Comisión de Catequesis Entronización de la Biblia en Familia 2021
y Pastoral Bíblica
Entronizar, enaltecer y
profundizar la Sagrada
Escritura en las familias
Es creciente tradición en la Iglesia que septiembre se dedique a la Biblia.
¿Motivo? El 30 de setiembre los católicos hacemos memoria de san Jerónimo, el gran
estudioso y traductor de la Biblia. Afirmó: “Desconocer la Biblia es desconocer a Cristo”.
¿Para qué? Quiere favorecer que las comunidades y familias cristianas nos podamos
acercar más a la Biblia, la valoricemos, la amemos.
¿Cómo? Abre tu Biblia y entra en ella. Léela. No es sólo un libro, sino una Persona que ahí
te espera. Los cristianos reconocemos que el centro de la Biblia, del Antiguo y Nuevo
Testamento, es Jesús.
Es indudable que los cristianos necesitamos la Palabra de Dios, como nos recordó el
papa Benedicto XVI en la Verbum Domini 2: “No hay prioridad más grande que esta: abrir
de nuevo al hombre de hoy el acceso a Dios, al Dios que habla y nos comunica su amor para
que tengamos vida abundante (cf. Jn 10,10)”.
¿Qué es “Entronizar”? Significa “poner en el trono”, ubicar en un lugar preferente. Una
sencilla celebración que consiste en colocar la Biblia en un lugar preferente de la familia.
Así manifestaremos que el Señor en su Palabra preside e ilumina esta familia. Que nos
constituimos como familia a la escucha, a la espera del Señor.
Ritual de Entronización
Es sencillo: escoger un lugar preferente de la casa donde ubicar la Biblia, que quedará siempre
abierta en el Evangelio del día. Puede ser sobre una mesa o en una estantería, decorada con un
bonito tapete, una vela y flores.
No es necesario que lo presida un sacerdote; quien preside la familia puede hacerlo, ejerciendo
así la dimensión sacerdotal que le viene del Bautismo.
Lo ideal es hacerlo en los inicios del Mes de Setiembre, el MES DE LA BIBLIA. También en otra
fecha significativa para la familia.
Proponemos que la familia se ejercite en leer, comentar y orar cada día un pasaje del
evangelio de Marcos. Empezando por los primeros versículos y así se continúa.
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y Pastoral Bíblica
Indicaciones: Estando ya todos reunidos, en silencio y
dispuestos a comenzar el encuentro, uno de los integrantes de
la familia entra en el lugar con la Biblia en sus manos. Mientras,
los demás cantan. Se coloca la Biblia en el lugar de preferencia
preparado para ella. Todos toman asiento.
Canto * Lámpara es tu palabra para mis pasos…
* Tu palabra nos da vida, confío en ti Señor …
Quien preside: Hoy nos reunimos para escuchar y meditar la Palabra de Dios en este Mes de la Biblia.
Queremos dar gracias a Dios y reconocer que en la Biblia Él nos sigue hablando. Es el
instrumento privilegiado para encontrarnos con el Señor.
TODOS: Gracias Señor, por tu Palabra, que ilumina y da sentido en nuestra existencia; gracias porque
en ella tú nos sigues hablando con ternura. Gracias por darnos la oportunidad de que este
hogar sea espacio para escucharte y alabarte juntos, en el don de tu Palabra.
Quien preside: Oremos ahora para que el Espíritu Santo se haga presente entre nosotros; que él nos
abra la Biblia para que en nuestra sencillez podamos percibir sus mensajes. Así en su
bendita Palabra podremos encontrarnos con el Señor Jesús y aprender a ser sus
discípulos y discípulas.
TODOS: Dios nuestro, Padre bondadoso que nos amas, envíanos tu Espíritu Santo, que nos ayude a
leer la Biblia desde el corazón. Sabemos que en las Sagradas Escrituras resuena la voz de
Jesús, tu Hijo Amado y hermano nuestro. Que aprendamos a escuchar su voz, así también
nosotros aprenderemos a ser discípulos y misioneros.
Que en esta familia resuene siempre tu Palabra. Amén.
Lector/lectora: Escuchemos parte de la carta de San Pablo a los cristianos de Tesalónica:
1 Tesalonicenses 1, 1-7; 2, 10-13
1
Pablo, Silvano y Timoteo a la Iglesia de Tesalónica, en Dios Padre y en el Señor Jesucristo: Gracia
y paz a ustedes.
2
Siempre damos gracias a Dios por todos ustedes, teniéndolos presentes en nuestras oraciones,
3
recordando su fe activa, su amor entrañable y su esperanza perseverante en nuestro Señor
Jesucristo ante Dios nuestro Padre.
4
Nos consta, hermanos queridos de Dios, que ustedes han sido elegidos; 5porque, cuando les
anunciamos la Buena Noticia, no fue sólo con palabras, sino con la eficacia del Espíritu Santo y con
fruto abundante. Ya saben cómo procedimos cuando estuvimos allí al servicio de ustedes. 6Y
ustedes, por su parte, siguieron nuestro ejemplo y el del Señor, recibiendo el mensaje con el gozo
del Espíritu Santo en medio de graves dificultades; 7hasta el punto de convertirse en modelo de
todos los creyentes de Macedonia y Acaya.
2,10Ustedes son testigos y también Dios, del trato santo, justo e irreprochable que mantuvimos con
ustedes, los creyentes; 11saben que tratamos a cada uno como un padre a su hijo, 12exhortándolos,
animándolos, exigiéndoles a llevar una vida digna de Dios, que los llamó a su reino y gloria. 13Por
eso también nosotros damos siempre gracias a Dios, porque, cuando escucharon la Palabra de Dios
que les predicamos, la recibieron, no como palabra humana, sino como realmente es, Palabra de
Dios, que actúa en ustedes, los creyentes.
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y Pastoral Bíblica
Reflexión: La carta a los cristianos de Tesalónica es la más antigua, la primera que escribió Pablo. Les escribe
desde Corinto, poco después de haber fundado esa comunidad. Notemos la preocupación y el cariño con
que les habla y cómo subraya sus cualidades.
San Pablo insiste: “Hermanos queridos de Dios, ustedes que han sido elegidos”; lo dice para nosotros.
Nosotros somos esos “elegidos” del Señor y por eso nos disponemos a recibir el tesoro de su Palabra.
Notemos también cómo al final afirma: “Damos gracias a Dios, porque, cuando escucharon la Palabra de
Dios que les predicamos, la recibieron, no como palabra humana, sino como realmente es, Palabra de
Dios”. Una cualidad muy importante que Pablo resalta es que acogieron su predicación como “Palabra de
Dios”. Y así es. Nosotros ahora recibimos el mismo tesoro: la Palabra de Dios. Y queremos disponernos a
desarrollar esa cualidad de todo cristiano: alimentarnos cada día con el Pan de la Palabra de Jesús.
En la Iglesia este año se da mayor importancia al evangelio de Marcos; somos invitados a leer un pasaje
cada día: leerlo, reflexionarlo y orarlo. (Precisar una hora en la que todos o la mayoría pueda estar).
Quien preside: Ha sido bonito colocar la Biblia como reina en el trono de nuestro hogar. Ha sido bonito
comentar un pequeño pasaje de la carta a los cristianos de Tesalónica. Pero no basta, es preciso que
nos comprometamos a alimentarnos de la Palabra del Señor con frecuencia. Oramos: (Se alternan)
Para que la Palabra de Dios sea el “Pan de cada día” que nos alimenta en el camino de la fe y
del amor. Roguemos al Señor.
Para que la Biblia no sea sólo adorno en esta casa, sino luz, maestra de vida, a quien
escuchamos con frecuencia. Roguemos al Señor.
Para que el Señor bendiga nuestro hogar con el amor y el perdón de cada día. Que en eso se
note que somos una familia cristiana: discípulos y discípulas de Jesús. Roguemos al Señor.
Por las familias que han perdido miembros por la pandemia del covid-19, por los que prestan
servicios de salud, por los que quedaron sin trabajo. Roguemos al Señor.
Por las familias que están perdiendo la fe, que están desunidas, que ya no se quieren, para que
el Señor los aliente y les ayude a encontrar los caminos del amor. Roguemos al Señor.
Que María, madre de Jesús y madre nuestra, primera discípula y misionera del Evangelio, nos
eduque en la escucha de la Palabra de Dios. Roguemos al Señor.
Que María nos enseñe a interpretar y orar el evangelio de San Marcos.
Otras intenciones espontáneas...
El menor de la familia: Como signo de que queremos que en esta familia reine el amor cristiano, nos
damos un abrazo/saludo de paz.
Y para terminar este momento de oración, rezamos juntos... PADRE NUESTRO…
TODOS: Señor, Padre de Jesús y Padre Nuestro, mira con bondad esta familia reunida en tu nombre,
que desea acercarse a ti, escuchando tu voz en la Biblia. Queremos ser discípulos y discípulas,
caminar junto a Jesús, aprender a vivir como verdaderos hijos tuyos. Tu Palabra es la fuente
viva, acércanos a ella. Danos el gusto de leerla y orarte con ella.
Señor, queremos que esta familia sea un templo donde resuene tu Palabra, y nuestros
corazones sean el lugar donde ella germina, porque la llevamos a la vida y la expresamos en
el amor que nos tenemos y que donamos a todos. Amén.
Quien preside: Ahora, al terminar, haremos un gesto de veneración a la Biblia, tocándola o besándola,
haciendo después la señal de la cruz.
