Definiciones de Antítesis y refutación y su
validez dentro de la argumentación.
Lic. Mara J. Benítez Escobar
[email protected]Contenido
El rol de la Antítesis dentro de un argumento. ................................................................................... 2
a) Situaciones de carácter interpersonal: ....................................................................... 3
b) Situaciones de carácter social ........................................................................................ 3
c) Situaciones técnicas: ......................................................................................................... 3
d) Situaciones académicas: .................................................................................................. 3
Estructura de los textos argumentativos ........................................................................................... 4
1. Presentación o introducción .................................................................................... 4
2. Exposición de la tesis ................................................................................................... 4
3. Cuerpo argumentativo y antítesis ........................................................................ 5
4. Conclusión ............................................................................................................................... 6
¿Cómo se hace? ......................................................................................................................... 6
I. Conectores contra-argumentativos ........................................................................ 11
Refutación. ................................................................................................................................. 13
Bibliografía ........................................................................................................................................ 16
1
El rol de la Antítesis dentro de un argumento.
Recordemos, la argumentación es un modo de organizar el discurso que
pretende conseguir la adhesión de un auditorio a las tesis u opiniones que
sostiene el autor. La argumentación se utiliza normalmente para
desarrollar temas que se prestan a cierta controversia.
La argumentación se identifica con el enunciado de un problema o
situación que admite posiciones a favor o en contra de una tesis (opinión
que se defiende). Argumentar es, por tanto, aportar razones para
defender una opinión.
Toda argumentación tiene un carácter dialógico, es decir, presupone
un diálogo con el pensamiento del interlocutor para transformar su
opinión (tesis y argumentos, por un
lado; antitesis y contraargumentos, por el otro). Por ello se ha de
presuponer la existencia de dos o más interlocutores (el escritor y su/s
oponente/s). De aquí se deduce la necesidad de tener en cuenta al
destinatario (identificarlo, conocer sus gustos y valores, prever su
opinión...) para seleccionar los argumentos o premisas más adecuados
y eficaces, y para contraargumentar (exponer razones que
contrarresten o invaliden los razonamientos ajenos).
Como práctica social, la argumentación implica una forma específica de
interacción ante la presencia de una discrepancia o conflicto. Tanto en la
participación en distintas instancias de la vida pública como en el ámbito
privado, la argumentación ofrece una alternativa a las formas directas de
la imposición o la violencia para resolver situaciones problemáticas en las
que no existe consenso. Desde un punto de vista pragmático, la
argumentación es un acto de habla complejo cuyo propósito es contribuir
a la resolución de una diferencia de opinión.
2
Por otro lado, la argumentación, por importante que sea en un texto,
suele combinarse con otros modos de organizar el discurso, como
la explicación o la descripción, para conseguir un texto más eficaz y
dinámico. Así ocurre en el ensayo, en el que predomina el procedimiento
argumentativo en combinación con la exposición. Otros textos en los que
se emplea con profusión la argumentación son los textos científicos, los
jurídicos y algunas modalidades de textos técnicos, por ejemplo el informe
(ver "Modelos de textos").
El discurso argumentativo, pues, se realiza en una amplia variedad de
formas textuales que apelan a recursos muy diversos y poseen distinto
grado de complejidad. Las situaciones más comunes en que se emplea la
argumentación son las siguientes:
a) Situaciones de carácter interpersonal: vida cotidiana (discusión entre
dos personas con diferente punto de vista), entrevista laboral, etc. Se
caracterizan por la utilización de un discurso poco planificado.
b) Situaciones de carácter social: cartas al director, artículos de opinión,
manifiestos, anuncios publicitarios, debates, mesas redondas... Emplean
un discurso más planificado y estructurado, con una gramática más
elaborada y precisa.
c) Situaciones técnicas: ámbito científico, jurídico y administrativo...
(Artículos de investigación, tratados, instancias, alegatos, sentencias,
demandas...). Usan estructuras muy formalizadas, en un discurso técnico.
d) Situaciones académicas: los exámenes, informes, trabajos académicos
(ver "Modelos de textos").
3
En el ámbito académico (exámenes, informes, trabajos académicos)
saber argumentar bien es imprescindible para defender con éxito la
posición que se sostiene. Para ello, es importante examinar los posibles
argumentos de los contrincantes y buscar argumentos sólidos que
defiendan nuestras conclusiones.
Estructura de los textos argumentativos
Los textos argumentativos, como los expositivos, basan una parte
importante de su efectividad en la buena organización de las ideas con
las que se pretende convencer o persuadir. De entre las variadas formas
con las que se puede manifestar este modo de organizar el discurso,
analizaremos la estructura más habitual establecida ya en la Antigüedad
por la retórica clásica. Todo texto argumentativo se articula en torno a
cuatro partes fundamentales:
1. Presentación o introducción
Tiene como finalidad presentar el tema sobre el que se argumenta, captar
la atención del destinatario y despertar en él el interés y una actitud
favorable.
2. Exposición de la tesis
La tesis es la postura que se mantiene ante el tema. Puede aparecer al
principio o al final del texto y es el núcleo de la argumentación.
Una tesis puede ser una opinión subjetiva, en el caso de la argumentación
informal; en cambio, si se trata de un trabajo académico de investigación,
la tesis tiene que ser una hipótesis científica. Cabe destacar que una tesis
que no se apoye en argumentos racionales no constituye una
argumentación académica. Solamente los datos objetivos o las
4
afirmaciones demostrables científicamente constituyen argumentos
válidos en un texto científico-técnico.
Al defender una opinión suele adoptarse una de estas tres posturas
argumentativas:
a) Postura positiva: el emisor-argumentador aporta argumentos que
apoyan su tesis (argumentación positiva o de prueba).
b) Postura negativa: se ofrecen razones que refutan o rechazan
argumentos contrarios al propio punto de vista (argumentación negativa
o de refutación).
c) Postura ecléctica: se aceptan algunas razones ajenas (concesiones)
y se aportan argumentos propios.
3. Cuerpo argumentativo y antítesis
Una vez expuesta la tesis, empieza la argumentación propiamente dicha.
Se trata bien de justificar la tesis con la presentación de pruebas y
argumentos variados (argumentación positiva), refutar la tesis contraria,
o admitir algún argumento contrario (concesión) para contra-argumentar.
Con el objetivo de lograr persuadir al destinatario, el emisor puede
desplegar una serie de estrategias argumentativas. Puede recurrir a las
citas de autoridad y a la ejemplificación, a la analogía, a la exposición de
las causas y las consecuencias que comporta la adopción de sus ideas, al
refuerzo de su opinión mediante datos objetivos (como, por ejemplo,
resultados estadísticos o sondeos), o a la discusión y desestimación de
posibles objeciones a la tesis adoptada.
5
4. Conclusión
Se recuerda al interlocutor la tesis, las partes más relevantes de lo
expuesto y se insiste en la posición argumentativa adoptada.
En las argumentaciones escritas (textos científicos y técnicos,
humanísticos, ensayos...), los esquemas más utilizados son:
a) Argumentación deductiva. Presenta una orientación demostrativa:
se parte de una o varias ideas generales (tesis) para llegar a una
conclusión (que reafirma la tesis de partida o propone nuevas tesis)
mediante la presentación de hechos, pruebas y argumentos.
b) Argumentación inductiva. Se parte de la presentación de una serie
de argumentos y, tras análisis y razonamientos variados, se llega, a modo
de conclusión, a una tesis que se infiere de dichos argumentos.
c) Argumentación mixta. Contiene a la vez elementos del esquema
deductivo y del inductivo. Se formula al principio la tesis, se muestran
hechos, casos o razonamientos que la confirmen y, al final, se repite la
tesis, casi siempre con alguna variante.
¿Cómo se hace?
A. Explorar la cuestión
El primer paso es la indagación; antes de empezar a escribir un
texto argumentativo hay que explorar la cuestión, es decir, el
problema o situación que admite posiciones a favor o en contra de
una tesis, y considerar las diversas posiciones. Para ello se
requiere:
6
a) Explorar los argumentos sobre todos los aspectos de la
cuestión
Nuestra tarea consiste en dar una opinión bien informada que pueda ser
defendida con argumentos sólidos. Nos informaremos sobre la cuestión,
leeremos artículos y hablaremos con personas con diferentes puntos de
vista. Así empezaremos también a formular argumentos propios.
b) Cuestionar y defender la tesis
Tendremos que examinar también los argumentos a favor y en contra
de la tesis. Hay que convencer al lector de que los argumentos son
ciertos, y de que la tesis deriva coherentemente de ellos.
c) Revisar y reconsiderar los argumentos
Después de haber decidido la conclusión que queremos defender y de
haber explorado los argumentos, tenemos que pensar en la forma más
adecuada de organizarlos: es eficaz discriminar los argumentos fuertes
frente a los débiles.
B. Ordenar los puntos principales
Supongamos que hemos llegado a una tesis que pensamos que
podemos defender adecuadamente. Ahora hace falta organizar el texto
de manera que trate todo lo necesario; prepararemos el esquema.
a) Explicar el problema
Empezamos presentando la pregunta a la que queremos responder. En
el ejemplo que proponemos más adelante, la pregunta implícita sería:
"¿Vulnera la ley de extranjería española la Declaración Universal de los
Derechos Humanos?"
7
A continuación, explicamos por qué es importante. También hay que
considerar al público al que nos dirigimos.
b) Formular una propuesta o afirmación definitiva
Si estamos formulando una propuesta, tenemos que ser específicos.
Expondremos, en primer lugar, nuestra afirmación de una manera
simple y, a continuación, ofreceremos tantos detalles como sea
necesario. Hay que formular de manera clara cuál es nuestro propósito.
c) Desarrollar los argumentos de un modo completo
Una vez que hayamos aclarado la importancia de la cuestión que
estamos tratando, y una vez que hayamos decidido exactamente lo que
nos proponemos hacer, estamos en condiciones de desarrollar el
argumento principal.
Planificar es importante. Un argumento bien desarrollado es mejor que
tres argumentos tan sólo esbozados.
d) Examinar las objeciones (contraargumentos)
Hay que anticiparse a preguntas escépticas. De este modo, podemos
matizar la tesis de partida.
La mayoría de las tesis no tienen un solo efecto, sino muchos. Tenemos
que examinar qué desventajas puede tener nuestra tesis
(anticipándonos a las desventajas que otros puedan argumentar como
objeciones). Argumentaremos que las ventajas superan a las
desventajas (y nos aseguraremos de que realmente lo hacen) y
trataremos de responder a las críticas más fuertes o más comunes.
8
C. Escribir el texto argumentativo
Una vez explorada la cuestión y desarrollado un esquema, es el
momento de escribir el texto.
a) Seguir el esquema
Seguiremos el esquema que hemos desarrollado y no pasaremos de un
punto a otro, si éste debe venir más tarde.
b) Formular una introducción breve
La introducción debe ser breve y precisa; no puede ser una introducción
demasiado general.
c) Exponer los argumentos de uno en uno
Como regla general, expondremos un argumento por párrafo. Incluir
muchos puntos diversos en el mismo párrafo sólo confunde al lector y
hace perder aspectos importantes. Usaremos el argumento principal
para plantear los párrafos.
Un buen ensayo primero explica la importancia de la cuestión, luego
formula la tesis y finalmente dedica un párrafo (o, a veces, varios
párrafos) a cada una de las premisas.
d) Claridad
Las cuestiones que a nosotros nos parecen que están relacionadas, a
algún lector le pueden parecer totalmente desvinculadas. Es, por tanto,
esencial explicar las conexiones entre las ideas, aun si nos parecen
absolutamente claras.
9
e) Apoyar las objeciones con argumentos
Además de desarrollar nuestros propios argumentos de una manera
cuidadosa y completa, también desarrollaremos en detalle los posibles
contraargumentos, si bien de un modo no tan completo como los
argumentos a favor de la postura defendida.
f) No afirmaremos más de lo que hemos probado
Terminaremos sin prejuicios. Muy rara vez responderemos a todas las
objeciones de manera adecuada, y siempre pueden aparecer nuevas
objeciones, que no podemos infravalorar.
D. Evitar las falacias
Las falacias son errores en los argumentos. Llamar a algo una falacia
normalmente es sólo otra manera de decir que viola una de las reglas de
los buenos argumentos que acabamos de exponer. Por ejemplo: si en el
desarrollo de los puntos principales se generaliza a partir de una
información incompleta (punto c) o si no se examinan las objeciones
(punto e).
* Importancia de los conectores argumentativos en el texto
académico
La función básica de los textos argumentativos es presentar una serie de
informaciones de manera convincente para guiar al lector hacia las
conclusiones que nos interesan. Es imprescindible por ello relacionar las
secuencias textuales entre sí.
De acuerdo con las funciones que realizan los conectores argumentativos,
distinguiremos tres grupos distintos:
10
I. Conectores contra-argumentativos
a) Expresiones conectivas cómo aunque, a pesar de (que), pese a
(que) y si bien (de las que aunque es el conector prototípico).
b) Conectores como pero, sin embargo, no obstante, ahora bien, con
todo, aun así o de todas formas (pero es el representante paradigmático
de este grupo).
c) Grupo formado por conectores tales como mientras que, en
cambio y por lo contrario (básicamente modifican en el segundo miembro
algún aspecto de lo formulado en el primero)
II. Conectores consecutivos
a) Conectores integrados en la oración (que presentan la
conjunción que): así que, de modo que, de manera que, por lo que, de
ahí que, etc.
b) Conectores de tipo parentético: por ello/eso, por ese/ tal/ dicho
motivo/ razón/ causa, por (lo) tanto, en consecuencia, por consiguiente,
por ende, pues, así pues.
III. Conectores aditivos
a) Conectores que introducen un nuevo aspecto o punto de vista del tema
que se está tratando sin valorarlo desde el punto de vista
argumentativo: asimismo, igualmente, de igual/ mismo modo, por otra
parte, por otro lado, por su parte, a su vez.
b) Conectores que introducen un nuevo aspecto informativo del tema,
presentándolo como más fuerte desde el punto de vista argumentativo
11
que los aspectos anteriores: además, encima, por añadidura, por demás,
incluso, inclusive.
12
Refutación.
Refutación es hallar el error en una argumentación general y explicar el
mismo mediante el uso de citas, razones o pruebas.
La refutación es un enunciado, una afirmación, que tiene la siguiente
estructura lógica:
A partir de una Hipótesis (=H) se pueden inferir Conclusiones (=C)
Y si estas Conclusiones no se dan (¬C)
Entonces la Hipótesis tampoco se da (¬H)
Como ejemplo:
Hipótesis (H): "todos los cisnes son blancos" y "en mi jardín hay ahora
un cisne"
Esto implica
Conclusión (C): "El cisne en mi jardín es blanco"
Y afirmo
No Conclusión (¬C): "El cisne en mi jardín es negro"
Esto implica
No Hipótesis (¬H): " no todos los cisnes son blancos"
13
En la nomenclatura de la lógica proposicional :
H = Hipótesis, premisa, teoría, conjetura,... C = Conclusión,
predicción, enunciado básico, instancia refutadora, ...
La refutación es una tautología. Demostrado por la columna de la
última implicación, en la que todos los valores son verdaderos.
Las conclusiones Falsas no pueden destruir una afirmación refutadora. En
las líneas 2 y 4 las conclusiones son Falsas y sin embargo, la afirmación
como un todo sigue siendo verdadera. Por eso el Modus tollendo
tollens representado aquí, es irrefutable, tanto lógica como
empíricamente, tal como sucede también con los teoremas matemáticos.
Retomando nuestro ejemplo de los cisnes, la afirmación que hemos hecho
"El cisne en mi jardín es negro", puede ser verdadera o falsa. Desde un
punto de vista estrictamente lógico, no importa si es verdadera o
falsa puesto que la refutación es tautológica, verdadera en los 4 casos
posibles. Tampoco importa si hay o no hay un cisne en mi jardín. Basta
que sea potencialmente posible.
14
Diferente es la situación de hecho. Aquí si importa si la afirmación "El
cisne en mi jardín es negro", es verdadera o falsa. Si se
considera verdadera, entonces se ha producido una refutación de hecho.
También denominada refutación empírica, puesto que depende de
la experiencia concreta que tengamos al observar nuestro jardín.
En resumen, es necesario distinguir entre
refutaciones lógicas y empíricas. Las empíricas nunca son concluyentes,
definitivas. Son inciertas, inseguras, cuestionables.
Quien supo distinguir muy bien entre refutación lógica (tautológica)
y empírica (de hecho) fue Albert Einstein en su disertación Geometría y
experiencia (Geometrie und Erfahrung (1921), pp. 3 ss.):
"En la medida en que los enunciados de la Matemática se refieren a la
realidad, son inciertos; en la medida en que sean ciertos, no se refieren
a la realidad."
15
Bibliografía
ARNOUX, E.; DI STEFANO, M.; PEREIRE, M.C. (2000) Prácticas de Lectura y Escritura en
la Universidad. UBA (Universidad de Buenos Aires).
CALSAMIGLIA, H.; TUSÓN, A. (1999) Las cosas del decir. Barcelona: Ariel.
MONTOLÍO, E.; FIGUERAS, C.; GARACHANA, M.; SANTIAGO, M. (2000) Manual práctico
de escritura académica. Barcelona: Ariel.
WESTON, A. (1994) Las claves de la argumentación. Barcelona: Ariel.
Vínculos
http://www.lettres.net/cours/txt-argu.htm
(Le texte argumentatif: une synthèse ) Ofrece una síntesis de lo que es la
argumentación; aparecen links con definiciones de las palabras clave en la
argumentación. En francés.
http://www.geocities.com/estudiscurso/silvestri1.html
Página elaborada por el Instituto de Lingüística de la Facultad de Filosofía y Letras,
Universidad de Buenos Aires. Expone las dificultades en la producción de la
argumentación razonada en el adolescente y las falacias del aprendizaje.
http://www.profesoracorchado.com/redaccion.htm
Página sobre la lengua española. Ofrece mucha información sobre distintos aspectos de
la lengua: gramática, ortografía, redacción (exposición, argumentación, descripción,
narración).
https://es.wikipedia.org/wiki/Refutaci%C3%B3n
16