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Reseña Wonka

La película es una precuela de Charlie y la fábrica de chocolate y cuenta la historia del joven Willy Wonka y su llegada a París para hacer fortuna con las recetas de chocolate inventadas por su madre. Timothée Chalamet interpreta a Wonka con inocencia y encanto, mientras enfrenta a estafadores y empresarios del chocolate. A pesar de ser una precuela, la película logra capturar la magia de Wonka.
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Reseña Wonka

La película es una precuela de Charlie y la fábrica de chocolate y cuenta la historia del joven Willy Wonka y su llegada a París para hacer fortuna con las recetas de chocolate inventadas por su madre. Timothée Chalamet interpreta a Wonka con inocencia y encanto, mientras enfrenta a estafadores y empresarios del chocolate. A pesar de ser una precuela, la película logra capturar la magia de Wonka.
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Crítica: Wonka

Las personas detrás de las hermosas cintas de Paddington, logran hacer una precuela llena
de magia y encanto.

Director: Paul King

Actores: Timothée Chalamet, Calah Lane, Hugh Grant, Olivia Colman, Tom Davis, Keegan-
Michael Key, Sally Hawkins

POR ANDRÉ DIDYME-DÔME

CORTESÍA DE WARNER BROS

Willy Wonka es uno de esos personajes de la literatura infantil que se niega a morir. Creado
por el autor británico Roald Dahl (el mismo de Matilda, Jim y el durazno gigante y El fantástico
Sr. Zorro), Wonka es el excéntrico dueño de la fábrica de chocolate más famosa del mundo en
la novela Charlie y la fábrica de chocolate, publicada por primera vez en 1964.

En la historia original, llevada al cine dos veces, Willy Wonka organiza un concurso especial
en el que cinco afortunados niños ganadores, seleccionados mediante la compra de sus
chocolatinas, tienen la oportunidad de visitar su misteriosa fábrica. Wonka, con su sombrero
de copa de color morado, su chaqueta de terciopelo y su bastón, es un personaje tan
enigmático como creativo, conocido por sus innovaciones y extravagancias relacionadas con
la producción de dulces increíbles, como los Everlasting Gobstoppers, que nunca se agotan, o
los Fizzy Lifting Drinks, que permiten a quienes los consumen flotar en el aire.

En 1971, Mel Stuart confeccionó un delicioso musical protagonizado por el gran Gene Wilder y
en el 2005 Tim Burton resucitó el relato con una encantadora cinta protagonizada por
un Johnny Depp más cercano a Michael Jackson y a su Neverland, que al personaje de Dahl.
Todo apuntaba a que la idea de realizar una precuela ajena a la pluma del autor parecía
condenada al desastre inminente.

Pero cuando los autores son personas inteligentes, sensibles y de gran corazón, como lo son
el escritor Simon Farnaby y el guionista y director Paul King, las personas detrás de esas
encantadoras y dulces adaptaciones de Paddington, las cosas pueden tomar un camino muy
diferente. Efectivamente, este es el caso de Wonka.

La cinta es otra prueba más del inmenso talento y carisma que despliega Timothée Chalamet,
el actor de las obras maestras Call Me By Your Name (2016), Lady Bird (2017), Beautiful
Boy (2018), Little Women (2019), The French Dispatch (2019), Dune (2021), Don’t Look
Up (2021) y Bones And All (2022). En este musical, afortunadamente más cercano a la
película de Stuart que a la de Burton, Chalamet interpreta a un joven Wonka (más Wilder que
Depp), que llega como un americano en París, decidido a hacer fortuna con las recetas de
chocolate inventadas por su madre (Sally Hawkins en un papel breve, pero indeleble). Wonka
es un verdadero artista del chocolate, que con sus nuevas ideas va a enfrentarse a unos
crueles estafadores que parecen extraídos de una novela de Dickens (o de Sweeney Todd) y
a unos industriales del chocolate, que parecen extraídos del mundo real.

Chalamet encarna al joven Wonka con la inocencia y el encanto de Paddington, y su voz va a


encantar inclusive a quienes encuentran insoportables los musicales. Y como Wonka necesita
de los Oompa Loompas, aquí conoceremos a Lofty, el primero de esos seres de pelo verde,
piel naranja y canción pegajosa con quien el maestro chocolatero estableció una relación.
Hugh Grant, digitalmente reducido a 30 centímetros de altura, es fantástico como Lofty y al
diablo con quienes dicen que es toda una ofensa a las personas de talla pequeña. No lo es.

Olivia Colman y Tom Davis interpretan a Mrs.Scrubit y Bleacher, la malvada pareja que dirige
un hostal que termina esclavizando a sus huéspedes, entre ellos al contador Abacus Crunch
(Jim Carter de Downton Abbey, como siempre cautivador), la tímida Lottie Bell (Rakhee
Thakrar), el comediante frustrado Larry Chucklesworth (Rich Fulcher), la alegre Piper Benz
(Natasha Rothwell), una huerfanita conocida como Noodle (una estupenda Calah Lane) y, por
supuesto, al pobre Wonka.

Abacus advierte a Wonka de la existencia de un cartel del chocolate conformado por Arthur
Slugworth (Paterson Joseph), Prodnose (Matt Lucas) y Fickelgruber (Mathew Baynton), un trío
de siniestros socios capitalistas decididos a acabar de una vez por todas con la competencia
que representan las maravillosas nuevas creaciones chocolateras del joven. Y como si
faltaran villanos, Rowan Atkinson (Mr. Bean) encarna a un sacerdote corrupto y Keegan-
Michael Key es hilarante como el jefe de policía al que sobornan con chocolates.

Hay que recordar que el Willy Wonka de Dahl y de la cinta de Stuart es un personaje algo
siniestro y cruel, que castiga a los niños codiciosos, egoístas y envidiosos con un destino fatal,
como si se tratara del Krampus o del atrapa-niños que usaba dulces en la adaptación
cinematográfica de Chitty Chitty Bang Bang, el cuento infantil escrito por Ian Fleming (el
mismo autor de James Bond), y para la cual Dahl trabajó como guionista. Aquí, como si se
tratara de la reciente precuela de Los juegos del hambre o los terribles episodios 1 al 3 de La
guerra de las galaxias, tendremos indicios de la transformación de Willy de joven agradable e
inocente a alguien afectado por la maldad de quienes intentaron aprovecharse de él y de sus
amigos.

King y Farnaby logran un verdadero milagro, convertir a la precuela de Charlie y la fábrica de


chocolates en una cinta con una dosis exacta de dulce y con toda la magia que la convierte en
una deliciosa y exquisita golosina cinematográfica.

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