Historia Antigua Universal I - Curso 2022/2023
Joel Pérez Ruiz
Comentario de texto: La destrucción de Jerusalén
Joel Pérez Ruiz
Índice:
Introducción: ....................................................................................................................... 2
Marco histórico: ................................................................................................................. 2
Análisis: .............................................................................................................................. 6
Conclusión: ........................................................................................................................ 10
Anexo: ............................................................................................................................... 11
Bibliografía: ...................................................................................................................... 12
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1. Introducción
El texto que nos dispondremos a desglosar y analizar a continuación proviene del décimo
segundo libro del Antiguo Testamento, Reyes II, capítulo 25, del versículo 1 al 30. El fragmento
en cuestión documenta la destrucción y conquista del reino de Judá a manos del ejército de
babilonios comandados por su rey Nabucodonosor II. Como veremos más adelante, este
acontecimiento tuvo como principal repercusión el segundo éxodo de los judíos.
Este trabajo seguirá una estructura lógica en donde primero se aportarán datos sobre la
autoría del texto en cuestión. Luego continuaremos con la cronología a la que se ajusta, tanto el
momento de su escritura, como el de los acontecimientos narrados. El marco histórico y geográfico
en el que se ve envuelto es el siguiente punto a tratar, y por último continuaremos con un análisis
del propio texto y finalizar con una breve conclusión.
Antes de comenzar con lo dicho anteriormente, cabría destacar antes de nada la tipología
del texto al que nos referimos, ya que aún siendo cierto que este texto probablemente haya sido
manipulado en diversas ocasiones por distintos traductores y escribas, eso no quita que sea un
texto extraído directamente de las sagradas escrituras, y por ello se trata de una fuente directa. Por
otro lado, al formar parte de la Biblia, sabemos que el mismo es un documento literario y teológico.
2. Marco histórico
2.1. Autoría
El autor del propio texto no es conocido. A pesar de esto podemos gracias a la idiosincrasia
del texto al que pertenece, determinar el condicionamiento ideológico al que estaba sometido a la
hora de realizarlo. Cabe destacar de nuevo al Antiguo Testamento como un texto íntegramente
religioso, que tiene como fin realizar un discurso teológico sobre distintos hitos relacionados con
la historia del reino de Israel y no otorgarnos un retrato fidedigno de la realidad vivida por ese
entonces.
2.2. Cronología
Sabemos la cronología en donde se desarrollan los hechos narrados, es decir, cuando se dió
la conquista de Jerusalén, pero por otro lado, a pesar de no conocer una fecha exacta, sabemos que
este escrito se desarrolló posteriormente, probablemente durante el exilio del pueblo judío en
Babilonia. Conociendo el hecho de que entre la primera deportación de los judíos y llegada del
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rey Ciro II a Babilonia existe una separación temporal de poco más de 60 años, podemos
argumentar que este texto se realizó entre 597 y 539 a. C. (Van de Mieroop, 2021, p. 356). Los
textos bíblicos, junto a diversos discursos historiográficos de la época describen a Ciro II de buena
manera, llegando al punto de ser llamado “liberador”, esto en palabras del profeta Isaías. Para
poder reconocer y afirmar esta información sería de gran interés recurrir al Cilindro de Ciro (Fig.
1). Este texto cuneiforme nos relata cómo el rey persa conquistó Babilonia y devolvió a dioses y
ciudadanos a sus hogares (Van de Mieroop, 2021, pp. 380-381). Podríamos interpretar esta
afirmación como una de las causas de la vuelta del exilio del pueblo judío a su tierra natal,
confirmando así la cronología planteada al principio. Por otro lado, la cronología en la que se
desenvuelve el contenido del propio texto es según el mismo entre el 9º del nombramiento de
Sedecías y su 11º año, esto en términos de la ocupación. Mientras que cuando el relato continúa
llega hasta 30 años después del saqueo, cuando luego de la muerte de Nabucodonosor, le sucede
Evil Mikanach y libera a Joaquín.
2.3. Marco geográfico
Prosiguiendo cabría destacar en el marco geográfico en donde se desarrollan los hechos,
que sería en la actual Palestina, más específicamente en Jerusalén, que por ese entonces era parte
del reino de Judá. En el momento de los hechos el reino Israel llevaba dividido varios siglos como
consecuencia de la muerte de Salomón, siendo el de Judá el que se situaba más al sur, al este del
Mar Muerto, y el reino de Israel al norte, a las costas del Mar Mediterraneo (Fig 2). En todo caso,
debemos saber que la disposición espacial en este lugar y tiempo concretos fue muy inestable y
estuvo sujeto a diversas transformaciones, por ello, vemos en la imagen del anexo dos mapas,
siendo el de la izquierda previo a la conquista del ejército de Nabucodonosor y la segunda,
posterior a la misma, encontrando los reinos de Judá e Israel plasmadas la primera como provincia
babilónica a partir del 586 a.C. y la segunda renombrada como Samaria y siendo tomada por el
Imperio Asirio en 722 a.C.
El otro entramado que más importancia sostiene en este relato junto a Judá es Babilonia,
corazón del imperio de su mismo nombre, que por este momento como veremos posteriormente,
retomó brevemente su papel como una de las principales potencias en el Próximo Oriente tras la
derrota de Asiria. Dicha ciudad estaba establecida al este del reino de Judá, siendo separados por
el desierto sirio. Sus territorios llegaban a lindar con los persas en su frontera oriental y con el
reino de los medos al sureste.
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Otros lugares se nombran en el texto, podríamos nombrar la ciudad de Jericó, la cual fue
una de las destruidas por los babilonios durante el conflicto. Esta misma estaba muy cerca de
Jerusalén, pocos kilómetros al este. Por otro lado, otro entramado que se nombra bastante dentro
del texto es Riblá. Un probable punto estratégico que fue utilizado por los babilonios como base
de operaciones. Esto lo podemos deducir por la forma en la que el autor se refiere a esta como el
punto en donde se encontraba el rey de Babilonia. El último lugar que se nombra es Egipto, gran
reino situado al sur del reino de Judá, al oeste de la península del Sinaí.
2.4. Marco histórico
Los acontecimientos vistos en el texto son una consecuencia sujeta a distintas realidades
que se vivían por ese entonces en todo el territorio de Próximo Oriente. Vemos por un lado el
colapso de Asiria, la aparición de la dinastía Neobabilónica, el ya nombrado exilio del pueblo judío
a Babilonia o la conquista de Ciro II “El grande” sobre esta última. Todos estos hitos históricos
son los principales factores que condicionaron la propia destrucción de Jerusalén y el desenlace
que tuvo el destierro de los judíos.
Dentro de este apartado nos centraremos principalmente en el recorrido histórico que llevó
al gran imperio de los asirios a caer a manos de los babilonios y la nueva potencia emergente que
eran los medos y por otro lado comentaremos el ascenso de la dinastía neobabilónica al poder y su
política de expansión, la cual afectó directamente al reino de Judá y fue la causa directa de la
destrucción de Jerusalén.
2.4.1. La caída del Imperio Asirio
El papel que desarrolló el gran imperio de los asirios fue fundamental, siendo durante
varios siglos la potencia hegemónica reinante dentro de todo el entramado próximo oriental. En su
periodo de máximo esplendor llegó a abarcar en términos territoriales según el autor Van de
Mieroop “desde el oeste de Irán hasta el Mediterraneo y desde Anatolia hasta Egipto” (Van de
Mieroop, 2021, p. 301). (Fig. 3).
Su caída es un suceso que a pesar de no estar del todo claro, se saben algunas de sus causas
y la velocidad con la que transcurrió este acontecimiento. Los principales culpables, como
mencionamos poco antes, son los medos y los babilonios. Con respecto a los medos, eran una
población de las montañas que había experimentado un fuerte auge en cuestiones bélicas y se
dedicaron a atacar y saquear ciudades asirias en condición de mercenarios. Junto a ellos se sumaron
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grandes formaciones territoriales que hasta ese momento pertenecían a territorio asirio, como el
reino de Judá o la dinastía caldea que dominaba Babilonia. Toda esta situación de guerra civil
derivó en la caída del Imperio y la sucesión de sus territorios en manos de los caldeos o también
conocidos como la dinastía neobabilónica.
2.4.2. La ascensión de la dinastía Neobabilónica
Ahora, avanzando con la cronología correspondiente vemos la llegada al poder del
predecesor de uno de los protagonistas de nuestro texto, Nabopolasar. Este personaje se cree que
fue un funcionario de origen asirio que instauró la hegemonía babilónica nuevamente en Oriente
Próximo. A pesar de esto, luego de la caída de los asirios, esta potencia no era la única que
comenzaba a coger fuerza, sino que otros estados como Egipto o Persia comenzaron a crecer
paralelamente, siendo la última nombrada en el futuro el motivo de la prematura caída de los
babilonios.
Varios de los territorios más occidentales de los que disponían los asirios no los llegó a
heredar el pueblo de Nabopolasar, sino que los había tomado Egipto o en contrapartida algunos
reinos del área sirio-palestina se habían independizado, por ello, para reunificar el territorio que
antes estaba bajo dominio imperial, los babilonios tuvieron que realizar diversas incursiones por
todo oriente. Nabucodonosor II, hijo de Nabopolasar, se había encargado de dirigir diversas
incursiones tanto como príncipe, como posteriormente rey (Van de Mieroop, 2021, p. 355). La
fuerte política expansionista que estaba ejerciendo el estado babilónico no tardó en llegar al reino
de Judá, el cual fue ocupado entre 598-597 a.C. A pesar de esto, el fuerte sesgo antibabilónico
evocado probablemente por la antigua ocupación asiria llevó a los judíos a rebelarse en diversas
ocasiones. Fue la segunda vez, en 587, a. C., fue cuando las consecuencias fueron devastadoras y
en donde se sitúan los hechos narrados en la lectura bíblica que nos corresponde.
3. Análisis del texto
Ahora, comenzando con el análisis per se, es de vital importancia tomar en cuenta ciertos
aspectos del texto en cuestión. Uno de ellos, y el más importante es la propia fiabilidad del mismo.
Uno de los principales puntos a tratar cuando analizamos un texto debe ser el seno en el que se
desarrolló, conociendo así el marco ideológico, histórico y geográfico. Puntos que ya hemos
establecido anteriormente. El primero de estos puntos es el que más debe ser tomado en cuenta
cuando hablamos de un texto de esta idiosincrasia, ya que se trata de uno teológico que obviamente
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está cargado de ideología, metáforas y relatos de dudosa veracidad histórica. Es por esto mismo
que es una fuente que hay que utilizar con cautela, ya que está dotada de una subjetividad mayor
a la del resto.
Sabemos gracias al trabajo publicado por Israel Finkelstein y Neil Asher Silberman,
titulado “La Biblia desenterrada” que muchos de los relatos que las sagradas escrituras nos
presentan son ficticios y no están avalados por la arqueología. Ejemplos de ello podrían ser la
conquista de la tierra santa a manos de los israelitas o el éxodo previo de los mismos durante 40
años, entre otros muchos. Por ello, no deberíamos dejar de tener esto mismo en cuenta a la hora
de analizar este texto posteriormente.
El apartado del analítico estará dividido en dos bloques, en donde el primero se dedicará a
realizar una breve síntesis del contenido de todo el texto, extrayendo las ideas principales y
desarrollando las mismas. Luego de esto, también debemos esclarecer la importancia de estos
textos para el desarrollo posterior del pueblo judío, presentandose este acontecimiento como uno
de los más influyentes, en la peor connotación de la palabra, para estos mismos.
3.1. Resumen y desarrollo de las ideas principales del texto
En primera instancia, el texto se desarrolla como una narración del saqueo de Jerusalén y
las consecuencias que supuso el mismo en los siguientes años, a parte de todas los acontecimientos
que rodearon este suceso traumático.
Para poder comprender mejor el texto podríamos dividirlo en tres partes. La primera desde
el versículo 1 al 8, en donde se narra la segunda ocupación de Jerusalén. Según el texto, el ataque
comienza el año 9º del nombramiento del gobernador Sedecías y finaliza el año 11º de este. Según
el texto, la ciudad en este momento no sufre más signos de violencia que una pequeña destrucción
en su muralla, a parte de la ejecución de los hijos del rey Sedecías y la tortura de este último,
arrancando sus ojos y llevandole a Babilonia, todo esto aconteció en Ribla. Este último hecho tiene
detrás una cuestión de traición que en el escrito se pasa por alto, y es que Sedecías era el
gobernador que Nabucodonosor II había puesto como títere para dirigir Judá, siendo el sustituto
del su verdadero rey y sobrino, Joaquín. A este último, junto a otros 3.000 hombres fueron
deportados a Babilonia previamente en su primer ataque, en su caso, encarcelado.
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Entre los versículos 8 y 22, se narra el ataque a Jerusalén en el año 19º del reinado de
Nabucodonosor se atacó Jerusalén de manos del jefe de la guardia del rey. En este saqueo es en
donde vemos la barbarie del estado babilonio en su estado más puro, atacando a pobres y ricos por
igual y mermando al reino de Judá en todos los ámbitos posibles. Entre los actos más destacables
de este saqueo destacan la destrucción del templo llamado “la casa de Yahveh”, el palacio real, los
hogares de los ciudadanos judíos o la explotación intensiva de bronce. Este material fue extraído
de todos los modos posibles, desde ser sacado de los pilares del templo de Yahveh, a utensilios
como ceniceros, cucharas, cuchillos o tenedores. Ahora, continuando con la propia destrucción de
la ciudad, también debemos mencionar a parte de los daños materiales, los daños humanos. En
este ataque se mermó a un punto preocupante la población de Judá, deportando tanto desertores
(según el texto, hace alusión a los partidarios por el rey babilonio) como el resto, dejando
únicamente en la región a pocos viñadores y labradores. Aunque no todos tuvieron la suerte de ser
deportados, más de 70 hombres en puestos de poder entre los que se encontraban: 1º y 2º
sacerdotes, inspector de hombres de guerra, 5 cortesanos del rey, secretarios del jefe del ejército y
otros 70 hombres, fueron todos ejecutados en Ribla.
El último apartado es entre los versículos 22 y 30, y en este se narra la historia posterior al
saqueo de Jerusalén. En esta vemos como el rey instaura de Godolías como nuevo gobernador de
Judá y realiza una promesa a los judíos que fueron a dar con el tras darse la noticia, el juramento
fue este “No temáis nada de los siervos de los caldeos, quedaos en el país y servid al rey de
Babilonia, y os irá bien”. Entre este grupo estaba Ismael, el cual diez meses después de que
Godolías comenzase su labor de gobernador asesinó a este. Aunque el texto lo pase por alto, tras
este acontecimiento, Nabucodonosor ordenó una tercera deportación (Van de Mieroop, 2021, p.
356), no sabemos si por miedo a las represalias o otro motivo, en el texto se comenta que muchos
habitantes de Judá en ese momento emigraron a Egipto. Vemos que estos últimos hechos se sitúan
cerca del ocaso de la vida del monarca babilonio o puede que la querella de los judíos quedase
paralizada durante algunos años. Esto no lo esclarece el texto. Pero en cualquiera de los dos casos,
sabemos que el siguiente movimiento realizado con respecto a esta cuestión lo realizó el sucesor
de Nabucodonosor II, cuyo nombre es Evil Merodach. Este, en signo de buena fé con el pueblo
judío sacó de prisión a su verdadero monarca, el anteriormente mencionado Joaquín, y le otorgó
un puesto en alguna institución que no se determina, el texto solo añade lo siguiente: “... y le dió
un asiento superior al asiento de los reyes que estaban con él en Babilonia”.
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Como vemos, el fragmento guarda en sí un amplio marco cronológico, en donde comienza
en los primeros años del reinado de Nabucodonosor y termina con su sucesor en el mando, esto
teniendo en cuenta que el reinado del primero llegó a durar 40 años. Por otro lado, vemos e
interpretamos los grandes acontecimientos que azotaron al reino de Judá por ese entonces, en
donde les expulsaron de su tierra, destruyeron sus casas y ejecutaron o apresaron a muchos de los
suyos.
Otro aspecto importante a tratar es Ribla. Un punto de determinante interés para las tropas
babilónicas. En el texto vemos como el rey ejecuta a sus prisioneros en ese lugar, siendo en la
primera ocasión a los hijos de Sedecías y en la segunda a los ciudadanos judíos. Probablemente,
al estar situado cerca de Jerusalén, pero ser de total dominio babilonio fuera un enclave idóneo
para dirigir sus operaciones desde ahí o utilizarlo como punto de control cuando estuviesen de
camino a la capital.
Uno de los puntos más importantes que vemos a finales del texto es el sentido dignificador
que supone para el pueblo judío el hecho de que tras años de deportaciones y ejecuciones, se libera
de prisión a su monarca, sirvendo de antecedente para la liberación de estos algunos años después
tras la conquista de los persas en Babilonia. Queda expuesto que la despótica actitud con la que se
traron a los judíos era motivada por Nabucodonosor y su odio hacia ellos por las múltiples
rebeliones que presentaron
3.2. Las consecuencias del exilio en el pueblo judío y el regreso a Judá
Los caldeos perpetraron uno de los saqueos más nefastos en la historia judía, destruyendo
y asesinando todo a su paso. En el apartado anterior ya destacamos los más relevantes, entre los
que cabían la destrucción del templo de Yahveh, el palacio real y los hogares de muchos
ciudadanos. Este acto de gran importancia se debe a una clara muestra de poder y represión sobre
los judíos que se habían rebelado en contra de la corona babilónica. Si unimos esto a las diversas
ejecuciones queda como resultado un fuerte mensaje de superioridad bélica y política que
difícilmente podría hacerles caer de nuevo en el error de revolucionarse. El resultado de este
fenómeno se ve reflejado en la reacción de los judíos luego del asesinato de Godolías, en el que
en lugar de aprovechar el momento para intentar expulsar a los babilonios de sus tierras, prefirieron
huir a Egipto. Esto como consecuencia de la escasez de recursos tanto humanos como materiales
para hacer frente a una potencia tan superior como eran los caldeos, todo provocado por sus duros
castigos.
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La liberación de los judíos fue un proceso lento y traumático, ya que estos se vieron
obligados a permanecer lejos de sus tierras por más de 50 años. La Biblia recuerda este exilio
como uno de los sucesos más importantes y dolorosos de su historia. No solo por la propia
destrucción de su ciudad sagrada, sino también por el cuestionamiento sobre la misma fe. Con
todo el sufrimiento que se vivió era normal hacerse ciertas preguntas. ¿Por qué el Dios que nos
ama no puede salvarnos? ¿Es demasiado débil para hacerlo? ¿Es injusto por permitirlo?. Estas
probablemente sean las preguntas que muchos judíos se hicieron luego de ver todas las
circunstancias en las que se vieron envueltos.
A pesar de esto último, el judaísmo no se dejó de practicar y con la aparición del profeta
Ezekiel cogió mucha fuerza, por ello, se buscó dar respuesta a todas estas preguntas y renovar este
dogma. Dentro de sus escrituras encontramos la justificación que los mismos le dieron para este
castigo divino. Esta no es la primera vez que se justifica mediante la cólera de Dios las desgracias
que azotan al pueblo judío. Sin ir más lejos, poco más de un siglo antes, en el 701 a. C., el Imperio
Asirio se plantó en las puertas de Jerusalén con la intención de conquistarla como acababa de hacer
en Israel. Para mantener su posición como gobernante, a pesar de serlo como vasallo, el rey pagó
con ingentes cantidades de oro provenientes del templo de Yahveh.
Durante el exilio se fomenta una renovación dentro de la ideología teológica del pueblo
judío. El profeta anteriormente nombrado Ezequiel planteó un concepto renovador que ayudaría a
mantener al pueblo unido en su fe a pesar de su lejanía de su tierra. La responsabilidad individual
dejaría de lado al juicio colectivo (Precioso Izquierdo, 2006, p. 105). Esta renovación dogmática
supuso una verdadera revolución que ha trascendido hasta nuestros días en el cristianismo y el
judaísmo.
El pueblo judío tuvo que esperar más de 60 años para verse libre de nuevo y regresar a su
tierra, Judá. A pesar de los privilegios que se otorgaron a la monarquía judía luego de la ascensión
al trono de Evil Merodach, la liberación de estos no llegó hasta la conquista de Babilonia a manos
de los persas en el 539 a.C. Toda esta espera y dolor que este exilio supuso marcó de por vida al
judaísmo y ayudó para que años después se aunasen gran parte de sus tradiciones y se
reestableciera muchas de sus leyes junto a su renovado código sacerdotal, creando así el
Pentateuco, base de la vida judía y su religión en la actualidad (Precioso Izquierdo, p. 206).
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4. Conclusión
Como hemos visto a lo largo del análisis, la importancia de este acontecimiento tanto a
corto como largo plazo fue abismal. Gracias al texto en cuestión podemos determinar muchos
aspectos que de no estar serían mucho más complejos de acceder. Aspectos como el propio saqueo
o la duración del mismo, si se cotejan debidamente podrían sernos de gran ayuda para establecer
cronologías y acontecimientos. Pero esto debe ser siempre comprobado con otras fuentes por lo
dicho anteriormente sobre la veracidad de la Biblia.
Es gracias al texto que sabemos la duración del asedio, algunas deportaciones que se
dieron, la destrucción de la ciudad o como Jerusalén terminó en manos de los babilonios. Por otro
lado, puede ser de gran utilidad para establecer las líneas dinásticas de Babilonia y los gobernantes
que pasaron por Judá. Por lo que en este caso, la Biblia no solo es fiable en algunos aspectos, sino
que también de vital importancia para entender el contexto de la época.
Por otro lado, nos sirve también para comprender, como ya comentamos en profundidad
anteriormente, la importancia que este acontecimiento tiene sobre la historia del pueblo judío hasta
la actualidad. El cómo este suceso ha marcado a la dogma y sus seguidores hasta nuestros días es
verdaderamente revelador con respecto a su importancia, siendo este mucho más crucial para el
desarrollo de esta religión que muchos otros acontecimientos similares que ya habían vivido o
vivirán en las etapas posteriores.
Por otro lado, también podemos añadir en última instancia la importancia del registro
arqueológico para este tipo de estudios sobre fuentes literarias. Visto sea en el ejemplo del Cilindro
de Ciro, en el cual si le intentamos dar la interpretación anteriormente propuesta, esta avala los
relatos narrados en la Biblia.
En conclusión, está más que determinada la gran importancia tanto de este acontecimiento
como de la fuente documental en sí misma luego de este análisis. Desde sus diversas aportaciones,
como la lectura que podamos darle o las consecuencias que supuso, todas estas, en su conjunto
nos atribuyen una especial y rica visión de este grupo que son los judíos, de la historia tanto del
reino de Judá como del nuevo Imperio Babilónico y de los sucesos en los que derivará
posteriormente.
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5. Anexo
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Fig 1. Cilindro de Ciro. British Museum.
Fig. 2. Mapa político del área palestina en el I milenio. Liverani, M., 1995, p. 523.
Fig. 3. Mapa político del Imperio Asirio en la primera mitad del I milenio Liverani, M. 1995, p. 615.
Bibliografía
La Biblia de Jerusalén. Bilbao, Desclée de Brouwer.
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Joel Pérez Ruiz
Liverani, M. (1995). El antiguo oriente. Historia, sociedad y economía. Barcelona, Crítica.
Precioso Izquierdo, F. (2006). El cautiverio de Babilonia y su repercusión en la fe del pueblo
israelí. Panta Rei. Revista digital de Historia y Didáctica de la Historia, 5, 103-108.
Van de Mieroop, M. (2020). Historia del próximo oriente antiguo (ca. 3000-323 a.e.c). Madrid,
Trotta.
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