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El E. S. en El Mov. Pentecostal

El documento describe la doctrina del Espíritu Santo en el movimiento pentecostal. Señala que el distintivo de esta doctrina es el bautismo del Espíritu Santo, definido como la "plena recepción del Espíritu por parte del creyente". Las características principales son que este bautismo ocurre subsecuentemente a la salvación, la evidencia es hablar en lenguas, y se recibe cumpliendo ciertas condiciones. El documento analiza los fundamentos bíblicos de esta doctrina a través de varios pasajes de

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El documento describe la doctrina del Espíritu Santo en el movimiento pentecostal. Señala que el distintivo de esta doctrina es el bautismo del Espíritu Santo, definido como la "plena recepción del Espíritu por parte del creyente". Las características principales son que este bautismo ocurre subsecuentemente a la salvación, la evidencia es hablar en lenguas, y se recibe cumpliendo ciertas condiciones. El documento analiza los fundamentos bíblicos de esta doctrina a través de varios pasajes de

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SETECA

Pneumatología
Dr. David Suazo J.

DOCTRINA DEL ESPÍRITU SANTO EN EL MOVIMIENTO PENTECOSTAL

1. Introducción

El auge que la doctrina del Espíritu Santo tiene en la actualidad se debe al énfasis que el
movimiento pentecostal de ha dado. Se puede decir que a lo largo de la historia de la Iglesia
Cristiana no ha habido tanto énfasis en esta doctrina, sobre todo, en la obra del Espíritu Santo.
Para entender mejor el enfoque pentecostal a esta doctrina hay que descubrir sus peculiaridades, es
decir, el distintivo y las características que esta doctrina tiene en dicho movimiento.

1.1 El distintivo

El movimiento pentecostal no ha hecho tanto énfasis en el estudio de la persona del


Espíritu Santo, como en su obra. Sin embargo, no es en toda la obra del Espíritu que se
enfoque el interés, sino particularmente en la obra del bautismo del Espíritu Santo. De
manera que podemos decir que el distintivo de la doctrina del Espíritu Santo en el
movimiento pentecostal es el bautismo del Espíritu.

1.2 Definición pentecostal de bautismo del Espíritu

Tomando el distintivo pentecostal en esta doctrina, hay que definirlo a la luz de lo


que significa en ese movimiento. Podemos resumir el concepto diciendo que el bautismo
del Espíritu Santo es la "plena recepción del Espíritu por parte del creyente". Con "plena
recepción" se quiere dar a entender una recepción completa, es decir, con todas las
manifestaciones sobrenaturales.

1.3 Las características

Después de definir el concepto del bautismo según la doctrina pentecostal, debemos


enumerar las características sobresalientes de este bautismo. ¿En qué consiste el bautismo
del Espíritu Santo? ¿Cuál es su naturaleza? ¿Cómo se recibe plenamente el Espíritu?
¿Cuál es la evidencia de esa recepción? ¿Cuándo sucede esa recepción? Estas y otras
preguntas se tratarán de responder en el resto del estudio.

1.3.1 Recepción subsecuente a la salvación


La doctrina pentecostal afirma que el Espíritu Santo se recibe plenamente
después de la conversión y que en eso precisamente consiste el bautismo del
Espíritu. Es lo que algunos han llamado "segunda obra de gracia".

1.3.2 La evidencia del bautismo del Espíritu Santo son las lenguas
Además de que el bautismo es la plena recepción del Espíritu Santo
Pneumatología, el E.S. en el mov. pentecostal, página 2
"después de la salvación, hay evidencia clara y tangible de esa recepción. Tal
evidencia es hablar en lenguas. De esta manera se puede probar si un creyente ha
sido bautizado por el Espíritu Santo o no.

1.3.3 La recepción del Espíritu es vía condiciones


Para ser bautizado por el Espíritu Santo, es decir, para poder recibir
plenamente al Espíritu y gozar sus bendiciones es necesario cumplir con ciertos
requisitos y demandas. En otras palabras, hay un precio que el cristiano tiene que
pagar para recibir al Espíritu.

2. La doctrina del bautismo subsecuente del Espíritu Santo

2.1 Trasfondo histórico

A finales del siglo pasado en los Estados Unidos de América ocurrieron una serie
de avivamientos llamados "avivamientos fronterizos", porque iban acompañando a la
colonización del Oeste. Estos avivamientos surgieron como una reacción natural al
creciente liberalismo en los principales seminarios y denominaciones históricos. Esta
época vio el desarrollo del ministerio de grandes evangelistas de "campañas"
multitudinarias. También surgió el llamado "movimiento de santidad", precursor del actual
pentecostalismo. Personajes como R. A. Torrey y D. L Moody, sin mayor preparación
académica formal en la teología predicaban a grandes multitudes con mucho éxito. Ellos,
sin embargo, no tenían muy claro el concepto del bautismo del Espíritu Santo ( a decir
verdad este tema no había sido estudiado a profundidad por casi nadie en la historia) y lo
interpretaron con una "segunda obra de gracia" que llegó a su vida y que los preparó e
impulsó a su ministerio de evangelización.

El movimiento de santidad tomó estos conceptos y los elaboró como parte de su


teología. Así surgió la "segunda obra de gracia" como un tema teológico prominente entre
los nazarenos, los del movimiento de santidad y, posteriormente entre los pentecostales.
Sin embargo, fueron los pentecostales quienes le dieron la identificación con el bautismo
del Espíritu Santo.

Otros personajes importantes de este período fueron: C. Finney, emotivo predicador


de avivamientos, A. Murray, F. B. Meyer, A. B. Simpson, fundador de la Alianza Cristiana
y Misionera, y A. J. Gordon. Es muy interesante notar que todo el movimiento de
avivamiento en estos años rechazó la educación teológica formal por considerarla peligrosa
y liberal. Esta característica "anti académica" se hizo más evidente en el pentecostalismo
al grado de que todavía hoy hay mucha animadversión a todo lo que huela a estudios
formales en teología. También el énfasis en el Espíritu Santo da lugar a un misticismo
anti-académico muy parecido a los misticismo anteriores surgidos a lo largo de la historia,
que han aparecido en momentos de crisis de la Iglesia.

2.2 Base bíblica

2.2.1 Juan 20:22 con Hechos 1:8 y 2:4


Pneumatología, el E. S. en el mov. pentecostal, pág. 3
Según la doctrina del pentecostalismo, esta es una secuencia de pasajes que
muestra que los discípulos no eran creyentes en Juan 20:22, luego fueron creyentes
y, posteriormente recibieron plenamente al Espíritu Santo en Hechos 2:4 y así
quedaron capacitados para el servicio.

2.2.2 Hechos 2:38


En este pasaje también se ve muy claramente una secuencia de
acontecimientos. Primero hay arrepentimiento, después hay bautismo en agua y

posteriormente, el don del Espíritu, que en este caso es sinónimo del bautismo del
Espíritu Santo.

2.2.3 Hechos 8:4-25


Este es uno de los pasajes centrales de la teología pentecostal acerca de la
recepción subsecuente del Espíritu. El hecho narrado es que los samaritanos
recibieron el Espíritu Santo posteriormente a su salvación. La llegada de los
apóstoles desde Jerusalén y la imposición de manos atestiguan y dan prueba de este
hecho. En conclusión, este pasaje muestra claramente que el Espíritu Santo fue
recibido por los samaritanos después de su conversión.

2.2.4 Hechos 9:1-19


Este pasaje narra la conversión e Saulo. Según lo que enseña la doctrina
pentecostal, Pablo tuvo dos encuentros: el de la conversión en el camino a Damasco
y el del bautismo o recepción subsecuente del Espíritu Santo en Damasco mismo
cuando Ananías le impuso las manos. Ese es el modelo de todos los cristianos.

2.2.5 Hechos caps. 10-11


En un sentido, este pasaje presenta un problema para la doctrina de la
recepción subsecuente del Espíritu de los pentecostales, porque Cornelio recibió el
Espíritu Santo simultáneamente a su conversión. Sin embargo, hay dos maneras en
que los pentecostales responden a esta objeción:

a. Hay quienes dicen que este es el caso "ideal" y que así debería suceder en
cada creyente, pero la realidad es otra.

b. Otros dicen que Cornelio ya era creyente, basados en la descripción que de


él se hace al inicio de la narración.

2.2.6 Hechos 19:1-7


Este pasaje es otro de los más importantes y principales usados por los
pentecostales para subrayar el bautismo subsecuente del Espíritu Santo. Aquí se
encuentra narrada la historia de ciertos discípulos de Juan el Bautista en la ciudad
de Efeso que todavía no habían recibido el Espíritu Santo. Ellos lo reciben después
de su encuentro con Pablo y es claramente una recepción posterior, según la
teología pentecostal.

2.2.7 Marcos 1:9-11


Este pasaje se usa para probar que en la vida de Jesús mismo también se
dieron las dos acciones: nacimiento y luego bautismo. Así debería de ser en la vida
Pneumatología, el E.S. en el mov. pentecostal, página 4

de cada creyente.
Nota: Los pentecostales casi no utilizan las epístolas porque, según su doctrina, los
creyentes a quienes se dirigen estas epístolas ya eran creyentes "bautizados" y no
era necesario enseñar acerca de esta doctrina. Por lo tanto, las epístolas tratan con esos
creyentes ya bautizados.

2.3 Base apologética

2.3.1 La doctrina pentecostal admite que el Espíritu Santo esté morando en el creyente,
pero insisten en que el "bautismo" hace que esa morada sea ¿permanente?, personal y
plena.

2.3.2 El bautismo del Espíritu Santo representa el poder para el desempeño del
servicio y ministerio. En algunos casos el bautismo del Espíritu Santo es
un requisito indispensable para ministrar y ser ordenado oficialmente en algunas
denominaciones pentecostales.

2.3.3 Los dones del Espíritu son para ministrar, no simplemente para funcionar dentro
del cuerpo de Cristo como creyente.

3. La doctrina de evidencias

Después de describir, explicar y defender que el bautismo del Espíritu Santo es subsecuente a la
salvación, se pasa a presentar la doctrina de las evidencias de esa verdad. En resumen la evidencia por
excelencia es el hablar en lenguas. En otras palabras, no basta con decir que ya se es bautizado por el
Espíritu, hay que demostrarlo hablando en lenguas.

3.1 Base bíblica

Para mostrar la base bíblica de esta doctrina se citan básicamente los mismos
pasajes ya estudiados en la doctrina anterior, especialmente aquellos donde se dice
claramente que los creyentes que recibieron el Espíritu Santo hablaron en lenguas. Estos
pasajes son: Hechos 2:4ss; 10:44-47; 19:6 (a veces se usa Hechos 8:1-15, este pasaje no
habla de lenguas); Mc. 16:17.

3.2 Base apologética

3.2.1 La experiencia personal


Entre los pentecostales la forma más común de defender esta doctrina es
recurriendo al testimonio personal de lo que ha sucedido en la vida de determinado
individuo. Frecuentemente se escucha la siguiente expresión: "no soy teólogo,
pero…" En otras palabras, el hecho de el halar en lenguas le haya sucedido a una
persona, quien da testimonio de ello, es suficiente base para considerarla como una
verdad indubitable. Para ser francos, es difícil luchar contra una experiencia real de
Pneumatología, el E.S. en el mov. pentecostal, página 5

una persona que, aunque sea cuestionable desde el punto de vista bíblico,
probablemente no lo sea desde el punto de vista experiencial. Es decir, no es
correcto cuestionar la realidad de la experiencia, aunque sí su validez.

3.2.2 La idea lógica de que Dios daría una manifestación visible


Este concepto se basa en el hecho de que así como Dios, al inicio de la
Iglesia en Hechos 2, dio una manifestación sobrenatural y espectacular del
bautismo del Espíritu Santo, así también lo hará en el futuro. Es de esperar,
entonces que eso se repita cada vez que un creyente es "bautizado en el Espíritu",
como que si hubiera un Pentecostés para cada creyente en el momento de la plena
recepción del Espíritu. Además, se puede decir que Dios siempre ha dado
evidencia tangible de sus hechos.

3.2.3 La certidumbre personal


Esta base está íntimamente relacionada con la experiencia. Esto quiere
decir que si una persona está firmemente convencida de que algo sobrenatural le ha
sucedido relacionado con el "bautismo-recepción" del Espíritu, entonces, tenemos a
una persona con plena certidumbre. Este argumento es usado una y otra vez sin
importar siquiera si la Biblia tiene algo que decir o contradecir al respecto. Por eso,
cada vez que un pentecostal se encuentra con un cristiano no pentecostal le va a
preguntar si ya fue bautizado por el Espíritu Santo. Si el creyente no pentecostal
dice que sí, entonces la siguiente pregunta es si ya habla en lenguas. Cuando el
otro responde que no entonces el pentecostal insiste en que la evidencia de haber
sido bautizado por el Espíritu es precisamente hablar en lenguas. En otras palabras,
no se puede concebir un creyente bautizado por el Espíritu que no hable en lenguas.
Por eso todos los creyentes pentecostales buscan hablar en lenguas para dar prueba
de su genuinidad. Cuando experimentan aquello, entonces tienen la certidumbre.

4. La doctrina de condiciones para el bautismo del Espíritu Santo

Luego de explicar y defender la doctrina de evidencias del bautismo del Espíritu Santo, el
movimiento pentecostal se enfoca en las condiciones o requisitos para recibir ese bautismo. En términos
puramente teológicos éste es el punto más controvertido de toda la doctrina pentecostal. De hecho, este es
el asunto donde más se apartan los pentecostales de las bases doctrinales de la Reforma Protestante. Hay
un elemento de sinergismo muy sutil, pero muy peligroso en esta doctrina, que hace que los no
pentecostales estemos alerta y listos para debatir y refutar esta doctrina. Veamos primero en qué consiste
esta doctrina.

4.1 Base bíblica

Según la teología pentecostal, no cualquier creyente puede ser bautizado por el


Espíritu. Solamente aquellos que llenan los requisitos "merecen" esta obra tan especial.
Para fundamentar esta doctrina se usan pasajes de los cuales se extraen una serie de
condiciones que previamente el creyente debe cumplir a fin de poder ser bautizado por el
Espíritu Santo.

Pneumatología, el E.S. en el mov. pentecostal, página 6

4.1.1 Lucas 11:13


En este pasaje el requisito que se menciona es la oración. En otras palabras,
se necesita orar, pidiendo el Espíritu para que éste venga al creyente. Es interesante
notar que no encontramos registro bíblico alguno en que veamos a los discípulos
pidiendo ardientemente el Espíritu Santo. No hay que olvidar que esta es una
escena antes del día de Pentecostés, lo que quiere decir que probablemente el Señor
Jesús estaba pensando en otra cosa no en la recepción del Espíritu en el sentido del
Pentecostés.

4.1.2 Gálatas 3:1-5; y 14


El requisito que es enfatizado en este pasaje es el de la fe. Lo que se dice es
que lo que se necesita es más fe para recibir el bautismo del Espíritu Santo. Es
decir, según la teología pentecostal hay una fe que se necesita para la salvación y
hay "más" fe que se necesita para recibir plenamente el Espíritu Santo. Sin
embargo, este pasaje representa un gran problema para la teología pentecostal,
porque lo que Pablo enseña aquí es precisamente todo lo contrario a llenar una
condición para recibir el Espíritu. Lo único que se necesita es creer, tener fe, la
misma fe, no otra diferente o superior.

4.1.3 Hechos 5:32


En este pasaje se enfoca el requisito específico de la obediencia. Es decir,
se necesita ser obediente para poder recibir el Espíritu Santo. Sin embargo, para
entender la palabra "obediencia" en su contexto más amplio, casi hay que
equipararla a "perfección". En otras palabras, si se requiere obediencia para recibir
el Espíritu ¿Cuánta obediencia será necesaria? ¿Sobre qué aspectos? ¿Todos? Esto
es puro legalismo y sinergismo. Por otro lado, también hay que entender el
concepto "obediencia" en el contexto específico del libro de Hechos. Por ejemplo,
en Hechos 6:7 obedecer se hace sinónimo de "creer". ¿Qué es entonces lo que
enseña Hechos 5:32? ¿Qué es lo que se necesita para recibir el Espíritu Santo?
CREER.

4.1.4 Hechos 1:1-2:1


En este largo pasaje se muestra, según el pentecostalismo, el patrón que los
discípulos siguieron para poder recibir el Espíritu Santo:

a. Obediencia 1:12
El primer paso fue la obediencia. Los discípulos obedecieron a
Jesús, porque El les había indicado claramente que no se movieran de
Jerusalén. Cuando los discípulos obedecieron este mandato empezaron con
buen pie a cumplir con los requisitos para la recepción del Espíritu.

b. Unanimidad, 1:14; 2:1


El segundo paso en el cumplimiento de los requisitos de parte de los
discípulos fue la comunión entre ellos, es decir, permanecieron juntos. Este
es otro requisito para la recepción del Espíritu. Nadie puede pretender
recibir el Espíritu si no está en comunión con los demás hermanos.

c. Persistencia en la oración, 1:14


El tercer paso y último de esta secuencia es la oración persistente.
Pneumatología, el E.S. en el mov. pentecostal, página 7

Los discípulos no estaban simplemente "juntos", sino que estaban "juntos en


oración". Según el movimiento pentecostal esta oración era específicamente
pidiendo por la venida del Espíritu Santo. De manera que todo creyente
debe seguir el ejemplo de los discípulos al pedir insistentemente que el
Espíritu Santo venga a su vida y lo bautice.

4.1.5 Hechos 2:38


Este pasaje es también frecuentemente utilizado por los pentecoastales para
probar una secuencia no solamente en la recepción misma del Espíritu Santo, sino
en los requisitos previos a ella. Los pasos que aparecen en este versículo son los
siguientes:

a. Arrepentimiento
Este es el paso que representa la parte negativa, es decir, es el dejar
algo, el comprometerse a no regresar a la vieja manera de vivir.

b. Bautismo en agua
Este es el paso que representa la parte positiva, es decir, es un paso
hacia adelante, no pensando en lo de atrás. El bautismo en agua es,
entonces "requisito para recibir el "bautismo del Espíritu". No hay que
olvidar que este pasaje también ha sido usado por aquellos que tienen el
bautismo en agua como requisito previo a la salvación.

c. Fe, siempre fe, más fe, pero ¿qué quiere decir fe?

4.2 Concepto pentecostal de fe

Dentro del movimiento pentecostal se puede encontrar la descripción de dos clases


de fe. En la lista "oficial" de requisitos para recibir el bautismo del Espíritu Santo siempre
aparece la fe como uno de ellos. Sin embargo, también creen ellos en la justificación por
la fe, se hace necesario explicar por qué hay dos clases de fe.

4.2.1 Fe hacia Cristo para salvación


Esta fe es la clase de fe que tradicionalmente se presenta a la hora de la
evangelización. Es la herencia de la lucha de los reformadores en contra del
concepto católico romano de la salvación por fe más obras. Esta de es el acto
inicial, es la que provee la salvación al individuo, pero no es suficiente para lo que
sigue después.

4.2.2 Fe hacia el Espíritu Santo para poder y consagración


Esta clase de fe es subsecuente, posterior a la fe salvadora. Esta fe da poder
y capacitación para el servicio en el ministerio (vea Myer Pearlman, Teología
Bíblica y Sistemática, págs, 357-370.).

a. El objeto de la fe
Esta fe es necesaria porque se dirige al Espíritu Santo directamente,
quien es el objeto de la fe. Se le dirige para "suplicarle" su venida y poder
Pneumatología, el E.S. en el mov. pentecostal, página 8

en la vida de cada creyente. En otras palabras, cada creyente tiene que


ejercer esta clase de fe.

b. Fe incompleta
Según el movimiento pentecostal, por el uso de ciertas palabras en el
Nuevo Testamento referidas a la fe salvadora, se entiende que esta fe no es
completa. Por ejemplo, cuando se usa la expresión "más" fe o "toda fe", se
da a entender que a la fe salvadora se le debe agregar "otra fe", la
santificadora y poderosa. En este sentido se puede interpretar que la fe es
un asunto susceptible de fraccionamiento o de medición, que se puede dar u
obtener "por partes".

4.2.3 ¿Es realmente fe? Con tal que se llenen las demandas y se pague el precio

a. Condiciones
En seguida se dará una lista de condiciones que diferentes teólogos
pentecostales han presentado. Se nota que hay repeticiones, pero sobre
todo, hay diferencias, es decir, no hay un acuerdo unánime sobre cuáles
deberían ser

las condiciones.

1. Según Pearlman: Actitud debida, oración de los obreros, oración de


la iglesia, purificación, oración personal, obediencia.

2. Según Riggs: Regeneración, obediencia, oración, fe.

3. Según Skibstedt: Culto, fe gozosa, expectación sincera, alabanza y


acciones de gracias, obediencia incondicional, unidad,
perseverancia.

4. Según Baur: Oración, fe, separación del pecado, separación de los


pecadores, restitución.

5. Según Conn: Separación del pecado, arrepentimiento, bautismo en


agua, fe, obediencia, deseo intenso, pedir a Dios.

b. Conclusión
Se puede concluir, entonces que fe es pagar el precio, "hacer el
sacrificio", es llenar con los requisitos y cumplir las condiciones.
Solamente así se puede tener acceso a la plena presencia del Espíritu. Si se
observa con detenimiento las listas de requisitos arriba expuestas, nos
daremos cuenta de que algunos de ellos requieren toda la vida para poder
cumplirlos a cabalidad. En una palabra, se requiere obediencia completa.

4.2.4 Concepto neotestamentario de fe


En el Nuevo Testamento no se encuentra este concepto de fe que hemos
visto en el movimiento pentecostal. Cuando se estudian las páginas del Nuevo
Testamento se nota que la fe es "dejar de actuar", "dejar de luchar", "rendirse",
"ceder". Esto contrasta claramente con el concepto de "luchar", "hacer el

Pneumatología, el E. S. en el mov. pentecostal, página 9

sacrificio", "pagar el precio" que encontramos dentro del pentecostalismo. Según el


concepto pentecostal, es Dios quien responde al hombre, porque éste ha llenado los
requisitos o cumplido con las condiciones. Resulta entonces que no es Dios quien
bendice en gracia al que es de la fe en Jesús. Hay que agregar a esto que en el
Nuevo Testamento no se encuentra una fe dirigida al Espíritu Santo específico y
directo. Todo parece indicar que estamos frente a un concepto no bíblico de fe.
Este es, quizá el mayor problema que enfrenta el pentecostalismo, porque hace
depender del hombre y de sus propias acciones la santificación y la capacitación
para el ministerio. Lo que el creyente es y hace se debe a sus propios méritos.

El meollo de la diferencia entre el pentecostalismo y la doctrina contenida


en la Biblia es el concepto de fe. Si el Espíritu Santo viene al creyente porque éste
ha llenado los requisitos previos, entonces se trata de un concepto no bíblico. Es
como si se dijera que el creyente "se merece" al Espíritu Santo. Eso no es lo que la
Biblia enseña al respecto.

4.2.5 Contraste entre el concepto de fe pentecostal y el del Nuevo Testamento


Para entender de una mejor manera cómo es que el concepto pentecostal de
fe es radicalmente diferente al que enseña el Nuevo Testamento, presentamos el
siguiente cuadro que marca de manera objetiva las principales diferencias. Un
asunto importante para recordar es que éste representa el punto más peligroso de la
teología

pentecostal.

La fe del Nuevo Testamento La fe pentecostal

1. Es sencilla 1. Es compleja
2. Dice "no tengo nada" 2. Paga un precio
3. Deja todo esfuerzo humano 3. Hace mucho esfuerzo
humano
4. Confiesa fallas y desobediencia 4. Se ufana y jacta de los
logros
5. Es humilde, reconoce sus límites 5. Requiere casi la perfección

4.2.6 Evaluación
Según se ha podido estudiar, en el concepto pentecostal de fe Dios responde
al hombre que llena los requisitos, que cumple con las demandas y condiciones. En
otras palabras, Dios responde a aquel que paga el precio. Esto llega a ser casi un
sinergismo, es decir a la suficiencia de las obras humanas para ganar el favor de
Dios. Dentro del movimiento pentecostal sí se afirma que la salvación es por fe,
pero la verdad es que la santificación se logra por las obras.

Pneumatología, el E.S. en el mov. pentecostal, página 10

5. Conclusión

El movimiento pentecostal tiene varias características doctrinales distintivas, pero la que sobresale
es la doctrina del Espíritu Santo. Sin embargo, dentro de esta doctrina el énfasis recae específicamente en
la doctrina del bautismo del Espíritu Santo como una obra subsecuente a la salvación del creyente. El
bautismo del Espíritu Santo viene acompañado de una evidencia clara y contundente: el hablar en lenguas.
Además de esta evidencia, se requiere el cumplimiento de ciertas condiciones y requisitos para tener
acceso a la presencia plena del Espíritu Santo en la vida, lo cual ayudará a cada creyente a cumplir su
ministerio con poder y capacidad.

Si tuviéramos que escoger cuál de las doctrinas pentecostales es la más problemática, diríamos que
la del bautismo del Espíritu Santo. Sin embargo, dentro de ésta, es la doctrina de las condiciones que todo
creyente debe llenar para recibir el bautismo del Espíritu Santo la que sobresale por su peligrosidad
doctrinal. Los demás temas peculiares del pentecostalismo tales como los dones espectaculares (profecía,
milagros, sanidades, lenguas, etc.), las libertades en la alabanza y otros asuntos, son francamente
secundarios a la luz de lo que significa el peligro en el tema de los requisitos para recibir el bautismo del
Espíritu.

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