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LA ÉTICA BAJO LA CONCEPCIÓN DE ARISTÓTELES

Marlene Bieger 1 Pablo Sebastián Garcia2

RESUMEN

El estudio describe la ética propuesta por Aristóteles a través de la literatura de


investigación sobre el tema de los principales elementos contenidos en la obra del
autor, que se consideran los conceptos éticos fundamentales de la felicidad y la virtud.
La felicidad es descripta por Aristóteles como una actividad del alma del ser humano en
consonancia con las virtudes. Estas son las acciones humanas que instruidas por la
prudencia conducen el hombre a la contemplación del bien y de una vida feliz. La virtud
es identificada por Aristóteles como siendo lo que orienta hacia la búsqueda de lo que
es absoluto para la práctica del bien que conduce a la calidad moral de los actos
verdaderamente buenos y justos, a la felicidad de una vida ética. Por fin se presentan
algunas consideraciones sobre la distinción entre la ética y la moral, los valores y
virtudes para que el ser humano pueda repensar la manera como estas acciones
puedan contribuir a la elevación de una vida mejor, a través de la educación por el amor
y respeto entre otros. Seremos vigilantes y protectores de la virtud y, principalmente de
las soluciones éticas con el propósito de disminuir los males sociales del ser humano.

Palabras clave: ética – Aristóteles - virtudes - felicidad.

ABSTRACT

The ethics of Aristotle is studied through bibliographic research on the main


elements contained in the author's works which are contemplated the fundamental
ethical concepts of happiness and virtue. Happiness is described by Aristotle as an
activity of the human soul in harmony with the virtues. These are the human actions that
guided by prudence will lead the human being to the contemplation of good for a happy
life. Since virtue is mentioned by Aristotle as the one that guides the search for what is
really necessary for the practice of good that leads to moral quality, the real good and
righteous acts of the human beings to the happiness of an ethical life. Finally, we
present some considerations about the distinction between ethics and morals, values
and virtues that humans can rethink the way in which these actions may contribute to
the rise of a better life, through education by the love and respect for others. We shall be
vigilant and protective of virtue and primarily the ethical solutions with the purpose of
minimizing the social ills of mankind.

1 Mestre em Administração (UFRGS), Doutouranda na Universidad Nacional de Misiones - UNAM - Argentina),

Profe. Da FEMA. Email: [email protected]. 2 Doutor de la Universidad de Buenos Aires en Filosofía,

Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, Professor da UNAM. E-mail:


[email protected]

Key-words: ethics – Aristotle – virtues - happiness.

INTRODUCCIÓN

La Ética es la rama de la Filosofía que tiene como objeto la moral, uno de los

aspectos del comportamiento humano. La ética se configura como la ciencia de la

conducta de los hombres en la sociedad, así, este estudio tiene como objetivo

presentar la propuesta de ética desarrollada por Aristóteles a través de una

investigación bibliográfica en obras que abordan el tema, destacando puntos

importantes a la temática. Todavía se pretende destacar los principales conceptos

éticos fundamentales de la virtud y felicidad, así como la ética y la moral.

Es cierto que la ética es una característica inherente a toda acción humana y,

por lo tanto, es un elemento vital en la producción de la realidad social. Pues todo

ser humano posee un sentido ético, una especie de "conciencia moral" y está

constantemente evaluando y juzgando sus acciones para saber si son buenas o

malas, correctas o incorrectas, justas o injustas.

Aristóteles define explícitamente la felicidad como el bien del hombre. La

felicidad es lo que quieren los hombres, o sea, lo que se quiere, aunque se pueda

confundir un bien aparente o el verdadero. Sin embargo, la ética es definida como

un conjunto de normas obtenidas por el hábito de la práctica repetida. El conjunto de


normas éticas se basa en valores, designados valores del bien, las normas son

preceptos de conducta.

La felicidad ha sido la búsqueda del hombre en su existencia, Aristóteles

(2006, p.37), incentiva esa procura diciendo que la virtud que se “debe examinar es

la virtud humana, pues la felicidad que se busca es el bien y la felicidad humana”.

Sin embargo, se debe poner de relieve que la ética es una temática que se ha

convertido habitual en el cotidiano, pues la sociedad se enfrenta a grandes desafíos

en el comienzo del siglo XXI. Esos desafíos son evidentes en los comportamientos

sociales entre los individuos, principalmente en la búsqueda del tener sin respetar

sus semejantes, como aborda Dalai Lama (2007) exponiendo que,” la ética

necesaria para el nuevo milenio es el amor al próximo, lo que se inició hace más de

dos mil años por Jesucristo”.

Pero, no se puede dejar de señalar que Aristóteles se preocupa, sobre todo,

con el bien del ser humano. Ese bien es determinado por dos factores en sus Obras:

1) Un factor bastante constante, la naturaleza humana, que se constituye de una

serie de elementos corporales vinculados a una forma dinámica que él llamó alma

(psique, de donde se origina el adjetivo psíquico), y 2) Factor variable, el conjunto de

circunstancias reales, que los griegos definían como ocasión.

Todo el ser humano anhela la felicidad (eudaimônia) a la que Aristóteles se

refiere, a una cierta manera de vivir, que para él, no se trataba de un estado, sino de

una actividad del hombre, y durante esta actividad surgen ciertas normas coherentes

con la naturaleza humana, pero, ella siendo compleja y a menudo presentando

tendencias opuestas, es necesario someterlas a ciertas normas o criterios racionales

que le den equilibrio. El logro de este equilibrio es lo que Aristóteles llama de poseer

la virtud, componente esencial de la felicidad. La virtud impide que las tendencias

contrarias se pongan en choque causando efectos destructivos para el ser humano.


Se sabe también que el estudio acerca de la ética empezó con los filósofos

griegos hace 25 siglos. Hoy día, su actuación se adelanta a los límites de la filosofía

e innumerables investigadores del conocimiento se dedican a su estudio.

Sociólogos, psicólogos, biólogos y muchos otros profesionales desarrollan trabajos

respecto a la ética.

El estudio está estructurado en cuatro partes, inicialmente consta la

introducción, la cual presenta el objetivo principal del estudio. En la segunda parte

está el desarrollo del tema, seguido de las conclusiones y referencias.

El ítem a continuación presenta la terminología, los conceptos y la evolución

histórica acerca del tema propuesto.

1 DESARROLLO DEL TEMA

1.1 BREVE PERFIL DE ARISTÓTELES

Inicialmente, se hace necesario una breve descripción del perfil de Aristóteles,

siendo que vivió (384-322 a.C.) en Grecia en el siglo IV a.C. Nació en Estagira -

Macedonia. Su padre se murió cuando Aristóteles era todavía un niño, se llamaba

Nicômaco y ocupó el puesto de médico del rey de Macedonia. Muchos estudiosos

atribuyen al origen familiar el interés de Aristóteles por asuntos relativos a las

ciencias naturales. Desde muy joven, a los diecisiete años, Aristóteles entró en la

Academia de Platón, donde permaneció durante veinte años, aunque su doctrina

filosófica se caracterizase por la independencia, distanciándole de su maestro.

Después de la muerte de Platón, Aristóteles deja la Academia y, algunos años más

tarde, es invitado por Felipe, rey de Macedonia, para llevar adelante la educación del

joven Alexandre, heredero al trono (LUCE, 1994, p.114).


1.2 EVOLUCIÓN HISTÓRICA Y TERMINOLOGÍA UTILIZADA ACERCA DE ÉTICA

La ética se fundamenta en el respeto a la persona humana. Por lo tanto, para

un abordaje de ética es condición sine qua non aclarar que no se trata de algo

nuevo, tampoco de lo que está de moda. Ella surgió a partir del momento en que el

hombre despertó de su condición de ser racional y libre, pero para convivir en

sociedad era necesario asumir las responsabilidades y, sobre todo, respetar el

espacio de su semejante.

La palabra ética tiene origen griega, es derivada de ethos, y está relaciona a

la costumbre, a la manera de proceder y comportarse, en definitiva, a la buena

conducta y al modo de actuar. El comportamiento habitual que ayuda a determinar la

naturaleza del ser, del procedimiento que está determinado por la esencia. Es

característico del ser humano amar, llorar, odiar, tener coraje, temer, opinar, juzgar,

reflexionar, admirar, relacionarse, ser feliz. El ethos del hombre, las características

propias de su naturaleza juntamente con los aspectos políticos, son claramente

perceptibles.

Etimológicamente, la palabra ética viene del griego éthos y significa,

análogamente, modo de ser o carácter, como modo de vida también adquirido o

conquistado por el hombre. El hombre aparece en el centro de la política, de la

ciencia, del arte y de la moral. Arruda (2001, p. 44), corrobora diciendo que la

principal fuente de la ética “es la realidad humana, en la cual la razón encuentra y

conoce los principios morales, universales y ciertos.” La expresión ética viene del

griego ethike, que en su sentido propio significa costumbre, hábito e índole.

Moore (1995, p.4), define ética como siendo “palabra de origen griega, con

dos orígenes posibles: la primera es la palabra griega éthos, que puede ser

traducida por costumbre; la segunda también se escribe éthos, que significa

propiedad del carácter”.


El debate sobre la ética empezó en la antigüedad, cuando en la Grecia

antigua el hombre, por inquietudes planteadas por filósofos como Sócrates, Platón y

Aristóteles, empezó a describir el concepto de ser social, o más precisamente,

cuando comenzó a vivir en sociedad, dando origen a lo que se llama proceso

civilizador.

Con el trascurrir del tiempo, la palabra ética pasó a designar la actitud del

hombre delante de la sociedad, con el significado de carácter, modo de reaccionar o

sentimientos individuales de una persona en la vida en comunidad.

La ética es adhesión voluntaria, es una conducta que se adopta no sólo

porque es correcta, sino porque se reconoce que el otro tiene el derecho a ser feliz y

no sufrir. La literatura demuestra que desde los principios de la humanidad la ética

ha sido defendida como parte de la rama de la filosofía o como ciencia de la

conducta humana.

En resumen, los doctrinadores que defienden la ética como siendo una

ciencia se basan en el hecho de que ella sea una asignatura racional que parte de

los actos humanos, llevándolos hasta sus principios. Es decir, defienden ser un

conjunto de conocimientos sistemáticos, metodológicos y racionales, basado en la

experiencia y establecidos en principios universales.

De los estudiosos que definen ética como ciencia, conviene destacar el

pensamiento de dos grandes filósofos, Aristóteles y Kant, y de dos doctrinadores, Sá

y Nalini (2006).

Kant (1995) propone que la ética debería ser concebida como la ciencia del

deber, que a su vez, consistía en la ley que proviene de la razón y que se impone a

todo ser racional. Él buscaba una ética de validez universal, que tenía su base en el

principio de que el deber obliga moralmente la consciencia.

Para Sá (1998), en su sentido más amplio, la ética ha sido entendida como la


ciencia de la conducta humana frente al ser y sus semejantes. Ya Nalini (2006),

“ética es la ciencia del comportamiento moral de los hombres en la sociedad”. En

este concepto, el autor conceptualiza la ética como una ciencia, una vez que ella

posee el objeto de estudio y leyes propias y su objeto de estudio es la moral. La

palabra moral viene del latín "mores" que significa costumbres. Por lo tanto, la ética

es la rama de Filosofía que tiene por objeto la moral, uno de los aspectos del

comportamiento humano. Así que, la ética se configura como siendo la ciencia del

comportamiento de los hombres en sociedad.

Nassetti (2007, p. 189), dice que Aristóteles, define la ética como una ciencia

para la práctica del bien. Él defendía que el hombre debería tener como gran

objetivo la práctica del bien, pues solamente adoptando esta conducta tendría una

vida virtuosa y, consecuentemente, feliz. El autor afirma, también, que el bien del

hombre es una actividad del alma, de acuerdo con la virtud, y si las virtudes son

variadas, de acuerdo con la mejor y más completa entre ellas, y además, se debe

añadir que tal actividad debe extenderse por toda la vida.

Aristóteles fue el primer filósofo a estudiar la cuestión de la Ética, poniendo

de relieve la felicidad y la virtud, trabajando asuntos como la adecuación legislativa y

la amistad, la justicia y las virtudes, es decir, cuestiones relacionadas con el ser

humano. Cabe señalar que el estudio de la ética no comienza con Aristóteles. Sin

embargo, es con él que las cuestiones éticas adquieren énfasis (NASSETTI, 2006).

El filósofo afirmó, aún, que el hombre surge de la physis gracias a la

actuación de principios y de causas que son: materia y forma, acto y potencia,

esencia y existencia, sustancia y accidentes, y éstas se dividen en cuatro: material,

formal, eficiente y final. Por lo tanto, el hombre es un conjunto de materia y forma. La

materia es el principio negativo, el caos y desorden, según Platão, es el principio de

indeterminación y de indefinición.
Por otra parte, la ética se presenta como tema y extensión de la política, se

refiere a la realidad individual, a la manera como se conduce el camino en búsqueda

de la felicidad, ya la política se interesa por el hombre en su dimensión social

(FARIA, 1997, p.73). Tanto para la ética como para la política, el individuo es

siempre un ciudadano, porque se las caben las actividades políticas y éticas, en la

relación de la polis de Aristóteles, están siempre en perfecta armonía.

En resumen, en la Ética a Nicômaco Aristóteles reitera que ethos es el

principio de los actos que se adquiere actuando de tal modo (REALE, 1997, p.105),

se cultivan buenos hábitos y el carácter se ve reforzado, así como la forma de ser y

actuar, que está fuera de la mala actitud. Pues, es en las buenas acciones y en la

búsqueda de lo que es bueno y justo, que alguien se ajusta y se acerca a la perfecta

felicidad.

1.3 FELICIDADE HUMANA

La ética de Aristóteles define explícitamente la felicidad como el bien del

hombre. La felicidad es lo que el hombre quiere. Es decir, es el bien por definición, lo

que se quiere, pero, aunque concretamente, se pueda confundir un bien aparente

con un bien verdadero (NASSETTI, 2006).

Se hace necesario resaltar que el concepto de felicidad aparece como un

elemento de importancia en la investigación de Aristóteles. Es entendido como

característica de gran relieve en lo que respeta a la realización humana, dado al

hecho de que estar delante de la existencia de la felicidad ya demuestra que se está

en camino cierto para lograr las metas y objetivos. Por eso, la felicidad es tan

buscada y deseada, coincide con el placer resultante de la realización de las virtudes

inherentes al alma humana (FARIA, 1994, p.73).

Por lo tanto, la investigación ética de Aristóteles tiene como bien, la felicidad.


El autor no duda que todos los hombres sin distinción de color, raza o creencia,

consideran que este bien es la felicidad y (REALE, 1997, p.84) pone énfasis en que

“la ética es comprendida como la doctrina acerca de las causas finales, aquello que

pretenden explicar los seres por el fin a que aparentemente son destinados”.

Sin embargo, Nassetti (2006, p.57), dice que Aristóteles “reconocía que ser

más feliz es tener la vida completa, con equilibrado disfrute de la vida contemplativa,

política y de placeres”. Entonces, se considera que, aunque el autor no concluya

explícitamente que la felicidad es cierta fruición general y equilibrada de placeres de

todas las actividades necesarias para la vida humana, en sus actividades animales,

políticas y teóricas, se puede decir que, la felicidad debe ser entendida como una

satisfacción general con la vida que se lleva, realizándose bien todos los fines típicos

del hombre. La actividad teórica sería la más típica, pero serían indispensables las

actividades políticas y animales del hombre.

En cambio a eso, se concuerda con Aristóteles cuando dice que todos desean

la felicidad. Pero es importante señalar que algunos comprenden mal el autor

cuando él define lo que sea la felicidad, para ello, se debe elegir los medios más

apropiados para lograr con éxito la felicidad (NASSETTI, 2007).

No obstante, es notable para quien lleva una vida feliz que no es una vía de

fácil acceso, se requiere cautela y prudencia, para que, de modo seguro, se pueda

llegar al objetivo, que es la felicidad. Para lograr este objetivo es necesario que el

ser humano conozca lo que es, y de lo qué trata la felicidad, elemento próximo, pero

al mismo tiempo lejos del hombre. Es en Aristóteles que se busca la respuesta a la

pregunta.

En este sentido, Nassetti (2006, p.19-20), dice que Aristóteles pensaba

acerca de lo que piensan la mayoría de las personas se trata de algo“ simple y

obvio” , como el placer, la riqueza o los honores, aunque no concuerden entre sí, y
muchas veces el mismo hombre la identifique con diferentes cosas, dependiendo de

las circunstancias, con la salud cuando se está enfermo, y con la riqueza cuando se

es pobre.

Se puede decir que la felicidad está relacionada con el nivel de las

necesidades del hombre. Si uno tiene necesidades de supervivencia, se contentará

con un plato de comida o incluso una casa para vivir; aquél que tiene necesidad de

autorrealización se va a buscarla en el trabajo o hasta en el amor conyugal.

Maslow (2006) sugirió existir cinco sistemas de necesidades responsables por

la mayor parte de nuestro comportamiento. El autor puso estos sistemas en una

jerarquía que iba desde las más primitivas e inmaturas, en términos de

comportamiento que promuevan, hasta las más civilizadas y maduras... retrata la

jerarquía de Maslow con los cinco niveles de necesidades: la supervivencia, la

protección y la seguridad, acto de pertenencia, estima y, finalmente, auto-realización

(MONTANA E CHARON, 2006, p.223).

Uno de los objetivos de la ética es observar el comportamiento humano,

apuntando sus errores y desvíos, así como formular los principios básicos que

definirán la conducta del hombre.

Así, con los conceptos descritos se busca situar la ética en un contexto, como

una rama del conocimiento en una concepción moderna, como Giovanni apud Sá

(2000, p.44), “la ciencia que, teniendo como objetivo el estudio de los sentimientos y

juicios de aprobación y desaprobación absoluta realizados por el hombre sobre la

conducta y de la voluntad humana”.

Por último, no se puede dejar de destacar la definición de "acto ético" dada

por Dalai Lama (2000), que es una de las más bellas obras leídas y que dice [...]

“acto ético es aquél que no perjudica la experiencia o la expectativa de felicidad de

las otras personas”, es decir, se puede pensar en cuánto él se preocupa por la


gente, que realmente debemos ser o buscar la felicidad sin perjudicar nuestros

semejantes. Él todavía cree que una revolución se hace necesario en el mundo,

pero no una revolución política o económica o incluso tecnológica. Pero sí una

revolución del “yo”, una revolución espiritual del ser humano que pueda contribuir

para un mundo mejor, para que las personas sean más humanas y por lo tanto, más

felices. En el ítem siguiente se presenta la virtud y la moral.

1.4 VIRTUD Y MORAL

Nassetti (2007, p.220), describe Aristóteles de la virtud como siendo una

disposición de carácter, obtenida por la educación y por el ejemplo, que habilita las

personas a la felicidad. Se destaca que la virtud no es diferente de la felicidad,

actividad o un hábito, o forma de ser habitual que no puede ser adquirida de la

noche al día, porque depende de mucho ejercicio, la repetición de determinados

actos el hombre termina por transformarlos en una segunda naturaleza, es decir, en

una disposición para en el futuro reaccionar siempre de la misma manera.

Por lo tanto, el proceso es siempre el mismo, sean los actos buenos o malos:

en el primer caso, se tiene la virtud y en el segundo, el vicio. Cuando se adquiere

una virtud, se actúa de acuerdo con ella sin esfuerzo y con placer, porque se actúa

de acuerdo a la naturaleza; el vicio, en cambio, trae disgustos una vez que se pone

en contra a la naturaleza.

El autor aún describe que las virtudes son todas energías y funciones del

alma la cual se divide en tres modalidades de la vida: vegetativa, sensitiva e

intelectual. En la vida vegetativa, se tiene, por ejemplo, el deseo, el hambre, el

apetito de comer y sexual; en la sensitiva, hay los sentimientos de dolor y placer,

además de los cinco sentidos como ver y oír; en la intelectual hay el intelecto y el
deseo superior.

La ética está relacionada con la virtud, que proviene del latín "vis", que

significa fuerza, energía. Sá (1996, p.65), informa que “en la ética, la virtud es

condición basilar, o sea, no se puede concebir lo ético sin lo virtuoso como principio,

ni dejar de apreciar tal capacidad en relación a terceros”.

La virtud del hombre está relacionada con la prudencia, justicia, fortaleza y

templanza, Según Sá (2000, p. 76):

Prudencia: el recto concepto de lo que debe hacerse o evitar, exigiendo el


conocimiento de los principios generales de la moralidad y de las continencias
particulares de la acción;

Templanza: norma, medida y el estado de toda virtud, es el medio justo entre el


exceso y la falta, se requiere sensatez basada en pensamiento flexible y firme;
está vinculado a la continencia, a la sobriedad, a la humildad, a la mansedumbre
y a la modestia.

Aristóteles distingue dos categorías fundamentales de virtudes: las éticas, que

constituyen el propio objeto de la moral, y las dianoéticas, que la trascienden. Se

trata de una distinción y una jerarquía, que tienen importancia fundamental para toda

la filosofía y, especialmente, a la moral. Las virtudes intelectuales, teóricas,

contemplativas, son superiores a las virtudes éticas, prácticas, activas. En otras

palabras, Aristóteles mantiene la primacía del conocimiento, del intelecto, de la

filosofía, arriba de la acción, voluntad, política (NASSETTI, 2007).

Las virtudes en su esencia no son determinadas por ningún elemento externo,

ellas por sí mismas, se autorregulan. Es tarea del individuo encontrar y cultivar las
virtudes existentes en él. Según Nassetti (2006, p.46), Aristóteles “es por la práctica

de actos temperantes, que el hombre se torna temperante, y sin esa práctica nadie

tendría ni siquiera la posibilidad de se tornar bueno”.

Las virtudes éticas, morales, no son mera actividad racional, como las

virtudes intelectuales, teóricas, sino implican, por naturaleza, un elemento

sentimental, emocional, pasional, que debe regirse por la razón y no puede, sin

embargo, ser completamente resuelto en razón. La razón de Aristóteles gobierna,

domina las pasiones, y no la mata y destruye, como quería el ascetismo platónico.

La virtud ética no es la razón pura, sino una aplicación de la razón y no es sólo

ciencia, pero una acción con ciencia.

Aristóteles se refiere a la moral en tres éticas. Dependiendo de su doctrina

metafísica fundamental, todo el ser tiende a la realización de su naturaleza, a la

plena actualización de su forma y, en esto, está su fin, su bien, su felicidad, y en

consecuencia, su ley. Ya que la razón es la esencia característica del hombre, él

realiza su naturaleza viviendo racionalmente y siendo de eso consciente. Es así que


Justicia: es el acto de respetar los derechos y deberes, es la disposición de dar
a cada uno lo que es suyo de acuerdo con la naturaleza, la igualdad o la
necesidad, es la base de la vida en sociedad y de la participación en la
existencia común. La justicia implica la combinación de diferentes actividades,
con la imparcialidad, la piedad, la veracidad, la fidelidad, la gratitud, la libertad y
la equidad;
Fortaleza: firmeza interior en contra a todo lo que le molesta a la persona en
este mundo, haciendo vencer las dificultades y los peligros que ejercen la
medida común;

é consigue la felicidad y la virtud, es decir, consigue la felicidad bajo la virtud, que es

una actitud que presupone el conocimiento racional (SÁ, 2000).

La característica fundamental de la moral aristotélica es, por lo tanto, el

racionalismo, ya que virtud es una acción consciente según la razón, que exige el

conocimiento absoluto, metafísico, de la naturaleza e del universo, naturaleza según

la cual y en la cual el hombre debe operar.

Para Aristóteles la virtud no es naturaleza y no habría un aprendizaje eficaz


para garantizar la acción virtuosa. La virtud, al contrario, sería la forma más plena de

la excelencia moral y, no podría existir en seres incompletos, todavía en formación,

como los niños. La excelencia moral, revelada por la práctica de la virtud, sería, ante

todo, una disposición de carácter (SÁ, 2000).

En lo que se refiere a la moral o a los valores, es que ambos contienen

elementos totalmente vueltos a la subjetividad, en sentido de que, según un juicio

personal e intrínseco, se critica y condena a las demás personas, lo que puede

alejar a las personas de la verdadera justicia.

Para el ejercicio de la virtud Aristóteles (NISSETTI, 2006), dice que sería

necesario “conocer, juzgar, ponderar, discernir, calcular y deliberar”. En contra a la

tradición socrática y platónica, no sería el mero conocimiento del bien que podría

conducir la acción justa. La virtud, como la excelencia moral, corresponde a la idea

de una razón recta acerca de las cuestiones de la conducta del ser humano. Así

pues, el carácter humano tendría, por lo que se supone, la primacía de una elección

de acciones a tomar y de firmar un hábito por la repetición para conducir la acción.

Aristóteles decía, en primer lugar, que para que haya valor moral en una

persona, sus actos tienen que ser resultado de una elección (es decir, tienen que ser

libres, si bien no hay en Aristóteles un planteo expreso del tema de la libertad de la

voluntad), porque un acto realizado de otra manera, por ejemplo, el movimiento

involuntario de un miembro, no puede calificarse de moralmente bueno ni malo. Sólo

se alaba o censura las acciones voluntarias (NISSETTI, 2007).

En segundo lugar, se trata de un hábito, porque, en efecto, no basta con que

una persona, en un caso dado, haya elegido lo debido para que la consideremos

virtuosa. “Una golondrina no hace verano”, es decir que una buena acción por sí sola

no revela un individuo virtuoso, sino sólo en cuanto en esa acción se manifiesta un

carácter virtuoso. La virtud es cuestión de práctica, de ejercicio, por lo que


Aristóteles dice que es un hábito, esto es, cierta manera de obrar constante, que se

ha hecho costumbre en nosotros (CARPIO, 2006).

Por fin, las actividades humanas orientadas por las virtudes y guiadas por la

prudencia son certidumbres de vida excelente, según las más nobles acciones, pero,

es necesario el cultivo y la dedicación de estos elementos que capacitan a los seres

humanos.

Que la búsqueda por la ética no se pierda con el moralismo y con los valores

personales o particulares que se alejan de la verdadera justicia, una vez que la

felicidad deseada es absoluta y autosuficiente. Esta investigación quiso contemplar y

reforzar la propuesta aristotélica para que, teniendo como norte las virtudes

humanas, que contemplan el bien y una vida feliz, viviendo el privilegio de explotar

todas las potencialidades del ser humano (PEGORARO, 2006).

CONCLUSIONES

Para concluir este estudio de la ética desde la perspectiva de Aristóteles, se

pone de relieve que la visión general sobre el tema aquí descripto no es más que

una investigación bibliográfica utilizada para una mejor comprensión de la ética, de

las virtudes de la moral y de la felicidad de los seres humanos según las creencias

de Aristóteles.

Aristóteles describe la ética como un punto que busca formar el ciudadano

para la justicia y el bien común a todos los ciudadanos. Se debe resaltar que, en la

literatura no existe un consenso con relación a la definición de ética, pues desde los

principios de la humanidad, la ética ha sido defendida como una parte que integra la

filosofía, principalmente como siendo una ciencia de la conducta humana.

Así, se resalta la propuesta ética defendida por Aristóteles, la cual debe servir
como un incentivo para la búsqueda de la realización personal, o mismo ser

considerada como un estímulo para la búsqueda de la verdadera felicidad. También

apunta las virtudes como siendo la posibilidad de características inherentes a todos

los seres humanos y condiciones para la práctica de lo que es bueno y justo. Él pone

en énfasis que las actividades humanas orientadas por las virtudes resultan en el

logro de la felicidad personal y que colaboran para la armonía de la pólis.

El resultado del orden social sería la estabilidad y la paz en la pólis, pues para

Aristóteles no sirve apenas vivir, hay que vivirse bien. Para él vivir bien significa la

práctica de la ética personal, de las prácticas, de las virtudes morales y de la

convivencia social de acuerdo con la justicia. Desde su punto de vista, es así que se

realiza la meta de la ética que es la felicidad del conjunto social y de cada

ciudadano.

Por fin, la ética tiene como base la concientización del hombre en hacer el

bien y evitar el mal. Pues, el hombre al practicar el bien o el mal, irá reflexionar

acerca del juicio común entre la humanidad, tales como: no robar, matar, mentir,

engañar y destruir, y todavía, analizar el contexto cultural, ideológico y las

tradiciones que conducen la sociedad o un grupo de personas el cual está inserido.

En la concepción aristotélica, la ética es la ciencia de las conductas, menos

exactas en la medida que se ocupa con asuntos pasibles de cambio. Ella no se

ocupa con aquello que es esencial e inmutable al hombre, pero de lo que puede

obtenerse por acciones repetidas, disposiciones adquiridas o de hábitos que

constituyen las virtudes y los vicios. Su objetivo final es garantizar o posibilitar la

conquista de la felicidad.

Es cierto que el ser humano necesita comprender que la búsqueda constante

por la ética no puede ser cambiada con el moralismo y con los valores personales.

Ella es el camino para la nobleza de la humanidad, una vez que la ética es la base
para que el ser humano ponga en práctica la ciudadanía en su plenitud, y que se

pueda ser ético en las relaciones sociales e indispensables a la sociedad en que se

vive, pues sólo así se podrá encontrar la paz y la felicidad para sí mismo.

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