En la ciudad de La Plata, a los ocho días del mes de febrero del año
dos mil siete, reunida la Cámara de Apelación en lo Contencioso Administrativo
con asiento en La Plata, en Acuerdo Ordinario, para pronunciar sentencia en la
causa “SERRES CROCE, WALTER ARMANDO C/ ESTADO DE LA
PROVINCIA DE BUENOS AIRES - CAJA DE RETIRO, JUBILACIONES Y
PENSIONES DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES S/ ACCION DE
AMPARO”, en trámite ante el Tribunal de Menores nº 1 del Departamento
Judicial Necochea (expte. Nº -6355-), con arreglo al sorteo de ley, deberá
observarse el siguiente orden de votación: Señores Jueces Dres. Gustavo
Daniel Spacarotel, Claudia A.M. Milanta y Gustavo Juan De Santis.
El Tribunal resolvió plantear la siguiente:
CUESTIONES
PRIMERA: ¿Es admisible la vía procesal escogida?
En caso afirmativo,
SEGUNDA: ¿Hubo operado el plazo de caducidad previsto en el
artículo 6º de la ley 7166?
En caso negativo,
TERCERA: ¿Es procedente la acción de amparo promovida?
En su caso:
CUARTA: ¿Qué solución corresponde adoptar?
A N T E C E D E N T E S:
I. Los actores interpusieron acción de amparo contra el Estado
Provincial y la Caja de Retiros y Pensiones de la Policía de la Provincia de
Buenos Aires (fs. 3/13); peticionando la declaración de inconstitucionalidad del
art. 15 de la ley 12.727, anexos y disposiciones concordantes, así como del art
195 del CPCN. Solicitaron, también, la inconstitucionalidad de todas las
resoluciones y circulares que se hubiesen dictado y que se dicten en
consecuencia, en tanto ordenen recortar los haberes de jubilados y
pensionados, retrotrayendo la situación a su estado anterior, así como también
se les restituyan los montos objeto de recorte.
Del escrito de la demanda surge que, por una parte, los amparistas
requirieron una medida cautelar innovativa que suspenda los efectos de las
aludidas normas (fs. 3 vta), por considerar vulnerados los derechos
constitucionales contemplados en los art. 16,19,17, 14 y 14 bis,28, 4, 75 inc.2 y
121 de la C.N.; y por otra parte, solicitaron una medida cautelar que prohíba
innovar sobre los haberes del actor, hasta tanto se dicte sentencia definitiva (fs.
4), y se les reintegren los importes salariales descontados y no percibidos, ello
así, una vez resuelta la cuestión de fondo.
II. En primera providencia, el Tribunal de Menores Nº 1 de Necochea
resolvió, a fs. 14/20, rechazar in limine la acción de amparo interpuesta por el
Sr. RIDDICCK Guillermo Alejandro, en virtud de lo normado en los art. 7º inc. d
y 9º de la ley 7166, considerando para ello que resultaba improcedente la
acción interpuesta por el mencionado actor, atento que con fecha de 30 de
septiembre de 2003 se declaró la incompetencia del nombrado organismo
jurisdiccional para entender en materia de amparo, haciéndose lugar
parcialmente a la medida cautelar solicitada por el actor.
De la misma manera, con respecto al señor Serres Croce, el órgano
judicial se declaró incompetente para resolver la cuestión de fondo, sin
perjuicio de ello, hizo lugar parcialmente a la medida cautelar solicitada y
consecuentemente ordenó al Estado Provincial para que, por intermedio de la
Caja de Retiros, Jubilaciones y Pensiones de la Policía de la Provincia de
Buenos Aires, proceda de inmediato al reestablecimiento del haber por retiro
móvil al señor Serres Croce, ordenando liquidar y abonar los haberes
provisionales conforme han sido determinados con anterioridad a la entrada en
vigencia de la ley 12727 con sus anexos, prorrogada por el art. 51 de la ley
13002, y hasta tanto se resuelva sobre la cuestión de fondo. Ello, previa
caución juratoria a prestar por parte del amparista Serres Croce para
responder por los daños que la mencionada medida cautelar pudiera
ocasionar.
III. Previo acuse de recibo del oficio que ordena se deje sin efecto la
reducción salarial operada por ley 12727 (fs. 27), la Fiscalía de Estado se
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Causa Nº 739 CCALP
presentó y planteó cuestión de competencia, acompañando a tales fines el
expediente administrativo nº 2138-99019 (fs. 43/44).
A fs. 46 la actora agregó en autos recibo de haberes de donde surge
que al actor no se le hubieron practicado descuentos.
IV. Resuelta la cuestión de competencia por la Suprema Corte (fs.
50/51), y reasumida la misma por el tribunal que previno, se ordenó el traslado
de la demanda, y la producción del informe al que refiere el artículo 10º de la
ley 7166.
En cumplimiento de dicha exigencia, a fs. 67/77, se presentó la Fiscalía
de Estado, alegando la improcedencia de la vía procesal elegida por el actor
para procurar la inconstitucionalidad planteada. Solicitó el reintegro de lo
percibido por el actor a partir del cumplimiento de la cautelar; y finalmente,
denunció gravedad institucional.
A fs. 81/88, ampliando su informe, el representante fiscal destacó la
improcedencia del amparo contra leyes, alegando la ausencia de ilegalidad o
arbitrariedad en la actuación de la administración, así como, reiteró la
improcedencia al planteo de inconstitucionalidad. Asimismo, fundamentó la
constitucionalidad del recorte salarial por razones de emergencia, y a todo
evento, de aceptarse la acción planteada, aduce caducidad de la acción
intentada. Ofreció prueba, hizo reserva del caso federal y denunció gravedad
institucional.
V. Producida la prueba ofrecida por la demandada, el juez de grado
hizo lugar a la acción de amparo, declarando la inconstitucionalidad del art. 15
de la ley 12.727, ordenando a la accionada el reintegro de las sumas
reclamadas desde agosto de 2001 hasta la fecha de cese de la reducción; e
impuso las costas a la demandada vencida (fs. 90/104).
Para así decidir, consideró formalmente admisible la acción intentada,
estimando, en lo sustancial, que la ejecución de la norma por parte del poder
administrador constituye un arrebato inadmisible del derecho adquirido que
tiene el amparista sobre su haber previsional (sic.).
Así también sostuvo que la situación de emergencia y el carácter
transitorio de la legislación de igual tenor no justifica semejante actuación en
desmedro del derecho del particular, al que posteriormente caracterizó como
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derecho social, alimentario. Por la jurisprudencia y doctrina que invoca,
consideró de irrazonable la restricción en cuestión.
VI. Mediante la pieza recursiva obrante a fs. 109/116, se alza la
demandada, expresando agravios contra la sentencia de mérito, alegando la
inadmisibilidad de la acción intentada, por la excepcionalidad de la vía, y
ahondando en la ausencia de los requisitos de procedencia de la acción de
amparo, reiterando, el planteo de caducidad y la reserva del caso federal.
Finalmente se agravia también de la imposición de las costas a su cargo.
Concedido (fs. 117) y sustanciado el recurso, (117 vta.) la causa es
elevada a esta Cámara de Apelación, hallándose en estado de ser resuelta.
VOTACIÓN
A la primera cuestión planteada, el Dr. Spacarotel dijo:
I. Ponderados los recaudos de admisibilidad, ha de expresarse que el
recurso ha sido interpuesto en tiempo y forma, razón por la que ha sido bien
concedido y corresponde resolver sobre sus fundamentos (arts. 18, 19 y 20, ley
7166; 260, CPCC).
II. En relación a la idoneidad de la vía procesal escogida por la parte
actora, a los fines de encauzar su pretensión judicial, he de reconocer que
conforme tuve ocasión de expedirme en la causa nº 1830 "Tartaglia", en
donde sostuve que en la acción de amparo lo que resulta definitorio al
respecto no es sólo la idoneidad o inidoneidad de la vía del amparo, la que en
principio, estimara como el carril adecuado, ello así, en la medida de la
ocurrencia de determinadas circunstancias, empero, considerando en dicho
precedente que los extremos de viabilidad no se hallaban cumplidos, y más
precisamente, aquellos inherentes a la actualidad del agravio y su
irreparabilidad.
En vista estos actuados corresponde expresar que la idoneidad del
carril procesal elegido, a la hora de encauzarse la acción rápida y expedita de
la acción de amparo, habrá pues de relacionarse, inescindiblemente, con la
situación fáctica traída a estudio, las circunstancias excepcionales, y urgentes
existentes a la hora de introducir la acción, y la continuidad y permanencia en
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Causa Nº 739 CCALP
el tiempo de los hechos generadores de la infracción jurídica invocada, la
gravedad o irreparabilidad del daño invocado, y la subsunción de dicho
presupuesto, con los recaudos de admisibilidad y procedencia previstos en el
artículo 20º inc. 2º de la Constitución provincial y los artículos 1, 2, y 6 de la ley
7166.
En efecto, si bien es cierto que se trata de un remedio de carácter
excepcional, ya que, en principio, no puede sustituir las instancias ordinarias
judiciales para traer cualquier cuestión litigiosa a conocimiento de la justicia, en
este caso aparece de modo manifiesto un daño grave e irreparable que se
causaría remitiendo el examen de la cuestión a los procedimientos judiciales o
administrativos ordinarios, circunstancia que justifica que los jueces
reestablezcan de inmediato el derecho restringido por esta vía (Fallos 280:228;
294:152; 299:417; 303:811; 307:444; 308:155; 311:208, entre otros).
En la especie, corresponde efectuar una distinción esencial entre el
acto hecho u omisión que se cuestiona, y la norma de alcance general en que
se sustenta el comportamiento material. En efecto "si el acto u omisión se
sustentan en una norma general -ley, decreto, ordenanza, etc.- no exhiben,
como regla, arbitrariedad o ilegalidad notorias" (Fallos 306-1253, p. 1263) no
resultará procedente la acción de amparo.
Empero, a la hora de enjuiciar la constitucionalidad de una norma de
alcance general en el marco de un proceso de amparo, ha de reconocerse que,
en definitiva, lo que determina la admisibilidad del planteo es la notoriedad o
gravedad de la limitación en el ejercicio de los derechos y garantías
constitucionales invocadas.
En esa dirección, así lo he sostenido sistemáticamente, cuando
expresara que , [...] para cuestionar en forma directa las leyes (ver causas
CCALP Nº 20 "Delgado", sent. 15-3-05; Nº 32 "Mangano", sent. 23-11-04; Nº
141 "Gayol", sent. 29-3-05; Nº 186 “Godoy”, sent. 7-11-06; mi voto en causa Nº
449 CCASMA -Feria-"Adecua", sent. 25-1-6), donde expresara que: "... por
principio el examen de constitucionalidad, tiene en nuestro régimen
constitucional, un cauce procesal propio y exclusivo, directo y concentrado
(arts. 161 inc.1º, Constitución Provincial y 683 a 688, CPCC), empero no es
menos cierto que tanto el artículo 43º de la Constitución Nacional, como el art.
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20º ap. 2 de la Constitución Provincial, permiten al juez declarar la
inconstitucionalidad de la norma en que se funde el acto u omisión lesivos, esto
es, en forma indirecta o refleja, es decir cuando un acto individualizado y
aplicativo de una norma general se reputa inconstitucional".
Es evidente, en la especie, la operatividad y directa aplicación al "sub
examine" del artículo 15 y cc. de la ley 12.727, y en tal caso lo que se
cuestiona en un proceso de amparo, en definitiva, no es la ley, en si misma,
sino "...el acto, hecho o la omisión"· que provoca la infracción jurídica derivada
de la norma, y frente a tal supuesto el Juez podrá eventualmente declarar la
inconstitucionalidad del precepto legal.
En este entendimiento la propia CSJN ha resuelto hacer excepción a
esa regla y declarar la inconstitucionalidad de ese tipo de normas en casos en
que ellas suponían una palmaria violación de derechos o garantías
constitucionales (Fallos 267-215 y 306-400 voto de la mayoría y voto
concurrente de los jueces Belluscio y Petracchi). Y, en otras oportunidades,
analizó la constitucionalidad de normas generales en procesos de amparo,
concluyendo que las que sustentaban el acto impugnado no entrañaban una
patente violación de garantías constitucionales (Fallos 306-1253 y 307-747,
entre otros).
Así sostuvo que: "... que si bien es cierto que la vía excepcional del
amparo, en principio, no sustituye las instancias ordinarias judiciales para
traer cualquier cuestión litigiosa a conocimiento de la Corte, no lo es menos
que siempre que aparezca de un modo claro y manifiesto el daño grave e
irreparable que se causaría remitiendo el examen de la cuestión a los
procedimientos ordinarios, administrativos o judiciales, corresponderá que los
jueces restablezcan de inmediato el derecho restringido por la rápida vía del
recurso de amparo (Fallos: 280:228; 294:152; 299:417; 303:811; 307:444;
308: 155; 311:208, entre otros), a fin de que el curso de los procedimientos
ordinarios no torne abstracta o tardía la efectividad de las garantías
constitucionales (Fallos: 323:2519, considerando 5°).
A guisa de ejemplo, en el caso "Peralta" (Fallos 313:1513) se afirmó
que "el art. 2 inc. "d" ley 16986 halla su quicio constitucional en tanto se
admita el debate de inconstitucionalidad en el ámbito del proceso de amparo,
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Causa Nº 739 CCALP
cuando en el momento de dictar sentencia se pudiese establecer si las
disposiciones impugnadas resultan o no clara, palmaria o manifiestamente
violatorias de las garantías constitucionales que este remedio tiende a
proteger" (del consid. 13).
Así también nuestro Máximo Tribunal lo sostuvo en la causa "Banco de
Galicia y Buenos Aires s/ solicita intervención urgente en autos: ‘Smith, Carlos
Antonio c/ Poder Ejecutivo Nacional o Estado Nacional'" (Fallos: 325:28).
En esa télesis, y en relación a la admisibilidad de la vía expedita del
amparo la CSJN, en la causa:"San Luis, Provincia de c/Estado Nacional
s/Amparo", sent. 05/03/2003, dijo: "...Que si bien es cierto que la vía
excepcional del amparo, en principio, no sustituye las instancias ordinarias
judiciales para traer cualquier cuestión litigiosa a conocimiento de la Corte, no
lo es menos que siempre que aparezca de un modo claro y manifiesto el daño
grave e irreparable que se causaría remitiendo el examen de la cuestión a los
procedimientos ordinarios, administrativos o judiciales, corresponderá que los
jueces restablezcan de inmediato el derecho restringido por la rápida vía del
recurso de amparo (Fallos: 280:228; 294:152; 299:417; 303:811; 307:444; 308:
155; 311:208, entre otros), a fin de que el curso de los procedimientos
ordinarios no torne abstracta o tardía la efectividad de las garantías
constitucionales (Fallos: 323:2519, considerando 5°), circunstancias que se
configuran en el caso".
Así, la Corte Suprema hubo reconocido la idoneidad del carril rápido y
expedito de la ley de amparo, para abordar el tratamiento de la
constitucionalidad de los decretos del Poder Ejecutivo nacional Nº 896/01 y de
la ley 25.453, a través de los que se dispuso, por causa de emergencia, un
severo recorte salarial a los empleados públicos nacionales.
En efecto, en la causa "Tobar, Leónidas c/ E.N. M° Defensa -
Contaduría General del Ejército- Ley 25.453 s/ amparo -Ley 16.986", sentencia
del 22 de agosto de 2002 (conf. T.348 XXXVIII), la CSJN, sostuvo que "...La
concreta comprobación del grado de esa afectación no resulta -en este estado-
determinante para la admisión de la vía intentada, pues esas alteraciones
económicas sólo son posibles dentro del marco normativo cuya
incompatibilidad con la Ley Fundamental constituye la sustancia del planteo,
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sin que sea relevante la eventual confiscatoriedad de la afectación para juzgar
la validez constitucional de las normas cuestionadas ".
En el mismo sentido, -esto es en relación a la idoneidad de la vía
intentada-, se hubo pronunciado la Corte Suprema de la Nación en autos
"Muller, Miguel Angel c/Poder Ejecutivo dto. 430/00 s/amparo", en sentencia de
fecha 10.IV.03.
Por su parte, la Suprema Corte de Justicia, -en su composición
ordinaria-, parece haberlo así entendido, cuando al resolver un conflicto de
competencia, ante un planteo de inconstitucionalidad de leyes de emergencias
en el ámbito municipal, invocadas en el marco de la acción de amparo, hubo
denegado el acceso a su competencia originaria, y permitió el curso del
proceso de amparo en ante el órgano de primera instancia.. Allí sostuvo que:
"...No se encuentra comprometida la competencia originaria del Tribunal si en
el caso no se cuestiona algún acto administrativo por reputárselo lesivo de una
situación jurídica de ese carácter sino que, se persigue la declaración de
inconstitucionalidad de diversas normas que constituyen el marco normativo
que rige la situación de emergencia económica en el ámbito municipal, por
considerarlas violatorias de derechos constitucionales. Ello, teniendo en
consideración lo dispuesto en el artículo 20 de la Constitución de la Provincia
en relación a que "cualquier juez" será competente para resolver en el ámbito
de la acción de amparo y en punto a que, en dicho proceso, podrá
declararse la inconstitucionalidad de la norma en que se funde el acto
lesivo, -la negrita me pertenece-. (arts. 20, 161 inc. 1° y 215 Const. prov.).
(SCBA B. 64.191. I. 10.7.02, " Della Mora, Pedro c/ Municipalidad de Lomas de
Zamora s/ Amparo -Cuestión de competencia art. 6° C.C.A.).
En la misma línea de admisibilidad lo sostuvo la SCBA (integrada con
conjueces) causa B 62974 S 10-4-2002, “Asociación de Maestros de la
Provincia de Buenos Aires contra Provincia de Buenos Aires. Amparo”. En fallo
reciente, la SCBA, hubo receptado la admisibilidad del amparo en una causa
en donde se cuestionaba la aplicación de normas de emergencia en materia
económico financiera. (Ac. 86.7171 s. 14.12.05 voto Roncoroni, autos "Del Re,
Sonia c/Banco Provincia de Buenos Aires. S/amparo".
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Causa Nº 739 CCALP
Finalmente, la SCBA, en la causa B.64.621 “Unión Personal Civil de la
Nación (U.P.C.N.) contra Provincia de Buenos Aires sobre Amparo”, sent. del
1.X.03, cuyos contornos jurídicos son de análoga configuración a las
presentes, les permitió a los magistrados votantes, sortear el valladar formal de
la acción de amparo, expresando que "..., si bien se lee el escrito de demanda
se advertirá, prontamente, que en él, tras reclamar la declaración de
inconstitucionalidad de los artículos ya referidos, se cuestionan específica y
concretamente los actos jurídicos administrativos del Ejecutivo provincial que,
sustentados en la ley 12.727, tuvieron como consecuencia los descuentos en
los haberes tanto del sector activo como pasivo, aplicando distintos porcentajes
a partir del piso de $ 1.200. Descuentos que no han cesado al tiempo de
radicarse la demanda...". (del voto del Dr. Roncoroni).
Así también justificando la idoneidad de la acción de amparo el Dr.
Hitters sostuvo que "...De tal modo, se ha receptado la tesis que permite el
ejercicio de la defensa de inconstitucionalidad en el proceso amparista,
consagrándose por esta vía, otro medio de revisión indirecto de supralegalidad,
ya que esta cuestión no es el objeto principal del juicio -que como es sabido,
persigue el cese de un acto, hecho, decisión u omisión lesivos de derechos
constitucionales-, sino que sólo se plantea incidentalmente como cuestión
previa y necesaria, para decidir si corresponde o no, hacer cesar la actividad
presuntamente lesiva".
Puntualmente, lo que debe resolverse es, en primer lugar, si por vía del
amparo puede cuestionarse una norma de alcance general, En principio, y
como pauta general la acción debe dirigirse contra un "acto, hecho, decisión u
omisión" (art. 20 C. Prov.; el art. 43 C.N.). No obstante, la excepción a ello se
verifica cuando la impugnación de la norma general no se realiza en abstracto,
sino referida a sus efectos concretos de derechos invocados por el
peticionante. Puede agregarse que a ello apuntó la reforma de la Constitución
Nacional de 1994 cuando, terminando con una larga confusión generada por el
art. 2 de la ley 16.986, admitió que en el juicio de amparo podía declararse la
inconstitucionalidad de la norma en la que se fundara el acto lesivo (art. 43, 1°
párrafo, "in fine").
9
Por lo demás, y en relación a la actualidad del agravio esgrimido por la
actora, se advierte, en forma objetiva, que a la fecha de interposición de la
acción intentada, (7.X.03), se encontraba vigente el plexo normativo
impugnado, y con plena afectación a la integralidad de los haberes
previsionales percibidos, según constancias fs. 1/2, extremos que justifican, por
falta de analogía-,el apartamento del temperamento expuesto en mi voto
pronunciado en la causa nº 1830 “Tartaglia", sent. del 13-12-05 , máxime si se
considera que con la acción incoada no se enjuicia un acto único del pasado,
sino una ilegalidad continua, sin solución de continuidad, originada tiempo
antes de recurrir a la justicia pero mantenida al momento de promover la
acción y también en el tiempo siguiente (dictamen del Procurador General
subrogante por la CSJN en Fallos 307-2174)
Pone de manifiesto, citando al Alto Tribunal Nacional que “...en la
medida que la acción incoada se enjuicia una arbitrariedad o ilegalidad
continuada, sin solución de continuidad, originada, es verdad, tiempo antes de
recurrir a la justicia, empero, mantenida al momento de accionar y también en
el tiempo siguiente. No es un hecho único ya pasado, cuyo juzgamiento tardío
compromete la seguridad jurídica, ni un hecho consentido tácitamente, ni de
aquellos que en virtud de su índole deben plantearse en acciones ordinarias...”
(C.S.J.N. 25-09-2001 “Tortaroglu de Neto, Leonor c/ I.O.S.”.
En otras palabras, corresponde señalar que, en cuanto a la
subsistencia de interés en resolver la controversia suscitada, no obstante que
el artículo 15 de la ley 12.727, haya cedido su aplicación el 30.12.03., en nada
obsta a que la parte pueda tener suficiente interés jurídico para obtener un
pronunciamiento judicial sobre los efectos jurídicos que produjo la norma en
cuestión durante el tiempo que se le hubo aplicado, en tanto la acción ha sido
incoada bajo su vigencia.
Por los argumentos expuestos, a la cuestión planteada voto por la
afirmativa.
A la primera cuestión planteada, la Dra. Milanta dijo:
La acción es admisible, con arreglo a las razones que expuse en el
precedente de análoga configuración "Tartaglia", las que he de reproducir en lo
pertinente.
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Causa Nº 739 CCALP
a) El primer aspecto de la admisibilidad que corresponde analizar se
refiere al objeto de la pretensión que, en tanto contiene la impugnación de
normas legales, no sería proponible a través de la acción expedita (art. 20 inc.
2, ap. 3°,C.P.), circunstancia que alcanzaría, en la inteligencia asignada a esa
previsión constitucional, para descalificar la sentencia dictada en autos.
Al respecto, esto es, si el acceso a esta jurisdicción podría verse
frustrado por cuanto el amparo no procede contra leyes, según dispone el
párrafo tercero del art. 20 inc. 2 de la Constitución Provincial, cabe señalar que
tanto el texto expreso y completo de esa cláusula, cuanto sus antecedentes
directos (cfr. Diario de Sesiones de la Convención Constituyente, 8ª Sesión,
agosto 31 de 1994, p. 1.387) determinan que, con arreglo al espíritu y a la
télesis del precepto, dicha limitación no rige cuando la norma se concreta en la
esfera de intereses del amparista, que es el supuesto de autos. De otro modo,
quedaría seriamente restringido y prácticamente sin espacio de aplicación
posible el control de constitucionalidad de leyes específico de la acción,
plasmado en el párrafo quinto del citado art. 20 inc. 2 de la Constitución
Provincial y en el art. 43 -primer apartado, in fine- de la Constitución Nacional,
en tanto ambas previsiones establecen que En el caso, el juez podrá declarar
la inconstitucionalidad de la norma en que se funde el acto u omisión lesivos.
Control que, por lo demás, es coherente con el sistema difuso que al respecto
consagra la Constitución (art. 57, Const. Prov.; cc. art. 31, Const. Nac.; ver
doctr. C.S.J.N., Fallos 311:2478, entre muchos; también v. doctr. "Banco
Comercial de Finanzas S.A., sent. del 19-8-04).
Por consiguiente, en tanto se presente el acto que particulariza el
contenido general normativo, no sólo queda abierto el acceso a la vía, sino que
también lo está la función de control de constitucionalidad, tornándose esta
jurisdicción apta para que el juez lo ejercite respecto de las leyes (arts. 15, 20
inc. 2, tercer párrafo, 57 y concs., Const. Prov. y 18, 43, 31 y concs., Const.
Nac.; cfr. doctr. S.C.B.A, causa B. 64.621, "U.P.C.N. c/Prov. de Buenos Aires",
sent. del 1-X-2003: primera cuestión; conc. doctr. a contrario del mismo
Tribunal: causas B-68.179, "Gobernador de la Provincia" , res. 20-4-05, esp.
punto 4.a; Ac. 86.720, "Usuarios y Consumidores en Defensa de sus
Derechos", sent. del 22-9-04, entre otras; doctr. de esta Cámara: causas Nº 78,
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"Renon", res. del 14-12-04 y, en sent. conc.: causas Nº 32, "Mangano", sent.
del 23-11-04, Nº 372, "Bascary", sent. del 7-12-04, Nº 34, "Ortega", sent. del
30-6-05, entre otras).
El delicado deslinde entre el amparo y la acción originaria (art. 161 inc.
1º, Const. Prov.), tampoco exhibe desarreglo en detrimento del primero en
estos actuados, al pulso de los lineamientos que surgen de la doctrina de la
Suprema Corte, y a propósito de la impugnación directa de normas, desde que
se configura en la especie la censura de disposiciones legales a partir de los
actos aplicativos, situación que se aprecia comprendida en la materia del
amparo (art. 20, inc. 2°, primer párrafo, cit.; y doctr. judicial citada).
En la misma línea, opino que es decisiva la doctrina legal de la
Suprema Corte que emerge, entre otros precedentes, de la citada causa B-
64.621, "U.P.C.N.". Dicha sentencia, recaída en un proceso de amparo
colectivo, abordó in extenso y específicamente la admisibilidad de esta vía para
juzgar acerca de la validez constitucional de la ley 12.727 y en ella el Tribunal
se pronunció, por mayoría conformada por sus jueces titulares, en sentido
favorable al progreso formal de la acción porque los contenidos normativos se
habían concretado, rechazando así objeciones de la Provincia -representada
entonces, al igual que en autos, por la Fiscalía de Estado- análogas a las
volcadas en la presente (cfr. primera cuestión, causa B-64.621 cit.; v. en sent.
conc., de esta Cámara, causa N° 78, “Renon”, cit.).
Por lo tanto, concluyo que, de conformidad a la norma constitucional,
doctrina legal y antecedentes del caso, la procedencia de la acción desde el
punto de vista analizado se halla expedita.
b) Pero este examen no sería completo, a fin de sostener la viabilidad
de la acción, de no indagarse las particularidades del caso y el recaudo relativo
a la falta de idoneidad de otros remedios ordinarios, puntos sobre los que
abundaré a continuación.
En la causa "Dorrego" (Nº 28, sent. del 30-9-04), como en otras
posteriores (vgr. “Ortega”, sent. del 30-6-06, entre otras), he tenido oportunidad
de destacar que, con arreglo a la doctrina de la Corte Suprema, si bien la
acción de amparo no está destinada a reemplazar a los medios ordinarios
instituidos para la solución de las controversias (Fallos: 300:1033), su exclusión
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Causa Nº 739 CCALP
por la existencia de otras vías no puede fundarse en una apreciación
meramente ritual, toda vez que la institución tiene por objeto una efectiva
protección de derechos, más que una ordenación o resguardo de
competencias (doctr. Fallos: 299:358, 417; 305:307; 307:444; 311:208;
320:1339 y 2711; causa C. 1463. XXXVI, "Carrizo", sent. del 13-7-04).
En ese sentido, también ha dicho el máximo Tribunal que la
existencia de otras vías procesales aptas no es postulable en abstracto, sino
que depende en cada caso de la situación concreta de cada demandante,
cuya evaluación, como es obvio, es propia del tribunal de grado (Fallos:
318:1154), habiéndose ponderado favorablemente la incidencia que la materia
previsional y la avanzada edad revisten en relación a dicho presupuesto (conc.
Fallos: 306:77).
c) En el marco de tales pautas que han de informar la evaluación del
extremo bajo examen, considero que la acción es admisible -y no queda
desplazada por la existencia de otras vías procesales, en este caso- para el
tratamiento de la cuestión material en ella propuesta.
Ello se debe a que el actor procura tutela judicial invocando el
carácter alimentario del beneficio que percibe, a fin del restablecimiento de la
integridad de los haberes previsionales, que fueran alcanzados por los
descuentos establecidos por la ley 12.727 y sus sucesivas prórrogas.
Es así que aunque las cuestiones jurídicas puedan ser semejantes,
en tanto planteos impugnatorios de las medidas previstas en el citado cuerpo
legal, el caso difiere del resuelto en los autos “Juncos” -causa N° 428, del 17-2-
05- (como también en el precedente: causa Nº 603, "Amaya", res. del 5-5-05)
y, en cambio, presenta mayor similitud fáctica con los decididos en autos
“Renom” (causa nº 78), nº 807 “Berdina” (este último, cfr. mi voto en minoría,
res. del 7-6-05), “Moschini” (causas N° 505 y N° 506, ambas del 14-6-05; ver
también lo dicho en autos "Amaya", cit.), "Tartaglia" (causa Nº 1830, sent. del
13-12-05, conf. mi voto en minoría).
d) El hecho de que la pretensión se traduzca, en parte, en el reintegro
de haberes retenidos, o que presente carácter patrimonial, no me parece
decisivo para clausurar la vía del amparo. La naturaleza alimentaria no ha
variado por ello, ni, por otra parte, el remedio constitucional opera con
13
exclusión de los derechos de esa índole, ya que los derechos constitucionales,
en su integridad, sean de índole patrimonial o extrapatrimonial, están
garantizados por medio de la acción de amparo (arts. 43, Const. Nac., cfr. mi
voto en causa Nº 37, "Benvenuti", sent. del 16-9-04; entre otras).
Ello significa que, aunque la pretensión esté encaminada al recupero de
las sumas que se han venido descontando desde hace varios años, no cabe
desatender en el juicio de admisibilidad a las particulares circunstancias
aducidas por la amparista y ya consignadas, en cuanto justificación de la
ineptitud de los remedios ordinarios o bien del daño grave o irreparable que su
utilización pudiese irrogarle (art. 20 inc. 2 Const. Prov.), y a diferencia de la
conclusión que podría devenir frente a una disímil plataforma fáctica (cfr. causa
“Amaya”, cit.).
Resulta de todos modos decisivo que el amparista accedió a la
jurisdicción cuando aún no había fenecido la aplicación de los descuentos, de
tal modo que la pretensión planteada ha tenido por objeto, a la hora de
demandar, el cese de las deducciones salariales, sin perjuicio de las
consecuencias aludidas en los parágrafos anteriores.
Todo ello, claro está, sin que implique anticipo de jurisdicción sobre la
cuestión material.
II- De acuerdo a lo expuesto, encuentro motivos suficientes en los
hechos del caso para ingresar en los fundamentos del fallo, relativos al fondo
de la contienda.
A tal valoración no escapa, por cierto, la circunstancia de que en
numerosas causas de amparo, la Suprema Corte -ora integrada por conjueces,
o en parte por sus miembros titulares- se ha decidido acerca de los distintos
aspectos de la emergencia declarada por la ley 12.727 y consiguientes
medidas establecidas para conjurarla. Precedentes que señalan un criterio
interpretativo que abona, junto a las razones expuestas, el sentido favorable a
la idoneidad de la vía y su apertura hacia la resolución de mérito.
Es así que propongo rechazar el recurso de apelación en los tópicos
que resultan inherentes a la primera cuestión planteada, para dar paso, si es
que se sortea el óbice a considerarse en la segunda cuestión, al examen de
congruencia constitucional, de conformidad al tratamiento que ha merecido el
14
Causa Nº 739 CCALP
asunto en el pronunciamiento de grado y a los agravios planteados a su
respecto en el recurso.
A ese fin, estimo insuficiente -en el caso- la aseveración acerca de la
complejidad de la cuestión tratada, así como la valoración -de allí deducida- de
que no se halla en autos involucrada una materia propia del amparo por
encontrarse ausente la manifiesta arbitrariedad o ilegalidad, si el magistrado de
instancia sostuvo lo contrario luego de analizar, en profundidad, la cuestión
constitucional.
Por lo tanto, interpreto que esas valoraciones, encaminadas por el
rumbo trazado en el recurso, hacia la conclusión de la falta de aptitud de la vía
para componer la contienda, deben ser materia de un desarrollo acorde con el
que ha alcanzado en la sentencia y ha provocado los embates de la
demandada.
Concluyo que la acción es formalmente admisible y debe desestimarse,
al respecto, el recurso articulado (arts. 20 inc. 2, Const. Prov.; 18 y 19, ley
7.166).
En los términos que ha sido formulada, y con el indicado alcance, a la
primera cuestión, voto por la afirmativa.
A la primera cuestión planteada, el Dr. De Santis dijo:
Considero superada la etapa procesal de análisis de admisibilidad pues,
ha sido sorteada ya la ocasión adjetiva del artículo 9 de la ley 7166 y, por lo
tanto, deviene fuera de toda posibilidad retrotraerse a esa etapa de progreso.
La causa, llegada a la instancia de la sentencia que clausura el
proceso, sólo admite valoración de procedencia respecto de la acción
intentada.
Esa ponderación incluye la consideración de la vía, como también la
relativa a las aristas de la infracción jurídica alegada (conf. art. 20 inc. 2 CPBA
y arts. 1, 2 y concs. ley 7166).
El diseño de las cuestiones planteadas por la mayoría, en mi opinión,
confunde los distintos niveles de avance.
Por esas razones discrepo con el tratamiento que le confieren a la
primera cuestión los colegas que me preceden en voto (conf. arts. 6, 7, 9 y
concs. ley 7166).
15
Así lo voto.
A la segunda cuestión planteada, el Dr. Spacarotel dijo:
I. Aduce el quejoso que la magistrado "a quo", hubo soslayado la
caducidad operada en virtud de lo normado por el art. 6 de la ley 7166, ello así,
y habiendo advertido el incumplimiento de dicho requisito, considera que se
debió haber rechazado el pedimento en los términos del art.9º de la ley 7166.
En tal sentido sostiene la demandada que el plazo se encuentra
superado con creces, desde que se hubo publicado la norma, agregando que a
todo evento el pedido deviene abstracto por haber finalizado los descuentos en
enero de 2004.
II. Al respecto cabe expresar que de las constancias de la causa se
desprende que la demanda fue interpuesta con fecha 7.X.03 (fs.13 vta.), ello
así en plena vigencia y operatividad del régimen legal impugnado y en tal
sentido corresponde recordar que tal como lo sostuviera en la causa
“Barandiaran” (CCALP nº 435, res. del 15-2-05) “El plazo de caducidad que fija
el art. 6 de la ley 7166 encuentra su fundamento en tres razones: a) el valor
seguridad jurídica; b) el consentimiento tácito y c) la naturaleza excepcional del
amparo. (SCBA Ac.79728 S 24.3.04 "Silvestre"), salvo la existencia de
supuestos que permitan excepcionar la télesis de dicha norma; verbigracia,
conducta omisiva, ilegalidades continuadas o razonable duda a favor del
administrado”.
En la especie, se advierte que desde el comienzo de los descuentos
operados a partir de la vigencia de la ley 12.727, (día siguiente a la publicación
B.O. 25-VII-01), se hubieron realizado sin solución de continuidad,
renovándose los mismos mes a mes, manteniendo en cada caso vigente el
agravio invocado, habiendo cesado a partir del mes de noviembre del 2003, (fs.
27) a instancias del remedio cautelar dictado en autos (fs.14/20).
Al respecto ha sostenido la Corte Suprema de Justicia: “Si bien el
cómputo del plazo para promover la acción de amparo es una cuestión de
índole procesal, ajena por principio al recurso, cabe hacer excepción a dicha
regla si la aplicación e interpretación de las normas que reglamentan el
procedimiento de una garantía consagrada por la Constitución nacional, se
constituyen en un valladar formal que la torna inoperante, produciendo la
16
Causa Nº 739 CCALP
alteración prohibida por el art. 28 de la ley fundamental” (“Fallo”, 307:2174,
sent. del 25-IX-2001, “Tartaroglu de Neto, Leonor c. IOS” del dictamen del
Procu; criterio reiterado en in re “Video Club Dreams v. Instituto Nac. de
Cinematografía”, sent. del 6-6-95 y Fallos 324:3082).
Así también fue el temperamento adoptado por la mayoría de la
Suprema Corte en la citada causa "UPCN", B.64.621, sent. 1.X.103, allí se
sostuvo "...De tal modo que si los actos violatorios de derechos son de tracto
sucesivo, interpreto que no corresponde computar el primer acto como propio
para iniciar el término de la caducidad, toda vez que ésta no decae mientras
subsistan los hechos generadores del perjuicio.(voto Dr. Hitters).
Por los argumentos expuestos, estimo que en la especie no se hubo
operado el plazo de caducidad previsto en el art. 6º de la Ley 7166, votando a
la cuestión planteada por la negativa.
A la segunda cuestión planteada, la Dra. Milanta dijo:
En cuanto a la actualidad de la lesión (art. 20 inc. 2, Const. Prov.) y al
plazo para deducir la pretensión (art. 6°, ley 7.166), cuya interpretación, dado
su carácter de recaudo de índole legal reglamentaria, ha de resultar
congruente con la cláusula superior (arts. 15 y 20 cit., Const. Prov.), cabe
efectuar las siguientes consideraciones.
Puede adoptarse al respecto como un principio general consagrado por
la doctrina jurisprudencial que, en la acción de amparo, no pierde vigencia el
agravio mientras la lesión se mantenga como consecuencia de la ilegalidad
continuada, esto es, cuando no obstante haberse originado tiempo antes de
ocurrirse a la justicia, ella se sostiene sin solución de permanencia a ese
entonces, como sucede cuando se renueva periódicamente con la afectación
de los haberes que se devengan en forma mensual (cc. doctr. C.S.J.N., Fallos
307:2174; 324:3082; 324:3076; 324:4074; doctr. S.C.B.A. causas “U.P.C.N.”,
cit. y sus citas).
Las medidas instrumentadas por la ley 12.727 -como las rebajas
previsionales que motivan esta contienda- expiraron el 31 de diciembre de
2.003 y los amparistas presentaron la demanda antes de esa fecha (cfr. cargo
de fs. 34).
17
El actor urgió pues la jurisdicción cuando no habían cesado aún, a su
respecto, la aplicación de las previsiones normativas que cuestiona, pues a ese
entonces percibía el haber reducido. A todo evento, en auxilio de dicha
conclusión, corresponde merituar la incidencia del plazo previsto en el art. 6°
de la ley 7.166, con arreglo a la inteligencia que cabe asignar a la modalidad
de su cómputo, en los supuestos de ilegalidad continuada.
Así, se ha interpretado que ese término no rige mientras permanece la
lesión, como consecuencia de su renovación periódica y que comienza a
transcurrir a partir de la última afectación. De allí que no cabe considerar que, a
la fecha de la presentación inicial, se hubiese extinguido el derecho a entablar
la acción, lo que despeja de toda duda respecto de los extremos de
admisibilidad bajo estudio. A mayor abundamiento, de persistir la opinabilidad
de la vigencia de la lesión a la hora de demandar, cabe aplicar el principio
según el cual, en caso de duda, debe estarse a favor de la apertura de la
jurisdicción (arts. 15 y 20, Const. Prov., 18 y 43, Const. Nac.; en sent. conc.,
voto del Dr. Hitters, en la causa “U.P.C.N.”, cit. y sus citas).
Por ello y las razones concordantes expuestas por el Dr. Spacarotel, a
la segunda cuestión planteada voto por la negativa.
A la segunda cuestión planteada, el Dr. De Santis dijo:
Sin perjuicio de lo dicho para la primera, conclusión que comprende a la
exigencia temporal del artículo 6 de la ley 7166, trataré esta segunda también
en disidencia con la solución de la mayoría.
Anticipo que, el transcurso en exceso de ese lapso, resulta decisivo en
la causa para sellar su suerte.
También lo es para clausurar toda consideración parcial de procedencia
en los términos del precedente reciente del Superior Tribunal Provincial,
referido al período de la emergencia comprendido entre Julio y Diciembre de
2003 (art.15 ley 12.727, causa B-64.621, sent. 1.10.03), aún cuando no escape
a mi ponderación la doctrina de la mayoría que, respecto al tópico relativo al
término de caducidad (art.6 ley 7166) viene con ese precedente, el que, por las
razones expuestas y las que habré de expresar, estimo inaplicable a la especie
controvertida.
18
Causa Nº 739 CCALP
Tengo para mí que ese plazo de carácter perentorio, que trae la ley
7166 (art.6 2do.párrafo), no sólo no es incompatible con la disposición
constitucional del artículo 20 inciso 2 de la Constitución de la Provincia, que no
alteró su vigencia después de la reforma, (conf. causas SCJBA B-59.168, sent.
16.2.99 y la citada B-64.621, entre otras) sino, antes bien, lo es con la
naturaleza urgente que, por regla, define al proceso en trámite.
No obsta a esa ponderación la prolongación en el tiempo, sin solución
de continuidad, de los efectos del acto legislativo cuestionado (art.15 ley
12.727) pues, en el caso de autos, dada la oportunidad y el objeto de la
pretensión, no cabe argumento para sostener la interrupción del plazo de
caducidad (art.20 inc.2 CPBA y art. 6 ley 7166).
Menos aún para requerir una condena que, por su misma coyuntura de
interposición (en las postrimerías del régimen impugnado) ya no pudo limitarse
sólo a una orden de cese, sino a una reparación económica, lisa y llana.
La naturaleza de la acción de amparo, y su condición de remedio
urgente de recurso jurisdiccional, convierte en incompatible esa hermenéutica
para el caso en examen, procedente, en cambio, para otros supuestos
ordinarios que no exijan aquélla urgencia como extremo de justificación
necesaria.
No median, tampoco, circunstancias que demuestren la imposibilidad
cierta de accionar por parte de los actores, situación que, siendo ajena a la
especie ventilada, no permite otra solución.
Del mismo modo puede afirmarse que los antecedentes de la causa
revelan que la parte reclamante no ha actuado con una razonable celeridad, en
el marco de las circunstancias del caso, aspecto también determinante en
dirección a la expiración del lapso de marras y que se suma al presupuesto de
urgencia que, tratado, define el carril de excepción del artículo 20 inciso 2 de
la Constitución de la Provincia y torna incompatible toda otra interpretación.
El cotejo, entre la fecha de entrada en vigencia del artículo 15 de la ley
12.727 y su aplicación a los actores (23.07.01), y la de interposición de la
demanda (07.10.03), abonan la posición que he desarrollado.
De suyo, la circunstancia relativa a la oportunidad de la promoción de la
demanda, luego de transcurridos los treinta días que establece la ley 7166 (art.
19
6) para habilitar el ritual constitucional, carece de todo efecto favorable pues,
la continuidad de los efectos gravosos en que se sostienen los votos
precedentes, mientras subsista la vigencia del régimen cuestionado, carece de
toda aplicación a un espacio instrumental cuya urgencia resolutoria desaloja
esa misma exégesis.
Y, si se quiere, no hay actualidad en el agravio porque ha fenecido
aquél lapso, siendo inaplicable al caso todo intento de renovación continúa con
sustento en la vigencia del régimen legal. Tampoco, desde la visualización del
contenido de la pretensión, de neto carácter reparador de un evento ya
pasado. O, dicho de otro modo, de una lesión, si la hubiere, ya ocurrida, cuya
recomposición no integra las materias propias de la acción de amparo, en la
modalidad del artículo 20 inciso 2 de la Constitución Provincial.
Así, las razones expuestas forman mi convicción en dirección a la
procedencia del recurso articulado, por lo que doy mi voto por la afirmativa a la
cuestión planteada.
A la tercera cuestión planteada, el Dr. Spacarotel dijo:
En lo sustancial, no puede dejar de observarse que el nudo principal de
la contienda versa sobre un tema de análoga configuración y resolución por
nuestro Máximo Tribunal provincial, en la causa B. 64.621 "UPCN", sent. del
1.X.03, sentencia que hubo quedado firme a tenor del pronunciamiento que la
CSJN, en autos U 39 XL "UPCN c Provincia de Buenos Aires sobre amparo",
rechazando el recurso extraordinario allí promovido (31.5.05).
Ello así y a la hora de analizar la justicia de la sentencia en crisis habré
pues de expresar que:
I.- Las reducciones dispuestas en nuestra provincia por el art. 15 de ley
12.727 tienen carácter temporal. Según el art. 20 del mismo texto legal: “por el
período de la emergencia”.
El mencionado lapso de tiempo se fijaba en “un año a partir de la
promulgación de la presente ley” (art. 2º).
A posteriori, el legislador facultó al Ejecutivo a extender por un año
adicional su vigencia (art. 3º ley 12.774), lo que así hizo el Gobernador de la
Provincia mediante decreto 1.465 del 24 de junio de 2002, llevando la
emergencia al 23 de julio de 2003. Por último, el régimen es prorrogado por la
20
Causa Nº 739 CCALP
ley de presupuesto de este año hasta el 31 de diciembre del mismo (art. 51 de
la ley 13.002).
II.- Ello así habrá pues de analizarse si estas prórrogas o extensiones
del régimen estatuido por la ley 12.727, aniquilan o destruyen el carácter
temporal o limitado de las medidas instrumentadas para superar la
emergencia, y en tal caso si la afectación a las garantías individuales que ella
arrastra se muestra ostensiblemente arbitraria e ilegítima en el iter de vigencia
del plexo normativo enunciado.
En ese derrotero destaco que la CSJN, tuvo ocasión de declarar la
constitucionalidad de la ley 24.624, en los citados autos "Guida". Para así
decidir tuvo en cuenta que “la modificación de los márgenes de remuneración
en forma temporaria, motivada por los efectos de una grave crisis internacional
en el orden financiero, no implicaba “per se” una violación del art. 17 de la
Const. Nac.”.
También sostuvo que no se advertía "...lesión a las garantía del art. 17
de la Const. Nac., cuando como en el caso, por razones de interés público, los
montos de las remuneraciones de los agentes estatales son disminuidos para
el futuro sin ocasionar una alteración sustancial del contrato de empleo público
en la medida en que la quita no resulta confiscatoria o arbitrariamente
desproporcionada".
Ello así se advierte con pleno conocimiento que la noción de la
emergencia declarada por ley, admite control judicial, en tanto el magistrado
procura cotejar la real motivación del legislador y su correspondencia con la
realidad fáctica visualizada en el momento de ponderar con datos objetivos, las
condiciones de temporalidad y razonabilidad propia de un argumento donde el
legislador basa la necesidad de limitar derechos y garantías constitucionales.
En este aspecto , no es ocioso recordar, como lo ha puntualizado desde
antaño la CSJN, que la restricción que impone el Estado al ejercicio normal de
los derechos patrimoniales debe ser razonable, limitada en el tiempo, un
remedio y no una mutación en la sustancia o esencia del derecho adquirido por
sentencia o contrato (Fallos: 243:467; 323: 1566, entre muchos otros). De ahí
que los mecanismos ideados para superar la emergencia están sujetos a un
límite y éste es su razonabilidad, con la consiguiente imposibilidad de alterar o
21
desvirtuar en su significación económica el derecho de los particulares (confr.
causa "Smith"); y no es dudoso que condicionar o limitar ese derecho afecta a
la intangibilidad del patrimonio y obsta al propósito de afianzar la justicia.
Ahora bien, en autos se advierte que las sucesivas prórrogas
enumeradas "supra", disuadieron el límite o ámbito temporal en que habría de
pervivir la emergencia, alongando una y otra vez la transitoriedad
originariamente acotada y expandiendo el marco de incertidumbre sobre el
momento en que habrían de cesar los sacrificios de los derechos individuales
impuestos en aras de superar la emergencia.
Es allí, que la permanencia en el tiempo de una situación que hubo
intentado paliar la situación crítica en la que se encontraba la Provincia puede
resultar permeable, o bien mutable en relación a ciertas circunstancias que se
dan en dicho devenir.
Así hubo de ponderarlo la SCBA, en la citada causa "UPCN"
(B.64.621), en donde se reconoció que "...[estas] modificaciones o alteraciones
sobrevinientes y ajenas a la ley que instaurara la emergencia, pero que no
dejan de incidir concretamente en el sacrificio impuesto a los derechos y
garantías individuales e, incluso, en la base objetiva misma de los contratos de
empleo público, pudiendo llegar a erosionar en grado sumo la contraprestación
a recibir por los agentes o empleados de la Administración.".
III.- En ese derrotero sólo corresponderá indagar si la medida adoptada
por el artículo 15 de la ley 12.727, que reduce las retribuciones brutas, totales,
mensuales, normales, habituales regulares y permanentes y el sueldo anual
complementario, excluyendo las asignaciones familiares, del personal de la
totalidad de los organismos provinciales, incluido el comprendido en
convenciones colectivas de trabajo, los beneficiarios del sistema previsional,
tanto del Instituto de previsión Social, como de la Caja de Retiros, Jubilaciones
y Pensiones de la Policía de la Provincia, como en la especie, y su alongación
en el tiempo deviene inconstitucional, en forma sobreviniente.
En ese espacio limitado de control, deviene plenamente aplicable a la
especie de autos, la solución propiciada por nuestro máximo Tribunal
Provincial, a la que cabe remitirnos en lo pertinente, (CAUSA B 64.621
"UPCN"), ello así toda vez que la doctrina de allí emanada ha tenido
22
Causa Nº 739 CCALP
proyección en las consecuencias jurídicas de los afiliados a dicha entidad
actora, y en tal caso, una solución distinta en esta esfera jurisdiccional
colocaría al actor en una innecesaria situación de desigualdad, e inequidad,
inadmisible en este estado procesal del trámite jurisdiccional.
En esa óptica , es dable reconocer, como, así también lo hubo de
sentenciarlos la SCBA, en el precedente citado que "...en el marco de las
actuales circunstancias y de las hebras legales con que el legislador y el
Ejecutivo provincial fueran tejiendo la malla de la emergencia en la Provincia
de Buenos Aires al propio ritmo de su desarrollo, tal respuesta ha de buscarse
y encontrarse en la clausura del año adicional que a la emergencia declarada
por la ley 12.727, le anexara el Gobernador de la Provincia en ejercicio de las
facultades conferidas por la Ley 12.774 (art. 3º), mediante el decreto 1.465 del
24 de junio de 2.002 y que se cerraba el 23 de julio de 2.003”.
Es allí donde se visualiza, que el exceso en la alongación de una
medida restrictiva, excede el juicio de razonabilidad exigido para la viabilidad
constitucional de los remedios restrictivos en ciernes, y en tal caso torna
parcialmente procedente la acción de amparo interpuesta, empero ello así
desde el 23.7.03, plazo a partir del cual, la medida dispuesta aparece
desprovista de suficiente justificación, con los datos de la realidad,
oportunamente ponderados por la Suprema Corte de Justicia en la mencionada
causa B. 64.621 "UPCN", sent. del I.X.03.
De esta forma la perpetuación más allá de dicha fecha y con apoyo en
la nueva prórroga prescripta por el art. 51 de la Ley 13.002 de las reducciones
salariales dispuestas por el art. 15 de la Ley 12.727 de conformidad a su
planilla anexa, lesiona en forma manifiestamente arbitraria el derecho a una
justa retribución que el art. 39 incs. 1º y 4º de la Constitución provincial
garantiza a los agentes estatales (dentro de las bases establecidas por el art.
103 inc. 12 de la misma Carta Magna), votando a la cuestión planteada por la
afirmativa.
A la tercera cuestión planteada, la Dra. Milanta dijo:
Adhiero a las conclusiones y voto del magistrado de primer orden, de
conformidad a la doctrina de la Suprema Corte de Justicia, que surge de lo
resuelto en la causa B-64.621, U.P.C.N. s/amparo, sentencia del 1-10-03, de la
23
que no encuentro mérito para apartarme, a tenor de las particulares
circunstancias del sub-júdice. En efecto, no concurren antecedentes de hecho
o de derecho o una situación particularizada de carácter excecpional, que
justifiquen extender el examen constitucional más allá del alcanzado en el
citado precedente.
Por ello, estimo que corresponde acceder a la pretensión del amparista,
con el alcance que propone el Dr. Spacarotel.
Así lo voto.
A la tercera cuestión planteada, el Dr. De Santis dijo:
Con los fundamentos que dejaré expuestos, relativos a la falta de
actualidad en la lesión que invoca la parte actora, ya anunciada en el
tratamiento de la cuestión anterior, frente a las exigencias de procedencia de la
acción de amparo (art. 20 inc. 2 CPBA y ley 7166), proveeré mi voto a ésta.
Lo haré, en sentido contrario a la opinión de la mayoría.
Así, y con ese rumbo, siguiendo precedentes de esta cámara en los que
he tenido ocasión de volcar análogo criterio, me anticipo a expresar que el
recurso ha de prosperar (causas “Tartaglia” CCALP nº 1830, sent. 13-12-05;
“Pisani”, CCALP nº 2274, sent. 14-2-06,entre otras).
1. Comenzaré por señalar que, la existencia de otra vía adjetiva, apta
para la composición de la situación ventilada en la contienda, resulta suficiente
para abastecer, de manera idónea, el juicio desfavorable al mérito de la
sentencia que ha sido motivo de réplica por el apelante.
En efecto, tengo para mí el carácter subsidiario del proceso de amparo,
con apoyo en la disposición del artículo 2 de la ley 7166 (art. 20 inc.2 de la
CPBA).
Ese criterio, que vengo sosteniendo desde mi intervención en la causa
“Dorrego” (CCALP nº 28, sent. 30.9.04), autoriza la solución enderezada hacia
la revocación del fallo en queja.
Insistiendo en esa silueta residual he de decir que, la reforma
constitucional de 1994 no la ha modificado, ni es dable alterar sus alcances por
el reconocimiento que contiene el artículo 15 de la Constitución de la Provincia,
toda vez que, en cuanto vinculado al principio del acceso irrestricto a la justicia
y al de la tutela judicial efectiva, no puede concebirse como una reducción, de
24
Causa Nº 739 CCALP
cualquier acción, al proceso urgente, expedito y de conocimiento restringido de
su artículo 20 inciso 2.
Así pude desarrollarlo, in extenso, en la causa citada, entre otras (causa
“Dorrego” cit.).
Por el contrario, es menester que el amparista; para lograr sortear con
éxito el examen de procedencia de la vía que, por eso mismo es de excepción;
demuestre la ineficacia del conjunto del sistema procesal para dar respuesta a
su pretensión (arts. 20 inc.2 párr. 2 CPBA y 2 ley 7166).
Principio recibido es que, a la infracción jurídica lesiva, de carácter
manifiesto u ostensible –si la hay- le cabe por añadidura la acreditación relativa
al impacto en el ejercicio de los derechos que se alegan vulnerados y a la
necesidad de su urgente restablecimiento.
De él debe resultar, de manera inequívoca, el perfil irreparable por otras
vías comunes u ordinarias, cuyo concurso idóneo enerva el trámite adjetivo de
excepción que se intentara para la causa.
No basta pues, con la alegación de una ilegitimidad, por grave que ésta
sea. Es necesario, junto ella y cuando concurran los extremos de evidencia
señalados, que genere un daño, actual o inminente, que exija la intervención
inmediata de la jurisdicción para evitar su consumación, de otro modo
irreparable por las vías comunes previstas por el régimen procesal.
Ello así, el amparo luce en auxilio al ordenamiento instrumental, cuando
con él no es posible obtener el resultado perseguido.
La acción constitucional no desplaza a ningún carril adjetivo, sino que
socorre al sistema, cuando éste exterioriza la ausencia de uno, adecuado al
objeto de la pretensión.
De allí se sigue que, si la situación no desborda la común que, de
ordinario, supone para cualquier persona hacer valer sus derechos ante la
jurisdicción, la vía de excepción de la ley 7166 quede descartada.
Una interpretación contraria equivaldría a reconocer en ella otra senda
alternativa, criterio, sin duda, en pugna con el principio del juez natural (conf.
arts. 20 inc.2 CPBA, y 4 ley 7166) y con las reglas del debido proceso, en
tanto, el perfil de la acción constitucional, acotado a un restringido acceso y sin
25
las condiciones relativas a la contradicción plena, impiden el debate amplio y
sin cortapisas que es de rigor en el ritual de la jurisdicción.
Ahora bien, sentados los principios expuestos, desarrollados en la
citada causa, entre otras (“Dorrego” cit. y, en similar sentido causas CCALP nº
20 “Delgado”, sent.15.03.05; nº 32 “Mangano”, sent. 23.11.04 y nº 61
“Ferrocarril Metropolitano”, sent. 7.12.04) debo destacar que, el caso planteado
de neto carácter patrimonial y sin incidencia en otros derechos fundamentales,
como habré de referir, no reúne los recaudos de procedencia que justifiquen la
vía elegida y, en cambio, remite a la procesal administrativa ( art. 166 CPBA y
ley 12.008) ó a la acción declarativa del artículo 683 y siguientes del Código
Procesal Civil y Comercial, en su caso, (art.161 inc.1 CPBA), carriles éstos
aptos, en tanto previstos para abordar con amplitud la cuestión ventilada.
Por la acción de amparo deducida se persigue un resarcimiento por
descuentos efectuados en la remuneración mensual de los amparistas por
aplicación de las disposiciones de la ley de emergencia 12.727.
La declaración de inconstitucionalidad de su artículo 15 sostiene la
pretensión articulada.
La incidencia de esa disposición y sus complementarias no alcanzan a
una intensidad tal que conculque de manera total el haber. Tampoco importa
su privación.
La regla prescriptiva reduce el salario de los actores en un limitado
porcentaje con relación a su monto bruto. Ello así, la disminución no puede
reputarse con entidad bastante para desbaratar ni desnaturalizar la finalidad
alimentaria de esa misma retribución.
Sentado lo expuesto, suficiente para estimar el recurso de apelación, no
obstante he de dedicar lo que sigue a la concurrencia del otro extremo legal
(art.1 ley 7166).
2. En ese orden, y en línea con el modo como ha quedado formulado el
planteo de la parte actora, queda claro que la ilegalidad o arbitrariedad
manifiesta debe ser analizada a la luz del cuestionamiento constitucional al
artículo 15 de la ley 12.727 y sus disposiciones complementarias, sin más.
En este punto he de decir que la tacha que se le endilga a la ley (art.15)
no refleja un carácter ostensible que permita su tratamiento por vía de amparo,
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más allá del sesgo del impacto lesivo -si lo hubiera- que, tratado más arriba,
basta para sostener el pronunciamiento desfavorable a la pretensión.
En efecto, el carácter de la emergencia, declarada en los términos de
concepción primigenios de la ley, en cuanto a plazo, presupuestos y alcances,
tanto como los límites del poder de policía así ejercido, entre otros aspectos;
no sólo requiere de un debate que el amparo no puede proporcionar y contiene
elementos opinables de impropia resolución en él; sino que, además y por esa
misma razón, no exterioriza una situación de grosera y manifiesta agresión en
los términos del artículo 1 de la ley 7166 (art.20 inc.2 CPBA).
Así, queda inhabilitada también la vía promovida, cuya materia, tal
como ha sido suscitada, trae el intento de condena a la restitución de los
descuentos salariales operados durante el lapso de vigencia del artículo 15 de
la ley citada.
Tal circunstancia también abona el desplazamiento del curso adjetivo
constitucional (art. 20 inc. 2 CPBA) para tratar y resolver la cuestión de fondo
controvertida que subyace en el proceso.
A mayor abundamiento, queda claro que, la calificación de la infracción
jurídica alegada dependa, exclusivamente, del quiebre de congruencia
constitucional que pregonan los amparistas.
Y, siendo necesario a ese efecto un debate tal, y un grado de
contradicción proporcional al de la sustancia controvertida que revela la
especie, la acción de amparo luce inadecuada para su conocimiento y
decisión.
He señalado ya la garantía del juez natural y la del debido proceso
adjetivo, como parámetros de insoslayable cumplimiento a la hora de llevar a la
instancia judicial un aspecto de semejante trascendencia, como lo es el que
aportan los demandantes. Empero, trae el déficit de ocurrir a un espacio
procesal inapropiado para su tratamiento.
La impugnación constitucional no se exhibe con rasgos de manifiesta
evidencia que, de hallarse presentes, podrían admitir un tránsito instrumental
diferente.
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Los tópicos reseñados hasta aquí, en torno a los alcances de la
emergencia, a sus prórrogas y, finalmente, a su incidencia en la esfera
particular, requieren una discusión comprensiva de esos especiales contornos.
El amparo, para la que ha motivado la causa, lo impide pues, excluye
toda materia no susceptible de inmediata verificación.
Para más, limita sus fronteras a restablecer el ejercicio del derecho que
se esgrima vulnerado, desalojando todo alcance conmutativo de condena,
como ha sido enderezada la pretensión.
Encuadrada la cuestión de fondo en los parámetros de acceso al curso
adjetivo de excepción (art. 20 inciso 2 CPBA), habré de abundar en lo que
sigue.
Pues, la considero con un entramado de procedencia que se articula
en un solo núcleo conceptual. En él convergen todos los recaudos de sujeción
constitucional, y comprende también al que habré de dedicarme.
En efecto, la actualidad de la lesión que habilite la acción debe
juzgarse a la luz del carácter urgente del proceso en demanda de una
respuesta jurisdiccional oportuna y eficaz, frente a la cual el concurso de las
vías comunes la haría ilusoria.
Y, en ese marco, su ponderación debe resolverse en los términos
específicos inherentes a esa naturaleza, suficientemente receptada por el
artículo 6 de la ley 7166, tal como he podido destacarlo en esta misma
intervención.
Tengo para mí que, toda otra consideración desborda esas fronteras,
de inequívoca presencia dentro de un curso ritual que es definido por la
urgencia y la perentoriedad de la respuesta en atención a la gravedad de la
lesión y a su irreparabilidad por otros andariveles comunes.
Desde esa perspectiva, el contenido de la petición inicial, promovida
casi al punto de expiración del régimen legal, en cuanto refleja un
requerimiento de carácter resarcitorio, desnaturaliza la función tutelar de la
acción constitucional, construida, a cambio, para impedir daños irreparables
cuando el concurso de los procesos ordinarios los deje consumar.
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Causa Nº 739 CCALP
Ha sido, el de autos, un intento de recomposición de una situación
pasada, antes que un reclamo tutelar protectivo tendiente a evitar un daño
inminente.
Juzgo que, esas razones, despejan toda duda respecto a que la materia
de la causa no deja ver ninguna situación susceptible de ser encuadrada en el
supuesto adjetivo de excepción (art. 20 inc.2 CPBA y art. 2 ley 7166).
Así también, las consideraciones expuestas me permiten descalificar a
la vía promovida como trámite apto para debatir la cuestión traída.
De ese modo formo mi convicción en dirección a la procedencia del
recurso articulado, por lo que doy mi voto por la negativa a la tercera cuestión.
A la cuarta cuestión planteada, el Dr. Spacarotel dijo:
I. Por todas las razones antedichas, propicio modificar la sentencia de
grado, haciendo lugar parcialmente al recurso de apelación interpuesto, y
declarar la inconstitucionalidad al presente del art. 15 de la ley 12.727 y su
inaplicabilidad al actor, condenando a la demandada a restituir los descuentos
realizados en las remuneraciones a que se refiere el citado artículo por las
prestaciones brindadas por el personal comprendido en la norma a partir del 23
de julio de 2.003 (arts. 5, 14, 14bis, 17, 28, 33, 43 y concs., Constitución
Nacional; 1, 10, 20, 31, 39, 57 y concs. Constitución Provincial).
A dichos importes, deberá adicionársele el correspondiente a los
intereses, que se calcularán, desde cada uno de los períodos en que se
hubieren devengado y hasta el efectivo pago, de acuerdo a la tasa que pague
el Banco de la Provincia de Buenos Aires en los depósitos a treinta días
vigente en los distintos períodos de aplicación.
Atento la forma en que se resuelve el caso y la medida en que es
reconocido el objeto de la pretensión actora, las costas se imponen en el orden
causado (art. 20, ley 7166 y 68, 2do. Párrafo, C.P.C.C.).
A la cuarta cuestión planteada, la Dra Milanta dijo:
Con arreglo al análisis efectuado en las cuestiones anteriores, adhiero a
la solución que propone el Dr. Spacarotel.
Así lo voto.
A la cuarta cuestión planteada, el Dr. De Santis dijo:
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Propicio, hacer lugar al recurso de apelación y revocar la sentencia
atacada, en todo cuanto fuera motivo de agravios por la demandada (arts.43
C.N., 20 inc. 2 CPBA, 1, 2, 18, 19 y concs. ley 7166).
Las costas del proceso corresponde imponerlas a la parte actora
vencida (art. 25 ley 7166 y art. 274 del CPCC).
Así lo voto.
De conformidad a los votos precedentes, la Cámara de Apelación en lo
Contencioso Administrativo con asiento en La Plata, dicta la siguiente
SENTENCIA
Por los fundamentos expuestos en el Acuerdo que antecede,
1º) Por mayoría, se declara la admisibilidad formal de la acción de
amparo interpuesta (arts. 20 inc. 2, Cont. Prov.; 6, 18 y 19, ley 7166).
2º) Por mayoría, se hace lugar parcialmente al recurso de apelación
interpuesto, se declara -en el caso- la inconstitucionalidad del art. 15 de la ley
12.727 y su inaplicabilidad al actor, condenando a la demandada a restituir los
descuentos realizados en las remuneraciones a que se refiere el citado artículo
por las prestaciones brindadas por el personal comprendido en la norma a
partir del 23 de julio de 2.003 (arts. 5, 14, 14 bis, 17, 28, 33, 43 y concs.,
Constitución Nacional; 1, 10, 20, 31, 39, 57 y concs. Constitución Provincial; 18
y 19, ley 7166).
A dichos importes, deberá adicionársele el correspondiente a los
intereses, que se calcularán, desde cada uno de los períodos en que se
hubieren devengado y hasta el efectivo pago, de acuerdo a la tasa que pague
el Banco de la Provincia de Buenos Aires en los depósitos a treinta días
vigente en los distintos períodos de aplicación.
Costas por su orden (art. 20, ley 7166 y 68 -2º párrafo-, C.P.C.C.).
Difiérese la regulación de honorarios para la oportunidad prevista en el
art. 51 del dec. ley 8904/77.
Regístrese, notifíquese y devuélvanse las actuaciones al juzgado de
origen oficiándose por Secretaría.
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Firmado: Gustavo Daniel Spacarotel. Juez. Gustavo Juan De Santis. Juez.
Claudia A.M. Milanta. Juez. Griselda S. Picone. Secretaria. Registrado bajo el
nº 21 (S)
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