-del- virrey
Casafuerte, de fecha 2 de junio de 1724, en el que ordenaba al entonces gobern.§QQ[
r--,(/ de Nueva Vizcaya, don Joseph Sebastiá!:!. López d�Cary_ªjªl,_o_o_.io.tewl,ñiera en os
C) asuntos internos de la villa-:-aeSañ-Felipe el Real, con la intención de actualizarlo al
caso deHárrutia, púes en el documento se ordenaba asimismo que los gobernadores
de la Nueva Vizcaya, en lo general, no t�vie1auesidencia.en-Sao_Ee.!ipe por más
tiempo que el limitado _12_ermitido por la le:t,.J2..S..e..a.2nJ.as_j[i.sitas,_�ndo el resto del
tiempo eñer' palacio y�cera" de El Parral o Durango 105.
-Es"oastante probable que tanto los mineros como el corregidor hubieran
tomado, al tiempo de aprobar el reglamento sobre las pepenas, las prevenciones
necesarias para evitar cualquier intromisión de Barrutia en su aplicación, y las
eventuales consecuencias de ésta. Lo anterior se constata en el contenido de la

102
AGI, Guadalajara 181. "Testimonio de los autos originales ... ··. San Felipe. 26 de febrero de 1730.
103
AGI, Guadalajara 180. "Testimonio de la comisión que el antecesor gobernador Barrutia dio el 5 de
junio de 729. para proceder contra un vecino de Chihuahua. en perjuicio de la primera instancia del
corregidor de aquella villa." Chihuahua y presidio de San Pedro del Gallo, 5 de junio de 1729 ante don
Diego González de la Herrán, alguacil mayor de San Felipe, comisionado por Barrutia,
104
AGI. Guadalajara 181. "Testimonio de los autos .. .". San Felipe, 26 de febrero de 1730.
105
AGI, Guadalajara 180. "Testimonio de un despacho del 2 de junio de 1724, librado por el señor virrey,
a pedimento de la villa de Chihuahua, para que el gobernador no despache comisarios ni impida al
cabildo la libre elección de oficios públicos, ni a los vecinos el recurso a los superiores, y que en la visita
siguiente no tenga(_?), en otras cosas". San Felipe el Real. 11 de noviembre de 1729.

32
consulta elevada por Camacho a la audiencia, en la que también interrogaba al
tribunal en torno · obernador teñrafacultades ara v1s1tarlavTllay,aadoercaso,
cuan as veces así com 's. el correqt ora · a en
el tex o que su nombramiento como tal estaba expedido por rey, y por despacho de la
audiencia debía residir precisamente en esa villa de Chihuahua. Se inquiría
adicionalmente si tenía el gobernador competencia en primera instancia en las
materias civil y criminal. "Si los recursos por vía e ape ac1oñ_o_a1rravio-se--haA de
hacer ante vuestra alteza, de las causas pertenecientes a esta villa y su jurisdicción,
<puestas> ante su corregidor o si se pueden hacer ante dicho vuestro gobernador de
este reino, declarando en caso de afirmativa ¿Cuándo, en que casos y con que
modíñcaciones?"?" El fiscal de la audiencia de Guadalajara dio su parecer en el
sentido de que se orde.nacaal:,Qo.b.er11.adoi:._que evitara eo___l� po_slb.��ar com1Sarios a
Chihuafíua, haciéndolo sólo en casos de gravedad.
El tema de la intromisión del gobernador en asuntos de justicia de primera
instancia enSanFelipe, también fue tratado c._on la audiencia a consecuencia del
descerrajamiento del almacén de don Manuel de · ' __Q[QQlovido por don Pedro
de-t , u vez primo de Juan de Orrantia, ambos cercanos al gobernador. El
conflicto tuvo más secuelas, pues Camacho había incoado en contrapartida un
proceso en contra de Lugo, llamándolo varias veces a declarar y red5íendo en
réspuestaactifü-des a1radas107, por lo que terminó mandándolo aprehender!"; el
gob·emador-Barrutia� viendo contrariadas sus decisiones judiciales, le soliG_iíó JQ_s autos
co_m.J;¡leto§,-·quenendo apartarlo del conocimiento del negocio, y no habiénaoselos
proporcionado, en respuesta, el 12 de mayo de 1730, suspendió al corregidor de su
oficio, acumulándole encima, en la misma causa, cargos por fa reciente sublevación de
los operarios, y porsi-fuera -poco imponiéndole una multa de 4,000 pesos, alegando
qu�s corregidores de San Felipe, debían estar "sujetos en su gobierno político a los
gobernadores de este reino."?" Agravando las circunstancias, Barrutia pasó al terreno
de los hechos y embargó por los 4,000 pesos a su fiador, don Francisco Amador
Romero, quien ni la debí ni la temía.
La destitución del cargo en que frágilmente se había mantenido Camacho
hasta esa fecha, motivó otra guerra de a el contra el obernador, que esta vez
comenzó con una qu.r' e epuesto ante la Audiencia de Guadalajara, e 17 de junio
de 1731, arguyendo así mismo que el gobierno�wmetía en as1mto§_
de primera instancia en contra de lo establecid_g por la ley. También se reiteraba que . /
Barrutra no deb1a permanecer en San Felipe por ser contra derech� perturbar a las �
justicias ordinarias. Camacho decía de don lgnacio:�desde el punto que me conoció
no pudo ocultar su pasión, pues habiéndole yo visitado urbanamente por repetidas
veces, nunca se dignó el retorno y correspondencia a mi persona". 110

106
AGI. Guadalajara 180. "Testimonio de la consulta que en 17 de marzo de 1730, hizo el corregidor de
Chihuahua. Camacho. a la audiencia. sobre los puntos contenidos en el 9° cuaderno." Chihuahua, 17 de
marzo de 1730.
107
AGL, Guadalajara 181. "Testimonio de los autos originales ... '·. San Felipe, 19 de mayo de 1730. El 19
de mayo de 173 1 el capitán don García Fernández de Córdoba, declaró que Lugo se hospedaba en casa de
su primo Juan de Orrantia, y que en una ocasión. al ser llamado por el corregidor no había acudido,
marchándose a El Parral, y a su regreso sí acudió al nuevo llamado 'v en la reconvención que le hizo le
faltó al respeto, respondiéndole sentado y cubierto con el sombrero" al corregidor.
108
AGI, Guadalajara 181. "Testimonio de los autos originales que con la consulta de primero de agosto
de 1730 .. .". San Felipe el Real. 5 de mayo de 1730.
109
Ídem. El gobernador le ordenó entonces notificarle cédula de la Audiencia de Guadal ajara donde se
disponía que las justicias y regimiento de San Felipe debían subordinación al gobernador de la Nueva
Vizcaya.
110
AH MP Justicia, Demandas de inconformidad, caja 2, expediente 26. "Testimonio del despacho del
excelentísimo señor visorrey para que don Juan Sánchez Camacho sea restituido al empleo de corregidor
de esta villa, y las diligencias que en su virtud se ejecutaron, y la oposición que el cabildo y vecindario
hicieron". San Felipe el Real. 18 Je julio de 1731.

,,
.) .)
Coincidentemente con estos hechos, estaba en San Felipe __el..Qbl§po de la
Nueva Vizcaya, el doctor Benito Crespo, y pareció ser la oportunidad de Cama�
pata acogerse a la pro eccfünae algUn tipo de autoridad en tiempos diflciles. él
prelado accedió a recibir información sobre la destitución, y con ello motivó la protesta
Elel gobernador quien inició su propia información para quejarse ante I� auclienci�1
�El ·tribunal de Guadalajara obsequiófas soficltu-des.del-corregiffóTexpidiendo
· una real provisión en la que se ordenaba al gobernador restituyera a Camacho en el
cargo 112; otra carta fue dirigida al cabildo de la villa para que ejecutara la orden en
-caso de renuencia del gobernador. Ni una ni otra cosa sucedió, y la audiencia, por sí
misma, ante el desacato. acudió directamente al virrey Casafuerte.
Ignacio Francisco no se mantuvo con los brazos cruzados. Faltaría más.
Sabedor que- era de las consecuencias de sus actos, compareció a seguir el pleito
tanto en la Audiencia de la Nueva Galicia, como en la corte del virrey, e inició
averiguaciones en torno de_ IQS_JnLneros renuentes a someterse a sus decretos,
especialrneúte.�ccíotr.a_de�MaoueLde._Sanjuáo 113, a quien acusó pocodespués ante el
virrey marqués de Casafuerte, de haber intentado sobornarlo con diez mil pesos, con
tal de que se hiciera de la vista gorda en la aplicación de la controversia! ordenanza
sobre las pe penas 114.
Pese a estar pendientes ante el real acuerdo varias cuestiones referentes a los
juicios e informaciones contra Sanjuán y Pedro Domingo de Lugo, el tema de la
destitución fue resuelto en México, el 8 de junio de 1731, mediante real provisión en
que se asentaba que, sin embargo de este pendiente: " ... conociendo de la dilación
que puede haber en la determinación de estos puntos puede irrogar perjuicio al
corregidor de Chihuahua en demorarse su restitución, por el presente ordeno al
gobernador del Nuevo Reino de Vizcaya, que luego que vea este despacho, y sin la
más leve omisión ni repugnancia, guarde, cumpla y ejecute la real provisión que le
tiene expedida la Real Audiencia de Guadalajara, sobre la restitución del corregidor de
la villa de San Feiip·e el"Real de Chihuahua, a
'-
su.empleo,
según y en la forma que en
dicha real provisión se le manda, bajo de la pena de dos mil pesos que en ella se le
imponen, que se le sacaráfiFrernisiblerriéñté, además de que pasaré a suspenderle
del cargo de gobernador y nombraré persona en su lugar que dé cumplimiento a los
reales despachos que se le expidieren, y si sobre el asunto tuviere· que informar, lo
hará ejecutada la restitución ... "115
En 25 de junio de 1731, la audiencia recibió este despacho del virrey marqués
de Casafuerte, y el 6 de julio, emitió auto declarando que "en orden a la indisposición
de ánimo que pueda haber entre los dichos gobernador y corregidor, y don Manuel
Sanjuán de Santacruz ( ... ) para que esto se evite, dijeron que se libre real provisión
con inserción de este auto para que Juan Sánchez Camacho se porte con el
expresado gobernador ( ... ) con la veneración y respeto que debe, atendiéndole y

111
AJEC, Carta de Francisco de Barruiia a la Audiencia de Guadalajara, San Felipe. 18 de junio de 1730,
en Varias consultas ... El gobernador se refirió a la información recibida por el obispo como "ajena de
conocer de ella el juez eclesiástico. sin reparar en que con semejantes actos hace agravio a la jurisdicción
real, ni en los malos efectos a que en una república dispuesta a desunión de ánimos, puede producir la
admisión de tales diliaencias"
112
AHMP Justicia, Demandas de inconformidad. caja 2, expediente 26. Testimonio del despacho del
excelentísimo ... "San Felipe el Real. 18dejuliode 1731.
113
AJEC, Varias consultas hechas .... folio 65. Escribió Barrutia que ·· ... le declaré incurso en la multa de
cuatro mil pesos. impuesta en este caso por la real hacienda en provisión con que se sirvió acompañar la
citada real cédula sobrecartada de vuestra excelencia, y arreglándome a su contenido para proceder a las
diligencias de la exhibición de la multa. y las demás que en ella se previenen. le suspendí del uso de su
empleo a dicho corregidor, y di cuenta a la real audiencia con los autos originales, por lo que es preciso
contentarme con expresar a vuestra excelencia informarle con el testimonio que acompaña a ésta ... "
114
Ídem, folio 65v.
115
AHMP Justicia. Demandas de inconformidad. caja 2, expediente 26. "Testimonio del despacho del
excelentísimo .. .". San Felipe el Real. 18 de julio de 1731, fo. 4-5.

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reconociéndole como a su superior, y dicho corregidor notifique al expresado don
Manuel Sanjuán de Santacruz que, sin embargo de estar inhibido del dicho
gobernador para el conocimiento de sus causas, le tenga toda veneración y respeto,
como debe y es obligado por superior de aquel reino ... "116
Don lgnac· Francisco no tuvo más remedio que ejecutar el mandato de
Casaafuerte, el 18 de julio, pero o hizo según su viejo es I ac o socarran que pareció
molestar en grado sumo al corregidor. Una vez citado el cabildo para la ceremonia de
reinstalación, Camacho varias veces se negó a asistir, alegando "que no podía venir a
causa de estar de purga, y pareciéndome ser pretexto dirigido a algún fin particular,
para desvanecer cualquier que pueda ser, inmediatamente hice que el escribano del
gobiernoaiése·-á1EmC]!J::JJre::se:i:ile_e[7ili.ede_cirn1'ª.0!...0 -¡'.ffiesto por mí ( ... ) no- quería
concurrir confos-éapTtulares 12ara el efecto de 10 ue- se le llamaba, respectoae- no
tener que hacercon ellos síño es con el señor gobernador, habiéndome mandado
citar a los señores capitulares para la enunciada concurrencia ... "117
La renuencia para asistir al cabildo.. tenía.razones fundadas, pues a la reunión
comparecieron varios vecinos, casualmente los "paisanos, comensales y parciales" de
Franciscode-Barrutia: Juan de Orrantia, don Joseph Baraya, don Pablo Benito
Rodríguez Rey, don Alejandro García de Bustamante y don Antonio de Arrieta,
irrumpieron materialmente en la sala consistorial, con· la complacencia de los
capitulares, para oponerse a la reinstalación del corregidor.
Un exhausto Camacho solicitó poco después a la audiencia, mediante nueva
consulta, que intermediara ante el virrey para que de una vez por todas ordenara la
salida de Barrutia de la villa de San Felipe. Relataba además que el cabildo, en público
paseo, fue a buscarlo a su casa para darle posesión por orden del gobernador, a lo
que se aceptó bajo protesta, solicitando auxilio de armas, pues sospechaba de la
actitud de Barrutia. Declaraba allí mismo seguir despojado del cargo. Como respuesta
a la extensa consulta de Camacho, la audiencia pidió parecer al fiscal quien el 16 de
mayo de 1732 opinó que no procedía resolver nada, sino elevar el caso ante el virrey,
especialmente por ser poco el tiempo que restaba a gobierno de Barrutia.118

12. La residencia de Barrutia

La residencia del gobernador le fue tomada por su sucesor, don Juan Joseph de Vértiz
y Ontañón. Básicamente los autos discurrieron acerca de tres cargos. El primero
consistía en que se le acusaba de haberse dedicado a actividades de comercio en la
Nueva Vizcaya, estando prohibido por la ley, y que al efecto tuvo por su
prestanombres a un Francisco Antonio Mendizábal.
El segundo cargo consistía en haber dado justicia y pena de muerte en las
personas de Juanillo, alias el Cohete; Miguel, alias Mahoma y a otro indio llamado
Esteban, por los insultos que habían ejecutado, sin haber consultado las sentencias
previamente a la Audiencia de Guadalajara.
Por último fue acusado de haber impuesto, con parecer de asesor, algunas
penas pecuniarias al alcalde mayor de lndehé y sus auxiliares en un juicio de
residencia que le había tomado, y de haberse quedado con algo más de 130 pesos,
que finalmente demostró Barrutia haber ingresado en la caja real.
El Consejo de Indias le dio por absuelto de todos los cargos, en 1736.119

116
AGI, Guadalajara 181. "Testimonio de los autos originales ... " San Felipe, 25 de junio de 1731.
117
AHMP .Justicia. Demandas de inconformidad, caja 2, expediente 26. "Testimonio del despacho del
excelentísimo .. :· San Felipe el Real. 18 de julio de 1731.
118
AGI, Guadal ajara 181. "Testimonio de los autos originales ... ", San Felipe, 16 de mayo de 1732.
119
AGI, Escribanía ele cámara. 1 194. 1736.

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