FRIGERIO Grac. LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS.
CARA Y CECA 1992
Elementos para su gestión
1. Introducción
La gestión educativa se encuentra en 3 campos de actividades articulados e intersectados: el político (marco para el
servicio), el administrativo (procura condiciones para prestar el servicio) y el profesional (efectúa el servicio).
Aunque las actividades conciernen a 3 agentes diferentes, convergen en quien tiene a cargo un establecimiento
educativo bajo el modo de diferentes preocupaciones.
-políticas: interrogarse sobre la calidad del servicio.
-administrativas: lograr el mejor uso de los recursos para garantizar un buen servicio
-profesionales de la educación: cuestionar las actividades y su impacto en la calidad de la educación.
Se puede aprender a gestionar y para ello es necesario construir un saber específico. Incluye saber qué pasa a nivel
institucional, en el sistema y en los establecimientos educativos. Se requiere repensar las teorías clásicas de
instituciones y organizaciones. Hay que tener presente el carácter enseñante, educador, académico de los
establecimientos como componentes que justifican su existencia.
Se deben articular 2 saberes ineludibles para la gestión educativa.
Saberes provenientes de las teorías organizacionales, administración y gestión institucional, para administrar y
organizar recursos y actividades con que se cuenta.
Saberes derivados de la especificidad pedagógico-didáctica, para obtener elementos y asegurar la gestión curricular.
2. Un momento clave en la historia de las instituciones educativas: los contratos fundacionales.
Las instituciones son construcciones resultantes del parcelamiento del terreno social.
Se crearon para responder a necesidades sociales, por esto mismo se van transformando también en la medida de lo
posible (no olvidar el juego instituido-instituyente). A veces se ceden espacios, invaden parcelas de otras
instituciones, cada una redefine sus límites expandiéndose o cediendo.
La escuela es una institución histórica y debe pensarse así. Por ser producto histórico se destaca:
1) La escuela surge con un movimiento de especificación, con una asignación de sentido dado desde lo social.
2) Las redefiniciones de los espacios institucionales los realizan actores (sujetos sociales) y las modificaciones
muestran las adaptaciones, pero están marcadas por los orígenes, por el primer contrato o contrato fundacional,
que daba el sentido a esa parcela del campo social.
-Entonces, el surgimiento de las instituciones está dado a partir de un contrato fundacional-
¿Cuál fue el contrato entre escuela y sociedad?
Primero, los sistemas educativos tuvieron como piedra fundamental la instrucción pública. Fue necesario al surgir
entre la revolución industrial y la política, que transformaron las relaciones sociales, económicas y culturales. Desde
perspectiva simbólica y política, escuela nace con ideales republicanos, que aseguraran la formación de ciudadanos.
Segundo, avance del capitalismo, generó alto grado de especialización y división del trabajo, se hizo necesario
sistematizar y asegurar el pasaje de saberes para cada especialidad. Además de asegurar la cooperación, a pesar de
la división laboral, en la producción de un mismo bien.
Recordemos que el surgimiento en la modernidad está caracterizado por una sociedad que deja de ser pensada
como determinada por fuerzas ajenas al hombre y se comienza a pensar como una construcción social resultante de
la voluntad de los hombres.
Cada institución es portadora de un mandato social y la responsabilidad de usar sus recursos para hacerlo cumplir.
El mandato social está especificado en el contrato fundacional.
Quien se encarga de verificar que ese mandato se cumpla es ese Estado organizador (de la modernidad) como
legitimador de un orden social más justo, por lo que el contrato requería una institución que:
1- transmitiera valores y creencias que legitimaran el derecho y el orden económico y social establecido.
2- transmitiera saberes necesarios para el trabajo
3- creara condiciones para transmitir saberes, desarrollo y progreso social
Desde lo político y social, se trataba de instruir al pueblo y formar ciudadanos integrados al trabajo y formar recursos
para elaborar nuevos saberes.
Los compromisos del Estado en este contrato eran la obligatoriedad y gratuidad de la educación básica y sus
contenidos mínimos. Este mandato no siempre y no en todos los contextos se cumplió. Además cada escuela tiene
cierto grado de autonomía que da rasgos propios a cada una en particular. Hoy el malestar educativo se percibe e
interpreta de manera diferente por la sociedad y los actores institucionales, desconexión, ineficiencia, fractura con la
realidad.
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3. El lugar del currículo en el contrato entre la escuela y la sociedad
Cuando se estableció el contrato fundacional, no todo se explicitó, por lo que se depositaron expectativas y se
articularon lógicas diferentes.
1. lógica cívica, sobre el interés general e igualdad de oportunidades.
2. lógica económica, concierne a producción de bienes y el trabajo
3. lógica doméstica, de familias e individuos.
Además la escuela debe integrar elementos de la lógica de las ciencias, del conocimiento erudito.
La escuela participo de la definición del contenido y sentidos del contrato, por lo que tiene capacidad de redefinirlos.
Puede definirse cada escuela como cerrada o abierta, conservadora o innovadora.
En su organización, estuvo signada por un contrato paradójico, en lo político crear un orden social más justo (borrar
diferencias sociales) y también requería distribuir posiciones laborales y sociales desiguales, o sea, trabajadores
diferenciados. Pueden tomarse como dos tendencias, una conservadora, reproductivista y la otra innovadora,
transformadora para modificar ese orden.
El sistema educativo tiene la capacidad potencial de socializar y distribuir saberes con diferentes grados de
autonomía del mandato social. Esto se hace acto en el desarrollo curricular, prácticas pedagógicas, diferentes
materiales y recursos didácticos. Ello es así porque el currículo prescripto es el organizador institucional de estos
procesos, de los contratos laborales, de los contratos organizacionales (condiciones para el enseñar). Todos estos
contratos marco del contrato pedagógico-didáctico, resignificado en cada aula con cada docente y grupo de
alumnos.
Se dan fuertes disputas sociales en torno a la educación, hay grupos que han sido excluidos y quieren ingresar,
quienes están adentro, reclaman ser nivelados más arriba, es una permanente lucha entre instituido-instituyente;
donde actores presionan para que el Estado asuma las funciones que a cada entender, debería asumir.
Cuando se hace referencia a la crisis de la educación, se alude a la ruptura contractual de los procesos al interior de
la escuela con las lógicas cívica, económica, doméstica y científica; ya que parece que ninguna de las partes parece
poder satisfacer los compromisos asumidos.
La escuela rompe el contrato al no pasar los saberes adecuados sobre para el desarrollo científico y tecnológico,
obstaculizando las lógica tanto económica como doméstica y procesos autoritarios dejan incertidumbre sobre el
cumplimiento de la lógica cívica fundacional.
También el Estado encuentra dificultades para sostener el contrato. 1. En muchos casos está la desatención
económica a instituciones y docentes. 2. Indefinición respecto de los saberes por transmitir y las relaciones concretas
entre los saberes y el mundo del trabajo. 3. Carencia de políticas de formación para docentes y directivos 4. Presión
sobre instituciones sobre funciones que no le son propias.
Entonces nos encontramos con un mutuo incumplimiento del contrato fundacional.
¿Se puede resignificar el contrato? ¿se pueden articular en una propuesta las lógicas cívica, económica, doméstica y
científica?
4. Hacia un nuevo contrato
La tarea no puede hacerse unilateralmente, y el contexto en que la escuela debe construir un nuevo camino es
adverso, crisis económicas de países latinoamericanos y desplazamiento del Estado de las prestaciones sociales,
coloca a las instituciones educativas a responder múltiples demandas. ¿A qué demandas responder? ¿Esperar que la
sociedad comience o tomar la iniciativa?
Debería recuperar las prácticas de enseñanza y aprendizaje y de allí reformular los contratos internos. Redefinir roles
y tareas, derechos y obligaciones.
Entre las demandas, la democratización se vuelve recurrente. Democratizar a veces como:
1. asegurar el ingreso,
2. después como la permanencia y disminución del fracaso escolar.
3. No basta con esto, se debe además: distribuir saberes socialmente significativos, conocimiento elaborado que no
se puede obtener de otras instituciones o situaciones.
4. Además de asegurar igual capital cultural a igual inversión temporal.
Si falta alguno de ellos no se puede hablar de escuela democrática. La responsabilidad no es sólo de las políticas
públicas, también de las escuelas y de cada educador.
La redefinición del contrato por parte de la escuela deberá contemplar:
-Lógica cívica, de construcción de un orden democrático
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-Lógica doméstica, demanda equidad para posibilitar una construcción social e individual del destino y no sea
predeterminado por las biografías anticipadas.
-Lógica económica, sin que aliene a las demás
-Lógica de la construcción de nuevos conocimientos, que reclama distribuir del saber acumulado.
Fin, en página 32