II Marco Conceptual
II Marco Conceptual
La falta de agua apta para el consumo humano es causa de graves enfermedades diarreicas, que matan
más de 2 millones de personas cada año (la mayor parte niños y principalmente en países en
desarrollo). Las condiciones deficientes de salud limitan el desarrollo y el alivio de la pobreza tanto
que la Comisión de Naciones Unidas para los Derechos Económicos, Sociales y Culturales en 2000
incluyó en el derecho a la salud también factores como el agua apta para el consumo humano y
saneamiento ambiental. La misma comisión en 2003 ha declarado que el derecho al agua “claramente
entra en las categorías de garantías esenciales para asegurar un nivel de vida adecuado,
particularmente porque es una de las fundamentales condiciones para la sobrevivencia”(OMS, 2003).
A nivel de la región Centroamericana la fuerte urbanización y el tipo de desarrollo
socioeconómico han convertido varios ríos en vertedores a cielo abierto amenazando no solo la salud
de las personas cercanas a estas fuentes, sino también aquellas viviendas en áreas lejanas por el arrastro
de contaminantes. Esta realidad disminuye la calidad de vida de mucha gente así comprometiendo el
desarrollo futuro de la región. Se necesita de soluciones que no se enfoquen solamente en aspectos de
oferta del recurso sino también en aspectos territoriales y sociales de la demanda. En este sentido, la
contaminación revela el doble papel del recurso hídrico como insumo para el proceso de desarrollo
sostenible y como sumidero receptor de los desechos de este proceso (Proyecto estado de la región,
1999).
Los principales problemas ligados al recurso agua se relacionan hoy día no solo con su
disponibilidad para consumo humano y uso en la producción agrícola/industrial, sino también con la
sobreexplotación y la consecuente degradación ambiental y deterioro en la calidad del recurso. Estos
problemas afectan en manera distinta los sectores sociales en función del grado de vulnerabilidad que
ellos presentan (IPCC-TAR, 2001). La menor disponibilidad en cantidad y calidad del recurso tiene
estrechos vínculos con el desarrollo humano y el combate a la pobreza en particular para aquel
segmento de población que más está expuesto a situaciones críticas como la población rural y sobre
todo las mujeres y la niñez (PNUD, 2001).
El Salvador se caracteriza por un alta densidad poblacional (300 habitantes /Km2), por un
fuerte fenómeno de urbanización especialmente alrededor de su capital San Salvador, por una alta tasa
de deforestación y por una escasez crítica de aguas no-contaminadas. Aunque en el país, según varios
estudios no existe escasez absoluta de agua (i.e. en cantidad), el panorama cambia cuando se analiza la
oferta de líquido tomando en cuenta los valores reportados por estaciones climáticas, calidad de agua
disponible, acceso a fuentes y finalmente la demanda futura de agua (PRISMA, 1994).
1
Los impactos socio-económicos de la contaminación en El Salvador son numerosos y están en
función del tipo de acceso al recurso que caracteriza la población. En este sentido cabe subrayar que
existen fuertes diferencias entre el área rural y la urbana en cuanto al tipo y calidad del abastecimiento
de agua para consumo humano (PNUD, 2001; OPS, 2001). Los indicadores del impacto de la
contaminación como la incidencia de enfermedades de origen hídrica (i.e. parasitismo intestinal y
diarreas) indican que a nivel nacional, entre 1989 y 1999, las enfermedades diarreicas crecieron en un
85% y el parasitismo intestinal creció más del doble (MSPAS y ANDA 2000). Varios estudios
desarrollados en el país (FUSADES, 1994; PRISMA, 1994; PNUD, 2001; SNET, 2003) han señalado
un estado de emergencia debido al estado de degradación del recurso agua señalando las acciones
necesarias para reducir los impactos de la contaminación del recurso hídrico ya que el 90% de las
fuentes de agua dulce están contaminadas.
Para enfrenar esta situación, en El Salvador se han desarrollado iniciativas enfocadas a la
reducción de la contaminación como la del SNET, dirigida al monitoreo y descontaminación de los ríos
Acelhuate, Sucio y Suquiapa y la normativa del MARN de 1998 para exigir a las empresas inversiones
en estudios de impacto ambiental y adecuación de la carga contaminante, etc.Varias entidades
nacionales tienen papeles institucionales y/o juegan un rol en el sector agua sin una clara identificación
de los beneficios e impactos de sus acciones en respecto a las demás iniciativas debido a un
acercamiento sectorial al problema. Esto resulta en una escasa coordinación, baja eficiencia y
desperdicio de recursos valiosos. La problemática especifica del sector agua para consumo humano,
requiere de un acercamiento holistico que, en el caso específico de la relación contaminación del
agua/acceso/impacto sobre la salud, comprenda un modelo explicativo que permita identificar áreas
prioritarias de acción a nivel local y sobre todo tomar decisiones a lo largo del tiempo basadas en la
evolución de los impactos de las intervenciones.
2
1. Caracterizar la relación entre acceso al recurso y morbilidad tomando en cuenta variables
socioeconómicas, tipo de abastecimiento e incidencia de la morbilidad.
2. Caracterizar los aspectos territoriales de la exposición de los pobladores a la contaminación
y su influencia sobre la morbilidad.
3. Cuantificar los impactos económicos y sociales de la contaminación del agua para
consumo humano
2 REVISION DE LITERATURA
La investigación centra su interés en los aspectos relacionados con el acceso al agua y la
incidencia de enfermedades de origen hídrico, en un área especifica de El Salvador, desde un punto de
vista de las probables causas y efectos como se ilustra en la Figura 1. Como se puede observar de las
relaciones indicadas en el marco conceptual, la incidencia de enfermedades hídricas se relaciona con
múltiples causas/factores que se combinan para potenciar o disminuir directamente o indirectamente la
incidencia de las mismas.
Los efectos sociales (sobre la niñez, sobre las mujeres, etc.) y económicos (impacto en la
capacidad de auto-sustentarse, en los gastos defensivos, etc.) a su vez alimentan las causas pudiendo
crear un círculo de impacto sobre la población. A continuación se exploran las componentes del círculo
de impacto presentado en la Figura 1 basado en una revisión de literatura sobre el tema.
3
Figura 1: Efectos relacionados con la incidencia de diarrea.
4
de agua comunitario considerados por varios países (OMS, 1997) incluyen: 1) Calidad, 2) Cobertura,
3) Cantidad, 4) Continuidad y 5) Costo.
Estos indicadores permiten comparar, monitorear y evaluar la eficiencia y adecuación de políticas de
abastecimiento a las condiciones locales de las comunidades. Según Naciones Unidas el indicador de
acceso a agua apta para consumo humano está relacionado con el estado nutricional de los niños y es
un buen indicador de desarrollo humano que, es desagregado a nivel local, es un buen insumo para la
evaluación de inequidad social. El indicador tiene en cuenta si el servicio es intra-domiciliar o si esta
dentro de una distancia de 200 metros de la vivienda y si la disponibilidad diaria es de por lo menos 20
litros diarios por persona de “agua segura”1 para las necesidades metabólicas, higiénicas y domésticas
(ONU, 2003).
1
Se define agua segura aquella que no contiene agentes químicos o biológicos a niveles que impactan la salud
(ONU, 2003).
5
2.2 Capital Social
El capital social todavía no ha logrado una definición común e universalmente aceptada en la
literatura (Cecchi, 2003) lo que ha conllevado a una sub-teorización de su concepto, dificultad de
medición estandarizada y a una serie de críticas como el riesgo de no-consideración de los contextos y
las relaciones de clases sociales y el exceso de atención a aspectos deseables producidos sin adecuada
discusión sobre que es “deseable” (Shortt, 2004). Sin embargo, académicos y gobiernos exploran la
potencialidad política del concepto de capital social.
Por un lado el capital social puede ser definido como un conjunto de recursos (capital) que los
individuos pueden procurarse gracias a las redes y vínculos (sociales) con que cuentan; por el otro lado,
se refiere a la naturaleza y dimensión del involucramiento en redes y organizaciones (Gootaert, 2004)
subrayando la importancia de la participación ciudadana en la toma de decisiones y la confianza en las
instituciones. En el concepto de capital social se deben considerar los aspectos de percepción y de
subjetividad dado que en muchos casos no son las desigualdades de distribución de activos que hacen
la pobreza sino la respuesta subjetiva a estas desigualdades (Muntaner, et al., 2000).
El capital Social esta más frecuentemente asociado a los grupos, redes, reglas y confianza de
los cuales la gente dispone para fines productivos. Ese marco es útil para poder entender en manera
más integral los problemas relacionados al acceso a los recursos (Narayan et al., 2003).
El capital social provee tres tipos de categorías de servicios: servicios económicos de no-
mercado que están sujetos a las reglas del mercado, los servicios sociales relacionados con las
relaciones sociales personales, servicios de validación que ayudan la gente a ser considerados y
reconocidos como miembros confiables de una comunidad. Asimismo, el capital social puede ser visto
a través de dos aspectos importantes: las formas y los alcances. La forma tiene a que ver con el capital
social denominado estructural, cognitivo, que define número, grado de cohesión y conexiones de redes
sociales incluyendo aspectos de confianza y fortalezas de las redes y vínculos. El alcance tiene a que
ver con la amplitud del sujeto que define, crea y cambia el capital social, pudiéndose definir un nivel
macro (estructuras de Gobierno, marcos legales, etc.), meso (redes entre comunidades, territorios, etc.)
y micro (nivel de hogar e interno a la comunidad) como se muestra en la Figura 2 (Cecchi, 2003).
Hay dos tipos de vínculos entre personas que pueden ser explorados: horizontales (bonding
social capital) y verticales (linking social capital). Los primeros se refieren a vínculos con personas
que comparten vecindad, miembros de la familia, amistad, etc.; los segundos se refieren a aspectos de
relación con personas que están en posiciones de autoridad que en el caso del acceso al recurso pueden
ser los administradores del sistema de abastecimiento o personas que ocupan cargos que pueden influir
en mejorar o solucionar problemas de acceso al agua potable (municipalidad, el Comité de agua,
6
ANDA, etc.) (Grotaeert et al., 2004). En este sentido, estas relaciones pueden ser analizadas desde una
perspectiva que considere la percepción de confianza entre vecinos y entre estas y las instituciones
claves del sector agua (i.e. las instancias con influencia sobre el tema del agua potable).
Macro
Micro
Para los fines del estudio presente, se pueden identificar las siguientes dimensiones evaluativas
del capital social (definidos por indicadores proxies):
1. Grupos y redes: Número de miembros de la familia que participan en las organizaciones
de comunidades de base, esto mide la densidad de capital social, que tipos de
asociaciones prevalecen, quienes son miembros, etc.;
2. Confianza: Respecto a las instituciones clave para la solución de problemas;
3. Acción colectiva: explora si los miembros de familia han participado en acciones
colectivas, si están disponibles a colaborar para mejorar su situación, cuáles son las
determinantes de la acción colectiva, etc.
En la investigación sobre capital social son beneficiarios los miembros de las asociaciones así
como los que no son miembros (PNUD, 1998). Ese aspecto, como el hecho que el uso de ese capital
por alguien no disminuye su disponibilidad para otros, da al capital social un carácter de bien público.
En ese sentido, en el análisis del capital social, resulta importante distinguir entre su uso y los sujetos
7
y/o asociaciones que potencialmente proveen el servicio (Cecchi, 2003). Los indicadores proxies de
capital social pueden ser de divididos en (PNUD, 1998):
o Resultados, a su vez divididos en:
Tangibles: participación ciudadana, cobertura de beneficiarios, visibilidad,
preponderancia en la prestación de servicios sociales universales, relevancia
económica; analizado en base a preguntas directas o a través de indicadores
directos;
Intangibles: aumento de la cultura democrática y confianza social, quizás
medible a través de preguntas indicadoras;
o Estructura: Costo, disponibilidad y uso de recursos físicos/humanos; analizado, por
ejemplo, a través de entrevista a informantes clave;
o Procesos: Cantidad de actividades realizadas y sus eficacias, o sea la capacidad de las
organizaciones de actuar; miden el grado de eficacia, los alcances cuantitativos y
cualitativos, el impacto en la población y la satisfacción de las necesidades;
o Estratégicos: miden aquellas actividades y aspectos estructurales externos que
condicionan el alcance de los resultados directamente; un ejemplo son directivas
municipales que facilitan el accionar de una organización de base, la presencia de
leyes favorables en respecto a los problemas y las necesidades de la población.
8
De acuerdo al trabajo de Shortt (2004) sobre la relación entre salud y capital social en ámbito
de diseño de políticas, hay un potencial político del concepto según la noción que identifica el gobierno
como un promotor de capital social a través del empoderamiento de los ciudadanos a participar
igualitariamente en asociaciones que generan capital social así como devolver la gobernabilidad a las
comunidades locales. Esto es solamente alcanzable a través de la diseminación de información y la
construcción de confianza reduciendo los costos de transacción y los asuntos políticos (Szreter citado
en Shortt, 2004). Varios estudios han considerado la relación entre aspectos socioeconómicos y estado
de salud del individuo encontrando asociaciones significativas con aspectos de salud de las
comunidades aunque sin especificar las modalidades de conexión entre estos aspectos.
Las relaciones más comunes entre la salud y el capital social son (Shortt, 2004):
x La baja inversión en capital social fortalece los efectos de la morbilidad asociado con
la inigualdad de ingresos
x El capital social puede estar asociado con costumbres que influyen en el estado de
salud
x El capital social puede ser un mecanismo para, a nivel de unidades geográficas y/o
administrativas, hacer más disponibles los servicios de salud a los ciudadanos
De acuerdo a este trabajo, el capital social tiene un potencial importante para el diseño de políticas de
abastecimiento en cuanto permite detectar confianza y potencial de participación en programas
mientras que por otro lado, se explora para ver su asociación con la situación actual de incidencia de
morbilidad aunque como se ha visto, este patrón no está bien definido en la literatura. En este sentido,
Altschuler con otros autores (2004) sugiere que la posibilidad de acción colectiva basada en las
relaciones y confianza existentes es un instrumento para mejorar aspectos de la comunidad. El mismo
estudio cualitativo de Altschuler encuentra que el capital social, para el área estudiada (comunidades
negras y blancas de ciudades de Estados Unidos), efectivamente está relacionado con los éxitos o
fracasos en la salud, permitiendo expandir la comprensión de los impactos del medio ambiente sobre
esta.
El capital social no se distribuye uniformemente sino en función con aspectos distintos de las
comunidades como el territorio, de la historia de la comunidad, etc. Efectivamente el área de estudio
está incluida en un territorio de futura expansión urbana que, como concluido por el estudio de Bolay
et al. (2004) sobre los alrededores de otras ciudades de América Latina, es destinada a un proceso de
modernización que, a través de las políticas públicas (i.e. cambios de los arreglos de propiedad del
recurso agua), introduce una modificación de “los paisajes materiales y humanos” que acompañadas
con nuevas normas (flexibilidad económica, movilidad social y compatibilidad ambiental) generan un
aumento de la exclusión territorial y social.
9
2.3 Contaminación del recurso agua para consumo humano
La urbanización en curso en el área de estudio tiene directos efectos sobre los recursos de agua
subterráneos y por ende en la provisión de agua. La falta de saneamiento básico favorece la
contaminación directa (a través de las disposición en situ de los desechos) o indirecta (por infiltración
desde ríos contaminados) de los recursos de agua subterránea lo cual impacta la disponibilidad real (la
cantidad total disponible efectivamente menos la cota de agua contaminada) del recurso para el
abastecimiento (Foster, 2001).
La susceptibilidad de un acuífero a la contaminación es definida como la sensibilidad natural
que tiene el manto acuífero subterráneo a la contaminación dados unos factores que los componen. La
dinámica de contaminación del acuífero puede ser influenciada por la roca madre fracturada cerca de la
superficie y/o por que el acuífero es superficial. El escaso saneamiento local tiene alto impacto en la
contaminación con bacterias y virus (Foster, 1998). De acuerdo a los hallazgos de Perdomo et al.
(2001), la contaminación con coliformes fecales de los pozos no necesariamente refleja la
contaminación del acuífero, más bien, puede ser debida a cercanía de fuentes contaminantes locales
(i.e. letrinas, animales, etc.) y/o a fallas en la construcción de los sistema de extracción. Entre las
dinámicas de contaminación relacionadas al saneamiento se resalta que existen diferencias
significativas entre sistemas de letrinización en cuanto al impacto contaminante (donde las fosas
sépticas son las más higiénicas) así como entre la seguridad de los pozos que depende del diseño y
mantenimiento que puede permitir la contaminación de patógenos por percolación o por infiltración de
los acuíferos superficiales (no tanto de los profundos)2. En formaciones consolidadas la única
infiltración y contaminación microbiológica puede ocurrir por fracturas en los estratos (Foster, 1998).
En las áreas de expansiones urbanas, las condiciones del subsuelo en cuanto a presencia de un
sustrato permeable y de un acuífero aprovechado cerca de la superficie son de fundamental
importancia. En particular los siguientes factores resultan claves (Foster, 1998):
x El tipo de provisión de agua potable;
x Las medidas de saneamiento;
x El drenaje de las aguas de lluvia;
x La descarga de los desechos industriales;
x El manejo de los desechos sólidos.
La fuerte urbanización, con bajas capacidades de inversión en infraestructuras adecuadas y sin
control de las características ambientales del territorio constituyen las causas del deterioro rápido de
2
Los acuíferos superficiales (con pequeña zona vadosa) son típicamente usados por el abastecimiento extra-
domiciliar (pozos escavados, pilas al lado del rió, etc.) mientras que los profundos (por los costos mismos de
excavación) son más típicos de sistemas de distribución por cañería.
10
condiciones de salud y saneamiento conjuntamente con los recursos naturales. En el caso particular de
la contaminación, esta puede ocurrir por el flujo proveniente de grandes ciudades (como es el caso del
área de estudio que recibe el flujo de la capital a 15 Km). Mientras que por un lado el manejo de los
desechos sólidos y líquidos es poco controlado, los ríos constituyen una importante fuente de recarga
para los acuíferos y también debido al efecto de la extracción local de agua (Foster, 1998).
Para identificar la susceptibilidad de los mantos acuíferos a la penetración de contaminantes se
puede utilizar un modelo de análisis geográfico de “sobreposición e índices” como el DRASTIC3,
desarrollado por la Agencia de Protección Ambiental de los EEUU (Aller et al., 1987). El modelo
produce un índice llamado DRASTIC, basado en:
x pesos asignados a distintos parámetros que miden componentes del acuífero que
contribuyen en cantidad relativa distinta a la susceptibilidad a la contaminación,
x escalas que dividen cada parámetro en rangos según sus condiciones físico-
naturales y el impacto de estas sobre la vulnerabilidad,
x clasificación que asigna un valor numérico progresivo a cada rango en que se ha
dividido el parámetro
3
El acrónimo DRASTIC, indica las iniciales (en inglés) de las variables del modelo: profundidad (D), recarga
(R), tipo de acuífero (A), efecto suelo (S), topografía (T), impacto de la zona no saturada (I), y conductividad
hidráulica (C).
11
causando diarrea de acuerdo con las alteraciones fisiológíca la predominante pudiéndose así identificar
cinco categorías principales como se muestra en el Cuadro 2 (OPS, 1987).
Cuadro 2: clasificación de las enfermedades diarreicas en los países en desarrollo en base a síntomas.
Tipo de enfermedad entérica
Aspecto Diarrea Disentería Diarrea Vómitos acompañado Perdida
importante simple persistente de diarrea intensa de
heces liquidas
Bacteria
Bacteriana, ECEP, G.
Etiología invasora ECET, V.
viral, Lamblia, E. Giardia Lamblia
probable (p.e. Cholerae
protozoaria Histolytica
Sighella)
Fiebre alta,
síntomas
Varias
tóxicos,
deposiciones
cólicos Duración
diarias, puede Perdida rápida
Síntomas abdominales más de 14 Fiebre baja, vómito
presentar de líquidos
intensos, días
vómito, fiebre
heces con
baja.
moco y
sangre
Proporción 2–4% de
90% de los 5-10% Donde el
aproximada consulta por 1-2% de consultas por
niños que niños que Cólera es
de casos en niños
consultan consultan endémico
pacientes niños
12
Cuadro 3: medicamentos contra la diarrea y sus contraindicaciones.
Anti- Anti- Adsorbentes SRO Antibióticos
espasmódicos secretorias mejoradas
Descripción Efecto en Sedación de Inactivar Reequilibrio Destrucción de
efecto motilidad espasmos toxinas osmótica agentes
intestinal bacterianas bacterianos
Contraindicación puede causar: Baja Incierta No tiene Funciona
vómito, nauseas eficacia solamente en
y hasta paro caso de
cardio-pulmonar etiología clara
4
La continuidad del servicio en el caso de los hogares con abastecimiento intra-domiciliar, cantidad de agua en
las fuentes extradomiciliares.
5
Los más comunes identificados como causa de diarrea aguda en los niños en países en Desarrollo son rotavirus,
Escherichia Coli, Sighella y Campylobacter Jejuni (Chin, 2001).
14
Cuadro 4: Agentes patógenos comunes de las diarreas y vías de transmisión.
Patógeno, etiología Tipo de transmisión Observación
Agua potable, higiene
Cyclospora, Más frecuente en verano.
de los alimentos
Agua y alimentos no Transmitidas por alimentos contaminados por heces
Enterohemorragicas
tratados animales, agua contaminada y agua no clorada
Agua y alimentos no Transmitidas por alimentos contaminados, agua
Enterotoxigenas
tratados contaminada.
Escherichia Coli
Las percepciones de la calidad del agua de los usuarios son buenas predictoras de la calidad
efectiva del agua como muestra el estudio de Faulkner (2001), donde las percepciones calidad fueron
basadas en observaciones visuales y en el olor.
Nephelometric Turbidity Unit: mide la cantidad de luz reflectada por las partículas suspendidas en el agua.
http://www.texaswater.org/water/facts/glossary/glossary5.htm
7
True Colour Unit
16
importante el tipo de uso al cual se destina por lo que los aspectos de calidad definen también la
cantidad disponible.
Figura 3: Comparación de caudales de ríos: Promedio histórico respecto al actual en el mes de mayo.
Fuente SNET ( 2003), www.snet.gob.sv.
La fuerte disminución de los caudales de algunos ríos, sumado al alto nivel de contaminación
de la mayor parte de las fuentes de agua dulce constituye un cuadro alarmante, especialmente para
aquella población que depende más directamente de los recursos hídricos superficiales para el consumo
El mes de mayo es el último mes de la estación seca, por lo que es el mes más crítico.
17
doméstico. El impacto de la escasez de agua apta para consumo humano tiene dos facetas, una
relacionada con el impacto directo en la salud y otra que tiene que ver con el impacto indirecto sobre el
desarrollo socio-económico de sectores más vulnerables (PNUD, 2001).
Cuadro 6: Cambio en el tipo de abastecimiento de agua en los hogares entre los años 1995 y 1999.
Fuente de abastecimiento % hogares de total % de hogares Urbano % de hogares Rurales
Año 1995 1999 1995 1999 1995 1999
Domiciliar 46.6 54.3 67.0 71.4 17.5 25.9
No-domiciliar9* 53.2 45.6 32.7 28.4 82.1 73.7
Fuente: PNUD, 2001.
Estos datos evidencian la asimetría entre los sectores rurales y urbanos en cuanto al porcentaje
de viviendas servidas de agua a nivel domiciliar. Cabe resaltar que mientras por un lado el alto
porcentaje de abastecimiento desde fuentes no-domiciliares (con alta probabilidad de contaminación
considerando que el 90% de las fuentes de agua dulce resultan contaminadas; PRISMA, 1994) indica
una condición crítica de la oferta del recurso, por el otro, según las proyecciones, la demanda de agua a
futuro indica un crecimiento elevado en correspondencia con el crecimiento poblacional (2.4% anual) y
económico (mayor demanda de las industrias) (Kabat, 2002). No obstante la categorización usada en el
Cuadro 6 no considera el nivel de acceso. En ete sentido, para la clasificación de acceso al recurso, la
Organización Mundial de Salud define las siguientes clases:
x Conexión domiciliar: punto de agua instalado dentro del domicilio o en parcela privada.
x Fácil acceso: fuente pública, pozo con bomba de mano, pozo escavado protegido,
manantiales protegidos, colección de agua lluvia y otras tecnologías.
9
No domiciliar incluye: pila / chorro, camión, pozo, ojo de agua, se la regalan y otro medio.
18
De acuerdo a esa clasificación, el 52% de la población cuenta con conexión domiciliar, 7% con
fácil acceso y aproximadamente el 40% carece del servicio (PNUD, 2003). Aunque en este estudio el
concepto de pobreza se relaciona más con el conjunto de posibilidades por elegir disponibles a los
individuos para alcanzar el nivel de bienestar escogido, cabe mencionar el estudio socioeconómico de
calidad del agua en hogares rurales (Sanfeliú, 2001) que, habiendo definido la pobreza en base a la
satisfacción de las necesidades básicas según lo indicado por el Banco Mundial10, identifica la
siguiente distribución de acceso al agua según el nivel de pobreza (Cuadro 7).
Considerando los hogares rurales, la investigación de Bertila, (1994), involucró los aspectos de
género en relación al acceso al recurso extra-domiciliar, identificando opiniones distintas de hombres y
mujeres sobre el recurso agua. Mientras para los primeros el recurso es asociado a producción y
sobrevivencia, las mujeres, además de estos, también consideran la importancia del agua para las tareas
domésticas y el consumo para los animales domésticos. El mismo estudio reporta que en los hogares
rurales el consumo promedio por día es de 30 litros para beber, y 405 litros para otros usos. El 76% de
las mujeres que abastecen el hogar lo hace diariamente, el 9% cada dos días, y el 18% semanalmente,
con un tiempo promedio diario dedicado a esta tarea de 1 hora y 45 minutos (según el PNUD, 2001,
puede alcanzar hasta 4 horas diarias) y recorriendo distancias de 0.56 a 1.5 Km; en el 80% de los casos,
las mujeres desarrollan las tareas de recolección acompañadas por los niños (Bertila, 1994). Donde
existen sistemas de distribución intra-domiciliar de agua en área rural, los costos de funcionamiento y
mantenimiento dependen de los sistemas de abastecimiento y de las poblaciones. En general no son
fijos y difieren mucho de las tarifas de la zona urbana (PNUD, 2001).
10
El trabajo de Sanfeliú define pobreza con enfoque de pobreza de ingresos, considerando pobres aquellos
hogares que dado el ingreso que generan no logran cubrir sus necesidades básicas (i.e. el doble de la canasta
básica según el Ministerio de Económia).
19
2.5.3 Impacto de la Contaminación del recurso en El Salvador
Una investigación reciente ha analizado la contaminación del Río Lempa y sus principales
afluentes: ríos Suquiapa, Acelhuate y Quezalapa, encontrando que, de un total de 144 muestras, la
contaminación del Lempa se debe a las aportaciones provenientes de los alcantarillados de los centros
urbanos, así como también de los lixiviados de los desechos sólidos arrastrados, ambos con fuertes
cargas de contaminantes orgánicos, inorgánicos y microbiológicos (FUSADES, 2000). El monitoreo
implementado por el SNET, que utiliza el Índice de Calidad del Agua (ICA), reporta, a lo largo de todo
el muestreo para el rió Acelhuate, calidad de agua pésima principalmente debido a descargas de
desechos sólidos orgánicos (SNET, 2002).
Un estudio del MSPAS, que relaciona la incidencia de enfermedades de origen hídrica con la
precipitación, ha encontrado correlaciones claras que, aunque no cuantificadas, permiten identificar
potenciales medios de transmisión de las enfermedades (Rivas, 2003). Asimismo, aunque no se
conozcan los patrones precisos de transmisión subyacentes a ese estudio, en el caso del Cólera y de la
Hepatitis, la incidencia es inversamente correlacionada (r=-0.45) con los niveles de precipitación
pluvial, haciendo pensar en una relación entre la incidencia y la posibilidades limitadas de higiene
debido a la menor disponibilidad de agua.
Según datos sobre el estado de salud de la población, un 21% de las consultas diarias son
hechas por enfermedades como disentería, diarreas, tifoidea y parasitismo intestinal, la mayoría en
niños menores de 10 años (OPS, 1998), constituyendo en 2002, la segunda y tercera causa de consulta
atendidas en ambulatorios (tasa de incidencia del 6.3%) y la tercera y cuarta causa de morbilidad a
nivel nacional (MSPAS, 2002).
Asimismo, la escasez de agua y la baja capacidad de pago en el mercado informal, fuerzan a
las mujeres (niñas u adultas) a dedicar un tiempo diario a la recolección de agua de hasta 4 horas. Esto
solamente representa una de las actividades del hogar a cargo de las mujeres y explica, en parte, la
dificultad de desarrollo que tiene este grupo de la población11. Considerando estos aspectos del impacto
de la contaminación sobre la salud, cabe mencionar los altos costos en términos de morbilidad y
mortalidad de la contaminación, que según Michaels (1998) amontan a 89 millones de dólares al año.
11
Según un estudio de GreenCOM (1998) en 18 municipios del país, acerca del 70% de los hogares invierten por
los menos una hora para la recolección de agua desde un chorro público o de cantarera, 21.3% de 1 a 4 horas y
2.61% hasta medio día.
20
importantes en cuanto a la cantidades de agua extraída para el uso; la dinámica de asentamiento actual
conlleva una serie de problemáticas especificas del sector ambiental (por la presión sobre el recurso
agua) y del sector salud (por las consecuencias de la contaminación) que no está adecuadamente
enfrentada por el contexto institucional (Lee, 2000).
En el caso de El Salvador, el marco legal de regulación del recurso hídrico se caracteriza por
un número elevado de instituciones cuyos papeles se solapan en cuanto a responsabilidades y campos
de acción. Las instituciones más relacionadas al monitoreo de la contaminación han sido instituciones
no-gubernamentales (universidades, agencias internacionales, etc.) así como gubernamentales (i.e.
MSPAS, SNET). Faltan todavía inversiones mayores en términos de infraestructura, de personal y en
términos legales (aspectos normativos, incentivos y desincentivos económicos, descentralización de
recursos y capacidades) para poder empezar a controlar más el fenómeno de degradación del recurso
(Artiga, 2001).
A nivel de la administración de los sistemas de abastecimiento se ha analizado la base de datos
FISDL (2003) encontrándose la distribución según el tipo de administrador y el tipo de sistema de
extracción, presentada en el Cuadro 8. Muchos de los sistemas rurales (315) que fueron creados por el
Plan Nacional de Saneamiento Básico Rural (PLANSABAR) y pasados a ANDA en 1995, han llegado
a su fin de vida técnica enfrentando problemas de sub-suministro (por el crecimiento poblacional),
financieros (tarifas fijas que no permiten recuperar costos de mantenimientos y operaciones) y técnicos
(perdidas, fallas del sistema de bombeo, etc.) (PNUD, 2001).
Cuadro 8: Cambio en el tipo de abastecimiento de agua en los hogares entre los años 1995 y 1999.
Tipo de Administración Tipo de sistema de extracción
Bombeo (%) Gravedad (%) Total
ANDA 59.3 40.7 285
Comunidad 51.5 48.5 1050
Municipalidad 49.5 50.5 105
ONG 73.5 26.5 34
Fuente: FISDL, 2003. 1474
El marco institucional actual está siendo discutido a nivel nacional para identificar actores
importantes y sus responsabilidades en el marco de una gestión más eficiente del escaso (en cantidad y
calidad) recurso a través de la propuesta de Ley de agua. La propuesta actual de ANDA es una
adaptación de la ley de Agua de Chile que prevé la asignación de derechos de uso del agua
concesionados por 50 años durante el cual el propietario podrá disponer libremente de los derechos.
Sin embargo, basado en una revisión de la propuesta, como señala el estudio de PRISMA (2001) y de
Artiga (2001), “Diferentes expertos internacionales han coincidido en que antes de la asignación de
derechos y concesiones es importante tomar en cuenta los aspectos sociales y ambientales que
21
conlleva la gestión del recurso”. En ese sentido, hay distintas observaciones elaboradas por los
expertos sobre la propuesta, de las cuales algunas están más específicamente relacionadas a este
estudio, a saber:
x No incluye políticas de financiamiento de las inversiones, de las tarifas y de los
subsidios que son elementos fundamentales para la reforma del sector, en particular,
frente al objetivos de ampliación de la cobertura a la población no servida
(mayormente en área rural) en términos de cantidad y de calidad del servicio.
x No reconoce las limitaciones de las municipalidades pequeñas y las mayores
eficiencias de gestión de asociaciones de municipios. En este sentido, las capacidades
técnicas, administrativas y financieras en los municipios rurales dificultan la
planificación y el establecimiento de prioridades adecuadas a los principios de la ley
(i.e. solidaridad, equidad, económicamente eficiente, autofinanciamiento, simplicidad
de tarifa).
x No incluye mecanismos claros de participación de los varios actores importantes en la
gestión del recurso a distintos niveles administrativos. Las organizaciones locales en
área rural son actores importantes, el nivel de participación de los usuarios en las
decisiones de gestión a nivel local influencia la efectividad de políticas.
x No son claras las “reglas del juego” para el área rural en cuanto a como lograr
sostenibilidad, las políticas de tarifas y las estructuras y financiación de los costos. En
este sentido, se hace necesario un sistema de subsidios cruzados priorizando áreas en
función de aspectos integrales como el nivel de acceso, el grado de exposición a
fuentes contaminadas y los programas complementarios para lograr mayor conciencia
sobre las responsabilidades en la gestión del recurso de los usuarios.
El mismo Banco Mundial que había promovido las políticas de privatización miradas a reducir
el papel del estado y fortalecer aquel del mercado, ha reconocido que para reducir efectivamente la
pobreza no solamente se debe aumentar el gasto publico sino acompañarlo por la implementación de
subsidios y estándares adecuados para la provisión de infraestructura de servicios a los hogares de
escasos ingresos lo que permitirá alcanzar los demás objetivos del desarrollo nacional (Zanetta, 2004).
Lee (2000) en su estudio sobre la gestión del servicio en América Latina, concluye que las experiencias
de privatización del servicio han dado resultados mixtos debido a distintas razones especificas de cada
caso subrayando que la descentralización de los servicios necesita de una fuerte participación
ciudadana para asegurar alcanzar los objetivos de abastecimiento.
En acuerdo con los puntos señalados, Foster (2001) y Lee (2000) indican la necesidad de ir
más allá de la sola propuesta legal para la protección de las aguas subterráneas debiéndose involucrar
22
acción de las municipalidades (i.e. decretos municipales), de la población (i.e. a través de
conscientización sobre uso, higiene, derechos, etc.) y de los actores interesados (i.e. usuarios,
proveedores/extractores públicos y privados). En el mismo artículo Foster (2001) insiste en la
necesidad de valorar realisticamente los recursos de aguas subterráneas en cuanto a su disponibilidad
efectiva y los impactos asociados con el uso del recurso, señalando la importancia de instrumentos
económicos y de control directo usados en manera balanceada de acuerdo a los contextos específicos.
Para alcanzar una gestión coherente con los objetivos de abastecimiento de agua y por ende mejorar el
bienestar de la población se necesita por un lado distinguir entre la entidad reguladora y la que provee
el servicio; por otro lado, fortalecer las administraciones locales para ser puntos focales de la discusión
de las prioridades de políticas de abastecimiento del recurso (Lee, 2000).
12
Se propone usar el concepto de hogar adoptado en el censo de México (XII censo año 2000): es una instancia
mediadora entre el individuo y la sociedad, pues es donde se transmiten de una generación a otra las costumbres
los valores, los derechos y las obligaciones, así como los roles que jugará cada uno de los integrantes dentro de a
unidad doméstica. Por lo tanto, desempeña un papel insustituible en el desarrollo de los individuos, pues en la
descansa el cuidado y la socialización primaria de sus integrantes y se aprende una serie de comportamientos
básicos que permiten la reproducción del grupo y de la sociedad.
23
procesos externos como la degradación ambiental. Así, los procesos de contaminación del agua y el
consiguiente incremento en la tasa de morbilidad disminuyen el acceso al recurso salud afectando
directamente al capital humano y particularmente a la población más pobre que más depende de eso.
En ese sentido, se deben considerar modelos de análisis sociales en los cuales las fluctuaciones
ambientales (i.e. variaciones en la disponibilidad de calidad y cantidad de agua) están ubicadas entre
otras determinantes materiales y sociales que conforman el bienestar del hogar (Ribot, 2002). En ese
caso, el hogar posee herramientas/debilidades que potencialmente pueden hacerlo propenso a sufrir
daños consistentes debido al consumo de agua contaminada.
Este esquema se enfoca en el sub-modelo de hogar como unidad de análisis y en la importancia
del acceso al importante capital como la buena salud que sustenta la estrategia de subsistencia de los
hogares. De hecho se considera que son las condiciones socioeconómicas internas al hogar las que
influyen sobre el uso del agua y el tratamiento del agua en el uso interno de las casas. El análisis de la
propensión a sufrir daños en los hogares debe considerar patrones relacionados con aspectos de género,
tanto que la tasa de incidencia de morbilidad puede ser distinta entre los miembros del hogar debido a
aspectos culturales/sociales (Sen, 1994). La salud es un recurso fundamental para asegurar la
sobrevivencia y el sustento (por ejemplo permitiendo vender capital de mano de obra), por lo que la
morbilidad afecta la capacidad de sustentarse. La mala calidad de agua para consumo humano
constituye entonces una determinante además que un indicador de condiciones inseguras. Asimismo,
aunque se afirma que una persona que no posee nada siempre tiene un activo que es la mano de obra,
en realidad la persona tiene mano de obra potencial y nada más (Sen, 1994).
Figura 4: Modelo explicativo de las estrategias de vida (livelihoods) de los hogares. Fuente: SEI,
2001.
La conversión de esta mano de obra potencial en actual depende de su estado de nutrición y de
salud como es teorizado por el modelo de producción familiar en donde el insumo agua para consumo
humano, por su propiedad sobre la salud, es parte del proceso productivo del hogar (Dasgupta, 1993).
En este contexto, las condiciones socioeconómicas que hacen un hogar propenso a perder el activo
24
salud, hacen que el mismo hogar sea más afectado en el proceso de producción de sustento, y
dificultado en el amortiguamiento o recuperación de perdidas, el hambre y la enfermedad (Downing,
citado en Ribot, 2002).
En los aspectos relacionados con el bienestar del hogar y la morbilidad, el economista premio
Nóbel Amartya Sen ha auspiciado un marco de análisis del contexto de morbilidad y acceso al capital
salud con los conceptos funcionamiento definido por el conjunto de posibilidades de elección
disponibles para que el individuo elija su nivel de bienestar (functionings) y las capacidades definidas
como las pobilidad de elegir un tipo de funcionamiento (capacities). Ese marco permite analizar el
bienestar de los hogares más allá del enfoque que asume el ingreso como un indicador de bienestar.
Ese enfoque considera las diferencias en aspectos de heterogeneidad de las personas, las diversidades
ambientales (condiciones ambientales, contextos de contaminación, etc.), y la diversidad en el clima
social (los problemas de epidemiología y contaminación están relacionados a factores ambientales así
como a las relaciones comunitarias; i.e. el capital social) que influyen en la transformación de las
adquisiciones de activos efectivos en bienestar. Los funcionamientos se refieren a lo que una persona
pueda desear (le da valor) de hacer o ser para implementar su bienestar, que van desde el ser
suficientemente alimentado, no padecer enfermedades evitables, poder participar en la vida
comunitaria, etc. El concepto de las capacidades “de funcionar” representa el conjunto de vectores de
possibilidades de elección que la persona puede efectivamente realizar (Sen, 2001). Asimismo, si para
una persona el no estar enfermo debido al consumo de agua contaminada es un funcionamiento que
“elige” de adquirir, el hecho de tenerlo o no tenerlo tiene que ver con su real oportunidad de estar bien
(su capacidad o libertad de adquirir funcionamientos) (Alkire, 2002). En la evaluación del bienestar de
un individuo, el concepto de capacidades permitiría considerar todas las opciones de funcionamientos
que una persona puede querer elegir. De esta forma, el bienestar resultaría de difícil evaluación debido
a la escasez de información. En la práctica resulta por ende más útil enfocar a las conexiones entre el
bienestar y los funcionamientos adquiridos efectivamente (Sen, 1994).
25
Asimismo, la confiabilidad de la calidad del recurso es parte del valor del agua tanto que se
podría definir la calidad del agua como un bien de merito debido a que algunas enfermedades
relacionadas con mala calidad son contagiosas pudiendo afectar a todos. Aunque la eficiencia
económica es llamada en causa en el manejo del agua potable para que los sistemas de distribución
sean sostenibles en el largo plazo, la privatización completa del recurso (a menudo por grandes
transnacionales) debe tomar en cuenta, para ser socialmente aceptada, una serie de medidas
legales/contractuales que detallen el tipo de servicio esperado (Sterner, 2003). Esas medidas deben
tomar en cuenta los que son las externalidades de la contaminación del recurso agua para consumo
humano, lo que el mercado indirectamente logra captar. En ese sentido, la calidad del agua no solo
entra en el conjunto de elementos parte de la función de utilidad de un individuo, sino que entra como
insumo, con otros elementos, en la función de producción en un aspecto importante del bienestar del
individuo: la salud. El impacto económico de la contaminación del agua para consumo humano sobre
la salud puede ser capturado a través de cuatro tipos de rubros:
x costo de tratamiento de enfermedad causada por la mala calidad ambiental
x los salarios perdidos resultado de los días no trabajados
x los gastos relacionado con las medidas defensivas y para evitar la enfermedad
x la no utilidad asociada a los síntomas (malestar, pérdida de tiempo libre, etc.)
Mientras que los primeros tres pueden ser capturados con bienes sustitutos o directamente con
gastos asociados (costo de enfermedad, costos en capital humano), el último punto solamente resulta
identificable con la expresión de disponibilidad por parte de los afectados de pagar para evitar, reducir
los efectos de la mala calidad ambiental o a recibir compensación (Azqueta, 1994). De esta manera,
Freeman (1993) indica la necesidad de considerar dos relaciones a evaluar: entre calidad ambiental y
salud, y entre salud y costos asociados; de esta manera, asumiendo que la función de producción de
salud es parte de la función de utilidad del individuo, se puede identificar el valor monetario del
impacto de la mala calidad ambiental sobre la salud.
Según Freeman (1992) la morbilidad es una salida de un estado de bienestar físico o mental
resultante de un accidente o una enfermedad del cual la persona afectada es consciente. Esta definición
implica, como afirma Dasgupta (1993), un aspecto cultural y social de detección de la morbilidad en el
sentido que a veces se registra un mayor número de casos debido a una mejor atención-educación en
respecto a la enfermedad y no tanto por un aumento de la incidencia de la misma. La morbilidad
considerada no es un fenómeno discreto sino un proceso que se desarrolla en el tiempo pudiéndose
medir de acuerdo a la duración, siendo crónica cuando tiene una duración indefinida (podría complicar
la toma de conciencia de parte del enfermo por acostumbramiento a la enfermedad) y aguda cuando
tiene un inicio y un fin determinado. La medición de la morbilidad es complicada por el grado de
afectación (es difícil definir una escala de afectación siendo precisamente dependiente de aspectos
26
personales además de muchos otros factores) o el tipo de síntoma (por ejemplo, en el caso de las
enfermedades diarreicas se podrían incluir varios agentes biológicos y no un parásito especifico).
Freeman (1993) identifica, de acuerdo a la literatura, dos acercamientos principales al medir el valor
monetario del la reducción de morbilidad. Uno basado en las preferencias individuales y medido con la
disponibilidad a pagar asumiendo una percepción clara de los individuos sobre la morbilidad y sus
propias funciones de producción de salud. El otro está basado en el costo de oportunidad o de los
recursos empeñados como el costo de tratamiento, la perdida de productividad, y los gastos defensivos
asumiendo un comportamientos racionales frente a la enfermedad y al tratamiento de la misma.
La medición de los impactos de la morbilidad, a través del uso de Días de Actividad
Restringida (DAR) y Días de Trabajo Perdidos (DTP), según Freeman (1992) corresponde a considerar
una respuesta al estado de salud (el hecho de no ir a trabajar, etc.) pero no reflejan necesariamente un
estado de enfermedad (el hecho de tener diarrea y la efectiva incidencia de un contaminante, por
ejemplo). En ese sentido, al usar estas medidas para evaluar el efecto del agua contaminada sobre la
salud, se debe distinguir entre la enfermedad y el comportamiento en relación a esa (que depende de
condiciones socio-económicas e institucionales). Por esa razón, para el caso de las enfermedades
diarreicas parecería mejor solución utilizar como indicador los días con síntomas como los registrados
por los servicios nacionales de salud o como revelado por los individuos. La elección del síntoma es
muy importante ya sea para la evaluación económica de los efectos sobre la salud o por las estrategias
de investigación médica sobre los efectos de la calidad ambiental sobre la salud. La perspectiva
económica toma en cuenta aquellos efectos que disminuyen la utilidad de la persona afectada. La
bibliografía médica se concentra en efectos sobre la salud que a veces no corresponden a las
percepciones y comportamiento de los individuos. En ese sentido, mientras para una investigación
medica puede ser que una cantidad x de un contaminante pueda provocar morbilidad tanto de necesitar
prescripción de días de reposo para el individuo. Ese último, al estar acostumbrado a esta enfermedad,
puede decidir seguir su actividad laboral (aunque cansado y enfermo médicamente) no pudiéndose, de
esta manera, registrar impacto económico por días laborales perdidos. La elección de los síntomas para
definir y medir la morbilidad es clave para la valoración económica. Asimismo, para la valoración
económica de la calidad ambiental con salud es importante enfocar aquellos efectos sobre la salud de
los cuales las personas están conscientes y para los cuales están dispuestos a pagar para mitigarlos o
evitarlos. De una perspectiva económica basada en la disponibilidad a pagar, un efecto adverso a la
salud es aquel cambio que es percibido por el individuo y por el cual el individuo esta dispuesto a
pagar o a recibir una compensación (Freeman, 1993).
27
2.6.2 La función de producción de salud
El análisis econométrico del valor económico del agua potable usa la función de producción de
salud relaciona variables exógenas (contaminación ambiental) y endógenas (de elección como gastos
preventivos y costos de tratamiento) con alguna medida del estado de salud (días con síntomas,
incidencia de morbilidad, etc.). Este método asume que (Freeman, 1993):
Gb Gs Gs
Con > 0, al aumentar la contaminación aumenta el gasto en salud; con , < 0, al aumentar
Gc Gb Ga
el costos de tratamiento y los gastos defensivos menor será la probabilidad de días enfermos.
13
Recordamos que los supuestos del modelo prevén que el individuo conoce y maximiza su función de
producción de salud, que consume su ingreso laboral y no laboral (tiempo libre) en consumo de bienes y
servicios.
29
I = vector de ingreso informal14; ingresos de actividades distintas de las laborales a las cuales
el jefe de familia se dedica normalmente;
pw = vector del salario mensual, obtenido de las encuestas;
T = vector del tiempo total trabajado; con 8 horas al día, 4 el sábado sumando a 176 horas
mensuales;
t = vector del tiempo libre; calculado con 8 horas del domingo y 4 horas del sábado sumando a
48 mensuales;
pa = vector de los precios de las actividades de mitigación, costos de tratamiento obtenidos de
las encuestas;
pb = vector de los precio de las actividades para evitar el daño ambiental, el gasto defensivo
calculado a partir de las encuestas.
Respecto al uso del concepto de utilidad como medida de bienestar, Sen (1992) subraya la
necesidad de mover la atención desde el enfoque tradicional sobre utilidad definida en términos de
características mentales (placer, felicidad, deseo) asumiendo homogeneidad entre individuos y
contextos para concentrarse sobre las capacidades o libertad de adquirir funcionamientos. En este
sentido, queriendo valorar la morbilidad en términos de perdida de utilidad se comete el error de sub-
evaluar el efecto que tiene la relación entre bajos ingresos y una situación crónica de salud frente a la
cual el individuo puede haber desistido de tratar y/o de cambiar (por ejemplo, por imposibilidad de
acceder a soluciones alternativas).
14
I X Pa a Pb b Pw (T t s)
30
que subyacen a la degradación ambiental (Durajappah, 1998). Desde el informe de la Comisión
Bruntland que indicaba la pobreza como un factor causante de la degradación ambiental, la
investigación sobre el tema ha retomado y controvertido esta hipótesis. Durajappah (1998) ha
identificado dos tipos de cuestiones que juegan un rol importante en la conexión entre pobreza y
degradación ambiental:
x Escasez del recurso
x Contaminación del recurso
De acuerdo a este estudio15, las empresas comerciales y las actividades domesticas son los
principales contribuidores a la contaminación. En particular el estudio subraya que son las clases de
más bajos ingresos que se ven más afectadas por políticas de establecimiento de los derechos de agua
siendo las menos capaces de adquirirlos. Esto grupo de población se contamina por falta de sistemas de
saneamiento adecuados y acceso a fuentes apropiadas de agua.
De esta manera, la vulnerabilidad de un hogar está relacionada con el riesgo que tiene el hogar
de alcanzar una posición con la cual es difícil enfrentarse, conllevando a una catástrofe familiar
(destitución, hambruna, o muerte). La vulnerabilidad no está asociada necesariamente al ingreso
(aunque esto puede representar un amortiguador de estrés); más bien estudios recientes comprueban
que la vulnerabilidad está asociada fuertemente a condiciones de mala salud siendo que la enfermedad
disminuye al activo del capital humano reduciendo el ingreso y activando un espiral de la cual es
difícil salir en contextos específicos (Hulme, 2003).
En ese sentido, Krishna (2004) identifica la salud pobre y el alto costo de los gastos en
tratamientos, entre las primeras cuatro causas de declino de un hogar en pobreza (incluso el
endeudamiento debido a gastos en curación de enfermedades). No hay un único factor que está
asociado a la caída en pobreza, más bien son conjuntos de factores que afectan el hogar y su resiliencia
frente a las fuentes de estrés. Asimismo, el nivel de ingreso y su diversificación, y el tamaño familiar
constituyen factores importantes, aunque no únicos, en la salida de la condición de vulnerabilidad. Para
mejor enmarcar el análisis de esta investigación se ha profundizado sobre dos enfoque principales de
estudio de pobreza en la literatura actual: el enfoque de pobreza de ingreso y el enfoque de Sen sobre la
posibilidad de elección de los individuos entre las dimensiónes (como educación, salud, agua de
calidad adecuada, etc.) y sobre nivel de bienestar buscado en cada dimensión. Finalmente, en acuerdo
con Krishna (2004), en el análisis de la relación entre la degradación ambiental y la pobreza se necesita
identificar primero el concepto de pobreza y luego su conexión con la baja calidad del acceso a
recursos.
15
Para El Salvador, el estudio de OPS (2003) sígnala las mismas instituciones como responsables de la
degradación de la calidad del recurso agua.
31
2.6.3.1 Pobreza de ingreso
Uno de los objetivos del milenio es reducir a la mitad, entre 1990 y 2015, la proporción de
población que vive debajo del umbral de un dólar estadounidense por día. Ese enfoque conceptualiza la
pobreza en términos del ingreso monetario como el mejor proxy para analizar estas capacidades
suponiendo que la conversión de esto en incremento del bienestar es automática (i.e. no necesita de
otras condiciones personales y sociales, institucionales, económicas, etc.). En este enfoque, se enfatiza
el rol del mercado como mecanismo en la reducción de la pobreza, se identifican los pobres como una
categoría única no diferenciando los distintos factores que influyen (Hulme, 2003).
Este método de evaluación ha sido basado en las sociedades desarrolladas conllevando la
necesidad de fuertes implicaciones en la evaluación de la subsistencia de los pobres en los países en
desarrollo siendo dificil identificar una línea que divida los pobres de los no pobres (Hulme, 2003,
Laderchi, 2003). La evaluación del ingreso o del consumo se hace a través de los precios de mercado y
requiere de imputación del valor de bienes para los cuales el mercado no identifica un precio como
para los distintos niveles de salud. Además requiere la identificación de un mercado relevante para el
análisis. Según Grosh & Glewwe (citados por Laderchi, 2003), este método se basa en los siguientes
fuertes supuestos:
32
nutritivos nadie sería pobre (pobreza relativa). Ese método necesita de muchos ajustes y supuestos que
hace que sea poco preciso, además de no tomar en cuenta que la pobreza en si no es una categoría
económica. En este sentido, Laderchi (2003) señala que distintos enfoques identifican distintos grupos
como pobres. De esta manera, el ingreso puede ser usado como proxy para otros tipos de pobreza si la
misma población identificada pobre bajo ese enfoque también es identificada como pobre bajo otros
enfoques como el de los funcionamientos aunque estudios en la India y en el Perú indican la
imprecisión de la línea de pobreza monetaria para identificar pobres en otras dimensiones (Laderchi,
2003).
33
(outcomes) potenciales entre los cuales el individuo puede escoger. La medibilidad de las capacidades
básicas está relacionada con el hecho que los individuos no renunciarían a ellas por lo que estimando
los logros actuales en estas dimensiones releva las dificultades que enfrentan en acceder a las mismas
capacidades.
Ingreso monetario privado Ingreso social
Bienes provistos
Commodities Ulitidad
públicamente
Características de las
commodities
Utilización factible
Conjunto de capacidades
Funcionamientos
El problema de medición de la libertad (aspecto subjetivo) de elección hace que en los estudios
se evalúen las capacidades efectivamente alcanzadas (i.e. los funcionamientos como el evitar estados
de morbilidad, elagir el grado de alfabetización deseado) más que las capacidades en sí. El enfoque de
capacidades requiere de una evaluación multidimensional y de un consecuente esfuerzo de agregación
(para síntesis) que implica introducir paquetes estadísticos de análisis multivariado de los datos (i.e.
análisis factorial, fuzzy sets, etc.), especificar la metodología de identificación de las dimensiones
analizadas y los distintos pesos atribuidos a cada dimensión. Ese enfoque pone énfasis sobre los
distintos mecanismos que subyacen a la condición de pobreza (provisión social de bienes, el uso de los
recursos para alcanzar la salud, la educación y la nutrición así como el ingreso como medio para
alcanzar estas capacidades, según Laderchi, 2003). Finalmente, es interesante notar que según el
enfoque considerado se identifican distintos sectores de población como pobres lo que hace importante
la discusión de los determinantes y las prioridades de intervención para elección de una política de
reducción de la pobreza.
34
2.6.3.3 Influencia de la salud en la pobreza crónica
La evaluación de políticas de reducción de la pobreza, una vez identificados los factores
determinantes de la pobreza, debe analizar las dinámicas que hacen que un hogar entre o salga de la
condición de pobreza. En ese sentido, Hulme (2003) habiendo identificado categorías de dinámica de
pobreza de acuerdo a la oscilación de los hogares alrededor de un umbral de capacidades (considerando
aspectos multidimensionales de la pobreza de acuerdo a Sen) identifica tres principales categorías: los
pobres crónicos (siempre pobres y normalmente pobres), los transitorios (pobres a veces,
ocasionalmente pobres) y los nunca pobres. Uno de los problemas principales que se enfrenta al
analizar la pobreza crónica es la escasez de panel data a nivel de cada hogar que permitan observar la
dinámica en el tiempo de la condiciones socioeconómica del hogar. Sin embargo, si se asume que en
países donde gran parte de la población vive en extrema pobreza (para el Salvador el mismo artículo
reporta acerca de 16% de la población en absoluta pobreza crónica), los que son pobres ahora son
pobres crónicos pudiéndose así inferir sobre el trend de pobreza basado en datos cross-seccionales. En
el análisis del cuadro de factores que influyen en la pobreza crónica se identifican niveles macros por
un lado y niveles micro y meso que, por el otro lado, influencian la condición socioeconómica del
hogar. En este sentido, a nivel del hogar, el enfoque de las estrategias de vida de los hogares
(livelihood) permite analizar en el tiempo los activos (humanos, sociales, naturales, físicos y
financieros) en relación al contexto de vulnerabilidad, institucional, político y organizacional que
media la relaciones con el ambiente externo. Las malas condiciones de salud disminuyen el activo del
capital humano y conlleva una mayor incidencia de los gastos de salud sobre el ya reducido ingreso
familiar (Hulme, 2003).
35