CAPÍTULO 2. ÉTICA PROFESIONAL.
IMPORTANCIA DE LA
ÉTICA PROFESIONAL EN FISIOTERAPIA
Marta Aguilar Rodríguez y Elena Marqués Sulé.
1. Introducción
Todos sabemos por experiencia propia que, cuando requerimos los servicios de
un profesional, esperamos de él no solo competencia (es decir, dominio de los
conocimientos teóricos y prácticos propios de su profesión), sino también una
utilización adecuada de esa competencia, es decir, una conducta profesional
ética. Así, se espera de él o ella que pondrá atención e interés para realizar
bien el servicio, que nos tratará con respeto, que guardará el secreto
profesional, que no utilizará esta información en beneficio propio, etc.
Principios todos ellos que corresponden al ámbito de la ética profesional.
Hoy en día, la opinión pública se muestra sensible ante las faltas de ética de los
profesionales. Esta especial sensibilidad recibe el apoyo social de los colegios
profesionales que los representan, lo cual se concreta en los códigos de
conducta profesional o códigos éticos.
En Fisioterapia son varias las razones que llevan a los fisioterapeutas a actuar
con responsabilidad ética:
Por un lado, estamos de acuerdo en afirmar que todas las profesiones que
están relacionadas con personas, son profesiones sociales y, por lo tanto, el
ejercicio práctico de las mismas tiene implicaciones en el propio entorno social
y también en el humano (Martínez Usarralde y García López, 2009).
Por otro lado, compartimos con Hortal (2002) que una buena sociedad – justa,
libre y próspera –requiere no solamente buenos profesionales (es decir,
competentes) sino también profesionales buenos (es decir, éticos). Del
fisioterapeuta se espera no sólo que sea competente en el ejercicio de su
labor, sino que al mismo tiempo la desempeñe con ética.
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Además, durante el ejercicio de su profesión, el fisioterapeuta se enfrenta a
dilemas morales frente a los que debe actuar manifestando una conducta
profesional ética, cumpliendo los principios generales de la ética aplicados a
la Fisioterapia. Prepararle para responder a estos conflictos, exige fomentar en
él la habilidad y el deseo de comprometerse en la reflexión moral (Kovak,
1996).
Finalmente, las buenas prácticas generan la confianza de los ciudadanos en el
profesional y en sus colegas de profesión, satisfacen las expectativas sociales
sobre el significado de la profesión y la fiabilidad de la misma para resolver los
problemas personales y sociales.
Las prácticas profesionales éticas son uno de los flujos potentes para construir
sociedades a la altura de la dignidad humana. (Vázquez y Escámez, 2010).
2. Ética profesional en Fisioterapia
La ética profesional es la disciplina que tiene por objeto determinar el conjunto
de responsabilidades éticas y morales que surgen en relación con el ejercicio
de una profesión.
La ética profesional es una ética aplicada que estudia y propone los
comportamientos correctos y las soluciones mejores a los dilemas y problemas
éticos que pueden presentarse en el ejercicio de cada profesión, a la luz de los
principios éticos de la ética de las profesiones. Establece criterios que sirven de
guía sobre la conducta a seguir por el profesional en su trabajo habitual y ante
los diversos dilemas éticos que pueden presentársele. Aspira a establecer
normas éticas que queden recogidas en los códigos deontológicos.
Más que a solucionar problemas concretos, la ética profesional se ocupa de
ayudar al profesional a proveerse de una conciencia crítica, preparada para
analizar las diversas situaciones que se le vayan presentando desde una
reflexión sosegada de las aspiraciones y las normas de su práctica profesional.
La ética profesional se plantea varias cuestiones:
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- ¿qué es ser un buen profesional?,
- ¿en qué consiste hacer bien el ejercicio profesional?
- y ¿qué principios rigen el comportamiento ético profesional?
Solo se puede ser un buen fisioterapeuta ejerciendo bien la propia práctica. El
sueldo y el prestigio del profesional se pueden conseguir sin hacer bien el
propio trabajo, basta con aparentar que se trabaja. Pero para ser un buen
fisioterapeuta hay que atenerse a los principios que sirven de referencia en la
práctica de esta profesión y que indican el mejor modo de lograr los bienes
internos correspondientes. Solo quienes los alcanzan se constituyen en buenos
fisioterapeutas.
2.1 Las tres dimensiones de la ética profesional
En general, cuando alguien hace referencia a la ética profesional, en seguida
nos viene a la mente el tema de los códigos deontológicos. Sin embargo, la
ética está por encima de la deontología, en tanto que abarca también otras
dimensiones: teleológica y pragmática.
Según Bermejo (2002), la ética profesional engloba tres dimensiones
inseparables:
- La dimensión teleológica es la que nos permite reflexionar acerca de cuál es
el fin de la actividad profesional: ¿qué pretende conseguir la Fisioterapia como
objetivo último de sus prácticas?, ¿qué bienes intenta realizar?
Las profesiones no tienen sentido en sí mismas sino por los bienes internos que
contienen. Por eso, no se puede entender lo que es una profesión si no se
entiende que ésta tiene en su interior una función social: el bienestar común, lo
cual implica una responsabilidad moral.
Los bienes internos de la Fisioterapia van cambiando en la medida que lo
hace la sociedad, de manera que en la actualidad están orientados hacia la
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promoción, la prevención y la rehabilitación de las personas con los medios
que le son propios.
Los buenos profesionales se preguntan qué es lo que desean lograr con
aquello que hacen, reflexionan sobre cuál es el fin de su profesión y se
proponen realizarlo en su vida profesional. Tal fin, es el fin interno de la
profesión y es el máximo bien al que un fisioterapeuta puede aspirar.
- La dimensión deontológica está constituida por el conjunto de normas éticas
que rigen la profesión y que habitualmente se encuentran plasmados en los
códigos deontológicos. La deontología en Fisioterapia hace referencia a los
deberes y a las normas que han de respetar los fisioterapeutas. Son normas
exigibles y contribuyen a la consolidación de la profesión.
- La dimensión pragmática se refiere a la acción concreta. Se hace preguntas
del tipo: ¿qué debo hacer en una determinada situación?, ¿cómo resolver los
conflictos morales que pueden aparecer en la práctica profesional?, ¿cómo
debo afrontar los conflictos emocionales ante situaciones de desigualdad e
injusticia?, ¿qué buenas prácticas configuran el ejercicio de esta profesión?,
Los fisioterapeutas se enfrentan a conflictos morales en el ejercicio de su
profesión, ante los que han de estar preparados para decidir cuál es la
conducta moralmente más aceptable.
En general, el trabajo cotidiano de un fisioterapeuta no es una secuencia
ininterrumpida de sucesos problemáticos. Pero en ocasiones tales dilemas
aparecen y es necesario contar con algún método que nos permita salir del
paso de la manera más justa posible.
La ética profesional en Fisioterapia consiste pues, en abordar los aspectos
éticos y los problemas morales propios de la profesión, desde la perspectiva de
lo que la profesión es y la función que le corresponde en la sociedad.
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Teleológica:
Fines
Ética
Profesional
en
fisioterapia
Deontológica: Pragmática:
Normas éticas Conflictos éticos
Fig. 1: Dimensiones de la ética profesional
2.2 Ética profesional y deontología profesional
La ética profesional se ocupa ante todo del tema del bien: qué es bueno
hacer, quién es un buen profesional, al servicio de quien está una profesión. La
deontología se ocupa de la parte de los deberes y las obligaciones; busca
formular el conjunto de normas exigibles a todos los que ejercen una misma
profesión.
Por lo tanto, ética y deontología, a pesar de que a veces se utilizan por igual,
no son lo mismo: la ética plantea la profesión en términos de principios
morales, mientras que la deontología plantea los temas éticos en términos de
normas y deberes.
Un comportamiento ético consiste, por ejemplo, en que un fisioterapeuta
considere a su paciente como el fin último de su actividad profesional, le
procure un tratamiento fisioterápico de calidad sin distinción de raza, sexo,
cultura, política o religión y resuelva cualquier conflicto ético relacionado con
esta situación siempre a favor del paciente, por el hecho de comprender su
posición como ser humano con todos sus derechos y cumpliendo los principios
de la ética.
La deontología, por su parte, refleja solamente las normas escritas en las que
se concreta este comportamiento ético en el código deontológico.
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Los principios morales de distinguen de las normas por ser más genéricos que
estas. Los principios tratan los grandes temas y valores del vivir y del actuar,
mientras que las normas aplican los principios a situaciones más o menos
concretas. Un principio enuncia un valor; las normas dicen cómo debe
aplicarse un principio en determinadas situaciones. Por ejemplo, el gran
principio moral de autonomía (por el que se ha de respetar la capacidad de
decisión de las personas, así como su voluntad, en aquellas cuestiones que se
refieren a ellas mismas), queda concretado en el código deontológico del
ICFCV (Ilustre Colegio de Fisioterapeutas de la Comunidad Valenciana), en los
artículos 9,13,14,16,17, 49…. etc. El principio de no maleficiencia (por el que no
han de causarse daños ni perjudicar al paciente ni a otros), queda
concretado en los artículos 10 y 62; etc.
2.3 Ética profesional en fisioterapia y bioética
Aunque la ética profesional en Fisioterapia es uno de los campos de estudio de
la bioética, no todos los problemas de la bioética son el blanco de las
preocupaciones de la Fisioterapia.
Todos los temas bioéticos que están de actualidad, como temas relacionados
con la reproducción humana, o los recién nacidos de bajo peso, el aborto, la
eutanasia, los transplantes de órganos o los criterios de reanimación, son temas
en los que la Fisioterapia no juega un papel activo directo, por la propia
naturaleza y alcance de la profesión.
Sin embargo, sí que lo juega en otros temas que consideramos puntos de
unión entre la bioética y la ética profesional de la fisioterapia, como el respeto
a la intimidad, la información del paciente, la veracidad, el respeto al
paciente y los compañeros de profesión o la confidencialidad. En estos temas,
y, a medida que la fisioterapia va adquiriendo cada vez más autonomía,
sobretodo en la práctica privada, los conflictos morales se acrecientan.
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2.4 La ética profesional en fisioterapia y la ética del cuidado
La ética profesional de la Fisioterapia está unida, al igual que en el caso de la
Enfermería y otras ciencias de la salud, al concepto de cuidado, al cuidar
propio de las profesiones sanitarias, el cual comprende cuatro sentidos
(Pelegrino, 1985):
1. Tener capacidad de ponerse en el lugar de la persona afectada,
solidarizarse con ella y compartir en cierto modo sus sentimientos.
2. Hacer por los otros lo que ellos no pueden hacer por sí mismos y
necesitan o desean hacer.
3. Invitar al otro a que confíe en nosotros y vea que nos tomamos el
problema como nuestro.
4. Poner todos los recursos personales y técnicos y llevar a cabo con
esmero todos los procedimientos al servicio del enfermo. Convertir al
otro en la finalidad principal y el centro de nuestra acción y poner los
medios precisos para lograr su bien.
La Fisioterapia consiste entonces en prestar cuidados a las personas y a los
grupos humanos de un modo profesional y con una actitud de cuidar.
La Fisioterapia aspira a ser integral, considerando a la persona de manera
global. Al considerar al hombre de manera integral, en su totalidad, la
Fisioterapia converge con la ética, ya que actuar responsablemente desde la
Fisioterapia coincide con obrar correctamente desde la ética.
Podemos decir que la ética en Fisioterapia, como en las demás profesiones del
área de la salud, es la ética del buen cuidar.
La evolución de la salud pública, la epidemiología y la medicina preventiva ha
introducido conceptos como "factor de riesgo" o "condiciones de
vulnerabilidad". Su aplicación práctica supone el diseño de estrategias en las
cuales las personas y los grupos humanos deben adoptar estilos de vida que
resulten saludables y disminuyan el impacto de la enfermedad. Esta lógica
refleja otro significado para la palabra "cuidado", en tanto cada persona
debe hacerse cargo de su propio bienestar y corregir los hábitos que
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aumentan su riesgo de enfermarse. Ya no sólo se trata de esperar qué hace el
profesional sanitario para cuidar el bienestar del paciente sino, también, cómo
moviliza este último sus propios recursos para conservar y recuperar su estado
de salud. Así, cada persona debe tener asumida una noción de autocuidado
que supere la visión tradicional del heterocuidado (ser cuidado por otro).
3. Importancia de la ética profesional
3.1 En la fisioterapia como profesión
Como ya hemos dicho, la Fisioterapia goza cada día de una mayor
autonomía y repercusión entre la sociedad. Esto le lleva a adquirir el
compromiso moral de revalorizarse como profesión, de reforzarse frente al
intrusismo y de acrecentar su identidad profesional entre las demás profesiones
sanitarias, ofreciendo un servicio de calidad. Pero la calidad asistencial
solamente puede alcanzarse a través del desarrollo de cuatro tipos de
competencias:
Competencias cognitivas, “saber” (los conocimientos)
Competencias técnicas, “saber hacer” (las habilidades prácticas)
Competencias sociales, “saber ser” (relación con los demás)
Competencias éticas, “saber ser profesional”.
Cuando el profesional adquiere y ejercita de modo excelente sus
competencias, se forma como ciudadano y como persona moral. Un
profesional excelente es aquel que compite consigo mismo para ofrecer un
buen producto profesional; no se conforma con la mediocridad profesional,
sino que aspira a la excelencia en el servicio a las personas que le requieren
como usuarios de su profesión (Vázquez, Escámez, 2010).
Por lo tanto, el fisioterapeuta, además de mostrar un alto nivel de
conocimientos y destrezas específicas de su área y desarrollar habilidades
sociales en su entorno de trabajo, debe también manifestar un
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comportamiento éticamente responsable que le permita decidir qué es “lo
correcto” o lo más justo en cada situación. Y es que en la práctica diaria de la
profesión, los fisioterapeutas han de tomar frecuentes decisiones ante
cuestiones relacionadas con su interacción con el paciente, con sus
compañeros de trabajo, con el médico, con la institución para la que
trabajan e incluso cuestiones que pueden tener una trascendencia social.
Como ya dijimos en el tema 1, aunque las buenas conductas profesionales de
los fisioterapeutas están reguladas en los códigos deontológicos, ser un buen
fisioterapeuta es algo más que acatar estas normas; tiene que “saber ser
profesional”, o lo que es lo mismo, comportarse con responsabilidad ética,
respetando los principios de la ética profesional aplicados a la Fisioterapia.
La ética profesional es importante a muchos niveles:
1. Los profesionales se sienten mejor con ellos mismos y con su profesión
cuando trabajan de manera ética.
2. Las profesiones reconocen que su credibilidad reside no solamente en
sus competencias técnicas sino también en la confianza que transmiten
a los pacientes.
3. A nivel organizacional, la ética es un buen negocio. Algunos estudios
muestran que los negocios en los que se trabaja éticamente funcionan
mejor que los que no lo hacen.
3.2 En los estudios de fisioterapia
La universidad juega un papel fundamental en la enseñanza de ética
profesional, ya que uno de sus objetivos principales es formar personas y
profesionales; es decir, preparar a los estudiantes para que comprendan las
complejidades éticas y morales que afectarán a la toma de decisiones en su
práctica profesional. La función de la universidad es la formación integral de
los estudiantes, no la simple enseñanza técnica.
Los estudiantes de fisioterapia vienen a la universidad a prepararse para
ejercer una profesión, y ello lleva implícito enseñarles a ser competentes y
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también éticos; de este modo, podrán responder a las exigencias y a las
necesidades que la sociedad demanda de ellos. Aprender ética durante la
carrera de Fisioterapia, es aprender a orientar las conductas profesionales.
Aprender ética profesional en Fisioterapia ayudará al estudiante a:
Adquirir conocimientos sobre ética, clarificando conceptos.
Adquirir métodos para pensar los problemas éticos, así como
instrumentos y disciplina para hacerlo.
Introducir claridad y coherencia en el pensamiento y el sistema
de valores de cada uno.
Es decir, preparará el camino para la práctica éticamente responsable de la
profesión. Por lo tanto, aprender ética profesional es mucho más que conocer
el código deontológico, debe ir más allá y reflexionar en torno a cuál es el bien
al servicio del cual está una profesión y cómo afrontar con responsabilidad
ética los conflictos morales que surgen durante su ejercicio.
Tenemos que aprender a resolver los conflictos de valores, tenemos que
aprender a integrar los valores en la toma de decisiones en Fisioterapia. Si así
lo hacemos, estaremos aumentando la corrección de nuestras decisiones y
con ello la calidad de la asistencia que damos a nuestros pacientes.
Esto es lo que perseguimos: tomar decisiones lo más correctas posibles y
mejorar la calidad de nuestras actuaciones ya que, a la vez que vayamos
aportando un servicio a la sociedad, iremos adquiriendo una personalidad
ética.
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