COMUNICACIÓN ASERTIVA
¿Te ha pasado que te sientes frustrado y mal contigo mismo por no comunicarte de la forma en que
quisieras?
La comunicación asertiva es un estilo de comunicación en el que expresas tus ideas, sentimientos y
necesidades de forma directa, segura, tranquila y honesta, al mismo tiempo que eres empático y
respetuoso con las otras personas.
Es una forma de comunicarte diplomática y equilibrada en la que compartes tu punto de vista y
defiendes tus derechos, al mismo tiempo que tienes en cuenta los sentimientos de los demás y respetas
sus creencias y derechos. Y lo haces tomando responsabilidad por tus emociones, sin cargarte con la
responsabilidad de otros y sin culparlos, ni juzgarlos.
De acuerdo con la Universidad de Warwick en el Reino Unido, te comunicas de forma asertiva
cuando eres capaz de decir lo que quieres decir, cuando es el momento de decirlo y te sientes
bien por hacerlo. Cuando respetas tus propias necesidades y deseos, al igual que respetas los de
las demás personas. Y cuando indicas claramente lo que esperas e insistes para que se
consideren tus derechos.
Según el Departamento de Salud de Western Australia la asertividad es un estilo de
comunicación en el que expresas tu punto de vista de forma clara y directa, al mismo tiempo que
respetas a los demás.
La Universidad del Rosario en Colombia, dice que a la comunicación efectiva se le suele llamar
comunicación asertiva, entendida como la capacidad de expresar de manera directa, opiniones,
creencias, posturas, derechos, deseos y emociones de manera eficaz, sin violar los derechos de
los demás.
Adicionalmente, el Centro de Salud Integral del Gobierno de los Estados Unidos define la
asertividad como la habilidad para comunicar y expresar tus pensamientos, sentimientos y
opiniones en una manera en la que tus opiniones y necesidades sean claramente comprendidas
por otros, sin despreciar los pensamientos, sentimientos y opiniones de las demás personas. Es
la capacidad de expresar nuestros pensamientos y sentimientos abiertamente, de manera
honesta, apropiada, respetuosa y directa.
En la comunicación asertiva expresas tus ideas, sentimientos y decisiones de forma honesta, calmada,
directa y firme, gestionando tus emociones y pensando qué vas a decir y cómo lo vas a decir, sin ofender
a los demás. Sin embargo, la comunicación asertiva no siempre es fácil.
John Gottman, quien ha realizado estudios sobre relaciones durante más de cuarenta años en la
Universidad de Washington, concluyó que lo que más se le dificulta a las personas en una relación es
comunicarse efectivamente.
La buena noticia es que con las técnicas de comunicación asertiva podemos aprender a comunicarnos
de forma efectiva, lo podemos aprender.
La comunicación asertiva trae múltiples beneficios a tu vida personal y laboral. Y aunque comprender los
estilos de comunicación es un primer paso, para lograr una comunicación asertiva existen estrategias
que necesitas implementar. Sin ellas no lograrás impactar positivamente tus relaciones y resultados al
comunicarte. Afortunadamente en esta sección aprenderás cómo comunicarte con las técnicas más
importantes de comunicación asertiva.
Una comunicación asertiva se caracteriza por:
1. Hacer respetar tus derechos y respetar los de los demás: Comunicarte asertivamente significa ser fiel a
ti mismo, hacer respetar tus derechos, al mismo tiempo que respetas los derechos de las demás
personas. Lo mismo sucede con las opiniones. Cuando eres asertivo expresas tu punto de vista desde tu
perspectiva, escuchas y respetas las opiniones de las demás personas, sin intentar imponer tus creencias
y sin quedarte callado.
2. Expresar ideas y emociones de forma directa, honesta, empática y respetuosa:
Si te comunicas de forma honesta y directa, pero no eres respetuoso y empático, serás percibido como
agresivo. Si te comunicas de forma respetuosa y empática pero no eres directo y honesto, serás
percibido como sumiso. En la comunicación asertiva los cuatro componentes están presentes. Eres
directo, honesto, empático y respetuoso.
3. Pedir lo que necesitas, sin olvidarte de las necesidades de otras personas:
La comunicación asertiva es la forma más efectiva de llegar a acuerdos gana-gana donde las necesidades
de ambas personas son consideradas importantes. Cuando te comunicas asertivamente ni infundes
miedo para que se haga lo que tú quieres, ni tampoco complaces pasando por encima de tus propias
necesidades. Por el contrario, buscas un punto de equilibrio donde reconoces la validez de tus
necesidades, así como las de las demás personas.
4. Expresar tus sentimientos sin juzgar ni culpar a otros: Un elemento fundamental de la comunicación
asertiva es la responsabilidad. Asumes las consecuencias de tus acciones y errores, al mismo tiempo que
dejas que las personas asuman la responsabilidad de los suyos. Y esto incluye reconocer que eres
responsable por tus interpretaciones y sentimientos; mostrarles a las demás personas el impacto que sus
acciones producen en ti, y hacerlo utilizando un lenguaje donde no culpas, juzgas o descalificas.
5. Comunicarte de forma firme, tranquila y segura: El punto medio entre la rudeza y la sumisión es la
firmeza. Comunicarte con firmeza significa que cuando es necesario, pedir, exigir o corregir, puedes
hacerlo con calma, manteniéndote tranquilo, al mismo tiempo que te comunicas con fortaleza y
seguridad. Si te mantienes tranquilo va a ser más fácil ser empático y respetuoso. Si te sientes seguro
tenderás a ser claro, directo y honesto.
6. Enfrentar las situaciones de conflicto de forma constructiva: El conflicto no necesariamente es algo
malo o catastrófico. Así como existen conflictos que se abordan de forma destructiva y producen un
impacto negativo, cuando los conflictos se abordan de forma constructiva generan beneficios, mejoras y
cambios positivos. Para que el conflicto se trate de manera constructiva y creativa, no solo debes querer
hacerlo, sino que necesitas usar las técnicas de comunicación asertiva, porque son estas las que te
permiten lograrlo.
Los beneficios de usar una comunicación asertiva son muchos. Una comunicación efectiva te permite
producir un impacto positivo en tus resultados y en tus relaciones personales y laborales. Según Simon
Rego, director en el centro médico Montefiore de Nueva York, aquellos que se comunican de forma
asertiva se desempeñan mejor en el trabajo, tienen más tiempo y tienen relaciones más sanas.
Si te comunicas asertivamente ganarás el respeto de otros porque serás visto como alguien seguro de sí
mismo, que comparte sus ideas manteniendo buenas relaciones con los demás.
Serás visto como alguien que se hace respetar, siendo respetuoso con las personas.
Alguien que sabe comunicarse efectivamente en momentos de estrés.
Podrás ser honesto al decir lo que piensas y sientes, usando un tipo de lenguaje verbal y no verbal, que
hace que tu mensaje sea bien recibido.
De hecho, aumentará tu capacidad para influir, ser escuchado y respetado y que los demás quieran
apoyarte, trabajar contigo y seguir tus recomendaciones.
Adicionalmente, las técnicas de comunicación asertiva te ayudarán a manejar el conflicto de forma
constructiva y a utilizarlo para crecer, innovar y lograr acuerdos donde todas las partes ganan.
La comunicación asertiva también te ayuda a poner límites sanos en tu vida laboral y personal, porque
haces respetar tus derechos, al mismo tiempo que eres consciente de las necesidades de los demás y
actúas con compasión y justicia. Los demás sentirán que pueden hablar contigo sin salir heridos o
castigados, y esta seguridad les permitirá ser sinceros, querer contarte lo que les sucede y verte como
alguien a quien se pueden dirigir para encontrar soluciones.
Como resultado sentirás más confianza en ti mismo al comunicarte y producirás un impacto positivo en
otros. Te sentirás bien al darte tu lugar sin herir a las personas. Tus relaciones se fortalecerán en la
medida en que puedes hablar, de forma respetuosa, sincera y tranquila, de aquello que te molesta, y
será más fácil encontrar soluciones justas. Y te ayudará a alcanzar tus metas de forma más efectiva,
siendo fiel a ti mismo y logrando la colaboración de otros.
De acuerdo con Forbes Magazine la asertividad nos ayuda tener una comunicación efectiva tanto en
nuestra vida personal como laboral.
Esto no quiere decir que siempre que utilices habilidades asertivas tu mensaje será bien recibido.
Puedes controlar la forma en que te comunicas, para sentirte bien contigo mismo y buscar el mejor
efecto posible. Sin embargo, no puedes controlar la forma en que otros interpretan tus acciones, no
puedes controlar cómo reaccionan, ni puedes controlar que no se tomen a personal tu comportamiento.
Lo que sí sucede cuando usas habilidades asertivas es que disminuye la probabilidad de que el otro se
sienta atacado y de que huya o se ponga a la defensiva. Y aumenta la probabilidad de que esté receptivo,
te escuche y se abra a un diálogo honesto y respetuoso. De acuerdo con la Universidad de Stanford la
capacidad de presentar tus ideas de manera clara, segura y auténtica puede marcar una gran diferencia
en el éxito de tu vida laboral y personal.
¿TÚ ERES UNA PERSONA ASETIVA?
Características de las personas asertivas.
1. Son auténticas y valientes. Si quieres ser una persona asertiva debes expresar de forma honesta
lo que piensas y sientes. La sinceridad implica ser auténtico y mostrarte cómo eres. El abrirte a
mostrar lo que sientes y piensas puede sentirse como un riesgo, porque implica ponerse en una
posición vulnerable. Recuerda que solo las personas seguras de sí mismas tienen la valentía para
ser auténticas.
2. Son compasivas y buscan el bien común.
Para ser asertivo debes comunicarte con calma y empatía cuando las personas cometen errores o no
cumplen con tus expectativas.
3. Dominan sus egos. Convertirte en alguien asertivo será mucho más fácil cuando has trabajado en
tu crecimiento interior, cuando sabes que eres más que tu ego y comprendes que estás
conectado con los demás. Las personas dominadas por sus egos son prisioneras del miedo al
rechazo y el miedo a perder el control, lo cual les impide comunicarse con asertividad.
4. Se aman a sí mismas. La mezcla entre firmeza y calma que caracteriza la comunicación asertiva
es producto de la confianza que surge del amor a uno mismo. De no sentirte superior ni inferior
a los demás, sino de sentirte único y valioso. Como resultado, cuando reconoces tus fortalezas
te sientes merecedor y capaz de todo lo positivo; te aceptas como eres; te sientes seguro para
comunicarte asertivamente y eres compasivo contigo mismo cuando cometes errores.
5. Son emocionalmente inteligentes. Cuando las personas no son conscientes de sus emociones, o
no saben regularlas, en situaciones de conflicto se comunican en piloto automático dominadas
por lo que sienten, bien sea miedo, rabia, frustración, preocupación o dolor. Para comunicarte
asertivamente necesitas desarrollar tu autoconsciencia, entrar en contacto con tus emociones y
con las de otros, y utilizar tu capacidad racional para gestionar tus sentimientos y pensar antes
de hablar.
6. Trabajan en mejorar sus habilidades de comunicación. Comunicarse de forma asertiva es un arte,
una maestría que requiere esfuerzo y práctica. No naces siendo asertivo. Si quieres ser efectivo
al comunicarte debes trabajar en tus habilidades de comunicación, usar las técnicas y ponerlas
en práctica.
7. Mantienen una mente abierta y saben escuchar. Si no pones atención cuando otra persona te
habla, si interrumpes, o si te mantienes rígido en tu posición, va a ser muy difícil comprender lo
que piensan y sienten las otras personas. Un diálogo constructivo parte de la disposición de las
personas a escuchar, mantener una mente abierta, y reconocer que no poseen la verdad
absoluta, sino que sus creencias son producto de su historia personal. Un diálogo constructivo
comienza por tu capacidad de cuestionar tus juicios e interpretaciones.
TECNICAS PARA COMUNICACIÓN ASERTIVA
Te puedes ahorrar mucha frustración y mal humor si CUESTIONAS TUS SUPOSICIONES Y
PREGUNTAS, en vez de tomarte a personal el comportamiento del otro. Cuando hacemos
suposiciones y nos tomarnos a personal el comportamiento de otros, sufrimos y creamos
conflicto innecesario.
“Cuando te tomas las cosas personalmente, te sientes ofendido y reaccionas defendiendo tus
creencias y creando conflictos (...) Tendemos a hacer suposiciones, sobre todo. El problema es
que, al hacerlo, creemos que lo que suponemos es cierto. Juraríamos que es real. Hacemos
suposiciones sobre lo que los demás hacen o piensan ‐nos lo tomamos personalmente ‐ y
después, los culpamos y reaccionamos enviando veneno emocional con nuestras palabras. Este
es el motivo por el cual siempre que hacemos suposiciones, nos buscamos problemas. Hacemos
una suposición, comprendemos las cosas mal, nos lo tomamos personalmente y acabamos
haciendo un gran drama de nada. Toda la tristeza y los dramas que has experimentado tenían
sus raíces en las suposiciones que hiciste y en las cosas que te tomaste personalmente. Siempre
es mejor preguntar que hacer una suposición, porque las suposiciones crean sufrimiento”.
Técnica: Cuestiona tus suposiciones y pregunta
Paso #1: Identifica tu suposición.
Paso #2: Cuestiona la veracidad y utilidad de tu suposición.
Paso #3: Pregunta con empatía y curiosidad para entender qué sucede.
Paso #4: Invita al otro a comprometerse con una solución.
Veamos un ejemplo de cómo aplicar la técnica:
Paso #1: Identifica tu suposición.
Por ejemplo: “Él no está comprometido, no le importa y no me respeta”.
Paso #2: Cuestiona la veracidad y utilidad de tu suposición.
Por ejemplo:
¿Cómo puedo estar 100% seguro que esta suposición es verdad?
¿Tengo información suficiente que compruebe que mi suposición es 100% verdad?
¿Cómo me hace sentir esa suposición?
¿Está siendo útil pensar así?
¿Estoy exagerando?
¿Hay algún modo más útil de pensar?
Paso #3: Pregunta con empatía y curiosidad para entender al otro.
Por ejemplo:
“Noté que llegaste tarde hoy ¿estás bien? ¿qué sucedió?”
Paso #4: Invita al otro a comprometerse con una solución.
Por ejemplo:
“Lamento que hayas tenido ese inconveniente que te retraso. ¿Qué puedes hacer para que esta
situación no se repita?”
Hablar en primera persona es una forma de HACERTE RESPONSABLE POR LO QUE PIENSAS Y SIENTES.
Cuando hablas en primera persona reconoces que tus creencias y opiniones no son la verdad absoluta,
sino tu forma de interpretar la realidad.
Hablar en primera persona ayuda a que la otra persona esté más receptiva para escucharte. En vez de
empezar tus oraciones con un usted o tú, lo cual puede sonar acusatorio y poner al otro a la defensiva, si
las empiezas hablando de ti es posible que la otra persona esté más receptiva a escuchar.
Por ejemplo, puedes usar frases como:
Yo pienso…
Yo siento…
Yo necesito...
A mí me gustaría...
A mí me parece...
Me da la impresión...
Tengo la sensación...
La forma en que yo lo veo...
Como yo lo interpreto...
Yo opino...
Mi punto de vista es...
Desde mi experiencia...
Desde mi perspectiva...
Por ejemplo, en vez de decir:
“Tú tienes que manejar mejor el tiempo”. Puedes decir: “A mí me gustaría que manejes mejor tu
tiempo”.
Técnica: Habla en primera persona
Si vas a expresar lo que piensas empieza diciendo: Yo pienso, yo opino, a mí me parece, etc.
Si vas a compartir lo que sientes empieza diciendo: Yo siento, yo me siento etc…
Si vas a pedir algo empieza diciendo: Yo necesito, a mí me gustaría, etc...
Cuando vas a expresar cómo te sientes, hazlo HACIÉNDOTE RESPONSABLE POR LO QUE SIENTES, SIN
CULPAR A OTROS POR TUS REACCIONES EMOCIONALES. Esto implica expresar tus sentimientos en
primera persona, usando frases como, por ejemplo:
Me siento feliz.
Me siento solo.
Me siento tranquilo.
Me siento frustrado.
Me preocupa.
Me alegra.
Me molesta.
Me siento agradecido.
Porque cuando culpas a otros por tus emociones no agradables, las personas se sienten atacadas y
reaccionan a la defensiva. Veamos unos ejemplos que muestran cómo convertir un comentario no
asertivo, en uno asertivo usando esta técnica.
Técnica: Hazte responsable por tus sentimientos
Cuando (la acción de la otra persona) + yo me siento (describir cómo te sientes).
Por ejemplo: “Cuando te hablo y no me miras a los ojos + yo me siento ignorado y no valorado”.
En la comunicación asertiva en vez de juzgar, HABLAS SOBRE EL COMPORTAMIENTO DE LA PERSONA Y
EL IMPACTO QUE ESTE PRODUCE. Cuando usas adjetivos que descalifican a las personas, ten por seguro
que se sentirán atacadas, lo cual hace que se despierten respuestas automáticas como huir o atacar.
Juzgar es usar adjetivos que descalifican, hieren o ridiculizan. Emitir juicios quiere decir usar etiquetas
que atacan el ser de la persona. En la comunicación efectiva no atacamos el ser, sino que hablas de las
acciones del otro y sus consecuencias.
Técnica: Habla sobre los hechos y su impacto
Cuando (describe el comportamiento específico de la otra persona) + (describe las consecuencias). Por
ejemplo: “Cuando me interrumpes mientras estoy hablando + mi idea queda sin ser comprendida y yo
me siento irrespetado y no valorado”. Esto quiere decir que describes comportamientos específicos y
observables, en vez de emitir juicios de valor que descalifican.
Técnica: Describe las consecuencias desde tu perspectiva
Cuando (describe el comportamiento específico que según tú produce un impacto negativo en otros) +
(describe las consecuencias percibidas por ti en primera persona usando frases como, por ejemplo: lo
que yo observo… lo que yo percibo… me da la impresión…) + haz una pregunta para validar el punto de
vista del otro.
Por ejemplo: “Cuando levantas la voz + lo que yo observo es que el equipo se desmotiva + ¿tú que
observas?” Cuando vas a hablar del impacto negativo que las acciones de una persona generan sobre
otros, y estos son costos percibidos por ti y no son hechos observables, hazlo en primera persona.
Que quede claro que es tu percepción y no la verdad absoluta. La fórmula es expresar la acción del otro +
la consecuencia observada por ti desde tu perspectiva + realizar una pregunta que demuestra interés y
valida la percepción del otro.
Por ejemplo:
“Cuando hablas de forma rápida y con un tono de voz fuerte, me da la impresión que las personas se
sienten regañadas ¿Tú que percibes?”
Para expresar tu perspectiva puedes usar frase como:
Me da la impresión...
Lo que yo observo...
Lo que yo percibo...
Tengo la sensación...
Lo que yo siento...
En vez de decir:
“Cuando llegas tarde a las reuniones el equipo se desconcentra”.
Puedes decir: “Cuando llegas tarde a las reuniones, lo que yo percibo es que el equipo se desconcentra
¿Tú qué opinas?”
O, en vez de decir: “Cuando recoges a los niños tarde en el colegio ellos sienten que no te importan”.
Puedes decir: “Cuando recoges a los niños tarde en el colegio, a mí me preocupa que ellos sientan que
no te importan. ¿Tú cómo lo ves?”.
Para comunicarte asertivamente, EVITA USAR PALABRAS QUE GENERALIZAN COMO SIEMPRE, NUNCA,
TODOS, NADIE. En vez de exagerar sé preciso.
Por ejemplo, en vez de decir:
“Es que tú nunca me ayudas cuando te pido un favor”.
Puedes decir:
“Ayer cuando te pedí que sacaras la basura y no le hiciste, yo me sentí ignorado”.
O, por ejemplo, en vez de decir:
“Es que siempre me quedo solo y nadie me ayuda, todos son muy desconsiderados”.
Puedes decir:
“En las últimas 3 reuniones familiares, al finalizar, tú te fuiste a descansar y yo me quede solo
organizando la casa”.
Describe situaciones específicas y háblales directamente a las personas involucradas.
Técnica: Elimina las generalizaciones
Describe la situación siendo específico con respecto al qué, cuándo, dónde, cómo y quiénes, evitando
usar términos como nadie, todos, nunca y siempre. Por ejemplo: “Hoy durante la cena, cuando te estaba
hablando sobre mi trabajo, te fuiste a ver la televisión y me quedé hablando solo”.
La comunicación no verbal hace referencia a tu lenguaje corporal, postura, movimientos, expresión de tu
rostro y gestos.
Para que las técnicas verbales de comunicación asertiva funcionen, DEBEN ESTAR ACOMPAÑADAS POR
UN LENGUAJE NO VERBAL ASERTIVO.
Realizando sesiones de shadow coaching con mis clientes he observado casos en los que, aunque las
palabras que usan son asertivas, producen un efecto negativo en quienes los escuchan.
Esto sucede porque su lenguaje no verbal no es asertivo. No hay coherencia entre lo que dicen y lo que
muestran con su cuerpo. Tal vez haya situaciones donde sea más acorde estar serio. Recuerda que
puedes estar serio con gestos suaves y firmes, los cuales son muy diferentes a gestos de agresividad y
tensión.
Tus gestos deben transmitir escucha, atención, colaboración, firmeza, tranquilidad, apertura y
receptividad
Fruncen el ceño o la boca, aprietan la mandíbula, aprietan los puños, señalan con el dedo,
desaprueban abriendo los ojos y mirando hacia arriba, se encorvan, se sientan con el cuerpo
mirando hacia otro lado, o miran sus teléfonos o computadores. Nada de esto sirve para
demostrar interés, apertura y escucha.
Para ser asertivo, en primer lugar, mira a los ojos y haz contacto visual con regularidad.
En segundo lugar, se consciente de la postura de tu cuerpo, bien sea que estés de pie o sentado,
asegúrate que tu columna esté recta, al mismo tiempo que tu cuerpo está relajado.
Busca que tu cuerpo esté de frente a la persona con quien hablas y deja a un lado objetos
distractores.
Por último, asegúrate que tus gestos y la expresión de tu rostro son coherentes con el mensaje
que quieres transmitir.
Por ejemplo, asentir con la cabeza demuestra que escuchas, que comprendes o que estás de
acuerdo.
Sonreír genera cercanía y demuestra aprecio.
Técnica: Adapta tu lenguaje no verbal
Contacto visual
Columna recta y músculos relajados
De frente a la persona a quien le hablas
Gestos y expresión de la cara: Atención, colaboración, firmeza, tranquilidad, apertura y
receptividad.
TU COMUNICACIÓN PARAVERBAL HACE REFERENCIA AL USO QUE HACES DE TU VOZ, especialmente a
tu tono, rapidez al hablar y modulación.
¿Te ha pasado que sientes que no te gusta la forma en que alguien te habla, o sientes que te regaña?
Posiblemente lo que no te gusta es su tono, su forma de expresarse, su lenguaje paraverbal.
Según Michael Kraus, Psicólogo en la Escuela de Administración de Yale, y a los resultados de su estudio
publicado por la American Psychologist Association, nuestro tono de voz, puede ser el principal medio
por el cual revelamos emociones cuando hablamos.
Cuando hablas demasiado suave te oyes desempoderado y transmites inseguridad.
Cuando hablas demasiado fuerte te oyes mandón y la otra persona no quiere escucharte. Si hablas muy
rápido te puedes ver acelerado, ansioso o estresado. Si hablas muy despacio o con el mismo tono y
rapidez todo el tiempo, tal vez el otro se aburra y se duerma. Se trata de que tu tono de voz acompañe
tu mensaje y tu intención. De encontrar un equilibrio. Un tono firme y a la vez placentero de escuchar.
Respira profundo, haz pausas y varía el volumen y la rapidez sin irte a los extremos.
Vocaliza, modula y habla con calma y firmeza. La idea es que regules tus emociones y estés tranquilo
para que tu voz suene relajada y al mismo tiempo firme. Esto no siempre es fácil, por eso, algo que te
puede ayudar cuando te sientes irritado, es deliberadamente bajar el volumen de tu voz, respirar
profundo, relajar la expresión de tu rostro y los músculos del cuerpo, y hablar despacio.
Esto funciona porque existe un estrecho vínculo entre la mente el cuerpo y las emociones.
Así lo demostraron los psicólogos Fritz Strack, Leonard Martin y Sabine Stepper en un estudio en el que
le pidieron a un grupo de personas ver unos dibujos animados.
Algunas de las personas del grupo debían ver los dibujos animados sonriendo y otros poniendo una cara
triste. Los resultados mostraron que las personas que vieron los dibujos sonriendo los encontraron
muchísimo más graciosos que aquellos que los vieron haciendo una cara triste. Es decir que cuando
cambias tu lenguaje corporal, tus gestos y tono de voz, para que estos reflejen calma, el hacerlo te
ayudará a sentirte más tranquilo.
Al igual que en la técnica anterior, recuerda que para que las técnicas verbales de comunicación asertiva
funcionen, deben estar acompañadas por un lenguaje paraverbal asertivo.
Técnica: Regula tu lenguaje paraverbal
Tono de voz: Firmeza y calma.
Velocidad y volumen: Varía sin llegar a extremos.
Respirar profundo y hacer pausas.
Vocalizar y hablar con calma y firmeza.
Hay conversaciones que son más difíciles que otras, que tocan puntos sensibles. En este tipo de
conversaciones, más que en cualquier otra, son necesarias las habilidades asertivas. Cuando usas las
TÉCNICAS DE COMUNICACIÓN EFECTIVA Y ASERTIVA aumenta la probabilidad de obtener un buen
resultado.
Para asegurarte de usarlas de la manera correcta, puedes prepararte para la conversación y practicarla.
De acuerdo con el MIT (Massachusetts Institute of Technology), al igual que con el desarrollo de
cualquier habilidad, necesitas usar nuevas estrategias y herramientas, y buscar oportunidades para
practicar y recibir retroalimentación.
Algunas opciones de cómo hacerlo son:
1. Visualiza cómo te quieres ver teniendo la conversación.
Por ejemplo, si quieres hablar con tranquilidad y firmeza, imagina cómo te expresarías, te sentirías, qué
trasmitirías y cómo te verían los demás si te comunicas de forma tranquila y firme.
2. Escribe lo que quieres decir y revisa si estás aplicando bien las técnicas de comunicación asertiva.
3. Practica la conversación con alguien de confianza que conozca las técnicas, para que te de
retroalimentación.
4. Obsérvate ensayando la conversación frente al espejo o filmándote, y evalúa cómo está siendo tu
comunicación y el uso de las técnicas.
Técnica: Practica las conversaciones difíciles
Visualízate
Escribe tu mensaje
Practica con alguien que te de feedback
Obsérvate en una filmación o en el espejo
Antes de iniciar una conversación difícil asegúrate que tanto tú como la otra persona están en una buena
disposición emocional y mental para dialogar. Si hablan estando muy cansados, ocupados, de prisa o
enojados, disminuye la probabilidad de tener una conversación exitosa. Pregúntate a ti mismo si tienes
el tiempo, la energía, y la disposición para hablar de una forma calmada y sin prisa.
Si la respuesta es sí, cuéntale a la otra persona de qué asunto deseas conversar y pregúntale si es un
buen momento para ella. Si no es buen momento, acuerden cuando sería un buen momento para
ambos.
Si la otra persona está ocupada, estresada o si no es posible hablar en privado, puede que no sea el
mejor momento para conversar.
También ten presente que, si tu intención es darle retroalimentación, sobre un comportamiento que
tiene un impacto negativo, puedes iniciar la conversación pidiendo permiso.
Por ejemplo, puedes decirle:
“Me gustaría compartir contigo mi opinión sobre cómo manejaste la reunión, ¿te gustaría escucharla?”.
Técnica: Timing
Di sobre qué quieres hablar + pregunta si es un buen momento + pide permiso para dar tu opinión.
Responde a las siguientes preguntas para evaluar qué tan asertivo eres:
¿Es fácil para mi pedir lo que necesito?
¿Suelo comunicar de forma sincera y directa lo que pienso y siento?
¿Defiendo mis derechos y necesidades?
¿Respeto los derechos y necesidades de los demás?
¿Comunico lo que pienso, quiero y siento de forma firme, tranquila, empática, directa y respetuosa?
¿Digo que no cuando quiero decir que no?
¿Soy flexible y busco acuerdos gana-gana?
¿Puedo mantener la calma y comunicarme con respeto y empatía cuando los demás se equivocan o no
cumplen mis expectativas?
¿Puedo defenderme con firmeza y respeto cuando los demás me critican?
¿Siento seguridad para expresar mis ideas y sentimientos?
¿Mantengo la compostura en momentos difíciles y regulo mis emociones para comunicarme
asertivamente?
¿Pido lo que necesito y manifiesto lo que Siento de forma específica, directa y honesta, sin sarcasmo?
¿Afronto las conversaciones difíciles con respeto y honestidad?
Técnica: Evalúa tu estilo de comunicación
Paso #1: Responde las preguntas para evaluar qué tan asertivo eres.
Paso #2: Evalúa si tienes tendencia a comunicarte usando el estilo pasivo, agresivo o pasivo
agresivo y en qué situaciones los usas.
Paso #3: Identifica en qué aspectos están tus fortalezas de comunicación y úsalas para ser más
asertivo.
Paso #4: Identifica en qué aspectos necesitas mejorar para ser más asertivo.
Paso #5: Usa las técnicas que más te ayuden a mejorar los aspectos que identificaste en el paso
4.
¿Qué dificulta el proceso para tomar una decisión?
Existen características individuales o de grupo que dificultan los procesos de toma de decisiones, entre
las más significativas están:
Disonancia cognitiva. Ocurre cuando lo que se quiere hacer y lo que se hace no coincide.
Efecto halo. Ocurre cuando la sombra de otras experiencias hace que se deduzca erróneamente,
presuponiendo y anticipando precipitadamente una decisión.
Pensamiento de grupo. Ocurre cuando un grupo de personas decide por otras, a pesar de estas últimas
estar en desacuerdo. No hay consenso del grupo en la toma de decisiones, sino miedo, temor a
equivocarse, temor al rechazo o al cuestionamiento grupal.
Adaptación hedonista. Ocurre cuando el individuo está sumido en un estado de bienestar y placer que
no le permite relacionarse adecuadamente con el conflicto.
Sesgo de confirmación. Ocurre cuando no se tiene la suficiente flexibilidad cognitiva como para
modificar algunas creencias cuando es necesario. Esto genera que se cometan los mismos errores al
seguir manteniendo la misma posición sobre un tema rechazando el nuevo contenido.
Sesgo de autoridad. Ocurre cuando se sigue ciegamente lo que plantean expertos, sin tener en cuenta
los propios deseos.