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Módulo XIX Las Reinas y Reyes, Sensibilidad y Dominio

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Módulo XIX Las Reinas y Reyes, sensibilidad y dominio.

Índice de contenidos del Módulo

Introducción

Las Reinas de cada Palo

Descripción de la figura

Significado en una lectura

Reina de Bastos

Reina de Copas

Reina de Espadas

Reina de Oros

Las Reinas invertidas

Los Reyes de cada Palo

Descripción de la figura

Significado en una lectura

Rey de Bastos

Rey de Copas

Rey de Espadas

Rey de Oros

Los Reyes invertidos

Ejercicios de aplicación

Ejercicio 1: jugando con las Reinas y Reyes

Ejercicio 2: ¿cómo es esta persona?

Ejercicio 3: sinastría de arcanos


Introducción

En este módulo terminaremos de ver las Figuras de la Corte, específicamente las Reinas y
Reyes. De manera análoga a como los Pajes más bien viven en su mundo subjetivo y los
Caballeros son extravertidos y buscan hacerse un lugar en la sociedad, las Reinas viven en
su riquísimo y vasto mundo interno, focalizándose en la experiencia subjetiva –tanto propia
como la de quienes comparten su reino– en los sentimientos, en las sensaciones; por su
parte, los Reyes también buscan mantener el estatus logrado porque lo que era una
búsqueda para el Caballero, es una realidad para el Rey –por eso su objetivo es mantener
lo logrado–. Siempre me ha gustado pensar a las figuras como una estructura dinámica tipo
“cuadro de doble entrada”: por un lado está la cualidad de la figura (docilidad, inocencia
–Pajes– movimiento, cambio –Caballeros–, nutrición, introspección –Reinas– y dominio
–Reyes–) y por el otro está el elemento, entendido como un temperamento (extrovertido,
iniciador, volátil –Fuego– , sensitivo, fijo, lento –Tierra–, introvertido, plástico, acomodaticio
–Agua– y extravertido, flexible, racional –Aire–). De un modo profundo, las 16 Figuras de la
Corte representan un vínculo entre los misterios de la vida (los 22 Arcanos Mayores) y los
hechos cotidianos (las 40 Cartas Numeradas), entre los arquetipos universales y su
expresión mundana. De un modo más práctico, las Figuras serían concretamente los
personajes –cada uno con su forma de reaccionar ante los hechos– viviendo una historia
particular –las Cartas Numeradas– dentro de una trama universal –Arcanos Mayores–. En
esta analogía, los Reyes y Reinas mostrarían las formas más maduras y conscientes de
encarar la vida. Y dónde cada Paje y Caballero señalaba un rol concreto en la sociedad
medieval, los Reyes y Reinas muestran distintas cualidades o modelos de mando.

Las Reinas de cada Palo

Descripción de la figura

Rey y Reina forman un par indisoluble: no se puede pensar el uno sin el otro. Sus
funciones son interdependientes. Son la cara mundana de La Emperatriz y El Emperador: el
Rey representa en su esencia el que gobierna, manda, dirige y tiene el poder; es el principio
masculino, el padre, la autoridad. Por su parte, la Reina es la representación de lo
femenino, la madre, la esposa, la hermana, la que influencia sobre el Rey de forma sutil y
femenina. Y como las jerarquías en el Tarot son simétricas, el orden de las Figuras es
análogo al de los Arcanos Mayores: primero vienen las Reinas y luego los Reyes, así como
primero viene La Emperatriz (Arcano III) y después El Emperador (Arcano IV). Su nombre la
define como la esposa del rey o como la mujer que ejerce la potestad real por derecho
propio. Su rol principal era el de ser madre del heredero del trono, y de gobernar junto al
monarca, y las formas en que aparece en otros idiomas la muestra como equivalente al
Rey: en francés “Reine” o “Reyne”, en el Tarot de Marsella; Queen, en el Tarot de Rider
original, son todas formas femeninas de la palabra Rey (“Roy” o “Roi” en francés, y “King”
en inglés). Es curiosa, no obstante, la desaparición de esta figura en la baraja española, que
sólo conserva las Sotas (fusionadas con el Diez), los Caballos y los Reyes. Se podrían
hacer muchas conjeturas al respecto, pero no hay datos históricos concretos de cómo o por
qué fueron suprimidas en la baraja de juego o de adivinación española. Cabría preguntarse:
¿la Reina es sólo la esposa del rey? ¿Su función deviene únicamente de esta condición
marital? ¿Ha sido siempre el papel de esta figura, o tal solo se la conoce así en la Edad
Media en la cual el Tarot se conoce por primera vez? Responder a estas preguntas excede
las pretensiones de este curso, pero valga sembrar la curiosidad para pensar esta figura en
otros contextos. Sin embargo, la Reina que ha quedado plasmada en el Tarot es la de la
Edad Media y Moderna; no quedan dudas sobre el rol de la reina, que consistía
básicamente en dar a luz al heredero del trono, y de gobernar si el rey estaba fuera o si
había muerto, hasta que el heredero legítimo pudiera hacerse cargo. Esto hace de la Reina,
y de las situaciones y personas que representa, una figura dadora y sostenedora. Esposa y
madre, dos atributos claramente femeninos, indican que las Reinas simbolizan figuras
maduras, con gran estabilidad emocional, receptividad, y capacidad para enfocar objetivos,
representando el lado femenino de determinado elemento y acentuando características
sensitivas. La indumentaria de las Reinas se caracterizaba por ropas finas, que las leyes
suntuarias no permitían a los campesinos y a las clases bajas. La vestimenta de los reyes y
las reinas medievales se elaboraba sólo con las mejores telas y los colores más brillantes.
Respecto de los colores, vale la pena mencionar que los tintes para colorear la ropa en la
época medieval eran caros y sólo los nobles podían pagarlos. Los reyes y las reinas tendían
a usar siempre colores brillantes como el rojo y el azul reales. El tinte rojo se obtenía a partir
de un insecto que habitaba el Mediterráneo; el verde se creó a partir de los líquenes y la
planta glastum se usaba para obtener el azul. Esto explica, a mi juicio, por qué las Figuras
de la Corte –sin mencionar los Arcanos Mayores– llevan los colores primarios y
ocasionalmente el verde, en especial en el Tarot Marsellés. Este dato es importante porque
la presencia de determinados colores en el Tarot no solo se explica por el argumento de
algunos autores, referido a las limitaciones de colores para la edición de textos, limitación
que alcanzó, obviamente, al Tarot, sino también por las propias costumbres de la época y la
organización social. Las Reinas en particular –mujeres, al fin y al cabo– vestían varias
capas de telas sujetadas por fíbulas (broches) y diversos accesorios. Por lo general, las
telas que usaba la realeza, como el terciopelo y la seda, se importaban, y solo los reyes
tenían permitido usar seda púrpura o dorada. Las Cruzadas tuvieron un gran impacto en la
moda gracias a la cantidad de telas exóticas que pudieron ingresar en Europa, como el
raso, por ejemplo. Las pieles de animales también eran populares, sobre todo las de zorro y
armiño. La vestimenta para las mujeres nobles consistía en la acumulación de varias capas
de prendas. Como ropa interior usaban calzones, calzas y camisas cubiertas con una
enagua de seda o lino. Por encima de la enagua usaban un vestido largo con una pequeña
cola y estaba cubierto por una túnica lujosa. Dentro del castillo usaban un par de zapatos
especiales y, para realizar excursiones al aire libre, tenían otro par de madera y cuero que
usaban por encima de los zapatos para el castillo. En un principio, las mujeres de la realeza
usaban un cobertor de seda en el cabello (velos), pero luego surgieron los sombreros y se
convirtieron en el estilo preferido de finales de la Edad Media; con el tiempo el diseño de los
sombreros fue cada vez más estridente y, con frecuencia, terminaban en punta. Estas
vestimentas las podemos ver con claridad en las distintas Reinas de los mazos que venimos
trabajando: las cuatro llevan vestidos cuyo largo les cubre los pies; y una suerte de capa
protectora sujetada por un distintivo broche, distinto en cada caso y que se relaciona con el
dominio de cada reina: una cabeza felina en el caso de la Reina de Bastos, un caracol de
mar en el caso de la Reina de Copas y una mariposa para la de Espadas. La Reina de Oros
tiene un velo, en lugar de lucir una capa sujetada desde el cuello. Además de la vestimenta,
los elementos que las cuatro reinas tienen en común es que están sentadas en su trono, lo
que indica receptividad, pasividad; sostienen amorosamente el símbolo de su palo y están
rodeadas por algún símbolo de su Elemento. En el caso del Rider, veremos que se repetirán
determinados elementos que aparecieron ya en los Pajes y Caballeros. El mismo juego de
continuidad se observa en el caso del Marsellés, como en seguida veremos.

Significado en una lectura

Trasladando estas cualidades de protección, maternidad, madre, esposa, emocionalidad,


interiorización, cuidado, etc… podemos conjeturar que cuando aparece una Reina en una
lectura muestra una mujer de igual o mayor edad que el consultante, que suele ser la
madre, la suegra (de preferencia si el consultante es hombre), la esposa, una hermana o
amiga importante. Aunque esto no es rígido: esta carta puede simbolizar igualmente
hombres que reflejen una marcada emocionalidad, capacidad de proteger y contener, desde
el elemento que reflejen. Entre eventos o atributos, las Reinas en una tirada ponen el
acento en los atributos, en la experiencia interna, emocional del consultante más que en
hechos que puedan suceder. Sin embargo, de manera análoga a lo que significa La
Emperatriz, su aparición en una lectura puede indicar que el tema por el que se pregunta
(salud, trabajo, economía, amor, amistad…) crece, se nutre, se desarrolla, está en
gestación… o bien, todo lo contrario, porque las Reinas también tienen su valor si aparecen
invertidas.
Reina de Bastos

La Reina de Bastos representa el lado yin del elemento Fuego: una apreciación receptiva de
las cualidades de este elemento, una mirada positiva y alegre de la vida, una disposición al
juego, a entusiasmar y a dejarse entusiasmar por otros. Como Reina, vigila su vida interior y
cuida a aquellos que viven bajo su potestad; se preocupa porque la vida tenga sentido,
porque lo que ella hace exprese siempre su identidad. Su carácter es espontáneo,
vivificante y honesto: detesta la mentira y el engaño. Está inmersa en su propio deseo, el
cual el Paje apenas comenzaba a descubrir y el Caballero alimentaba incesantemente.
Aquí, en el trono de la reina, el fuego del deseo arde en forma tranquila y estable.

Raide Waite la representa como una mujer morena de


cabellos claros (con toques rojos). Viste una túnica color
amarillo brillante que se confunde con el color de los
apoyabrazos en forma de león y la arena del desierto. Lleva
una capa de color blanca sujetada con un prendedor con
forma de cabeza de gato. El respaldo del trono también está
adornado con figuras de leones, de color rojo, y girasoles. En
su mano derecha, porta el Basto y en su mano izquierda lleva
un girasol abierto. Los colores amarillos y rojos, hablan del
carácter de esta reina, que es pasional, deseante; el león es
un símbolo de dignidad, orgullo, importancia, cualidades que
esta reina tiene por demás. El gato negro, a sus pies, ha
colaborado para que se considere que esta reina tiene algo de
bruja (dada la asociación del gato con las brujas). Aquí, sin
embargo, es un símbolo más de la independencia de esta
reina, dado que su elemento es masculino y extravertido. Su
actitud segura, su rostro tranquilo, sereno y confiado, y el
hecho de que tiene las piernas abiertas, es un testimonio de que se deja atravesar por la
vida, se involucra en cualquier aventura y recibe de buen agrado toda propuesta que sea
excitante y novedosa. El único elemento que se repite en otras cartas son las tres pirámides
que en esta carta quedan en segundo plano.

Como atributo, la Reina de Bastos señala que el consultante está profundamente conectado
con la energía del deseo, que rebosa de entusiasmo, alegría por la vida o que está
fortaleciendo su autoestima. Se siente apasionado por el asunto preguntado. Indica
confianza en uno mismo, “inteligencia felina”, voluntad firme, creativa y emprendedora;
puede ser, en ocasiones, muy sensible a la crítica, a la falta de reconocimiento, o puede
volverse dominante.

Como persona, esta reina señalaría una mujer que exhibe estas características: es
dinámica, confiada, resuelta, tiene encanto y estilo. A veces puede ser algo mandona, pero
no duda en proteger a los suyos si los siente en peligro. Puede simbolizar a la madre del
consultante, y a veces, a la suegra.
Como evento, este arcano puede anunciar que ha llegado la hora nutrir, de dejarse
entusiasmar por algún proyecto, de sostenerlo en el tiempo con dedicación, esmero y buena
onda. A veces, coincide con una propuesta que viene de afuera y que insta al consultante a
sacar a relucir sus cualidades de motivación, en especial, en temas laborales.

Reina de Copas

Es la representante yin del Elemento Agua, y como tal, expresa las cualidades de
sensibilidad, percepción, empatía, acomodamiento a las necesidades de los demás,
curación, preocupación por los sentimientos de quienes quiere. Como la Reina, es
propiamente, una figura femenina, receptiva, maternal, y la combinación de esta función con
el elemento Agua redobla la cualidad introspectiva y receptiva de este personaje. Estamos
en frente de una reina que es profundamente emocional, que tiene un riquísimo mundo
interno, pero que lo resguarda de los demás, a veces por miedo a ser herida; otras veces,
por voluntad propia. En este sentido, se puede comparar esta figura con La Suma
Sacerdotisa, su vínculo con el agua, con la intuición y la capacidad de dar ayuda. El Tarot
de Rider nos muestra una mujer morena de cabellos castaños, sentada en su trono en una
playa. El trono está adornado con bebés sirenas, que resultan ser uno de los elementales
del Agua. Lleva un vestido blanco, indicando parte de su pureza, y una túnica blanca y
fondo rojo, adornada con ondas que semejan las olas del mar. Es curioso notar como parte
de esta túnica se funde con el mismo océano, sugiriendo que la verdadera naturaleza de
esta Reina es el agua.

Otro elemento importante de la Figura es la Copa: es


interesante destacar que todas las Copas en las otras cartas
están abiertas, mientras que en esta reina la Copa está cerrada
y es diferente de las copas regulares. Se asemeja a una
construcción tipo castillo, con seis facetas con animales
dibujados y coronada por una cruz. A los costados del tallo de
la copa, surgen dos brazos en los que se posan dos ángeles
negros, en señal de protección del objeto. La mirada de la reina
se dirige atenta hacia el interior de la copa, como si esta fuera
algún tipo de herramienta que le permitiera tener visiones, cual
si fuera una “bola de cristal”. Este gesto hace de esta reina una
figura enigmática, misteriosa y también distante, ya que su
quehacer está en su interior, no en el mundo externo.

Reina de Espadas

Al igual que la Reina de Bastos, la de Espadas encarna cierta dicotomía en su carácter: el


Aire es un elemento masculino –aunque, en mi opinión, en menor grado que el Fuego– que
al combinarse con la receptividad, cualidad de protección y maternidad propia de la Reina,
da como resultado una figura fuerte, en ocasiones rígida. El tipo de experiencia que trae
esta carta tiene que ver con el comenzar a concientizar los propios pensamientos, un
proceso que inició con el Paje (que tímidamente, esgrimía sus ideas), siguió con el
Caballero (mucho más reactivo, cuestionador; incluso, fundamentalista) y concluirá en el
Rey, el nivel máximo de conciencia de su palo. No obstante esta cualidad algo ruda, la
Reina de Espadas es casi etérea, abstracta; ha superado las dudas, la dualidad –propia de
las figuras anteriores, e incluso de las cartas numeradas– y se concentra en su experiencia
subjetiva.

El Tarot de Rider muestra, a mi juicio, el conjunto de símbolos


más rico para este palo: el trono sobre el que se sienta la reina
–de color gris: neutralidad, vida austera– está adornado por
querubines y mariposas, lo mismo que su corona está
ornamentada por estos animalitos. Las mariposas aparecen
en la serie de Espadas por primera vez en el Caballero,
adornando la manta del caballo blanco. Aquí aparecen como
parte de la indumentaria del personaje y del paisaje. La
bandada de aves en las dos Figuras previas se ha reducido a
una sola: el ave vuela tranquilamente justo por sobre la
cabeza de la reina, indicando que ella tiene ideas claras y
puntuales. Las nubes, por su parte, no cubren la cabeza de la
reina, como sí sucedía con el Paje y el Caballero, lo que es un
testimonio de su claridad mental. Por último, vuelven a
aparecer los cipreses, abajo a la izquierda, ésta vez derechos
porque no hay viento. Las nubes también forman parte de la
capa de la reina, cuyo exterior es celeste como el cielo
salpicado por el blanco de las nubes, y su interior es rojo. El vestido de la reina es
completamente blanco, y la capa se sujeta por un broche de mariposa. La reina mira hacia
la derecha, el futuro: deja el pasado atrás; lo vivido le ha dejado enseñanzas pero no se
queda fijada en ellas, aunque su corazón puede tener un cierto dejo de nostalgia. Tras
haber enfrentado el dolor encuentra sabiduría. Por último, la borla que cuelga de su mano
izquierda (lado de la experiencia) hace pensar en una cuerda cortada (como la que
mantenía cautiva al personaje del Ocho de Espadas). Es decir que la reina ha usado la
espada de su intelecto para liberarse de la confusión, la duda, el miedo y la opresión de
ideas ajenas.

Como persona, la Reina de Espadas simboliza a una mujer que ha tenido una vida difícil y
que, sin embargo, ha sabido sobreponerse al dolor y sacar sabiduría de ello. Puede indicar,
a veces, un carácter algo irónico o mordaz, como consecuencia de esto, pero en su lado
positivo indica a quien saca buen partido de las circunstancias.
Como atributo, si esta reina aparece en una lectura indica que el consultante tiene una gran
fuerza mental de la cual echar mano: analizar las situaciones y sacar conclusiones lógicas,
extraer sabiduría de sus experiencias.
Como evento, la Reina de Espadas indica que ha llegado el momento de atender la
nutrición de las ideas, tomar contacto con nuevas fuentes de información, realizar algún tipo
de terapia o bien esforzarse por tener las cosas claras, por cerrar ciclos.
Reina de Oros

La Reina de Oros encarna el lado yin del elemento Tierra: es fértil, abundante, hace crecer
las cosas; es laboriosa, realista, práctica y disfruta de los pequeños momentos, del cuidado
del hogar y las labores cotidianas. Simboliza, además, solidez, bondad de espíritu, gran
sensorialidad y capacidad de nutrición y disfrute. Se relaciona estrechamente con La
Emperatriz, dado su vínculo con la tierra y los procesos naturales. En este sentido, la Reina
de Oros sería la cara mundana del Arcano Mayor que representa un arquetipo colectivo. El
Rider Waite la retrata como una reina campesina, sentada en su trono en un fastuoso jardín.
Viste una túnica blanca con mangas largas y un delantal rojo, indicando que su acción es
constante aunque no apresurada. De su corona dorada sale un largo velo verde, que sella
su vínculo con la naturaleza, y se confunde con el pasto. El trono, de color gris, está
adornado con diversas frutas, mientras que los apoyabrazos terminan en forma de carnero.
El jardín está repleto de rosas rojas (como el jardín de El Mago), y en el suelo rojizo se
confunde un conejo –en el ángulo inferior derecho– que simboliza la abundancia y la
fertilidad. Es interesante notar que la reina sostiene su pentáculo como si fuera su hijo,
como si lo acunara y lo observa con ternura; esto identifica su función: la de asistir a los
procesos nacimiento y cambio, la de ayudar a que las cosas crezcan, se desarrollen y
puedan volver a la tierra de la que vinieron, cumpliendo así el ciclo natural. La postura de la
reina hacia la izquierda indica que su quehacer se apoya, en parte, en lo que ha construido
en el pasado.

En suma, los atributos de la Reina de Oros invitan al


consultante a descubrir las cualidades de laboriosidad,
realismo, practicidad y productividad dentro de sí, o a trabajar
para desarrollarlas. Esta reina enseña el amor por el mundo y
la unidad con él, y aprender a confiar en sí mismo, en las
propias capacidades.

Como evento, la cualidad nutricia de la reina más la cualidad


estable de los Oros puede significar que el consultante está en
un momento de concreciones, de riqueza de ideas. Puede
llegar un buen trabajo a su vida, o lograr buenas ganancias
monetarias. En otro sentido de cosas, puede haber llegado el
momento de cuidar más el cuerpo, iniciando una dieta o algo
similar.

Como persona, la Reina de Oros simboliza una mujer práctica,


buena ama de casa y también buena empresaria –llegado el caso–. Maneja bien sus
finanzas y disfruta de las labores hogareñas. Tiene sentido común, es generosa, organizada
y sensual.
Las Reinas invertidas

Las Reinas invertidas indican un bloqueo emocional, falta de conexión con el lado sensible
de la vida, necesidades desatendidas o bien sobreprotección que impide el crecimiento
correcto de los asuntos por los que se pregunta. La exuberancia de la Reina de Bastos
puede exagerarse, salirse de control cuando la carta aparece invertida, indicando una
persona que es demasiado dominante, que quiere controlar todo, que es exageradamente
sensible a lo que los demás piensan de él o ella, y que a veces puede sentir envidia de lo
que otros tienen o hacen. Puede ser destructiva, celosa, posesiva, o limitar de alguna
manera la libertad de los demás. Si se refiere al consultante, puede indicar un bloqueo de
deseo o un mal uso de la voluntad, por ejemplo, queriendo manipular a alguien para
conseguir sus fines. La Reina de Copas invertida puede sugerir que el consultante se
siente herido emocionalmente y que busca encerrarse en sí mismo. Los poderes curativos
de la reina no fluyen, hay dificultad para vincularse con los sentimientos, por un exceso de
dolor, y se los niegan. Podría indicar también la presencia de una persona dependiente,
manipulable, deprimida a la que es difícil hacer feliz. El vínculo entre visión y acción se
rompe, y entonces la persona tiene ilusiones infundadas con crudo realismo, es decir, o se
vive una exageración o mala expresión del elemento agua, o su bloqueo. Cuando aparece
invertida, la Reina de Espadas señala a una persona amargada, irónica, cínica, que carga
con el dolor del pasado sin poderlo procesar adecuadamente. Indica la presencia de una
mujer tan enérgica, que pretende que los demás hagan siempre lo que ella quiere. Si se
trata del consultante, será él o ella quien utiliza mal su mente o intenta imponerse a los
demás. Puede ser testimonio también de excesivo dolor o egoísmo. Una Reina de Oros
invertida es como una abeja sin panal: tiene un gran caudal energético que no tiene salida
creativa ni productiva. A nivel interno, puede indicar que el consultante ha perdido la fe y la
confianza en sí mismo. Ha perdido la integración con el hilo natural de las estaciones y los
ciclos. En otro sentido de cosas, puede indicar una persona demasiada materialista, terca,
avara, poco generosa; o todo lo contrario, muy descuidada en sus finanzas, derrochadora,
improductiva. Los bloqueos de las reinas invertidas requieren un trabajo emocional por parte
del consultante.

Los Reyes de cada Palo

Descripción de la figura La última de las figuras de la corte es el Rey, compañero y consorte


de la reina. Su nombre lo define como el monarca, el rector y jefe supremo de un reino,
estado o territorio. La etimología de la palabra rey proviene del latín “rex”, genitivo “regis” y
ésta de raíz indoeuropea reg- que significa “conducir, dirigir, llevar”. En el Tarot Rider original
aparece con la palabra “King”, en el Marsellés es “Roi”. “El rey es el monarca o soberano de
un reino. La forma de gobierno donde el cargo supremo del Estado está en manos del rey
se conoce como monarquía. En estos casos, el poder es hereditario (cuando el rey muere,
es coronado su hijo y así sucesivamente).” Es la forma de gobierno más antigua, que
sobrevive aun en algunos países, aunque el rey hace las veces de primer mandatario, junto
al congreso o el parlamento. ”En las diversas culturas de la antigüedad, el rey ocupaba un
cargo intachable. Al principio se creía en él como si de un Dios se tratase. En aquella época
era justificable dicha deidad porque eran politeístas, sin embargo con la imposición del
Cristianismo en las sociedades debieron buscarse nuevas razones para creer en el poder
absoluto del monarca, dado que existía un solo Dios” por lo menos en occidente. ”Entonces
se consideró que la mejor forma de comprender dicho poder era considerando que le venía
dado por designio divino. Entonces dejaron de ser monarquías teocráticas –es decir,
centradas en el poder de Dios– para pasar a ser absolutas. Es importante tener en cuenta
que su poder era tan grande que todo lo que ellos decretaran era tomado en cuenta como si
de una profecía se tratase y jamás se ponían en duda sus decisiones. ”Durante siglos el
poder de los reyes manipuló a más no poder las poblaciones a lo largo de toda la tierra,
hasta que con la llegada de Revolución Inglesa del siglo XVII, este poder comenzó a sufrir
limitaciones porque el pueblo se opuso a continuar siendo gobernado con semejante
sistema; surgieron entonces las monarquías parlamentarias que, si bien mantenían la figura
del rey, éste debía responder frente a un grupo de personas que velaban por los derechos
de los pobladores e impedían que el monarca tomara decisiones que pudieran poner en
peligro la estabilidad social.” De este modo, con el correr del tiempo, las monarquías fueron
modificando su esencia (excepto en algunos país de África y Asia) y perdieron poder,
aunque en algunos países siguen manteniéndose como figuras públicas importantes, como
es el caso de los reyes de España.” 1 En la edad media, la indumentaria de reyes y
hombres nobles consistía en bragas que cubrían las piernas, prendas semejantes a los
pantalones, o las calzas, éstas adheridas a la pierna, bordadas y adornadas, ajustadas
ambas en las pantorrillas, por medio de correas entrecruzadas. Los nobles las usaban de
color rojo, que ya hemos visto, se obtenía a partir de un insecto. Curiosamente, tres de los
reyes del Marsellés tienen calzas rojas y zapatos azules. Túnicas, capas, telas de seda,
ricos bordados de oro y piedras preciosas eran los elementos comunes a la vestimenta que
llevaban los reyes, sin mencionar –desde ya– la típica corona.

La corona, por lo general de oro y pedrería con ocho florones (adorno, a manera de flor), y
cerrada con diademas y cruz encima, era no sólo un símbolo de soberanía, sino también de
sabiduría, de superioridad y grandeza. Se compara de alguna manera a la aureola de los
santos; y curiosamente, el séptimo chakra o centro de energía se denomina coronilla, que
justamente indica una conexión con la energía universal, nuestra “antena cósmica”. Los
faraones egipcios solían llevar una larga corona que tenía siete niveles, o bien tres
secciones que indicaban su dominio sobre distintos territorios del Nilo.

Significado en una lectura

El rol del rey es el de gobernar, y así lo indican estas figuras cuando se presentan en la vida
del consultante a través de una tirada. Su presencia indicará situaciones ligadas a la
capacidad de dominar la vocación, la pasión, el impulso y de aportar optimismo al área del
palo al que pertenezcan. Se especializan en brindar voluntad, pasión y dinamismo, aunque
tienden a ser figuras estables, y la brindan al área de la vida que se trate. Los reyes son
dignos y responsables: usan la energía de manera dinámica y extrovertida para lograr lo
que se proponen, por eso tienden a ser más activos, representando el lado masculino del
elemento correspondiente y acentuando su fuerza y solidez. El símbolo de la corona indica
un alto nivel de conciencia –comparable al séptimo chakra, a la aureola de los santos–,
sabiduría, capacidad de auto-dominio, seguridad y reconocimiento social. Dominan todas
las situaciones de su Palo: ya que no quedan atrapados por el hechizo del inicio tímido de
los Pajes, por el alboroto y arrogancia de los Caballeros, ni su gobierno se limita
exclusivamente al mundo interno. Su quehacer está en el mundo externo, en lo social, con
las personas, pero deviene de un profundo trabajo personal, de haber pasado muchas
vicisitudes. Refiriéndose a personas, cuando aparecen en una lectura indican la presencia
de un hombre de igual o mayor edad que el consultante, o como en el caso de las Reinas,
puede tratarse también de una mujer que reúna esas características de dominio, estabilidad
y poder. En cuanto a atributos, las cualidades que aporta un Rey a la lectura son similares a
las de El Emperador: realismo, orden, legalidad, justicia, equilibrio, sobriedad, posibilidad de
concreción, ambición, consciencia moral. Y de cierta manera, estos atributos son los que
posibilitan los eventos que vienen de la mano de un Rey: concreción, dominio de las
situaciones que atraviesa el consultante, cierre de un ciclo de aprendizaje –es la última
figura–, vuelta de espiral completa en cuanto al aprendizaje emocional, material, mental o
energético. Cada rey está sentado en su trono, sosteniendo el elemento de su Palo; la
mayoría porta una corona (salvo el Rey de Oros en el Marsellés, que lleva sombrero), y
visten de manera muy similar, con la indumentaria característica. Vayamos por última vez al
significado de cada Rey en los tres Tarots que estamos analizando, destacando los
elementos que se repiten en cada uno, tratando de captar su esencia.
Rey de Bastos

Los cuatro reyes del Tarot de Rider llevan el estilo real de la corona inglesa: túnica larga
hasta los pies, capa del mismo largo, una gola que le cubría el pecho –salvo el de espadas,
por supuesto corona y lo que Waite denomina el gorro de mantenimiento: un gorro
ceremonial de terciopelo carmesí forrado de armiño, que los nobles británicos usaban en
eventos especiales de la corona. En rigor, este gorro no es el mismo que se ve en las
imágenes de los cuatro reyes, pero en la literatura que existe sobre el Rider, así se lo
denomina. Y lo que importa es su significado: que su función es la de mantener su pueblo,
lo que habla de su responsabilidad social. El Rey de Bastos en particular representa el lado
yang del elemento Fuego: una apreciación activa de las cualidades de este elemento, una
rebosante confianza en sí mismo, seguridad y orgullo. Mentalidad fuerte, capaz de dominar
a otros mediante su fuerza de voluntad. En palabras de Rachel Pollack, él sabe la verdad,
sabe que su método es el mejor, y considera natural que otros lo sigan. Al igual que la reina,
es sincero, honesto, no contempla la mentira como un medio para alcanzar sus fines.
Aborrece el dolor, las emociones demasiado tormentosas, y no comprende a las personas
deprimidas; si él puede, los demás también, piensa él. Esto hace del rey algo intolerante a
veces (lo cual se vería más en la carta invertida), pero la mayoría de las veces destaca su
lado positivo y sus ganas de ayudar a los demás.

La imagen del Rider muestra a un hombre moreno, sentado de


perfil en su trono mirando hacia la izquierda: está vestido con
una túnica anaranjada, una capa amarilla adornada con
salamandras –las mismas que se veían en el Caballero, sólo
que aquí se muerden la cola, indicando acciones que se
concretan–, lo mismo que el respaldo del trono, que además
tiene leones. A sus pies, hay una salamandra real, lo que
indica que el fuego ya no es un ideal, sino que el rey es capaz
de convocarlo y sostenerlo. Lleva una gola verde claro, mismo
color de sus zapatos, indicando un vínculo con la naturaleza y
buena salud. Su gorro de mantenimiento es rojo y lleva una
corona que asemejan las llamas del fuego. Por último, lleva un
colgante con un prendedor de león. Todos estos atributos se
vinculan a este rey con el honor, el orgullo, la alegría de vivir y
el optimismo.
Podemos concluir que el Rey de Bastos al aparecer en una
lectura estaría indicando la presencia de una persona (hombre o mujer) segura, orgullosa,
brillante, un poco intimidante; de carácter fuerte y dominante, que ha conquistado el mundo
del deseo, que está en profundo contacto con esa energía creativa: su hay que crear, crea;
si hay que hacer, hace. Y si es necesario destruir, también lo hace. Si fuera un evento, la
presencia de este rey indicaría que el asunto por el que se pregunta atravesará por
momentos definitorios, concreciones rápidas, y que el atributo que se debe despertar o
convocar es el de la seguridad, la confianza, la autoridad.
Rey de Copas

El rey de Copas encarna el lado masculino del elemento Agua. Al ser rey, su actitud a las
emociones, la sensibilidad y los sentimientos es activa, no receptiva como la reina. Mientras
que la reina se concentra en su mundo interno, el rey trata de darle una salida creativa a su
mundo emocional.
El mazo Rider Waite muestra a un hombre, de aspecto sereno y bonachón, sentado en un
trono de piedra que flota en el océano. La Reina de Copas tenía su trono en la playa y a sus
pies en el mar, mostrando su profundo contacto con el mundo emocional; este rey vive en
permanente contacto con las emociones: su trono flota en el agua, es decir que es llevado
de un lado para el otro por las olas, aunque no se hunde en él. Esto habla de su pericia y
dominio de las emociones, las imágenes del alma. Es curioso que el pececito que se
asomaba por la copa del Paje, aquí parece libre: se lo ve saltando por el océano. Lo que el
Paje capturó para conocer de cerca, ahora es libre porque ya se conocen las emociones. En
rey viste una túnica celeste –color del agua–, una capa amarilla y una gola con adornos
rojos. Lleva, además, un colgante como forma de pez, que es como un símbolo de su
conquista. En su mano derecha sostiene la copa (pero ya no la observa, sino que su mirada
se dirige al horizonte) y en su mano izquierda un cetro. (El Rey de Oros también porta un
cetro, lo que hace un juego similar al del Marsellés: los dos reyes de elementos femeninos
tienen barba, y aquí cetro). Su gorro de mantenimiento es gris, como su trono y el fondo de
la carta, lo que indica que en algún punto es sensible pero moderado.

Dado su vínculo con el Agua, esta carta simboliza el atributo


de una gran riqueza y sabiduría emocional, pero como el rey
tiene un costado social y una responsabilidad hacia su
pueblo, este atributo debe tener necesariamente una salida
creativa, por ejemplo, a través de una actividad artística, un
rol de beneficencia porque es compasivo, le duele el dolor de
los demás pero, a diferencia del Paje que es tímido, del
Caballero que se queda en los sentimientos románticos, en el
deseo o en el anhelo, o de la Reina que espera que la vengan
a ver o se enfoca en lo emocional, este rey busca ayudar al
otro con acciones concretas. Así, en una lectura, podría
indicar que el consultante tiene estas inquietudes, o bien que
tiene una persona en su entorno que lo hace, que encarna
estas cualidades. Por último, en cuanto eventos, cuando
aparece el Rey en una lectura puede indicar una etapa de
gran emocionalidad para el consultante, la posibilidad de
concretar o terminar una etapa madurativa, casándose, o
formalizando una relación, o simplemente hablaría de estabilidad y aprendizaje.
Rey de Espadas

El Rey de Espadas encarna el lado masculino del elemento Aire. Tanto la cualidad yang del
rey como del elemento combinan bien. Así, tenemos al pensador, al erudito, al rey de
carácter fuerte y aguerrido pero en el ámbito intelectual.
El Tarot de Rider muestra a un rey serio, solemne, de mirada cruda y penetrante y hacia el
frente: vive en el pleno presente. Su postura recuerda a La Justicia pero su espada está
ligeramente inclinada hacia la derecha –lado de la acción–. Lleva una túnica celeste, una
capa violeta –sabiduría– y una gola y gorro de mantenimiento rojo –acción–. Su corona lleva
el rostro de un ángel con las alas desplegadas. Su trono, de color gris piedra, está
ornamentado con mariposas y es curioso que sobre su hombro izquierdo hay dibujada una
pareja alada bailando. Son dos los pájaros que vuelan, indicando la dualidad de su mente, o
su enfoque pragmático. Los elementos repetidos en las cuatro cartas son las nubes, los
árboles, los pájaros. Las nubes se forman y se deshacen fácilmente, como a veces sucede
con los pensamientos. Los pájaros son símbolo de las ideas concretas, más estables, que
las nubes que son temporales. Por otro lado, es interesante ver cómo, por ejemplo, en la
Sota se está formando una tormenta, que en el Caballo estalla como un vendaval. En la
Reina, las nubes no tapan su cabeza; y en el Rey, que es el que domina, las nubes se ven
mucho menos.
Otro detalle que también se repite es la mariposa: en los adornos del caballo, en la corona
de la reina y en el trono del rey. La mariposa es un símbolo que tiene muchos significados,
por ejemplo: la metamorfosis (oruga --> crisálida --> mariposa); también, en griego se le
decía “psique”, que también significa “alma”. La postura del rey es como la de un juez:
analítico, desafiante, fundamenta sus decisiones y acciones en ideas claras.

En cuanto a personas, este rey simboliza un individuo


inteligente, avispado, irónico, con gran sentido común pero
con el riesgo de llegarse llevar más por sus preconceptos que
por su observación de la realidad. Puede ser alguien
dominante, erudito en algún tema, que se desempeñe como
escritor, periodista, abogado, juez o profesor, alguien que
utiliza su mente en su trabajo, y que sigue algún tipo de
esquema o creencia central. Como atributo, puede indicar
que es momento de que el consultante emprenda la
búsqueda de la verdad, que trate de ser objetivo, realista y
certero en su accionar en el tema por el que se pregunta; que
desarrolle la capacidad de analizar a fondo las situaciones.
Por último, como evento, el Rey de Espadas sugiere el
ingreso en una etapa de vida en la que será muy importante
la palabra, la comunicación, los escritos, los traslados y el
hecho de ser muy preciso con lo que dice y hace. Es una
etapa de coherencia entre las creencias personales y las
acciones del consultante.
Rey de Oros

La última figura de la corte y el cuarto rey es el de Oros. Como sus compañeros, encarna el
lado yang de su elemento, en este caso, la Tierra. Este elemento en su faceta activa es la
solidificación de todo un proceso de crecimiento que se inició en el As y que fue cobrando
mayor forma, estructura y densidad a través de las cartas Numeradas y que cobra su forma
final en este rey. El Rey de Oros muestra la conexión, el disfrute, el conocimiento y el
aprovechamiento más grande que se puede tener de la Tierra, en todos sus aspectos. Ya no
queda hechizado ni maravillado por la materia que comienza a descubrir, como el Paje; ni
queda demorado o estancado en el trabajo diario, perdiendo a menudo su objetivo, como el
Caballero; y va un paso más allá de la Reina, quien sólo vivía para los demás, para
colaborar en el proceso de nacimiento y crecimiento. El Rey domina todas esas situaciones
y vive también para disfrutarlas, por ello es el rey más mundano de los cuatros, comparable
incluso a un campesino.

Se ve a un hombre moreno, que sujeta el pentáculo con su


mano izquierda, y un cetro con su mano derecha. Viste una
túnica verde –naturaleza– bordada con vides y hojas de parra
que se confunden y fusionan con las uvas reales de su jardín.
Lleva coronas amarilla, color de la mente, que implica un uso
práctico y de ella. Está sentado en un trono negro –materia–
ornamentado por cabezas de toro, tanto en la parte superior
del respaldo como en el frente de los apoyabrazos. Detrás de
él se yergue un imponente y fastuoso castillo, fruto de su
trabajo intenso. Este rey es rico, pero en lugar de
representárselo dentro de su propiedad rodeado de oro, joyas
y objetos caros, se ve en el jardín, disfrutando de lo que ha
logrado. Mira de reojo su pentáculo: sabe que tiene
posesiones, sabe cómo conseguirlas, mantenerlas,
intercambiarlas, y no se preocupa constantemente de ello. Ha
descubierto el tesoro de la manifestación material, el secreto
de la abundancia y ya no centra su vida en el producir, sino
en el disfrutar de lo hecho.

Como atributo, si sale esta carta en una lectura, estaría indicando que el consultante debe
echar mano de su carácter práctico, materialista, objetivo y concreto; debe enfocar el asunto
desde su costado más simple, sin vueltas, sin atajos. Y que si no tiene estas cualidades,
que bien le harían despertarlas o generarlas dentro de sí.

Como persona, este rey hablaría de un personaje en la vida del consultante que es
materialista, que adora el dinero y sabe cómo generarlo. Puede ser un negociante, un
vendedor, un contador, o bien un trabajador de campo. Dado su vínculo con Tauro, también
podría tener alguna afición artística, como por ejemplo la escultura, la pintura.

Como evento, bajo el liderazgo de este Rey tan concreto las situaciones se solidifican, se
concretan, se formalizan. Si el asunto preguntado tiene que ver con dinero, la respuesta
sería positiva; si fuera por trabajo, la propuesta es fiable. Y si fuera por amor, pues la
relación se está construyendo sobre bases fiables y puede tener futuro.

Los Reyes invertidos

Los Reyes invertidos podrían ser señal de abuso de poder o de un comportamiento


bárbaro: el rey utiliza su poder para lograr caprichos egoístas en lugar de hacer lo que sea
mejor para su “reino”. O bien, pueden indicar que teniendo recursos y la capacidad para
actuar no lo hacen, lo que indicaría un bloqueo de la personalidad. En otras palabras, un rey
invertido indica bloque o exceso de las cualidades al derecho de la carta. Así, un Rey de
Bastos invertido indicaría, por un lado, alguien que exagera en su necesidad de dominar
sobre los demás o incluso sobre sí mismo: alguien autoritario, intolerante o muy exigente
consigo mismo. En otro sentido, este rey al revés mostraría a alguien que es débil o que
teme usar su poder, su autoridad porque no sea ha atemperado. En cuestión de atributos, el
consultante podría estar usando demasiada fuerza o demasiado poca fuerza para el asunto
por el que pregunta. Cuando el Rey de Copas aparece al revés en una tirada, indica una
persona emocionalmente perturbada, que está pasando por un momento de mucho bajón
emocional, depresión; alguien que, siendo el o la que ayuda a los demás, no puede
ayudarse a sí mismo. En otro sentido de cosas, pueden indicar trabas o bloqueos
emocionales, un momento de frialdad, deshonestidad. Combinado con otras cartas, podría
hablar de vicios o adicciones. Y tratándose de eventos, podría indicar que la creatividad y
talento del rey al derecho se estropean o no se usan de manera productiva. Indica una obra
que, pudiendo ser genial, es mediocre. El Rey de espadas invertido describe a una
persona cruel, despiadada, demasiado racional o fría, que pasa todo su mente y que ha
perdido la conexión son u corazón. Puede tratarse del consultante o de una persona de su
entorno. De cualquier modo, es la mente mal usada, que se vuelve contra los demás o
contra sí mismo. En otro sentido de cosas, podría hablar de alguien débil de carácter o que
no le da valor a su pensamiento, a su palabra, y por ello estaría hablando de un bloqueo, no
de una exageración. Por último, el Rey de Oros al revés en una lectura puede indicar una
persona demasiado materialista, avara, poco productiva, demasiado obsesionado con el
dinero o adicta al trabajo porque quiere amasar una pequeña fortuna. En otro sentido de
cosas, podría indicar que el consultante se siente “pobre”, inseguro, mediocre, fracasado;
siente que no puede generar abundancia en su vida, por lo cual debe tomar contacto con
personas que hayan podido progresar en sus carreras, en sus trabajos, para conectarse con
el lado abundante de la vida que en este rey invertido está bloqueado.
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Hemos llegado así al final de nuestro recorrido por los Arcanos Menores. Hemos dado una
primera vuelta de espiral, descubierto los símbolos por primera vez pero el viaje puede
recomenzarse siempre que uno quiera. Los símbolos son inagotables en su significado y
siempre se pueden descubrir matices nuevos. ¡Felicitaciones por haber llegado este
momento! No es poca cosa el mérito. Muchos comienzan a estudiar y quedan por el
camino, pero vos has logrado ascender los 78 escalones del Tarot. Ahora, lo que queda por
delante es pura práctica y experimentación.

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Ejercicios de aplicación Ejercicio 1: jugando con las Reinas y Reyes

Te propongo repetir el ejercicio del módulo anterior, esta vez con las Reinas y los Reyes,
sabiendo de antemano que ambas figuras representan niveles de mayor madurez que las
figuras previas. Al extraer cada carta, estaríamos respondiendo a la pregunta “¿cuál es el
mejor enfoque para este asunto?”. El Tarot te dirá qué actitud es más propicia: si nutrir,
interiorizar, sostener, cuidar, proteger (Reina) o poner límites, dominar, accionar, juzgar
(Rey) el asunto. La carta que extraigas deberás leerla no como una persona o evento, sino
como un atributo que deberás incorporar o una actitud que deberás asumir. Así, por
ejemplo: si ante una disyuntiva amorosa sobre continuar con una pareja o no, sale la Reina
de Espadas, estaría indicando que sería más propicio cortar el vínculo o por lo menos tomar
cierta distancia; si uno quiere saber cómo comportarse en un nuevo trabajo y sale el Rey de
Bastos, estaría sugiriendo que sería provechoso mostrarse entusiasta, animoso, cálido. Si
querés ir un paso más allá podés extraer una segunda carta y preguntar “¿cuál es enfoque
o actitud que me puede traer problemas?”. De esta manera, abarcamos aquello que quizás
estamos muy tentados de hacer pero que no conviene. En los ejemplos anteriores podría
haber salido el Rey de Copas, que sugiere que no hay que apelas a las emociones, ni
hacerse la víctima. Tenemos una polaridad opuesta: donde la Reina de Espadas aplica la
mente y la razón, el Rey de Copas abre su corazón. En el segundo ejemplo, la carta
complementaria podría haber sido: Rey de Espadas, que habla de alguien que parece un
sabelotodo, alguien demasiado rígido, cerrado a los aprendizajes. Si bien ambos elementos
son extravertidos, la diferencia está en la actitud: el Rey de Bastos es más animoso y
comprometido con lo que sucede mientras que el Rey de Espadas tomaría distancia
excesiva en un momento que requiere de máxima presencia.

Ejercicio 2: ¿cómo es esta persona?


Como ejercicio final de este módulo, te propongo que utilices nuevamente las 8 Figuras en
tu haber y las utilices en una situación en la que quieras averiguar cómo es una persona.
Concéntrate en la persona por la que querés preguntar, barajá las ocho cartas y extraé una:
esa carta te hablará de cómo es esa persona, más precisamente de qué rasgo de su
personalidad está destacado en este momento. Podés ayudarte con las notas que hemos
visto al explicar cada arcano. De esta manera, estamos practicando el segundo enfoque
posible para las Figuras de la Corte, además de los atributos del consultante.

Ejercicio 3: sinastría de arcanos


¿Cómo se llevarían personas representadas por las siguientes cartas?
Destaca los tres aspectos de las figuras vistos: género, nivel de madurez y asuntos del palo.
También, piensa qué nivel de estabilidad tiene cada figura.
a) Caballo de Oros – Reina de Copas
b) Caballo de Copas – Rey de Bastos
c) Sota de Espadas – Caballo de Bastos

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