unidad El Barroco: la poesía
13 Discurso literario Actividades y análisis de textos
Comentario de texto:
1. El Barroco
Signifícase la propia brevedad
2. La poesía del Barroco
de la vida,
3. Poesía europea en el siglo XVII
sin pensar, y con padecer,
salteada de la muerte
Y ahora, cine
Recapitulación
Evaluación
El Barroco: la poesía
Discurso literario
1. El Barroco
El Barroco, periodo histórico y cultural inmediatamente poste-
rior al Renacimiento, continuó y culminó su renovación artística,
pero también significó una reacción a sus presupuestos ideoló-
gicos y estéticos. Tuvo su máxima representación en la literatu-
ra española y su esplendor coronó los Siglos de Oro que había
iniciado el Renacimiento. El Barroco no fue sólo una etapa his-
tórica, sino también un movimiento general en la sociedad.
1.1 Contexto histórico y social
El Barroco abarcó en España el periodo de los llamados Aus-
trias menores: Felipe III (1598-1621), Felipe IV (1621-1665) y
Carlos II (1665-1700), momento histórico de crisis caracteri-
zado por:
El Barroco es el arte relacionado con la Contrarre-
a La crisis económica. España desperdició la ocasión de hacer una ver- forma católica, por ello tiene un definido carácter re-
dadera revolución industrial al no invertir de forma adecuada la ri- ligioso. La Iglesia reafirmó su doctrina, defendió sus
tradiciones y reformó sus costumbres para defen-
queza que llegaba del Nuevo Mundo. derse de los protestantes, y el arte podía mostrar la
b La decadencia española. España perdió peso en Europa. A lo largo gloria celestial a la que podía aspirar el creyente. En
la imagen, La Piedad (1620), de Van Dyck.
del siglo XVII se fueron haciendo cada vez más notorias la ruina na-
cional y las consecuencias de los malos gobiernos o los efectos de la ex-
pulsión de los judíos y moriscos a comienzos del siglo y de las continuas
guerras, entre las que conviene recordar las de Cataluña y Portugal a
mediados de siglo.
c La emigración a América, que despobló algunas regiones de Es-
paña y trajo consigo la escasez de mano de obra.
d Un nuevo misticismo y un nuevo sentido religioso, fomentados por
la situación de descalabro, que se trasladó a la literatura con un reno-
vado ímpetu moralizante y didáctico. El ciudadano del Barroco, cons-
ciente del poco valor de los bienes terrenales, miró hacia Dios, refle-
xionó sobre la fugacidad de la vida y la presencia de la muerte, y aspiró
a la inmortalidad. Los escritores dedicaron su genio e ingenio también a
los escritos didácticos y morales.
1.2 Características del Barroco
Desde el punto de vista histórico se produjo un gran contraste, aunque
dentro de una evolución gradual, entre los siglos XVI y XVII. El optimismo
del Renacimiento desapareció en el Barroco: los ideales se quebraron y
el arte se desequilibró, la serenidad desapareció y el desasosiego se insertó
en la sociedad.
La literatura barroca asumió y repitió los tópicos renacentistas, pero en
vez de utilizarlos por deleite o convicción, los vació de su contenido y
los presentó bajo la forma del engaño o la ilusión, como reflejados en
un espejo, para mostrar la pérdida de la fe en el hombre y la desva-
lorización de su mundo. Entre Renacimiento y Barroco no existió, por
tanto, una total ruptura, sino un cambio, una evolución natural.
unidad 13 293
El Barroco: la poesía
Discurso literario
1.3 Ideología y actitudes
El pensamiento barroco manifestó con claridad su
Varias y grandes son las monstruosidades que se van descubriendo
desengaño ante el mundo. Tres posturas pueden
de nuevo cada día en la arriesgada peregrinación de la vida hu-
apreciarse ante la decadencia:
mana. Entre todas, la más portentosa es el estar el Engaño a la
1 El enfrentamiento, la rebeldía y el incon-
entrada del mundo y el Desengaño a la salida: inconveniente tan
perjudicial que basta a echar a perder todo el vivir, porque si son formismo, visibles en los tratados políticos y
fatales los yerros en los principios de las empresas (por ir creciendo morales, y en una parte importante de la poesía.
siempre y aumentándose cuanto más va, hasta llegar en el fin a un 2 La evasión mediante los contenidos hereda-
exorbitante exceso de perdición), errar pues los principios de la dos del Renacimiento y las distintas formas
vida, ¿qué será sino un irse despeñando con mayor precipita- de la belleza, fácilmente reconocible en el res-
ción de cada día, hasta venir a dar al cabo en un irremediable abis- to de la poesía y en la novela como la pastoril
mo de perdición y desdicha? y cortesana.
Baltasar Gracián, El Criticón 3 El conformismo y la coexistencia con la si-
tuación, que practicó la mayor parte del teatro.
El resultado de estas actitudes fue, por lo tanto, el contraste vital. Entre
el espíritu cortesano, caballeresco y galante del Renacimiento y la aus-
teridad del Barroco se estableció, no obstante, un tercer talante basado en
la rufianería que compaginó el esplendor, el idealismo y la tendencia
al placer y al goce del primero, con la miseria, la picaresca y la religiosi-
dad ascética del segundo. En este sentido, escritores como Lope o Que-
vedo fueron capaces de ascender a los espacios más sublimes del espí-
ritu y descender con facilidad a los más bajos.
1.4 La estética literaria
Los contenidos y temas fundamentales del Barroco son los si-
guientes:
a Épicos, amorosos y mitológicos, heredados del Renaci-
miento.
b Religiosos, morales y políticos, fruto del desengaño ba-
rroco.
c Picarescos y satíricos, de denuncia social o desencanto.
d Históricos o legendarios nacionales.
Fueron las formas, sin embargo, el aspecto más original del Ba-
rroco. Los escritores barrocos buscaron ante todo la originali-
dad, la individualidad creadora, la sorpresa retórica:
a Se buscó lo nuevo, la retorsión de las formas, para sorpren-
der con su dificultad y poner a prueba la capacidad del lector.
b Se utilizó el ingenio para salir de la vulgaridad, bien encubriendo
el pensamiento con una gran riqueza verbal, bien renovando las
sutilezas del pensamiento con elipsis, antítesis o paradojas.
c No se trató de imitar a la naturaleza, sino de violentarla para
crear un arte nuevo o un artificio que superara su belleza o
la transformara.
Retablo del convento de San Esteban (Salamanca, 1693), José
Por ello, puede establecerse una clara comparación con el Re-
de Churriguera. nacimiento.
294 unidad 13
El Barroco: la poesía
Discurso literario
Renacimiento Barroco Renacimiento Barroco
• Exaltación del mundo y del • Desvalorización de la vida • Impresión formal de medida • Violencia y distorsión de las
hombre. y la naturaleza humana. y belleza apacible. formas.
• La vida como goce. • La vida como problema. • Equilibrio y serenidad. • Dinamismo y movimiento.
• Realidad del presente. • Fugacidad y caducidad. • Armonía y elegancia. • Contraste y exuberancia.
• Optimismo vital. • Angustia y pesimismo. • Naturalidad y sencillez. • Artificiosidad y dificultad.
1.5 El conceptismo y el culteranismo El conceptismo
y el culteranismo
El ansia de originalidad y el enfrentamiento personal entre escritores
tan señeros como Góngora y Quevedo llevó a la crítica a separar en dos Concepto: «acto del entendimiento, un
tendencias el estilo barroco: la conceptista de Quevedo y sus seguidores pensamiento hecho con palabras, que
extrae la correspondencia –de seme-
y la culterana de Góngora y su escuela.Tradicionalmente se han definido
janza o de disparidad– que se halla en-
del modo siguiente:
tre los objetos y se traduce en una agu-
a El conceptismo se preocupó más del contenido y recurrió a figu- deza o en un dicho construido con el
ras retóricas del pensamiento como antítesis, paradojas, juegos de pa- ingenio».
labras, metáforas racionales y, sobre todo, agudezas de ingenio.
b El culteranismo persiguió la belleza y la expresión de la forma, por Baltasar Gracián,
Agudeza y arte de ingenio
lo que ocultó los contenidos y recurrió a metáforas sensibles, hipér-
batos, perífrasis, cultismos y alusiones mitológicas. No todos los estudiosos se han pues-
to de acuerdo y el problema sigue sin
Góngora tuvo una base conceptista, utilizó ‘conceptos’ –antítesis, para- resolverse.
dojas, etc.– como los conceptistas, aunque dio preferencia a las percep-
Conceptismo y culteranismo parecen
ciones sensoriales, a los cultismos y a las alusiones mitológicas.
ser, en fin, las dos caras de un mismo
Los conceptistas, por su parte, junto al mayor afecto por las figuras de intento por alcanzar la belleza y la sor-
pensamiento, también recurrieron a los cultismos y a las alusiones mi- presa; el primero, dirigiéndose más al
tológicas siempre que les fueron útiles. entendimiento y el segundo, más a la
sensibilidad.
2. La poesía del Barroco Por eso, tal vez la postura más cohe-
rente sea la de aceptar un solo estilo y
Culterana o conceptista, la poesía del Barroco alcanzó unas cimas difí- una sola tendencia, y hablar de dife-
cilmente igualadas en la historia de la poesía española. rencias sólo como rasgos estilísticos
de autor y no de época, pues si es
En términos generales, la poesía barroca del siglo XVII se mantuvo entre cierto que el lector percibirá diferencias
la continuidad y la ruptura de los temas, las formas retóricas y los me- entre los poemas metafísicos de Que-
tros del siglo anterior. vedo y las Soledades de Góngora, no las
verá en los romances y las letrillas sa-
tíricas de ambos.
El rapto de las sabinas (1635-1637), Rubens. Cuen-
ta el mito que en tiempos de Rómulo la ciudad de
Roma estaba falta de mujeres, por lo que la con-
tinuidad de la ciudad estaba en peligro. Rómulo in-
vitó a los sabinos, un pueblo vecino, a unas com-
peticiones deportivas en la ciudad. Cuando todos
los visitantes se hallaban entretenidos participando
en la fiesta, los hombres de Rómulo raptaron a
todas las muchachas que encontraron y las es-
condieron.
unidad 13 295
El Barroco: la poesía
Discurso literario
Cual parece al romper de la mañana 2.1 Temas
aljófar blanco sobre frescas rosas,
o cual por manos hecha, artificiosas, En cuanto a los temas, pueden distinguirse dos apartados:
bordadura de perlas sobre grana, a Los grandes temas del Renacimiento: el amor, la naturaleza y la mi-
tología, con su lógica evolución.
tales de mi pastora soberana
b Los temas moralizantes, que reflexionaron sobre la brevedad de la
parecían las lágrimas hermosas
vida y la fugacidad de las cosas terrenales y contemplaron la existen-
sobre las dos mejillas milagrosas
de quien mezcladas leche y sangre
cia de forma alegórica como sueño, engaño y falsedad.
[mana, Los temas renacentistas evolucionaron de acuerdo con la actitud ba-
lanzando a vueltas de su tierno llanto rroca:
un ardiente suspiro de su pecho, 1 El amor adquirió un sentido trascendente. Conservó la visión cor-
tal que el más duro canto tesana de la amada enemiga y las imágenes petrarquistas de «luz, llama,
[enterneciera: ardor...», pero no como algo efímero, sino como sentimiento eterno que
si enternecer bastara un duro canto, debía perdurar más allá de la muerte.
mirad qué habrá con un corazón 2 La naturaleza se transformó en objeto moralizador: la pérdida de su
[hecho, belleza, sobre todo la de la rosa, simbolizó la fugacidad de la condi-
que al llanto y al suspiro fue de ción humana.
[cera. 3 La mitología fue un punto de referencia en dos sentidos: o como asun-
to noble que podía convertirse en belleza, o como juego retórico que
Luis de Góngora
por contradicción expresiva podía convertirse en parodia.
Los temas del barroco fueron fruto de la desilusión y el pesimismo:
a El tiempo y su fugacidad, la brevedad de la vida y la presencia de la
muerte, fueron eficaces motores creativos y encontraron en el reloj,
en las ruinas –ubi sunt?– y en el carpe diem, que invita a atrapar la fu-
gacidad de la vida y la hermosura, sus símbolos más precisos.
b El sueño se convirtió en símbolo de la vida y de la muerte, de la do-
ble concepción de la existencia como realidad y apariencia.
c El espejo, por su parte, se convirtió en símbolo del desengaño, en sig-
no de la sabiduría estoica que contemplaba y desdeñaba la vida como
¿Qué tienes que contar, reloj molesto, engaño y falsedad.
en un soplo de vida desdichada d El problema de España, que resumió el ambiente político y se presen-
que se pasa tan presto; tó desde la gravedad crítica o desde la sátira corrosiva.
en un camino que es una jornada,
breve y estrecha, de este al otro polo,
2.2 Tendencias de la poesía culta
siendo jornada que es un paso solo?
Que, si son mis trabajos y mis penas, La poesía culta barroca continuó con los metros heredados del Renaci-
no alcanzarás allá, si capaz vaso miento y la poesía italianizante, y mantuvo sus logros, entre los que se han
fueses de las arenas de destacar el verso endecasílabo, apto para la expresión lírica, y el so-
en donde el alto mar detiene el paso. neto y la canción, como poemas estróficos más peculiares.
Deja pasar las horas sin sentirlas,
que no quiero medirlas, Los poetas, por su parte, formaron dos grupos muy distintos:
ni que me notifiques de esa suerte 1 Los que rompieron el equilibrio clásico entre el contenido y la
los términos forzosos de la muerte. expresión, es decir, los culteranos, los conceptistas y los que, como
No me hagas más guerra; Lope de Vega, armonizaron ambas tendencias.
déjame, y nombre de piadoso cobra, 2 Los que mantuvieron el ideal estético de naturalidad y selección
que harto tiempo me sobra propio del clasicismo renacentista.
para dormir debajo de la tierra...
Suelen distinguirse en la poesía barroca, por lo tanto, tres tendencias: cul-
Francisco de Quevedo
terana, conceptista y clasicista.
296 unidad 13
El Barroco: la poesía
Discurso literario
2.3 La poesía culterana. Luis de Góngora
La poesía culterana o gongorina, de estilo manierista, fue la que mejor re-
cogió la herencia renacentista y su idealización de la belleza, si bien trans-
formó sus temas y exageró sus recursos retóricos.
Los poetas culteranos concibieron la lírica como un entramado com-
plejo de fuertes contrastes formales que, basados en las percepcio-
nes sensoriales y en unos recursos retóricos arriesgados, rompían el
equilibrio entre forma y contenido y dotaban al verso de una expresión
bella y armónica para dar una visión embellecida del mundo, y de este
modo, evadirse de la realidad. Fue un modo de intentar crear, por vía
estética y sensorial, mundos artificiales y perfectos.
belleza
evasión de la realidad
percepciones sensoriales recursos retóricos arriesgados
creación de mundos artificiales
Entre sus características más notorias pueden anotarse:
a Perfecta utilización de los versos y las estrofas para conseguir una gran
musicalidad. Toda la creación secular de los poe-
b Magistral tratamiento de la metáfora. tas grecolatinos, italianos y españoles
c Impecable transformación poética del lenguaje por medio de los se acumula al servicio de un arte que
cultismos y la sonoridad rítmica. aspira a depurar el mundo real, trans-
d Potenciación de los temas mitológicos. formándolo en lúcida y estilizada belle-
za. Como material más inmediato Gón-
e Exquisita complicación sintáctica con las más audaces variantes
gora aprovecha metáforas que el uso
del hipérbaton.
había convertido en lugares comunes
El creador de la tendencia y su máximo representante fue el cordobés Luis (oro ‘cabello’, perlas ‘dientes’ o ‘rocío’,
de Góngora y Argote (1561-1627), cuya vida transcurrió en la corte, marfil y rosa ‘blancura y rubor de la tez’,
como capellán al servicio de palacio, en contacto con los círculos litera- etc.), capaces, a pesar de su desgas-
rios y en medio de admiraciones incondicionales y no menos ataques a su te, de constituir la base de un lengua-
je poético que alejara las cosas de su
obra poética.
vulgar realidad, reflejando sólo sus as-
Su obra constituyó una constante exaltación de la realidad idealizada, pectos nobles.
la que normalmente no se nombra, sino que se define por sus cualidades
Rafael Lapesa,
sensibles. Su expresión poética puede definirse como una conjunción de
Historia de la Lengua Española
la exuberancia ornamental y sensorial con la complejidad conceptista.
unidad 13 297
El Barroco: la poesía
Discurso literario
Dos estilos suelen diferenciarse en su poesía: de un lado, la de metros
cortos, de tipo popular y tradicional, el llamado «Góngora claro», y de
otro, la culta o culterana, el llamado «Góngora oscuro», en la que des-
tacan los sonetos, la Fábula de Polifemo y Galatea (1612) y Soledades
(1613):
1 Góngora fue un maestro en el arte del
soneto y siempre lo dotó de una gran
perfección formal. Los sonetos abar-
caron una temática muy variada, des-
de lo jocoso, burlesco y satírico a lo sa-
cro y ascético, pasando por lo amoroso
de carácter petrarquista.
2 En el Polifemo, largo poema escrito en
octavas reales, recreó el asunto mitoló-
gico del amor del cíclope Polifemo ha-
cia la ninfa Galatea: Polifemo, desde-
ñado y celoso, sepultó bajo un peñasco
a Acis, amante de Galatea; la ninfa in-
vocó a los dioses y estos convirtieron
a su amado en un arroyo.
La belleza del poema es inigualable, así
como su elaboración estilística y su la-
tinizante construcción sintáctica. El
asunto era muy conocido, pero Gón-
Acis y Galatea escondiéndose de Polifemo, François Perrier.
gora lo recreó con tal maestría, que el
poema se convirtió pronto en uno de
los textos capitales del Barroco.
3 Soledades, por su parte, supuso la culminación del estilo culterano,
pues su posible carácter narrativo quedaba oculto bajo una exuberan-
te ornamentación poética. Se trata de una obra inacabada; de las cua-
tro partes de que constaba el proyecto, sólo se escribieron dos: en la Pri-
mera Soledad se narra la llegada de un náufrago a tierra, donde es
recogido por unos cabreros y, después de encontrarse con unos se-
rranos, asiste a unas bodas; en la Segunda Soledad se une a unos pes-
cadores, a quienes relata sus amores y los desdenes de su amada, y pre-
Octava real: estrofa de ocho ver- sencia las faenas de la pesca. El argumento fue sólo un pretexto para
sos endecasílabos, de los cuales riman que el poeta desplegara todas sus facultades expresivas en su cons-
en consonante el primero con el ter- tante idealización de la naturaleza.
cero y el quinto, el segundo con el
Admiradores y seguidores de Góngora: Juan de Tassis y Peralta, más co-
cuarto y el sexto, y el séptimo con el
octavo (ABABABCC). nocido como conde de Villamediana (1582-1622), escribió sonetos
excelentes y poemas extensos como la Fábula de Faetón o la Fábula de
Apolo y Dafne; Pedro Soto de Rojas (1584-1658), de exquisita sen-
sibilidad, alcanzó la plenitud gongorina en su obra Paraíso cerrado para
Las agudezas, las frases sentenciosas muchos, jardines abiertos para pocos; Juan de Jáuregui (1583-1641), pri-
y los golpes de ingenio de Quevedo mero enemigo y detractor de Góngora, participó luego en el cultera-
procedían de la tradición, aún viva, nismo con obras como Orfeo; Pedro de Espinosa (1578-1650), tam-
de la poesía de cancionero. bién antigongorino al principio, siguió posteriormente la tendencia en
poemas como la Fábula del Genil.
298 unidad 13
El Barroco: la poesía
Discurso literario
2.4 La poesía conceptista. Francisco de Quevedo
La asociación por semejanza o contradicción entre los objetos
que forma un «concepto», base de la poesía conceptista, no era
nueva. Lo que hizo peculiar al conceptismo del siglo XVII fue
la intensa acumulación en los poemas de agudezas verbales,
juegos semánticos y elipsis. Los poetas conceptistas confi-
guraron su estilo con unos recursos lingüísticos muy concretos:
1 Figuras retóricas de pensamiento: oxímoron, antítesis, pa-
radoja, metáfora, hipérbole, etc.
2 Toda la variedad posible de juegos de palabras, polisemias,
dilogías, ambigüedades, etc.
3 Juegos fonéticos: paronomasia, calambur, aliteración, ono-
matopeya, etc.
4 Artificios sintácticos para desplazar las categorías gramati-
cales o forzar el orden lógico de las frases con el hipérbaton.
5 Procedimientos intensificadores de las palabras (composi-
ción y derivación) o renovadores del léxico con neologismos
arriesgados.
La máxima figura del conceptismo poético fue el madrileño Fran-
cisco de Quevedo y Villegas (1580-1645). Perteneciente a una
familia noble y muy relacionada con la corte, vivió toda
su vida a caballo entre la literatura y sus ambiciones po-
líticas. No fue Quevedo un hombre pacífico, sino apa-
sionado y violento, prototipo de cortesano con una am-
plísima cultura.
Sus versos abarcaron los matices extremos del alma
humana, desde la poesía más profunda y filosófica has-
ta la más satírica y burlesca. Estas características de
Quevedo son producto de su propia condición hu-
mana, de su propio carácter orientado en dos direc-
ciones:
a En su interés constante por la idealización y el
mundo suprahumano, que se refleja en su petrar-
quismo y en su pesimismo.
b En su interés constante por el mundo infrahuma-
no y plebeyo, que se plasmó en su perspectiva co-
rrosiva y satírica.
Una segunda lectura de su obra puede revelar otra Interior de la casa de Quevedo en Villanueva de los Infantes, Ciudad Real.
perspectiva muy distinta en Quevedo, al igual que en
otros escritores barrocos: la obsesión por el furor ingenii, que consis-
te en considerar la escritura como un puro juego verbal o como un cam-
po de indagación lingüística para probar la capacidad perceptiva del Furor ingenii: furor o inspiración in-
lector. contenible del ingenio para crear
agudezas, frases sorprendentes o jue-
La poesía de Quevedo, temáticamente, puede agruparse en cuatro apar- gos verbales con las palabras.
tados: metafísica-moral, amorosa, satírica-burlesca y política.
unidad 13 299
El Barroco: la poesía
Discurso literario
La poesía moral acoge los poemas que presentan un carácter mo-
ralizante y reflexivo, existencial, metafísico o religioso. La clave de
este conjunto poético hay que buscarla en el pesimismo existencial
del poeta ante su propia experiencia personal y la realidad, marcadas
siempre por el desengaño.
Sus temas esenciales son la consideración del paso del tiempo, de la bre-
vedad de la vida y de la amenaza constante de la muerte. Su actitud fue
desencantada y amarga, pero también satírica.
La poesía amorosa de Quevedo, la más importante de su siglo, cons-
tituye la producción más paradójica del autor: misántropo y misógi-
no, fue, sin embargo, el gran cantor del amor y de la mujer. Conside-
ra el amor un ideal inalcanzable, una lucha de contrarios, una paradoja
dolorida y dolorosa, en donde el placer queda descartado.
La poesía satírica y burlesca es la más conocida y popular.
En esta poesía realiza un enorme despliegue de figuras retóricas. Que-
Postrimerías, Juan de Valdés Leal. Quevedo me- vedo se burla de todo, degradando el mundo en otros momentos por
dita en su poesía moral acerca de la fugacidad del
tiempo, la brevedad de la vida y el sentido de la
él idealizado y ennoblecido, lo cual supone una nueva incursión en el
muerte. contraste barroco. En este apartado destacan las letrillas, justamente cé-
lebres como las de Góngora, por sus ataques al dinero y las riquezas,
al matrimonio y a personajes de la época.
La poesía política fue muy inferior a las ya comentadas. El poeta
reflexionó sobre España y censuró la corrupción. La agresividad vi-
rulenta de Quevedo se mostró en toda su dimensión.
AMOROSA
tradición petrarquista
idealización del amor
METAFÍSICA POLÍTICA
base estoica y cristiana POESÍA reflexión
muerte, fugacidad del tiempo, DE QUEVEDO problema de España
desengaño
denuncia la corrupción
SATÍRICO-BURLESCA
brote de su personalidad
sátira y burla virulentas
caricatura y deformación
300 unidad 13
El Barroco: la poesía
Discurso literario
2.5 La poesía armonizadora. 2.6 La poesía clasicista
Lope de Vega La tendencia clasicista acogió a todos aquellos poetas
que, al margen de las influencias de Góngora y Que-
Lope de Vega (1562-1635) requiere mención apar-
vedo, intentaron mantener los ideales formales y es-
te porque recurrió a las formas más diversas, armo-
téticos de la poesía renacentista. De esta manera,
nizando la brillantez culterana y la sutileza concep-
el equilibrio y la serenidad, la contención emocional,
tista. Compartió con Góngora y Quevedo la grandeza
la sobriedad estilística y la naturalidad que forjaron los
barroca. De profunda formación humanística, Lope
poetas del siglo XVI sirvieron de marco para los temas
tuvo una existencia llena de desasosiegos, provoca-
del Barroco como la brevedad de la vida, el paso del
dos por sus pasiones amorosas, humanas o religiosas.
tiempo o la actitud de desengaño. En esta tendencia
Mientras en su época se disociaba la creación poéti-
escribieron los poetas de la escuela sevillana:
ca de la experiencia vital, él fundió en una realidad
a Francisco de Rioja (1583-1659), conocido sobre
la vida y la poesía.
todo por sus silvas dedicadas a las flores y a la mu-
Su amplia obra poética fue muy variada; cultivó la danza de las cosas.
poesía culta, la poesía épica y la poesía de tipo tra- b Rodrigo Caro (1573-1647), autor del famoso poe-
dicional: ma Canción a las ruinas de Itálica.
a La poesía lírica, de gran belleza formal, síntesis de c Ángel Fernández de Andrada (1575?-1648?), de
la tradición culta de los cancioneros y la renacen- quien apenas se tienen noticias, autor del famoso poe-
tista latinizante. Destacó en los temas religiosos –So- ma Epístola moral a Fabio, que unificó el clasicismo
liloquios, Rimas sacras, Triunfos divinos– y los amo- con la profunda reflexión sobre el desengaño y la fu-
rosos –Rimas humanas–. gacidad de la vida.
b La poesía épica en La Dragontea, La hermosura de En otro grupo se encuentran:
Angélica o La Jerusalén conquistada. a Esteban Manuel de Villegas (1585-1669), rioja-
c La poesía satírica y burlesca, como muestran Ri- no, autor de Las Latinas, donde adaptó al castella-
mas humanas y divinas del licenciado Tomé de Burguillos no los metros clásicos.
o La Gatomaquia. b Lupercio Leonardo de Argensola (1559-1613),
d La lírica de tipo popular, de una gran riqueza rít- aragonés, defensor de los valores morales y clási-
mica y perfección en la sencillez y la espontaneidad. cos, incluso en las composiciones amorosas.
c Bartolomé Leonardo de Argensola (1562-1631),
hermano del anterior, convencido antigongorino, cul-
tivador de una poesía sobria, con huella de los poe-
tas latinos, en su obra Rimas.
2.7 La poesía tradicional y popular
La enorme importancia de la poesía culta en el Barroco
no fue obstáculo para que los poetas cultivaran un tipo
de poesía heredera de la canción tradicional y del ro-
mancero.
La lírica tradicional. Fueron frecuentes en la obra
de los grandes poetas los metros cortos de los vi-
llancicos, seguidillas o canciones de tema religioso,
moral, metafísico, amoroso o burlesco.
El romancero nuevo. Formado por el conjunto de
romances escritos por los poetas cultos del Barroco.
Sus contenidos y temas coincidieron con los del
romancero viejo –históricos, moriscos o pastoriles–,
pero también con los propiamente barrocos, como
los morales, los filosóficos o los satíricos.
unidad 13 301
El Barroco: la poesía
Discurso literario
He aquí audaz y temeraria espina, 3. Poesía europea en el siglo XVII
pero tan feliz cuanto temeraria,
que la tierna planta alabastrina Salvo en Francia, la literatura en el resto de Europa en el
pincha al pasar, y brota fuera sangre, siglo XVII fue barroca. Sus creaciones, sin embargo, no al-
y viene de aquella púrpura divina canzaron el esplendor excepcional de las españolas, ni fue-
a hacer gema la punta llagadora: ron tan brillantes en cada país como lo habían sido en el Re-
pero al colorear las flores de su tallo
nacimiento.
descolora las flores de la belleza del cielo.
Giovanni B. Marino, Adonis 3.1 La poesía en la época del Barroco
En Italia, por ejemplo, el Barroco significó una notoria de-
No dejes pues que rabia del invierno aje cadencia en la literatura. La poesía alcanzó su momento más
tu verano sin antes destilar tu aroma:
brillante con Giovanni Battista Marino (1569-1625), con-
haz fragante algún vidrio, atesora un paraje
temporáneo de Góngora, cuyas tendencias retóricas guarda-
de hermosura, antes que ella sola se carcoma.
ron una intensa semejanza con las del poeta español. Su obra
No es vedada usura el uso que alegrías más destacada fue Adonis.
les da a los que de grado pagan el arriendo;
para ti mismo es si otro TÚ de ti crías, El Barroco en Portugal distó mucho del asombro que pro-
o más feliz diez veces diez por uno haciendo. dujo en el siglo anterior la gran figura de Camõens, aun-
que surgieron muchos seguidores de su épica, entre los que
Diez veces tú feliz más de lo que eres fueras
destacaron Gabriel Pereira de Castro y su Ulyssea o Lis-
si en diez de ti diez veces te multiplicaras:
¿qué podría hacer Muerte si, cuando partieras, boa edificada y Braz Garcia de Mascarenhas y su Viria-
a ti viviente en descendencia te dejaras? to trágico. Entre otros poetas portugueses es necesario re-
cordar a Francisco Rodrigues Lobo, autor de églogas y de
No seas tú tan tuyo:
novelas pastoriles, y a Francisco Manuel de Melo, escri-
que eres tú muy hermoso
tor polifacético que en su poesía recogió las influencias de
para caer en manos de Muerte por esposo
y hacer de ti herederos a diez mil gusanos.
Góngora y en su prosa siguió el magisterio de Quevedo.
William Shakespeare, Soneto VI En Inglaterra, la poesía del siglo XVII discurrió por dos ten-
dencias:
1 A comienzos de siglo alcanzó su pun-
to culminante la poesía renacentista ita-
lianizante con la gran figura de William
Shakespeare (1564-1616). Sus 154
sonetos recogieron la herencia clásica y
expresaron de una forma única las vi-
vencias del amor, una pasión personal
que representa la experiencia universal
del amor llena de contradicciones.
2 La poesía barroca vino determinada
por dos tendencias. La primera estuvo
representada por los poetas metafísi-
cos, que reaccionaron contra la falta de
vigor de la poesía de la época isabeli-
na creando una lírica barroca de acu-
sada retórica de contrastes y parado-
John Donne (1572-1631), con- jas conceptuales, aunque dentro de un
temporáneo de Lope, cultivó en In-
glaterra una poesía metafísica y re-
tono casi directo. En esta tendencia
tórica. destacó John Donne (1572-1631).
302 unidad 13
El Barroco: la poesía
Discurso literario
En la segunda mitad del siglo XVII la segun-
da tendencia contó con la importante figu- Viejo loco atareado, caprichoso sol,
ra de John Milton (1608-1674). Milton se ¿por qué así,
hizo célebre por su inmortal obra El paraí- a través de ventanas y cortinas nos visitas?
so perdido (1667), largo poema filosófico y ¿Deben seguir tus movimientos las estaciones de los amantes?
teológico de intención moralizante. Su ar- Desvergonzado, pedante miserable, vete a regañar
moniosa construcción se alejó del Barroco y a escolares retrasados y artesanos de mal humor,
dejó abiertas las puertas al Neoclasicismo. ve a decir a los cortesanos cazadores que el rey va a cabalgar,
llama a las hormigas campesinas a deberes de cosecha;
el amor, todo idéntico, no conoce estación ni clima,
3.2 La poesía neoclásica francesa ni las horas, días, meses, que son los jirones del tiempo.
Durante la segunda mitad del siglo XVII se im- J. Donne, La salida del sol
pusieron de nuevo en Francia, de un modo ri-
guroso, las normas clásicas. La reacción con-
tra las inseguridades y angustias del espíritu barroco que se había extendido
por toda Europa, pero sobre todo contra sus «exageraciones» formales,
animó a los franceses a recuperar el sentido del orden y el canon rena-
centista. El Neoclasicismo francés fue, en consecuencia, un férreo in-
tento de actualizar la más genuina tradición clasicista y constituyó la
más pura herencia del Renacimiento. Su influencia en Europa se haría no-
toria y evidente en el siglo siguiente.
El Neoclasicismo francés cerró las puertas al ingenio y a la libertad
formal que había supuesto el Barroco español. Las bases neoclásicas
se asentaron en la razón, en lo intelectual y lo conceptual, todo lo con-
trario a la sorprendente e insólita intuición barroca. Tras este sistema rí-
gido de normas estéticas se ocultó una intención de equilibrio y orden
que iba más allá del arte y la literatura, pues incidía en la religión y la
política.
En la difusión de las ideas clasicistas tuvo mucho que ver la Poética (1674)
de Boileau (1636-1711), en la que, a imagen de las poéticas clásicas
de Aristóteles y Horacio, se exponen los preceptos como si se tratara de BARROCO
un sistema racional, fijo e indiscutible. Boileau defendió la razón como Genio e ingenio
base de toda obra literaria, expuso como normas las heredadas del Re-
Fantasía e imaginación
nacimiento, es decir, el buen sentido, la sobriedad, la claridad, la armonía,
etc., y condenó la fantasía y la imaginación. Antinormativo
La poesía neoclásica francesa tuvo en François de Malherbe (1555- Distorsión y deformación
1628) al principal protagonista y creador de una escuela con muchos Exageración y exuberancia
seguidores a lo largo del XVII. Malherbe se empeñó a comienzos de si-
glo en purificar la lengua poética de los excesos anteriores y reaccionó
contra la riqueza verbal de la escuela de Ronsard, aportando una escritura NEOCLASICISMO
racional, depurada y fría. Inteligencia
La poesía didáctica tuvo como máximo representante al fabulista Jean de Razón
La Fontaine (1621-1695). Fiel seguidor de Boileau, sus Fábulas, creadas Normativo y reglas
con tenacidad clasicista a partir de las de Esopo y Fedro, tuvieron como
objetivo la enseñanza de la virtud de acuerdo con el lema «agradar y emo- Orden y equilibrio
cionar». Armonía y mesura
unidad 13 303
El Barroco: la poesía
ACTIVIDADES Y ANÁLISIS DE TEXTOS
EL CULTERANISMO. GÓNGORA
La poesía de metros cortos. Romances y letrillas
1. En el llamado estilo claro, Góngora escribió poemas de metros cortos, al estilo tradicional, en los que, a
pesar de su fama de difícil y oscuro, demostró tanta maestría como en sus poemas mayores. Lee el si-
guiente texto y responde a las preguntas.
1 ¡Que se nos va la Pascua, mozas, Yo sé de una buena vieja
que se nos va la Pascua! que fue un tiempo rubia y zarca,
Mozuelas las de mi barrio, 35 y que al presente le cuesta
loquillas y confiadas, harto caro el ver su cara;
5 mirad no os engañe el tiempo, porque su bruñida frente
la edad y la confianza. y sus mejillas se hallan
No os dejéis lisonjear más que roquete de obispo
de la juventud lozana, 40 encogidas y arrugadas.
porque de caducas flores
¡Que se nos va la Pascua, mozas,
10 teje el tiempo sus guirnaldas.
que se nos va la Pascua!
¡Que se nos va la Pascua, mozas,
Y sé de otra buena vieja,
que se nos va la Pascua!
que un diente que le quedaba
Vuelan los ligeros años, 45 se lo dejó este otro día
y con presurosas alas sepultado en unas natas,
15 nos roban, como harpías, y con lágrimas le dice:
nuestras sabrosas viandas. «Diente mío de mi alma,
La flor de la maravilla yo sé cuándo fuisteis perla,
esta verdad nos declara, 50 aunque ahora no sois nada».
porque le hurta la tarde
¡Que se nos va la Pascua, mozas,
20 lo que le dio la mañana.
que se nos va la Pascua!
¡Que se nos va la Pascua, mozas,
Por eso, mozuelas locas,
que se nos va la Pascua!
antes que la edad avara
Mirad que cuando pensáis 55 el rubio cabello de oro
que hacen la señal de la alba convierta en luciente plata,
25 las campanas de la vida, quered cuando sois queridas,
es la queda, y os desarman amad cuando sois amadas;
de vuestro color y lustre, mirad, bobas, que detrás
de vuestro donaire y gracia 60 se pinta la ocasión calva.
y quedáis todas perdidas
¡Que se nos va la Pascua, mozas,
30 por mayores de la marca.
que se nos va la Pascua!
¡Que se nos va la Pascua, mozas,
Luis de Góngora
que se nos va la Pascua!
a Este romance desarrolla el tópico clásico del carpe diem, pero con un tratamiento distinto al habitual.
Explícalo.
b Señala las metáforas que, convertidas por el uso en lugares comunes, Góngora estiliza en lenguaje
poético.
c Comenta la estructura externa de este romance.
304 unidad 13
El Barroco: la poesía
ACTIVIDADES Y ANÁLISIS DE TEXTOS
La perfección de los sonetos
2. La tradición del soneto, iniciada brillantemente por Garcilaso, alcanzó en los grandes poetas barrocos
una evidente perfección. Observa en los dos siguientes cómo Góngora añade a los tópicos heredados
del Renacimiento los temas peculiares del Barroco.
a El primer soneto trata un tema típicamente barroco:
1 Menos solicitó veloz saeta especifícalo y señala los elementos que lo denotan.
destinada señal, que mordió aguda;
b Compáralo con algún soneto de Quevedo indican-
agonal1 carro por la arena muda
do las ideas comunes a ambos.
no coronó con más silencio meta,
c El segundo, en cambio, trata un tópico de la Anti-
5 que presurosa corre, que secreta, güedad clásica: ¿cuál es?, ¿qué rasgos físicos nom-
a su fin nuestra edad. A quien lo duda, bra?
fuera que sea de razón desnuda,
d Analiza la estructura del segundo soneto atendien-
cada sol repetido es un cometa.
do al desarrollo del contenido.
¿Confiésalo Cartago2, y tú lo ignoras? e Comenta la importancia del tiempo en los dos so-
10 Peligro corres, Licio, si porfías netos.
en seguir sombras y abrazar engaños.
Mal te perdonarán a ti las horas;
las horas que limando están los días,
los días que royendo están los años.
Luis de Góngora
1 Mientras por competir con tu cabello,
oro bruñido el sol relumbra en vano;
mientras con menosprecio en medio el llano
mira tu blanca frente el lilio3 bello;
5 mientras a cada labio, por cogello,
siguen más ojos que al clavel temprano;
y mientras triunfa con desdén lozano
del luciente cristal tu gentil cuello;
goza cuello, cabello, labio y frente,
10 antes que lo que fue en tu edad dorada
oro, lilio, clavel, cristal luciente,
no sólo en plata o vïola4 truncada
se vuelva, mas tú y ello juntamente
en tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada.
Luis de Góngora
1 Agonal: luchador o competidor en un certamen o en un juego. 2 Cartago: capital del imperio cartaginés, destruida por Es-
cipión el Africano. 3 Lilio: lirio. 4 Vïola: violeta.
unidad 13 305
El Barroco: la poesía
ACTIVIDADES Y ANÁLISIS DE TEXTOS
Los poemas culteranos
3. En algunos sonetos, en el Polifemo y las Soledades, llegó Góngora al extremo de su arte cultista y retóri-
co. El primer texto es un ataque al amor, y el segundo, la descripción de Polifemo.
Sobre el primer soneto
1 La dulce boca que a gustar convida
un humor entre perlas destilado a En el soneto aparecen perífrasis habituales en la poe-
y a no invidiar aquel licor sagrado sía de Góngora. Explícalas.
que a Júpiter ministra el garzón de Ida1, b Señala las contraposiciones y antítesis, también habi-
5
tuales en la poesía gongorina.
amantes, no toquéis, si queréis vida;
porque entre un labio y otro colorado,
c Ordena el hipérbaton de los cinco primeros versos.
Amor está, de su veneno armado,
cual entre flor y flor sierpe escondida.
No os engañen las rosas, que a la Aurora
10 diréis que, aljofaradas2 y olorosas,
se le cayeron del purpúreo seno;
manzanas son de Tántalo3, y no rosas,
que después huyen del que incitan hora,
y sólo del Amor queda el veneno.
Luis de Góngora
1 Un monte era de miembros eminente
este que –de Neptuno4 hijo fiero–
de un ojo ilustra el orbe de su frente,
émulo casi de el mayor lucero;
5 cíclope a quien el pino más valiente,
bastón, le obedecía tan ligero,
y al grave peso junco tan delgado,
que un día era bastón y otro cayado.
Negro el cabello, imitador undoso
10 de las oscuras aguas del Leteo5, La muerte de Polifemo, Christian Wilhelm Ernst.
al viento que le peina proceloso
vuela sin orden, pende sin aseo;
un torrente es su barba impetüoso Sobre la segunda composición
que –adusto hijo de este Pirineo–
15 su pecho inunda –o tarde o mal en vano– d ¿Qué destaca Góngora en la figura de Polifemo por
surcada aún de los dedos de su mano. medio de la hipérbole?
e Señala las metáforas y los hipérbatos.
Luis de Góngora
1 garzón de Ida: Ganímedes, príncipe troyano a quien raptó Júpiter en el monte Ida y a quien en el Olimpo se le encomendó servir
la bebida a los dioses. 2 aljofaradas: semejantes al aljófar, perla pequeña, al cubrirse de gotas de rocío. 3 Tántalo: rey de Lidia
que, arrojado por los dioses a un lago rodeado de frutales, no podía comer ni beber porque cuando se acercaba a la fruta y al
agua, las ramas se elevaban y el agua descendía de nivel. 4 Neptuno: dios romano de las aguas. 5 Leteo: en la mitología griega,
río del olvido en los infiernos donde los mortales bebían para olvidar su vida terrenal.
306 unidad 13
El Barroco: la poesía
ACTIVIDADES Y ANÁLISIS DE TEXTOS
EL CONCEPTISMO. QUEVEDO
La poesía metafísica
4. Quevedo retrató en su poesía metafísica y moral los grandes temas existenciales del Barroco: el paso del tiem-
po, la brevedad de la vida, la presencia inevitable de la muerte, el engaño de los bienes terrenales, etc.
Sobre el primer soneto
1 «¡Ah de la vida!» …¿Nadie me responde?
¡Aquí de los antaños que he vivido!
a Señala la estructura de acuerdo con los dos ejes te-
La Fortuna mis tiempos ha mordido; máticos: la vida y la muerte.
las Horas mi locura las esconde. b Observa las nominalizaciones de los verbos y las per-
sonificaciones. ¿A qué se refieren?
5 ¡Que sin poder saber cómo ni adónde
la salud y la edad se hayan huido!
Falta la vida, asiste lo vivido,
y no hay calamidad que no me ronde.
Ayer se fue; mañana no ha llegado;
10 hoy se está yendo sin parar un punto:
soy un fue, y un será, y un es cansado.
En el hoy y mañana, y ayer, junto
pañales y mortaja, y he quedado
presentes sucesiones de difunto.
Francisco de Quevedo
1 Vivir es caminar breve jornada,
y muerte viva es, Lico, nuestra vida,
ayer al frágil cuerpo amanecida,
cada instante en el cuerpo sepultada.
5 Nada que, siendo, es poco, y será nada
en poco tiempo, que ambiciosa olvida;
pues, de la vanidad mal persuadida,
anhela duración, tierra animada.
Llevada de engañoso pensamiento Vanitas, Simon Renaud de Saint André (1613-1677). Representa uno de los tó-
10 y de esperanza burladora y ciega, picos de la época barroca, la fugacidad del tiempo.
tropezará en el mismo monumento.
Como el que, divertido, el mar navega, Sobre el segundo soneto
y, sin moverse, vuela con el viento, c Resume el contenido del poema y explica qué tema
y antes que piense en acercarse, llega.
trata.
Francisco de Quevedo d ¿Qué dos motivos clásicos utiliza el poeta para ha-
blar del transcurso de la vida?
unidad 13 307
El Barroco: la poesía
ACTIVIDADES Y ANÁLISIS DE TEXTOS
La poesía amorosa
5. La poesía amorosa recuerda en contenido y forma al conceptismo del XV y a Manrique, y define el amor
por extremos de placer y de dolor.
Sobre el primer soneto
1 Es hielo abrasador, es fuego helado,
a Resume brevemente las ideas vertidas para definir el amor.
es herida que duele y no se siente,
b Explica con algún ejemplo del soneto la diferencia entre oxí-
es un soñado bien, un mal presente,
es un breve descanso muy cansado; moron, antítesis y paradoja.
5 es un descuido que nos da cuidado, Sobre la segunda composición
un cobarde con nombre de valiente, c Utilizando el tópico del carpe diem, Quevedo no se dirige
un andar solitario entre la gente, a una mujer joven: ¿a quién lo hace y qué le recomienda?
un amar solamente ser amado; d Comenta la relación, tan quevedesca, entre el amor y la muer-
es una libertad encarcelada, te que está presente en el texto.
10 que dura hasta el postrero parasismo1;
enfermedad que crece si es curada.
Éste es el niño Amor, éste es su abismo.
¡Mirad cuál amistad tendrá con nada
el que en todo es contrario de sí mismo!
1 Parasismo: paroxismo, exaltación extrema de los afectos y pasiones,
Francisco de Quevedo
locura o enfermedad amorosa.
1 ¿Aguardas por ventura, 25 Goza la luz del día, Pero cuando, obstinada,
discreta y generosa Casilina, que no hay rienda que pare el 50 llegues a los umbrales de la muerte,
a que la edad madura, [tiempo leve; si con la voz turbada
y el tiempo codicioso, que camina, y es tal su tiranía, me llamares, iré gozoso a verte;
5 roben, groseros siempre en sus agravios, que ningún ruego ni oración le mueve. y Fabio gozará en tu paraíso,
oro a tus trenzas, perlas a tus labios? Atropella tesoros y belleza; ya que no lo que quiere, lo que quiso.
30 ni vuelve atrás, ni aguarda, ni tropieza. 55 La beldad huye muda;
¿Aguardas que los días
Y vendrá la triste hora goza de tu florida edad lozana;
le pierdan el respeto a tu belleza?
en que, mustio el semblante idolatrado, que ni Venus desnuda,
¿En qué deidad confías,
que invidiaba la aurora, ni ceñida dos veces tu Dïana,
10 viendo la ociosidad y la pereza
dirás: «¿Por qué en mi tiempo celebrado valdrán para agradarme y agradarte,
que los años han puesto en tu cabello,
35 no tuve este deseo agradecido, 60 sin que una martirice y otra harte.
que antes volaba libre por el cuello?
o ya no tengo el rostro que he tenido?»
Coronemos con flores
En tu rostro divino Entonces, pues, tu mano,
el cuello, antes que llegue el negro día.
ya se ven las pisadas y señales facción no hallando digna de respeto
Mezclemos los amores
15 que del largo camino en tu semblante cano,
con la ambrosía mortal que la vid cría.
dejan los pies del tiempo desiguales; 40 ni de la rosa aquel color perfeto,
65 Y de los labios el aliento flaco
y ya tu flor hermosa y tu verano se atreverá a tu frente ya arrugada,
nos acuerde de Venus y de Baco.
padece injurias del invierno cano. y contra tus despojos será osada.
Un robre se hace viejo, ¿Por cuánto no querrías Francisco de Quevedo
20 y una montaña. Goza tu hermosura, llegar ociosa a iguales desengaños,
antes que en el espejo, 45 a tan amargos días,
con unos mismos ojos, tu figura, a fin tan triste de tan dulces años,
Casilina, la mires y la llores, donde aún la flor del ánimo se pierde,
debiéndoles el fruto a tantas flores. a tal invierno de una edad tan verde?
308 unidad 13
El Barroco: la poesía
ACTIVIDADES Y ANÁLISIS DE TEXTOS
La poesía satírica y burlesca
6. Quevedo desplegó un inimitable ingenio mordaz y sarcástico en estos poemas; a la sátira y la burla apli-
có toda su creatividad léxica y retórica, y algunos mecanismos como la caricatura.
Sobre el primer soneto
1 Érase un hombre a una nariz pegado,
a Quevedo está describiendo la enorme nariz de un hom-
érase una nariz superlativa,
érase una alquitara1 medio viva,
bre; ¿con qué cosas la iguala?
érase un peje espada mal barbado; b ¿Qué figuras retóricas son las más utilizadas en el so-
neto?
5 era un reloj de sol mal encarado,
c El soneto tiene una gran distorsión caricaturesca: co-
érase un elefante boca arriba,
méntala.
érase una nariz sayón2 y escriba,
un Ovidio Nasón mal narigado.
Érase el espolón de una galera,
10 érase una pirámide de Egipto,
las doce tribus de narices era;
érase una naricísimo infinito,
frisón3, archinariz, caratulera4,
sabañón garrafal, morado y frito.
Francisco de Quevedo
1 alquitara: alambique para destilar líquidos, tomado aquí
por su forma curva y su acción de goteo. 2 sayón: minis-
tro de justicia y verdugo, y por lo tanto, de aspecto feroz. 3
frisón: gordo y grande, como el caballo frisón. 4 caratule-
ra: en forma de carátula o careta.
1 Dícenme, don Jerónimo, que dices
que me pones los cuernos con Ginesa;
yo digo que me pones casa y mesa;
y en la mesa, capones y perdices. Ovidio Nasón era un famoso poeta latino de la familia de los Nasones. Naso
en latín significa ‘nariz’.
5 Yo hallo que me pones los tapices
cuando el calor por el octubre cesa;
Sobre el segundo soneto
por ti mi bolsa, no mi testa, pesa,
d Resume las ideas y el razonamiento del segundo soneto.
aunque con molde de oro me la rices.
e Aclara el significado de los versos 3 y 4, y de los ver-
Este argumento es fuerte y es agudo: sos 7 y 8.
10 tú imaginas ponerme cuernos; de obra
yo, porque lo imaginas, te desnudo.
Más cuerno es el que paga que el que cobra;
ergo, aquel que me paga, es el cornudo,
lo que de mi mujer a mí me sobra.
Francisco de Quevedo
unidad 13 309
El Barroco: la poesía
ACTIVIDADES Y ANÁLISIS DE TEXTOS
LA MUSICALIDAD DE LOPE DE VEGA
7. La poesía de Lope de Vega se caracterizó por su variedad temática y formal. La musicalidad y el ritmo
fueron, sin embargo, comunes a toda su obra lírica, la de arte menor y la de arte mayor. Su magisterio
brilló tanto en los romances o letrillas como en el arte del soneto, a la altura de Góngora y Quevedo.
1 Antes que el cierzo de la edad ligera
seque la rosa que en tus labios crece,
y el blanco de ese rostro, que parece
cándidos grumos de lavada cera,
5 estima la esmaltada primavera,
Laura gentil, que en tu beldad florece,
que con el tiempo se ama y se aborrece,
y huirá de ti quien a tu puerta espera.
No te detengas en pensar que vives,
10 oh Laura, que en tocarte y componerte
se entrará la vejez sin que la llames.
Estima un medio honesto, y no te esquives;
que no ha de amarte quien viniere a verte,
Laura, cuando a ti misma te desames.
Lope de Vega
1 Desmayarse, atreverse, estar furioso,
áspero, tierno, liberal, esquivo,
alentado, mortal, difunto, vivo,
leal, traidor, cobarde y animoso; La mujer y el espejo, Tiziano.
5 no hallar fuera del bien centro y reposo,
mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,
enojado, valiente, fugitivo, a El primer soneto vuelve a tratar el tópico del car-
satisfecho, ofendido, receloso; pe diem; ¿qué le aconseja el poeta a la ama-
da?
huir el rostro al claro desengaño,
10 beber veneno por licor suave, b Señala las metáforas en las que el poeta funda-
olvidar el provecho, amar el daño; menta el carpe diem y el paso del tiempo.
c El segundo soneto define el amor: ¿expresa los
creer que un cielo en un infierno cabe,
mismos contrastes barrocos que el anterior de Que-
dar la vida y el alma a un desengaño;
vedo?
esto es amor: quien lo probó lo sabe.
d ¿Qué rasgo estilístico y léxico destacarías en este
Lope de Vega segundo soneto?
310 unidad 13
El Barroco: la poesía
ACTIVIDADES Y ANÁLISIS DE TEXTOS
Sobre el soneto
1 Ya no quiero más bien que sólo amaros
e Éste es uno de los sonetos más apasionados de
ni más vida, Lucinda, que ofreceros
la que me dais, cuando merezco veros,
Lope de Vega y se sitúa en la corriente petrarquista:
ni ver más luz que vuestros ojos claros. señala sus rasgos petrarquistas.
f Señala las metáforas en las que el poeta funda-
5 Para vivir me basta desearos,
menta el carpe diem y el paso del tiempo.
para ser venturoso, conoceros,
g Comenta la función expresiva de los paralelismos
para admirar al mundo, engrandeceros,
en el poema.
y para ser Eróstrato1, abrasaros.
La pluma y la lengua, respondiendo a coros, Sobre el romance
10 quieren al cielo espléndido subiros, h Este romance de Lope presenta un profundo con-
donde están los espíritus más puros. tenido emocional: señala las ideas fundamentales.
i Comenta los versos en que recoge algún motivo
Que entre tales riquezas y tesoros,
tratado por fray Luis de León en la oda A la vida
mis lágrimas, mis versos, mis suspiros,
de olvido y tiempo vivirán seguros. retirada.
Lope de Vega
1 Eróstrato: prendió fuego al templo de Diana en Éfeso para que su nombre fuera inmortal.
1 A mis soledades voy, Virtud y filosofía
de mis soledades vengo, 30 peregrinan como ciegos;
porque para andar conmigo el uno se lleva al otro,
me bastan mis pensamientos. llorando van y pidiendo.
5 No sé qué tiene la aldea Dos polos tiene la tierra,
donde vivo, y donde muero, universal movimiento:
que con venir de mí mismo, 35 la mejor vida el favor,
no puedo venir más lejos. la mejor sangre, el dinero. [...]
Ni estoy bien ni mal conmigo; Fea pintan a la envidia;
10 mas dice mi entendimiento yo confieso que la tengo
que un hombre que todo es alma de unos hombres que no saben
está cautivo en su cuerpo. 40 quién vive pared en medio. [...]
Entiendo lo que me basta, Sin ser pobres ni ser ricos,
y solamente no entiendo tienen chimenea y huerto;
15 cómo se sufre a sí mismo no los despiertan cuidados,
un ignorante soberbio. [...] ni pretensiones ni pleitos,
«Sólo sé que no sé nada», 45 ni murmuraron del grande,
dijo un filósofo, haciendo ni ofendieron al pequeño;
la cuenta con su humildad, nunca, como yo, firmaron
20 adonde lo más es menos. parabién, ni Pascua dieron.
No me precio de entendido, Con esta envidia que digo,
de desdichado me precio; 50 y lo que paso en silencio,
que los que no son dichosos, a mis soledades voy,
¿cómo pueden ser discretos? [...] de mis soledades vengo.
25 Dijeron que antiguamente
se fue la verdad al cielo:
tal la pusieron los hombres
que desde entonces no ha vuelto. [...] Lope de Vega
Práctica de lengua oral: representación teatral
Práctica de literatura: poesía del Barroco
Práctica de léxico: repaso
unidad 13 311
El Barroco: la poesía
COMENTARIO DE TEXTO
Signifícase la propia brevedad de la vida, sin pensar,
y con padecer, salteada de la muerte, Francisco de Quevedo
¡Fue sueño ayer; mañana será tierra!
¡Poco antes, nada; y poco después, humo!
¡Y destino ambiciones, y presumo
apenas punto al cerco que me cierra!
Breve combate de importuna guerra,
en mi defensa, soy peligro sumo;
y mientras con mis armas me consumo,
menos me hospeda el cuerpo, que me entierra.
Ya no es ayer; mañana no ha llegado;
hoy pasa, y es, y fue, con movimiento
que a la muerte me lleva despeñado.
Azadas son la hora y el momento
que, a jornal de mi pena y mi cuidado,
cavan en mi vivir mi monumento.
Francisco de Quevedo
El pintor Hans Burgkmair y su mujer Ana en el espejo, Lukas Furtenagel.
Este soneto de Quevedo pertenece, por su contenido y por su intención, a la poesía moral, dentro del con-
junto de los poemas metafísicos. El poeta lo titula Signifícase la propia brevedad de la vida, sin pensar, y con pa-
decer, salteada de la muerte, por lo que se puede decir que se trata de uno de los temas recurrentes de su poe-
sía: la reflexión sobre el paso del tiempo y la brevedad de la vida (el tópico del tempus fugit) con la amenaza
de la muerte siempre presente.
1. Comprensión del contenido: significado del texto
El contenido es claro. En los cuartetos expresa, con dos exclamaciones iniciales angustiosas y angustiadas, la
nada de la vida, el soplo de su duración.Y a pesar de ser consciente de esta certeza, dice Quevedo en los ver-
sos tercero y cuarto, en primera persona (una primera persona universal, válida para todos los mortales):
hago proyectos, señalo ambiciones y apenas suelo pensar que soy un instante, un punto, en el cerco (la muer-
te) que me cierra.
En el segundo cuarteto, recordando ideas expresadas en la poesía del siglo XV (por ejemplo, Manrique), de-
sarrolla lo expuesto en los dos versos anteriores: en un combate muy breve (la vida) de una guerra inoportu-
na y molesta contra la muerte, el peligro está en mí, en mi empeño por defenderme contra ella, pues cuanto más
me empeño en luchar con mis armas, más me desgasto y debilito y menos fuerzas tiene el cuerpo, que va
enterrándome con el tiempo.
En los tercetos se extrae la conclusión: de una parte, la constancia de la brevedad del tiempo y de la vida, ya que
no sólo no existen el ayer ni el mañana, sino que, además, el hoy se va hacia la muerte con tanta rapidez
como si fuera despeñado (primer terceto); de otra, mediante una pequeña alegoría, concluye que el tiempo
(la hora y el momento) es una azada que va cavando en su vida su propia tumba (monumento) mediante un
trabajo diario y una lucha que se cobra el jornal de su pena y su cuidado.
312 unidad 13
El Barroco: la poesía
COMENTARIO DE TEXTO
Su estructura interna, por tanto, y como la de otros sonetos quevedanos, es compacta: por un lado, los dos cuar-
tetos se refieren al sentido de la vida, y por otro, los dos tercetos presentan el asalto importuno de la muerte.
2. Interpretación del contenido: sentido del texto
Como toda poesía moral, cuya finalidad reside en convencer al receptor de determinadas verdades y animar-
le a apreciar ciertos valores, este soneto de Quevedo adopta el tono habitual de reflexión y advertencia. Para
lo primero, utiliza aseveraciones categóricas sobre la brevedad de la vida, que a la postre no es nada, no es
más que un soplo entre la nada del antes de nacer y el humo del después de morir; para lo segundo, recurre
a la primera persona (representativa de todos) para expresar el loco e inútil empeño de vivir de forma in-
consciente, haciendo proyectos sin pensar en lo poco que dura la vida, y padeciendo trabajos y consumiendo
nuestras escasas fuerzas en el enfrentamiento absurdo contra la muerte.
La consecuencia de nuestras obras no es otra que el despeño vertiginoso hacia la muerte, porque el vivir así, sin
pensar y descuidados, nos hace olvidar una gran verdad: cuanto más nos empeñemos en luchar contra lo inevi-
table, más energías perderemos en la lucha, y la muerte llegará sin que nos demos cuenta, pues el tiempo, por mu-
cho que nos descuidemos en pensar lo contrario, se encarga de ir socavando nuestra tumba a costa de nuestro
sufrimiento.
3. Comentario de la expresión:
recursos estéticos para comunicar el contenido
Desde el punto de vista retórico, el lenguaje de Quevedo es condensado en la sintaxis e intensificador en la
semántica.
Para lograr esa condensación sintáctica y esa intensificación
semántica, todo el soneto descansa, fundamentalmente, en tres
recursos:
1 El primero es la estructura bimembre oracional, cuyo
paralelismo responde a la intención constante de que el se-
gundo miembro de la frase intensifique, por relación de con-
traste o amplificación (tan habitual en Quevedo y en otros
escritores del Barroco), el significado del primer miembro.
El contraste bimembre y paralelístico puede observarse ya
en los dos primeros versos (¡Fue sueño ayer; / mañana será tie-
rra!; ¡Poco antes, nada; / poco después, humo!) o en el comien-
zo del primer terceto (Ya no es ayer; / mañana no ha llega-
do). La amplificación puede observarse en el tercero y cuarto
versos (¡Y destino... / y presumo...) o en los versos tercer y
cuarto del segundo cuarteto (...y mientras... / menos...).
2 El segundo recurso, que persigue la condensación, descan-
sa en las constantes elipsis, lo cual puede comprobarse en los
dos cuartetos; en los dos primeros versos del primero y en
el primer verso del segundo se omite el sujeto de la ora-
ción: la vida.
3 El tercer recurso lo constituyen las metáforas (sueño, tierra,
humo, cerco, combate, guerra), que además se encadenan en
la alegoría del segundo terceto, y las antítesis (ayer / maña-
na, antes / después, hospeda / entierra, ayer / mañana / hoy, es La danza macabra alude a la fragilidad de la vida terrena y a la po-
sibilidad de una muerte repentina.
/ fue).
unidad 13 313
Y ahora, cine
Filmes clásicos y filmes barrocos
En esta unidad has estudiado cómo el Barroco, a diferencia del clasicismo renacentista, desva-
loriza la vida y la naturaleza humanas, se centra en la fugacidad de la existencia y está envuelto
en un aura de pesimismo y angustia. A su vez, las formas estéticas barrocas son dinámicas y
exuberantes, artificiosas y distorsionadas, algo muy alejado del equilibrio, sencillez y serenidad
renacentistas.
El cine, como ya sabes, es un lenguaje creado por el hombre para comunicarse con sus seme-
jantes y reportarles un placer estético. Y, a pesar de su corta historia, ya es posible distinguir di-
versos estilos cinematográficos. Gracias a ello, podemos advertir que los cineastas usan los re-
cursos visuales de modos diferentes, que en algunos casos se asemejan más al clasicismo
renacentista y en otros a la complejidad del Barroco.
El estilo visual de películas como Un hombre tranquilo, de John Ford, o Ciudadano Kane, de Or-
son Welles, es muy heterogéneo. Por eso, podemos afirmar que la sencillez y equilibrio de Ford
le convierten en un clásico, y que el estilo exuberante y retorcido de Welles tiende al barroquis-
mo. Y lo mismo podríamos garantizar si comparáramos filmes como Diamante de sangre (Ed-
ward Zwick, 2006) o Los chicos del coro (Christophe Barratier, 2004) con otros como La novia
cadáver (Tim Burton, 2005) o Bailar en la oscuridad (Lars von Trier, 2000).
Los estilos cinematográficos
¿En qué se diferencian estos dos estilos? En el uso que ha-
cen del lenguaje cinematográfico para comunicar el tema
de la película. Para comprender esto debes recordar que el ele-
mento básico del lenguaje cinematográfico es el plano, y el pla-
no está compuesto de elementos (personajes, decorados, ob-
jetos, música, etc.) que lo asimilan a un cuadro en movimiento.
En el cine clásico, por ejemplo, la composición de los pla-
nos es equilibrada y centrada; esto quiere decir que la cá-
mara se suele situar a la altura de los personajes. En el estilo
más barroco, en cambio, abundan los picados y contrapi-
cados, es decir, la cámara se sitúa por encima o por debajo de
los personajes. Con ello se pretende dar al plano un fuerte va-
lor metafórico: un picado muestra a un personaje hundido y hu-
millado, y el contrapicado, lo contrario.
También los movimientos de cámara tienen valor dramático y
no sólo descriptivo (recuerda lo que dijimos en la unidad 8 so-
bre el famoso travelling de Vértigo). La iluminación en este tipo
de películas, a diferencia de las más clásicas, suele ser ex-
presionista, con fuertes contrastes de luces y sombras, para re-
flejar, por ejemplo, la feroz lucha entre el bien y el mal. Y los de-
corados y el atrezzo (elementos u objetos esenciales para una
escena) califican metafóricamente a los personajes y aluden
al tema del filme, como suele ocurrir en la filmografía de Tim
Burton.
La novia cadáver (2005), Tim Burton.
314 unidad 13
El Barroco: la poesía
Y ahora, cine
Ciudadano Kane (1941), Orson Welles. Memento (2000), Christopher Nolan.
Tipos de montaje
También el montaje (la unión de los diferentes planos que
se realiza después del rodaje) difiere según el estilo de 1. Teniendo en cuenta las características sobre los diver-
la película. Puede ser visible o invisible, es decir, pasar de- sos estilos ciematográficos, ¿podrías clasificar las si-
sapercibido al espectador o ser muy llamativo. Muchas guientes películas?: Mía Sarah (Gustavo Ron, 2006), El
veces el montaje se reduce a un simple corte entre es- orfanato (José Antonio Bayona, 2007), Los seis signos
cenas o a un fundido encadenado (un plano se super- de la Luz (David L. Cunningham), El truco final (Chris-
pone gradualmente a otro por sobreimpresión) al final de topher Nolan, 2007), Hero (Zhang Yimou, 2002) y Car-
la secuencia. En cambio, el estilo más barroco suele em- tas desde Iwo Jima (Clint Eastwood, 2006).
plear diversos recursos para cambiar de escena: rimas 2. Elige tú otras películas y haz una clasificación según su
visuales (coincidencia de algún elemento visual o so- estilo.
noro entre dos planos), barridos (movimiento rápido de
la cámara que distorsiona la imagen), etc. Ciudadano Kane (Orson Welles, 1941)
Es una de las obras maestras del séptimo arte. Cuenta la
El narrador en el cine vida del magnate de la prensa Charles Foster Kane, inspi-
rado en un personaje real: William Randolph Hearst, que in-
tentó destruir la película y boicoteó su estreno. Después de
El cine clásico se basa en el principio de economía
ver el filme, infórmate en Internet sobre los problemas de su
narrativa y, por tanto, en una lógica rigurosa de causa-
rodaje y la vida de su autor, Orson Welles. Con esa infor-
efecto: hay un planteamiento de la historia, se crea un
mación y lo visto en este tema, indica (con ejemplos de
nudo o conflicto hasta llegar al desenlace que restitu-
escenas) por qué Ciudadano Kane es un filme barroco.
ye el equilibrio original. El cine de estilo más barroco no
Muestra también si refleja alguno de los temas típicos de
restituye ese equilibrio, o al menos no totalmente; por
este estilo artístico.
eso no suele desembocar en un final feliz.
Además, toda película es narrada por alguien: puede ser Memento (Christopher Nolan, 2000)
uno de los personajes, o un actor que no interviene en
Es un filme que invierte la secuencialidad temporal clásica:
la historia pero la cuenta (narrador representado), o sim-
empieza por el final y acaba por el principio. Rompe, por tan-
plemente la cámara (narrador implícito) que nos va mos-
to, las reglas tradicionales del relato cinematográfico. Des-
trando lo que hacen y piensan los personajes. Teniendo
pués de ver el filme contesta lo siguiente: a ¿Qué preten-
esto en cuenta, observamos que en el cine de tenden-
de el director con esa estructura? b ¿Qué relación tiene con
cia barroca el narrador principal o implícito está más pre-
el protagonista de la película? c ¿Por qué no es un filme
sente (del mismo modo que algunos artistas se incluyen
de estilo clásico? Pon ejemplos de recursos visuales de la
en sus obras, como ocurre en Las Meninas de Velázquez).
película que justifiquen tu respuesta.
Por otra parte, un filme barroco no posee una estruc-
tura lineal sino más bien fragmentaria, que apela a la
creatividad del público y a una contemplación acti-
va del filme.
unidad 13 315
El Barroco: la poesía
RECAPITULACIÓN
Características históricas y sociales del Barroco (siglo XVII)
Periodo de decadencia política y crisis económica, atmósfera de inseguridad y desencanto.
Nueva visión del mundo: deformación de los ideales renacentistas y nuevo misticismo.
Desequilibrio que se manifiesta en las expresiones artísticas y literarias:
• Evolución de las formas y los contenidos renacentistas, vaciando éstos de significado.
• Actitud moral frente a la decadencia.
• Complejidad formal y aspiración al arte por el arte.
• Búsqueda de lo nuevo y lo difícil. Lo fácil considerado como defecto artístico.
• Lucha contra la vulgaridad a través del ingenio retórico.
Tendencias: conceptismo y culteranismo
El conceptismo persigue la belleza conceptual y potencia el contenido y las figuras de pensamiento.
El culteranismo persigue la belleza sensorial, metafórica, y la idealización de la naturaleza.
La poesía del Barroco. Temas
Recoge los temas renacentistas –amor, naturaleza y mitología– adaptándolos al Barroco.
Temas nuevos (moralizantes): desengaño, paso del tiempo, fugacidad de la vida, sueño, muerte.
Tendencias y poetas
La poesía culterana. Góngora
• Amplificación y perífrasis lingüística.
• Perfección formal en los versos y estrofas.
• Idealización de la belleza y de la naturaleza.
• Transformaciones metafóricas de la realidad.
• Ritmo sonoro, tratamiento cultista del lenguaje, complejidad sintáctica.
– Obras fundamentales: romances, letrillas, sonetos, Fábula de Polifemo y Galatea, Soledades.
– Temas: el amor, la naturaleza, la mitología, la soledad, la fugacidad de la vida, etc.
La poesía conceptista. Quevedo
• Condensación lingüística y tendencia a la elipsis.
• Recurrencia a toda la variedad de conceptos y de figuras retóricas.
• Variedad de juegos fonéticos y semánticos de palabras.
• Utilización de todos los artificios morfológicos y sintácticos.
– Obras fundamentales: El Parnaso español, romances, letrillas, sonetos, etc.
– Temas: amorosos, morales (fugacidad de la vida, paso del tiempo, desengaño...), políticos, etc.
Lope de Vega
• Musicalidad y ritmo en todo tipo de versos y estrofas.
• Armonización de todos los recursos culteranos y conceptistas.
• Variedad de géneros: lírica, épica, satírico-burlesca, popular, etc.
– Obras fundamentales: Rimas sacras, Rimas humanas y divinas del Licenciado Tomé de Burguillos, La Dra-
gontea, La hermosura de Angélica, etc.
– Temas: amorosos, religiosos, pastoriles, satírico-burlescos, moralizantes, etc.
Lírica tradicional y popular
• Lírica tradicional: villancicos, seguidillas, canciones.
• Romancero nuevo: romances escritos por los poetas cultos al modo tradicional.
Mapa conceptual navegable en formato hipermedia en el CD.
316 unidad 13
El Barroco: la poesía
EVALUACIÓN
1 ¡Cómo de entre mis manos te resbalas!
¡Oh, cómo te deslizas, edad mía!
¡Qué mudos pasos traes, oh muerte fría,
pues con callado pie todo lo igualas!
5 Feroz, de tierra el débil muro escalas,
en quien lozana juventud se fía;
mas ya mi corazón del postrer día
atiende el vuelo, sin mirar las alas.
¡Oh condición mortal! ¡Oh dura suerte!
10 ¡Que no puedo querer vivir mañana
sin la pensión de procurar mi muerte!
Cualquier instante de la vida humana
es nueva ejecución, con que me advierte
cuán frágil es, cuán mísera, cuán vana.
1. El poema es un soneto; ¿recuerdas cuál es su estructura métrica?
2. Todo el poema constituye una reflexión: ¿de qué tipo?, ¿es normal este tipo de reflexión en el Barroco?, ¿por
qué?
3. ¿Cómo justificarías el tratamiento de este tema en el Barroco y en su específica visión del mundo y de la vida?
4. Por el tema, este soneto podría ser de cualquier poeta barroco. No obstante, por su especial tratamiento
y la forma de la escritura, apunta a uno de los grandes maestros, que hizo de estos contenidos uno de los
pilares de su poesía y de su prosa: justifica quién es su autor y recuerda otros poemas de la misma tendencia.
5. El texto tiene, atendiendo al desarrollo del contenido, una estructura equilibrada y simétrica, de acuerdo
con las formas estróficas: descríbela.
6. Uno de los rasgos estilísticos más notorios del poema es el contraste: anota y explica las antítesis más sig-
nificativas que veas.
7. Otro de los recursos retóricos más relevantes es la metáfora: señala al menos tres metáforas y trata de explicar
su transformación del plano real al metafórico.
8. El orden sintáctico del segundo cuarteto no se corresponde con el habitual de la lengua española actual:
¿qué estilo está imitando el poeta?, ¿cómo se llama esta figura retórica?; ¿podrías colocar las palabras
en el orden lógico de nuestro tiempo?
9. Explica el significado, de acuerdo con el contexto del poema, de las siguientes palabras: resbalas, mu-
dos, postrer día, pensión y ejecución.
10. Señala en el texto las interjecciones y explica su función en la lengua.
11. Fíjate en los adjetivos del texto. Unos van antepuestos al nombre y otros, por el contrario, van pospuestos:
¿por qué?, ¿existe alguna razón estilística para alternar esta colocación?, ¿cómo se llaman normalmente unos
y otros según su posición junto al nombre?
unidad 13 317