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"Leonardo Castellani: Olvido y Legado"

El documento habla sobre el Padre Leonardo Castellani, un sacerdote, educador, filósofo y escritor argentino que publicó 48 libros e innumerables artículos. Fue un patriota comprometido con la verdad que criticó fuertemente al liberalismo. En 1976, en una cena con Videla, pidió públicamente por el paradero de Haroldo Conti, quien seguía desaparecido, mostrando un gran coraje. Su obra estuvo influenciada por su origen en el norte de Santa Fe y criticó la ideología liberal import
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"Leonardo Castellani: Olvido y Legado"

El documento habla sobre el Padre Leonardo Castellani, un sacerdote, educador, filósofo y escritor argentino que publicó 48 libros e innumerables artículos. Fue un patriota comprometido con la verdad que criticó fuertemente al liberalismo. En 1976, en una cena con Videla, pidió públicamente por el paradero de Haroldo Conti, quien seguía desaparecido, mostrando un gran coraje. Su obra estuvo influenciada por su origen en el norte de Santa Fe y criticó la ideología liberal import
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El Padre Leonardo Castellani, el ostracismo interior…

por, Román Fellippelli

El paso a la inmortalidad del Padre Leonardo Castellani, acontecida un


15 de marzo de 1981, dejó a la Argentina sin uno de sus intelectuales de
referencia, condenado a partir de ese momento al olvido, al punto tal de
que hoy, muy pocos conocen siquiera de nombre, a tan insigne sacerdote
(de la Orden de la Compañía de Jesús), educador, filósofo, teólogo,
psicólogo, novelista de fuste… muchos menos son quienes están
familiarizados con su rica e invaluable obra, que lo llevó a publicar durante
su agitada pero fructífera vida, 48 libros e innumerables artículos
especializados y periodísticos, sin contar sus conferencias y sus luminosas
clases, que con tanto esmero impartió.

Que su figura y la altura que alcanzó su obra sean hoy


totalmente ignoradas por la mayoría de la gente y especialmente
por los jóvenes, no es un producto del azar o de la casualidad, sino
de una muy delicada obra de destrucción de nuestro ser nacional
que, con precisión de orfebre, está siendo llevada a cabo desde hace
aproximadamente cuarenta años en nuestro país. Y es que más allá
de sus quilates académicos, su celo pastoral y la calidad, agilidad y
mordacidad de su indomable pluma, el Padre Castellani fue un patriota,
en toda la extensión del término y un católico ejemplar, siempre
comprometido con el prójimo y alejado de la soberbia y la vanidad
que nublaron la vista, pero sobre todo el alma, de otros grandes
intelectuales de la época.

Una anécdota al respecto, que lo pinta de cuerpo entero:

Recordado por pocos, seguramente, es también aquel célebre


almuerzo que el recién ascendido y poderoso tirano Jorge Rafael Videla
ofreció el 19 de mayo de 1976, a escasos dos meses del golpe perpetrado
contra el último gobierno peronista de la historia argentina, al “círculo
áulico” de las letras argentinas, al que concurrieron Ernesto Sábato, Jorge
Luis Borges, Alberto Ratti (por aquel entonces presidente de la Sociedad
Argentina de Escritores) y…el Padre Castellani. Terminado el formal ágape,
rememoran Anguita, Cecchini y Bukovac, mientras Sábato se refirió a su
anfitrión como un hombre que le generó una “…excelente impresión (…)
culto, modesto e inteligente” y Borges, lo describió elogiosamente como “…
todo un caballero…”; el Padre Castellani, por su parte (secundado por Ratti),
le pidió públicamente por el paradero del poeta y escritor Haroldo Conti,
quien hasta el día de hoy, continúa integrando la lista de desaparecidos por
la represión ilegal, en una muestra de coraje sin igual a la que pocos se
atrevieron en esa convulsionada y triste época…actualmente Borges está
considerado como uno de los escritores argentinos más brillantes del siglo
pasado, seguido a escasa distancia por Sábato, quien además está orlado
por el hoy incuestionable emblema de “luchador” por los derechos
humanos, por haber presidido (cuando los militares ya no estaban en el
poder, ni tenían un poder semejante al que ostentaban en 1976), la famosa
CONADEP alfonsinista…pero nadie se acuerda del curita irreverente que
seguramente debió haber incomodado ese día de sobremanera, como era su
sana costumbre, a un Videla en la cúspide de su poder.

Pero ahora… ¿cómo explicar ese carácter indomable, ese intelecto


sobresaliente y ese valor poco común? Enseñaba el Profesor Luis D’Aloisio
en sus clases, que la cultura y la erudición son dos cosas bien diferentes y
que no se corresponden necesariamente. Mientras que la cultura (de
acuerdo a su origen etimológico que la vincula con las nociones latinas de
“culto” y de “cultivo”), supone precisamente el arte de “cultivar” o rendir
“culto” a la realidad espiritual valiosa de una determinada comunidad
(valores que incluyen por supuesto los religiosos, pero que abarcan también
a otros como pueden ser los vinculados con la estética y la cortesía); la
erudición no es más que la acumulación de profundos conocimientos sobre
muchas cosas. Castellani fue sin dudas ambas cosas, pero con la
particularidad de que su erudición estaba al servicio de su cultura, de una
cultura que lo unía profundamente al terruño de sus orígenes en el que se
formó su personalidad.

Castellani es un auténtico representante del duro y bravo norte


santafesino, nació el 16 de noviembre de 1899 en lo que hoy es la ciudad
de Reconquista y que, en aquel tiempo, era conocida como San Jerónimo
del Rey y muy tempranamente perdió a su padre, Luis Héctor, periodista y
editor del diario “El Independiente” de su ciudad, en medio de las refriegas
políticas de la época (acontecimiento que apenas es recordado con una
pequeña placa en el frente de la que fue su casa natal, donde funcionaba el
periódico). Quizás fue de su padre del quien heredó Leonardo su pasión por
la escritura y por la polémica. Aficiones ambas, que cultivó con esmero, a
pesar de las dificultades y enemistades que le granjearon durante su vida y
que lo persiguen hasta el día de hoy…y fue también esa temprana pérdida
afectiva la que galvanizó y endureció su carácter.

Ese bravo y duro terruño del norte santafesino tiene su mejor postal
en uno de sus más emblemáticos personajes: el padre Demetrio Constanzi,
más conocido como el padre Metri (“Las muertes del Padre Metri”),
misionero en aquellos tórridos parajes y protagonista de historias policiales
y detectivescas…un verdadero Padre Brown del Alto Paraná (a estas alturas,
la comparación con el célebre sacerdote - detective del inmortal Gilbert
Keith Chesterton, que llegó a ser elogiado por el propio Antonio Gramsci,
resulta inevitable)…el campo, sus personajes, habitantes y características
fueron recurrentes en sus obras, especialmente en sus cuentos y fábulas,
como las que podemos encontrar en “Camperas: bichos y personas”. Esa
impronta propia del norte provincial no sólo permanecería como un rasgo
indeleble de su forma de ser, sino que enriquecería su formación y labor
intelectual dándole a éstas siempre, aún a las más elevadas, un tinte
inconfundiblemente telúrico: fue sin dudas un verdadero cura campero, un
gaucho de mate y libro, cuyo afilado facón fue sin dudas su intrépida pluma
y su sed inagotable por la verdad.

Como dijimos antes, su obra erudita y su mirada culta abordaron y


trataron múltiples temáticas y campos de los cuales, por supuesto, no
pudieron estar ajenas la política y la historia nacionales (de hecho, su
“aventura electoral” como candidato a diputado nacional por la Alianza
Libertadora Nacionalista en 1946, le trajo aparejados serios problemas con
la jerarquía eclesiástica, que llegaron hasta la suspensión de sus cátedras y
la prohibición de decir misa…inconvenientes tortuosos y dolorosos para él
en su momento, luego superados con su rehabilitación docente y
eclesiástica). Así, un blanco central de los ataques de su implacable pluma
fue el liberalismo y su costra de mugre y putrefacción esparcida sobre
nuestra patria: “La República Argentina no es una nación sino un
problema. El problema es: ¿qué va a salir de esta desintegración del
liberalismo argentino?, ¿qué se puede hacer para que no desintegre el
país?”...el Padre Castellani estaba convencido de que el liberalismo, aquella
doctrina nacida del delirio racionalista del siglo XVIII y que, como dijo
Chesterton, había desquiciado y enloquecido a las ideas cristianas, era una
de las razones de la desintegración del orden social y de la crisis de la
civilización occidental sobre las que nos advirtieran Pío XI e Hilaire Belloc…
como ya lúcidamente habían enseñado los clásicos, así como en el plano
individual la confusión y la corrupción de las ideas llevaban a la decadencia
material y espiritual de la persona; en el plano público, ese caos lleva a la
descomposición de la cultura y a la disolución de la comunidad: a la anomia,
al caos y a todos los “infinitos dolores” propios de esa situación. Este era, y
es hoy mucho más gravemente que entonces, el corazón del problema
argentino. Su profética visión, ya nos advertía en 1957 que: “El coraje
actualmente en Argentina se llama Paciencia, con una gran dosis de
Decisión; el mal es profundo. Hay cuatro cosas en el orden intelectual a cual
más malas, que son la ignorancia, el error, la mentira y la confusión y esto
último es donde estamos entrando, es lo peor, porque ya es demencia. ¿Me
quieren decir lo que significa aquí ya la palabra Democracia? ¿O la palabra
Cultura? ¿O la palabra Libertad?”...siempre fue un crítico tenaz de todos
aquellos autores que hablaban de la “tradición liberal argentina”: “Un
hombre hereda de su padre una casa y una tuberculosis: la casa es
tradición, la tuberculosis NO es tradición”…el liberalismo fue una ideología
importada e implantada en el suelo cultural argentino por una generación
cegada por los destellos del Iluminismo, los “intelectuales” de las polis
oligárquicas portuarias, diría el maestro Methol Ferré, que so pretexto de
combatir lo que despectivamente llamaban (y todavía hoy llaman)
“barbarie”, buscaban arrancar de aquél las raíces de nuestra verdadera
tradición, hispánica, cristiana y mestiza…es en ese carácter exótico del
liberalismo (por haber sido “brutalmente importado”) en donde reside su
naturaleza deletérea: “…el liberalismo del siglo pasado (siglo XIX) enarboló
la bandera de la Libertad y arruinó las libertades (…) pues existe también
una falsa libertad, que es la fomentada por el liberalismo; la cual es a la
verdadera libertad lo que la demagogia y el democratismo es a la
democracia; el filosofismo a la filosofía; la sofística a la Sofía y la
superstición y la herejía a la Religión.” La libertad del liberalismo es en
realidad: “…la libertad de comercio, o sea la libertad para el Gran Dinero o
sea al actual Capitalismo; y para eso querían gobiernos débiles o sea
parlamentarismos, división de poderes, sufragio universal y todo lo demás;
y para eso querían una religión débil, el deísmo, y después el cristianismo
liberal y hoy día el modernismo.” En sus palabras el liberalismo fue (ES): “…
un gran movimiento de rebelión antitradicionalista y reformista de la
sociedad, que parte de los libros de los Empiristas y Deístas ingleses, se
formula en Rousseau, es divulgado por la Ilustración o el enciclopedismo
francés, informa a la Revolución Francesa a poco de comenzada; es
inseminado por las armas napoleónicas, se impone más o menos en Europa
(y aquí) a mitad del siglo pasado, preside la llamada “Organización” de las
naciones hispanoamericanas, origina por un lado la Democracia-Mito y por
otro el Comunismo – Realidad; y quiere sobrevivir hoy día en el llamado
Neoliberalismo y Neocapitalismo, del cual gozamos una violenta erupción
actualmente los argentinos.”

El Padre Castellani era consciente del impacto social negativo de


estas ideas confusas y desquiciadas y así como en el plano teológico una
herejía es una falsa religión que contiene elementos verdaderos, pero que
conduce fatalmente a la perdición; lo mismo acontece en el plano de las
ideas políticas con el liberalismo: “El liberalismo en su comienzo tenía algo
de bueno, pues no hay error tan grande que no tenga algo de verdad, ni
herejía que no se base en un dogma cristiano – en la CORRUPCIÓN- de un
dogma cristiano. Las tres divisas del Liberalismo: “Libertad, Igualdad,
Fraternidad”, no eran más que las antiguas palabras cristianas: Orden,
Jerarquía y Caridad, que habían colgado la sotana (…) movimiento histórico
muy confuso en el cual estamos metidos (…) puede ser considerado en tres
planos diferentes, en el plano empírico, en el plano filosófico y en el plano
teológico; que corresponden a las tres vidas que hay en el hombre, a la vida
de los sentidos, a la vida del intelecto y a la vida de la gracia: en el plano
empírico era una invención de la oligarquía inglesa y su posterior
imperialismo, después adoptada por toda la burguesía europea, cuya meta
era el Dinero; en el plano filosófico fue un intento de resolver para siempre
el eterno problema de la persona y la sociedad; en el plano teológico fue
una singular herejía, que yo denominaría ‘una de las Tres Ranas del
Apocalipsis’”…

Tratando de salvar esa oposición entre la parte y el todo, el


liberalismo privilegia la primera a expensas del segundo, dejando a la
comunidad inerme frente al egoísmo y la ambición individual, transformadas
en virtudes por una modernidad desquiciada, que olvidó aquella sabia
sentencia de Heráclito el Oscuro: “la oposición es la madre de todas las
cosas, y todas las cosas buenas consisten en el equilibrio de dos
contrarios”…mientras que la única solución práctica consiste en alcanzar y
en combinar el máximo de Autoridad con el máximo de Libertad, el
liberalismo propone someter la primera a la segunda, lo cual no puede
llegar sino a la descomposición del tejido social y de allí al caos de la
anomia y a la stasis (guerra intestina) entre las dos ciudades: la de los ricos
contra la de los pobres, de la que nos hablaba Platón.

Con aguda intuición profética Castellani, nos anunció las claves de los
dolores del presente y su apego a la verdad, su auténtica y sincera fe y su
inquebrantable patriotismo lo hicieron chocar permanentemente durante su
vida contra sofistas, clericalistas, mercanchifles y arribistas…y aún hoy,
después de muerto, lo han condenado al ostracismo. Negado por las
cátedras y las antologías literarias, cuando fue uno de los máximos
exponentes de las letras argentinas (como bien señala la profesora Iciar
Recalde) y aún negado en su propia “patria chica” del norte santafesino, su
Reconquista natal, que prefiere olvidarlo y sustituirlo por figuras deportivas
y otros “bichos”, él seguramente seguirá guardando por ella, por su país y
por la Iglesia, el sincero amor propio de los hijos que honran a sus padres,
como Nuestro Señor lo hiciera con San José y con María: “De modo que la
primera parte deste protocolo consistiría en quejarme que la Iglesia me ha
perseguido y la Patria me ha pospuesto y postergado; y de ahí concluir que
hay un estrato de vitriolo en el fondo de la Iglesia y un gusano inmortal en
el seno de la Patria. Pero después deso tendré que confesar que la Patria
me ha dejado vivir- lo cual no es poco- y la Iglesia me ha enseñado la fe de
Cristo” (Seis ensayos y tres cartas).
Fuentes:

 Castellani, Leonardo, Esencia del Liberalismo, Librería Huemul,


Buenos Aires, 3° edición, 1971.
 Recalde, Iciar, “Leonardo Castellani, el gran escritor y profeta
argentino ausente en el canon de nuestras letras”, en Infobae, 15 de
marzo de 2021. Material en soporte digital disponible en:
https://www.infobae.com/cultura/2021/03/15/leonardo-castellani-el-
gran-escritor-y-profeta-argentino-ausente-en-el-canon-de-nuestras-letras/

 Anguita, Eduardo y Cecchini, Daniel, “Borges y la dictadura: del


almuerzo con Videla a la reunión con las Madres y la condena a los
militares en tiempos de sangre y plomo”, en Infobae, 13 de julio de
2019. Material en soporte digital disponible en:
https://www.infobae.com/sociedad/2019/07/13/borges-y-la-dictadura-
del-almuerzo-con-videla-a-la-reunion-con-las-madres-y-la-condena-a-los-
militares-en-tiempos-de-sangre-y-plomo/

 Bokovac, Carlos, “El recuerdo de un pensador inclasificable”, en La


Prensa, 24 de marzo de 2019. Material en soporte digital disponible
en: http://www.laprensa.com.ar/474591-El-recuerdo-de-un-pensador-
inclasificable.note.aspx

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