PROFESORES EN (LA) CRISIS - Final
PROFESORES EN (LA) CRISIS - Final
Nicolazzo Marcela
Profesores en (la) crisis. Duelos por identidades que no son.
1ra. Ed.. Don Torcuato. Autores de Argentina. 2013.
E-Book
ISBN 978-987-1791-89-7
1. Educación. I. Título
CDD 370
2
PROFESORES EN (LA ) CRISIS.
DUELOS POR IDENTIDADES QUE NO SON1
Marcela Nicolazzo*
*Marcela Nicolazzo es Prof. y Lic. En Ciencias de la Educación (UNLZ), Especialista en Gestión Educativa (MEN),
Magister en Ciencias Sociales con mención en Educación (FLACSO). Actualmente se desempeña como Prof.
Adjunta en la Facultad de Ciencias Sociales de la UNLZ y como Inspectora de Enseñanza de la DGCyE, e integra
el Comité Académico del Instituto de Currículum y Evaluación de la UNLZ.
1
Este texto se basa en la Tesis de Maestría en Ciencias Sociales con mención en Educación, FLACSO, cohorte
1999-2001. Directora de Tesis: Dra. Inés Dussel.
3
INDICE
2 – SUJETOS E IDENTIDADES 16
Profesor. 73
Vocación? 74
4
3.3.3. El Buen Profesor ¿Es o Se Hace? 75
LÓGICA LIBERAL. 83
SEGURIDAD 86
5
Profesores Y Estado 129
BIBLIOGRAFÍA
6
“El hombre se hace de deshacerse: no hay más que el riesgo, lo
desconocido que vuelve a comenzar. El hombre se dice de desdecirse: en el
gesto de borrar lo que acaba de ser dicho para que la página siga estando
en blanco. Frente a la autoconciencia como reposo, como verdad, como
instalación definitiva en la certeza de sí, aprende la atención a lo que
inquieta, recuerda que la verdad suele ser un arma de los poderosos y
piensa que la certidumbre impide la transformación. Piérdete en la
biblioteca. Ejercítate en el escuchar. Aprende a leer y a escribir de
nuevo.” (continúa en la última página de este trabajo) (Larrosa, J. En Déjame que te
cuente, pág. 218)
7
INTRODUCCION
Leyendo textos
Un propósito fundamental del presente texto es construir una narrativa, un discurso, acerca de los
profesores, a partir de los relatos que ellos han construido sobre su biografía. Esto que parece un
juego de palabras, lo es. El trabajo que presento tiene como uno de sus soportes teóricos el valor
de la palabra producida por sujetos y constituyente a la vez de los mismos. Hablar del juego de las
palabras es hablar de la puesta en juego de identidades. No es hablar de lo que se dice, con una
connotación de superficialidad, sino hablar de lo que se es o, con mayor rigor, lo que se está siendo,
porque con las palabras del presente se resignifica el pasado y se anticipa el futuro.
Antes de comenzar a pensar este trabajo, ya tenía cierto discurso acerca de los profesores. Porque
tuve profesores, porque conozco profesores, porque soy profesora. Porque escuché, leí, hablé y
escribí acerca de ellos. Esas historias previas fueron mi primera conexión con estos profesores
concretos que con tanta buena disposición se relataron a sí mismos.
Escuché a cada uno de los entrevistados entre el 2001 y el 2003. Los volví a escuchar cuando
desgrabé las entrevistas. Después los leí para buscar otros sentidos a sus discursos en función de
las ideas que yo también iba reconsiderando. Había que leerlos también teniendo en cuenta las
variables de todo aquello que nos había pasado en esos dos años como sociedad.
Hay mucha distancia temporal entre las primeras y las últimas entrevistas realizadas. Años después
del comienzo me pregunto si hoy los entrevistados volverían a decirme algunas cosas que me
dijeron. Me contesto que no. Quizás yo hubiera hecho cosas diferentes, porque también he
cambiado de lugares, he tomado decisiones personales y profesionales. He cambiado. Siempre es
probable que cambien las preguntas y las respuestas; con mayor o menor rapidez las
representaciones se van reconfigurando y aquello que yo interprete hoy sobre dichos pasados
pecará de impreciso o parcial. Pero aprendí que esas son las reglas de juego. La única precaución es
8
explicitar todas las variables que uno reconoce en la construcción del conocimiento, para poner
sobre aviso a los lectores acerca de la dinámica de las producciones sociales.
Yo soy lectora de los textos de mis entrevistados, ellos y otros serán lectores de mi texto. A esta
altura entendí que más allá de la intencionalidad del que enuncia, el significado del texto es, en
definitiva, una producción del lector.
Sé que como investigadora formo parte del discurso que produzco, y no sólo porque construyo
información según la direccionalidad que me proporciona mi marco conceptual, sino porque mis
elecciones teóricas y metodológicas tienen las huellas de mi propia biografía. Es por eso que en este
trabajo se pretende una aproximación más evidente al diálogo que todo investigador tiene con su
obra, y se incluyen:
• En algunos apartados, fragmentos autobiográficos con los que comencé a pensar el problema de
investigación, además de mi propia palabra intentando construir sentidos a lo largo de todo el
texto.
• Las palabras de los otros sujetos con los que he dialogado directamente.
• Los diálogos que he mantenido con algunas tensiones y mandatos históricos.
• Con todo esto, he llegado a algunas interpretaciones, a algunos interrogantes, a algunas nuevas
conjeturas, a algunos aportes al conocimiento sobre los profesores.
Todo el tiempo me pregunté qué quería hacer con lo hablado con los profesores, para no perder de
vista mi objetivo: construir una narrativa a partir de cada una de las suyas. Por lo tanto, no debía
usar sus palabras para comprobar lo que yo creía saber de antemano, ni describir sus relatos de
forma redundante como dejándolos hablar por sí mismos. El desafío era interrogarnos mutuamente,
para animarnos a pensar y a decir otras cosas. Porque sus palabras, aún aparentemente
cristalizadas en un papel, siguen hablándome y proponiéndome ideas. Y también sé que sigo haciendo
hablar a sus discursos ya dichos.
Quizás algunos entrevistados se sientan identificados con las interpretaciones y conclusiones que
me provocaron, y hasta los ayude a profundizar sus reflexiones. Otros posiblemente sientan que no
9
quisieron decir tal cosa... Pero la reflexión puede iniciarse o continuarse también en esa
contradicción. De eso se trata, de que sigamos dialogando, de atrevernos a disentir, de reconocer
aquello que nos cuesta aceptar de nosotros mismos.
Si la identidad es búsqueda, que no nos asuste la crisis, mientras tengamos deseos de buscar algo.
Si la identidad es dinámica, posicional, estratégica, conflictiva, lo único que nos puede otorgar
cierta seguridad y estabilidad es nuestra memoria, nuestra conciencia de los cambios, de lo que
hemos podido hacer con las propuestas de la vida.
10
CAPÍTULO 1:
dimensiones: económica, social, política, cultural, educativa. Los sistemas educativos han entrado en
y laboral, ha impactado particularmente en el nivel medio de enseñanza, el cual está sufriendo una
Considerando estos cambios, resulta relevante producir nuevas interpretaciones referidas a los
profesores y su constitución como tales, en tanto son ellos quienes deben seguir siendo y seguir
haciendo en el marco de instituciones que están llamadas a funcionar con nuevas reglas de juego y,
fundamentalmente, con una dinámica diferente de inclusión y de exclusión.
exclusiones, fueron tomando cuerpo algunos interrogantes: ¿Cómo articulan2 los profesores los
sentidos históricos construidos en torno al nivel medio y al profesorado? ¿Qué pasa con la
identidad de los profesores? ¿De qué inclusiones y exclusiones dan cuenta sus discursos?
En Argentina, es importante analizar estos problemas a la luz de las características propias que han
tomado con el proceso de descentralización de las instituciones del nivel medio a comienzos de los
’90 y la posterior reestructuración del nivel con la sanción de la Ley Federal en el ’93. La Prov. de
Buenos Aires ha sido una pionera en la implementación de la Ley Federal, y dentro de ella el
conurbano tiene una complejidad que lo hace particularmente interesante para el análisis3.
2
El concepto de articulación es tomado de Laclau, y alude a toda práctica que establece una relación tal entre elementos que
la identidad de estos resulta modificada como resultado de esa práctica.
3
Esta complejidad específica se refiere a características del conurbano bonaerense en cuanto a condiciones más objetivas y
otras simbólicas, como ser: la representación histórica del conurbano (junto con la Ciudad de Buenos Aires) como espacio de
realización profesional; la representación actual del conurbano como espacio de comportamientos violentos y de la escuela
11
Por esto, el problema que ha orientado mi trabajo puede ser formulado de la siguiente forma: ¿Qué
¿Cómo se configura la identidad de los profesores? ¿Cómo inciden los discursos históricos en torno
a la escuela media en la configuración de la identidad del nivel y el profesorado? ¿Cómo
experimentan los profesores la lógica política, sociocultural y económica de los ’90? ¿Qué nuevos
sentidos se construyen en torno al nivel y a los profesores a partir de los procesos de
transformación educativa de los ’90, especialmente la escisión y reconfiguración del histórico nivel
medio con la constitución del Tercer ciclo de EGB y el Polimodal? ¿Cuál es la influencia en la
construcción de la identidad docente del sector sociocultural de la matrícula con la cual se trabaja
y su propia condición sociocultural? ¿Cuáles son las nuevas inclusiones y exclusiones?
cuestión teórica acerca de la identidad, la historia del nivel medio en cuanto a la formación de
sociales, políticas y culturales, con sus consecuentes cambios en los procesos formativos de
subjetividades e identidades.
Los debates actuales acerca de las identidades se ponen en juego especialmente entre posturas
“esencialistas” y “antiesencialistas”, pero han tenido poco impacto en las reflexiones sobre la
sociedades. El nivel medio, en los orígenes del sistema educativo, tuvo el papel específico de formar
como lugar de "contención de conflictos sociales"; la matrícula escolar en términos cuantitativos; la diversidad de modalidades
12
elites, y sufrió los impactos de los diferentes escenarios sociohistóricos de los cuales formó parte
y en los cuales la función original se fue resignificando. Resulta necesario identificar y entender
momentos de crisis de las funciones de la escuela en general y del nivel medio en particular, en
tanto los procesos de cambio educativo debieron incidir en la identidad de los profesores.
Dialécticamente, esta incidencia en la identidad tiene correlatos en la práctica, la cual nos remite a
marcan un hito en las percepciones acerca de la identidad docente. Tanto en los ámbitos escolares
como fuera de ellos se instala con intensidad la reflexión acerca de las funciones de cada nivel de
enseñanza y de cada sujeto docente. Son los profesores del nivel medio los que sufren el mayor
exigencia que todo cambio provoca, sino fundamentalmente desde un sentimiento de pérdida:
institucionales. Resulta valioso relevar discursos de profesores, ya que los mismos dan cuenta en
alguna medida del proceso que están experimentando. Estos discursos merecen ser tenidos en
cuenta porque junto con sus prácticas, experiencias, pensamientos y sentimientos intervienen en su
Es por ello que el objetivo fundamental ha sido indagar, a partir de la perspectiva de profesores,
cuáles son las inclusiones e exclusiones vinculadas al nivel medio que se articulan en la configuración
de su identidad, considerando especialmente los cambios producidos en el nivel a partir de los ‘90.
A su vez, la consecución de este objetivo se orientó con dos tipos de acciones: por un lado,
reconstruir a partir de su propia perspectiva discursos en torno a la escuela media, las inclusiones y
exclusiones que los mismos han propiciado y su importancia en la configuración de identidades en el
nivel medio; por otro, pero complementariamente, explorar cómo han experimentado profesores del
conurbano bonaerense los cambios sociales en general y los específicamente educativos de los ’90.
institucionales en espacios geográficos reducidos; el desplazamiento de profesores por varios establecimientos, entre otros.
13
Un mayor conocimiento acerca de la identidad de los docentes del nivel puede contribuir tanto a la
consideración de distintas experiencias formativas con las que el profesor “llega a ser lo que es”
como a la revisión y/o proyección de políticas de formación inicial y capacitación en servicio. A los
profesores puede aportarles un discurso que les permita repensar algunos componentes de la
“La voz es el sentido que reside en el individuo y que le permite participar en una
comunidad... La lucha por la voz empieza cuando una persona intenta comunicar sentido
a alguien. Parte de ese proceso incluye encontrar las palabras, hablar por uno mismo y
sentirse escuchado por otros...La voz sugiere relaciones: la relación del individuo con el
sentido de su experiencia (y por tanto, con el lenguaje) y la relación del individuo con el
otro, ya que la comprensión es un proceso social” (Brizman, en Déjame que te cuente,
pág.20)
Este estudio se desarrolló con carácter cualitativo y exploratorio, y como tal indagó las
articulaciones que surgen de los discursos docentes con la intención de aportar alguna línea de
interpretación acerca del problema pero sin pretender generalizar las conclusiones.
La estrategia fundamental para el estudio de la identidad de los profesores fue la narrativa de los
relación que se establece entre investigador y profesores, el “juego de creencias” que se construye,
las voces que participan, el tipo de participación del investigador y su propio relato, son elementos
La razón principal para el uso de la narrativa es que los seres humanos somos contadores de
historias y vivimos vidas relatadas. “El estudio de la narrativa es el estudio de la forma en que los
seres humanos experimentamos el mundo. De esta idea general se deriva la tesis de que la
4
Larrosa, J. Y otros, Dejame que te cuente. Ensayos sobre narrativa y educación. Laertes-Psicopedagogía. Barcelona, 1995.
14
educación es la construcción y re-construcción de historias personales y sociales; tanto los
profesores como los alumnos son contadores de historias y también personajes en las historias de
los demás y en las suyas propias.” (Connelly y Clandinin, 1995, pág. 11)
Una buena narrativa no debe sobrevalorar los criterios de fiabilidad, validez y generalización, sino
más bien debe orientarse por la claridad, la verosimilitud y la transferibilidad 5. Es importante que
en la investigación narrativa se evite la “ilusión de causalidad”: suele ocurrir que una serie de
eventos mirados hacia atrás proporcionen la apariencia de una necesidad causal, y que mirados hacia
materiales, puede tender a esta ilusión interpretativa, pero debe tener presente que el tiempo de la
historia no es el tiempo del discurso: hay que diferenciar entre “los eventos tal-como-son-vividos y
narrativa, no se trata de causalidad, sino de una explicación que deriva de la totalidad. Esta
recuperar, al mismo tiempo, el detalle significativo, la particularidad. Las historias deben funcionar
para hacernos comprender problemas que atraviesan a distintos sujetos, a partir de comprender
una vida concreta o una comunidad tal como están vividas. El investigador debe tener muy clara esta
tarea desde el comienzo. También es necesario tener en cuenta que los criterios propios de una
investigación narrativa conllevan riesgos y abusos. Puede ocurrir que se termine relatando
“ficciones”, o que se construya una narrativa que acaba bien, que “cierra” y se autojustifica. Hasta
aquí, es también lo que puede ocurrir con cualquier metodología elegida. Pero el punto es que la
narrativa como método debe tener la capacidad de traer experiencias de vida, personales y
sociales, de modo relevante y con sentido, con lo cual también debe interpretar (sugieriéndoselo al
todo momento: se siguen recogiendo distintos datos a lo largo del proceso, con diferentes fuentes,
se continúa dialogando con los relatos de los entrevistados, se cruzan con las propias experiencias,
se plantean otros interrogantes que en su momento no surgieron, de forma tal que orienten
interpretaciones más claras o, al menos, manifiesten puntos de conflicto en ese desfasaje temporal
5
Idem
15
Las entrevistas no estructuradas fueron instrumentos claves. Comenzaron con un interrogante o
pedido que operó como disparador, lo suficientemente amplio como para iniciar un relato
biográfico, dentro del cual, a su vez, se pueden identificar diferentes historias. El contar historias
trabajo comenzaron con la siguiente propuesta: “Contame sobre tu decisión de ser profesor/a”, con
lo cual el entrevistado inicia su recorrido desde el lugar y de la manera que desee o que le sugiera el
contexto de intercambio. A partir de allí se inicia una conversación entre la investigadora, que tiene
presente algunas claves a indagar pero permite que el relato fluya y tome su camino, y el
entrevistado, que debe ser y sentirse protagonista del encuentro. Hay una voz que investiga (y que
será la responsable de la escritura narrativa final) en busca de otra voz (que da sentido a una
protagonismo, entre voces que cuentan y voces que interpretan, no es sólo metodológica sino ética 6.
formular hipótesis a modo de relaciones causales entre variables, pero sí se han planteado algunas
respuestas conjeturales y orientadoras que son al mismo tiempo derivaciones del marco conceptual
encontrar7.
- Lo que se nombra como “crisis de identidad” de los profesores -de la que podría dar cuenta su
manifiesto malestar con respecto a “que ya no son lo que eran”- puede tener relación con los
cambios en las funciones y la estructuración del nivel medio, con los cambios en la matrícula con
la que trabajan los profesores y con los cambios en la propia composición del profesorado. Esto
sería, cambios en las funciones, en la estructura, en los sujetos, y en los discursos que los
definen.
6
Larrosa, J. Op.cit., pág.67
7
Forni, F., Gallart, M. y Vasilachis, I. Métodos cualitativos II, CEAL, Bs. As., 1993.
16
- Los cambios anteriormente mencionados producirían nuevas inclusiones y exclusiones, materiales
y simbólicas: otros sujetos, otros discursos, otros procesos son incorporados o marginados o
negados.
- La creciente diferenciación al interior del sistema, de la que dan cuenta diversos estudios 8
tanto éstas están en gran parte vinculadas a las condiciones socioeconómicas y culturales de la
bajos)9 por un lado se han producido discursos que sugieren que en esta modificación está una
de las claves del descenso de calidad de la enseñanza y por otro lado se asiste a una creciente
diferenciación en la formación misma del profesorado, reforzando así los circuitos educativos.
historia) según las condiciones de la matrícula con la que trabajan los profesores, las
continuidades o rupturas de las instituciones en las que trabajan con respecto a los imaginarios
históricamente construidos en torno al nivel (por ejemplo el impacto del Tercer Ciclo de EGB y
8
Braslavsky, C. (1985); Braslavsky, C. y Filmus, D. (1987); Filmus, D. (2000); Narodovsky, M. (2000), y otros.
9
Birgin, A. y Duschatzky, S. (1995); Abrile de Wolmer, M. (1995) y otros.
17
CAPÍTULO 2:
SUJETOS E IDENTIDADES
Las preguntas sobre la identidad vuelven cada vez que se intenta articular o rearticular las
relaciones entre los sujetos y los sistemas sociales. Se podría preguntar, entre otras cosas: ¿qué
implica la identidad? ¿cómo se vincula con las identificaciones? ¿qué sujetos se constituyen? ¿cómo
se transforman las identidades? ¿qué problemas genera esta transformación y de cuáles dan cuenta
históricas en torno al nivel medio en términos de identidades y cómo pueden interpretarse los
de una mirada que considere las articulaciones entre historia, estructura y biografía individual, es
decir que pueda dar cuenta de la dinámica, la conflictividad y las discontinuidades del proceso más
El marco teórico se presenta en tres grandes ejes: sujeto e identidad; el papel de la escuela y los
discursos históricos de inclusión y de exclusión en relación al nivel medio; identidad de los docentes.
La concepción que sostiene este trabajo es que la identidad está sujeta a la historización y al
cambio, por lo cual no remite a un núcleo estable del yo, sino que es estratégica, posicional,
Identidad es un concepto que alude directamente a una conceptualización del sujeto. En este
trabajo el sujeto no es una esencia sino una construcción histórica y discursiva. En este sentido, la
sentido de lo que somos se vincula a historias que contamos y nos cuentan y de las que somos
El ‘sujeto’ es una construcción de la época moderna y del proyecto iluminista de la sociedad. Tal
lenguaje y en lo social. Un ser racional, con una conciencia unitaria, capaz de autonomía e
independencia con relación a la sociedad, que tiene como referencia última sólo a sí mismo.
Si bien suele reconocerse a Descartes como quien colocó en el centro del universo de las
representaciones al "sujeto" con su "cogito ergo sum", a partir del cual la filosofía tomó conciencia
Descartes la categoría de "sujeto" como equivalente de una autoconciencia autónoma, como centro
reflexivo de las de las representaciones del mundo y, por tanto, como un concentrado de la esencia
tradición aristotélica, es decir un soporte individual de las propiedades de la sustancia. Por lo tanto,
La invención del "sujeto" debe atribuírsele a Kant. En sus tres Críticas (1781, 1786 y 1791) llama
10
Balibar, E. "Sujeción y subjetivación", en Arditi, B. (comp.) El reverso de la diferencia. Identidad y política, Ed. Nueva
Sociedad, Caracas, 2000
11
Balibar, E. op.cit.
12
Balibar, E. op.cit.
19
señalarse que la pregunta de Kant por el "hombre" no es una pregunta cosmológica sino
cosmopolítica: su respuesta anticipada es que el hombre es un (el) ciudadano del mundo. Kant
formula estas ideas en el marco de la gestación de la revolución burguesa, y su visión del hombre
como ciudadano del mundo señala la menos dos cuestiones13: que el sujeto alcanza concretamente la
esencia de su humanidad sólo en un horizonte cívico o político (en sentido amplio), una ciudadanía
universal que supone racionalidad epistemológica, ética y estética; y que el ciudadano de cualquier
institución, de un Estado de derecho y sobre todo de un Estado Nacional solo puede pertenecer
como un sujeto libre en la medida que esa institución o ese Estado se conciba como representante
Es oportuno señalar en este punto el doble sentido que tiene el "sujeto" desde sus mismos orígenes,
identitarias.
juego de palabras objetivo, inscrito en la historia misma de la lengua y las instituciones14. El juego
sustancia individual o soporte material de propiedades, como la noción personal de subjectus que es
un término político-jurídico que connota sumisión o sujeción, es decir que remite al hecho de que
una persona humana está sometida a la autoridad de un poder superior o soberano, el cual puede ser
humano, sobrehumano, un amo interior, una ley trascendente. Etienne Balibar (op.cit) se pregunta
"¿cómo es que el mismo nombre con que la filosofía moderna ha llegado a pensar la libertad
originaria del ser humano -el nombre "sujeto"- es justamente el nombre cuya significación histórica
sujeción?" Y su respuesta es: "(...) si la libertad se piensa como libertad del sujeto o de los sujetos
autonomía, algo irreductible a la coacción y determinación objetivas, sino porque la libertad solo
13
Balibar, E. op.cit.
20
puede ser la contraparte de una liberación, de una emancipación o un devenir libre: la inscripción en
el individuo mismo, con todas sus contradicciones, de una trayectoria que comienza con la sujeción y
que debe siempre estar en relación con ella, interior o exteriormente" . Estratégicamente, esta
noción de subjetividad proporciona elementos para reflexionar sobre las condiciones por las cuales
los hombres llegan a ser lo que son y fundamentar luchas sociales. Esta paradoja original del sujeto-
libre-sujetado ha sido abordada a la luz de diferentes tipos de condicionantes por Marx, Freud y
Foucault, sólo por nombrar algunos de los que más han marcado nuestras consideraciones actuales
consciente de sí mismo, una conciencia dada a sí misma, imaginariamente aislada de las situaciones
Dasein no es una esencia a pesar de que aparece como un concepto genérico de la existencia: es más
estas reflexiones acerca del sujeto, podríamos al menos derivar dos interpretaciones: la "toma de
"(...) la ecuación (identificación) universal del hombre con el ciudadano no quiere decir
que sólo los ciudadanos son hombres (es decir seres humanos) o que los hombres como
tales son parte de la humanidad sólo en las condiciones y dentro de los límites de su
ciudadanía institucional. Antes bien significa que la humanidad de los individuos se define
humanidad del hombre no con algo dado o con una esencia, ya sea natural o supranatural,
14
Balibar, E. op.cit.
21
sino con una práctica y una tarea, a saber, la de emanciparse ellos mismos de toda forma
idea de hecho combina una proposición lógica: no hay libertad sin igualdad ni igualdad sin
libertad (...). Una proposición ontológica: lo propio del ser humano es la construcción
colectiva o transindividual de su autonomía individual. Una proposición política (...):
cualquier forma de sujeción es incompatible con la ciudadanía (...). Por último, una
proposición ética: el valor de la acción humana reside en que nadie puede ser liberado o
emancipado por otros, aunque nadie pueda liberarse sin los otros (...)". (Balibar, E. op.
cit)
entender, aunque profundicen en distintos aspectos o aborden el tema desde diferentes ‘planos’-
que pueden abonar una perspectiva histórica -y por tanto no esencialista- desde la cual pensar la
constitución de sujetos en las relaciones de poder. Estos conceptos son: hegemonía, habitus,
trayectoria, interpelación, experiencia, discurso, narrativa, tecnologías del yo, y finalmente
identidad como presente de diferentes modos en cada uno de ellos.
permite pensar las relaciones de poder de un modo no lineal o mecánico, poniendo de relieve la
subjetividades proporciona un enfoque macro para entender los procesos en los cuales éstas se
constituyen.
“La hegemonía constituye todo un cuerpo de prácticas y expectativas en relación con la totalidad
de la vida: nuestros sentidos y dosis de energía, las percepciones definidas que tenemos de
15
Balibar. E. Op. cit.
22
de la cual la movilización de la mayoría de los miembros de la sociedad –en la mayor parte de las
La cita anterior, que enfatiza los contenidos y efectos de la hegemonía, resultaría parcial si no se
Gramsci define a la hegemonía como “la dirección moral e intelectual de la sociedad”, que es
ejercida por un sector de ésta sobre el conjunto de la población: la clase dominante. La hegemonía
es entendida como un proceso permanente en cuyo curso transcurre la vida de los individuos y por lo
tanto se constituyen sus conciencias; tal proceso permite a los sectores dominantes lograr el
Para Gramsci, la hegemonía se condensa cuando logra crear “un hombre colectivo”, un “conformismo
social” (término que utiliza provocativamente)17 o igual “clima cultural” que adecue la moralidad de
las masas a las necesidades del aparato económico y, por ende, elabore nuevos tipos de individuos.
El objetivo, para cada sociedad, es lograr que el individuo se incorpore al modelo colectivo. En
épocas de crisis, donde las clases dominantes sólo dominan y las masas ya no creen en lo que creían
antes, se abren las posibilidades para una confrontación entre dos conformismos, una lucha de
hegemonías.
Una hegemonía es siempre un proceso, y salvo por cuestiones analíticas no es un sistema ni una
desafiada por presiones que no le son propias. “La realidad de toda hegemonía, en su difundido
sentido político y cultural, es que, mientras que por definición es siempre dominante, jamás lo es de
16
Tamarit, J. ”Escuela crítica y formación docente”.
17
Gramsci dice “conformismo no significa otra cosa que ‘sociabilidad’ pero es agradable justamente emplear la palabra
‘conformismo’ para molestar a los imbéciles.”
23
La hegemonía no es sólo el nivel superior articulado de la ideología, ni tampoco sus formas de
realidad. Como tal, tiene íntima relación con el concepto de habitus de Bourdieu19. El habitus, como
subjetiva (no por eso exclusivamente individual) de la hegemonía como categoría social.
El habitus corresponde al capital cultural incorporado, apropiado por los individuos en el curso de la
socialización. Los principios internalizados son comunes a los miembros de un grupo o clase social
por su carácter estructurado a partir de condiciones de existencia propios de ese grupo o clase.
Estas condiciones regulan la práctica no mecánicamente sino como orientaciones y límites que ponen
a la invención.
marcado fundamentalmente por la posición social de la familia. Existen habitus secundarios que se
han construido en ámbitos especializados, como por ejemplo la escuela, la formación de profesiones,
etc.. “Al designar a esas clases (clases de agentes o, (...) clases de condiciones de existencia) por un
nombre de profesión, no se hace otra cosa que manifestar que la posición en las relaciones de
producción impone las prácticas, especialmente por conducto de los mecanismos que rigen el acceso
a las distintas posiciones y que producen o seleccionan una clase determinada de habitus. (...) Es
decir que una clase o fracción de clase se define no sólo por su posición en las relaciones de
producción tan como ella puede ser reconocida a través de indicadores como la profesión, los
ingresos o incluso el nivel de instrucción, sino también por un cierto sex-ratio, una distribución
características auxiliares que, a título de exigencias tácitas, pueden funcionar como principios de
selección o de exclusión reales, sin estar nunca formalmente enunciadas (es por ejemplo el caso de
la pertenencia étnica o de sexo); numerosos criterios oficiales sirven, en efecto, de careta a unos
18
Tamarit, J. Op.cit.
19
“Para superar el dualismo de la estructura y la práctica, se propone una categoría teórica que cumpla una función lógica de
mediación entre ambas: el concepto de habitus. Los habitus son:
‘- Sistemas de disposiciones duraderas y transferibles, estructuras estructuradas, predispuestas para funcionar como
estructuras estructurantes...’ ‘Los habitus, en tanto productos de la historia, constituyen la interiorización de la de la
objetividad expresada bajo la forma de las “condiciones de existencia”, “regularidades objetivas”, estructuras productivas,
sociales, familiares, etc. En síntesis, constituyen la historia incorporada, esto es, otro modo de existencia de las
estructuras externas.’ ‘El habitus, producto de la historia, produce a su vez historia. Esto quiere decir que las condiciones
objetivas de producción de los habitus se hacen efectivas y determinan las prácticas no en forma directa y mecánica sino
a través de la mediación del hábitus’.” Tenti Fanfani, “La interacción maestro – alumno”, Revista Mexicana de Sociología.
24
criterios ocultos, pudiendo ser el hecho de exigir una titulación determinada una forma de exigir,
Al hablar de la relación habitus - identidad docente se impone hacer referencia a estos distintos
Siguiendo a Bourdieu, las condiciones de adquisición de ciertas propiedades, que se perpetúan en las
disposiciones constitutivas de los habitus, sólo se evocan cuando existe discordancia entre las
mismas y las condiciones de utilización, es decir cuando las prácticas engendradas por el habitus
aparecen como mal adaptadas porque se ajustan a un estado anterior de las condiciones objetivas.
Este concepto puede resultar muy interesante para pensar la constitución identitaria de los
docentes, sus momentos de crisis, el comportamiento diferencial de quienes ocupan una misma
posición pero están separados por su origen, las trayectorias sociales diferentes en relación a la
pensar que los individuos se desplazan al azar en el espacio social, en parte porque las fuerzas que
parte porque ellos oponen a las fuerzas del campo su propia inercia o sus propiedades, que pueden
que conducen a unas posiciones más o menos equivalentes –es el campo de los posibles
independientes, y no son igualmente probables todas las posiciones de llegada para los distintos
20
Bourdieu, P. La distinción. Taurus, Madrid 1988.
25
puntos de partida, por lo cual la trayectoria modal es parte constitutiva de la clase. “La
las exigencias inscritas en la misma son el producto, de una parte, de los mecanismos que orientan
hacia las posiciones a unos individuos ajustados de antemano, sea porque se sienten hechos para
ellos –esto es la ‘vocación’ como adhesión anticipada al destino objetivo que se impone mediante la
referencia práctica a la trayectoria modal en la clase de origen-, sea porque se presentan como
tales a los ocupantes de estos puestos –es la cooptación fundada en la inmediata armonía de las
disposiciones- y, por otra parte, de la dialéctica que se establece, a lo largo de toda la existencia,
entre las disposiciones y las posiciones, entre las aspiraciones y las realizaciones.” (Bourdieu, 1988)
Es en este sentido en que resulta interesante indagar acerca de las trayectorias de los docentes
construcción histórica en el plano macro social como la propia narrativa de los sujetos.
Althusser introduce este concepto, que podría entenderse como “el llamado al sujeto por el
discurso”, en Aparatos Ideológicos del Estado (1971) junto con la idea de la estructura especular de
la ideología21. Sin embargo, podría rastrearse sus orígenes en la constitución del sujeto en términos
debe a que trabaja tanto en los niveles rudimentarios de la identidad psíquica y sus impulsos como
en un nivel de la formación de las prácticas discursivas, que constituyen el campo social; y que es en
21
Concepto de ideología en Althusser.
22
Con la destrucción del hombre -ciudadano surge la de un sujeto interior que enfrenta a una ley trascendente, teológica y
política, porque la escucha y porque para escucharla debe ser llamado por ella. Es un sujeto responsable que debe responder
de sí mismo ante aquel que le interpela, que en términos lacanianos es el gran Otro que alterna ambivalentemente entre lo
visible y lo invisible, entre la individualidad y la universalidad. Es un sujeto que se sujeta al soberano y a Dios, y a la vez realiza
su propia sujeción (el hombre antiguo y medieval sobreviven en el moderno bajo la “voz de la conciencia”) Para ampliar, ver
Balibar, E., op. cit
26
la articulación de estos campos recíprocamente constitutivos pero no idénticos donde radican los
La interpelación, aunque continúa utilizándose para designar esa ‘convocatoria’ al sujeto, ha sido
objeto de críticas en tanto implica reconocer que el sujeto habría sido requerido para tener la
capacidad de desempeñarse antes de haber sido constituido dentro del discurso. “Ese algo que no
es un sujeto debe ya tener las facultades necesarias para sustentar el reconocimiento que lo
constituirá como sujeto” (Hirst, 1979) La crítica de Hirst fue efectiva al mostrar cómo el hecho de
entender como interpelación a todos los mecanismos que constituyen al sujeto en discurso tiene el
constituido como efecto del discurso, no se ha resuelto a través de qué mecanismo, no vulnerable a
psíquicos o procesos internos por los cuales estas ‘interpelaciones’ (que aparecen como lineales)
han producido un dislocamiento: del paradigma de la conciencia al paradigma del lenguaje. En este
Derrida ataca la supuesta transparencia del lenguaje, afirmando que no hay posibilidad de acceso a
lo “real” sino mediante el lenguaje. No existe lo fuera-de-texto. Demuestra también que los
elementos de una oposición binaria no tienen sentido en forma aislada, no son absolutamente
opuestos pero tienen dependencia mutua y uno de los dos tiene una posición dominante. No hay, en
sumamente fértil para pensar los discursos y prácticas de inclusión y de exclusión, especialmente
23
Tadeu da Silva, T. "El proyecto educacional moderno: ¿Identidad terminal?”. En Revista Propuesta Educativa Nº 13.
Buenos Aires. Miño y Dávila. Diciembre 1995
27
Foucault, por su parte, alerta con su concepto de discurso que el lenguaje constituye la realidad y
mantiene una relación de “complicidad” con el poder. El discurso produce “efectos de verdad”, y en
esta perspectiva el sujeto y la subjetividad son efectos de operaciones discursivas. Aún el sujeto
autónomo no es el resultado de una desvinculación de las relaciones de poder, sino del ocultamiento
La idea de ser una persona, un yo o un sujeto, así como los modos de ser persona, es histórica y
experiencia de sí”, que también es contingente, juega un papel importante en el cómo somos.
“El que no sabe lo que le pasa, hace memoria para salvar la interrupción de su cuento, pues
no es enteramente desdichado el que puede contarse a sí mismo su propia historia” ( María
Zambrano, en Déjame que te cuente, op. Cit, pág. 191)
En la Historia de la Sexualidad Foucault avanza en este sentido apuntando contra cualquier realismo
proceso histórico de fabricación en el que se entrecruzan los discursos que definen la verdad del
sujeto, las prácticas que regulan su comportamiento y las formas de subjetividad en las que se
constituye la propia interioridad. Ese ser propio se produce siempre con arreglo a ciertas
lineal y absoluta de la estructura y de la historia sino que las considera como reglas de juego o
Foucault llama subjetivación. “Hay un sujeto porque una experiencia de sí es producida en una
cultura, y hay una historia del sujeto porque es posible trazar la genealogía de las formas de
El sujeto, su historia y su constitución como objeto para sí mismo sería inseparable de aquello que
definió como tecnologías del yo: “prácticas que permiten a los individuos efectuar, por cuenta
propia o con ayuda de otros, cierto número de operaciones sobre su cuerpo y su alma ,
pensamientos, conductas o cualquier forma de ser, obteniendo así una transformación de sí mismos
...” “Procedimientos (...) que son propuestos o prescritos a los individuos para fijar su identidad,
28
mantenerla o transformarla en función de un cierto número de fines, y gracias a relaciones de
de Gramsci: las prácticas pedagógicas son aquellas en las que se construye y modifica la experiencia
que los individuos tienen de sí mismos, y en las cuales los seres humanos se transforman en sujetos.
mediación de la experiencia de sí24: una dimensión óptica, según la cual se determina y constituye lo
que es visible del sujeto para sí mismo; una dimensión discursiva en que se constituye qué es lo que
el sujeto puede y debe decir de sí; una dimensión jurídico - moral en la que se dan las formas en que
el sujeto debe juzgarse a sí mismo; una dimensión jurídico - discursiva (la narrativa) en que se
implícitas en una trama -; una dimensión práctica que establece qué puede y debe hacer el sujeto
consigo mismo. El sentido de lo que somos depende de las historias que contamos y que nos
contamos, y de aquellas construcciones narrativas en las que cada uno de nosotros es a la vez autor,
narrador y protagonista. Esas historias están construidas en relación a las historias que leemos o
escuchamos y, por otra parte, esas historias que nos constituyen están producidas y mediadas en el
interior de determinadas prácticas sociales, más o menos institucionalizadas (y que se vinculan a los
familiares, un grupo de terapia, etc. El sentido de quiénes somos es análogo a un texto narrativo que
impacto en lo que se ha llamado “la cuestión del sujeto”. Larrosa (op.cit.) presenta los tres ‘giros’ en
24
Larrosa, J., op.cit
25
Larrosa, J., op.cit
29
Según el primero, el ser es impensable fuera de la interpretación, y puesto que toda interpretación
Con el giro semiológico se plantea que el signo se construye no por relaciones con realidades
extralingüísticas (referente) sino por relaciones con otros signos en el sistema semiótico, con lo
cual se llega a que el lenguaje no refleja la realidad sino que la construye. La interpretación y la
autointerpretación está ligada a los sistemas semióticos disponibles. En tanto los sistemas
Por último, el giro pragmático sostiene la idea de que el sujeto está ya en un mundo en el que el
La experiencia, como “aquello que nos pasa”, implica transformación. Para transformarse hace falta
que nos pase algo que nos pruebe, nos vulnere, nos niegue. Y para establecer algún tipo de
continuidad entre el que salió uno y el que llegó otro, es necesaria una construcción narrativa 26. Mi
mismo dar cuenta de mis cambios, puede contar la diferencia como identidad o la identidad como
diferencia. La pregunta de quién somos (y no qué somos) sólo puede responderse contando alguna
historia, y es al narrarnos a nosotros mismos en lo que nos pasa como nos construimos como
“Sólo el combate de las palabras aún no dichas contra las palabras ya dichas permiten la
ruptura del horizonte dado, permiten que el sujeto se invente de otro modo, que el yo sea
otro. (...) La fidelidad a las palabras es mantener la contradicción, dejar llegar lo imprevisto
30
que se es. La fidelidad a las palabras es no dejar que las palabras se solidifiquen y nos
la estructura, pero ésta no está dada objetiva, completa y definitivamente, independientemente del
sentido que le demos a las cosas. A esta lógica por la cual la estructura es reescrita por los
sentidos, le corresponde un sujeto que al atribuir significados tiene un campo de decisiones que
tomar (no totalmente racionales ni concientes). El sujeto se produce en relación con las estructuras
individuos y en los grupos. Tales redes no son permanentes ni definitivas y las experiencias que
podían ser positivas pueden ser consideradas posteriormente como negativas o viceversa”28. De
esto se deriva que un sujeto no es algo dado, y que puede convocar significados ambivalentes.
El espectro de posibilidades dentro del cual podemos tomar decisiones marca que nuestra
experiencia no es sólo continuidad sino también rupturas, que hacen que el sujeto sea parcialmente
26
Idem
27
Las redes de experiencias son complejas relaciones entre modos de ver el mundo y modos de actuar sobre él, no se refiere
a un mero empirismo o practicismo sino a la relación pensamiento – acción en cierto sentido deweyniana .
28
Caruso, M. Y Dussel, I. De Sarmiento a los Simpson. 1996.
31
En el mundo social existen diversas redes de experiencias, entre las cuales algunas se imponen a
sujeto, de la subjetividad, está atravesada por relaciones de poder. Las identidades se constituyen
entre “lo que se tiene de igual” y la posición que se ocupa, entre lo igual y lo no- mismo29.
199630), no indica un núcleo estable del yo que permanece siempre idéntico a sí mismo a través del
tiempo, sino que está sujeta a una historización y en constante proceso de cambio y transformación.
Las identidades se refieren al uso de recursos históricos, lenguaje y cultura en el proceso de llegar
a ser más que ser. Las identidades están constituidas dentro y no fuera de la representación,
dentro y no fuera del discurso. “Debemos entenderlas como generadas en escenarios históricos e
prácticas que intentan “interpelar”, que nos hablan o ubican como sujetos sociales de discursos
particulares, y por otro lado los procesos que producen subjetividades, que nos construyen como
sujetos a los que se les puede hablar. Las identidades “son el resultado de una exitosa articulación o
“encadenamiento” del sujeto dentro del flujo del discurso” (Hall, 1996)
La identidad docente se configura como una articulación narrativa entre construcciones históricas
29
Idem anterior
32
La identidad no es sólo un proceso subjetivo de autodefinición, sino un proceso objetivo de
posicionamiento en un determinado orden social. Por ello se hace necesario entender la ubicación de
los docentes en dicho orden a la vez que las significaciones que ellos mismos han construido sobre sí
y sobre tal posicionamiento.
Existen al menos tres variables a considerar en el proceso por el cual los profesores “llegan a ser
los que son”: su origen social y las visiones hegemónicas que lo atraviesan; su formación docente
El cuerpo de significados originario, que organiza la vida de los sujetos y gracias al cual es posible la
vida social, es el sentido común: un saber cotidiano que contiene “fragmentos” de ideología y forma
parte de lo naturalizado y “capilarizado” del entorno social en que hemos nacido y crecido. No es
posible comprender el “estar siendo docente” sin poner en juego su origen social y las visiones
específicas que le otorgan características particulares. Ese sujeto de sentido común se forma en
una institución específica, desarrolla posteriormente sus funciones en una institución específica,
sigue capacitándose para desarrollar esas funciones, y todo lo hace fundamentalmente en el sistema
de educación.
Al ingresar a la docencia los profesores tienen una biografía particular, pero las condiciones de
necesario indagar acerca de cuán común o cuán diverso es ese habitus, y cuál es su relación con la
pensar que los profesores han construido un habitus secundario fundado en la existencia de
La identidad social, según Bourdieu, es el resultado de principios de distinción social. Los habitus
son generadores de estilos de vida y como tales, son sistemas de características distintivas,
30
Es una traducción sin páginas.
33
destinados a ser percibidos como la expresión sistemática de una clase particular de condiciones de
otros.
“Cada condición está definida, de modo inseparable, por sus propiedades intrínsecas y
por las propiedades relacionales que debe a su posición en el sistema de condiciones, que
que la distingue, por todo lo que no es y en particular por todo aquello a lo que se opone:
170)
de su profesión. Se supone que los futuros profesionales se apropian del capital cultural de su grupo
y reciben un certificado que acredita que son portadores de tal saber, con lo cual pasan a adquirir
una nueva identidad al ser reconocidos como miembros de una determinada profesión.
Hay dos elementos a tener en cuenta: las características de los procesos formativos que se
desarrollan en los institutos de formación docente, y el papel que juegan las credenciales.
El análisis de los procesos de formación específica no es tema de esta tesis, pero sí es oportuno
puntualizar ciertas cuestiones que en este trabajo refieren a la configuración de la identidad: por
un lado las continuidades y rupturas entre la formación específica para ser docente y los modelos
34
Con respecto a los procesos de formación docente, las investigaciones disponibles dan cuenta de
que ésta remite a estructuras institucionales antes que a estructuras curriculares (en su sentido
más restringido)31, por lo cual una primera conclusión es que los cambios en la formación son ante
todo cambios institucionales. Los sujetos de la formación docente son sujetos enmarcados por
reglas institucionales específicas, sujetos hablados por determinado discurso institucional. Otra
característica de la que dan cuenta las investigaciones es que la cultura de la formación docentes es
práctica más que por contenidos concientemente organizados. Los estilos de enseñanza son
escolarizados, el profesor sigue siendo el eje del proceso formativo, marcando dependencia entre él
y sus estudiantes. Teniendo en cuenta, por otra parte, que los profesores se continúan formando
con sus pares, lo que se llama “socialización profesional”, y que la propia formación de los
formadores de futuros docentes se da en ámbitos escolarizados, resulta claro que existen más
continuidades que rupturas entre los modelos incorporados a lo largo de toda la escolaridad y los
términos de prestigio y calidad. Por otra parte, hay notables diferencias entre la formación de
reforzaría las trayectorias diferenciadas que probablemente hayan marcado la biografía de estos
docentes o futuros docentes. En términos de diferenciación, también cabe señalar cuánto influyen
o pueden influir las políticas de descentralización que se profundizaron en los ’90. El énfasis puesto
en “lo local” en el marco de algunas políticas tienen un efecto paradojal: una mayor oportunidad de
puede significar un límite a los horizontes de acción por las características del entorno. “Si lo local
de vasos comunicantes con otras realidades y horizontes, se convalidan las realidades contextuales
31
Graciela Messina, “La investigación acerca de la formación docente: un estado del arte de los noventa”, Cuadernos de
35
y los circuitos educativos desiguales en términos de la producción de competencias sociales y
también configuran la misma, construyendo una especie de mapa sobre lo posible, lo deseable, las
demandas, las expectativas. Si bien se critican los criterios homogeneizadores que han marcado la
que el abandono de lo universal como un campo posible de interlocución colectiva pone en riesgo
alguna lectura y diálogo compartido del mundo. Sin una preocupación por lo colectivo, lo universal, el
bien común, no hay política ni procesamiento de las diferencias ni de los antagonismos. ( ZizeK, 1998
Hasta aquí se han presentado algunas características de los procesos formativos y algunos de sus
condicionantes. En el mismo orden, pero con especificidades, vale pensar el problema de las
credenciales. Las credenciales operan como sistema de cierre, marcando los límites entre los que
están dentro y fuera de determinada posición. En este sentido, es importante tener presente la
que produce: cuanto más restringida su obtención, mayor valor de la credencial y mayor prestigio.
Esta conceptualización puede verificarse históricamente en la batalla por los títulos en el ejercicio
capítulo 5.
Transcurrida su formación específica, o aún antes, este alumno aspirante a docente comienza a
ejercer la docencia, a ser docente, en alguna o algunas escuelas, en las cuales continúa formándose
con sus pares, sus superiores jerárquicos, sus alumnos, en determinados marcos institucionales y
normativos. Las escuelas son el lugar de la práctica docente. Las configuraciones concretas que
vayan tomando esas prácticas influyen en la constitución de habitus, ya sea reafirmando sus rasgos
educativo que permiten identificar cierta “cultura escolar” básica o común, cada institución tiene
formación, Serie Formación Docente, Centro de Publicaciones de la escuela Marina Vilte, CTERA, Año 1 Nº 1, 1999.
36
regulaciones, representaciones, estilos de trabajo, historia local, condiciones materiales,
mecanismos de inclusión y de exclusión, que desarrollan una cultura específica con quienes la
habitan. En otras palabras, así como las formas de designación del personal docente, las
profesores, las leyes jurisdiccionales, el currículum, los procedimientos administrativos, los tipos
predominantes de relaciones, son rasgos que afectan comúnmente a todo el sistema, y por lo tanto
generan cierta base identitaria compartida, también el modo en que cada institución traduce esta
matriz general en una dinámica institucional y curricular particular impacta en el “ser” y el “estar
siendo” docente, pues es la experiencia cotidiana del “sistema” y del “rol”. Esto significa
básicamente dos cosas: por un lado, que las escuelas son lugares donde se reproducen pero también
futuros compartidos. Por otro lado, pero en ese sentido, significa que los sujetos concretos siempre
Siguiendo con el papel que juega la escuela como ámbito de ejercicio de la docencia, es interesante
destacar las conclusiones elaboradas por algunos estudios recientes. Hay coincidencia en afirmar
que los docentes, aún cuando hayan transitado planes de formación diferentes recurren a esquemas
Braslavsky, 1989; Birgin, Pinkasz y Duschatzky, 1990, en Pinkasz, 1991). La socialización profesional
parece producir un efecto conservador aún cuando la preparación docente haya tenido rasgos
progresistas, y en ese ámbito se actualiza la biografía escolar con mayor impacto que la formación
específica recibida, ya que esta última se desdibujaría ante el peso de la institución escolar. Vale
recordar que existe todo un “conocimiento vivencial” del sistema educativo, construido desde el
lugar de alumno, el cual difícilmente se ponga en cuestión a lo largo de la formación docente y, por
lo tanto, los futuros docentes tienen dificultades en revertir sus tempranas orientaciones e
impresiones.
Con respecto al impacto que la biografía escolar o los ámbitos de ejercicio de la docencia tienen
sobre la identidad docente, vale aclarar que el sujeto no se determina contextualmente por un
37
hacer (idea propia del interaccionismo) sino como sujeto concreto, síntesis de múltiples
determinaciones donde se conjugan su pertenencia a una clase, un sector, una familia, una formación
cultural. La reducción del sujeto a su determinación contextual no sólo implica negar la historia de
constitución del sujeto, sino también y por lo mismo pretender que los cambios en las condiciones
contextos (en sentido “estático”). Sin embargo, es posible problematizar sobre las crisis,
resultantes de procesos históricos – movilizan en los sujetos. Este sería el caso, por ejemplo, del
impacto que pueden tener en los profesores los cambios en la estructuración del sistema educativo
precisamente por el papel fundamental que juega el mismo en su propia definición como profesores.
Considerando los planteos anteriores, se puede afirmar que un docente no se forma en los
institutos de formación: como todo sujeto, se forma desde todas las experiencias por las que ha
transitado a lo largo de su biografía. Es cierto que como rol específico, son significativas las
experiencias institucionalizadas en su preparación para la función enseñante, como también lo son
las experiencias que lo marcan como educador en ejercicio. Los docentes tienen la característica de
realizar su formación endogámicamente, transcurriendo la mayor parte de su vida laboral en
ámbitos escolares, ya sea como alumnos, como aspirantes a la docencia o como docentes, lo cual no
es una huella menor en su identidad. Los hábitus, los modelos, los rasgos de identidad, tienen la
impronta de esta trayectoria endogámica..
IDENTIDADES
Sin duda la escuela moderna viene jugando un papel fundamental en la construcción de sujetos e
Tadeu da Silva llamó “el asalto neoliberal”, no perdamos de vista las contradicciones de su historia,
Identificar las relaciones de poder del proyecto neoliberal no puede hacernos olvidar las inclusiones
38
oportuno, en este punto, presentar al menos brevemente cómo fue interviniendo la institución
Hasta finales del siglo XVIII la extensión de la escolarización siguió siendo una operación limitada,
en tanto no existía un consenso acerca de su finalidad global y el desarrollo de una teoría educativa
En la segunda mitad del siglo XVIII Occidente entró en una edad de revoluciones (económica,
social, política y cultural) las cuales, entre otras cosas, introdujeron cambios en educación. Entre
estos cambios pueden destacarse dos: la creciente participación de los gobiernos para apoyar la
perspectivas para la teoría educativa se estaban desarrollando como parte del movimiento de la
Montesquieu, Voltaire, Diderot y muy especialmente de Rousseau fueron claves para cambiar las
Social (1762) Rousseau marcó el pensamiento de una época y consolidó bases políticas y
independentistas de fines de siglo XVIII y principios del siglo XIX, y de aquellos que diseñaron e
instalaron las instituciones políticas, económicas y pedagógicas algunas décadas más tarde.
sistema educativo adecuadamente organizado podía promover cambios sociales y el bien común,
gobierno de Polonia (1772) Rousseau recomienda la abolición del sistema de escolarización existente
(profundamente segmentado de acuerdo a los distintos estratos sociales destinatarios) y el
establecimiento de un sistema único gratuito. Ya en El Contrato Social había planteado que "es la
39
educación la que da a todas las almas una forma racional, dirigiendo sus opiniones y gustos de forma
33
tal que se hagan patriotas por una afirmación consciente" .
Por estos momento se gesta la fórmula que regirá en los siglos siguientes: cuando la educación,
como proceso inherente a la vida humana, se convierte en instrumento clave de un proyecto social
(en sentido amplio), requiere de una institucionalización que asegure la construcción de dicho
proyecto en todos los sujetos y desde todos las sujetos. Ya no se trata de socializar a los sujetos
en los principios, pautas y modos de relación de la sociedad en que han nacido, del modo
"naturalizado" con que esto se transmite y se aprende en la educación informal o en las escuelas
coincidencia. Pero en estos contextos de los siglos XVIII y XIX el desafío pasaba a ser la
desarrollo de diversas luchas políticas, sociales, culturales. Pero esas condiciones de producción son
internas y no externas al proceso educativo; son producto y productoras de sujetos. "La educación
(hombres, niños, mujeres, obreros, campesinos, indígenas, jóvenes, inmigrantes, etc.) participan de
situaciones educativas que contribuyen a constituir y a cambiar a los sujetos en diversos sentidos.
32
Bowen, J. Historia de la educación occidental, tomo III: El occidente moderno. Europa y el Nuevo Mundo. Siglos
XVII-XX. Ed. Herder, Barcelona, 1992.
33
Bowen, J, op. cit. Aunque Rousseau plantea ambiguamente la "educación de los hombres libres" en una aparente alusión a
la nobleza, sus principios se extendieron a todas las personas.
34
Puiggrós, A. Historia de la educación argentina. Tomo I: Sujetos, disciplina y curriculum en los orígenes del sistema
educativo argentino. Ed. Galerna, 2da. Edición. Buenos Aires, 1994. Pag. 29
40
En los sistemas educativos modernos se trata de sujetos educadores que intentan incidir en otros
sujetos, los educandos, para que se transformen en adultos, ciudadanos, amas de casa, obreros, o lo
que fuere. La educación, en estos términos, es una mediación, en tanto se realiza construyendo un
sujeto mediador: el sujeto pedagógico35. Es el producto de las relaciones entre los complejos
sujetos sociales que intervienen en situaciones educativas, de forma tal que las características
particulares del educador y el educando se van articulando de maneras diversas, con coincidencias y
con contradicciones, dando lugar a diferentes procesos y resultados educativos. Cada pedagogía
define su sujeto, cuya función es mediar entre los sujetos políticos y sociales y el habitus36 que se
pretende construir37.
Afirma Adriana Puiggrós que en el caso argentino todos los políticos educadores de fines del siglo
XIX y comienzos del XX fueron herederos del discurso sarmientino sobre el sujeto pedagógico.
Sarmiento creyó posible que la implantación pedagógica38 constituiría a los nuevos sujetos sociales y
políticos: maestros y alumnos vinculados en la educación básica por una relación de instrucción
conformarían un sujeto pedagágico capaz de transformar el modo de vida de los argentinos. Esta
herencia sarmientina aún está presente en los discursos y prácticas escolares, casi
Entre 1852 y 1875 se extiende el proceso de formación del sistema educativo provincial. La
Constitución Nacional de 1853 establece que las jurisdicciones, autónomas, sancionarán sus propias
Rosas volvió en un principio al modelo rivadaviano, pero posteriormente se impuso un modelo que
35
Puiggrós, A. Op. cit.
36
El concepto de habitus se desarrolla en el punto siguiente de este capítulo.
37
Puiggrós, A. Op. cit.
38
En el capitalismo europeo no hubo una estrategia pedagógica previa y externa que inoculara a la población una nueva
cultura. El proyecto educativo no fue anterior ni causa de los cambios económicos sociales, ni de la conformación de las clases
fundamentales ni de la formación de los nuevos sujetos políticos. Puiggrós, A. op.cit, pag. 81
41
En 1874, luego de terminar su período presidencial, Sarmiento aceptó el cargo de Director General
capitalismo de libre concurrencia con pequeños propietarios, tal como lo había visto funcionar en
EE.UU., con las adaptaciones necesarias a las características de nuestra sociedad. Para entender el
modelo educativo que supone necesario para dicho proyecto, hay que recordar dos categorías con
las que relaciona estructura social y educación: civilización y barbarie. La sociedad argentina, para
Sarmiento, estaba constituida por tres grupos bien diferenciados e interpelados de muy diferentes
maneras39:
a) Los sectores "americanos", compuestos por los aborígenes no integrados. Estos sujetos ni
b) Los grupos bárbaros, compuestos por los sectores rurales, los gauchos, los "indios amigos",
los sectores urbanos "pobres e incultos", y los migrantes internos. Podían participar del
especial de Buenos Aires), y los inmigrantes del norte de Europa o EE.UU. Estos sujetos
En el año 1873 se sanciona la Constitución Provincial. En su art. 205 se dispuso que la Legislatura
dictara las leyes necesarias para organizar un sistema de Educación Común. En el art. 206 establece
que las mismas deben ajustarse a ciertos principios: gratuidad y obligatoriedad; dirección general
de las escuelas a cargo de un Director General y un Consejo General; administración local y gobierno
inmediato de las escuelas a cargo de Consejos Escolares. Para cada instancia de gobierno y
"Formación de ciudadanos iguales ante la ley, civilización de las masas bárbaras, Estado
económica y administrativa, método simultáneo, son los elementos en los que se apoya el
39
Pineau, P. La escolarización de la provincia de Buenos Aires (1875-1930). Una versión posible. Oficina de Publicaciones
42
imaginario civilizatorio. Pero esta propuesta conlleva una paradoja. A partir del mandato
parte de considerar a estos como sujetos asociales (Puiggrós, 1990). Es decir que los
Los rasgos del imaginario civilizatorio, que de alguna manera se basaba en cierta confianza original
en las potencialidades de la sociedad, o por lo menos de cierta parte de ella que podía operar como
La interpelación fundante había fracasado, pues los sectores sociales no se comportaban según lo
previsto. Sarmiento se manifestó defraudado por la sociedad civil y por la implementación concreta
conducción educativa. El proceder de los Consejos Escolares Distritales había desengañado a sus
propios mentores. En alguna línea, se cuestionaba el accionar concreto de los Consejos, sin
cuestionar su existencia: los mismos funcionaban mal porque habían sido incorrectamente elegidos.
En otra línea, se cuestionaba el propio espíritu de la ley que los había creado como gobierno local de
las escuelas.
Es así que Sarmiento, promotor del modelo descentralizado de Estados Unidos, pasa a promover el
Cabe aclarar que los rasgos diferenciales de ambos imaginarios no se refieren sólo a la
estructura del sistema, cambios curriculares y cambios en la interpretación sobre las funciones
discursivas que proponen sistemas binarios o clasificatorios, que definen lo que es por lo que no es,
y establecen jerarquías entre los términos. Establecen (y dan cuenta de) relaciones de poder, y los
Las diferenciaciones de referencia son en este caso las construidas en torno al nivel medio. El
mismo se constituyó su identidad a partir de diferenciarse del nivel primario en sus funciones
selectivas, la formación y origen social de sus docentes y en el origen social de sus alumnos.
En los orígenes del sistema educativo, la función política de la enseñanza tenía para los niveles
medio y superior un significado agregado: se tendió a formar un tipo de hombre apto para cumplir
papeles políticos desplazando otros objetivos como el de formar un hombre apto para las
actividades productivas. La enseñanza se convirtió así en patrimonio de una elite, porque el personal
44
político que admitía un sistema oligárquico como el de entonces era necesariamente reducido
(Tedesco, 1986).
Existe consenso en ubicar el decreto de creación de los colegios nacionales en varias capitales de
provincia, elaborado por el gobierno de Mitre en 1863, como la iniciación en el país de una enseñanza
Si la función de los colegios nacionales y la universidad era formar una elite directiva, una de las
principales disputas en relación al nivel medio, si no la principal, fue definir su carácter unificado o
diversificado en distintas orientaciones para alejar de aquella elite otros sectores en ascenso. La
forma de crecimiento de la escuela media, desigual según las distintas zonas del país, apoya la
significativa, sino que el crecimiento educativo se explica por cuestiones políticas. (Tedesco, 1986)
El crecimiento de los colegios nacionales fue una manifestación del interés del gobierno central por
lograr la formación de una clase política y la incorporación de elites homogéneas e integradas a los
valores centrales de la elite bonaerense, por lo que dichos colegios dependieron del gobierno
central en todos sus aspectos. El nivel medio, entonces, se constituyó como espacio clave de lucha
El sistema educativo tuvo un fuerte acento estatista - centralizador, lo cual se demuestra por las
nacional y por la fiscalización que ejerció sobre las agencias educadoras privadas. Esta
centralización educativa no es un fenómeno aislado en la acción del estado sino una manifestación
Desde finales del siglo XIX y a lo largo del XX tuvieron lugar diversas disputas en torno a la
educación y en particular a la educación media. Los sectores sociales en ascenso reclamaron sus vías
de acceso al poder, de las cuales la educación era una privilegiada, mientras los sectores
45
acomodados intentaron frenar este avance educativo y político con distintas propuestas de
reforma. Es en el marco de esta sociedad con movilidad social en ascenso y sus disputas40 que debe
entenderse la dinámica de la educación media hasta los ’60, aproximadamente, sin perder de vista
Hasta 1870 no se necesitaba ningún título para ejercer la docencia en el nivel primario. Alcanzaba
con demostrar virtudes morales y un mínimo dominio de los conocimientos a enseñar, además de la
aceptación de la comunidad. Pero en esa fecha se hace necesaria la posesión de un título habilitante
así como aprobar exámenes de distinto tipo para continuar en ejercicio. Esta modificación implicó la
aparición de un nuevo capital cultural: el capital cultural institucionalizado41 escolar, que actúa como
Normales. La importancia de plantear aquí este tema se debe no sólo a la importancia del
normalismo para el sistema educativo en general y su papel en la conformación del sujeto docente,
sino porque tanto por los motivos de su creación como por su estructura interna la Escuela Normal
se diferenció del resto de la enseñanza media y muy particularmente de la brindada por los colegios
nacionales.
Durante largos períodos no se registraron medidas sustantivas para mejorar la condición de los
maestros, salvo exigir el diploma para ejercer como tales. Una de las causas posibles que podría
reclutados en mayor medida que para los colegios nacionales en los estratos medios - bajos de la
sociedad, y para esto actuaron también factores propios de la función de la escuela normal, por
ejemplo el hecho de que la carrera de magisterio no tenía carácter preparatorio para estudios
40
Sin duda estas relaciones y disputas son más complejas que gobernantes - gobernados, sectores tradicionales - sectores en
ascenso, etc., se trata de diversos sectores sociales con distintos intereses que participaban diferencialmente en estas pugnas.
41
Bourdieu (PAG: 76 PINEAU)
46
superiores42. Dentro de la lógica selectiva del nivel medio, atraía y prometía ascenso social a
estratos más bajos. La falta de prestigio, escasa remuneración, etc., influyeron desde un comienzo
conocimientos: el método y el dominio del contenido a enseñar, que no necesariamente debería ser
más profundo que el que se esperaba de sus alumnos. Aquello que se pedía era principalmente una
relación de identificación, respeto y reconocimiento con los saberes académicos a enseñar (Pineau).
La relación con el saber es uno de los aspectos a tener en cuenta para pensar al sujeto docente y
las diferencias que en este sentido pueden desarrollarse a lo largo de la formación inicial, las
funciones del nivel en el que se desempeñan y las características de las instituciones en las que
ejercen.
Hacia los 70, se suprime la Escuela Normal y se crea la formación docente en el nivel superior con
alcance nacional. Este traslado al nivel superior de la formación del magisterio no significó un
cambio en las diferencias entre maestros y profesores, pues estos últimos continuaron
diferenciándose por la formación universitaria, y aún cuando fueran formados en los Institutos de
Formación Docente las características de la carrera y del nivel al que estaban destinados continuó
En síntesis, en la dinámica de la selección social, accedían al nivel medio los estratos medios y altos
provenían de estos estratos y habían sido formados de acuerdo a ello. De esta manera, el nivel fue
construyendo desde sus orígenes una identidad no sólo basada en sus funciones claramente
selectivas sino también, y por lo mismo, en su diferenciación con el nivel primario, destinado a
42
Sin embargo, se dejaron de crear escuelas normales para profesores varones porque éstos después tenían pretensiones
47
2.3. Contextos de reforma educativa en la historia de la provincia de Buenos Aires
En este apartado intentaré recuperar las reformas educativas en la provincia de Buenos Aires que
antecedieron a la Ley Federal de Educación de 1993, a los efectos de tener presente qué tipo de
particular. El foco de análisis se ubica básicamente en el nivel medio -como institución cuyos
formación de profesores.
Se han tomado particularmente en cuenta los contextos de la década del ‘30 y la Reforma Fresco;
el gobierno justicialista; la educación para el desarrollo: ‘55 al ’66; la educación para el cambio en el
marco de la doctrina de la "Seguridad Nacional": ‘66 al ’72; gobierno justicialista del ‘73 al ’76;
dictadura militar: ‘76 al ’83; Ley Federal de Educación, 1993 hasta el momento.
creando instancias de control social desde el trabajo, la prensa, la policía y las políticas culturales.
En ese marco, se propuso realizar cambios fundamentales en el modelo de Instrucción Pública, para
conducir una reforma cultural de carácter moralizador que complementara los procesos de cohesión
antipositivista.
los egresados del sistema educativo, que no admitía tantas plazas como candidatos y que por lo
para las cuales no había sido educado y sería potencialmente más peligroso que el proletariado
manual43. Desde esta perspectiva la instrucción sería insuficiente y debería complementarse con la
espíritu, etc.
En cuanto a la educación de los jóvenes, existía una preocupación por el cuerpo "sano, vigoroso y
mayor importancia como factor de regulación social, por lo cual, entre otras medidas, se amplió la
regulación de aspectos vinculados a la carrera docente: el examen, el apto médico 45, los
de alumnos de las escuelas normales. Debido a que ya no constituían un nivel terminal, accedieron a
las mismas sectores medios urbanos, incluso correspondientes a lo que antiguamente eran elites
intelectuales. 46
social, de sectores de la población antes excluidos. Por ello se creó el nivel preprimario, nuevas
profesional para los jóvenes dentro de las escuelas. Con respecto a los jóvenes, también se puso
47
énfasis a la formación para el mundo del trabajo.
Con respecto a tendencias teórico ideológicas, el sistema educativo de la provincia tuvo, desde sus
inicios, una fuerte presencia religiosa católica, a tal punto que hoy puede pensarse la escuela como
un espacio ritual en el que confluyen ritos laicos y religiosos. Vinculado a esto, en 1947 se resolvió
que el voto profesional de los docentes tomara forma de juramento. Los maestros juraban por Dios
y la Patria, y el desempeño de sus funciones adquirió "el carácter de apostolado con sentido
44
Pinkazs y Pitelli, op.cit.
45
Gvirtz, S. op.cit
46
Gvirtz, S. op.cit
47
Dussel, I. y Pineau, P. "De cuando la clase obrera entró al paraíso; la educación técnica estatal en el primer peronismo", en
Puiggrós, A. Historia de la educación argentina, tomo VI.
49
48
religioso", y también se les pidió "la virtud de la abnegación y del sacrificio" Como otra tendencia
La sanción de la Constitución de 1949 marcó un hito jurídico al establecer derechos del trabajador,
En 1951 se sanciona la Ley de Educación de la provincia, Nro. 5650, que reemplaza a la de 1875. El
sentido final de la educación es el compromiso social "por el bien común del pueblo argentino". Los
históricos principios del liberalismo. Se introducen actores y conceptos hasta el momento ausentes:
los obreros, las luchas sociales, la dignidad de la "persona humana", y la fuerte crítica a sectores
tradicionales de poder. Todo esto contribuyó a formar una fuerte identidad en nuevos sujetos
49
sociales. Sin embargo, también significó quiebres, sobre todo en aquellos que habían constituido
modernas sociedades se desactualizan con rapidez. Los contenidos pierden sus centralidad
curricular. Lo central es formar aptitudes, que permiten "educar para la vida", fórmula que
48
Pinkazs y Pitelli, op.cit., pag. 21.
50
vigencia de enfoques enciclopedistas y humanistas clásicos en desmedro del paradigma científico -
técnico.
tiempo: proporcionar al docente recursos externos, como ser guías preelaboradas, a los efectos de
que comprenda inteligentemente la propuesta. Las concreciones didácticas comienzan a quedar así
Mientras la década anterior se caracterizó por la expansión del nivel medio, en los 60 y 70 se
incrementó la escolarización superior, no sólo por decisión política sino como arrastre del período
anterior.50
regionales que respondían a la estrategia de crear polos de desarrollo regional, a fin de proveer los
técnicos y profesionales requeridos por el sistema productivo. Por otro lado, se descongestionaban
En este contexto el sistema educativo forma parte de una estrategia de control social integrada a
los "Proyectos y programas de urgencia", directamente orientados a los sectores obreros, y puede
En 1968, en el marco producido por el golpe del 66, se propone una reforma estructural del sistema
Escuela Intermedia entre la primaria y el nivel medio. A partir de los 70 se produjeron huelgas y
51
movilizaciones de oposición por parte de sectores docentes. La reforma se puso en práctica a
49
Pinkasz y Pitelli, op.cit.
50
Pinkasz y Pitelli, op.cit.
51
Pinkasz y Pitelli, op.cit.
51
Se redefine la formación docente al trasladarla al nivel superior: se suprimen las escuelas normales
y se crea la formación docente de nivel superior, con una fuerte carga de humanismo clásico
Entre el ’73 y el ’76, el diagnóstico del peronismo sobre la escuela media introdujo elementos
novedosos con respecto a la visión desarrollista: la inadecuación de la escuela respecto del aparato
reproducción de las desigualdades sociales; los criterios de evaluación institucional deben basarse
Por lo anterior, las características de la educación media fueron diferentes al período anterior,
la realidad social. Un ejemplo de esto es el cambio de la asignatura Instrucción Cívica por Estudio
de la Realidad Social Argentina (ERSA). En el mismo sentido, a partir del 73 se dictaron una serie
de las escuelas52.
Casi no es necesario señalar el quiebre que significó 1976. Los primeros diagnósticos oficiales de la
del orden jerárquico, lo cual fundamentaba procesos de restablecimiento del orden perdido. Se
tomaron medidas que suprimían toda forma participativa, además de reglamentar exhaustivamente
A fines del 78 se definieron criterios y contenidos mínimos del ciclo básico de la escuela media. El
propósito de este ciclo se definió como formación general, "aquella que no tiene en cuenta la
52
Tedesco, Braslavsky y Carciofi, op.cit
53
Ver síntesis de la circular nro. 60 de la DINEMS y el "Comunicado a las Direcciones escolares" en Tedesco, Braslavsky y
Carciofi, pag. 63.
52
54
actividad, oficio o profesión que pueda desempeñar" Se estableció una organización curricular
diferenciación institucional de acuerdo al origen social de los alumnos más que a la diversidad de
modalidades. Se produjo un marcado vaciamiento de contenidos, tanto por lo que se enseñaba como
gobierno, pero también se fundaron establecimientos de educación formal por parte de grupos
opositores.55 El Estado generaba desconfianza tanto para el oficialismo como para la oposición.
Este período no se caracterizó por políticas educativas orgánicamente articuladas, sino por la
adopción de medidas puntuales para atacar determinados conflictos centrales a lo largo del
gobierno. Sin embargo, se pueden encontrar los siguientes ejes: transferencia de escuelas a las
control burocrático del personal docente. Las consecuencias fueron: una creciente complejización
Con la vuelta a la democracia comienza un arduo proceso de recuperación de la escuela como espacio
que la dictadura militar había dejado postergada. El Segundo Congreso Pedagógico es un espacio que
ha permitido cierto desarrollo de estas discusiones. Años más tarde, se instala el debate sobre un
orden globalizado. Es decir que la reforma puede entenderse como uno de las consecuencias del
54
Tedesco, Braslavsky y Carciofi, op.cit
53
pasaje de la lógica del Estado a la lógica del mercado. El proceso de transformación se desarrolló
con tres características: un contexto marcado por la polarización de la estructura social, con una
cada vez más fuerte concentración de la riqueza en un extremo y una creciente exclusión en el
otro, sin perder de vista el deterioro y descenso social de la clase media; otro rasgo es que la lógica
del mercado impuso la representación y la necesidad objetiva de que los sujetos sean competentes
y competitivos para poder participar del acceso y circulación de bienes y servicios, con el
educativas focalizadas56.
discusión, es decir mucho antes que se sancionara como ley y mucho antes aún de que se tradujera
Desde hace más de diez años los docentes de la provincia de Buenos Aires siguen sosteniendo
hipótesis, representaciones, casi "fantasmas", que hasta el momento no se han verificado (al menos
linealmente) y sin embargo operan con una fuerza de verdad notable: privatización, municipalización,
anticipaciones de tono similar. Debe señalarse que estas representaciones o hipótesis no fueron
de mayor alcance muy difundidas en el ámbito docente y académico en general, por ejemplo la
oposición originaria a la Ley Federal, vale destacar que las representaciones mencionadas,
socioeducativas) a cualquier situación escolar concreta, parecen estar funcionando como obstáculos
en cuanto a una comprensión más compleja y contextuada de la dinámica propia del sistema
educativo provincial57.
55
Tedesco, Braslavsky y Carciofi, op.cit
56
Tiramonti, G. y Suasnábar, C. “La reforma educativa nacional en busca de una interpretación”.
57
Esta reflexión acerca del obstáculo que representa la persistencia de “hipótesis” no comprobadas o representaciones
simplificadoras, se basa en distintos tipos de trabajos realizados con docentes de la provincia de Buenos Aires y no
54
Estas representaciones originarias se entraman, de maneras diversas, con cambios objetivos en las
profesional.
Si bien todos los docentes de la provincia han sentido el impacto de estos cambios, son los
profesores del nivel medio quienes probablemente se hayan sentido más afectados. Algunas
convicciones fuertemente arraigadas en el nivel: en primer lugar, la escisión del histórico nivel
medio entre la nueva (y cuestionada) EGB y el nuevo (y cuestionado) Polimodal; lo anterior trajo
además repercusiones en términos de cantidad de matrícula, puesto que los alumnos que antes
estudiaban en primer y segundo año en las escuelas medias pasaron, en la mayoría de los casos, a
estudiar en las EGB; esta redistribución de la matrícula, junto a cambios curriculares en cuanto a
entre la formación de base de los profesores que tradicionalmente se hacían cargo de las
asignaturas y las nuevas formulaciones; la implementación del tercer ciclo en la EGB, con la
curricular organizado por áreas, y la reorganización de las relaciones entre los docentes, en tanto
los profesores se encontraron compartiendo espacios comunes de trabajo con maestros, e incluso
La incorporación del tercer ciclo de EGB, con carácter de obligatorio, produjo modificaciones en
cuanto a las características de esa franja etárea en la escuela. Al anterior nivel medio llegaban sólo
los alumnos que sobrevivían al pasaje entre los dos niveles y "querían" seguir estudiando, con lo cual
operaba una primer selección de matrícula de acuerdo a diversas variables, como pueden ser:
percepción de las propias posibilidades de continuar los estudios en base al rendimiento previo y a
exclusivamente con los profesores entrevistados para esta tesis. Por tal motivo es que ya forma parte de mi marco conceptual
55
las expectativas construidas; distancias geográficas entre las escuelas primaria y secundaria;
origen social de los alumnos. La obligatoriedad de este ciclo, y en el marco de una institución
diseñada para cumplir funciones diferentes a las del nivel medio (destinado originariamente a esta
franja), "trajo" y "trató de retener"58 en la escuela a un sujeto social con el cual los profesores no
solían trabajar. Enseñar a alumnos de la misma edad, pero cuya realidad concreta no coincidía con
las representaciones que se poseían, provocó en los profesores del tercer ciclo una expresión
generalizada de que "cuando estos chicos estaban la secundaria se podía trabajar mejor, los chicos
llegaban mejor, ahora en la EGB bajó la calidad", ...y otras manifestaciones similares. La realidad es
que no son los mismos chicos, muchos de los que están ahora en las aulas de tercer ciclo quizás no
hubieran tenido su oportunidad en el ex nivel medio. Antes, en términos generales, eran otros los
Sin duda, la obligatoriedad y no selectividad (o menor selectividad, para ser más precisa) de la EGB
, junto con los otras características que debieron enfrentar los profesores (y que mencioné más
definitiva, crisis de una identidad construida a lo largo de casi un siglo y medio de historia.
Cuando siendo niña me preguntaban “¿Qué querés ser cuando seas grande?”
no contestaba nada que me vinculara a la docencia (y eso que pasaba horas
jugando a ser maestra o alumna). Quería ser médica, porque a mi papá y a mi
hermana les encantaba...Lo sostuve hasta 4º año de la secundaria, hasta que
un profesor me dijo: “Vos no vas a ser médica, tenés pasta de profesora”.
No viene al caso aclarar qué soy ahora, qué representación cumplí. La
reflexión que me propongo a mí misma es que pude ser “alguien”, tener un
lugar social, porque hubo otros “alguien” que desde la palabra y la acción me
posibilitaron ocuparlo.
pensar a los sujetos que se desempeñan como profesores, y que son profesores pero no sólo
profesores. Ese “no sólo”, previo y contemporáneo a la decisión de ser profesor, es lo que marca
diferencias, alternativas, quiebres, esperanzas, que no podrían leerse sólo bajo la etiqueta de un rol
o una credencial.
Según Bourdieu, los miembros de los grupos basados en la cooptación, como son la mayor parte de
los ‘cuerpos’ (y aquí podrían incluirse los docentes) tienen siempre en común algo más que las
uno de los principios de la ‘vocación’ y tiene en cuenta no sólo la naturaleza del puesto o el importe
de los ingresos, sino esas características secundarias que se encuentran a la base de su valor social
que los miembros desprovistos de las mismas quedan excluidos o desplazados hacia posiciones
marginales. Esto lleva a pensar que las variables estadísticas, o los nombres de las ‘clases’, ocultan
toda una red de relaciones que es preciso interrogar porque han definido la constitución de esa
clase. ¿Qué hay detrás de la denominación “profesor”? ¿Cuáles son esas características que se
57
suponen “individuales” y, sin embargo, son producto de procesos sociales que abarcan a conjuntos de
Antes de ponerle un nombre a las tareas o funciones que imaginamos desarrollar en el futuro,
existe una primera expectativa como sujeto, no siempre situada en el orden de la conciencia pero
que sin duda opera en las decisiones: ser en el mundo, estar en algún lugar social, "ser alguien". Y es
aquí, en este punto que de tan obvio casi se nos olvida, donde se comienza a jugar el papel de la
“Hay cosas evidentes que, curiosamente, se olvidan pronto. Para empezar, que el hombre no está
presente en el propio origen. Que nadie puede darse la vida a sí mismo aunque adquiera, o crea
tiempo mejor. Nadie puede darse la vida a sí mismo y nadie puede, tampoco, darse su propia
Allí, justo en el punto de “"ser alguien"” es donde se construyen posiciones y disposiciones como
educando y como educador. “La educación (...) es un movimiento, un acompañar, un “acto” nunca
acabado que consiste en hacer sitio al que llega y ofrecerle los medios para ocuparlo.” (Meirieu, P.
La construcción de ese lugar en el mundo que imaginamos para nosotros y para los otros va de la
mano de la constitución del sujeto mismo que lo ocupará. ¿Desde dónde, cómo se hace esto, quiénes
Cuando les pregunté a los profesores, para que inicien su relato, acerca de su decisión de ser
profesor o profesora, se ubicaron en puntos distintos de su biografía. Pero los auténticos discursos
y prácticas que se conjugaron en torno a esa decisión se pueden leer a lo largo de toda la
59
Ejemplos de esta idea pueden ser la feminización de la docencia, o las diferencias de origen social entre magisterio y
58
entrevista, confirmando que el rol –y el tránsito por instituciones de formación específicas- es sólo
A.T., además de ser egresada de una Escuela Normal, tienen otras marcas identitarias:
“Yo soy hija de inmigrantes. La escuela significó siempre un ascenso social, propio de
otra época. Y del lugar de donde provienen mis papás los personajes más importantes del
pueblo son: el médico, el cura y el maestro. Por lo cual para mi papá tener una maestra en
cada hija era haber alcanzado el cielo con las manos.” (...) “Y por otra parte a mi siempre
me gustó. En mis juegos infantiles siempre estaban o la doctora o la maestra, no había
muchas opciones. No se me daba ni por ser bailarina, ni por la investigación, ni nada.
Solamente o médico o maestro.”
“Y, por otra parte porque, mi papá, muy inclinado al socialismo,- una autoridad, porque
sabía muchas cosas sin haberlo podido aprender en la escuela-, siempre insistía en que lo
único que nos iba a dejar era esto, la escuela. Que estuviéramos hechos.
Entonces entré a lo social también producto de la época, porque ¿cuáles eran las
tradicionales cosas que se les permitía a las mujeres?. Ser maestras. El espacio público
pasaba por ahí, más que nada” (...)
Estas narraciones cuestionan en forma evidente el concepto de vocación. Cuando la profesora dice
“No se me daba por ser bailarina...”, y se articula este dato personal al conjunto del contexto en que
se genera el discurso educativo, queda claro que el “llamado interior” es precisamente un efecto de
las restricciones del campo61 o, por decirlo de otra manera, es el resultado de una lectura acerca de
profesorado, sin que las cuestiones de género o de clase fueran un requisito “formal”.
60
Ver cuadro 1 en el que se sistematizan las características de cada entrevistado, con los códigos de identificación utilizados a
lo largo del texto
61
El campo, según Bourdieu, es el resultado de relaciones de fuerza y de la lucha entre sujetos, discursos, prácticas e
instituciones que tienden a conservar o a transformar formas específicas de poder en lo económico, político y cultural.
59
El relato da cuenta de una trayectoria modal que opera como parámetro en la configuración de
identidades: ser en función de mandatos, o ser otra cosa. Esto implica parecerse más o menos a los
miembros de un grupo o clase de referencia, o formar otros rasgos identitarios como producto de
cierto “desclasamiento”.
origen es una variable de desclasamiento, que debe considerarse tanto en términos “positivos”
de la inmigración: los hijos de inmigrantes accedieron a niveles educativos con los cuales lograron
una mejor posición social que la de sus padres. Un ejemplo percibido como desclasamiento negativo
puede ser el caso de los profesionales que en los últimos años se han dedicado a la docencia, y que al
sentir dicha situación como una salida “forzada” frente al achicamiento del mercado laboral ven
En el relato anterior, el padre socialista pone en evidencia con sus discursos la relación específica
entre escuela y conocimiento: ¿por qué alguien que “sabía mucho sin haberlo aprendido en la
escuela” confiaba tanto en ella, al punto de creer que allí iban a “hacerse” sus hijas y que eso sería
su única herencia posible? En este padre, sin duda, se entrecruzan distintas variables: todo lo que él
sabía, y aún cuando fuera reconocido por otros, no podía garantizar a sus hijas el ser “alguien”
preocupación, entonces, pasaba por este legado y no sólo por los saberes que otros ámbitos de la
necesitaba alguien que le abriera un sitio en el cual pudiera realizar su propia obra, ser su propia
obra. Es en estos términos en que la escuela hace a las personas, abriéndoles espacios sociales.
Por otra parte, se observa claramente la valoración de la escuela como espacio público. En esta
función de “hacer lugar” al que llega, se juega lo público: hay que hacer lugar dentro de la escuela, y
desde la escuela hacer lugar en el mundo. Los que llegaban, en tiempos de inmigración y de migración
interna, eran aquellos que nunca habían estado antes, y para los cuales efectivamente lo público
60
comenzaba en la escuela y encontraba allí su mejor garantía. Lo público era un espacio a conquistar
“Yo recuerdo haber sido una muy buena alumna en la escuela primaria... Y el comentario
en casa era que debería ser más que buena porque los chicos de los papás pudientes iban
a escuelas privadas porque pagabas y pasabas de grado si o si. En la escuela pública
teníamos que, en cierto modo, transpirar mucho la camiseta para pasar de grado. Y
esas cosas te quedan como un recuerdo indeleble de cuando eras chico.” (A.T.)
Biografía e historia
vida, con la cual tuvo tres hijas. En el lugar de procedencia de su padre, las opciones para las
mujeres no eran muchas, y la más deseables era la docencia, como entrada también al espacio
público.
Nacida en el año 1942, AT realizó su educación primaria en tiempos del primer peronismo. La vida
de AT, en los tiempos de su escolaridad primaria, estuvo atravesada por discursos antipositivistas
por un lado y moralizantes por otro. A partir del peronismo se produce la primer ampliación
importante del sistema educativo provincial, con la creación del preescolar, la generación de una
oferta educativa postprimaria orientada hacia el trabajo y con la creación de los Institutos
había construido en torno a un nuevo pacto social sostenido en el trabajo y en la justicia social. Las
acciones del Estado interpelaban a sujetos que se constituirían en la base de una nueva ciudadanía
Libertadora" y la presidencia de Frondizi , entre otras cosas se crea una de las instituciones que
aún hoy regulan la actividad docente: en el año 58 se sanciona el Estatuto del Docente, que incluye
61
Retomando lo público como conquista, el “modelo indeleble” de aquellos tiempos era el del esfuerzo
por "ser alguien", que se constituía o se fortalecía en la escuela pública. Era la cultura del esfuerzo
asociada a la inclusión y al ascenso social: valía la pena el esfuerzo porque era posible llegar. Quizás
el modelo no era indeleble, pero sí lo suficientemente resistente como para seguir produciendo
Así como algunos profesores llegaron a serlo por la vía de los mandatos sociales y familiares,
“Además de eso, y aunque me iba bastante bien, con mucho esfuerzo, con muchísimo
(pone énfasis), eran épocas muy duras porque me tocó antes de la represión y después de
la represión. O sea que el ambiente universitario era duro. Aunado a eso estaba de novia,
con una perspectiva de tener una familia, y que esos cuatro años se me hacían ocho, no le
veía el fin. Y para una persona tan ansiosa era como que estaba siendo incompatible con
los deseos, los ideales, las metas. Entonces empecé a buscar otra cosa, que además
contemplara estas necesidades de otro tipo de disciplina, intereses y las únicas carreras
que unían las dos cosas eran las de profesorado.
¿Te veías como docente?
62
Pinkasz, D. y Pitelli, C." Las reformas educativas en la provincia de Buenos Aires (1934-1972) ¿Cambiar o conservar?, en
Puiggrós, A. Historia de la Educación Argentina Tomo VII, pág 8
62
No. Jamás. Yo quería formarme. Nunca pensé en trabajar ni en dedicarme. Yo quería
pasar ese presente con lo que a mi me gustaba. Ni siquiera pense que tenía condiciones.
Mi papá me decía “Vos tenés que ser maestra”. Era italiano: o ama de casa o maestra.
Otra cosa no. Así que yo le decía: “Yo profesora? ¡Ni loca!”
Biografía e historia
FB nació en 1955, en una familia de clase media, con un padre italiano dedicado al comercio que
circuito privado destinado a su sector social. Transitó la primaria en la década del 60, la secundaria
entre fines de los 60 y mediados de los 70, y el nivel superior entre esta última fecha y los
Mientras transitaba su secundaria, se vivían los debates provocados por los intentos de reforma del
66, que incluía fundamentalmente la configuración de una escuela intermedia; en oposición a esas
docencia comenzaba a vislumbrarse como uno de los poco ámbitos seguros para absorber fuerza de
trabajo.64
Por esta época, "ser alguien" tenía una fuerte vinculación con la industria y los conocimientos
orientados a la misma. Posiblemente esto pesaba en FB para negarse como docente, porque sus
aspiraciones pasaban por el desempeño empresarial. La docencia tenia una mayor vinculación
63
Sobre la diferenciación institucional y el vaciamiento de contenidos ampliar con Tedesco, Braslavsky y Carciofi, op. cit.,
64
Tedesco, J., Braslavsky, C. y Carciofi, R. El proyecto educativo autoritario. Argentina 1976-1982. Flacso-Grupo Editor
Latinoamericano. Buenos Aires. 1985
63
con "gustos" o satisfacciones de tipo intelectual o emocional, pero no era vista como una
aprender y saber lo que le gustaba. Solo después se encontró ante la decisión de ser
profesora concretamente. Seguramente este origen de su "ser alguien" siendo profesor haya
que había elegido enseñar. Es por ese camino, quizás, y no por el deseo original de "educar"
que llega a ser profesora y a compartir con sus alumnos un saber que, anteriormente, sólo
A.M., a diferencia de nuestra maestra normal, tiene las huellas de otras profesiones que derivaron
este recorrido el que abre un lugar en el mundo. “Lo otro”, esos otros espacios que se ocupan
64
eventualmente, son vacaciones... Uno puede entrar y salir de esos sitios, al parecer sin demasiada
"Yo noto que el que trabajó en la actividad privada tuvo que cumplir siempre con ciertas
pautas. El docente tiene esas cosas de que por cualquier motivo falta..."
"Me anoté en 1999 o 2000 para dar clases.", -recuerda en otro momento de la
entrevista-. "Imaginate mi primer día de clase, nunca había dado clase en media. Mi
primer cargo fue ayudante de laboratorio. Y pensé: esto es joda . Y después tome el
cargo de profesor. Muchos módulos, como veinticinco además del cargo."
Es probable que esta visión de la docencia, muy vinculada al desprestigio y a los "vicios" del Estado,
en contraposición a la supuesta eficiencia del sector privado, opere en este profesor para que su
tarea docente esté atravesada por el ejercicio de profesiones liberales. Su identidad parecería no
sufrir impactos puesto que no hay fuertes identificaciones ni, por lo tanto, procesos de crisis con
respecto a las mismas. Su identificación pasa más por la enseñanza como profesión, en el sentido
liberal del término, que por su función educadora, con el sentido político, social y pedagógico que
- “Sin la formación docente pensás en la formación que vos tuviste. Con la práctica
esa idea va cambiando. Hay limitaciones. Por ejemplo: no tengo laboratorio para biología,
sólo pocos recursos que traigo yo. En cambio mi formación fue en lugares de excelencia,
en escuelas y colegios universitarios. Con esto (señalando a su alrededor y riendo) me
pregunto...¿qué pasa acá?
Biografía e historia
A.M. nació en 1959. Es hijo de un padre profesional, del campo de las ciencias “duras”, y de
una madre ama de casa. Su escolaridad se desarrolló en lo que podría enunciarse como circuito
estatal de elite.
65
Transita su escuela primaria entre 1965 y 1972, en su mayor parte bajo los gobiernos
última dictadura militar, aunque también experimenta los dos momentos de crisis y/o
vuelta a la democracia.
"¿Qué pasa acá?" se pregunta A.M. mientras sonríe. La sensación de la entrevistadora es que el
“en serio”.
Parte de una respuesta posible a su pregunta aparece en el párrafo transcripto: hay limitaciones,
como se analiza más adelante, surgen otras variables como la cultura de los alumnos y sus familias.
Es interesante señalar la dicotomía que establece entre la formación que tuvo como alumno que se
preparaba para un lugar social imaginado, y en el que la profesión era un elemento decisivo, y lo que
el llama “formación docente”. Teniendo en cuenta que su preparación específica para ejercer la
docencia fue una capacitación de dos años, es legítimo pensar que en sus representaciones la
esta dicotomía, se destaca lo que en punto anteriores se nombró como el modelo resistente de la
propia escolaridad: excelencia, exigencia, esfuerzo. Este modelo sigue operando como expectativa y
separen distintas formaciones en una biografía que es única. Al leer y releer las narraciones de los
circunscribirse a las instituciones específicas dedicadas a tal fin, con lo cual sus recorridos como
alumnos representan una dimensión clave de su identidad. En otras palabras, las prácticas y
discursos escolares que han experimentado65 como alumnos han marcado intensamente sus modos
65
La experiencia difiere del mero conocimiento en tanto éste simplemente puede ‘tenerse’ mientras que aquella nos
transforma. (Larrosa, J. La experiencia de la lectura)
66
De un modo similar, las prácticas y discursos escolares que experimentan los profesores en
ejercicio van estructurando su práctica cotidiana. En la diferencia entre unos y otros se basan los
juicios de valor, es decir que la valoración acerca de lo que los profesores realizan tiene como
parámetro lo que realizaban o enunciaban sus maestros y profesores, previamente a su paso por los
¿Son esos discursos y esas prácticas escolares, que los profesores han experimentado siendo
docentes, a los cuales no desean volver. ¿Significa esto que realmente se cuestionen esas huellas en
La pérdida de sentido que atribuyen a la escuela de hoy puede ser un motivo para que se hayan
diluido los cuestionamientos y, por el contrario, se jerarquicen estos estilos como rasgos de la
claridad o la excelencia supuestamente perdidas. Las experiencias como alumnos forman parte de
una matriz de aprendizaje y de acción previa a toda formación específicamente profesional, motivo
por el cual opera como base de la misma y es mucho menos accesible a la racionalización. La
Hasta el momento, se podría considerar que las trayectorias difícilmente escapen a la tradición
familiar o a la opciones que ofrecen los discursos sociales. J.G. va descubriendo su “veta docente”
“Cuando inicié el comercial era la otra opción al Normal. En Avellaneda los dos más fuertes
eran el Comercial y el Normal. El comercial tenía salida laboral, y tenía que ver con la tradición
familiar. A los 13 años la veta docente no pesaba.”
67
Biografía e historia
J.C.G. es un profesor que nació en 1965. Proviene de una familia de clase media, madre
Comenzó su escuela primaria durante el gobierno militar de Lanusse, pasa por los gobiernos
peronistas de Cámpora, Juan D. Perón y Maria E. Martinez de Perón y termina el nivel en plena
dictadura militar. Bajo esta última dictadura J.C. recorre la escuela media.
En los fines de la dictadura militar, comienza sus estudios superiores y e inicia un proceso de
"- ¿Qué discursos, imágenes, prácticas, relacionadas con tu carrera docente recordás?
- Recuerdo a la profesora de Matemática de primero y segundo de la secundaria. Era
justa dentro de lo exacto. Ni podías discutir una nota. También el de Contabilidad. Era
divertido. Hago cosas como él. En épocas duras marcaba la posibilidad de diversión.
También recuerdo a todos los de Lengua y Literatura porque me gustaba la materia. En
el profesorado, la profesora de Metodología. Nos dio el permiso oficial de jugar en el
aula, establecer el vínculo de otra forma, como yo quería."
El entrevistado, en este fragmento, muestra paradojas que lo han marcado en su decisión: ser
justo sin que haya discusión; generar la posibilidad de diversión en tiempos duros; otorgar permiso
oficial para jugar. En todos los casos recuerda un vínculo, no contenidos o enfoques para abordar
contenidos específicos. Las paradojas que presenta (sin que las explicite como tales) aluden a
(...) “En el 82 elijo medicina, la más difícil y la más prestigiosa (fue una opción). Después
descubro que no me completaba, no me hacía feliz hablar de células y muertos. Mientras
cursaba el 2º año hice el primer año del profesorado. Después sin dar los finales decido
abandonar medicina. Medicina se hacía cada vez más agobiante y el profesorado más
68
placentero. La literatura era lo que más me gustaba. No una licenciatura, por ejemplo,
porque tenía claro que quería ser profesor de secundario, no de adultos. Y de
media, no de Polimodal...”
“No me completaba, no me hacía feliz hablar de células y muertos...” Viejo mito de la educación: el
juego entre la muerte y la vida, o entre la nada y la completud. “Hacer un sujeto” es darle vida a
través de un sentido que reconstruya o unifique sus experiencias, las cuales, en el sinsentido, no son
más que fragmentos inertes. “Hacer aprender” es hacerle lugar al otro en el mundo, no abandonarlo
y ayudarlo a que desborde la historia de la cual es heredero, a que sea obra de sí mismo, a que haga
66
otra cosa diferente con lo que hicieron de él .
Cuando el entrevistado habla de enseñar a adolescentes y no a adultos, explicita sus razones: cree
que los adultos han cometido los errores que constituyeron esta realidad, y no está dispuesto a
seguir soportando errores de adultos. Cuando los adolescentes se equivocan es porque están
aprendiendo, puede tolerarlo y trabajarlo. En su discurso, queda claro que los adultos no están en
carrera, y lo refuerza diciendo que quería ser profesor de media y no de Polimodal. Lo que se puede
leer a partir de su discurso es que la Ley Federal trajo a la escuela aquello que no debería haber
En el caso de H.S. el “"ser alguien"” se relacionaba con aprovechar las circunstancias, acomodarse a
ellas, negociar:
66
Meirieu, Philippe. Frankestein educador. Laertes. Barcelona. 1998
69
“La decisión no fue: "bueno, voy a ser profesor". Fue más que nada porque realizaba un
trabajo que estaba en decadencia. Era artesano. Más que nada me dedicaba a artesanías,
pero no a "artes difíciles" sino a artesanías fáciles de hacer... Reciclar materiales... Que
se yo... Pintar espejitos. Llevaba poca inversión, porque los materiales eran relativamente
gratis, tres tarritos de pintura, mezclar colores y después un poquito de imaginación.
Mínima inversión o prácticamente nada y después salir a venderlos ... Ir viendo... Muchos
juguetes, marionetas.”
Estos relatos expresan no sólo una postura frente a la educación, sino frente a la vida en general. A
diferencia de la mayoría de los entrevistados, aquí no aparece el esfuerzo como valor, sino por el
70
supuesto... Nadie recurre hoy en día, por lo menos en la zona, o muy pocos, a una ayuda
extra, un profesor particular.”
misma siguió respondiendo a los mismos principios que en su trabajo como maestro particular: el
cree que lo más importante que debe enseñarse a los alumnos es “a negociar”, que no los puedan
Del discurso de este profesor se desprende que prima en su quehacer el interés particular y la
Biografía e historia
HS nació en 1965, en una familia de clase baja, un padre desocupado y una madre que se
Transitó su escolaridad primaria entre 1971 y 1978, comenzando con el gobierno militar de
Lanusse, pasando por el período peronista del 73 al 76 y terminando con el gobierno militar
iniciado en el 76.
Realizó su escuela media entre 1979 y 1984, prácticamente a lo largo de la última dictadura, y
sus estudios superiores entre 1985 y 1993, durante los dos primeros períodos democráticos
"Para mí, esto es una cárcel (...) Las maestras que hacen doble turno sufren,
sufren, esto es una cárcel. Y te dan permiso para salir a tu casa, y después volvés.
A los presos les dan permiso para ir a trabajar y después tienen que volver a la
cárcel, acá es al revés...Vos venís a la cárcel a trabajar y te dan permiso para
volver a tu casa."
También afirma que para los alumnos las aulas son una cárcel, aunque hagan talleres de arte o
cualquier otra cosa. Esta percepción se relaciona estrechamente con el valor que para él tiene su
71
tarea docente: hacer más llevadera la escolaridad. No se advierte en su discurso una
cambio en las condiciones de vida de sus alumnos, a las que alude como algo dado. Desde esa
perspectiva, todo su accionar como sujeto, incluido su accionar como docente, se va definiendo a
medida que se presentan oportunidades, y es así como cada cual va encontrando mejores sitios o
educador.
Retomando la cuestión de "ser alguien", y cómo serlo, en algunos casos, existe algún modelo que
Así responde V.R. a la pregunta específica sobre su decisión de ser profesora. Sin embargo, en
distintos pasajes de la charla se vislumbran otros rasgos biográficos que fueron delineando la
“Cuando vine acá, cuando empecé a trabajar en las escuelas del estado (yo siempre viví en
un mundo privado) es totalmente diferente. Nada que ver. Nada que ver...(enfatiza)”
“Los chicos son remaleducados, te contestan. Yo en la privada no hacía eso, ni se me
hubiera ocurrido contestar, o venir sucia.”
Biografía e historia
72
V.R. nació en 1970, en el seno de una familia de clase baja, cuyos padres se
Es interesante comparar los discursos de A.T y de V.R: plantean exactamente lo opuesto en relación
a la escuela pública, con treinta años de diferencia. Representan no sólo dos contextos, sino
sociedad. Por otra parte, lo público y lo privado también han ido adquiriendo significaciones y
buena convivencia, del respeto, mientras que el espacio público parece mostrarse como degradado,
anómico, donde todo vale y por tanto nada tiene valor, y donde se producen situaciones impensables
en lo privado. A.T y V.R. representan dos momentos históricos cuyas oposiciones invitan a
interrogarnos acerca de quiénes deben participar de la escuela, por qué, con qué intencionalidad, y
qué nos ha pasado a todos nosotros en estos treinta años–objetiva y subjetivamente- como para
Los discursos presentados hasta aquí podrían agruparse en tres grandes categorías:
• Mandatos y vocación: tanto desde la conciencia de un mandato social o familiar explícito, como
desde la sensación de que existe una inclinación natural para la docencia, la frase que podría
caracterizar a este grupo o categoría es: “no podría haber sido otra cosa”
• La frustración original y la docencia como opción “de segunda”: en estos casos, la opción por el
profesorado se ha realizado en base a lo que llamé una frustración original, una convicción de
que la carrera que auténticamente los apasionaba les estaba vedada por algún motivo, con lo cual
73
la versión devaluada de la docencia en ámbitos afines se mostraba como una posibilidad de suplir
en alguna medida esa pérdida: “quería ser otra cosa, pero tuve que optar por esto”
• La docencia como elección meditada: aquí pueden reunirse entrevistados que han tenido muy
distintos recorridos hasta ser profesores, que han pensado, iniciado o concluido otras carreras,
pero cuyo denominador común se sintetizaría en la sigiente frase: “pude haber sido otra cosa,
profesores entrevistados señalan como motivación para elegir la carrera docente sus preferencias
personales, definidas como “vocación” o “gusto”. Se pueden agregar a este grupo quienes eligen la
carrera por identificación con sus docentes o por docentes en la familia. Todos estos sujetos
ejercen la docencia, según sus propios discursos, por un componente prioritariamente afectivo, o si
Por otra parte podrían reagruparse aquellos que no han elegido la carrera en principio, sino que
de los profesores según sus motivaciones, pero sí se señala que la decisión de ser docente se
inscribe en una matriz social y biográfica que forma parte de la construcción de la identidad y, por
"Ser alguien" en el mundo implica mucho más que el lugar social formal que puede otorgar una
expectativas que los otros tienen acerca de nosotros. La idea del “buen profesor” opera como una
67
Braslavsky, C., Birgin, A. (comps.) Formación de profesores, Bs. As., Miño y Dávila, 1992.
74
valoración del propio desempeño, su “distancia” con respecto al modelo deseable, incide en el relato
Las representaciones de los entrevistados acerca de cómo es un buen profesor, pueden agruparse
Un buen profesor tiene compromiso o vocación. Esta característica va más allá de las
Son las condiciones de ejercicio de la docencia las que hacen al buen profesor, y no una condición
personal. Esta idea fue cobrando cada vez mayor fuerza en la historia de la docencia a medida que
se consolidaron las representaciones del docente como trabajador y los procesos de organización
elementos tan disímiles como la carga horaria, el salario, el equipamiento, la definición de los
espacios curriculares, los sistemas de evaluación y de disciplina, la “buena base” por parte de los
alumnos y la responsabilidad familiar. Es llamativo que no incluyan dentro de las buenas condiciones
una formación inicial o una capacitación que les permitiera enseñar mejor en el actual contexto.
Considero que “condiciones de trabajo” constituye una variable del buen profesor que involucra
indicadores de muy distinto orden, cuyo común denominador es la valoración negativa que los
de diferente orden, al mismo tiempo que su unificación en la calificación negativa, puede generar
respuestas inapropiadas -en las ideas, las actitudes, las acciones-, ya que no significa lo mismo
rebelarse contra los bajos salarios, por ejemplo, que contra los valores culturales de las familias.
75
Surge la pregunta ¿qué significa, en realidad, “condiciones de trabajo”? Las características
identificadas por los profesores como propias del ejercicio de su tarea en la actualidad ¿qué
condicionan, cómo? ¿Es legítimo incluirlas a todas ellas en el concepto de “condiciones de trabajo”?
las cuales se desempeñaban los profesores entrevistados68. De los items considerados importantes
profesores, los entrevistados solo recuperan en su discurso dos de ellos: condición socioeconómica
ni sus formas de organización institucional ni la eficiencia interna de las escuelas donde trabajan.
aquellos aspectos que tocan más directamente las intervenciones o responsabilidades docentes no
son recuperadas por los entrevistados con la misma fuerza con que explicitan responsabilidades
externas.
3.3.2. Las condiciones “individuales” del buen profesor ¿Compromiso y/o vocación?
De las entrevistas, surge otra indiferenciación que puede obstaculizar la interpretación. Los
cargo, parece ser el elemento que todos reconocen en los buenos profesores, y eso posiblemente
sea lo que llaman “compromiso”: asumir y cumplir una promesa. No obstante esa lectura de lo común,
hay variantes con respecto a los protagonistas de la promesa. ¿Comprometerse con quién o con qué?
¿Con la ciencia? ¿Con la excelencia? ¿Con la historia de la profesión? ¿Con los alumnos como futuros
ciudadanos y trabajadores? ¿Con los alumnos como sujetos aquí y ahora? ¿Se entiende que el
68
Ver anexo de dimensiones de análisis.
76
compromiso, a diferencia de una mera promesa, es compartida, mutua, con otros y no hacia otros o
En algunas entrevistas los límites son difusos, y el profesor que se reconoce como comprometido va
más allá de un rol profesional y comienza a parecerse a un apóstol de la educación: se vincula con su
tarea de un modo integral, se siente parte de lo que hace con una importante dosis de desinterés y
de entrega, se encuentra con sus alumnos trascendiendo las prescripciones de su rol y lo acompaña
casi sintiendo una responsabilidad personal...En este punto, cabe la pregunta ¿esto, actualmente,
puede compararse a las situaciones que en otros momentos produjeron la metáfora del apóstol, con
sus connotaciones negativas para la docencia? ¿Qué implica, y para quiénes, el “apostolado” docente
caso, si es que ponemos el énfasis en las posibilidades de cambiar modelos escolares y sociales?
¿En cada uno de estos contextos es lícito hablar de apostolado cuando se identifican ciertos
rasgos, o sería más adecuado interpretar esta configuración de identidad bajo una nueva metáfora?
interpretarse que el buen profesor o bien nace o bien se hace de acuerdo a las características
una formación de profesores que tome como punto de partida la ausencia del llamado interior y la
ausencia de condiciones de trabajo deseadas, con lo cual “el buen profesor” pareciera estar
determinado, ya sea por sus condiciones naturales e individuales o por las condiciones en que ejerce
la docencia.
Las representaciones acerca del buen profesor sin duda se ligan a las representaciones que en cada
77
forman parte de “lo hegemónico” es reconocer que coexisten con otras en el campo educativo, lo
cual también da cuenta de discursos que se disputan un lugar legítimo -o el lugar de la legitimidad,
para ser aún más determinante- en dicho campo. Con respecto a las definiciones históricas del
“buen profesor” podría establecerse una relación entre los cambios de funciones sociales que ha
experimentado la institución escolar, los discursos construidos a partir de dichos cambios y las
posiciones de los sujetos de enunciación. Si se combinan estos tres elementos como claves del
a) Contexto de configuración del sistema educativo en la segunda mitad del siglo XIX y
social y formación del ciudadano. Fuerte presencia del Estado Docente como sujeto de
enunciación.
En este campo, el buen profesor tiene una fuerte identificación con su misión social y con el Estado.
Hace propios los propósitos estatales, internalizados como sociales. El buen profesor civiliza y
normaliza en pos de la integración social y la formación de ciudadanía.
b) Contexto de expansión del sistema educativo entre las guerras mundiales y los '60:
los sectores populares a los distintos niveles del sistema educativo, con la consiguiente
predominante del Estado como sujeto de enunciación. Conformación de una práctica sindical
En este campo, el buen profesor comienza a sufrir una escisión: para el Estado, será aquel que
puede incluir a los antes excluidos y se identifique así con las necesidades sociales; en los discursos
producidos a partir de la organización sindical, el buen profesor debe reivindicar su rol de
trabajador y defender sus derechos adquiridos, además de luchar por la conquista de otros. En esta
recomposición del campo, comienza a pronunciarse el conflicto entre los propósitos estatales, que
78
suponen un cambio en las concepciones y prácticas del nivel medio, y la percepción de que dichos
propósitos alteraban el contrato tácito en virtud del cual los profesores habían decidido ser
profesores.
c) Contexto de crisis del sistema educativo a partir de los '60, en el marco de las crisis del
capitalismo: discursos custionadores hacia la escuela, tanto desde el neoliberalismo
("ineficacia" e "ineficiencia") como desde las teorías sociales y educativas críticas ("la escuela
desarrollista. Ante la crisis del Estado, fortalecimiento del sujeto y del discurso sindical
opositor. En las décadas oscuras de las dictaduras militares, se instalan las prácticas y
ocultamientos.
Es importante tener presente que el terror y el silencio instalado durante una década desde el
propio Estado no es un dato menor, por el contrario ha dejado marcas que es necesario
considerar al momento de interpretar prácticas y discursos pedagógicos de los sujetos que han
¿Es buen profesor el que se identifica con los intereses de los sectores populares y colabora en su
consecución? ¿O es buen profesor el que pretende recuperar la calidad y la claridad que tenía la
escuela en otros momentos, y que ahora se ve interrumpida por estas incorporaciones? ¿Es buen
profesor el que hace alianza con el Estado o el que lo resiste? ¿Es buen profesor el que se calla y
obedece porque es un funcionario estatal o el que desconoce su filiación estatal y cuestiona el
sistema como si estuviera fuera de él? ¿Cómo se puede ser un buen profesor sin hacer ni ser
ninguna de las dos cosas, con quién hay que unirse, por dónde se puede empezar?
69
Como ya se ha explicitado en otros fragmentos, no se profundizará en los contextos de dictadura militar sólo porque
merecerían un estudio exhaustivo y específico que excede los alcances de esta tesis. Sólo cabe señalar que en estas épocas
oscurantistas el terror era una variable clave en la constitución de la identidad docente (como de la subjetividad en términos
globales) y marcaba la representación del buen profesor.
79
d) Contexto de reconfiguración del sistema educativo en el marco del "triunfo del
neoliberalismo" de los '90: discurso de la "equidad con calidad" y necesidad de "ajustes" para
privatización y flexibilidad. Corrimiento del Estado Docente y predominio dentro del ámbito
En este campo, el buen profesor sufre otros golpes a sus certezas ya puestas en cuestión. El nivel
medio cambia de dependencia estatal (las escuelas medias pasan a depender de las jurisdicciones
provinciales, proceso que en muchos casos fue vivido como una baja de calidad en sí mismo); de
estructura (creación del tercer ciclo de EGB y Polimodal); de matrícula (ingresan muchos pobres,
marginados, excluidos, y se establecen nuevos mecanismos y responsabilidades para ello); de
currículum (cambios de diseños curriculares y en las perspectivas para abordar los contenidos); en
definitiva, el nivel medio que era la referencia de los profesores cambió de propósitos, de prácticas
y de discursos, no de manera inmediata ni mecánica, pero sí comenzaron a operar otras variables
que impactaron en la identidad del profesor. Aquí se instalaron con más fuerza que nunca los
interrogantes acerca del buen profesor: ¿cómo ser buen profesor con esta estructura, con esta
dinámica, con este marco regulatorio, con estos alumnos, con estos compañeros, con estos
contenidos, para los cuales no fuimos formados? ¿Qué están pretendiendo de nosotros? ¿Toda la
sociedad está pretendiendo lo mismo?
"justicia social" y establecimiento de los marginados y excluidos como prioridad para el sistema
educativo. Nueva presencia del Estado como conducción educativa y reconstrucción de las
relaciones entre el mismo y el sujeto sindical. Nueva recomposición del campo educativo y de los
Este es el campo en que se instala este trabajo, con todos los interrogantes sedimentados
desde hace décadas, y con todas las respuestas globales y parciales, legitimadas y no
legitimadas, colectivas o individuales, que se fueron ensayando. Y en este campo, la pregunta es:
80
¿hay algo más después de los '90? ¿Se está gestando algo diferente o aún seguimos
Por los testimonios recogidos, se advierte que los profesores no han podido superar el quiebre fatal
que han experimentado a partir de la implementación de la Ley Federal. Siguen convencidos de que
la función que deben cumplir es la misma que en los orígenes del nivel medio, pero en un terreno
convulsionado, desmantelado, que no les permite ser lo que eran. Esa contradicción ya lleva diez
algunos casos, resignación. La sensación de haber sido "traicionados" y "abandonados" por el Estado
opera como obstáculo para poder resignificar las propuestas educativas oficiales pero también, al
mismo tiempo, parece estar operando como obstáculo para construir una crítica de manera
organizada y propositiva. Los procesos identificatorios que tienen lugar para actuar en contra del
81
CAPITULO 4:
Tengo la suerte de tener hermanos mayores que yo, con lo cual he podido
guardar en mi memoria las palabras, metáforas y representaciones que
correspondían a su edad. Idealistas, transgresores, rebeldes...
Desorientados, inseguros... Algunos aplicados, “prometedores”... Pero al
menos hasta los ’80 (por lo menos ese es mi registro, y descarto los años de
dictadura en los cuales mi poca experiencia me hizo percibir sólo una
exacerbación de la “seguridad”) los adolescentes éramos “chicos”, los chicos
de alguien, y teníamos “materia prima” como para que todos se ilusionaran con
la construcción de un futuro mejor. Lo recuerdo con claridad: éramos
“semillas de futuro”. Había futuro y había semilla para cuidar. Aún si
criticamos la metáfora del docente como jardinero (porque no coincido con
que la educación consista sólo en ayudar a “florecer” lo que se trae en
“esencia”), era una actitud de cierta confianza tanto hacia la semilla como
hacia el jardinero (lo cual no descartaba opciones autoritarias), y también
hacia el paisaje posible que lograrían. Después, ya nada fue igual, no sé bien si
por el mundo o por mí misma, que empecé a verlo de otra manera.
Más allá de algunas diferencias entre sí, es muy significativo que todos los profesores coincidan en
Seguramente la respuesta que dan los alumnos es una respuesta anunciada, casi transmitida por el
tono de la pregunta. Los alumnos saben que no tienen nada, porque los adultos, los profesores
especialmente, ya se lo han dicho, ya se lo han hecho sentir. No se ponen en duda aquí los esfuerzos
de los profesores por estimular a los adolescentes, ni sus buenas intenciones. Pero algunos
discursos y prácticas pueden dar cuenta de supuestos básicos subyacentes que operan sin que los
sujetos sean plenamente conscientes de ello. Ningún profesor, seguramente, quiere o desea que sus
82
alumnos sean “nada”, pero es probable que así los vean, y de hecho así lo dicen. Y la palabra también
produce. Produce no sólo en sentido de lo deseable o positivo, la palabra también produce fracaso,
destrucción, nada.
Es ya sabida, por diferentes estudios, la influencia que las personas podemos tener sobre nuestros
semejantes tan sólo a través del modo en que los miramos o de la imagen de sí mismos que por
distintos caminos les devolvemos. Más aún desde el lugar de educadores. Más aún desde la escuela.
Los llamados “efecto expectativa”, “predicción creativa” o “profecías autorrealizadas” dan cuenta
de que las representaciones que los educadores ponen en juego en relación con sus alumnos
sólo se producen por el peso de la mirada, de la palabra, de la postura física (que de por sí ya
marcan cierta dirección) sino también porque se van desplegando una serie de elementos objetivos
que generan espacios de posibilidad o imposibilidad. Es el caso de los docentes que no sólo explicitan
a toda voz que a determinado alumno “no le da la cabeza”, sino que en las tareas que le propone, en
las formas de corrección, en el lugar otorgado dentro de la dinámica del aula, le confirma
cotidianamente que “no puede”, con lo cual son pocas las oportunidades que tiene el alumno de
mostrar algo distinto a esa definición. “He ahí, pues, al educador muy lejos de la impotencia a la que
a veces se le ha pretendido condenar. He aquí que es capaz de identificar las situaciones que le
permiten ‘hacer un hombre’. He aquí, incluso, que puede conseguir que se cumplan sus propias
“tienen algo” es casi una provocación. Para poder asegurar que “tenemos algo” es necesario haber
registrado alguna vez que podíamos hacer, decir o producir algo deseable.
¿Qué oportunidades han tenido estos alumnos de construir esas herramientas que exigimos que
tengan? ¿No los estaremos abandonando, desorientando y empobreciendo también en las escuelas, y
no sólo otros adultos en el resto de los ámbitos sociales? La exclusión social se legitima y se
refuerza también cuando los ponemos fuera de nuestro discurso, como si no tuviéramos nada que
83
“Totalmente desencantados con la vida. No esperan nada. En los últimos 10 años han
dado un vuelco total. No son los grupos que teníamos nosotras. Qué bien la pasábamos...
Ahora no... La pasás bien porque son chicos. Pero no, son viejos... Son chicos pero son
viejos... Mucho desencanto, mucha desazón, mucha desesperanza. No esperan nada,
vieron todo. Probablemente te puedan enseñar cosas a vos, porque la mayoría vienen de
segmentos muy bajos, que no eran los adolescentes que teníamos antes, muchos de clase
media... Muy duro, muy duro.” (FB)
¿Qué podrían enseñarnos estos chicos, atendiendo el discurso de la profesora? ¿Lo duro de la vida,
la miseria de los segmentos bajos, lo malo de no pertenecer a la clase media? Han visto todo –todo
lo posible para ellos- y no esperan nada –porque lo deseable es imposible. Así son estos adolescentes
desencantados, que en los últimos diez años perdieron el encanto y envejecieron. ¿Será posible para
los profesores no contemplarlos como un fenómeno ya dado e intentar reconocer qué y cuánto
“Antes eran pibes más afectivos, a lo humano me refiero, ahora notás más la ignorancia,
la indolencia, la falta de pensamiento crítico, no saben escribir, no saben hablar, no
saben expresar una idea.” (FB)
¿Cómo construir sentido desde la nada? ¿Qué nos impide ver “algo” en nuestros alumnos? El sujeto
moderno liberal está fuertemente instalado, tanto que obstaculiza que podamos pensar, “simbolizar”
a otro sujeto. Podemos quizás comprender, “tolerar” ciertas carencias, pero no la carencia de
“esfuerzo” y de “interés”. El pobre que se esfuerza, que se interesa, que cree en el progreso,
todavía tiene algo del sujeto liberal, pero “estos” no tienen “nada”.
“(...)Pero los supernumerarios no son ni siquiera explotados: para serlo hay que tener
pericias convertibles en valores sociales. No se advierte cómo podrían representar una
84
fuerza de presión, un potencial de lucha, puesto que no gravitan en ningún sector social
neurálgico de la vida social. Sin duda, de este modo se inaugura una problemática teórica
y práctica. Si ya no son “actores” en el sentido amplio del término, porque no hacen
nada socialmente útil, ¿cómo podrían existir socialmente? Desde luego, por “existir
socialmente” entendemos ocupar un lugar en la sociedad. Pues, al mismo tiempo
están muy presentes, y este es el problema, ya que están de más.”(Castel, R, 1997.)
Parece que los adolescentes pobres tienen escasas posibilidades de integración –o mejor dicho de
una integración más igualitaria-, y, lo que es quizás peor, escasas promesas. En ese marco, en el cual
se quiebran representaciones como la de “el futuro en manos de los jóvenes” (tanto por la
desconfianza en el futuro como por la desconfianza en los jóvenes), pensar a los adolescentes se
vuelve más complejo que en otros momentos. Y pensar en el papel que juega en su constitución la
escuela que los recibe (o no) -cuando están en crisis referentes, funciones, discursos- es más que
un ejercicio de “clarificación” (como si todo estuviera allí para ser identificado y nombrado), es
Esta representación de “la nada” en realidad está cargada de muchas cosas. Como se puntualizó
anteriormente, un camino histórico para comprender algo de esta complejidad que encierra “la
nada” es la conformación de lógicas de poder modernas que fueron produciendo distintos sujetos,
los cuales hoy conviven, entran en tensión o se aniquilan en las relaciones profesor – alumno.
Para poder comprender mejor las contradicciones o quiebres percibidos en las representaciones de
sujeto a partir de las entrevistas, resulta oportuno reconstruir contextos claves en los cuales se
A partir del siglo XVIII los Estados administrativos se reconfiguraron como Estados de gobierno,
entendido éste como “conducción de la conducta”, tanto de los otros como del yo con respecto al sí
85
mismo. A este proceso llevado a cabo por los Estados Foucault lo denomina “gubernamentalidad”. El
estatización de relaciones y técnicas de poder, pues las prácticas de gobierno utilizadas por el
Estado no son inventadas por el mismo, sino que preexisten y son “capturadas” por las instituciones
estatales. La gubernamentalización del Estado es el proceso (que aún continúa) por el cual funciones
poder pastoral. El ejercicio de este poder precisa del conocimiento de las almas y su sujetamiento a
algún proyecto de salvación (divino o mundano)71. Implica el despliegue de una tecnología que por
siglos utilizaron las instituciones cristianas para conducir las almas (como el examen y ordenamiento
de la conciencia), y que a partir del siglo XVIII fue incorporada al funcionamiento del Estado
sí mismo.
cual predomina la “razón de Estado” y aquella en la que predomina la lógica del mercado. Podría
decirse que a lo largo de la modernidad se fue modificando la “economía del poder”, desde un
modelo que tiene al Estado como centro único de dominación hacia un modelo de dominaciones
múltiples.
70
Palamidessi, op. Cit.
71
Idem
86
El modelo del príncipe de Maquiavelo, tanto como la polizei prusiana corresponden a la razón de
diferencia del modelo prusiano en el que prima la necesidad de fortalecer al Estado a través de
En este modelo es más apropiado hablar de “producción del dominio” en las relaciones recíprocas del
totalización o dominación global de un grupo sobre otro, o del Estado sobre los subordinados, sino
múltiples sujeciones que funcionan en la sociedad con una racionalidad local, autónoma y táctica. El
poder, entonces, funciona como campo de posibilidades de acción de sujetos y grupos sociales, y se
define como una acción que se ejerce sobre otras acciones y posibilidades de acción72. Esto no
descarta la existencia de sectores dominantes, pero complejiza los mecanismos y relaciones por los
racionalidad liberal se define como “gobierno económico” en dos sentidos: ejercicio del gobierno
según los principios de la economía política y función de gobierno “económica”, reduciendo los costos
de “seguridad”.
Foucault sostiene que a partir del siglo XIX la seguridad tiende a convertirse en el componente
la sociedad de seguridad.
72
Palamidessi, M., op. Cit.
87
La “seguridad” cobra sentido en relación con su par “libertad”: frente al orden disciplinario,
territorial y soberano del Estado de policía, la seguridad liberal postula la no economicidad de esta
trama visible y rígida. Las funciones de gobierno se traducen en un modelo de regulaciones mínimas,
régimen de gubernamentalidad que nunca puede ser totalizado por un actor ni comprendido por
Existe otro par fundamental con el cual se define la seguridad: el riesgo. La seguridad es, en
“La seguridad es una tecnología política que redistribuye socialmente compensaciones y costos, y
que no se restringe a un campo específico sino que constantemente está generando nuevos
territorios, redefiniendo objetividades y subjetividades”. (Palamidessi, op. Cit, pág. 93) Al crearse
“zonas de riesgo” se crean “zonas de seguridad”: villas y countries, los hospitales y las prepagas, la
calle y la escuela, las escuelas seguras y las escuelas de riesgo, entre otros ejemplos. Creadas estas
zonas diferenciadas, la tarea posterior es mantenerlas, pues en tanto exista el riesgo existirá la
regulación, vigilancia y control hacia niveles micro, y de afirmar la acción de los particulares,
constituyéndolos como sujetos. El punto donde la tradición liberal genera su invención más notoria
como sujeto del cálculo racional, que somete sus acciones a estimaciones de escenarios futuros. Es
88
un sujeto gobernado y gobernable a través de un juego amplio de elecciones que, al mismo tiempo, lo
Cuando estos conceptos se trasladan al análisis de adolescentes pobres, donde la administración del
espacios límites de la integración o la exclusión social, entre la vida y la muerte, entre la esperanza
y la resignación, el concepto mismo de riesgo cobra otros sentidos. Mientras “por definición” todos
los sujetos son colocados como sujetos de interés, que deben asumir riesgos y responsabilizarse por
sus decisiones, los más pobres están obligados a asumir cada día el riesgo de procurarse lo más
goce de aquellos espacios que podrían posibilitarse una vida mejor. Están constituidos
discursivamente como sujetos de interés, pero tienen para invertir valores muy desiguales, y cuando
se dice que “cada cual es su propio capital de riesgo” se quiere decir que se ponen en riesgo, que
están en riesgo, que son el riesgo. Pero allí también reside su “derecho”, por eso son libres. La
“trampa” es que, ante el fracaso o ante la detección de condiciones de posible fracaso existe la
opción de la asistencia o aún el tutelaje, que cambia cuotas de seguridad o protección a cambio de
riesgo y el sujeto en riesgo, el sujeto autónomo para asumir riesgos y el sujeto necesitado, el sujeto
En esta expresión se pueden observar al menos dos supuestos: la desconfianza sobre la posibilidad
de inserción laboral, y la valoración de los empleos “de riesgo” como aquellos que exigen mayor
calificación y obtienen mejores remuneraciones. En consecuencia, la lógica del riesgo y los sujetos
73
Todos los hombres, en sentido genérico, necesitamos luchar para procurarnos nuestra subsistencia, pero es necesario
puntualizar dos cuestiones: estamos hablando de un modelo económico y social injusto, basado en la concentración de riqueza
y la expropiación, y por otro lado estamos hablando del lugar de los niños y jóvenes en este modelo, privados de sus derechos
más fundamentales.
89
“- Algunos van a terminar en la mediocridad, repitiendo los ejemplos de los adultos que
tienen.
- ¿Qué sería, concretamente?
También en estas expresiones, junto con la “mediocridad” de “vivir como se pueda” aparece la
valoración del “sacar el mejor partido”, aprovechar, sacar ventaja, por otra parte muy asociado al
“Algunos, muy pocos, son luchadores, les interesa. Y esos pienso que van a zafar...
Llegarán a alguna carrera terciaria, no muy difícil, pero a algo sencillo van a llegar.”
En los discursos actuales el término “riesgo” asume por lo menos dos sentidos (no opuestos, por
cierto): el que se trabajó en el punto anterior, más económico, que pone en relación costos y
beneficios, y otro que tiene una carga de peligrosidad social. Las representaciones que vinculan a
los jóvenes con el delito y con la violencia son piezas claves en este sentido que toma el riesgo, y
más allá de que puedan o no ser verificadas y generalizadas en la realidad generan efectos de
verdad.
En las entrevistas realizadas, ante la pregunta sobre el futuro, los profesores presentan visiones
tales como:
90
En algunos relatos aparece la ilegalidad y la peligrosidad en que están involucrados algunos alumnos,
“Mis alumnos lo primero que hacen cuando cobran el plan “Trabajar” es comprarse
zapatillas o equipos de educación física caros, vestimenta, comida, cerveza y vino. Viven
muy rápido, no piensan en juntar un poco cada día. Lo de la ropa no es exclusivo de
esta escuela, los adolescentes usan la ropa como distintivo, pero en esta escuela se
nota, te choca. (...) También hacen “lo otro”, no sólo plan Trabajar” (GF2)
En las expresiones anteriores aparecen varias concepciones acerca de los sujetos alumnos que
habitan la escuela, algunas muy atravesadas por contradicciones: si todo adolescente aspira a
“distinguirse” con la ropa, ¿no es legítimo que sus alumnos también lo hagan? Si todos los
adolescentes viven rápido ¿no es legítimo que éstos también lo hagan? Si los adolescentes de clase
media también toman cerveza ¿qué tiene de reprochable que éstos lo hagan? Lo que “se nota” y
“choca”, y no se dice en la entrevista, es que no parecen ser los mismos adolescentes, porque las
adolescente pobre no tiene derecho a ciertos consumos (a los que, por otra parte, los empuja el
consumismo) porque debería estar sacrificándose para ser alguien mejor en el futuro (un futuro
que, por otra parte, los adultos parecen no poder mostrarles con actitudes concretas y ni, al menos,
considerar en sus relatos). Para agudizar la contradicción, quizás ni siquiera se estén procurando el
favorecidos pueden potenciar su posición como sujetos de interés capaces de obtener mayores
beneficios de sus acciones, los de sectores subalternos están atravesados por imaginarios de
91
Se ha estudiado que jóvenes de distintos sectores sociales tienen demandas de consumo similares,
y es legítimo suponer que muchas similitudes se deben al impacto homogeneizador tanto de los
medios de comunicación como de su tránsito por la escuela75. Pero la diferenciación está en el plano
caminos distintos a los adolescentes de distintos sectores. El robo, por ejemplo, se suele presentar
como una alternativa para los más desfavorecidos. Y en su caso, al inmediatismo se suma el
repentismo, es decir, una conducta en el límite de lo racional y lo irracional llevada a cabo por obra
de la circunstancia. Esto pone en cuestión la constitución de estos adolescentes como sujetos
estratégicamente sus acciones. O en todo caso son otros costos y otros beneficios, porque el valor
y el sentido mismo de la vida puede ser diferente entre adolescentes que tienen algún reaseguro
tienen, puesto que lo que no logren ellos mismos nadie puede ayudarlos a lograrlo. Mirado desde
esta perspectiva, desde la cual se vive en los límites (de la vida y la muerte, lo legal y lo ilegal, los
Siguiendo en la línea de los puntos anteriores, el riesgo pone a los adolescentes de distintos
sujeto incapaz de procurarse a sí mismo el sustento material, carente de lo necesario para obtener
del mercado los recursos para su automantenimiento. Así es constituido como efectivo o potencial
receptor de asistencia estatal. Es así como se forma un nuevo par dicotómico: autónomos vs
necesitados. En este punto, es valioso poner en juego una acepción diferente del necesitado.
Especialmente en los últimos años el “necesitado” fue connotado negativamente. Una buena parte de
esta connotación se la debemos a las concepciones liberales que, en sus críticas al Estado
74
Las ideas centrales de este punto surgieron de una investigación patrocinada por el PNUD, en 1999, realizada por Kessler,
G. y presentada en el artículo “Las lógicas de la violencia y la cuestión social”, en Revista Punto de Vista, N° 67, año 2000.
75
Kessler, op. cit.
76
DUSSEL, I., TIRAMONTI, G. y BIRGIN, A.: "Hacia una nueva cartografía de la reforma curricular. Reflexiones a partir de la
descentralización educativa Argentina" en: Revista de Estudios de Curriculum, Año 1 Nº2, Barcelona, 1998.
92
Benefactor, han presentado a los sujetos más desfavorecidos como “parásitos sociales”, y no sólo
La necesidad y la dependencia son relaciones, y en tal sentido construyen ligazones entre las
mientras necesitemos de un otro para construir nuestra vida, y mientras algún otro nos necesite
para construir la suya. Es así que podemos pensarnos como interdependientes en la construcción de
vidas compartidas, y esta dependencia recíproca, que es parte del reconocimiento de una necesidad
recíproca, más que ser una amenaza entre las personas es una relación humanizante. En esta
relación puede vislumbrarse la regeneración de la confianza y de una solidaridad social que ha sido
escuelas en la configuración de, por un extremo, escuelas de necesitados, las que tienen alto
porcentaje de “matrícula en riesgo”, con comedor, planes sociales, becas, donde los docentes llevan
incluso el material de trabajo de sus alumnos; y por otro, aquellas escuelas para interesados, es
decir, sujetos de interés con todas las connotaciones positivas que se le adjudican al término.
Complejizando esta caracterización esquemática, cabe puntualizar que existen escuelas con
comedor y planes sociales que trabajan para que sus alumnos efectivamente puedan participar con
autonomía de las relaciones sociales, ejerciendo sus derechos como sujetos. Sin embargo, esta
especificación no debe negar el hecho de que las escuelas que reciben la matrícula más pobre tienen
una mayor preocupación por proteger, asegurar a sus alumnos en cuestiones vitales, con lo cual
El imaginario de la escuela común sintetizaba la confianza en una institución capaz de producir una
subjetividad que se construyera a sí misma mediante la acción educativa y eficaz para la integración
93
de las diferencias en un espacio compartido. Diversas políticas focalizadas especialmente en el
espacio escolar expresan la profunda transformación de la lógica pública que reemplazó al sujeto
transformar la pobreza en identidad terminal cuando se esperaría que fuera un estado transitorio.
mismas se suman a una nueva diferenciación entre escuelas efectivamente autónomas y escuelas
necesitadas.
Por otra parte, en este imaginario de la educación pública el pasaje al mundo del trabajo marcaba un
Pero si el mundo del trabajo no es un pasaje seguro, toda una red de sentido se desmorona. ¿Cómo
puede la escuela media operar sobre estos sentidos y estas posibilidades de “pasaje”?
asalariado, regido por las reglas del mercado y en virtud de las cuales se hace necesario competir),
posiblemente pueda facilitar otro pasaje al mundo de las relaciones sociales en las cuales los
hombres producen el mundo. Si la escuela puede generar formas de participación en “la cosa
pública” desde el aquí y el ahora, quizá contribuya a nuevas intervenciones y a otras formas de
Pero como paso inicial, la escuela misma debe formar parte de las expectativas de los adolescentes,
sentidos y pasajes. Como todo “pasaje” da idea de recorrido, y el mismo comienza en el punto de
partida, que es el momento que están viviendo los sujetos, lo que están siendo estos sujetos. Así
como no hay pasaje sin algún lugar al cual llegar, tampoco lo hay si no se considera el campo de
“En conjunto, están disminuidos por el entorno cultural que nos rodea... Siguen siendo
los "cabecitas de miércoles que vienen desde el interior (...) Estos son auténticos. Son
94
crotitos, pero nobles. Hay que pulirlos. El entorno familiar no es bueno. Falla el entorno
familiar.” (AT)
En estas pocas palabras dichas por una de las entrevistadas se expresa toda una visión
o valorizar a los alumnos, se plantea que son los otros quienes los hacen sentir inferiores –con lo
cual se pretende dejar claro que no lo son. Pero por otro lado, el entorno familiar falla... Lo “malo” lo
hace la familia, y lo “bueno” lo traen (¿Por generación espontánea?)... O lo hace la escuela. Otra vez
“pulir” hasta dar brillo a lo que se trae en esencia o en potencia, previo al accionar de las familias.
Otra vez educar en contra de la familia. ¿Por qué, a juzgar por los discursos de algunos profesores,
ni siquiera eso puede conseguirse: sacar brillo a los alumnos? ¿Será que, en definitiva, se vuelve a
caer en la convicción de que no hay “nada” para pulir? ¿La “nada” se vincula a la falta de potencial
que le atribuyen para hacer un futuro mejor? (parece haber una gran dicotomía entre lo que sirve,
lo “bueno”, y lo otro indeseable, que no debería existir, la nada) ¿Será que hay un cambio “temporal”
para pensar a los alumnos de antes y de ahora? Antes eran el futuro, parecía que no tenían
presente; ahora tienen una entidad presente (generalmente negativa) y no hay futuro. ¿Cómo hacer
¿Habrá que pensar una educación sustantiva, para el presente, como fin en sí misma, y no como un
medio que cobra sentido sólo por lo que puede lograr a futuro? ¿O lo que hay que intentar es
reconstruir un futuro social con los alumnos? ¿Habría que resignificar, con signo positivo, la
importancia de la “asistencia” que se desarrolla en las escuelas para la inclusión de los más
vulnerables y para la reconstrucción de lazos societales? ¿No es eso indispensable para poder
imaginar un futuro? ¿Nos negamos a legitimar ese rol (que parece que hasta ahora cumplimos “de
sus requerimientos, bajo su propia responsabilidad, y en cambio la “asistencia” que cuestionan los
95
características de sus alumnos. ¿Desde qué nuevo lugar nos estamos acercando o diferenciando de
Estas expresiones dan cuenta de que los acercamientos con los alumnos suelen producirse de modo
juego modelos de enseñanza aprendidos en otros contextos. La imagen del "enganche" y la "magia"
ocupan el lugar de un "proceso pedagógico". Hay una percepción de que se desconocen las
necesidades de estos alumnos, lo cual es decir que se los desconoce. El afecto, que es una relación
personal, se presenta como la forma de comunicación que sustituye la relación pedagógica entre
sujetos sociales.
aún más controvertido. Y si actualmente estos temas están en la mesa de discusiones educativas es
96
lo ha precisado más que como aquello que causa la actividad de algunas reacciones, una relación
Hablar de un sujeto interesado suele asumir, al menos, dos connotaciones: una negativa, peyorativa,
vinculada al “ventajeo”, y otra positiva, muy escolarizada, que se refiere a aquellos que prestan
atención, participan, interrogan. Sin embargo, considero que hay un elemento común que debe
tenerse en cuenta: el “sacar provecho de”, y en este sentido el interés y el interesado se ubican en
el marco de una ecuación general de costos – beneficios que admite diversas alternativas: desde el
alumno que aprovecha la escuela según la expectativa de sus docentes (el “aplicado”) hasta aquel
otro que sólo realiza el esfuerzo mínimo indispensable para aprobar las materias (el que va a
“zafar”). Puede definirse, según estos términos, todo un campo de negociaciones escolares: prestar
atención a cambio de enseñanzas interesantes, invertir tiempo para ganar calificaciones, etc. Dar
Si se sigue este razonamiento, también el desinteresado puede asumir una doble connotación: no es
sólo aquel que no “invierte” para su aprendizaje, sino también aquél que no actúa según el “ventajeo”,
aquél que no mide esfuerzos y beneficios, aquellos generosos que simplemente dan o hacen, y cuyos
beneficios o provechos son por lo menos difíciles de visualizar. Podría presentarse el caso de
aquellos alumnos que si bien no responden a las expectativas o demandas de la escuela muestran una
notable capacidad para realizar actividades o participar en diversas situaciones, que muchas veces
la escuela no acredita. Desde una perspectiva “economicista” del interés, estos alumnos no actúan
Pero desde una concepción diferente de interés, más basado en la atención y la concentración que
supone el compromiso con las necesidades vitales y el deseo propio de saber, estos alumnos sin duda
El desinterés también se ha pedagogizado, en su contraste con el interés78, a tal punto que se hace
casi imposible pensar la escuela con sujetos desinteresados (siempre desde una perspectiva
77
Antelo, E. y Abramowski, A. El renegar de la escuela. Homo Sapiens, Rosario, 2000.
78
Desinterés como ausencia de interés o como presencia de una ausencia. Para ampliar ver Antelo y Abramowski, op.
cit.,pág.30.
97
economicista), con sujetos no dispuestos a sacar provecho, en sentido positivo. Pero lo que no
permite ver esta “queja” por el desinterés, es que la posibilidad misma del interés supone el
desinterés: interesarse por algo significa desinteresarse por otras cosas. Pensado de esta forma, el
desinterés no es un “vaciamiento de interés”, una pérdida total allí donde antes había un “todo
colmado de interés”. Y lo que esta engañosa totalidad del interés oculta es que la escuela reconoce
y construye sólo algunos intereses y algunos interesados, en la misma operación en que reconoce y
desinteresado”, se lo posiciona en el lugar más vulnerable: es el que queda fuera de los objetos de
interés legítimo (aquello por lo cual la escuela dice que hay que interesarse), y también fuera de la
realiza este análisis, lo que sale a la luz es que la escuela desde sus concepciones más profundas
(por lo arraigadas y por lo ocultas) funciona desde una lógica económica utilitarista, aún cuando
falacia creer que la escuela es utilitarista sólo cuando incentiva a sus alumnos a la obtención de
Parecería que en otros momentos “había más interés” en los alumnos. ¿Podría decirse que había,
posiblemente, mayor coincidencia en lo que los profesores tomaban como objeto de interés y lo que
interesaba a los alumnos? ¿Tendrá que ver esto con el mayor grado de homogeneidad de la
matrícula escolar? ¿Tendrá que ver, quizás, con una mayor afinidad cultural entre la escuela y los
Respuestas provisorias acerca de “qué pasó en el medio” para que se estén produciendo más
“desinteresados” pueden encontrarse a lo largo de este trabajo. Pasó, quizás, que los imaginarios
tradicionales se han quebrado y que en su lugar se han levantado otros sentidos, otros intereses,
que todavía nos cuesta entender y validar en el espacio escolar. Pasa, quizás, que hay “reales” que
aún cuando se disputen un lugar en la escuela son difícilmente procesados por la misma, se resisten
a ser simbolizados. Pasa, quizás, que vemos y nombramos interesados o desinteresados allí donde lo
98
Volviendo a las relaciones iniciales entre “la nada”, lo deseable y el sujeto de interés, parece que los
alumnos ideales son aquellos que llegarían a parecerse en algo a nosotros, herederos sin duda del
sujeto liberal... Lo que posiblemente genere tanta frustración anticipada (lo cual se parece a la
¿Será posible que no se nos parezcan en nada? Y si fuera posible, ¿sería eso tan terrible? En virtud
del estado actual de la vida social, ¿no sería, por el contrario, una señal alentadora reconocer que
casi sin darnos cuenta pudimos dar a luz sujetos diferentes, posiblemente capaces de hacer
¿Será posible construir algún imaginario compartido que sin volver necesariamente a las viejas
promesas haga de nuestras diferencias una nueva solidaridad y una fuente de derechos más que de
privilegios?
99
CAPÍTULO 5
El título de este capítulo sintetiza el interrogante que los profesores expresan acerca de tres
Los profesores entrevistados articulan estas tres representaciones en sus respuestas acerca del
En todos los casos, en alguna medida, suelen “lamentar” la familia de sus alumnos. Aún con ese
“obstáculo” originario, muchos profesores siguen confiando en sus alumnos, y pueden mirar
críticamente qué es lo que ellos mismos están haciendo, y deben hacer, para ayudarlos a mejorar
“Algunos van a terminar en la mediocridad... Repitiendo los ejemplos de los adultos que
tienen. Levantarse todos los días, trabajar en lo que se pueda. Ir... Viviendo como se
100
pueda. Algunos, los menos... tratarán de, sacar el mejor partido... Siguiendo carreras
universitarias, tratando de mejorar lo que saben... Dedicándose realmente con compromiso
a lo que hacen. Pero te vuelvo a decir... No hay acompañamiento de los adultos. Los
profesores por una razón y los familiares por otra... Estamos dejando un hueco adentro de
los chicos. Lamentablemente, todo espacio vacío se llena con algo... A veces es bueno, a
veces no lo es. Y en función de eso, será la sociedad dentro de cinco años. Cuanto más
educado tengamos al pueblo... Mejor va a ser la sociedad.”
Esto dice la maestra normal, que siguió al pié de la letra el mandato de un padre inmigrante para
quien “el único camino es hacia delante”, que siguió estudiando y cumpliendo con la trayectoria que
su época le proponía, y hoy, profesora de estos alumnos- para muchos no ideales-, sigue convencida
del valor de la escuela para ellos y para la sociedad, ayer, hoy y siempre.
Otros profesores confían muy poco... Refiriéndose a cómo ven el futuro de los próximos años, uno
“En cuanto a mis alumnos, a los que trabajen, un 40 %, en empleos de poco riesgo y baja
remuneración. A un 10 % delinquiendo, y a otras, un 50 %, madres, no “amas de casa” sino
“reproductoras”.
En cuanto a la sociedad, veo una división tajante entre los que tienen y los que no. Falta
de solidaridad social, falta de respeto, anulación de derechos.” (J.C.G.)
Este profesor de Lengua y Literatura, que se involucró con la docencia para “acercar a los
alguna herramienta “para que sean un poco más felices” debe apartarse de los programas de estudio
y de las pautas del sistema educativo. Y quizás su propio lugar haya perdido tanto sentido que no se
101
“En cuanto a mí, me gustaría estar trabajando en otra cosa mejor, donde pueda ser
creativo y ver resultados. Específicamente no sé, puede ser una empresa.
No creo que la educación mejore, no creo que se valorice la figura del docente.” (J.C.G.)
horizonte probable. El ser docente – o el “estar docente”- se pone a prueba: el profesor siente que
“se hizo” profesor en un contexto diferente al actual y al pensado para el futuro, y entonces se ve
afuera de los mismos; o bien el profesor siente que “sigue haciéndose” profesor de otra manera en
Es interesante ver cómo en estos momentos de crisis y reconfiguración identitaria, parece haber
como una escisión entre escuela – sociedad - Estado, con una dinámica compensatoria o casi
supletoria: la escuela está donde la familia y el Estado no está, y prepara o forma “mejores
criaturas” que funcionen mejor en la escuela (en una suerte de sistema cerrado), aunque la sociedad
esté cada vez peor...La escuela puede seguir siendo “el buen lugar” de la sociedad, quizás el único,
parece escucharse en los docentes, sintiéndose casi como la orquesta del Titanic.
“Yo seguiré siendo profesor. La sociedad estará muy mal. El pilar de la sociedad es la
familia y la familia de estos chicos no existe. Fabrican los chicos y ya está. A mis
alumnos no los imagino. Yo trato de que, como serán padres de los que estarán en
EGB tengan las pautas que ellos no tuvieron. Si no tendremos siempre peores criaturas.
Cuando a los árboles los plantás torcidos...” (A.M.)
Si la criatura es un monstruo es porque ha sido abandonada por "su padre". (Meirieu, P. 1998. pag.
60) Pero el gran problema es que muchas veces los niños y adolescentes son fabricados y
abandonados más de una vez: no es sólo la familia la que no se ocupa de la educación: nadie, en
sentido profundo, lo hace. Nadie presenta a esta criatura a los hombres ni se los presenta. No hay
102
al menos se es alguien a los ojos del agredido.79 Abandonar una criatura a su suerte, no acompañarla,
no introducirla al conocimiento del mundo, cualquiera sea la justificación que tengan los adultos,
genera violencia. No hay educación si no se trata de que los sujetos sean obra de sí mismos.
¿Cómo se entraman las tres representaciones en los discursos de los entrevistados? Esta hipótesis
de la escisión escuela – sociedad – Estado que se lee en el discurso de los docentes, ¿es una nueva
situación o responde también a viejos mandatos que vuelven de otra manera? ¿Qué otros discursos
Los orígenes del sistema educativo de la provincia de Buenos Aires, anterior al sistema educativo
nacional, están fuertemente marcados por lo que se ha llamado "el imaginario civilizatorio", seguido
por el "imaginario normalizador" (Pineau, Pablo, 1997). Sostengo que esta marca de origen no sólo
persiste, sino que parece haber tomado nueva fuerza en los últimos años, pero con una diferencia
notable con respecto a aquel contexto: no es un imaginario cuyos rasgos puedan identificarse hoy en
el discurso oficial, sino más bien en los discursos de los profesores, quienes por su parte expresan
Una cuestión clave del imaginario civilizatorio que tuvo su impacto en la conformación de las
contexto de origen del sistema educativo como marcado por el liberalismo, la obligatoriedad generó
cuestionamientos por parte de sectores liberales en tanto violaría la libertad individual. Pero desde
una perspectiva políticamente más global, el Estado liberal necesitaba formar ciudadanos
conocedores de sus derechos y obligaciones, a la vez que disciplinar a los grupos interpelados como
"barbarie" sin violar sus derechos individuales. El Estado se atribuyó el derecho de la escolaridad
obligatoria especialmente sobre las clases más desposeídas, puesto que los sectores más
favorecidos enviaban a sus hijos a la escuela sin necesidad de ser "obligados". La atribución del
Estado comenzó a instalarse en la sociedad como derecho de los niños a ser educados. La
79
Meirieu, P. op.cit
103
escolaridad obligatoria fue un dispositivo estatal que cumplió desde su origen, entre otras
funciones, la de "corregir" a las familias que hasta el momento estaban excluidas no solo de la
en el nivel siguiente en tanto comenzó a prepararse una masa mayor de escolarizados, potenciales
demandantes de educación media. Pero por otra parte, también impactó en el nivel medio en cuanto
a representaciones sociales y escolares, en tanto se depositó cada vez más en la escuela primaria la
sociedad. Históricamente, este fue un elemento de diferenciación entre los niveles y, por supuesto,
Sostengo que en la actualidad, el nivel medio está atravesando un proceso de primarización, pero no
en el sentido con que vulgarmente se suele utilizar el término cuando se pretende aludir a la
"infantilización" con que los docentes de EGB tratan a sus alumnos de tercer ciclo. Planteo la
primarización en el sentido en que el nivel medio está asumiendo como una de sus funciones
principales la de corregir a las familias de sus alumnos, y hasta sustituirlas, función que más o
deseables, y no a la comprensión y resignificación de los valores que portan los alumnos; en el mismo
sentido, se están consolidando actitudes de contención desde el punto de vista afectivo y social. Por
otra parte, el corrimiento de las funciones de selección, históricas del nivel medio, hacia las
dificultad para profundizar los contenidos o llevarlos a un nivel de mayor especialización, puesto que
convivencia de estos imaginarios. Es probable que, al estar los mismos objetivados en distintas
104
instituciones que direccionan y regulan la actividad de los profesores80, resulte dificil realizar
replanteos de fondo que permitan leer de otra manera la realidad actual y operar en ella de manera
novedosa.
representan una continuidad para los docentes de educación básica (hoy EGB), pero significan una
ruptura muy marcada para los profesores. Estos incorporaron históricamente la idea de que la
sociedad debía cumplirla la educación básica, nivel que justamente privilegiaba los aspectos
socializadores. En la actualidad, los profesores consideran que también ellos se están haciendo
cargo de esta función, en un nivel conformado para la selección y la asignación social. Es en ese
sentido en que sostenemos que se ha operado, y se sigue operando, una suerte de primarización del
En los grupos focales se utilizaron diferente disparadores y entre ellos se apeló a ciertas
metáforas. "Las metáforas nos hablan de la imaginación de las culturas" (...) "No sólo no son
inocentes, sino que pueden analizarse como estrategias para formular algunas ideas que muchas
veces permanecen indiscutidas" (...) "Analizar metáforas, entonces, es verlas como síntomas o
del aula. Una genealogía de las formas de enseñar. Bs. As. Santillana. 1999, pág. 81-83)
-"Si el Polimodal fuera una máquina, instrumento o herramienta, ¿cuál sería? ¿Por
qué?
-Un tubo, un conducto, porque es un lugar de paso entre dos niveles. Es un nivel
80
Vale la pena analizar, por ejemplo, cómo en los debates por el Estatuto del Docente, de 1958, y que incluye a maestros y
profesores, se expresan estas misiones originarias del sistema educativo. La discusión acerca de la instrucción o la
105
-Un destornillador, para levantar la tapa de los sesos e ir acomodando cosas." (grupo
focal 2)
-"Si el Polimodal fuera un cuento o una historia, ¿cuál sería? ¿Por qué?
Al mismo tiempo, las respuestas con "des" dan cuenta de que alguna vez depositaron en ese lugar la
En el mismo sentido que la escuela en general, el nivel medio hoy, como lugar de formación, significa
un desencanto con respecto a las promesas del pasado, a la vez que se va configurando como un
"buen lugar" en su contraste con el desamparo, la desafiliación y la violencia que sufren los alumnos
fuera de ella.
¿Qué se pone en juego al momento de imaginar a ese ciudadano / trabajador que será este alumno
de hoy?
De dónde vienen
Qué interés y qué posibilidades tiene la escuela de hacerles un buen lugar en esos escenarios
formación, o entre conducta y función, dan cuenta, entre otras cuestiones de configuración de los sujetos y los roles,
106
Las tres referencias se relacionan con instituciones claves: "de dónde vienen" hace alusión a la
familia;, los escenarios futuros son básicamente el mundo del trabajo y las instituciones políticas; y
en las intersecciones está la escuela.
Ante la pérdida de confianza en las instituciones sociales, como las mencionadas, sólo queda la
individual, solitario y desgastante por parte de los profesores, y una exigencia o expectativa hacia
los alumnos que, cuando no se verifica, aumenta las propias desesperanzas. Para muchos profesores,
quebrados los lazos sociales y cuestionadas las instituciones, la apuesta última para educar y
educarse es profundizar el esfuerzo individual, adjudicándole un alto valor tanto en los colegas
como en los alumnos. Es en este punto donde se vuelven a plantear y resignificar los conceptos de
esfuerzo individual para la superación (provisoria y casi azarosa) de las condiciones de vida de
la valoración de los papeles que jugamos en el mundo (roles). Nuestras identidades que podríamos
llamar "específicas", aquellas que se constituyen en el marco de cada rol sobre la base de la
identidad como sujeto, van consolidándose de acuerdo a nuestra percepción acerca de cómo
estamos desempeñando esos papeles, es decir si somos "buenos" o no en aquello que hacemos, tal
Los docentes hemos sido formados (en el sentido amplio de formación que atraviesa este trabajo,
no restringido a las instituciones que extienden credenciales) para "preparar para el futuro". ¿Cómo
preparar?
Teniendo en cuenta lo anterior, cabe la pregunta: la educación, en tanto experiencia, ¿no modifica
en alguna medida el pasado y el futuro desde las acciones del presente ? ¿No están el futuro y el
Apostando al potencial que tiene la educación en general y la escuela en particular para crear
sentido, y considerando que esta creación posee una dimensión temporal en que se entraman pasado,
presente y futuro (eso es la historia, en definitiva), la escuela asume dos desafíos fundamentales:
heredadas sino revisándolas constantemente para "hacerles lugar" a nuestros alumnos de hoy, nos
historia.
conciencia de historicidad, de "estar siendo", de dinámica y cambio. Por otro lado, implica una
capacidad de "estar interviniendo", y en ese intervenir "estar conociendo" de otra manera un mundo
que siempre presenta desafíos. Pero la característica fundamental de la presencia es que siempre
hay otro (para el cual y con el cual se está presente), y por lo tanto posibilidad de comunicación,
"La educación, en realidad, ha de centrarse en la relación entre el sujeto y el mundo humano que lo
acoge. Su función es permitirle construirse a sí mismo como "sujeto en el mundo": heredero de una
historia en la que sepa qué está en juego, capaz de comprender el presente y de inventar el futuro."
109
CAPÍTULO 6: CONCLUSIONES.
En este apartado se pretende avanzar en una síntesis de lo expresado por todos los entrevistados,
seleccionando para ello algunos aspectos considerados claves o bien desde el propio diseño del
La pregunta que orienta este punto es: aquellos sujetos que comparten discursos sobre ciertas
cuestiones ¿qué comparten como biografía, al menos en aquello que relatan? O la inversa: quienes se
Dando una vuelta más al problema ¿es posible encontrar tales regularidades y particularidades? ¿O
si las hay tienen su origen en aspectos más aleatorios o menos accesibles para el investigador?
“hilos” para reconstruir esa trama que los diferentes sujetos comparten en alguna medida y dentro
6.1.1. Más coincidencias que diferencias (o discursos comunes más allá de las
diferencias)
He realizado entrevistas con varones y mujeres, nacidos entre los años ‘40 y los años ’70, que
comenzaron su escolaridad entre los ’50 y los ’80, que iniciaron su carrera docente entre el ’55 y los
’90, de origen socioeconómico bajo y medio, es decir, con todas las variantes que figuran en el anexo
110
de referencias. No he podido encontrar diferencias sustantivas entre sus discursos con respecto a
los puntos clave que se desarrollan en este trabajo. Si se releen “horizontalmente” las respuestas
distintas entrevistas:
“Infantiles”
“Desinteresados”
“Carentes de amor”
“Despreocupados”
“Desencantados”
“Viejos”
“Abandonados”
“Disminuidos”
“Cabecitas”
“Crotitos pero nobles”
“Afectuosos”
“Intelectualmente bajos”
“Sin expectativas”
“No tienen herramientas, ni intención ni objetivos”
“Unos pobres abandonados desorientados”
“No tienen valores, son promiscuos”
“No tienen límites”
“No son civilizados”
“Ignorantes, indolentes, carentes de pensamiento crítico, no saben hablar, no saben escribir, no
saben expresar una idea”
111
“Edonistas”
En primer lugar, es legítimo pensar que estas respuestas exceden a los profesores, es decir que
configuraría una base común en la producción de discursos y de prácticas. Pero no sólo hay que
112
sus aspectos materiales: estos profesores, además, en el “hoy” comparten situaciones objetivas a
interrogantes.
Sin embargo, más allá de esta primera apreciación que incluye los discursos de los profesores en el
marco de discursos sociales de mayor alcance, es preciso especificar qué pasa con las
Como ya se presentó en capítulos anteriores, distintos contextos históricos dieron lugar a distintos
discursos, propuestas y prácticas educativas, sin que ello significara el abandono o agotamiento de
lo anterior. Tampoco fue un proceso histórico “acumulativo” , donde cada época, cada gobierno, cada
corriente intelectual, aportó lineal y progresivamente al anterior. Todo proceso histórico tiene
continuidades, desvíos, fisuras y quiebres. Desde esta perspectiva, vale entender que los mandatos
históricos acerca de la escuela, y los discursos y prácticas producidos desde los ámbitos
el tiempo.
De lo observado a lo largo de este trabajo, sin duda los mandatos originarios de la conformación de
nuestro sistema educativo siguen sosteniéndose con una fuerza notable, a tal punto que docentes
formados un siglo más tarde, y casi sin distinciones de género, origen social o credenciales,
continúan teniendo los rasgos de aquel discurso. En este punto, sin embargo, cabe hacer una
observación: en los profesores entrevistados se puede analizar una nueva configuración de estos
discursos, en tanto sostienen como propio y deseable el mandato originario del nivel medio (con las
características también originarias del alumno, el profesor y la escuela) pero a la vez “padecen” una
Un solo discurso tiene, a mi entender, una marca distintiva: el de nuestra maestra normal, AT, que
113
contribución a una sociedad diferente. Considero que esta diferencia está ligada a tres situaciones
biográficas, resaltadas por ella misma: ser hija de un inmigrante trabajador, luchador, que siempre
miraba hacia delante y confiaba en el valor de la escuela para que todos tuvieran otra oportunidad
en la vida; haber estudiado en el circuito estatal, que era un desafío y un orgullo, incluida la escuela
normal en la cual pudo compartir con los hijos de otros sectores sociales; haber transcurrido buena
democratización.
En contraste con algunas hipótesis de trabajo que suponían encontrar mayores diferencias de
acuerdo a ciertas variantes biográficas, encontré una notable homogeneidad de discursos, lo cual
confirma, en realidad, que la más fuerte contradicción para los profesores, y fuente de su
acerca de la educación y esta nueva realidad que les aparece como degradada en sus alumnos, en las
Hasta aquí llegamos con la utilización de la palabra “crisis” como significado compartido e
incuestionable. Antes de seguir suponiendo la crisis, pongámosla en su justo lugar (o en el lugar que
considero justo), porque después de leer y releer distintos relatos al fin uno puede ir descubriendo
la engañosa estabilidad con que se disfrazan las constantes crisis. Es común que afirmemos “la
escuela está en crisis”, aludiendo a que a la propia escuela “le pasa algo raro” (el cambio siempre es
raro) y a la vez que está inserta en la crisis, o sea inserta en “algo raro”. Y la escuela está en crisis
porque la sociedad está en crisis, y porque la escuela está en crisis los profesores y los alumnos
están en crisis, como parte de la escuela y la sociedad. Pero esto que aceptamos y decimos tan
“En este mundo que habitamos hay fuerzas que tienden a juntar y otras que tienden a separar.
Fuerzas que tienden a unir y otras que tienden a desunir. (...) se puede tomar lugar en la batalla,
114
pero la batalla no puede abolirse. Es uno de los nombres de la sociedad. No hay sociedad humana sin
esa lucha.” (Antelo, 2003, pág. 27-28). La escuela se inventó en y para esta batalla. La escuela fue
inventada en la crisis y para hacer frente a la crisis. La escuela siempre estuvo “en la crisis” y “en
crisis”.
Si alguien no se sintió antes “en crisis”, es porque no se había posicionado en la lucha, porque tuvo
esa oportunidad de sentirse no involucrado. Ahora parece que no hay alternativa: el campo de
batalla se amplió tanto que nos involucra a todos. Quizás es lo único realmente inclusivo en esta
sociedad
- La primera fue con la transformación educativa. Vi claramente que era un engaño, que
iba a empeorar el resultado.(...) Después vinieron otras traiciones. La última fueron las
becas, cuando decidieron dárselas. Era un sistema irregular, con fines proselitistas, y
era un engaño porque no importaba que el dinero se destinara a educación. Si el 30% de
ese dinero se lo hubieran mandado a la escuela hubiera habido mejores resultados"
(JCG)
la implementación de la Ley Federal de Educación. Aún para aquellos que fueron formados durante
este contexto significó un quiebre. Estas respuestas contribuyen a pensar en la fuerza de las
representaciones históricas en la configuración de identidad, pues aunque las prácticas o las "reglas
Los conceptos de “ruptura” y “crisis” se cuelan de distinta manera en los discursos de los
entrevistados.
JCG habla de "engaño" y "traiciones". Aparece de manera muy marcada la impronta del Estado en la
formación de identidades docentes. Es quien les hizo creer que ocuparían determinado lugar,
115
trabajando de determinada manera, con fines muy claros, y con sujetos con los cuales era posible
construir el futuro. Es ese alguien que los engañó y los traicionó, que los hizo dudar de su rol y de
sus capacidades. Dentro del Estado se construyeron sus identidades, y ahora los abandona. El
discurso emergente parece anunciar o reflejar una transición donde la identidad docente se
VR, por su parte, utiliza un lenguaje de oposición, una estructura sintáctica adversativa para
"indeseables".
- Me encuentro con que era absolutamente diferente a lo que pensaba. Porque mis
prácticas fueron bárbaras, en el mismo instituto, y los alumnos de allí son excelentes,
otra cosa. (...) Cuando vine acá, cuando empecé a trabajar en escuelas del estado (yo
siempre viví en un mundo privado), es totalmente diferente. Nada que ver. Nada que
ver..." (...) "Los chicos son remaleducados, te contestan. Yo en la privada no hacía eso,
ni se me hubiera ocurrido contestar o venir sucia. El núcleo para mi son los padres, las
familias, y así llegan a la escuela."
- ¿Hubo momentos en donde entraste en crisis con respecto a tu decisión?
- Yo sentí que no era para lo que me habían formado, pero nunca sentí que no era mi
vocación." (VR)
Recuperando palabras de Antelo81 “(...) quisiera hablar no de crisis sino del momento en que
muchos maestros dicen “a mí no me prepararon para esto”. La advertencia de esta queja no dice
mucho, sin embargo, sobre qué sería el aquello para lo cual un maestro debería estar preparado. “A
81
Antelo, E. Op. Cit., pag.30
116
Es interesante también analizar las representaciones acerca de lo público y lo privado, y dónde
ubica VR a la educación. Hay cierta subestimación o desprecio con respecto a lo público, a lo que es
de todos y para todos, en tanto se identifica con la baja calidad, lo elemental, lo poco deseable, la
asistencia permanente. La selectividad, la calidad y el prestigio son propios del circuito privado, en
funcionamiento y resultados. También hay una referencia significativa a la “visibilidad”: “Nada que
ver, nada que ver” repite insistentemente. Aparece nuevamente la nada, estos chicos no tienen nada
para ver, no se ven, no los ven.
La escuela, sin duda, lleva la marca del circuito en que se inscribe. Los profesores también: VR
"siempre vivió en un mundo privado" y seguramente le resulta muy difícil entender que más allá de
las marcas específicas - y justamente por ellas- la escuela siempre es una cuestión pública, en tanto
tampoco podía actuar como esperaban de ella, pero no afectaba a su identidad como tal en tanto las
reglas de juego habían cambiado y esos grupos no eran los que debían ser... Los nervios, el llanto y la
impotencia en este caso parecían contener más una pregunta de tipo "¿por qué yo tengo que pasar
por esto?" que un replanteo acerca de "¿Cómo puedo actuar como profesora de estos alumnos?
¿Qué me pasa con ellos?" Su profesión posiblemente no estaba en crisis porque no tenía por qué ser
117
En otros casos, surge que tampoco tenían por qué ser profesores en condiciones de trabajo tan
adversas:
"¿Cómo se le puede pedir a un docente que tiene setenta horas de clase y apenas
sobrevive que les brinde a sus chicos lo mejor de lo que tiene? (...) Ni los conoce, además
está harto, sumamente cansado, renegando con las autoridades que los ponen en esta
situación. El Polimodal destruyó las pocas cosas buenas que había. Gente que había
logrado después de muchos años concentrarse en su actividad ahora trajina en cinco
escuelas, gasta lo que no tiene. Reniega contra esa situación." (AT)
El Polimodal destruyó, el profesor trajina y se gasta lo que no tiene... Reniega. Todos términos
negativos, que dan cuenta del proceso de desestructuración que están experimentando. Incluso se
advierte cierta pasividad en esa percepción: el contexto arrasa con todo, y los profesores, según
manifiestan, no pueden hacer mucho más que mantenerse y quejarse, sin demasiadas posibilidades
“Quisiera hablar no de crisis, sino del momento de la lucha en el cual las fuerzas de la
tanto las instituciones atadoras como los hombres sabios con capacidad de enlazar,
flaquean. (...) lo que sucede, sucede a despecho de las instituciones recientes que
supieron de rara manera ponernos al amparo de las fuerzas que tienden a separar: el
sabia que tiraba de los hilos. Lo que sucede, sucede también en la escuela.” (Antelo, op.
Hay dos casos claves en que no se perciben crisis de ilusiones: AM y HS. En el primer caso, porque
puede "entrar y salir" de la docencia cuando quiera, tiene otra profesión y considera que la docencia
es como estar de vacaciones, aún en este contexto. HS entró casi por azar a la docencia y tampoco
tiene intenciones de quedarse allí. Mientras le signifique algún beneficio como hasta el momento
118
continuará, no está dispuesto a continuar a cualquier precio, porque su decisión con respecto a ser
profesor tiene su origen en una evaluación explícita de costos y beneficios de tipo económico.
quiebre de ilusiones. Sin embargo, no hay registro de que la crisis identitaria tenga que ver con la
elección de carrera o con alguna dificultad o característica de la propia actuación para afrontar los
desafíos propios de un rol que se cumple en realidades dinámicas, conflictivas, cambiantes. La crisis
se percibe siempre como externa, y como impidiendo que cada uno pueda desarrollarse
"naturalmente" tal como lo había previsto. Si la decisión ha sido acertada, si la vocación continúa
intacta, si nada "interno" en los profesores ha cambiado en "esencia" sino que el contexto -
considerado como lo externo- atenta contra el desarrollo "normal" de sus funciones, en definitiva lo
que están expresando los profesores es su concepción de identidad ya construida, acabada, dura,
permanente. Justamente es esa idea de núcleo estable que permanece idéntico a si mismo mas allá
de los cambios la que se cuestiona teóricamente en este trabajo y que, en la práctica docente,
puede representar un obstáculo para comprender en toda su complejidad los procesos históricos y
participar en ellos con una mayor capacidad de autocrítica y de compromiso. Cuando se toma
conciencia de que no se es de una vez y para siempre, pierde fuerza el recurso de cómo es uno
(como si ya "estuviera hecho") y cómo ha sido formado (como si fuera un proceso también acabado);
en ese proceso de comprender que vamos siendo, y que por eso somos siempre inacabados, y que nos
vamos haciendo no "naturalmente" sino en un juego permanente con la historia que nos atraviesa,
vamos entendiendo también que las características que va tomando la realidad no es ajena a lo que
El solo hecho de ser docente, de enseñar, marca diferencias: no sólo se poseen determinados
119
¿En relación a quiénes se marcan diferencias?
• A aquellos a quienes se puede y debe enseñar: los alumnos y por extensión sus familias.
profesionales.
• A aquellos que gozan de legitimidad, pero cuyo reconocimiento social está más devaluado: otros
trabajadores docentes.
• Al Estado
profesores?
En el discurso de los profesores se puede leer cierta dialéctica de las diferencias: un movimiento
constante en el cual pueden abrirse brechas hasta la separación, tanto como pueden diluirse las
inseguridad o riesgo en los sujetos, al movilizar la estructura de las diferencias sobre la cual se fue
construyendo su identidad.
a) Profesores y alumnos
adolescentes que son sus alumnos. Si la escuela media es también para estos alumnos, históricos
excluidos, lo que tangencialmente se incluye es una escuela media para todos, y en muchos
momentos se la valoriza como un derecho y con carácter de obligatoriedad. Sin embargo, estas
cuestiones merecen ser analizadas. Cuando se habla de que estos adolescentes necesitan la escuela,
lo que en realidad debe interpretarse por el desarrollo de las entrevistas, es que sólo la escuela
puede encauzarlos y corregirlos, porque ni la sociedad "fuera" de la escuela y mucho menos las
familias pueden hacerlo. La familia como aliada en la educación media queda excluida, a diferencia
de la mayor parte de la historia del nivel en que, por sus características selectivas, las familias de
los alumnos representaban en su mayoría una continuidad de la cultura escolar, o, mejor dicho, a la
120
inversa. La marcada diferenciación con las familias, propia de la escuela primaria, se instala en este
nivel cuando las familias pobres pueden acceder al mismo. Así opera la "primarización" en el sentido
en que la conceptualicé en esta tesis. La diferenciación con las familias, que es en definitiva la
diferenciación con la cultura originaria de los alumnos, produce a su vez nuevas formas de
acercamiento con los mismos: desde el rol específicamente enseñante, se incorpora de manera muy
marcada la transmisión de "los" valores, pautas y actitudes no sólo en el marco de una formación
propedéutica o laboral, sino como "socialización" al modo de la educación básica; desde el rol adulto,
que este acercamiento se produce entre individuos o sujetos concretos, con nombre y apellido,
desde su individualidad escindida del rol docente y del rol de alumno, y en muchas ocasiones desde
el lugar de la pena y la caridad. Desde el rol se marcan fuertemente las diferencias, puesto que las
conocimiento válido del mundo, digno de ser considerado por la escuela desde otro lugar que no sea
desafío de la transmisión sólo puede intentarse al costo de "empobrecer" el proceso, los contenidos
Los profesores se sienten demasiado lejos de sus alumnos, como habitantes de mundos opuestos:
otros códigos culturales, otras expectativas, otras formas de entender el mundo y la vida. Tan lejos
- "No tienen interés, no tienen expectativas. Cuando les pregunto qué quieren ser no
- Primero me quedo dura. No sé que decirles. Les pregunto si los padres saben lo que
121
VR se paraliza frente a lo inesperado de sus alumnos. Y si bien sus padres no pueden hacer
nada con ellos, pareciera que tampoco ella, desde su lugar de profesora, puede devolverles
otra cosa, algo diferente para imaginarse otra historia. Sólo expresa como positivo
reemplazar a los padres, quienes representan un mundo opuesto. Se ponen en juego, entonces,
dos mundos adultos muy diferenciados y también el mundo de estos adolescentes que, cuando
" (...) incluso en las condiciones más penosas, el recurso de dar sentido posee una fuerza
vital extraordinaria al ejercer con eficacia una función de velamiento, no en el sentido
de la mentira, sino en el sentido de una distancia necesaria con los hechos, que permite
aproximarse a ellos sin sentirse arrasado por ellos. Se trata de una especie de pantalla,
de trama que hace las veces de intermediación (...) una delgadísima malla que recubre la
crudeza de los hechos, que le brinda la posibilidad a quien la padece de erigirse como
sujeto activo frente a las circunstancias, y no mero objeto de éstas. Así, la organización
de ideales o la ilusión de un proyecto permite atemperar el sinsentido." "¿Qué márgenes
tenemos hoy los adultos que habitamos las escuelas de constituirnos en esos Otros que
mantienen algún grado de integridad para tejer una trama significativa que aloje lo que
irrumpe como una realidad , muchas veces irracional, cuando también nosotros nos
hallamos vulnerados por esas circunstancias?" (Zelmanovich, P., en Enseñar hoy. Una
introducción a la educación en tiempos de crisis, pág. 50)
Aún cuando los adultos compartamos condiciones de vulnerabilidad, ésta nunca es comparable con la
de los niños y adolescentes. Existe una diferencia original, una asimetría y una dependencia de los
niños y adolescentes con respecto a los adultos que no permite una equiparación de sus
cual necesitan servirse los más pequeños. Esta diferencia, esta distancia, es la que debe
reactualizarse en tiempos de conmoción social en los cuales los adultos están vulnerados. Pero
122
"Ahora la aspiración es otra. Quisiera mínimamente poder transmitirle a los chicos todas
estas cosas buenas que a mí me dejó la escuela., que tienen poco y nada que ver con los
contenidos de la materia pero que hacen a su evolución como personas. Es más, me enoja
esa frase que te dicen 'Y bueno, si para limpiar baños en un Mc Donalds da lo mismo...'.
Esa aceptación de la exclusión social, ese hecho de no pelear por no ser marginados..."
(AT)
Puede inferirse, a partir de relatos como este, que constantemente se juegan oposiciones y
desconfianzas, a la vez que el profesor y el alumno intentan construir otra cosa en el espacio
escolar. En ese “construir otra cosa”, sin embargo, se observa cierta continuidad con el
originario mandato de la escuela moderna: que su cultura (la escolar) predominara sobre las
escuela para que allí dentro se construyera otra identidad. Se pretendía que el sujeto
pedagógico suprimiera o dominara al sujeto social82, y parece ser que esa sigue siendo la
esperanza que verbalizan muchos profesores: que la escuela “salve a estos chicos”, porque es
“su única oportunidad”, “el último lugar del estado”, etc., pero paradójicamente allí también
elemental, pero actualmente existe un desplazamiento también hacia el nivel medio, una
En síntesis, con respecto a los alumnos existe una mayor distancia que en otros momentos
cuanto a la valoración de sus saberes, su cultura, lo que se traduce en una fuerte diferenciación
sobre “calidad” y “valor” de los conocimientos que transitan en la escuela. Aquellos sujetos y
procesos que los profesores están incluyendo lo hacen de hecho, en la inercia de las prácticas y en
el discurso, pero los siguen excluyendo desde el deber ser y desde el deseo.
123
b) Profes-ores y profes-ionales
"Yo pongo empeño porque creo que esta es mi obligación. Porque soy uno de los pocos que
tengo la suerte de hacer lo que yo elegí hacer. Pero no toda la docencia está llena de
docentes. Hay muchas profesiones que se han asimilado a la docencia. Y la falta de
trabajo hace que esto se incremente. Abogados que no tienen clientes, ingenieros que no
tienen obras, arquitectos sin posibilidades de hacer su trabajo... Y no tienen formación
docente, y no tienen compromiso con la tarea que hacen." (AT)
La diferencia fundamental que los profesores señalan en relación con los docentes que no son de
carrera, sino profesionales que de hecho ejercen la docencia, es la vocación. Estudiar para ser
profesor pareciera suponer una vocación docente, una motivación intrínseca que de alguna manera
garantiza el compromiso con la tarea. Tener derecho al ejercicio de la docencia por otras
condiciones que no sean la formación específicamente docente genera cierta desconfianza entre
Esta situación actual tiene su origen en una disputa histórica por la titulación o la profesionalizaron
de quienes ejercían la docencia; disputa que, por otro lado, toma características específicas entre
profesores y maestros.
Desde los orígenes del nivel medio, los graduados universitarios fueron los profesores "naturales"
de los colegios nacionales: para el pensamiento de la elite de la época era natural que los docentes
profesor del Colegio Nacional, mas que por su definición profesional docente lo era por su
pertenencia social al mismo estrato del cual venían los alumnos del Nacional y para el cual se los
formaba83.
82
Caruso, M. Y Dussel, I., De Sarmiento a los Simpson. Cinco conceptos para pensar la educación contemporánea. Miño y
Dávila, Buenos Aires. 1996
83
Pinkasz, en Braslavsky, C. Y Birgin, A. Formación de profesores, Bs. As., Miño y Dávila, 1992.
124
En la primera década del siglo XX se crean tres ámbitos diferenciados de formación de un
profesorado especializado, los cuales con el tiempo tenderán a converger. Sus egresados se
constituirá un nuevo sujeto social, y estos nuevos profesores entrarán en conflicto con los
anteriores por la hegemonía del campo. Lo que se pone en juego es el conflicto entre dos estados de
capital cultural diferente: el diploma como capital cultural institucionalizado y el origen social como
capital cultural incorporado. Pero en el fondo, la disputa es por un modelo de profesor que otorgue
legitimidad o bien al origen de clase o bien a la formación especifica que se entiende como
Secundaria (CPD).
Para la Asociación Nacional del Profesorado el campo de la docencia abarcaba a todos los docentes:
referencia a otras condiciones profesionales como la formación pedagógica que estaría expresada
125
con el diploma. Con ello, entre otras cosas, se pretendía resguardar la estabilidad de los profesores
una postura ofensiva al pretender abrirse paso dentro del campo profesional, y en este sentido se
propone representar exclusivamente a los profesores que tienen el título correspondiente, sin
abarcar a todos los profesores en ejercicio ni a los maestros. El CPD impulsará más adelante
culminarán en 1958 con la sanción del Estatuto del Docente, que incluye tanto a maestros como a
profesores.
En la actualidad, aún con las miradas, discursos y connotaciones peyorativas con que los propios
docentes se reconocen ante ciertos sectores de la sociedad –en especial quienes ejercen
profesiones mejor remuneradas o menos sometidas a discusión- saben también que ocupan un lugar
de poder clave. Este lugar se sostiene justamente desde la investidura estatal para enseñar, más
- Sí, pero eran profesionales que venían a cumplir con su tarea. Por ahí con otras
estrategias, o sin estrategias, pero la cumplían. Ahora es como que zafan con la
docencia. Y eso nos hace mal a todos. La docencia es un laburo muy jodido. Porque vos
tenés el mayor peso, está en que tengas vocación o talento natural." (FB)
c) Profesores y maestros
Las respuestas al interrogante sobre las diferencias entre profesores y maestros, formulado a los
Formación
Cantidad de años
Prioridades ("contenidos vs didáctica")
126
"Los maestros tienen una carrera, un determinado tiempo para formarse que es la mitad
del tiempo de los profesores..." (...) "En su forma de enseñar son más estructurados que
los profesores, pero más que nada la diferencia está en el tiempo de formación" (HS)
"Los profesores tienen otro nivel de conocimientos, más conocimientos específicos del
área." (VR)
"Si no sabés de la disciplina, por más pedagogía que tengas..." (grupo focal)
"La relación con la maestra es más de mamá. Ella los reta y ellos...(gesto como de duda)
Sin embargo con los profesores se sienten más grandes y se manejan de otra
manera...Les da vergüenza... A veces eso juega en contra, porque ellos no quieren ni
preguntar porque tienen vergüenza." (HS)
"A nosotros nos gustaba, de chicos, cuando íbamos a la primaria, que la maestra nos
conociera...Nos conociera y nos reconociera." "¿Pero cómo podemos darles nosotros
identidad a los chicos si nosotros tampoco la tenemos?"(AT)
"El maestro está menos atento a cuáles son los horarios a cumplir. Si se tiene que quedar
con un chico se queda." "Son sus chicos (énfasis), vos fijate que en la forma del discurso
ya se vive el compromiso." (AT)
"El profesor no se acerca tanto al alumno. Prioriza los contenidos más allá de los
aprendizajes . Tampoco creo que el profesor deba hacerlo, lo de acercarse al alumno.
Ahora estamos en ese lugar por cómo están las cosas. En la actualidad hay un
"acercamiento" entre las prácticas de maestros y profesores, porque la sociedad
retrasa a los chicos en el crecimiento. Yo siento que eran dos roles para dos momentos
evolutivos diferentes. Ya no es así." (JCG)
"Los maestros tienen menos posibilidades de resistencia porque son más exigidos por los
padres. Son más 'resignados'" (GF 2)
No hay diferencias
127
"Nunca me detuve a pensarlo, pero creo que no hay diferencia" (...) "En una época el
maestro era como la maestra de Gasalla, modulaba de manera diferente, hacía la letra
redondita..." (...) "Era la Señorita Maestra, los lentes, el pañuelo acá (señala el cuello),
cosas estereotipadas. Ahora no, creo que no hay diferencias. Por ahí el profesor, al
tratar con gente más grande, tiene otra forma de hablar, pero ya no sé...Los maestros
que preparamos ahora tienen muchas falencias" (FB)
Más allá de que en algunos casos se incluyan otros aspectos, todos los entrevistados coinciden en
diferenciarse desde la formación. Sin embargo, detrás de las respuestas sobre formación se puede
leer en sus relatos cuestiones vinculadas a las características de los alumnos, al origen social de los
- Mi papá me decía: "Vos tenés que ser maestra". Era italiano: o ama de casa o maestra.
Otra cosa no. Así que yo le decía: "¿Yo profesora?, ni loca".
- Pero él te decía maestra, no profesora...
- Bueno, de eso ni hablar...
- ¿Nunca jugar a la maestra...?.
- No, jamás, jamás. Ni a la muñeca.” (F.B.)
Y continúa diciendo:
- “El cambio fue muy favorable. Yo me sentía cómoda, muy contenta, muy feliz, a pesar
de que sentía que abandonar la facultad era un fracaso, o sea que tuve que bancarme
toda esa situación, el dejar de ser universitaria, que tenía todo un nivel social mucho más
aceptado que ser profesora (Marca peyorativamente la palabra), era como decía yo en
determinado momento: "Acepto que fracasé". Eso fue duro, pero a partir de ahí...
- Le diste un poquito el gusto a tu papá...
Sí, sabés que sí. El decía: "Yo te dije que fueras maestra", porque para él no había
diferencias...
128
- ¿Y vos cómo le explicabas eso de que era diferente, de que vos no eras
maestra...?
- No, no... Ya está, ya a esa altura ...(Tono de broma pero se vislumbra cierta
resignación). Esa es un poco la historia.” (F.B.)
Este punto tiene relación con el anterior en tanto expresa una disputa por la formación docente que
de alguna manera encubre la cuestión sustantiva del origen social. El "Ya a esta altura..." viene a
pudo ser universitaria y debió resignarse a ser profesora, qué más daba que, también, se la
confundiera con una maestra... En este pasaje de la entrevista, FB reconoce que hay diferencias
entre maestros y profesores al decir, con respecto a su padre, "Para él no había diferencias". Pero
la entrevistada no puede explicitar en qué consisten esas diferencias cuando en otro momento se le
pregunta directamente, lo cual hace suponer que existe una diferencia de fondo, vinculada al origen
social de maestros y alumnos que no puede ser manifestada en esos términos, por lo cual o bien no
se reconoce como diferencia o bien se oculta detrás de otras, como los saberes "que traen", el
El desarrollo de este punto podría ubicarse en la intersección de los dos anteriores, en tanto los
profesores sienten "invadido" su territorio tanto por los profesionales, como por los maestros,
como por los profesores que, aun cumpliendo sus mismos requisitos formales para ejercer el rol, no
Sobre la relación con estos últimos se basará esta parte del texto, porque pone particularmente en
evidencia los conflictos de origen social que están a la base de muchos malestares en el campo de la
docencia. Estos conflictos a su vez denuncian las dificultades históricas de la escuela para abordar
129
Los profesores hacen referencia, de muchas formas y en distintos lugares de sus relatos, a las
características que tienen los aspirantes a la docencia en los últimos años, características que se
"El nivel con el que llegan los chicos que van a ser maestros es muy bajo (...)
Permanentemente va bajando más el nivel. Primero porque aunque aumentó la cantidad de
gente que está en la docencia disminuyó la cantidad de vocación. Esto es como ser cura.
En realidad ¿quiénes tienen vocación docente de los 40 o 50 que tenés en el
profesorado? ¿Cuántos buenos docentes hay? No podemos sacar 50 buenos docentes, y
para muchos dejó de ser vocación para ser salida laboral. Porque dentro de todo hasta
ahora ha sido, y hablo en pasado porque ya no lo es, un buen refugio. Tenés plata segura,
horas, zafás. Creo que por ahí se dio mucho el cambio." (FB)
¿Se puede formar buenos docentes sobre ese terreno de la "no vocación? ¿Se puede construir algo
"Exigimos compromiso, llegar a horario, cumplir con la tarea, entregar lo que se pide..."
(FB)
Se podría hacer una analogía entre las pretensiones formativas para estos "advenedizos" docentes
y los propósitos educativos para los nuevos alumnos del nivel medio: restaurar de alguna manera en
ellos, en primer lugar, esos valores y pautas de comportamiento que han caracterizado
históricamente a los sujetos pedagógicos con los cuales se pensó el sistema educativo. La cuestión
de los conocimientos curriculares, esos "otros contenidos" que aparecen también como un gran vacío
y un gran obstáculo, no son una prioridad para la enseñanza, aunque sí forman parte de la evaluación
de los alumnos. La idea de corrección o civilización dirigida a las matrículas socialmente más
desfavorecidas sigue siendo central, independientemente de que los alumnos sean del nivel medio o
130
de los institutos de formación docente. Si bien en este trabajo no se ha seguido la línea de los
que atenderán, vale la hipótesis, por los discursos recogidos, de que los aspirantes a la docencia que
se reconocen con mayores desventajas para desarrollar su carrera terminan eligiendo instituciones
de formación que les permita concluir sus estudios (es decir que no les exijan tanto que los excluya)
y que, por lo general, preparan a docentes que muy probablemente seguirán enseñando a alumnos
más desfavorecidos. Si esto es así, se produciría un refuerzo de las diferencias educativas (en
tanto ya pudo vislumbrarse que los contenidos de la formación difieren) y su consecuente aporte a
e) Profesores y Estado
En primer término, cabe aclarar cuáles son las concepciones acerca de la sociedad y el Estado que
se expresan en las entrevistas. En las mismas se reitera la enunciación de "ellos" y "nosotros", "el
sistema" o "los de arriba", señalando una separación entre sectores de la sociedad, especialmente
"Desde el sistema no hay preocupación por los alumnos, eso lo hacen los docentes" (GF2)
Se puede leer una concepción lineal y estática de la sociedad, en la cual los conflictos son
Esta postura se reafirma al interrogarlos sobre el futuro, el cual invariablemente se expresa como
Al no considerar esa dialéctica, no toman en cuenta que, en virtud de la misma, "ellos" y "nosotros"
son parte de las relaciones de poder que constituyen el modelo social, y por tanto guardan una
representan una sociedad con alternativas de cambio. El poder aparece en sus discursos en
que pueden ejercer distintos sectores sociales para gestarse una vida más digna y más plena.
131
"El Polimodal es como la historia de Caperucita Roja: el Estado se disfraza y nos come"
(GF 2, frente a la metáfora de qué sería el Polimodal si fuera una historia o cuento)
"El lobo son los de arriba, que están al acecho a ver qué nos pueden sacar, cuándo dar el
zarpazo, el golpe de gracia" (GF 1)
El Estado, en los discursos de los entrevistados, oscila entre ser un "monstruo" que devora a "sus
Estas concepciones también están relacionadas con lo expresado en puntos anteriores: al perder
confianza en las instituciones y en la lucha organizada de los colectivos sociales, sólo parecen
simplemente por una mejor posición particular. Parecería que hay otra conformación del “cuerpo” de
profesores, en contra de, con intereses propios y no integrados, desde la representación, al Estado.
Esta diferenciación y separación con respecto al Estado puede operar como obstáculo o bien
Vuelvo al punto de partida ¿Es identidad lo que “heredo” y pretendo conservar desde el deber ser, o
cambios entran en crisis justamente porque la situación en que les corresponde actuar no se asimila
84
Vale recordar que algunas entrevistas fueron realizadas en el 2002, cuando las perspectivas de futuro aparecían de manera
132
a aquella para la cual fueron preparados (no solamente en instituciones especificas, sino en distintos
espacios donde se juegan relaciones pedagógicas) Es así que la fuerza de la práctica, del hacer
cotidiano, de las institucionalizaciones y rutinas, entra a jugar con esa historia acumulada,
propia identidad como rol y como sujeto pareciera ser estable y ofrecer ciertas seguridades.
Cuando hay contradicciones, la intensidad de las mismas pareciera ser directamente proporcional a
la percepción de crisis identitaria. El rol es sólo una parte, pero lo que afecta al rol afecta a la
subjetividad completa, de igual manera que las vicisitudes subjetivas en general afectan al rol.
A partir de la lectura de los discursos de los profesores entrevistados, se hace evidente que
atraviesan un complejo proceso con muchas contradicciones, un profundo desencanto y una marcada
Con respecto a las funciones del nivel medio, se observa una marcada desidentificación y una
tendencia a anhelar las características del pasado, casi olvidando muchos entrevistados las
contradicciones y poca claridad con que ha funcionado el nivel medio en otros momentos.
¿Qué cambió con la Ley Federal? ¿Qué entró a la escuela? ¿La nueva estructura del sistema, con
menos años para el Polimodal y una gran reestructuración del trabajo de los profesores? ¿Los
nuevos alumnos, a quienes se los debe incluir poniendo en práctica un conjunto de dispositivos
exclusión social encarnada en muchos alumnos, pero también en algunos docentes? ¿Pero es, en
definitiva, la Ley Federal la que introduce esos cambios fundamentales en los sujetos, o es sólo la
cara educativa visible de muchos otros procesos que se desarrollaron en las últimas décadas? Los
ley. Y desde sus resistencias a la misma les resulta muy difícil mirar críticamente sus prácticas
desde otro lugar y con otras referencias. Cuestionan los cambios “objetivos” que impactaron en la
escuela, pero no logran analizar qué ha pasado con sus propios posicionamientos; quizás no se han
preguntado si uno de los elementos a considerar en el deterioro educativo es que no se han podido
y elaborar que los sujetos que eran ya no son, y que la realidad con la cual trabajar, aunque sea
diferente (y menos “deseable”) de la que se han representado en otros momentos, es la que existe.
Esta realidad, como punto de partida de todo proceso pedagógico, es la que es, y nos interpela a
asumir compromisos de transformación para que no sigan quedando afuera aquellos a los que todavía
Los alumnos que habitan nuestras escuelas son los “reales” que aún no terminamos de simbolizar:
están de hecho, en un presente difícil de elaborar, pero no estaban previstos en nuestro pasado ni
están imaginados para el futuro. Tenemos representaciones previas, preconcepciones, que suelen
ubicarlos como "no deseables" en el conjunto de nuestras representaciones. Están como individuos
concretos, pero pareciera que aún no podemos construirlos como sujetos sociales, con un pasado, un
presente y un futuro en el que son protagonistas de alguna historia -la comprendamos o no, la
Los adultos que habitamos las escuelas jugamos un papel estratégico como mediadores: así como los
pequeños no pueden procurarse solos su alimento, tampoco pueden solos apropiarse de los
¿Podría decirse que se da una nueva forma de relación entre sujetos que representan vidas
diferentes, poderes diferentes, miedos diferentes, carencias diferentes? Están lejos socialmente,
pero al mismo tiempo, como partes de una sociedad que no ofrece seguridades, pueden sentirse muy
Con estas distancias y con estas cercanías hay que trabajar cotidianamente el rol de estos
profesores que comparten el ámbito escolar con estos alumnos, para que las distancias no separen
fatalmente, sino que permitan construir la realidad desde distintas perspectivas; y para que las
cercanías no justifiquen una pérdida de responsabilidad de los adultos- educadores, sino que
134
Los profesores entrevistados tienen una concepción de identidad esencialista: ellos ya fueron
formados, son lo que son, y están desconcertados porque les han cambiado las reglas de juego. Esta
concepción dificulta la salida de la crisis que sienten, en tanto crisis implica cambios pero no sólo de
sino una dialéctica propia de la construcción constante de la identidad. Porque no somos sino que
"estamos siendo".
Entre profesores y alumnos, hoy más que nunca debería jugarse esa relación de apropiación y
recreación de sentidos de la que nos habla Perla Zelmanovich, a partir de la cual los alumnos
construyen su diferencia, que es su propia palabra, El poder de enseñar del profesor y su deseo de
que el otro aprenda deben estar, en principio y en última instancia, al servicio de esta constitución
de la propia palabra.
¿Será que entre las brechas insalvables y las distancias diluidas cabe aún la posibilidad de tender
puentes, quizás con una arquitectura distinta a la que conocemos, ni siquiera imaginada?
"La pedagogía es praxis. Es decir: ha de trabajar sin cesar sobre las condiciones de
desarrollo de las personas y, al mismo tiempo, ha de limitar su propio poder para que el
otro ocupe su puesto. No debe resignarse jamás en el ámbito de las condiciones, pero
no por eso ha de dejar de aplicarse obstinadamente al de las causas. No puede caer
en el fatalismo sin negarse a sí misma, ni puede ser manipuladora sin abandonar la
vocación que le es propia. Es acción precaria y difícil, es acción obstinada y tenaz,
pero desconfía, por encima de todo, de la prisa por terminar." (Meirieu, P. pág.140)
135
RE-LEYENDO TEXTOS (UNA VEZ MÁS)85
De eso se trataba cuando pensé este trabajo: de elaborar una narrativa acerca de la construcción
de identidad de los profesores. Pensé encontrarme con un proceso de búsqueda por parte de ellos,
Había dejado para el final de la escritura el título de la tesis, y ahora sé que fue un acierto. Con el
título intenté expresar la sensación que me quedó una vez que decidí dar por terminado el trabajo:
Me encontré con profesores que hablan de crisis, de una crisis del entorno, de la sociedad, de la
escuela, de la familia, del estado. Del “afuera”. Algunos reconocen sentirse o haberse sentido ellos
mismos en crisis, “en su adentro”, pero paradójicamente no en relación con su elección profesional o
con sus modos de posicionarse en el entorno y realizar una enseñanza diferente, sino como
consecuencia de “estar formados” para otro ejercicio de la docencia. Grandes cambios en el afuera,
rigidez en su interior. Esta es la crisis de la que no hablan, pero es la que se lee en sus discursos
cuando se interpretan como totalidad. De allí el primer juego de palabras: en crisis y en la crisis.
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Este texto fue terminado de escribir en octubre del 2005 a partir de discursos recogidos hasta el 2003.
Actualmente, sería interesante retomar algunos de los ejes e interrogantes y volver a trabajarlos en el marco de la
implementación de otras políticas y la consolidación de un modelo de Estado diferente.
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Por otro lado, sus concepciones de crisis como externa, negativa, a modo de catástrofe natural que
se padece y frente a la cual se desea volver al estado anterior, contrasta con la idea de una
sociedad en tensión permanente (e imposible de abolir) entre las fuerzas de unión y las fuerzas de
separación, dentro de la cual las crisis son momentos de triunfo de estas últimas y que, por lo tanto,
exigen más que nunca posicionamientos de los sujetos en la lucha. Ese contraste, ese juego que
partir del doble sentido de la palabra “duelo”. Duelo como disputa y desafío, y duelo como
No puedo reconocer en la mayoría de los entrevistados una firme voluntad de desafiar con
prácticas concretas la adversidad del contexto, ni de desafiarse en sus propias certezas frente a
las nuevas situaciones en que deben ejercer su función enseñante. Más bien advertí una actitud
defensiva de un “sí mismo”, un “ser”, un “rol” , una “formación”, a los cuales se añora y se pretende
es la resistencia a un proceso que, de todas formas, ocurre inevitablemente (pues nadie permanece
inalterado por las experiencias). Están, a mi entender, participando de otro duelo. Larguísimo,
resignación por “el profesor perdido”, por esa identidad que fue arrasada por el afuera. Identidad
perdida. Terminada y perdida. Completa, fija y perdida. Pareciera quedar sólo la inercia, los ecos, la
sombra de esa identidad. Lo que no conciben es que la identidad con esas características no existe.
La identidad no es, por lo tanto no fue, siempre está siendo, se rehace dialécticamente en las
experiencias, se rescribe narrativamente. No hay identidad perdida, no hay profesor perdido, salvo
si los entendemos hechos de una vez y para siempre. Pensar eso sería contradictorio con la vida
misma, porque los sujetos siguen transformándose y siendo con todo lo que les pasa.
Considero que los profesores que están en este duelo interminable y engañoso por una identidad que
para esto”, dicho desde la queja o la resignación, termina siendo una trampa, un callejón sin salida
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en donde padecemos, en donde las cosas “nos pasan”, en donde somos víctimas o, en el mejor de los
casos, espectadores.
Hay una enorme diferencia, conceptual, estratégica y hasta ética entre padecer las
transformaciones, aún con resistencias, y formar parte concientemente de la propia
transformación y de la transformación del contexto que nos limita. Hablo de una diferencia
también ética porque el compromiso con la transformación exige tomar en cuenta a los otros de una
manera diferente. Los otros son los colegas, los compañeros, los alumnos, los padres, que pasarían a
ser parte de mi propio proceso, un proceso ligado al de cada uno de ellos y que a la vez nos une en
algo colectivo. Eso sería salirse del encierro del propio duelo, casi inútil e inmovilizante, para asumir
la reconstrucción o invención de otra trama de experiencias educativas, en la cual sobre todo los
Hubiera querido volver más veces a dialogar con los entrevistados. Hubiera querido dialogar con
otros sujetos para interpretar con mayor profundidad sus discursos. Hubiera querido ... Pero los
trabajos escritos deben darse por terminados alguna vez, aunque sea provisoriamente, hasta que se
presente o se busque una nueva oportunidad para releerlos, repensarlos y rescribirlos. Dialéctica
constante de la palabra, de los textos, de la historia, reinventándose cada vez que los creemos
atrapados...
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