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Historia Del Patrimonio Cultural de La USA1 (Edificios)

La USAC posee un importante patrimonio cultural acumulado a lo largo de sus 349 años de historia, incluyendo edificios históricos como el Colegio Santo Tomás de Aquino, el MUSAC, el Paraninfo Universitario y la actual Ciudad Universitaria, cuyos edificios como el Iglú y la Rectoría representan la cultura e identidad de Guatemala.

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Historia Del Patrimonio Cultural de La USA1 (Edificios)

La USAC posee un importante patrimonio cultural acumulado a lo largo de sus 349 años de historia, incluyendo edificios históricos como el Colegio Santo Tomás de Aquino, el MUSAC, el Paraninfo Universitario y la actual Ciudad Universitaria, cuyos edificios como el Iglú y la Rectoría representan la cultura e identidad de Guatemala.

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Historia del Patrimonio Cultural de la USAC

El patrimonio cultural de la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC) es de gran importancia


histórica y cultural para el país pues esta ya posee 349 años de historia en la que ha generado y
acumulado conocimiento y bienes culturales que hoy merecen atención.

En esta investigación se enfoca en la exploración de la historia de los edificios más importantes que ha
dejado como legado esta institución desde su fundación en (1676-1829) cuando fue dependiente de la
Universidad de Salamanca, establecida durante la colonia por la Corona española en el siglo XVII,
aprobada por las órdenes regulares de la Iglesia católica y hasta la independencia de 1821 cuando se
llamó únicamente como Universidad Pontificia o Universidad Nacional.

Colegio Santo Tomás de Aquino

El origen de la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC) se derivó del Colegio Mayor de Santo
Tomás de Aquino, creado en Santiago de los Caballeros, en la actual Antigua Guatemala.

El propósito de su creación obedeció a que el licenciado Francisco Marroquín (el primero obispo) el cual
estaba consciente de la importancia de un centro de estudios superiores para la naciente ciudad, así que
en 1548 Marroquín solicitó a la Corona el establecimiento de una universidad, cuando la ciudad ya
estaba en el valle de Panchoy.

La solicitud no fue atendida por lo que, cuando falleció Marroquín, en 1563, dejó un patrimonio de dos
mil pesos para la fundación de un Colegio Mayor.

En 1620, con el legado de Marroquín se logró el establecimiento, del Colegio Mayor de Santo Tomás,
dependiente de los dominicos. Durante el final de la Edad Media los dominicos eran los clérigos con
mejor formación académica.

En la actualidad, este edificio funge como un centro cultural, ubicado en la parte posterior del antiguo
Convento de Santo Domingo y actualmente es considerado una muy importante pieza de historia en la
cultura de la Universidad de San Carlos de Guatemala.

MUSAC

El Museo de la Universidad de San Carlos el cual fue creado por el Consejo Superior Universitario en
1981. Para su funcionamiento se designó usar como instalaciones el antiguo edificio universitario, que
perteneció a la Facultad de Derecho. Este lugar está ubicado en la Zona 1 de la Ciudad de Guatemala.

Debido a los fuertes terremotos ocurridos en Guatemala en 1917, 1918 y 1976, esta estructura quedó
muy dañada. Por lo que en 1985 se comenzaron los trabajos para su restauración y posteriormente,
habilitarlo como un museo universitario.

Fue así como el 22 de junio de 1994, oficialmente se inauguró el museo el cual tenía como objetivo ser
un vínculo entre los guatemaltecos y el arte, la ciencia, historia y cultura. Así mismo, planteó la difusión
histórica a través de las exposiciones y actividades con fines educativos y actualmente es considerado un
muy importante patrimonio cultural de la Universidad de San Carlo y donde también se exhiben muchas
más obras de arte y piezas históricas que también se consideran fuerte patrimonio de la universidad y de
enriquecimiento de su historia.
Paraninfo Universitario en Guatemala

Es un edificio histórico ubicado en la zona 1 de la ciudad capital. Actualmente es parte del complejo
educativo del Centro Cultural Universitario de la Universidad de San Carlos de Guatemala

El edificio original en donde está ubicado hoy el Paraninfo había sido construido en 1870 como un
colegio clerical. Fue expropiado en 1873 por Justo Rufino Barrios y en el lugar se creó la primera Escuela
Normal de Guatemala.

En el año 1880 se transfirió la Escuela de Medicina y Farmacia de la USAC a dicho edificio. Se utilizó hasta
principios del siglo XX y luego fue derribado a causa de los daños de los terremotos de 1917 y 1918.

Era necesaria su reconstrucción para utilizarlo en beneficio de la universidad y en 1922, el ingeniero José
Alcaine presentó un proyecto de cuatro edificios.

Se comenzó primero con la construcción del anfiteatro, concluido en diciembre de 1929. Ese mismo año
se inició también con la edificación de la Escuela de Medicina, terminada en 1930.

Después de una gran restauración el trabajo final fue entregado en 1931 a la USAC aunque poco a poco,
el Paraninfo fue abandonado por la Universidad cuando se creó la Ciudad Universitaria en la zona 12 de
la capital a mediados del siglo XX.

Pero posteriormente, se creó el Centro Cultural Universitario en 1975. Dentro de la institución se integró
el Teatro y Arte Universitario, Coro Universitario, La Asociación Coral Universitaria, la Estudiantina
Universitaria y la Cinemateca Universitaria Enrique Torres.

Actualmente, es la unidad encargada de conservar y difundir la labor artística y cultural de los


estudiantes de la USAC. También planifica, organiza y coordina las actividades de las diversas
agrupaciones artísticas y como el resto es una parte fundamental e importante en la historia de la
Universidad de San Carlos de Guatemala.

Actual ciudad universitaria

Después de los daños causados a la anterior sede de la ciudad universitaria conocida en la actualidad
como MUSAC se trasladó en la nueva ciudad universitaria, conocida también como Campus Central, que
está ubicada en la zona 12 de la Ciudad de Guatemala durante (1950 – 1962)

Según la historia, la creación de la ciudad universitaria se debe a su primer rector, Carlos Martínez Durán
y su iniciativa de crear un complejo de edificios en un espacio que muchos consideraban como muy
grande para lo que se necesitaba.

La construcción de la ciudad universitaria se hizo por medio de 5 etapas. En la primera no se consideró el


diseño futuro de cada facultad y los trabajos que se realizaron fueron en su mayoría de infraestructura

Durante la segunda etapa de construcción se definieron las vías principales de circulación, así como las
áreas destinadas para cada facultad. Luego, se planificó el área deportiva y se inició la construcción del
Aula Magna conocida actualmente como el Iglú.

Fue en la cuarta etapa cuando se inició la construcción del edificio de Rectoría. Además, durante la
última fase se dio una construcción acelerada del resto de la ciudad universitaria y se planteó la iniciativa
de la construcción de los centros universitarios regionales.
Aula Magna (Iglú)

Esta obra en sus inicios se conoció como el Anfiteatro de Ciencias Básicas para la Facultad de Agronomía,
lo que hoy conocemos como “Aula Magna”, El Iglú. Fue diseñada y planificada por el Arquitecto e
Ingeniero Pelayo Llarena Murua

La obra arquitectónica fue planificada para la Facultad de Agronomía con el nombre de “Anfiteatro de
Ciencias Básicas”, siendo uno de los primeros edificios en construirse en el campus destinado para la
Universidad. Debido a que fue ideado para la facultad de Agronomía, ya se tenía determinada el área
de edificios dentro del terreno, formando parte de éstos el Edificio T-8, siendo construido antes que el
Iglú.

La planificación se realizó en el año de 1958, año en el que ya existían algunos edificios circundantes
como el actual Edificio de Calusac, Edificio T-3 de la facultad de Ingeniería y otros edificios estaban en la
etapa de construcción como el edificio de Recursos Educativos, Edificio de Rectoría y el Edificio T-2 de la
Facultad de Arquitectura.

Actualmente esta área forma parte del conjunto patrimonial de obras arquitectónicas con mayor riqueza
dentro del campus universitario.

Fue hasta El 20 de julio de 1964 que se inauguró, el anfiteatro de la Universidad de San Carlos de
Guatemala, que hoy conocemos como Iglú situado en la ciudad universitaria, zona 12. En dicha época,
fungía como rector universitario el licenciado Vicente Díaz Samayoa y decano de la facultad de
Arquitectura, el ingeniero Bernardo Fuentes Alvarado.

En la actualidad El Iglú es un auditorio en el cual se realizan en su mayor parte actos especiales, como
graduaciones, actividades académicas, conferencias, eventos culturales de distintos tipos de actividades
artísticas, religiosas, educativas y políticas, convirtiéndose en un símbolo positivo de la identidad
universitaria.

“Si hay un edificio que representa lo que vivió la universidad de san Carlos en los años 70 y 80 es el Iglú,
es un lugar de concentración al inicio, cuando se vivía una situación muy difícil, era donde se refugiaban
en la época del conflicto armado, propiciando el bienestar de la sociedad misma.”

Es lo que explicó el Lic. Donaldo Vásquez, docente del curso tecnología agropecuaria en la Escuela
Ciencias de la Comunicación.
Edificio de Rectoría

El proyecto de la Rectoría surgió entre los años 1950 y 1954, durante el rectorado del licenciado e
ingeniero Miguel Asturias Quiñonez, quien fundó la oficina de arquitectura e ingeniería a cargo de los
ingenieros Ricardo Roesch y Manlio Ballerini.

Entre 1958 y 1962 se dio un renovado impulso a la Ciudad Universitaria y se contrató al urbanista
ingeniero Adolfo Álvarez Marroquín. Se contrataron para el desarrollo urbanístico y arquitectónico a los
arquitectos Roberto Aycinena, Carlos Haussler, Jorge Montes y Raúl Minondo.

“En el desarrollo de la obra arquitectónica de la Rectoría se maneja la identidad, utilidad y la estética”,


explica Díaz. Para ello se inspiraron en la cultura maya.

Este elegante, sobrio e imponente edificio de la década de 1960 demandó el trabajo de cuatro grandes y
muy cultos arquitectos, capaces de desentrañar las raíces mayas ancestrales. Ellos se convirtieron en los
primeros en planificar edificios muy guatemaltecos, emblemáticos, que vienen a ocupar la imagen
principal de campus universitario, con características de identidad nacional y envueltos en la misión de
educar y orientar a las nuevas generaciones y sus diferentes disciplinas. La identidad nacional es muy
importante y sutil y por eso además de su importancia actual es un edificio que representa la
importancia de la cultura del país y el patrimonio de la universidad.

Biblioteca Central y Recursos Educativos

Según acta No. 447 y Acuerdo 1347 del Consejo Superior Universitario, el 17 de noviembre de 1953, se
creó la Biblioteca de la Universidad de San Carlos de Guatemala, y el primero de diciembre de ese año,
con ocasión de conmemorarse la Autonomía Universitaria, el Rector, Licenciado Miguel Asturias
Quiñónes, inauguró su primer edificio en parte del Jardín Botánico, de la actual, zona 10 capitalina. A su
área de Lectura se le dio el nombre de “Sala Dr. Pedro Molina”, en homenaje al ilustre prócer de la
independencia.

A principios de los años 60´s se inicia la construcción de Ciudad Universitaria y esto dio como resultado
la creación y traslado de varias Unidades Académicas y Administrativas.

En 1964, el Rector Jorge Arias, recomendó una unidad administrativa centralizada para las bibliotecas
universitarias, incrementar en un 5 % del presupuesto de la USAC los fondos destinados a las bibliotecas
y la formación de un catálogo unido.

Es así que, en 1965, Biblioteca Central, se inicia como plan piloto en un espacio que cedió la Facultad de
Ingeniería, donde también funcionaba su biblioteca.

Ya 1967, se constituyó como el producto de dos colecciones: la de Biblioteca de la Escuela de Estudios


Generales y la de Biblioteca Central.

En 1973, se empezó la construcción del edificio de Biblioteca Central, cuya obra contó con el
financiamiento de la Agencia Internacional de Desarrollo, de la Embajada de los Estados Unidos en
Guatemala y del Banco Interamericano de Desarrollo.

En 2020 a partir del confinamiento por la pandemia Covid 19, se fortalecieron y habilitaron los servicios
virtuales: como Bases de Datos, Talleres y conferencias, Cursos de computación, Solvencias, Recepción
de tesis, Club de lectura, Conversatorios, etc.
Se fortalecieron los servicios de acceso e inclusión de las personas con discapacidad.

En 2021, se inició el servicio de Préstamo de Tablet; así como el Lanzamiento de la maximización de las
Bases de Datos, así como se mejoras de iluminación tanto en exteriores e interiores.

Se fortaleció el posicionamiento institucional a través de las redes sociales, materiales multimedia, y


página web, así como atención en línea a usuarios.

En 2022, se mejoran los procesos de catalogación, automatización y tecnología y por eso sigue siendo
una gran fuente de conocimiento para saber de su propia historia y la del resto del legado de la
universidad.

El mural de Arnoldo Ramírez Amaya

Alejándose un poco de la historia de los edificios uno de los murales más emblemáticos de la universidad
se encuentra en el edificio T2 de la Facultad de Arquitectura

La serie inicia con un minúsculo tepocate. Es lo primero que se ve al entrar al edificio. En 1974 en la
Ciudad Universitaria de la zona 12, de la ciudad de Guatemala, el pintor Arnoldo Ramírez Amaya junto
con Marco Antonio Flores y decenas de estudiantes y obreros que se integraron a la llamada Brigada
Cultural Otto René Castillo, pintaron una serie de murales por toda la Universidad.

El mural del edificio T-2 de la facultad de Arquitectura de la Universidad de San Carlos (Farusac) consta
de cuatro bloques que corresponden a las cuatro paredes que rodean la plaza central del edificio y que
en total suman 70 metros longitudinales por 1.60 metros de alto. El maestro Arnoldo Ramírez Amaya
diseñó el proyecto ilustrando el potencial del estudiante san carlista de convertirse en un engranaje más
del sistema imperante, y dada la represión militar de esos años, con esta obra él pretendía motivar a los
estudiantes a integrarse a las Fuerzas Armadas Revolucionarias

Con base en los dibujos originales, veamos cómo el maestro Ramírez Amaya reinterpretó esta
metamorfosis.

Bien, en el primer cuadro se observa cómo un tepocate estudiante inicia su crecimiento dentro de la
Universidad.

Luego de pasar por esa fase logra alcanzar su meta, ahora es una “rana profesional”. Vemos cómo activa
el disparador de un proyectil cuya ojiva avanza salpicando sangre a hermanos en guerra (representado
por el mural La trinchera del muralista mexicano José Clemente Orozco). No quiere mancharse, como
dice Ramírez Amaya: “¡se ha graduado de explotador!”. Y al alcanzar otro estrato ya no quiere saltar para
ir de un lado a otro, busca la comodidad de una patineta.

También se da cuenta de que para alcanzar sus objetivos puede aprovechar la experiencia y poder de las
ranas soldados; y juntos oprimen al pueblo (la imagen de los cargadores está inspirada en la escultura
Canto al sudor de Rodolfo González Goyri).

El cinismo de los que comandaron la represión militar se refleja en esta escena; en el documental
Benedicto, que fue dado a conocer el mes pasado, el ex general Benedicto Lucas García dice: “Todas las
guerras son nefastas, pero sin duda Dios las creó para ir disminuyendo la cantidad de población en el
mundo”. Aquí vemos cómo el pueblo bajo la idea implantada de patriotismo es conducido a la trampa,
no logra ver del todo lo que hay más allá, porque le nublan la vista con una bandera guatemalteca y
queda dentro de una hamburguesa coronada con cruces, que es tragada y molida por la maquinaria de
Estados Unidos… pero hay sobrevivientes, el ciclo inicia de nuevo, y ahora avanza nuevamente otro
tepocate.

Ramírez Amaya, parafraseando a Bertolt Brecht en la parte final del mural escribe: “El que no conoce la
verdad y la niega es un tonto… el que conoce la verdad y la niega es un criminal”. En mi paso por la
Farusac, lamentablemente he visto más millenials “tontos” que “criminales” (aplicando los enunciados
de Amaya).

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