TEMA 1.
Introducción a la inmunología
1. Generalidades del sistema inmune
La inmunología es la ciencia que discrimina entre lo propio y lo extraño, y desempeña dos funciones
principales: reconocer lo ajeno y crear una respuesta para eliminarlo, y mantener la homeostasis del
organismo.
No obstante, esta definición tiene sus peculiaridades y admite excepciones, como por ejemplo:
o Tras la muerte celular, los restos biológicos son retirados y fagocitados por los macrófagos (se
fagocita material propio del organismo).
o Durante el desarrollo del feto en el útero materno, no se detecta como ajeno los marcadores
moleculares aportados por el padre, pues hacer distintos a los de la madre (no se reconoce y
rechaza material ajeno).
La inmunidad, por su parte, es la resistencia natural o adquirida que ofrece un organismo a ser invadido
por un agente patógeno o externo.
2. El sistema inmune y el ejército
o El ejército posee una fuente inagotable de efectivos. Tenemos miles de millones de células
dedicadas a la función de defensa del organismo.
o Fuerzas de choque. Contamos con una primera línea de defensa, es decir, células que tienen un
mecanismo general para reaccionar contra cualquier agente extraño, ya que son las que contactan
en primer lugar con el agente externo. Ejemplos de estas células son los macrófagos, monocitos,
neutrófilos, células NK y linfocitos intraepiteliales gamma-delta.
o Cuerpos especializados: ciertas células se especializan en diferentes funciones en diversos centros
de especialización (órganos diseñados para que estas células se especializan y así desarrollen una
respuesta el patógeno mucho más específica que las células de la primera línea de defensa).
Algunas de estas células son los linfocitos T alfa-beta y los linfocitos B.
o Gran diversidad de especialidades: por ejemplo, los macrófagos se especializan en la fagocitosis
(engullir otras células), los linfocitos B crean anticuerpos, las células NK reconocen las células ajenas
a nuestro cuerpo…
o Rápida regeneración de la defensa: la médula ósea roja es la encargada de generar a una gran
velocidad las células que mueren (sobre todo, aquellas que se encuentran en primera línea de
batalla).
o Grupo muy especializado, organizado y con memoria: el sistema inmunológico cuenta con un
sistema de linfocitos de memoria que permiten reconocer a un patógeno en infecciones posteriores
a la primera, de tal forma que ya se cuentan con los mecanismos y las herramientas necesarias para
combatir dicho patógeno de una forma más rápida y eficiente.
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o Desarrollo de ataques tanto locales como distancia de los cuales ambos pueden ser generalizados
y muy violentos.
o Respuesta local: Cuando la infección se dan un sitio concreto de nuestro cuerpo.
o Respuesta sistémica: La infección se desarrolla en todo el cuerpo y se traslada el mensaje
desde las vías de entrada del patógeno a las células encargadas de crear un tipo u otro de
respuesta. Este mensaje se lleva a cabo de manera cifrada para que el resto de células no se
vea afectada ni note lo que ocurre, lo cuál se logra por medio de diferentes moléculas, como
las citoquinas y quimiocinas.
o Reconocimiento del patógeno: Se produce la diferenciación entre lo ajeno y lo propio gracias a
receptores de membrana que detectan patrones moleculares que solo están presentes a los
patógenos. Este proceso se lleva acabo principalmente por las células de la primera línea de
defensa.
o Sistema de comunicación encriptado: Para enviar la información de un punto a otro del organismo,
puede darse mediante interacciones estrechas célula célula, o enviar señales que viajan por todo el
cuerpo (esta segunda vía de comunicación se da gracias a moléculas muy pequeñas que difunden
por el organismo, las anafilotoxinas).
o Gran diversidad de herramientas de defensa: En ciertas ocasiones tiene un mayor impacto el daño
producido por la propia respuesta inmunológica que la infección en sí misma. Se puede producir un
choque anafiláctico a consecuencia de la respuesta inmunológica desmesurada (ejemplo balas dum
dum, mucho más letales y destructivas).
o Órganos del sistema inmunológico: En el organismo, los órganos con función inmunológica
también tienen otra serie de funciones de especialización celular.
o Tras la muerte de las células implicadas en la respuesta inmunológica, estas son fagocitadas para
reciclar el material biológico en beneficio de la célula.
3. Respuesta inmune
Según los componentes que constituyen la acción de la respuesta inmune, se distinguen dos tipos:
Respuesta inmune celular: La respuesta inmune es desarrollada a partir de la acción de las células
que componen el sistema inmune (linfocitos, macrófagos, fagocitos…)
Respuesta inmune humoral: La respuesta inmune se es desarrollada a partir de la secreción de
sustancias. Constituída por aquellos líquidos vitales (diferentes de la sangre), como el suero o el
plasma.
Por otro lado, en función de la rapidez con la que contacto con el patógeno las células del sistema inmune
se pueden dividir en dos grandes ramas:
Primera línea de defensa: general e inespecífica.
Segunda línea de defensa: altamente especializada
Asimismo, en base a la inmediatez, memoria y especificidad, se puede llevar a cabo la siguiente
clasificación:
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3.1. Respuesta inmune innata
Se define por las siguientes características:
No específica: En esta respuesta inmune están involucradas células con las que contamos de nacimiento, y
que presentar una inmunidad general e inespecífica, y que por tanto pueden atacar indiscriminadamente a
cualquier tipo de agente infeccioso que ataque al organismo. Todos los patógenos cuentan con diferentes
moléculas en su superficie, muy distintas a las nuestras, y que permiten su reconocimiento, los patrones
moleculares asociados a patógenos (PAMP’s) como los lipopolisacáridos presentes en la membrana de
bacterias gran negativas , o la flagelina, que solo se encuentra en bacterias flageladas.
Inmediata: Es muy rápido ya que no necesita reconocen específicamente al patógeno, pues elimina
cualquier patógeno directamente.
Sin memoria: Esta respuesta no tiene mecanismo efector, por lo que siempre responderá de la misma
forma ante diferentes patógenos y situaciones, sin llegar a distinguir entre ellos.
La respuesta inmune innata no sólo es responsable de combatir casi el 80% de todas las infecciones a las
que podemos exponernos, sino que también dejan el camino preparado para una respuesta inmune
adaptativa para, en caso de otra infección, poder desarrollar una respuesta eficiente.
3.2. Respuesta inmune adquirida
Se define por las siguientes carácterísticas:
Específica: Se generan anticuerpos específicos para cada patógeno gracias a un proceso de diferenciación
celular.
No inmediata: Ciertas células son incapaces de reconocer a los patógenos en su forma nativa*, y al
contrario, necesitan que el patógeno se encuentre fraccionado en pequeños fragmentos o que esté unido
a una molécula receptora que si sea reconocible por la célula. Además, tras el reconocimiento, estas
células deben diferenciarse a otro tipo de células (especificidad), proceso que conlleva tiempo. Debido a la
lentitud de esta respuesta, este tipo de células no pueden formar parte de la primera línea de defensa.
*Los linfocitos B sí son capaces de reconocer al patógeno en su forma nativa.
Con memoria: Tras una primera infección por un patógeno específico, parte de la respuesta inmunológica
deriva en la formación de una serie de células especializadas, como los linfocitos de memoria B y T. Estas
células de memoria quedarán almacenadas y circulando por la sangre del organismo durante mucho
tiempo para, cuando haya que hacer frente por segunda vez a una infección por ese mismo patógeno,
pueda evitarse el proceso de especialización y diferenciación, y ser así un proceso más rápido eficiente.
Resumen:
TIPOS DE RESPUESTA INMUNE
INNATA ADQUIRIDA
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No específica Específica
Inmediata No inmediata
Sin memoria Con memoria
4. Historia de la inmunología
A partir de este momento se empiezan a estudiar las moléculas que son causantes de la enfermedad.
5. Barreras de defensa
El mecanismo de defensa que forma parte del sistema inmune no es siempre una respuesta activa, sino
que también existe una respuesta pasiva que forma parte de la respuesta inmune innata del individuo. Hay
dos tipos principales de barreras de defensa de acción pasiva, que evitan la entrada y proliferación de
patógenos externos: barreras de defensa físicas y barreras de defensa químicas.
5.1. Barreras de defensa físicas
Existen dos tipos de barreras físicas, la extrínseca y la intrínseca:
Barrera extrínseca: Constituye una de las barreras más fuerte del organismo ante la entrada e
infección por patógenos. La piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo y actúa como una gran
barrera física de patógenos.
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Barrera intrínseca: Constituida por las células epiteliales que recubren el intestino. Estas células se
encuentran fuertemente unidas entre sí por uniones estrechas, evitando la entrada de patógenos a
través de espacios huecos entre células. Es el siguiente mecanismo de protección del organismo
frente a la entrada de patógenos al interior en caso de que éstos superen los mecanismos de la
barrera extrínseca.
5.2. Barreras de defensa químicas
Este tipo de barreras que impiden la entrada, crecimiento y desarrollo de patógenos en nuestro cuerpo.
Algunos ejemplos son:
Saliva y lágrimas: Contienen lisozima, la enzima capaz de romper enlaces peptídicos de bacterias
gran positivas, inhibiendo su desarrollo. Confiere protección a gran parte de los orificios de entrada
en nuestro cuerpo en las que se encuentra esta enzima, como los aparatos respiratorio, digestivo y
genito-urinario.
Jugos gástricos: Con un pH característico que impide el crecimiento y desarrollo bacteriano dentro
del sistema digestivo.
Mucosa: Constituida por las mucinas (glicoproteínas secretadas por células epiteliales que
preservan la integridad de la mucosa). Todos los órganos de los aparatos digestivo, respiratorio y
genito-urinario contienen numerosas células especializadas denominadas enterocitos, que
presenta la capacidad de secretar mucus, una sustancia muy gelatinosa y viscosa que hace que los
microorganismos queden atrapados en ella, evitando así su proliferación y paso capas más
profundas.
Microbiota: Formada por las bacterias que habitan en simbiosis en parte de nuestro sistema
digestivo y que, sin embargo, nuestro sistema inmune tolera. Muchas bacterias compiten con los
patógenos externos por nutrientes y espacio, lo que hace que éstos últimos mueran ante la falta de
alimento, lo que deriva en un mecanismo de protección frente a patógenos.
Jugos intestinales: En el intestino, existen dos condiciones fisiológicas que juegan un importante
papel en la protección frente a patógenos:
o pH bajo que impide el crecimiento de patógenos.
o Movimientos peristálticos y de cilios intestinales que dirigen a los patógenos englobados
por mucosa hacia el exterior del tubo digestivo.
Criptocidinas: Son péptidos antibacterianos producidos por las células de Paneth del intestino
delgado situadas debajo de las “células madre epiteliales” (estas células de Paneth son células
epiteliales de las criptas del epitelio intestinal).
Defensinas: Son una familia de pequeños péptidos catiónicos (de 30-35 aa’s) ricos en cisteína y
activos contra bacterias, hongos y virus encapsulados. Se encuentran en los fagocitos y neutrófilos.
Ferritinas: proteína responsable de la unión y captura de hierro. Compite nutricionalmente con las
bacterias y supone un mecanismo de defensa y eliminación de patógenos externos.
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6. Resumen y conceptos clave del tema
Componentes celulares Componentes humorales
Resp. innata Resp. adaptativa Resp. innata Resp. adaptativa
Fagocitos Linfocitos T y B Lisozimas Inmunoglobulinas
Células NK Defensinas (antígenos)
Sistema del Criptocidinas
componente (lisis FerritinaS
de membranas …
patógenas).
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NOTA: Las citocinas son componentes humorales de ambos tipos de respuesta inmune.