Psicología y Salud: Estudios 2011
Psicología y Salud: Estudios 2011
ISSN: 2171-2069
Número 1
Enero de 2011
REVISTA IBEROAMERICANA
DE
PSICOLOGÍA Y SALUD
Revista oficial de la
SOCIEDAD UNIVERSITARIA DE INVESTIGACIÓN EN PSICOLOGÍA Y SALUD
Directores Asociados
Ramón Arce, Univ. de Santiago de Compostela. Coord. del Área de Psicología Social. [email protected]
Gualberto Buela-Casal, Univ. de Granada. Coordinador del Área de Salud. [email protected]
Francisca Fariña, Univ. de Vigo. Coordinadora del Área de Intervención. [email protected]
José Carlos Núñez, Univ. de Oviedo. Coordinador del Área de Evaluación. [email protected]
Antonio Valle, Univ. de A Coruña. Coordinador del Área de Educación. [email protected]
Consejo Editorial
Rui Abrunhosa, Univ. de Minho (Portugal). Matías López, Univ. de Oviedo.
Leandro Almeida, Univ. de Minho (Portugal). María Ángeles Luengo, Univ. de Santiago de
Luis Álvarez, Univ. de Oviedo. Compostela.
Constantino Arce, Univ. de Santiago de José I. Navarro, Univ. de Cádiz.
Compostela. Miguel Moya, Univ. de Granada.
Jorge L. Arias, Univ. de Oviedo. José Muñiz, Univ. de Oviedo.
Alfonso Barca, Univ. de A Coruña. Mercedes Novo, Univ. de Santiago de
Jesús Beltrán, Univ. Complutense de Madrid. Compostela.
María Paz Bermúdez, Univ. de Granada. Eduardo Osuna, Univ. de Murcia.
Alfredo Campos, Univ. de Santiago de Darío Páez, Univ. del País Vasco.
Compostela. Wenceslao Peñate, Univ. de La Laguna.
Miguel Angel Carbonero, Univ. de Valladolid. Antonieta Pepe-Nakamura, Univ. Luterana do
Juan Luis Castejón, Univ. de Alicante. Brasil.
José Antonio Corraliza, Univ. Autónoma de Manuel Peralbo, Univ. de A Coruña.
Madrid. Luz F. Pérez, Univ. Complutense de Madrid.
Francisco Cruz, Univ. de Granada. María Victoria Pérez-Villalobos, Univ. de
Fernando Chacón, Univ. Complutense de Concepción (Chile).
Madrid. Isabel Piñeiro, Univ. de A Coruña.
Jesús de la Fuente, Univ. de Almería. Antonio Andrés-Pueyo, Univ. de Barcelona.
Alejandro Díaz Mújica, Univ. de Concepción Luisa Ramírez, Fundación Universitaria Konrad
(Chile). Lorenz (Colombia).
Francisca Expósito, Univ. de Granada. Francisco Revuelta, Univ. de Huelva.
Ramón Fernández Cervantes, Univ. de A Coruña. Susana Rodríguez, Univ. de A Coruña.
Jorge Fernández del Valle, Univ. de Oviedo. Francisco J. Rodríguez, Univ. de Oviedo.
Manuel Fernández-Ríos, Univ. Autónoma de José María Román, Univ. de Valladolid.
Madrid. Manuel Romero, Univ. de A Coruña
José Jesús Gázquez, Univ. de Almería. Pedro Rosário, Univ. de Minho (Portugal).
Antonia Gómez Conesa, Univ. de Murcia. Ramona Rubio, Univ. de Granada.
Luz González Doniz, Univ. de A Coruña. Marithza Sandoval, Fundación Universitaria
Julio A. González-Pienda, Univ. de Oviedo. Konrad Lorenz (Colombia).
Alfredo Goñi, Univ. del País Vasco. Francisco Santolaya, Presidente del Consejo
María Adelina Guisande, Univ. de Santiago de General de Colegios Oficiales de Psicólogos.
Compostela. Dolores Seijo, Univ. de Santiago de Compostela.
Silvia Helena Koller, Univ. Federal de Rio Juan Carlos Sierra, Univ. de Granada.
Grande do Sul (Brasil). Jorge Sobral, Univ. de Santiago de Compostela.
Pedro Hernández, Univ. de La Laguna. Francisco Tortosa, Univ. de Valencia.
Juan E. Jiménez, Univ. de La Laguna. María Victoria Trianes, Univ. de Málaga.
Serafín Lemos, Univ. de Oviedo.
CONTENIDOS
Artículos
Abstract Resumen
With the aim of contrasting the efficiency Se diseñó un estudio para contrastar la
of the reality criteria in the assessment of the eficacia de los criterios de realidad en la evaluación
credibility of the testimony in violence against de la credibilidad del testimonio en casos de
woman cases, a study was design. In this line, the violencia de género. En concreto, se contrastó la
efficacy of the Global Evaluation System (GES) efectividad del Sistema de Evaluación Global
adapted to violence against woman cases was (SEG) para casos de violencia de género con el
compared with the standard procedure used, the procedimiento estándar basado en el SVA/CBCA.
SVA/CBCA. For this, the statements of 25 real Para ello, se tomaron las declaraciones de 25
victims of gender violence, confirmed by a judicial mujeres víctimas de violencia de género,
sentence, and 25 from mock victims, were confirmadas por sentencia judicial, y 25 de mujeres
collected. The results showed that the reality criteria no víctimas, que inventaban una declaración. Los
discriminated between real and mock victim resultados mostraron que los criterios de realidad
statements. In relation to the validity of the discriminaban entre declaraciones reales e
statements, results revealed that the procedures inventadas. Por lo que se refiere a la validez de las
based on two statements (i.e, GES) were more declaraciones, los resultados pusieron de manifiesto
productive in the detection of fabricated statements que los procedimientos basados en dos
than those based in one statement (i.e., SVA). declaraciones (i.e., SEG) eran más productivos en la
Finally, data supported that the reality criteria of the detección de declaraciones inventadas que los
GES specific for gender violence cases were more basados en una declaración (i.e., SVA). Finalmente,
efficient in differentiate real from fabricated los resultados apoyaron que los criterios de realidad
statements, than the reality criteria of the CBCA. para casos de violencia de género del SEG eran más
eficaces en la discriminación entre declaraciones
Keywords: Credibility, Reality criteria, reales e inventadas, que los criterios de realidad del
Testimony, Statement, Violence against women, CBCA.
Maltreatment.
Palabras clave: Credibilidad, Criterios de realidad,
Testimonio, Declaración, Violencia de género,
Maltrato.
Introducción
lado, se ha observado que factores tales como la familiaridad con el evento relatado
(Blandon-Gitlin, Pezdek, Rogers, y Brodie, 2005; Pezdek et al., 2004), el entrenamiento
en los criterios (Vrij, Akehurst, Soukara, y Bull, 2002), la edad (Vrij et al., 2004), y
determinados patrones o trastornos de personalidad (Böhm, 2005; Böhm y Steller, 2008;
Lee, Klaver, y Hart, 2008), pueden afectar las puntuaciones obtenidas mediante esta
técnica. Además, no todos los criterios del CBCA parecen ser igual de útiles en la
discriminación de ambos tipos de testimonios (p.e., Lee et al., 2008; Vrij, 2005). Estas
discrepancias en los resultados podrían deberse, de acuerdo con Bensi et al. (2009), a
los diferentes enfoques metodológicos empleados en los estudios experimentales.
Sin embargo, a pesar de la potencialidad de este instrumento para la práctica
forense, dado que su diseño original estaba dirigido al análisis de la realidad de
declaraciones de menores víctimas de abusos sexuales, su traslado y aplicación a
casuísticas distintas ha de hacerse con suma cautela. Este hecho motivó que Arce y
Fariña (2006a, 2009; Arce, 2010; Arce, Fariña, y Vivero, 2007) desarrollaran y
validaran una adaptación del Sistema de Evaluación Global (SEG) (Arce y Fariña,
2005, 2006b, 2006c) para la evaluación forense de la credibilidad del testimonio en
casos de violencia de género. Las categorías de validez, resultantes de la combinación
de criterios del Statement Reality Analysis, SRA (Undeutsch, 1967, 1988); del
Statement Validity Analysis, SVA (Steller, 1989; Steller y Boychuk, 1992; Steller,
Raskin, Yuille, y Esplin, 1990) y de los criterios que Arce y Fariña (2006a, 2009; Arce,
2010; Arce, Fariña, y Vivero, 2007) concretaron a partir el estudio de la jurisprudencia
española, fueron creadas y confeccionadas siguiendo las normas redactadas al respecto
por Anguera (1990), dando lugar a un sistema categorial mutuamente excluyente, fiable y
válido, en lo que Weick (1985) ha denominado como sistemas de categorías metódicas.
Por su parte, adoptando esta misma metodología, crearon un sistema metódico de
criterios de realidad fruto de la combinación de las categorías del Criteria Based
Content Analysis, CBCA (Steller y Köhnken, 1994) a las que añadieron categorías
complementarias de Arntzen (1970), Szewczyk (1973), Trankell (1972), del SRA
(Undeutsch, 1967, 1988), del listado de criterios ampliados del Reality Monitoring, RM,
por Spörer (1997), y de los criterios de realidad de Arce y Fariña específicos de casos de
violencia de género.
Ante este estado de la literatura, hemos llevado a cabo un estudio con el objeto
de comparar, en casos de violencia de género, la eficacia del modelo de evaluación de la
realidad de la declaración más contrastado, el CBCA, pero que no es específico de casos
de violencia de género, ni ha sido verificado en este contexto, con el SEG adaptado para
casos de violencia de género.
Método
Participantes
Las declaraciones sobre los hechos objeto de la denuncia fueron tomadas de 50
mujeres, 25 de ellas provenientes de casos reales acorde a una resolución judicial firme,
con una edad media de 40,46 años, que fluctuaba entre los 19 y los 64 años (M = 40,46;
DE = 10,46). Las otras 25, con historial de convivencia en pareja y que sostenían no
haber sido objeto de violencia de género, tenían una edad promedio de 32 años, con un
rango que oscilaba entre los 22 y los 73 años (M = 32,24; DE = 13,71).
Diseño
La metodología de investigación empleada fue del tipo experimental con casos
de archivo y de un contexto experimental. Concretamente, se planificó un diseño para el
contraste de la memoria de casos reales de violencia de género, tomada de casos de
archivo, con la memoria de declaraciones inventadas, tomada de víctimas irreales.
Procedimiento
Las evaluaciones y declaraciones verdaderas de casos reales fueron tomadas de
casos judiciales de violencia de género, en el que se recabó el testimonio de la
denunciante, pero no formaba parte la prueba forense demandada por el juzgado y, por
tanto, no formó parte de las pruebas de acusación. Se consideraron evaluaciones y
declaraciones verdaderas todas aquellas en las que convergían dos criterios: la
conformidad del acusado con la condena solicitada por la Fiscalía, esto es, la aceptación
de los hechos imputados, y la existencia en el procedimiento de pruebas claras de
culpabilidad (e.g., pruebas documentales, testimoniales, quebrantamientos de la orden
de alejamiento) que llevaron a la condena del acusado. Por su parte, las evaluaciones o
declaraciones inventadas fueron recabadas entre mujeres mayores de edad, que
convivían o habían convivido en pareja. Para ello, se las había instruido en lo que
denominamos “instrucciones de invención”. Éstas consistían en pedirles que se pusiesen
en el lugar de una mujer que inventaba haber sufrido malos tratos y que iba a presentar
una denuncia por éstos. La denuncia falsa de malos tratos se justificaba en la obtención
de algún beneficio asociado (v.gr., guarda y custodia de los hijos, venganza,
compensaciones económicas). Se les dio una semana para que planificaran la denuncia.
Transcurrida ésta, se inició el proceso de evaluación consistente en la obtención de la
declaración. Se obtuvieron dos declaraciones sobre los hechos objeto de la denuncia
espaciadas una semana entre ambas. El procedimiento seguido para la obtención de las
declaraciones fue el de la entrevista cognitiva mejorada (Fisher y Geiselman, 1992).
Analysis, SVA (Steller, 1989; Steller y Boychuk, 1992; Steller, Raskin, Yuille, y Esplin,
1990) y de los criterios propios de violencia de género de Arce y Fariña (2006a, 2009;
Arce, 2010; Arce, Fariña, y Vivero, 2007), fueron creadas y confeccionadas siguiendo
las normas redactadas al respecto por Anguera (1990), dieron lugar a la confección de un
sistema categorial mutuamente excluyente, fiable y válido en lo que Weick (1985) ha
denominado sistemas de categorías metódicas. Las categorías así como su definición se
muestran a continuación:
- Prueba (in)suficiente (¿supera la capacidad de memoria del testigo? ¿contiene toda
la información necesaria de los hechos?).
- Prueba (in)válida:
(In)consistencia interna (¿Tiene contradicciones internas en el relato?).
(In)consistencia externa (¿Es consistente con otras pruebas robustas o
incontrovertibles?).
Persistencia en las declaraciones (¿Son estables las declaraciones en hechos y
contextos?).
(In)consistente con la anterior (¿Hay consistencia inter-declaraciones,
aparecen/desaparecen detalles o hechos de la agresión centrales para la
víctima?).
(In)consistencia con las leyes científicas y de la naturaleza (¿Contiene el relato
hechos incompatibles con las leyes científicas o de la naturaleza?).
La unidad de análisis en todas las categorías fue el protocolo, registrándose las
categorías como prueba suficiente o insuficiente, y, para las categorías de validez, en
consistente o inconsistente. A su vez, se creó una variable resumen de la validez de la
prueba, de modo que se codificaba como prueba inválida si alguna de las categorías de
validez invalidaba la prueba, y como válida, si ninguna de las categorías de validez la
invalidaba.
Con la misma metodología para la creación de un sistema categorial metódico,
Arce y Fariña (2006a, 2009; Arce, 2010; Arce, Fariña y Vivero, 2007), habían
formulado y contrastado la validez de un modelo general de realidad de las
declaraciones adaptado a casos de violencia de género, partiendo de las categorías del
Criteria Based Content Analysis, CBCA (Steller y Köhnken, 1994) a las que añadieron
categorías complementarias de Arntzen y Szewczyk, del SRA (Undeutsch, 1967, 1988),
del listado de criterios ampliados al Reality Monitoring, RM, por Spörer (1997), y de
los criterios de realidad de Arce y Fariña aplicables a casos de violencia de género. Las
Resultados
El estudio de la validez de las declaraciones (ver Tabla 1), esto es, de la prueba,
advierte que todas las declaraciones reales constituyen prueba válida y suficiente, y de
Tabla 3. Prueba de chi cuadrado para el estudio de la combinación de los criterios del
CBCA, RM, SRA y los criterios de violencia de género de Arce y Fariña.
Variable χ2 p φ %dr %di
CARACTERÍSTICAS GENERALES
Estructura lógica 13,27 ,001 -,562 100 52
Elaboración inestructurada 8,88 ,003 -,468 96 56
Cantidad de detalles 3,72 ,014 -,403 100 72
Concreción 28,93 ,001 -,801 88 8
CONTENIDOS ESPECÍFICOS
Engranaje contextual ---- ---- ---- 100 100
Descripción de interacciones ---- ---- ---- 100 100
Reproducción de conversaciones ---- ---- ---- 100 100
Complicaciones inesperadas 7,29 ,007 -,436 32 0
Información perceptual 2,03 ,154 -,242 68 44
Operaciones cognitivas 0 1 ,143 0 4
PECULIARIDADES DEL CONTENIDO
Detalles inusuales 0 1 ,000 36 36
Detalles superfluos 1,71 ,192 -,246 96 80
Incomprensión detalles relatados ---- ---- ---- 0 0
Originalidad de las expresiones 5,26 ,022 -,365 76 40
Asociaciones externas relacionadas 3,06 ,080 -,288 76 48
Relatos estado mental subjetivo ---- ---- ---- 96 96
Atribución estado mental autor delito 0,52 ,470 ,204 92 100
CONTENIDOS REFERENTES A LA MOTIVACIÓN
Correcciones espontáneas 16,09 ,001 -,608 72 12
Admisión de falta de memoria 5,15 ,023 -361 64 28
Plantear dudas sobre testimonio 9,52 ,002 -,480 52 8
Auto-desaprobación 4,08 ,043 -,327 56 24
Perdón al autor del delito 0 1 ,000 12 12
ELEMENTOS ESPECÍFICOS DE LA AGRESIÓN
Detalles característicos del delito ---- ---- ---- 0 0
igual que el SEG-G, χ2(1) = 2,30; ns; φ = ,257. Aún así, sería preferible tomar el SEG-G
con una tasa del 20% de falsos negativos que el CBCA, cuya tasa ascendería al 44%.
Discusión
muestra es reducido, lo que podría condicionar los resultados obtenidos. En esta línea,
un incremento del tamaño muestral, posiblemente generase un aumento de la
variabilidad de los casos vividos, lo que podría acarrear cambios en la productividad de
las categorías. Segundo, aunque se tomaron medidas encaminadas a garantizar el
carácter real de las víctimas reales de violencia de género, no es posible garantizar
plenamente esta condición. De modo similar, carecemos de la certeza absoluta de que
las víctimas irreales nunca hubieran sido víctimas directas o indirectas de violencia de
género. En tercer lugar, se ha equiparado la prestación del testimonio en condiciones
reales y de laboratorio en recreaciones de elevada fidelidad. Sin embargo, resulta
imposible replicar totalmente el proceso legal y de evaluación, por el que pasarían las
participantes irreales en caso de presentar en realidad una denuncia. Por último, dado
que la casuística tomada es exclusiva de violencia de género, se ha de ser excesivamente
cauteloso al generalizar estos resultados a otros tipos delictivos. Ateniéndonos a las
limitaciones reseñadas, se pueden formular una serie de conclusiones dirigidas a dar
respuesta a los objetivos establecidos en la parte introductoria del estudio.
Por otro lado, tanto los modelos de realidad general y ajustado del SEG
específicos para violencia de género, como el modelo del CBCA, cuentan con un aval
estadístico a la hora de discriminar entre declaraciones reales e inventadas, esto es, los
criterios que conforman los modelos aparecen significativamente en mayor medida en
las declaraciones reales que en las inventadas. Estos resultados convergen con la
literatura existente para el caso del CBCA (v.gr., Arce et al., 2010; Gödert, Gamer, Rill,
y Vossel, 2005; Vrij, 2005). Sin embargo, para la práctica forense ha de establecerse un
punto de corte que discrimine entre ambos tipos de testimonios y que, además, evite la
aparición de falsos positivos (criterio de decisión estricto). En el presente estudio,
siguiendo el procedimiento descrito por Arce y Fariña, lo hemos establecido en el
número máximo de criterios de realidad que puede contener una declaración falsa: 14 en
el SEG-G, 5 en el SEG-A y 13 en el CBCA. Aunque con estos puntos de corte se
consigue clasificar de manera correcta todos los testimonios falsos, su asunción supone
obtener unas tasas de falsos negativos del 44% con el modelo del CBCA, del 20% con
el SEG-G, y del 8% con el SEG-A. No obstante, mediante la combinación del estudio
de la validez y de la realidad basados en el SEG, podemos reducir estas tasas a un 8%
con el modelo general e, incluso, obtener una tasa nula con el ajustado. Por su parte, la
combinación del CBCA con los criterios de validez del SVA no supone una reducción
en el número de falsos negativos.
En conclusión, aunque los tres modelos cumplen los objetivos de la tarea forense
al posibilitar el establecimiento de un criterio de decisión estricto, esto es, que detecte
todas las declaraciones inventadas, el modelo SVA/CBCA ofrece unas tasas de
ejecución forense extremadamente pobres, ofreciendo un porcentaje muy elevado de
falsos negativos. Por su parte, el modelo de análisis de credibilidad de la declaración del
SEG, basado en un estudio combinado de la validez y la realidad del testimonio,
responde más adecuadamente a las demandas de la práctica forense, especialmente en el
caso del modelo de realidad ajustado, el SEG-A.
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Abstract Resumen
A study was designed with the aim of Se diseñó un estudio con el objetivo de
characterizing life style and the relation between caracterizar el estilo de vida y la relación entre los
eating habits and physical activity in children and hábitos alimentarios y la actividad física en niños y
adolescents in a geographical area of Portugal going adolescentes en una región portuguesa marcada por
through a transition from a rural to a more urban una transición de un sistema rural a una más urbana.
system. It was also analyzed the association También se ha examinado la asociación entre estas
between those variables and the body mass index variables con el Índice de Masa Corporal (IMC). Se
(BMI). A total of 176 children and adolescents, ages recogieron datos de 176 niños y adolescentes de 9 a
ranging from 9 to 15 (6% of the target population), 15 años (6% de la población), a partir de una
answered to a Portuguese adaptation of the Health adaptación del Cuestionario de los Hábitos y Estilos
and Behavior Survey. Moreover, their weight and de Vida. Asimismo, se tomaron medidas del peso y
height were also measured. Results showed that altura de cada niño y adolescente. Los resultados
around 30% of the sample did not have a healthy mostraron que alrededor de 30% de los niños no
pattern of physical activity and a large percentage realizaban ninguna actividad física considerada
also did not present a healthy pattern of eating suficientemente saludable, y un gran porcentaje de
habits. Regarding BMI, it was found that 15% los niños no seguía un patrón de alimentación
children and adolescents were overweight and 18% considerado saludable. Con respecto al IMC, el 15%
with obesity problems. Taking into account the last de los niños y adolescentes estaban en una situación
results about Portuguese reality, the number of de sobrepeso y el 18% podrían ser considerados
people with weight problems in this sample is obesos. Teniendo en cuenta los últimos datos
alarming. Furthermore, it is notorious that these disponibles sobre la realidad portuguesa, el número
problems are not only typical of typical urban areas. de individuos en nuestra muestra con sobrepeso y
obesidad son preocupantes. Frente a todo ello,
Keywords: Life Styles; Physical activity; Eating podemos comprender como los estilos de vida están
Habits; Obesity. a cambiar tan profundamente que no es una realidad
exclusiva de las zonas más típicamente urbanas.
Correspondencia: Catarina Almeida – Instituto Superior da Maia, Av. Carlos Oliveira Campos, 4475-690
Avioso S. Pedro, Castêlo da Maia – Portugal, e-mail: [email protected]
Introducción
prevalencia de niños de 2 a 5 años con sobrepeso en el 16%; en niños de 6-11 años, las
cifras oscilaban, en función del grupo étnico, entre el 13 y el 22%; y, entre los
adolescentes de 12-19 años, la prevalencia fluctuaba, también en función de la etnia,
entre el 14 a 23%.
Con independencia de una cierta variabilidad registrada en los resultados, Wang
y Lobstein (2006), revisando estudios llevado a cabo en EEUU, Canadá, Brasil, Chile,
Australia, Japón, Finlandia, Alemania, Grecia, España y Reino Unido, concluyeron que,
entre los años 70 y 90, las tasas de sobrepeso y de obesidad entre los niños en edad
escolar se habían duplicado o hasta triplicado, siendo los datos inter-países muy
dispares (Lissau, Overpeck, Ruan, Due, Holstein y Heidig, 2004). En todo caso, EEUU
lidera el ranking de niños obesos y Lituania lo cierra (Lissau et al., 2004). Incluso
algunos estudios llegaron a hallar que más del 30% de los niños tenían sobrepeso o
corrían el riesgo de sobrepeso (Sothern y Gordon, 2003).
En Europa, a pesar de la prevalencia no ser tan alta como en los EEUU, las tasas
de obesidad han ido aumentado con un ritmo continuado (Fonseca y Matos, 2005). Al
respecto, la OMS (World Health Organization, 2007a) estableció la prevalencia de
sobrepeso y obesidad entre los adolescentes en Europa de 13 a 15 años entre el 5 y el
35%, según país, calificándolos como inaceptables. Entre los niños más pequeños, los
países con una prevalencia del exceso de peso (sobrepeso y obesidad) más baja son
Alemania (5-6 años, 13%), Chipre (2-6 años, 14%) y Serbia y Montenegro (6-10 años,
15%), en tanto los países con las tasas más altas son Italia (6-11 años, 27%), España (2-
9 años, 31%) y Portugal (7-9 años, 32%).
Por género, los datos del The Pro Children Study (World Health Organization,
2007a) realizado en 2003 en nueve países europeos con niños de 11 años, el sobrepeso
es más acusado entre los niños (17%) que entre las niñas (14%). Estos resultados, pero
con tasas mayores, fueron replicados entre adolescentes de 13 años por el Health
Behaviour School-Aged Children (2001-2002): el 24% de las chicas y el 37% de los
chicos eran obesos. En resumen, las probabilidades de hallar sobrepeso se incrementan
con la edad.
La situación en Portugal
En Portugal, un análisis longitudinal de la prevalencia del sobrepeso y obesidad
entre los hombres jóvenes de Nobre, Jorge, Macedo y de Castro (2004), informa que,
entre la década de 60 y 90, el sobrepeso entre los jóvenes aumentó en un 10% y la
de las investigaciones en este campo. De modo general, se puede afirmar que los niños
y adolescentes son vistos como los grupos más saludables. Sin embargo, hay aspectos
críticos, sobre todo durante la adolescencia, que pueden afectar al desarrollo de factores
de riesgo para las enfermedades crónicas.
De acuerdo con varios autores y organizaciones (Nicklas, Baranowski, Cullen, y
Berenson, 2001; American Academy of Pediatrics, 2005; Neira y Onis, 2006; World
Health Organization, 2007c; Sociedade Portuguesa de Pediatria, 2007; Peres, 2009), una
alimentación considerada saludable particularmente entre los jóvenes debe regirse por
ciertos principios. Entre ellos están los siguientes: comer varias veces al día (intervalo
máximo de tres horas y media); comer alimentos variados y equilibrados; evitar la
ingesta de grasas, especialmente las grasas saturadas; comer al menos cinco porciones
de fruta y/o vegetales todos los días; reducir el consumo de sal y de sus diversas
fuentes; consumir los cereales proveedores de energía como alternativa a las grasas;
reducir la ingesta de azúcares (principalmente de bebidas azucaradas); beber 1-2 litros
de agua por día e ingerir siempre un desayuno variado, completo y equilibrado.
Entre estas diferentes recomendaciones, el desayuno se considera la comida
clave del día, tanto para adultos como para niños (Taylor, Evers y McKenna, 2005;
Neira y Onís, 2006), ya que implica una ingesta más adecuada de micronutrientes
(Nicklas et al., 2001), y una dieta de mejor calidad (American Academy of Pediatrics,
2005; Nicklas et al., 2001; Berkey, Rockett, Gillman, y Golditz, 2003).
Birsh (1999) y Sothern y Gordon (2003) indican que las interacciones entre los
padres-niños en el contexto de las prácticas de alimentación son importantes y
determinantes tanto para la modulación de las preferencias de alimentos como para sus
propios patrones de consumo. Sin embargo, la mayor influencia en términos de hábitos
alimentarios en los jóvenes no es exclusiva de los padres, familiares o cuidadores. Hoy
en día vivimos en una sociedad muy preocupada por las cuestiones alimentarias, pero de
alguna manera con actitudes paradójicas. Según Schwartz y Puhl (2003), cada año miles
de nuevos productos alimenticios se introducen en los mercados y el deseo de las
personas por los nuevos productos crece con el tiempo, y esta influencia es, sobre todo,
más evidente entre los más pequeños.
Estudios recientes (por ejemplo, Buss, 2000; French et al., 2001; French, Story,
y Jeffery, 2001; Matos y Equipa do Aventura Social, 2003; Viana, 2002; World Health
Organization, 2003; Taylor, Evers y McKenna, 2005; Matos et al., 2006) muestran que,
En cuanto a la edad, los más jóvenes parecen ser más activos que los mayores, y
este hecho es más evidente en el sexo femenino (U.S. Department of Health and Human
Services, 1996; Mota y Sallis, 2002; Felton, Saunders, Ward, Dishman, Dowda, y Pate,
2005).
En cuanto a las variables individuales, Craft, Pfeiffer y Pivarnik (2003) y
Sherwood y Jeffery (2000) indican que la autoeficacia y la percepción de competencia
física o deportiva, las actitudes positivas hacia la actividad física y la satisfacción por
ella, son algunos de los principales factores asociados positivamente con su práctica. Se
ha sugerido, sin embargo, que la satisfacción es un de los principales constructos para
comprender y explicar la motivación y las experiencias en el deporte y en el ejercicio
(Kohl y Hobbs, 2005; Mota y Sallis, 2002; Sherwood y Jeffery, 2000).
También la situación socioeconómica parece estar relacionada con la práctica de
la actividad física. A pesar del escaso consenso en las investigaciones, es posible
afirmar que la participación en diferentes tipos de actividades físicas, el interés de los
padres en esta participación, el acceso a equipamientos, programas y lugares seguros
para practicarla son factores que están determinados por el nivel socioeconómico (Mota
y Sallis, 2002). Los estudios de Lasheras, Aznar, Merino, y López (2001) sugieren que
los niños y adolescentes de estratos sociales más altos son físicamente más activos que
los que pertenecen a estratos sociales más bajos. Los factores culturales y el entorno
físico no pueden ser descuidados. Las características del medio físico parecen tener una
fuerte influencia sobre la actividad física de niños y adolescentes, teniendo la capacidad
de facilitar o obstaculizar su práctica (Mota y Sallis, 2002; Eid, Overman, Puga y
Turner, 2006). Las cuestiones de seguridad también son importantes, sobre todo porque
influyen en las decisiones de los padres para transportar a sus hijos a los espacios de
práctica (Ashton, 2004). En este sentido, Gunner, Atkinson, Nichols y Eissa (2005) y
Lake y Townshend (2006), afirman que una de las barreras para la actividad física es la
preocupación de los padres sobre la seguridad del espacio en el que la practican.
A pesar de los beneficios documentados de la actividad física, las estimaciones
más recientes sugieren que estamos en medio de una epidemia de conductas y estilos de
vida sedentarios. La mecanización del trabajo y de las actividades domésticas
eliminaron, en buena medida, una gran parte de la práctica física (Sherwood y Jeffery,
2000). En Portugal, según un estudio llevado a cabo desde 1995 por Calmeiro y Matos
(2004), en colaboración con la OMS, sobre las conductas relacionadas con la salud en
los jóvenes en edad escolar e integrado en la red Europea Health Behaviour in School
Aged Children, un tercio de los jóvenes portugueses practica una actividad física
durante media hora o menos por semana fuera de la escuela. Este dato es también
subrayado por la OMS (World Health Organization, 2007c), que establece que entre los
países europeos con tasas de actividad física más bajo se encuentra Portugal. En cuanto
a las diferencias de sexo en Portugal (Calmeiro y Matos, 2004), los niños suelen
practicar más actividad física en los periodos de ocio o en el tiempo libre, mientras que
las niñas prefieren actividades más sedentarias como escuchar música, conversar y estar
con amigos, y dedican más horas diarias y del fin de semana a los deberes escolares.
Estas diferencias confirman la tendencia que se da en otros países europeos (World
Health Organization, 2007c) de que los más jóvenes son más activos que los mayores.
torno a dos pequeñas ciudades (Vila das Aves y Santo Tirso) que disponían de un
pequeño comercio y algunos servicios. Debido al reciente desarrollo de infraestructuras
y de vías de comunicación que facilitan el acceso a las principales ciudades como
Oporto, Braga y Guimarães y, simultáneamente, al desarrollo de los sectores secundario
y terciario y la eliminación gradual de las actividades inherentes al sector primario, la
ruralidad/urbanidad deja de ser un rasgo distintivo de esta población. Este desarrollo
lleva consigo cambios en relación con los hábitos y estilos de vida. La influencia del
estilo de vida urbano suele tener un mayor impacto en los más jóvenes, ya influenciados
por el propio proceso de globalización.
En base a estos planteamientos, el principal objetivo de este trabajo es describir
y analizar los estilos de vida relacionados con la práctica de actividad física y los
hábitos alimentarios en una muestra de niños del municipio portugués de Santo Tirso.
Además, tratamos de conocer la relación de estas dimensiones del estilo de vida de los
jóvenes con algunas variables como el sexo, la edad, la familia y los factores sociales y
ambientales, y también la relación de estás con los índices de masa corporal.
Asimismo, una gran parte de las comunidades portuguesas se caracterizan
actualmente por una fase de transición similar a la de Santo Tirso, por lo que su estudio
podrá ser importante para ofrecer una visión de los estilos de vida en comunidades más
o menos equivalentes de este país. Al mismo tiempo, se espera que este estudio pueda
contribuir al análisis de comunidades de otros países que estén pasando por procesos
similares de transición, atendiendo a la creciente globalización de los fenómenos.
También hemos planteado algunas interrogantes que nos parecen relevantes en relación
a estas sociedades y sus implicaciones para sus poblaciones, en términos de estilos de
vida y su asociación con la obesidad: ¿están protegidas estas poblaciones de los peligros
actuales respecto a los hábitos alimentarios y actividad física, y consecuentemente, la
obesidad, teniendo en cuenta que tienen ciertas dificultades de acceso a determinados
productos? o, por el contrario, ¿es este factor insignificante y la implantación de esos
hábitos nefastos es tan fuerte en la sociedad contemporánea que aún resultan más
vulnerables que otras poblaciones?
Método
Participantes
La población objeto de estudio estaba constituida por menores que estudiaban
cuarto, quinto y sexto curso de Educación Primaria en escuelas públicas del municipio
de Santo Tirso (Portugal). De esta población se tomó una muestra de 176 estudiantes
representativa de la población, a través de un muestreo estratificado por grupos (años de
escolaridad).
Por el grado de escolaridad, el 17% de la muestra se compone de estudiantes que
asisten al cuarto año, el 32,4% asisten al quinto año, mientras que la mayoría (50,6%)
estaba en sexto año de escolaridad. Según el último censo (Instituto Nacional de
Estatística, 2007), en el municipio de Santo Tirso se registraron en el primer ciclo (1º,
2º, 3º y 4º año de escolaridad) de las escuelas públicas y privadas 3560 niños y 2059 en
el segundo ciclo (5º y 6º año de escolaridad). Por tanto, dado que la muestra de niños de
estos años totalizan 176 participantes, este valor es aproximadamente el 6% de la
población total de niños cursando, en el municipio de Santo Tirso, 4º, 5º ó 6º de
Educación Primaria.
En términos del entorno de procedencia, se observa una procedencia mayoritaria
del medio rural (un 63,1%, frente al 36,9% de áreas urbanas). Estos datos reflejan las
características de Santo Tirso, que está compuesto por 24 ayuntamientos, de los que
sólo dos son ciudades, Santo Tirso y Vila das Aves, y tres con algunas características
urbanas (São Martinho do Campo, Negrelos y Rebordões). En suma, se trata de un
municipio con características esencialmente rurales.
Con respecto al género, se observa que 56,2% de la muestra eran chicos y el
43,8% eran chicas, es decir, la muestra estaba equiparada en cuanto al género de los
participantes, χ² (1, N = 176) = 2,75; ns. En cuanto a la edad, la media observada fue de
11,22 (DE = 1,32). La mayor parte de nuestra muestra (76,1%) tenía entre 10 y 12 años.
También comprobamos que la muestra está igualmente distribuida por sexos y cursos
académicos (ver Tabla 1).
Año de Escolaridad
15 15 30
Año 4º
Año 5º 29 28 57 2.258 (0.323)
Año 6º 55 34 89
Total 99 77 176
Procedimiento
Los datos fueron recogidos después de obtenidas las autorizaciones de las
escuelas y el consentimiento informado de los padres de los niños. Después de una
breve explicación sobre el estudio, los participantes fueron individualmente pesados y
medidos descalzos en las clases de educación física. Posteriormente, en pequeños
grupos, respondieron al cuestionario con la posibilidad de clarificación de alguna duda
con el psicólogo.
Instrumentos de medida
Cálculo de IMC
El índice de masa corporal fue calculado de acuerdo con la siguiente fórmula:
IMC = peso(Kg)/altura²(m). Para la caracterización del IMC, fueron utilizados los
baremos de las tablas de percentiles para ambos los sexos del Centers for Disease
Control and Prevention (World Health Organization, 2005) según cuatro categorías
de clasificación: P < 5 = bajo peso; P > 5 y P < 85 = peso normal; P > 85 y P < 95 =
sobrepeso; P ≥ 0,95 = obesidad.
Resultados
Actividad física
Los resultados obtenidos (ver Tabla 3) indican que un 70% de los estudiantes
practican actividad física dentro y fuera del horario escolar, el 24% la practica sólo en
los horarios escolares, y el 6% no es físicamente activo.
Nunca 10 5,7
Solamente en el horario de la escuela 42 23,9
Dentro y fuera del horario de la escuela 124 70,5
Deseo del aumento de la práctica de actividad física
Sí 144 82%
No 32 18%
Con respecto a la relación entre sexo y la actividad física (ver Tabla 5), los
resultados indican tan sólo 55,9% de las chicas tienen actividad física regular,
frecuencia significativamente inferior a de los chicos (81,9%) χ2 (1, N = 176) = 14,04; p
< ,001.
Total 99 77 176
De acuerdo con los resultados obtenidos (ver Tabla 6), y teniendo en cuenta la
diferenciación de los sujetos en tres NSE (bajo+medio-bajo; medio; medio-alto+alto),
encontramos que no hay una relación estadísticamente significativa entre el NSE y la
actividad física, χ2 (2, N = 176) = 3,88; ns. Adicionalmente, el análisis de la relación
entre los problemas de salud y actividad física (ver Tabla 7) tampoco mostró diferencias
significativas, χ2 (1, N = 176) = 0,04; ns.
Escasa Práctica χ2 p
práctica/inexistente Regular
Problema de la Salud
Sí 12 27 0,036 0,849
No 40 97
Hábitos alimentarios
En cuanto a los hábitos alimentarios de niños (ver Tabla 8), la mayoría de los
estudiantes (95%), presentó un número de comidas diarias saludables. Sin embargo, el
17% informaron que no ingieren el desayuno todos los días.
Hábitos Alimenticios N %
Nº de las comidas diarias
Más de 3 107 60,8
3 61 34,7
Menos de 3 8 4,5
Consumo de golosinas
Diario 23 13,1
A veces 124 70,5
Rara vez o nunca 29 16,5
Consumo de carne
Diario 130 73,9
Por lo menos una vez por semana 45 25,6
Rara vez o nunca 1 0,6
Consumo de pescado
Diario 56 31,8
Por lo menos una vez por semana 102 58
Rara vez o nunca 18 10,2
Aditamento de sal
Frecuente 26 14,8
Ocasionalmente 67 38,1
Rara vez o nunca 83 47,2
Consumo de colas
Diario 63 35,8
Rara vez o nunca 113 64,2
IMC
Para la caracterización de los valores de IMC se utilizaron dos valores de
acuerdo con las tablas de percentiles de referencia del Centers for Disease Control and
Prevention (Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, CDC, en OMS,
2005) entre las cuatro categorías de clasificación: peso insuficiente o desnutrición, peso
normal, el sobrepeso y la obesidad. De acuerdo con los resultados obtenidos (ver Tabla
9) teniendo en cuenta la muestra total de sujetos, podemos destacar lo siguiente:
− La mayoría de los sujetos de la muestra (65%) tenían un peso normal para la
edad y el sexo.
− Sólo el 2% tiene un peso inferior al normal.
− Alrededor del 15% se encuentra en una situación de sobrepeso y el 18% son
considerados obesos.
valores medianos en función de la edad y el sexo. Este análisis fue limitado a los valores
entre los 10 y 12 años, ya que el 77% de la muestra se encuentra en este intervalo.
Como se puede observar (Figura 1 y 2), en ambos sexos los individuos tenían un
IMC promedio por encima de la mediana de los valores normativos de las respectivas
edades. En otras palabras, el perfil de desarrollo encontrado en nuestro estudio
demuestra valores consistentemente más altos del índice de masa corporal de lo que se
esperaría en una población saludable.
Tabla 10. Diferencias entre los hábitos alimentares de los niños y adolescentes y el
IMC.
IMC
Hábitos Alimentarios N % M DE Me U p
Número de comidas
Saludable 168 95,5 19,95 3,835 19,313 563,50 0,441
No saludable 8 4,5 21,39 4,537 20,298
Desayuno
Saludable 146 83 19,79 3,710 19,168 1810,50 0,135
No saludable 30 17 21,11 4,455 20,318
Consumo de golosinas
Saludable 29 16,4 20,54 4,621 19,563 2012,00 0,634
No saludable 147 83,6 19,91 3,709 19,313
Hábitos Alimentarios N % M DE Me U p
Discusión
En cuanto a los hábitos alimentarios, los resultados apoyan que entre los niños
hay un alto porcentaje que no sigue un patrón de alimentación saludable de acuerdo a
las recomendaciones vigentes (Peres, 2009; World Health Organization, 2007b;
Sociedade Portuguesa de Pediatria, 2007; Neira y Onis, 2006; American Academy of
Pediatrics, 2005; Nicklas, Baranowski, Cullen, y Berenson, 2001). Sucintamente, de los
resultados se deriva que:
a) Un número alarmante de menores no desayunan. Dado que éste es el mejor
indicador de la salud en términos de hábitos alimenticios (Taylor, Evers, y
McKenna, 2005; Neira y Onis, 2006), este resultado es especialmente
preocupante.
b) Que los menores consumen muy pocas frutas y verduras, a lo que se añade
un elevado consumo de alimentos de producción industrial, lo que presenta
claramente una implantación muy alta de productos "urbanos" en estas
comunidades.
Esta situación es altamente preocupante y sugiere que, a pesar de las
características rurales de los menores participantes en este estudio, predominan hábitos
alimenticios nutricionalmente inadecuados. De ello se desprende que en las zonas
consideradas en desarrollo o de transición, los hábitos alimenticios están en un proceso
de cambio perjudicial para la salud. Además y de acuerdo con nuestros resultados,
también es una realidad transversal en los diferentes niveles socioeducativos. De todo
ello se infiere que, en esta población, se han instaurado hábitos alimenticios nocivos. El
control de estos hábitos nocivos pasa por la disponibilidad de información detallada y
cuidadosa que facilite la planificación del estilo de vida. Por ello, los programas de
prevención primaria (prevención propiamente dicha) y terciaria (prevención de
recaídas), así como los de intervención, han de incluir indefectiblemente entre sus
objetivos dotar a los menores de los suficientes conocimientos y habilidades para que
puedan planificar unos hábitos alimentarios sanos. Todo ello nos encamina a
formularnos la siguiente pregunta: ¿Son estos menores de ambientes suburbanas,
tradicionalmente rurales, más vulnerables a estos peligros que aquellos que viven en
grandes centros urbanos? Los análisis efectuados sugieren que hay razones para creer
que el peligro puede ser mayor en este entorno. De facto, los valores de obesidad
presentes en esta muestra son superiores a los encontrados para la realidad nacional
portuguesa (Matos, Simões, Tomé, Silva, Gaspar, Diniz y Equipa do Aventura Social,
2006; Padez, Fernandes, Mourão, Moreira, y Rosado, 2004), que ya son en sí mismo
preocupantes.
También es de destacar que no se encontraron diferencias en el índice de masa
corporal y los hábitos alimentarios entre los diferentes NSEs. Dos hipótesis que se
pueden esbozar sobre la combinación del riesgo y de protección: los niños de NSEs
superiores pueden tener una mayor accesibilidad a los alimentos considerados
saludables y mejor información, o que disponen de medios para facilitar el acceso a los
productos considerados como “obesogénicos”. Aunque el pequeño número de sujetos
registrados en los niveles superiores sugiere una cierta moderación en la interpretación
de los resultados, los resultados del presente estudio sugirieren que los factores de
protección no están, en esta población, lo suficientemente desarrollados como para
superar y controlar los riesgos. Sin embargo, en las sociedades desarrolladas, la
protección parece haber superado el riesgo, por lo que el NSE más elevado está
asociado con las mejores prácticas y menor obesidad (Shrewsbury y Wardle, 2008).
Además, es de reseñar que, al contrario de lo encontrado en otras investigaciones
(e.g., Mello et al., 2004; Stice, Presnell, Shaw, y Rhode, 2005; Strong et al., 2005;
Gouveia et al., 2007), no hallamos una relación entre el IMC y la actividad física.
Posiblemente, estos resultados estén condicionados por la edad y los subsecuentes
hábitos conductuales de los niños. En concreto, a edades tan tempranas (<13 años) aún
no se establecieron firmemente hábitos sedentarios, que facilitan la obesidad. Por el
contario, a estas edades la movilidad es muy elevada en comparación con los adultos,
por lo que, con independencia de su planificación, estos niños realizan a lo largo del día
una gran cantidad de ejercicio. En consecuencia, si bien no se observa un efecto directo
de la actividad física en el IMC, sí hallamos que un protector contra el exceso de IMC,
la práctica planificada de actividad física, no está en el repertorio conductual de los
menores.
En cuanto a comparación entre los hábitos alimentarios y el IMC, encontramos
una relación en el consumo de frutas y vegetales y el aumento del IMC pero en el grupo
de individuos considerado saludable. Estos resultados contradictorios también fueron
hallados en otras investigaciones (e.g., Spear, Barlow, Ervin, Ludwig, y Saelens, 2007),
de lo que se deduce la necesidad de continuar a investigar este tópico.
En el plano aplicado, de los resultados se infieren algunos aspectos a considerar
en posibles intervenciones en este ámbito. La importancia de la actividad física, así
como los hábitos sanos de ingesta alimenticia además de la motivación, son factores
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Abstract Resumen
Tobacco is the second most consumed El tabaco es la segunda sustancia más
substance among Spanish adolescents and its effects consumida entre los adolescentes españoles y sus
on health are well known. The aim of this study is efectos sobre la salud son bien conocidos. El
to analyze the predictor value of different personal, objetivo de este estudio es analizar el valor
family and environmental factors on tobacco predictivo de diferentes variables personales,
consumption in the adolescent population using familiares y ambientales sobre el consumo de
appropriate modelling techniques and strategies tabaco en la población adolescente mediante
included in Data Mining. The total sample is made técnicas de modelado adecuadas y estrategias
up of 9,300 students aged between 14 and 18 years. incluidas en Data Mining. La muestra total está
The adolescents anonymously answered a formada por 9.300 estudiantes con edades
questionnaire which asked about the frequency of comprendidas entre los 14 y los 18 años. Los
use of addictive substances as well as a series of adolescentes contestaron de forma anónima un
psychosocial variables. Tobacco consumption by cuestionario que preguntaba por la frecuencia de
friends, frequency of nights out, age, production of uso de diferentes sustancias adictivas así como una
prohibited, impulsive behaviour and the control serie de variables psicosociales. El consumo de
exerted by parents bear a statistically significant tabaco por parte de los amigos, la frecuencia de
influence on the number of cigarettes consumed per salidas nocturnas, la edad, la emisión de conductas
week and constitute risk factors for initiating prohibidas e impulsivas y el control ejercido por
consumption. Future studies should analyze, using parte de los padres, influyen de forma
the techniques proposed in this work and estadísticamente significativa en el número de
longitudinal studies, whether the tougher anti- cigarrillos consumidos a la semana y constituyen
smoking laws have been transformed into a factores de riesgo para iniciar el consumo. Futuros
decrease in tobacco consumption in adolescents. estudios deberían analizar mediante las técnicas
propuestas en este trabajo y estudios longitudinales
Keywords: Nicotine, adolescence, Data Mining, si el endurecimiento de las leyes antitabaco se ha
Decision Tree traducido en una disminución del consumo de
tabaco de los adolescentes.
Correspondence: Elena Gervilla. Facultad de Psicología. Ctra. Valldemossa, km 7.5, 07122 Palma de
Mallorca, Spain. E-mail: [email protected]
Introduction
factors related to the use of nicotine in adolescence using traditional data analysis
techniques. Nevertheless, there is still scarce bibliography taking advantage of the
benefits of Data Mining methodology to discover interesting relationships in the data
(Buscema, 2002; Gervilla et al., 2009; Gervilla & Palmer, 2009; Gervilla & Palmer,
2010; Gervilla, Cajal, Roca, & Palmer, 2010; Kitsantas, Moore, & Sly, 2007; Larsson,
Lilja, Borg, Buscema, & Hamilton, 2001; Palmer, Montaño, & Calafat, 2000; Sears &
Anthony, 2004).
The aim of this study is to analyze the predictive value of different personal,
family and environmental variables on tobacco consumption in the adolescent
population using appropriate modelling techniques and strategies included in Data
Mining.
Method
Participants
A random sample by conglomerates of schools in the island of Mallorca was
conducted and 47 schools were selected out of a total of 122. The total sample was
made up of 9,300 students aged between 14 and 18 years. The sample size represented
41.16% of the population size it was extracted from (N = 22,593).
After eliminating the very unreliable answers of 6 adolescents; the useful sample
was made up of 9,284 adolescents. In Table 1 you can consult a summary of the most
important socio-demographic characteristics of the sample.
Procedure
The adolescents answered a questionnaire which asked about the frequency of
use of different addictive substances as well as a series of psychosocial variables.
In this study the data are analyzed using statistical modelling of count data (Stata
10.0 program) and using a decision tree (SPSS program15.0).
Masculine 47.1%
Gender
Feminine 52.9%
2º ESO 1.5%
3º ESO 35.8%
4º ESO 26.3%
Academic year 1º Baccalaureate 24.1%
2º Baccalaureate 9.8%
Middle Grade
2.5%
Vocational Training
Urban 47.5%
Population
Rural 52.5%
High 4.3%
Medium-high 19.4%
Economic level Medium 59.5%
Medium-low 5.9%
Low 0.9%
Parents 83.7%
Grandparents 0.6%
Friends 0.1%
Who you live
Alone 0.2%
with
With the mother 12.7%
With the father 1.8%
Others 0.6%
Variables
We took into account environmental (tobacco consumption by friends, ease of
access, frequency of nights out midweek and at the weekend and alcohol consumption),
family (parents’ patterns of upbringing) and personal (gender, age and personality
factors) variables.
Tobacco consumption by the peer group was a categorical variable, represented
in the model by the variables codified as friend1 (“some of my friends consume
tobacco”), friend2 (“half of my friends consume tobacco”), friend3 (“most of my
friends consume tobacco”) and friend4 (“all my friends consume tobacco”) with “none
of my friends consume tobacco” as the reference category.
The parents’ style of upbringing was introduced in the model through a series of
variables referring to the parents that the adolescents had to assess using the words
“Never”, “Sometimes” or “Always”, independently for the father and for the mother.
Thus, the participants informed as to whether their parents were controlling, whether
they spent time with them, whether they did things with them and whether they spent
quite a lot of time at home.
The information concerning the personality was included in the model through
twenty dichotomous variables which referred to impulsivity, thrill seeking, antisocial
behaviour and self-concept.
Ease of access, alcohol consumption and gender were introduced in the model
through binary variables (0/1). The gender was codified as 0 = boy and 1 = girl. Age
and frequency of nights out midweek and at weekends were introduced in the models
using quantitative variables.
The dependent variable was the number of cigarettes consumed a week.
With the aim of organizing the variables that predict tobacco consumption in
adolescence, a decision tree was calculated, which, based on the aforementioned
variables, classified the subject as a smoker or non smoker.
Results
14 15 16 17 18 Total
Boys 9.6% 16.4% 23.9% 24.2% 29.4% 19.2%
Girls 16.3% 27.1% 36.8% 37.1% 44.3% 30.1%
Total 13.2% 22.0% 30.6% 31.2% 37.0% 25.0%
Table 3 shows the mean number of cigarettes consumed per week among the
adolescents who reported they were smokers (see Table 3). In general, we can observe a
tendency for the mean weekly cigarette consumption to increase with age, in both
genders.
14 15 16 17 18 Total
Boys 13.9 17.2 21.1 28.9 22.9 21.3
(SE = 26.5) (SE = 32.9) (SE = 35.5) (SE = 40.2) (SE = 42.0) (SE = 35.9)
N = 84 N = 193 N = 277 N = 177 N = 73 N = 804
Girls 11.5 18.1 25.7 21.3 30.1 21.5
(SE = 24.2) (SE = 32.7) (SE = 39.5) (SE = 34.6) (SE = 42.8) (SE = 35.9)
N = 172 N = 339 N = 469 N = 325 N = 116 N = 1,421
Total 12.3 17.7 23.9 24.1 27.3 21.4
(SE = 24.9) (SE = 32.4) (SE = 38.1) (SE = 36.8) (SE = 42.5) (SE = 35.9)
N = 256 N = 536 N = 748 N = 503 N = 189 N = 2,232
Variable p % Variable p %
Nights out at the weekend .000* 32.4 Alcohol consumption .907 1.6
* p < .001.
The ZINB model - as well as informing of the factors that increase and decrease
the number of cigarettes consumed on a weekly basis - calculates the risk and protection
factors associated with cigarette consumption. The risk factors that turned out to be
statistically significant are shown in Table 5 (Change in the odds of continuing as a non
smoker).
The percentages that appear in Table 5 show how much the odds of continuing
being a non smoker increase (or decrease). Thus, it is worth noting that as the number of
smoker friends increases, the odds of continuing as a non smoker decrease (if the other
factors remain constant). Besides, it can be seen that if the adolescent is a girl she has
46.2% lower odds of continuing without consuming tobacco. Likewise, for each night
adolescents go out at the weekend, the odds of continuing without smoking decrease
18.4%. Lastly, impulsive behaviour, committing forbidden behaviour and alcohol
consumption also reduce the odds of maintaining a non smoking state in a statistically
significant way. On the other hand, if the adolescent is self-satisfied, the odds of
continuing without consuming tobacco rises 36.1%.
Variable p % Variable p %
Variable P % Variable P %
I like a wild life and lack of
Mother is always at home quite a lot .407 -20.8 .050 -23.9
inhibition
Mother is sometimes at home quite a I cause disturbances and make
.817 6.6 .877 -2.1
lot rackets
All my friends smoke .000* -87.2 I do forbidden, illegal things .005 -35.8
I break, burn or deteriorate other
Most of my friends smoke .000* -84.6 .501 -17.8
people’s property
Half of my friends smoke .000* -79.5 I fight with and insult others .934 -1.4
Few of my friends smoke .035 -57.5 I answer older people back .786 4.8
Nights out at the weekend .005 -18.4 Alcohol consumption .000* -69.3
* p < .001.
Among the most popular Data Mining techniques we find decision trees (Han &
Kamber, 2006; Kantardzic, 2003; Witten & Frank, 2005; Ye, 2003), which offer a
concise way of defining groups that are consistent in their attributes but which vary in
terms of the dependent variable. Using this technique a set of rules concerning the
decisions to be taken into account in order to assign a certain element to a class is
represented graphically. One of the most outstanding advantages in the decision tree
models is their descriptive nature, which makes it possible to understand and easily
interpret the decisions made by the model, as we have access to the rules that are used
in the predictive task.
Since the prevalence of tobacco consumption in the sample was 25% and with
the aim that the trees calculated should be able to predict both abstinence and the
conduct of tobacco consumption, in order to carry out the decision tree model, a
balanced sample of smokers and non smokers was built. That is, all the adolescent
smokers were selected (n = 2,220) and, out of the total non smokers, a random sample
was chosen (n = 2,220).
Figure 1 shows a decision tree for tobacco consumption (n = 4,440) calculated
using the Classification And Regression Trees (CART) algorithm (Breiman, Friedman,
Olshen, & Stone, 1984) which makes it possible to predict with a risk of 0.273 whether
or not an adolescent will smoke based on the number of consumers in the peer group,
alcohol consumption, carrying out forbidden behaviour, gender and the frequency of
nights out.
Discussion
The aim of this study is to analyze the influence of psychosocial risk factors on
tobacco consumption in adolescence using appropriate Data Mining modelling
techniques and tools. Along the lines of other research, the results highlight the
influence of environmental variables such as tobacco consumption by the peer group,
ease of access or the frequency of nights out and the relationship between alcohol and
tobacco consumption (Geckova et al., 2005; Hoffman, Welte, & Barnes, 2001;
Molyneux et al., 2004). Moreover, a relationship, albeit more moderate, between
tobacco consumption and the production of socially deviant behaviour can be observed.
By way of protection factors, paternal action, doing sport and having a good self-
concept stand out.
Concerning the influence of friends on the specific consumption of tobacco,
many theories have been proposed to explain it (Hoffman, Sussman, Unger, & Valente,
2006). Recently, Otten, Engels, and Prinstein (2009), in a longitudinal study, found that
having a predominantly smoking peer group significantly increases the risk of
overestimating the prevalence of the smoking habit and that this overestimation is
associated with a greater risk of smoking in the future, which was also found by
Molyneux et al. (2004) in a longitudinal study, confirming the influence of friends who
smoke on the risk of smoking.
Different studies have found evidence of the so-called “false consensus effect”
among smokers, showing that people who smoke have greater odds of overestimating
the prevalence of smoking, including adolescents (Castrucci, Gerlach, Kaufman, &
Orleans, 2002, Prinstein & Wang, 2005). One theory points to this overestimation being
the result of selective exposure by people; that is, adolescents who smoke would
predominantly choose to join up with other smokers; whereas others suggest that people
who are exposed to a high prevalence of smokers among their closest people have
greater odds of assuming that these perceptions are representative of the population as a
whole, leading to an overestimation of the prevalence of smoking.
In this sense, most of the research conducted on the relationship between peers
has focused on the similarity of behaviour between friends, which can be explained
from two theories: the effect of socialization (adolescents become like their friends
because of their influences) or the selection effect (adolescents choose friends who
behave and think in the same way as they do). Even though both tendencies were
considered alternatives in the past, it is now recognized that both are produced in the
processes that take place in peer groups (Hall & Valente, 2007; Mercken, Candel,
Willems, & De Vries, 2007; Simons-Morton, 2007).
The interest of this study lies in the availability of a large sample which makes
up nearly 50% of the population studied, and in the contribution of the use of decision
tree models, included in Data Mining methodology, which are capable of handling large
volumes of data and which constitute a good method for classifying and predicting (see
Larose, 2005 and Shmueli, Patel, & Bruce, 2007).
Nevertheless, the results of this work must be interpreted bearing in mind certain
limitations. First of all, the data must be analyzed from a transversal perspective. In this
sense, the appropriate design in order to identify predictor factors for the use of a
substance is a longitudinal study. Secondly, the data analyzed are self-reported and do
not include the view of different family members. Some authors have found that self
reports of drug consumption may be biased, in such a way that adolescents report a
lower consumption in self-reported protocols in comparison with an interview (Stone &
Latimer, 2005), leading to a lower validity (Williams & Nowatzki, 2005).
Future studies should analyze the relationship between consumption by parents
and friends and nicotine consumption using the techniques proposed in this work and
longitudinal studies, since it has been observed that having parents and friends who are
smokers exerts a variable influence throughout adolescence (Bricker et al., 2007;
Peterson et al., 2006). Likewise, it would be worth evaluating whether the tougher
antismoking laws have been transformed into a decrease in the places of exposure to
tobacco in adolescence and whether this has an influence, as some studies point out
(Seo, Torabi, & Weaver, 2008), in tobacco consumption in adolescents.
Acknowledgements
This study was carried out, partially, thanks to the help of the Plan Nacional Sobre
Drogas (INT/2012/2002), from a three year research project, which we had all the
pertinent permissions for, both for the schools, teachers and students, who voluntarily
took part in the study.
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Shmueli, G., Patel, N.R., & Bruce, P.C. (2007). Data mining in excel: Lecture notes and
cases. Arlington, VA: Resampling Stats, Inc.
Cristóbal Guerra *, David Álvarez-García **, Alejandra Dobarro **, José Carlos
Núñez **, Lorena Castro *** y Judith Vargas ***
Abstract Resumen
Due to its negative effects on the El fenómeno de la violencia escolar es
development of students, school violence has un tema de creciente interés mundial dados los
become an increasingly relevant phenomenon of efectos adversos que genera en el desarrollo de los
study around the world. This investigation attempts estudiantes. La presente investigación busca
to underscore the perception of Chilean secondary conocer la percepción de un grupo de estudiantes de
school students about the frequency of several types centros chilenos de Educación Secundaria sobre la
of school violence. In addition it tries to identify the frecuencia de distintos tipos de violencia escolar.
differences between Chilean students of different Además, esta investigación busca conocer las
types of school and different grade. Finally, it tries diferencias en la percepción de la violencia escolar
to identify the differences between Chilean students entre estudiantes de centros chilenos que asisten a
and Spaniards students in regards to that perception. distinto tipo de centro y que cursan distintos ciclos
In order to do so, a questionnaire was handed out to educativos. Finalmente se pretende comparar las
1075 Chilean students, and to 637 Spaniards diferencias en la percepción de violencia entre
students. Major levels of violence are found estudiantes de centros chilenos y españoles. Para
particularly in second grade of secondary school ello, se administró un cuestionario de violencia
and in public municipal schools. A set of escolar a 1075 estudiantes de centros chilenos y a
differences between Chilean and Spaniards 637 estudiantes de centros españoles. En los
students’ perceptions is found as well. The resultados se aprecian mayores niveles de violencia
implications of these outcomes for the prevention escolar percibida en estudiantes del segundo ciclo
and treatment of school violence in Chile are finally de secundaria y de los colegios municipales
discussed. chilenos. Además, se observan una serie de
diferencias en la percepción de la violencia escolar
Keywords: School violence, students, secondary entre estudiantes de centros chilenos y españoles.
education, transcultural comparison. Finalmente se discuten las implicancias de estos
resultados para la prevención y tratamiento de la
violencia escolar en Chile.
Correspondencia: Cristóbal Guerra Vio. Escuela de Psicología Universidad Santo Tomás, Avenida 1
norte 3041, Viña del Mar, Chile. E-mail: [email protected]
Introducción
La violencia escolar constituye uno de los principales retos del sistema educativo
a nivel internacional (Debarbieux, 2006; Gázquez, Pérez-Fuentes, Lucas, y Fernández,
2009). Un primer problema para abordar su estudio es delimitar el fenómeno a tratar.
Existe, no obstante, cierto consenso en definir la violencia como aquella conducta
intencionada mediante la cual se causa un daño, ya sea por acción u omisión (Serrano y
Iborra, 2005). De este modo, la violencia escolar corresponde a la aparición de este tipo
de conductas dentro del centro educativo o en cualquier actividad organizada por este,
pudiendo ser ejercida o padecida por cualquier miembro de la comunidad educativa.
La violencia escolar puede ser estudiada desde diferentes perspectivas.
Atendiendo a la motivación de la conducta violenta, se ha distinguido una violencia
reactiva, que aparece como respuesta a la conducta de otra persona percibida como
amenazante, frente a una violencia proactiva, más racional, premeditada y dirigida a un
propósito concreto (Cosi, Vigil-Colet, y Canals, 2009). En función del número de
personas que promueven la conducta violenta, se ha distinguido una violencia
individual de una grupal (Scandroglio et al., 2002). A partir de la forma en la que la
violencia se manifiesta, se ha distinguido entre violencia física y verbal (Defensor del
Pueblo y UNICEF, 2007). En la primera, el daño se ocasiona mediante un contacto
material, que puede ser directo (ej. golpes o peleas) o indirecto (ej. esconder o estropear
las pertenencias). En la segunda, el daño se provoca a través de la palabra (ej. insultos o
motes). Atendiendo al medio utilizado se habla del cyberbullying, en contraste con los
tipos tradicionales de violencia, cuando el daño se produce utilizando las tecnologías de
la información y comunicación, como Internet (Álvarez-García, Núñez, Álvarez,
Dobarro, Rodríguez, y González-Castro, en prensa; Ortega, Calmaestra, y Mora, 2008).
Por último, se ha clasificado la violencia escolar en función de la asimetría de poder
entre las partes implicadas y la duración del maltrato. Así, cabría diferenciar ciertos
comportamientos que constituyen bullying de otros que no los son. Para hablar de
bullying, deberían aparecer conductas violentas durante un período prolongado de
tiempo, existiendo un claro desequilibrio -de poder, apoyo social, autoestima,
habilidades de interacción- entre las partes (Olweus, 1998). El presente estudio se
centrará en el análisis de la violencia tradicional, desde la óptica del alumnado y
atendiendo a su forma (verbal frente a física), ya sea esta premeditada o no, individual o
Método
Participantes
Participaron 1712 estudiantes de centros chilenos y españoles de Educación
Secundaria: 1075 (62,8%) de centros chilenos y 637 (37,2%) de españoles. La muestra
chilena proviene de 6 colegios de Valparaíso (2 municipalizados, 2 particulares
subvencionados y 2 particulares). El 43% de esta muestra estudiaba en colegios
municipalizados, el 29,9% en particulares subvencionados y el 27,2% en particulares. El
51,5 % cursaba primer ciclo de secundaria (primero y segundo medio) y el 48,5%
cursaba segundo ciclo (tercero y cuarto medio). El 54,5% de los chilenos eran de género
masculino y el 45,5 de género femenino.
La muestra española proviene de 7 colegios de las provincias de Asturias y León
(5 públicos –equivalentes a “municipalizados” - y 2 concertados –equivalentes a
“particulares subvencionados”-). El 76,8% de los estudiantes españoles asistía a
colegios municipalizados y el 23,2% a particulares subvencionados. El 47,7% cursaba
primer ciclo de secundaria (primer y segundo grado), el 32,2% segundo ciclo (tercer y
cuarto grado) y el 20,1% cursaba primer año de Bachillerato. El 49,6% de la muestra
española era de género masculino y el 50,4% de género femenino.
Instrumentos de medida
Se utilizó el Cuestionario de Violencia Escolar (CUVE) (Álvarez, Álvarez-
García, González-Castro, Núñez, y González-Pienda, 2006). Posee un formato de
autorregístro y está compuesto por 29 ítems que miden, en una escala de frecuencias, la
percepción de los estudiantes sobre diferentes manifestaciones de violencia escolar. La
contrastación de la validez de constructo del cuestionario se realizó con análisis
factoriales exploratorios y confirmatorios. El CUVE posee 5 factores de primer orden
(violencia verbal entre el alumnado, violencia verbal del alumnado hacia el profesorado,
violencia del profesorado hacia el alumnado, violencia física directa entre el alumnado,
violencia física indirecta por parte del alumnado) y un factor de segundo orden
denominado Violencia escolar. El puntaje total y de cada factor es igual a la media de
las puntuaciones de los ítems que los componen. Estos puntajes varían de 1 a 5 (a mayor
puntaje mayor percepción de violencia escolar).
Considerando que en esta investigación participan escolares de Chile y España
es que se aplicó la versión original del CUVE (originada en España) a la población
española y su versión adaptada a Chile por Castro y Vargas (2009) a los chilenos. La
adaptación se realizó mediante el enfoque de comité (Brislín, 1980) y aunque fue
evaluada en una muestra pequeña (n = 320) obtuvo adecuados niveles de fiabilidad y
validez de constructo (al correlacionar inversamente con una medida de clima social
escolar). En la Tabla 1 se muestran los ítems utilizados en la versión chilena.
En esta investigación, el CUVE considerado en su totalidad ofrece elevados
índices de fiabilidad (alfa de Cronbach de ,924 para la versión española y de ,932 para
la chilena). La fiabilidad de los factores de primer orden, en la versión española, oscila
entre un alfa de ,690 para violencia física directa entre el alumnado y uno de ,872 para
violencia del profesorado hacia el alumnado. En el caso de la versión chilena, los
valores alfa varían entre ,617 para violencia física directa entre alumnado y ,784 para
violencia física indirecta por parte del alumnado.
Procedimiento
Para valorar su viabilidad práctica y ética, el proyecto de investigación fue
evaluado y aprobado por dos académicos de una de las universidades que patrocinaron
el estudio, pero externos al equipo investigador. Luego, el equipo directivo de cada
colegio fue informado de los objetivos y procedimientos del estudio, del carácter
voluntario y anónimo de la participación por parte del alumnado, y del tratamiento
confidencial de los resultados. El equipo directivo de cada colegio trasladó al Consejo
Escolar la propuesta de investigación, siendo esta aceptada por todos los
establecimientos consultados. Los mismos colegios, asesorados por el equipo de
investigación, gestionaron el consentimiento de los padres de los estudiantes que
formaron parte del estudio. En Chile, los padres firmaron el consentimiento enviado
mediante comunicación escolar (consentimiento activo), en tanto que en España se les
comunicó a los padres de los alcances de la investigación y se les dio la oportunidad de
negar la participación de sus hijos (consentimiento pasivo). Además, en ambos países,
el alumnado fue informado de los objetivos del estudio y se les recalcó el carácter
voluntario, anónimo y confidencial de sus respuestas. Luego se aplicó el instrumento a
los estudiantes que, además de tener el consentimiento de sus padres, dieron su
consentimiento verbal para formar parte del estudio. La aplicación fue colectiva, dentro
del aula y en horario de clases. La aplicación fue realizada, en ambos países, por el
equipo investigador. El cuestionario fue aplicado a la muestra durante el año académico
2009, en Chile, y 2008/2009, en España.
Una vez recogidos, los datos fueron analizados. Primero se examinó la
distribución de los datos mediante la prueba de Kolmogorov-Smirnov y, dado que
ninguna variable presentó una distribución normal, se trabajó con estadística no
paramétrica.
Se calculó el puntaje medio obtenido, en cada ítem y en cada dimensión del
CUVE, por cada subgrupo en que fue dividida la muestra (por país, ciclo educativo y
establecimiento). Luego, se realizaron comparaciones por ciclo, tipo de colegio y país,
con las pruebas U de Mann-Withney o de Kruskal-Wallis (según correspondía).
Resultados
Tabla 1. Media (y DE) obtenida por los estudiantes de centros chilenos y españoles de educación secundaria
en los reactivos del CUVE. Prueba U de Mann-Withney.
Tabla 1 (Continuación). Media (y DE) obtenida por los estudiantes de centros chilenos y españoles de
educación secundaria en los reactivos del CUVE. Prueba U de Mann-Withney.
Tabla 2. Estadísticos descriptivos y orden de aparición de las dimensiones de violencia escolar medidas
por el CUVE (según país). Prueba U de Mann-Withney.
Chile España
(n= 1075) (n=637)
M (DE) Orden M (DE) Orden U
Violencia de Profesorado hacia Alumnado 2,27 (,60) 5º 2,39 (,80) 2º 315896,000*
Violencia Física Indirecta por parte del 2,77 (,74) 1º 1,95 (,71) 5º 138104,000*
Alumnado
Violencia Física Directa entre Alumnado 2,39 (,83) 4º 1,97 (,79) 4º 239003,000*
Violencia Verbal entre Alumnado 2,46 (,67) 3º 2,63 (,77) 1º 294007,500*
Violencia Verbal de Alumnado hacia 2,52 (,71) 2º 2,35 (,73) 3º 297536,500*
Profesorado
Violencia Escolar Total 2,48 (,62) 2,28 (,61) 277999,500*
Valores de la escala: 1= Nunca; 2= Casi nunca, pocas veces; 3= Algunas veces; 4= Casi siempre, muchas
veces; 5= Siempre. * p < ,01.
frecuentes en ambos ciclos son la violencia física directa entre el alumnado y en último
lugar la violencia del profesorado hacia el alumnado (ver Tabla 4).
Tabla 3. Media (y DE) obtenida por los estudiantes de centros chilenos de distinto ciclo educativo en los
reactivos del CUVE. Prueba U de Mann-Withney.
Tabla 4. Descriptivos y orden de aparición de las dimensiones de violencia escolar medidas por el CUVE en
estudiantes de centros chilenos (según ciclo educativo). Prueba U de Mann-Withney.
verbal del alumnado hacia el profesorado, χ2 = 26,201; p < ,001; violencia escolar total,
χ2 = 70,556; p < ,001.
Para evaluar entre qué tipos de centro educativo específicamente existen estas
diferencias, se realizaron análisis con la prueba U de Mann-Withney. Considerando que
son tres tipos de colegio, para disminuir el riesgo del error Tipo I, se acompaño este
análisis con la corrección de Bonferroni. De este modo, se consideraron significativas
las diferencias con un nivel crítico menor a ,017 (obtenido de ,05/3) (ver Tabla 6).
Los resultados indican que los colegios municipalizados presentan diferencias
estadísticamente significativas con los particulares subvencionados en la violencia física
indirecta por parte del alumnado, U = 64368,500; p < ,001, violencia física directa entre
el alumnado, U = 64668,500; p < ,001, y violencia verbal entre el alumnado, U =
66631,000; p < ,017. En todas estas variables la percepción de violencia es mayor en los
municipalizados que en los particulares subvencionados, mientras que existe similitud
en los niveles percibidos de violencia del profesorado hacia el alumnado, U =
69990,500; ns, violencia verbal del alumnado hacia el profesorado, U = 71695,500; ns,
violencia escolar total, U = 68040,000; ns.
Los estudiantes de colegios municipales perciben niveles significativamente
mayores de violencia escolar (en todas sus dimensiones) que los de colegios
particulares: violencia del profesorado hacia el alumnado, U = 44982,500; p < ,001,
violencia física indirecta por parte del alumnado, U = 42260,000; p < ,001, violencia
física directa entre el alumnado, U = 54019,000; p < ,001, violencia verbal entre el
alumnado, U = 42590,000; p < ,001, violencia verbal del alumnado hacia el
profesorado, U = 56198,000; p < ,001, y violencia escolar total, U = 44572,000; p <
,001.
Por último, los estudiantes de colegios particulares subvencionados perciben
niveles más altos de violencia escolar que los de colegios particulares en cinco de las
seis medidas de violencia evaluadas: violencia del profesorado hacia el alumnado, U =
31744,000; p < ,001, violencia física indirecta por parte del alumnado, U = 33653,000;
p < ,001, violencia verbal entre el alumnado, U = 32312,500; p < ,001, violencia verbal
del alumnado hacia el profesorado, U = 35542,000; p < ,001, y violencia escolar total, U
= 32448,000; p < ,001. La excepción es la violencia física directa entre el alumnado,
donde no se observaron diferencias entre ambos grupos, U = 54019,000; ns.
En la última columna de la Tabla 5 se entrega información similar a la descrita
en los tres párrafos precedentes, pero considerando cada uno de los ítems del CUVE
Tabla 5. Medias y Desviaciones típicas obtenidas en estudiantes de centros chilenos de distinto tipo de establecimiento
escolar en los reactivos del CUVE. Prueba U de Mann-Withney.
Tabla 5 (Continuación). Medias y Desviaciones típicas obtenidas en estudiantes de centros chilenos de distinto tipo
de establecimiento escolar en los reactivos del CUVE. Prueba U de Mann-Withney.
Ítem Mun. Par. Sub. Part. U
5. Hay profesores en mi colegio que le tienen “mala” 3,33(1,15) 3,56(1,04) 3,26(,97) UAB=65805,000*;
a algunos alumnos UBC=39191,000*
6. Hay profesores en mi colegio que ridiculizan a los 1,83(1,12) 1,66(,85) 1,48(,73) UAC=57703,000*;
alumnos en clase UBC=41546,500*
8. Hay profesores en mi colegio que no escuchan a 2,77(1,00) 2,69(,92) 2,71(,95)
sus alumnos
13. Hay profesores en mi colegio que castigan 2,88(1,20) 2,53(1,08) 1,91(,92) UAB=62762,000*;
injustamente UAC=36483,000*;
UBC=31483,000*
16. Hay profesores en mi colegio que no tratan por 3,97(1,04) 4,02(1,02) 3,63(1,11) UAC=55475,000*;
igual a todos los alumnos UBC=37230,500*
19. Hay profesores en mi colegio que bajan la nota a 2,00(1,17) 1,57(,84) 1,27(,57) UAB=59732,500*;
algún alumno como venganza UAC=42396,000*;
UBC=37927,000*
22. Hay profesores en mi colegio que intimidan a 1,60(,96) 1,41(,79) 1,20(,53) UAB=67360,500*;
algún alumno UAC=52777,500*;
UBC=40598,500*
23. Hay profesores en mi colegio que tienen 1,58(,95) 1,73(1,01) 1,52(,78)
preferencias por ciertos alumnos
Violencia física directa entre alumnado
14. Se producen agresiones físicas entre estudiantes 2,68(1,19) 2,40(1,04) 2,17(,92) UAB=64747,000*;
de mi colegio dentro del recinto escolar UAC=51619,000*;
UBC=41624,000*
20. En mi colegio hay estudiantes que amenazan a 2,67(1,07) 2,63(1,04) 2,89(,98) UAC=59587,500*;
otros con navajas u otros objetos para meterles miedo UBC=39271,500*
u obligarles a hacer cosas
25. Se producen agresiones físicas entre estudiantes 2,32(1,31) 1,91(,96) 1,58(,91) UAB=62686,000*;
de mi colegio en las cercanías del recinto escolar UAC=44736,000*;
UBC=36829,000*
Violencia física indirecta por parte de alumnado
10. Hay estudiantes en mi colegio que roban cosas de 2,26(1,26) 1,43(,80) 1,14(,51) UAB=44756,500*;
los profesores UAC=29851,500*;
UBC=37591,500*
15. Estudiantes de mi colegio rompen a propósito 3,18(1,24) 3,04(1,05) 2,48(,93) UAC=46120,000*;
material de otros compañeros UBC=33117,000*
17. En mi colegio hay alumnos que roban objetos o 3,58(1,12) 3,42(1,06) 3,09(1,08) UAC=50932,500*;
dinero de otros compañeros UBC=38918,000*
21. Los alumnos de mi colegio esconden pertenencias 2,93(1,19) 2,95(1,09) 3,03(1,05)
de los profesores o los materiales con los que ellos
trabajan para molestarlos
24. Estudiantes de mi colegio causan daños 2,65(1,18) 2,76(1,01) 2,34(,97) UAC=58553,000*;
intencionalmente en pertenencias de los profesores UBC=36332,000*
27. Estudiantes de mi colegio roban objetos o dinero 3,50(1,21) 3,39(1,24) 3,12(1,21) UAC=55791,000*;
del mismo UBC=41154,500*
28. Estudiantes de mi colegio rompen 2,77(1,12) 2,38(,97) 2,01(,86) UAB=60518,000*;
intencionalmente material del mismo UAC=41180,000*;
UBC=36578,000*
Valores de la escala: 1= Nunca; 2= Casi nunca, pocas veces; 3= Algunas veces; 4= Casi siempre, muchas veces; 5=
Siempre.
* p < ,017 (Bonferroni); A = Colegios municipalizados; B = Colegios particulares subvencionados); C = Colegios
particulares.
Tabla 6. Estadísticos descriptivos y orden de aparición de las dimensiones de violencia escolar medidas por
el CUVE en estudiantes de centros chilenos (según tipo de colegio). Prueba U de Mann-Withney.
VPA= Violencia de Profesorado hacia Alumnado; VFIA=Violencia Física Indirecta por parte del Alumnado;
VFDA=Violencia Física Directa entre Alumnado; VVAA=Violencia Verbal entre Alumnado; VVAP=Violencia
Verbal de Alumnado hacia Profesorado; VE=Violencia Escolar Total. Valores de la escala: 1= Nunca; 2= Casi
nunca, pocas veces; 3= Algunas veces; 4= Casi siempre, muchas veces; 5= Siempre. *p < ,017 (Bonferroni). A =
Colegios municipalizados; B = Colegios particulares subvencionados; C = Colegios particulares.
cada reactivo del CUVE obtenidas por estudiantes de centros chilenos y españoles se
sugiere revisar la Tabla 1.
Finalmente se aprecia que el orden de incidencia de los tipos de violencia
percibida por los estudiantes de centros chilenos y españoles es diferente. En los centros
chilenos las manifestaciones de violencia más frecuentes corresponden a la violencia
física indirecta por parte del alumnado, seguida de la violencia verbal del alumnado
hacia el profesorado, violencia verbal del alumnado hacia el alumnado, violencia física
directa entre el alumnado y en última instancia la violencia del profesorado hacia el
alumnado. En cambio en los centros españoles el orden de incidencia es el siguiente:
violencia verbal del alumnado hacia el alumnado, violencia del profesorado hacia el
alumnado, violencia verbal del alumnado hacia el profesorado, violencia física directa
entre el alumnado, violencia física indirecta por parte del alumnado (ver Tabla 2). Es
importante señalar que el orden de incidencia de los distintos tipos de violencia escolar
en la muestra española es muy cercano al encontrado en investigaciones españolas
previas (para una revisión ver Álvarez-García, Álvarez, Núñez, González-Pienda,
González-Castro, y Rodríguez, 2008)
Discusión
medidas por el CUVE como en gran parte de los ítems específicos. De este modo, los
resultados del presente estudio permiten avanzar en el conocimiento del fenómeno de la
violencia escolar en Chile ya que, como se ha dicho, los estudios previos ofrecen
resultados contradictorios respecto al tipo de colegio que presenta mayores índices de
violencia escolar (Adimark, 2008; Instituto de Evaluación y Asesoramiento Educativo,
2005; Universidad Alberto Hurtado y Gobierno de Chile, 2006). Si bien el actual
corresponde a un estudio descriptivo, y por tanto no es posible establecer relaciones
causales, sí se puede interpretar sus resultados a la luz de lo señalado por el informe
PISA 2006 (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, 2008) y el
informe Panorama de la Educación 2009 (Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económico, 2009), específicamente en lo referido a las características del
sistema educativo chileno que, al agrupar a los estudiantes en centros según su nivel
socioeconómico, genera ciertas desventajas en los centros con menos recursos (los
municipales). Estas desventajas (menor infraestructura, mayor cantidad de alumnos por
curso) podrían estar incidiendo en la mayor frecuencia de la violencia escolar percibida
por los estudiantes de centros municipalizados. Se sugiere que futuras investigaciones
evalúen el alcance de estas observaciones.
De todas formas, se considera que la diferencia observada en la frecuencia de
violencia escolar percibida según el tipo de centro educativo es preocupante,
considerando la probada relación existente entre violencia escolar y fracaso escolar
(Álvarez-García, et al., 2010; Totura, Green, Karver, Gesten, y 2009), además de la
relación inversa entre violencia escolar y salud mental de los estudiantes (Fleming y
Jacobsen, 2009; Trautmann, 2008). Por tanto, de los resultados de esta investigación se
visualiza la necesidad de intervenir, especialmente, en los colegios más vulnerables con
programas específicamente diseñados para ellos. En este sentido, hay que señalar que
los colegios chilenos municipalizados que participaron del estudio fueron
establecimientos exclusivamente dedicados a la enseñanza secundaria, a diferencia de
los particulares subvencionados y particulares que tienen enseñanza primaria y
secundaria. Por esta razón los estudiantes de colegios municipalizados habitualmente
conocen a sus pares recién en el primer año de secundaria, a diferencia de los
estudiantes de los otros dos tipos de colegio que se conocen desde la primaria.
Siguiendo a Contador (2001, citado en García y Madriaza, 2005), esta falta de
consolidación del grupo podría ser uno de los factores que inciden en la mayor
percepción de violencia en colegios municipalizados. Por tanto, pudiera ser relevante
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Abstract Resumen
This paper analyses how the students’ Este artículo analiza en qué medida las
perceptions about the quality of their classroom percepciones de los alumnos acerca de la calidad
environment influence their adjustment and del clima social dominante en su aula afectan a la
academic experiences. Additionally, it also explores calidad de su adaptación y de sus vivencias
whether their classroom perceptions vary by gender académicas. Adicionalmente, explora en qué
and/or field of studies. A sample of 667 first-year medida esas percepciones se diferencian en función
students from 16 different degree courses in del sexo y el área de conocimiento de los
University of Minho participated in this study. estudiantes. Participaron en el estudio 677
Students answered to the Classroom Environment estudiantes universitarios de primer año de 16
Scale (CES; Moos & Trickett, 1974) and the titulaciones de la Universidad do Minho. En el
Questionnaire of Academic Experiences (QAE; inicio del segundo semestre se administró la versión
Almeida & Ferreira, 1997) at the beginning and at adaptada de la Classroom Environment Scale (CES;
the end of the second semester, respectively. Results Moos y Trickett, 1974), y al final de ese semestre el
showed a quite positive pattern of students’ Questionário de Vivências Académicas (QVA,
classroom environment perceptions, although some Almeida y Ferreira, 1997). Los resultados muestran
significant differences by gender and field of studies que a pesar de que los alumnos señalaban
have been observed. Furthermore, these perceptions percepciones bastante positivas en relación al clima
influence positively and in a statically significant dominante en sus aulas, el sexo y el área de
way the quality of students’ academic experiences. conocimiento hacen diferenciar los resultados de
These results point to the importance of contextual una forma estadísticamente significativa. A su vez,
variables in the campus organization in order to estas percepciones afectaron de forma positiva y
promote students adjustment, learning and estadísticamente significativa los resultados
psychosocial development. obtenidos en la calidad de las vivencias académicas
de los estudiantes. Los resultados indican así la
Keywords: Academic environment; College relevancia de estas variables contextuales en la
adjustment; Academic experiences; Academic construcción de campus promotores de ajuste, de
success. aprendizaje y de desarrollo de los estudiantes.
Introducción
Método
Participantes
Participaron en el estudio 677 estudiantes de primer año de 16 titulaciones de
graduación de la Universidad do Minho, organizados en cuatro grandes áreas de
conocimiento en función de los intereses científicos o profesionales afines: (i)
titulaciones en el área de las ciencias (biología aplicada, optometría y ciencias de la
visión, química - rama textil y plásticos, matemáticas y ciencias de la computación);
(ii) titulaciones en el área de las tecnologías (ingeniería civil, ingeniería mecánica e
ingeniería de materiales); (iii) titulaciones en el área de la formación de profesores
(portugués, portugués-francés, portugués-inglés, físico-química y matemática); y
(iv) titulaciones en el área de las ciencias sociales y humanas (sociología, psicología
y economía). La mayoría de los participantes era del sexo femenino (61,9%), y
únicamente en las titulaciones en el área de las tecnologías se observó la tendencia
inversa (74% hombres).
Las edades oscilaron entre los 17 y los 24 años (M= 18,4; DE = 1,20), no
obteniéndose diferencias de edad estadísticamente significativas entre los grupos
considerados. La totalidad de la muestra asistía por primera vez a la Universidad,
situándose el 70% de los participantes en la titulación que habían elegido en primera
opción en el Concurso Nacional de Acceso. Además, el 57% de la muestra también
señaló que el ingreso en la universidad había implicado su salida del hogar familiar
(i.e, desplazamiento de su residencia habitual para estudiar en la Educación
Superior).
Instrumentos
Clima Social de Aula - se evaluó a través de la versión adaptada de la
Classroom Environment Scale (CES; Moos y Trickett, 1974) para jóvenes que
asisten a instituciones de Educación Superior portuguesas (Soares y Almeida, 2002).
El CES, en su versión original, está constituida por 90 ítems en una escala de
respuesta dicotómica (verdadero/falso), distribuidos en nueve subescalas (con 10
ítems en cada una) organizadas en torno a tres dimensiones: (i) la dimensión
relacional, con tres subescalas (Participación, Afiliación y Apoyo del profesor); (ii)
la dimensión de desarrollo personal o de orientación hacia objetivos, con dos
subescalas (Orientación para las tareas y Competición); y (iii) la dimensión de
mantenimiento/cambio del sistema, con cuatro subescalas (Orden y organización,
Claridad de normas, Control del profesor e Innovación). Las diversas subescalas
mostraron índices de consistencia interna Kuder-Richardson 20 (KR20, dada la
estructura dicotómica de la respuesta a sus ítems) bastante adecuados, oscilando
entre ,67 (en la subescala Competición) y ,86 (en la subescala Control del profesor),
así como de estabilidad temporal de los resultados (Moos, 1987; Moos y Trickett,
1974), observándose mayores dificultades en la verificación de la dimensionalidad
propuesta en otros países. También en Portugal, los estudios desarrollados (Bastos,
Paúl, y Sousa, 1996; Soares y Almeida, 2002) no consiguieron replicar la estructura
factorial original, sin embargo Soares y Almeida (2002) evaluando una muestra
amplia de estudiantes universitarios (N = 910), sí han replicado la estructura original
de la escala aunque eliminando 19 de los 90 ítems y con algunas particularidades en
comparación con la definición y composición original de las subescalas.
Los nueve factores identificados presentaron una definición propia en el
ámbito de la teoría subyacente al modelo original, aunque dos de las subescalas de la
versión original del CES (Orientación para las tareas e Innovación) se hayan
aglutinado en un único factor, mientras que una dimensión no prevista en el modelo
original haya emergido (Inestabilidad). Dadas las especificidades de estas dos
subescalas y con el objetivo de asegurar una adecuada comparación de los resultados
con la versión original de la escala, decidimos excluirlas de los análisis. Así que en
este estudio se consideró únicamente el análisis de las siguientes siete subescalas:
Participación, Afiliación, Apoyo del profesor, Competición, Orden y organización,
Claridad de normas, y Control del profesor.
Procedimiento
Los cuestionarios fueron administrados por la primera autora en el contexto
del aula en cada una de las 16 titulaciones de graduación implicadas en el estudio.
Previo a este momento, solicitamos la autorización correspondiente a los Decanatos
de las diferentes titulaciones y su divulgación a los profesores de primer curso, con
el objetivo de que nos cediesen un tiempo de sus aulas para la recogida de los datos.
En cada titulación, y después de la presentación de los objetivos de la
investigación, se aseguró a los participantes la total confidencialidad de los
resultados. También se hizo hincapié en el carácter voluntario del estudio, por lo que
se dejó total libertad para que los alumnos aceptasen o no participar. La escala CES
se administró al inicio del segundo semestre y el cuestionario QVA al final de ese
mismo semestre. Los resultados han sido analizados mediante el SPSS (versión 18.0
para Windows).
Resultados
Tabla 2. Medias y desviaciones estándar en el CES para la muestra en función del área
de conocimiento.
Áreas de conocimiento
Ciencias Formación de Tecnologías Ciencias sociales y
profesores humanas
Subescalas
CES M DE M DE M DE M DE
Subescalas
QVA Muestra Global Sexo
Masculino Femenino
Nº Ítems M DE Mín-Máx M DE M DE
Tabla 4. Medias y desviaciones estándar en el QVA para la muestra en función del área
de conocimiento.
Áreas de conocimiento
Subescalas
QVA Ciencias Formación de Tecnologías Ciencias sociales y
profesores humanas
M DE M DE M DE M DE
Bienestar físico 48,0 7,53 49,5 6,58 48,2 6,68 48,3 7,26
Bienestar psicológico 44,2 10,52 45,5 9,91 47,5 9,12 46,6 10,09
Percepción de competencia 32,5 4,81 32,6 4,97 34,3 4,50 34,2 5,06
Desarrollo vocacional 48,3 9,14 49,4 8,41 51,4 7,56 49,2 7,69
Adaptación a la titulación 49,1 9,35 49,7 8,74 52,0 7,76 52,6 8,81
Métodos de estudio 34,6 5,20 36,3 5,35 33,8 4,95 35,7 5,08
Gestión del tiempo 25,5 4,82 27,3 4,77 25,7 4,10 26,1 4,61
Ansiedad exámenes 27,8 5,61 30,0 6,09 31,6 5,62 30,9 6,18
Base de conocimientos 18,4 4,45 19,6 4,00 20,7 3,49 20,7 4,04
Adaptación a la institución 42,3 6,36 42,2 5,51 40,4 6,27 42,0 6,11
Participación extracurricular 32,6 5,53 32,4 5,29 32,3 5,17 33,4 5,73
Por su parte, los alumnos del área de tecnologías mostraron peores percepciones
en la subescala Métodos de estudio en comparación con los alumnos de las áreas de
formación de profesores, y de las ciencias sociales y humanas. A su vez, los estudiantes
del área de ciencias sociales y humanas indicaron una mayor adaptación a la titulación
que los alumnos de las áreas de formación de profesores y de ciencias. Finalmente, la
muestra de alumnos del área de formación del profesorado señaló que gestiona mejor el
tiempo que los alumnos de ciencias y de tecnologías.
A continuación y sobre la base de los objetivos del estudio, se constituyeron dos
grupos de estudiantes para cada una de las siete dimensiones del CES: alumnos con
percepciones positivas (puntuaciones iguales o superiores al punto medio en cada
subescala) y alumnos con percepciones negativas (puntuaciones inferiores al punto
medio) sobre el clima social en el aula. El Gráfico 1 presenta la distribución de estos
grupos en cada una de las siete dimensiones del CES.
Gráfico 1. Distribución de los grupos en cada una de las siete dimensiones del CES.
8%
27%
44%
56% 58%
81% 76%
92%
73%
56%
44% 42%
19% 24%
dimensiones del QVA, lo que confirma la importancia de las relaciones con sus
compañeros como una fuente importante de los jóvenes en la adaptación al contexto
universitario.
El Apoyo del profesor también parece afectar de modo significativo la forma
como los jóvenes experimentan su vida universitaria, en particular en lo que se refiere a
las dimensiones más curriculares e institucionales del QVA. Sin embargo, y a pesar de
que la investigación sugiere una importante conexión entre la calidad de la relación con
los profesores y la calidad del proceso de ajuste de los jóvenes al contexto universitario
y el rendimiento académico obtenido, los datos de este estudio mostraron que los
alumnos perciben poca disponibilidad por parte de los profesores para proporcionarles
más apoyo en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Tabla 5. Medias y desviaciones estándar de los grupos del CES en los resultados en el
QVA.
CES
Percepción
QVA
CES
+ 49,7 8,55 47,0 9,53 47,7 10,38 45,0 9,67 46,3 10,10 46,5 9,97 45,1 9,89
Bienestar
psicológico - 45,6 10,05 41,4 10,08 45,1 9,85 47,3 10,11 45,5 9,90 44,0 9,73 47,4 9,95
+ 34,8 4,99 33,8 4,65 34,5 5,15 33,1 4,89 33,7 4,73 33,9 4,88 33,0 4,76
Percepción de
competencia - 33,3 4,92 32,2 5,73 33,1 4,82 33,9 4,89 33,2 5,10 32,4 4,89 34,1 5,12
+ 51,1 8,97 50,1 8,02 49,9 9,07 49,6 8,05 49,4 8,54 50,3 8,17 49,7 8,16
Desarrollo
vocacional - 49,4 8,22 47,6 8,75 49,4 7,93 49,6 8,51 49,7 8,14 47,4 8,16 49,6 8,26
+ 52,6 9,74 51,8 8,39 53,2 9,31 50,7 9,03 51,7 8,83 52,0 8,72 50,3 8,76
Adaptación a
la titulación
- 50,8 8,72 47,2 9,51 50,0 8,47 51,2 8,50 50,2 8,76 47,7 8,43 52,2 8,53
+ 38,2 4,66 35,5 5,16 36,7 5,36 35,6 5,32 35,9 5,06 35,7 4,94 34,6 5,38
Métodos de
estudio - 34,9 5,21 33,8 5,27 34,6 5,10 34,8 5,06 34,6 5,30 33,5 5,67 36,3 4,85
Tabla 5 (Continuación). Medias y desviaciones estándar de los grupos del CES en los
resultados en el QVA.
Percepción CES
CES
+ 28,8 3,81 26,4 4,65 27,2 4,48 26,5 4,73 26,7 4,48 26,5 4,38 25,8 4,82
Gestión del
tiempo - 25,9 4,64 25,2 4,74 25,8 4,69 25,8 4,53 25,8 4,75 25,0 5,28 26,7 4,45
Ansiedad en + 32,2 6,16 30,5 5,82 31,3 6,13 29,4 5,78 30,3 5,67 30,4 6,02 29,7 5,98
la realización
de exámenes - 29,9 6,02 28,7 6,59 29,7 6,02 31,0 6,16 29,9 6,36 29,4 6,27 30,9 6,03
Bases de + 21,3 3,73 20,2 4,04 20,9 3,93 19,7 4,10 20,2 4,02 20,2 4,14 19,6 4,09
conocimientos
- 19,8 4,13 19,1 4,28 19,6 4,13 20,1 4,10 19,7 4,16 19,0 3,96 20,5 4,09
+ 42,4 6,20 42,9 5,43 43,1 6,34 41,4 6,24 42,0 5,98 42,2 6,04 41,4 6,28
Adaptación a
la institución
- 41,7 6,07 37,2 6,33 41,3 6,02 42,1 5,94 41,4 6,22 40,4 6,21 42,5 5,85
Participación + 32,5 5,64 33,4 5,30 34,1 5,37 32,8 5,40 32,7 5,46 32,8 5,30 32,8 5,38
extracurricular
- 32,7 5,64 29,9 4,67 32,2 5,48 32,6 5,50 32,6 5,40 32,4 5,58 32,9 5,44
Tabla 6. Resultados de las pruebas t-Student y su significación de los grupos del CES
en los resultados en el QVA.
CES
QVA
SUBESCALAS Relación Desarrollo personal Mantenimiento/
Cambio del sistema
Discusión y conclusiones
En general, los resultados de este estudio sugieren que los estudiantes señalaron
percepciones positivas sobre la mayoría de los dominios del clima social de aula
evaluados por el CES. Debido al origen sociocultural bajo y medio-bajo dominante en
los alumnos que acceden a la Universidad do Minho (Almeida et al., 2006), es posible
que estos estudiantes realicen una evaluación intuitivamente bastante favorable frente a
las posibles oportunidades de promoción personal y profesional derivadas de su acceso
a la Educación Superior. Esta deducción puede estar reforzada por el hecho de que la
mayoría del alumnado de esta Universidad no tiene en su núcleo familiar personas con
un historial previo de asistencia a la Educación Superior (Almeida, 2007). Sus
percepciones más negativas incidieron sobre el grado de participación de los alumnos
en las actividades académicas de la titulación y en el apoyo prestado por los profesores
para su aprendizaje, lo que parece asumirse como las áreas más críticas del clima social
de aula. Como estas dos subescalas pertenecen a la dimensión relacional del CES,
podemos anticipar que con la transición a la universidad, los estudiantes de primer año
parecen ser bastante dependientes del apoyo de profesores y compañeros. Algunas
investigaciones recientes sugieren, en efecto, la importancia del apoyo social percibido
en la adaptación y ajuste de los alumnos (Buote, Pancer, y Pratt, 2007; Mattanah, Ayers,
Brand, Brooks, Quimby, y McNary, 2010; Sarason y Sarason, 2009; Yazedjian,
Purswell, Sevin, y Toews, 2007).
Los resultados obtenidos mostraron también que las alumnas señalaron
percepciones más positivas en las subescalas Apoyo del profesor, Competición, y Orden
y organización, mientras que los alumnos indicaron percepciones más positivas en la
subescala Control del profesor. Estas diferencias de género sobre el clima dominante en
el aula y la percepción del apoyo social se han observado en otros estudios (Frey,
Bresley, y Miller, 2006; Weckwerth y Flynn, 2006), lo que también podría estar
asociado a la diferencia a favor de los alumnos de humanidades (titulaciones
predominantemente frecuentadas por estudiantes del sexo femenino). Por otra parte, los
resultados muestran algunos efectos de interacción sexo x área de conocimiento. Así, se
observa una mayor participación en las actividades del aula de las alumnas de las
titulaciones de formación de profesores y tecnologías, o una mayor percepción de
participación por parte de los alumnos en las áreas de ciencias sociales y humanas, y de
ciencias.
En cuanto a las vivencias académicas, en base a los resultados en el QVA, los
estudiantes también evaluaron de forma bastante positiva sus experiencias en el
contexto universitario. Una vez más se puede pensar que un cierto deslumbramiento con
la llegada a la universidad por parte de estos alumnos de 1º año explica los resultados
obtenidos (Soares, 2003). Del mismo modo, dado que se trata de alumnos de primer
año, y desconociendo aún las actividades que ofrece la Universidad, no sorprenden las
bajas puntuaciones en la subescala Participación en actividades extracurriculares.
De nuevo, se observaron algunas diferencias en función del género de los
estudiantes, obteniéndose por parte de las alumnas resultados más bajos en diversas
acaban por adaptarse mejor a la Universidad (Buote et al., 2007; Chickering y Reisser,
1993; Fass y Tubman, 2002; Mattanah et al., 2010; Sarason y Saranson, 2009;
Yazedjian et al., 2007).
Del mismo modo, percepciones más positivas en relación con el Apoyo del
profesor se asociaron con mejores resultados de los alumnos en las subescalas del QVA
relacionadas con las dimensiones más curriculares e institucionales de las vivencias
académicas. Este resultado, y en particular la constatación de la percepción generalizada
entre los estudiantes de la poca disponibilidad de los profesores para el
acompañamiento de su aprendizaje y el seguimiento de los alumnos, requieren cierta
atención por parte de las autoridades académicas. Modelos más activos y autónomos de
aprendizaje por parte de los alumnos, como se pone de manifiesto en las directrices de
la Declaración de Boloña que se siguen en Portugal, reclaman un acompañamiento y
supervisión más asiduos por parte de los profesores.
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