TRASELVELODELCOMERCIO
TRASELVELODELCOMERCIO
En este marco nos parece, que un punto nodal acerca de los orígenes de la industria en
la Argentina lo constituye la estrecha relación entre la conformación de un modelo de
desarrollo y su vinculación con el mercado externo. Así a los flujos expansivos de la
universalización de las mercancías le sucederán otros momentos signados por las crisis.
Más precisamente al intentar caracterizar los ritmos del proceso de industrialización en
la Argentina no podremos omitir los flujos y reflujos del mercado internacional, a tal
punto es su importancia que las disputas decimonónicas se suscitan alrededor del eje:
“librecambio versus proteccionismo”2. Será esta dicotomía la que sirva de detonante de
diversas polémicas públicas, sobre todo cuando los años de constricción aquejen a la
economía agroexportadora.
En consonancia con lo anterior es nuestro interés indagar las huellas del proceso de
industrialización en la ciudad de Rosario inscripto en el ciclo expansivo de la región, del
país, sin perder de vista el contexto internacional que va desde 1870-1914. En este
1
En ese sentido ver los planteos de: ROCCHI, Fernando, “En busca del empresario perdido: los
industriales argentinos” y las tesis de Jorge F. Sábato en Entrepasados, Revista de Historia, año V, nº
10, Buenos Aires, 1996; DÍAZ ALEJANDRO, Carlos, Ensayo sobre la historia económica argentina,
Amorrortu, Buenos Aires, 1977, CORTÉS CONDE, Roberto, El progreso argentino, Sudamericana,
Buenos Aires, 1979, DORFMAN, Adolfo, Historia de la industria argentina, Solar- Hachette, Buenos ,
aires, 1942, entre otros.
2
Creemos por otra parte que el vigor de estos reclamos configuró durante bastante tiempo el debate
académico centrado en la oposición entre Terratenientes versus Industriales desplazando los estudios
pertinentes -sobre todo- sobre experiencias regionales más allá del caso paradigmático de Capital Federal
o a lo sumo de la provincia de Buenos Aires.
sentido, ubicamos distintos momentos que constituyen matrices dominantes en
referencia al tema estudiado. Así la recomposición del sistema productivo regional-local
tras la crisis mundial de 1873 es el horizonte que posibilita la instalación de las
“primeras manufacturas de cierto tamaño”; en tanto el impacto de la crisis de 1890
promueve un reacomodamiento del conjunto de los actores sociales dominantes y como
corolario el arribo a la ciudad de las “grandes empresas”. Consecuentemente en los
años sucesivos estas firmas extenderán (con mayor o menor éxito) sus dominios hacia el
conjunto del mercado nacional en correspondencia con un proceso “creciente de
concentración y centralización del capital” proyectándose nuestro estudio hasta la
primera guerra mundial que da paso a un nuevo cuadro de situación. Asimismo
compartimos la hipótesis más clásica 3 sobre la coexistencia de grandes unidades fabriles
con emprendimientos pequeños y medianos que captan las fisuras, los nichos que el
mercado ofrece.
En este sentido nos parece sugerente intentar caracterizar toda la dinámica capitalista a
partir de considerar la metamorfosis de la mercancía en sus complejos procesos de
transformación y valorización del capital.4
3
Nuestro planteo en este aspecto se acerca a la opinión de DOFMAN, Adolfo, Historia de la industria
argentina, Solar- Hachette, Buenos Aires, 1942 y de JORGE, Eduardo, en Industria y concentración
económica,, Hyspamérica, Buenos Aires, 1986; PEÑA, Milcíades, Industrialización y clases sociales en
la Argentina, cuando analizan los procesos industriales centrados en Capital Federal.
4
En este sentido ver MARX, Carlos “El Capital” tomo II, “El ciclo del capital –dinero” cuando formula
que “El verdadero ciclo del capital industrial, en su continuidad, no es por lo tanto, solamente la unidad
del proceso de circulación y del de producción, sino la unidad de los tres ciclos. Para ello, es necesario
que cada una de las diferentes partes del capital vaya recorriendo sucesivamente las distintas fases del
ciclo…” pág.92.
Como es sabido los distintos sectores de la sociedad rosarina no permanecieron ajenos
al impulso “modernizante” de una sociedad capitalista que sin grandes obstáculos se
deslizaba a escala internacional. La división internacional del trabajo no sólo condicionó
el papel de Argentina en el mundo, sino también impulsó el desarrollo del mercado
interno bajo ciertos parámetros. En consideración, el desarrollo regional de fines del
siglo XIX, afín con aquel proceso, consolidó a Rosario como ciudad puerto, como polo
ferroviario, como eje articulatorio entre el mercado externo e interno que se sustentaba
en los frutos de la “pampa gringa”. En esta matriz económica se conformó una
burguesía comercial que supo vincular el patrón básico de la acumulación capitalista de
la región con la función específica de la ciudad: la rotación del capital. Sin embargo, no
fue la única vía de crecimiento. Desde antes pero sobre todo en el inicio del siglo XX, y
consecutivamente al impacto desplegado por la crisis de 1890 se instalaron en la ciudad
de Rosario un conjunto de emprendimientos industriales, que salvo excepciones muy
puntuales, no sobrepasaban el carácter manufacturero o de simples talleres artesanales.
En los años sucesivos esta actividad se fue complejizando tanto por la extensión de
rubros como por las dimensiones alcanzadas sobre todo con el aporte de nuevos
capitales extraregionales e internacionales.
Hoy se ha vuelto indiscutida la aseveración que “la economía nacional estaba basada en
el agro, pero esta actividad no era ni exclusiva ni excluyente” y en tal sentido, Dorfman
lo demuestra en 1940, cuando sostiene que la industria argentina ha crecido rápidamente
desde sus modestos orígenes a fines del siglo XIX, y que en el lapso de dieciocho años
(1895-1908) duplica el número de establecimientos, y de obreros ocupados, mientras
que el capital invertido se multiplica por tres y la potencia de maquinarias (medida en
fuerza de caballos) crece nada menos que 124 veces, revelando tanto una expansión
cuantitativa del sector, como un avance en la capitalización y tecnificación.” 11 El mismo
Jorge Schvarzer sostiene que en estos dieciocho años el promedio de crecimiento
industrial superó el 6% anual, por encima de la actividad primaria.
En este trabajo nos proponemos construir una visión panorámica del proceso de
transformación de las materias primas, que preste atención a su conformación
anatómica; y en tal sentido, enfatizamos por momentos más la descripción que el
análisis teórico, frente a la ausencia de trabajos pioneros que comprendan este proceso
11
SCHVARZER, Jorge, Nuevas perspectivas sobre el origen del desarrollo industrial argentino (1880-
1930) Ed., Bs. As., año 198, pág 84. Es de destacar que este autor propulsa una hipótesis pesimista sobre
el proceso de conformación del capitalismo agrario pampeano, por considerar que fue expansivo,
técnicamente deficiente, y encorsetado por el gran derroche de las clases dominantes locales.
de manera global. En función de este objetivo los registros censales constituyen las
fuentes cuantitativas por antonomasia, sin embargo un conjunto de dificultades emerge
de su lectura. Hemos recurrido a los Censos Municipales de 1900, 1906 y 1910,
Provinciales de 1887, Nacionales de 1895, 1914 y el de Industria de 1908. Un primer
escollo se refiere a la unidad de análisis a la que se apela para la presentación de la
información. Así por ejemplo, nos encontramos con que los Censos Nacionales de 1895
y 1914, se refieren a las provincias, como unidad de estudio sin presentar información
desagregada sobre las ciudades. En la antípoda se encuentran los Censos Municipales de
1900, 1906 y 1910 que se refieren exclusivamente a Rosario. Otro obstáculo relevante
lo constituyen las heterogéneas categorías censales que se proponen en los distintos
ámbitos y momentos. El Censo Provincial de 1887 intenta delimitar un campo
específico englobando bajo el rótulo “principales industrias”; el Industrial de 1908 de
carácter nacional -que sin embargo suscribe datos urbanos de 1910 (sic)- establece una
cifra de “fábricas y talleres”; por su parte el Censo Municipal de 1900 nos advierte que
“no es posible indicar cuantas son las casas, las empresas y compañías que se dedican a
las industrias”. Los parámetros sobre los que se construyen los censos son
evidentemente diferentes. Si bien, en el caso de los censos municipales son
cualitativamente más pormenorizados, engloban en muchos casos las dos esferas
básicas del desarrollo urbano (comercial e industrial). En este sentido creemos que esta
operatoria intelectual responde a la dificultad en captar un escenario económico
complejo, configurado por una lógica de acumulación capitalista en la cual la
metamorfosis de la mercancía se manifiesta bajo formas lo suficientemente cambiantes,
relativas a una división social del trabajo no muy extendida ni delimitada en términos
clásicos. Entonces, sólo es factible establecer tendencias generales asentadas entre
cortes intercensales, sin poder formular series; aprovechando la valiosa información
cualitativa contenida en los estudios y análisis que se acompañan.
12
Ver Censo provincial de 1887, libro IV-industria.
industriales” destinados a proveer materiales para la construcción y para el trabajo
agrícola: herrerías, carpinterías, fundiciones, fábrica de ladrillos, aserraderos, etc.
13
Los ferrocarriles Central Argentino, tienen un recorrido de Rosario a Córdoba e interior de la
República, de Buenos Aires a Rosario y Sunchales y el Oeste Santafesino de Rosario a Candelaria, San
José de la Esquina, Melincué, etc.y ponen en comunicación a Rosario con toda la República facilitando su
movimiento mercantil. Censo pág. CXVII
14
Más específicamente para el caso de nuestra ciudad la empresa de Terrarosa, Lurati y Cía sirve de
pivote entre Rosario y un conjunto de pueblos de alrededor (Carmen del Sauce, San Urbano, Venado
Tuerto, Las Tunas, Carlota, Reducción, y Río Cuarto).
Casas de Comercio de la Provincia. y para el diseño industrial esta cifra se eleva al
45,56%, 15. Como consecuencia del incremento de la demanda tanto urbano como rural
se estimula un necesario proceso de transformación de la materia prima que distingue en
su interior un conjunto de situaciones lo suficientemente heterogéneas por sus
dimensiones, formas organizativas y variedades de rubros ofrecidos, tal como lo
observamos en el cuadro adjunto que reproduce las categorías del Primer censo general
de la provincia de Santa Fe-junio 1887.
15
El resto se configura de la siguiente manera: La Capital alcanza casi el 12% de las casas de comercio
superado en número por las colonias que llega casi al 15%. San Lorenzo casi un 10%. En tanto para el
diseño industrial esta cifra se eleva al 45,56% para el caso Rosario. En la Capital es de 16,63%; Las
Colonias 36,94; San Lorenzo 14,24%. Extraído del Censo provincial de 1887.
16
Cabe recordar que los propios autores del censo estiman que las cifras aquí presentadas están
subvaluadas al menos un 50%.
24 Herrerías, broncerías, plomerías 42 92.120 3.033
25 Hojalaterías 13 89.800 4.956
26 Imprentas 8 178.000 963
27 Ingenios y fábrica de azúcar - - -
28 Licorerías, cervecerías 22 641.500 4.131
29 Fábricas de muebles 21 408.500 4.819
30 Colchonerías 5 16.500 420
31 Mercados abastos-chancherías y 12 31.760 3.512
pescaderías
32 Casa de moda 4 16.000 500
33 Marmolerías, yeserías, esculturas 7 31.500 1.200
34 Panaderías 20 237.850 6.675
35 Relojería, joyería, platería 13 159.300 2971
36 Sastrerías, sombrerías, camiserías 45 562.800 7.456
37 Saladeros - - -
38 Tintorerías 2 4.300 175
39 Tornerías, tonelerías, ebanisterías 10 11.000 660
40 Talabarterías 11 87.500 1.137
41 Zapaterías, zuequerías 51 326.500 5.557
42 Industrias diversas 30 448.900 3.872
43 Total general 517 7.584.793 93.560
Entre los albores de la década del 60´ y la década del 80´, los establecimientos
mercantiles quintuplicaron su valor, los bienes raíces se sextuplicaron y las
transacciones civiles, judiciales y mercantiles crecieron 27 veces más; surgen un
conjunto de “fábricas” y establecimientos manufactureros descriptas por este intelectual
como: fábricas de cervezas17, de aceite de maní, de aguardientes, fábricas diversas 18.
Esta visualización del progreso acaecido no le impide ponderar que: “A pesar de sus
grandes y últimos progresos, la República Argentina no es un país fabril”19
Este impulso tiene sus efectos en distintos diseños constructivos: edificios, casas
particulares, caminos férreos y puentes. El rubro de la construcción precisaba de
materiales varios (maderas y “fierros”, quebracho, y acero) que conjuntamente con
ladrillos, cal, arena, etc. eran demandados en los distintos emprendimientos. En los
nueve edificios nacionales se movilizaron un total de 1.629.000 en pesos m/n; en los
dos provinciales 280.000 pesos y en los seis municipales se gastaron 543.132 pesos. En
estos años, se construyen o se remodelan un conjunto de instituciones relacionadas con
la salud y la asistencia social, los colegios nacionales -el Colegio Nacional y el Colegio
Normal de Maestras-. En total 19 edificios motorizaron un conjunto de eslabonamientos
productivos con una suma de 2.600.000 pesos y mano de obra en abundancia, a través
de un sinnúmero de actividades: herrerías (que dan empleo a 403 individuos),
marmolerías, aserraderos (ambos con 27 operarios), carpinterías (907 trabajadores),
albañiles (2213), pinturería (269), fundiciones (679, etc., que a su vez eran demandadas
por un conjunto más cerrado de grandes empresas de la construcción. La expansión de
17
CARRASCO, op. Cit. Existe en Rosario una importante fábrica de cerveza fue premiada en las
exposiciones de Filadelfia de 1876 y de París de 1878
18
Carrasco, Gabriel op.cit. En el Rosario se fundan una fábrica de chocolate, de hielo y de tostar y moler
café. A su vez, la empresa del Ferrocarril Central Argentino instala una gran fábrica de ladrillos
mecánicos con la que ha construido las obras de la estación de la ciudad. Estos han sido expuestos en la
Feria de la Sociedad Rural Argentina y en otras ferias de Bs. As. Para el momento existen también
fundiciones de máquinas, movidas a vapor, una de las primeras es la de Don Domingo Mister Ross-
norteamericano; que ha construido varios molinos, prensas tipográficas, ha sido premiado en la
exposición Nacional de Córdoba. Por su parte, la fábrica del gas del Rosario produce grandes cantidades
de hidrógeno que se consume en la Ciudad.
19
Ibidem pág. 111
20
ROCCHI, Fernando, “El péndulo de la riqueza: la economía argentina en el período 1880-19162 en
LOBATO, Mirta, El progreso, la MODERNIZACIÓN Y SUS LÍMITES (1880-1916), Sudamericana,
Buenos Aires, 2000, pág.46
un tipo de industria asentada en la expansión de la mano de obra no significó que se
haya descuidado un rasgo particular de esta coyuntura, el impulso de introducir
“máquinas perfeccionadas” como una estrategia empresarial del segmento industrial, a
los efectos de ahorrar mano de obra y saldar el “elevado” costo salarial.
Si cruzamos la información derivada del cuadro, con otro segmento del mismo registro
censal: aporta el total de Industrias (544) y Comercio (1171) de todo el departamento de
Rosario y encontramos que del total de la Población Económicamente Activa (39.195),
la industria convoca a 12.758 trabajadores, los ferrocarriles 4.541, el comercio a 3.819
y la agricultura 1820, consignando “sin especificación “al resto. Estos datos indican,
que pese a que se halla en su infancia, la producción manufacturera gana en extensión
promoviendo al interior del espacio urbano una estructuración de clases lo
suficientemente heterogénea y contradictoria como lábil en función de la celeridad del
proceso. Para estos años la movilidad social es conceptuada por el censo de la época en
los siguientes términos:”el trabajador europeo…tiene la esperanza, no la seguridad
absoluta de elevarse sobre su propia esfera. De ser oficial llega a ser patrón” 21. Como
consecuencia de esto más de un empresario tiene sus orígenes en este tránsito, las más
de las veces de empleados calificados que con ahorro, esfuerzo e inteligencia
aprovechan las oportunidades del mercado para devenir en propietarios de pequeños y
medianos establecimientos. En otros casos cuadros técnicos y dirigenciales de grandes
empresas de capital extranjero (ferrocarriles, agua, etc.) comparten estas funciones para
luego desplazarlas hacia sus propios emprendimientos. Estos trazos permiten el
nacimiento de una burguesía asentada en la ciudad cuyos rasgos iniciales además del
carácter cosmopolita, se encuentra económicamente diversificada en el negocio de la
tierra, de bienes inmobiliarios urbanos, y también con menor énfasis en la industria,
sobresaliendo el comercio y el crédito como los ejes articuladores de todo el proceso en
gestión.
1890 viene a interrumpir ese “verdadero vértigo” regional y nacional desplegado desde
los inicios de la década anterior. Aquel desarrollo -medible en exportaciones, en
21
Censo provincial de 1887 pág.XIC.
kilómetros de vías férreas, en ingreso de inmigrantes y capitales- otra vez se visualiza
contradictorio, cuando irrumpa en el escenario nacional la crisis de la deuda externa. 22
Como corolario de la estrechez del flujo de capitales externos, la economía nacional
debe equilibrar sus cuentas, lo que redunda en una inminente reducción de las
importaciones. Esta vez, a diferencia de la anterior, Rosario y su rico hinterland
propulsa una nueva coyuntura favorable. Es el cereal y sus ascendentes exportaciones,
el que favorece un nuevo cuadro productivo, que en comunión con las políticas
intervencionistas de Carlos Pellegrini. –saneamiento de la moneda, y del sistema
crediticio en su conjunto- aventura una salida del ciclo recesivo. Por su parte, la
economía ganadera, también viene produciendo cambios operativos en su organización,
acelerando desde 1894 los procesos de mestizajes en el vacuno, y la llamada
“desmerinización” en el ganado lanar, acorde con la demanda de carne internacional y
con la instalación de las primeras industrias cárnicas en el país de origen extranjero.
22
Ver MARICHAL, Carlos, Historia de la deuda externa de América Latina, Alianza Editorial Mexicana,
1988. Explicita que los efectos de la renegociación a largo plazo a la par que refuerza la dependencia
financiera externa, orienta una mayor centralización bajo la supervisión del estado nacional de los resortes
financieros de las economías regionales, desde el momento en que el Estado Central absorbe las deudas
provinciales garantizando al gran capital externo sus frondosos dividendos.
23
CENSO MUNICIPAL DE 1900 “En Rosario se exportó el año pasado por los distintos medios
de transporte la suma de. 1.270.817 toneladas. El puerto verdadero barómetro de la riqueza de una
vasta zona. Ferrocarriles grandes arterias de progreso transportan miles de toneladas a diario.”
En este sentido, podemos siguiendo los parámetros de dicho censo, describir la
dinámica productiva con mayor énfasis, y esbozar el perfil empresarial del sector
industrial identificado con la figura del inmigrante y del capital extranjero, que a
contracara del elemento nativo emerge como gestor y protagonista de las labores
manufactureras24.
24
CENSO MUNICIPAL DE LA CIUDAD DEL ROSARIO DE SANTA FÉ DE 1900 “El temperamento
genuinamente local se manifiesta apático e inconstante con todo lo que incumbiere a las industrias.
Desde hace tiempo existían algunas fábricas y empresas, pero todas ellas permanecerían estacionarias, no
abandonando sus procedimientos primitivos, ni mejorando sus maquinarias y condiciones de trabajo y
adelanto” “capitales extranjeros más audaces en las iniciativas y más seguros en la acción…”
visualizaron… “condiciones ventajosísimas” , pág.291
Entre las manufacturas concentradas sobresalen aquellas que deben su origen a la
disponibilidad y la cercanía del producto básico como las harineras u otras que pese a
comprar sus insumos primarios en el exterior como la industria cervecera, el nivel de
consumo cotidiano estimula su expansión. Estas condiciones permiten la elaboración de
bienes de forma competitiva, conformando un renglón productivo -que según los datos
censales- sobrepasa en ventas los 1.000.000 de pesos anuales, ingresando en una fase
de sustitución del producto importado sino total, en importantes grados de avances.
25
La Germania, la destilería de Wiedenbrug Hnos., es para estos años uno de los emprendimientos mas
importante del país, en un contexto nacional donde existen 600 destilerías que dan un rendimiento de 25
millones hectolitros por año sobre un consumo que asciende a 160 millones de litros de alcohol. Esta
emplea centenares de personas, asentada en una fuerza a motor de 100 caballos, elabora una de las
mejores cervezas del país y también, por una necesidad operativa, fabrica hielo. Tiene sucursales en
Buenos Aires, Santa Fe, Mendoza, y San Juan, y puestos de ventas en todo el país. Total facturado entre
destilería, bodegas, y cervecería en el último trimestre: dos millones de pesos. Por su parte la Cervecería
alemana fundada en 1874 pasa por distintas manos hasta Schlau comande la empresa. Éste introduce
mejoras tecnológicas que le aseguran presencia de su producto en todas las provincias argentinas. Cabe
destacar que un bien primario como la malta la adquiere de Moravia Austria, y el lúpulo de Saaz
(Bohemia). También cuenta con una sucursal establecida en Tucumán, pese a contar con una fuerza
menor que la anterior (60 caballos), su capacidad de elaborar supera los 10.000 hl por año .
gran potencial. Entre las veintidós fabrican desde los finos Chartreuses, Benedictine,
Vermouths, Bitters, hasta los más vulgares y baratos. 26
En el caso de la fabricación de yerba con sus cuatro casas de comercio compite con
creces por una buena franja del mercado nacional, destacándose la figura de Martin 27
como un capitalista privilegiado que capta la lógica empresarial dominante, invierte en
distintos sectores y regiones y por cuyas redes vincula esta zona con la economía
mesopotámica-misionera y paraguaya. De menor tamaño que las anteriores sobresalen
las fabricas de confites que además son de galletitas, café. Coexistiendo de variada
forma y tamaño. Algunas de estas son una clara ilustración de la multiplicidad de
rubros concomitantes eslabonados unos con los otros en una misma unidad
manufacturera; lo que demuestra el carácter inicial del proceso en cuestión. 28.
Respecto del tipo de tecnología empleada hay una gran variedad que va desde la
apropiación de maquinarias de última generación como las fabricas de aceite que las
importan directamente desde Alemania hasta otras como la fábrica de bolsas de
alpillera que asentada en una rústica organización empresarial obtiene ganancias
considerables por ser cuasi-monopólica y soporte indispensable del proceso de
envasamiento y comericalización del cereal. Estas enormes asimetrías respecto de la
organización del trabajo y el uso de los avances técnicos se encuentran igualmente
inscriptas al interior de un mismo sector. Los tambos (53) revelan una marcada
precariedad técnico-productiva: el reparto a domicilio se hace por medio de vacas que
son guiadas por la vía pública, en tanto las cremerías, por lo menos dos se destacan por
su estructura organizativa, imitando en variedad y excelencia al producto de las
primeras capitales del mundo.
26
LICORERÍAS: El número existente es de 22. Gran potencial de esta rama radica en la fuerte demanda
que presenta la plaza. Fabrican desde los finos a Chartreuses, Benedictine, Vermouths, Bitters, hasta los
más vulgares y baratos.
27
Era yerbatero, cerealista, dueño de Cia. Eléctrica y banquero.p-300 ver LLOYD, Reginald, Impresiones
de la República Argentina en el siglo veinte, ed. LLody Frater, Londres, 1911, pág 653.
28
Describimos “La Aurora” por ser un testimonio fiel de las manufacturas concentradas: fundada en
1884, fabrica galletitas, pastillas, caramelos, y bombones, café, y especies molidas, cuenta con máquina
amasadora, dos elaboradoras, dos cortadoras, y horno automático de cadena sin fin. La producción diaria
de galletitas es de 2.000 K, con un amplio registro de marcas: “Aurora”, “Sud Africa”, “La Preferida”,
“Aida” y “Bizcochos Aurora”, a su vez produce 800 k diarios de caramelos, 500 K de pastillas, en la
sección café y especies cuenta además con 6 molinos, y 5 tostadores, pudiendo moler y tostar cada día
3000 y 2000 k respectivamente. Además posee un taller de hojalatería, otro taller mecánico y otra
sección destinada a la carpintería donde se producen los envases, envoltorios, y empaquetamientos de los
productos.
Un parágrafo especial requiere el rubro del vestido y calzado. De los 270
establecimientos relevados 114 los ubica dentro de la actividad comercial y el resto 154
a la Industria29, sin embargo la mayoría de las veces, estamos en presencia de un
proceso dual donde convive la figura del fabricante con la del comerciante y también es
factible con la del importador. Las camiserías han logrado desplazar totalmente al
producto extranjero al revés de los casimires (géneros) que se siguen importando en
total consonancia con el modelo inscripto en la división internacional del trabajo. Esta
rama empresarial -por demás de extensa- se inscribe sobre las lógicas dominantes de un
mercado jalonado socialmente, quedando pautado que las clases populares y buena
parte de los sectores medios encuentran en la ciudad la casi totalidad de los productos
necesitados o deseados por los designios de la moda. El trabajo femenino en fábrica y
sus consecuentes salarios más bajos al igual que el trabajo a domicilio y por pieza son
formas de valorización de la mercancía tan antiguas y redituables sobre todo en
contextos de gran transformación social y de inmigración masiva que prefiguran un
sistema “empresarial” lo suficientemente esparcido para regar a distintos actores en
juego.
29
Alpargaterías, Fábrica de maniquíes, Tintorerías, limpieza y compostura de ropa; otros negocios de la
moda están más relacionadas con el comercio: Abaniquerías y paragüerías, (la procedencia extranjera de
estos productos es casi nula) Casimires; Casas de Modas (se confeccionan vestidos y sombreros para
señoras y niñas), Roperías. Tiendas, mercerías y lencerías. Sombrerías, Sastrerías.
Esta ciudad, ya para el novecientos ha extendido suficientemente los hábitos de
consumo, y en algunos casos su diversidad y sofisticamiento atestiguan la versatilidad y
complejidad del proceso en marcha.
Entre los nuevos hábitos de consumo que se verifican; a los ejemplos ya mencionados,
como la búsqueda de determinadas clases de dulces, de vinos y de licores podemos
agregar la notable expansión del consumo de cerveza y también de cigarrillos. Así, las
fábricas de cigarros y cigarrillos30 ganan en expansión pues el consumo del cigarrillo
local se ha vuelto preponderante en el gusto de los rosarinos, “en ninguna parte del
mundo con relación a la población se gasta tanto dinero en tabaco como en el
municipio”31, en tanto el importante lugar que ocupa la producción de bebidas
alcohólicas consumidas en el mercado local, preocupan a Gabriel Carrasco, cuando
expresa “si la ebriedad dista mucho de constituir por ahora un problema grave entre
nosotros, conviene no obstante tenerlo en cuenta” 32. Mientras en 1875 existía un local
de despacho de bebida alcohólica cada 75 habitantes de la ciudad, en los primeros años
del siglo veinte la proporción pasó a ser de uno cada 24 habitantes. También los
procesos transformativos locales deben abarcar diferentes aspectos sociales que van
desde los festejos (religiosos, patrios, remates, etc.) que son atendidos por dos fábricas
de fuegos artificiales hasta otras dos de coronas fúnebres, que atiendan la demanda
respectiva. Sin olvidar el peso sustantivo que para los hombres de campo y también del
paisaje urbano tienen las curtiembres y talabarterías, cuyos artículos de cuero siguen
convirtiendo a este negocio en uno de los más antiguos y prósperos de la ciudad.
Si bien Rosario por su posición geográfica, por su condición de puerto y por el grueso
de la actividad local continúa siendo una ciudad eminentemente comercial, el Segundo
Censo Municipal de 1906 permite apreciar no sólo la continuidad de las actividades
industriales sino el vigoroso crecimiento de las mismas.
Censo municipal de la ciudad del Rosario de Santa Fe, sobre industrias, año 1906
30
“La Suiza” un ejemplo de ello ver censo de 1900.
31
Primer Censo Municipal de 1900, p. 319.
32
Tercer Censo Municipal de Rosario, Talleres de la República, Rosario, 1910, p. 110.
Clases de industrias Censo 1900 Censo 1906 Diferencia
I- Alimentación 111 152 + 41
II- Construcciones 82 202 +120
III- Vestido y Tocador 240 483 +243
IV- Madera, muebles y anexos 37 99 +62
V- Metales y anexos 374 434 +60
VI- Artísticos y adornos 22 37 +15
VII- Artes gráficas, papel y anexos 17 58 +41
VIII- Tejidos, cueros y pieles 24 62 +38
IX-Productos químicos, artículos sanitarios y 9 30 +21
anexos
X- Empresas industrias varias 27 52 +25
Total 943 1.609 +666
El análisis del rubro alimenticio nos lleva a pensar diferentes cuestiones: Por un lado se
sigue afirmando un proceso de sustitución de importaciones que sólo en algunos casos
será completo, los ejemplos más típicos siguen siendo el de la panificación y la cerveza,
por su parte otros establecimientos como los dedicados al aceite, las bebidas (vinos)
seguirán compitiendo con el artículo extranjero; en esta dirección la importación tanto
libre como gravada de estas sustancias, sigue en aumento año tras año.
Insistimos una vez más que las prácticas industriales que se consignan en la
clasificación Vestido y tocador continúan siendo unas de las más heterogéneas de la
plaza, muchas de estas no superan la organización de simples unidades domésticas o de
manufacturas descentralizadas. En las primeras, la transformación de la materia prima
depende del trabajo familiar, éste recae especialmente en manos femeninas,
conformando el perfil de la costurera que individualmente vende su producto al
mercado; en el segundo caso, el resultado es adquirido por fragmentos del capital
comercial y luego reinsertado en otros procesos manufactureros más complejos. Así el
desarrollo de las camiserías y de la confección en general, oculta este doble proceso:
por un lado constatamos la extensión de oficios relativos a esta actividad que se elevan
de 70 a 115 costureras, de 6 a 9 bordadoras, de 42 a 115 modistas, de 40 a 80 sastres. 33
Por otro lado asistimos a una capitalización constante, como lo demuestran las
importaciones de “materias textiles y sus artefactos” en el censo de 1906. Así unidades
productivas domésticas, talleres manufactureros descentralizados (el ejemplo más
característico son los segmentos productivos del Vestido arriba consignados) conviven
con la manufactura centralizada que está representada por solo tres fábricas de
calzados, una de zuecos y pocas de alpargatas.
Juan Álvarez confecciona el 3er. Censo Municipal de 1910 con otros parámetros que
hacen imposible la comparación con los anteriores, y en este sentido engloba en un
mismo tópico Comercio e Industria.
Asimismo discurre que si dejamos de lado los talleres ferroviarios y otras actividades
portuarias, nos encontramos con 790 establecimientos “donde se fabrica algo” y donde
trabajan más de 9500 operarios dispuestos en diferentes estratos organizativos.
Nº de empleados Nº de establecimientos
Menos de 10 430
De 11 a 50 157
De 51 a 200 23
Más de 200
4 34
Y así, los burgueses del centenario no se equivocan cuando entienden que los procesos
de sustitución de mercancías eran cuestiones de su incumbencia y desde la
34
Empresa de Aguas Corrientes (205); Casa de ropa y confección (tienda inclusive) (225); Fábrica de
cigarrillos (incluido aserradero) (336); Refinería Argentina (1301).
representación corporativa del Comercio rosarino apelan a la convocatoria del Primer
Congreso unitario del comercio y la industria de manera de hacer visible la agenda de
problemas que comportaba la creciente dinámica del mercado interno.
ESTUDIOS DE CASOS:
Si bien los primeros molinos harineros pueden rastrearse desde muy temprano en el
siglo XIX, este proceso productivo madura con la conformación de una sociedad
agraria cualitativamente más compleja. En correspondencia hacia 1878 comienza la
exportación36 de harina, cuyos niveles se mantendrán estables hasta 1889. En el bienio
89-90 el volumen exportable se cuatriplica, y es nuestra región la que aporta el mayor
caudal de ventas destinadas al mercado brasileño. Tras el corto traspié de la crisis de
1890 este producto logra colocarse en el mercado externo de manera sostenida y
creciente hasta los años de la guerra.
Para los mismos años, en la provincia de Buenos Aires (incluido Capital Federal) había
un total de 113 y 125 molinos, en los cuales se utilizaba casi en proporciones similares
el vapor o el cilindro.37 En 1892 Carlos Lix klett realiza un estudio sobre las firmas
molineras y su capacidad de producción en Capital Federal, Buenos Aires y Santa Fe.
Infiere que las empresas han desarrollado su potencial productivo pero que aun no se ha
profundizado el proceso de centralización y que en 1892 la capacidad productiva de
Capital, Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ríos era de 691.884 toneladas mientras que en
el segundo censo nacional de 1895 la producción de harina fue de 383.147 toneladas. 38
Revelando que del total de la capacidad productiva solo se utiliza un 45%. Este proceso
de acumulación capitalista (se eleva el capital constante) es caracterizado por Juan
Kornblihtt como “Concentración sin indicios de centralización”39
Entrado el nuevo siglo, los efectos a largo plazo generados por las crisis de 1890 y la
nueva reorganización de espacios y actores de la comercialización, reforzó, también en
el ámbito productivo, tanto la concentración como la centralización del capital.
El sistema de molienda con piedras fue reemplazado por los cilindros de porcelana o de
acero y así sólo los centros de mayor productividad pudieron emplear los cilindros de
porcelanas, quedando las formas de organización más primitivas reducidas a la
molienda de trigo en pequeños molinos establecidos en regiones apartadas40
37
Ver para una mayor comprensión del cambio tecnológico. FERNÁNDEZ, Sandra, Tecnología y
Cambio. La producción santafesina entre 1880 y 1910 a partir de un caso de desarrollo empresario
ligado al agro” Ed. Mimeo, 1994; “Industria Molinera en Santa Fe, modernización y cambio tecnológico
en un ámbito regional pampeano. Un estudio de caso en el cambio de siglo (XIX-XX) en
38
KORNBLIHTT, Juan; “La ley del más fuerte. Una aproximación a la centralización del capital en la
rama harinera (1870-1920) en Revista Razón y Revolución, Nº 9, 2002.pág.33
39
En este sentido seguimos la hipótesis de Juan Kornblihtt. Nos parecen operativos para comprender este
proceso productivo, la distinción hecha por Carlos Marx entre: el concepto de “concentración” como
aumento de la capacidad productiva, y el de “centralización”, el cual se refiere al proceso de
expropiación de un capitalista sobre otro.
Cuadro correspondiente al año: 1908
Localidades Nº establecimientos Piedra Cilindro Ambos
Bs. As. y Cap. Fed. 76 7 56 13
Santa Fé 33 3 28 2
Total 109 10 84 15
La crisis fue un mecanismo de selección entre los capitalistas participantes dejando por
el camino a la mitad de ellos, tanto del espacio bonaerense como del santafesino.
$ m/n
“Nacional”, - - 17.227 -
Widermuth y cia.
Henry B. Coffin y 7.453.765 4.975.302 17.227 1.020
Cia.
Marcelino Semino 4.019.750 2.411.850 11.198 412
“Nuevo” de Ferrari 516.825 275.640 1.378 176
Hnos.
Total 11.990.340 7.662.792 47.030 1.608
En el contexto de 1900 cuenta con tres molinos harineros mayoristas, y si bien esta
industria típica de la región cerealera42 se encuentra extendida en todo el hinterland
provincial y específicamente en las colonias agrícolas 43; esta descentralización
40
CENSO INDUSTRIAL DE LA REPÚBLICA ARGENTINA, Boletín Nª 17 “ La industria Harinera”,
Buenos Aires, Talleres de Publicaciones de la Oficina Metereológica Argentina, 1913, pág.14
41
En el Departamento cercano de San Lorenzo existen 14 molinos, en el Departamento General López en
San Urbano: 1, en Villa Constitución 1, en el Departamento Iriondo, en Cañada de Gómez 1, en
Carcarañá oeste 1, en Santa Teresa 2, en Amstrong 2.
42
Ver Censo Municipal de la Ciudad de Rosario de 1900. Para la elaboración diaria se necesitan 108.000
kilos de trigo.
43
En 1887 a lo largo de la zona cerealera se instalan molinos de diversas dimensiones. Departamento La
Capital, distrito Santa Fe y Emilia; Departamento San Javier en San Javier, Avellaneda y Alejandra,
Departamento Las Colonias, en Esperanza 8, en Rivadavia 1, Progreso 1, Felicia, 2, Rafaela 1, Humboldt,
1, Pilar 2, Susana 1, Franck, 1, Las Tunas 1, San Jerónimo 1, San Agustín 2 y San Carlos 6;
Departamento San José: en Cayastá 1, Departamento San Jerónimo: en Coronda 2, en Oroño 1, en
Gessler 1, Belgrano 1, San Martín 2, San Genaro 1, Irigoyen 2, ver Censo Provincial de 1887 donde se
geográfica no significa simetría organizativa ni productiva. La jerarquización creciente
al interior de la rama productiva significó también el ingreso de capitales
extraregionales al negocio molinero en consonancia con la concentración de la
comercialización de los cereales. En esta dirección, los escasos establecimientos
asentados en la ciudad de Rosario conforman una tríada que supone niveles superiores
de competitividad. Se elaboran diariamente en esta plaza alrededor de 800 bolsas de 90
Kilos de las cuales aproximadamente 350 son destinadas al consumo interno. El resto
de la producción debe buscar mercados alternativos dentro y fuera del país.
Estos emprendimientos fabriles reportan para 1900 uno de los valores agregados más
altos de la ciudad llegando a sumar 1.944.000 pesos. El valor nominal de los
establecimientos puede fijarse en $600.000 y en ellos se ocupan alrededor de 85
obreros, sin contar con el personal de escritorio. En este sentido, el censo de ese mismo
año nos brinda una idea de la organización interna de una unidad empresarial local. Si
bien no contamos con un detallado muestreo de su composición, podemos inferir a
partir del tipo de la actividad desempeñada por sus trabajadores y por el registro salarial
tres tipos de funciones: En primer lugar aquellas tareas que requieren de un grado de
especialización técnica determinada, específicamente relacionadas con el manejo de los
cilindros (maquinistas y foguistas), en un segundo orden se encuentran otras funciones
que según los haberes percibidos-un 30 % inferior- requieren de menor capacitación a la
de sus compañeros. (Embolsadores de harina, de afrecho, limpieza de trigo) y
finalmente en la base de la escala salarial encontramos un conjunto de ocupaciones en
las que sólo se requiere la utilización de la fuerza humana (ayudantes de molino y
hombreadores).
establecen firmas, propietarios, tipo de fuerza utilizada, año de fundación y valores existentes. Siendo los
más grandes los de las Tunas, “San Luis”, el de San Carlos, Pilar , Rafaela, Santa Fe, Esperanza, todos
estos establecimientos oscilan entre los 38.000 pesos m/n y 50.000 en el valor de edificios y terrenos,
pág.88, sección LIII.
Para 1910 los molinos de la ciudad se han reducido sólo a dos tras un recorte en el
puerto local de los saldos exportables de la harina de trigo en 1909 cuyos montos caen
de 221.820,444 pesos oro a 122.564,22. Esta merma es parcialmente compensada con el
creciente negocio hacia el exterior de sus derivados el afrechillo y el afrecho. El primero
de estos residuos vegetales logra trepar de 19.128.247 KL en 1908 a 33.690.769 para el
año siguiente con un equivalente en pesos oro de 402.643,04, en tanto el segundo que
viene en notable ascenso decae casi a la mitad, pese a esto sus rindes exportables
superan con creces al producto originario.44
¿Qué había ocurrido en el mercado harinero? Es evidente que no se puede pasar por alto
la apertura en 1901 de uno de los emporios molineros más grande del mundo, la
creación en Capital Federal de Molinos Río de la Plata. El grupo empresarial Bunge y
Born impone nuevas reglas de juego al interior del grupo molinero en todo el contexto
nacional. Rosario y sus agentes económicos no están ajenos a esta disputa. A su vez el
crecimiento tecnológico experimentado por el Molino Leticia de la firma Minetti S.A.
en la ciudad de Córdoba, desde finales de la primera década del siglo XX, potencia su
estrategia de marketing presionando sobre mercados consumidores más cercanos a la
ciudad de Rosario. Así sin abandonar la comercialización de sus productos en la región
norte-oeste del país, se vuelca a la captura de la franja central del país, Rosario-
Córdoba, con la compra de un molino en Marcos Juárez, que inicialmente había
pertenecido a la Molinera Agrícola Comercial S.A. asentada en Rosario.
Siguiendo a Emilio Lahitte, podemos inferir que en todo el período estudiado esta
industria experimenta una curva ascendente aunque atada a diversas fluctuaciones
relacionadas con el ritmo productivo de la región, que opera como un canon que acelera
o contrae el compás del crecimiento industrial. Por su parte el veloz crecimiento
poblacional es otro factor que estimula la producción, en la medida en que el pan, la
harina, y las pastas se convierten en el sustento básico dietario por excelencia, lo que
propicia el constante crecimiento del consumo dejando saldos exportables menores.
En este sentido, el negocio de la harina es uno de los mayores baluartes de toda la
región cerealera, por lo tanto es difícil hacer un recorte estrictamente urbano cuando
pretendemos ponderar procesos de alta complejidad económica, que combinan procesos
de transformación de la mercancía en distintos momentos y lugares.
44
Según el CENSO DE 1910 en 1908 se exportaban 19.128.247 K de afrecho, descendiendo en 1910 en
20.787.393 K. , que traducido en pesos oro significaba de 626.650,60 a 373.063,66.
Asimismo, asistimos a una pugna intra-intercapitalista entre capitales regionales que se
enfrentan por captar franjas del mercado nacional. Es notorio como Santa Fe en el año
1913 pierde relativamente terreno frente a otras ciudades y/o regiones. Si para 1895
Santa Fe produce casi el 25% del total y Capital Federal, el 28% y provincia de Buenos
Aires el 33,6%, a las puertas de la primera guerra mundial Capital Federal ha pasado a
comandar el proceso concentrando el 31 %, la sigue Buenos Aires con 24 % y Santa Fe
ha sido rezagada a un 17%, en tanto Córdoba, que parte de un piso menor en 1895 del
5,28%, alcanzaba niveles cercanos a nuestra provincia (16,88%).
¿Por qué en esta etapa los frigoríficos no se instalaron en Rosario? ¿Y qué significó
para el espacio local dicha ausencia?
45
Ver sección Transporte Congreso NACIONAL DEL COMERCIO, Rosario, 1911, PÁG. 84
Cuando analizamos el origen y la expansión de la moderna industria de la carne, nos
encontramos con sus primeras señales en la década del 80´; en tanto su período de
expansión se verifica en los primeros años del siglo XX. Tras la llegada en 1907 del
capital norteamericano comienza la llamada “guerras de las carnes” que significa un
reordenamiento al interior de las empresas frigoríficas previas. Hasta ese momento el
mercado de carnes está comandado por compañías inglesas y argentinas. La técnica del
enfriado potencia el comercio exterior, a la vez que la nueva organización empresarial
imprime en el mundo ganadero el inicio de tareas diferentes y consecutivas entre
criadores e invernadores.
Los dos frigoríficos más importantes, de origen norteamericano, se afincan en Bs. As. y
en Entre Ríos. Como consecuencia de ello el cuadro económico santafesino sigue
imbricado en una lógica “industrial” pautada por el mercado interno y expectable a
ciertos nichos dedicados a la exportación.
Otro rubro de cierta importancia son las Graserías, de las tres existentes se destaca solo
una que produce mensualmente 40.000 kilos de grasa aparte de sebo. Depósitos de
huesos y astas completan este cuadro desagregado en funciones y organización
46
Ver CENSO DE 1900.
empresarial: éste es un negocio dedicado a la exportación, único depósito de cierta
magnitud recostado en las afueras de la ciudad, que vende la suma de 200.000 astas y
4.200 toneladas de huesos.
Mil mil
Embutidos 32 56.65o 258 127.305 2.160 - 4 5 9 71
mil
Graserías 5 9700 43mil 29.300 - - - - - 9
El censo Nacional de 1914, por su parte, reconoce que la provincia de Santa Fe ingresa en
una nueva fase de su diseño rural, a tal punto potencia el sembradío de alfalfa, que se
ubica detrás de Buenos Aires; la densidad ganadera, representa un 12%, por encima de
Córdoba y Entre Ríos. Esta tendencia creciente hacia la actividad cárnica, no significa en
la ciudad ni la extinción de las manufacturas especializadas en los derivados, ni la llegada
de la unidad fabril más poderosa del país representada por el frigorífico Swiff.
47
BARSKY, Osvaldo, DJENDEREDJIAN, Julio, Historia del capitalismo agrario pampeano, T1,
Universidad de Belgrano, Buenos Aires, 2003, pág 418.
RECAPITULACION Y SINTESIS
¿Qué lugar ocupa Rosario como plaza industrial en el diseño nacional y el marco
provincial en el período bajo estudio?
Rosario, sigue los ritmos de crecimiento industrial de la región litoral-pampeana. Conformándose como
uno de sus escenarios privilegiados del país.
Ciudad Nº fábrica talleres CAPITAL Venta anual Personal
Córdoba 280 13.362.932 16.525.013 4.691
Pcia. Córdoba 902 27.807.326 32.297.440 8.590
Capital Federal 10.349 266.399.363 534.644.925 118.315
Avellaneda 404 28.545.335 91.377.821 9.412
Pcia. Bs. As. 8.647 139.166.829 290.103.625 46.642
Rosario 844 26.336.244 86.181.718 10.936
Pcia. de Santa Fe 2.951 49.613.200 135.299.200 21.175
Censo de 1908- comparación entre las ciudades y provincias más importantes del país.
En tanto, como bastión económico de la provincia, esta ciudad aporta con creces a su
desarrollo. En este sentido observar el progreso de los procesos de sustitución de
importaciones desde épocas tempranas en el marco nacional y santafesino ayuda a
comprender la tendencia general; los cortes intercensales 1887-1913 revelan una imagen
mas acabada de la anatomía industrial de la provincia de Santa Fe.
Rubros 1887 1895 1913
Alimentación 300 559 2.306
Vestido y Tocador 283 537 902
Construcciones 519 535 1.089
Muebles y anexos 123 229 564
Artística y ornomato 44 75 111
Metalúrgicas y anexo 314 531 477
Productos químicos 10 30 53
Artes Gráficas 30 38 170
Fibras, hilos y tejidos --- --- 10
Varias industrias 109 144 147
Total 1.732 2.678 5.829
Como corolario de estas apreciaciones puede esgrimirse que Rosario sigue los
lineamientos del proceso de industrialización nacional. La industria incipiente sustituyó
alimentos y bebidas importadas, tanto como diversos rangos de textiles, vestuario y
materiales de construcción. A su vez los sectores de mayor complejidad técnica son: los
ferrocarriles y las industrias fabriles de transformación de bienes primarios (refinería de
azúcar, molinos harineros) tanto como las manufacturas centralizadas (fábrica de
cigarrillos, licorerías, cervecerías, fidederías, fábrica de yerba mate, y algunos estratos
del vestido y calzado utilizaron tecnología integralmente importada.
Así para el final del período, encontramos encumbrados hombres de negocios que
presentan una tipología empresarial mas definida como industrial, aunque no abandonen
otras formas de acumulación capitalista. El caso de Martin, líder de las plantaciones de
yerba mate, o de los Wildermuth hnos., seguidos por Preumayer y cia. en el negocio
molinero, o el propio Federico Meiners en el negocio del cuero, son ejemplos de las
oportunidades que brinda un proceso de violenta transformación económica cuyo motor
es el campo. En tanto la propia ciudad, opera como vector de la demanda, el negocio de
la construcción convoca a diversos estratos empresariales. Así, nacen grandes
compañías como Topping, Seavill and McLaren que se hacen cargo de las obras de
ingeniería más importantes de la ciudad, incluso de construcciones agrícolas, de
puentes, tanques, reparaciones de maquinarias agrícolas e industriales, otras como la
fundición del Sr. Righetti – Zanini, se especializan en columnas de hierro, verjas,
balcones, estufas y cocinas, aunque la materia prima principal dependa de las
importaciones de hierro en barras.
Todas estas cuestiones referencian una vez más que el período estudiado construye una
estructura compleja y jerarquizada donde conviven: escasas unidades fabriles con el
mayor desarrollo técnico y organizativo del momento, sobresaliendo como caso
emblemático el de Refinería, y otros segmentos industriales en los cuales el índice
numérico ha disminuido debido a una mayor concentración y centralización del capital -
proceso que atraviesan el sector harinero y aceitero tanto como las empresas de
servicios y los talleres ferroviarios-; con un conjunto diferenciado de manufacturas en
un proceso de constante transformación tecnológica visible a la hora de de procesar el
ingreso de maquinarias de origen europeo, pero limitado a la transposición de éstas a
estructuras organizativas precarias: edificios más cercanos a galpones que a verdaderos
centros industriales, ordenación de las tareas laborales construidas bajos viejos
parámetros cuyo soporte básico siguen siendo los oficios artesanales. Un ejemplo de un
proceso de escasa centralización productiva es el negocio de transformación de la carne,
que solo al final del período logra constituir en la plaza establecimientos especializados
en el envasado de carne.
Estas características dominantes del paisaje urbano industrial, no significan que los
procesos de transformación de la materia prima no se hayan consolidado lo suficiente
como para pensar que esta ciudad dentro de esta región estaba ingresando a un conjunto
de precondiciones específicas -aunque no haya recibido de los poderes nacionales y
mucho menos provinciales el apoyo necesario- tan progresivas como contradictorias.
Cada vez más lejos de los índices de Capital Federal, y más cercana a su cordón
circular Avellaneda, esta ciudad hasta 1914 ocupó holgadamente el papel de segunda
ciudad de la República, no únicamente por su comercio sino también por los procesos
de sustitución en marcha. A su vez, la composición de una industria extensiva, liviana,
agroindustrial bajo el canon de modelos técnico-organizativos poco eficientes, tanto
como la idea de alentar exclusivamente a las “industrias naturales” dan cuenta que el
desarrollo de industria pesada, química y textil, no tienen cabida en el modelo de
producción capitalista anclada en los vaivenes de un orden internacional con relaciones
mutuas complejas, contradictorias pero sometida a la lógica de la dominación de los
países centrales, más precisamente de Inglaterra.