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2010 Dibujo 59

El documento describe la evolución del arte románico en Europa desde finales del siglo X hasta mediados del siglo XII. Cubre temas como las coordenadas históricas, la arquitectura románica incluyendo su evolución y elementos arquitectónicos, y la escultura y pintura románicas.
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El documento describe la evolución del arte románico en Europa desde finales del siglo X hasta mediados del siglo XII. Cubre temas como las coordenadas históricas, la arquitectura románica incluyendo su evolución y elementos arquitectónicos, y la escultura y pintura románicas.
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tema

59 DIBUJO

El Arte Románico
30-15138-13

Temario 1993
tema 59

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1. Coordenadas Históricas

2. Arquitectura románica
2.1. Evolución

2.2. Elementos arquitectónicos

2.3. Tipos de construcciones


2.3.1. Construcciones religiosas
2.3.2. Construcciones civiles

2.4. Diferentes escuelas de arquitectura románica

3. La escultura románica
3.1. Evolución

3.2. Características generales

3.3. Escultura Exenta

3.4. Diferentes escuelas de escultura románica

4. La pintura románica
4.1. Origen

4.2. Localización y temas

4.3. Características

4.4. Miniaturas

4.5. Diferentes escuelas de Pintura románica

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INTRODUCCIÓN

El Románico es el primer estilo internacional de la cultura occidental. La denomi-


nación de «románico» se debe a M. de Gerville, quien en 1823 asignó este nombre
al arte de la Europa Occidental por considerar que era una derivación del arte ro-
mano, igual que las lenguas romances o románicas proceden del latín. Inicialmen-
te, el término incluía todas las manifestaciones artísticas de la zona comprendidas
entre los siglos VIII y XII, pero pronto se puso de manifiesto la escasa conveniencia
de mantener bajo la misma denominación a todas las realizaciones de un período
tan amplio, y el adjetivo románico se centró en las producciones de los siglos XI,
XII y XIII, siendo considerados como autónomos el arte visigodo, el asturiano y el
mozárabe (en la España de los siglos VII-XI), carolingio (en la Europa central del
siglo IX) y el otónico (en la Alemania del siglo X).
Por lo tanto, el arte románico surge a mediados del siglo XI como culminación de
un largo proceso de ensayos, los estilos prerrománicos, a los que se incorporan
influencias bizantinas y orientales. Se desarrolla durante todo el siglo XII y coexiste
en su segunda mitad con la iniciación del gótico.

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1 Coordenadas Históricas
Ningún país en particular, ni tampoco ninguna región específica «inventó» el arte románico. Su pro-
ceso de creación fue paulatino y ocurrió de forma casi simultánea en Italia, Francia, Alemania y Es-
paña.
Una serie de circunstancias históricas fueron creando condiciones favorables para la renovación
de la vida artística en el siglo XI: la existencia de una mayor estabilidad política, el desarrollo y creci-
miento económico, y la reforma de las instituciones religiosas. En efecto, la decadencia de la Iglesia
Católica se vio detenida, y la institución del Papado cobró nueva fuerza. Renacieron la vida y la
disciplina monásticas, totalmente implicadas en el modo de vida feudal. Recordemos cómo con la
expansión hacia el Este por parte de los estados europeos, los reyes se valieron de monasterios y
obispados para sus conquistas y afianzamientos de los territorios, a lo que se une también fines de
evangelización. Así, los monasterios se convierten en centros de poder, de cultura, y de asistencia
para la población. En España nacen monasterios concebidos para el afianzamiento religioso y militar
de las tierras conquistadas a los árabes.
Entre los siglos IX y X se impone por toda Europa la regla de San Benito. Esta orden monacal, funda-
da en Francia a fines del siglo IX, tuvo un destacado papel en la reforma eclesiástica, en su apoyo al
Pontificado, la organización de las primeras cruzadas y en el fomento de las peregrinaciones religio-
sas y construcción de abadías. Su centro se sitúa en Cluny, en la Borgoña. Su comunidad fue la más
numerosa, y su influencia muy poderosa, ya que estuvo al frente de una amplia red de monasterios
dependientes por los que se fue difundiendo el estilo románico.
El Papado, apoyado por las órdenes monacales, fue extendiendo su influencia y donde se asentaban
las órdenes monásticas, el arte románico hacía su aparición. La Cristiandad occidental, dirigida por
papas enérgicos, florecientes monasterios y gobernantes piadosos, entró en un período de expan-
sión.
Así pues, se considera el Románico como primer estilo internacional de la cultura occidental. Es la ex-
presión artística de una Europa unida culturalmente bajo el concepto de Cristiandad. En su difusión
también jugaron un papel especialmente importante el fenómeno de las peregrinaciones, tanto es
así que ha llegado a calificarse al románico de «arte de los caminos», o «arte de los peregrinos». A
través de los caminos y rutas de las distintas peregrinaciones fue surgiendo el románico, pues los en-
sayos y formas de unas regiones pasaban rápidamente a otras, más aún cuando cuadrillas volantes
de canteros emprendían simultáneamente diversas obras a lo largo de un camino. De este modo,
las peregrinaciones, fomentadas por Cluny para aumentar la piedad de los laicos, van a constituirse
en auténtico motor de difusión cultural, y especialmente del nuevo estilo, el románico, ya que sus
rutas son vías de comunicación religiosa, cultural, artística y también comercial. Las peregrinaciones
principales se encaminaban a Tierra Santa, pasando por Roma, al monasterio de Saint Michel, en la
costa bretona, y la más importante, a Santiago de Compostela.
Respecto al lugar de nacimiento del románico hay diversas opiniones. Algunos lo sitúan en Francia
y Alemania, apoyándose en la importancia del mundo carolingio y otomano como base de su crea-
ción. Otros opinan que nace en España, donde la importancia del prerrománico español resulta una
base contundente, y sin embargo la influencia francesa en la Península es tan clara que cuestiona
esta teoría. Para otros es Lombardía donde nacería este arte. Lo cierto es que las influencias romanas

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del arte románico son innegables, pero también hubo otras, como por ejemplo la paleocristiana, la
bizantina, la carolingia, la otoniana e incluso la islámica. Más aún: cada país mezcló el arte románico
con el arte local de épocas anteriores, tanto si estas fueron cristianas como si fueron paganas, como
por ejemplo en Noruega, donde el estilo románico absorbió muchos elementos propios del arte
vikingo. Debido a esta diversidad de fuentes, el arte románico difie­re en gran medida de un país a
otro, e incluso de una región a otra. No obstante, hay ciertas tendencias comunes en todo el arte de
este período que justifican plenamente el uso del término «estilo románico».
Cronológicamente podemos empezar a hablar de estilo Románico ya a finales del siglo X, pero será
en el XI cuando alcance su mayor interés y difusión. Se mantendrá a lo largo del siglo XII y a finales
del mismo convivirá con los inicios del gótico, aunque en determinados lugares se siga construyen-
do «a lo románico».

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2 Arquitectura románica

2.1. Evolución

En una crónica escrita hacia 1048, el monje Raul Gleber evoca un recuerdo de su infancia: «durante
los años que siguieron al año 1000, se vio reconstruir iglesias de casi todo el universo, pero sobre
todo en Italia y en Galia. Se hacía esto incluso cuando no era necesario, rivalizando cada comunidad
cristiana para edificar santuarios más suntuosos que los de sus vecinos. Se diría que el mundo se
sacudía sus harapos para adornarse con una blanca túnica de iglesias».
Esta fiebre de reconstrucción se aprecia desde los últimos años del siglo X, algún tiempo después de
las devastaciones de normandos y húngaros que habían arruinado la mayor parte de Francia y Norte
de Italia. Esta inseguridad había causado gran daño a la cultura y a las artes. Las escuelas, restableci-
das en época Carolingia junto a los monasterios y catedrales, habían suspendido sus enseñanzas y
los talleres se habían dispersado. El arte carolingio no tuvo supervivencia directa mas que en los paí-
ses germánicos que no habían sido alcanzados por los normandos. En el resto del antiguo imperio
se comprueba una larga suspensión de la práctica de la arquitectura, de las técnicas de construcción
y decoración.
Tradicionalmente su evolución se ha seguido a través de la siguiente clasificación:

XX Primer Románico (1000-1075)


La arquitectura es pobre y funcional, de piedra mala tallada y en muchos casos de ladrillo, con cu-
biertas de madera para las naves y bóveda de horno para el ábside, aunque también encontramos
bóvedas de cañón con arcos fajones y una gran cúpula sobre el crucero.

XX Románico Pleno (1075-1150)


Con la adopción de un complicado ceremonial litúrgico se produjo en las iglesias una ampliación y
transformación de las cabeceras: es cuando aparecen los deambulatorios y se desarrollan las tribu-
nas y transeptos.

XX Románico Tardío (segunda mitad del siglo XII)


Se realizan importantes catedrales por toda Europa ya con elementos que anuncian el estilo gótico.
En España destacan las catedrales de Plasencia, Salamanca, Zamora y Toro.
Los primeros obreros del Románico tuvieron que empezar por los principios de su arte, e intentar
adaptar el edificio sagrado a las necesidades de una larga vida religiosa y social que se transformaba
sin cesar. Todos los progresos del arte románico se realizan en el terreno de la arquitectura religiosa.
En las ciudades y en los campos, prácticamente el único monumento público era la casa de Dios.

2.2. Elementos arquitectónicos

La aportación arquitectónica es lo fundamental del estilo románico, y a ella se supeditan la escultura


y la pintura. Esta incorporación de la escultura a la arquitectura es algo casi nuevo, ya que en el pre-
rrománico era excepcional.

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Al ser el románico un arte básicamente religioso va a tener en los templos y monasterios sus más
claras manifestaciones, aunque no faltarán ejemplos de construcciones de carácter civil, como el
caso de los palacios urbanos y los castillos.
En cuanto al templo, en planta se generaliza el empleo de las llamadas de cruz latina, formadas
por una o más naves longitudinales, más otra transversal o de crucero, y como remate los ábsides o
capillas semicirculares, formando la cabecera.
Cuando las naves son más de una, y las laterales se prolongan en torno a la capilla mayor envolvién-
dola de forma curvilínea, dan lugar a la girola o deambulatorio, cuya presencia es especialmente
frecuente en las iglesias llamadas de peregrinación, permitiendo a los visitantes recorrer totalmente
el templo sin interrupción de los oficios litúrgicos. Pueden aparecer, además, abiertas a la capilla
mayor o a la girola si la hubiere, pequeñas capillas radiales, generalmente semicirculares, o a veces
poligonales, simétricamente dispuestas, en ocasiones también en los brazos del crucero.
Se les conoce con el nombre de absidiolos, su fin es el de multiplicar los altares y con ello la posibi-
lidad de oficiar a un mayor número de monjes.
Generalmente, a los pies de la iglesia se levanta la torre de campanas, una o dos, según los casos,
flanqueando la fachada principal, aunque pueden aparecer también junto a la cabecera, en los bra-
zos del crucero o en el espacio central del mismo. Suelen ser de planta cuadrada o rectangular, pero
tampoco faltarán los ejemplos de campanarios poligonales e incluso cilíndricos, estos últimos con
frecuencia aislados, como recuerdo de los bizantinos de Rávena. Pero siempre, sea cual fuere su
forma, sobresaliendo por encima del volumen general de la iglesia. De forma esporádica encontra-
remos plantas centralizadas.
Estas construcciones se levantarán mediante muros muy gruesos casi siempre de piedra, a base de
sillares más o menos regulares o sillarejo, en los que dominará el macizo sobre el vano. Las ventanas
son escasas y pequeñas, a veces tan estrechas que recuerdan saeteras.
Como elemento de soporte utilizan la columna. Serán columnas de fuste cilíndrico, que han olvi-
dado el sentido clásico de la proporción entre su diámetro y la altura, y siempre sobre basamento.
Su fuste queda liso o estriado con líneas en zig-zag, llegando incluso a adosarle una escultura u ocu-
parlo con decoración vegetal. En cuanto al capitel, se abandonará cualquier recuerdo de los órdenes
clásicos, sobre todo el dórico y jónico, siendo los más frecuentes los de hojas, como un lejano recuer-
do del corintio, aunque se irán distanciando cada vez más de él, con su complejo entrelazado vege-
tal al que añadirán figuras de animales y humanas, reales, fantásticas o monstruosas, con una gran
movilidad y expresividad que enriquecen este elemento. Junto a ellos surgirá otro tipo de capitel,
el iconográfico o historiado, formado por un relieve corrido donde se narran escenas generalmente
Sagradas, del Antiguo y Nuevo Testamento, dentro de un claro sentido didáctico cristiano.
Pero el papel protagonista como soporte lo ostenta el pilar, robusto, formado por un núcleo central
cuadrado o cruciforme al que se adosan pilastras, columnas o medias columnas en el centro de cada
una de sus caras e incluso en sus espacios angulares, es lo que llamaremos pilar compuesto. Poco
a poco este tipo de pilar se irá complicando cada vez más, debido a la evolución de las cubiertas.
Las techumbres de madera se irán paulatinamente abandonando en favor de los abovedamientos,
tratando de evitar así los constantes incendios, a la vez que se da un carácter de mayor solidez a las
otras.
La bóveda más habitual será la de cañón. A lo largo de su recorrido longitudinal se ve reforzada por
unos arcos transversales, los fajones o perpiaños.
Junto a la bóveda de cañón aparece también la de arista, con frecuencia se limita su utilización a las
naves laterales. Para asegurar la estabilidad de estos abovedamientos, no les basta a los constructo-

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res de esta época los gruesos muros, surgiendo alrededor de la fábrica los contrafuertes o estribos,
fuerte pilares adosados al exterior de los muros.
En algunas ocasiones, el arquitecto románico, para contrarrestar el empuje de las bóvedas de la nave
central, aprovecha los abovedamientos de las laterales, utilizándolas para transmitir sus empujes
hasta los muros y estribos correspondientes; otras veces, aprovechando la diferencia de altura entre
las naves, coloca sobre las laterales la tribuna, una galería alta que cubrirá con bóveda de cuarto de
cañón, siendo entonces ésta la encargada de pasar los empujes de la cubierta central hasta el exte-
rior; pero además de esta función técnica tiene otra, la de aumentar la capacidad del templo. Es un
elemento especialmente frecuente en las iglesias de peregrinación.
Además de las bóvedas mencionadas, encontraremos también las de cuarto de esfera, que se con-
vertirán en la cubierta casi obligada para los ábsides de la cabecera. En el espacio central del crucero
suele disponerse la cúpula sobre trompas o pechinas. Cuando este conjunto se levanta en el exterior
en forma de torre se le conoce como cimborrio.
El arco de medio punto es el arco románico por excelencia y en algunas ocasiones peraltado. La de-
coración es un apartado destacado en el estilo románico, en el que podemos encontrar un amplio
repertorio temático: geométrico (ajedrezado, billetes, puntas de sierra, molduras en zig-zag...), vege-
tales, animales (reales o fantásticos) y figurativo. Esta decoración puede ser bien esculpida en piedra
o pintada al fresco. La primera se centra sobre todo en los capiteles del interior del templo o de los
claustros, en las portadas y en las cornisas y aleros. La decoración pictórica aparecerá básicamente
en los ábsides, aunque puede cubrir todos los paramentos internos, muros, bóvedas...
Las puertas, como las ventanas, también son abocinadas; generalmente quedan formadas por una
serie de arcos concéntricos que van disminuyendo progresivamente de tamaño, las arquivoltas.
El acceso propiamente dicho puede ser adintelado, dando así lugar al tímpano, el espacio com-
prendido entre el dintel y el arco, que se convertirá en uno de los lugares preferidos por los artistas
para dar cabida en ellos a la decoración. Si el dintel es muy ancho se reforzará con un soporte central,
el parteluz.

2.3. Tipos de construcciones

2.3.1. Construcciones religiosas

Las construcciones religiosas las dividiremos en iglesias y monasterios. En cuanto a los tipos de igle-
sia, en el mundo románico podemos diferenciar tres:

XX Las iglesias de peregrinación


Situadas en el Románico Pleno, son las construcciones más completas y monumentales. Pueden
pertenecer bien a monasterios o ser catedrales de ciudades importantes por donde pasaban los
caminos de peregrinación. Estas iglesias tiene que adaptarse a una situación especial y nueva: se
conciben como lugares para acoger a la multitud de peregrinos, los cuales pasaban en la iglesia todo
el día, incluso para pasear, por lo que debían ser amplias. Entre las más destacadas tenemos: San
Martín de Tours, Santa Fe de Conques y San Saturnín de Toulouse en Francia, y Santiago de
Compostela en España. Todas ellas presentan una gran unidad.
En cuanto a la composición buscan una armonía de conjunto y un equilibrio en el edificio en fun-
ción de la estética de alabanza a Dios, es decir, que todos los elementos de la iglesia estén coordina-
dos buscando una unidad.

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Coinciden también en su belleza, teniendo en cuenta que en la Edad Media lo bello se identifica con
lo bueno, por lo que la iglesia busca producir una emoción estética de carácter religioso, de donde
se deduce todo el simbolismo que la iglesia conlleva y que veremos más adelante.
Se componen de tres naves, la central más ancha que las laterales, separadas por gruesos pilares
y cruzadas por un transepto. La necesidad de espacios cada vez más amplios ante el aumento de
peregrinos conduce a nuevas soluciones como son la creación de la girola y los absidiolos. Otro ele-
mento fundamental en este tipo de iglesias es la tribuna, galería que, como vimos, recorre las naves
laterales por encima de éstas para acoger un mayor número de peregrinos.

XX Las iglesias basilicales


También pertenecientes a monasterios o ciudades importantes. Estas iglesias son amplias pero no
tan majestuosas como las de peregrinación. Se caracterizan por tener tres naves con transepto, no
tan desarrollado como las anteriores, cabecera con tres ábsides semicirculares, y, a veces, están co-
ronadas por un cimborrio situado en el crucero. De este grupo encontramos numerosos ejemplos
en toda la zona del Duero, algunas de las más destacadas son la Catedral de Jaca, San Martín de
Frómista y San Vicente de Ávila. También corresponden al Románico Pleno.

XX Las iglesias de tipo rural


Numerosísimas, estas iglesias eran dependientes de señores laicos, de obispados y de monasterios,
y se van a convertir en el centro de la vida campesina como lugar para todo tipo de ceremonias: de
tipo religioso, para hacer justicia, para establecer mercados, reuniones... Son un claro exponente de
la expansión masiva del cristianismo. Son iglesias pequeñas, construidas con peores materiales que
las anteriores. Las plantas son muy variadas: de una sola nave, muy frecuentes en Galicia y Valle del
Duero, con planta de cruz griega, o con planta centralizada, como la de Veracruz de Segovia, o la de
Eunate en Navarra.
Existe un tipo de iglesias llamadas porticadas, características de la zona de Segovia, Soria y Burgos,
de tipo basilical, aunque menores que las anteriores, que en el lado meridional de la iglesia llevan
adosado un pórtico formado por arcos de medio punto sobre columnas pareadas que descansan
sobre un zócalo. Al parecer su finalidad era la de lugar para reuniones o para lugar de enterra-
mientos. Podemos verlo en la iglesia de Pineda en Burgos o en San Salvador de Sepúlveda en
Segovia.
Por último, señalaremos la profunda significación simbólica de las iglesias románicas, producto de
la filosofía y religiosidad del momento. La planta, con tres naves y un transepto, hacía referencia a
la alegoría del cuerpo de Cristo sobre la cruz. La cúpula central del crucero tiene un claro parale-
lismo con la bóveda celeste. Los pilares que mantienen la iglesia son los apóstoles y los profetas
como fundamento y base de la iglesia. Los muros que cierran el espacio simbolizan el pueblo
cristiano, y cada sillar representa un hombre, todos juntos constituyen la Iglesia Universal. Estas
ideas y simbolismos eran conocidos en la época, ya que a ellos se aludía en sermones y escritos
del momento, aunque su auténtico significado solo lo comprendían las élites intelectualizadas.
El templo era el lugar del encuentro del hombre con Dios. Esta es la idea clave, y para ello es necesa-
rio un clima apropiado que permitiera al hombre recogerse para encontrarse consigo mismo y con
Dios. Este clima en el románico era el silencio y la penumbra.

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XX Los monasterios
Los monasterios adquieren ahora un desarrollo monumental. Ya mencionamos la importancia de los
centros monásticos feudales, llegando a constituirse en auténticas instituciones políticas.
Las distintas abadías de una misma orden, y especialmente las benedictinas, estaban en constante
relación con la casa madre y entre sí. De esta manera formaban una red por todo el continente ex-
tendiendo el concepto de cristiandad, la cultura, y por supuesto el arte.
Los monasterios se transformaron en hospederías, hospitales, cancillerías y centros de investigación
como centros culturales, llevando a cabo una labor especialmente destacable en cuanto a la copia
de libros en sus «scriptoria», (tanto sagrados y de carácter religioso, como clásicos de la Antigüedad
e incluso de la cultura árabe). Destaca en este aspecto el monasterio de Silos en Burgos.
Este tipo de construcción se encuentra casi siempre en lugares apartados de los grandes núcleos de
población. Cuenta con una distribución característica más o menos fija. El núcleo principal es un gran
patio central cuadrado y abierto, el claustro en torno al cual se ordenan las diferentes dependencias
que componen el conjunto, según el tamaño del monasterio puede contar con otros claustros me-
nores o secundarios. Queda rodeado por cuatro galerías mediante arcos sobre columnas sencillas o
pareadas que arrancan de un podium corrido. Uno de sus laterales, generalmente el Norte, lo ocupa
la Iglesia, abriéndose a los restantes la Sala Capitular, el Refectorio o comedor, la Librería, las cocinas,
la Botica... y en una planta alta suelen disponerse los dormitorios.

2.3.2. Construcciones civiles

En cuanto a la arquitectura civil es muy poco lo que se sabe de ella, ya que por su carácter utilitario
y por la calidad del material ha cambiado mucho a través del tiempo, ha desaparecido o se ha trans-
formado profundamente. Al parecer las casas románicas constaban de un piso bajo con una o dos
puertas de medio punto y un segundo piso principal con los ventanales.
En esta época los pueblos estaban constituidos por un recinto amurallado que albergaba las casas y
un castillo perteneciente al señor feudal. Estos castillos se componían de una torre del homenaje y
una muralla que lo rodeaba, como el castillo del Mur (Lérida) del siglo XI. Algunos de ellos, además
de cumplir una función defensiva, albergaban palacios señoriales de los que sólo se conservan par-
tes en el castillo de Tudá (Lérida) o en Castell Vell de Solsona.
También dentro de este apartado podemos mencionar los castillos de Pedraza y Sepúlveda, y las
murallas de Ávila.

2.4. Diferentes escuelas de arquitectura románica

XX Francia
Francia es el país europeo con los más interesantes ejemplos de arquitectura románica, si bien no
ofrecen un estilo unificado.
En Borgoña, centro creador y promotor del románico, encontramos iglesias de peregrinación, como
la de Cluny, de la que hoy no poseemos más que testimonios, la iglesia de la Magdalena de
Vezèlay, y la de San Esteban de Nevers. San Lázaro de Autún es de la misma zona.
En Normandía las iglesias se caracterizan por sus techumbres de maderas, las dos torres de sus fa-
chadas, el gran desarrollo de las naves, y su escasa o nula decoración escultórica.

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La catedral de Caen es la más representativa, al igual que la abadía de Mont Saint Michel. En Poi-
tiers, Angulema y Perigeux se perciben claramente influencias bizantinas (torres de remate cónico
con escamas, profusión escultórica en las fachadas, cúpulas sobre pechinas). Como ejemplos de la
zona citaremos Nuestra Señora de Poitiers, la Catedral de Angulema y San Front de Perigeux.
Las iglesias de la Provenza destacan por su simplicidad (San Trófimo de Arlés).

XX Italia
En el caso del románico italiano es clara la influencia del mundo clásico y paleocristiano. En Lombar-
día encontramos el románico más antiguo caracterizado por los arquillos rematando los muros y las
bandas verticales (San Ambrosio de Milán). La repetición de este motivo en otras zonas de Europa
manifiesta la influencia de la región. Otras características también típicas de la zona de la Toscana
son: las galerías de arcos vivos, la importancia de la columna tanto en el exterior, decorando, como
elemento sustentante en el interior, la sustitución de la escultura como elemento decorativo por
el color (utilizando diversos tipos de mármoles), y la separación del baptisterio y campanile como
construcciones independientes de la iglesia. El conjunto más representativo es el de Pisa. Menos
conocida pero quizás de más relevancia sea la iglesia florentina de San Miniato.

XX Alemania
En el caso alemán hay que contar con influencias lombardas y francesas, y por supuesto con la
tradición otoniana. Sus iglesias se caracterizan por sus plantas con ábsides en la cabecera y en los
pies, las arquerías pequeñas rematando los muros y las torres circulares. Entre las construcciones
más significativas mencionaremos Santa María de Laach y las Catedrales de Spira, Maguncia y
Worms. Destacan la extraordinaria elevación de sus proporciones y la gran amplitud de los progra-
mas constructivos.

XX Inglaterra
La arquitectura románica inglesa se halla íntimamente relacionada con la escuela normanda, ya que
en 1066 el normando Guillermo el Conquistador conquistó Inglaterra, si bien las proporciones de
las construcciones son mayores. Son características las catedrales de Peterborough, York, Canter-
bury y Durham.

XX España

„„ Arquitectura románica española del siglo XI.


Entre las primeras construcciones románicas peninsulares, que anticipan el románico cluniacen-
se, tenemos una serie de iglesias en Cataluña que se caracterizan por el empleo de rústico aparejo
de sillería, cubiertas de madera en las naves y bóvedas en los ábsides semicirculares, y decoración
lombarda. Entre las construcciones del siglo XI tenemos San Pedro de Roda, el monasterio
de San Martín de Canigó, San Pedro en la Seo de Urgel, San Vicente de Cardona. También
encontramos muestras de este estilo en el Pirineo aragonés, en la catedral de Jaca, en Urueña
(Valladolid) y San Martín de Mondoñedo (Lugo).
Hacia 1065 se construye en León San Isidoro, aunque de aquella primera iglesia sólo queda
el panteón real como una de las primeras manifestaciones románicas en la Meseta. El resto del
templo se iniciaría hacia 1090.

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Hacia 1075 comienza la construcción de la catedral de Santiago de Compostela, la obra mas


importante del románico español. Tiene tres naves y un crucero también de tres naves, girola con
cinco capillas absidiales y otros dos ábsides en cada uno de los brazos del crucero.
También de este siglo son las iglesias de San Martín de Frómista, uno de los templos más ca-
racterísticos del románico, y la traza y primera etapa de construcción de la iglesia de San Vicente
de Ávila, comenzada hacia 1090.

„„ Arquitectura románica española del siglo XII.


Podemos distinguir varias escuelas:
−− La escuela segoviana, que como ya vimos se caracteriza por su pórtico sobre arquerías y por
sus torres solemnes (San Millán, San Esteban, San Martín).
−− La escuela de Ávila, al parecer derivada de San Isidoro de León, con la Iglesia de San Andrés.
−− En la Cuenca del Duero encontramos influencias bizantinas y aquitanas, que se ponen de ma-
nifiesto en la importancia que se concede a la cúpula sobre pechinas. Las catedrales de Zamora
y Salamanca presentan cúpulas gallonadas.
−− En Galicia se siguen las características de la Catedral de Santiago.
−− En Soria, al lado de ejemplares románicos puros, como San Juan de Rabanera, o de influencia
francesa, como Santo Domingo, se levantan monumentos que funden el mundo cristiano y
árabe, como las arquerías lobuladas y entrecruzadas de San Juan de Duero (consideradas por
algunos autores como románicas y por otros mudéjar).
−− La fiebre constructiva es un hecho en Castilla. Por poner un ejemplo, sólo en Palencia hay más
de seiscientas iglesias románicas catalogadas.
−− En Cataluña persisten durante el siglo XII formas del primer arte románico (Catedral de la Seo
de Urgel.

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3 La escultura románica
Desaparecida en Occidente la escultura figurada de carácter monumental a la caída del Imperio
Romano, el origen de la gran escultura románica hay que buscarlo en aquellas manifestaciones artís-
ticas donde continúa representándose la figura humana, es decir, en los marfiles y en la orfebrería.
Otra de sus mejores fuentes de inspiración fue la miniatura, donde ya se hacían complicadas com-
posiciones iconográficas que sirven de base para los grandes temas románicos.
Las grandes obras de escultura románica aparecen a finales del siglo XI y principios del XII, cuando la
estructura de la gran iglesia abovedada había alcanzado su pleno desarrollo.

3.1. Evolución

La primera escultura románica muestra ser copia de obras de marfil, metal, telas, etc. Las figuras se
hallan encuadradas por un marco rectangular, sin función arquitectónica alguna por el momento,
colocándose en fachadas o ábsides indistintamente.
En su momento clásico, siglo XII, ya la figura está concebida y definida por su marco arquitectónico,
lo que obliga a variar de canon en los conjuntos y a imprimir movimiento. En el románico de última
época la escultura se caracterizará por su profusión, su riqueza en movimiento y ropajes, con múlti-
ples plegados, olvidando la función arquitectónica.
El relieve románico en sus comienzos es muy plano y las escenas de escasa complicación; los ropajes
son muy ajustados al cuerpo y los plegados se realizan mediante trazos sencillos, paralelos y conven-
cionales. Con el tiempo se va enriqueciendo, se trabaja el alto relieve y, a veces, las figuras aparecen
destacándose del fondo. En la segunda mitad del siglo XII los ropajes se proyectan hacia el exterior
en abundantes y voluminosos plegados que irán creciendo hacia un naturalismo que dará lugar al
Gótico.

3.2. Características generales

El aspecto fundamental de la escultura románica es su carácter decorativo en el sentido de supedi-


tarse a la arquitectura. La escultura está creada para decorar el templo, no como estatuaria exenta.
Por ello la necesidad de adaptar la figura a las proporciones y forma de la superficie arquitectónica
es decisiva en la figura misma. Esto es lo que se denomina «ley del marco»: el marco arquitectónico
engendra la forma y rige la escultura, por ello en ocasiones las figuras adoptan formas extrañas para
acoplarse a esa estructura.
Los dos campos principales de la escultura románica son las portadas y los capiteles (de la iglesia y
del claustro).
En las portadas, la parte donde la escultura adquiere mayor desarrollo es en el tímpano. También
se decoran con escultura las arquivoltas y capiteles de la puerta, a escala más menuda, y las jambas,
con grandes estatuas adosadas a las columnas concebidas con un sentido esencialmente arquitec-
tónico. En ocasiones también se decora el parteluz.
Los capitales se decoran con temas vegetales, animales y figurados, con frecuencia todo ello unido.
Los animales son generalmente de carácter fantástico (dragones, arpías, centauros, grifos, etc.) y tie-
nen su origen en Oriente. Las historias predominantes son de carácter religioso, del Antiguo y Nuevo
Testamento. Pero también se encuentran temas de carácter profano, especialmente en los claustros,
tales como fábulas o escenas de la vida diaria.

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tema 59

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Así pues, en el exterior de las iglesias se exponen los temas explícitos con una finalidad docente y,
generalmente, haciendo alusión al pecado.
En el interior la decoración se centra en los capiteles, con temas referentes al hombre venciendo al
pecado o el hombre tentado por el diablo; también temas evangélicos de carácter ilustrativo.
En los claustros los temas predominantes son los de tipo alegórico: monstruos o pecados de carác-
ter más intelectual, ya que van dirigidos a los frailes.
A continuación relacionaremos los grandes temas iconográfico del Románico con su localización en
los templos. Como decíamos, es en las portadas de las iglesias donde la escultura va a adquirir un
mayor desarrollo. En los tímpanos de las puertas uno de los temas más representados es la visión
del Todopoderoso según se narra en el Apocalipsis, es decir, el Pantocrátor con el Tetramorfos
(símbolos de los cuatro evangelistas) contemplados por los veinticuatro ancianos del Apocalipsis.
Así podemos verlo en la Iglesia de San Pedro de Moissac, en el Languedoc francés (1125).
Otro tema muy representado es el Juicio Final. En el centro aparece el Pantocrátor rodeado por los
símbolos de los evangelistas y ángeles tocando las trompetas para anunciar a los muertos que es el
día del Juicio. Suele estar acompañado por los apóstoles y la Virgen. A la derecha de Cristo se repre-
senta a los justos y a la izquierda a los condenados con el infierno en forma de monstruo.
También suele aparecer el arcángel San Miguel con una balanza para pesar las almas y ver si van al
cielo o al infierno. Este tema lo encontramos en la portada de la Iglesia de San Lázaro de Autún, en
la Borgoña francesa (1130).
En España tenemos un ejemplo interesante en la Catedral de Sangüesa (Navarra), ya del románico
tardío, en la que aparecen los dos temas vistos: la visión de la Gloria y el Juicio Final. Pero también
podemos encontrar representaciones del infierno, como la del tímpano de la Iglesia de Santa Fe
de Conques (Francia, 1140).
Se puede afirmar que es el Románico el que inventa la representación antropomórfica del demonio,
concentrando en sus formas demoníacas toda la fealdad y monstruosidad de que era capaz la ima-
ginación de los hombres, con alguna nota de fantasía oriental.
También podía ser representado por diversos animales: serpiente, dragón, macho cabrío, león cen-
tauro, basilisco, oso, etc. También, y como antes decíamos, aparece la decoración escultórica en
los claustros de monasterios, tanto en los capiteles de las columnas como en los machones de los
ángulos. El tipo de decoración puede ser alegórica, aludiendo al pecado de una forma intelectual,
y puede también ser historiada, narrando escenas bíblicas, como en el claustro de la Catedral de
Gerona.
El claustro del monasterio de Silos, en Burgos, merece ser destacado por ser una obra cumbre del
románico, no sólo español, sino también europeo, y por constituir un ejemplo único de capiteles
alegóricos, así como por la decoración de los cuatro machones de los ángulos.
Tanto la pintura como la escultura románica tienen un fin docente; su intención es comunicar un
mensaje. Por ello la forma es fundamentalmente expresiva.
Resumiendo, el arte es puramente religioso y, por tanto, útil. Los programas iconográficos son ilustra-
ciones de sermones y de textos evangélicos y en ellos entra la alegoría, el simbolismo y la intelectua-
lización. Pero hay que distinguir la escultura y el mensaje de las portadas, que va dirigido al pueblo,
y el arte de los claustros, que se dirige a los monjes ilustrados e iniciados en teología, capaces de
comprender y meditar sobre la alegoría.
Por lo que se refiere a las fuentes iconográficas de donde se toman los temas éstas son: la Biblia,
tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento, los Evangelios Apócrifos, las leyendas aureas y mar-
tiriologios (leyendas sobre santos y mártires), las propias ceremonias litúrgicas y los bestiarios.

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tema 59

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Lo que interesa al autor es el aspecto intelectual no el carácter naturalista, por ello las figuras son
desproporcionadas, sencillas, generalmente alargadas y en dos planos (el de fondo y el que ocupa
la figura) sin ambiente, sin fondos y sin volumen. Pero la figura se integra en una escena. Escenas
donde no existe la perspectiva y donde las figuras se yuxtaponen (se denomina sistema cristalino).
Son imágenes sueltas, compuestas por una serie de figuras que se van leyendo y de este modo se
va completando un mensaje.
Esta escenas aisladas, compuestas por figuras, se integran en un programa. El templo se considera
una totalidad y cada tema tiene un lugar fijo en la iglesia, pero sin un sentido narrativo. Cada escena
es un mensaje y el conjunto de estos mensajes componen un programa, un ciclo iconográfico.
Así, en el camino de Santiago en cada iglesia del recorrido se va explicando una idea, de tal forma
que cuando se llega a Santiago se han ido dando una serie de mensajes que constituyen un conjun-
to completo y armonioso que se relaciona entre sí. Cada iglesia se considera como un sermón en
piedra constituido por un programa iconográfico integrado por diferentes temas que, igualmente,
se relacionan entre ellos.
El camino de Santiago entra por los Pirineos y la primera iglesia que nos encontramos es la Catedral
de Jaca, en cuyo tímpano de entrada aparece la visión de Dios como Trinidad representado en el
Paraíso, y su actuación permanente en la tierra para ayudar al cristiano a vencer el mal y el pecado; es
la alegoría de Cristo como Salvador. Después nos encontramos la iglesia Sangüesa, donde aparece
la visión del Juicio Final y la Gloria. En la puerta del Cordero de San Isidoro de León vemos la idea
de Cristo como víctima de la Muerte, Resurrección y Ascensión del Señor a través de las cuales nos
redimió.
Llegamos a Santiago y en la puerta de las Platerías nos encontramos a Cristo como Dios a través del
tema evangélico de las tentaciones de Cristo; y a Cristo como hombre con escenas de la Pasión, y en
el eje entre estas dos puertas la escena de la Transfiguración, donde se destaca la figura de Santiago
como uno de los apóstoles predilectos de Cristo. De esta forma se le ha ido dando al peregrino una
serie de mensajes básicos para el cristianismo. Existen muchas más iglesias por todo el camino, pero
en general se repiten estos temas.
El tímpano de la catedral de Jaca nos ofrece un ejemplo de hasta qué punto llega el gusto por el
simbolismo en el románico. El centro de la composición lo ocupa un crismón trinitario. Ya sabemos
que el crismón es el monograma de Cristo desde tiempos paleocristianos, y este es trinitario porque
alude al Padre con una P, al Hijo por la cruz y la letra griega X, y al Espíritu Santo por la S. El círculo en
el que están inscritos hacen referencia a la Eternidad, esto es, al triunfo de Cristo sobre la muerte y
el pecado. Se completa con las letra griegas alfa y omega (principio y fin) según la fase evangélica
«Yo soy el principio y el fin». En el interior del círculo aparecen flores que aluden al Paraíso. Nos está
contando la visión de Dios como trinidad en el Paraíso.
El crismón está flanqueado por dos leones que representan a Cristo. Uno de ellos está pisando dos
animales, un aspic y un basilisco, símbolos del mal y la muerte. Con ello nos están explicando cómo
Dios vence al mal y la muerte. El otro león cobija bajo sus patas a un hombre que lleva una serpiente
en la mano, es decir, el hombre que con la ayuda divina puede vencer el pecado y salvarse.
Como vemos, el tímpano se compone de una serie de elementos simbólicos aislados (anagramas y
animales) pero que si sabemos lo que quiere decir a través de un sermón, nos está dando un men-
saje completo. Este tímpano se sitúa dentro de un concepto muy intelectual que va a caracterizar la
primera etapa del románico; ya en el siglo XII va evolucionando y haciéndose más narrativo y más
claro.

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3.3. Escultura Exenta

La escultura exenta se reduce a imágenes del Crucificado y de la Virgen con el Niño. El Crucificado,
como en el mundo bizantino, es el de cuatro clavos, es decir, con los pies clavados separadamente.
Impasible al dolor, presenta el cuerpo derecho y los brazos horizontales. Adopta dos tipos: Cristo en
Majestad, vestido con larga túnica de mangas, y corona, y el Cristo desnudo, cubierto sólo desde la
cintura hasta las rodillas con una faldilla que cae verticalmente. El crucificado románico está vivo y
tiene corona. Los Cristos se realizan en madera, marfil y metal, y suelen estar policromados.
A la Virgen se la representa sentada, de frente, hierática, con el Niño sentado sobre sus rodillas,
igualmente de frente y muy estático, en actitud de bendecir. A veces tiene un libro o una bola que
representa el mundo. Este modelo se denomina Virgen Quiriotisa: es la Virgen como trono del Sal-
vador, sin mantener comunicación alguna entre madre e hijo. Generalmente se realizan en madera
policromada.

3.4. Diferentes escuelas de escultura románica

XX Francia
Es en Francia y en España donde se encuentran los ejemplos más interesantes de escultura románi-
ca. En el románico francés podemos distinguir varias escuelas.
En el Languedoc, concretamente en San Saturnin de Toulouse (Ascensión del Señor) encontramos
el románico puro, todavía sin evolucionar, considerado por algunos como uno de los puntos proba-
bles originarios de la escultura románica.
La obra fundamental se halla en el tímpano de Moissac, con la representación de la visión apoca-
líptica del Pantocrátor con los evangelistas, los ángeles y los veinticuatro ancianos.
En Borgoña destacan los tímpanos de Santa Magdalena de Vèzelay, con el tema de Pentecostés,
y el de San Lázaro de Autún, con el Juicio Final del maestro Gislebertus. Destaca en esta escuela el
movimiento, las figuras más alargadas y flexibles, y una mayor observación de la realidad.
En la escuela de Auvernia sobresale el tímpano de Santa Fe de Conques (Juicio Final), de mediados
del XII.
En Provenza las influencias clásicas son claras, aunque cronológicamente sea la última entre las es-
cuelas románicas francesas. Como ejemplo citaremos San Trófimo de Arlés.
Como claro ejemplo de escultura románica del último estilo de tránsito al gótico tenemos las esta-
tuas-columnas del Pórtico Real de Chartres.

XX Italia
En Italia observamos influencias bizantinas y francesas, interpretadas con un sentido clásico.
En Lombardía destaca la fachada de la Catedral de Módena, del maestro Wiligelmo. En la segunda
mitad del XII trabaja en Parma el mejor escultor italiano, Benedetto Antelami, en su célebre Descen-
dimiento. En Toscana, más ligada a la tradición bizantina, trabaja el maestro Guglielmo (Púlpito de la
Catedral de Pisa) y Guido da Como (Pila Bautismal del Baptisterio de Pisa).
En el Sur de Italia destaca el Trono Episcopal de Bari, también de Wiligelmo de Módena.

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XX Otras escuelas europeas


En Alemania es escasa la escultura monumental. Se continúa la tradición de los talleres de fundición
otonianos, como vemos en las portadas de Augsburgo e Hildesheim. Predomina en los templos la
decoración de tipo vegetal o animada, sin que en su distribución tengan la armonía de lo francés.
En Inglaterra son muy escasos los ejemplos de escultura debido a las características normandas en
la decoración de los edificios, que daban preferencia a los motivos geométricos o vegetales, y que
los monjes de Cluny fueron pronto desplazados por los cistercienses, más partidarios de la sobriedad
en la decoración que los primeros.

XX España
„„ Los primeros ensayos se centran en la región catalana (fines del X y principios del XI). Se trata de
algunos capiteles en Ripoll y San Benet de Bages, o dinteles como el de San Genis les Fonts
(Rosellón).
En la Catedral de Jaca encontramos el Crismón flanqueado por dos animales en el tímpano. Algu-
nos capiteles se relacionan con León y Santiago de Compostela.
„„ En la Meseta se aprecia la influencia de los marfiles cordobeses, que a su vez funden las influen-
cias bizantinas, alemanas y de los Beatos, con dos focos, el leonés (placas del cofre de San Isidoro)
y el de San Millán de la Cogolla (placas del arca de San Millán).
A fines de siglo pertenecen los capiteles de la Capilla de los Reyes de San Isidoro y las portadas
del Cordero y del Perdón.
„„ En Santiago de Compostela la obra fundamental de este período es la Portada de las Platerías,
de influencias jaquesas y de León, en la que según unos autores posiblemente trabajaron cuatro
maestros, y según otros es obra del maestro Esteban. En dicha puerta el programa iconográfico
refiere la doble naturaleza de Cristo y la primacía del apóstol Santiago.
Los seis relieves de los machones angulares y capiteles del claustro bajo de Silos podrían ser de
fines del XI.
„„ Ya en el siglo XII destaca en Cataluña la portada de Santa María de Ripoll y el claustro de la
Catedral de Gerona, donde se advierte la tendencia al naturalismo.
„„ En Aragón encontramos figuras rudas y pequeñas pero de gran fuerza expresiva (claustros de San
Pedro el Viejo y San Juan de la Peña).
„„ En Navarra confluyen influencias aragonesas, francesas y de la Meseta (portada de Sangüesa). Los
relieves, capiteles y tímpanos de San Miguel de Estella son más finos, aunque no tanto como los
de la Meseta. En esta se observa la influencia de los focos leonés, jaqués y compostelano. De 1150
es el friso de Carrión de los Condes, que muestra el barroquismo de la escultura románica, y los
segundos relieves del claustro de Silos.
La escultura monumental de la transición está representada por tres maestros de primerísima cate-
goría: en Oviedo el maestro de la Cámara Santa, en Ávila el maestro de San Vicente, y el maestro Ma-
teo en Santiago de Compostela con su obra del Pórtico de la Gloria, síntesis de la escultura románica
y anuncio de las nuevas formas.

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tema 59

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4 La pintura románica
La pintura románica está vinculada a los interiores porque decora sus muros; también al realizarse
sobre madera sirve para adornar los frontales o partes delanteras de la mesa del altar.
Asimismo, y siguiendo una amplia tradición iniciada con el cristianismo, se utiliza para iluminar códi-
ces y libros, generalmente de tema religioso.
De cualquier modo, los ejemplos más significativos los encontramos en el interior de los templos,
donde se emplea la técnica del fresco para la pintura mural.

4.1. Origen

La pintura románica tiene su origen en la pintura y mosaicos bizantinos de la segunda Edad de Oro,
a la que se une la tradición clásica de Occidente, el arte copto y el arte prerrománico europeo. Todas
estas influencias son indiscutiblemente la base, pero influirán de diferente forma según los países y
sus contactos con estos puntos. También hay que tener presentes las características locales propias
de cada país, sin desvirtuar la unidad estilística que nos va a ofrecer la pintura románica como todo
su arte. Pero la disposición de los frescos en el interior y las características iconográficas de las repre-
sentaciones son claramente de influencia bizantina.

4.2. Localización y temas

Al igual que en escultura, el pintor hace lo que le manda el monje para que el pueblo lea en las pin-
turas el mensaje cristiano. La pintura se destina a la instrucción religiosa de los fieles. Como hemos
visto, pretende representar la idea, por ello las figuras no van a ocupar lugar ni en el espacio ni en el
tiempo; no tienen volumen, son planas, hieráticas, frontales y con los ojos almendrados muy abier-
tos. Los fondos son neutros y no existe la perspectiva geométrica que alude a espacios reales, sino
las perspectivas abatidas y jerárquicas.
Los artistas que realizaban estas pinturas constituían auténticos talleres volantes. Mientras los escul-
tores estaban mucho más sujetos a los lugares de la obra debido a la gran duración de los trabajos,
los pintores realizaban su trabajo en un tiempo muy corto y luego se iban a otro lugar. Por ello las
relaciones e influencias son numerosas incluso entre lugares alejados.
En el interior del templo la idea es decorar la iglesia por completo, pero esto casi nunca se llega a
realizar; se decoran los ábsides o alguna parte destacada, e incluso en la mayoría de las iglesias no se
pinta nada. Esto era debido a la falta de recursos económicos. También es verdad que se han perdido
muchas pinturas, lo que nos da pie para pensar que el número de templos decorados con pintura
era mucho mayor de lo que hoy podemos imaginar.
Las zonas más decoradas son las cabeceras, pero de todos modos se conservan ejemplos com-
pletos. Ya hemos visto cómo el fin de la pintura era adoctrinar al fiel, por lo que la temática es muy
parecida a la de la escultura. Los temas más frecuentes son: en al ábside la visión apocalíptica del
Pantocrátor dentro de la mandorla y rodeado por los símbolos de los cuatro evangelistas, ángeles o
santos. La imagen de la Virgen Quiriotisa, como trono del Señor recibiendo las ofrendas de los Reyes
Magos, puede sustituir al Pantocrátor en el ábside o bien colocarse bajo éste.
También son frecuentes las representaciones de los apóstoles y santos en los muros en forma de
friso, y escenas evangélicas generalmente del Nuevo Testamento. Todo ello puede estar enmarcado
mediante grecas ornamentales a base de flores estilizadas o temas de tipo geométrico.

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tema 59

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La decoración figurativa viene a completar el programa temático de las iglesias. Pero no debemos
olvidar que la pintura no sólo decoraba los interiores de los templos, sino también los exteriores, y
además se pintaban los conjuntos escultóricos, es decir, que capiteles y relieves iban también po-
licromados, consiguiendo así un gran efecto cromático en la iglesia del que hoy es difícil hacernos
una idea.
Con esta policromía, la pintura creaba una luz y un ambiente propicios para el recogimiento. Los
tonos planos y monócromos de los fondos proporcionaban una sensación de aislamiento del exte-
rior, del resto del mundo, que obligaba a los fieles a meditar y, sobre todo, a sentirse dominados por
aquellas figuras y sus mensajes. Esta idea es fundamental para entender la pintura románica.
En Cataluña encontramos uno de los focos más importantes de pintura románica de toda Europa,
tenemos dos ejemplos excepcionales de decoración en pequeñas iglesias de tipo rural, como son
San Clemente y Santa María de Tahull, de la primera mitad del siglo XII (hoy en el Museo de Arte
de Cataluña).

4.3. Características

Así pues, resumamos las principales características de la pintura románica. Destaca por su marcado
carácter simbólico, su claro poder expresivo y la falta de realismo, tendente a la esquematización a
base de composiciones muy sencillas.
Las figuras se realizan con pocos trazos, siempre destacadas por una gruesa línea negra que las
bordea y que sirve como marco al color. El color es plano, donde la luz no entra en juego para
crear volúmenes, se emplean tonos apagados y con una gama poco extensa: ocres, negros,
blancos, rojos y escasamente azules y verdes. Por tanto es una pintura bidimensional, plana, sin
volumen, cuyas figuras aparecen de frente, hieráticas, muy estilizadas y de canon alargado.
No aparece nunca el paisaje como fondo, ni la perspectiva; estos fondos son uniformes, de un sólo
color o bien formando franjas paralelas de diferentes colores. Es una pintura de destacado antina-
turalismo en la concepción de las figuras, en las que destaca lo expresivo frente a la belleza de las
formas, con una clara tendencia a la abstracción tanto en la consecución de las líneas, como en la
aplicación de las masas cromáticas.
La decoración mural se realiza con la técnica del fresco, es decir, extendiéndose los colores sobre
una capa fresca de cal que los absorbe. Esta técnica ha permitido no sólo la mejor conservación de
las pinturas a lo largo de los siglos, sino también, y mediante modernos sistemas de restauración, su
arranque de los muros y su posterior traslado a museos.
También se empleó el mosaico para decorar los templos, pero casi exclusivamente en Italia, por su
mayor contacto con la cultura bizantina.
Por lo que se refiere a la composición, los esquemas románicos aunque son simples, raramente se
valen de figuras geométricas puras (triángulos, pirámides, cuadrados, círculos).
Casi siempre las líneas de construcción están organizadas en conjuntos de forma geométrica com-
pleja. Se trata de una pintura generalmente abierta en su composición, pero estilizada y simplificada
en las figuras, organizada según esquemas repetitivos.
Las figuras han abandonado todos los cánones clásicos. Más atenta a relatar que a decorar, la pintura
románica produce figuras expresivas, utilizando a veces la deformación para acentuar la expresivi-
dad del conjunto, ayudada por un elevadísimo sentido del ritmo.
Hay un capítulo dentro de la pintura románica española que no podemos olvidar: la pintura sobre
tabla para los frontales de altar. Consiste en unas tablas decoradas que servían para colocar en el

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frente de los altares. Sólo aparecen en el área catalano-aragonesa y son un claro antecedente de los
grandes retablos que se realizarán en épocas posteriores. La técnica que se emplea en ellas es el
temple.
La temática va a ser muy variada, dedicada a la Virgen, a Cristo o historias de santos, pero siempre si-
guiendo un esquema compositivo simétrico, muy equilibrado y geométrico, generalmente dividido
en tres calles verticales. Como ejemplos citaremos el frontal de la Seo de Urgel (Museo de Arte de
Cataluña), y el frontal de Aviá (Museo de Barcelona). Los frontales con historias de santos son algo
más tardíos.

4.4. Miniaturas

Las artes decorativas tuvieron un destacado papel en el arte románico siguiendo la tradición de los
siglos anteriores. En un mundo caracterizado por la religiosidad, los talleres de miniaturas fueron
muy frecuentes en los monasterios; en estos centros monacales, en los llamados «scriptoria», se rea-
lizaron numerosas decoraciones de biblias, salterios, hagiografías, e incluso, otros libros de carácter
profano.
Muchos ejemplares aumentaron el tamaño de sus hojas ante la costumbre de colocarlos presidien-
do el altar en las ceremonias litúrgicas; los de formato más pequeño se caracterizaron por ampliar el
número de ilustraciones en relación con el texto. Su temática es similar a la de la pintura mural, pues
esta última se inspiraba en las miniaturas. Ambas manifestaciones artísticas responden a los mismos
planteamientos conceptuales y estéticos. Con respecto a su ejecución, el dibujo y el color se aplican,
a veces, sobre pequeñas láminas de oro adosadas al pergamino.
En España y durante el siglo XI continuó la tradición de la pintura mozárabe llegándose a copiar al-
gunos de los Beatos de la centuria anterior, o realizándose otros como el del monasterio de Silos. La
influencia europea que supuso el Camino de Santiago y el cambio del rito mozárabe por una liturgia
que unificaba a toda la cristiandad renovó también las influencias estilísticas de las miniaturas, más
próximas ahora a los centros franceses. Los lugares más destacados en la iluminación de libros son:
en Cataluña San Pedro de Roda, Ripoll y, sobre todo, Vic; en Castilla es el monasterio de Silos el centro
más activo, y el reino de León se distingue porque en sus territorios se realizaron iluminaciones de
textos de carácter profano como los Cartularios y el libro de los Testamentos de la catedral de Ovie-
do, de la primera mitad del siglo XII, que es un tratado político y jurídico.

4.5. Diferentes escuelas de Pintura románica

XX Francia
En Francia se diferenciaron dos estilos. El primero utiliza tonos claros, destacando las figuras sobre
el fondo, dispuesto en bandas anchas, y conservando todos los convencionalismos de la pintura
románica. Ejemplos son los frescos de la iglesia de la abadía benedictina de Saint Savin, el conjunto
más importante de Francia, en el Poitou, y los de Liget y Montoire.
En la segunda escuela, de influencias bizantinas, destacan las figuras sobre fondo azul oscuro, con
gran riqueza de colorido y detalles decorativos (frescos de Berzè-la-Ville, en Saone-et-Loire). Como
ejemplos del románico alemán citaremos las pinturas murales de Jorge de Oberzell y la iglesia baja
de Schwarzheindorf.
En Italia es clara la influencia bizantina en la zona Sur. En Lombardía son más evidentes los caracteres
generales de la pintura románica.

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XX España
Es en nuestra península donde se encuentran los ejemplares más interesantes de pintura románica.
En Cataluña las más antiguas son las pinturas murales de San Quirce de Pedret. Pero las obras
maestras de la región son las pinturas murales de San Clemente y Santa María de Tahull.
Pese a la importancia de los templos románicos castellanos, su decoración pictórica conocida es
hasta ahora muy escasa. Probablemente haya que esperar a la restauración de los muros para hablar
de esta escuela pictórica, si es que existe. En Castilla trabaja el maestro de Maderuelo, posiblemente
el mismo de Tahull, en Santa Cruz de Maderuelo y San Baudelio, en el interior de un monumento
mozárabe.
El conjunto del Panteón de San Isidoro es de una extraordinaria calidad. El Pantocrátor es una de
las obras maestras de la pintura románica. Se aprecian influencias bizantinas.

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BIBLIOGRAFÍA

BIBLIOGRAFÍA REFERIDA

BOZAL, V.: Historia del Arte en España I. Ed. Istmo. 1978.


CONTI, F.: Cómo reconocer el Arte Románico. Ediciones Tres Torres, 1993.
DURLIAT, M.: El Arte Románico. Editorial Akal.
DURLIAT, M.: España románica. Encuentro Ediciones, 1993.
FOCILLON, H.: La escultura románica. Investigaciones sobre la Historia de las formas. Ed. Akal. Madrid, 1986
GARCIA DE CORTAZAR, J. A.: La época medieval. Alianza Editorial. Madrid, 1988.
MARTIN, J. L., LACARRA, J. M., VALDEON, J. y OTROS: El camino de Santiago. Cuadernos de Historia 16. Núm.
88.
SCHAPIRO, M.: Estudios sobre el románico. Alianza Editorial. Madrid, 1995.
VARELA JACOME, B. y RODRIGUEZ GONZALEZ, A.: Santiago de Compostela. Ed. Everest.

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RESUMEN

El Arte Románico

1. Coordenadas Históricas 2.4. Diferentes escuelas de arquitectura


Se considera el Románico como el primer estilo internacional
románica
de la cultura occidental. Se extiende desde el siglo XI hasta el
XII, y en algunos lugares hasta el XIII. XXFrancia
Una serie de circunstancias históricas fueron creando con- „„ En Borgoña: Cluny.
diciones favorables para la renovación de la vida artística en „„ En Normandía: abadía Mont Saint Michel.
siglo XI: la existencia de una mayor estabilidad política, el de-
„„ En Poitiers, Angulema y Perigueux: influencias bizantinas.
sarrollo y crecimiento económico, y la reforma de las institu-
ciones religiosas. „„ En Provenza: San Trófimo de Arlés.

XXItalia
„„ En Lombardía: San Ambrosio de Milán.
2. Arquitectura románica „„ En Toscana: Pisa.

XXAlemania
2.1. Evolución
„„ Influencias lombardas, francesas y otonianas.
„„ Primer Románico (1000-1075). „„ Las construcciones más significativas: Santa María de Laa-
„„ Románico Pleno (1075-1150). ch, catedrales de Spira y Maguncia.
„„ Románico Tardío (segunda mitad del siglo XII).
XXInglaterra
„„ Está relacionada con la Escuela Normanda.
2.2. Elementos arquitectónicos
„„ Destacan las catedrales de Peterborough, York, Canterbury
La aportación arquitectónica es lo fundamental del estilo ro- y Durham.
mánico. Los principales elementos son:
XXEspaña
„„ Plantas: cruz latina rematadas en ábside.
Arquitectura española románica del siglo XI:
„„ Predominio del macizo sobre el vano.
„„ Columnas que olvidan las proporciones clásicas. „„ Cataluña: San Pedro de Roda, Monasterio de Sant Martín
de Canigó, San Vicente de Cardona.
„„ Pilares compuestos.
„„ Pirineo aragonés: Catedral de Jaca.
„„ Bóveda de cañón con arcos fajones, de arista, de cuarto ca-
ñón y de cuarto de esfera. „„ León: Panteón Real de San Isidoro.
„„ Contrafuertes en el exterior. „„ Galicia: Santiago de Compostela.
„„ Arco de medio punto. „„ Palencia: San Martín de Frómista.
„„ Puertas: arquivoltas, tímpano y parteluz. Siglo XII:
„„ Escuela Segoviana: San Millán, San Esteban, San Martín.
2.3. Tipos de construcciones „„ Ávila: San Andrés.
„„ Cuenca del Duero: Catedrales de Zamora y Salamanca.
2.3.1. Construcciones religiosas „„ Soria: San Juan de Rabanera, Santo Domingo, San Juan de
Duero.
„„ Las iglesias de peregrinación. „„ Cataluña: Catedral de la Seo de Urgel.
„„ Las iglesias basilicales.
„„ Las iglesias de tipo rural.
„„ Los monasterios.
3. La escultura románica
2.3.2. Construcciones civiles
„„ Palacios. 3.1. Evolución
„„ Castillos. En el siglo XII ya la figura escultórica está concebida y defini-
da por su marco arquitectónico, lo que obliga a cambiar de
canon en los conjuntos.
El relieve románico con el tiempo se va enriqueciendo.

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3.2. Características generales „„ La decoración figurativa viene a completar el programa te-


mático de las iglesias.
La del marco es una de las principales que rigen la escultura Localización:
románica: el marco arquitectónico engendra la forma y rige
la escultura. „„ En el interior del templo se decora alguna parte destaca-
da.
Los dos campos principales son las portadas y los capiteles,
habitualmente decorados con relieves narrativos. „„ También se decoraban los exteriores, y capiteles y relieves
también iban policromados.
La escultura en este sentido tiene carácter docente.

4.3. Características
3.3. Escultura Exenta
„„ Las figuras son planas e hieráticas, frontales y con los ojos
Se reduce a imágenes del Crucificado y de la Virgen con el
almendrados muy abiertos.
Niño.
„„ No existe la perspectiva geométrica, ni los fondos paisajís-
ticos.
3.4. Diferentes escuelas de escultura „„ Están carentes de realismo y son tendentes a la esquema-
románica tización.
„„ Son representaciones jerárquicas, que buscan un carácter
Los ejemplos más interesantes de escultura románica se en-
simbólico.
cuentran en:
„„ Francia: San Saturnin de Toulouse, Tímpano de Moissac,
San Lázaro de Autún, Santa Fe de Conques, San Trófimo de
4.4. Miniaturas
Arlés, Pórtico Real de Chartres. Su temática es similar a la de la pintura mural y ambas mani-
„„ Italia: Fachada de la catedral de Módena, púlpito y baptis- festaciones responden a los mismos planteamientos concep-
terio de Pisa, Trono Episcopal de Bari. tuales y estéticos.
„„ Otras escuelas europeas: Alemania e Inglaterra. Los lugares más destacados en la iluminación de libros son:
„„ España: Tímpano de Jaca, Portada de las Platerías, Santo „„ Cataluña: San Pedro de Roda, Ripoll y Vic.
Domingo de Silos, Portada de Sangüesa, Maestros de Tran- „„ Castilla: Silos.
sición.

4.5. Diferentes escuelas de Pintura


románica
4. La pintura románica
XXFrancia: Se diferencian dos estilos:
4.1. Origen „„ Utilización de tonos claros, destacando las figuras sobre el
La pintura románica recibe influencias sobre todo bizantinas, fondo.
clásicas, coptas y prerrománicas. „„ Escuela de influencia bizantina, destacan las figuras sobre
fondo azul oscuro.

4.2. Localización y temas XXEspaña:

Temas: „„ En Cataluña destacan: San Quirce de Pedret, San Clemente


y Santa María de Tahull.
„„ Al igual que en la escultura, la pintura se destina a la ins-
trucción religiosa de los fieles, por lo que son frecuentes las
escenas evangélicas del Nuevo Testamento.

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