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La Vivienda Colectiva en La Construcción de La Ciudad de México Casas de Vecindad y Unidades Habitacionales

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Tesis doctoral

La vivienda colectiva en la construcción de la ciudad de México:


Casas de Vecindad y Unidades Habitacionales
Arais Reyes Meza

Director: Dr. Antonio Armesto Aira


Barcelona, noviembre de 2015
Universidad Politécnica de Cataluña
Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona
Programa de Proyectos Arquitectónicos
La presente Tesis Doctoral ha sido realizada gracias al apoyo del
Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT), México.
Esta institución otorgó a la autora, una beca para estudios en el extranjero

Imagen de Portada: México, view of the great square, and cathedral (detalle). Ackerman, George, R. G. 1826. Fuente: Lombardo (1996), t. I, p. 10.
Agradecimientos
A Holger,
A mis padres,
A mis hermanas,
sin su apoyo nada de esto hubiera sido posible.

A todos los que me infundieron ánimos en México y Barcelona, amigos, compañeros, camaradas.
A mi director de tesis y a los profesores que me dieron consejos en el camino.
ÍNDICE

INTRODUCCIÓN 7

PARTE I. CASAS DE VECINDAD 11

CAPÍTULO 1 13
CASAS DEL COLEGIO DE SAN PEDRO Y SAN PABLO, IGNACIO CASTERA, 1788
Ubicación, el cruce de la calles que van al Carmen y a Loreto 15
La arquitectura de un proyecto de 40 casas 21
Casas-patio palaciegas 25
Casa de vecindad: 49
Accesorias o casas de taza y plato 51
Cuartos redondos 52
Residencias 54
Patio de vecindad 60
Modelo de vivienda colectiva, análisis y referencias cruzadas 63

CAPÍTULO 2 69
VECINDADES Y CONSTRUCCIÓN DE CIUDAD
Definición de «casa de vecindad» 71
Práctica, clasificación de ejemplos 74
Sobre la vida en las vecindades 95
Apuntes bibliográficos sobre el espacio arquitectónico 95
Apuntes bibliográficos sobre los habitantes 99
Las vecindades en el cine 105
Conformación de ciudad 110
De la vecindad a la manzana 110
De la manzana al barrio 115
Del barrio a la ciudad 123
De la ciudad a la vecindad 123
De la ciudad al territorio 126

4
PARTE II. UNIDADES HABITACIONALES 133

CAPÍTULO 1
COLONIA OBRERA DE LAS LOMAS DE BECERRA, HANNES MEYER, 1942 135
Datos generales 136
Consideraciones previas
Descripción del sitio 138
Contenidos del proyecto arquitectónico 140
Estructura urbana del conjunto 142
Estructura urbana al interior de las manzanas 145
Conceptos de la disposición urbana 150
Las viviendas 151
Análisis y referencias cruzadas, una interpretación 154

CAPÍTULO 2
CENTRO URBANO PRESIDENTE ALEMÁN CUPA , MARIO PANI, 1949 161
Datos generales 162
Descripción del sitio
Contenidos del proyecto arquitectónico 164
Estructura urbana al interior de la manzana 166
Conceptos de la disposición urbana 168
Las viviendas 171
Análisis y referencias cruzadas 174

CAPÍTULO 3
UNIDAD INDEPENDENCIA UI , ALEJANDRO PRIETO Y JOSÉ MARÍA GUTIÉRREZ, 1960 179
Datos generales 180
Descripción del sitio
Contenidos del proyecto arquitectónico 182
Estructura urbana del conjunto 184
Estructura urbana al interior de los barrios 186
Conceptos de la disposición urbana 186
Las viviendas 188
Análisis y referencias cruzadas 190

CONCLUSIONES 193

FUENTES Y BIBLIOGRAFÍA 201

PLANOS ANEXOS

5
INTRODUCCIÓN
¿Cómo ha contribuido la edificación de vivienda colectiva a la
construcción de la Ciudad de México?, ¿qué influencia han tenido
ciertos tipos habitacionales colectivos en la configuración urbana de
la capital mexicana?, ¿es posible relacionar la forma arquitectónica
de la vivienda colectiva con la forma de la ciudad? Estas son las pre-
guntas que en origen suscitan la presente tesis doctoral.
Se trata de ahondar sobre el tema general de las relaciones entre
arquitectura y ciudad. Lo que Aldo Rossi denomina «la dimensión
urbana de la arquitectura» y «la dimensión arquitectónica de la ciu-
dad» o más específicamente de corroborar el supuesto de que «la
forma en la que se realizan los tipos edificatorios residenciales, el
aspecto tipológico que les caracteriza, está estrechamente vinculado
a la forma urbana».
En otro sentido se trata del tema de la inteligibilidad de una
ciudad como la de México ¿cómo entender ese continuo urbano
amplio, aparentemente inabarcable, esa metrópoli que se extiende
hacia todas direcciones? Esta tesis propone estudiar la ciudad por
partes, partes que puedan ser reconocidas desde su arquitectura y en
particular desde una arquitectura que destaca por su presencia cuan-
titativa en el suelo urbano: la de la vivienda colectiva. Se investiga
el cómo es esa arquitectura poniéndola en relación con la estructura
urbana de la parte de ciudad que ayuda a conformar.
Esos temas de carácter universal se abordan desde un estudio
acotado a dos géneros residenciales colectivos desarrollados en la ca-
pital mexicana en diferentes épocas: las casas de vecindad y las unida-
des habitacionales. Ambos se analizan desde la perspectiva del cómo
han contribuido a conformar partes de la urbe, pero las característi-
cas de cada uno y la extensión de esta tesis hace imposible examinar-
los con la misma profundidad. Así, las casas de vecindad conforman
la esencia de la tesis, su Parte I, y se estudian con un método que
difiere del empleado para las unidades habitacionales en la Parte II.
Las casas de vecindad, comúnmente llamadas vecindades, se co-
menzaron a construir en la época colonial de la ciudad alrededor del
siglo XVII y se siguieron edificando hasta principios del siglo XX.
Su permanencia durante tres siglos como respuesta arquitectónica
a la demanda de vivienda colectiva urbana las coloca en la posición
de poder ser llamadas el modelo tradicional de casa colectiva en la
capital.1 Muchas de ellas siguen existiendo actualmente en las zonas
históricas de la metrópoli. Morfológicamente son casas-patio multi-
familiares ya que en ellas se agrupa un conjunto de viviendas alrede-
dor de un espacio a descubierto que en la mayor parte de los casos es
1 Aunque en efecto se edificaron también en otras ciudades del país como Puebla.

7
La vivienda colectiva en la construcción de la Ciudad de México:
Casas de Vecindad y Unidades Habitacionales.

un patio, pero a veces se reduce a un corredor. Las hay también de


varios patios o corredores. El número de viviendas agrupadas suele
contar algunas decenas y en pocas ocasiones supera el ciento. Las vi-
viendas más comunes son las conformadas por una sola o un par de
habitaciones –cuartos redondos–, pero las hay también de múltiples
habitaciones hasta con un pequeño patio privado.
El origen de las vecindades es desconocido. Se reconoce en ellas
la herencia hispana si se relacionan con los corrales de vecinos sevi-
llanos o con las corralas madrileñas. Pero existen también planos de
viviendas indígenas del siglo XVI que coinciden con la morfología
casa-patio colectiva o de la época prehispánica algunos conjuntos
habitacionales, los de Teotihuacán entre ellos, que se organizan alre-
dedor de patios. En consecuencia se trata probablemente de un gé-
nero producto del mestizaje cultural, aunque sobre ello no se indaga
en esta tesis. Lo que se busca es definir la arquitectura de las casas de
vecindad y su relación con la estructura urbana y el método emplea-
do para esto es el que va de lo particular a lo general.
En el Capítulo 1 de la Parte I se estudia un caso particular de
casa de vecindad, el del proyecto nunca edificado de las Casas del
Colegio de San Pedro y San Pablo. Elaborado por Ignacio Castera,
a finales del siglo XVIII, ese proyecto es considerado en esta tesis
modelo de vivienda colectiva, ya que en él se encuentran valores arqui-
tectónicos ejemplares, y por tanto su configuración arquitectónica
es analizada a detalle. En el Capítulo 2, Vecindades y construcción de
ciudad, se parte de una serie de enunciados teóricos y de una clasifi-
cación de ejemplos, para establecer una definición del género casas
de vecindad que señala sus rasgos arquitectónicos más representati-
vos. Seguidamente se realizan algunos apuntes sobre el cómo se vive
y convive en esas viviendas colectivas y finalmente se investiga sobre
la conformación de la ciudad donde se desarrollaron las vecindades.
Unidades Habitacionales es el término elegido en esta tesis para
denominar a los conjuntos de vivienda colectiva que fueron o bien
sólo proyectados o efectivamente edificados en la capital mexicana
en el periodo que va de principios de los 40’s a finales de los 60’s del
siglo XX. Herederos del movimiento moderno europeo esos conjun-
tos, según el momento en que fueron construidos y las definiciones
de sus autores, recibieron diversos nombres: Centro Urbano, Mul-
tifamiliar, Unidad Vecinal, Colonia Obrera, Conjunto Habitacio-
nal. Unidad Habitacional es el nombre convencional usado en la
actualidad para referirse a ellos. Agrupan, en la mayor parte de los
casos, varios cientos o algunos miles de viviendas que se disponen en
bloques de edificios de apartamentos de diverso número de plantas
y en algunas ocasiones incluyen también cierto número de viviendas
unifamiliares que se sitúan aisladas en edificaciones de máximo dos

8
INTRODUCCIÓN

plantas. Se emplazan en terrenos de gran extensión donde, además


de disponer los edificios de vivienda, se instala una serie de servicios
para la comunidad. La cantidad de habitantes que llegan a albergar,
varios miles, los convierte en partes de ciudad en sí mismas con re-
querimientos de equipamiento y fraccionamiento urbano, su super-
ficie de suelo se divide frecuentemente en manzanas, supermanzanas
o barrios.
Encontrar una definición del género aplicable a todas las Unida-
des Habitacionales resulta ciertamente impreciso ya que existen no-
tables diferencias entre las soluciones arquitectónicas y de estructura
urbana que presentan unos u otros proyectos. Queda así fuera de los
alcances de esta investigación hallar tal definición como sí se hace
para las vecindades. El método para estudiar estos conjuntos de vi-
vienda no es entonces el que va de lo particular a lo general, sino que
se concentra en los análisis de tres casos particulares. El primero es
el proyecto (nunca construido) de la Colonia Obrera de las Lomas de
Becerra, elaborado en 1942 por el arquitecto suizo Hannes Meyer. El
segundo es el Centro Urbano Presidente Alemán (CUPA), edificado
en 1949, proyectado por Mario Pani. El tercero es la Unidad Inde-
pendencia (UI), inaugurada en 1960, proyectada por los arquitectos
José María Gutiérrez y Alejandro Prieto. Estos tres proyectos se es-
tudian a detalle para develar su estructura urbano-arquitectónica y
ponerla en relación con las casas de vecindad. El proyecto de Meyer
se analiza desde su importancia como ensayo teórico, mientras que
el CUPA y la UI se examinan desde su posición como obras cons-
truidas que conforman en sí mismas partes consolidadas de la ciudad
de México.
Además de las vecindades y las unidades habitacionales existen
variedad de tipos residenciales colectivos que han contribuido a la
conformación de la ciudad de México, sin embargo esta dupla se
considera trascendente debido a su cantidad y su presencia en el
suelo urbano de la capital. Las vecindades ocuparon buena parte
del suelo urbano de la ciudad colonial –trazada en el siglo XVI que
continuó desarrollándose hasta el XIX– y se siguieron construyendo
en la ciudad del México independiente hasta principios del siglo
XX. Las unidades habitacionales ocuparon una gran superficie de
la expansión moderna de la urbe, proceso que se verificó al finalizar
la Revolución mexicana a partir de los años veinte en que la pobla-
ción citadina se multiplicó exponencialmente década a década hasta
finales de siglo. En un sentido amplio tanto las vecindades como las
unidades habitacionales constituyen para su época lo que en la ac-
tualidad llamamos proyectos de vivienda colectiva social. Este papel
juegan las vecindades para la ciudad histórica y las unidades para la
ciudad moderna. En esta transición se puede decir que, de alguna

9
La vivienda colectiva en la construcción de la Ciudad de México:
Casas de Vecindad y Unidades Habitacionales.

manera, el género de las unidades habitacionales llegó a sustituir al


de las casas de vecindad. Sin embargo existen continuidades, parale-
lismos entre uno y otro género, y ello se pone en evidencia al situarlos
juntos.
Finalmente señalar que el punto de vista desde el cual se enfocan
los análisis de las obras, pertenecientes a la historia de la arquitectura
mexicana, es el del quehacer práctico de la profesión. La presente
tesis doctoral, elaborada por una arquitecta mexicana en el Departa-
mento de Proyectos de la Escuela de Arquitectura de Barcelona, estu-
dia las obras explicando su forma urbano-arquitectónica, sin intentar
acceder a los hechos históricos que las produjeron. En el discurso se
hace hincapié en especificar las dimensiones, las proporciones y la
manera en la que los autores disponen, tanto los espacios arquitectó-
nicos como los urbanos. Se tiene la esperanza de que esta manera de
mirar la arquitectura histórica ayude al profesional que interviene en
la construcción actual de vivienda colectiva en la ciudad.

10
PARTE I. CASAS DE VECINDAD
CAPÍTULO 1

Casas del Colegio de San Pedro y San Pablo,


Ignacio Castera, 1788.

Casa de vecindad. Litografía de Decaen. Fuente: Instituto Nacional de Antropología e His-


toria (INAH), Coordinación Nacional de Monumentos Históricos, Fototeca Constantino Re-
yes-Valerio. Localización de la imagen: Álbum 4, Tomo I, Página 3.
PARTE I: Casas de vecindad

Carmen
Calle San Ildefonso
Plaza
Loreto
Calle Justo Sierra
Calle del

CATEDRAL
NACIONAL
PALACIO

ZÓCALO,
Plaza Mayor
de la Cd. de
México

N
Escala 1:15 000

0 100 200 300 400m


4 1

14
CAPÍTULO 1: Casas del Colegio de San Pedro y San Pablo

Casas del Colegio de San Pedro y San Pablo es el nombre de un 1 Plano donde se muestra la planta baja
de las Casas del Colegio de San Pedro y
proyecto arquitectónico ubicado en la Ciudad de México, fechado San Pablo. Productor del plano: Ignacio
en 1788 y firmado por el arquitecto –Maestro Mayor de la ciudad, Castera. Dimensiones físicas: 30,5 x 29,5
centímetros. Fuente: AGN, Centro de Infor-
en esa época– Ignacio Castera. Se intuye que el nombre de Casas mación Gráfica, Colección: Mapas, Planos e
Ilustraciones. Código de referencia: MAPI-
proviene del carácter mayoritariamente habitacional del proyecto y LUUS4376.
el complemento del Colegio de San Pedro y San Pablo se puede referir 2 Plano que muestra la planta alta de las
Casas del Colegio de San Pedro y San Pablo.
o bien a su ubicación, o probablemente a que el arquitecto haya re- Productor del plano: Ignacio Castera. Di-
cibido el encargo por parte de dicha institución. mensiones físicas: 30,7 x 48,7 centímetros.
Fuente: AGN, loc. cit., Código de referencia:
El material gráfico existente sobre este proyecto se limita a tres MAPILUUS4378.
planos conservados actualmente en el Archivo General de la Na- 3 Plano donde se observan las fachadas
de las Casas del Colegio de San Pedro y San
ción.1 Descritos según su orden de registro en ese archivo: el primer Pablo. Productor del plano: Ignacio Castera.
plano contiene el dibujo de la planta baja del edificio, el segundo dos Dimensiones físicas: 30,9 x 49,5 cm. Fuente:
AGN, loc. cit., Código de referencia: MAPI-
dibujos de fachadas y el tercero el dibujo de la planta alta (figs. 1, 2 y LUUS4377.
4 Detalle de un plano actual del Centro His-
3). De acuerdo con lo que se puede observar en esos planos, el pro- tórico de la Ciudad de México. Se observa
yecto contempló la construcción de un edificio compacto –cuerpo la ubicación de las calles Del Carmen, San
Ildefonso y Justo Sierra. También se señalan
estereotómico perforado por cuatro patios– de configuración sensi- la Plaza Mayor o Zócalo de la Ciudad de Mé-
blemente cuadrada y situado en la esquina de una manzana urbana xico, la Catedral y el Palacio Nacional. Dibujo
del autor.
con dos frentes hacia calles y dos límites medianeros. Al parecer este
edificio nunca se llegó a construir.

UBICACIÓN, EL CRUCE DE LAS CALLES QUE VAN AL CARMEN Y


A LORETO, CIUDAD DE MÉXICO, SIGLO XVIII
La información contenida en el plano de fachadas permite supo-
ner la ubicación del proyecto en la ciudad de México del siglo XVIII.
En los títulos del plano se lee que una fachada se situó en la calle que
va al Carmen y la otra en la calle que va a Loreto. Trasladando esta in-
formación a las plantas arquitectónicas se observa que el frente hacia
la calle Carmen corresponde al límite izquierdo del solar de las Casas
y el frente hacia la calle Loreto corresponde al límite inferior. Aunque
la orientación geográfica no está indicada en ninguno de los planos,
se puede suponer que el Norte se encuentra hacia la parte superior
de los dibujos en planta y de acuerdo con esto el solar de las Casas se
ubica al Este de la calle que va al Carmen y al Norte de la calle que va
a Loreto, en el cuadrante Nordeste de la esquina.
Al buscar dichas calles en un plano actual del Centro Histórico
de la Ciudad de México, se encuentra que aún continúa existiendo
una calle de nombre Del Carmen y cercana a ésta, se halla una Plaza
llamada Loreto. Si se toma la plaza como dirección y se rastrean las
calles que, haciendo esquina con Carmen, van hacia Loreto, se en-
cuentran dos: las calles San Ildefonso y Justo Sierra (fig. 4). De éste
hilo de ideas se deduce que el proyecto de las Casas del Colegio pudo
haberse ubicado, o bien en la esquina de lo que actualmente son las

1 Colección: Mapas, Planos e Ilustraciones. Centro de Información Gráfica del Archivo


General de la Nación (AGN), México D.F.

15
PARTE I: Casas de vecindad

Colegio Máximo de
San Pedro y San Pablo

5 Detalle de Fotografía aérea del Centro Histórico de la Ciudad de Mé-


xico. Se señala la ubicación del Antiguo Templo y del Colegio Máximo de
San Pedro y San Pablo. Fuente: INEGI (vuelo de noviembre de 1999).
6 Plano Geométrico de la Imperial y Noble y Leal Ciudad de México. Cas-

CALLE DEL CARMEN


tera, Ignacio. 1776. El Norte se encuentra hacia la derecha y el Poniente CALLE SAN ILDEFONSO
hacia la parte superior del plano. Fuente: Lombardo (1996), t. I, p. 331. PLAZA
7 Ídem (detalle). Zona donde se localizan el Templo y el Colegio de San LORETO
Pedro y San Pablo, el plano original se ha rotado para ubicar el Norte
CALLE JUSTO SIERRA
hacia la parte superior del dibujo. Fuente: The John Carter Brown Library,
Brown Univsty. Archive of Early American Images [en linea]: JCB Map Co-
llection,Engraved map on 4 sheets, North America, Castera I. [Consulta:
abril 2014]. Disponible en < http://jcb.lunaimaging.com/luna/servlet>.
8 Plano general de la Ciudad de México. García Conde, Diego. 1793. El
Norte se encuentra hacia la parte superior del plano. Fuente: Lombardo CATEDRAL
(1996), t. I, p. 341.
9 Ídem (detalle). Zona donde se localizan el Templo y el Colegio de San
Pedro y San Pablo. El número “27” señala la calle Del Monte Pio (actual-
ZÓCALO,
mente San Ildefonso) y el “15” señala la calle De Chavarria (actualmente Plaza Mayor PALACIO
Justo Sierra). El número romano “I“ señala la Plaza de Loreto, la letra “h” de la Ciudad NACIONAL
señala el Monte Pio de Ánimas y la letra “O” el Colegio de San Gregorio. de México
Fuente: Museo de la Ciudad de México (fotografía tomada al plano origi-
nal que se encuentra en el acervo del museo). 5

6 7

8 9

16
CAPÍTULO 1: Casas del Colegio de San Pedro y San Pablo

calles del Carmen y San Ildefonso, o en la esquina de la misma Car-


men con Justo Sierra. Si además observamos que el trazo geográfico
de la calle Carmen coincide con la dirección Norte-Sur y que los
trazos de San Ildefonso y Justo Sierra coinciden con la dirección Es-
te-Oeste, podremos corroborar la situación del Norte para los planos
de las Casas –hacia la parte superior del dibujo de las plantas– y la
localización del solar al nordeste del cruce de las calles.
Actualmente, en la intersección Del Carmen y San Ildefonso,
cuadrante Nordeste, se localizan el Antiguo Templo de San Pedro y
San Pablo –del siglo XVII– y el Colegio Máximo de San Pedro y San
Pablo –de los siglos XVI, XVII y XIX– (fig. 5). Al rastrear ambos
edificios en dos planos urbanos del siglo XVIII, se encuentra que
en el Plano Geométrico de la Imperial y Noble y Leal Ciudad de Mé-
xico –de Ignacio Castera2 de 1776– aparecen dibujados Templo y
Colegio (figs. 6 y 7), al igual que en el Plano general de la Ciudad de
México –de Diego García Conde de 1793 (figs. 8 y 9). De estos datos
se concluye que es poco probable que el proyecto de las Casas se hu-
biese planeado para ubicarse en esa esquina, ya que allí, desde el siglo
XVIII y hasta la actualidad, existen el Templo y el Colegio.
Por otra parte, en el cruce Del Carmen con Justo Sierra, cua-
drante Nordeste, se localizan actualmente una serie de inmuebles de
propiedad privada. Rastreando esta esquina en los planos del siglo
XVIII, se observa que, en el de Castera de 1776 aparece en esa zona
dibujado simplemente el perímetro de la manzana urbana y lo mis-
mo ocurre en el plano de García Conde del 93 (figs. 7 y 9). En conse-
cuencia podría suponerse que el proyecto de las Casas fue planeado
para ubicarse en este cruce, pero existe un inconveniente: el solar de
las Casas, de configuración sensiblemente cuadrada, mide cerca de
70 metros por lado y la manzana referida mide aproximadamente 82
metros de ancho por 160 de profundidad (fig. 10); así, entre ambas
entidades la diferencia de medida a lo ancho es de sólo 12 metros.
Esto quiere decir, que de haberse situado las Casas en esa manzana, la
medida de su solar habría provocado un área restante de parcelación
de 12 metros de ancho por 70 de profundidad. Esta desproporción
dentro de una manzana urbana resulta sumamente inusual para la
época y ello nos lleva a concluir que es dudoso que las Casas hayan
sido planeadas para emplazarse en esa esquina.
Una opción más, en cuanto a la ubicación de las Casas, podría
ser aquella que plantea que se proyectaron para emplazarse en el cru- 10 Detalle del Plano Geométrico de la Im-
ce Del Carmen y San Ildefonso, en la suposición de que el Templo y perial y Noble y Leal Ciudad de México de Ig-
nacio Castera de 1776. Al dibujo original se
parte del Colegio de San Pedro y San Pablo serían derribados; unos superpone un cuadrado (en líneas puntea-
das) que representa el área del solar de las
planos encontrados en el AGN y fechados en 1785, que contienen Casas del Colegio de San Pedro y San Pablo.
el levantamiento del conjunto arquitectónico –Templo y Colegio–, Se observa que ese solar abarca gran parte
del área de la manzana urbana. Fuente: The
2 Mismo arquitecto que realizó el proyecto de las Casas del Colegio de San Pedro y San John Carter Brown Library, Brown Universi-
Pablo. Fue Maestro Mayor de la Ciudad de México de 1781 a 1811. ty, loc. cit.

17
PARTE I: Casas de vecindad

11

12

18
CAPÍTULO 1: Casas del Colegio de San Pedro y San Pablo

han dado lugar a esta suposición (figs. 11 y 12). Titulados Colegio de 11 Plano fechado el 23 de febrero de 1785
donde se muestra la planta baja del Colegio
San Pedro y San Pablo, los planos muestran el Plan de lo vajo y el de San Pedro y San Pablo. Productor: Joseph
Plano superior, delo que fueron Colegios de los Regulares de la Compa- Joaquín García de Torres. Dimensiones fí-
sicas: 53,6 x 71 centímetros. Fuente: AGN,
ñía de Jesús; en 1767, al ser expulsada de México la Orden de los Centro de Información Gráfica, Colección:
Mapas, Planos e Ilustraciones. Códigos de
Jesuitas, esos edificios quedaron abandonados y para 1785 alojaban referencia: MAPILUUS4375.
un Cuartel del Regimiento de la Corona y el Monte Pio de Ánimas. En 12 Plano fechado el 23 de febrero de 1785
donde se muestra la planta alta del Colegio
la descripción que acompaña a los dibujos se lee lo siguiente: de San Pedro y San Pablo. Productor: Fran-
cisco Antonio Guerrero y Torres. Dimensio-
He formado el presente Plan iconografico del como se halla la fabrica del Colegio nes físicas: 53,7 x 70,8 centímetros. Fuente:
de San Pedro, y San Pablo, que fué de los regulares de la compañía de Jesus con AGN, Centro de Información Gráfica, Colec-
la subdivicion de lo que oy es Cuartel del Regimiento de la Corona, que es lo ción: Mapas, Planos e Ilustraciones. Código
que de muestra el color encarnado: Y las Piezas de Oficinas, y viviendas de que de referencia: MAPILUUS4374.
se compone el Monte Pio de Ánimas, es lo que manifiesta el color Verde donde
ya sedejan ver claramente las imberciones, que tienen las unas Piezas de este con
las del Cuartel pues no corresponden con sus altas: El color amarillo demuestra la
Iglecia la que en el dia se halla en deplorable estado, y lo mismo la Capilla de la
Purísima, y asi esta como su Sacristia entrada, [...]

Según estos testimonios en aquella época el Templo de San Pe-


dro y San Pablo se encontraba en «deplorable estado», por tanto es
probable que se estuviese contemplando su derribo y que en 1788 el
arquitecto Ignacio Castera recibiera el encargo de realizar un proyec-
to residencial para aquel emplazamiento. Pero el proyecto de Castera
no sólo abarcó el área que ocupaba el templo sino también parte del
Colegio, cuando se superpone a la misma escala la planta arquitec-
tónica de las Casas a la del conjunto del Colegio, se observa la ex-
tensión que aquellas ocupaban en la superficie de éste (figs. 14 y 15).
Un argumento en favor de esta hipótesis, se encuentra en la
forma en que Ignacio Castera dibuja las plantas arquitectónicas del
proyecto de las Casas, se observa en sus planos que los muros están
representados en dos colores de tinta: negro y rojo (fig. 13). Cuando
se colocan las plantas de las Casas sobre las del Colegio dicha re-
presentación cobra sentido, ya que se observa que los muros rojos
de las viviendas coinciden con muros preexistentes en el Colegio y
los muros negros no encuentran coincidencias (figs. 14 y 15); esto es
un indicio más a favor del supuesto derribo del Templo y parte del
Colegio, pues sólo quedarían de estas construcciones una serie de
muros sobre los que se apoyaría el proyecto de viviendas.
Finalmente, una prueba más se halla en la descripción que en el
Archivo General de la Nación se hace de los planos arquitectónicos
de las Casas del Colegio ya que en su catálogo aparece una nota que
refiere tales planos al Monte de Piedad. Se ha visto que en 1785 una
parte del conjunto arquitectónico del Colegio de San Pedro y San Pa-
13 Planta baja de las Casas del Colegio de
blo estaba ocupada por el «Monte Pio de Ánimas», que éste además San Pedro y San Pablo. Se observa que el ar-
de contar con algunas «piezas de oficinas» contaba también con «vi- quitecto emplea una simbología de colores
en el relleno de los muros arquitectónicos.
viendas», y que dichas «piezas» efectuaban «claramente inversiones Se dibujan muros en rojo y en negro; en esta
Tesis se plantea la posibilidad de que los
[invasiones]»3 a las piezas destinadas al Cuartel Militar. Así, podría muros rojos señalen preexistencias. Fuente:
3 Citas extraídas de la descripción que acompaña a los dibujos en los planos del Colegio. AGN, loc. cit.

19
PARTE I: Casas de vecindad

14

15

20
CAPÍTULO 1: Casas del Colegio de San Pedro y San Pablo

suponerse que fue el Monte Pio de Ánimas (y no el Colegio Jesuita 14 y 15 Planos de la planta baja y la planta
alta del Colegio de San Pedro y San Pablo
cuya administración no existía desde 1767) el que encargó a Castera con superposición, a la misma escala, de las
el proyecto de las Casas, las cuales llevaron en su nombre el comple- respectivas plantas arquitectónicas de las
Casas del Colegio de San Pedro y San Pablo.
mento del Colegio de San Pedro y San Pablo debido simplemente a Montaje: ARM. Fuente de los originales:
AGN, loc. cit.
su ubicación. Volviendo una vez más a la imagen que superpone la
planta alta de las Casas a la respectiva del Colegio (fig. 15), se observa
que el límite derecho del solar de aquellas prácticamente coincide
con el límite que, en el conjunto arquitectónico del Colegio, ocupó
el Monte de Piedad (en el plano dibujado en verde); esta coinciden-
cia aumenta la probabilidad de que dicha institución haya encargado
el proyecto de viviendas a Castera, ya que esto habría supuesto un
aumento en el área que tenía adjudicada.
Se deduce así que el proyecto de las Casas del Colegio de San
Pedro y San Pablo fue encargado a Castera en 1788 por el Monte de
Piedad y fue planeado para ubicarse en el lugar donde, en la época,
se encontraban el Templo y el Colegio de San Pedro y San Pablo. En
ese lugar, el cuadrante Nordeste de la esquina de las actuales calles
Del Carmen y San Ildefonso, se localizan aun hoy ambos edificios.

LA ARQUITECTURA DE UN PROYECTO DE 40 CASAS


El solar donde se emplazan las Casas del Colegio de San Pedro y Calle que va al Carmen

San Pablo es de configuración sensiblemente cuadrada y se ubica en


Superficie
la esquina de una manzana urbana presentando dos frentes hacia ca- aproximada=
4 865m2
lles –al Sur y al Oeste– y dos límites medianeros –al Norte y al Este.
De acuerdo con la escala en varas castellanas que indica Castera en
sus planos, el solar mide alrededor de 82 varas de ancho por 85 varas Calle que va a Loreto

de profundidad, esto corresponde aproximadamente a 68,5m de an-


cho por 71m de profundidad,4 con lo cual cuenta con una superficie
cercana a los 4 865 metros cuadrados (fig. 1). 1 Esquema: se muesta la configuración ori-
Dentro de ese solar Castera realiza, como primer paso en la ginal del solar de las Casas del Colegio.
composición del proyecto, una operación divisoria que resulta tras-
cendente para la distribución de las viviendas: fragmenta el área de
terreno en dos partes. De hecho esa fragmentación se basa en la re-
utilización de un muro preexistente del Colegio de San Pedro y San
Pablo,5 aquel que corre paralelo al eje Norte-Sur y se localiza a cerca
Calle que va al Carmen

de 35 varas ≈ 29 metros contados desde la equina del solar, sobre el


eje Este-Oeste. El arquitecto emplea ese muro como pared mediane-
ra para separar y diferenciar dos zonas del solar (fig. 2). El siguiente
paso en la composición es nuevamente una operación divisoria, esta
vez realizada con el área de terreno que queda hacia el Oeste del Calle que va a Loreto
citado muro; el arquitecto fracciona esta área, en su sentido longitu-
4 Valores calculados según la conversión: 1 vara castellana igual a 0,835metros.
5 Se deduce este hecho de la forma en que Castera representa el muro referido en la 2 Esquema: se observa la primera opera-
planta arquitectónica de las Casas: en color rojo. Ver explicación de hipótesis del código ción divisoria realizada en el solar de las Ca-
de colores en página anterior y figura 13 en la misma página. sas del Colegio.

21
PARTE I: Casas de vecindad

dinal, en tres partes iguales y coloca entre ellas otros dos muros que
juegan nuevamente el papel de medianeras, en este caso sólo una
de ellas coincide parcialmente con una de las paredes preexistentes
Calle que va al Carmen

del Colegio. El resultado práctico de las dos operaciones divisorias


Sup. es el de la parcelación del área original del solar en cuatro áreas más
aprox.=
2 800m2 pequeñas que, entre sí, no mantienen comunicación interna, pero
Sup.
aprox.=
quedan relacionadas a través del espacio urbano, los trozos de calles
700m2 en los que se sitúan sus accesos (fig. 3).
Calle que va a Loreto
De las cuatro áreas de solar obtenidas, tres son de las mismas di-
mensiones, miden aproximadamente 24 metros de ancho por 29m
de profundidad y tienen una superficie de alrededor de 700m2. En
3 Esquema: se señalan las dos operaciones ellas, Castera dispone tres viviendas del tipo casa-patio palaciega. La
divisorias realizadas en el solar de las Casas.
cuarta área, de mayores dimensiones: mide aprox. 39,5 metros de
ancho por 71m de profundidad y tiene una superficie cercana a los
2 800m2. Allí el arquitecto ubica una casa de vecindad. Se debe acla-
rar que los nombres «casa-patio palaciega» y «casa de vecindad» no
son empleados por Castera en ninguno de los dibujos del proyecto,
sino que son términos que se emplean en esta disertación para deno-
minar y distinguir las diferentes unidades residenciales que compo-
nen el conjunto de Casas del Colegio.
El vocablo compuesto casa-patio se refiere a una vivienda des-
tinada a albergar principalmente a un solo núcleo familiar, que se
distingue porque su organización arquitectónica se basa en el esque-
ma de patio central;6 es decir, en su edificación las crujías quedan
dispuestas alrededor del espacio central descubierto. Este espacio es
a su vez el núcleo de circulaciones y el lugar a través del cual se rela-
cionan las diferentes habitaciones de la casa. El número de plantas
construidas en este tipo de vivienda suele variar entre una y dos. El
adjetivo palaciega se ha agregado al vocablo compuesto para indicar
el carácter suntuoso de la casa, su carácter señorial, de residencia
perteneciente a una familia ilustre.7
La casa de vecindad sigue el esquema de distribución de la ca-
sa-patio pero en vez de estar destinada a albergar a un solo núcleo
familiar, está destinada a varios y por ello cada familia ocupa un
número limitado de habitaciones dentro del conjunto edificado. Las
crujías en este tipo residencial quedan también dispuestas alrededor
del espacio descubierto central, el patio, que es a su vez el núcleo de
circulaciones y el escenario donde se relacionan las diversas familias
6 Ayala (1996), p. 40. Según este autor, el esquema de casa de patio central que se en-
cuentra en la ciudad de México, desde las primeras casas edificadas en la época colonial,
resulta arquitectónicamente semejante al de las casas «andaluzas o castellanas en cuanto a
que tenían un patio central bordeado en tres o cuatro de sus lados por corredores portica-
dos en dos niveles a manera de claustros. Las habitaciones se distribuían por el perímetro
alto de ese recinto y los locales destinados a servicios, a la habitación de esclavos y de la
servidumbre, se localizaban en el nivel inferior».
7 Ibídem, p. 55. Al referirse a casas de este tipo, construidas en la ciudad de México
durante el s. XVIII, Ayala menciona que fueron «denominadas como palacios señoriales».

22
CAPÍTULO 1: Casas del Colegio de San Pedro y San Pablo

que habitan la casa. El número de plantas construidas en este tipo de


vivienda suele ser también de una o dos. En una descripción sobre
las vecindades, que hace el autor Enrique Ayala Alonso en su libro
La casa de la Ciudad de México, se lee lo siguiente:
Originarias del XVII, y edificadas ex profeso para la renta, las casas de vecindad
fueron una modalidad habitacional de sello mestizo que sirvió a un necesario y
mejor aprovechamiento del escasamente disponible suelo urbano de la ciudad de
México. [...]
La vecindad en su origen está relacionada con el modelo de la casa de patio central,
sólo que en vez de servir a una familia lo hace a un número bastante elevado de
ellas, las cuales habitan en uno o dos cuartos distribuidos alrededor de un patio
de planta cuadrada o rectangular en cuyo perímetro se desarrolla un corredor
porticado. [...]
[...]. La vecindad o casa de patios, por su partido arquitectónico que agrupa va-
rios tipos de casas pequeñas, estaba dirigida a usuarios diversos quienes según sus
posibilidades económicas podían ocupar las ubicadas hacia la calle, con mayor
superficie y número de locales, o las más modestas, situadas en el interior.8

La vecindad es en sí misma una modalidad de lo que actualmen-


te llamamos vivienda colectiva, plurifamiliar porque contiene en su
interior un número plural de casas individuales, frecuentemente de
diferentes tamaños, que comparten un espacio colectivo común. Lo
que caracteriza a la vecindad, de otras modalidades de vivienda co-
lectiva, es que en ella el espacio común tiene siempre la misma con-
figuración arquitectónica: es invariablemente un patio.
Al realizar la parcelación del solar en cuatro partes y localizar
allí tres casas-patio palaciegas y una casa de vecindad, Castera está
efectivamente fraccionando el terreno, pero con un concepto base:
valerse del espacio urbano para integrar las diferentes unidades resi-
denciales. Ya que por analogía, lo que el patio es a la casa de vecin-
dad, equivale a lo que el trozo de calle es al conjunto de Casas del
Colegio, o dicho de otro modo: las casas-patio palaciegas y la casa de
vecindad quedan relacionadas a través de la calle; mientras que las
diferentes viviendas o casas al interior de la vecindad quedan rela-
cionadas a través del patio. Las operaciones divisorias realizadas por
el arquitecto tienen como resultado un objeto unitario, conceptual-
mente congruente con la idea de vivir en colectividad, idea que, por
otra parte, es propiedad ontológica de lo urbano (fig. 4).
A continuación, se realiza una descripción detallada de los dos
tipos de unidades residenciales que se encuentran en el proyecto de
Castera. Ya que las tres casas-patio palaciegas son similares en su dis-
tribución interna, se describirá sólo una de ellas: la que se encuentra
al centro, en medio de las otras dos. De la vecindad se describirá
primero su distribución arquitectónica general y posteriormente se
pasará a la descripción de las diferentes viviendas que forman parte
de ella.

8 Ibídem, pp. 51 y 52.

23
PARTE I: Casas de vecindad

Escala 1: 500 N

01 5 10 20 30 40 50 60m

4 Planta alta de las Casas del Colegio de San Pedro y San Pablo. Se observa que Ignacio Castera sitúa, en la zona Este del solar,
una Casa de Vecindad; y en la zona Oeste, tres Casas-patio palaciegas. La escala marcada en el dibujo es la original en varas cas-
tellanas, la escala por debajo está convertida al sistema métrico decimal. Fuente: AGN, loc. cit.

24
CAPÍTULO 1: Casas del Colegio de San Pedro y San Pablo

1 Detalle del plano de la planta baja, de las


Casas del Colegio de San Pedro y San Pablo.
Se observa una de las casas-patio palacie-
gas, la que, en la planta general, se encuen-
tra en medio de las otras dos casas-patio.
Fuente: Ayala (2009), p. 90.

Escala 1: 300 N

0 1 3 5 8 10 15 20m

CASAS-PATIO PALACIEGAS
El perímetro donde se inscribe la casa-patio palaciega es rectan-
gular, mide 24,9m de ancho por 29,7m de profundidad,9 tiene una
proporción aproximada de 1:1,2 –es decir su medida en profundi-
dad es 1/5ª parte más grande que su ancho–, cuenta con un lado o
frente hacia la calle –en fachada de orientación Oeste– y tres lados
confinados entre muros medianeros. Su superficie ronda los 740m2
de los cuales alrededor de 70m2 constituyen el claro del patio. Por lo
tanto, del área total en planta de la casa, el 90,5% está a cubierto y
sólo el 9,5% se encuentra a descubierto (fig. 1).
Dentro del mencionado perímetro, Ignacio Castera genera una
estructura formal, arquitectónica y constructiva, repartiendo la lon-
gitud de los lados cortos en cuatro crujías de secciones iguales –
aprox. 6m de eje a eje de muro– y la longitud de los lados largos en
cinco crujías: cuatro de la misma sección que las anteriores –alrede-
dor de 6m– y una quinta más estrecha –cerca de 4m. Esta última
crujía resulta más angosta debido a dos circunstancias: 1) que en ella
sólo se absorbe la diferencia de medida, de 1/5, entre el ancho y el
largo del solar; y 2) que los muros que la soportan son preexistentes,
pues según están representados –rellenos de un color diferente al res-
to– pudieron haber pertenecido al Templo de San Pedro y San Pablo
y ser reutilizados en el proyecto de Castera.10
9 Medidas que incluyen el área de los muros perimetrales que delimitan la casa. Los va-
lores son aproximados, ya que aunque proceden del dibujo original, han sido modificados
por la conversión de escala: de varas castellanas a metros.
10 Ver explicación en página 19.

25
PARTE I: Casas de vecindad

Las cuatro crujías que corren paralelas a los lados largos del so-
lar, a partir de ahora nombradas filas, al intersectarse con las cuatro
Calle que va al Carmen

primeras crujías adyacentes a los lados cortos, columnas, conforman


una estructura reticular de módulos cuadrados que en la quinta cru-
jía pasa a ser de módulos rectangulares. El proceso de repartición en
crujías produce así una retícula de veinte piezas, dieciséis cuadradas
y cuatro rectangulares, en la que se basa la disposición de prácti-
camente todas las habitaciones de la casa (fig. 2). La ubicación del
patio se obtiene sustrayendo cuatro de esas piezas: las ubicadas en la
2 Esquema: se observa la estructura reticu- intersección de la tercera y cuarta columna con la segunda y tercera
lar que sirve de base a la composición de la
casa-patio palaciega. fila; el centro de esta área queda a descubierto y en su perímetro se
disponen los corredores que circundan al claro del patio. La pro-
porción de este espacio abierto, congruente con los módulos de la
retícula, es cuadrada (fig. 3).
Después de la sustracción del patio, la planta arquitectónica
Calle que va al Carmen

queda dispuesta de tal manera que alrededor de él hay, en tres de sus


lados, sólo una crujía edificada y, en el cuarto lado, el que colinda
con la calle –al Oeste–, la crujía se duplica. A las habitaciones que se
sitúan en las crujías que rodean el patio se accede desde su corredor
perimetral y es a través de este espacio que ellas ventilan. A las habi-
taciones que se sitúan en la crujía con frente hacia la calle se accede
en planta baja desde la misma vía y en planta alta a través de la crujía
3 Esquema: se muesta la estructura reticu- adyacente, la que linda con el corredor superior perimetral al patio.
lar de la casa-patio palaciega y la inserción
del patio en esta estructura. Todas estas habitaciones, en ambas plantas, ventilan principalmente
hacia la calle. Así, la disposición arquitectónica de la casa es tal que
gran número de habitaciones viven exclusivamente hacia el patio y
esto indica que se trata de un proyecto de casa centralizada que se
orienta hacia su interior y que los espacios situados hacia la calle des-
empeñan simplemente el papel de lapso entre el exterior –urbano,
público– y ese interior –doméstico, privado– representado esencial-
mente por el patio.
A la casa se accede desde la calle por la planta baja a través de un
espacio que lleva en los planos de Castera el nombre de zaguán. Este
acce- recá-
espacio tiene una superficie de cerca de 60m2, mide11 5,5m de ancho
cuarto cuarto
soria mara por 11m de profundidad y linda hacia el Oeste con la calle y hacia el
bodega

cochera
Este con el corredor perimetral del patio. La palabra que da nombre
a este espacio quiere decir, según el Diccionario de la lengua española
pajar

zaguán de la Real Academia Española: «espacio cubierto situado dentro de


una casa, que sirve de entrada a ella y está inmediato a la puerta de la
del por-
cuarto

tero

acce-
soria caballeriza
calle».12 Y según el Diccionario mexicano de arquitectura de Vicente
N
Escala 1: 750 Medel: «pórtico, pieza cubierta inmediata a la entrada y que sirve
01 5 10 15 20 25m 11 El procedimiento usado para extraer estas medidas ha sido el de la conversión de
escala (de varas castellanas a metros) y el redibujo de los planos originales de las Casas del
Plano de la planta baja de la casa-patio pala- Colegio. Adicionalmente, las medidas han sido redondeadas para facilitar su comprensión,
ciega (redibujo del autor). Fuente del plano por tanto, han de ser tomadas como aproximadas, orientativas, no minuciosas.
original: AGN, loc. cit. 12 RAE [en línea], (consulta: mayo de 2014).

26
CAPÍTULO 1: Casas del Colegio de San Pedro y San Pablo

como vestíbulo».13 El zaguán es por lo tanto, una pieza de recepción z


El RECINTO
y tránsito –distribución– cuya característica principal es la de estar
cubierto y por ello es ante todo, un pórtico. y

En relación al término pórtico se introducen ahora tres nociones x


teóricas, útiles como instrumento analítico para la arquitectura en
general y en este caso, empleadas para analizar la arquitectura de la
casa-patio palaciega en particular. Estas nociones proponen enten-
der el objeto arquitectónico por partes, sus partes elementales, y son
definidas por Antonio Armesto en su tesis doctoral El Aula sincró- z
nica: un ensayo sobre el análisis en la arquitectura.14 Si se considera la
arquitectura como resultado de una construcción puramente formal y El TECHO

o lógica, entonces es posible definir elementos y reglas dentro de ella.


x
Los elementos son tres: el aula, el recinto y el pórtico. Ellos resultan
de la abstracción de la experiencia de la arquitectura en la historia y
tienen por ello el carácter de primitivos, en el sentido de originarios,
son así elementos lógico primitivos. En su definición, estos elementos
se refieren a la delimitación de las tres dimensiones del espacio, x, z
y, z, siendo que el aula, como primer elemento, está delimitada en
todas las dimensiones, x, y, z. El recinto, segundo elemento, está y El AULA
delimitado en x-y, y libre en z. El pórtico está delimitado en z y deja
libres las dimensiones x-y (fig. 4).15 Pórtico y recinto son entonces x

complementarios y el aula, como origen, los contiene a los dos.


En el transcurso del estudio de la casa-patio se irán relacionando
ciertos espacios domésticos con los tres elementos y se darán más
explicaciones y ejemplos de ellos, pero por el momento la atención
4 Esquemas: se observan en sección los
queda centrada en el pórtico que se pone en relación con el zaguán elementos primitivos de la arquitectura se-
de la casa. Pórtico nuevamente, es «aquella disposición arquitectóni- gún Antonio Armesto, cada elemento cons-
triñe una o varias de las tres dimensiones
ca que constriñe o limita la dimensión z y deja libres, no determina- del espacio. Dibujo del autor.
das, las dimensiones x-y»16, es por tanto «un techo sobre el suelo»17
que al negar la dimensión vertical acelera los vectores horizontales
celebrando así el horizonte. El zaguán es una especie de pórtico ya
que está delimitado en z, pero su definición no es estricta, porque
también queda delimitado en y permaneciendo libre sólo x (fig. 5).
Sin embargo, aunque no estrictamente, interesa relacionar al zaguán
con el pórtico porque esencialmente es un techo sobre el suelo y
efectivamente acelera la dimensión horizontal x. Esto en la práctica y

quiere decir que el zaguán invita al viandante a recorrer el tramo que


existe entre la calle y el patio, une el paso entre los dos y lo acelera x
porque estimula a entrar, dirigiendo las miradas de las personas ha-
cia el centro del patio. Cuando se está de pie sobre la calle, aunque
5 Detalle del plano de la planta baja de las
13 Medel (1994), p. 345. Casas del Colegio de San Pedro y San Pablo.
14 Armesto (1993). Se observa la configuración arquitectónica
15 Armesto (1993), p. 61. del zaguán donde la dirección ‘x’ queda li-
16 Armesto (1993), p. 61. bre para el paso y la dirección ‘y’ se encuen-
17 Ibídem, p. 62. tra acotada. Fuente: Ayala (2009), p. 90.

27
PARTE I: Casas de vecindad

físicamente no se haya cruzado el umbral de la puerta, visualmente


se está ya, casi involuntariamente, en el espacio al aire libre del patio.
Prosiguiendo con la descripción de los espacios que conforman
la casa-patio, a la izquierda del zaguán, entrando desde la calle, se
sitúa la cochera, la cual se comunica con aquel a través de un vano
localizado en su segunda pieza. La cochera tiene una superficie de
44m2 y mide 5,5m de ancho por 8m de profundidad. Junto a ella
existe otra habitación que probablemente haya servido de apoyo a
la misma cochera. Esta habitación cuenta con 14m2 de superficie,
mide 5,5m de ancho por 2,5m de profundidad y aunque Castera le
da nombre, no se ha podido descifrar lo que está escrito en el plano
(fig. 6). El conjunto de dos piezas que conforman la cochera y dicha
habitación linda al Oeste con la calle y al Este con el patio. Calle y
cochera quedan comunicadas a través de un vano –la puerta cochera
o puerta para los carruajes–18 pero al otro extremo, la habitación y
el patio no se comunican, lindan a través de un muro ciego19 y así,
para pasar de la cochera al resto de las habitaciones de la casa se ha
de pasar por el zaguán. Cochera es el «sitio donde se encierran los
coches y autobuses».20
Sobre la crujía que colinda con la calle, contiguo a las piezas del
zaguán y la cochera, se sitúan, en los extremos norte y sur de la casa,
dos habitaciones que llevan el nombre de accesorias. Estas cuentan,
cada cual, con una superficie cercana a los 28m2, miden alrededor
de 5,5m de ancho por 5m de profundidad y quedan comunicadas
con la calle a través de una puerta cada una. La accesoria que se
encuentra al Sur, lindando con el zaguán, no cuenta con ninguna
otra puerta, pero la accesoria que se encuentra al Norte, a un costa-
do de la cochera, tiene una segunda puerta en su muro al Este que
la comunica con una recámara y a través de ésta es posible acceder
al patio. Accesoria, según el diccionario de la RAE, significa: «edi-
ficio contiguo a otro principal y dependiente de este»21 y también
«habitaciones bajas que tienen entrada distinta y uso separado del
resto del edificio principal»22 y, según el Diccionario mexicano de
arquitectura, «habitación baja compuesta de una sola pieza con una
sola puerta que da a la calle»;23 de esto se deduce que las accesorias
son parte del conjunto de espacios que componen la casa y por eso
son dependientes de ella, pero tienen accesos separados –directos
desde la calle– y su uso es independiente. Además existen algunas
accesorias que están comunicadas con el interior de la casa de la que
forman parte y otras que no lo están.
18 RAE [en línea], (consulta: mayo de 2014).
6 Detalle del plano de la planta baja de las
Casas del Colegio de San Pedro y San Pablo.
19 Muro ciego: «Dicho de un muro o de una pared: Que no tiene aberturas». Idem.
Se observa la zona de acceso a una de las 20 RAE [en línea], (consulta: mayo de 2014).
casas-patio palaciegas y en ella: el zaguán, la 21 Idem.
cochera y una habitación cuyo letrero no ha 22 Idem.
sido decifrado. Fuente: Ayala (2009), p. 90. 23 Medel (1994), p. 27.

28
CAPÍTULO 1: Casas del Colegio de San Pedro y San Pablo

En el texto La casa de la Ciudad de México,24 el autor menciona


las llamadas casas de taza y plato que «probablemente ya existían en
la segunda mitad del siglo XVI»25 y siguieron construyéndose du-
rante el s. XVIII. Ubicadas comúnmente en los bajos de las grandes
mansiones, estas pequeñas unidades domésticas contuvieron entre
los espacios que formaban parte de ellas, una accesoria:
Las de taza y plato son pequeñas casas con dos niveles de poca altura, que se
desplantan sobre el correspondiente a la planta baja y terminan por debajo de las
plantas principales, o altos, de las mansiones de las que formaban parte. El piso
inferior de estas casitas abre hacia la calle y sirve para el establecimiento de algún
comercio o taller; el superior, tal vez construido de madera, es la habitación uti-
lizada por los mismos ocupantes de la accesoria, comunicándose ambos niveles
mediante una escalera adosada a un muro.26

Se observa en este caso que la palabra accesoria es empleada


como sinónima de comercio o taller y que las casas de taza y plato in-
cluyeron tanto la accesoria como un espacio por encima de ella a ma-
nera de altillo, utilizado como dormitorio. Ayala nos dice también:
Estas reducidas casas, ocupadas por artesanos que además de morar en ellas ela-
boraban y expendían los productos de su especialidad, constituyen los primeros
ejemplos de las unidades de casa-tienda-taller, las cuales años más adelante serían
de capital importancia en la vida de la Ciudad de México.27

¿Es probable entonces, que las dos accesorias que Castera inclu-
ye en su proyecto de casa-patio palaciega, fueran planeadas como
casas de taza y plato? Otro autor, Manuel Toussaint, en su libro Arte
Colonial en México une las palabras «accesorias de taza y plato» y las
define de la siguiente manera:
[...] una casa accesoria, es decir, una pieza construida en otra casa y con salida a
la calle; sobre esta pieza se levanta otra que descansa en un mezzanino o entresue-
lo; muchas veces es de madera, entonces se le llama simplemente “tapanco”. La
accesoria tiene salida a la calle; la pieza superior, ventana. La primera es el estable-
cimiento comercial o el taller; la segunda es la habitación; como ésta se encuentra
inmediatamente arriba de la primera, exactamente como la taza sobre el plato, se
le da la designación indicada. 28

Casa accesoria, casa de taza y plato, accesoria de taza y plato o


simplemente accesoria, al parecer todas estas locuciones se refieren
acce- recá-
a una misma cosa: una unidad residencial que consta de una sola soria mara
cuarto cuarto
bodega

habitación cuya área se duplica a través de la instalación de un al-


cochera
tillo o tapanco,29 la parte de abajo se utiliza como tienda o taller y
pajar

zaguán
24 Ayala (1996), p. 52.
del por-
cuarto

25 Ibídem, p. 44.
tero

acce-
soria caballeriza
26 Ibídem, p. 43, (las cursivas son del texto original y las negritas han sido añadidas).
27 Ibídem, p. 44, (las cursivas son del texto original). Escala 1: 750 N
28 Toussaint (1983), p. 101.
29 Tapanco: del náh. tlapanti. Méx., especie de desván no habitable pero apropiado para 01 5 10 15 20 25m
guardar diversos objetos. Medel (1994), p. 306. Y tapanco: (del náhuatl tlapanco, literal-
mente = ‘en la azotea’, de tlapantli ‘azotea; techo’ + co ‘en’.) m. Desván, ático, tablas hori- Plano de la planta baja de la casa-patio pala-
zontales con que se divide una parte (de la altura) de una habitación. Gómez, Diccionario ciega (redibujo del autor). Fuente del plano
breve de mexicanismos [en línea], (consulta: febrero de 2015). original: AGN, loc. cit.

29
PARTE I: Casas de vecindad

Escala 1: 500 N

01 5 10 20 30 40 50 60m

7 Planta baja de las Casas del Colegio de San Pedro y San Pablo. Si se cuentan el número total de accesorias contenidas en las
casas-patio palaciegas se llegará a un total de ocho, una de ellas se comunica con el interior de la casa que la contiene (la que
está en el extremo Norte de la casa-patio central), las otras siete accesorias no se comunican con el interior de las casas de las
que forman parte y cuentan con accesos sólo desde la calle. Éstas accesorias pudieron haber constutiudo pequeñas casas para
artesanos del tipo casa de taza y plato. Fuente: AGN, loc. cit.

30
CAPÍTULO 1: Casas del Colegio de San Pedro y San Pablo

la parte superior como dormitorio. Se supone así que Castera, al


situar el nombre accesoria en sus dibujos de la casa-patio palaciega,
se refería a dicha unidad residencial y en congruencia con ello la
accesoria que se encuentra al Sur en la planta arquitectónica, con su
único acceso desde la calle, se puede definir como un local, tienda o
taller –posiblemente de alquiler–, que ofrecía la posibilidad de mo-
rar en él, ampliando su superficie con la instalación del altillo. Por
otra parte, la accesoria que se encuentra al Norte, a diferencia de la
anterior, cuenta con dos accesos: uno desde la calle y otro desde la
recámara colindante. Es a través de esta recámara que dicha accesoria
se comunica con el patio de la casa. La palabra recámara, tal como se
había especificado anteriormente, es sinónima de dormitorio y así, la
accesoria Sur y la recámara conforman una unidad doméstica de taza
y plato, pero en este caso el espacio para dormir no se sitúa en un
altillo, sino en una habitación contigua. Esta recámara mide 5,5m
de ancho por 5m de profundidad y tiene una superficie de 28m2.
Si se observa completa la planta baja de las Casas del Colegio de
San Pedro y San Pablo, se constatará que el número total de acce-
sorias incluidas en las tres casas-patio palaciegas es de ocho (fig. 7)
y de ellas sólo una, la que se encuentra en el extremo Norte de la
casa-patio central, se comunica por medio de una puerta con la casa
que la contiene. Las otras siete no mantienen comunicación ninguna
con las respectivas casas de las que forman parte. Considerando estas
siete accesorias como casas de taza y plato, se amplía el número de
unidades domésticas contenidas en el proyecto de las Casas del Cole-
gio, sumando a las cuatro mencionadas inicialmente –tres casas-pa-
tio palaciegas y una casa de vecindad–, estas otras siete y llegando a
un total de once unidades. Con esto se observa que conforme se va
afinando la escala y detallando la descripción, se hace inteligible el
carácter de vivienda colectiva que este proyecto manifiesta desde su
conjunto hasta sus unidades residenciales particulares.
Continuando con la descripción de los espacios que componen
la casa-patio en su planta baja, colindando con la segunda pieza del
zaguán, se encuentra el cuarto del portero. Esta habitación cuenta
con una superficie cercana a los 28m2, mide 5m de ancho por 5,5m
de profundidad y además de tener la puerta que la comunica con
el zaguán tiene una ventana que se abre hacia ese mismo espacio.
Cuarto es sinónimo de habitación «en una vivienda, cada uno de los
espacios entre tabiques destinados a dormir, comer, etc.»,30 es decir,
es un término empleado genéricamente para denominar un espacio
construido que puede tener uso definido, como un cuarto de baño,
o uso indefinido. Por otra parte, cuarto es empleado también como
sinónimo de «dormitorio».31 Portero es la «persona que, en las casas
30 RAE [en línea], (consulta: mayo de 2014).
31 Idem.

31
PARTE I: Casas de vecindad

de vecinos, tiene a su cargo el guardar, cerrar y abrir el portal y vigilar


la entrada y salida de personas, limpiar la entrada, escalera, etc.».32
Así el cuarto del portero es el lugar desde el cual dicho personaje
controla el portal de la casa, constituye su espacio para estar y puede
constituir también su dormitorio y lugar de residencia.
Entrando desde la calle por el zaguán, una vez se han cruzado
las dos piezas que lo conforman, se llega al corredor de la planta baja
de la casa. Este espacio de tránsito tiene un ancho aproximado de
1,2m, un desarrollo o largo de cerca de 40 metros lineales (10 metros
por lado), colinda en todos sus lados interiores con el patio y en sus
lados exteriores con la escalera y diversas habitaciones de la planta
baja de la casa. Se ha de destacar que el arquitecto no escribe la pa-
labra corredor en ninguno de los dibujos de las Casas del Colegio sin
embargo y en congruencia con el desarrollo de este escrito, ya que
ese espacio efectivamente existe, se estudia su definición. Corredor
significa «pasillo (pieza de paso de un edificio)»33 y también «cada
una de las galerías que corren alrededor del patio de algunas casas,
al cual tienen balcones o ventanas, si son corredores cerrados; o una
balaustrada continua de piedra, hierro o madera, o meramente un
pretil de cal y canto, si son corredores altos y descubiertos»;34 y de
otra fuente, «pasillo, pieza de paso generalmente larga y estrecha.
Balcón volado. Galería que rodea el patio de algunas casas».35 De
estas definiciones se deduce que el corredor se encuentra en relación
estrecha con el patio –alrededor de él–, su configuración es similar
a la de un pasillo –largo y estrecho–, puede ser un espacio cubierto
o descubierto –el de esta casa-patio es, en su planta baja, un espacio
cubierto y su cubrimiento está sostenido por una serie de columnas
ubicadas en torno al patio. Finalmente, el corredor posee el carácter
de galería, pieza larga y espaciosa que da luz a las piezas interiores
de la casa.36 Esta última propiedad relaciona el término corredor
con uno de los significados del término pórtico, «galería con arcadas
o columnas a lo largo de un muro de fachada o patio»,37 y con ello
dicho espacio puede ser visto también como un pórtico que ha sido
dilatado y plegado para situarse a lo largo de los cuatro muros que
conforman el perímetro del patio. La otra definición de pórtico cita-
da ya anteriormente, según A. Armesto, es un techo sobre el suelo38
que al constreñir la dimensión vertical del espacio –z–, acelera las
dimensiones horizontales –x-y–, celebra el horizonte. El zaguán ha

32 Idem.
33 Idem.
34 Idem.
35 Medel (1994), p. 27.
36 RAE [en línea], (consulta: mayo de 2014), la cita no es textual, ha sido compuesta
tomando fragmentos de varios de los significados que aparecen en el diccionario.
37 Idem.
38 Armesto (1993), p. 63.

32
CAPÍTULO 1: Casas del Colegio de San Pedro y San Pablo

8 Plano de la planta baja de la casa-patio


palaciega, se superponen los diagramas de
los ejes x-y del plano cartesiano señalando
las direcciones horizontales que, en los es-
Accesoria Recámara Cuarto Cuarto pacios de zaguán y corredor, quedan libres,
no dererminadas. Redibujo del autor. Fuen-
te del plano original en el que se basa el di-
bujo: AGN, loc. cit.
Bodega

Cochera

y Patio

Zaguán Pajar
x x

Cuarto del
Accesoria Caballeriza
Portero

Escala 1: 300 N

0 1 3 5 8 10 15 20m

sido relacionado con esta definición, toca ahora el turno al corredor


aunque entre ellos existe una notable diferencia. Mientras que el za-
guán debido a su configuración arquitectónica, se encuentra delimi-
tado, además de en z, también en y, por tanto sólo está libre y acelera
la dimensión horizontal x, el corredor, aunque estrecho y alargado,
debido a su situación «alrededor del patio» y separado de aquel sólo
por una fila de columnas, queda prácticamente libre y acelera ambas
dimensiones horizontales x-y. Es decir, ambos espacios están cubier-
tos, constreñidos en z, pero en el zaguán queda también constreñida
la dimensión y, mientras que en el corredor, tanto x como y quedan
libres (fig. 8).
Se llega en esta descripción de los espacios componentes, al que
podría ser llamado el lugar central de la casa, aunque no se sitúe
estrictamente en el centro geométrico de la planta arquitectónica.
Circundado por el corredor hacia todos los puntos cardinales, el pa-
tio tiene una configuración sensiblemente cuadrada, mide alrededor
de 8,5m por lado y cuenta con una superficie de aprox. 70m2. La
palabra patio significa «espacio cerrado con paredes o galerías, que
en las casas y otros edificios se suele dejar al descubierto»,39 o bien
«espacio interior de una construcción abierto al cielo».40 Por otra
parte, el patio remite al segundo elemento de la arquitectura, según
A. Armesto: el recinto, que es «aquella disposición arquitectónica
39 RAE [en línea], (consulta: mayo de 2014).
40 Medel (1994), p. 257.

33
PARTE I: Casas de vecindad

que constriñe o limita las dimensiones x-y y deja libre la dimensión z


[...]; consiste así, en la determinación una región de suelo pero deja
indefinida la dimensión vertical.41 En ese sentido, un recinto podría
ser igualmente una manta tendida en el césped para un día de campo
que un patio, la diferencia radica en la dimensión y el valor de los
límites en cada caso. La manta define una porción de suelo sólo a
través de un cambio de pavimento y no opone obstáculo alguno a la
visión del horizonte, mientras que en el patio, además de la delimi-
tación del suelo se elevan hasta cierta altura los obstáculos que con-
forman sus límites42 y con ello se niega la visión del horizonte, pero
al hacer esto se celebra lo que no se niega: la dimensión vertical del
espacio, el cielo. Así el patio «coloca al hombre en posición óptima
para ver el cielo».43
Del hilo de ideas que se ha venido desarrollando hasta hora,
se conforma un esquema que muestra la sucesión de espacios en la
casa, desde la entrada hasta el patio, como una serie gradual de cons-
tricciones de las tres dimensiones, x, y, z. En el zaguán queda libre
x, y constreñidas y-z, en el corredor quedan libres x-y, constreñida
sólo z. Finalmente en el patio, a la inversa del corredor, queda libre
z, y constreñidas x-y. Este esquema es útil para señalar que la arqui-
tectura se nutre de ese tipo de secuencias espaciales, surgiendo así,
de una serie de operaciones negativas44 que tienen como objetivo la
delimitación las tres dimensiones del espacio (figs. 9 y 9’).
Arribando desde el zaguán al corredor y doblando por este últi-
mo a la derecha en dirección Sur, se encuentra la escalera de la casa
que se inscribe en un espacio rectangular, caja de escalera, de 5,5m
de ancho por 5m de profundidad, con una superficie de alrededor de
29m2. Dentro de ese espacio la escalera se desarrolla en tres tramos
de 1,6m de ancho por 3m de longitud que se articulan a través de
dos descansos, conformando en conjunto la disposición característi-
ca en «U». El número total de peldaños es de treinta, tienen una hue-
lla aproximada de 35cm y aunque su peralte es desconocido puede
ser calculado de 18cm, obteniendo así una altura, entre las plantas
arquitectónicas de la casa, de alrededor de 5,5m. A la escalera se ac-
cede tanto en la planta baja como en la planta alta desde los respecti-
vos corredores y debido a ello la caja de escaleras se encuentra abierta
en ambos niveles hacia dicho espacio de circulación horizontal. Esta
condición permite visualizar la caja de escaleras como un pórtico

41 Ibídem, p. 61.
42 Ibídem, p. 62.
43 Ibídem, pp. 62 y 63
44 Negativo como adjetivación del verbo negar en su acepción de «dejar de reconocer
algo, no admitir su existencia», «prohibir o vedar, impedir o estorbar». En este sentido la
arquitectura surge al situar ciertos límites que impiden moverse libremente en el espacio,
al mismo tiempo que fomentan, o dirigen, otros movimientos. Fuente de las definiciones
de negar: RAE [en línea], (consulta: mayo de 2014).

34
CAPÍTULO 1: Casas del Colegio de San Pedro y San Pablo

9 Plano de la planta baja de la casa-patio


palaciega donde se superponen los diagra-
mas de los ejes del plano cartesiano que
muestran la gradual constricción de las tres
Accesoria Recámara Cuarto Cuarto dimensiones del espacio en el recorrido que
va desde el patio hasta el acceso de la casa.
Redibujo del autor. Fuente del plano original
en el que se basa este dibujo: AGN, loc. cit.
Bodega
y
Cochera
Patio z
y
x

hipotética
Zaguán Pajar
x x

Sección
Accesoria Cuarto del Caballeriza
Portero

Escala 1: 300 N

0 1 3 5 8 10 15 20m

9’ Sección hipotética de la casa-patio pa-


laciega donde se superponen los diagramas
de los ejes del plano cartesiano que mues-
tran la gradual constricción de las tres di-
z mensiones del espacio en el recorrido que
Sala Asistencia Cocina va desde el acceso hasta el patio de la casa.
Dibujo del autor, ideado a partir de las plan-
y tas y fachadas de las Casas del Colegio de
San Pedro y San Pablo ya que, de este pro-
x yecto, no existen secciones originales.
y
x
x Zaguán Patio Pajar

que se abre hacia otro pórtico, el corredor, que a su vez se abre hacia
el patio. Los tramos de escalera, dispuestos en forma de U, pueden
ser vistos como una especie de corredor que, en vez de rodear a un
patio, circunda al ojo de escalera (espacio vacío que queda dentro de
las vueltas de los tramos).45 Esta especie de corredor dirige el trán-
sito del caminante a través de las dimensiones x-y del espacio, pero
a diferencia de un corredor plano, permite también trasladarse en
la dimensión vertical z, ya que el suelo que se pisa cambia de altura
en cada escalón. El ojo de la escalera, al ser un área vacía, alta –que
acentúa la dimensión z– y estrecha –que constriñe x, y–, se asemeja
a un patio. De este hilo de ideas es posible concluir que la caja de
escaleras reproduce, aunque a menor escala, el universo conformado

45 RAE [en línea], (consulta: mayo de 2014).

35
PARTE I: Casas de vecindad

por el patio y su corredor pero con dos divergencias: en la caja, el


ojo equivalente al patio ha sido cubierto y el suelo equivalente al
corredor ha sido plegado en zigzag convirtiéndose en escalera. Por
esto la caja de escaleras remite también a la noción recinto, aunque
en ella no sea posible ver el cielo. Escalera, según el diccionario, es
un «conjunto de soportes planos o sucesivos (escalones, peldaños)
fijos o móviles, que se disponen paralelamente entre sí y a intervalos
verticales iguales».46
Circulando por el corredor de espaldas al zaguán, a continua-
ción de la escalera, se encuentra la caballeriza. Este espacio se sitúa
en una de las esquinas del solar de la vivienda, mide 10m de largo
por 5m de profundidad y cuenta con una superficie de alrededor de
50m2. «Sitio o lugar cubierto destinado para estancia de los caballos
y bestias de carga»47 es el significado de la palabra que da nombre
a este espacio. Llama la atención que, debido a su emplazamiento,
para llegar allí los caballos han de circular a través de buena parte de
la planta baja de la casa; esto indica el carácter de servicio que pre-
sentan las plantas a nivel de calle en este género residencial.
Lindando hacia el Norte con la caballeriza, aunque sin comu-
nicación con ella, se encuentra el pajar «sitio donde se guarda la
paja».48 Este espacio tiene su acceso desde el lado Este del corredor,
mide 5,5m de largo por 3,5m de profundidad y tiene una superficie
aproximada de 19m2. Lindando con el pajar, más hacia el Norte, se
ubica la bodega de la casa, a ella se accede también desde el lado Este
del corredor, mide 3,5m de profundidad por 11,5m de largo y tiene
una superficie cercana a los 40m2. Es probable que esta bodega sir-
viera principalmente para almacenar comida y enseres de casa.
Finalmente, desde el lado Norte del corredor se accede a dos
espacios que Castera nombra cuartos. Estos espacios se encuentran
uno al costado del otro pero no mantienen comunicación entre
sí, tienen configuración sensiblemente cuadrada, miden 5,5m por
lado y cuentan cada cual con una superficie cercana a los 30m2. La
palabra cuarto significa «habitación (espacio entre tabiques de una
vivienda)»49 y también «dormitorio»,50 pero se ha visto que para de-
acce- recá- cuarto cuarto
soria mara signar los espacios exclusivos para dormir, Castera utiliza la palabra
bodega

recámara, tal es el caso de la habitación que linda con estos cuartos


cochera
hacia el oeste, por tanto es improbable que al llamarlos «cuartos», el
pajar

zaguán arquitecto pensara en su uso como dormitorios, se cree más bien que
son habitaciones para usos diversos.
del por-
cuarto

tero

acce-
caballeriza
soria La escalera de la casa desemboca en la planta alta (fig. 10) en un
Escala 1: 750 N corredor similar al de la planta baja que linda, en su perímetro inte-
01 5 10 15 20 25m 46 Medel (1994), p. 162.
47 RAE [en línea], (consulta: mayo de 2014).
Plano de la planta baja de la casa-patio pala-
48 Idem.
ciega (redibujo del autor). Fuente del plano 49 Idem.
original: AGN, loc. cit. 50 Idem.

36
CAPÍTULO 1: Casas del Colegio de San Pedro y San Pablo

10 Detalle del plano de la planta alta de las


Casas del Colegio de San Pedro y San Pablo.
Se observa una de las casas-patio palacie-
gas, la que, en la planta general, se encuen-
tra en medio de las otras dos casas-patio.
Fuente: AGN, loc. cit.

Escala 1: 300 N

0 1 3 5 8 10 15 20m

rior, hacia los cuatro puntos cardinales con el patio. Pero a diferen-
cia de aquel no cuenta con la serie de columnas emplazadas en este
linde, ya que al parecer,51 este espacio de circulación se encuentra
descubierto y no precisa de la estructura que en planta baja sirve de
apoyo a la techumbre. En su perímetro exterior, el corredor linda:
al Sur con la caja de escaleras y la despensa, al Este con la zotehuela
y la cocina, al Norte con el comedor y una recámara y al Oeste con
otra recámara, la asistencia y el gabinete. Exceptuando cocina y zote-
huela, el resto de habitaciones mantienen comunicación directa con
el corredor por medio de un vano de puerta y aunque el gabinete,
como caso singular, no presenta ninguna apertura hacia este espacio
de circulación, se sospecha que entre ellos también debió existir una
conexión y su omisión es un error de dibujo. Esta sospecha parte de
la observación de las otras dos casas-patio palaciegas del proyecto de
Castera, en las cuales la puerta gabinete-corredor efectivamente exis-
te (fig. 11). Las definiciones de corredor han sido ya revisadas cuando
fue explicado el de la planta baja, ahora se retoma sólo un resumen
que enuncia sus principales características: uno de sus rasgos distin-
tivos es el de encontrarse en estrecha relación con el patio, alrededor
11 Detalle del plano de la planta alta de las
51 Se ha añadido la expresión «al parecer» ya que en el plano original la configuración Casas del Colegio de San Pedro y San Pablo.
Se observa una de las casas-patio palacie-
de ese linde no queda clara, su trazo es una línea punteada de difícil interpretación en gas, la que en la planta general se encuentra
términos espaciales. En consecuencia se intuye que la línea marca el límite entre el área al Norte; en ella el gabinete y el corredor se
de circulación y el claro del patio –y no el límite de un techo– y que posiblemente, señala comunican a través de una puerta. Fuente:
también la disposición de una barandilla que impediría caer al vacío. AGN, loc. cit.

37
PARTE I: Casas de vecindad

de él; su configuración es similar a la de un pasillo, largo y estrecho;


puede ser un espacio cubierto o descubierto, el de la planta alta se en-
cuentra a descubierto; finalmente, posee el carácter de galería, pieza
larga y espaciosa que da luz a las piezas interiores de la casa. El corre-
dor superior es efectivamente una galería porque además de permitir
el paso de luz a las piezas que lo circundan «sirve para pasear»,52 pero
a diferencia del de planta baja, no tiene techo, no posee constricción
del eje vertical y por ello no puede ser relacionado, como se ha hecho
con el otro, con la noción de pórtico de A. A., sino que se relaciona
más bien, con la noción de recinto ya que «determina una región
de suelo pero deja indefinida la dimensión vertical».53 Así, patio y
corredor superior, aunque situados a diferentes alturas, comparten
la noción de recinto. El corredor, elevándose el nivel de una planta
arquitectónica por encima del patio, lo rodea –lo precinta– y con ello
intensifica la tensión hacia el centro del espacio descubierto que se
encuentra marcado por una vertical que señala a este patio como un
centro del universo (fig. 12).
Al desembarcar de la escalera en el corredor de planta alta y
girar hacia el Este, se encuentra, como primer espacio a la derecha,
una habitación que Castera llama dispensa, equivalente a lo que ac-
tualmente llamamos despensa «lugar o sitio en el cual se guardan las
cosas comestibles».54 Esta habitación mide 6m de ancho por 5m de
profundidad, tiene una superficie aprox. de 30m2 y cuenta además
del vano de la puerta con otro vano, al parecer de ventana, que se
abre hacia el mismo corredor.
La zoteguela, tal como lo escribe Castera, zotehuela o azotehuela,
tal como se usa actualmente en México, se ubica en la esquina Su-
reste de la planta alta de la casa y aunque colinda con el corredor, no
cuenta con entrada desde él, se accede a ella directamente desde la
cocina; mide 3,5m de ancho por 5,5m de profundidad y tiene una
superficie de alrededor de 18m2. Azotehuela, según el Diccionario
del Español de México (DEM) del Colegio de México,55 es una pala-
bra cuyo significado actual es: «pequeña terraza o patio interior de
una casa o departamento, construido generalmente para que entre
luz y aire a los cuartos interiores, y que se aprovecha para algunos
servicios, como el lavado de ropa, el almacenamiento de utensilios,
etc.». Tradicionalmente la zotehuela es una especie de patio secun-
dario, generalmente ubicado junto a la cocina, utilizado para reali-
zar actividades de trabajo doméstico tales como lavar y tender ropa,
criar animales –aves, gatos, perros, cerdos, etc.–, cultivar plantas de
52 Galería significa: pieza larga y espaciosa, con muchas ventanas, o sostenida por co-
12 Esquema: se observa la casa-patio en
sección, el corredor superior y el patio son
lumnas o pilares, que sirve para pasear o para colocar en ella cuadros, adornos y otros
dos recintos situados a diferentes alturas. objetos. RAE [en línea], (consulta: mayo de 2014).
El recinto-corredor rodea al recinto-patio y 53 Armesto (1993), p. 61.
de esta forma intensifica la tensión hacia el 54 RAE [en línea], (consulta: mayo de 2014).
centro del espacio descubierto. 55 El Colegio de México, A.C. [en línea], (consulta: agosto de 2014).

38
CAPÍTULO 1: Casas del Colegio de San Pedro y San Pablo

ornato, entre otras. La etimología de la palabra proviene del término


azotea y además de existir las azotehuelas-patio existen también las
que se encuentran cubiertas, que en vez de ventilar a través de la
sustracción de su techo ventilan por medio de algún vano practicado
en cualquiera las paredes que las confinan. Esos vanos suelen tener
elementos de cerramiento –carpinterías, herrerías, celosías– que im-
piden la visibilidad y la entrada del agua de lluvia, pero permiten
una ventilación continua. En la casa-patio palaciega la azotehuela se
encuentra al parecer descubierta siendo así un segundo patio para la
vivienda, el patio de servicio dedicado a las labores domésticas. En
una de sus esquinas interiores, la Nordeste, el arquitecto dibuja una
línea diagonal y un círculo que al parecer representan la disposición 13 Detalle del plano de la planta alta de las
Casas del Colegio de San Pedro y San Pablo.
del lavadero. Se observan el placer y el común; dentro del
Al fondo de la zotehuela –mirando desde la cocina– se ubican primero el dibujo de la bañera y dentro del
segundo el dibujo de las letrinas. Fuente:
dos pequeños cuartos que llevan los títulos placer y común (fig. 13). AGN, loc. cit.
El placer mide 1,6m de ancho por 2,6m de profundidad, tiene un
área de alrededor de 4m2, cuenta con dos puertas –una que se abre
hacia la zotehuela y otra que lo comunica con el común– y en su in-
terior se dibuja en línea punteada la silueta de una tina o bañera, ya
que éste cuarto se destina al acto del baño:
El aseo personal de los moradores de muchas casas solía hacerse en las propias
recámaras, utilizando para ello los aguamaniles; sin embargo, en los palacios no-
biliarios existían cuartos destinados a la limpieza corporal, denominados placeres.
En casa del conde de Regla existió un cuarto de este tipo, equipado con una tina
de talavera poblana,... 56

La palabra común es sinónima de retrete57 y da nombre al «local


dedicado a los servicios sanitarios o letrinas».58 En este cuarto que
tiene las mismas medidas que el placer, el arquitecto dibuja, yuxta-
puesta al muro largo que delimita el espacio al Este, una plataforma
con cuatro círculos equidistantes que representa las letrinas con sus
orificios para evacuar. Este dibujo está referenciado también en la
planta baja de la casa-patio, en la caballeriza que se encuentra justo
por debajo del común, donde paralela a uno de sus muros largos, se
dibuja una línea que aparentemente indica el límite de un conducto
que permite la bajada de los desechos hasta una canalización subte-
rránea (fig. 14). Esta situación indica que el arquitecto se ocupó del
planeamiento de las instalaciones de desagüe de la casa. El común
cuenta con dos puertas de comunicación, una con la zotehuela y otra
con el placer.
La cocina se encuentra en el extremo Este de la planta alta de
la casa, mide 3,5m de ancho por 6,5m de profundidad, tiene una
14 Detalle del plano de la planta baja de las
superficie de alrededor de 22m2 y aunque linda al Oeste con el co- Casas del Colegio de San Pedro y San Pablo.
Se observa la caballeriza y, dentro de ella a
56 Ayala (1996), p. 66, (las cursivas son del texto original). la derecha, el ducto de canalización de de-
sechos que viene del común. Fuente: Ayala
57 RAE [en línea], (consulta: mayo de 2014). (2009), p. 90.
58 Ayala (1996), p. 66.

39
PARTE I: Casas de vecindad

rredor, no cuenta con acceso desde él. Se accede a ella desde su lado
Norte a través de un pequeño espacio de distribución que mide 2m
de ancho por 3,5m de profundidad y comunica cocina, comedor
y corredor. Al Sur la cocina linda con la zotehuela abriendo hacia
ella dos vanos, uno de puerta y otro de ventana. Cocina es la «parte
de un edificio destinada a la preparación de alimentos»59 y en esta
pieza de la casa-patio Castera dibuja un fogón, representado por un
rectángulo yuxtapuesto a uno de los muros largos del espacio en el
que se inscriben cuatro círculos que señalan los fuegos, y un horno
de leña, representado por otro pequeño rectángulo que se yuxtapone
a una de las esquinas.
En el ángulo Nordeste de la planta alta de la casa se encuentra
el comedor que mide 10m de largo por 5m de profundidad y tiene
una superficie cercana a los 50m2. Este espacio linda al Sur, en una
parte con el corredor –existiendo allí un vano de puerta– y en otra
parte con la zona de distribución que lo conecta con la cocina y
nuevamente con el corredor. La voz comedor se puede referir tanto a
la «pieza destinada en las casas para comer» como al «mobiliario de
esta pieza».60 La pieza-comedor de esta casa-patio palaciega puede
albergar una mesa rectangular para doce comensales o aun cómo-
damente, una para dieciséis y con menos comodidad, una de veinte
plazas. De acuerdo con la forma en la que se utiliza, dicha pieza se
caracteriza por ser un espacio de reunión que congrega a un grupo
numeroso de personas que realizan por momentos actividades con-
juntamente, como la apertura de la mesa para iniciar el consumo de
los alimentos o un brindis, y en otros momentos actividades por sec-
tores, cuando algunos comensales charlan entre sí o cruzan miradas
mientras comen y beben. Pero durante todo el acto del banquete se
mantiene siempre una constante: una tensión natural hacia el centro
de la mesa provocada por la congregación de la colectividad. Así, el
rito del banquete es un acontecimiento colectivo que se desarrolla
en un espacio, el comedor, que tiende a la introversión, mira hacia el
centro de sí mismo, abstrayéndose del resto.
El comedor de esta casa-patio palaciega remite al primero de los
elementos primitivos de la arquitectura según Armesto, el aula. Se
recuerda que el segundo elemento, el recinto, es «aquella disposición
arquitectónica que constriñe o limita las dimensiones x-y [del espa-
cio] y deja libre la dimensión z»; el tercero, el pórtico «complementa-
rio del recinto, limita la dimensión z, y deja libres, no determinadas,
las dimensiones x-y». El aula resulta «de la suma de constricciones
topológicas o fronteras de sus componentes, determinando el espa-
cio en x, y, z».61 Por tanto el aula es un área delimitada en las tres di-
59 Medel (1994), p. 122.
60 RAE [en línea], (consulta: mayo de 2014).
61 Armesto (1993), p. 61, (la aclaración entre corchetes es del autor de esta tesis).

40
CAPÍTULO 1: Casas del Colegio de San Pedro y San Pablo

mensiones, pero esa delimitación no supone la negación del espacio


en sí, sino la creación de un verdadero universo,62 nuevo y acotado.
«Aula es la habitación de una casa, la casa misma, el tabernáculo del
dios y su templo o la sala donde se reúne una colectividad civil»63
y en este sentido el comedor es un aula, espacio de configuración
rectangular, de proporción 1:2, que se encuentra delimitado en tres
de sus lados por muros ciegos y en el cuarto, por un muro con dos
vanos. El aula-comedor, lugar de reunión civil de carácter introver-
tido, es un universo acotado dentro de la casa, dedicado a celebrar el
acontecimiento, la formalidad del acto del banquete que va más allá
del simple consumo de alimentos.
Claramente, otras habitaciones de la casa-patio palaciega pueden
ser relacionadas con la noción de aula y se habría podido introducir
este elemento cuando se discurrió sobre la recámara o los cuartos de
la planta baja e incluso sobre la caballeriza, pero se ha elegido intro-
ducirla ahora, referenciándola específicamente al comedor porque
esta habitación manifiesta un carácter tácitamente introspectivo y
la actividad de congregación de un colectivo que en ella se realiza,
evidencia el concepto aula.
Recapitulando, se ha dicho anteriormente que tanto el zaguán
de la casa como el corredor de la planta baja coinciden con la noción
de pórtico. El patio y el corredor de planta alta remiten a la noción
de recinto y el comedor está relacionado con la noción de aula. Se
observa así, que en un hipotético recorrido que va desde el zaguán
hasta el comedor, la secuencia de espacios acontece en la gradual
constricción de las tres dimensiones: el zaguán-pórtico, limitado en
y-z, deja libre x. El corredor-pórtico de planta baja, limitado en z,
deja libres x-y. El patio-recinto, a la inversa del anterior, está limi-
tado en x-y y libre en z. Lo mismo pasa con el corredor-recinto de
planta alta, limitado en x-y, libre en z. Finalmente, el comedor-aula
está delimitado en las tres dimensiones. Esta secuencia espacial es
un rasgo característico de la casa-patio ya que sucede no sólo con
la pieza del comedor sino con la mayor parte de las habitaciones de
la casa, por ello los elementos definidos por Antonio Armesto son recá- recá-
recámara

mara comedor
mara
útiles como instrumento de análisis. En este proyecto se hallan los
tres en un estado puro. En un ámbito más general, dicha secuencia
cocina

asis-
se puede encontrar en diversos géneros de arquitectura, no sólo en sala tencia
la doméstica, y en estados mezclados; si se piensa en edificios que la
huela
gabinete

zote-

contengan, vendrá a la mente un sinnúmero de ellos pertenecien- re-


trete
des-
pensa
tes a diferentes ubicaciones geográficas y épocas. Conjeturando, es N
Escala 1: 750
posible decir que tal secuencia existe como modelo empleado recu-
01 5 10 15 20 25m
rrentemente en la configuración del espacio arquitectónico, siendo
pues, arquetípica. Plano de la planta alta de la casa-patio pa-
laciega. Dibujo del autor. Fuente del plano
62 Ibídem, p. 62. original en el que se basa este dibujo: AGN,
63 Ibídem, p. 63. loc. cit.

41
PARTE I: Casas de vecindad

Continuando con la descripción de los espacios componentes


de la planta alta de la casa-patio, en la esquina Noroeste, se encuen-
tra un conjunto de tres recámaras alineadas y comunicadas entre sí
a través de vanos de puertas. La recámara que se encuentra en el ex-
tremo Este, a la que se añade el núm. 1 para distinguirla, mide 6,5m
de ancho por 5m de profundidad y tiene una superficie cercana a los
32m.2 La recámara que se encuentra al centro –núm. 2– mide 5m
de ancho por 9m de profundidad y tiene un área de 45m.2 La recá-
mara que se encuentra al Oeste, junto a la calle –núm. 3– mide 5m
de ancho por 5,5m de profundidad y tiene un área aprox. de 28m2.
A las recámaras 1 y 2 se accede desde el corredor y a la recámara 3
sólo se accede pasando a través de la 2. Además de la puerta que la
comunica con la 2, la recámara 3 tiene una abertura de balcón hacia
la calle. En líneas anteriores de este discurso se ha especificado que la
palabra recámara es sinónimo de dormitorio o alcoba y así el conjun-
to de tres recámaras que suma una superficie de aproximadamente
105m2, constituye el área de descanso nocturno para los habitantes
de la casa. Por último y sin ahondar nuevamente en este asunto, la
configuración arquitectónica de las recámaras remite nuevamente a
la noción de aula.
Ubicada centralmente en la extensión del lado Oeste del co-
rredor de la planta alta, se encuentra una habitación que lleva el
título de asistencia. Esta habitación mide 5m de ancho por 5,5m
de profundidad, tiene una superficie cercana a los 27m2 y linda al
Este, comunicada a través de un vano de puerta, con el corredor y al
Oeste, comunicada a través de otra puerta, con la sala de la casa. La
voz asistencia significa actualmente «acción de prestar socorro, favor
o ayuda».64 La palabra asistir proviene del latín assistĕre ‘detenerse
junto a’,65 así la asistencia prestaría ayuda a la sala de la casa-patio y
puede considerarse un espacio de remanso, para detenerse antes de
acceder a aquella. En su obra Arte Colonial en México, Manuel Tous-
saint, al estudiar el periodo 1630-1730 y describir la llamada casa
sola «tipo peculiar de casa para la clase media» «casa del burgués»,
define el uso de la asistencia:
[...]. En la crujía que sigue el patio a lo largo quedan las “recámaras” y entre ellas
una sala de confianza para recibir a los íntimos, que se llama “asistencia”; allí, ade-
más, los miembros de la familia pasan gran parte del día. [...]66

Se observa que la posición de tal habitación en la casa sola, entre


las recámaras, difiere de su posición en la casa-patio palaciega de
1788, donde precede a la sala, y así posiblemente el uso de la asis-
tencia en la casa-patio coincide más con el significado actual de la

64 RAE [en línea], (consulta: mayo de 2014).


65 Idem.
66 Toussaint (1983), p. 101.

42
CAPÍTULO 1: Casas del Colegio de San Pedro y San Pablo

palabra que con aquel que Toussaint explica en su descripción: «sala


de confianza para recibir a los íntimos» donde «la familia pasaba
gran parte del día».
En la planta alta de la casa-patio, en la parte central de la crujía
que linda con la calle, se encuentra la sala que mide 5m de ancho
por 12m de profundidad y tiene una superficie de aprox. 60m2. Este
espacio linda al Este, con un vano de puerta de comunicación, con
la asistencia y al Oeste con la calle, con dos vanos de balcones que
se abren hacia el exterior. Sala es la «habitación principal de la casa»
o «en un edificio público, habitación de grandes dimensiones»67 y
también «parte de la casa, generalmente la de mayor amplitud y de
más variados usos: estancia, recibidor, lugar para reuniones, etc.» o
«conjunto de muebles de esta habitación».68 En efecto la sala es el es-
pacio cubierto de mayor superficie en la casa-patio y esto, junto con
su posición en planta y en fachada, demuestra su jerarquía respecto
al resto de habitaciones. Su importancia para el entorno doméstico
se manifiesta además en las características del camino que hay que
recorrer para acceder a ella, ya que su único acceso se encuentra pre-
cedido por la asistencia que, al situarse como preámbulo, demora e
intensifica tal recorrido. Notorias son las similitudes entre los térmi-
nos sala y aula, la primera proviene del germ. *sal,69 (Saal), «edificio
de una sola pieza de recepción»,70 y su traducción al inglés es hall;
y la segunda proviene del latín aula y se define como «sala donde
se celebran las clases en los centros docentes».71 Según A. Armesto
«el término latino aula, del griego αὐλή, originariamente un patio,
designa, en los edificios públicos, un ambiente de dimensiones rele-
vantes, destinada a reuniones, congresos, etc. y equipada para recibir
un cierto número de personas»;72 «el aula realiza la constricción total
[de las dimensiones x, y, z], definiendo una región dentro del espacio
general, un recipiente capaz que contiene una porción de atmósfera,
de suelo y cielo, un volumen».73 Un aula puede ser «el lugar por
excelencia de la reunión civil»,74 o «la sala donde se reúne una colec-
tividad».75 Así efectivamente, la sala de la casa-patio palaciega es un
recá- recá-
recámara

aula que, delimitada en x-y por cuatro muros y en z por un suelo y mara mara comedor

un techo, constituye un verdadero cosmos para la vivienda y al negar


parcialmente el entorno circundante, celebra su interior: limitado,
cocina

asis-
sala tencia
íntimo y doméstico.
huela
gabinete

zote-

67 RAE [en línea], (consulta: mayo de 2014). re- des-


68 Medel (1994), p. 295, (ambas definiciones). trete pensa
69 RAE [en línea], (consulta: mayo de 2014), (el asterisco aclara que se trata de una N
Escala 1: 750
forma hipotética de la palabra).
70 Idem. 01 5 10 15 20 25m
71 Idem.
72 Armesto (1993), pp. 64 y 65, (las cursivas son del original). Plano de la planta alta de la casa-patio pa-
73 Ibídem, p. 62, (la aclaración entre corchetes es agregada). laciega. Dibujo del autor. Fuente del plano
74 Ibídem, p. 64. original en el que se basa este dibujo: AGN,
75 Ibídem, p. 63. loc. cit.

43
PARTE I: Casas de vecindad

En la esquina Suroeste de la planta alta de la casa se localizan,


alineadas de Este a Oeste, dos habitaciones que llevan los nombres
gavinete y retrete. El gabinete mide 5m de ancho por 8m de profun-
didad y tiene un área de alrededor de 40m2. El retrete mide 5m de
ancho por 6m de profundidad y cuenta con una superficie cercana
a los 30m2. Estas habitaciones se encuentran comunicadas entre sí a
través de un vano de puerta, pero al parecer están aisladas del resto de
la casa porque no cuentan con ningún otro vano de comunicación
hacia otras dependencias. Sin embargo, tal como se ha mencionado
anteriormente, esto debe ser un error de dibujo, ya que en las otras
dos casas-patio palaciegas del proyecto de Castera existe un vano de
puerta que comunica el gabinete con el corredor. Suponemos que
ese vano también debió existir en esta casa y que desde el corredor
sería posible acceder al gabinete y posteriormente al retrete. El retrete
linda al Oeste, abriendo hacia allí un vano de balcón, con la calle y el
gabinete linda al Este, en una parte con la caja de escaleras –hacia la
que abre el vano de una ventana–, y en la otra parte con el corredor.
Gavinete tal como lo escribe Castera, gabinete en ortografía actual, es
una palabra que se usa para denominar una «habitación más reduci-
da que la sala, donde se recibe a las personas de confianza», también
denomina al «conjunto de muebles» de esa habitación e igualmente
significa «aposento que servía de tocador a las mujeres».76 Retrete es
un término que se usa actualmente para nombrar un «excusado» o el
«cuarto donde se coloca el mueble sanitario».77 Otro significado de la
palabra, hoy en desuso, es «cuarto pequeño en la casa o habitación,
destinado para retirarse»,78 para separarse, apartarse del trato con los
demás. De acuerdo con el sitio donde se coloca, adyacente a la calle,
y con la comunicación que mantiene con el gabinete, se intuye que
el retrete en la casa-patio ha de ser entendido en concordancia con el
segundo significado ya en desuso de la palabra. Así, desde el corredor
de planta alta se accede primero al gabinete, lugar donde se recibe a
las personas de confianza, y posteriormente se pasa al retrete, lugar
más apartado, reservado al retiro exclusivo de los habitantes de la
casa. De acuerdo con tales usos podría entenderse también que el
conjunto de ambas habitaciones constituye además un lugar para
el trabajo intelectual de uno o varios miembros de la familia, una
especie de estudio en el que el gabinete jugaría el papel de despacho
–espacio donde se pueden recibir visitas– y el retrete constituiría
el local de recogimiento para el trabajo, un lugar al que sólo pocas
personas pueden acceder.
De acuerdo con la descripción de los espacios componentes de
la casa-patio palaciega se ha observado que la planta baja está con-
76 RAE [en línea], (consulta: mayo de 2014), (las tres definiciones).
77 Medel (1994), p. 288, (ambas definiciones).
78 RAE [en línea], (consulta: mayo de 2014).

44
CAPÍTULO 1: Casas del Colegio de San Pedro y San Pablo

formada por espacios destinados a circular –el zaguán, el corredor


y el mismo suelo del patio–, a almacenar y guardar –la bodega, el
pajar, la cochera y la caballeriza–, a actividades laborales o comer-
ciales –las dos accesorias– y a morada o estancia de las personas que
prestan algún servicio a la casa –el cuarto del portero, la recámara de
una de las accesorias y dos cuartos más. La familia propietaria de la
casa habita en la planta superior, donde se encuentran los espacios
destinados a estar –sala, asistencia, gabinete, retrete–, a dormir –tres
recámaras–, a la preparación y el consumo de alimentos –comedor,
cocina y despensa– y al aseo personal y doméstico –zotehuela, placer
y común. Esta disposición de las plantas arquitectónicas en el espa-
cio residencial es característica de las viviendas de la ciudad de Mé-
xico durante la época colonial y dentro de ese periodo, hacia finales
del siglo XVIII y principios del XIX:
La planta baja se utilizaba para guardar carruajes y caballos y para albergar a los
sirvientes. Los dueños ocupaban los muchos cuartos del segundo piso para co-
mer, recibir y dormir. [...]. Una descripción detallada de estas residencias que data
de mediados del siglo XIX afirma que cada nivel constaba de unos 20 cuartos
grandes. En el primer piso se encontraban las habitaciones de la servidumbre,
una cochera, establos, una pichonera y un invernadero situado alrededor de un
patio empedrado. El segundo piso contenía siete recámaras con un gran vestidor
independiente entre las dos más grandes, una sala de estar que ocupaba la mayor
parte de un lado del edificio, un comedor ligeramente más pequeño del otro lado
del patio, un salón a cada lado de la sala de estar, varios despachos, una extensa
cocina detrás del comedor con una alacena adjunta, un baño, un cuarto para el
carbón, uno para la madera y otro más para moler los ingredientes con los que se acce- recá- cuarto cuarto
soria mara

bodega
preparaba el chocolate.79
cochera
Esta casa de la Ciudad de México de la época colonial, es evi-
dentemente heredera de las casas andaluzas o castellanas donde tam- zaguán pajar
bién existía «un patio central bordeado en tres o cuatro de sus lados
del por-
cuarto

tero

acce-
caballeriza
por corredores porticados» y «las habitaciones se distribuían por el soria

perímetro alto de ese recinto y los locales destinados a servicios, a la Escala 1: 750 N

habitación de esclavos y de la servidumbre, se localizaban en el nivel 01 5 10 15 20 25m


inferior».80
Analizando ahora la distribución de la planta alta de la casa-pa-
recá- recá-
recámara

tio palaciega, en el sentido de lo que actualmente llamamos zonifica- mara mara comedor

ción,81 resulta de interés que el comedor se coloque alejado de la sala,


al otro lado del patio, y que en el intervalo comprendido entre estas
cocina

asis-
sala tencia

79 Kicza, John E. ‘Familias empresariales y su entorno, 1750-1850’. En: Staples (coord.)


huela
gabinete

zote-

(2005), p. 148. La descripción de la residencia proviene de: Calderón de la Barca, Mme. re- des-
La vida en México durante una residencia de dos años en ese país, trad. y pról. de Felipe trete pensa
Teixidor, 6a. ed. Méx: Ed. Porrúa (Sepan cuantos 74), 1981. N
Escala 1: 750
80 Ayala (1996), pp. 37a 42.
81 División de un área dada, de la superficie de un solar o de un edificio, en partes que 01 5 10 15 20 25m
se diferencian según la actividad que en ellas se realiza (zona pública y zona privada; zona
diurna y zona nocturna; zona de circulación, zona de estar, zona de dormir y zona de Planos de la planta baja y la planta alta de la
servicios; etc). Cada una de esas zonas incluye un conjunto de espacios arquitectónicos casa-patio palaciega. Dibujo del autor. Fuen-
que se agrupan según la afinidad del papel que juegan en la organización arquitectónica te del plano original en el que se basa este
del edificio. dibujo: AGN, loc. cit.

45
PARTE I: Casas de vecindad

habitaciones se ubique la zona de dormitorios (las tres recámaras de


la casa). La ubicación del comedor está claramente relacionada con
la posición de la cocina que se localiza en la zona de servicios, junto a
la azotehuela, el placer y el común, hacia el fondo del solar. La sala
por otra parte, se emplaza en el sitio más jerárquico de la planta alta,
al centro del límite frontal del solar, por tanto, debido a jerarquías
deducidas de las posiciones en el solar y a relaciones de proximidad
con los servicios, no sería posible la yuxtaposición de la sala y el co-
medor. Pero el hecho inusual de que este último se coloque junto a
las recámaras y sea tratado como un espacio secundario, tiene otra
explicación:
[...]el comedor, aunque presente como una pieza individualizada en varias casas
novohispanas, no en todas, no tenía la misma importancia y elegancia que la sala
y, acaso, apenas iba ganando presencia en el siglo XVIII, lo que está vinculado con
el hecho de que el comer se estaba convirtiendo en un acto cotidiano socialmente
importante, realizado en el seno familiar o con invitados.[...]82
Las actividades de la casa consistían en una serie de labores rutinarias destinadas
a la satisfacción de las necesidades de sus ocupantes, los cuales, de acuerdo a su
número, requerían de varios empleados de servicio [...]. El primer requerimiento
del día era la preparación del chocolate, el cual en algunas casas se servía en el
dormitorio, acompañado de panecillos.83

El carácter de la sala como espacio «elegante» para recibir invita-


dos y su diferencia con el comedor que «apenas iba ganando presen-
cia en el siglo XVIII» explica la separación que existe entre ambos y
esto mismo aunado al acontecimiento cotidiano de servir alimentos
–«el chocolate» del desayuno– en el dormitorio, explicaría la posible
relación existente entre las recámaras y el área de cocina-comedor.
Otro ejemplo residencial también de la Ciudad de México, con una
similar colocación de dichas habitaciones en su planta alta, es el de
las llamadas Casas de la Balvanera, obra de 1771, proyectada por el
arquitecto Joseph Joaquín García de Torres. En ella se observa nue-
vamente que la sala se ubica hacia el frente del solar y el comedor
hacia el fondo, junto a la cocina. En el intervalo que queda entre
ambas se sitúan las recámaras y una habitación nombrada asistencia
(fig. 15).
Otro hecho destacable de la arquitectura de la casa-patio pala-
ciega, que la distingue de la edificación residencial de la actualidad,
es la casi nula presencia de ventanas. Todas las habitaciones interiores
de la casa que dan al patio ventilan a través de sus puertas de acceso
y es igualmente por medio de estos vanos, que dichas habitaciones
obtienen iluminación. La medida de estas puertas es de aprox. 1,7m
de ancho por 3m de altura.84 Las habitaciones exteriores, situadas
82 Souto M., Matilde. ‘De la cocina a la mesa’. En: Staples (coord.) (2005), p. 41.
83 Pérez Salas, María Esther. ‘El trajín de una casa’. En: Staples (coord.) (2005), p.182.
84 Medidas calculadas según los planos originales de las Casas del Colegio. El ancho de
las puertas fue medido en las plantas arquitectónicas y la dimensión: 1,7m, resultó ser la
más frecuente. La altura está calculada según los dibujos de las fachadas ya que los planos
no cuentan con dibujos de secciones arquitectónicas.

46
CAPÍTULO 1: Casas del Colegio de San Pedro y San Pablo

15 La Casa de la Balvanera, planta alta,


constriuda en 1771 por el arquitecto Jo-
seph Joaquín García de Torres. Fuente: Aya-
la (2009), p. 98; y a su vez: INAH, Fototeca
CNMH.

al frente del solar, colindantes con la fachada principal, tienen en


planta baja aberturas de vanos de puertas que se abren directamente
hacia la calle y en planta alta aberturas de vanos de puertas que se
abren hacia balcones (fig. 16). Estas habitaciones ventilan y se ilumi-
nan también únicamente a través de sus puertas que miden aprox.
1,5m de ancho por 3m de altura, exceptuando las puertas de acceso
a los zaguanes y las de las cocheras que miden 2,5m de ancho por
4m de altura. Las únicas seis dependencias de la casa que cuentan
con una ventana además de su puerta de acceso, son: en planta baja
el cuarto del portero, la habitación auxiliar de la cochera y la caba-
lleriza; y en planta alta el gabinete, la cocina y la despensa. De estas
seis ventanas, la de la despensa y la de la caballeriza se abre hacia el
corredor y a través de él hacia el patio. Las ventanas del cuarto del
portero y del cuarto de la cochera se abren hacia el zaguán, la venta-
na del gabinete se abre hacia la escalera y la ventana de la cocina se
16 Detalle del plano de fachadas de las Ca-
abre hacia la zotehuela. En resumen, las ventanas de la casa se abren sas del Colegio de San Pedro y San Pablo. Se
mayoritariamente hacia espacios de circulación o de servicio y sólo observa la zona de fachada que pertenece a
la casa-patio palaciega y en ella, en la planta
dos de ellas se abren hacia una de las fachadas del patio, el resto de baja, las puertas del zaguán y la cochera y
las puertas de las accesorias y, en la plan-
fachadas, tanto la principal que da hacia la calle como las interiores ta alta, las puertas de los balcones. Fuente:
del patio, sólo presentan vanos de puertas. AGN, loc. cit.

47
PARTE I: Casas de vecindad

Escala 1: 400 N

0 1 5 10 15 20 25 30 35m

1 Detalle del plano de la planta baja, de las Casas del Colegio de San Pedro y San Pablo.
Se observa la fracción de solar que contiene la casa de vecindad. Fuente: Ayala (2009),
p. 90.

48
CAPÍTULO 1: Casas del Colegio de San Pedro y San Pablo

CASA DE VECINDAD
Como se ha dicho anteriormente, el trazo del proyecto de las
Casas del Colegio se basa en la división de la superficie original del
solar en dos partes. Ello se realiza con la reutilización de un muro
preexistente85 que recorre el terreno en dirección Norte-Sur y lo frac-
ciona en los rumbos Este-Oeste. En la parte del solar que queda al Superficie aprox=
2 830m2
Oeste, colindando con la esquina de la manzana urbana, se sitúan
tres unidades residenciales del tipo casa-patio palaciega y en la parte
Calle que va a Loreto
que queda al Este se emplaza una unidad residencial del tipo casa de
vecindad (fig. 1). 2 Esquema: se muestra la fracción del solar,
de las Casas del Colegio de San Pedro y San
El perímetro de la fracción de solar donde se instala la vecindad Pablo, que ocupa la casa de vecindad.
es de configuración rectangular de proporción alargada (1:1,79),
mide aprox. 39,7m de ancho por 71,3m de profundidad y tiene
una superficie cercana a los 2 830m.2 Uno de sus lados cortos co-
linda con la calle, en fachada de orientación Sur, y sus tres lados
restantes quedan confinados entre paredes medianeras (fig. 2). De
su superficie total el 89% aprox. (≈ 2 520m2) constituye el área de
suelo edificada y el 11% restante (≈ 310m2) corresponde al área libre
protagonizada por el patio central de la vecindad. El área total de
construcción, añadiendo la de planta baja (2 520m2) y la de planta
alta (2 250m2), suma cerca de 4 800m2.86
La arquitectura de la vecindad, al igual que la de las casas-patio
palaciegas, queda organizada por la posición que toman las crujías crujía frontal
en la edificación. Una crujía inaugural se coloca en la parte frontal Calle que va a Loreto
del solar extendiéndose paralela al eje de la calle, siendo ella la única
en toda la construcción que se desarrolla en esa dirección (fig. 3). 3 Esquema: se observa la colocación de la
primera crujía de la vecindad, sutuada en la
Esta crujía es la más ancha del edificio, cuenta con una luz cercana parte frontal del solar.
a los 7,8m y su dimensión es el resultado de la utilización de dos
muros preexistentes; juega el papel de elemento de presentación del
edificio, de fachada hacia la calle y funciona como lapso de transi-
ción entre el exterior urbano y el interior doméstico. Más allá de
esa primera crujía al interior de la parcela, se colocan otras seis cru-
jías que se extienden en dirección perpendicular al eje de la calle,
paralelas a los lados largos del perímetro del solar. Tres de ellas se
yuxtaponen a la pared medianera Este del terreno y las otras tres, en crujías crujías
interiores, interiores,
simetría de abatimiento respecto a las anteriores, se yuxtaponen a la terna terna
Oeste Este
patio

medianera Oeste. Entre ambas ternas, al centro, se ubica el espacio


libre del patio de vecindad (fig. 4). En orden de sucesión y conforme
a su colocación simétrica, las dos crujías que se encuentran en los
extremos, lindando directamente con las medianeras, miden aprox. crujía frontal

Calle que va a Loreto


85 Ver explicación de preexistencias del proyecto de las Casas del Colegio en la página 19.
86 Los valores son aproximados, proceden del dibujo original pero han sido modificados 4 Esquema: se muestra la colocación de la
por la conversión de escala (de varas castellanas a metros) y han sido redondeados a canti- crujía frontal y de las dos ternas de crujías
dades cerradas. interiores en la casa de vecindad.

49
PARTE I: Casas de vecindad

4m de ancho, las crujías que siguen hacia el interior del terreno mi-
den 4,8m y las dos últimas que colindan con el patio tienen una luz
de 5,8m. Como se verá más adelante, estos anchos corresponden
al tipo de actividad que se realiza en las habitaciones contenidas en
dichas crujías.
Las siete crujías configuran la estructura formal, arquitectónica
y constructiva, tanto de la planta baja como de la planta alta de la
vecindad. La crujía frontal se divide transversalmente en siete piezas,
cada pieza corresponde en planta baja a una habitación y en planta
Calle que va a Loreto
alta algunas piezas quedan unidas conformando habitaciones de ma-
5 Esquema: se señala la división de las cru- yor dimensión. También las seis crujías interiores se dividen trans-
jías en planta baja.
versalmente, cada una en once piezas e igualmente en la planta baja
cada pieza corresponde a una habitación y en la planta alta algunas
de las piezas quedan unidas (figs. 5 y 6).
Tal estructura formal configura el marco dentro del cual se dis-
tribuyen los espacios correspondientes a las diferentes viviendas que
integran la vecindad de las Casas del Colegio en la que se pueden
observar claramente definidas un total de veintiséis unidades domés-
ticas: veinte localizadas en las crujías interiores en la planta baja y
seis situadas en la totalidad de las crujías en la planta alta. Adicio-
nalmente, en la crujía frontal de la planta baja, se localizan cuatro
accesorias que podrían ser consideradas como pequeñas viviendas de
taza y plato. En este entendido, esas cuatro unidades tendrían que
sumarse a las veintiséis llegando a un total de treinta unidades do-
mésticas, con ello aumentaría el número de viviendas comprendidas
Calle que va a Loreto en todo el proyecto de las Casas del Colegio sumando en conjunto 40
unidades: 3 casas-patio palaciegas más las 7 accesorias ubicadas en su
6 Esquema: se indica la división de las cru-
jías en la planta alta. exterior (sin comunicación con las casas)87 y 26 viviendas interiores
de la vecindad, más sus 4 accesorias exteriores.
Las treinta viviendas que conforman la casa de vecindad, según
sus dimensiones, su distribución arquitectónica y su ubicación den-
tro de la estructura formal de crujías, pertenecen a tres géneros resi-
denciales bien diferenciados: las del primer género, accesorias o casas
de taza y plato, se localizan en la crujía frontal en la planta baja (fig.
7); las del segundo género, cuartos redondos, se localizan en las crujías
interiores también en la planta baja (fig. 8); y las del tercer género,
residencias, se localizan en todas las crujías, interiores y exteriores, en
la planta alta (fig. 9). Tanto la numeración de los géneros como su
denominación (en cursivas) son asignados en este discurso para dis-
tinguir los tipos de viviendas entre sí y se aclara que el arquitecto del
1 2 3 4
proyecto, Ignacio Castera, no emplea dichos nombres en ninguno
Calle que va a Loreto de sus planos.
7 Esquema: localización, en la crujía frontal
en planta baja, de las cuatro accesorias o vi- 87 Para consultar el detalle del conteo de accesorias de las casas-patio palaciegas ir a la
viendas del género: taza y plato. página 31.

50
CAPÍTULO 1: Casas del Colegio de San Pedro y San Pablo

11 10
12 9
13 8
14 7
15 6
16 5
17 4
18 3
19 2
20 1

Calle que va a Loreto

8 Esquema: localización, en las crujías inte-


riores en planta baja, de las veinte viviendas
del género: cuartos redondos.

6 3
Escala 1: 750 N

01 5 10 20 30 40 50 60 70m
5 2
10 Detalle de los planos de la planta baja y la planta alta de las Casas del Colegio de San Pedro
y San Pablo. Se observa la superficie que ocupa la casa de vecindad. Fuentes: Ayala (2009), p. 90
y AGN, loc. cit. 4 1

Calle que va a Loreto

ACCESORIAS O CASAS DE TAZA Y PLATO 9 Esquema: localización, en todas as crujías


en planta alta, de las seis viviendas del gé-
Las cuatro accesorias se alinean en la fachada delantera en la nero: residencias.

planta baja de la vecindad, ocupando cada una, una pieza de las siete
en que se divide la crujía frontal. Dos de esas piezas se sitúan hacia
el extremo Este de la crujía y las otras dos se colocan hacia el extre-
mo Oeste en posición simétrica respecto al primer par. Entre ambos
pares, en las piezas centrales de la crujía se encuentran tres piezas
con el título zaguán (fig. 10). Cada accesoria tiene un vano de puerta
que se abre directamente hacia la calle siendo éste el único hueco
encontrado en todos sus muros, así estos espacios conforman piezas
individuales que quedan aisladas del resto de la vecindad (fig. 11).
En su interior las accesorias miden aprox. 5m de ancho por 7m
de profundidad, tienen una superficie de 35m2 y su altura88 ronda
los 5,5m (fig. 12). Recordemos que la palabra accesoria se refiere a 11 Detalle del plano de fachadas de las Ca-
sas del Colegio de San Pedro y San Pablo. Se
una «habitación baja que tiene entrada distinta y uso separado del observa la zona de fachada que pertenece a
la casa de vecindad y en ella, en planta baja,
las puertas de los zaguanes y las accesorias
88 Esta altura ha sido deducida de las dimensiones de la fachada de la casa de vecindad y en la planta alta, las puertas de los balco-
que se encuentra en el plano de fachadas de las Casas del Colegio (fig. 11). nes. Fuente: AGN, loc. cit.

51
PARTE I: Casas de vecindad

resto del edificio principal».89 Las llamadas casas de taza y plato fue-
ron una modalidad doméstica común en la ciudad de México del
superficie=
siglo XVIII que se definen como unidades residenciales compuestas
35m2 de una sola habitación que contiene en su interior un altillo. La zona
inferior de estas pequeñas casas se abre directamente hacia la calle
y sirve para el establecimiento de algún comercio o taller y su zona
Escala 1: 400 N superior o altillo suele estar comunicada con la zona inferior a través
0 1 5 10 de una escalera adosada a un muro y sirve comúnmente como dor-
12 Planta y sección de una de las cuatro mitorio para los mismos habitantes de la accesoria. Dada la época en
accesorias de la vecindad, su única puerta la que Castera realizó el proyecto de las Casas del Colegio (1788) y el
se abre directamente hacia la calle. Redibu-
jo del autor. carácter de vivienda colectiva que presenta su organización es facti-
ble pensar que estas accesorias, al igual que las de las casas patio pa-
laciegas, contuvieran la instalación del altillo constituyéndose como
viviendas de taza y plato. Los artesanos que se instalaran en estas
casas podrían elaborar y vender sus productos en la zona inferior y
utilizar la zona superior como alcoba.90 Estas accesorias se establecen
por tanto como el primer y más reducido género de vivienda de la
altillo casa de vecindad, ya que su superficie útil apenas alcanza los 55m2 si
superficie=
20m2 se suman a sus 35m2 de área en planta otros 20m2 de un altillo que
mediría 4m de profundidad por 5m de anchura (fig. 13).

CUARTOS REDONDOS
Escala 1: 400 N

0 1 5 10 Localizadas en la planta baja, en las dos ternas de crujías inte-


13 La misma accesoria con el altillo: una
riores, las veinte viviendas del segundo género incluido en la casa
casa de taza y plato. Dubujo del autor. de vecindad constituyen los límites del patio hacia las direcciones
cardinales Este y Oeste. En estos límites, como único elemento de
transición entre el claro del patio y las puertas de las viviendas, se si-
túan dos porches y así para acceder a cada casa, proviniendo desde la
calle, se ha de entrar por la puerta principal de la vecindad, atravesar
el zaguán91 hasta alcanzar el patio y finalmente cruzar el porche hasta
llegar a la puerta de la morada.
Cada una de estas viviendas está conformada por tres habitacio-
nes que se corresponden con las tres piezas que se alinean transver-
acceso
área de una vivienda
del segundo género
salmente al sentido de las crujías (fig. 14). La primera habitación que
desde
el
pieza pieza pieza se encuentra al cruzar la puerta de entrada es la sala, a continuación
1 2 3
patio como segunda habitación se localiza la recámara y por último como
sentido de
las crujías

tercera habitación el corral. En el muro que comparten la sala y el


porche del patio sólo existe el hueco de la puerta de entrada, en el
muro que comparten la sala y la recámara existe una segunda puerta
crujía crujía crujía
1 2 3 y por último, en el muro que comparten la recámara y el corral existe
terna de crujías

14 Esquema: se muestran, localizadas en 89 RAE [en línea], (consulta: mayo de 2014).


la estructura de crujías, las tres piezas que 90 Ayala (1996), pp. 43 y 44.
conforman una vivienda del segundo géne- 91 Zaguán: «pórtico, pieza cubierta inmediata a la entrada y que sirve como vestíbulo».
ro en la casa de vecindad. Medel (1994), p. 345.

52
CAPÍTULO 1: Casas del Colegio de San Pedro y San Pablo

una tercera puerta y una ventana, siendo ésta la única abertura de


su tipo que se halla en toda la vivienda. Dada la escasa presencia de
ventanas, la iluminación y ventilación doméstica se realiza mayorita-
riamente a través de las puertas (fig. 15).
N
La sala mide 5m de ancho por 5m de profundidad (25 m2), la Escala 1: 400

recámara 4m de profundidad por los mismos 5m de ancho (20m2) 0 1 5 10 15m

y el corral 3m de profundidad por la misma anchura (15m2). El 15 Detalle del plano de la planta baja de las
área útil de la vivienda suma 60m2 y de ellos el 75% (45m2) se en- Casas del Colegio de San Pedro y San Pablo.
Muestra una de las viviendas localizadas al-
cuentran a cubierto y el 25% restante (15m2) están a descubierto rededor del patio, vivienda del segundo gé-
ya que el corral, en la mayoría de las casas, no tiene techo. La sala, nero incluido en la casa de vecindad. Fuen-
te: Ayala (2009), p. 90.
siendo la habitación principal de la casa y la de mayor amplitud, es
un espacio empleado para varios usos, puede ser recibidor, estancia,
lugar de reuniones y posiblemente sitio para comer y cocinar ya que
en este género de vivienda aparentemente no existen espacios dedi-
cados exclusivamente a estas actividades. La recámara es la alcoba,
el dormitorio, el lugar del descanso nocturno y el corral, siendo la
pieza más pequeña de la casa y encontrándose a descubierto, se ins-
taura como un patio de uso exclusivo para la vivienda. La voz corral
significa «sitio cerrado y descubierto, en las casas o en el campo,
que sirve habitualmente para guardar animales»92 y «espacio cerra-
do y descubierto contiguo a una casa en el campo o dentro de ella.
Recinto para encerrar ganado.».93 Ambas definiciones coinciden en
describir el corral como un espacio cerrado y descubierto, cerrar, cer-
car, rodear, delimitar, un corral queda confinado al separar un área
del espacio en general por medio de la colocación de un obstáculo,
ya sea una valla, una cerca o un muro, que delimita el lugar elegi-
do en dos de las direcciones cardinales, x-y, pero no en z ya que el
corral permanece abierto al cielo configurándose como un recinto
(fig. 16). En Andalucía la palabra corral se usa como sinónimo de
casa de vecindad94 y se intuye que ello se debe a que la operación
de delimitación del espacio en el corral es similar a la de la casa.
Ambos separan una parte del territorio por medio de la colocación
de un límite que la rodea, en el caso del corral el límite es la valla y
en la casa de vecindad el límite lo constituyen las viviendas que se sala recámara corral
colocan alrededor del patio. Así el corral y el patio de la vecindad
son análogos en el sentido de la delimitación espacial. Relacionado
con estas ideas se halla el término corrala que se define «en Madrid
especialmente» como una «casa de vecindad antigua constituida por
viviendas de reducidas dimensiones a las que se accede por puertas
situadas en galerías o corredores que dan a un gran patio interior».95 sala recámara corral

Se observa entonces que las corralas de Madrid están emparentadas Escala 1: 400 N

0 1 5 10 15m
92 RAE [en línea], (consulta: mayo de 2014).
93 Medel (1994), p. 130. 16 Planta y sección de una de las veinte
94 RAE [en línea], (consulta: mayo de 2014). viviendas del segundo género incluido en la
95 Idem. casa de vecindad. Dibujo del autor.

53
PARTE I: Casas de vecindad

con las casas de vecindad mexicanas. Volviendo a los corrales de las


vivienda

vivienda
interior

interior
viviendas del segundo género de la vecindad, es probable que hayan
sido planeados tal como lo indican las definiciones para guardar ani-
males domésticos: gallinas, cerdos, perros, pájaros, etcétera y proba-
vivienda

vivienda
frente-Oeste interior

interior

blemente también para realizar algunas otras actividades al aire libre


patio

del servicio de la casa como lavar y tender ropa, entre otras.


El vocablo cuarto es comúnmente empleado como sinónimo de
frente-Este
vivienda

vivienda

habitación (espacio entre tabiques de una vivienda), sinónimo de


dormitorio e igualmente se usa para nombrar un «piso» o «departa-
Calle que va a Loreto
mento modesto»,96 una vivienda completa, cuando esta es pequeña.
17 Esquema: localización, en la planta alta El adjetivo redondo, agregado al sustantivo cuarto, se emplea en Ar-
de la vecindad, de las seis viviendas del ter-
cer género: residencias. gentina para denominar «en las ciudades» una «habitación consis-
tente en una sola pieza sin otra dependencia, patio ni desahogo»97 y
en México su uso es similar, designa una habitación –una sola pieza–
que constituye la totalidad del espacio doméstico para una familia.
Un cuarto redondo es una casa de una sola habitación en la cual se
realizan todas las actividades del hogar: estar, comer, cocinar, dormir,
etc.98 Este término ha sido y es empleado, aun actualmente, para
nombrar a las viviendas más pequeñas de las casas de vecindad, re-
gularmente conformadas de una sola pieza, pero en ocasiones de más
patio

de una. En concordancia con lo anterior, en esta tesis se utiliza para


dar nombre a las viviendas del segundo género, debido a que, aun-
que tácitamente están conformadas por tres piezas (dos habitaciones
frente-
Oeste
frente-
Este
y un patio), una de ellas coincide claramente con las características
del cuarto redondo: la sala es igualmente recibidor, estar, comedor y
Calle que va a Loreto
cocina, y la única actividad básica del hogar que se deslinda de esta
18 Esquema: localización, en la planta baja habitación es la de dormir.
de la vecindad, de las dependencias perte-
necientes a las dos viviendas del frente, del
terecer género.
RESIDENCIAS
Ubicadas en todas las crujías en la planta alta de la vecindad, las
seis viviendas del tercer género constituyen los límites superiores del
patio hacia las direcciones Este y Oeste, en cada una de estas orienta-
ciones se emplaza una terna de viviendas, y en el otro sentido, el del
eje Norte- Sur, las viviendas se organizan: dos, una de cada terna, en
el frente del solar y las cuatro restantes en su interior. Las viviendas
del frente constituyen el límite superior del patio en dirección Sur y
conforman también la frontera de la fachada principal que da a la
calle en la planta alta (fig. 17). Es en esta planta donde se ubican la
mayor parte de las habitaciones de dichas viviendas pero ellas cuen-
tan también con una serie de dependencias en la planta baja, entre
las que se hallan un zaguán y una escalera (fig. 18). Los accesos a
19 Detalle del plano de la planta alta de las
Casas del Colegio de San Pedro y San Pablo. 96 Camino (2001), p. 185.
Se observa la escalera de la casa de vecin- 97 Idem.
dad. Fuente: AGN, loc. cit. 98 Martín (1981), p. 101.

54
CAPÍTULO 1: Casas del Colegio de San Pedro y San Pablo

dichas moradas se pueden realizar directamente desde la calle sin ser


necesario entrar por la puerta general de la vecindad. Para acceder
a las cuatro viviendas interiores, procediendo desde la calle, se ha de
pasar por la puerta principal de la vecindad, cruzar el zaguán hasta
llegar al patio y andar por él hasta alcanzar la escalera que se ubica en
el segundo tercio de su dimensión longitudinal. Esta escalera se de-
N
sarrolla en tres tramos: uno largo que culmina en un descanso y dos Escala 1: 500

cortos que comienzan al dar un giro de noventa grados, a izquierda 01 3 5 10 15m

y derecha –Este y Oeste– de dicho descanso. Cada tramo corto des- 20 Detalle del plano de la planta baja de las
emboca en uno de los corredores superiores del patio y hacia ellos Casas del Colegio. Muestra la vivienda del
frente-Este, del tercer género incluido en la
se abren las puertas de acceso a las cuatro viviendas interiores (fig. vecindad. Fuente: Ayala (2009), p. 90.
19). La totalidad de las habitaciones de estas moradas se ubican en la
Cuadro 1
planta alta de la vecindad.
ancho prof. superf.
La vivienda del frente-Este ocupa cuatro piezas de la estructura Zaguán 5m 7m 35 m2
de crujías en la planta baja de la vecindad y nueve piezas en la planta Escalera 5m 5m 25 m2
Pajar 5m 4m 20 m2
alta y la del frente-Oeste, cuatro piezas en planta baja y diez en la su- Caballeriza 5 m 3m 15 m2
perior. Se describirá a continuación detalladamente la distribución
de la vivienda del frente-Este. La del Oeste se obviará debido a que
su organización es equivalente a la primera. Dicha vivienda tiene en
la planta inferior las siguientes habitaciones, nombradas en orden
de sucesión en el recorrido desde la calle: zaguán, caja de escaleras,
pajar y caballeriza (fig. 20). Esta última es en realidad una pieza sin
techo, una clase de patio ya que en la planta superior su área no
está ocupada existiendo allí un claro. Tales habitaciones ocupan una
superficie total, equivalente al suelo útil de la vivienda en planta
baja, cercana a los 100m2 (las medidas detalladas y áreas de cada
habitación se especifican en el cuadro 1). En planta alta, la vivienda
cuenta con las siguientes habitaciones: caja de escaleras, asistencia,
sala, gabinete, comedor, cocina, zotehuela y dos recámaras. Además
allí se ubica también el claro de la caballeriza que ocupa dos piezas
más de la estructura de crujías. En esta planta no existe un recorrido
N
lineal, sino que existen varios posibles partiendo desde la asistencia; Escala 1: 500

este espacio sirve como distribuidor, hacia él desemboca la escalera, 01 3 5 10 15m

y desde él se puede acceder a la sala, al gabinete y al comedor para 21 Detalle del plano de la planta alta de las
posteriormente, desde este último, continuar o bien a la cocina y a la Casas del Colegio. Muestra la vivienda del
frente-Este, del tercer género incluido en la
zotehuela, o al conjunto de dos recámaras (fig. 21). La superficie de vecindad. Fuente: AGN, loc. cit.
suelo útil que tiene la vivienda en dicha planta se acerca a los 280m2
Cuadro 2
(las dimensiones y superficies de cada habitación se especifican en ancho prof. superf.
el cuadro 2). El área útil total de la vivienda suma aprox. 380m2 de Escalera 5m 5m 25 m2
Asistencia 5m 4,5 m 23 m2
los cuales el 91%, 347m2, se encuentra a cubierto y el 9%, 33m2, se Sala 13 m 7m 90 m2
encuentra a descubierto. Gabinete 4,5 m 7m 32 m2
Comedor 4m 5m 20 m2
En las habitaciones inferiores, el zaguán linda con la calle y la Cocina 4m 5m 20 m2
puerta principal de acceso a la vivienda se encuentra en este linde. La Zotehuela 5m 3,5 m 18 m2
Recámara 5m 5m 25 m2
escalera se yuxtapone al zaguán y linda también con el patio de ve- Recámara 5m 5m 25 m2
Claro patio 10 m 3,5 m 35 m2

55
PARTE I: Casas de vecindad

cindad a través de un corredor porticado, en éste linde se encuentra


zote-
recámara cocina una segunda puerta para acceder a la morada. Y el pajar queda como
patio de vecindad

huela
habitación interior ubicado entre la escalera y el espacio descubierto
corredor

(patio interior de

recámara come- de la caballeriza, un hueco de puerta y otro de ventana se sitúan en


la vivienda)

dor
el muro que comparten esta habitación y el espacio descubierto. Así,
claro

asis-
tencia
la distribución de las habitaciones inferiores está configurada de tal
manera que la vivienda se coloca entre la calle y dos patios –el de
vecindad y el usado como caballeriza. Su espacio interior se relacio-
sala gabinete na primeramente con el espacio público urbano, secundariamente
con el espacio colectivo de la vecindad y finalmente con un espacio
PLANTA ALTA fachada hacia la calle abierto propio y privado. La riqueza de las transiciones entre espa-
cios cubiertos y descubiertos, públicos y privados que presenta esta
corredor
vecindad
patio de

pajar
caba-
lleriza
morada resulta evidente (fig. 22).
(patio) Respecto a las habitaciones superiores, la sala y el gabinete, ubi-
cadas ambas en la crujía frontal, lindan con la calle y en el muro que
zaguán
conforma este linde se abren tres huecos de puertas de balcones –dos
de la sala y una del gabinete. La escalera y las dos recámaras lindan
PLANTA BAJA calle
con el claro del patio de vecindad, existiendo en este linde un corre-
dor hacia el cual se abren tres huecos de ventanas –una de cada recá-
Escala 1: 500 N
mara y una de la caja de escaleras. Aunque aparentemente ninguno
01 3 5 10 15m
de estos huecos representa una puerta, se intuye que efectivamente
22 Dibujo de las plantas arquitectónicas de uno de ellos fue pensado como tal ya que en la vivienda del fren-
la vivienda del frente-Este. te-Oeste, cuya planta alta es equivalente a ésta, una de las recámaras
abre una puerta hacia el corredor utilizándolo como balcón sobre
el patio (fig. 23). La asistencia, el comedor y la cocina, esta última
a través de la zotehuela, lindan con el claro del patio interior de
la vivienda situado sobre la caballeriza, asistencia y comedor tienen
dos y una ventana respectivamente que se abren hacia ese claro y la
cocina tiene una puerta y una ventana que se abren hacia la zotehue-
la. Esta última colinda a través de un muro ciego con el claro de la
caballeriza. De esto se deduce que la zotehuela fue planeada como
un espacio descubierto ya que la cocina obtiene iluminación y venti-
lación desde este espacio y, si el mismo se halla cerrado en sus cuatro
muros perimetrales, la única posibilidad de permitir la entrada de
luz y aire se efectúa por medio de la omisión del techo. Una cosa más
llama la atención sobre este espacio: yuxtapuesta a su muro Norte se
dibuja una especie de plataforma y en su interior se delinean cuatro
círculos; esta representación coincide con la de los comunes de otras
viviendas y ya que en las viviendas del frente no existen habitaciones
exclusivas para este uso, se concluye que el arquitecto optó por situar
dicha zona de servicios sanitarios o letrinas, en la zotehuela. Este es
otro motivo para que dicho espacio se encuentre descubierto, su co-
rrecta ventilación. Al estar abierta al cielo, la zotehuela se convierte
23 Detalle del plano de la planta alta de las
Casas del Colegio. Muestra la vivienda del en una extensión del claro del patio interior de la morada constitu-
frente-Oeste. Fuente: AGN, loc. cit. yéndose además ella misma, como otro recinto.

56
CAPÍTULO 1: Casas del Colegio de San Pedro y San Pablo

Una vez más se nota la riqueza en la transición entre los espacios


cubiertos y descubiertos, públicos y privados de esta residencia, en
este caso además realzada por la diferencia de nivel que existe entre
la calle, los patios –el de vecindad y el interior de la caballeriza– y el
suelo de la planta superior. Esta diferencia de nivel hace que tanto
calle como patios se presenten, ante el espacio doméstico de la planta
alta, como vacíos. En los límites con éstos vacíos, en aquella planta,
aparecen algunos elementos arquitectónicos que median, al mismo
tiempo que enriquecen, dicha transición. Hacia el vacío de la calle
aparece una serie de puertas con sus respectivos balcones; hacia el
del patio interior aparece, además de una serie de ventanas, la zote-
huela que resulta extensión, aunque a otro nivel, del patio de planta
baja; y hacia el patio de vecindad aparece el corredor que a manera
de balcón se vuelca sobre el vacío. Se destaca que para lograr este
efecto en el corredor, el arquitecto separa una parte del entero que
se desarrolla a todo lo largo del patio de vecindad. Esta operación se
realiza colocando un muro divisorio, transversal a la circulación, en
el límite de la superficie que ocupa la vivienda, donde se encuentra
con una de las viviendas interiores y el mismo muro se coloca tam-
bién en la zona Oeste de la vecindad, separando el trozo de corredor
perteneciente a la vivienda del frente, del total que se despliega a
lo largo del patio. De esta manera el arquitecto cede dichos trozos,
privatizándolos para convertirlos en balcones largos o galerías para el
uso exclusivo de las viviendas frontales (fig. 24).
En términos de lo que actualmente denominamos zonificación
se nota claramente, en la distribución de las plantas de la vivienda, la
jerarquización de posiciones respecto a la calle, al patio de vecindad
y al patio interior. En la planta baja se ubican colindando con la ca-
lle y con el patio de vecindad los accesos a la morada, mientras que
al interior se localizan las dependencias dedicadas al cuidado de los
animales domésticos. En planta alta lindando con la calle se encuen-
tra la zona de estar y recepción de visitas, lindando con el patio de
vecindad, la zona de dormitorios y volcadas hacia el patio interior,
la zona de distribución, las áreas de consumo y de preparación de
alimentos y un área de servicio doméstico (la zotehuela). Es de des-
tacar nuevamente al igual que en la casa-patio palaciega,99 el hecho
de que para acceder a las recámaras se haya de pasar por el comedor.
Este tratamiento secundario se entiende al saber que el comer, en la
época en la que se realizó el proyecto de las Casas del Colegio, era una
actividad efectuada en el marco del seno familiar y apenas en el siglo
XVIII comenzaba a convertirse en un acto socialmente importante
para realizarse con invitados.100 24 Detalle del plano de la planta alta de
las Casas del Colegio. Se señalan con flechas
los muros divisorios que el arquitecto situa
99 Ir a páginas 45 y 46. en los corredores. Fuente del plano original:
100 Souto M., Matilde. ‘De la cocina a la mesa’. En: Staples (coord.) (2005), p. 41. AGN, loc. cit.

57
PARTE I: Casas de vecindad

Para concluir con la explicación del tercer género de viviendas


incluidas en la vecindad, se describe a continuación la vivienda in-
terior que se halla al fondo-Oeste del patio (fig. 25) y nuevamente la
descripción del resto de las viviendas interiores se obviará, ya que
su distribución arquitectónica es similar. Dicha vivienda ocupa diez
piezas de la estructura de crujías en la planta alta de la vecindad y
para acceder a ella se ha de subir el primer tramo de la escalera que
se localiza al centro del patio, posteriormente dar un giro de noventa
grados hacia el Oeste y subir un segundo tramo de escaleras hasta
Escala 1: 500 N alcanzar el corredor. Finalmente se ha girar sobre éste en dirección
01 3 5 10 15 Norte y se arribará a la puerta de entrada de la morada. Desde ese
mismo punto del corredor, si se gira al Sur, se podrá acceder a otra de
25 Detalle del plano de la planta alta de las
Casas del Colegio. Muestra la vivienda inte- las viviendas del mismo género, la del centro-Oeste. Esta explicación
rior del fondo-Oeste, del tercer género in- nos lleva a señalar que la localización de la escalera dentro del patio
cluido en la vecindad. Fuente: AGN, loc. cit.
de vecindad está justificada ya que su desembarque coincide con el
muro que separa el área que ocupan las viviendas interiores del fondo,
del área donde se emplazan las viviendas interiores del centro. Tal
localización permite nuevamente la división del corredor en trozos,
cediendo a cada una de las viviendas, el uso exclusivo de la parte de
corredor que le pasa por enfrente (fig. 26). Así, la vivienda del fon-
do-Oeste tiene asignado el trozo de corredor que discurre a lo largo
de su fachada hacia el patio.
Las habitaciones con las que cuenta esta vivienda son: asisten-
cia, sala, comedor, cocina, zotehuela, tres recámaras, un aposento
que contiene el placer y otro con el común. Adicionalmente, en su
planta arquitectónica se observa una zona con el título claro. Esta
zona pertenece a la vivienda como un espacio abierto que permite
la entrada de luz y aire a las habitaciones interiores y conforma una
especie de patio de luces sin techo ni suelo –llegando hasta la planta
baja y convirtiéndose en el área de corrales de las viviendas inferiores
26 Detalle del plano de la planta alta de las de la vecindad. La superficie útil total de la vivienda suma alrededor
Casas del Colegio de San Pedro y San Pablo. de 220m2, todos ellos a cubierto y el área del claro es de aprox. 45m2
Se observa la escalera de la casa de vecin-
dad y su relación con los corredores y las (las dimensiones y superficies de cada habitación se especifican en el
viviendas. Fuente: AGN, loc. cit. cuadro 3). A estas cifras se podría sumar además, el área del trozo
de corredor que se le asigna a esta vivienda ya que, como balcón o
galería, constituye un área transitable y útil pues a través de ella es
Cuadro 3 posible acceder a varias piezas. La superficie de este trozo de corredor
ancho prof. superf. es aprox. 30m2, sumados éstos a la superficie útil de la morada se
Asistencia 5m 5,5 m 27 m2
Sala 10 m 5,5 m 55 m2 llega a la cifra de 250m2.
Recámara 5,5 m 5m 28 m2
Comedor 5m 4m 20 m2
En la disposición arquitectónica de las habitaciones, la sala, la
Cocina 4m 5m 20 m2 asistencia y una primera recámara lindan con el corredor. La sala tie-
Zotehuela 5m 3,5 m 18 m2
Recámara 4m 5m 20 m2 ne dos puertas que se abren hacia ese espacio, la asistencia abre una
Recámara 4m 5m 20 m2 puerta hacia él y la recámara una ventana. Estas tres habitaciones
Placer 2,5 m 1,5 m 4 m2
Común 2,5 m 1,5 m 4 m2 se encuentran además comunicadas entre sí y usando la asistencia
Claro 3,5 m 13 m 45 m2

58
CAPÍTULO 1: Casas del Colegio de San Pedro y San Pablo

como distribuidor, se puede acceder o bien a la sala o a la recámara


y adicionalmente, desde la misma asistencia se puede acceder al co-
medor que se ubica al Oeste. Este comedor funciona como segundo
espacio distribuidor para la vivienda ya que desde él se puede acceder
al resto de las habitaciones, al Norte a la cocina y a través de ella a
la zotehuela –estas dos habitaciones se encuentran comunicadas a
través de una puerta y una ventana– y al Sur a la recámara segunda
y a través de ella, siguiendo en la misma dirección, a la tercera, para
finalmente acceder al placer y al común. Tanto el comedor como
la segunda y la tercera recámara, al igual que el común, el placer y
la zotehuela, lindan con el claro y a excepción de la azotehuela y la
tercera recámara el resto de habitaciones tiene ventanas que se abren 27 Detalle del plano de la planta alta de las
Casas del Colegio. Muestra la vivienda inte-
hacia ese espacio vacío. El caso de la tercera recámara empero es es- rior del centro-Oeste, del tercer género in-
pecial, debido a que suponemos que tal ventana habría de existir y cluido en la vecindad. Fuente: AGN, loc. cit.

su omisión es un error en el dibujo. Tal suposición parte del hecho


de que, en las viviendas interiores del centro de la vecindad, esta
ventana efectivamente existe (fig. 27). Una vez más suponemos, al
igual que se hizo en las viviendas del frente, que la zotehuela de esta
vivienda se encuentra a descubierto, observando así que el espacio
interior doméstico se coloca entre dos patios –el de vecindad y el
claro– y cuenta con su propio pequeño recinto a cielo abierto –la
zotehuela– (fig. 28). Se destacan nuevamente las relaciones existentes
entre el espacio colectivo de la vecindad y el espacio privado de la
morada y la variedad y riqueza presentes en las transiciones entre los
espacios abiertos –los patios que aparecen a este nivel como vacíos,
sin techo ni suelo–, los espacios descubiertos –el corredor-balcón y la
zotehuela, con suelo pero sin techo– y los espacios a cubierto –todas
las habitaciones.
En cuanto a la jerarquización en las posiciones de las habitacio-
nes o zonificación, en esta vivienda se encuentra que hacia el patio
de vecindad, a través del corredor-balcón, se sitúan el espacio de
acceso y distribución –asistencia–, la zona de estar –sala– y un dor-
mitorio que eventualmente podría ser usado como gabinete. Hacia zote-
huela cocina recámara
los patios interiores se sitúa el área se servicios –comedor, cocina y
patio de vecindad

zotehuela– y el área de dormitorios y aseo personal (el comedor es


comedor

asistencia
corredor

tratado como habitación de uso privado de la familia).


claro

Para concluir, señalar que a través de la descripción de las vi-


recá-
viendas, del frente-Este y del fondo-Oeste, y haciendo extensivas sus mara
características al resto de viviendas del tercer género, se observa que sala

éstas moradas poseen una gran calidad espacial: son amplias, ricas en recá-
común
placer

mara
sus recorridos interiores y en la forma en que se relacionan con los
N
espacios exteriores y presentan diversas cualidades de zonificación. Escala 1: 500

Por tanto se considera que estas viviendas constituyen verdaderas ca- 0 1 3 5 10 15m

sas, siendo éste el motivo que nos ha llevado a denominar al género 28 Dibujo de la plantas arquitectónica de la
con el apelativo residencias. vivienda del fondo-Oeste.

59
PARTE I: Casas de vecindad

PATIO DE VECINDAD
Ahora que están descritas las treinta viviendas que componen
la vecindad a través de sus tres géneros –accesorias o casas de taza y
plato, cuartos redondos y residencias– toca el turno al elemento que
las integra en una sola gran unidad doméstica: el patio de vecindad.
Se ubica, como no puede ser de otra forma de acuerdo con la
definición de una vecindad, al centro del solar, ocupando casi la
totalidad de su medida longitudinal, lindando directamente con el
muro medianero que limita la edificación al Norte y separado de la
calle, al Sur, sólo por el zaguán.
El claro del patio mide aproximadamente 5 m de ancho por
60 m de profundidad, tiene una proporción de 1:12, ocupa una
superficie cercana a los 300m2 y está limitado a Este y Oeste, en
la planta baja por dos corredores porticados y en la planta alta por
otros dos corredores, éstos últimos aparentemente descubiertos. To-
dos los corredores tienen un ancho de alrededor de 1,5 m (figs. 29 y
30). El claro es por tanto un espacio estrecho y alargado cuyos límites
longitudinales se hallan en su nivel inferior, ritmados por la secuen-
cia de columnas que configuran los pórticos y en su nivel superior,
definidos en una frecuencia continua marcada por la cadencia de las
barandillas que acompañan en toda su extensión a los corredores su-
periores. El patio se presenta de esta manera ante el viandante como
una especie de calle, continuación del espacio urbano exterior y aná-
logo a él; su proporción y su uso, como elemento que acompaña la
circulación hasta el interior de las viviendas, así lo sugieren. Pero esta
calle-patio a diferencia de las urbanas, tiene la profundidad limitada,
está cerrada y presenta, en el segundo tercio de su longitud y al cen-
tro de su anchura, un elemento que trasciende por su protagonismo:
la escalera de la vecindad.
La escalera interviene en el espacio abierto al cielo de tal forma
que, en una calle cualquiera de la ciudad la tendencia de la visión
está marcada por la horizontal –a la altura de los ojos del observa-
dor– y en la calle-patio de la vecindad dicha tendencia se ve alterada
porque la escalera introduce una tensión hacia la vertical, provocan-
do la ascensión de la vista del observador, quien sube con la mirada
incluso antes de pisar el primer escalón (fig. 31). De esta manera son
dos las operaciones arquitectónicas que definen mayoritariamente al
patio de esta vecindad: la primera es la determinación de su propor-
ción que lo acerca a la de una calle y la segunda es la introducción de
la escalera, en una posición relevante.
La vecindad, su idea de vivir en colectividad, no puede ser en-
tendida sin el patio, él es el elemento principal de la composición
arquitectónica ya que a su alrededor giran todas las viviendas y en él
ocurre todo lo que no puede ocurrir en el interior de aquellas. El pa-

60
CAPÍTULO 1: Casas del Colegio de San Pedro y San Pablo

29 y 30 Detalles de los planos de la planta


baja y la planta alta, de las Casas del Colegio
de San Pedro y San Pablo. Muestran el patio
de vecindad. Fuente PB: Ayala (2009), p. 90.
Fuente PA: AGN, loc. cit.

Escala 1: 500 N

01 5 10 20 30 40 50m

tio es al mismo tiempo una extensión del espacio privado doméstico


y la extensión del espacio público urbano, es un lugar de transición
entre ambas entidades que crea un ambiente intermedio con carácter
propio, ya que el patio no es la calle ni es la casa, es ambos y ningu-
no de ellos a la vez. Las definiciones de la palabra patio ya han sido
vistas en éste capítulo con anterioridad,101 sólo se ha de mencionar
que en la comparación de los enunciados que lo definen, se constata
su carácter dual: de espacio cerrado y abierto a la vez –cerrado con
paredes o galerías, hacia los ejes cardinales x-y y abierto al cielo, hacia
el eje vertical z– y de espacio simultáneamente interior y exterior –
101 Ir a página 33.

61
PARTE I: Casas de vecindad

31 Fotografía antigua del patio de una edificación localizada en la calle Belisario Domínguez núm. 65, en el Centro Histórico de
la Ciudad de México. El patio de la vecindad de las Casas del Colegio pudo haber tenido un aspecto similar a éste. Fuente: INAH,
Coordinación Nacional de Monumentos Históricos, Fototeca Constantino Reyes-Valerio. Localización de la imagen: Álbum 4, Tomo
III, Página 56.

62
CAPÍTULO 1: Casas del Colegio de San Pedro y San Pablo

interior visto desde la calle, ya que se encuentra siempre dentro de un


edificio o un conjunto de ellos y exterior visto desde las viviendas. El
patio es una habitación exterior, un recinto, un lugar que determina
una región de suelo pero deja indefinida la vertical. Probablemente
este carácter dual, de conjunción, de fundación de un universo, sea
una de las razones por las que, en la vecindad, todo gira alrededor
del patio.

MODELO DE VIVIENDA COLECTIVA, ANÁLISIS Y REFERENCIAS


CRUZADAS
Recapitulando sobre la casa de vecindad, se ha insistido en su
carácter colectivo, destinada a ser habitada por varios núcleos fami-
liares, ocupando cada familia un número limitado de habitaciones
dentro del conjunto unitario. La vecindad es así una unidad residen-
cial primaria que adquiere forma mediante la agregación de un nú-
mero plural de unidades domésticas de segundo orden. Es en otras
palabras, una casa grande en cuyo interior se disponen varias casas pe-
queñas. Si se transporta esta definición a todo el proyecto de las Casas
del Colegio de San Pedro y San Pablo se observa que el conjunto puede
ser visto de la misma manera, como la agregación de un número plu-
ral de casas –las de la vecindad y las de las casas-patio palaciegas. Se
ha dicho además que en la vecindad las unidades domésticas quedan
vinculadas a través del patio, mientras que en todo el conjunto de
las Casas del Colegio las unidades se relacionan a través de los trozos
de calle que, haciendo esquina, lindan con dos de los cuatro lados
del perímetro del solar. Entonces los elementos que en cada caso
ligan las unidades domésticas son: un espacio que es extensión de
lo urbano –el patio-calle de la vecindad– y un lugar eminentemente
urbanizado –el cruce de dos calles. De este hilo de ideas se extrae
una relación de analogía que coloca a las leyes que rigen la estructura
arquitectónica de lo doméstico en situación de semejanza con las
leyes que rigen la estructura de lo urbano y se extrae también una
conjetura: el proyecto de las Casas del Colegio, su composición, su
estructura arquitectónica, está planeado de la misma forma en que
se planearía una ciudad.
Para corroborar lo dicho se recurre a un plano urbano de la
capital mexicana de finales del siglo XVIII que presenta un proyecto
para la regulación de la traza y el crecimiento de la ciudad. El plano
fue elaborado por el mismo arquitecto, entonces Maestro Mayor de
la Ciudad, Ignacio Castera (fig. 1) y se titula Plano Yconográfico de
la Ciudad de México, Capital del Imperio que demuestra el reglamento
General de sus Calles hasi pa. la comodidad y hermosura como igualmen-
te conciliar el mejor orden de Policía y construcción futura, levantado
de orden del Sôr Exmo. Conde de Revilla Gigedo por el Mtro. mayor de

63
PARTE I: Casas de vecindad

la N. C., D. Ygnacio Castera, año de 1794. En él se dibuja, a manera


de fondo, un levantamiento de la situación urbana de la época y, a
madera de figura, en líneas punteadas, una propuesta de ordena-
ción de calles y ampliación del suelo urbano. Según esta propuesta
la ciudad quedaría confinada dentro de un perímetro cuadrado con
la plaza mayor ubicada al centro; las manzanas y las calles habrían
de regularizarse para quedar rectas y en los cuatro ángulos de dicho
perímetro se habrían de situar «cuatro plazas grandes102 útiles para
revistas del ejército, evoluciones militares, mercados, y otros diversos
usos de una capital»103. Cabe destacar que al igual que el proyecto de
las Casas del Colegio, esta propuesta urbana no fue llegada a realizar.
Otro plano, también del mismo año y realizado por Castera,
titulado Plano de la Ciudad de México, para que con arreglo á el nue-
vo alineamiento de calles, mandado observar á la Junta de Policía por
102 Esta denominación con su adjetivación es cita textual del plano, Castera llama a
estas plazas grandes y en efecto en el dibujo se observa que estos recintos tienen aproxima-
damente el doble de superficie que la Plaza Mayor de la Ciudad de México. Fuente del
plano: Lombardo (1996), p. 346.
103 Cita textual de la explicación, que de estas plazas, se hace en el plano. Fuente: Lom-
bardo (1996), p. 346.

64
CAPÍTULO 1: Casas del Colegio de San Pedro y San Pablo

el Exmo. Sor. Conde de Revilla Gigedo, se establezca la Pensión de la 1 Plano Yconográfico de la Ciudad de Mé-
contribución que deven hacer los Dueños de fincas para la contribución xico, Capital del Imperio que demuestra el
reglamento General de sus Calles hasi pa. la
y subsistencia de los empedrados con las de mas que expresa el informe comodidad y hermosura como igualmente
é igualmente para el claro conocimiento de las tres clases en que está conciliar el mejor orden de Policía y cons-
trucción futura, levantado de orden del Sôr
dividido el terreno por la diferencia de las contribuciones, formado por Exmo. Conde de Revilla Gigedo por el Mtro.
el Mtro. mayor Dn. Ignacio Castera en 24 de Junio de 1794 muestra mayor de la N. C., D. Ygnacio Castera, año
de 1794. Autor: Castera, Ignacio. El Norte se
con mayor claridad la propuesta de ordenación y ampliación urbana encuentra hacia la izquierda del plano y el
(fig. 2). Este hacia su parte superior. Fuente: Lom-
bardo (1996), p. 346.
La relación existente entre el proyecto de las Casas del Colegio 2 Plano de la Ciudad de México, para que
con arreglo á el nuevo alineamiento de ca-
de San Pedro y San Pablo (1788) y este proyecto para la Ciudad lles, mandado observar á la Junta de Policía
de México (1794) es evidente, no sólo porque ambos fueron crea- por el Exmo. Sor. Conde de Revilla Gigedo,
se establezca la Pensión de la contribución
dos por el mismo autor y en la misma época, sino debido a que los que deven hacer los Dueños de fincas para
dos responden a una misma estructura urbano-arquitectónica, a una la contribución y subsistencia de los empe-
drados con las de mas que expresa el infor-
forma de componer el espacio y determinar las relaciones entre lo me é igualmente para el claro conocimiento
público y lo privado, lo colectivo y lo individual. Lo que el patio es de las tres clases en que está dividido el te-
rreno por la diferencia de las contribuciones,
para la vecindad equivale a lo que los trozos de calle en esquina son formado por el Mtro. mayor Dn. Ignacio
para las Casas del Colegio y ambas situaciones resultan análogas a Castera en 24 de Junio de 1794. Autor: Ig-
nacio Castera. El Norte se encuentra hacia
la delimitación del suelo urbano dentro de un recinto cuadrado y la la izquierda y el Este hacia la parte superior
del plano. Fuente: Lombardo (1996), p. 344.

65
PARTE I: Casas de vecindad

inserción de las cuatro plazas en sus esquinas.


El proyecto de las Casas parte de la configuración cuadrada del
solar y de algunos muros preexistentes situados en su interior (fig.
3). La primera operación que el arquitecto realiza es la subdivisión
de aquel cuadrado en cuatro partes y ello se efectúa por un lado,
tomando como referencia uno de los muros preexistentes y por otro
lado, considerando que el solar tiene un frente y un detrás –sus lados
que lindan con las calles constituyen los frentes y sus lados delimi-
tados por medianeras constituyen el detrás–, así las cuatro partes se
disponen de acuerdo con las preexistencias y la jerarquización de los
3
frentes (fig. 4). La segunda operación realizada consiste en consolidar
el perímetro de cada una de esas partes a través del establecimien-
to de una serie de crujías que se levantan como sólidos edificados,
como llenos en la configuración arquitectónica (fig. 5), resultando
de esta consolidación la simultánea definición de los espacios vacíos
del proyecto: los tres patios de las casas-patio palaciegas y el patio de
vecindad (fig. 6).
El proyecto para la Ciudad de México parte en cambio de un
perímetro irregular, indefinido ya que la forma urbana de las manza-
nas y los edificios de la época se encuentra aparentemente desorga-
nizada (fig. 7). Pero esa forma está realmente dotada de una estruc-
4
tura intrínseca marcada por dos preexistencias: la primera es la plaza
mayor y la segunda la antigua traza urbana del siglo XVI, que al
siglo XVIII se halla desdibujada. Apoyado en esas dos preexistencias
Ignacio Castera desarrolla su proyecto. Comienza trazando un perí-
metro urbano regular, un cuadrado que tiene como centro la plaza
mayor (fig. 8). Ese cuadrado es una Acequia Maestra104 que enmarca
la superficie que ocupa la ciudad agregando además nuevas áreas de
suelo urbanizable; a continuación realiza la alineación de calles y
manzanas extendiendo el antiguo trazo vial del siglo XVI hasta lle-
gar al límite marcado por el perímetro cuadrado (fig. 9); finalmente
5
coloca cuatro grandes plazas, una en cada ángulo del cuadrado (fig.
10). Se verifica así que en la definición de este proyecto urbano, las
operaciones realizadas por Castera presentan un orden inverso a las
realizadas en el proyecto arquitectónico de las Casas, ya que al no
existir desde el comienzo un límite definido, se parte de instituirlo,
de determinar en este caso, un espacio vacío que es un recinto en
cuyo interior se desarrollará la ciudad en su totalidad. Acto seguido,
se definen los llenos representados por las manzanas que se alinean
a otros vacíos: las calles. Por último se sitúan las cuatro plazas que
constituyen otros recintos vacíos.
Esta descripción esquemática de la disposición de llenos y vacíos
6 en ambos proyectos, va más allá si consideramos que en dicha dispo-
N
Escala 1: 2 000
104 Maza, Francisco de la. ‘Ignacio Castera y su modificación de la ciudad’. En Gortari
0 10 20 40 60 80m y Hernández (compiladoras) (1988), tomo II, p.13

66
CAPÍTULO 1: Casas del Colegio de San Pedro y San Pablo

sición se intuye también una forma de convivencia, tanto entre los


habitantes de las Casas, como entre los habitantes de la ciudad y una
gradación entre el espacio público y el privado. Los llenos corres-
ponden a espacios de mayor privacidad, de uso gradualmente más
individual, y los vacíos corresponden a los espacios de uso público
o colectivo. En el proyecto de las Casas, Castera parte de la defini-
ción de un trozo de espacio privado (el solar) y lo reparte en cuatro
partes de mayor privacidad (las superficies de las casas) disponiendo
en cada una de esas partes una serie de zonas edificadas (las crujías
de las habitaciones) para el uso progresivamente más íntimo de cada
uno de los miembros de la familia. Al mismo tiempo se disponen los 7
espacios de uso colectivo (los patios) para el intercambio social entre
todas las personas que habitan la casa y los visitantes o invitados que
representan a cualquier habitante de la ciudad. En el proyecto urba-
no por el contrario, se parte de la instauración del límite del espacio
público general (el cuadrado que contiene la ciudad de todos), pos-
teriormente se trazan las calles, espacios también públicos, y al mis-
mo tiempo se ubican las manzanas y sus edificios, espacios privados.
Finalmente se ubican las cuatro plazas que constituyen los espacios
para el intercambio social entre todos los ciudadanos. Se observa así
que los dos proyectos son análogos, presentan procesos semejantes
de delimitación del espacio. Se concluye de ello que las Casas del
Colegio están efectivamente planeadas como una ciudad y que el 8
proyecto urbano se plantea como la casa de todos los ciudadanos.

10

67
CAPÍTULO 2

Vecindades y construcción de ciudad

México, view of the great square, and cathedral (detalle). Ackerman, George, R. G. 1826.
Fuente: Lombardo (1996), t. I, p. 10.
PARTE I: Casas de vecindad

La voz casa de vecindad, comúnmente resumida sólo a vecindad,


significa actualmente «la que contiene muchas viviendas reducidas,
por lo común con acceso a patios y corredores».1,2 La época en la que
el vocablo comenzó a utilizarse es incierta3 pero en la Ciudad de Mé-
xico existen edificios que coinciden con su significación construidos
desde el siglo XVII hasta principios del siglo XX. Algunos de esos
edificios siguen en pie y habitados en la actualidad. Las vecindades
son un género residencial que fue edificado en la capital mexicana
durante al menos tres siglos y forman parte inherente tanto de la
historia urbano-arquitectónica de la ciudad, como de la historia de
la sociedad que la habita, pudiéndose decir que prácticamente no
existe ninguna persona en esa metrópoli, que no tenga la noción del
cómo se vive en una vecindad.
Este capítulo, se fundamenta en la premisa de que al haber sido
construidas durante tanto tiempo y en gran cantidad –aun cuando
en su última etapa fueron desacreditadas siendo consideradas vivien-
das insalubres–,4 las vecindades constituyen un género habitacional
colectivo que contiene una serie de valores arquitectónicos. Con la
finalidad de desvelar esos valores, el discurso comienza definiendo
qué es una vecindad, se trata de enunciar teóricamente cuáles son los
elementos arquitectónicos que la componen y cómo ellos se relacio-
nan entre sí. A continuación se pasa a la praxis, se estudian y orde-
nan una serie de ejemplos de vecindades para extraer sus principios
de composición arquitectónica y observar las variantes respecto a la
definición primera. Seguidamente se reflexiona sobre la vida en las
vecindades, cómo se habitaban y, en algunos casos se habitan hoy en
día, estas viviendas colectivas y cómo influye su configuración arqui-
tectónica en la forma de vida de los habitantes. Finalmente se estudia
la manera en que las vecindades contribuyen a la construcción de la
ciudad, su dimensión urbana, cómo la agrupación de casas de vecin-
dad interviene en la conformación de la manzana, de qué manera las
manzanas conforman barrios y cómo todo ello contribuye a dotar de
estructura a la ciudad.

1 Camino (2001), p. 706.


2 RAE [en línea], (consulta: noviembre de 2014).
3 Martín (1981), p. 104. Según este autor el nombre vecindad comenzó a aplicarse en
el siglo XIX, pero durante las investigaciones realizadas para esta tesis, en los documentos
consultados en el AGN, se encontró un plano de 1776 que contiene la leyenda «Patio de
la Cassa de Vecindad». Por lo tanto es probable que ya en el siglo XVIII la denominación
vecindad fuera utilizada. Fuente del plano: AGN, Colección «Mapas, Planos e Ilustracio-
nes». Casa en la calle de la ranchera; México, D.F. 1776. Código de ref: MAPILUUS4888
4 De esta consideración existen múltiples escritos, algunos son recogidos en el libro
Arquitectura doméstica de la ciudad de México de Vicente Martín: «En 1893 El financiero
mexicano aseguraba que ‘los caballos de los ricos tenían mejor alojamiento y que ni los
esquimales ni los hotentotes vivían tan mal en sus chozas como los inquilinos de las casas
de vecindad’». Martín (1981), p. 105

70
CAPÍTULO 2: Vecindades y construcción de ciudad

DEFINICIÓN DE CASA DE VECINDAD


Además de las actuales ya enunciadas definiciones de dicciona-
rio, algunos académicos estudiosos de la arquitectura mexicana han
explicado qué es aquello que caracteriza a una vecindad distinguién-
dola de otros géneros de vivienda colectiva.
Toissaint (1948) en su libro Arte Colonial en México, refiriéndo-
se a las vecindades del siglo XVII, explica:
[...]. Las del siglo XVII están formadas en su mayoría por un gran pasillo central
a cuyos lados se abren las “viviendas”. Están éstas formadas simplemente por dos
piezas y una cocina, acaso un patiecillo. Al fondo del paso central se ve una fuente
con un nicho y una imagen alumbrada por un farol. Algunas veces la casa consta
de dos pisos; entonces, la escalera queda en el fondo formando una especie de altar
al nicho; pero también suelen existir casas de vecindad de mayores proporciones,
con cuatro o seis viviendas de mayor número de piezas, aunque la disposición
general es la misma: alrededor de un paso o patio central, con escaleras al fondo
o al frente. [...]5
Ayala Alonso (1996), en La casa de la Ciudad de México: Evolu-
ción y transformaciones, refiriéndose al origen de las casas de vecindad
y definiéndolas como una modalidad habitacional, las describe así:
Originarias del siglo XVII, y edificadas ex profeso para la renta, las casas de vecin-
dad fueron una modalidad habitacional de sello mestizo [...].
La vecindad en su origen está relacionada con el modelo de la casa de patio central,
sólo que en vez de servir a una familia lo hace a un número bastante elevado de
ellas, las cuales habitan en uno o dos cuartos distribuidos alrededor de un patio
de planta cuadrada o rectangular en cuyo perímetro se desarrolla un corredor
porticado. [...]
[...]. La vecindad o casa de patios, por su partido arquitectónico que agrupa va-
rios tipos de casas pequeñas, estaba dirigida a usuarios diversos quienes según sus
posibilidades económicas podían ocupar las ubicadas hacia la calle, con mayor
superficie y número de locales, o las más modestas, situadas en el interior.
Las casas que se localizaban al frente de la vecindad tenían accesorias y servían
como talleres o tiendas, [...]6

Y el mismo autor, hablando sobre las postrimerías del siglo XIX,


menciona:
Las vecindades se convirtieron en una modalidad habitacional numéricamente
importante. Este tipo de casas colectivas presentó variantes dirigidas a una amplia
gama de usuarios. Existieron algunas que agrupaban pequeñas casas compuestas
de una sola habitación precedida de una azotehuela; otras, que también se com-
ponían de viviendas de un solo recinto, contaban con un tapanco que duplicaba
su área; existió un tercer tipo, con casitas de dos habitaciones además de la azo-
tehuela, y por último las de mayor calidad, con casas de tres o más habitaciones.
Estas vecindades son una versión moderna de las que se edificaron en la época
colonial, sólo que ahora los viejos patios se han visto reducidos a pasillos que úni-
camente dejan paso a las pequeñas casas, en cuyos interiores se había confinado la
vida doméstica sin que pudieran usar ya esos espacios colectivos como prolonga-
ción de la casa. [...]7

5 Toussaint (1983 [1948]), p. 101.


6 Ayala (1996), pp. 51 y 52.
7 Ibídem, p. 92.

71
PARTE I: Casas de vecindad

Ramón Vargas Salguero (1998), en Historia de la arquitectura y


el urbanismo mexicanos (vol. III, tomo II), refiriéndose a las vecinda-
des de las últimas décadas del siglo XIX, indica:
[...] las primeras descripciones provenientes de cronistas, médicos y visitantes ex-
tranjeros en la década de los ochenta se refirieron a ellas [las vecindades] como
viviendas distribuidas en torno a un patio rectangular o cuadrangular; en uno o
dos pisos.8 Cada morada podía estar compuesta de uno a cinco cuartos, depen-
diendo si se trataba de vecindades decorosas destinadas a los trabajadores en me-
jores condiciones económicas, o vecindades para los estratos menos favorecidos.
Los cuartos eran de dimensiones reducidas, de un promedio de nueve metros
cuadrados y de poca altura. Cuando la vivienda la constituía un solo cuarto, servía
de “recámara, comedor, cocina y cuadra”; cuando eran dos, uno se destinaba a
recámara y el otro a cocina-comedor. En ellos habitaban un promedio de ocho a
catorce miembros, conviviendo muchas veces con gallinas, puercos o perros.
Era común que dentro del predio no existiera el agua potable, lo cual obligaba a
abastecerse del vital líquido [...], para después ubicarla en grandes tinajas coloca-
das en los corredores de las viviendas; el baño, ni pensarlo: fueron escasas las ve-
cindades o departamentos que en sus patios contaran con el servicio comunitario
de letrinas [...].
El patio fue el lugar donde se desarrollaba la vida social; fue el elemento arquitec-
tónico integrador por excelencia de todas las familias. Debido al carácter artesanal
de la población, no había vecindad o departamentos que en sus exteriores no
contaran con accesorias o talleres de trabajo. [...]. El patio y las accesorias constitu-
yeron dos elementos que se conservaron en la concepción de las nuevas vecindades
[...] que se empezaban a construir hacia 1880, [...], en las nuevas colonias para
obreros de la capital. 9

Vicente Martín (1981) en Arquitectura doméstica en la ciudad


de México (1890-1925), escribiendo sobre el origen de la denomi-
nación vecindad y de las que se construyeron a principios del siglo
XX, explica:
La denominación de vecindades comenzó a aplicarse durante el siglo pasado al
conjunto de cuartuchos mezquinos, en los que se hacinaban numerosas familias,
formados en torno a los patios de viejos caserones de la ciudad, a medida que
estos degeneraban y eran abandonados por sus dueños. Esta misma designación
se aplicó a cierto tipo de viviendas multifamiliares, humildes o míseras que se
construyeron en los barrios y más tarde en las nuevas colonias. La mayor parte de
estas vecindades nuevas eran de una sola planta aunque también se construyeron
de dos pisos, algunas con dos o más patios y otras con uno sólo de tierra, en el cual
en años posteriores se situaron los lavaderos. [...]
Los rasgos físicos comunes a todas las vecindades de principios de siglo son los
siguientes: A) la disposición de todas las habitaciones en una o dos plantas a lo
largo o en torno de uno o varios patios; B) sus limitaciones espaciales; C) la caren-
cia de servicios de agua y drenaje o el carácter común de éstos; D) la pobreza de
los materiales empleados en la construcción, y E) la relación de las habitaciones
entre sí y la de éstas con la calle. Estos caracteres analógicos permiten aplicarles la
denominación genérica de vecindades. [...]10

8 Cita del autor a pie de página: «Para la reconstrucción historiográfica de estas moradas
se cuenta con los relatos de la época que algunos personajes hicieron de ellas, [...]. Entre
los relatos se identifican los de Rivera Cambas (1880), el de Carl Nebel, Guillermo Prieto
y McCollester Sullivan». Estos relatos se encuentran en Gortari; Hernández (1988), t. III,
pp. 374 a 381.
9 Chanfón [coord. general]; Vargas [coord. del tomo] (1998), p. 188.
10 Martín (1981), pp. 104 y 109.

72
CAPÍTULO 2: Vecindades y construcción de ciudad

En una descripción de las viviendas que componen a las vecin-


dades en general, indica:
A) viviendas de una sola habitación situadas en el interior de vecindades y excep-
cionalmente en el exterior, formadas por un cuarto redondo en el cual se realizan
todas las actividades domésticas. En este tipo de habitaciones, carentes de venta-
nas, la puerta se abre directamente sobre el patio de la vecindad [...] (la superficie
total es de 9 a 12 metros cuadrados aproximadamente); B) el cuarto redondo con
tapanco (que casi duplica el área habitable) precedido de una pequeña azotehuela
que sirve de transición entre el patio común de la vecindad y la habitación única.
[...]. Igual que en el tipo A) los servicios de lavaderos y sanitarios eran comunes.
(La superficie promedio de estas habitaciones tomando en cuenta el tapanco y
la azotehuela es de veinte metros cuadrados). [...]; C) viviendas con dos habita-
ciones, una destinada a cocina y comedor y otra a dormitorio que representaba,
dentro de las vecindades, un grado mínimo de comodidades y desahogo sobre
todo cuando tenían baño propio en la azotehuela. [...], y D) cuando la vivienda
posee además una pequeña sala [...]. La superficie media de los tipos C y D es de
35 a 45 metros cuadrados.11

Y al referirse a los aspectos mágico-religiosos de todas las vecin-


dades, señala:
[...], existe en la entrada o zaguán de todas las vecindades una imagen, que en algu-
nas es de grandes dimensiones, en un pequeño altar generalmente adornado con
flores naturales o artificiales, que es objeto de veneración por todos los vecinos y
protege a la vecindad en su conjunto y a cada uno de sus habitantes de los peligros
o amenazas exteriores, [...]12

De estas definiciones es posible deducir un común denomina-


dor que señala las características extensivas a todas las vecindades,
una definición genérica: una casa de vecindad es una edificación de
carácter doméstico que se conforma por la agrupación de un nú-
mero variable de viviendas en torno a un espacio central común.
Este espacio es en la mayoría de los casos un patio, aunque en algu-
nas otras ocasiones puede ser simplemente un paso o pasillo, pero
siempre a cielo abierto, y si la edificación es muy grande o profunda
puede contar con dos o más patios o pasillos que agrupan diversos
conjuntos de viviendas. En el perímetro del, o los patios, suele haber,
aunque no invariablemente, un corredor porticado a través del cual
se accede a las viviendas. El número de plantas construidas en estas
edificaciones varía entre una a dos y si son dos, entonces la casa de
vecindad cuenta con una escalera emplazada ya sea al frente de la
edificación o, en muchas ocasiones, al centro o al fondo del patio.
En este caso también, en planta alta, en el perímetro del patio, existe
invariablemente un corredor, a veces porticado y cubierto, y a veces
descubierto, que conduce a las entradas de las viviendas superiores.
Ubicado algunas veces en la entrada y otras veces en el patio o en
la escalera de la vecindad, existe un altar o nicho que muestra una
imagen por lo común religiosa que funge como patrona de la casa
brindándole protección. Las viviendas que componen la casa de ve-
11 Ibídem, pp. 101 a 103.
12 Ibídem, p. 116.

73
PARTE I: Casas de vecindad

cindad varían en tamaño, existen las que cuentan con una sola ha-
bitación donde se realizan todas las actividades domésticas, las que
cuentan con dos habitaciones y separan algunas actividades como
el comer y el cocinar, de otras como el dormir, y así sucesivamente
hasta llegar a las viviendas que cuentan con múltiples habitaciones
que albergan separadamente las diversas actividades domésticas. Es
común que algunas viviendas, ya sea las de una o las de varias habi-
taciones, cuenten además del espacio habitable a cubierto, con un
pequeño espacio a cielo abierto, una especie de patiecillo de uso pri-
vado o zotehuela.13 Las viviendas de mayor tamaño suelen situarse al
frente de la casa de vecindad, lindando con la calle, y las de menor
tamaño suelen situarse al fondo. También al frente de la edificación,
en planta baja y lindando con la calle, se sitúan las llamadas acceso-
rias que constan de una sola habitación, en ocasiones con un altillo o
tapanco, y acogen habitualmente alguna actividad comercial –tienda
y/o taller– además de usarse como pequeñas viviendas ya que fre-
cuentemente las personas que realizan la actividad comercial instalan
su dormitorio en el altillo. Las viviendas que constituyen las casas de
vecindad son, casi siempre, de arrendamiento. Los servicios en las ve-
cindades, como el abastecimiento de agua y la instalación de letrinas
o de lavaderos para la ropa, son casi siempre comunitarios y se ubican
en el patio. Sólo en ciertas ocasiones existen servicios separados para
cada vivienda.
De esta definición se extrae aquello que en esencia caracteriza a
la vecindad: edificación conformada por un conjunto de viviendas
que se agrupan alrededor de un espacio a cielo abierto. El patio y las
viviendas son los principales elementos de las casas de vecindad.

PRÁCTICA, CLASIFICACIÓN DE EJEMPLOS


De las diferentes fuentes consultadas para esta tesis se extraen
una serie de planos que ordenados, primero secuencialmente –se-
gún la fuente– y posteriormente en un Cuadro Clasificatorio, ofre-
cen una noción de la práctica arquitectónica en la proyectación de
las vecindades. Algunos de esos planos son de edificios que fueron
efectivamente construidos y otros se refieren a proyectos, sin saber si
se llegaron a edificar. Las fechas de que datan, tanto edificios como
proyectos, abarcan todo el periodo en que en la capital mexicana
fueron construidas las vecindades, desde el s. XVII hasta principios
del s. XX, y la zona donde se emplazan se limita a lo que hoy en
día es el Centro Histórico de la Ciudad de México (CHCM) y sus
alrededores, las actuales delegaciones Cuauhtémoc y Venustiano Ca-
rranza del D.F.14 (fig. 1)
13 Ver definición de zotehuela en página 38.
14 El Distrito Federal, como entidad federativa central de los Estados Unidos Mexica-
nos, cuenta con 16 delegaciones, entre ellas Cuauhtémoc y Venustiano Carranza.

74
CAPÍTULO 2: Vecindades y construcción de ciudad

CENTRO
HISTÓRICO DELEGACIÓN
V. CARRANZA
DELEGACIÓN
CUAUHTÉMOC
EST
A
DIS DO D
TRI E
TO MÉXI
FED CO
ERA
L

0 km 5 10 15 20 25 30 35 40 Km

1 Fotografía aérea de la Ciudad de México (1995). Fuente: INEGI (la imagen original fue modificada por el autor de esta tesis). Las líneas blancas
señalan la superficie de la mancha urbana hacia principios del siglo XXI. La linea negra, la frontera entre el Distrito Federal y el Estado de México.
Las líneas rojas, los perímetros de las delegaciones Cuauhtémoc y Venustiano Carranza. Y el rectángulo blanco, la ubicación del Centro Histórico.

75
PARTE I: Casas de vecindad

2 Casa en la calle de la ranchera (1776).


Productor: Lorenzo Rodríguez. Código de
referencia: MAPILUUS4888.
3 y 4 Casas del Colegio de San Pedro y San
Pablo (1788). Productor: Ignacio Castera.
Códigos de referencia: MAPILUUS4376 y
MAPILUUS4378.
5 y 6 Casa en la calle de Mesones (altos y
bajos) (1792). Productor: Francisco Guerre-
ro y Torres, maestro en arquitectura. Códi-
gos de referencia: MAPILUUS4790 y MAPI-
LUUS4791.
7 Casa en la calle de los Gallos (1799). Pro-
ductor: Antonio Velázquez. Código de refe-
rencia: MAPILUUS4792.
8 Casa en la plazuela de Juan Carbonero
(1799). Productor: Antonio Velázquez. Códi- 3 4
go de referencia: MAPILUUS4738.
Fuente de estos planos: Archivo General de
la Nación, Centro de Información Gráfica,
Colección: Mapas, Planos e Ilustraciones.

5 6

7 8

76
CAPÍTULO 2: Vecindades y construcción de ciudad

Del Archivo General de la Nación se extraen siete planos que


ilustran en total cinco ejemplares de casas de vecindad. El primero de
1776, se titula Casa en la calle de la ranchera y contiene la planta baja
de «un proyecto para la construcción de una casa contigua a la cede
de la Inquisición llamada ‘Casa Perpetua’»,15 se trata de «una casa de
vecindad de dos niveles», con «dos patios» (fig. 2). El segundo y ter-
cero de 1788, muestran las plantas baja y alta de las Casas del Colegio
de San Pedro y San Pablo, proyecto residencial colectivo con casa de
vecindad que se estudia en capítulo anterior de esta tesis (figs. 3 y 4).
El cuarto y el quinto plano de 1792, muestran las plantas baja y alta
de una Casa en la calle de Mesones en cuyo «expediente se menciona
que el uso de la casa será de vecindad»16 (figs. 5 y 6). El sexto plano de
1799, titulado Casa en la calle de los Gallos, contiene la planta baja de
un edificio que parece ser una casa de vecindad –aunque en ninguna
parte del plano, o del registro en el archivo, se menciona ese uso–, el
dibujo muestra una edificación con «veinte cuartos interiores» distri-
buidos alrededor de «dos patios»17 y una serie de accesorias, que se
abren hacia el exterior (fig. 7). Finalmente, el séptimo plano también
de 1799, titulado Casa en la plazuela de Juan Carbonero, contiene
–aunque tampoco se menciona ese uso– la planta baja de una edifi-
cación que también parece ser una casa de vecindad (fig. 8), el dibujo
muestra tres zonas, dos –arriba y abajo– donde se localizan habita-
ciones distribuidas alrededor de dos patios y una serie de accesorias
en los lindes con las calles, y la tercera –al centro– con un relleno
continuo de color. Estos siete planos en conjunto muestran diversas
distribuciones arquitectónicas de casas de vecindad del siglo XVIII.
Del Catálogo Nacional de Monumentos Históricos Inmuebles18 de
las delegaciones Cuauhtémoc y Venustiano Carranza, documento
elaborado por la Coordinación Nacional de Monumentos Históricos
del INAH19 (fig. 9), se han preseleccionado los planos de alrededor
de 300 inmuebles que, según la configuración de su planta arquitec-
tónica, coinciden con la forma de las casas de vecindad (fig. 10). En
la descripción de dichos inmuebles sólo se menciona que su uso es
de casa-habitación, sin especificar si se trata de vivienda unifamiliar
o colectiva ni hacer mención del nombre vecindad, pero el criterio
de selección ha tomado en cuenta las fotografías de los edificios para
suponer que se tratase de vecindades (tales fotos muestran en la ma-
yoría de los casos patios característicos de casas de vecindad). Aun así,
15 Tanto ésta cita como las dos siguientes, se extraen de la descripción que en el AGN, se
hace del plano.
16 Cita extraída de la descripción que en el AGN, se hace del plano.
17 Esta cita y la anterior ha sido extraídas de la descripción que en el AGN se hace del
plano.
18 Catálogo Nacional de Monumentos Históricos Inmuebles. INAH, CONACULTA. Coor-
dinación Nacional de Monumentos Históricos, Subdirección de Catalogo y Zonas. Docu-
mento de consulta interna del INAH [fecha de consulta: 30/08/2010]. México, D. F.
19 Instituto Nacional de Antropología e Historia.

77
PARTE I: Casas de vecindad

9 Muestra de una página del Catálogo


Nacional de Monumentos Históricos In-
muebles. INAH, CONACULTA. Coordinación
Nacional de Monumentos Históricos, Subdi-
rección de Catalogo y Zonas. Documento de
consulta interna del INAH [fecha de consul-
ta: 30/08/2010]. México, D. F.

no fue posible verificar el uso efectivo de los inmuebles. De esa pre-


selección de 300, se han extraído finalmente 75 planos que se inclu-
yen en el cuadro clasificatorio, constituyendo éstos la base numérica
más significativa de entre todas las fuentes. Estos planos muestran
edificios construidos desde el s. XVII hasta el s. XIX.
Del Archivo Histórico del Distrito Federal se extraen los planos
de cinco vecindades que fueron elaborados a principios del siglo XX
e ilustran proyectos para edificios que se desconoce si se llegaron
a realizar. El primero de 1907, se titula Plano de la Planta Baja y
saneamiento de la Casa de Vecindad de 110 viviendas en la manzana
no. 12 en la Colonia Manuel Romero Rubio (fig. 11). El segundo de
1910, se titula Proyecto para la construcción de una casa de vecindad
en la 2ª calle de Necatitlán núm. 4 (fig. 12). El tercero de 1911,
Casa del vecindad para la 1ª calle de Jaime Nuno Nº 21 (fig. 13). El
cuarto también de 1911, Proyecto de casa vecindad propiedad del Sr.
D. Federico Mata y se ubica en la 2ª Calle de Herreros (fig. 14). El
quinto, nuevamente del año 11, Proyecto de una Casa de Vecindad y

78
CAPÍTULO 2: Vecindades y construcción de ciudad

10 Imagen que muestra algunos ejemplos


de la preselección de 300 planos de vecin-
dades extraidos del Catálogo Nacional de
Monumentos Históricos Inmuebles del INAH
[fecha de consulta: 30/08/2010].

3 tiendas, para el señor Don Pedro Lascurain en la Colonia Roma Sur,


calle Monterrey esquina calle Jalisco (fig. 15).
Procedentes de dos fuentes bibliográficas, La vivienda comuni-
taria en México20 y Testimonio: Renovación Habitacional Popular,21 se
extraen cinco planos de vecindades que tienen una característica sin-
gular, todas ellas fueron rehabilitadas a mediados de la década de los
ochenta del siglo XX, a causa de los severos daños que les ocasionara
el sismo de 1985.22 Estos planos corresponden: el primero a la vecin-
dad ubicada en la calle de Haití nº 18 (fig. 16)23 que fue construida
en el siglo XVII.24 El segundo a la de la calle Colombia nº 60 (fig.

20 INFONAVIT (1988).
21 SAM (1987).
22 En ese año, en la Ciudad de México, se registró un sismo de más de 8 grados Richter
que aún hoy en día es considerado como uno de los más grandes y destructivos terremo-
tos que se han vivido en esa urbe.
23 INFONAVIT (1988), pp. 170 a 173.
24 Las fuentes difieren en la fecha de construcción de ésta vecindad, mencionándose
también el siglo XVIII.

79
PARTE I: Casas de vecindad

11 Colonia Manuel Romero Rubio, Plano de


la Planta Baja y Saneamiento de la Casa de
vecindad de 110 viviendas en la Manzana nº
12. Noviembre 14/07. Firma el plano: H. E.
(el resto de la firma es ilegible).
12 Proyecto para la construcción de una
casa de vecindad en la 2ª calle de Necatit-
lán num. 4, Propiedad del Sr. D. José Sordo.
Julio 4 de 1910. Firma el plano: Enrique O.
Cárdenas, Ing. Civil
13 Casa de vecindad para la 1ª calle de Jai-
me Nuno Nº 21, propiedad de la Compañía
Constructora y Arrendadora de Casas S. A.
Diciembre de 1911. Firma el plano: H. G.
Sigmondo, Ing.
14 Proyecto de casa de vecindad propiedad
del Sr. D. Federico Mata, 2ª Calle de Herre-
ros. Enero 1911. Firma el plano: (nombre
ilegible) Ing. Civil.
15 Proyecto de una casa de vecindad y 3
tiendas, para el señor Don Pedro Lascura-
in, Colonia Roma Sur. Calle Monterrey esq.
calle Jalisco. Ene 31 1911. Firma el plano:
(ilegible).
Fuente de estos planos: Archivo Histórico
del Distrito Federal.

16 Fotografía de la vecindad de la calle Rep.


de Haití nº 18.
17 Fotografía de la vecindad de la calle
Rep. de Colombia nº 60.
Fuente de estas fotografías: INFONAVIT
(1988), pp. 172 y 355.
11
18 Planos de la vecindad de la calle Repú-
blica de Venezuela nº 18.
19 Planos de la vecindad de la calle Rep.
de Brasil nº 43.
20 Planos de la vecindad de la calle Belisa-
rio Domínguez nº 23
Fuente de estos planos: SAM (1987), pp.
159, 161 y 163.

21 Plano de una vecindad típica. Fuente:


Martín (1981), p. 105

22 Plano de la ‘Casa de Vecindad Tipo 1’,


elaboró: arq. Carlos Tarditi. Fuente: El Uni-
versal (1 enero 1924), p. 6, 3ª sección.

12 13

14 15

80
CAPÍTULO 2: Vecindades y construcción de ciudad

17),25 construida en el siglo XIX. El tercero la de la calle Venezuela


núm. 18 (fig. 18),26 también edificada en el XIX. El cuarto a la de la
calle de Brasil nº 43 (fig. 19),27 construida en el siglo XVIII. El quin-
to a la de la calle Belisario Domínguez nº 23 (fig. 20),28 construida
en el siglo XVII. Algunas de estas vecindades se encuentran también
catalogadas y forman parte de la selección de 75 planos extraídos del
Catálogo Nacional de Monumentos Históricos Inmuebles del INAH.
Procedente de la fuente bibliográfica Arquitectura doméstica en 18
la ciudad de México se extrae el plano de una «Vecindad Típica»29 que
según el autor, Vicente Martín, condensa los rasgos físicos comunes
a todas las vecindades (fig. 21). Este ejemplo se ubica en el siglo XX
y sirve como modelo que resume el imaginario arquitectónico de las
vecindades.
Finalmente procedente de una fuente hemerográfica, el perió-
dico El Universal del 1 de enero de 1924, se extrae el plano titulado
«Casa de Vecindad Tipo 1». Este plano forma parte de las ilustracio-
nes del artículo La Casa de Vecindad, Un interesante estudio del arqui-
tecto Carlos Tarditi, donde se documenta brevemente la investigación
19
que dicho arquitecto realizó para obtener su título profesional. A de-
cir del periódico, Tarditi elaboró «un estudio comparativo de la ca-
sa-habitación en México desde la época del virreinato hasta nuestros
días» y durante ese estudio «tuvo necesidad de catalogar y clasificar
los tipos de habitación existentes» recorriendo «una por una las an-
tiguas casas de vecindad». Al percatarse de las malas condiciones en
que se encontraban esas casas decidió elaborar un «proyecto de regla-
mentación para la construcción de casas de vecindad en México»,30
el plano de la vecindad tipo 1 forma parte de tal proyecto (fig. 22).
20
25 INFONAVIT (1988), p. 355; Sociedad de Arqs. Mexicanos (1987), pp. 156 y 157.
26 SAM (1987), pp. 158 y 159.
27 Ibídem, pp. 160 y 161.
28 Ibídem, pp. 162 y 163.
29 Martín (1981), p.105.
30 El Universal (1 enero 1924), pp. 5 y 6, 3ª sección. Esta cita y las tres anteriores.

21

16 17 22

81
PARTE I: Casas de vecindad

23 Esquemas: se muestran las medidas


típicas de las manzanas donde se ubican la
mayor parte de las vecindades del Cuadro
Clasificatorio.
24 Esquemas: se muestran dos ubicacio-
nes, una en manzana pequeña y una man-
zana grande, de vecindades con superficies
de terreno menores a 550 m2. Se observa
que ambas se sitúan en zonas aledañas a las
esquinas de las manzanas y que sus superfi-
cies resultan de la solución en la parcelación
de las esquinas.
25 Esquemas: se muestran tres ubicacio-
nes, dos en manzanas pequeñas y una en
manzana grande, de vecindades con su-
perficies de terreno de entre 550 y 1000
m2. Se observa que dos de esas vecindades
se sitúan en los lados, corto y largo, de las 24
manzanas y la tercera, se sitúa en la esquina
que, en este caso, se encuentra poco par-
celada.
26 Esquemas: se muestran dos ubicacio-
nes, una en manzana grande y una en man-
zana pequeña, de vecindades con solares
de superficie irregular. Se observa que ta-
les solares tienden a ocupar el centro de la
manzana. 23
27 Esquema: se muestran dos ubicaciones,
en una manzana irregular, de vecindades
que se sitúan en superficies de terreno tam-
bién irregulares. Se observa que tales super-
ficies de terreno tienden a ocupar el centro
de manzana y se comunican con la calle sólo
a través de un estrecho pasaje.
28 Esquemas: se muestras dos ubicaciones,
una en manzana grande y una en manzana
pequeña, de edificios que fueron planea-
dos para albergar usos diversos (convento,
hospital, entre otros) y en algún momento
de su historia albergaron también el uso ve-
cindad. Se observa que las superficies de te-
rreno que ocupan esos edificios tienen una
configuración que tiende al cuadrado, con
frentes de dimensión similar a sus fondos.

26
25

27

28

82
CAPÍTULO 2: Vecindades y construcción de ciudad

Todos los planos recopilados de las diferentes fuentes, sumando


un total de ochenta y ocho, se ordenan en un «Cuadro Clasificatorio:
Plano ½, Plantas arquitectónicas» (ver plano anexo a esta tesis) disponién-
dose según dos direcciones: en el sentido vertical, de las columnas,
las plantas se ordenan según el siglo en que las vecindades fueron
o bien sólo proyectadas, o efectivamente edificadas –siglos XVII,
XVIII, XIX y XX; y en el sentido horizontal, de las filas, se ordenan
de acuerdo al tamaño y configuración del solar o terreno donde se
emplazan definiéndose cuatro categorías, terrenos regulares de me-
nos de 550 m2, regulares de más de 550 pero menos de 1000 m2,
regulares de más de 1000 m2 y terrenos de configuración irregular de
superficie variable. Estas categorías son establecidas de acuerdo a un
aspecto eminentemente urbano, el de la lotificación de las manzanas
donde se ubican la mayor parte de las vecindades seleccionadas. Di-
chas manzanas miden, la típica y más frecuente, alrededor de 80 x
200 m y las otras, con cerca de la mitad de superficie, 80 x 90 y 90 x
120 metros aproximadamente (fig. 23). Así, los terrenos regulares de
menos de 550 m2 suelen localizarse en las esquinas de las manzanas
pequeñas y también en algunas esquinas de las manzanas grandes,
cuando aquellas se hallan muy parceladas (fig. 24). Los terrenos re-
gulares de 550 a 1000 m2 y de más de 1000 m2 suelen localizarse
en los lados, cortos o largos, de todas las manzanas y eventualmente
en las esquinas, cuando estas se hallan poco parceladas (fig. 25). Los
terrenos irregulares se localizan mayoritariamente en las manzanas
grandes, tendiendo a ocupar el centro de la manzana (fig. 26) y tam-
bién se localizan en manzanas de traza irregular, que no coinciden
con las medidas típicas, e igualmente en estos casos tienden a ocupar
el centro de manzana posicionándose como una especie de cora-
zón, que queda comunicado con la calle sólo a través de un estrecho
corredor (fig. 27). Añadiéndose a estas categorías, en la última fila
del cuadro, se ordenan las plantas arquitectónicas de edificios que
fueron proyectados para albergar diversos usos –convento, hospi-
tal, seminario–, pero en algún momento de su historia albergaron
una vecindad. La superficie y configuración de los terrenos donde se
emplazan esos edificios varía considerablemente respecto a las otras
categorías, ocupan casi siempre mayor área de la manzana y tienen
configuraciones que tienden al cuadrado, con amplios frentes hacia
la calle y fondos de dimensión similar (fig. 28).
Como se ha señalado anteriormente, las vecindades conteni-
das en el cuadro clasificatorio (con exclusión de las no edificadas)
se localizan en las actuales Delegaciones Cuauhtémoc y Venustiano
Carranza del D.F. La mayor parte de ellas se concentran dentro del
perímetro de lo que fue la ciudad colonial. La ubicación exacta de
esas vecindades contenidas dentro de tal perímetro, se ilustra en la
figura 29.

83
PARTE I: Casas de vecindad

25 27 7 34
8
26 6
55 56
59 54
36
52 53
14 5 21 22
58
12
57
13 17
47 46 16
4 15 39
51
10 74
9
20 68 76 67
19 42
23
35
33 41 40
32
31 44
2 28 29 30 45
3
Catedral

Palacio
11 Zócalo Nacional

18

43
72
73
64
65 66
49
48 50
37
24
61 1 62
70 60 71

69
38
63

75
Escala 1:15 000 N

0 50 150 300 500 1000 1500 2000 m

1 5 de Febrero 66, XIX, f. 4 17 Colombia 60, XIX, f. 3 33 Guatemala 88, XVIII, f. 5 49 Mesones 66, XVIII, f. 2 65 Salvador 59, XVIII, f. 3
2 Academia 9, XVII, f. 2 18 Corregidora 79, XIX, f. 2 34 Haití 18, XVII, f. 4 50 Mesones 119, XVIII, f. 4 66 Salvador 75, XVII, f. 3
3 Academia 13, XVII, f. 5 19 Cuba 11, XVIII, f. 2 35 Hidalgo 35, XVIII, f. 1 51 Mina 93, XIX, f. 3 67 San Antonio Tomatlán 10,
4 Allende 46, XVIII, f. 2 20 Cuba 32, XIX, f. 2 36 Honduras 58, XIX, f. 2 52 Nicaragua 7, XIX, f. 1 XVIII, f. 5
5 Apartado 31, XVIII, f. 3 21 Del Carmen 74, XVIII, f. 3 37 Is. la Católica 86, XVIII, f. 2 53 Nicaragua 15, XVIII, f. 3 68 San Ildefonso 38, XIX, f. 4
6 Argentina 89, XIX, f. 4 22 Del Carmen 87, XVIII, f. 2 38 Izazaga 62, XIX, f. 3 54 Nicaragua 32, XVIII, f. 4 69 San Jerónimo 27, XVIII, f. 1
7 Argentina 97, XIX, f. 2 23 Donceles 46, XVII, f. 1 39 J. R. Puebla 21, XIX, f. 4 55 Paraguay 73, XVIII, f. 4 70 San Jerónimo 34, XVIII, f. 4
8 Aztecas 14, XVII, f. 5 24 Echeveste 2, XIX, f. 2 40 Loreto 5, XIX, f. 1 56 Paraguay 77, XIX, f. 1 71 San Jerónimo 60, XIX, f. 1
9 B. Domínguez 23, XVII, f. 4 25 Ecuador 109, XVIII, f. 3 41 Loreto 6, XVIII, f. 1 57 Perú 32, XVII, f. 2 72 Talavera 4, 6, XVIII, f. 5
10 B. Domínguez 42, XVIII, f. 2 26 Ecuador 111, XIX, f. 3 42 Luis G. Obrgn. 13, XVIII, f. 1 58 Perú 100, XVIII, f. 4 73 Uruguay 23, XIX, f. 2
11 Bolivar 26, XVIII, f. 2 27 Ecuador 113, XIX, f. 1 43 Manzanares 11, XIX, f. 1 59 Plz Stª Catarina 6, XVIII, f. 3 74 Venezuela 16, 18, XIX, f. 3
12 Bolivia 58, XVIII, f. 1 28 E. Zapata 34, XVIII, f. 4 44 Margil 5, XIX, f. 2 60 Regina 27, XIX, f. 1 75 Viga (Calzada de la) 32,
13 Brasil 41, 43, XVIII, f. 4 29 E. Zapata 40, XVIII, f. 2 45 Margil 7, 9, XVIII, f. 5 61 Regina 45, XIX, f. 4 XIX, f. 2
14 Chile 63, XIX, f. 4 30 E. Zapata 42, XVIII, f. 1 46 M. R. del Toro 16, XIX, f. 3 62 Regina 81, XIX, f. 4 76 Vecindad del Colegio de
15 Colombia 39, XIX, f. 2 31 Guatemala 77, XVIII, f. 1 47 M. R. del Toro 30, XVIII, f. 1 63 Roldán 100, XIX, f. 1 San Pedro y San Pablo
16 Colombia 50, XIX, f. 2 32 Guatemala 84, XVIII, f. 2 48 Mesones 47, XIX, f. 1 64 Salvador 56, XVII, f. 2 (No edificada), XVIII, f. 3

29

84
CAPÍTULO 2: Vecindades y construcción de ciudad

Para completar la información de los ejemplos de casas de vecin-


dad extraídos de las diversas fuentes, se elabora un segundo «Cuadro
Clasificatorio: Plano 2/2, Fotografías» (ver plano anexo a esta tesis) que
ordena, partiendo de la misma estructura de columnas y filas, las
imágenes de las vecindades que efectivamente fueron construidas.
La serie de vecindades de las que no se tiene constancia de su cons-
trucción y sobre las que no existen fotografías, se representan en el
cuadro con un rectángulo vacío. 30
Partiendo de la información contenida en ambas versiones del
Cuadro Clasificatorio es posible realizar una evaluación de la defi-
nición genérica de las vecindades, presentada con anterioridad. Se
ha dicho que una vecindad «se conforma por la agrupación de un
número variable de viviendas en torno a un espacio central común,
patio, paso o pasillo, y si la edificación es muy grande o profunda,
puede contar con más patios o pasillos que agrupan varios conjun-
tos de viviendas». La mayoría de los ejemplos de vecindades que se
observan en el cuadro confirman esa definición, existen vecindades
cuyas viviendas se agrupan alrededor de un solo patio y otras cuyas
viviendas se organizan en torno a dos patios o más, pero también se
encuentran vecindades en las que el patio se ha desplazado del centro 31
del edificio y yuxtapuesto hacia uno de los lados del terreno (fig. 30).
En este caso las viviendas no se sitúan «alrededor» de todo el períme-
tro del espacio descubierto sino sólo en ciertos lados. Ésta situación
ocurre principalmente si el terreno donde se ubica la vecindad es
muy estrecho y alargado, pero ocurre también en los casos en que 29 Plano de la actual zona centro de la
Ciudad de México. Encuadra el perímetro
el terreno se sitúa en una esquina, ya que al poseer dos frentes hacia de lo que fue la ciudad de traza colonial,
la calle se amplían las posibilidades de organización de las viviendas proyectada en el siglo XVI por Alonso Gar-
cía Bravo y que se continuó consolidando
y para proporcionarles las condiciones adecuadas de iluminación y hasta entrado el siglo XIX,durante la época
ventilación no es necesario que todas se ubiquen alrededor del patio independiente de México. Dentro del plano
se señala la localización de la mayor parte
(fig. 31). Otra parte de la definición teórica indica que «en el perí- de las vecindades contenidas en el Cuadro
metro del, o los patios, suele haber aunque no invariablemente, un Clasificatorio. En el listado por debajo se
especifican las direcciónes (calle y número)
corredor porticado a través del cual se accede a las viviendas». Exis- y la referencia al Cuadro Clasificatorio (siglo
ten en el cuadro algunos ejemplos con corredor porticado (fig. 32), de construcción y número de fila).
30 Plano (Guatemala, 77). Cuadro Clasif:
pero la mayoría no cuentan con pórticos, en planta baja se accede columna s. XVIII, fila terrenos regulares de
a las viviendas directamente a través del patio y en las plantas supe- menos de 550m2. Se observa en su configu-
ración arquitectónica que el patio se despla-
riores el corredor suele encontrarse al aire libre delimitado sólo por za del centro del edificio a uno de sus lados,
una barandilla (fig. 33). Se encuentran también aquellos ejemplos ésto es debido a lo estrecho de su superficie
de terreno.
en los que ambas soluciones se combinan, pórtico en planta baja y 31 Plano (Echeveste, 2). Cuadro Clasif: co-
corredor al aire libre con barandilla en la planta alta (fig. 34). Por otra lumna s. XIX, fila terrenos regulares de más
de 550m2 y menos de 1000m2. Se observa
parte, en la definición teórica se menciona que «el número de plan- en su configuración arquitectónica que el
tas construidas varía entre una y dos». En los ejemplos del cuadro patio se desplaza del centro del edificio a
uno de sus lados; ésto se debe al emplaza-
se observa que también son frecuentes las vecindades de planta baja miento, en esquina, del solar.
más dos niveles, 1ª y 2ª planta, y existen casos en los que la altura de Fuente de estos planos: Catálogo Nacional
de Monumentos Históricos Inmuebles del
INAH [fecha de consulta: 30/08/2010].

85
PARTE I: Casas de vecindad

36

32

40

37

33

41

38
34

42

35 39 44

86
CAPÍTULO 2: Vecindades y construcción de ciudad

43

32 Fotografía (L. G. Obregón, 13). Cuadro Casif: columna s. XVIII, fila terrenos regulares de menos de 550m2. Se observa que esta vecindad cuenta
con corredores porticados alrededor del patio, tanto en planta baja como en planta alta.
33 Fotografía (Colombia, 39). Cuadro Clasif: columna s. XVIII, fila terrenos regulares de menos de 550m2. Esta vecindad no cuenta con corredores
porticados alrededor del patio, en planta baja no existe corredor y en planta alta este se encuentra a decubierto.
34 Fotografía (Nicaragua, 15). Cuadro Clasif: columna s. XVIII, fila terrenos regulares de más de 1000 m2. Esta vecindad cuenta con un corredor
porticado alrededor del patio, en planta baja y en planta alta no existe pórtico, el corredor queda descubierto.
35 Fotografía (Isabel la Católica, 108). No incluida en el Cuadro Clasificatorio. Se observa una vecindad con planta baja de altura considerable que
permite la instalación de entresuelos.
36 Plano (Del Carmen, 87). Cuadro Clasif: columna s. XVIII, fila terrenos regulares de más de 550m2 y menos de 1000m2. Vecindad con una sóla
escalera situada al centro del patio.
37 Plano (Ecuador, 113). Cuadro Clasif: columna s. XIX, fila terrenos regulares de menos de 550m2. En esta vecindad la escalera se sitúa al fondo
de la edificación.
38 Plano (Cuba, 32). Cuadro Clasif: columna s. XIX, fila terrenos regulares de más de 550m2 y menos de 1000m2. En esta vecindad la escalera se
sitúa al centro del edificio, pero no en el patio sino integrada al perímetro construido.
39 Plano (Honduras, 58). Cuadro Clasif: columna s. XIX, fila terrenos regulares de más de 550m2 y menos de 1000m2. Vecindad con dos escaleras
asociadas al número de patios que contiene la edificación.
40 Plano (Brasil, 41). Cuadro Clasif: columna s. XVIII, fila terrenos irregulares de superficie variable. Vecindad con tres escaleras.
41 Fotografía (Mesones, 119). Cuadro Clasif: columna s. XVIII, fila terrenos irregulares de superficie variable. En esta vecindad se observa un
nicho, altar religioso, asociado a la escalera de la casa que se ubica al centro del patio.
42 Fotografía (Guatemala, 84). Cuadro Calsif: columna s. XVIII, fila terrenos regulares de más de 550m2 y menos de 1000m2. En esta vecindad se
observa que su altar o nicho queda como punto focal de remate del acceso del edificio, integrado en el perímetro construido del patio.
44 Plano (Mina 93). Cuadro Clasif: columna s. XIX, fila terrenos regulares de más de 1000 m2. Las viviendas que integran esta vecindad cuentan
cada una con un pequeño patiesillo (o zotehuela) privado.
Fuente de estas fotografías y planos: Catálogo Nacional de Monumentos Históricos Inmuebles del INAH [fecha de consulta: 30/08/2010]. Exep-
tuando la número 35 cuya fuente es: Fototeca Constantino Reyes-Valerio. INAH. Coordinación Nacional de Monumentos Históricos. México, D. F.
43 Patio de la vecindad de la calle Nicaragua 15. Fuente: Ayala (1996).

87
PARTE I: Casas de vecindad

la planta baja es considerable y permite albergar niveles intermedios,


altillos, tapancos o entresuelos (fig. 35). En la definición teórica se
acota que si la vecindad tiene dos plantas, «entonces [...] cuenta con
una escalera emplazada ya sea al frente de la edificación o, en muchas
ocasiones, al centro o al fondo del patio». Los ejemplos del cuadro
permiten distinguir escaleras ubicadas en distintas posiciones, efec-
tivamente las hay que se localizan a la entrada de la vecindad, pero
las más frecuentes y representativas son las que se sitúan al centro
del patio (fig. 36); son también usuales las localizadas al fondo de la
edificación (fig. 37) y existen algunos casos en que la escalera se sitúa
en la parte central del edificio, pero no en el patio, sino integrada al
perímetro construido (fig. 38). Tanto las escaleras situadas al centro
del patio como las ubicadas al fondo hacen el papel de remate del eje
visual marcado por la puerta de entrada a la vecindad tomando así el
protagonismo en la imagen que, a primera vista, se tiene del edificio.
Se hallan también vecindades que tienen más de una escalera, las hay
de dos (fig. 39) y hasta de tres (fig. 40). En muchos de estos casos el
número de escaleras está asociado al número de patios.
«Ubicado algunas veces en la entrada y otras veces en el patio
o en la escalera de la vecindad, existe un altar o nicho que muestra
una imagen por lo común religiosa que funge como patrona de la
casa brindándole protección»; esto señala la definición, mientras que
en los ejemplos prácticos se advierten igualmente, vecindades que
tienen nicho, o altar, y las que no lo tienen; cuando lo hay, se em-
plaza en la mayoría de los casos en un punto focal del edificio, ya
sea combinado con la escalera del centro del patio (fig. 41) o como
remate visual de la puerta de acceso (fig. 42) y en otras ocasiones está
localizado en el zaguán o en algún otro lugar de paso, donde más que
tomar un papel protagónico, acompaña el recorrido hacia el interior
45 Plano (Vecindad de las Casas del Colegio
de San Pedro y San Pablo). Cuadro Casif: co- del edificio. En todos los casos en los que el altar o nicho existe, se
lumna s. XVIII, fila terrenos regulares de más dedica a imágenes religiosas (fig. 43).
de 1000m2. Se señalan las áreas que ocu-
pan, las viviendas interiores y las viviendas La definición genérica indica que «las viviendas» que compo-
frontales y accesorias. El plano es redibujo
del autor, fuente del original: AGN, Centro
nen las vecindades «varían en tamaño» habiendo las que cuentan
de Información Gráfica, Colección: Mapas, con una sola habitación, las de dos y las de múltiples habitaciones
Planos e Ilustraciones. Código de referencia:
MAPILUUS4376. y señala que «es común que algunas de esas viviendas, [...], cuenten
46 Detalle del plano de la planta baja de las además del espacio habitable a cubierto, con un pequeño espacio a
Casas del Colegio de San Pedro y San Pablo.
Muestra una de las viviendas interiores de cielo abierto, una especie de patiecillo de uso privado o zotehuela».
la casa de vecindad. Fuente de la imagen: Prácticamente todas las vecindades contenidas en el cuadro albergan
Ayala (2009), p. 90.
47 Detalle del plano de la planta baja de en su interior diferentes tipos de viviendas de diversos tamaños y
las Casas del Colegio de San Pedro y San Pa- configuraciones arquitectónicas; con o sin zotehuelas (fig. 44), con
blo. Muestra la planta inferior de una de las
viviendas exteriores de la casa de vecindad. o sin acceso independiente, etc. Esta variedad de viviendas provoca
Fuente de la imagen: Ayala (2009), p. 90.
47’ Detalle del plano de la planta alta de las
que en esos edificios habitacionales se de una integración de diversos
Casas del Colegio de San Pedro y San Pablo. grupos sociales bajo un mismo techo, todos compartiendo el espacio
Muestra la planta superior de una de las vi-
viendas exteriores de la casa de vecindad. común del patio de vecindad. Ello se contrapone a la idea generali-
Fuente: AGN, loc. cit.

88
CAPÍTULO 2: Vecindades y construcción de ciudad

zada de que las vecindades son un género residencial que iba dirigido
exclusivamente a los estratos más humildes de la sociedad.31
«Las viviendas de mayor tamaño suelen situarse al frente de la
casa de vecindad, lindando con la calle, y las de menor tamaño sue-
len situarse al fondo», señala la definición, y en los ejemplos prácti-
cos se observa efectivamente una organización jerárquica en que las
viviendas
viviendas del frente de la vecindad parecen tener mejores condiciones interiores

que las viviendas interiores. Pero no es posible distinguir a detalle la


distribución arquitectónica de todos los planos y por tanto es difí-
cil saber el tamaño exacto de las viviendas. Existen sólo un par de
ejemplos donde se puede observar con detalle la diferencia entre las
viviendas del frente, o exteriores, y las interiores. El primero es el de
la casa de vecindad contenida en las Casas del Colegio de San Pedro y viviendas
exteriores
San Pablo (fig. 45), proyecto presentado en detalle en el primer capí- y
accesorias
tulo de esta tesis. En esa vecindad las viviendas del frente (que lindan
45
con la calle) son considerablemente más grandes que las interiores.
Mientras estas últimas se componen de dos habitaciones y un co-
rral (fig. 46), las primeras se componen de un número considerable
de habitaciones, aproximadamente nueve, más una caballeriza, una
zotehuela y una caja de escaleras que comunica planta baja y planta
alta porque estas viviendas se desarrollan en dos niveles (fig. 47). ubicación
del patio
Su acceso se efectúa directamente desde la calle no siendo necesario de vecindad
46
pasar por la puerta de entrada general de la vecindad, así pueden ser
incluso consideradas como viviendas aisladas,32 aunque mantienen
cierta relación con el interior de la vecindad debido a que presentan
un corredor y una serie de ventanas hacia el patio (fig. 47’). El segun-
do caso donde se observa claramente la diferencia y mayor amplitud
de las viviendas del frente con respecto a las interiores, es el de la
Casa en la calle de la Ranchera (fig. 48). En su plano a la derecha, en la ubicación
del patio
zona donde se emplaza la vecindad, se distinguen dos accesos, el pri- de vecindad
47

mero señalado con «Nº 11», contiene el texto «Saguan para la Cassa
de Vecindad» y el segundo, con el «Nº 12», enuncia «Saguan de una
casa particular» (fig. 49). El primero dirige hacia el «Patio de la Cassa
de Vecindad» en cuyo perímetro se ubican las viviendas interiores
31 Muestra de ello es la forma en que Vicente Martín, en su libro Arquitectura doméstica
de la ciudad de México, describe las vecindades: «La denominación de vecindades comen-
zó a aplicarse durante el siglo pasado al conjunto de cuartuchos mezquinos, en los que se
hacinaban numerosas familias, formados en torno a los patios de viejos caserones de la
ciudad, a medida que estos degeneraban y eran abandonados por sus dueños. Esta misma ubicación
designación se aplicó a cierto tipo de viviendas multifamiliares, humildes o míseras que se del patio
de vecindad
construyeron en los barrios y más tarde en las nuevas colonias. Martín (1981), p. 104 (las
cursivas son agregadas). Pero lo contrario ha sido ya señalado por Enrique Ayala en La
casa de la Ciudad de México: «La vecindad, no obstante ser una casa modesta, no fue en
absoluto destinada a los sectores más humildes». Ayala (1996), p.52.
32 El término vivienda aislada en este caso hace referencia a una casa que no comparte
ningún espacio de uso común, como el patio de una vecindad, con otra vivienda. Las
viviendas se comunican entre sí sólo a través del espacio urbano donde se emplazan ya sea
una calle, una plaza o un espacio similar. 47’

89
PARTE I: Casas de vecindad

48

90
CAPÍTULO 2: Vecindades y construcción de ciudad

compuestas en su mayoría por una sola habitación y en casos aisla-


dos por dos habitaciones. El segundo acceso dirige hacia la «Luna
Patio de la
del Patio de la Cassa particular» en cuyo perímetro se distribuyen casa de
vecindad
diversas habitaciones pertenecientes todas a una sola vivienda. Esta
equivale a la vivienda del frente de la vecindad, aunque en realidad
se encuentra totalmente aislada de aquella, ya que no mantiene co- Patio de la Luna
perpetua del
municación ninguna con el patio ni con algún otro espacio común patio
de la vecindad. En estos dos ejemplos de vecindades, efectivamente
las viviendas que se encuentran al frente de la edificación, lindando 49
con la calle, son más grandes que las viviendas interiores.
«También al frente de la edificación, en planta baja y lindando
con la calle, se sitúan las llamadas accesorias que constan de una sola
habitación, en ocasiones con un altillo o tapanco, y acogen habitual-
mente alguna una actividad comercial –tienda y/o taller– además de
usarse como pequeñas viviendas ya que frecuentemente las personas
que realizan la actividad comercial instalan su dormitorio en el alti-
llo». Esto señala la definición genérica que se ha dado para las casas
de vecindad y en los ejemplos prácticos se observa que la mayoría
presentan accesorias ubicadas en la planta baja de su fachada frontal,
lindando con la calle. Estas accesorias son habitaciones que se abren
directamente hacia la calle y en muchas ocasiones no se comunican
con el interior de la edificación. Es difícil saber si realmente contie-
nen también un altillo o tapanco, sin embargo es probable que lo
contuviesen. Más adelante en este escrito, al llegar a la descripción
de la vida en las vecindades se proporcionan testimonios de la insta-
lación de los altillos en las accesorias.
«Las viviendas que constituyen las casas de vecindad son, casi
siempre, de arrendamiento» apunta la definición y esta cuestión será
también aclarada en la descripción de la vida en las vecindades, ya
que más que relacionarse con la distribución arquitectónica, tiene
que ver con el régimen de propiedad de los edificios.
Y finalmente en la definición se detalla «los servicios en las vecin-
dades, como el abastecimiento de agua y la instalación de letrinas o 48 Detalle del plano de la Casa en la ca-
lle de los Gallos. Se observan abajo a la
de lavaderos para la ropa, son casi siempre comunitarios y se ubican derecha, señalados con el nº 11 y el nº 12,
en el patio, sólo en ciertas ocasiones existen servicios separados para el Saguan para la Cassa de Vecindad y el
Saguan de una Cassa particular. Fuente:
cada vivienda». En los ejemplos de vecindades parece haber una evo- AGN, Centro de Información Gráfica, Colec-
ción: Mapas, Planos e Ilustraciones. Código
lución histórica en la disposición de dichos servicios ya que mientras de referencia: MAPILUUS4888.
avanzan los siglos, aquellos pasan de ser comunitarios a individuali- 49 Plano (Casa en la calle de los Gallos).
Cuadro Casif: columna s. XVIII, fila terrenos
zarse para cada vivienda. Por ejemplo en algunas vecindades del siglo regulares de más de 1000m2. Se observa,
XX se distingue que cada morada cuenta con su propio lavadero, a la derecha, el área que ocupa la casa de
vecindad. El plano es redibujo del autor,
su wc y su abastecimiento exclusivo de agua (fig. 50 y 50’). Además fuente del original: AGN, Centro de Infor-
de esa evolución histórica, se distingue que en cualquier época la mación Gráfica, Colección: Mapas, Planos
e Ilustraciones. Código de referencia: MA-
instalación de servicios depende del tamaño de las viviendas y de la PILUUS4888.

91
PARTE I: Casas de vecindad

56
50

53

50’

57

54

51

52 55 58

92
CAPÍTULO 2: Vecindades y construcción de ciudad

nobleza33 de la vecindad. Desde el siglo XVIII las moradas más gran- 50 y 50’ Plano y detalle (1ª calle de Jaime
Nuno, 21). Cuadro Clasif: columna s. XX,
des de las vecindades más decorosas –por ejemplo las de las Casas del fila terrenos regulares de más de 550m2 y
Colegio de San Pedro y San Pablo– cuentan con sus servicios priva- menos de 1000m2. Las viviendas que com-
ponen esta vecindad cuentan con dos habi-
dos de letrinas –el llamado común–, un lavadero de ropa instalado en taciones, cocina y zotehuela, donde se ubica
el lavadero de ropa y el wc. Este plano es re-
la zotehuela y un cuarto de baño –denominado placer– (fig. 51). La dibujo del autor, fuente del original: AHDF.
única falta en esas viviendas es el abastecimiento exclusivo de agua. 51 Detalle del plano de la planta alta de las
Casas del Colegio de San Pedro y San Plablo.
Para concluir con este estudio de los ejemplos prácticos, se Muestra una de las viviendas interiores de
apuntan un par de cuestiones que se descubren al observar simultá- la vecindad. Abajo a la izquierda se localizan
el común y el placer, y arriba, también iz-
neamente las ochenta y siete plantas arquitectónicas que componen quierda, la zotehuela. Fuente: AGN, loc. cit.
el Cuadro Clasificatorio. La primera cuestión se refiere a los patios 52 Plano (E. Zapata, 34). Cuadro Clasif:
columna s. XVIII, fila terrenos irregulares
de vecindad y la segunda tiene que ver con la autoría de los proyectos de superficie variable. Se observa que las
arquitectónicos. irregularidades del terreno de esta vecin-
dad son absorvidas por la disposición de las
El patio se posiciona como el elemento de mayor importancia viviendas y el patio tiene perímetro regular.
53 Plano (Mesones, 119). Cuadro Clasif:
en la composición arquitectónica de las vecindades y su configura- columna s. XVIII, fila terrenos irregulares de
ción presenta, en la mayoría de los casos, un perímetro regular. Esto superficie variable. Vecindad con patio de
figura trapezoidal.
sucede igualmente en las vecindades que cuentan con un solo patio 54 Plano (San Jerónimo, 34). Cuadro Clasif:
que en las que cuentan con más y aunque el solar donde se emplace columna s. XVIII, fila terrenos irregulares de
superficie variable. Vecindad con patio de
la vecindad tenga una traza irregular, las anomalías suelen absorberse figura de más de cuatro lados y perímetro
en la disposición de las viviendas y el patio queda como un espa- irregular.
55 Plano (Margil, 5). Cuadro Clasif: colum-
cio libre de perímetro regular (fig. 52). En la mayoría de los casos na s. XIX, fila terrenos regulares de más de
ese perímetro tiene figura de paralelogramo, pero en algunas otras 550m2 y menos de 1000m2. Vecindad con
patio rectangular de proporción alargada.
ocasiones puede ser un cuadrilátero de lados opuestos no paralelos 56 Plano (Casa en la calle de Mesones).
Cuadro Clasif: columna s. XVIII, fila terre-
–figura trapezoidal (fig. 53)– y eventualmente no ser un cuadrilátero nos regulares de más de 550m2 y menos de
sino una figura de más de cuatro lados e irregular (fig. 54). Dentro 1000m2. Vecindad con patio-claustro. El pla-
no es redibujo del autor. Fuente del original:
de los patios con perímetro de paralelogramo se distinguen aquellos AGN, Colección: Mapas, Planos e Ilustracio-
cuya figura tiende al cuadrado y los de figura rectangular y dentro de nes. Código de referencia: MAPILUUS4790.
57 Plano (Apartado, 31). Cuadro Clasif: co-
estos últimos los rectángulos de proporción corta, los de proporción lumna s. XVIII, fila terrenos regulares de más
larga y los de proporción muy alargada (fig. 55). Los patios cuadra- de 1000m2. Vecindad con patio-calle.
58 Fotografía (B. Domínguez, 42). Cuadro
dos provocan una sensación de congregación más notoria que los Clasif: columna s. XVIII, fila terrenos regula-
patios rectangulares y esto se debe probablemente a que en la figura res de más de 550m2 y menos de 1000m2.
Vecindad con patio-calle, sus corredores en
cuadrada las tensiones entre los lados quedan equilibradas y el foco las plantas superiores se unen con una serie
de puentes que atraviezan el claro del patio.
de atención se concentra, se sitúa al centro del espacio. En cambio,
en la figura rectangular las tensiones entre los lados cortos y los lados Fuente de las imágenes 52 a 55, 57 y 58:
Catálogo Nacional de Monumentos Históri-
largos no se encuentran equilibradas provocando más que una aten- cos Inmuebles del INAH [fecha de consulta:
ción focal concentrada, una cualidad direccional que se hace más 30/08/2010].
evidente mientras mayor es la diferencia de medida entre el ancho
y el largo del patio. Los patios cuadrados de las vecindades con su
atención concentrada, remiten a diversas formas arquetípicas que
convocan a la reunión colectiva, entre ellas la plaza, a escala urbana,
o el claustro y el atrio, a escala arquitectónica. Los patios rectan-
gulares con su direccionalidad, remiten a formas arquetípicas más
relacionadas con el tránsito que con la concentración, entre ellas, la
vía, el paso, el paseo, el camino o la calle.
33 La palabra nobleza es aquí empleada refiriéndose a la dignidad y calidad en la edifica-
ción de la vecindad.

93
PARTE I: Casas de vecindad

Así pues, en las vecindades se distinguen dos tipos de patios: los


patios-claustro (fig. 56) y los patios-calle (fig. 57). Los claustrales, de
configuración cuadrada, se muestran regularmente como espacios al
aire libre y despejados, ya que en las vecindades que los presentan
las escaleras no se sitúan al centro del patio sino que se yuxtaponen
hacia uno sus lados o se integran en otra parte de la edificación.
Los patios-calle, de configuración rectangular, se muestran frecuen-
temente como espacios al aire libre pero con obstáculos visuales, ya
que en los casos de las vecindades que los presentan las escaleras se
ubican o bien al centro del patio o en algún punto excéntrico sobre
su dimensión longitudinal y también es común que en estos patios
existan, en las plantas superiores, uniones entre los corredores que
se desarrollan a uno y otro lado del patio. Estas uniones, a manera de
puentes, cruzan el espacio al aire libre (fig. 58) estando muchas veces
relacionadas con el desembarque de las rampas de escaleras.
Sobre la autoría de los edificios que albergan las vecindades,
es difícil distinguir en las plantas arquitectónicas del cuadro clasi-
ficatorio, si se trata de proyectos elaborados por profesionales de la
disciplinas de la edificación, arquitectos o ingenieros, o se trata de
edificios que fueron hechos siguiendo un modelo tradicional de ve-
cindad, por alarifes no profesionalizados. Es posible que, tal como
sucede actualmente, ambas situaciones ocurrieran y sólo en los pla-
nos que han sido extraídos de los archivos históricos, la autoría de los
edificios queda claramente definida y se atribuye, en la mayoría de
los casos, a arquitectos, ingenieros o maestros mayores. Por ejemplo
de los planos provenientes del Archivo General de la Nación, todos
correspondientes al siglo XVIII, se sabe que el de la Casa en la calle
de la ranchera fue elaborado por Lorenzo Rodrígez, arquitecto; el
proyecto de las Casas del colegio de San Pedro y San Pablo fue elabora-
do por Ignacio Castera, arquitecto; el de la Casa en la calle de Mesones
fue producido por Francisco Guerrero y Torres, maestro en arquitec-
tura; y los planos de la Casa en la calle de los Gallos y de la Casa en
la plazuela de Juan Carbonero fueron producidos por Antonio Veláz-
quez, arquitecto. De los planos provenientes del Archivo Histórico
del Distrito Federal, todos correspondientes a las primeras décadas
del siglo XX, el de la casa de vecindad en la 2ª calle de Necatitlán está
firmado por Enrique O. Cárdenas, ingeniero civil; el de la Casa de
vecindad para la 1ª calle de Jaime Nuno, lo firma H. G. Sigmondo,
ingeniero; y el Proyecto de casa de vecindad en la 2ª calle de Herreros,
lo firma también un ingeniero civil cuyo nombre de pila no se ha po-
dido descifrar. Así, se concluye que efectivamente existen vecindades
que fueron proyectadas por profesionales de la edificación y algunas
inclusive por arquitectos reconocidos de su época, como Lorenzo
Rodríguez o Ignacio Castera.

94
CAPÍTULO 2: Vecindades y construcción de ciudad

Con estas reflexiones finalizan los apuntes sobre la práctica en


la proyectación de las casas de vecindad, entendiendo que la pre-
concepción teórica de este género de vivienda se ve ampliada al res-
ponder a las condiciones particulares del emplazamiento y los re-
querimientos de las diversas unidades domésticas que integran el
conjunto construido. Los ejemplares de vecindades muestran una
amplia gama de soluciones arquitectónicas para la cuestión funda-
mental de cómo disponer una serie de viviendas alrededor de un
espacio al aire libre o patio.

SOBRE LA VIDA EN LAS VECINDADES


Existe un gran número de documentos, entre bibliografía aca-
démica, narrativa, relatos de época y, de periodos más recientes, ci-
nematografía que describen algún aspecto del cómo se desarrolla la
vida en las vecindades. Aspectos sociales, antropológicos o costum-
bristas y alabanzas o críticas a la forma de vida en este género de
vivienda colectiva, se encuentran por igual en esos documentos. Para
este estudio se extraen fragmentos de los textos bibliográficos y se
organizan de dos maneras: primero se enuncian aquellos pasajes que
aluden, o bien a la organización del espacio arquitectónico en gene-
ral de las vecindades, o a alguno de los elementos que lo componen
(el patio, el corredor, la escalera, el altar, las accesorias, las vivien-
das y los servicios comunitarios). A continuación se exponen todos
aquellos pasajes que describen a los habitantes y la manera en que
se relacionan entre sí, la sociedad que conforman. Finalmente, sobre
los documentos cinematográficos, se realiza una reflexión general de
la forma en la que presentan la vida en la vecindad.

APUNTES BIBLIOGRÁFICOS SOBRE EL ESPACIO ARQUITECTÓNICO


Se comienza esta relación de citas con las descripciones de dos
vecindades relatadas por el antropólogo Oscar Lewis en sus textos
Antropología de la Pobreza: Cinco Familias de 1959, Los hijos de Sán-
chez de 1961 y Una muerte en la familia Sánchez de 1964. Según este
autor, en su primer texto, intenta «brindar al lector un cuadro ínti-
mo y objetivo de la vida diaria de cinco familias mexicanas»,34 dos de
ellas vivían en casas de vecindad y así, al describir la escena donde se
desarrollan su vidas también reseña la morfología de sus viviendas.
La primera descripción se refiere a una vecindad gigantesca, «con
una población aproximada de 700 personas»,35 que se ubicaba en
el Centro Histórico de la ciudad de México, a sólo unos pasos del
Zócalo o plaza mayor capitalina. Se sabe que esa vecindad no era de
34 Lewis (2013 [1959]), p. 16.
35 Ibídem, p. 26.

95
PARTE I: Casas de vecindad

las más humildes de la zona, sino que era considerada, por la gente
que vivía en las cercanías, como un «sitio elegante»36 y se desconoce
su época de construcción, pero consta que fue demolida en 198637
tras los daños que sufrió en el terremoto del 85:
Entre las calles de Barberos y Tintoreros, a corta distancia del barrio de Tepito,
está La Casa Grande. Es una vecindad gigantesca de un solo piso que alberga algo
más de setecientas personas. La Casa Grande, que ocupa toda una manzana es
un pequeño mundo en sí misma, limitado al norte y al sur por elevadas paredes
de cemento, y a los lados por tendajones que dan a la calle. Estos comercios (de
comestibles, una tintorería, un vidriero, carpintería y salón de belleza) junto con el
mercado de Tepito y los baños públicos satisfacen las necesidades básicas de los ve-
cinos de La Casa Grande, de tal manera que la mayor parte de ellos, especialmente
los que vinieron de las áreas rurales, rara vez se alejan del vecindario y casi desco-
nocen el resto de la ciudad de México. [...]. Conducen a la vecindad por el oriente
y occidente dos entradas angostas, cada una con una reja elevada que permanece
abierta durante el día y que se cierra a las diez en punto de la noche. Quien entre o
salga después de la hora debe llamar al portero y pagar para que abra. Guardan la
casa dos santos patrones, la Virgen de Guadalupe y la de Zapopan; sus estatuillas,
protegidas por capelos se hallan frente a las entradas. Ofrendas florales y cirios
rodean a las imágenes, cuyas faldas están cubiertas por el brillo de los “milagros”
que testimonian el agradecimiento de los habitantes de la vecindad. Raro es el
residente que pasa frente a ellas sin hacer –aunque sea rápidamente– el signo de la
cruz, dirigir la mirada o simplemente un gesto de reconocimiento.
En el interior se extienden cuatro largos patios de cemento de cinco metros apro-
ximadamente de ancho. Limitan los patios las construcciones que forman 157 vi-
viendas de un solo cuarto, situadas a intervalos regulares y con puertas de madera
pintadas de rojo. Durante el día y recargadas junto a la entrada de las viviendas,
se ven escaleras toscas que conducen a los techos bajos de las cocinas. En ellos
se apilan multitud de cosas, tendederos, gallineros, palomares, macetas, hierbas
medicinales, tanques de gas, y de vez en cuando una antena de televisión. A corta
distancia, generalmente limpio de objetos, por elevado y poco accesible, está el
techo que corresponde a los cuartos.
Los patios se ven llenos de gente y animales. Perros, guajolotes, pollos y, oca-
sionalmente, uno que otro cerdo. En ellos juegan los niños porque hay mayor
seguridad que en las calles. Las mujeres hacen cola para obtener agua, conversan
a gritos mientras tienden la ropa, y los vendedores entran y salen anunciando sus
mercaderías. Todas las mañanas un hombre rueda por los patios el gran bote de
basura en que recoge los desechos de las viviendas. Por las tardes, las palomillas
de muchachos ya crecidos se posesionan de algún patio, para jugar un tosco juego
de futbol.38
Para añadir a esta cita la descripción detallada de las viviendas
que conformaban tal vecindad, es posible, a través de diferentes alu-
siones esparcidas en los textos de Lewis, realizar su reconstrucción.
Se trataba de unidades domésticas constituidas por tres zonas bien
diferenciadas: al frente de la vivienda se localizaban, la zona de entra-
da que quedaba al aire libre como una especie de zotehuela y, junto a
ella, un pequeño cuarto que albergaba la cocina; y al fondo se situaba
la única habitación de la vivienda que servía igualmente de estancia,
dormitorio y comedor. Dentro de la zotehuela, yuxtapuestos a uno
36 Ibídem, p. 69.
37 Lewis (2012 [1961,1969]), Epílogo (2011), Susan M. Rigdon, p. 630.
38 Lewis (2013 [1959]), pp. 67 y 68.

96
CAPÍTULO 2: Vecindades y construcción de ciudad

de sus muros laterales, se encontraban el lavadero de ropa y una pe-


queña cabina para el excusado (fig. 1). Cocina
La segunda descripción de vecindad trata de una pequeña, «con
una población de 54 personas», y de las más humildes: Habitación
Acceso
En un lote desnudo, a la vista de los transeúntes, entre dos edificios de ladrillo, se Zotehuela
levantaba la vecindad de la Calle de los Panaderos número 33. Era una de las más
pequeñas y más pobres vecindades de la ciudad de México, formada por una hilera
de doce viviendas con un solo cuarto sin ventanas y una población de cincuenta y
cuatro personas. Unificaba la construcción de adobes, que descendía hacia la parte
izquierda del lote, un techo común de cemento. Cada vivienda tenía una entrada 1 Esquema: Reconstrucción de una de las
baja que servía de cocina, con techos endebles de papel alquitranado, pedazos de viviendas que conformaban la vecindad de
La Casa Grande. El dibujo se basa en las di-
lata y metal, que se mantenían en su sitio con pesadas piedras; y apilados sobre versas descripciones que, de las viviendas,
ellos, montones de leña cubiertos con viejos costales y pedazos de cartón. Tan realiza Lewis en el desarrollo de su texto.
bajas eran las entradas, que había que inclinarse para pasar. Frente a algunas, los
inquilinos artesanos habían construido tendidos temporales que les proveían de
un sitio seco y sombreado para trabajar.
[...]
La vecindad de los Panaderos formaba una pequeña comunidad. Nueve de las
doce familias tenían lazos de sangre o maridaje y todos estaban emparentados por
compadrazgos. Pedir prestado era frecuente, y los inquilinos entraban y salían
libremente de los cuartos de unos y de otros. Había, sin embargo, menos organiza-
ción que en algunas vecindades grandes. No existía una verja, ni un Santo Patrón,
ni ningún grupo responsable o comité, ni un baile semanal, ni una palomilla de
chicos y chicas.39

Estas dos descripciones revelan aspectos contrastantes de la vida


en las vecindades, existieron aquellas que, por ser muy grandes, por
contener espacios representativos y por tener viviendas decorosas,
aunque a veces mínimas, se consideraron como casas «elegantes»; y
existieron otras mucho más pequeñas y humildes, que no contenían
espacios representativos y cuyas viviendas presentaban mayor caren-
cia de espacio y de habitabilidad. Destacable es, sin embargo, que
en ambos casos se mantiene la percepción de conformación de una
comunidad.
Provenientes de textos un tanto más literarios, menos acadé-
micos o antropológicos, y de mayor antigüedad, se recogen otras
citas que describen aspectos arquitectónicos de las vecindades y sus
viviendas. Del libro Nueva Burguesía de 1941, de Mariano Azuela,
se extraen los fragmentos siguientes:
Esta vecindad era una de las más grandes [...], en la cercanía de Buenavista, esta-
ción de los Ferrocarriles Nacionales de México. Ocupada por obreros, choferes,
ferrocarrileros, mecánicos, constaba de doce buenos departamentos sobre el patio
central y cuarenta vivienditas en los cuatro largos y angostos pasillos que lo cru-
zaban: [...]40
La vetusta casona era restos de una gran residencia, bárbaramente reparada por
las sucesivas hordas revolucionarias. Convertida al fin en vecindad, conservaba
todavía a la entrada, sobre el muro cuarteado y cacarizo del departamento uno,
una bugambilia que como manto de flores moradas cubría los desperfectos. En el
fondo, más allá de la torre de acero que sostenía los tinacos de agua, se levantaba
39 Ibídem, pp. 121 y 122.
40 Azuela (1997 [1941]), p. 11

97
PARTE I: Casas de vecindad

un arco de cantera con un corazón en llamas esculpido en el cerramiento. En el


muro sucio y encalichado había un altar de la Guadalupana en azulejos de Puebla.
A sus pies una pequeña pila de agua bendita [...]41
[...]. Los exteriores de las viviendas eran fieles imágenes de sus moradores. Así
como en el 40 no había más que una jaula de hojalata y alambre con la puerta
abierta y el perico haciendo circo y llenando el piso de migajas de pan; así, por
ejemplo, en el 22, de la señorita Angelita, florecía eternamente una enredadera y a
las veces una hiedra de grandes campánulas azules que le daba un aspecto rústico,
provinciano y acogedor.42

Del texto Memorias de mis tiempos de 1906, especie de autobio-


grafía del autor Guillermo Prieto, se reseñan los siguientes pasajes:
Había en esos laberintos casas de vecindad con sus amplios patios, distinguidos ya
con una higuera, ya con un granado o varios floripondios; sus arriates con mas-
tuerzo, chícharo y albahaca; en los aires, flotando en varios tendederos, calzones y
camisas desgarrados; en los suelos petates desbaratados y ... demás, en la puerta un
gallo, en el interior perro y gato, en el fondo una lamparilla ardiendo a la Virgen
de la Soledad, a San Juan Nepomuceno o a San Antonio, divinidades que la bri-
llaban en materia de milagros.43
Vivía Fernando [Calderón] en la calle de San Andrés, en una casita de plato y taza
que tenía en la puerta el rótulo Amoladuría, [...]. El plato y taza quería decir una
accesoria para la calle y dos cuartitos en alto, a los que se subía por un caracol
incomodísimo. En la accesoria vivían en holgura dos criados [...]. Pregunté
por Calderón; le dieron aviso, y me dijeron que subiera. La primera de las piezas
estaba con luz, y sólo vi en ella una mesa grande con papeles y vestidos. La se-
gunda pieza estaba casi a oscuras, recibiendo la luz por un mezquinísimo postigo
del balconcito.44
Antójaseme en este momento hacer una descripción, lo más detallada posible, de
una habitación de persona de la clase media de mis tiempos.[...]
Supongo una vivienda principal de casa de vecindad con su empinada escalera, su
corredor a la entrada, su sala, recámara, comedor y cocina, con su herejía de azo-
tehuela y su excusado como posdata minúscula de la habitación. En el corredor,
no faltaban, colgando, jaulas de canarios, [...], aros de hojalata con tiras de vidrio
que sonaban con el aire, [...]. En un rincón del corredor, veíanse limpias y bien
plantadas colosales tinajas con barniz encarnado, y la destiladera fresca, porosa y
brindando refrigerios. El suelo era de solera, pero pintado de encarnado con un
compuesto de azarcón, tierra roja, y no sé qué más; pero le daba al piso cierta
frescura y alegría muy agradables. No era raro hallar en el corredor pinturas al
fresco, que representaban, ya el bosque y el Castillo de Chapultepec, ya el paseo
de la Viga [...]. El ajuar de la sala, en lo general, era de sillas y canapés de tule,
pintados de verde o color café, llamados de pera y manzana, [...]. En el medio de
las paredes de la sala, en rinconeras y mesillas adecuadas, eran de rigor altos ni-
chos de cristal con imágenes de la Divina Pastora, [...]. Era de rigor en una de las
rinconeras el braserillo con ascuas cubiertas de ceniza para encender los cigarros.
En la recámara eran características las cortinas, formando cuadro varillas de fierro,
la cama de madera fina, [...]. A la entrada del comedor, servía a la concurrencia
un aparato fijo en la pared, constante, de un depósito de agua y un receptáculo
más abajo, con su llave el primero, la toalla el lado y una jícara con el jabón [...].
La cocina, por pobre que fuera, tenía en sus paredes labores, rúbricas y caprichos
formados con ollas, [...]. El gran barril para el agua era mueble importantísimo,
tan importante, como el aguador en su línea que no es poco decir; y la arandela
que era para el alumbrado nocturno. El lujo de curiosidades y chucherías, [...] se
41 Ibídem, p. 39
42 Ibídem, p. 40
43 Prieto (2011 [1906]), p. 69
44 Ibídem, p. 125.

98
CAPÍTULO 2: Vecindades y construcción de ciudad

ostentaba con suma curiosidad en el tinajero que debimos haber colocado al lado
de las destiladeras del corredor. Sólo las familias de cierta posición tenían tinas de
baño, [...], teniendo por completo la calentadera con sus tres tubos con sus tapas,
siendo el mueble esencial y a veces el motivo de que el baño fuera un verdadero
escándalo en la familia, por el acarreo del agua, el transporte de la lumbre, las
quemadas y la humareda [...].45

En estas transcripciones se presentan grandes conjuntos con va-


rios patios, ya sean «amplios patios» centrales o «largos y angostos
pasillos», en cuyo derredor se encuentran viviendas de todo tipo:
doce buenos departamentos y cuarenta vivienditas; o casitas de plato y
taza (que equivalen a las viviendas en accesoria con altillo o tapanco)
y una vivienda principal de casa de vecindad (conformada por dis-
tintas habitaciones que separan las diversas actividades domésticas).
Nuevamente se destaca el contraste entre las descripciones, esta vez
no en lo que se refiere a las vecindades en general sino en lo referente
a sus viviendas en particular, ya que se reseñan habitaciones mínimas
o unidades domésticas de mayor amplitud, hogares más humildes o
más lujosos, espacios que ofrecen mejores condiciones de habitabi-
lidad y otros en condiciones inferiores. Pero una vez más se enfati-
za, todos estos hogares forman parte del mismo conjunto unitario,
aquel mundo plural de la casa de vecindad.
Destacables son, las constantes menciones que se hacen a los
altares o nichos como elementos representativos de la vecindad o si-
tuados al interior de las viviendas y las evocaciones de la vegetación,
las plantas de la vecindad: «mantos de flores», «enredaderas», «una
hiedra» y «una higuera», entre otras.

APUNTES BIBLIOGRÁFICOS SOBRE LOS HABITANTES


Las menciones que en la bibliografía se encuentran a los ha-
bitantes de las vecindades presentan una población por demás he-
terogénea, personas de diferentes orígenes, ocupaciones, géneros
y edades, familias de todo tipo, conviven en estas casas colectivas.
Nuevamente, provenientes del texto de Lewis, se reseñan algunos
fragmentos que describen a los habitantes, primero de la vecindad
llamada La Casa Grande y en seguida de la ubicada en la Calle de los
Panaderos.
Los inquilinos de La Casa Grande vienen de veinticuatro de las treinta y dos divi-
siones políticas de la nación mexicana. Algunos, desde el lejano sur, de Oaxaca y
Yucatán; otros, de los estados norteños de Chihuahua y Sinaloa. La mayor parte
de las familias han vivido en la vecindad durante lapsos de quince a veinte años, y
otras, tantos como treinta años. Más de un tercio están ligadas por parentesco de
consanguinidad, y casi un cuarto de las mismas están emparentadas por maridaje
y compadrazgo. Estos lasos, así como las rentas congeladas y la escases de vivien-
das que sufre la ciudad, ayudan a la estabilidad del vecindario. Algunas familias
de ingresos elevados, cuyas viviendas se atiborran de buenos muebles y objetos
45 Ibídem, pp. 167 a 169.

99
PARTE I: Casas de vecindad

eléctricos, esperan una oportunidad para mudarse a mejores barrios, pero la ma-
yoría están contentas y aún orgullosas de vivir en La Casa Grande. El sentido de
comunidad es muy fuerte, especialmente entre los jóvenes que pertenecen a los
mismos grupos con amistad de toda la vida y que asisten a las mismas escuelas, a
los mismos bailes en los patios, y que con frecuencia se casan entre sí.
Los adultos tienen amigos a quienes visitan, con los que salen, y a los que piden
dinero prestado. Grupos de vecinos organizan rifas y tandas, participan en man-
das, y juntos celebran las festividades de los patronos de la vecindad, las posadas,
y otras fiestas.
Pero estos esfuerzos de grupo son ocasionales, ya que la mayor parte de los adultos
“atienden sus propios asuntos” y tratan de conservar lo privado de sus vidas. La
mayor parte de las puertas se mantienen cerradas y es costumbre “tocar” y esperar
el permiso para entrar cuando se va de visita. Algunas personas solamente visitan a
sus compadres y a los parientes y han entrado en muy pocas de las otras viviendas.
No es frecuente invitar a los amigos o vecinos a comer, excepto en ocasiones for-
males, como los cumpleaños o celebraciones religiosas. Aunque los vecinos prestan
su ayuda, especialmente en momentos difíciles, se procura recurrir a ella lo menos
posible. No son raras en La Casa Grande las disputas de las familias por travesuras
de chiquillos, peleas de palomillas en las calles y antipatías personales entre los
muchachos.
La gente de La Casa Grande se gana el sustento en gran variedad de ocupaciones
algunas de las cuales se efectúan en la propia vecindad. Las mujeres suelen dedicar-
se a lavanderas y costureras, los hombres a zapateros, sombrereros o vendedores de
frutas y dulces. Otros salen a trabajar a las fábricas o a las tiendas, o como choferes
o pequeños comerciantes. Los niveles de vida son bajos, pero de ningún modo los
más bajos de la ciudad de México, y la gente del barrio mira a La Casa Grande
como un sitio elegante.46
Los jefes de familia en la vecindad de los Panaderos procedían de seis diferentes
estados centrales de México: Guanajuato, Querétaro, México, Hidalgo, Aguasca-
lientes y Morelos. Cuatro habían nacido en pequeños pueblos rurales, siete en los
centros urbanos fuera de la ciudad de México, y diez más en la propia capital. El
promedio de tiempo de residencia en la capital era de 26,2 años. Trabajaban en
diversas cosas. Dos de ellos hacían cubetas; otro hacía juguetes con desechos de
metal y fleje; Guillermo Gutiérrez hacía soportes en miniatura para garrafoncitos
de juguete y también componía bicicletas. Dos trabajaban en fábricas de zapatos;
uno, en una fábrica de cinturones, y el señor Ignacio vendía periódicos.47

En la descripción de la población de estas casas, al igual que lo


visto en su descripción arquitectónica, existen evidentes discrepan-
cias pero también ciertas constantes como: que en ambas vecindades
vivían, tanto habitantes que habían inmigrado desde otros estados
de la república mexicana como habitantes que provenían de otras
zonas de la misma capital; que al parecer los años de residencia en
la vecindad normalmente superaban los quince; que los habitantes
además de convivir cotidianamente generaban lazos de parentesco;
y que de las varias ocupaciones laborales de la gente, muchas de
ellas se efectuaban en la misma casa de vecindad. Así, estas viviendas
colectivas agrupaban además de unidades domésticas, unidades de
producción.
Un aspecto más encontrado en estas descripciones, es el de la
cualidad de arrendamiento de las vecindades ya que al parecer todas
46 Lewis (2013 [1959]), pp. 68 y 69.
47 Ibídem, p. 122.

100
CAPÍTULO 2: Vecindades y construcción de ciudad

las viviendas contenidas tanto en La Casa Grande como en la de Los


Panaderos, son de alquiler. Pero ya que los inquilinos suelen per-
manecer durante largos periodos en las mismas viviendas y generan
lasos de parentesco entre sí, se mantiene cierta cohesión social. En
palabras de Lewis: «estos lasos, así como las rentas congeladas y la
escases de viviendas que sufre la ciudad, ayudan a la estabilidad del
vecindario».
Otras descripciones de habitantes de vecindades, más específicas
en cuanto a costumbres y caracteres de las personas, se extraen de las
Memorias de mis tiempos de G. Prieto:
Mi observatorio de costumbres, mi lugar predilecto de estudio era mi misma casa
de vecindad. Ocupaban las viviendas principales personajes elevados por la recien-
te revolución [...], invadían con las sillas de sus caballos el tránsito, hacían en el
corredor cocina de humo, trajinaban de enaguas y zapatos enchanclados la señora
y las niñas, dejaban invadir escaleras y patio a sus pimpollos, los asistentes albo-
rotaban a todas las gatas, [...], y deslumbraba de vez en cuando el señor de la casa
con su bota fuerte, su casaca ricamente bordada [...]. En las viviendas interiores se
lucía un sacerdote ejemplar con numerosa familia, [...]. Un músico que convocaba
a sus compañeros y nos armaban zambras filarmónicas de música epiléptica. Una
anciana partera con una crónica divina, [...]. Un sastre embustero; un zapatero
fanfarrón y ebrio repugnante; un impresor mártir [...]; unas bailarinas de los gran-
des bailes [...]; y una beatita jamona [...], era el cuadro que tenía ante los ojos, y
servía como de tintas a mi futura paleta de escritor de costumbres.48

Y del texto México pintoresco, artístico y monumental, de 1880 de


Manuel Rivera Cambas:
En las viviendas de las casas de vecindad habitan muchos cajistas, conocedores de
casi todos los asuntos en que se interesa la humanidad: la política, las modas, los
teatros, todo lo abarcan [...]49

En estas descripciones también es evidente la heterogeneidad de


la población de las vecindades, pero en los mismos textos de Prieto
y Cambas, se hallan también las descripciones de ciertos personajes
que se podrían llamar característicos de la vecindad, ya que al pare-
cer existen siempre, en todas estas casas. Entre dichos personajes se
encuentran el portero/a de vecindad (en ocasiones también llamado
casero/a) el zapatero y el peluquero, entre otros:
Siendo por aquellos barrios generalmente todas las casas de vecindad, se encuentra
el tipo original y primitivo de la casera, cuyo cuarto está señalado siempre con un
rótulo que la anuncia el público; es una entidad, casi una propietaria; distribuye
las habitaciones entre quienes le parece, guarda las llaves de los cuartos que se
alquilan tan solo cuando se quiere y su autoridad es considerada entre los vecinos.
[...] La casera cuida el orden, llama al gendarme cuando estallan las riñas, recibe
las citas, cobra las rentas y cuida de cerrar la puerta a la hora de reglamento; es
comadre de casi todos los vecinos y guarda armonía para que no le achaquen que
está más por el propietario que por los inquilinos, en una palabra, es un poder re-
gulador que puede desequilibrar la situación cuando se inclina hacia algún lado.50

48 Prieto (2011 [1906]) p. 46.


49 Rivera Cambas (1880), pp. 176-178. En Gortari; Hernández (1988), t. III, p. 376.
50 Idem.

101
PARTE I: Casas de vecindad

Aliado poderoso o enemigo de los novios de las primorosas chicas de mi casa,


me complicaba en todo género de intrigas asesorándome con mi barbero de la
vecindad de gallo y guitarra, piedra de amolar y escalfadon luciente, chisgarabís y
hablador como el demonio, y mi amigo íntimo por sus cuatro costados.51
[...]; en las accesorias y en los cuartos interiores de las casas de vecindad, habitan
porción de artesanos, ya construyendo zapatos, sentados sobre banquillos alrede-
dor de una mesita, ya tejiendo o dedicados a otras artes; [...]52

Finalmente, en otro aspecto concerniente a los habitantes de


las vecindades, aunque en este caso no de manera individual sino
en conjunto, se encuentran en la bibliografía referida hasta ahora
(Lewis [1959], Prieto [1906] y Cambas [1880]) más un agregado (El
libro de mis recuerdos [1904] de Antonio García Cubas), referencias a
las reuniones, bailes, fiestas, huateques, convites, que se organizaban
en las vecindades:
Los sábados por la noche, casi siempre hay baile popular.53
El baile casero, el característico de la clase media, era el de vivienda principal o
interior de la casa de vecindad, y se formaba con motivo de natalicio, cantamisa o
llegada de pariente foráneo. [...]
La concurrencia era por demás heterogénea y peculiar. [...].
La gente de la vecindad acudía, circulaban platones [...], pasaban de mano en
mano copitas con rompope y con licores; [...].54
Los vecinos jóvenes se hacen fácilmente de confianza en las viviendas, afirmando
la amistad en las noches de tertulia, al lado de las sardinas, las botellas de cerveza,
el pato, el queso y el pulque. Cuando se arregla uno de esos banquetes son con-
vidadas todas las vecinas; a veces se ponen manteles y cada quien toma lo que le
parece de donde lo hay, y en un bonito desorden se pasan los ratos en el seno de la
confianza, bebiendo todos en el mismo vaso.55
En las casas de vecindad, particularmente en los barrios, se efectuaban las Posadas
conforme al mismo ceremonial, con la diferencia de que, siendo toda la gente de
trabajo, se acostaban temprano y los bailes eran escasos.56
Y cuando no se trataba de celebrar sino de acompañar en
su pena a algún vecino, constan también relatos que describen mo-
mentos de luto en las vecindades, se reseña aquí solo un fragmento,
proveniente de Nueva Burguesía de M. Azuela:
Al otro día, cerca de las nueve, llegaron la carroza fúnebre y tres coches de lujo.
Toda la vecindad se vació en el patio principal. Entraron los agentes de la funeraria
de uniforme negro con galones dorados. [...] Apareció la caja forrada de terciopelo
negro con adornos de crespón y brillantes niquelados, en hombros de los de uni-
forme oro y negro.
Mujeres arropadas en sus rebosos y pobremente vestidas fueron las primeras en
subir a los coches, y después todas las que pudieron caber, con muchos muchachos
que no alcanzaron asiento. [...] Se alejó la carroza seguida de su abigarrado cortejo,
dejando en la vecindad esa sensación de descanso que queda en la casa de donde
se saca a un difunto.57
51 Prieto (2011 [1906]) p. 28
52 Rivera Cambas (1880), pp. 65 y 90 a 95. En Gortari; Hernández (1988), t. III, p.
378
53 Lewis (2013 [1959]), p. 68.
54 Prieto (2011 [1906]), p. 88, 89
55 Rivera Cambas (1880), pp. 176-178. En Gortari; Hernández (1988), t. III, p. 376.
56 García Cubas (1986 [1904]), p. 298
57 Azuela (1997 [1941]), pp. 85, 86.

102
CAPÍTULO 2: Vecindades y construcción de ciudad

Hasta aquí las alusiones a los habitantes de las vecindades don-


de se constatan la heterogeneidad de los caracteres individuales y la
diversidad en los perfiles familiares (observados también en las con-
diciones de las viviendas) Pero por encima de ello se halla una volun-
tad, la de la conformación de una comunidad integrada. De esto se
extrae una conjetura: se intuye que tal voluntad está profundamente
influida por el papel que juega el patio dentro del conjunto arquitec-
tónico de la vecindad, pues este espacio al aire libre se erige como el
lugar alrededor del cual se organiza la vida de todos, lugar a la vez de
tránsito y de reunión, lugar comunitario que sirve a todas las vivien-
das pero que mantiene un carácter propio, autónomo de aquellas,
porque los habitantes pueden servirse del patio pero no apropiarse
de él, no de manera individual, sólo en grupo o en comunidad, y en
eventos efímeros u ocasionales. La forma, la regularidad del patio,
sus dimensiones y proporción, su propiedad de lugar controlado por
todas las viviendas, ya que todas miran hacia él pudiendo mantener-
lo continuamente vigilado; todas estas características impuestas por
la configuración arquitectónica hacen que el patio tenga influencia
en la cohesión de la comunidad que habita en la vecindad.

‘Posadas en Casa de Vecindad’, ilustración


del Libro de Mis Recuerdos. Fuente: García
Cubas (1986 [1904]), p. 293

103
PARTE I: Casas de vecindad

Fotogramas de la película El Portero, Puerta


Joven (1950), protagonizada por Cantinflas.
1 Se observa, en una de las primeras es-
cenas de la película, el exterior de la Casa
de Vecindad donde vive y sirve El Portero. A
izquierda y derecha de la puerta de entrada
de la casa (marcada con el nº 77) se encuen-
tran dos accesorias, una corresponde a una
panadería y la otra a una carnicería.
2 La escena muestra el interior de la vivien-
da del portero de la vecindad. En primer
plano a la izquierda la cama y a la derecha
una mesa con sus bancos, y al fondo la có-
moda, sobre ella una jofaina, más arriba un
espejo donde se mira el propio Cantinflas y
por encima de todo una ventana alta.
3 En la imagen se observa un baile que se
efectúa en el patio de la vecindad. En primer
plano Cantinflas baila con su pareja, alrede-
dor de ellos varias parejas hacen los propio,
y al fondo, a manera de escenografía, se ob- 1
serva una parte de la escalera de la vecinad.

104
CAPÍTULO 2: Vecindades y construcción de ciudad

LAS VECINDADES EN EL CINE


«’Puro bolillo’, Panadería» y «’La carne es flaca’, Carnicería y
Tocinería», son los nombres que rotulan las accesorias ubicadas en
el perímetro de la vecindad que enmarca las escenas de la película
El Portero, Puerta Joven, de Cantinflas (fig. 1). «TAN Vien Se Escri-
ben Cartas Para el Pays i eL Estranguero Para Mas Detalles Able AL
Puertero» se lee en el anuncio que el mismo personaje, el portero
de la vecindad, coloca a la entrada de su vivienda, la cual se abre
directamente al zaguán de la casa. En esta película de 1950, Cant-
inflas interpreta a ese personaje y a través de sus peripecias, algunas
cotidianas y otras excepcionales, se descubren ciertos aspectos de la
vida en las vecindades (fig. 2). En las primeras escenas, ambientadas
en una mañana cualquiera en la capital mexicana, el portero barre el
trozo de acera que se encuentra a la entrada de la vecindad; recibe la
leche de todos los inquilinos que la consumen en la casa (solo cuatro
botellas); reparte a cada uno de ellos su respectiva botella; saluda y
mantiene un pequeño diálogo con el Profe, inquilino ilustre de la ve-
cindad que va saliendo para la escuela; y finalmente controla el paso,
no sin revisar previamente la mercancía, de un comerciante Turco,
pero «puro mexicano nacionalizado en el puerto de Veracruz», que
vende ropa a domicilio. En el desarrollo de la acción de esta comedia
se muestran: una fiesta, celebración del Santo del Profe, que organi-
zan conjuntamente todos los vecinos de la vecindad (fig. 3); un velo-
rio, la imprevista muerte de un vecino; y, hacia el final, la recepción
por parte de todos los habitantes de la casa de vecindad, que salen al
patio a esperar su llegada, de una vecina proveniente del hospital que
ha sido operada de la columna, ella, Rosa María, amor platónico del
portero, después de esta operación vuelve a caminar. Teñidas todas
las escenas del característico humor de las películas de Cantinflas,
develan modos de convivencia en el entorno arquitectónico definido
de la vecindad ya que el protagonista deambula continuamente entre
el patio y el interior de las viviendas, y aunque en algunas ocasiones
sale a otros lugares de la ciudad, su vida se orienta por lo que sucede
en la casa que es el eje, el punto focal de su orientación y con la casa,
la comunidad que la habita, la vida del portero de la vecindad se
nutre de la de los vecinos y unas y otras individualidades se comple-
mentan conformando una colectividad.
Un gran número de películas producidas durante la llamada
Época de Oro del cine mexicano (a mediados del siglo XX) tuvieron
como escenario las casas de vecindad. Los personajes protagónicos
de esas películas habitan y, en algunos casos, también trabajan en
pequeñas o a veces grandes viviendas de vecindades y tanto los patios
como los interiores de las habitaciones son mostrados como el con-
texto en que se desarrollan los dramas, las comedias o simplemente,

105
PARTE I: Casas de vecindad

4 Fotograma de la película Salón México


(1948). En primer plano se observan el arco
y las paredes que conforman el acceso y el
zaguán de la vecindad. En segundo plano la
protagonista Mercedes, camina por el patio.
Y en tercer plano se contempla la escalera
de la casa que alcanza dos plantas y conti-
núa, dando vuelta a izquierda y derecha,
hasta la azotea de la vecindad donde se
encuentra el cuarto que habita la protago-
nista.
5 y 6 Fotogramas de la película Soy Charro
de Levita (1949) protagonizada por Tin Tan
y Marcelo.
5 Se muestra el patio de la vecindad que
habitan Tintan y Marcelo, durante la cele-
bración de una posada decembrina; en pri-
mer plano se distingue una niña dándole a
la piñata, en segundo plano el resto de los
convidados observado y animando a la niña 4
y en tercer plano, a manera de escenografía,
se aprecia la escalera de la vecindad.
6 Se enfoca el interior de la vivienda, cons-
tituida por una sóla habitación, donde vive
la pareja de amigos que protagoniza la pelí-
cula. El amueblado de la vivienda es parco,
sólo dos camas, alguna silla y varias cajas de
madera que sirven igualmente de mesas
que de armarios. A la derecha, en segundo
plano de la imagen, destaca, entreabierta, la
puerta de acceso a la vivienda desde donde
se divisa, al fondo, la escalera de la vecin-
dad.
7 Fotograma de la película El Rey del Barrio
(1949) protagonizada por Tin Tan. En primer
plano se observa al protagonista y al niño,
Pepito, de pie en el patio de la vecindad,
charlando con una vecina, y al fondo se dis-
tingue la escalera de la casa.

106
CAPÍTULO 2: Vecindades y construcción de ciudad

las vivencias cotidianas de esos protagonistas. Se sabe que tales pelí-


culas fueron algunas veces grabadas en locaciones reales y otras veces
en escenarios ficticios, pero en cualquier caso se muestran aspectos
arquitectónicos diversos.
Por nombrar sólo algunos ejemplos a ese respecto, en Nosotros
los Pobres (1947) y Ustedes los Ricos (1948) Pepe, interpretado por Pe-
dro Infante, vive y trabaja como carpintero en una casa de vecindad.
En Salón México (1948) Mercedes, interpretada por Marga López,
reside sola en un pequeño cuarto de azotea de vecindad y para llegar
hasta su vivienda ha de subir por una gran –magnificente– escalera
de tres pisos (fig. 4). En Soy Charro de Levita (1949), protagoni-
zada por Tin Tan y su carnal Marcelo, ambos viven juntos en un
cuarto de casa de vecindad; en la primera escena de esta película se
muestra la celebración de una posada en el patio de la casa (fig. 5)
y en una escena posterior se presenta el interior de la vivienda que
comparten ambos personajes (fig. 6). En otras dos películas, El Rey
del Barrio (1949) y El Revoltoso (1951), protagonizadas también por
Germán Valdés Tin Tan, éste vive en un cuarto de casa de vecindad;
en la primera vive con Pepito (fig. 7), niño que le llama papá y en
la segunda representa a un personaje ‘indeseable’ para los vecinos,
por alborotador y revoltoso. En La ilusión viaja en tranvía (1953),
dirigida por Luis Buñuel, los tres personajes protagónicos, Lupita y
dos jóvenes apodados el Tarrajas y el Caireles, viven en una casa de
vecindad; cuando por primera vez, en el transcurso de la película, es
mostrado el patio de la casa, se celebra allí una fiesta, también posada
decembrina (fig. 8) en la que además se efectúa la representación de
una pastorela. En Este mundo en que vivimos, Los Fernández de Peral-
villo (1954), la familia alrededor de la cual gira la acción, vive en una
vecindad y en este caso es de destacar que su vivienda está compuesta
por varios cuartos, en una escena se muestran la estancia, el comedor

107
PARTE I: Casas de vecindad

8 Fotograma de la película La ilusión viaja


en tranvía (1953), dirigida por Luis Buñuel.
Se muestra la celebración de una posada en
el patio de la vecindad donde habitan los
personajes protagónicos de la película.
9 y 10 Fotogramas de la película Este mun-
do en que vivimos, Los Fernández de Peral-
villo (1954). Se extraen dos imágenes del
interior de la vivienda que habita la familia
Fernández en una casa de vecindad.
9 En la primera imágen se observan dos ha-
bitaciones que constituyen la cocina-come-
dor, en primer y segundo plano, y la sala de
estar, en tercer plano, de la vivienda.Ambas
habitaciones se hallan comunicadas entre sí
a través de una gran abertura, en forma de
arco, en el muro que las confina. Es de des-
tacar la amplitud y la abundancia en el mo-
biliario que presentan estas habitaciones.
10 En la segunda imágen se enfoca uno de 8
los dormitorios de la vivienda de la familia
Fernandez, el que corresponde a las hijas,
adultas jóvenes. La habitación se encuen-
tra amueblada con dos camas y mesas de
noche, nuevamente se destaca la ampli-
tud del espacio aunque en este caso no,
la abundancia del mobiliario. Al fondo a la
derecha se entrevé un trozo de cortina que
parece dividir esta zona de dormir de alguna
otra, probablemente la zona de dormitorio
de la madre de familia. Era común en las
habitaciones de las casas de vecindad que
las zonas de dormir de los diferentes miem-
bros de la familia se separacen entre sí por
cortinas y, si la vivienda estaba constituida
por una sóla habitación, las zonas de dor-
mir solía separarse del resto de zonas (es-
tar, comedor, cocina) también por medio de
cortinas.
11 Fotografía antigua de una vecindad
del Centro Histórico de la Ciudad de Méxi-
co (ubicación exacta desconocida). Fuente:
INAH, Coordinación Nacional de Monu-
mentos Históricos, Fototeca Constantino
Reyes-Valerio. Localización de la imagen: 9
Album 4, Tomo XXIV, Página 45.
12 Fotograma de la película Este mundo
en que vivimos, Los Fernández de Peralvillo
(1954).

10

108
CAPÍTULO 2: Vecindades y construcción de ciudad

y la zona de la cocina, como espacios comunicados entre sí (fig. 9)


y en otra escena se muestran los dormitorios (fig. 10). Finalmente,
dos títulos más: Quinto patio y la misma Casa de vecindad (ambas
de 1950).
La relación de títulos, siendo verdaderamente extensa, podría
seguir, pero en cualquier caso no se trata de hacer aquí un listado
exhaustivo. Más nombres de películas donde se reseñan modos de
vida en las vecindades se pueden encontrar en el libro Una familia
de tantas: Una visión del cine social en México, dentro del capítulo ‘La
convivencia social y la vivienda’, de Rafael Aviña:
[...], fueron los patios de vecindad los que se convirtieron en temas y escenarios
predilectos del cine mexicano de los años 40 a la fecha. Las añejas vecindades del
centro histórico cercanas a los rumbos de Nonoalco, Peralvillo o Tepito, aparecen
como ámbito fílmico por excelencia, [...]58
En ese sentido, pero dentro de un ámbito arquitectónico, como
motivos principales en aquellos patios, en la mayoría de esas pelícu-
las, se alzan las grandiosas escaleras, los característicos altares y los
lavaderos comunitarios.
Si bien el cine presenta sólo un punto de vista, una interpre-
tación de la realidad, y es posible que aquellas escaleras, aquellos
patios, aquellos lavaderos, aquellas viviendas fueran, al igual que los
personajes de las mismas películas, idealizados o desfavorecidos. Sor-
prende la similitud entre fotografías reales de vecindades y aquellas
de los filmes.

11 12

58 Aviña (2000), p. 97.

109
PARTE I: Casas de vecindad

CONFORMACIÓN DE CIUDAD
Hasta este momento en el presente discurso se han señalado
periódicamente los elementos arquitectónicos que conforman una
casa de vecindad. Ahora, aumentando la perspectiva de enfoque y
pasando así de la escala arquitectónica a la urbana y a la territorial, se
develarán las relaciones existentes entre dichos elementos y aquellos
otros que conforman el hecho urbano en sus diferentes escalas. Se
parte de observar la agrupación de los ejemplares de vecindades en
la manzana, a continuación se enuncian el resto de elementos que,
de manzana en manzana, conforman el barrio y, de barrio en barrio,
conforman la urbe que se estructura a su vez a partir de ciertos rasgos
geográficos del territorio donde se emplaza. Se trata de buscar, entre
unas y otras entidades, las analogías, las equivalencias.

DE LA VECINDAD A LA MANZANA
A partir de la pre-selección de ejemplares de vecindades reali-
zadas del Catálogo Nacional de Monumentos Históricos Inmuebles de
las delegaciones Cuauhtémoc y Venustiano Carranza y de la locali-
zación de dichos ejemplares en el plano actual del Centro Histórico
de la Ciudad de México, es posible observar que existen manzanas
urbanas donde las casas de vecindad se repiten cuantitativamente,
es decir, en varias de las parcelas que conforman dichas manzanas se
emplazan vecindades.
Un ejemplo de ello es la manzana que se ubica entre las calles
República de Argentina, República de Costa Rica, República Domi-
nicana y República de Haití, donde fueron localizados siete edificios
que coinciden con la morfología de las casas de vecindad (fig. 1):
Haití nº 18, construido en el s. XVII y rehabilitado en 1986; Argen-
tina nº 95 edificado en el s. XVIII y al parecer derribado en el siglo
XX; Argentina nº 89, edificado en el XIX y modificado en el XX;
Argentina nºs 97, 99 y 101, que presentan entre sí una estructura
arquitectónica muy similar, edificados los tres en el siglo XIX y sólo
el 101 modificado durante el siglo XX; y finalmente, Costa Rica nº
9, también edificado en el s. XIX.
Con la documentación fotográfica extraída del mismo catálogo,
se realizará ahora un recorrido imaginario alrededor de esa manzana.
Se trata de una caminata atemporal, o con un tiempo vagamente
definido, ya que las fotografías que se emplean para recrearlo datan
de diferentes épocas y los edificios de vecindades también, sin men-
cionar que un par de ellas fueron totalmente modificadas durante
el siglo XX. Pero en cualquier caso, este recorrido supone que todas
ellas se encuentran en pie, en buenas condiciones y funcionando,
con el uso habitacional en su interior –más algún taller quizá– y el

110
CAPÍTULO 2: Vecindades y construcción de ciudad

a 1 Esquema: Planta de la manzana urbana


República de Costa Ric
9 que se ubica entre las calles Argentina, Cos-
ta Rica, República Dominicana y Haití, don-
de se localizan siete edificios que coinciden
101 con la morfología de las casas de vecindad.
Dibujo del autor en base a las plantas ar-
99 quitectónicas de los edificios extraidas del

ana
Catálogo Nacional de Monumentos Históri-

República Dominic
cos Inmuebles del INAH [fecha de consulta:
97
República de Argentina

30/08/2010].
2 Fotografía de la fachada principal del edi-
95 ficio localizado en la calle Argentina nº 101.
3 Fotografía del interior del mismo edificio,
Argentina nº 101.
Fuente de ambas fotografías: Catálogo Na-
cional de Monumentos Históricos Inmue-
bles.
89

18
ca de Haití
Repúbli

Escala 1:2 000 N

0 10 20 30 40 50 100 200
1

uso habitacional-productivo-comercial en su exterior, en la llamadas


accesorias o casas de taza y plato que permiten combinar las tres
funciones, vivienda, taller, tienda.
Se emprende el camino desde la esquina de las calles Argentina
y Costa Rica, frente a la fachada principal de acceso del nº 101 de
Argentina (fig. 2), se camina junto a esa fachada de tres plantas pa-
sando junto a las accesorias que al encontrarse abiertas, muestran o
bien productos a la venta, o a algún artesano ocupado en su labor, o
ambas situaciones en el mismo local. A continuación, se alcanza el
límite del portal de acceso al edificio y desde allí, a través del portón
abierto, es posible echar un vistazo hacia el interior de la vecindad. 2

En esa perspectiva, en primer plano, se observa el espacio en pe-


numbra del zaguán de la casa; seguidamente y contrastando con el
anterior, se observa la zona considerablemente iluminada del patio
de la vecindad (fig. 3). En tercer plano y como punto focal de la
perspectiva se distingue la escalera de la casa, con cierto rasgo de mo-
numentalidad. Finalmente, al fondo, detrás de la escalera, se divisa
el espacio nuevamente iluminado del segundo patio de la vecindad.
Destaca pues, en esa perspectiva, el ritmo de claros y oscuros, luz y
penumbra, espacios cubiertos y descubiertos que se intercalan hasta
el fondo de la vecindad.
Se sigue caminando, nuevamente transitando junto a una ac-
cesoria, la última perteneciente al 101 de Argentina, y se alcanzan
3

111
PARTE I: Casas de vecindad

4 6 9

5 7 10

4 Fotografía de la fachada ex-


terior del edificio localizado en
la calle Argentina nº 99.
5 Fotografía del interior del
mismo edificio, Argentina nº
99.
6 Fotografía de la fachada ex-
terior del edificio localizado en
la calle Argentina nº 97.
7 Fotografía del interior del
mismo edificio, Argentina nº
97.
8 Fotografía de la fachada ex-
terior del edificio localizado en
la calle Argentina nº 95.
9 Fotografía del interior del
mismo edificio, Argentina nº 8
95.
11
10 Fotografía de la fachada
exterior del edificio localizado
en la calle Argentina nº 89. A la
izquierda de la imagen se ob-
serva un cine.
11 Fotografía del interior de 12 Fotorgrafía de la fachada
Argentina nº 89. exterior del edificio localizado
Fuente de estas fotografías: en la calle República de Haití
Catálogo Nacional de Monu- nº 18.
mentos Históricos Inmuebles Fuente de la fotografía: INFO-
del INAH. NAVIT (1988), p. 172.
12

112
CAPÍTULO 2: Vecindades y construcción de ciudad

a continuación otras accesorias pertenecientes al nº 99 de la misma


calle, otro edificio de tres plantas (fig. 4). En esencia estas accesorias
muestran la misma situación que las anteriores, tiendas o talleres,
una panadería, una tortillería, farmacia, peluquería, quizás alguna
carpintería, todo lo necesario para satisfacer los requerimientos de
consumo de los habitantes de la zona. Se llega ahora al portal, otra
vez el portón abierto de par en par permite contemplar la perspectiva
al interior de la vecindad: sucesión de sombras y luces, el zaguán en
primer plano, el primer patio, la escalera como punto focal (fig. 5) y
detrás de ella, el claro del segundo patio de la vecindad.
Se continúa andando y el ritmo prosigue, accesorias, ahora del
nº 97, edificio también de tres plantas (fig. 6), y otra vez la pers-
pectiva desde el portal de la casa en las mismas condiciones que los
anteriores (fig. 7).
Se llega al nº 95, esta vez se trata de un edificio de sólo dos
plantas (fig. 8) y aunque la situación de las accesorias es la misma,
la perspectiva del portal es levemente diferente ya que el patio de
esta vecindad es considerablemente más grande que los anteriores, es
único en el edificio y no tiene la escalera emplazada en su interior ni
cómo punto focal de la vista desde el acceso. Este patio se encuentra
mucho más iluminado y el contraste entre la penumbra del zaguán
y la iluminación del espacio descubierto es mayor que en las otras
vecindades (fig. 9).
Se deja atrás el nº 95 y se llega a los lindes del edificio marcado
con el número 91-93 de la calle de Argentina. Este edificio no con-
tiene vivienda, según las fotografías se trata de un cine, así que al
seguir caminando se pasa por debajo de la marquesina que anuncia
la película de temporada, se observa la puerta de entrada al local y la
taquilla de venta de entradas.
Se llega al nº 89, nuevamente una vecindad de dos plantas, esta
vez con una fachada muy estrecha que sólo permite la instalación del
portal de acceso a la casa y de una accesoria (fig. 10). Desde ese portal
se puede visualizar también el interior del edificio, pero en esta oca-
sión más allá del zaguán, no se divisa un patio sino un pasillo largo,
estrecho y al aire libre que, en última instancia y después de algunos
giros desemboca en el patio de la vecindad (fig. 11).
Se apresura el paso y sin prestar mucha atención al resto de edi-
ficios en la manzana se dobla a la izquierda en la calle República de
Haití, continuando sin detenerse hasta alcanzar el límite del edificio
señalado con el nº 18. Este edificio alberga otra casa de vecindad,
esta vez de una sola planta (fig. 12). Su fachada es también muy
estrecha, tiene una sola accesoria y junto a ella se ubica el portal de
acceso a la vivienda. Nuevamente el portón abierto permite echar un
vistazo al interior de la vecindad que esta vez no cuenta con ningún

113
PARTE I: Casas de vecindad

zaguán sino con otro pasillo largo y estrecho, inmediato a la entrada


y al aire libre, que avanza en línea recta hasta desembocar en el patio
del edificio. Ya que tanto el corredor como el patio se encuentran a
descubierto, iluminados ambos por la luz solar, esta vez la perspecti-
va hacia el interior de la vecindad no se ve pautada por la secuencia
de espacios sombreados y luminosos, sino por una serie de arcos que,
atravesando el pasaje en varios puntos de su sentido longitudinal,
ritman el recorrido peatonal (fig. 13).
Siguiendo el recorrido de la manzana, se llega hasta la esquina
13 de la calle República de Haití con República Dominicana y se gira
por ésta última a la izquierda. Sobre éste, el lado Este de la manzana,
se pasa de largo sin detenerse en ningún edificio hasta alcanzar la
próxima esquina, con la calle República de Costa Rica, y nuevamen-
te se gira a la izquierda.
El recorrido continúa sin interrupción hasta llegar al límite del
edificio marcado con el nº 9 de Costa Rica, la séptima vecindad en
esta manzana. En la fachada principal de esa casa, que cuenta con
dos plantas (fig. 14), se hallan sólo un par de accesorias y un par de
portales. El resto son habitaciones que lindan con la calle presentan-
do ventanas con altos antepechos hacia esa fachada. Pasando junto a
14 las ventanas se alcanza el portal principal de la vecindad y a través del
portón abierto se observa la perspectiva hacia el interior. En primer
plano, una vez más, el espacio en sombra del zaguán, en segundo
plano el patio iluminado, en tercer plano y como punto focal al
centro del patio, la escalera de la vecindad y detrás de ella, al fondo
de la perspectiva, el resto del espacio descubierto que se estrecha sú-
bitamente (fig. 15). Se deja atrás esta vecindad y caminando al lado
de la fachada lateral del nº 101 de Argentina se llega nuevamente
a la esquina de esa calle con Costa Rica, donde se había iniciado el
recorrido imaginario y atemporal.
Es posible, a través de la reconstrucción de tal recorrido, obser-
var la manera en que las vecindades influyen en la constitución de
la manzana urbana y el cómo su repetición pauta el tránsito sobre
15
la calle. Cuando se camina por una vía cualquiera, se suelen tener
vistas lejanas en su sentido longitudinal, pero raramente esas vistas
son lejanas en su sentido transversal, debido a que los paramentos
13 Fotografía del interior del edificio loca- de las fachadas normalmente están cerrados con puertas y ventanas.
lizado en la calle República de Haití nº 18. El caso de las vecindades, empero, es diferente, ya que al tener regu-
Fuente: INFONAVIT (1988), p. 172.
14 Fotografía de la fachada principal, a la larmente los portones abiertos estos edificios permiten vislumbrar
calle, del edificio localizado en la calle Re- perspectivas hacia su interior y descubrir, aunque sea vagamente,
pública de Costa Rica nº 9. Se observa a la
izquierda de la fotografía un edificio de Ba- una vista lejana en el sentido transversal a la calle, adivinando así
ños públicos.
15 Fotografía del interior del edificio locali-
parcialmente la dimensión interior de la manzana. De este modo, la
zado en Costa Rica nº 9. secuencia de vecindades ritma el recorrido sobre la calzada, ya que
Fuente de las dos últimas fotografías: Ca-
tálogo Nacional de Monumentos Históricos cada vez que se encuentra un portal de casa de vecindad, se abre
Inmuebles.

114
CAPÍTULO 2: Vecindades y construcción de ciudad

una nueva perspectiva al viandante. Tales perspectivas están a su vez


pautadas por secuencias de espacios en luz y sombra, evidenciando
así la sensación de profundidad. Por último, en cada una de ellas se
descubre un nuevo patio, un nuevo lugar de centralidad que organi-
za el mundo a su alrededor y orienta al ciudadano, ya que en primera
instancia el patio organiza el entorno doméstico y en segunda, ayuda
a organizar el entorno urbano de la manzana.
Otros edificios, además de las vecindades –ejemplares de vivien-
da colectiva–, que podrían encontrarse en esa manzana, son algunas
edificaciones de vivienda unifamiliar. Esto se deduce de la dimen-
sión y distribución de las parcelas, ya que algunas, por ejemplo todas
las que dan frente a la calle República Dominicana, tienen una su-
perficie considerablemente menor que las que albergan los edificios
destinados a vivienda colectiva. Y otros tipos de inmuebles que se
encuentran, de acuerdo con la información extraída de las fotogra-
fías, son un cine (fig. 10) y unos baños públicos (fig. 14). Estos dos
edificios equivalen a lo que en la actualidad llamamos equipamiento
urbano, edificios de usos y servicios diversos para la ciudadanía en
general: edificios públicos, de uso colectivo no habitacional. Así en
la manzana descrita se encuentran edificios de los géneros: vivienda
(unifamiliar y colectiva) integrada con comercio (tiendas) y peque-
ñas unidades de producción (talleres) y equipamiento. Esta manzana
resume un trozo de ciudad.

DE LA MANZANA AL BARRIO
La repetición de manzanas, la suma de una a una, conforma una
parte de ciudad que en el transcurso de esta Tesis se ha denominado
como barrio59 Sin embargo, en otros siglos en los que las ciudades no
eran las grandes metrópolis de la actualidad, los barrios eran entida-
des que se encontraban fuera del área urbana, fuera de las murallas
en el caso de que existiesen (que no es el de la Ciudad de México
ya que nunca estuvo amurallada). Así, la palabra barrio proviene del
árabe hispánico de forma hipotética bárri, que significa ‘exterior’, y
éste del árabe clásico barrī, que significa ‘salvaje’. Uno de sus signi-
ficados es «grupo de casas o aldea dependiente de otra población,
aunque estén apartadas de ella» y es sinónimo de arrabal.60
Dejando atrás esta breve explicación, a continuación se estudia-
rá lo que se ha llamado un barrio de aquella ciudad compuesta por
vecindades, aunque como se ha visto el término es relativamente
equívoco aplicado a siglos anteriores al s. XX. Aun así, se utiliza su
sentido de parte de ciudad que involucra la agrupación de diversas
59 Barrio es «cada una de las partes en que se dividen los pueblos grandes o sus distri-
tos». Fuente: RAE [en línea], (consulta: julio de 2015).
60 Idem (la definición de barrios y su etimología).

115
PARTE I: Casas de vecindad

16

Escala 1:15 000 N

0 50 150 300 500 1000 m


17 18

116
CAPÍTULO 2: Vecindades y construcción de ciudad

manzanas, sobre esa parte de ciudad se describirán los elementos 16 Plano General de la Ciudad de México.
García Conde, Diego. 1793. Fuente: Lom-
que la componen y para ello será necesario fijar, esta vez escrupulo- bardo (1996), t. I, p. 341. El plano consta de
samente, una época de estudio. dos partes: en la parte izquierda se ubica el
dibujo de la planta de la ciudad y en la dere-
Se elige la ciudad de finales del siglo XVIII, vista a través del cha, la explicación de los símbolos (números
y letras) localizados en el dibujo.
plano levantado por Diego García Conde en 1793 (fig. 16). Este 17 Idem (detalle). Se señala, con lineas
año queda situado aproximadamente a la mitad del periodo en el rojas discontinuas, el perímetro de la man-
zana que se ha estudiado con anterioridad.
que fueron edificadas las vecindades en la capital mexicana –desde 18 Detalle de un plano actual del Centro
el s. XVII hasta principios del s. XX. La parte urbana que se estudia Histórico de la Ciudad de México. Se señala,
con lineas rojas discontinuas, el perímetro
específicamente, es la que se encuentra al Nordeste de la Plaza Ma- de la misma manzana. Dibujo del autor.
yor –actual Zócalo– de la ciudad. En ella se emplaza la manzana de
las vecindades que se ha estudiado con anterioridad y aunque dicha
manzana no presenta, en el plano de finales del XVIII (fig. 17), la
misma configuración que en el plano urbano actual (fig. 18), es de
suponerse que la vecindad de la calle Haití nº 18, construida en el
siglo XVII, ya tendría que haber existido.
En el plano de 1793 la ciudad de México se divide administra-
tivamente en ocho cuarteles mayores,61 de los cuales el 4º y el 7º,
situados al Nordeste de la plaza mayor, comprenden el área de estu-
dio. La palabra cuartel (del fr. quartier) significa: «distrito o término
en que se suelen dividir las ciudades o villas grandes para el mejor
gobierno económico y civil del pueblo» y en ese sentido se refiere
claramente a una parte que se encuentra al interior de la ciudad.
El área que ocupan los cuarteles 4º y 7º (fig. 19) tiene como lí-
mites: al Norte, la garita62 de Guadalupe; al Este, la garita del Peñol;
al sur, las manzanas que lindan hacia esa misma dirección, con la
calle del Arzobispado y sus continuaciones (las calles de Santa Ynes,
del Amor de Dios, de la Santísima, Cadena, Siete Príncipes, Calave-
ra y el Puente de la Escobillería); y al Oeste, las manzanas que lin-
dan, también hacia esa misma dirección, con las calles del Relox, 1ª
hasta 7ª, y las calles que se encuentran intercaladas entre aquellas (de
Sta. Catalina de Sena, del Puente de Leguisamo y de los Zapateros,
entre otras). Estos dos cuarteles ocupan aproximadamente un cuarto
del suelo urbano que se halla dibujado en el plano, un cuadrante de
la urbe.
Ese cuadrante, al mismo tiempo que se halla referido al centro
de la ciudad –la Plaza Mayor–, cuenta con su propio centro, tam-
bién emplazado en una plaza aunque de menor dimensión y jerar-
quía que la mayor. La plaza referida es la de San Sebastián (fig. 19),
ubicada en la intersección de la calle del Colegio de Guadalupe (al
Este), con la calle del Puente de San Sebastián (al Norte), la calle del
Colegio de Guadalupe constituye además el límite entre el 4º y el
7º cuartel. En el plano de García Conde, la plaza de San Sebastián
aparece señalada con el número II, pero no se especifica su carácter
61 RAE [en línea], (consulta: julio de 2015).
62 Garita significa, en México, «entrada de la ciudad».

117
PARTE I: Casas de vecindad

Garita de Guadalupe Calle del Puente de San Sebastián

Plaza de San Sebastián


Calle del Colegio
de Guadalupe
Calle del Relox 1ª

Garita del Peñol


Plaza Mayor

19
Calle del Arzobispado

118
CAPÍTULO 2: Vecindades y construcción de ciudad

de centro de ese cuadrante de la ciudad. Dicha especificidad se sabe 19 Detalle del Plano General de la Ciu-
dad de México. García Conde, Diego. 1793.
de otras fuentes63 donde se menciona que desde el siglo XVI, y más Fuente: Lombardo (1996), t. I, p. 341. Se
aún desde la época prehispánica, el sitio donde se localizó tal plaza, enfoca el área que ocupan los cuarteles 4º
y 7º, emplazados al Nordeste de la Plaza
fungió como centro de aquel rumbo. En ese mismo emplazamiento, Mayor. Se señalan los límites de tal área:
al Norte, la garita de Guadalupe; al Este, la
antes de la conquista española, se ubicó el centro de Atzacualco, uno garita del Peñol; al Sur, las manzanas que se
de los cuatro calpolli64 que conformaron el altepetl65 de Tenochtitlán. encuentran colindando, hacia esa misma di-
rección, con la calle del Arzobispado y sus
Definidos ya los límites y el centro de aquel cuadrante, confor- continuaciones; y al Oeste, las manzanas
mado por los cuarteles 4º y 7º, toca el turno a los elementos. En el que se encuentran colindando, hacia esa
misma dirección, con la calle del Relox 1ª y
transcurso de este escrito se han ido mencionando ya tres de ellos, sus continuaciones. Y finalmente, se señala
los que resultan más evidentes y esenciales en la forma urbana: las la ubicación de la plaza de San Sebastián.
20 Idem. Se enfoca la parte del plano que
manzanas, las calles y las plazas, el resto se deduce de la explicación contiene la explicación de los símbolos (nú-
que el mismo García Conde hace de su plano, ubicada a la derecha meros y letras) empleados en el dibujo de
la ciudad. Dicha explicación se organiza en
del dibujo en planta de la ciudad, (fig. 20). Allí se enlistan, cuartel listas, desde el 1º hasta el 8º cuartel, con tí-
tulos –Calles y callejones; Plazas, plazuelas y
por cuartel –del 1º al 8º–, los nombres de las entidades que en el pulquerías; etc.– y en orden alfabético.
dibujo se encuentran señaladas con números y letras. Las listas se
organizan de acuerdo a los siguientes títulos: Calles y callejones –or-
denadas alfabéticamente, de la A a la Z–; Plazas, Plazuelas y Pulque-
rías; Parroquias; Conventos de Religiosos; Conventos de Religiosas;
Recogimientos; Hospitales; Colegios; y Casas Particulares. De este
listado separamos las calles, con sus añadido callejones, y las plazas,
con sus añadidos plazuelas y pulquerías, que son los elementos que se
habían señalado con anterioridad y así se observa que los títulos que
quedan se refieren todos a tipos de edificios –parroquias, conventos
y demás.
Tales edificios forman en efecto parte de las manzanas y en al-
gunas ocasiones están también directamente asociados a la confor-
mación de las plazas. Se podría decir pues, que existen dos niveles en
la enunciación de los elementos que conforman la ciudad: el primer
nivel incluye calles, plazas y manzanas; y el segundo nivel incluye
los tipos de edificios que se encuentran dentro de las manzanas y,
sólo en ciertas ocasiones, otros edificios que se encuentran aislados,
emplazados dentro de algunas plazas.
Yendo al detalle y realizando un acercamiento de sólo una parte
del cuadrante Nordeste de la ciudad (fig. 21), se observan en prime-
63 Toussaint, Manuel. Información de méritos y servicios de Alonso García Bravo: alarife
que trazó la ciudad de México. México: UNAM, Instituto de Investigaciones Estéticas,
1956. González Aparicio, Luis. Plano reconstructivo de la región de Tenochtitlán. México:
INAH, 1988.
64 Los calpolli eran partes constitutivas del altepetl, cada una con su nombre propio.
Fernández; García (coords.) (2006), p. 20. [...], a los calpolli, los españoles los entendieron
como “barrios” de la ciudad. Ibídem, p. 31.
65 Altepetl fue el término utilizado por los hablantes de náhuatl antes de la Conquista
para denotar sus unidades básicas de organización comunitaria. Tras la llegada de los
españoles a Mesoamérica, el vocablo fue traducido como “pueblo” o bien como “ciudad”
cuando el tamaño y densidad del asentamiento les hizo pensar en una aglomeración urba-
na. [...] Estrictamente, el término deriva de las raíces yn atl, yn tepetl (“agua,montaña”), lo
que revela la importancia del ambiente para la sociedad que se agrupaba en esas unidades
de organización. Ibídem, p. 13.
20

119
PARTE I: Casas de vecindad

21 Detalle del Plano General de la Ciu-


dad de México. García Conde, Diego. 1793.
Fuente: Museo de la Ciudad de México (fo-
tografía tomada al plano original que se en-
cuentra en el acervo del museo).

ra instancia, los rectángulos que representan las manzanas urbanas


rellenados con líneas de color negro y en ellos, destacados con el
trazo de su perímetro o con un color más intenso, algunos edificios.
En segunda instancia se observan los espacios vacíos que quedan
entre las manzanas, representando las calles y las plazas. Las calles
se encuentran designadas con números arábigos (27, 15, 13, ...), las
plazas, con números romanos (I, II, ...) y dentro de las manzanas:
las parroquias, los conventos, los recogimientos, los hospitales y los
colegios, se señalan con letras mayúsculas (G, O, N, F, ...); y las casas
particulares se señalan con letras minúsculas ( h, e, a, ...). Se destaca
que la denominación Casas Particulares no se refiere a edificios de ca-
rácter residencial, sino a aquellos que albergaban instituciones varias
como el Arzobispado, la Minería, el Apartado, la Casa de Moneda,
la Inquisición, la Academia de dibujo, el Monte Pio, la Real Aduana
y diversos Cuarteles, entre ellos el de artillería.
Todos aquellos edificios, tanto las casas como los otros mencio-
nados en el plano, pueden ser denominados como representativos
ya que, dentro de la ciudad, albergan instituciones –religiosas, de
gobierno, gremiales, etc.– a las cuales terminan representando en
un término de imagen urbana. Además algunos de ellos son singu-

120
CAPÍTULO 2: Vecindades y construcción de ciudad

lares porque se posicionan como excepciones en el continuo urba-


no, adquiriendo, en algunas ocasiones, el carácter de monumentos.
Dichas singularidades destacan en el plano porque corresponden a
los edificios mostrados con el color más intenso. Estos edificios son
en todos los casos templos religiosos, algunos se encuentran aislados
y otros incorporados en hospitales, colegios, etc. Ahora es posible,
enunciar dos elementos urbanos más en el nivel de los tipos de edi-
ficios que se encuentran dentro de las manzanas: el primero son los
edificios representativos y el segundo los edificios representativos
singulares. Estos dos tipos de edificios abarcan, algunas veces una
manzana completa, otras veces sólo una parte y existen manzanas
que no cuentan con ninguno de ellos.
En aquellas manzanas aparentemente vacías, es donde se en-
cuentra el tercer elemento urbano en el nivel de los tipos de edifi-
cios, ya que es de suponerse que en ellas se localizan los edificios de
vivienda y que García Conde no los detalla, sino que los representa
como un continuo, el continuo residencial. Así, los edificios repre-
sentativos, los edificios representativos singulares y los edificios que
conforman el continuo residencial, son los tres elementos que se
encuentran en el segundo nivel de la enunciación de los elementos
urbanos. El continuo residencial equivale en parte a la reiteración
de las vecindades (estudiada con anterioridad en el ejemplo de una
manzana) y en otra parte corresponde a diversos géneros de edificios
habitacionales como palacios, palacetes, entre otros. A continuación
se expone cómo se distribuyen los dos niveles de elementos urbanos
enunciados, en el cuadrante Nordeste de la ciudad de México de
1793.
Comenzando con la misma figura 21, que muestra sólo un deta-
lle de aquel cuadrante, se observa que las calles están trazadas de tal
manera que corren paralelas al eje geográfico Norte-Sur o perpendi-
culares a él, en dirección Este-Oeste generando una malla de manza-
nas cuadriláteras rectangulares. Los intervalos a los que se trazan las
calles son regulares y tienen mayor extensión en las calles que corren
de Norte a Sur (aprox. 220 m ≈ 260 varas cast.) que en las calles que
corren de Este a Oeste (aprox. 95 m ≈ 110 varas cast.). Aunque en
algunas ocasiones el intervalo existente entre las calles que van de
Norte a Sur se reduce a cerca de la mitad generando así manzanas
cuadriláteras de una proporción más cercana al cuadrado.
Algunas manzanas de la mencionada malla se encuentran re-
cortadas o con ciertas partes omitidas, alejándose así de una de las
cuatro calles que las circundan y generando una discontinuidad en
el trazo de la malla, una especie de vacío que puede ser leído como
una extensión de la calle pero es en sí una entidad independiente:
una plaza. Las plazas generan todas una centralidad, ejercen una in-
fluencia alrededor de sí mismas.

121
PARTE I: Casas de vecindad

En lo que respecta a la situación de los diferentes tipos de edi-


ficios dentro de las manzanas, en el detalle del cuadrante se observa
que el continuo residencial abarca la mayor cantidad del área de la
malla de manzanas. De hecho existen manzanas que sólo contienen
edificios residenciales. Los edificios representativos y representativos
singulares al encontrarse en menor cantidad, resultan ser disconti-
nuidades en la extensión residencial. Estas discontinuidades, en al-
gunas ocasiones se sitúan aleatoriamente dentro de las manzanas,
es decir los edificios representativos y representativos singulares se
encuentran emplazados sin seguir una pauta regular en la malla ur-
bana. Pero en otras ocasiones tales edificios se hallan tácitamente
asociados a la localización de las plazas, de tal manera que se colocan
en las partes de las manzanas que colindan con aquellas.
La distribución de los dos niveles de elementos descrita hasta
ahora para el detalle del plano, es aplicable a la totalidad del cua-
drante Nordeste (ir a fig. 19), solo que al ampliar la perspectiva es
posible encontrar otras peculiaridades. El trazo de las calles, en direc-
ción Norte-Sur o Este-Oeste, se rige por el trazo de la Plaza Mayor.
Las otras plazas encontradas en el cuadrante tienen un carácter se-
cundario si se comparan con aquella, pero igualmente mantienen su
propia centralidad. La plaza de San Sebastián que funge como cen-
tro del cuadrante Nordeste, no se encuentra en el núcleo geométrico
del área urbana ocupada por aquel, sino más bien desplazada hacia la
misma dirección (NE) de tal manera que sólo en dos sus lados, Sur
y Oeste, se encuentran manzanas urbanas y al Norte y al Este se abre
hacia una zona no urbanizada (fig. 22). Así, el «alrededor de» urbano
Plaza de San Sebastián
que genera este centro se patentiza en sólo dos direcciones, las que
llevan al centro general de la ciudad. Esto evidencia el carácter jerár-
quico y de dependencia que existe entre la plaza mayor y las plazas
centrales de los cuadrantes.
La disposición de los diferentes tipos de edificios en el cuadrante
en general es similar a la del detalle. El continuo residencial abarca
nuevamente la mayor cantidad del área de la malla de manzanas y
los edificios representativos y representativos singulares se disponen,
algunos sin seguir una pauta de ordenación específica y otros aso-
ciados a la localización de las plazas. Desde el punto de vista de la
centralidad que genera cualquier plaza del cuadrante, es posible de-
cir que alrededor de cada plaza se establecen una serie de manzanas
22 Detalle del Plano General de la Ciu- con al menos un edificio representativo singular, algunos edificios
dad de México. García Conde, Diego. 1793. representativos y en mayor cantidad los edificios residenciales. Así,
Fuente: Lombardo (1996), t. I, p. 341. Se en-
foca la plaza de San Sebastián ubicada en la el cuadrante puede ser visto como la agrupación de plazas con las
zona Nordeste de la ciudad, se observa que
se rodea de manzanas urbanas en sólo dos
manzanas y los edificios que se sitúan a su alrededor.
direcciones, al Sur y al Oeste, las que llevan
al centro de la ciudad. Al Norte y al Este la
plaza queda abierta hacia una zona poco
urbanizada.

122
CAPÍTULO 2: Vecindades y construcción de ciudad

DEL BARRIO A LA CIUDAD


Pasando del cuadrante Nordeste a la disposición de la ciudad en
general, se observa la misma organización urbana. Los cuatro cua-
drantes (divididos administrativamente en ocho cuarteles) se rigen
por la misma estructura. Todas las calles se trazan paralelas o perpen-
diculares al perímetro de la plaza mayor y, tanto ésta como aquellas
se orientan geográficamente en dirección Note-Sur y Este-Oeste. La
malla de manzanas cuadriláteras rectangulares, al generarse por el
trazo de las calles, se ve también regida por la centralidad de la pla-
za y así, en una perspectiva general se advierte que todas las calles,
23 Detalle del Plano General de la Ciu-
las manzanas y la edificación urbana se disponen alrededor de, y dad de México. García Conde, Diego. 1793.
se orientan desde el trazo de la plaza mayor. Y ya que el continuo Fuente: Lombardo (1996), t. I, p. 341. Se en-
foca el área que ocupa la Plaza Mayor y se
residencial es el elemento más común en las manzanas, es posible observa que la catedral se encuentra al inte-
decir que en esencia, la ciudad se conforma por la agrupación de un rior de la plaza, yuxtapuesta a su lado Norte.
continuo residencial en torno a la plaza mayor.
Al igual que el cuadrante Nordeste, los tres restantes –Noroeste,
Sureste y Suroeste– cuentan cada uno con su centro situado en una
plaza de condiciones similares a la del primer cuadrante y también
en ellos se localizan otras plazas de carácter secundario. Los edificios
representativos y representativos singulares se disponen en situación
similar en todos los cuadrantes de tal manera que la mayor parte de
las plazas se hallan presididas por uno o varios edificios representa-
tivos y al menos un edificio representativo singular. Este edificio se
ubica, en la mayor parte de los casos, en los lindes de la plaza, pero
existen casos excepcionales en los que tal edificio se sitúa no en los
lindes, sino dentro del perímetro de aquella, éste es el caso de la plaza
mayor ya que la Catedral se emplaza en su interior, no en su centro
geométrico sino yuxtapuesta hacia el lado Norte (fig. 23). Hasta aquí
la descripción de los elementos urbanos y la forma en que se dispo-
nen en la ciudad de México de finales del siglo XVIII, vista a través
del plano de García Conde de 1793.

DE LA CIUDAD A LA VECINDAD
A continuación, con la finalidad de desvelar las relaciones que
existen entre aquella ciudad y la arquitectura de las vecindades se
realiza un ensayo que convierte algunas partes de la definición de
una vecindad en una definición de ciudad.
Se ha dicho que «la vecindad se conforma por la agrupación
de un número variable de viviendas en torno a un espacio central
común, patio, paso o pasillo, y si la edificación es muy grande o
profunda, puede contar con más patios o pasillos que agrupan a su
alrededor varios conjuntos de viviendas». Además, en los ejemplos
prácticos de vecindades se ha visto que existen también casos en los

123
PARTE I: Casas de vecindad

que las viviendas no se emplazan alrededor de todo el perímetro del


patio de vecindad, sino sólo en ciertos de sus lados. Y se añade ahora
que, si la vecindad cuenta con varios patios, uno de ellos se posiciona
como el de mayor jerarquía y el resto se componen en relación con
el anterior adoptando un papel secundario aunque manteniendo su
propio carácter de centralidad.
La conversión de esa definición a una de ciudad enuncia: la
ciudad se conforma por la agrupación de un número variable de
viviendas en torno a un espacio central común, plaza, y si el área
urbana es extensa, puede contar con más plazas que agrupan a su
alrededor varios conjuntos de viviendas. Existen también casos en
los que las viviendas no se emplaza alrededor de todo el perímetro de
las plazas, sino sólo en ciertos de sus lados. Si la ciudad cuenta con
varias plazas, una de ellas se posiciona como la de mayor jerarquía y
el resto se componen en relación con la anterior adoptando un papel
secundario, aunque manteniendo su propio carácter de centralidad.
Es evidente que ésta definición de ciudad derivada de la de
vecindad, coincide con la descripción que se ha realizado del plano
de la ciudad de México de 1793. En esencia lo que define a una
vecindad, viviendas agrupadas en torno a un patio, define a aquella
ciudad, viviendas agrupadas en torno a una plaza, o continuo resi-
dencial agrupado en torno a la plaza mayor (fig. 24). Los múltiples
patios de una vecindad equivalen a las múltiples plazas de aquella
ciudad, la plaza mayor, las plazas que constituyen los centros de los
cuadrantes y el resto de plazas que se observan en el plano. Así pues,
los elementos de la vecindad: viviendas y patio son análogos a los
elementos urbanos: continuo residencial y plaza.
Otra parte de la definición de casa de vecindad señala que las
escaleras en estas edificaciones suelen estar relacionadas con el patio,
situándose en algunas ocasiones en los lindes de su perímetro, al
fondo como remate de la entrada, y en otras ocasiones en su interior,
al centro del espacio descubierto. En ambos casos las escaleras ad-
quieren un papel protagónico en la perspectiva que se tiene del patio
y son un elemento que resulta representativo para la casa de vecin-
dad. Otro elemento que tiene un papel similar en las vecindades es
el nicho o altar, ubicado algunas veces en la entrada de la casa, otras
en el patio y otras en la escalera, pero siempre en un punto focal del
edificio, acompañando el recorrido de acceso a la vecindad o como
remate de alguno de sus ejes visuales. Los nichos muestran por lo co-
mún una imagen religiosa y, al igual que la escalera, estos adquieren
un papel protagónico en la casa de vecindad, pudiéndose decir que
son un elemento que resalta por su singularidad.
En la ciudad se han mencionado los elementos edificios repre-
sentativos y representativos singulares que encuentran correspon-
dencia con las escaleras y los nichos en la vecindad. Esos edificios

124
CAPÍTULO 2: Vecindades y construcción de ciudad

24 Detalle del Plano General de la Ciudad de México. García Conde, Diego. 1793. Fuente: Lombardo (1996), t. I, p. 341.

125
PARTE I: Casas de vecindad

suelen estar relacionados con las plazas y se sitúan en algunas ocasio-


nes en los lindes de su perímetro y en otras ocasiones en su interior,
como es el caso de la catedral en la plaza mayor. Y también tales
edificios adquieren un papel protagónico en la ciudad en general y
en las perspectivas de las plazas en particular. Así, lo que la escalera y
el nicho son a la vecindad y a su patio, equivale, visto de esta manera,
a lo que los edificios representativos y representativos singulares son
a la ciudad y a sus plazas.
En consecuencia se concluye que tanto las vecindades como la
ciudad que las contiene están hechas de formas similares, de modo
que sus elementos y la manera en se disponen resulta análoga. El
concepto principal que rige esas relaciones entre los elementos de
ambas entidades es el de centralidad, una centralidad que al multi-
plicarse, varios patios o plazas, se organiza de forma jerárquica pero
que resguarda a su vez la individualidad de cada centro ya que los
múltiples centros se organizan en un sistema en el que, si bien los se-
cundarios dependen del principal, también éste justifica su posición
primaria debido a los otros.
No se ahondará más en este tema de las analogías entre la ar-
quitectura de las vecindades y la forma de la ciudad de México de
finales del siglo XVIII, simplemente se sugiere un tema que queda
por explorar, la relación existente entre los corredores de las casas
de vecindad y las calles de la ciudad, y la correspondencia entre las
fórmulas: patio–corredor y plaza–calle.

DE LA CIUDAD AL TERRITORIO
Se cierra este apartado de la tesis con una breve descripción del
cómo aquella ciudad de 1793 se encontraba referida a ciertos rasgos
geográficos del territorio donde se emplazaba y para ello será necesa-
rio reseñar algo de su historia urbana.
Las diversas fuentes provenientes del siglo XVI, entre ellas las
crónicas de los conquistadores, relatan que la ciudad prehispánica
«altepetl de Tenochtitlan» se situó en una isla rodeada de un entorno
lacustre. Ese entorno lo constituían cinco lagos que se alimentaban
de los escurrimientos de una cuenca, la que hoy se llama la Cuenca
de México, que es un territorio rodeado de sierras como las de Patla-
chique y Nevada al Este, la Chichinautzin al Sur, la de las Cruces al
Suroeste, la de Monte Alto al Oeste y la de Tepotzotlán al Noroeste
entre otras (fig. 25). Al interior de la cuenca, sobre la planicie, se
elevan aún hoy en día aisladas entre sí, otras sierras como la de Gua-
dalupe y la de Santa Catarina, y algunos cerros como el del Tepeyac
y el de Chapultepec. Los cinco lagos que en la época prehispánica
se encontraban dentro de esta cuenca eran: dos de agua dulce al
Sur, Chalco y Xochimilco; otros dos dulces al Norte, Zumpango y

126
CAPÍTULO 2: Vecindades y construcción de ciudad

Xaltocan; y uno de agua salada al Este, Texcoco. El islote de Tenoch-


titlán se encontraba en origen enclavado en el lago de Texcoco, pero
los aztecas realizaron una serie de obras hidráulicas para extender la
fluencia del lago de Xochimilco y bordearse así de un entorno acuá-
tico propicio para el cultivo agrícola, creando la laguna artificial de
agua dulce conocida como Laguna de México. A la orilla de los lagos
existieron otros centros de población, entre ellos Iztapalapa al Sur y
Tacuba al Oeste.
Al interior de aquella isla se situó un centro ceremonial de
planta cuadrada que contenía los basamentos piramidales sagrados
(teocalli) y alrededor de ese centro se emplazaron cuatro barrios o
calpolli: Atzacualco al Nordeste, Cuepopan al Noroeste, Moyotlán
al Suroeste y Zoquiapan al Sureste. La delimitación de los barrios
estaba dada por el trazo de cuatro calzadas que, partiendo del centro
ceremonial, se orientaban hacia a los cuatro puntos cardinales. Las
calzadas al Norte, al Sur y al Oeste llegaban a los límites del islote
y surcaban los lagos hasta alcanzar tierra firme, comunicando así el
centro ceremonial de Tenochtitlán con el cerro del Tepeyac al Norte
y con las poblaciones de Iztapalapa al Sur y Tacuba al Oeste, además
de comunicarlo también con otras poblaciones a través de algunos
caminos que se derivaban de las mismas calzadas. La calzada que se
dirigía hacia el Este terminaba en el borde de la isla en un embar-
cadero que permitía la navegación por el lago de Texcoco (fig. 26).

Simbología de colores, altitud

ESTADO DE Hasta 2250 msnm


HIDALGO

2250 a 2500 msnm

2500 a 3000 msnm


ESTADO DE
MÉXICO
Sierra de
Tepotzotlán
Sierra 3000 a 3500 msnm
Patlachique
Sierra de
Guadalupe ESTADO DE
TLAXCALA 3500 a 4000 msnm
Sierra de
Monte Alto

Mas de 4000 msnm


Sierra de Sierra de
las Cruces DISTRITO Sta Catarina
FEDERAL 0 10km 25 Dibujo esquemático de la topografía
de la Cuenca de México (época actual) con
los nombres de algunas de las sierras que
la conforman. Se superpone con líneas pun-
Sierra teadas la división político-admnistrativa de
Sierra Nevada los estados y el D.F. La cruz roja señala, de
Chichinautzin
forma aproximada, el lugar donde se loca-
lizó antiguamente el islote de Tenochtitlán.

127
PARTE I: Casas de vecindad

Lago de CERRO
Zumpango GORDO
SIERRA DE
TEPOTZOTLÁN

Lago de
Xaltocan

Cuautitlán Teotihuacán

SIERRA
PATLACHIQUE
Sierra de
Guadalupe

Tenayuca

Texcoco

SIERRA DE Lago de
Atzcapotzalco Texcoco
MONTE ALTO TEPEYAC

TACUBA
ISLOTE DE
TENOCHTITLÁN
Chimalhuacán
pec
lte
a pu
Ch Laguna de
México

Coyoacán IZTAPALAPA

Culhuacán
Sierra de
Santa Catarina Tlapacoyan

SIERRA DE Lago de
LAS CRUCES Tlalpan Xochimilco Lago de SIERRA
Chalco NEVADA
Xochimilco

SIERRA
CHICHINAUTZIN

26 Esquema: se muestra el Altepetl de Tenochtitlán situado en el entorno montañoso de parte de la cuenca, con los cinco lagos y la laguna de
México, y la isla donde se emplazó el centro ceremonial y los cuatro barrios. Las lineas rojas indican las cuatro calzadas y sus derivaciones que
comunicaban a la isla con algunas poblaciones situadas en tierra firme. Los puntos rojos indican, o bien las poblaciones, o sitios de referencia en
el entorno circundante.

128
CAPÍTULO 2: Vecindades y construcción de ciudad

Cada uno de los cuatro calpolli contenía su propio centro ceremonial


en relación jerárquica con el centro ceremonial del altepetl. Es de
suponer que la ciudad contaba con otros caminos secundarios que,
trazados paralela o perpendicularmente a las cuatro calzadas princi-
pales, organizaban las parcelas de los barrios en su interior. Además
existían también canales que atravesaban la isla, probablemente sin
ceñirse al trazo de las calzadas, y permitían la navegación.
Tras la conquista, el trazo hispánico de la ciudad de México
tomó como base ciertos elementos del urbanismo de Tenochtitlán,
se conservaron las cuatro calzadas y se prolongó su trazo hacia el in-
terior del antiguo centro ceremonial, cuyos templos fueron parcial-
mente derribados. A partir de esas prolongaciones se trazó el períme-
tro de la Plaza Mayor y paralelas o perpendiculares, se trazaron un
total de 27 calles66 que conformaron la malla de manzanas urbanas.
Estas calles y manzanas fueron destinadas al asentamiento exclusivo
de los conquistadores y constituyeron la traza de la ciudad capital de
la Nueva España. Más allá de esa traza se mantuvo la división de los
cuatro barrios que fueron reservados para el asentamiento de los in-
dígenas. Al parecer los centros de los antiguos barrios prehispánicos
quedaron, o bien fuera de traza, o justo en el límite de la misma, de
cualquier forma se sabe que mantuvieron su carácter de centralidad
ya que en su lugar fueron construidos edificios destinados al culto
católico y a los antiguos nombres prehispánicos se les sobrepuso un
advocación cristiana; así, Atzacualco, situado al Nordeste, pasó a ser
San Sebastián Atzacualco; Cuepopan, al Noroeste, Santa María Cue-
popan; y, al SO y SE, San Juan Moyotlán y San Pablo Zaoquiapan.
Otros de los elementos del urbanismo prehispánico que se mantu-
vieron en la capital hispánica fueron los canales, que atravesaron la
traza y se convirtieron en parte de la misma, así por ejemplo uno de
los canales principales se convirtió en la Acequia Real que delimitó
la Plaza Mayor en su lado Sur. En conclusión, la capital de la Nueva
España conservó ciertos referentes con el territorio circundante de
la Cuenca, entre ellos las direcciones de las calzadas y el carácter de
centralidad, organizado jerárquicamente por la Plaza Mayor y las
plazas centrales de los respectivos barrios. Pero uno de aquellos refe-
rentes fue suprimido (sólo conceptualmente ya que en la práctica su
desaparición tardó siglos), pues se decidió que la cuenca sería vacia-
da, emprendiéndose el desagüe de los cinco lagos. Esta empresa, en
efecto duró siglos y fue consumada largo tiempo después de la guerra
de independencia, por el gobierno de la nación mexicana.
La ciudad de finales del siglo XVIII, que se observa en el pla-
no de 1793 de García Conde, está aún regida por los rasgos que
se han señalado de la fundación hispánica, provenientes a su vez
del altepetl de Tenochtitlán. Las calzadas son reconocibles porque
66 Rubial (1998), p.

129
PARTE I: Casas de vecindad

Lago de CERRO
Zumpango GORDO
SIERRA DE
TEPOTZOTLÁN

Lago de
Xaltocan

Cuautitlán Teotihuacán

SIERRA
PATLACHIQUE
Sierra de
Guadalupe

Tenayuca

Texcoco

SIERRA DE Lago de
Atzcapotzalco Texcoco
MONTE ALTO TEPEYAC

TACUBA
CIUDAD DE
MÉXICO
s. XVIII
Chimalhuacán
pec
lte
a pu
Ch Laguna de
México

Coyoacán IZTAPALAPA

Culhuacán
Sierra de
Santa Catarina Tlapacoyan

SIERRA DE Lago de
LAS CRUCES Tlalpan Xochimilco Lago de SIERRA
Chalco NEVADA
Xochimilco

SIERRA
CHICHINAUTZIN

27 Esquema: se superpone el plano de la Ciudad de México de Diego García Conde de 1793 al dibujo del entorno montañoso de la cuenca, con
un supuesto de la extensión de los lagos hacia finales del siglo XVIII.

130
CAPÍTULO 2: Vecindades y construcción de ciudad

su trazo traspasa los límites del suelo urbanizado hacia los cuatro
puntos cardinales. La plaza mayor, las calles y la malla de manzanas
que conformaron la traza del siglo XVI son también legibles, pero
los confines de aquella traza que contenía la superficie urbana de la
capital de la Nueva España, parecen desdibujados y no se distingue
claramente donde termina la antigua traza y comienzan los barrios
indígenas. Por otro lado, la ciudad se halla dividida en ocho cuar-
teles mayores, abarcando éstos toda el área central edificada y parte
de las periferias cuya edificación parece transitoria entre lo urbano
y lo rural. Es probable que los límites de la traza del s. XVI se fue-
ran extendiendo paulatinamente hasta que a finales del siglo XVIII
la ciudad española se conformara de aquellos ocho cuarteles y los
barrios indígenas se siguieran localizando más allá de esos confines,
pero en el plano de García Conde no se hace ninguna alusión a tales
barrios. Una peculiaridad que se observa respecto del área que ocupa
el suelo urbano, es que al poniente se verifica mayor extensión que
hacia los otros tres puntos cardinales. Las plazas que constituían los
antiguos centros de los barrios indígenas se observan claramente en
el plano y, cada una en su respectivo rumbo, se sitúan en puntos que
pertenecen más bien a la periferia que al centro de los cuarteles. Los
límites de los lagos en aquella época no se distinguen en el plano de
García Conde, así que a manera de ensayo se realiza un montaje de
aquel plano en el entorno geográfico de la cuenca (fig. 27), mostran-
do las relaciones existentes entre ciudad y entorno montañoso, y una
probable extensión de los lagos.
Los conceptos de centralidad, multiplicidad de centros y or-
ganización jerárquica del conjunto se encuentran igualmente en las
vecindades, en la conformación de la ciudad y en la forma en que
esa ciudad se componía con el territorio elegido para su emplaza-
miento. La elección de aquella isla para la fundación del altepetl
prehispánico y su conversión a la ciudad española responden ambas,
desde el punto de vista adoptado en esta tesis, a la elección de un
centro, un enclave estratégico dentro de la cuenca. La geografía del
territorio se lee, buscándole un sentido, y allí se encuentra la isla que
se asemeja a un núcleo y a continuación, se establecen sus relaciones
con la periferia, a través de las calzadas que surcan los cuatro puntos
cardinales y se establecen otros centros en relación jerárquica con
aquel núcleo. Este sentido de un territorio geográfico, es evidente,
es un sentido impuesto, no natural, sino encontrado por el hombre
que desea habitarlo y hacerlo reconocible, abarcable, a su medida. La
ciudad del XVIII, que se ha llamado aquí ciudad de las vecindades,
hereda esta tradición de organización de centros y periferias y la casa
de vecindad es también heredera de aquella forma de hacer. Estas
son las analogías que se encuentran entre las vecindades, la ciudad
de la que forman parte y el territorio geográfico donde se emplaza
aquella ciudad.

131
PARTE I: Casas de vecindad

200
0
00
20

2000

1793
1900

1950 EST
DIS ADO D
TR
I TO E M É X
FED ICO
2000 ER
AL
200
0

Escala gráfica:

0 km 5 10 15 20 25 30 35 40 Km
Fotografía aérea de la Ciudad de México (1995). Fuente: INEGI (la imagen original fue modificada por el autor de esta tesis). Se ha superpuesto
el plano de Diego García Conde de 1793. Las líneas rojas muestran las manchas urbanas hacia 1900 y hacia 1950. Las líneas blancas señalan la
superficie de la mancha urbana hacia el año 2000. La linea negra indica la frontera entre el Distrito Federal y el Estado de México.

132
PARTE II. UNIDADES HABITACIONALES
CAPÍTULO 1

Colonia Obrera de las Lomas de Becerra,


Hannes Meyer, 1942.

Perspectiva axonométrica de la Manzana Tipo núm. I (detalle). Proyecto Colonia Obrera de las
Lomas de Becerra. Autor: Hannes Meyer (1942). Fuente: Stiftung Bauhaus, Dessau.
PARTE II: Unidades Habitacionales

DATOS GENERALES
La Colonia1 Obrera de las Lomas de Becerra es un proyecto de
vivienda colectiva que fue realizado por el arquitecto Hannes Meyer
en 1942, sin llegarse nunca a construir. Meyer encabezó la redac-
ción del proyecto durante el periodo en el que fue director técnico
de la Sección de Habitación Obrera de la Secretaría del Trabajo y
Previsión Social (STPS) y contó con la colaboración de la oficina
del Plano Regulador del D.F. Las viviendas estaban dirigidas a los
trabajadores de las zonas industriales cercanas al lugar de emplaza-
miento. La disposición urbana del conjunto contempló la creación
de un «organismo cooperativo integral»,2 las manzanas urbanas que
lo integraban quedarían en propiedad «bien de la cooperativa o de
las industrias».3
El número de viviendas que incluía el proyecto variaba entre
1 800 y 2 200 ya que se contemplaron distintas maneras de orga-
nizar los edificios que las contenían. La población total, calculada
con un promedio de cinco miembros por familia, comprendería un
total de 9 000 a 11 000 habitantes. La superficie del terreno era
de 60 hectáreas, así, la densidad poblacional del conjunto resulta
entre 150 y 185 hab/ha. Esta densidad es la correspondiente a toda
la Colonia e incluye áreas verdes periféricas y algunas zonas de re-
forestación. Otras densidades correspondientes sólo a las manzanas
urbanas, zona propiamente habitacional del conjunto, se especifican
más adelante.

CONSIDERACIONES PREVIAS
Existen pocas fuentes donde se puedan consultar los planos
del proyecto Lomas de Becerra. La más conocida, donde el mismo
Hannes Meyer describió las características generales de su propues-
ta urbano-arquitectónica, es la revista Arquitectura México num. 12
(abril, 1943).4 En ella se publicaron cuatro planos y tres esquemas,
tres planos corresponden a un «Cuadro comparativo de manzanas
tipos» (Manzanas Tipo números I, V y II) (fig. 1), y el cuarto es
un «Plano General de la Colonia Obrera Lomas de Becerra» que va
acompañado de los tres esquemas (fig. 2). Éstos últimos represen-
tan los recorridos del «abastecimiento material», del «abastecimiento
1 La palabra colonia se utiliza en México para denominar un área urbanizada con límites
definidos que forma parte de la cuidad. El término proviene de mediados del siglo XIX
y a principios del XX la expansión urbana se efectuó, en partes, a través de las llamadas
colonias.
«El nombre colonia proviene del establecimiento de un grupo de franceses e ingleses al sur
de la ciudad, hacia 1840-1850, mismo que era llamado “colonia francesa”» Pérez-Duarte
(2004), p. 26.
2 Meyer (1943), ‘La ciudad de México: Fragmentos de un estudio urbanístico’. En:
Arquitectura México, núm. 12 (abril, 1943), p. 105.
3 Idem.
4 Idem.

136
CAPÍTULO 1: Colonia Obrera de las Lomas de Becerra

1 Manzanas Tipo números I, V y II del pro-


yecto Lomas de Becerra, publicadas en la
revista Arquitectura México núm. 12 (abril
de 1943), p. 108.
2 Plano General y un esquema del proyec-
to, publicados en la misma revista, p. 109.

3 Plano de la Manzana Tipo núm. I (deta-


lle). Fuente: Stiftung Bauhaus, Dessau.
4 Plano de la Manzana Tipo núm. IV (deta-
2 lle). Fuente: Stiftung Bauhaus, Dessau.

137
PARTE II: Unidades Habitacionales

cultural» y del «tránsito interior». Aún cuando estos planos dan una
idea general del proyecto arquitectónico no son legibles en sus deta-
lles y por lo tanto se usan sólo parcialmente para esta investigación.
La otra fuente consultada es el archivo de la fundación Bauhaus
en Dessau (Archiv der Stiftung Bauhaus) donde se resguardan alre-
dedor de una veintena de planos del proyecto. Aparentemente los
originales de los planos publicados en la revista se encuentran en el
archivo. El Plano General y los planos de las Manzanas Tipo núme-
ros II y V coinciden en ambas fuentes. Pero el plano de la Manzana
Tipo núm. I que se publica en la revista es diferente al del archivo
que lleva el mismo título (fig. 3). En cambio, resguardado en esta
última fuente se halla un plano, de la Manzana Tipo núm. IV (fig.
4), que coincide con el núm. I de la revista. En cualquier caso, y ya
que todos los planos de la publicación encuentran su similar en el
archivo, para éste estudio se ha decidido tomar como base los planos
de Dessau.

DESCRIPCIÓN DEL SITIO


La zona de la ciudad de México donde se situó el proyecto de
Lomas de Becerra se encontraba, a mediados del siglo XX, fuera del
área urbana en dirección suroeste (fig. 5). Actualmente esa zona per-
tenece a la ciudad. El solar fue una superficie de terreno que se situó
sobre la carretera que unía la demarcación, ya entonces citadina, de
Tacubaya con el pueblo de Santa Fe. Tanto en esta población como
en Tacubaya existían industrias activas, a cuyos trabajadores estaban
dirigidas las viviendas de la Colonia. Aquella zona se encuentra, aún
hoy en día, elevada sobre el nivel del centro de la ciudad, unos 145
metros,5 probablemente de ahí el apelativo «lomas» y en los años
cuarenta era posible contemplar desde allí, el paisaje de la entonces,
todavía distante, ciudad de México.
Según el Plano General del proyecto, la superficie de terreno de
emplazamiento tenía una forma irregular estrecha y alargada, deli-
mitada al Norte por la carretera Tacubaya-Santa Fe –que dibujaba
un par de curvas pronunciadas– y al Sur por el eje de tranvías eléc-
Carretera Tacubaya-Santa Fe
tricos a «La Venta» –con una leve curva (fig. 6). Al Este su delimi-
A tación no se percibe con claridad, parece estar determinada por la
Superficie aproximada= misma planeación urbana de Meyer, por una avenida del proyecto.
60 hectáreas
Y al Oeste su confín parece ser, una línea marcada por dos puntos en
B la topografía, A y B, que separa el área destinada al proyecto, de una
Eje - Tranvías eléctricos a ‘La Venta’
zona de minas de arena. La dimensión longitudinal que alcanza esta
superficie de terreno es de 1,4 kilómetros, su dimensión transversal
promedio es de 0,5 km, comprende 60 hectáreas y tiene una leve
pendiente, del 4%, que desciende al Este.
6 Esquema de la superficie de terreno
donde se emplazó el proyecto de la Colonia
Obrera de las Lomas de Becerra. 5 Ibídem, p. 105.

138
CAPÍTULO 1: Colonia Obrera de las Lomas de Becerra

200
0
0
200

2000
EST
AD
DIS O DE
TRI MÉ
TO X
FED ICO
ERA
L

19
50

CENTRO
HISTÓRICO

0
195

2000 LOMAS DE
BECERRA
200
0

Escala gráfica:

0 km 5 10 15 20 25 30 35 40 Km
5 Fotografía aérea de la Ciudad de México (1995). Fuente: INEGI (la imagen original fue modificada por el autor de esta tesis). Las líneas blancas
señalan la superficie de la mancha urbana hacia el año 2000. La linea negra, la frontera entre el Distrito Federal y el Estado de México. Las líneas
rojas, la superficie de la mancha urbana hacia 1950. El rectángulo blanco, la ubicación del Centro Histórico. Y la mancha roja indica la localización
del proyecto Colonia Obrera de las Lomas de Becerra.

139
PARTE II: Unidades Habitacionales

CONTENIDOS DEL PROYECTO ARQUITECTÓNICO


Total de viviendas: 1 800 a 2 200
Género de las viviendas: apartamentos y casas unifamiliares*
Las viviendas se hallan organizadas en:
a) Edificios bloques de apartamentos, multifamiliares, de 3 y 4
plantas (largos de 80m de longitud y cortos de 30m)
b) Bloques de casas unifamiliares de 1 y 2 plantas
Las casas se alinearon en conjuntos de siete unidades conformando una vo-
lumetría de cuerpos largos y estrechos, adquiriendo el carácter de bloques.
Cantidad de viviendas por tipo de edificio: variable
Edificaciones de carácter comunitario y servicios colectivos al aire
libre incluidos en el conjunto:
De carácter general, para toda la Colonia Lomas de Becerra
1) Centro cívico cultural y sindical con plaza y jardines públicos
2) Dos kindergarten (en las cercanías del centro cívico)
3) Centro deportivo con canchas deportivas y campo de futbol
entre otras instalaciones
4) Zona comercial con restorán-cine, tiendas, mercado, áreas de
jardines públicos, una plaza para la instalación de un mercado
abierto y un mesón.
5) Iglesia
6) Centro médico
7) Dos escuelas, una primaria y una primaria y secundaria
8) Servicios de conservación (área al aire libre)
9) Zonas de reforestación
De carácter local, dentro de las seis manzanas que conforman la Colonia
10) 6 kindergarten (guarderías)
11) Áreas de juegos
12) Canchas deportivas
13) 6 campos de juegos
14) Áreas de hortalizas
15) Áreas de jardines
Vías de circulación con las que cuenta el conjunto:
Peatonales
- Red de andadores para acceder a los edificios de viviendas.
* En las especificaciones de los planos pu- - Paseos que circulan a lo largo de algunas avenidas.
blicados en la revista Arquitectura México,
estas viviendas se nombran “casas unifa-
- Paseos que discurren a lo largo de las áreas libres ubicadas al
miliares”. Pero en las especificaciones de centro de las manzanas.
los planos del Stiftung Bauhaus Dessau, las Vehiculares
mismas viviendas se llaman “bloques de 2
pisos” y “bloques de 1 piso” sin mencionar - 4 vías que conforman un cinturón de circunvalación inter-
el apelativo casa unifamiliar. no (circunvalación norte, circunvalación sur, circunvalación
7 Plano General con Zonificación Interior de
la Colonia Obrera de las Lomas de Becerra. oriente y circunvalación poniente)
Fuente: Stiftung Bauhaus, Dessau.
8 Ídem (detalle). Se muestra la zona central
- 5 avenidas que conectan transversalmente las vías de circun-
de la Colonia. valación Norte y Sur.

140
CAPÍTULO 1: Colonia Obrera de las Lomas de Becerra

141
PARTE II: Unidades Habitacionales

ESTRUCTURA URBANA DEL CONJUNTO


Urbanísticamente el proyecto de Lomas de Becerra cuenta con
dos zonas que separadas por las vías de tránsito vehicular que con-
forman el cinturón de circunvalación. El área de terreno encerrada
dentro del cinturón es la zona habitacional del conjunto, allí se loca-
lizan las manzanas donde se emplazan la mayoría de los edificios de
viviendas. Y las áreas que se encuentran por fuera del cinturón con-
forman la zona de emplazamiento de la mayor parte de los edificios
y servicios colectivos, aunque en parte de esa zona se sitúan también
algunos edificios de vivienda (fig. 9).
La zona habitacional está dividida en seis partes por el trazo de
las cinco avenidas que conectan las circunvalaciones Norte y Sur.
Esas seis partes son las manzanas urbanas que en el plano se nume-
ran de derecha a izquierda, de la nº 1 al nº 6 (fig. 10). Las cuatro
manzanas centrales, nº 2 a la nº 5, tienen una configuración regular
rectangular, miden 170 metros de ancho –de Este a Oeste– y 200m
de largo –de Norte a Sur. Las dos manzanas restantes en los extre-
mos, nº 1 y nº 6, tienen configuración irregular, cada una con un
corte diagonal ocasionado por el trazo de las vías de circunvalación,
pero mantienen las medidas generales de 170 x 200 metros.6
La zona de emplazamiento de los servicios y edificios colectivos
se encuentra seccionada según su colocación respecto al trazo de las
vías de circunvalación. En la sección que linda con la circunvalación
norte se ubican el Centro Cívico, su plaza y una delgada franja de te-
rreno donde se emplazan algunos edificios de vivienda. En la sección
que colinda con la circunvalación poniente se localiza el Centro De-
portivo. En la sección por debajo de la circunvalación sur, se ubican
dos escuelas y el centro médico, dispersos entre una vasta zona de
reforestación. En la sección colindante con la circunvalación oriente,
no se planea ningún edificio o servicio colectivo ya que esta vía pa-
rece delimitar la superficie del terreno en esa dirección. Finalmente
en una sección que se encuentra al Nordeste, se localizan un mesón,
una iglesia y una zona comercial –cine-restorán, mercado, etcétera
(fig. 11). Cabe destacar que el Centro Cívico ocupa la posición más
al Norte del terreno y tiene una terraza que prácticamente linda con
la carretera. En esta disposición de los servicios y edificios colectivos
del proyecto se observa que la sección norte tiene un tratamiento de
mayor importancia respecto al resto de secciones. En ella se localizan
los equipamientos más significativos; esto se debe seguramente a que
aquella sección linda con la carretera Tacubaya-Santa Fe.
Esquemas que muestran:
9 La zonificación del proyecto
6 En la descripción del proyecto incluida en Arquitectura México, núm. 12 (abril, 1943),
10 La división, en manzanas, de la zona p. 107, se menciona que las manzanas miden 180 x 200 metros. Pero en el Plano General
habitacional. Y los accesos vehiculares y la cota indica 170 metros de ancho, sin incluir la dimensión de las aceras que circundan la
peatonales a la Colonia manzana. Por otro lado en los planos de las Manzanas Tipo, las hay de diferentes anchos:
11 La ubicación de los edificios y servicios 170, 180 y 200 metros.
colectivos

142
CAPÍTULO 1: Colonia Obrera de las Lomas de Becerra

Fe
Sa nta
aya-
Ta cub
a zona de edificios y servicios colectivos
eter
Carr
circunvalación norte

cir orie
cun nt
circunvalación
poniente

val e
zona habitacional

aci
ón
circunvalación sur

zona de edificios y servicios colectivos

Eje - Tranvías eléctricos


a ‘La Venta’
9

Fe
Sa nta
b aya- acceso
acu
ete ra T vehicular
Carr acceso vehicular
circunvalación norte

cir orie
cun nt
acceso
avenida

avenida

avenida

avenida

avenida
circunvalación

val e
vehicular Manzana Manzana Manzana Manzana Manzana Manzana
poniente

aci
Nº 6 Nº 5 Nº 4 Nº 3 Nº 2 Nº 1

circunvalación sur ón

parada
tranvía parada parada
Eje - Tranvías eléctricos tranvía tranvía
a ‘La Venta’
10

Fe
Sa nta
baya- Centro
Mesón
acu
ete ra T civico Restoran - Cine, Iglesia
Carr Mercado, etc.
circunvalación norte
cir orie
cun nt
circunvalación

val e
poniente

aci
ón

Centro
deportivo circunvalación sur

Escuela Centro médico Escuela

Eje - Tranvías eléctricos


a ‘La Venta’
11

143
PARTE II: Unidades Habitacionales

Eje de composición Este-Oeste

Eje de comp.
Norte Sur
Desde la misma carretera y desde el eje de tranvías, se trazan las
diferentes entradas a la Colonia. Los accesos vehiculares, tres en to-
tal, salen de la carretera para incorporarse a las vías de circunvalación
interna. Dos de ellos se localizan hacia la frontera Este del terreno
y el tercero en su frontera Oeste. Tres, accesos peatonales, se trazan
desde el eje de tranvías La Venta. Estos accesos están marcados por
paradas del tranvía y coinciden con algunas de las avenidas del trán-
sito vehicular interno (fig. 10).
En el Plano General de Lomas de Becerra, además de las zonas
ya descritas, separadas por las vías de circulación, se observa que el
trazo urbano se rige por dos ejes de composición que atraviesan el
conjunto de Norte a Sur y de Este a Oeste. Ambos se cruzan en un
punto relativamente central del terreno (aunque no estrictamente
en su centro geométrico) conformando así una especie de cardo y
decumanus del proyecto (fig. 12). El eje Norte-Sur, coincide con una
12 Plano General con Zonificación Interior
de las avenidas que separan las manzanas, la que divide la manzana
de la Colonia Obrera de las Lomas de Bece- nº 4 de la nº 5. Esta avenida es más ancha que sus similares, contiene
rra. Fuente: Stiftung Bauhaus, Dessau. Al
plano original se superponen las líneas ro- al centro un área de parque lineal con paseos peatonales, y remata al
jas que señalan los ejes de composición del Norte con la plaza del Centro Cívico y al sur con el Centro Médico.
proyecto.

144
CAPÍTULO 1: Colonia Obrera de las Lomas de Becerra

12

El eje Este-Oeste coincide con una serie de áreas libres que se dispo-
nen al centro de cada manzana y remata en su extremo oeste con el
Centro Deportivo. Tales áreas libres son transitables peatonalmente,
de tal manera que siguiendo el trazo de ese eje se puede recorrer toda
la longitud del terreno de Este a Oeste. Ambos ejes constituyen así,
un par de paseos peatonales que conectan los extremos del solar.
Donde estos dos ejes se cruzan, en el parque central de la avenida, se
coloca una glorieta.

ESTRUCTURA URBANA AL INTERIOR DE LAS MANZANAS


Las manzanas dibujadas en el Plano General se pueden clasi-
ficar en dos grupos. El primero incluye las manzanas nºs 1, 2, 5 y
6, y el segundo las manzanas nºs 3 y 4. La diferencia más notable
entre ambos grupos es la disposición de los edificios de vivienda.
En el primero se observa que los edificios se ordenan a intervalos
regulares, dejando entre sí extensas áreas libres. En el segundo gru-
po el sembrado de la edificación parece más denso y las áreas libres
se hallan más parceladas. Partiendo de la observación de estos dos
grupos se podrían entender a grandes rasgos las propuestas de dis-

145
PARTE II: Unidades Habitacionales

tribución interior de las manzanas, pero las características específicas


de los edificios habitacionales –número de plantas, cantidad y tipos
de viviendas, etcétera– no se encuentran en este Plano General. Para
acceder a tales datos es necesario consultar los planos de detalle de
las Manzanas Tipo, de las que los números I, II, III, IV, V y VI se
resguardan en el Bauhaus Archive (fig. 13, 14, 15).
En una revisión rápida de tales planos, se observa que su con-
tenido tampoco coincide del todo con lo representado en el Plano
General. Las dimensiones, largo y ancho de las manzanas, varían de
uno a otro dibujo y también la disposición y los tipos de edificios de
viviendas propuestos. Esta situación se puede explicar en el supuesto
13 de que en el Plano General se determinaron los conceptos básicos
para la organización del conjunto, pero tal determinación no fue
definitiva y el proyecto se siguió desarrollando en los planos de deta-
lle de las manzanas, donde se contemplaron variaciones respecto al
general. En cualquier caso y como la finalidad de este estudio es en-
tender los conceptos generales, se eligen para su estudio sólo dos de
las Manzanas Tipo, aquellas cuyas características coinciden más con
los grupos de manzanas que se han definido para el Plano General.
La manzanas elegidas son la tipo núm. II y tipo la núm. V. Se ha de
destacar que los planos que contienen estas manzanas pertenecen a
diferentes autores, el de la II está adjudicado a la autoría de Hannes
Meyer y el de la V a Humberto Cos (pasante de Ing. Arq.) con la
asesoría de Meyer.
La Manzana Tipo núm. II (fig. 16) mide 180 m de ancho por
200 m de profundidad y tiene una superficie de 3,6 hectáreas. Aun-
que es diez metros más ancha que las manzanas del Plano General,
se asemeja considerablemente a las que integran el primer grupo. Su
14
organización urbano-arquitectónica se divide en tres zonas: dos (al
Norte y al Sur) donde se emplazan edificios habitacionales; y una
tercera (al centro) que queda libre de viviendas. Esta zona central
es la que coincide con el eje de composición que atraviesa todas las
manzanas del proyecto Lomas de Becerra de Este-Oeste y en ella se
emplazan diversos servicios colectivos, un kindergarten, un área de
juegos, canchas deportivas, y un campo de juegos.
Esta manzana contiene un total de 400 viviendas, todas ellas
apartamentos, distribuidas en ocho bloques largos y cuatro bloques
cortos que se alinean al eje Norte Sur y orientan sus fachadas largas
a Este y Oeste. Los bloques largos tienen cuatro plantas y los cortos
tres. Los bloques largos de los extremos de la manzana contienen
cada uno 48 apartamentos –12 por planta– y tienen seis núcleos de
escaleras sin corredor. Los edificios largos ubicados al centro de la
manzana, contienen cada uno 40 apartamentos –10 por planta– y
tienen dos núcleos de escaleras enlazados por un corredor exterior.
15

146
CAPÍTULO 1: Colonia Obrera de las Lomas de Becerra

16

13 Plano de la Manzana Tipo núm. I (de-


talle).
14 Plano de la Manzana Tipo núm. III (de-
talle).
15 Plano de la Manzana Tipo núm. IV (de-
talle).
16 Plano de la Manzana Tipo núm. II.

Fuente de estos planos: Stiftung Bauhaus,


Dessau.

147
PARTE II: Unidades Habitacionales

Estas diferencias entre el número de escaleras y la cantidad de vivien-


das por planta en los edificios largos, conducen a la conclusión de
que se contemplaron al menos dos tipos de apartamentos en el pro-
yecto. En cuanto a los bloques cortos, contienen cada uno 12 apar-
tamentos –4 por planta–, tienen un núcleo de escaleras con corredor
y sus apartamentos parecen ser los mismos que los de los edificios
largos con corredor.
Los espacios que quedan libres entre los edificios largos y los
cortos, se destinan a áreas de jardines y cuatro grandes áreas para el
cultivo de hortalizas. Los espacios que quedan libres, al centro de
la manzana, entre los edificios largos con corredor, se reservan para
17 dos Patio-Jardín para las festividades familiares (posadas). Estos patios
junto con la zona central que atraviesa transversalmente la manzana,
donde se ubican los servicios colectivos, conforman una figura en
cruz de espacios libres (fig. 17). Transitando a través de estos espa-
cios se puede atravesar peatonalmente la manzana de uno a otro de
sus cuatro extremos. El trazo de esta cruz puede relacionarse con el
trazo de los dos ejes de composición urbanística del Plano General;
la manzana reproduciría así, en menor dimensión, la estructura ur-
bana del conjunto. Con sus 400 viviendas, a un promedio de cinco
miembros por familia, esta manzana cuenta con una población total
de 2 000 personas y una densidad poblacional neta de 555 hab/ha.
La Manzana Tipo núm. V (fig. 18) mide 170 m de ancho por
200 m de profundidad y tiene una superficie de 3,4 hectáreas. Pre-
senta, casi en su totalidad, la misma disposición que las manzanas
nº 3 y nº 4 del Plano General, salvo por algunas variaciones en los
bloques de los extremos Este y Oeste. Su organización urbano-arqui-
tectónica se divide en las mismas tres zonas de todas las manzanas:
dos habitacionales (al Norte y al Sur) y la tercera, de servicios colec-
tivos, al centro.
Esta manzana contiene un total de 244 viviendas, pero a dife-
rencia de la Tipo núm. II, no son todas apartamentos, de estos hay
sólo 132 y el resto son 112 casas unifamiliares. Los apartamentos
se organizan en cuatro bloques largos de similares características a
los de la tipo núm. II –los hay de seis y de dos escaleras– pero a
diferencia de aquellos estos edificios tiene sólo tres plantas. Casas
unifamiliares las hay de una y de dos plantas, las primeras se orga-
nizan en ocho bloques que se localizan en los extremos norte y sur
de la manzana y las segundas se organizan también en ocho bloques,
17 Plano de la Manzana Tipo núm. II (deta- ubicados hacia el centro de la manzana.
lle). Sobre el dibujo original se superponen
las líneas rojas que marcan la figura en cruz Los espacios que quedan libres entre los edificios de esta manza-
de áreas libres que pasa por el centro de la
manzana.
na, distan mucho de los de la tipo núm. II, ya que al parecer todas
18 Plano de la Manzana Tipo núm. V. las casas unifamiliares cuentan con áreas de jardines traseros propios.
Fuente de estos planos: Stiftung Bauhaus, Los jardines de las casas de una planta presentan mayores dimensio-
Dessau.

148
CAPÍTULO 1: Colonia Obrera de las Lomas de Becerra

18

149
PARTE II: Unidades Habitacionales

nes que los de las de dos plantas. A los bloques de casas se accede a
través de cuatro paseos peatonales, arbolados en su centro. Y en el
eje central, longitudinal de la manzana, no existen los Patios-Jardín,
sino un andador lineal que discurre entre los jardines traseros de
las casas. Entre los bloques de casas unifamiliares y los bloques de
apartamentos se localizan cuatro amplias áreas de jardines. Con sus
244 viviendas, a un promedio de cinco miembros por familia, esta
manzana cuenta con una población total de 1 220 personas y una
densidad poblacional neta de alrededor de 360 hab/ha.
El estudio de estas dos manzanas permite conocer con mayor
precisión las características de la edificación habitacional representa-
da en el Plano General. Volviendo nuevamente a ese plano ahora se
sabe que la propuesta incluyó al menos cuatro diferentes soluciones
de viviendas: por lo menos dos tipos de apartamentos y otros dos, de
casas unifamiliares. Tales viviendas se agruparon en varias clases de
edificios bloque: bloques de apartamentos de tres y cuatro plantas,
largos y cortos, y bloques de casas unifamiliares de una y dos plantas.
Las áreas libres entre esos edificios se dedican a diferentes funcio-
nes: jardines colectivos, hortalizas, paseos peatonales arbolados y Pa-
tios-Jardín para festividades familiares. Además cada manzana cuen-
ta con un kindergarten, un campo de juegos y canchas deportivas.

CONCEPTOS DE LA DISPOSICIÓN URBANA


Dentro de la superficie de terreno, de figura irregular, el trazo
urbano del proyecto establece una figura regular. Las seis manza-
nas que se colocan al centro del terreno se inscriben dentro de un
rectángulo que se ve levemente alterado por las inclinaciones de las
avenidas que lo delimitan en sus lados cortos. Así, el trazo urbano re-
gulariza el terreno asignándole una forma geométricamente simple.
En la estructura urbana de Lomas de Becerra, la manzana es
protagonista. Sus dimensiones y los tipos y organización de las vi-
viendas fueron de suma trascendencia para el proyecto ya que, du-
rante su desarrollo, se estudiaron diversas propuestas que suponemos
serían comparadas en el intento de encontrar, por una parte las que
más se adecuaran a las necesidades del sitio y de los usuarios, y por
otra parte las que presentaran mejor proporción entre la superficie
útil de la manzana, su cantidad de habitantes y el área de tránsito o
calle necesaria para servirla.
La figura rectangular de las manzanas determina la posición de
la mayor parte de los edificios de viviendas. Tales edificios, en la ma-
yoría de los casos, se ciñen al perímetro de la manzana colocándose,
o bien paralelos a los lados largos del rectángulo, o perpendiculares
a sus lados cortos.
La estructura urbana de Lomas de Becerra sigue el concepto de
linealidad. Derivado probablemente de la forma estrecha y alargada

150
CAPÍTULO 1: Colonia Obrera de las Lomas de Becerra

del terreno, tal concepto se ve acentuado por diversos elementos de


la propuesta urbana. Las manzanas se organizan linealmente y en el
centro de cada una se sitúa una franja transversal de áreas libres. Las
seis franjas encadenadas entre sí, conforman un parque lineal de 40
metros de ancho por 1,2 km de largo que recorre prácticamente todo
el largo del terreno. No sólo a lo largo, sino también a lo ancho del
terreno se observa tal concepto, ejemplo de ello es el parque lineal de
la avenida principal, que une el Centro cívico con el Centro médico.
De tales trazos lineales, en los sentidos longitudinal y transversal
del terreno, se derivan figuras en cruz que señalan, cada una, un tipo
de centralidad. Como ya se ha visto, la disposición de diversas áreas
libres en el proyecto conforma dibujos cruciformes y esta situación
se encuentra tanto en la estructura urbana del plano general como al
interior de las manzanas.
En la disposición del Plano General se observa la jerarquización
de una zona del terreno sobre la otra. Aún cuando el trazo urbano de
las vialidades y de las manzanas, es simétrico desde el eje transversal
del terreno, la disposición de los servicios colectivos dota de mayor
jerarquía a la zona que linda con la carretera, sobre la zona que linda
con el tranvía.

LAS VIVIENDAS
Del estudio de los edificios de vivienda de las Manzanas Tipo
núms. II y V se ha concluido que existen por lo menos dos clases de
apartamentos y dos clases de casas unifamiliares contempladas du-
rante el desarrollo del proyecto de Lomas de Becerra. Las dos clases
de apartamentos son: los situados en edificios de seis escaleras y los
situados en edificios de dos escaleras. Estos dos tipos de edificios pre-
sentan las mismas dimensiones de desplante, largo y ancho, pero los
de seis escaleras tienen doce viviendas por planta y los de dos escale-
ras tienen sólo diez viviendas por planta, por tanto los apartamentos
poseen diferentes tamaños. Otra diferencia es que en los edificios de
seis escaleras, que no tienen corredor, cada escalera da acceso a dos
apartamentos por planta y cada apartamento cuenta con un balcón
que se abre hacia la misma fachada donde se sitúan las escaleras.
Mientras que, en los edificios de dos escaleras que tienen un co-
rredor exterior para acceder a los apartamentos, cada apartamento
cuenta con un balcón, en este caso abierto hacia la fachada contraria
de las escaleras. Las dos clases de casas unifamiliares son: las de una
sola planta y las de dos plantas, ambas con jardines traseros.
En el archivo de la Bauhaus se resguardan tres planos del pro-
yecto Lomas de Becerra que se refieren a sus viviendas. En los tres
planos aparece el Arq. Raúl Cacho como proyectista y Hannes Me-
yer como asesor. El primer plano contiene las plantas de dos Células
de Habitación Familiar: la «Tipo I “Unitaria”» y la «Tipo II (en 2

151
PARTE II: Unidades Habitacionales

19

20

152
CAPÍTULO 1: Colonia Obrera de las Lomas de Becerra

21

pisos)» (fig. 19). El segundo plano contiene cuatro secciones de la


célula tipo I (fig. 20) y el tercer plano contiene varios detalles de
mobiliario y módulo de cocina y baños de la misma célula (fig. 21).
Según lo que se observa en el primer plano, la Célula de Ha-
bitación Familiar Tipo I “Unitaria” coincide con la clase de aparta-
mento que, en las Manzanas Tipo, se localiza en los edificios de seis
escaleras. A esta vivienda se accede directamente desde el descanso
de la escalera y cuenta con un balcón hacia la misma fachada del
acceso. Pero la Célula de Habitación Familiar Tipo II, resuelta en
dos plantas, no coincide con los apartamentos de los edificios de dos
escaleras, no tiene balcón y sus medidas distan de las representadas
en aquellos edificios. Por debajo de las plantas de ésta célula se en-
cuentran unas secciones donde se dibujan edificios con cuatro y dos
plantas. Ello llevaría a pensar que esta vivienda se relaciona con las
casas unifamiliares de dos plantas, pero en su dibujo no se representa
el jardín trasero con el que cuentan aquellas. Así, la ubicación de ésta
célula, en las propuestas de edificios de viviendas, es difícil de definir,
aunque se puede suponer que de alguna forma está relacionada tanto
con los edificios de apartamentos, como con las casas. 19 Plano A-1a que contiene los dibujos de
La Célula de Habitación Familiar Tipo 1 se encierra en un perí- dos Células de Habitación Familiar: Tipo I y
Tipo II.
metro de 7m de ancho por 6,25 de profundidad, este perímetro no 20 Plano B-1a con las secciones de la Célula
incluye el balcón. Cuenta con una superficie de 49.6 m2 y con una de Habitación Familiar Tipo I.
21 Plano D-1 con detalles de la Célula de
capacidad máxima para ocho personas. Contiene estancia-comedor, Habitación Familiar Tipo I.
cocina, baño (sin ducha), una zona de lavadero junto al balcón, dor- Fuente de estos planos: Stiftung Bauhaus,
Dessau.

153
PARTE II: Unidades Habitacionales

mitorio de padres y alcobas-dormitorios de hijos e hijas. Estas al-


cobas son un punto especial en el apartamento, ya que se resuelven
con mobiliario a medida, roperos y camas «plegadizas de lona» que
en caso necesario pueden retirarse para ampliar el espacio destinado
a la estancia. Las camas, tres en planta, podían duplicarse en literas
para que en la alcoba durmieran seis personas. El ancho de la alcoba
se podía dividir con una especie de mamparas para separar la zona
donde durmieran los hijos, de la zona de las hijas. Las especificacio-
nes del diseño de estas camas y de los roperos, junto con los dibujos
de los baños de la vivienda, se encuentran en el plano de detalles
(fig. 21).
La Célula de Habitación Familiar Tipo II se encierra en un pe-
rímetro de 4m de ancho por 7m de profundidad, en dos plantas;
cuenta con una superficie de 56 m2, incluyendo el área de circu-
lación general, y con una capacidad máxima para ocho miembros
de familia. Esta superficie en la planta baja contiene estancia, un
pequeño comedor, cocina, la escalera interior de la vivienda y el área
de circulación general fuera de la vivienda. La planta alta incluye
el desembarque de la escalera, el baño (sin ducha), la recámara de
los padres y las alcobas de los hijos que parecen ser del mismo tipo
que las alcobas de la célula tipo I, con la diferencia de que éstas no
incluyen roperos.
Desconcierta la ausencia de duchas en los baños de ambas cé-
lulas y el hecho de que en ninguna parte del proyecto se mencione
la ubicación de baños públicos o alguna instalación similar. Por otra
parte sorprende el nivel de definición que alcanza el diseño de la Cé-
lula Tipo I de la que se dibuja la planta, un plano con cuatro seccio-
nes y otro plano con detalles de mobiliario. La planta, en escala 1:20,
cuenta con medidas exactas, especificaciones de materiales, dibujo
de instalaciones hidro-sanitarias, ubicación de las lámparas de la ins-
talación eléctrica y hasta despiece de loseta en pisos. En las secciones
se especifican, además de las cuestiones propias del apartamento, los
materiales de construcción del edificio, tipo de forjados y cubierta,
espesor de los muros. Y en el plano de detalles se llegan a especificar
las conexiones entre las camas y el ropero, en dibujos 1:1, y los tipos
de muebles sanitarios y de cocina.

ANÁLISIS Y REFERENCIAS CRUZADAS, UNA INTERPRETACIÓN


Tal como se ha mencionado anteriormente, los lineamientos ge-
nerales del proyecto Colonia Obrera de las Lomas de Becerra fueron
publicados en 1943, en la revista Arquitectura México. Allí apareció
un artículo firmado por Hannes Meyer, titulado ‘La ciudad de Mé-
xico, Fragmentos de un estudio urbanístico’ que se divide en tres
secciones: una «obertura», una primera parte que contiene «algu-

154
CAPÍTULO 1: Colonia Obrera de las Lomas de Becerra

nas observaciones urbanísticas» sobre la capital y una segunda parte


donde se describe el proyecto Lomas de Becerra.
En la primera parte Meyer describe las condiciones urbanas ge-
nerales de la ciudad, en aquella época:
[...] La Ciudad de México, con sus 134km2 de superficie y sus 1, 464, 556 habi-
tantes (censo de 1940), con su densidad de población de 109,30 hab/ha es entre
las ciudades que pasan el millón de habitantes, una de las más espaciosas del mun-
do. [...]7

En relación con esto analiza tres «fenómenos urbanísticos» que


él observa como contradictorios con aquellas condiciones: 1) «la in-
consecuencia de la enorme espaciosidad con la congestión del trán-
sito interior en el centro de la capital»; 2) «el desplazamiento parcial
del viejo centro y la división de sus funciones»; y 3) «la contradicción
entre la estructura de manzanas y la densidad de población, en dis-
tintos barrios».
Prosiguiendo con el discurso, considera «útil» realizar una «com-
paración de estructuras típicas de manzanas modernas de la ciudad».
Menciona primero las manzanas de la Colonia Juárez, edificada a
principios del siglo XX, señalando que, de acuerdo a sus dimensio-
nes de 90 x 140m, tales manzanas poseen una «profundidad consi-
derable» y una «espaciosidad agradable». Seguidamente se refiere a la
Colonia del Valle, fundada después de la primera guerra, cuyas man-
zanas de 140 x 230m mantienen «la económica proporción entre
la superficie utilizable (manzana) y la superficie de tránsito (calle)».
Continua denunciando lo ocurrido en el periodo de 1930 a 1940,
en que «la especulación de terrenos reduce más y más la profundidad
de la manzana hasta llegar a un mínimo de aprox. 35m» «con la des-
proporción notable entre la superficie utilizable y la de tránsito». Y
concluye esta parte de su artículo intentando dar una posible salida
a tal problemática, reflexionando de la siguiente manera:
Carlos Marx dice que en el cuerpo de la sociedad que se desploma ya empiezan
a formarse los núcleos de la sociedad que vendrá a remplazarla. Esta tesis puede
también ser aplicada a las formas de la vivienda en el cuerpo de la ciudad. Bajo este
punto de vista hay que referirse a la manzana compuesta de vecindades creación
de convivencia proletaria típicamente mexicana. Este tipo de manzana se carac-
teriza por su gran profundidad, por una espaciosidad considerable y por la alta
proporción económica entre la superficie utilizable y la de tránsito. Los núcleos de
viviendas proletarias en este tipo no se entremezclan como en el fraccionamiento
individualista sino que se agrupan alrededor de un patio interior incorporando
orgánicamente ciertos servicios en común, como lavaderos, bodegas, baños, etc.
Aunque el factor que ha creado este tipo de manzanas es el elemento especulador
en terrenos y viviendas, no puede desconocerse que esta forma de agrupamiento
de familias representa el primer paso de una nueva convivencia urbana que ya se
expresa en las tradicionales fiestas de vecindades. Por eso creemos que el desarrollo
técnico y urbanístico de esta clase de viviendas colectivas es de vivo interés para
todo el pueblo de México. 8
7 Arquitectura México, núm. 12 (abril, 1943), p. 96.
8 Arquitectura México, núm. 12 (abril, 1943), p. 103.

155
PARTE II: Unidades Habitacionales

22

156
CAPÍTULO 1: Colonia Obrera de las Lomas de Becerra

Meyer ilustra estas ideas con tres fotografías y el plano de una


manzana compuesta por vecindades (figs. 22 y 23) y a continuación
pasa a describir su proyecto de Lomas de Becerra.
Llama la atención que el arquitecto haya elegido esa introduc-
ción para su proyecto arquitectónico de la Colonia. Inicialmente se
podría pensar que para el desarrollo de ese proyecto, tomó como
referencia las casas de vecindad. Sin embargo, tal como se ha visto
en la descripción de los planos, no hay conexiones directas entre las
vecindades y las viviendas del proyecto de Meyer, así como tampoco
parece haber similitudes entre las manzanas de dicho proyecto y la
manzana compuesta de vecindades.
Igualmente, de lo escrito en el artículo se denota que el arqui-
tecto percibe diversas cualidades arquitectónicas en las casas de ve-
cindad, se destaca su referencia a la «convivencia» y su mención de
las «tradicionales fiestas». Además de su descripción del tipo vecin-
dad donde «los núcleos de viviendas [...] se agrupan alrededor de un
patio interior incorporando orgánicamente ciertos servicios en co-
mún». Se subraya que las sugiere como «el primer paso de una nueva
convivencia urbana» indicando que «el desarrollo técnico y urba-
nístico de esta clase de viviendas colectivas es de vivo interés para
todo el pueblo de México». Meyer consideró a las casas de vecindad
como un tipo importante de habitación colectiva, quizás como un
modelo de proyección a futuro. Se contempla la posibilidad de que
el arquitecto estudiara este género residencial para poder aplicar sus
cualidades a los nuevos conjuntos habitacionales de la capital.
Las preguntas serían entonces ¿se plantea Lomas de Becerra
como un ejemplar de esas nuevas formas basadas en las vecindades?,
¿existe algún indicio en su propuesta arquitectónica que recoja algu-
na de las cualidades de las casas de vecindad?
En la descripción de su proyecto, en el artículo de la revista,
Meyer menciona:
Con la dirección norte-sur de todos los bloques se obtiene una igualdad de orien-
tación y el máximo de insolación en las viviendas, contribuyendo su configuración
al desarrollo de ambiente de vecindad.9

El arquitecto pretendía que la disposición de los bloques de


habitación contribuyera al ambiente de vecindad. Observemos los
bloques de vivienda en el plano de la Manzana Tipo núm. II. Es-
pecialmente los edificios largos centrales entre los cuales se ubican
los dos Patio-Jardín para las festividades familiares (posadas), (fig.
24). El nombre de estos patios y su función es ya un indicio que los
relaciona con las vecindades y otro indicio se encuentra en el tipo de
bloques de viviendas que los delimitan. Tal como se ha visto con an-
terioridad existen dos tipos de bloques largos para el proyecto Lomas 22 Imágenes, y plano de una manzana, de
vecindades. Fuente: Arquitectura México
9 Arquitectura México, núm. 12 (abril, 1943), p. 107. núm. 12 (abril de 1943), p. 104.

157
PARTE II: Unidades Habitacionales

23

25

158
CAPÍTULO 1: Colonia Obrera de las Lomas de Becerra

de Becerra: los de seis núcleos de escaleras sin corredor, y los de dos


núcleos de escaleras con corredor. Es significativo que los bloques
que delimitan los patios sean todos del tipo que tiene corredor y que
estas circulaciones horizontales, en todos los casos, se ubiquen en las
fachadas que colinda con el patio. Esta cuestión es el segundo indi-
cio de que ese patio está relacionado con las vecindades.
En el plano de la perspectiva axonométrica de la Manzana Tipo
I (fig. 25), el patio que se encuentra en la parte Norte tiene diferente
tratamiento que el patio que se encuentra en la parte Sur. El del nor-
te está cerrado, en dos de sus lados por los edificios de viviendas y en
los otros dos por jardinería y un paso a cubierto. ¿Sería posible que
al dibujar este patio se pensase en un patio de vecindad?
Por lo demás, las viviendas de Lomas de Becerra no parecen
tener relación ninguna con las viviendas de las vecindades. Y lo que
es totalmente opuesto es la superficie de suelo edificada, áreas libres
en relación con áreas ocupadas, en las manzanas de las vecindades y
en las manzanas del proyecto de Meyer. Pero las densidades pobla-
cionales no distan considerablemente, la de las vecindades publicada
por el mismo arquitecto en su artículo de la revista, es de 350 hab/
ha, la Manzana Tipo núm. II cuenta con una densidad neta de 555
hab/ha y la Manzana Tipo núm. V propone 362 hab/ha.

23 Imágen de una vecindad. Fuente: Arqui-


tectura México núm. 12 (abril de 1943), p.
105.
24 Plano de la Manzana Tipo núm. II (deta-
lle). Fuente: Stiftung Bauhaus, Dessau.
25 Perspectiva axonométrica de la Man-
zana Tipo núm. I (detalle). Proyecto Colo-
nia Obrera de las Lomas de Becerra. Autor:
Hannes Meyer (1942). Fuente: Stiftung Bau-
haus, Dessau.
24

159
CAPÍTULO 2

Centro Urbano Presidente Alemán (CUPA),


Mario Pani, 1949.

Fotografía de época de los edificios altos de viviendas del CUPA. Fuente: Pani (1952), p. 35.
PARTE II: Unidades Habitacionales

DATOS GENERALES

El Centro Urbano Presidente Alemán es una obra de vivienda


colectiva que fue planeada a partir de 1947, se terminó de construir
en 1949 y en la actualidad sus edificios siguen en pie y habitados. El
proyecto fue elaborado por el arquitecto Mario Pani, su propuesta
arquitectónica resultó elegida tras un concurso, fue promovido por
la Dirección General de Pensiones Civiles y apoyado por la Federa-
ción de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado. Se conci-
bió como un conjunto de vivienda en alquiler para los trabajadores
del gobierno mexicano.
En el conjunto arquitectónico se edificaron un total de 1 080
viviendas, calculando a un promedio de cinco miembros por familia,
alberga 5 400 habitantes. Se emplaza en una superficie de terreno
de 4ha alcanzando una densidad poblacional neta de 1 350 hab/
ha. Si se suma a tal superficie, el área comprendida hasta los ejes de
las calles que circundan el conjunto, se llega a la cantidad de cinco
hectáreas y al cálculo de la densidad bruta de 1,080 hab/ha.
Avenida Félix Cuevas
DESCRIPCIÓN DEL SITIO

La zona de la ciudad de México donde se sitúa el CUPA es la


Colonia1 del Valle. Hacia mediados del siglo XX esta zona se en-
Calle de Mayorazgo

Superficie contraba urbanizada pero aún poco poblada y el Centro Urbano se


Avenida Coyoacán

aproximada=
40,000 m2 emplazó en una manzana de aquel trazo urbano (fig. 1).
La manzana tiene una forma regular rectangular, de proporción
cercana al 1:11/2, mide aprox. 170 metros de ancho por 240 metros
de largo2 y tiene una superficie que supera los 40 mil metros cua-
drados. Sus lados cortos se orientan Norte-Sur y sus lados largos,
Calle de la Parroquia
Este-Oeste. Está delimitada por cuatro vías de circulación: dos ave-
nidas, la Av. Felix Cuevas, al Norte, y la Av. Coyoacán, al Este; y dos
calles, la calle de Mayorazgo, al Oeste, y la calle de la Parroquia, al
2 Esquema de la manzana donde se em- Sur (fig. 2). Dentro de esas vías, la Avenida Coyoacán es la de mayor
plaza el CUPA.
importancia.

1 La palabra colonia se utiliza en México para denominar un área urbanizada con límites
definidos que forma parte de la cuidad. El término proviene de mediados del siglo XIX
y a principios del XX la expansión urbana se efectuó, en partes, a través de las llamadas
colonias.
«El nombre colonia proviene del establecimiento de un grupo de franceses e ingleses al sur
de la ciudad, hacia 1840-1850, mismo que era llamado “colonia francesa”» Pérez-Duarte
(2004), p. 26.
2 Todas las medidas especificadas en este discurso son aproximadas, fueron calculadas
según la escala de los planos arquitectónicos encontrados en la bibliografía consultada.

162
CAPÍTULO 1: Centro Urbano Presidente Alemán

200
0
00
20

EST
A
DIS DO D
TRI EM
TO
FED ÉXICO
ERA
L

19
50
CENTRO
HISTÓRICO

0
195

2000 COLONIA
DEL VALLE
CUPA
200
0

Escala gráfica:

0 km 5 10 15 20 25 30 35 40 Km
1 Fotografía aérea de la Ciudad de México (1995). Fuente: INEGI (la imagen original fue modificada por el autor de esta tesis). Las líneas blancas
señalan la superficie de la mancha urbana hacia el año 2000. La linea negra, la frontera entre el Distrito Federal y el Estado de México. Las líneas
rojas, la superficie de la mancha urbana hacia 1950. El rectángulo blanco, la ubicación del Centro Histórico. Y el pequeño rectángulo rojo indica
la localización del CUPA.

163
PARTE II: Unidades Habitacionales

CONTENIDOS DEL PROYECTO ARQUITECTÓNICO

Total de viviendas: 1,080 unidades


Género de las viviendas: apartamentos
Las viviendas se hallan organizadas en:
a) 9 edificios altos de 13 plantas (planta baja más doce, las plan-
tas bajas no se destinan al uso habitacional)
b) 6 edificios bajos de 3 plantas
Cantidad de viviendas por tipo de edificio y porcentajes:
a) 936 apartamentos en edificios altos (el 87% del total)
b) 144 apartamentos en edificios bajos (el 13% del total)

Edificaciones de carácter comunitario y servicios colectivos al aire


libre incluidos en el conjunto:
1) Jardín de niños y guardería (edificio de una planta)
2) Edificio administrativo que contiene oficinas de administra-
ción del conjunto, oficina de correos y consultorio médico
dental (edificio de una planta)
3) Lavandería (emplazada en la planta baja de uno de los edi-
ficios altos)
4) Locales para comercios (emplazados en las plantas bajas de
cinco de los edificios altos)
5) Piscina
6) Cancha deportiva
7) Áreas de jardines

Vías de circulación con las que cuenta el conjunto:


Peatonales
- Red de andadores que transitan entre las áreas de jardines
conectando peatonalmente todas las edificaciones con los
accesos al conjunto y los servicios al aire libre
- Corredores de los edificios altos para acceder a todas las vi-
viendas. Esos corredores fueron llamados en el proyectoCa-
lles cubiertas.3
Vehiculares
- 6 calles cerradas que se internan parcialmente en el conjunto
permitiendo acceder en coche hasta las entradas de los edi-
ficios altos.
- 2 redes de callejones que permiten acceder en coche a todas
las entradas de los edificios bajos y a un par de las entradas de
los edificios altos.

3 Este nombre se extrae de las descripciones de época del conjunto arquitectónico, don-
de se dice que en los edificios altos: «Los pasillos o circulaciones horizontales sobre las fa-
chadas vienen a ser como los puentes de un barco, o calles cubiertas». Pani (1952), p. 30.

164
CAPÍTULO 1: Centro Urbano Presidente Alemán

Escala 1: 2000 N

0 10 20 30 50 100 150m

3 Plano de Conjunto del Centro Urbano Presidente Alemán. Fuente: Adrià (2005).

165
PARTE II: Unidades Habitacionales

ESTRUCTURA URBANA AL INTERIOR DE LA MANZANA

La organización del CUPA (fig. 4) dentro de la manzana urbana


que lo contiene, se define en primera instancia por la ubicación de
principal

principal

los edificios altos de viviendas, de trece plantas, y en segunda ins-


tancia por la posición de los edificios bajos, de tres plantas. En los
principal

liga
espacios que quedan entre esos bloques de viviendas se sitúan los s
edificaciones de carácter comunitario.
principal

liga
De los nueve edificios altos que integran el conjunto, seis des-
empeñan el papel de edificios principales y tres actúan como edifi-
liga
cios de liga (fig. 5). Los seis principales son de mayores dimensiones,
principal
principal

contienen más viviendas que los de liga, y se alinean en dirección


Norte-Sur orientando sus fachadas largas hacia Este y Oeste. Los tres
de liga se colocan perpendicularmente a los principales alineándose
5
al eje Este-Oeste y exponiendo sus fachadas hacia Norte y Sur. Dos
de los principales se sitúan como volúmenes aislados en dos esquinas
opuestas de la manzana, la noroeste y la sureste, y los cuatro restantes
junto con los tres de liga se combinan para conformar un solo volu-
men en zigzag, que escalonadamente conecta las esquinas nordeste
y suroeste de la manzana, la esquina de las avenidas –Félix Cuevas y
Coyoacán– con la intersección de las calles –Mayorazgo y Parroquia.
Las plantas bajas de todos los edificios principales albergan servicios
comunitarios –locales comerciales, lavandería– y las plantas bajas de
los edificios de liga quedan libres como pórticos permitiendo la cir-
culación a su través.
Los edificios bajos son seis alineados también con el eje Nor-
te-Sur y orientando sus fachadas largas hacia Este y Oeste. Estos edi-
ficios se ubican colindando perpendicularmente con los lados cortos
de la manzana, tres en el lado Norte y tres en el lado Sur. Ambas ter-
6 cias se colocan en la zona central de su lado correspondiente, de tal
manera que quedan situadas en la zona central del área comprendida
entre los edificios altos de las equinas (fig. 6).
Los dos edificios de una sola planta que contienen servicios co-
munes se sitúan cada uno colindando perpendicularmente con los
lados largos de la manzana. El jardín de niños en el lado Este hacia la
Avenida Coyoacán y la Administración en el lado Oeste hacia la calle
Mayorazgo. Estos edificios se desplazan de la zona central de su lado
correspondiente de tal manera que se acercan más hacia las esquinas
donde se sitúan los edificios altos aislados (fig. 7).
La piscina y la cancha deportiva se localizan en la zona central
de la manzana, en los dos intersticios más céntricos que resultan del
escalonamiento de los edificios del zigzag. La piscina, en el intersti-
cio Sureste, queda emplazada detrás del edificio que contiene el jar-
dín de niños. Y la cacha deportiva, en el intersticio Noroeste, queda
7 emplazada detrás del edificio de administración (fig. 8).

166
CAPÍTULO 1: Centro Urbano Presidente Alemán

4 Fotografía de época del CUPA. Fuente:


L’Architecture D’Aujourd’hui, núm. 31 (sep-
tiembre, 1950).

Esquemas que muestran:


5 La ubicación de los edificios altos princi-
pales y los de liga.
6 La posición de los edificios bajos.
7 La localización del jardín de niños y el edi-
ficio de administración.
8 La localización de la piscina y la cancha
8 deportiva.

167
PARTE II: Unidades Habitacionales

Las calles para el tránsito vehicular que se internan en el conjun-


Avenida Félix Cuevas to arquitectónico se trazan perpendicularmente a las vías que circun-
dan la manzana. Desde la avenida Coyoacán se trazan tres calles en
cul de sac, dos cortas de 26m de profundidad y una larga de 70m. Y
en simetría con esa avenida, desde la calle Mayorazgo se trazan otras
Calle de Mayorazgo

tres calles similares a las anteriores haciendo un total de seis calles


Avenida Coyoacán

en cul de sac, cuatro cortas y dos largas. Las calles cortas se ubican
próximas a los edificios altos de las esquinas y las largas se aproximan
al centro de la superficie de la manzana. Éstas últimas permiten el
acceso vehicular a las plantas bajas de los edificios centrales del zigzag
y a los servicios que se ubican en la zona central del conjunto.
También desde la avenida Félix Cuevas y desde la calle Parro-
Calle de la Parroquia quia se trazan, por cada cual, tres calles perpendiculares que se in-
ternan en el conjunto. Estas se localizan en los espacios libres que
9 Esquema en que se resalta la localización
quedan entre los edificios bajos de vivienda. Una vez se ha superado
de las calles interiores del CUPA y su posi- la longitud de tales edificios, para cada tercia se traza una cuarta calle
ción respecto a las calles y avenidas que cir-
cundan la manzana. que une a las anteriores cerrándolas en circuitos. Esa red de calles
permite acceder desde los lados cortos de la manzana a su zona cen-
tral alcanzando también una parte de los edificios del zigzag.
De esta manera, el trazo de todas las calles en el conjunto (fig. 9)
parece obedecer a la lógica de poder acceder en coche hasta las entra-
das y los bloques de circulaciones verticales (escaleras y elevadores)
de todos los edificios de vivienda, tanto los bajos como los altos. Y
ya que algunos de esos bloques se encuentran en la zona central de la
manzana, las calles han de internarse en ella solucionando también
el acceso a los servicios comunes.
Finalmente, en cuanto a los porcentajes de ocupación del suelo,
el área de desplante de los edificios de apartamentos ocupa aproxi-
madamente un 25% de la superficie total de la manzana,4 con lo que
el 75% se destina a áreas libres y edificaciones de carácter colectivo
(fig. 10).

CONCEPTOS DE LA DISPOSICIÓN URBANA

En la disposición de todos los edificios y servicios del conjunto,


se observa una marcada tendencia de composición, por una parte de
los límites del perímetro de la manzana y por otra parte de su zona
central.
Las cuatro esquinas del perímetro de la manzana quedan seña-
ladas y presididas por cuatro edificios altos, torres de trece pisos. Sus

4 Según las fuentes originales «Las construcciones ocupan, aproximadamente, sólo


el 20% del terreno». Arquitectura México, núm. 30 (febrero, 1950), p. 266. Pero en el
estudio y redibujo de la planta arquitectónica del conjunto, efectuado para esta tesis, el
cálculo de superficies arrojó la cifra del 25%. Esta diferencia puede deberse a que el 20%
incluye las plantas bajas de los edificios de liga que se dejan como plantas libres y en el
25% no se han incluido.

168
CAPÍTULO 1: Centro Urbano Presidente Alemán

Escala 1: 1500 N

0 10 20 30 50 100 150m

10 Plano de la Planta Baja del conjunto arquitectónico. Fuente: Pani (1952).

169
PARTE II: Unidades Habitacionales

Escala 1: 1500 N

0 10 20 30 50 100 150m
11 Plano de la Planta Baja del conjunto. Se superponen los trazos encontrados en la disposición urbana. Fuente: Pani (1952)

170
CAPÍTULO 1: Centro Urbano Presidente Alemán

lados cortos quedan delimitados por las tangencias, también de los


lados cortos tanto de los edificios altos como de los edificios bajos.
Y sus lados largos quedan delimitados por las tangencias de los lados
largos de cuatro edificios altos y por las tangencias de los edificios de
una sola planta, de administración y jardín de niños. Así, la figura
rectangular del perímetro de la manzana parece determinar la posi-
ción relativa de la mayor parte de los edificios del conjunto.
La zona central de la manzana queda señalada en primera ins-
tancia por la diagonal sobre la que corre el trazo del zig-zag de los
edificios altos; en segunda instancia, por la ubicación de la piscina
y la cancha deportiva que se componen con el eje longitudinal que
pasa por el centro geométrico de la manzana; en tercer lugar, por
la localización de los edificios de administración y guardería que se
componen, aunque levemente desplazados, con en el eje transversal
que pasa por el mismo centro; y en última instancia, por el trazo
de las calles de circulación vehicular tanto las de cul de sac como las
redes de callejones (fig. 11).
Tal centro geométrico se encuentra aparentemente ocupado por
el trazo de uno de los tres edificios altos de liga del zigzag, pero como
la planta baja de ese edificio es una planta libre, se puede cruzar y de
esa manera pasar de uno a otro lado de esos edificios. Así los servicios
colectivos que se ubican en la zona central, al Sureste y Noroeste de
la manzana, también se hallan comunicados.

LAS VIVIENDAS

Los edificios bajos de viviendas contienen cada uno veinticua- 12

tro apartamentos, ocho en cada planta (fig. 12). A estas viviendas


se accede a través de dos núcleos independientes de escaleras. Cada
núcleo distribuye a cuatro apartamentos por nivel. Todos estos apar-
tamentos son del mismo tipo, llamado tipo E en el proyecto ar-
quitectónico. Cuentan con una superficie de alrededor de 57m2 y
constan de estancia, cocina-comedor, baño y una recámara (fig. 13).5
Los edificios altos principales, tanto los que se encuentran aisla-
dos como los que forman parte del zig-zag (fig. 14), contienen cada
uno un total de 144 apartamentos de tres tipos: 112 del tipo A, 16
del tipo B y 16 del tipo C. La planta arquitectónica de estos edificios
está resuelta de tal manera que el volumen cuenta con un cuerpo
central y dos cabeceras. En las cabeceras se sitúan los bloques de
escaleras y ascensores y los apartamentos tipos B y C. En el cuerpo 13

del edificio se sitúan los apartamentos tipo A y una serie de patios


interiores, pozos de luz, que sirven a esos apartamentos. 12 Plano de la Planta Baja de los edificios
bajos. Estos edificios cuentan con tres plan-
5 La cifra de 57m2 se especifica en las descripciones del proyecto de las fuentes biblio- tas construidas.
gráficas. Sin embargo, basándose en los planos provenientes de las mismas fuentes, al 13 Plano del apartamento tipo E contenido
calcular la superficie útil del apartamento tipo “E” se llega a una cifra que más bien ronda en los edificios bajos.
los 50m2. Fuente de ambos planos: Pani (1952).

171
PARTE II: Unidades Habitacionales

Edificio principal Edificio de liga Edificio de liga

Edificio principal

14 Plantas arquitectónicas de los edificios altos del zigzag. A la izquierda la planta tipo de los niveles que no contienen circulacio-
nes horizontales. Y a la derecha la planta tipo de los niveles que contienen circulaciones horizontales (2º, 5º, 8º y 11º)

16 Plantas arquitectónicas de 17 Plantas arquitectónicas de los apartamentos 18 Plantas arquitectónicas de los


los apartamentos tipo A. tipo B. apartamentos tipo C.

172
CAPÍTULO 1: Centro Urbano Presidente Alemán

Los edificios altos de liga contienen cada uno 24 apartamentos,


todos del tipo D, y su planta arquitectónica presenta un sólo cuerpo
lineal. planta alta a2
La sección arquitectónica de todos los edificios altos, tanto los
principales como los de liga, está planteada de tal forma que sólo en
planta acceso
cuatro de sus doce plantas habitacionales se localizan circulaciones planta acceso a2
a1
horizontales, corredores al aire libre, para acceder a la totalidad de
apartamentos. Esas plantas son la segunda, la quinta, la octava y la
onceava (el ritmo es de cada tres) (fig. 14). Esta situación se logra planta baja a1
debido a la solución arquitectónica de los apartamentos, que se dis-
tribuyen en dos niveles, conectados por una escalera interior, y en el
sistema de «3 en 2».6 15 Esquema en sección de los apartamen-
Esquemáticamente el sistema es: desde el corredor se llega a las tos resueltos en el sistema ‘3 en 2’

plantas de acceso de dos apartamentos, llamémosles a1 y a2. Para


acceder a la segunda planta del apartamento a1 se sube por su es-
calera interior, mientras que para acceder a la planta segunda del
apartamento a2 se ha de bajar, por su respectiva escalera. Ambas
escaleras, una subiendo y la otra bajando, ocupan el mismo lugar en
la planta arquitectónica. De esta manera en una misma superficie,
por 3 plantas, se alojan 2 apartamentos, accediendo a ellos desde la
planta intermedia (fig. 15).
Los apartamentos tipo A (fig. 16) y los tipo D (fig. 19) están re-
sueltos con ese sistema. Los tipo A contienen en su nivel de acceso,
comedor, cocina y la entrada a la escalera, y en su segundo nivel, es-
tancia, dos alcobas y baño. Ambas plantas suman alrededor de 50m2.
Los tipo D contienen en su nivel de acceso, un espacio para sofá o
alcoba, comedor, cocina y la entrada a la escalera, y en su segunda
planta, estancia, dos alcobas, una recámara y baño. Estos apartamen-
tos cuentan con una superficie de alrededor de 70m2.
Los apartamentos tipo B (fig. 17) y C (fig. 18), en cambio, no se
resuelven estrictamente bajo el mismo sistema. Su superficie habita-
ble se localiza en una sola planta, pero para responder a la sección del
edificio –con circulaciones horizontales cada tres pisos– y acceder
a aquella planta, se ha de subir o bajar por una escalera que forma
parte de la misma vivienda. Estos apartamentos cuentan entonces
con escalera de acceso y, en un segundo nivel, con estancia-comedor,
cocina, baño, dos alcobas y una recámara. Tienen una superficie de
alrededor de 60m2.
Las circulaciones horizontales o corredores de los edificios altos
de vivienda que se localizan en las plantas 2ª, 5ª, 8ª y 11ª, corren

6 Técnica bautizada 3-2 system, después de haber sido utilizada por Well Coates en 19 Plantas arquitectónicas de los aparta-
el Palace Gate (1937-1939). Pérez-Duarte (2004), p.124. Cabe destacar que este nom- mentos tipo D.
bre para esa disposición de apartamentos no fue empleado por el arquitecto Pani en la
descripción de su proyecto. Se utiliza en esta tesis con la finalidad de hacer inteligible el Fuente de los planos de edificios altos y
discurso. apartamentos: Pani (1952).

173
PARTE II: Unidades Habitacionales

paralelas a las fachadas largas de los edificios. En los edificios altos


principales existen dos corredores por cada una de aquellas plantas
situados en el cuerpo del edificio lindando con las fachadas este y
oeste. En la parte interior del edificio, colindando con los pozos de
luz, se sitúan las plantas de acceso de los apartamentos tipo A. Estos
corredores desembocan en las cabeceras de los edificios situadas en
los extremos norte y sur. Allí el espacio de circulación se amplía con-
virtiéndose en una terraza que abarca prácticamente toda el área de
las cabeceras, encontrándose sólo interrumpida por la zona donde
se ubican los ascensores y las escaleras de acceso a los apartamentos
tipo B y C.
Los edificios altos de liga tienen un sólo corredor por cada una
de aquellas plantas, éste linda con la fachada norte del edificio y las
plantas de acceso de los apartamentos tipo D se sitúan lindando
con la fachada Sur. Los corredores de estos edificios desembocan
también, en sus dos extremos, en las terrazas de las cabeceras de
los edificios principales pertenecientes al zigzag. Esta conexión entre
los corredores de los edificios de liga y las terrazas de los edificios
principales, permite recorrer toda la longitud del zigzag, pasando de
uno a otro edificio en un itinerario continuo. De esta manera las dos
esquinas de la manzana sobre las que se traza la diagonal del zigzag
se encuentran conectadas a las alturas en las que se ubican las circu-
laciones horizontales de los edificios.
Todos los corredores y terrazas tanto de los edificios del zigzag
como de los aislados, se encuentran abiertos a las fachadas con las
que lindan. Resguardados del vacío que conlleva su situación en al-
tura por una hilera de barandillas, intercaladas con una sucesión de
jardineras. Corredores y terrazas quedan como espacios al aire libre.
Mario Pani llamó a estas circulaciones «calles cubiertas»7 (figs. 20)

ANÁLISIS Y REFERENCIAS CRUZADAS

El Centro Urbano Presidente Alemán es la primera obra de vi-


vienda colectiva en su género, construida en la Ciudad de México.
Antes de ella, no se había impulsado ningún proyecto de tal enverga-
dura y características. Marcó con ello un nuevo camino para la cons-
trucción habitacional urbana que hasta entonces se había resuelto
con otros modelos residenciales, entre ellos el de la vecindad.
Esa característica de inaugural permite realizar una compara-
ción con realizado anteriormente. Colocándolo junto a las casas de
vecindad y junto a la que en ésta tesis se ha llamado la ciudad de las
vecindades, se pueden observar las enormes diferencias que existen
entre ambas formas de resolver el tejido urbano a través de la pro-
puesta de un género de vivienda colectiva. Pero también se intuyen
7 Pani (1952), p. 30.

174
CAPÍTULO 1: Centro Urbano Presidente Alemán

20 Fotografía de época de las circulaciones horizontales de los edificios altos ‘calles cubiertas’. Adrià (2005), p. 89.

175
PARTE II: Unidades Habitacionales

algunas continuidades que aunque menos tangibles, son apreciables


como hipótesis de este trabajo de investigación. Cabe resaltar que so-
bre los proyectos de vecindades se han encontrado varios que datan
de principios del siglo XX, el más reciente de 1911, con lo cual la
separación temporal de tales proyectos con el del CUPA es de apenas
cuarenta años.
Sobre el origen y las influencias que se observan en la arquitec-
tura del CUPA, es sabido que su solución arquitectónica tomó como
base algunos de los preceptos del movimiento moderno europeo. En
las descripciones de época, publicadas por el mismo Pani, se detallan
las tendencias que siguió:
Esta obra, [...]. Prácticamente forma una pequeña ciudad, y su solución arqui-
tectónica, aunque en sus lineamientos generales (gran densidad y gran altura de
edificios) sigue las tendencias preconizadas desde hace algunos años por el arqui-
tecto Le Corbusier y sus discípulos, es original en su distribución, en sus tipos de
habitaciones, en su procedimientos constructivos y en sus resultados plásticos.8

Actualmente, en diversos estudios académicos realizados sobre


esta obra se han distinguido sus relaciones específicas, de entre las
diversas propuestas urbanísticas de Le Corbusier, con La Ville Ra-
dieuse –destacando la correspondencia entre los edificios en zigzag
y los bloques a redent.9 Sobre tales aspectos no se ahonda en esta
investigación para su consulta se remite a la bibliografía.
Al colocar el CUPA al lado de la ciudad de las vecindades, junto
con los ejemplos específicos de casas de vecindad, se observa:
1) Sobre las medidas de la manzana urbana, en el CUPA la man-
zana mide 170 por 240 m y en la ciudad de las vecindades, las man-
zanas más comunes miden aprox. 80 x 200 metros, así, la del CUPA,
equivale más o menos a dos manzanas de las vecindades.
2) Sobre la ocupación del suelo urbano, en las vecindades la
manzana se halla ocupada en una proporción inversa a lo que ocurre
en el CUPA, la cantidad de áreas libres de éste, equivale a la cantidad
de área edificada en aquellas y en este sentido, uno y otro género de
vivienda colectiva son opuestos.
3) Sobre la altura de la edificación, las vecindades se resuelven en
edificios de planta baja más una o más dos y en el CUPA se propo-
nen, planta baja más doce para los edificios altos y tres plantas para
los edificios bajos.
4) Sobre la definición del perímetro de la manzana y sus ex-
cepciones, en la ciudad de las vecindades los edificios se extienden
por todo el perímetro y la edificación se conforma de volúmenes
compactos interrumpidos por las oquedades de los patios, así estos
espacios al aire libre se vuelven los protagonistas de la manzana por
8 Pani (1952), pp. 33 y 34.
9 Anda (2008), p. 244.
Garay (2000)

176
CAPÍTULO 1: Centro Urbano Presidente Alemán

constituir las excepciones. En el CUPA ocurre lo inverso, el períme-


tro de la manzana se edifica sólo parcialmente y ya que el área libre
es mayoritaria en este caso la excepción, el protagonismo, lo cons-
tituyen los edificios de viviendas, en especial los edificios del zigzag
que cruzan diagonalmente la superficie de la manzana con sus trece
plantas construidas.
5) Sobre la densidad poblacional, en el CUPA se llega a una
densidad bruta de 1 350 hab/ha y neta de 1 080 hab/ha y en las
vecindades, haciendo un cálculo aproximado, por ejemplo de la den-
sidad de las Casas del Colegio de San Pedro y San Pablo, se llega a 550
hab/ha.10
Observadas estas diferencias, estos conceptos opuestos, ¿cuáles
son las continuidades? La primera es que en el CUPA, aún con las
salvedades mencionadas, la manzana sigue determinando la posición
de los edificios, la colocación de éstos responde a la forma de aque-
lla, y en un sentido abstracto el perímetro de la manzana, aunque 21 Planta de conjunto que muestra el cie-
no ocupado del todo, se halla perceptualmente bien definido, los rre, con los edificios altos, de la figura rec-
tángular del perímetro de la manzana.
edificios altos de las esquinas cumplen esa función ya que de manera
esquemática cierran la figura rectangular del perímetro (fig. 21). La
segunda es que en la composición del CUPA, se observa el concepto
de centralidad al igual que en las vecindades, en estas el centro está
señalado por el patio que es un vacío introspectivo y en el CUPA,
el centro se encuentra marcado por la composición de los edificios
en zigzag y por la disposición de los servicios colectivos. Además,
como se ha señalado anteriormente, aunque el centro geométrico
de la manzana se ve ocupado por uno de los edificios liga del zigzag,
queda libre en planta baja.
Ahondando sobre el mismo concepto, aunque ya no en un sen-
tido de continuidad, se destaca que en las vecindades el espacio co-
lectivo se ubica en el centro y las viviendas se disponen alrededor de
él. Y en el CUPA las viviendas se sitúan en el centro y los espacios
y edificios colectivos se organizan alrededor. Existe un notable con-
traste, sobre las posiciones que ocupan lo individual y lo colectivo,
entre ambos ejemplos de vivienda colectiva.
Actualmente el CUPA representa un caso aislado dentro de la
estructura urbana de la zona de la ciudad de México donde se ubi-
ca. En la Colonia del Valle ninguna otra manzana urbana presenta
características similares en su edificación a la de este ejemplo de vi-
vienda colectiva.

10 Esta densidad se calculó con seis miembros por familia, por las cuarenta unidades de
vivienda contenidas en las Casas del Colegio, se llega a una población total de 240 habitan-
tes.

177
CAPÍTULO 3

Unidad Independencia (UI), Alejandro Prieto y


José María Gutiérrez, 1960.

Fotografía de época de una de las calles peatonales de la Unidad. Fuente: Arquitectura México,
núm. 73 (marzo, 1961), p. 16.
PARTE II: Unidades Habitacionales

DATOS GENERALES
La Unidad Independencia es una obra de vivienda colectiva cuya
construcción se inició en mayo de 1959, concluyó, siendo inaugura-
da, en septiembre de 1960 y en la actualidad sigue en pie y habitada.
Fue proyectada por los arquitectos José María Gutiérrez y Alejandro
Prieto, promovida por Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS)
y las viviendas fueron, en origen,1 adjudicadas en arrendamiento a
una selección de trabajadores integrantes de la población asegurada,
dándose preferencia a aquellos cuyo lugar de trabajo estaba próximo
al sitio donde se emplazó la Unidad.2
El conjunto arquitectónico incluye cerca de 2 5003 viviendas.
Con un promedio de 6 miembros por familia,4 su población ronda-
ría los 15 000 habitantes, se emplaza en una superficie de terreno de
33 hectáreas y alcanza una densidad de 450 hab/ha.

DESCRIPCIÓN DEL SITIO


La Unidad Independencia se localiza al suroeste de la ciudad
de México en una zona que hoy en día forma parte del continuo
metropolitano. Aquella zona a mediados del siglo XX pertenecía a la
periferia urbana presentando un paisaje rural poco urbanizado (fig.
1) era, en palabras de los arquitectos, «un sitio privilegiado por la
naturaleza».5 El terreno donde se emplazó la Unidad contenía vege-
tación preexistente, parte de la cual fue respetada en la planeación
del proyecto arquitectónico.
La superficie de terreno que contiene a la Unidad posee un pe-
rímetro irregular de configuración estrecha y alargada que mide cer-
ca de 1,5 kilómetros de largo, por aprox. 500 metros de ancho en
su parte más amplia. Tal superficie se encuentra delimitada: al Este
por la calzada México-Contreras (hoy avenida Anillo Periférico); al
Norte por la calle San Bernabé; al Sur, en parte por un muro de co-
lindancia con parcelas vecinas y en otra parte por calles de tránsito
local; y al Oeste por otras calles locales. Lindando con la calle de San
Bernabé, en la parte central del terreno, existe una extensa área de
suelo que no formó parte del proyecto (fig. 2).

Bernabé
Calle San
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1 Años más tarde, las viviendas fueron vendidas a los usuarios y el IMSS cesó en su
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función de administración del conjunto.


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Superficie = 2 Arquitectura México, núm. 73 (marzo, 1961), p. 39


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33 ha 3 2500 viviendas fue la cantidad que se contempló en el proyecto y que los arquitectos
(h ada

mencionan en las publicaciones de época. Pero no todas esas casas se llegaron a construir
lz
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ya que hubo algunos cambios durante la ejecución de la obra.


4 El dato de seis miembros por familia es el que utilizan los autores del proyecto para cal-
cular la población total y difiere del dato empleado para las otras Unidades Habitacionales
2 Esquema de la superficie de terreno don- que se estudian en esta tesis, donde se contemplan cinco miembros por familia.
de se emplaza la Unidad Independencia. 5 Arquitectura México, núm. 73 (marzo, 1961), p. 8.

180
CAPÍTULO 3: Unidad Independencia

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HISTÓRICO

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200
0

UNIDAD
INDEPENDENCIA

0 km 5 10 15 20 25 30 35 40 Km
1 Fotografía aérea de la Ciudad de México (1995). Fuente: INEGI (la imagen original fue modificada por el autor de esta tesis). Las líneas blancas
señalan la superficie de la mancha urbana hacia el año 2000. La linea negra, la frontera entre el Distrito Federal y el Estado de México. Las líneas
rojas, la superficie de la mancha urbana hacia 1950. El rectángulo blanco, la ubicación del Centro Histórico. Y el pequeño rectángulo rojo indica
la localización del CUPA.

181
PARTE II: Unidades Habitacionales

CONTENIDOS DEL PROYECTO ARQUITECTÓNICO*


Total de viviendas: alrededor de 2 500 unidades
Género de las viviendas: apartamentos y casas unifamiliares
Las viviendas se hallan organizadas en:
a) 39 edificios multifamiliares de apartamentos de 4 plantas
b) 3 edificios torre de apartamentos de lujo de 10 plantas
c) Cerca de 200 agrupaciones de casas unifamiliares. Cada gru-
po se conforma de cuatro viviendas de 2 plantas que com-
parten muros medianeros

Cantidad de viviendas por tipo de edificio y porcentajes:


a) 1 560 apartamentos en edificios multifamiliares (63%)
b) 100 apartamentos de lujo en edificios torre (4%)
c) 827 casas unifamiliares (33%)

Edificaciones de carácter comunitario y servicios colectivos al aire


libre incluidos en el conjunto:
De carácter general, para toda la Unidad:
1) Centro cívico con plaza cívica, edificio social (con oficinas ad-
ministrativas de la Unidad, entre otras dependencias), edifi-
cio del Centro de Seguridad Social para el bienestar familiar
(llamado también Casa de la asegurada) y Teatro
2) Centro comercial que incluye un mercado central y una edifi-
cación para comercios de segunda necesidad
3) Cine
4) Zona Deportiva con edificio de Gimnasio-Casino, piscina y
campos de deportes
5) Áreas de parques y jardines
6) Clínica (situada fuera del conjunto pero lindando con él y
dando servicio a sus habitantes)
De carácter local, dentro de los tres barrios que conforman la Unidad:
7) 3 escuelas primarias (de las que se construyeron sólo dos a la
* Estos daros fueron extraídos de la descrip- inauguración del conjunto)
ción del proyecto de la Unidad Independen- 8) 3 jardín de niños, uno de ellos con guardería (también se
cia que se publicó en la revista Arquitectura
México, núm. 73 (marzo, 1961). Sin embra- construyeron sólo dos a la inauguración)
go, existen pequeñas variaciones entre lo 9) 3 comercios de primera necesidad
publicado y lo que finalmente fue edificado.
La Unidad independencia se construyó con 10) Áreas de jardines que incluyen zonas de juegos infantiles
algunas viviendas menos de las descritas en
el proyecto. Por tanto, las cifras que aquí se
mencionan han de ser tomadas como orien- Vías de circulación con las que cuenta el conjunto:
tativas y no como definitivas.
Peatonales:
3 Plano de conjunto de la Unidad Indepen- - Red de calles, calzadas y avenidas exclusivas para peatones
dencia. Redibujo del autor, fuente del origi-
nal: Arquitectura México, núm. 73 (marzo, que permiten acceder a todos los edificios de vivienda.
1961), p. 9. Vehiculares:
4 Fotografía aérea del conjunto. Fuen- - Trazo de avenidas que conforman un anillo periférico que
te: Arquitectura México, núm. 73 (marzo,
1961), p. 7. circula alrededor de los tres barrios.

182
CAPÍTULO 3: Unidad Independencia

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Escala 1: 10 000 N

0 50 100 200 300 400 500 750 1 000 1 300m 3

183
PARTE II: Unidades Habitacionales

ESTRUCTURA URBANA DEL CONJUNTO


La Unidad Independencia se estructura urbanísticamente en
tres barrios: dos de ellos quedan en la zona Este del solar y el tercero
en la zona Oeste (fig. 5). Ambas zonas se hallan divididas por la ubi-
cación de la mencionada ‘extensa área de suelo’ que no formó parte
del proyecto. Allí donde se ubica esa área, el solar llega a estrecharse
considerablemente y esta constricción es la que separa las zonas don-
de se ubican los barrios. Los dos barrios de la zona Este del terreno
se sitúan uno al Norte y el otro al Sur de un eje de composición ur-
bana.6 Este eje está marcado por el trazo de un acueducto que formó
parte del diseño de áreas libres del proyecto.
La circulación vehicular del conjunto se resuelve con una aveni-
da de tránsito continuo que conecta las dos zonas del solar (fig. 6).
Esa avenida genera dos circuitos, uno alrededor de los dos barrios
que se encuentran al Este y el otro alrededor del barrio que se ubica
al Oeste. Para generar dichos circuitos tal avenida se incorpora, en
algunas de sus partes, a las vías urbanas que conforman los límites
del terreno. Esta solución de la circulación vial que fue llamada por
sus autores anillo periférico, libera los interiores de los barrios del
tránsito vehicular. Dentro de los barrios todas las circulaciones son
peatonales.
Para dar servicio a los tres barrios, la Unidad cuenta con va-
rios equipamientos: un Centro cívico, un Centro comercial y una
Zona deportiva (fig. 7). Los centros cívico y comercial se localizan
lindando con la antigua calzada México-Contreras7 y de esa manera
marcan el acceso más importante al conjunto habitacional. El cen-
tro cívico incluye la plaza cívica, un edificio social8 y un teatro, entre
otras edificaciones. El centro comercial incluye un mercado y un
edificio para comercios de segunda necesidad. La zona deportiva se
localiza en la parte más estrecha del solar, aquella que conecta los
barrios de la zona Este con el de la zona Oeste. Agregándose a tales
servicios, al Sur del conjunto se localiza un Cine. Este edificio marca
un segundo acceso para la Unidad ya que se ubica lindando también
con la calzada México-Contreras, aunque en un punto diferente al
del centro cívico.
El conjunto arquitectónico cuenta con tres tipos de edificacio-
nes habitacionales: casas unifamiliares que se agrupan en conjuntos
de cuatro unidades, apartamentos contenidos en edificios multifa-
miliares y apartamentos de lujo contenidos en edificios torre (fig. 8).
De éstos últimos edificios torre sólo existen tres en toda la Unidad,
6 Esta división de los barrios se deduce del plano de conjunto pero no ha podido ser
corroborada en la obra construida.
7 Hoy avenida Anillo Periférico.
8 Así llamado en el proyecto arquitectónico, el edificio social contenía las oficinas admi-
nistrativas de la Unidad, un salón de fiestas, locales para el Club Juvenil y espacios para
biblioteca, hemeroteca, entre otros.

184
CAPÍTULO 3: Unidad Independencia

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Calle San

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Zona comercial
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Centro de deportiva Centro de


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Cine
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Esquemas que muestran:


5 La división de los barrios que componen
la Unidad Independencia
6 El trazo de la circulación vehicular
7 La localización de los equipamientos que
dan servicio a toda la Unidad y la ubicación
de los centros de cada barrio

8 Fotografía de época. Se observan los dife-


rentes tipos de edificios habitacionales que
se construyeron en la Unidad. Al fondo una
de las torres de apartamentos de lujo, más
cerca, los edificios multifamiliares de aparta-
mentos y en primer plano las agrupaciones
de casas unifamiliares. Fuente: Arquitectura
México, núm. 73 (marzo, 1961), p. 10.
8

185
PARTE II: Unidades Habitacionales

edificios multifamiliares hay varias decenas y conjuntos de casas uni-


familiares los hay en mayor cantidad, pero los multifamiliares son
los que albergan mayor número de viviendas porque cuentan con
cuatro plantas construidas y apartamentos de diferentes superficies.
Todas estas edificaciones habitacionales se alinean al eje Norte-Sur,
de tal manera que las viviendas se orientan mayoritariamente a Este
y Oeste. Los barrios que se localizan en la zona Este del conjunto
albergan los tres tipos de edificaciones habitacionales –torres, mul-
tifamiliares y casas unifamiliares. El barrio que se sitúa al Oeste no
cuenta con torres, alberga sólo los otros dos tipos de viviendas.
Las tres torres de apartamentos de lujo se localizan en puntos
estratégicos de la Unidad. Una se sitúa en la parte más al Norte del
terreno donde se intersectan las dos calles que lo delimitan, la calle
de San Bernabé y la Calzada México-Contreras; esta torre marca una
especie de hito para la Unidad. Las otras dos torres se localizan, una
junto al cine y la otra muy cercana a la Zona deportiva.

ESTRUCTURA URBANA AL INTERIOR DE LOS BARRIOS


Cada uno de los tres barrios de la Unidad cuenta con un ‘centro
de barrio’ que incluye: una edificación para comercios de primera
necesidad, un jardín de niños y una escuela primaria (fig. 7). Esos
centros se sitúan, en los tres casos, en los perímetros de los barrios
lindando con las circulaciones de tránsito vehicular.
Al interior de los barrios se emplazan las edificaciones de vivien-
da, alineándose a los caminos peatonales y adaptándose a la topo-
grafía y a la vegetación preexistente. Tal adaptación provoca que en
algunos casos los edificios se perciban bien alineados, junto con los
caminos, y en otros casos su organización parezca dispersa. Los mul-
tifamiliares se disponen en grupos de varios edificios, de tres a cinco,
algunas veces organizados paralelamente entre sí y otras con cierto
desfase. Las casas unifamiliares se disponen también en grupos y de
esta manera en cada barrio se van alternando los conjuntos de casas
y los de edificios multifamiliares.
Los caminos peatonales al interior de los barrios fueron defi-
nidos por los arquitectos autores del proyecto como de tres clases:
avenidas, calzadas y andadores.

CONCEPTOS DE LA DISPOSICIÓN URBANA


El concepto de barrio como parte en la que se subdivide el con-
junto urbano es característico en la Unidad Independencia. Los tres
barrios se conciben como entidades autónomas, con viviendas, calles
y su centro propio con equipamientos. Además la Unidad se entien-
de como una ciudad en sí misma porque los barrios quedan ligados
por el centro general. Pero una característica especial de esa ciudad
es que sus núcleos están descentralizados ya que no se localizan en

186
CAPÍTULO 3: Unidad Independencia

puntos medios ni de la Unidad ni de los barrios, sino que se sitúan


en todos los casos en puntos perimetrales (fig. 9). Esta situación hace
que esos núcleos tomen el papel de accesos además de permitir la
conexión con otras partes de la ciudad de México.
En la Unidad independencia el concepto de la manzana no exis-
te. Los barrios se conciben como extensas áreas de terreno libre, con
abundante vegetación, sobre la que se desplantan los edificios de vi-
vienda, exentos entre sí y en organización dispersa. Con ello también
las calles –peatonales al interior de los barrios– adquieren otra sig-
nificación, ya que no discurren entre masas edificadas de manzanas,
sino entre edificios independientes (fig. 10).

9 Planta de conjunto donde se señalan las


posiciones, del Centro cívico de la Unidad
y de los centros de cada barrio. Dibujo del
autor.
10 Fotografía de época donde se observan
las calles peatonales que discurren entre las
áreas libres de la Unidad. A traves de esas
calles se accede a los edificios habitaciona-
les. Fuente: Arquitectura México, núm. 73
(marzo, 1961), p. 18.
10

187
PARTE II: Unidades Habitacionales

11 Plantas arquitectónicas de las agrupa- LAS VIVIENDAS


ciones de Casas Unifamiliares.
12 Fotografía de época de las Casas Uni- Las casas unifamiliares proyectadas para la Unidad Independen-
familiares.
13 Plantas arquitectónicas de uno de los cia son de dos tipos, las hay de dos recámaras y de tres. Las primeras
edificios multifamiliares. Contiene en total
cuarenta y ocho apartamentos, doce por
tienen una superficie de alrededor de 80m2 y las segundas cerca de
planta. 96m2. Ambos tipos se desarrollan en dos plantas, en su planta baja
14 Fotografía de época de los edificios mul-
tifamiliares. contienen estancia, comedor, cocina y un patio de servicio y en su
15 Planta arquitectónica de una de las to- planta alta se ubican las recámaras, una terraza y el baño. Estas casas
rres de apartamentos de lujo. Contiene en
total cuarenta apartamentos, cuatro por se agrupan en conjuntos edificados de cuatro unidades que compar-
planta. ten muros medianeros entre sí (figs. 11, 12).
16 Fotografía de época de las torres.
Los apartamentos contenidos en los edificios multifamiliares
Los dibujos han sido elaborados por el autor son de tres géneros: los hay de una recámara, de dos y de tres. Los
de esta tesis. Fuente de las fotografías: Ar-
quitectura México, núm. 73 (marzo, 1961). de una recámara cuentan con 46m2, los de dos con 74m2 y los de
tres con 93m2. Todos estos apartamentos tienen un espacio para es-
tancia-comedor con balcón, una cocina, un baño y una zotehuela.
Dichos apartamentos se organizan de a cuatro unidades por núcleo
de escaleras. Los edificios multifamiliares tienen varias longitudes,
con 6, con 8 o con 12 apartamentos por planta (figs. 13, 14).
Los apartamentos de lujo9, contenidos en los edificios torre de
diez plantas, son de un solo tipo con una superficie de 128m2 y
cuentan con estancia-comedor, cocina, baño, patio de servicio y tres
recámaras. Estos apartamentos se organizan en dos torres de cuatro
apartamentos por planta (figs. 15, 16) y una tercera que sólo contiene
la mitad del área construida, dos apartamentos por planta.

Grupo de cuatro casas de dos recámaras:

Planta Baja Planta Alta

Grupo de cuatro casas de tres recámaras:

Planta Baja Planta Alta


12 11

9 Así fueron llamados en las descripciones de época del proyecto arquitectónico.

188
CAPÍTULO 3: Unidad Independencia

14

Planta Baja Planta Tipo


13

15
Planta Baja

16

Escala 1: 500 N

0 5 10 15 20 25 30 35

189
PARTE II: Unidades Habitacionales

ANÁLISIS Y REFERENCIAS CRUZADAS


En el capítulo II de la parte I de esta tesis, se ha estudiado la
ciudad de México del siglo XVIII y para ello se recurrió a explicar
sus orígenes: el altepetl de Tenochtitlán y la ciudad de fundación
española del siglo XVI. Como conclusión se observó que histórica-
mente aquella ciudad se había compuesto de un centro principal y
diversas partes organizadas alrededor de él, cada una con su propio
núcleo. Esa multiplicidad de centralidades en relación jerárquica ha
organizado, desde su fundación, las áreas residenciales urbanas. Pos-
teriormente aquella estructura se puso en relación con la de las casas
de vecindad, donde las viviendas se disponen alrededor del patio, y
de ello se señalaron las analogías entre las vecindades y la ciudad que
las albergó.
La Unidad Independencia comparte algunos rasgos de su es-
tructura urbana con aquella ciudad de las vecindades. Las viviendas
se organizan en los barrios con su centro unidos por un centro gene-
ral, pero como ya se ha señalado, en este conjunto los núcleos están
descentralizados y por tanto las viviendas no se agrupan alrededor de
ellos sino en sus inmediaciones. Por otro lado al desaparecer la figu-
ra de la manzana y resolverse la edificación residencial en edificios
exentos desaparece también la figura de los patios como elementos
concentradores de las viviendas. Se observa así una transición entre
la ciudad de las vecindades y la UI, de una a otra los centros urbanos
se han desplazado y las viviendas han omitido el núcleo que las man-
tenía unidas. Los elementos de unión en la Unidad Independencia
son otros: las áreas libres de jardines, las calles peatonales que discu-
rren entre los edificios y, a otro nivel, los equipamientos con los que
cuenta el conjunto. Estos elementos son los espacios de encuentro de
los residentes de la Unidad, allí se genera comunidad (fig. 17).
En el sentido de propuesta de organización social, la Unidad po-
dría asemejarse a algunas vecindades ya que según las descripciones
del proyecto de la UI:
El diseño urbano y la distribución de las habitaciones proveen un acercamien-
to más íntimo de las diferentes clases sociales, mediante el cual podrán convivir
trabajadores, artesanos, profesionales, empleados, ejecutivos, y acabar con viejas
tendencias a la separación de los grupos humanos.10

Así, en este conjunto habitacional existe la idea de generar la


convivencia entre diversos grupos sociales. Ello se manifiesta en la
edificación de diversos tipos de viviendas. Tales grupos quedan uni-
dos por el espacio urbano continuo y por los equipamientos. Al-
gunas de las vecindades, por ejemplo la de las analizadas Casas del
Colegio de San Pedro y San Pablo, promueven también ese tipo de
vida en común.
10 Arquitectura México, núm. 73 (marzo, 1961), p. 12

190
CAPÍTULO 3: Unidad Independencia

17 Fotografía de época del Centro cívico de la Unidad Independencia. Fuente: Arquitectura México, núm. 73 (marzo, 1961), p. 26.

191
CONCLUSIONES
En la presente tesis doctoral se ha indagado sobre el tema uni-
versal de las relaciones entre arquitectura y ciudad y más específica-
mente, sobre la cuestión del vínculo existente entre la forma arqui-
tectónica de la vivienda colectiva y la forma urbana. La ciudad de
México fue la urbe estudiada y dentro de ella dos géneros residen-
ciales colectivos: las Casas de Vecindad y las Unidades Habitacionales.
Ciertamente, referirse a la forma urbana de una metrópoli de veinte
millones de habitantes, como es la capital mexicana, resultaría una
empresa de enorme dificultad. No se trató así de estudiar la ciudad
de México en su totalidad sino algunas de sus partes. Aquella donde
se ubicaron, y aún hoy en día permanecen, las Casas de Vecindad y
algunas partes conformadas por Unidades Habitacionales.
Al inicio de ésta investigación Vecindades y Unidades Habita-
cionales se encontraban en igualdad de condiciones, pero en su de-
sarrollo, las primeras fueron situándose en el centro de la pesquisa
y las segundas tomaron un lugar periférico. Se llega así al resultado
final de esta tesis en que las casas de vecindad fueron estudiadas con
mayor detenimiento y las unidades se recuperan para ponerse en
relación con las primeras.
El método para estudiar las vecindades incluyó en primera ins-
tancia la descripción y análisis de un caso de estudio –las Casas del
Colegio de San Pedro y San Pablo–, en segundo lugar se especificó
una definición para el tipo casa de vecindad que develó sus rasgos
arquitectónicos y urbanos más significativos. En un tercer momento
se procedió al análisis de la ciudad de las vecindades, atendiendo a los
rasgos de su forma urbana. Finalmente esta forma urbana se com-
paró con la definición de casa de vecindad. Para las unidades habi-
tacionales el método se centró en el análisis de tres casos de estudio.
SOBRE LAS VECINDADES Y LA PARTE DE CIUDAD QUE CONTRIBUYEN
A CONFORMAR
El examen detallado de las Casas del Colegio de San Pedro y San
Pablo, proyectadas por Ignacio Castera en 1788, ha permitido de-
velar los rasgos de la organización arquitectónica de este conjunto
residencial. El redibujo del proyecto y su consecuente traslado de
dimensiones, de varas castellanas a metros, lo ha hecho compren-
sible y permite compararlo con la arquitectura actual. Su posible
ubicación en el plano de la Ciudad de México del siglo XVIII ha
sido un descubrimiento derivado de la observación detallada de los
planos. Respecto a su organización arquitectónica, sorprende la di-
versidad en los tipos de vivienda propuestos por Castera –desde las
casas-patio palaciegas hasta las accesorias o casas de taza y plato– y en
este sentido se ha concluido que este ejemplo de vivienda colectiva

193
La vivienda colectiva en la construcción de la Ciudad de México:
Casas de Vecindad y Unidades Habitacionales.

promovía la convivencia entre diversos grupos sociales. El arquitecto


separa esos diversos tipos de viviendas a través de muros medianeros
y los relaciona o bien a través del espacio urbano, la calle, o a través
del espacio colectivo del patio de vecindad. Se ha develado así la
analogía entre calle y patio, ambos espacios de convivencia colectiva.
Poner en relación el proyecto de las Casas del Colegio con un
proyecto para la regulación de la traza y el crecimiento de la ciudad de
México, realizado por el mismo Ignacio Castera en 1794, ha deve-
lado que los mismos principios que se encuentran en la propuesta
arquitectónica se hallan en la propuesta urbana del arquitecto; las
Casas se planean como una pequeña urbe y la ciudad como una
gran casa. El hecho de que ninguno de estos dos proyectos haya sido
llevado a cabo los sitúa en la posición de utopías, con carácter de
modelos teóricos.
El estudio de los ejemplos prácticos de vecindades partió de una
definición académica del término casa de vecindad. Posteriormente
los ejemplos recopilados fueron clasificados, según el siglo en que
fueron construidos y la forma y superficie de su solar; esta clasifi-
cación permitió completar la definición académica. De ello se ha
descubierto que los dos elementos principales del género son el patio
y las viviendas organizadas a su alrededor, con el complemento de
los corredores, las escaleras, el altar o nicho y los servicios comuni-
tarios, conforman sus caracteres típicos. El cuadro clasificatorio de
vecindades permite también observar una cierta evolución histórica
en la tipología. En la mayoría de las vecindades se han encontrado
diversas clases de viviendas, las accesorias y los cuartos redondos fue-
ron las más comunes aunque hubo casos en los que se encontraron
viviendas de mayor tamaño.
Se ha observado que el carácter de centralidad que genera el
patio es vital para la arquitectura de las vecindades. Este espacio co-
lectivo es el que define la forma del edificio y el espacio privado de
las viviendas se ciñe a él. En las vecindades que cuentan con varios
patios, estos se organizan jerárquicamente desde el que se encuentra
más cercano a la entrada del edificio hasta el que se localiza más
lejano. En cuanto a su configuración, se han hallado los que hemos
nombrado patios-claustro y los patios-calle, la mayoría en formas rec-
tangulares; los primeros tienden más al cuadrado y los segundos son
rectángulos alargados. La posición de las escaleras y de los nichos o
altares religiosos, en relación con el patio, es también significativa
para el carácter de la vecindad.
Esta investigación sobre la forma arquitectónica, se completó
con un estudio sobre la vida en las vecindades, sobre la manera en
que sus espacios se habitan. Ello ha arrojado luces sobre la confor-
mación de comunidad que en ellas se genera y su posible relación

194
CONCLUSIONES

con la posición y el carácter del patio. Las vecindades en el cine fue


un pequeño apéndice introducido en el discurso para corroborar la
importancia de este género de vivienda colectiva y su trascendencia
en un imaginario artístico.
En la búsqueda de la forma de la ciudad de las vecindades se
describió la manzana compuesta por casas de vecindad y posterior-
mente, partiendo de la observación detallada del Plano General de
la Ciudad de México, levantado por Diego García Conde en 1793,
se ensayó la definición de sus elementos urbanos. Manzanas calles y
plazas han sido los elementos primarios encontrados y en segundo
nivel se ha situado los tipos de edificios que se emplazaron, o bien
dentro de las manzanas –conformando el alineamiento de las calles–
o dentro de algunas plazas –como edificios exentos. Estos edificios
se clasificaron y nombraron como edificios representativos, edificios
representativos singulares y continuo residencial. Dentro de éste último
se encontrarían las casas de vecindad. A continuación se observó el
cómo estaba organizada esa ciudad, dividida en ocho cuarteles y más
ampliamente en cuatro cuadrantes dispuestos alrededor de la plaza
mayor, cada cuadrante contaba también con su propia plaza central.
Del carácter de centralidad que generan esas plazas se ha derivado
una definición en la que la ciudad puede ser vista como una malla de
manzanas y calles que se disponen alrededor de la plaza mayor y de
otras plazas de menor jerarquía. El continuo residencial como parte
de las manzanas acompaña esa definición. La ciudad ha sido enton-
ces comparada con las casas de vecindad y de esa manera se han evi-
denciado las analogías existentes entre plazas y patios, entre calles y
corredores, y entre el continuo residencial urbano y las viviendas en
vecindad. Analogías en el sentido de la posición que estos elementos
toman, por una parte en la forma arquitectónica y por otra parte en
la forma urbana. Los conceptos de centralidad, alrededor de y orga-
nización jerárquica de diversos centros fueron encontrados para la
vivienda colectiva y para la ciudad.
UNIDADES HABITACIONALES
El proyecto de Hannes Meyer para la Colonia Obrera de las
Lomas de Becerra, elaborado en 1942, pero nunca construido, fue
publicado en el ‘43 como última parte de un artículo de revista que
se tituló La Ciudad de México, Fragmentos de un estudio urbanístico.
Firmado por el mismo arquitecto, ese artículo contenía una serie de
reflexiones sobre la capital mexicana. Para concluir tales reflexiones,
justo antes de presentar el proyecto Lomas de Becerra, Meyer se re-
firió a la «manzana compuesta por vecindades» y remató diciendo:
«creemos que el desarrollo técnico de esta clase de viviendas colecti-
vas es de vivo interés para todo el pueblo de México». Así, el proyec-
to de la Colonia Obrera se ha descrito y analizado en esta tesis como

195
La vivienda colectiva en la construcción de la Ciudad de México:
Casas de Vecindad y Unidades Habitacionales.

200
0
0
200

2000

1793
1900

1950 E
D I S STA D
TR O
I TO D E M
FED ÉXI
LOMAS DE ER CO
2000 AL
BECERRA CUPA
200
0

UNIDAD
INDEPENDENCIA

Escala gráfica:

0 km 5 10 15 20 25 30 35 40 Km
Fotografía aérea de la Ciudad de México (1995). Fuente: INEGI (la imagen original fue modificada por el autor de esta tesis). Se ha superpuesto
el plano de Diego García Conde de 1793. Las líneas rojas muestran las manchas urbanas hacia 1900 y hacia 1950. Las líneas blancas señalan la
superficie de la mancha urbana hacia el año 2000. La linea negra indica la frontera entre el Distrito Federal y el Estado de México. Y las superficies
rojas señalan las ubicaciónes de las tres Unidades Habitacionales estudiadas en esta tesis.

196
CONCLUSIONES

ejemplo de vivienda colectiva moderna e intentado averiguar si, en


su organización urbano-arquitectónica, existía alguna referencia a la
manzana compuesta por vecindades. Un descubrimiento se ha he-
cho en este sentido: el arquitecto planeó dentro de algunas manzanas
del conjunto un par de espacios nombrados Patio-Jardín para las
festividades familiares (posadas) y la manera en que están resueltos
esos espacios los acerca al patio de una vecindad. Por lo demás, las
soluciones de los edificios y de las viviendas en este proyecto son
eminentemente modernas. Respecto a su forma urbana se han des-
cubierto algunos principios de composición: linealidad, centralidad
y las figuras en cruz que se encontraron en la configuración de los
espacios libres. Estos principios se hallaron para la composición de
la Colonia en general y para el interior de cada una de sus manzanas.
El Centro Urbano Presidente Alemán (CUPA) de Mario Pani,
edificado en 1949, fue estudiado en calidad de ejemplo inaugural
de Unidad Habitacional. Este conjunto arquitectónico, con sus mil
ochenta viviendas –todas ellas apartamentos–, fue el primero en su
género en construirse en la ciudad de México. Se encuentra a sólo
cuarenta años de distancia de los planos más tardíos de vecindades
consultados para esta tesis. De su descripción y análisis se ha deduci-
do que la forma urbana del CUPA responde al perímetro de la man-
zana donde se emplazó y al concepto de centralidad. Este concepto
se encuentra en su mismo nombre: centro urbano. Tales caracterís-
ticas urbanas lo acercan parcialmente a algunos rasgos de la ciudad
de las vecindades, pero en cuestiones de cantidad de suelo edificado,
número de plantas construidas, y agrupación y solución interior de
las viviendas, CUPA y vecindades son opuestos. Otra oposición es
la que se deriva de las posiciones relativas del espacio colectivo y
del espacio privado en estos ejemplos de vivienda: en una vecindad
el espacio colectivo se sitúa en el centro geométrico del conjunto y
los espacios privados de las viviendas se disponen en su perímetro,
mientras que en el CUPA el centro geométrico del conjunto está
ocupado por viviendas y el espacio colectivo se sitúa alrededor.
La Unidad Independencia (UI) proyectada por Alejandro Prie-
to y José María Gutiérrez, inaugurada en 1960, es el ejemplo más
contemporáneo de unidad habitacional que se eligió para esta tesis.
Este conjunto fue trascendental para la construcción de vivienda co-
lectiva de la capital mexicana. Su descripción y análisis ha permitido
enunciar los rasgos de su forma urbana, distribuida en tres barrios,
cada uno con su centro, y con un centro general para todo el con-
junto; el más importante de aquellos rasgos es, pues, la centralidad.
Pero se ha visto que esos centros están descentralizados ya que no se
localizan en puntos medios ni del solar ni de los barrios, sino que
se sitúan en sus periferias. Esta forma urbana distingue a la Unidad
de la ciudad de las vecindades cuyos centros se hallan siempre en

197
La vivienda colectiva en la construcción de la Ciudad de México:
Casas de Vecindad y Unidades Habitacionales.

puntos medios de la superficie urbana. Otra característica singular


de la UI es la desaparición de la manzana urbana, los edificios de vi-
viendas se siembran en la superficie de los barrios sin ceñirse al trazo
de una malla de calles y manzanas.
COMPARACIÓN DE CUATRO CASOS DE VIVIENDA COLECTIVA
Entre las Casas del Colegio de San Pedro y San Pablo, como mo-
delo de vecindad, y las unidades habitacionales, existen otros puntos
de comparación que no se refieren ya a la forma urbano-arquitec-
tónica, sino a las condiciones y requerimientos de un proyecto de
vivienda colectiva: promoción, magnitud del conjunto, densidad de
población, tipos de célula de habitación, entre otros aspectos.
Si efectivamente los planos de Las Casas del Colegio fueron en-
cargados a Ignacio Castera por el Monte de Piedad, entonces todos
los proyectos de vivienda colectiva estudiados para esta tesis fueron
promovidos por instituciones de interés público. Lomas de Bece-
rra sería promovida por la Secretaría del Trabajo y Previsión Social,
el CUPA fue edificado por la Dirección General de Pensiones y la
Unidad Independencia por el Instituto Mexicano del Seguro Social.
Derivado de esta promoción está la cuestión de la propiedad de los
conjuntos, ya que todos ellos serían planeados para quedar en te-
nencia de las instituciones y sus viviendas puestas en alquiler. En
los casos que fueron edificados, el CUPA y la UI, esta situación ha
cambiado, siendo las viviendas vendidas a sus residentes.
Sobre la magnitud de esas promociones, se podría pensar que
un proyecto de 40 viviendas, como el de las Casas del Colegio, para
finales del siglo XVIII fue de gran envergadura. Sin duda lo son los
tres ejemplos modernos: Lomas de Becerra con sus alrededor de 2
000 viviendas, el CUPA con 1 080 y la Unidad Independencia con
las cerca de 2 500 viviendas que fueron proyectadas.
Respecto a los tipos de viviendas ha sorprendido la diversidad
encontrada en el proyecto de las Casas del Colegio que va desde las
casas-patio palaciegas hasta las accesorias o casas de taza y plato. En
este sentido aquel proyecto se encuentra más próximo a la Unidad
Independencia que al resto de conjuntos ya que en esta unidad se
proyectaron apartamentos de lujo, apartamentos en edificios multi-
familiares y casas unifamiliares. Lomas de Becerra al parecer conte-
nía también diversos tipos, casas unifamiliares y apartamentos, pero
los tamaños entre unos y otros no varían considerablemente. Y el
CUPA se conformó sólo con apartamentos similares en tamaño. La
propuesta de diferentes tipos de viviendas va de la mano con los sec-
tores de la sociedad a los que se dirigen los conjuntos habitacionales,
las Casas del Colegio y la UI promueven la integración de diversos
grupos sociales, mientras que Lomas de Becerra y el CUPA se diri-
gen a un solo sector.

198
CONCLUSIONES

Sobre el tamaño y la disposición interior de las viviendas en las


Casas del Colegio, las más pequeñas son las accesorias que cuentan
con una sola habitación de 35 m2, más un altillo de aprox. 20 m2;
las siguientes en tamaño son los cuartos redondos de 60m2 que in-
cluían dos habitaciones y un corral (patio pequeño). Estas cifras han
asombrado al calcularlas y ponerlas en relación con las viviendas de
las unidades habitacionales. Los apartamentos más pequeños en el
CUPA tienen 50 m2 –desarrollados en dos plantas–, los más peque-
ños de la Unidad Independencia tienen 46m2 y los de Lomas de
Becerra 49 m2. En conclusión, las superficies habitables son similares
en todos los ejemplos y lo que cambia es la disposición del interior
de las viviendas, específicamente la compartimentación del espacio
arquitectónico reflejada en el número de habitaciones y la inserción
de los servicios –baños y lavaderos de ropa. La configuración y dis-
posición de los edificios de viviendas en las unidades habitaciona-
les permite que el espacio doméstico pueda compartimentarse en
mayor grado sin comprometer la iluminación y ventilación de cada
habitación.
Sobre las densidades de población, el CUPA varía notablemente
respecto a los demás ejemplos con sus 1 350 habitantes por hectá-
rea. Lomas de Becerra, en una de sus manzanas tipo, cuenta con
555 hab/ha. En el proyecto de la Unidad Independencia se contem-
plaron 450 habitantes por hectárea. Y para las Casas del Colegio,
haciendo un ensayo de cálculo, si contásemos seis miembros por fa-
milia, por 40 casas, sobre la superficie, resultarían 500 hab/ha. Aquí,
sin embargo, habría un juego entre la densidad bruta y neta ya que
en la Unidad Independencia la cantidad podría considerarse como
bruta porque contendría las áreas de calle urbanizadas y para el resto
de ejemplos las densidades son netas. Respecto a la ocupación del
suelo urbano, en las Casas del Colegio la proporción es aprox. 90%
de superficie edificada por 10% de área libre. En las unidades habita-
cionales la proporción promedio es de aprox. 25% de suelo edificado
por 75% de áreas libres.
Un último apunte en este discurso es la cuestión de la confi-
guración del espacio colectivo en estos ejemplos de vivienda y su
contribución a generar una noción de comunidad. Al parecer esta es
una de las características que Hannes Meyer notó como cualidad en
las casas de vecindad:
[...] no puede desconocerse que esta forma de agrupamiento de familias representa
el primer paso de una nueva convivencia urbana que ya se expresa en las tradicio-
nales fiestas de vecindades.1

El patio como elemento estructurador de la vida colectiva en


las vecindades genera dicha noción. En las unidades habitaciona-
1 Arquitectura México, núm. 12 (abril, 1943), p. 103.

199
La vivienda colectiva en la construcción de la Ciudad de México:
Casas de Vecindad y Unidades Habitacionales.

les, en que el espacio colectivo se dispersa, aquella noción no viene


dada ya por una configuración espacial, sino, en algunos casos, por
los equipamientos urbanos que se comparten, centros sociales, ser-
vicios deportivos, etc. En su proyecto de la Colonia Obrera de las
Lomas de Becerra, Meyer aparentemente ensayó la introducción de
esa cualidad, generando un patio dentro de una unidad habitacional
promoviendo el «desarrollo de ambiente en vecindad».

-o-

Grandes partes de la ciudad de México han sido construidas con


proyectos de vivienda colectiva y en un sentido amplio toda la ciudad
es un conjunto de viviendas cohabitando en colectividad. Así, hacer
la separación ciudad-vivienda colectiva es una cuestión de escala y
de relaciones entre espacio contenido y contenedor. Los ejemplos de
vivienda colectiva estudiados en esta tesis corroboran esa visión, ya
que han sido reconocidos como pequeñas ciudades. Esa separación
urbe-vivienda es similar a la separación arquitectura-ciudad ¿dónde
comienza la una y termina la otra?, ¿nuevamente cuestión de escala?
Lo que finalmente se ha podido establecer es que tanto la esca-
la pequeña como la grande comparten ciertos principios: las partes
responden al todo y para intentar comprender el todo se han de
analizar sus partes como elementos de una estructura. Durante esta
investigación se han estudiado ciertas partes de la ciudad de México,
muchas otras quedan por comprenderse.

200
FUENTES

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recursos/diccionarios/drae

205
Tesis doctoral

La vivienda colectiva en la construcción de la Ciudad de México:


Casas de Vecindad y Unidades Habitacionales
Arais Reyes Meza

Director: Dr. Antonio Armesto Aira


Barcelona, noviembre de 2015
Universidad Politécnica de Cataluña
Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona
Programa de Proyectos Arquitectónicos

PLANOS ANEXOS
uadro lasicatorio: Plano 1/2, Plantas arquitectónicas
XV XV XX XX
terrenos
regulares de
menos de
550 m2

bicación: onceles 46 Bolivia 58 oreto 6 an Jerónimo 27 . Zapata 42 Hidalgo 35 Mariana . del oro . 30 . G. bregón 13 Guatemala 77 Paraguay 77 egina 27 oldán 100 Mazanares 11 cuador 113 Nicaragua 7 Guerrero 45 oreto 5 Mesones 47 an Jerónimo 60 ol. oma ur -
Nombre del edicio: - - - - - - - - - - 590 m2, PB+2 (frente), - - - - - - - - - “Vecindad pica”
upercie y plantas construidas: 530 m2, PB+2 460 m2, PB+1 330 m2, PB+1 340 m2, PB+1 400 m2, PB+1 350 m2, PB+2 490 m2, PB+2 480 m2, PB+2 540 m2, PB+1 350 m2, PB+1 PB+1 (pao) 540 m2, PB+1 310 m2, PB+1 530 m2, PB+1 490 m2, PB+2 430 m2, PB+1 330 m2, PB+2 260 m2, PB+2 340 m2, PB+1 270 m2, PB+2 540 m2, PB+2
so: Vivienda y comercio Vivienda Vivienda y comercio Vivienda Vivienda y comercio Vivienda y comercio Vivienda y comercio Vivienda y comercio Vivienda y comercio Vivienda y comercio Vivienda y comercio Vivienda in uso Vivienda y comercio Vivienda y comercio Vivienda y comercio Viv. y comercio Viv. y comercio Vivienda - -
Fuente del plano: atálogo (NH) atálogo (NH) atálogo (NH) atálogo (NH) atálogo (NH) atálogo (NH) atálogo (NH) atálogo (NH) atálogo (NH) atálogo (NH) atálogo (NH) atálogo (NH) atálogo (NH) atálogo (NH) atálogo (NH) atálogo (NH) atálogo (NH) atálogo (NH) atálogo (NH) HF ( edibujo) Marn (1981), ( edib.)

terrenos
regulares de
más de 550 m2
y menos de
1000 m2

bicación: ep. del alvador 56 cademia 9 Perú 32 B. omínguez 42 el armen 87 . Zapata 40 llende 46 . la atólica 86 Mesones 66 Guatemala 84 Bolivar 26 ep. de uba 11 - ruguay 23 olombia 50 Margil 5 Niños Héroes 188 alz. de la Viga 32 uba 32 olombia 39 Honduras 58 rgenna 97 cheveste 2 orregidora 79 2ª calle de 1ª calle de Jaime -
Nombre del edicio: - “onv. de ta nés” - - - - - “olar de ejada” - “Hosp. de an Nicolás” - “onv. de la oncepción” “asa en la calle de Mesones” - - - - - - - - - - - Herreros Nuno nº 21 “asa de Vecindad ipo 1”
upercie y plantas construidas: 980 m2, PB+2 700 m2, PB+2 880 m2, PB+1 790 m2, PB+2 750 m2, PB+1 760 m2, PB+1 720 m2, PB+2 620 m2, PB+2 670 m , 2
PB+2 2
900 m , PB+2 630 m2, PB+2 770 m2, PB+2 1000 m ,2
PB+1 780 m2, PB+2 810 m2, PB+1 790 m2, PB+1 750 m2, PB+1 620 m2, PB+1 830 m2, PB+2 940 m2, PB+1 840 m2, PB+2 620 m2, PB+2 860 m2, PB+1 950 m2, PB+1 780 m2, PB 640 m2, PB+1 2
830 m , PB
so: Vivienda y comercio Vivienda y comercio Vivienda y comercio Vivienda y comercio Vivienda y comercio omercio Vivi. y comercio Viv. y comercio Viv. y comercio Vivienda y comercio Viv. y comercio Vivienda y comercio - Vivienda y comercio Vivienda Vivienda y comercio Vivienda Vivienda Vivienda y comercio Vivienda y comercio Vivienda y comercio Vivienda y comercio Vivienda Vivienda y comercio - - -
Fuente del plano: atálogo (NH) atálogo (NH) atálogo (NH) atálogo (NH) atálogo (NH) atálogo (NH) atálogo (NH) atálogo (NH) atálogo (NH) atálogo (NH) atálogo (NH) atálogo (NH) GN ( edibujo) atálogo (NH) atálogo (NH) atálogo (NH) atálogo (NH) atálogo (NH) atálogo (NH) atálogo (NH) atálogo (NH) atálogo (NH) atálogo (NH) atálogo (NH) HF ( edibujo) HF ( edibujo)  NV  (1924), ( edib.)

terrenos
regulares de
más de
1000 m2

bicación: ep. del alvador 75 Vecindad de las “asas del partado 31 Plz. ta. atarina 6 Nicaragua 15 ep. del alvador 59 el armen 74 cuador 109 - olombia 60 zazaga 62 Mariana . del oro . 16 Venezuela 16, 18 cuador 111 Mina 93 olonia Manuel omero ubio, Manzana nº 12 2ª alle de Neca-
Nombre del edicio: “Novic., onv. n gusn” olegio de an Pedro y an Pablo” - - - “asa del onde de egla” - - “asa en la calle de los Gallos” - - - - - - - tlán, núm. 4
upercie y plantas construidas: 1190 m2, PB+1 2800 m2, PB+1 1320 m2, PB+1 1030 m2, PB+1 1440 m2, PB+1 1600 m2, PB+2 1050 m2, PB+1 1050 m2, PB+1 1460 m ,2
PB+1 2010 m2, PB y PB+1 1110 m2, PB+1 1840 m2, PB+1 1070 m2, PB+2 1000 m2, PB+1 1550 m2, PB+1 3300 m2, - 1080 m2, PB+1
so: Vivienda y comercio - Vivienda y comercio Vivienda y comercio Vivienda y comercio Vivienda y comercio Vivienda y comercio Vivienda y comercio - Vivienda Vivienda y comercio Vivienda y comercio Vivienda y comercio Vivienda Vivienda y comercio - -
Fuente del plano: atálogo (NH) GN ( edibujo) atálogo (NH) atálogo (NH) atálogo (NH) atálogo (NH) atálogo (NH) atálogo (NH) GN ( edibujo) NF NV (1988), ( edib.) atálogo (NH) atálogo (NH) atálogo (NH), M (1987) atálogo (NH) atálogo (NH) HF ( edibujo) HF ( edibujo)

terrenos
irregulares de
supercie
variable

bicación: ep. de Hai 18 B. omínguez 23 - Mesones 119 Brasil 41, 43 Perú 100 Nicaragua 32 y an Jerónimo 34 - . Zapata 34 egina 45 5 de febrero 66 hile 63 J. . Puebla 21 rgenna 89 an ldefonso 38 egina 81
Nombre del edicio: “onvento del armen” - “asa en la plazuela de Juan arbonero” - - - Paraguay 73 - “asa en la calle de la ranchera” - - - - - - - -
upercie y plantas construidas: 1950 m2, PB 600 m2, PB+1 1580 m y 970 m2,
2
- 2
810 m , PB+1 800 m2, PB+2 1450 m2, PB+2 1190 m2, PB+1 920 m2, PB+1 1540 m2, - 580 m2, PB+2 730 m2, PB+1 1460 m2, PB+2 1230 m2, PB+1 1860 m2, PB+1 1910 m2, PB+1 1420 m2, PB+1 670 m2, PB+2
so: Vivienda y comercio Vivienda y comercio - Vivienda y comercio Vivienda y comercio Vivienda y comercio Vivienda in uso - Vivienda y comercio Vivienda Vivienda y comercio Vivienda y comercio - Vivienda y comercio Vivienda y comercio Vivienda y comercio
Fuente del plano: atálogo (NH), NF NV (1988) atálogo (NH), M (1987) GN ( edibujo) atálogo (NH) at. (NH), M (1987) atálogo (NH) atálogo (NH) atálogo (NH) GN ( edibujo) atálogo (NH) atálogo (NH) atálogo (NH) atálogo (NH) atálogo (NH) atálogo (NH) atálogo (NH) atálogo (NH)

edicios
TESIS DOCTORAL: La vivienda colecva en la construcción de la ciudad de México: Casas de Vecindad y Unidades Habitacionales
diversos AUTOR: Arais Reyes Meza
que fueron Noviembre de 2015
usados como scala gráca 0m 5 10 20 30 40 50 60 80 100m
vecindades
etalles de las fuentes de los planos:
Archivo General de Archivo Histórico del Distrito Federal Catálogo Nacional de Monumentos nfonavit. La vivienda Marn Hernández, Vicente. ociedad de rquitectos Periódico El Universal N : os planos que
bicación: cademia 13 ztecas 14 an ntonio omatlán 10 Guatemala 88 - 92 alavera 4, 6 Margil 7 y 9
la Nación (GN), (HF), México, . F. Planoteca: Históricos Inmuebles. NH,  N . comunitaria en México. Arquitectura domésca de la Mexicanos (M). Tesmonio: “ a asa de Vecindad: n ponen “redibujo” han sido
Nombre del edicio: “onvento de anta nés” “onvento del armen” “olegio de las nditas” “ eal eminario de Mineria” “onvento de Ntra. ra. de la Merced” “Hospital de la tma. rinidad” México, . F. entro de Planos y proyectos 1861-1992. Y oordinación Nacional de Monumentos México .F.: nstuto Ciudad de México: 1890-1925. renovación habitacional popular. interesante estudio del elaborados por el autor de la
upercie y plantas construidas: 1930 m2, PB+1 1740 m2, PB+1 2350 m2, PB+1 1260 m2, PB+2 (c/entresuelo) 1900 m2, PB+1 1480 m2, PB+1 nformación Gráca. Fondo: yuntamiento Gobierno del Históricos, ubdirección de atalogo y Zonas. del Fondo Nacional de México, .F.: NM, scuela México: olegio de rquitectos arquitecto arlos ardi”, El tesis en base a los originales
so: Museo Vivienda y comercio esconocido in uso Vivienda y comercio Vivienda, comercio y bodega olección: Mapas, .F., secciones de bras Públicas y ocumento de consulta interna del NH la Vivienda para los Nacional de rquitectura, 1981. de México, nstuto de Universal, 1 enero 1924, pp. de las fuentes consultadas.
Fuente del plano: atálogo (NH) atálogo (NH) atálogo (NH) atálogo (NH) atálogo (NH) atálogo (NH)
Planos e lustraciones. icencias xteriores e nteriores. [fecha de consulta: 30/08/2010]. México, . F. rabajadores, 1988. rquitectura y rbanismo, 1987. 5 y 6, 3ª sección.
Cuadro Clasificatorio: Plano 2/2, Fotografías
XVII XVIII XIX XX

terrenos
regulares de
menos de
550 m2

Ubicación: Donceles 46 Bolivia 58 Loreto 6 San Jerónimo 27 E. Zapata 42 Hidalgo 35 Mariana R. del Toro L. 30 L. G. Obregón 13 Guatemala 77 Paraguay 77 Regina 27 Roldán 100 Mazanares 11 Ecuador 113 Nicaragua 7 Guerrero 45 Loreto 5 Mesones 47 San Jerónimo 60 Col. Roma Sur -
Nombre del edificio: - - - - - - - - - - 590 m2, PB+2 (fren- - - - - - - - - - “Vecindad típica”
Superficie y plantas construidas: 530 m2, PB+2 460 m2, PB+1 330 m2, PB+1 340 m2, PB+1 400 m2, PB+1 350 m2, PB+2 490 m2, PB+2 480 m2, PB+2 540 m2, PB+1 350 m2, PB+1 te), PB+1 (patio) 540 m2, PB+1 310 m2, PB+1 530 m2, PB+1 490 m2, PB+2 430 m2, PB+1 330 m2, PB+2 260 m2, PB+2 340 m2, PB+1 - -
Uso: Vivienda y comercio Vivienda Vivienda y comercio Vivienda Vivienda y comercio Vivienda y comercio Vivienda y comercio Vivienda y comercio Vivienda y comercio Vivienda y comercio Vivienda y comercio Vivienda Sin uso Vivienda y comercio Vivienda y comercio Vivienda y comercio Viv. y comercio Viv. y comercio Vivienda - -
Fuente de la fotografía: Catálogo (INAH) Catálogo (INAH) Catálogo (INAH) Catálogo (INAH) Catálogo (INAH) Catálogo (INAH) Catálogo (INAH) Catálogo (INAH) Catálogo (INAH) Catálogo (INAH) Catálogo (INAH) Catálogo (INAH) Catálogo (INAH) Catálogo (INAH) Catálogo (INAH) Catálogo (INAH) Catálogo (INAH) Catálogo (INAH) Catálogo (INAH)

terrenos
regulares de
más de 550 m2
y menos de
1000 m2

Ubicación: Salvador 56 Academia 9 Perú 32 B. Domínguez 42 Del Carmen 87 E. Zapata 40 Allende 46 I. la Católica 86 Mesones 66 Guatemala 84 Bolivar 26 Rep. de Cuba 11 - Uruguay 23 Colombia 50 Margil 5 Niños Héroes 188 Calz. de la Viga 32 Cuba 32 Colombia 39 Honduras 58 Argentina 97 Echeveste 2 Corregidora 79 2ª calle de 1ª calle de Jaime -
Nombre del edificio: - “Conv. de Sta Inés” - - - - - “Solar de Tejada” - “Hosp. de San Nicolás” - “Conv. de la Concepción” “Casa en - - - - - - - - - - - Herreros Nuno nº 21 “Casa de Vecindad
Superficie y plantas construidas: 980 m2, PB+2 700 m2, PB+2 880 m2, PB+1 790 m2, PB+2 750 m2, PB+1 760 m2, PB+1 720 m2, PB+2 620 m2, PB+2 670 m2, PB+2 900 m2, PB+2 630 m2, PB+2 770 m2, PB+2 la calle de 780 m2, PB+2 810 m2, PB+1 790 m2, PB+1 750 m2, PB+1 620 m2, PB+1 830 m2, PB+2 940 m2, PB+1 840 m2, PB+2 620 m2, PB+2 860 m2, PB+1 950 m2, PB+1 - - Tipo 1”
Uso: Vivienda y comercio Vivienda y comercio Vivienda y comercio Vivienda y comercio Vivienda y comercio Comercio Vivi. y comercio Viv. y comercio Viv. y comercio Vivienda y comercio Viv. y comercio Vivienda y comercio Mesones” Vivienda y comercio Vivienda Vivienda y comercio Vivienda Vivienda Vivienda y comercio Vivienda y comercio Vivienda y comercio Vivienda y comercio Vivienda Vivienda y comercio - -
Fuente de la fotografía: Catálogo (INAH) Catálogo (INAH) Catálogo (INAH) Catálogo (INAH) Catálogo (INAH) Catálogo (INAH) Catálogo (INAH) Catálogo (INAH) Catálogo (INAH) Catálogo (INAH) Catálogo (INAH) Catálogo (INAH) Catálogo (INAH) Catálogo (INAH) Catálogo (INAH) Catálogo (INAH) Catálogo (INAH) Catálogo (INAH) Catálogo (INAH) Catálogo (INAH) Catálogo (INAH) Catálogo (INAH) Catálogo (INAH)

terrenos
regulares de
más de
1000 m2

Ubicación: Salvador 75 Vecindad de las Apartado 31 Plz. Sta. Catarina 6 Nicaragua 15 Rep. del Salvador 59 Del Carmen 74 Ecuador 109 - Colombia 60 Izazaga 62 Mariana R. del Toro L. 16 Venezuela 16, 18 Ecuador 111 Mina 93 Colonia Manuel 2ª Calle de Neca-
Nombre del edificio: “Novic., Conv. Sn Agustín” “Casas del - - - “Casa del Conde de Regla” - - “Casa en la calle de - - - - - - Romero Rubio, titlán, núm. 4
Superficie y plantas construidas: 1190 m2, PB+1 Colegio de San Pe- 1320 m2, PB+1 1030 m2, PB+1 1440 m2, PB+1 1600 m2, PB+2 1050 m2, PB+1 1050 m2, PB+1 los Gallos” 2010 m2, PB y PB+1 1110 m2, PB+1 1840 m2, PB+1 1070 m2, PB+2 1000 m2, PB+1 1550 m2, PB+1 Manzana nº 12 -
Uso: Vivienda y comercio dro y San Pablo”, Vivienda y comercio Vivienda y comercio Vivienda y comercio Vivienda y comercio Vivienda y comercio Vivienda y comercio - Vivienda Vivienda y comercio Vivienda y comercio Vivienda y comercio Vivienda Vivienda y comercio - -
Fuente de la fotografía: Catálogo (INAH) Catálogo (INAH) Catálogo (INAH) Catálogo (INAH) Catálogo (INAH) Catálogo (INAH) Catálogo (INAH) INFONAVIT (1988) Catálogo (INAH) Catálogo (INAH) SAM (1987) Catálogo (INAH) Catálogo (INAH)

terrenos
irregulares de
superficie
variable

Ubicación: Rep. de Haití 18 B. Domínguez 23 - Mesones 119 Brasil 41,43 Perú 100 Nicaragua 32 San Jerónimo 34 - E. Zapata 34 Regina 45 5 de febrero 66 Chile 63 J. R. Puebla 21 Argentina 89 San Ildefonso 38 Regina 81
Nombre del edificio: “Convento del Carmen” - “Casa en la - - - - - “Casa en la calle de - - - - - - - -
Superficie y plantas construidas: 1950 m2, PB 600 m2, PB+1 plazuela de 810 m2, PB+1 800 m2, PB+2 1450 m2, PB+2 1190 m2, PB+1 920 m2, PB+1 la ranchera” 580 m2, PB+2 730 m2, PB+1 1460 m2, PB+2 1230 m2, PB+1 1860 m2, PB+1 1910 m2, PB+1 1420 m2, PB+1 670 m2, PB+2
Uso: Vivienda y comercio Vivienda y comercio Juan Carbonero” Vivienda y comercio Vivienda y comercio Vivienda y comercio Vivienda Sin uso - Vivienda y comercio Vivienda Vivienda y comercio Vivienda y comercio - Vivienda y comercio Vivienda y comercio Vivienda y comercio
Fuente de la fotografía: INFONAVIT (1988) Catálogo (INAH) Catálogo (INAH) SAM (1987) Catálogo (INAH) Catálogo (INAH) Catálogo (INAH) Catálogo (INAH) Catálogo (INAH) Catálogo (INAH) Catálogo (INAH) Catálogo (INAH) Catálogo (INAH) Catálogo (INAH) Catálogo (INAH)

TESIS DOCTORAL: La vivienda colectiva en la construcción de la ciudad de México: Casas de Vecindad y Unidades Habitacionales
edificios
diversos AUTOR: Arais Reyes Meza
que fueron Noviembre de 2015
usados como
vecindades
Detalles de las fuentes de las fotografías:
Catálogo Nacional de Monumentos Fototeca Constantino Reyes-Valerio. Instituto Infonavit. La vivienda Sociedad de Arquitectos
Ubicación: Academia 13 Aztecas 14 San Antonio Tomatlán 10 Guatemala 88 - 92 Talavera 4, 6 Margil 7 y 9
Históricos Inmuebles. INAH, CONACULTA. Nacional de Antropología e Historia (INAH). comunitaria en México. Mexicanos (SAM). Testimonio:
Nombre del edificio: “Convento de Santa Inés” “Convento del Carmen” “Colegio de las Inditas” “Real Seminario de Mineria” “Convento de Ntra. Sra. de la Merced” “Hospital de la Stma. Trinidad” Coordinación Nacional de Monumentos Coordinación Nacional de Monumentos México D.F.: Instituto renovación habitacional popular.
Superficie y plantas construidas: 1930 m2, PB+1 1740 m2, PB+1 2350 m2, PB+1 1260 m2, PB+2 (c/entresuelo) 1900 m2, PB+1 1480 m2, PB+1 Históricos, Subdirección de Catalogo y Zonas. Históricos. México, D. F. del Fondo Nacional de México: Colegio de Arquitectos
Uso: Museo Vivienda y comercio Desconocido Sin uso Vivienda y comercio Vivienda, comercio y bodega Documento de consulta interna del INAH la Vivienda para los de México, Instituto de
Fuente de la fotografía: Fototeca (INAH) Catálogo (INAH) Catálogo (INAH) Catálogo (INAH) Catálogo (INAH) Catálogo (INAH)
[fecha de consulta: 30/08/2010]. México, D. F. Trabajadores, 1988. Arquitectura y Urbanismo, 1987.

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