Índice
Índice 1
Resumen 1
Introducción 1
Situación problema 2
Hipótesis 2
Marco teórico 2
Los primeros informes y desarrollos 2
Género y ciencia 3
La mujer trabajadora 3
Paredes de cristal 4
Mujeres y carreras STEM 4
Conclusión 5
Biografías consultadas 5
Agradecimientos 6
Resumen
Históricamente en el ámbito científico, las mujeres han pasado de la exclusión a la segregación.
Diversos han sido los mecanismos implementados a fin de conseguir la igual distribución de género en ciencia
y tecnología, si bien hay avances en cuanto al acceso a la educación, sigue siendo poca su presencia en puestos
de reconocimiento y toma de decisiones. Con nuestra investigación pretendemos mostrar cómo han sido a lo
largo de la historia, las condiciones en las que las mujeres se han desarrollado y consolidado en el ámbito
científico y académico, para lo cual haremos uso del análisis estadístico de distintas instituciones y el enfoque
de la antropología de la experiencia basada en vivencias personales y laborales. Con los resultados obtenidos
podemos concluir que la persistencia de inequidades en ciencia se relaciona directamente con la transmisión y
reproducción de los estereotipos de género.
Introducción
El acelerado avance científico y tecnológico ha sido uno de los rasgos característicos del siglo pasado y
uno de los principales desafíos que la comunidad mundial debe afrontar en este nuevo milenio. Frente a esto
surgen las siguientes preguntas: ¿Cuál ha sido y es el papel de las mujeres en estas transiciones? ¿Cuáles son
los obstáculos que en la antigüedad y que incluso siguen vigentes para que las mujeres opten por el campo
científico y tecnológico?
Cuando se habla de mujeres, ciencia y su historia, las reacciones son las que indican la poca presencia
de información sobre su desarrollo en la misma. Ya que solo once premios nobel en física, ciencia y medicina
se otorgaron a mujeres en el siglo pasado.
Una parte importante de los primeros esfuerzos por reconsiderar el papel de las mujeres en la ciencia
y la tecnología lo constituye la reescritura de la historia para recuperar del olvido mujeres que, pese a haber
hecho contribuciones destacables en el ámbito científico-tecnológico, han sido silenciadas por la historia
tradicional, debido ya sea a distintos tipos de sesgos o a concepciones estrechas de la historia de la ciencia que
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reconstruyen la disciplina sobre los nombres de grandes personajes y teorías o prácticas exitosas, y dejan de
lado otras actividades y contribuciones consideradas colaterales al desarrollo de la ciencia.
Un caso paradigmático de figura femenina olvidada y recuperada para la historia de la ciencia es el de
Rosalind Franklin. Sus fotografías por difracción de rayos X fueron claves para que Watson y Crick pudieran
proponer el modelo de doble hélice del ADN, con el que obtuvieron el Premio Nobel en 1962. Sin embargo,
silenciada por la historia de la ciencia y por una temprana muerte, su contribución no tuvo ningún
reconocimiento hasta la publicación de la biografía que escribe Anne Sayre, en la que se cuenta una historia
muy distinta: la difícil situación de una científica, mujer y judía, en una institución (el King’s College de
Londres), tradicionalmente masculina y claramente anglicana.
Situación problema
¿Será posible introducir un cambio en la sociedad acerca de la forma en la que ven el rol de las
mujeres en distintos ámbitos?
Hipótesis
El escaso reconocimiento hacia las mujeres en diferentes ámbitos como el laboral, científico o
educacional, es debido a la desigualdad de género.
Marco teórico
Los primeros informes y desarrollos
La búsqueda de datos numéricos e indicadores en el tema que nos ocupa no es algo nuevo. A
comienzos del siglo XX, la comunidad de EEUU realizó algunos informes acerca de la situación de las mujeres
que han sido tratados y analizados en diversos estudios. Susan Kingsbury, catedrática de económicas en el
Simmons College, elaboró, en 1911, uno de los primeros y más interesantes. Escribió a todas las mujeres que
pertenecían a la Association of Collegiate Alumnae 1, y recibió 147 respuestas, visualizando que muy pocas
trabajaban en ciencia (Gráfico 1).
Ese mismo año se publicó en Science un informe más completo y amplio, ya que examinaba 7.960
miembros de 81 instituciones educativas y encontró que solo un pequeño porcentaje eran mujeres. Aunque
no comprobaba el rango de todas ellas, quedó plasmado en el informe presentado por Gertrud Martin, la
discriminación con que son tratadas las mujeres en la academia y aunque se las exigía ser doctoras, no se las
consideraba miembros de las facultades.
Gráfico 1
Este tipo de estudios continuó de manera bastante insatisfactoria hasta finales de los años setenta.
De manera insatisfactoria, porque no son generales de ningún país, área, etcétera. Suelen ser trabajos
parciales sobre una determinada universidad, un cierto estado o región, sobre los grados en ciencias e
ingenierías obtenidos en un determinado periodo o sobre los doctorados y, por lo general, en Estados Unidos.
Aunque, la igualdad entre hombres y mujeres está incluida en la Carta de las Naciones Unidas (26 de
junio de 1945) y en la Declaración Universal de los Derechos Humanos (10 de diciembre de 1948), así como en
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mujeryciencia-1[1].pdf
2
los más importantes convenios legales sobre derechos humanos, políticos y civiles, económicos, sociales y
culturales establecidos por las Naciones Unidas, lo cierto es que el problema no se afrontó seriamente y a nivel
internacional hasta la década de los setenta del pasado siglo XX.
Género y ciencia
Históricamente el acceso a la vida académica-científica para las mujeres ha estado restringido como
resultado de una cultura patriarcal que, basada en estereotipos de género, ha centralizado el conocimiento en
la experiencia masculina. La limitación en el acceso al saber y al consiguiente poder que ello supone ha sido
una de las prohibiciones más fuertes que la historia y la cultura patriarcal ha impuesto a las mujeres. El
patriarcado, como uno de los principales y más longevos sistemas de dominación, ha generado un modelo de
construcción sociocultural basada en el principio de desigualdad “natural” entre los sexos. Esta visión,
considera a las mujeres como seres irracionales emocionales y pasivos en consecuencia, no dignas de
confianza y aceptación para el desempeño de actividades consideradas racionales (masculinas), como es el
caso del trabajo científico. En este sentido, podemos apuntar que, desde el origen de la ciencia, esta ha hecho
de las experiencias masculinas, la experiencia universal.
Siendo así que las mujeres durante gran parte del siglo fueron excluidas del lugar que ganaron con su
inteligencia y estudio. Fueron olvidadas sin que su huella en la ciencia fuera descubierta.
La mujer trabajadora
La visibilidad de la mujer trabajadora fue una consecuencia del hecho de que se la percibiera como
problema que se describe como nuevo y que había que resolver sin dilación. Este problema implicaba el
verdadero significado de la feminidad y la compatibilidad entre feminidad y trabajo asalariado, y se planteó en
términos morales y categoriales. Ya se tratara de una obrera en una gran fábrica, de una costurera pobre o de
una impresora emancipada; ya se la describiera como joven, soltera, madre, viuda entrada en años, esposa de
un trabajador en paro o hábil artesana, ya se la considerara el extremo de las tendencias destructivas del
capitalismo o de la prueba de sus potencialidades progresistas, en todos los casos, la cuestión que la mujer
trabajadora planteaba era la siguiente: ¿debe una mujer trabajar por una remuneración? ¿Cómo influía el
trabajo asalariado en el cuerpo de la mujer y en la capacidad de ésta para cumplir sus funciones maternales y
familiares? ¿Qué clase de trabajo era idóneo para una mujer?, Aunque todo el mundo estaba de acuerdo con
el legislador francés Jules Simón, quien en 1860 afirmó que “Una mujer que se convierte en trabajadora ya no
era considerada mujer”
Incluso en la actualidad las mujeres continúan lidiando con el patriarcado, claro ejemplo son las
industrias, sobre todo en Argentina donde las mujeres constituyen apenas el 20,7% de la masa laboral y
enfrentan dificultades estructurales para acceder a espacios de poder.
Un estudio reciente del Centro
de estudios para la producción (CEP)2
perteneciente al ministerio de
Desarrollo Productivo, indica que en
promedio las mujeres constituyen el
20,7% de la masa laboral en la industria
y su participación en los diferentes
sectores se puede ver en el gráfico 2.
Una de las principales
restricciones a la hora de contratar
mujeres en la industria es la falta de
infraestructura adecuada (baños,
vestuarios, etc.). En este sentido, el 33%
de las empresas considera importante
trabajar en líneas de financiamiento
especiales para superar esas restricciones. Gráfico 2
2
texto3.p65 (unl.edu.ar)
3
Paredes de cristal
Las mujeres se enfrentan con “paredes de cristal”: participan más en los sectores menos dinámicos y
peor remunerados de la economía. 6 de cada 10 mujeres trabajan en el servicio doméstico, comercio,
educación y salud, mientras 6 de cada 10 de ellos lo hace en el comercio, la construcción, la industria y en
actividades empresariales, inmobiliarias y de alquiler). Esta segregación tiene implicancias para la brecha
salarial: en los 4 sectores más masculinizados, el salario promedio es 58% mayor que en el caso de los 4
feminizados3 ($21.084 contra $13.384).
La tenencia de un hijo/a afecta diferencialmente el derrotero laboral de varones y mujeres: se asocia
con una reducción o incluso con la interrupción de la dedicación de ellas a sus carreras laborales. Este
fenómeno se pronuncia en el pico de la edad reproductiva y, especialmente, en los hogares de menores
ingresos. La proporción de mujeres de 25 a 44 años con hijos en el hogar que transitan desde la ocupación a la
inactividad es 18 veces la de sus pares varones, y asciende a 20 veces para el caso de las mujeres de 18 a 24
años con hijos en el hogar).
Los contextos de crisis económica ponen en jaque la estabilidad y calidad de las trayectorias en el
empleo tanto de varones como de mujeres. Ya sea si ellas aumentan su participación en el mercado de trabajo
(para suplir una caída de ingresos en el hogar) o la disminuyen (dada una tensión, por ejemplo, en los
esquemas de provisión de cuidados), las situaciones de incertidumbre e inestabilidad económica exacerban los
obstáculos que ya de por sí enfrentan en mayor medida las mujeres, especialmente aquellas que se
encuentran en los primeros quintiles de ingreso.
Mujeres y carreras STEM
La desigualdad de género y el rechazo al crecimiento del género femenino, se ve reflejada en la NO
elección de las mujeres por carreras STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Matemáticas). El campo STEM es
una de esas áreas donde la presencia de las mujeres no crece al nivel que debería según su participación en la
sociedad, sino que incluso retrocede, creando lo que se conoce como la brecha STEM. Se calcula que solo el
30%de las mujeres del mundo estudia carreras STEM (porcentaje que cae al 3% en carreras relacionadas con
tecnología de la información o al 8% en carreras de ingeniería).
Esta desigualdad va más allá de la universidad, ya que las mujeres que trabajan en el campo STEM
suelen cobrar menos que sus colegas masculinos y algo todavía más grave es que las posibilidades de que
abandonen sus carreras profesionales son muy altas, particularmente las madres.
Si nos concentramos en el rol de las mujeres en las principales empresas tecnológicas del mundo
(Apple, Facebook y Google) vemos que pese a sus esfuerzos están claramente infrarrepresentadas (Gráfico 3),
e incluso cuando acceden a puestos de trabajo, éstos no son exclusivamente se altos rangos.
Puestos de trabajo en grandes compañías
70
60
Porcentaje
50
40
30
20
10
0
mujeres varones mujeres varones mujeres varones
Apple Facebook Google
Series1 Puestos de liderazgo Puestos técnicos Otros
Gráfico 3
3
https://elgritodelsur.com.ar/2021/03/mujeres-industriales-en-accion-brechas-genero-acceso-puestos-
jerarquicos.html
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Ante estos datos surge preguntas como: ¿Cuáles son los motivos de esta discriminación y por qué
siguen persistiendo desigualdad en campos que han sido “Conquistados” por el talento femenino? La
American Association of University Women apunta que los principales motivos son:
o Estereotipos de género: el sector del STEM se continúa percibiendo como eminentemente masculino
y tanto padres como profesores desincentivan a las niñas desde pequeñas poniendo en duda su
capacidad para las matemáticas.
o Entornos profesionales eminentemente masculinos: que como muchas profesionales del sector
ponen de manifiesto a diario, no son precisamente inclusivos y donde el sexismo o el acoso sigue
perviviendo.
o Escasez de ´role models ´ femeninos: Cuando se habla de ciencia y tecnología, la inmensa mayoría de
los referentes que escuchan las niñas son masculinos. Aunque la contribución de la mujer en este
campo es inmensa, en especial en el campo de la tecnología, su aportación ha sido borrada de la
cultura popular.
Conclusión
En virtud de lo argumentado, podemos concluir que las mujeres han tenido que luchar desde hace
mucho tiempo contra la desigualdad de género, lo cual no solo ha afectado su reconocimiento en la gran
historia de la ciencia sino que también impactó a las nuevas generaciones haciendo que no elijan campos
liderados por los hombres para su formación educativa, debido a la falta de profesionalismo y reconocimiento
en la vida universitaria y laboral. Además existen obstáculos simbólicos que operan desde la infancia y la
adolescencia, y que se traducen en actitudes sociales y sesgos que excluyen a muchas mujeres de las ciencias
más duras4 y por consiguiente también les quitan posibilidades en el acceso al mercado laboral. Por otra
parte, la falta de visibilidad de mujeres destacadas en el ámbito científico o la falta de oportunidades de
mentoría refuerzan los estereotipos existentes desalentando a las mujeres a acceder a determinados puestos
de trabajo históricamente considerados exclusivos de los hombres.
Bibliografías consultadas
La mujer en el campo de las STEM: un camino lleno de obstáculos (bbva.com)
Mujeres industriales en acción | Brechas de género y acceso a puestos jerárquicos
(elgritodelsur.com.ar)
Mujeres en el mercado de trabajo: una deuda y una oportunidad (cippec.org)
https://www.fhuc.unl.edu.ar/olimphistoria/paginas/manual_2009/docentes/modulo1/texto3.pdf
Desigualdades de género en ciencia, el caso de las científicas de la UAEMéx (redalyc.org)
Científicas históricas que cambiaron el mundo (nationalgeographic.com.es)
Ciencia con equidad de género | EL ESPECTADOR
Agradecimientos
El agradecimiento de este proyecto va dirigido principalmente a las profesoras Ing. Ana
Reyes y Daniela Quiroga por su apoyo y aporte de ideas.
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Ethington (1992)