MEDITACIÓN DE LA GRATITUD
La gratitud es un sentimiento que a veces olvidamos expresar en nuestra vida diaria. Gratitud por
todas las personas maravillosas que conocemos y tenemos alrededor, por todas las cosas que
recibimos, nos ocurren, disfrutamos, hacemos, compartimos…, por todo lo que la Vida ya nos ha dado
y nos ha ayudado a conseguir y compartir. También es frecuente olvidarnos de agradecer su
compañía, su guía, su orientación… a los innumerables Seres de Luz que continuamente nos
acompañan, protegen, guían y ayudan en nuestro cotidiano caminar.
Dice uno de nuestros refranes que es de bien nacid@s ser
agradecid@s, por todo cuanto recibimos a lo largo y ancho de nuestra vida, que siempre es mucho
más de lo que pedimos.
GRACIAS es una de esas palabras que yo llamo mágicas, una de esas palabras que abre todas las
puertas o que las cierra, cuando esto es lo adecuado cuando algo: relación, trabajo, etapa… termina y
es necesario dejarlo marchar. El agradecimiento es una emoción imprescindible para atraer a nuestra
vida todo lo positivo que deseamos ver materializado en ella, y así hacer realidad nuestros sueños,
realizándonos más plenamente, sintiéndonos más felices y dichos@s, compartiendo nuestro bien con
quienes nos rodean y haciendo de nuestro entorno un lugar más bello y amoroso en el que vivir.
Responder a la vida con gratitud, incluso cuando lo que recibimos son disgustos, obstáculos,
paradas, retrasos o dificultades, los disfraces con los suelen vestirse el aprendizaje, la maduración, la
transformación y la evolución, también nos ayuda a vivir mejor y lograr lo que queremos. Si damos las
gracias por todo lo que llega, incluso por lo que no queremos o nos disgusta, estamos captando y
respondiendo al mensaje que el Universo nos envía, para que seamos conscientes de lo que tenemos
que cambiar, casi siempre en nosotr@s mism@s, porque es en nuestro interior donde realmente las
cosas dejan de funcionar y empiezan a hacerlo de nuevo, después de realizar los ajustes oportunos.
Cuando agradecemos las dificultades, que desde luego no es conformarnos con ellas, estamos
reconociendo que somos capaces de salir adelante y superar las pruebas, estamos reconociendo que
la Vida confía plenamente en nosotr@s, y precisamente por eso las ha puesto en nuestro camino.
Igualmente reconocemos que, aunque la Existencia nos de un cachete con una mano para que nos
despertemos y espabilemos, con la otra nos da su amor y su ayuda que, si abrimos el corazón,
indudablemente vemos llegar de una u otra forma: un comentario que sincrónicamente oímos mientas
viajamos en el metro, alguien que nos llama por teléfono y mágicamente nos da una pista o idea
valiosa, esa persona que nos sonríe amablemente o nos abraza cuando nos ve tristes o
preocupad@s, esa frase que vemos en una marquesina y parece que está especialmente puesta para
nosotr@s… Los caminos que Dios/Diosa/Todo Lo Que Es escoge para ayudarnos y mostrarnos su
amor infinito y todas las posibilidades son ilimitados.
Dar las gracias con lo más profundo de nuestro corazón y de nuestra alma acerca lo bueno, lo bello,
lo verdadero y lo justo a nuestra vida, con facilidad y comodidad, conectándonos directamente con la
energía de la prosperidad y la abundancia, siempre presentes en cuanto nos rodea. Cada vez que
damos las gracias por algo, no importa de qué tamaño sea ni lo que vaya a durar, atraemos más de lo
mismo con nuestro imán de gratitud. En cambio, cuando nos olvidamos de agradecer todo cuanto ya
hay en nuestra vida, es como si no nos importara haberlo recibido y, entonces, empieza a desaparecer
de nuestro lado, lo alejamos y en vez de conectar con la abundancia siempre presente, lo hacemos
con la carestía y atraemos más de lo mismo.
Dar las gracias es enviarle un mensaje al Universo, diciéndole que estamos content@s y
encantad@s por la vida que comienza cada día y por todo aquello que la hace posible: el sol, la luna,
las estrellas y la naturaleza en su conjunto; por nuestro cuerpo, nuestra mente, nuestro corazón y
nuestro espíritu; por nuestros defectos y nuestras virtudes; por los trabajos y las tareas que hacemos:
los que nos gustan y los otros; por las personas a las que amamos y que nos aman; por nuestros
recursos, logros y pertenencias de todo tipo; por nuestra salud: física, psíquica, emocional, espiritual y
de las relaciones; por los alimentos que tomamos; por la casa en la que vivimos; por el coche, la moto
o la bicicleta que conducimos; por las experiencias vividas y los aprendizajes adquiridos; por todo lo
que nos queda por experimentar, descubrir, aprender, evolucionar, disfrutar, amar, compartir…, por
tantas y tantas cosas que aquí no hay espacio para mencionar.
Utilizar el mantra GRACIAS todo lo posible es muy beneficioso para
nuestra salud y nuestro bienestar general, además de que nos mantiene en permanente estado de
gracia, sí, ese sentimiento que sentían l@s místic@s cuando oraban y estaban en unión perfecta con
Dios. Veamos ahora una manera de meditar en este hermoso sentimiento y de introducirlo en nuestra
vida, si es que todavía no está presente:
1. Siéntate en el suelo o en una silla, colócate en una posición cómoda y cierra los ojos.
2. Empieza a respirar profundamente, relajando de manera consciente cada parte de tu cuerpo,
desde la cabeza hasta los pies y tanto por fuera como por dentro.
3. Deja que tu mente se vaya vaciando de contenidos, para que permanezca plenamente centrada y
concentrada en el aquí y el ahora.
4. Cuando sientas que la relajación se ha extendido por todo tu ser y que tu mente está libre de
imágenes, escenas, palabras…, ve a tu corazón, ábrelo y entra en él. Ve a la parte más profunda de tu
corazón: allí donde está tu diamante interior: el hogar de tu Yo Superior, de tu Yo Verdadero, de tu
Genuina Esencia.
5. Saluda a tu Yo Superior como tu corazón y tu intuición te sugieran que lo hagas. No hay reglas,
sólo tú intuyes y decides cómo hacerlo. Y una vez le hayas saludado, di estas palabras, o cualesquiera
otras que se te ocurran ahora: YO SUPERIOR,GRACIAS POR ESTAR SIEMPRE AHÍ,
ACOMPAÑÁNDOME, PROTEGIÉNDOME, GUIÁNDOME, AYUDÁNDOME. GRACIAS CON TODA LA
FUERZA DE MI CORAZÓN.
6. A continuación, comienza a repasar tu día, desde el momento en que te levantaste hasta este
momento, en que estás haciendo la meditación de la gratitud y después, empieza a dar
las GRACIAS por todo lo que has recibido, por todo lo que has vivido, por todo lo que has aprendido,
por todo lo que has llorado o por todo lo que te has reído, por todas las personas con las que te has
encontrado, por los alimentos que has comido, por el sol que ha brillado para ti o por la lluvia que ha
regado cuanto te rodea, por estar viv@ y ser quien eres, por tus aciertos y por tus errores, por tu casa,
por tu coche, por tu dinero y ¡cómo no!, por tu familia, por tus amigos, por la gente que te aprecia, que
te valora, que está siempre dispuesta a echarte una mano si la necesitas… ¿A qué ahora, que estás
tranquil@ y centrad@ en tu interior, te estás dando cuenta que tienes muchas más cosas que
agradecer de las que cotidianamente, con el ir y venir constante de la vida, piensas que tienes?
¿Verdad que la Vida es generosa contigo? ¿Verdad que en tu vida ya, en este preciso instante, reinan
la prosperidad y la abundancia?
7. Ahora empieza a repasar tu vida. Comienza por el momento que quieras o por el que tu intuición
te indique, y haz lo mismo: da las GRACIAS por todo lo que has vivido, experimentado, amado,
aprendido, hecho; por tus logros: personales y profesionales; por tus conocimientos, por tus
habilidades, por tus recursos, por tus cualidades, por tus defectos, por todos los retos que has asumido
y superado, por todas las circunstancias que te han hecho más fuerte, inteligente y sabi@; por todo lo
que has disfrutado, compartido, cambiado… No te canses de dar las gracias y hazlo con entusiasmo.
Grita si quieres, para que te oigan hasta en el rincón más profundo del Universo. Verás como, de una
manera que te parecerá mágica, todo tu ser empieza a sentirse de otra manera, cómo tu corazón
explota de dicha, cómo te das cuenta, con cada GRACIAS, de lo mucho que ya has recibido y de que
con cada GRACIAS recibes más y más cosas buenas, positivas, exitosas, creciendo y ampliándose
infinitamente las posibilidades para ti.
8. Ahora piensa en todas las personas que alguna vez te han ayudado, consolado, apoyado,
aportado algo importante para ti o que necesitabas en un momento determinado y empieza a darles
las GRACIAS por lo que te dieron. Hazlo una a una, para que su Ser Superior reciba esta atención
individualizada de ti. Da lasGRACIAS incluso a las personas con las que has tenido conflictos, a las
personas que ya no están en tu vida. Da las gracias a todas aquellas personas a las que tú sabes que
no has mostrado tu agradecimiento en algún momento de tu vida. No importa que esas personas no
estén ahora delante de ti, la energía del agradecimiento llegará hasta ellas dondequiera que estén,
incluso si ya han abandonado esta vida. Recuerda que la energía siempre sigue al pensamiento y que
no tiene límites temporales ni espaciales, salvo que tú decidas ponerlos. Confía en tu guía interior y
llena tu universo y el Universo entero con tus maravillosas y espléndidas semillas de agradecimiento.
9. Cuando sientas que has terminado de dar las GRACIAS, al menos por ahora, observa cómo te
sientes, observa cómo está tu cuerpo. ¿Ha cambiado tu estado general? ¿Qué es lo que más ha
cambiado? ¿Qué es lo diferente? Regístralo en tu memoria para luego apuntarlo y tener presente en tu
día a día lo que pasa en tu ser entero cada vez que, con amor, das las GRACIAS por todo lo
maravilloso que recibes. A medida que repitas este mantra tan sencillo y sanador, también dejará de
importante si l@s demás agradecen o no lo que haces por ell@s, porque únicamente te importará ser
una perfecta herramienta de la Divinidad que, verdaderamente, es la única que puede darnos algo.
10. Ahora despídete de tu Yo Superior y dale las GRACIASpor todo lo que ha presentado ante ti
durante la meditación. Después, sal de tu corazón y céntrate en la respiración, absorbiendo la
experiencia que acabas de vivir, preparándote para terminar el ejercicio y volviendo a tu conciencia
habitual cuando lo consideres oportuno. ¡Y acuérdate también de expresar tu agradecimiento a todos
los Seres de Luz que te han acompañado, guiado y protegido!