Bailey Vargas, Bertila y Sheila Flores Mendía
2009 Nuevas excavaciones en el ex-Convento de Santo Domingo de Guzmán, Antigua Guatemala: Un vistazo
reciente a nuestra historia. En XXII Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 2008
(editado por J.P. Laporte, B. Arroyo y H. Mejía), pp.43-53. Museo Nacional de Arqueología y Etnología,
Guatemala (versión digital).
NUEVAS EXCAVACIONES EN EL EX-CONVENTO DE SANTO
DOMINGO DE GUZMÁN, ANTIGUA GUATEMALA:
UN VISTAZO RECIENTE A NUESTRA HISTORIA
Bertila Bailey Vargas
Sheila Flores Mendía
Departamento de Monumentos Prehispánicos y Coloniales-IDAEH
ABSTRACT
THE FIRST EXCAVATIONS IN THE FORMER CONVENT OFSANTO DOMINGO DE GUZMÁN, ANTIGUA
GUATEMALA: A RECENT VIEW OF OUR HISTORY
Beginning in October of 2005, archaeological testing was initiated in a sector to be used as a future parking area for
the offices of the Dirección General del Patrimonio Cultural y Natural - IDAEH, as well as the Ministry of Culture and
Sports. Interest in doing archaeological investigations here is due to the fact that this structure constitutes a clear
example of cultural heritage, not only since it dates to the end of the 18th and beginning of the 19th century (work on
the building began in 1788 and continued until 1808), but also holds architectural importance as the principal seat for
the Order of the Clergy of Santo Domingo de Guzmán in Guatemala, since it was here that the Convent and its
outbuildings were located for almost a century. Archaeological work revealed a series of constructions that included
kitchens, pilas, gardens or orchards, as well as storage areas and underground cold cellars. In addition to these
remains, a large ceramic sample was also recovered, ranging from the purely utilitarian to fine glazeware like
Majolica that often bears the shield of the Dominican Order indicating local manufacture. These finds are of great
importance, particularly the information relating directly to the lifestyle of the original inhabitants, as their material
remains constitute authentic evidence of those times.
Durante los primeros años el estudio de la Arqueología en Guatemala enfocó su interés al
estudio de los diferentes aspectos relacionados con los asentamientos Mayas, en especial aquellas
poblaciones que lograron su máximo esplendor para el periodo Clásico en las Tierras Bajas
especialmente en lo que respecta a la región de Petén y en menor grado a los estudios en las Tierras
Altas, dejando por un lado la Arqueología Colonial y Republicana que era un campo casi exclusivo de los
historiadores. Es hasta finales del siglo XX, que se presta atención a esta otra rama de la Arqueología
guatemalteca dando inicio con las investigaciones que fueran realizadas en Antigua Guatemala
especialmente en la Iglesia y convento de Santo Domingo de Guzmán. En cuanto a la ciudad Capital, los
estudios se han centrado especialmente en rescates arqueológicos dentro del Centro Histórico.
Debido a la importancia que tuvo la iglesia durante la colonización, es importante conocer los
diferentes aspectos de su organización íntimamente relacionados en la forma de cómo estaban
distribuidos los espacios de los conjuntos habitacionales, son por eso importantes los trabajos que se
realizan tanto en las iglesias como en los conventos de las diferentes órdenes que tuvieron participación
en la evangelización durante la colonización de Guatemala, siendo por ello la Orden Dominica la más
relevante en este sentido.
Los trabajos de investigación arqueológica en el Ex Convento de Santo Domingo, nacen con el
interés de conocer aspectos relevantes de un edificio que fue construido con la finalidad de albergar y
formar a nuevos Misioneros, sin embargo, durante el transcurso de la historia guatemalteca esta finalidad
fue cambiando, dando paso a otras actividades cuyas funciones fueron diferentes a aquellas por las
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cuales fue construido. Este edificio constituye un claro ejemplo del patrimonio cultural arqueológico, no
sólo por su antigüedad que se remonta a finales del siglo XVIII (se inicia su construcción en 1788 y se
prolonga hasta 1808), sino por su importancia histórica y arquitectónica como baluarte principal de la
Orden de los Predicadores de Santo Domingo de Guzmán en Guatemala, ya que aquí, se ubicó el
convento con todas sus dependencias por un lapso de casi un siglo, constituyendo en la actualidad un
monumento vivo, en donde se instalan las oficinas tanto de la Dirección General del Patrimonio Cultural y
Natural, Instituto de Antropología e Historia y el Ministerio de Cultura y Deportes.
El sector investigado, se ubica al fondo del edificio tal y como se encuentra actualmente; pero
tomando en cuenta la totalidad del Ex Convento, se puede inferir que se ubicaba a un costado del centro
del edificio, después de los terremotos de los años 1917-18 el área quedó en escombros, adecuando el
sector para una nueva actividad, para lo cual se niveló con tierra y se colocó concreto, sellando de este
modo los vestigios culturales. Después de 1979 cuando se instala el IDAEH, se deja el área para ser
utilizada como estacionamiento de vehículos. Siendo un monumento vivo y debido a las necesidades de
espacio, se inician, trabajos de ampliación de las oficinas del Programa para la Conservación de Bienes
Culturales PROCORBIC de esta institución, dejando al descubierto los muros antiguos que conforman
las bases de los vestigios culturales depositados en el sector. Razón por la que los trabajos de
construcción fueron detenidos para dar lugar a que se realizaran los respectivos sondeos arqueológicos
(Hernández y Ramírez s.f.; Quílez y Riveiro 1987; Lemus 1998, Putzeys 2002).
ANTECEDENTES HISTÓRICOS
Las órdenes religiosas más importantes a partir de la fundación de la Capitanía General de
Guatemala fueron la Orden Dominica principalmente, además de las ordenes de los Franciscanos y
Mercedarios, estas órdenes eran las únicas con derecho a predicar, desempeñar curatos y servir iglesias
parroquiales, además, dentro del contexto histórico de los cuatro asentamientos que tuvo la capital
Guatemalteca, el templo de Santo Domingo siempre ha ocupado un lugar importante. Fray Domingo de
Betanzos quien llegara a territorio Guatemalteco cinco años después de fundarse la primera capital de
Guatemala fue quien escogió el sitio para la Iglesia y convento de esa orden (Zea 1984).
Los sacerdotes de la Orden Dominica desde su venida a América mantuvieron un gran espíritu
de lucha además de su misión evangelizadora. Estos misioneros gozaron de las prerrogativas que les
ofreció el Obispo Francisco Marroquín, quien en el año de 1535 solicitó su venida luego que Fray
Domingo de Betanzos, regresara a México en compañía de otros miembros de esa orden (Zea 1984). El
Convento Dominico en el Valle de Almolonga, se desarrolló muy poco porque los misioneros pasaban la
mayor parte del tiempo en otras regiones. El 17 de mayo de 1551, se erigió el convento de Santo
Domingo de Antigua Guatemala como cabeza de la provincia de San Vicente de Chiapa y Guatemala,
eligiéndose como el primer Prior Provincial a Fray Tomás de la Torre, desde ese momento el desarrollo
Dominico en Guatemala fue muy grande.
El Convento de Santo Domingo de Guatemala pronto se convirtió en la casa madre de la
provincia con un aventajado noviciado y un estudio general, donde se enseñaba Gramática y se
conferían grados en Artes y Teología. En 1556 vivían 40 religiosos en dicho convento. Durante los
primeros años los Dominicos pasaron grandes fatigas en Chiapas por la postura que adoptaron en favor
de los indígenas siguiendo las pautas marcadas por el Obispo Fray Bartolomé de Las Casas. Se tienen
noticias de los capítulos provinciales en que se aprobaron importantes conclusiones para preservar la
vida religiosa en los conventos y atender mejor a las doctrinas.
El Convento de Santo Domingo construido en Antigua Guatemala, contaba con varios claustros,
huertas extensas, una chácara y una fuente octagonal construida por Fray Félix de Mata, la parte central
de la fuente estaba constituida por un globo coronado por una cruz, y poseía 20 caños que derramaban
agua constantemente y era vertida a las piletas que luego pasaban el agua a la fuente principal
recubierta de azulejos. Tanto este convento como la Iglesia fueron duramente castigados por la acción
de los terremotos de Santa Marta, siendo los más dañados de todas las otras construcciones de la
Antigua Guatemala a pesar de su sólida construcción (Zea 1984).
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Después de los terremotos de Santa Marta en 1773 la ciudad Capital del Reino fue trasladada al
Valle de la Ermita, en donde fue asentada definitivamente el 2 de enero de 1776, un mes después el 2
de febrero, según consta en el libro de protocolo de los censos y rentas del convento de Santo Domingo
(folio 94) el gobierno dio posesión del terreno para la fundación del convento, siendo los Dominicos la
primera comunidad religiosa que se instaló en la nueva capital.
En el proyecto de traslado de la ciudad se propuso que la delineación de la misma fuera
sustancialmente igual que la que tenía en la Antigua y que a cada vecino se le concediera gratuitamente
un terreno idéntico y en el mismo lugar con pocas diferencias, por lo que a los Dominicos se les entregó
el terreno que de acuerdo con la disposición general de la ciudad era similar al que tenían en la Ciudad
de Antigua Guatemala, con la diferencia de que allá era la parte más alta y más hermosa de la ciudad, el
estilo de construcción en cuanto a la disposición de los espacios interiores fue similar al convento
construido en la Antigua Guatemala (Zea 1984).
Durante el Gobierno de Justo Rufino Barrios, son confiscadas las propiedades a los religiosos y
algunas órdenes fueron expulsadas del país, debido a ello se cambia el uso de las instalaciones,
funcionando posteriormente en este edificio la licorera nacional, después fue Guardia de Hacienda y
funcionaron también los archivos de contabilidad del Estado, el edificio sufrió severos daños como
consecuencia del terremoto de 1976, a partir de esa fecha las instalaciones son cedidas al Ministerio de
Educación, para que en el mismo se instalará el Instituto de Antropología e Historia, que en esa época
dependía de ese Ministerio procediéndose a realizar la investigación arqueológica en los patios del
Claustro Menor y que en la actualidad está ocupado por el Centro Cultural Rigoberta Menchú, la sala
Juan José Arévalo y las oficinas del Ministerio de Cultura y Deportes, y la restauración en todo el edificio
excepto en el área que fuera investigada en la actualidad y que fuera destinada para estacionamiento
tanto de los vehículos de la Dirección General del Patrimonio Cultural y Natural como del Ministerio de
Cultura y Deportes quienes se instalan en este edificio a partir de 1999.
INVESTIGACIÓN ARQUEOLÓGICA
EXCAVACIÓN
Los trabajos de excavación se realizaron debido a que en el sector se necesitaba ampliar las
instalaciones que actualmente ocupa el Programa de Conservación de Bienes Inmuebles Culturales -
PROCORBIC- actualmente DECORBIC, para tal actividad se tuvo que levantar la plancha de cemento
que se colocó en el área, y al momento de realizarse la remoción de tierra, se descubrió un muro antiguo
que data de la época en la cual el edificio se encontraba habitado por los monjes de la Orden Dominica,
por lo que se procedió a realizar el Proyecto de investigación arqueológica.
Tomando en consideración que el área total a investigar sería la del estacionamiento dividiendo
el mismo en tres sectores, a los cuales se les denominó como Operación A, B y C, sin embargo,
posteriormente se cambiaron los planes y únicamente se investigó el área en donde se construiría la
ampliación de las oficinas de PROCORBIC (DECORBIC), es decir, Operación A, la cual contó con las
Suboperaciones 1, 2 y 3, cada una con tres unidades de excavación. Se concibieron las unidades de
excavación en forma horizontal siguiendo los muros de los hallazgos y bajando únicamente para detectar
el piso, sólo en una de estas unidades se excavó verticalmente rompiendo el piso hasta el nivel estéril,
en esta unidad los niveles estratigráficos fueron de 20 cm cada uno.
SUBOPERACIÓN 1
Localizada a la par del muro que divide el estacionamiento junto con el patio el cual también es
utilizado para colocar vehículos.
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UNIDAD 1A
Al excavar se localizó una especie de cocineta (polletón) cerca al muro que divide el patio y el
actual estacionamiento, se deduce que funcionaba como cocina debido a la presencia de carbón, huesos
de animal y cerámica utilitaria compuesta por fragmentos de cómales y ollas, cerca de la misma también
se localizaron tres compartimientos en forma de cuadro con muros delgados y bajos, comunicados entre
sí por medio de un alcantarillado pequeño que puede indicar el paso de agua caliente por medio de ellas
(ver Figura 1).
UNIDADES 1B Y 1C
Estos recuadros se repiten en este sector con formas diferentes ya que en algunos casos
aparecen como en diagonal con las mismas paredes delgadas de adobe y suficiente material cerámico
que varía desde material utilitario hasta cerámica de tipo mayólica y vidriada junto con piso de baldosa.
Las evidencias arqueológicas de la posible cocineta siguen en dirección al norte (centro del
estacionamiento; Figura 2).
SUBOPERACIÓN 2
Localizado al Centro, contó con 3 unidades:
UNIDAD 2A
Se localizaron muros delgados compuestos de ladrillo sobre piso de baldosa, se recuperó
suficiente material arqueológico.
UNIDAD 2B
Durante las excavaciones se localizó una pileta que aún conserva el recubrimiento impermeable,
la cual fue reutilizada a mediados del siglo XX, se localizó en ella un desagüe que proviene desde el
momento en que fue construida y posteriormente se le colocó otro con una pichacha que por sus
características se puede fechar para mediados del siglo XX.
UNIDAD 2C
Se localizó un piso de baldosa el cual se pierde por lo que se aprovechó para bajar el pozo hasta
1.50 m de profundidad (hasta niveles estériles), lo que permitió recuperar suficiente material
arqueológico consistente en cerámica tanto utilitaria, como mayólica, así como también fragmentos de
envases de vidrio y en el último lote algunos fragmentos de obsidiana trabajada (lascas). En este pozo
se recuperaron abundantes restos óseos de animal vacuno con señales de cortes, lo que indica que los
mismos fueron destazados y utilizados como alimento.
SUB-OPERACIÓN 3
Localizado contiguo al muro que comunica con las oficinas de PROCORBIC, contó con cuatro
unidades de excavación:
UNIDAD 3A
Durante las excavaciones de esta unidad se localizó un barril del cual se recuperaron los
amarres de metal y fragmentos de madera (Figura 3), este barril, sirvió para almacenamiento de botellas
de vidrio conteniendo posiblemente vino, vinagre o aceite de oliva. Era costumbre en la época colonial
conservar los vinos y esencias embotellados, colocados dentro de barriles que luego se enterraban,
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además, de la presencia de numerosos envases, algunos de éstos completos, se cuenta con uno que
aún contiene líquido.
UNIDAD 3B
Este pozo se ubicó inmediatamente a la par del anterior, se localizó una serie de pequeños
muros de adobe con piso de baldosa formando pequeños recintos que pueden ser como jardineras o
bien áreas para cultivo de hortalizas. En la parte superior del barril existe un área en la cual se presenta
una alteración posterior, es decir, cuando se instaló el Instituto de Antropología e Historia ya que esta
área se destinó para la reparación de vehículos, construyeron una cavidad que fue recubierta con
cemento y graderío lo que les permitía revisar las condiciones de los vehículos desde abajo. Otro de los
rasgos importantes es el descubrimiento de la base de un pilar que podría indicar la existencia de un
techo de adobe.
UNIDAD 3C
Durante las excavaciones de esta unidad se localizo el segundo barril, con las características
semejantes del anterior, y se identifico también que el uso fue el mismo que el del barril localizado
anteriormente, se recuperaron envases, algunos completos y otros fragmentados, además de localizarse
una vasija completa consistente en una jarra para refrescos.
UNIDAD 3D
Con esta excavación se siguieron los muros de una fuente de pequeñas dimensiones en forma
octagonal la cual fuera descubierta parcialmente por medio de la unidad de excavación 3b, por lo que se
proyectó realizar esta unidad descubriendo dicha fuente en su totalidad, misma que presenta
revestimiento impermeabilizante que impide la salida de agua, canales de desagüe, y al centro
presentaba un ornamento por donde corría agua.
RECUPERACIÓN DE MATERIAL ARQUEOLÓGICO
En estas tres suboperaciones se recuperó suficiente material arqueológico consistente en
cerámica mayólica con las siglas de la Orden Dominica Sto. Do, además de fragmentos de ánforas,
vidrio, botellas completas, fragmentadas y una que aún posee líquido, además de los restos de huesos
de animal con señales de cortes, una jara completa y otra semi-completa, dos depósitos consistentes en
barriles de madera conteniendo botellas de diferentes tamaños, una figurilla de una paloma y fragmentos
de obsidiana.
RESULTADOS DE LA EXCAVACIÓN
La investigación arqueológica reveló una serie de construcciones que varían desde cocinetas,
piletas y jardineras o huertos, como también de almacenamientos o bodegas subterráneas que
resguardaban botellas (posiblemente cavas). Éstas fueron depositadas dentro de dos barriles de madera
de los cuales únicamente se conservaron los amarres de metal y fragmentos de madera, que sugieren
una actividad doméstica. Además de estos vestigios, se recuperaron suficientes muestras de cerámica,
que van desde la puramente utilitaria hasta las vajillas finas vidriadas como la Mayólica que muchas
veces presenta el escudo de la Orden Dominica (Sto. Do.) indicando su propia manufactura. También se
localizaron varias botellas de vidrio con la técnica de soplado, algunas completas y semi-completas, y
gran variedad de restos óseos de animales, con evidencias de cortes en los mismos y restos de ceniza y
carbón.
Estos hallazgos son de suma importancia por varias razones entre las que sobresale la
información directa que proporcionan acerca del modo de vida de los habitantes originales del edificio, a
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través de sus restos materiales que constituye evidencia autentica sin contaminación y alteración
posterior ya que fueron encontrados durante el proceso de la investigación arqueológica (Figuras 4 a 10).
Es necesario resaltar que el inmueble como tal, ha sufrido infinidad de modificaciones desde la
expropiación que del mismo hiciera a los Dominicos el gobierno del General Justo Rufino Barrios en el
último cuarto del siglo XIX hasta la actualidad, el edificio tuvo varios usos tales como: fábrica de licores,
bodegas aduanales, sede de la Guardia de Hacienda y las oficinas de la Administración de Rentas
Internas. Fue hasta que por los daños que sufriera por el terremoto de 1976, se inició la restauración del
mismo, previo al traslado de las oficinas del Instituto de Antropología e Historia IDAEH. Posteriormente,
en 1999 el Ministerio de Cultura y Deportes también trasladó sus oficinas centrales al inmueble,
utilizándose entonces, áreas que años atrás se habían encontrado en abandono.
Los distintos usos que ha tenido el edificio alteraron el inmueble de acuerdo a sus propias
necesidades, por lo que de esa cuenta vemos cambios de piso, apertura de nuevas puertas, ventanas y
el cierre de otras existentes, así como la sustitución de cubiertas en ciertas áreas. Todos estos cambios
demuestran una intensa actividad humana en el edificio, algunos de los cuales se remontan a la primera
época del mismo durante la ocupación de los Dominicos y se prolongan hasta nuestros días, incluyendo
las múltiples modificaciones que ha realizado la DGPCN-MCD y que vienen a corroborar la importancia
que el edificio ha tenido a lo largo de la historia de nuestro país, especialmente en lo referente a la
religiosidad guatemalteca.
REFERENCIAS
Gage, Tomas
1946 Los viajes de Tomas Gage en la Nueva España. Sociedad de Geografía e Historia, Guatemala.
Hernández, Rodolfo y Lucrecia Ramírez
s.f. La Orden de los Dominicos en el Reino de Guatemala.
Lemus Toledo, Elizabeth
1998 Arqueología y Restauración en Guatemala. IDAEH, Ministerio de Cultura y Deportes, Guatemala.
Putzeys González, Leslie Ivonne
2002 El Convento de Santo Domingo en Santiago de Guatemala durante el siglo XVIII. Tesis de
Licenciatura, Área de Arqueología, Escuela de Historia, USAC, Guatemala.
Quílez G. José y Julián Riveiro
1987 Convento de Santo Domingo. Pabellón del Rosario. En Historia General de Guatemala.
Asociación Amigos del País, Guatemala.
Zea Flores, Carlos Enrique
1984 Historia y Descripción de la Iglesia de Santo Domingo de Guatemala. Editorial José de Pineda
Ibarra, CENALTEX.
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Figura 1
Figura 2
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Figura 3
Figura 4
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Figura 5
Figura 6
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Figura 7
Figura 8
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Figura 9
Figura 10
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