MARCEL ROCHE
Dedicó buena parte de su vida al quehacer científico. Hijo del reconocido urbanista Luis
Roche y de Beatrice Dugand, fundó distintas instituciones científicas y fue uno de los
primeros galenos del país en darle carácter humanitario a las investigaciones clínicas. Su
labor lo hizo merecedor de más de 60 premios en Venezuela y el mundo. De origen francés,
Roche nació en Caracas el 15 de agosto de 1920.
Marcel Roche, inspirador, promotor y Director Fundador de Interciencia falleció a los 82
años de edad. Fue una de las más relevantes personalidades del mundo de la ciencia en su
país, Venezuela, y en toda Latinoamérica.
Roche es reconocido y será recordado como uno entre los más importantes hombres de
ciencia venezolanos del siglo XX por sus contribuciones fundamentales al estudio del bocio
endémico y su erradicación, al conocimiento de la etiopatogenia de la necatoriasis, y a la
consolidación del campo de la historia y sociología de la ciencia.
Es reconocido y será recordado como pilar fundamental de la organización y gestión de la
ciencia y la tecnología en su país, por su papel en lo que fue el refugio de la ciencia
venezolana perseguida durante la dictadura perezjimenista de los años 50, y por su
participación en la estructuración y conducción inicial del Instituto Venezolano de
Investigaciones Científicas (IVIC) y del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y
Tecnológicas (CONICIT), de los cuales fue Director y Presidente Fundador. Allí estableció
hitos tales como la dedicación exclusiva a la investigación, la democracia interna y la
clasificación por pares, enfatizó la calidad por encima de todo y esgrimió el estandarte de la
ciencia básica como forma de cultura y base para la formación de científicos y tecnólogos.
Es reconocido y será recordado como uno de los impulsores de la cooperación científica
en las américas, por su participación activa en los programas de cooperación de la
Organización de Estados Americanos (OEA) y la Universidad de las Naciones Unidas, así
como por el establecimiento y conducción de la Asociación Interciencia, concebida para
propiciar la unión de las comunidades científicas de toda la América.
Interciencia, su revista, debe su existencia a su entusiasta y tenaz dedicación a la difusión
de la ciencia y el pensamiento, y a la comunicación y cooperación entre los hombres de
ciencia, convencido de que la región y sus lenguas requieren de una plataforma del más alto
nivel posible, manejada según los parámetros de excelencia utilizados por las publicaciones
científicas en los países más avanzados.
Quienes tuvimos el enorme privilegio de conocerlo, de compartir y trabajar con él, y
aprender de Marcel, como se hiciera llamar los últimos 20 años de su vida el hombre que
antes fue siempre el Dr. Roche, lo tendremos presente en la memoria como el amigo
extraordinariamente culto, sencillo, bondadoso y alegre que fue en vida. Como aquel que
siempre ayudó a los jóvenes científicos, y los dejó crecer.
Además de una sólida educación en Francia y estudios de Medicina en los Estados
Unidos, Marcel tuvo una temprana e impresionante formación enciclopédica. Versado en
arte, disfrutó toda su vida de lo bello y practicó sin mezquindad el mecenazgo. Escritor de
pluma ágil y amena, fue un lector de inmensa avidez, desarrolló un profundo conocimiento
de la literatura, y su prodigiosa memoria le permitía recitar poemas completos y cantar
canciones medievales, así como las traviesas canciones estudiantiles de su juventud.
Apasionado de la música académica de todos los estilos, gozó y practicó con entusiasmo la
música de cámara y la dirección coral.
Marcel irradiaba a sus interlocutores, junto a su vasta cultura, una profunda visión y
convicción humanista, y una firme creencia en el hombre, las mismas que lo llevaron a
activar en movimientos antibelicistas como el Pugwash. Enarboló la excelencia como piedra
fundamental para el progreso de la ciencia y la formación de las nuevas generaciones, en
beneficio de los pueblos.
A su esposa Flor, colaboradora de toda la vida de Interciencia, a Beatriz Fair, Gerente
Editorial fundadora de la revista, colaboradora y amiga, y a todos sus familiares y tantos
amigos, lleguen nuestras palabras de amistad y cariño. Juntos lo recordaremos siempre y
continuaremos su obra, tratando de hacer nuestra la frase con que tituló uno de sus volúmenes
de ensayos: "Mi Compromiso con la Ciencia".
JOSÉ MARÍA VARGAS
Nace en La Guaira (Edo. Vargas) el 10.3.1786
Muere en Nueva York (Estados Unidos) el 13.7.1854
Fue médico cirujano, científico, catedrático y rector de la Universidad de Caracas, además
de político, escritor y presidente de Venezuela. Su presidencia es recordada como la primera
ejercida por un civil y opositor al gobierno anterior. En ese sentido se aspiró a reforzar la
institucionalidad del país a través de un hombre no proveniente del mundo militar. Hijo de
José Antonio de Vargas Machuca y Ana Teresa Ponce. En 1798, ingresó en la Universidad
Real y Pontificia de Caracas, graduándose de bachiller en filosofía el 11 de julio de 1803.
Obtuvo sus grados de bachiller, licenciado y doctor en medicina en el año de 1808.
Al terminar sus estudios médicos se trasladó a Cumaná, donde vivió hasta 1812; lapso en
el que se incorporó al Supremo Poder Legislativo de Cumaná (1811) en el contexto del
movimiento independentista venezolano. Cuando ocurrió el terremoto del 26 de marzo de
1812, Vargas quien se encontraba en La Guaira, prestó destacados servicios como médico y
hombre público a la comunidad de su ciudad natal. Después de su destacada participación
tras los sucesos del terremoto de 1812, Vargas regresó a Cumaná para dedicarse a sus labores
médicas. Al llegar el jefe realista, Juan Francisco Javier Cervériz, a Cumaná, redujo a prisión
a todos los que habían formado parte del Poder Legislativo, incluyendo a Vargas quien fue
enviado a las bóvedas de La Guaira donde permaneció hasta comienzos de 1813 cuando fue
liberado. A fines de ese año se embarcó con destino a Europa, con el propósito de
perfeccionar sus conocimientos médicos y quirúrgicos en Edimburgo. En tal sentido, durante
este tiempo cursó estudios de cirugía, química, botánica, anatomía y odontología. Asimismo,
en esta época fue incorporado en Londres como miembro del Real Colegio de Cirujanos.
De regreso al continente americano en 1819, se estableció en la isla de Puerto Rico, ya
que en este lugar se encontraban refugiados sus hermanos y su madre, quienes habían huido
de la cruenta guerra de Independencia venezolana. En Puerto Rico desarrolló una importante
labor profesional y científica, escribiendo numerosos trabajos y colaborando además con la
Junta de Sanidad de la isla. En 1825, decidió regresar y establecerse en Venezuela de manera
definitiva. Desde su llegada se dedicó de inmediato al ejercicio de su profesión,
incorporándose además a la Universidad de Caracas como profesor de Anatomía. En 1827,
después de la reorganización de dicha universidad por el Libertador, fue electo rector el
primer médico en ese cargo, como ya lo permitían los nuevos estatutos. Es a partir de esta
época, cuando Vargas recibió el reconocimiento y el respeto de diversos sectores de la
sociedad caraqueña, debido a su exitosa labor administrativa, gracias a la cual consiguió
poner al día las cuentas de la universidad. Por otra parte, además de sanear las rentas de la
universidad, se dedicó a reorganizar las diversas facultades, crear nuevas cátedras, a las
reparaciones físicas de los salones, a la organización de bibliotecas, y a relacionar la
universidad con otros planteles. En consecuencia, al término de su desempeño como rector, la
universidad se convirtió en un modelo de eficacia administrativa y en un prestigioso centro
de estudios.
Como profesor de anatomía, inauguró las disecciones de cadáveres, procedimiento que era
sumamente novedoso para la época, lo que le confirió extraordinaria reputación como
docente. En 1827 fundó la Sociedad Médica de Caracas, con la cual se comenzaron a
practicar reuniones científicas en el país. Durante este período desarrolló además una amplia
labor de investigación en el área botánica, que le llevó a establecer relaciones con hombres
notables de esta ciencia en el mundo entero. Como ejemplo de esta circunstancia, tenemos
que De Candolle, uno de los más grandes botánicos de la época, bautizó algunas plantas con
el nombre de "Vargasia" en homenaje a los trabajos realizados en la materia por Vargas. En
1829, al ser fundada en Caracas la Sociedad Económica de Amigos del País, Vargas fue
designado su primer director. Una vez concluido su rectorado, Vargas se dedicó de lleno a la
instrucción, fundando en 1832 la cátedra de Cirugía. Por otra parte, simultáneamente con sus
actividades científicas y educativas, Vargas tomó parte en las actividades políticas, asistiendo
al Congreso Constituyente de 1830, donde desplegó una gran actividad en las comisiones de
trabajo, en las sesiones plenarias y en muchas oportunidades salvó su voto al estar en
desacuerdo con algunos planteamientos del Libertador, lo que no obstante, no le impidió ser
nombrado ese mismo año como albacea testamentario de Bolívar.
TORREALBA, JOSÉ FRANCISCO
Santa María de Ipire (Edo. Guárico) 16.6.1896 - Caracas 24.7.1973
Médico, investigador científico, escritor. Hijo de Tereso Torrealba y de Ana María
González Sánchez. Cursó sus primeros estudios en escuelas particulares de Santa María de
Ipire y San Diego de Cabrutica, después de lo cual se trasladó a Zaraza para cursar los
estudios secundarios en el Colegio San Gabriel y en el Colegio Federal (1910-1916). En 1917
viajó a Caracas para iniciar estudios de medicina en la Universidad Central de Venezuela,
institución que le otorgó el título de doctor en ciencias médicas (1923), mención Summa
Cum Laude. Conviene mencionar algunos de sus profesores para entender su interés por el
ejercicio de la medicina y de la investigación científica: José Gregorio Hernández, Francisco
Antonio Rísquez, Luis Razetti, José Izquierdo, Domingo Luciani y otros.
En 1924 se le designó director del asilo de enajenados de Caracas, hoy Hospital Municipal
Psiquiátrico, donde estableció una serie de cambios que lo convirtieron en uno de los
iniciadores de la práctica psiquiátrica moderna en Venezuela. Allí introdujo los diagnósticos
psiquiátricos, mejoró la asistencia médica y propició la tolerancia y comprensión hacia los
pacientes. En 1928 se trasladó a Alemania para realizar estudios en la Escuela de Medicina
Tropical de Hamburgo, los cuales tuvo que suspender al poco tiempo por motivos de salud.
De regreso a Venezuela se radicó en su estado natal ejerciendo como médico rural en Santa
María de Ipire (1929-1932), Zaraza (1932-1943) y San Juan de los Morros (1943-1973).
Como docente regentó las cátedras de Química Orgánica, Psicología y Biología en el
Colegio Federal de Zaraza (1943). Otros cargos desempeñados fueron los de médico de la
Penitenciaría General de Venezuela (1943-1947) y director del Centro de Investigaciones
sobre la enfermedad de Chagas (1948-1973), ambos en San Juan de los Morros. Como
médico e investigador, Torrealba se interesó por diagnosticar, experimentar y tratar
numerosas enfermedades: anquilostomiasis, bilharzia, paludismo, leishmaniasis, lepra, buba,
gastroenteritis, sífilis, tripanosomiasis o mal de Chagas, cáncer, etc. Mención especial merece
su contribución para detectar, tratar y erradicar el llamado mal de Chagas en Venezuela.
En 1934 aplicó por primera vez en el mundo, el método xenodiagnóstico ideado por el
científico francés Emile Brumpt, como una prueba de despistaje de dicha enfermedad. En
1949 publicó y distribuyó gratuitamente una Cartilla antichagásica, resumiendo los aspectos
generales de la enfermedad, señalando los lugares que la padecían y proponiendo medidas
urgentes para erradicarla. También son originales sus investigaciones, a partir de 1960, para
mitigar y frenar la evolución del cáncer a través de una vacuna acuosa preparada según el
método del científico ruso Filiatov, el cual consiste en la utilización de parásitos de Chagas
exterminados.
Como escritor Torrealba fue autor de unas 150 publicaciones entre libros, folletos,
capítulos de obras colectivas, prólogos, traducciones y artículos. Cabe señalar que muchos de
esos trabajos fueron preparados contando con la colaboración de otros autores. Además de
los temas propios de su profesión y de sus investigaciones científicas, escribió sobre
cuestiones sociales y humanísticas, siempre en un tono crítico, buscando y proponiendo
soluciones a los problemas más graves del país. Perteneció a numerosas corporaciones
científicas de Venezuela y del exterior.
Como homenaje póstumo a su labor varias instituciones educativas, sanitarias y científicas
del país llevan su nombre. Igualmente existe el premio José Francisco Torrealba otorgado por
3 instituciones diferentes: Colegio de Médicos del estado Guárico, Universidad Simón
Bolívar y Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (Conicit).
REFERENCIA BIBLIOGRAFICA
https://ve.scielo.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0378-18442003000500001
https://www.venezuelatuya.com/biografias/vargas.htm
https://bibliofep.fundacionempresaspolar.org/dhv/entradas/t/torrealba-jose-francisco/
#:~:text=Como%20m%C3%A9dico%20e%20investigador%2C%20Torrealba,de%20Chagas
%2C%20c%C3%A1ncer%2C%20etc.